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Materia

Introducción a la Filosofía
IF · PRIMER CUATRIMESTRE

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Unidad I: Actitud Filosó fica
En el material de lectura, el autor nos habla de nuestra experiencia cotidiana de reconocer
que existe por un lado el mundo y, por otro lado, nosotros en él. De este hecho, surge en
nosotros la posibilidad de asumir una actitud superficial (no cuestionarnos) o, por el
contrario, una actitud profunda (interrogarnos sobre el por qué, el para qué, el sentido del
mundo y de mi existencia en él). Nos señala que, muchas veces, llegamos a la filosofía desde
situaciones límite (desesperación, alegría, asombro, aburrimiento, duda).
Luego, nos informa sobre la etimología del término “Filosofía”: del griego philia-sophia, que
significa “Amor a la Sabiduría”. Que sea un amor implica que no se tiene la sabiduría, sino
que se la ama, se la desea, se tiende a ella con modestia y desinterés.

Asimismo, García Astrada nos recuerda que Pitágoras distinguía tres tipos de personas que
asistían a los Juegos Olímpicos en Grecia: los competidores (en busca de fama), los
apostadores (en busca de dinero) y los espectadores (quienes sólo tenían el interés de
contemplar). A estos últimos equipara a los filósofos, en tanto espectadores de la realidad,
sin esperar fama ni dinero.

Siguiendo en la tradición griega, nuestro autor toma el antiguo mito del nacimiento de Eros
(el Amor), quien es hijo de Poros (la Riqueza) y de Penía (la Pobreza), habiendo he redado
caracteres propios de cada uno de sus padres.

La filosofía se diferencia de las ciencias particulares, ya que aquélla se dirige hacia la


totalidad de lo real, con un cuestionamiento continuo y buscando las causas últimas,
mientras que las ciencias circunscriben su labor a un objeto determinado, en búsqueda sólo
de las respuestas racionalmente posibles y a través de las causas inmediatas.
Esta diferencia nos acerca a otra: la distinción, en filosofía, entre pensar y saber,
entendiendo que el primero se dirige al Todo (conjunto de lo real), con lo particular dentro
de él y el saber se restringe al contacto con lo inmediato, en procura de la utilidad.

Unidad II: Esquema histó rico del pensamiento


Caracteres del pensamiento antiguo
La cosmovisión grecorromana gira alrededor de tres parámetros que se presentan con
notable uniformidad, coherencia y solidez: tiempo cíclico, determinismo e inmanencia.
Obviamente, las excepciones que encontramos esporádicamente no invalidan lo apuntado y
dichos caracteres se mantienen en forma estable desde el período mítico hasta las escuelas
post-aristotélicas.

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Tiempo cíclico: Para la mirada antigua, el universo es eterno; resulta impensable la
posibilidad de una creación ex nihilo (“de la nada, nada viene y a la nada, nada va”). En esa
eternidad, existe una cantidad limitada de materia. La conjunción de temporalidad eterna y
materialidad finita produce necesariamente un “Eterno Retorno” ineluctable ya que tarde o
temprano se darán las mismas causas primigenias que produjeron (y producirán) los mismos
efectos que fueron (y serán), a la vez, nuevas causas de efectos ocurridos y por ocurrir. No
puede haber novedad; un ciclo finaliza (que algunos llaman eón) y se inicia uno nuevo que
es repetición idéntica del anterior. Hemos escrito este mismo apunte infinidad de veces y lo
han leído la misma infinidad de veces; siempre en ciclos sucesivos pero idénticos.

Determinismo: la misma causa sólo puede producir el mismo efecto; éste –a su vez-será
causa de un siguiente efecto, el cual también se convertirá en causa de su necesario efecto y
así sucesivamente. La trama es de hierro y no puede romperse ni introducirse distorsión
alguna; el encadenamiento causal no admite el azar ni la libertad. De allí que el Destino
(Hado) ya predeterminado no pueda modificarse. Recién el estoicismo tardío de Roma
(Séneca, Marco Aurelio) admite ciertas hendijas menores no previstas, pero sigue
manteniendo la primacía de una sucesividad férrea a la cual es inútil oponerse. Si
acompañas a tu destino, éste te conduce y guía; si te rebelas, te arrastra; imposible atribuir
al sujeto –en esta cosmovisión- culpa, mérito o responsabilidad alguna. Estamos amarrados
a un acontecer inexorable.

Inmanencia: el universo es un cosmos cerrado, indefinido pero no infinito. No hay realidad


material, anímica ni espiritual que trascienda a este Todo único. Aun los dioses se
encuentran dentro de este marco e interactúan con los mortales sin poder salir, ni unos ni
otros, del encierro (Virgilio en La Eneida –antigüedad latina postrera-presenta a Júpiter
sometido “voluntariamente” al Hado; en sus Tragedias, Séneca – mismo período- muestra a
los dioses como respetuosos y obedientes del Destino). Con todo, en la fase final del
estoicismo latino y en el neoplatonismo, es posible avizorar una tenue idea de espíritu que
no alcanza para derribar el fuerte Logos griego que se impone en toda la Edad Antigua, pero
que va preparando –según algunos autores-la llegada de la concepción judeocristiana a la
historia del pensamiento.

Caracteres del pensamiento medieval


El pensamiento medieval se encuentra atravesado por el teocentrismo (Dios como centro
de los interrogantes y las respuestas), a partir de la difusión del cristianismo. En esta Edad,
los caracteres del pensamiento antiguo se convierten del siguiente modo: tiempo circular en
tiempo rectilíneo; determinismo en libertad; inmanencia en trascendencia.

Tiempo rectilíneo: Propio de la idea de creación que trae el judeocristianismo, el tiempo no


es eterno; comenzó y terminará. No hay retorno a lo mismo ni eternidad de la materia; sólo
Dios (creador del universo desde la nada) es eterno: siempre existió y siempre existirá. Por
el contrario, el universo ha tenido un inicio y tendrá un final.

Libertad: el hombre es libre para elegir entre el bien y el mal; no hay destino prefijado e
ineluctable. Según el uso que cada persona haga de esa libertad, en la elección entre el bien
y el mal, escribirá su propio destino ulterior. Dios le ha dado al hombre la posibilidad de

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actuar libremente, de optar desde sus decisiones. De allí que el mal en el mundo no
provenga de la voluntad de Dios sino del actuar humano.

Trascendencia: Más allá del universo material está Dios, quien trasciende toda limitación
inmanente. Los dioses griegos y romanos (que se mantenían dentro del universo cerrado)
son ahora reemplazados por un Dios único y personal, creador del universo material y
espiritual.

Caracteres del pensamiento moderno


La Edad Moderna se preanuncia con el Renacimiento, alrededor del Siglo XV. Este mo-
vimiento, de carácter fundamentalmente estético, implica un “re-nacer” de la cultura de la
Edad Antigua (cultura clásica), donde predominan la proporción, la simetría, el equilibrio; es
decir, la racionalidad. Pero no puede aún separarse totalmente del teocentrismo medieval y
–si bien el modo de expresión, la forma, es grecorromano- el contenido sigue siendo
fuertemente religioso (Leonardo, Miguel Ángel, Rafael).

Con el Renacimiento va perfilándose una nueva mirada en la historia del pensamiento: se


pasa del teocentrismo a un antropocentrismo (el hombre como centro) de carácter
optimista: el hombre vuelve su atención sobre sí mismo con la pretensión de explicar la
realidad sin necesidad de la fe ni de los textos sagrados. El problema del conocimiento se
vuelve preponderante. El mundo es un ámbito a descubrir, conquistar y entender desde la
razón. También la sola razón conducirá al hombre a un progreso permanente que llevará a
toda la humanidad hacia la felicidad. La fe en la Providencia divina (mirada medieval) es
suplantada por la fe en la acción humana, regida por la razón. Es la época de expansión del
mundo conocido (América), del auge de las ciencias particulares (física, matemáticas,
biología) y del industrialismo (máquina de vapor, transportes).

Las paupérrimas condiciones de vida a las que fueron sometidas masas de población, debido
al desempleo que produjo el maquinismo (la máquina desplaza la mano de obra), los
aportes de Marx (materialismo economicista), Darwin (el hombre como producto de la
evolución de las especies) y Freud (el hombre regido por el inconsciente) van, paulati -
namente, socavando ese optimismo inicial respecto al poder de la razón y se va abriendo
una nueva edad.

Edad Contemporánea
Las terribles matanzas indiscriminadas de las dos Guerras Mundiales (1914-1918 y 1939-
1946) le hacen tomar al hombre conciencia de que es un ser peligroso para sí mismo; lejos
ha quedado la fe en un progreso permanente: la ciencia y la razón no garantizan la felicidad
de la especie humana.

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Se va abriendo paso el Nihilismo, que sostiene la imposibilidad del conocimiento, y niega
que la existencia tenga un sentido trascendente y que los valores morales se asienten sobre
una base racional.

Con el advenimiento del Existencialismo (“la existencia es anterior a la esencia”) se remarca el


subjetivismo, por encima de cualquier pretensión de encontrar una verdad objetiva. Se duda de
que haya una naturaleza humana, constituyéndose el hombre a sí mismo, a través de sus
vivencias y sus actos. En este contexto, la técnica y la búsqueda de satisfacer los instintos
ocuparán un lugar central en la vida humana.

Unidad III: Del mito al Logos


Introducción a la PROBLEMÁTICA FILOSÓFICA EN LA EDAD ANTIGUA
En esta unidad abordaremos el pensamiento griego. Para ello, tenemos que remontarnos al
nacimiento de la filosofía en Mileto, donde se da el paso del mito al logos. En efecto,
debemos partir del hecho de que el griego de la antigüedad siempre indagó sobre los
mismos temas, como por ejemplo la naturaleza, el hombre o incluso hechos históricos. Lo
que fue cambiando es desde qué mirada intentó explicarlos.
Por eso, frente al asombro que les generó el comportamiento cíclico y armónico del Cos -
mos, los griegos intentaron dar respuestas desde la razón y no ya desde los mitos, es allí
cuando surge la filosofía en el siglo VI a.C. Muchos historiadores dividen la filosofía griega en
tres períodos, teniendo en cuenta cuál es la problemática en la que estuvo centrado el
especular:
Período cosmológico o presocrático: Frente al asombro que generaba la naturaleza que se
comportaba armónica y cíclicamente, los presocráticos intentaron dar una explicación
racional, pensando que esto era factible pues todo procedía de un elemento común (el
arjé). Si bien hubo muchos matices respecto a en qué consistía el mismo, la interpretación
fue común para todos los presocráticos y se lo conoce como el problema de lo uno y lo
múltiple o del ser y el aparecer.

Período antropológico o socrático: Corresponde al siglo V a.C. que coincide con la demo-
cracia de Pericles. Allí nos encontramos con dos formas antagónicas de considerar temas
tan cruciales como el conocimiento y la virtud. Por un lado, Sócrates quien, inspirado en la
profesión de su madre que era partera, usa como método la Mayéutica para ayudar a dar a
luz las verdades innatas de su interlocutor. Por otra parte, encontramos la escuela de los
sofistas, quienes ponían el acento en enseñar una habilidad discursiva, a la cual el propio
Sócrates la llega a comparar con la cosmética, pues en ambos casos se busca ocultar y
resaltar simultáneamente lo que conviene. Por eso, no duda también en señalar que en
definitiva la esencia de la retórica de los sofistas es la adulación.

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Periodo sistemático: Este período está signado por dos de los más grandes filósofos de
todos los tiempos: Platón y Aristóteles.

Platón, discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, propuso que el mundo que nos rodea
no es la auténtica realidad sino solo una apariencia o copia de lo real que está ubicado en un
plano supra sensible y que no es otro que el mundo de las ideas. Esta realidad está
conformada por los “arquetipos” siendo estos eternos, perfectos, inmutables y universales
(es decir lo que es común a todos los miembros de la especie).

Tal como Platón lo plantea en la alegoría de la caverna, únicamente podemos acceder al


mundo inteligible por medio de la razón, puesto que el conocimiento sensitivo solo puede
ser considerado como una mera opinión (doxa) pues capta, como ya se expresó, una mera
apariencia. También es insoslayable hacer referencia a la teoría de la reminiscencia, que
postula que “conocer” es en realidad “recordar”. En efecto, para Platón, el alma antes de
caer encarcelada en el cuerpo había estado en el mundo de las ideas pudiendo observar los
arquetipos que quedaron grabados (aunque adormecidos) en el alma y cada vez que un
hombre observa algo, reconoce el arquetipo (universal) del cual participa aquello que está
observando.
EL MITO DE LA CAVERNA: Platón con ella busca enseñar que lo que captamos con los
sentidos es una mera apariencia. Cuenta que muchos prisiones desde su nacimiento han
estado encadenados y solo podían percibir una pared en la cual se proyectaban sombras,
como solo podían captar eso con sus sentidos, estaban convencidos que eso era la autentica
realidad. Las cadenas simbolizan la dependencia a los sentidos. Hay un prisioneroque logra
romper las cadenas y salir de la caverna, primero queda encandilado por el sol, que
representa el bien platónico. Cuando vuelve a la caverna a comentarle a sus compañeros
que las sombras son falsas, estos lo matan, lo que es una alusión a Sócrates.
El sentido de la alegoría es claro. La caverna es este mundo que nuestros sentidos perciben;
los prisioneros, los hombres esclavos de esos sentidos; las sombras, los objetos que ellos
toman por realidad; el hombre que se libera y asciende a la región superior de lo inteligible
es el alma; y finalmente, el sol que primero enceguece, pero luego su contemplación
produce felicidad es el Bien, sol del mundo inteligible.

Aristóteles, discípulo de Platón y maestro de Alejandro Magno, creyó ver en el mundo de las
Ideas una duplicación inútil. A diferencia de lo que acontecía con Platón, para el cual el
universal (Idea) tenía una existencia separada, para el estagirita el mismo estaba en las
cosas, y es lo que pertenece a todos los individuos de un mismo género y se encuentra
esencialmente en cada uno de ellos.
Otra gran diferencia respecto a su maestro es la que se refiere al valor que se le asigna a la
percepción sensible, pues en Aristóteles los sentidos si nos proporcionan conocimiento
verdadero aunque no científico.
Párrafo aparte merece su noción de Justicia para este filósofo a la cual consideró una virtud
moral. Es importante destacar que él ha percibido claramente el aspecto social de la misma:
La alteridad.

Platón considera que el alma tiene tres partes:

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1. alma concupiscible o concupisciente: en ella radican los impulsos, deseos, etc. Su virtud
de templanza (tiene por misión aminorar las tendencias pasionales del alma concuoiscible)

2. alma racional: su cometido es someter a examen las funciones del alma concupisciente.
Está relacionada con lo intangible. Su virtud es la prudencia y la sabiduría (consiste en la
capacidad de guiar por buen camino al resto de las almas)

3. alma irascible: es el origen de las pasiones nobles (valor, coraje, ambición, etc.) y está a
medio camino de las otras dos. Su virtud es la fortaleza (tiene por misión regular las
tendencias apetitivas del alma irascible)

ALMA VIRTUD METAL CLASE SOCIAL


Alma Racional Sabiduría Oro Gobernantes
Alma Irascible Fortaleza Plata Guardianes
Alma Concupiscible Templanza Cobre Artesanos

Alegoría del Carro Alado: Platón recurrió al mito para explicar esta concepción tripartita del
alma: el cuerpo era un carro tirado por caballos, uno blanco (el alma irascible) y otro negro
(el alma concuspicible), gobernados por un cocherón (el alma racional); este carro que
viajaba por el cielo. El cochero, ante la incapacidad de gobernar al caballo negro (el malo) y
el carro, caen al mundo de las cosas, perdiéndolas alas, alas que solo la razón del filosofo
podrá volver a crear. Podríamos decir entonces que la justica con respecto al alma seria la
armonía entre diferentes partes del alma.

Unidad IV Edad Moderna


Durante la Edad Moderna, los temas del conocimiento y la moral ocuparon de manera
principal el escenario filosófico. Es por esto que los tomaremos como eje analítico.

RENÉ DESCARTES (1596- 1650)


Filósofo francés del siglo XVI. Es el primer autor a trabajar. Su filosofía se basará en
cuestionar todo conocimiento. Educado en La Feche, recibió una formación muy rigurosa,
aunque dogmática, que lo llevó a la conclusión de que, mientras más conocimiento
acumulaba, mayores y más agudas eran las hesitaciones que anidaban en su espíritu. Esto lo
deja claramente plasmado al principio de sus dos obras. En Discurso del Método nos dice:
“Desde la niñez, fui criado en el estudio de las letras y, como me aseguraban que por
medio de ellas se podía adquirir un conocimiento claro y seguro de todo cuanto es útil
para la vida, sentía yo un vivísimo deseo de aprenderlas. Pero tan pronto como hube
terminado el curso de los estudios, cuyo remate suele dar ingreso en el número de los
hombres doctos, cambié por completo de opinión. Pues me embargaban tantas dudas
y errores, que me parecía que, procurando instruirme, no había conseguido más
provecho que el de descubrir cada vez mejor mi ignorancia. Y, sin embargo, estaba en
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una de las más famosas escuelas de Europa, en donde pensaba yo que debía haber
hombres sabios, si los hay en algún lugar de la tierra” (Descartes, 2003, pág. 8).

De igual manera en “Meditaciones Metafísicas” expresa:


“He advertido hace ya algún tiempo que, desde mi más temprana edad, había
admitido como verdaderas muchas opiniones falsas, y que lo edificado después sobre
cimientos tan poco sólidos tenía que ser por fuerza muy dudoso e incierto; de suerte
que me era preciso emprender seriamente, una vez en la vida, la tarea de deshacerme
de todas las opiniones a las que hasta entonces había dado crédito, y empezar todo de
nuevo desde los fundamentos, si quería establecer algo firme y constante en las
ciencias”. (Descartes, 2001, pág.123).
La filosofía de descartes se caracteriza por la duda metodica, donde cuestiona todo
conocimiento previo para llegar a una verdad absoluta.
Critica tanto al saber sensible como el conocimiento racional, argumentando que ambos
pueden ser engañosos.
Su famoso “Cogito, ergo sum” (pienso, luego existo) establece la existencia del yo pensante
como verdad indudable.
Descartes también aborda la existencia de Dios, argumentando que la idea de un ser
perfecto implica su existencia real.

Método Cartesiano
1. Principio de la evidencia: se debe admitir como verdadero un conocimiento solo cuando
es evidente. Lo evidente es aquello que le genera a mi espíritu certeza, es decir tiene
claridad y distinción.
2. Regla del Análisis: dividir el problema en las partes necesarias.
3. Regla de la Síntesis o Deducción: conducir ordenadamente mis pensamientos, yendo de lo
simple a lo complejo.
4. Regla de la Enumeración: examinar con cuidado la cuestión estudiada para ver que no se
haya pasado por alto nada y recapitular.

Ideas Cartesianas
Las ideas cartesianas se subdividen en innatas, adventicias y facticias.
•Ideas adventicias: son aquellas que parecen venirnos del exterior, mediante los sentidos,
como, por ejemplo, las ideas de rojo o amargo, entre otras.
•Ideas facticias: son las que nosotros mismos elaboramos mediante la imaginación, como la
de centauro o sirena.
•Ideas innatas: son aquellas que el alma trae consigo, con total independencia de la
experiencia. De estas, unas representan cosas o propiedades (Dios, alma, circulo, mayor,
menor, etc.) y otras son axiomas o verdades eternas (proposiciones como “de la nada no
resulta nada”)

DAVID HUME (1711-1776)


Otro autor que es referente indiscutible en la edad Moderna es David Hume, filósofo,
economista e historiador escocés que dejó su huella hasta nuestro tiempo.

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Se ha considerado a Hume como uno de los máximos representantes del llamado empirismo
inglés. Su análisis crítico del conocimiento ejerció sobre Kant una decisiva y reconocida
influencia. Éste incluso llegó a afirmar que Hume lo había despertado del sueño dogmático.
Como verá en el material de estudio, Hume insistió en la importancia de investigar el origen
de las ideas, que él entendía como copias o imágenes de las impresiones (sensaciones,
pasiones, emociones) y concibió el razonamiento como la actividad de descubrir dos formas
de relaciones: las existentes entre hechos (objeto del razonamiento probable, fundado en la
experiencia) y relaciones entre ideas (objeto del razonamiento demostrativo, basado en el
principio de no contradicción).
Es muy importante deparar en la crítica que este filósofo realiza a todo conocimiento que no
se valide en la experiencia. En efecto, Hume, rechazando la validez de las proposiciones de
la metafísica o la teología, sometió a crítica toda clase de ideas y refutó en especial las de
sustancia, existencia y relación causal. Respecto de esta última, sin negar la posibilidad de
que una causalidad real existiera, afirmó que era inalcanzable su conocimiento: el origen de
la idea de causa hay que buscarlo, por tanto, en el hábito psicológico de percibir
determinadas sensaciones de forma simultánea o sucesiva, sin que dicha idea encierre
ninguna necesidad lógica o racional.

La filosofía de Hume se basa en el empirismo, donde sostiene que todo conocimiento se


origina con la experiencia y no de la razón innata.
Hume distingue entre percepciones (impresiones vividas y sensaciones) e ideas (copias
menos intensas de las impresiones).
Examina las operaciones del entendimiento y cuestiona el principio de casualidad,
argumentando que es una asociación de hechos basada en la repetición y el hábito.
Critica la noción de introducción, la idea de sustancia y abraza un escepticismo radical al
afirmar que no podemos conocer la realidad última de las cosas.

IMMANUEL KANT (1724-1804)


Ya culminando la Modernidad, estudiaremos uno de los filósofos más importantes de este
período: Immanuel Kant, cuyas ideas y propuestas concernientes al conocimiento
supusieron un verdadero giro copernicano y sus incursiones en el campo de la moral de-
vinieron la palabra “deber” en una expresión repleta de sentido.
Respecto al tema del conocimiento, Manuel García Morente nos dice: “Así pues, Kant cierra
un período de la historia de la filosofía. Cierra el período que comienza con Descartes. Y al
cerrar este período nos da la formulación más completa y perfecta del idealismo
trascendental. Pero por otra parte Kant abre un nuevo período, pues establece un nuevo
sentido de ser, que no es ya el ser “en sí” sino el ser “para el conocimiento”.
En cuanto al problema de la moral, dos son las obras donde Kant plasma estas reflexiones:
“Crítica a la Razón Práctica” y “Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres”. En am-
bas obras, Kant expresa que para que una acción sea moral es menester que algo acontezca,
no en la acción misma y su concordancia con la ley, sino en el instante que antecede a la
acción, en el ánimo o voluntad del que la ejecuta.

La filosofía de Kant se centra en la ética y la mora, destacando la importancia de la


conciencia moral como acceso a lo absoluto.

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Para Kant, la buena voluntad es intrínsecamente buena, independientemente de sus
resultados.

El Deber
El deber es la buena voluntad, pero bajo ciertos impedimentos que le impiden manifestarse
por sí sola. Porque el hombre no es un ente meramente raciona, sino también sensible.
Para Kant las acciones están determinadas por la razón y las Inclinaciones (el amor, el odio,
la simpatía, el orgullo, la avaricia, el placer, los gustos, etc.). La buena voluntad se manifiesta
como lucha a las inclinaciones con el nombre de Deber.

▪Actuar por Inclinación:


•Acto contrario al deber: supóngase que alguien se está ahogando y que tengo todos los
medios para salvarlo; pero se trata de una persona a quien debo dinero, y entonces dejo
que se ahogue. Este es un acto moralmente malo, contrario al deber, porque el deber
mandaba salvarlo. El motivo que me ha llevado a obrar es evitar pagar lo que debo: he
obrado por inclinación.
•Acto de acuerdo con el deber, por inclinación mediata: supóngase que hay una persona que
se ahoga en un rio, y me debe dinero a mí y sé que si se muere nunca podre recuperar ese
dinero; entonces me arrojo al agua y la salvo. En este caso mi acto coincide con lo que
manda el deber, por eso decimos que se trata “de acuerdo” con el deber. Pero se trata de
un acto realizado por inclinación, porque lo que me ha llevado a hacerlo es mi deseo de
recuperar el dinero que se me debe. Esa inclinación, además es mediata, porque no tengo
una tendencia espontanea a salvar a esa persona, sino que la salvo solo porque el acto de
salvarla es un “medio” para recuperar ese dinero que se me debe. Desde un punto de vista
ético es un acto moralmente neutro.
•Acto de acuerdo con el deber, por inclinación inmediata: supóngase que quien se esta
ahogando y a quien trato de salvar es la persona que amo. Se trata entonces de un acto que
coincide con lo que el deber manda, es un acto “de acuerdo” con el deber. Pero como lo
que me lleva a ejecutárseles amor, el acto esta hecho por inclinación, en este caso
inmediata, porque es directamente esa persona lo que deseo salvar. Según Kant, también es
este un acto moralmente neutro.

▪Actuar por Deber:


Supóngase que quien se está ahogando y trato se salvar es alguien a quien ”o conozco en
absoluto, no me debe dinero ni lo amo, no tengo ninguna inclinación más que salvar a esa
persona por que el deber así lo manda. Según Kant, este es único caso en que nuestro
actuar es moralmente bueno, puesto que es el único realizado por deber; no por inclinación
alguna, sino por deber.

El Imperativo Categórico
Imperativo Categórico: “Actúa de tal modo que tu máxima se vuelva universal”. Es como
una formula, un método racional que permite saber si obramos bien o no. Significa que solo
obramos moralmente cuando podemos querer que el principio de nuestro querer o
nuestros comportamientos o forma de actuar se convierta en ley válida para todos.
El acto moral es desinteresado, lo hace porque se debe. Y solo es moral si lo hago por una
persona con la cual no tengo vínculo, interés o conexión. Actuar sin ningún interés de por
medio es el único camino para actuar moralmente.

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Explique en profundidad cuales son las fuentes nutricias de la teoría de Kant en Critica a la
Razón Pura, indicando explícitamente como las mismas inciden en la propuesta del
conocimiento de este filosofo alemán.

El racionalismo sostenía la existencia de un conocimiento independiente a la experiencia a


través de las ideas innatas. Por otro lado, el Empirismo afirmaba que todo conocimiento
comenzaba necesariamente por la experiencia.

Kant, basándose en la ciencia moderna, representada por la ciencia de Newton, parte de un


conocimiento a priori. Reconociendo la existencia de la ciencia busca investigar cual es el
fundamento del enunciado científico, sin negar su validez. Descartando los juicios analíticos,
que siempre afirman lo mismo, y los juicios sintéticos, que agregan conocimiento pero no
son necesario ni universales, Kant propone un nuevo tipo de juicio: el juicio sintético a
priori, este tipo de juicio combina las ventajas de los juicios mencionados anteriormente,
siendo universal, necesario, agregando conocimiento y siendo independiente de la
experiencia (a priori).

Tres aéreas del conocimiento: matemática, cuyo enunciado permite el juicio sintético a
priori debido a que se fundamenta en algo universal y necesario, como el espacio y tiempo.
Por otro lado, en la física, el enunciado es posible como universal y necesario porque se
sustenta en las categorías del entendimiento. En la metafísica cambia su pregunta y no es
posible el juicio a priori porque carece de dato empírico.

THOMAS HOBBES (1588-1679)


Otro referente indiscutido de la modernidad es Thomas Hobbes, perteneciente a la co-
rriente filosófica conocida como el empirismo inglés, quien basa todo el conocimiento en la
experiencia. De su vasta obra, se destaca por su importancia “Leviatán o la materia, forma y
poder de una República eclesiástica y Civil”.
Hobbes profesa un materialismo mecanicista y determinista que reduce la realidad a sus
elementos últimos. El estudio del hombre se integra en esta concepción fundamental y
Hobbes lo considera como un ser egoísta. El egoísmo hace de la autoconservación el
principio práctico supremo y eso conlleva a que la tendencia más profunda del hombre sea
el afán de seguridad.
Hobbes parte de un pesimismo antropológico, el cual queda plasmado en su famosa frase
“El hombre es el lobo del hombre”. En el capítulo XIII de Leviatán, el autor nos dice que de la
igualdad surge la desconfianza y, de esta, la discordia.

Unidad V: Edad Contemporá nea


Como expresamos al comienzo del módulo, la filosofía contemporánea tiene como uno de
los principales referentes a Georg Hegel, quien nos propone el último gran sistema esencial
para el entendimiento de gran parte del mapa político del siglo XX.

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Tan contundente es la propuesta de este filósofo que, si bien cronológicamente puede ser
considerado como un pensador de la modernidad, no son pocos los que lo ubican como un
filósofo de la contemporaneidad.
Con Hegel, el idealismo alemán adquiere su máxima expresión y desarrollo y abre un
horizonte de reflexión filosófica que, con su perspectiva y problemática, se arraigó pro-
fundamente en el pensamiento filosófico posthegeliano.

La dialéctica del Amo y el Esclavo, desarrollada por Hegel, explora las dinámicas de poder y
libertad en las relaciones humanas. En esta dialéctica, dos individuos se enfrentan en una
lucha por el reconocimiento mutuo. El amo representa la figura dominante que busca
controlar al Esclavo, mientras que el Esclavo trabaja para el Amo y se enfrenta a la
materialidad. A través de la relación, el Esclavo descubre su libertad y creatividad al
transformar la materia, mientras que el Amo queda limitado a la pasividad. Esta dialéctica
ilustra la búsqueda de reconocimiento y evolución de la conciencia a través de las
interacciones humanas.

MARTÍN HEIDEGGER (1889-1976)

De este filósofo existencialista estudiaremos su visionario trabajo llamado “Serenidad”, un


discurso realizado en ocasión de recordar al músico Kreutzer.

En el mismo, Heidegger, también alemán, luego de entablar la relación entre conmemorar y


pensar, nos llama la atención sobre un hecho que nos resistimos a aceptar: el hombre actual
está pobre de pensamiento. Y, a partir de esto, el filósofo despliega, apelando a un lenguaje
poético, las graves implicancias que subyacen en tal afirmación.
Llama la atención cómo este escrito de 1957 que sostiene que el hombre hoy ha priorizado
el pensamiento calculador sobre el meditativo y que describe la existencia de un hombre
desarraigado, servido de la naturaleza a modo de usina, logra vaticinar que, llegado el
momento del gran avance de la tecnología, sólo le quedará al mismo asumir una actitud de
serenidad.

HANS GEORG GADAMER (1900-2002)

Los animales se comunican para expresar dolor o placer, mientras que los humanos, gracias
al logos, pueden informarse sobre lo útil, lo dañino, lo justo y lo injusto. Esta capacidad de
pensamiento y comunicación permite a los humanos proyectarse hacia el futuro y
establecer conceptos comunes que fomentan la convivencia pacífica. El lenguaje es
fundamental en la vida humana, ya que a través de él se construyen las relaciones, se
desarrolla el entendimiento y se logra el consenso necesario para la convivencia social.

En la medida en que aprendemos a hablar vamos siendo lenguaje, aprender a hablar es ir


conociendo y familiarizándonos con el mundo tal como nos sale al encuentro. Y estamos tan

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insertos en el lenguaje como en el mundo y nunca somos seres a-lingüísticos y nunca po-
demos suspender nuestra pertenencia al lenguaje.

THOMAS KUHN (1922-1996)


Para finalizar, analizaremos uno de los referentes más importantes de la epistemología. Nos
referimos a Kuhn. A mediados del siglo XX y especialmente en la década de los años 60, se
publicaron libros y artículos que pasarían a formar parte de lo que, en su momento, se
denominó “nueva epistemología” En este contexto, uno de los más populares episte-
mólogos fue Thomas S. Kuhn, quien con su famoso libro “La estructura de las revoluciones
científicas”, sentó nuevas bases para la epistemología moderna siendo uno de sus aportes
más importantes su concepción de paradigma.

Unidad VI: Razonamientos correctos


Nos permitimos transcribir el prefacio del texto “Introducción a la Lógica” de Irving M.Copi
(2016) donde, de una forma contundente, nos revela la importancia del estudio de la lógica:
“El estudio de la lógica ofrece obvios beneficios: mayor capacidad para expresar ideas
con claridad y concisión; aumento de la habilidad para definir los propios términos;
enriquecimiento de la capacidad de formular razonamientos con rigor y examinarlos
críticamente. Pero su mayor provecho, a mi juicio, reside en el reconocimiento de que
la razón puede ser aplicada a todo aspecto de los asuntos humanos.
Las instituciones democráticas son atacadas hoy desde todos los flancos. La mejor
manera de defenderlas es hacerlas funcionar. Y esto solo se logra si cada ciudadano
piensa por sí mismo, si discute los problemas libremente con sus semejantes, si
delibera, si evalúa los elementos de juicio y reconoce que, con un poco de esfuerzo,
podemos establecer la diferencia entre los buenos y los malos razonamientos. Si
queremos gobernarnos bien y de manera responsable, debemos ser razonables. El
estudio de la lógica puede brindarnos no solo la práctica del razonamiento, sino
también el respeto por la razón”.

En este módulo, nos detendremos en dos ejes conceptuales de suma importancia para el
abordaje de la lógica. El primero nos brindará un panorama introductorio, donde di-
ferenciaremos las premisas de las conclusiones, reconoceremos qué es un razonamiento
inductivo y cuál es deductivo. Además, observaremos cuándo es pertinente hacer referencia
a “validez” y cuándo es aplicable hablar de “verdad”.
El segundo eje conceptual que trabajaremos es el referido a las falacias. Este tema guarda
especial importancia para el ejercicio de la profesión de abogado. Aquí analizaremos los
diferentes tipos de falacias y la manera cómo podemos evitarla.

Falacias no formales

1. CONCLUSIÓN INATINGENTE: La falacia de la 'conclusión inatingente se comete cuando


aún razonamiento que se supone dirigido a establecer una conclusión particular es usado
para probar una conclusión diferente. Por ejemplo, cuando se halla bajo consideración una

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propuesta particular de dictar una legislación sobre la vivienda, puede levantarse un
legislador para hablar en favor de la ley y argumentar que todo el mundo debe tener
viviendas decentes. En un juicio, al tratar de probar que el acusado es culpable de asesinato,
el fiscal acusador puede argumentar extensamente para demostrar que el asesinato es un
horrible delito y lograr, efectivamente, probar esta conclusión. Pero, si de sus observaciones
acerca de lo horrible que es el asesinato, pretende inferir que el acusado es culpable de él,
comete la falacia de conclusión inatingente.

2. ARGUMENTUM AD BACULUM (APELACIÓN A LA FUERZA): El argumentum ad baculum es


la falacia que se comete cuando se apela a la fuerza, o a la amenaza de fuerza, para
provocar la aceptación de una conclusión. Usualmente solo se recurre a ella cuando
fracasan las pruebas o argumentos racionales. El uso y la amenaza de los métodos de
'mano-fuerte' para doblegar a los opositores políticos suministran ejemplos
contemporáneos de esta falacia. Un ejemplo divertido, aunque también- aterrorizador, de
razonamiento ad baculum en el ámbito internacional es el que menciona Haay Hopkins en
su relato sobre la reunión de los 'Tres grandes' en Yalta, al fin de la Segunda Guerra
Mundial. Se dice que Churchill informó a los demás que el Papa sugería seguir talo cual
curso de acción. Se afirma que Stalin manifestó su desacuerdo preguntando: " ¿Y cuántas
divisiones dice U d. que tiene el Papa para el combate?"

3. ARGUMENTUM AD HOMINEM (OFENSIVO): La expresión argumentum ad hominem


significa literalmente 'argumento dirigido contra el hombre'. Podemos designar la primera
variedad de esta falacia como la del tipo 'ofensivo'. Se la comete cuando, en vez de tratar de
refutar la verdad de lo que se afirma, se ataca al hombre que hace la afirmación. Así por
ejemplo, podría argüirse que la filosofía de Bacon es indigna de confianza porque éste fue
desposeído de su cargo de canciller por deshonestidad. Este argumento es falaz, porque el
carácter personal de un hombre carece de importancia lógica para determinar la verdad o
falsedad de lo que dice o la corrección o incorrección de su razonamiento.

4. ARGUMENTUM AD HOMINEM (CIRCUNSTANCIAL): La segunda interpretación de la


falacia del argumentum ad hominem, la variedad circunstancial, puede explicarse de la
manera siguiente. En una discusión entre dos personas, una de ellas puede ignorar
totalmente la cuestión relativa a la verdad o falsedad de sus propias afirmaciones y tratar de
probar, en cambio, que su antagonista debe aceptarlas debido a especiales circunstancias
en las que éste puede hallarse. Así por ejemplo, si uno de los contendientes es un sacerdote,
el otro puede argüir que debe aceptar una determinada aserción porque su negación es
incompatible con las Escrituras. Esto no es demostrar su verdad, sino urgir su aceptación por
ese individuo particular debido a las circunstancias especiales en las que se halla, en este
caso su filiación religiosa. El ejemplo clásico de esta falacia es la réplica del cazador al que se
acusa de barbarie por sacrificar animales inofensivos para su propia diversión. Su réplica
consiste en preguntar a su crítico: " ¿Por qué se alimenta U d. Con la carne de ganado
inocente?" El deportista se hace culpable aquí de un argumentum ad hominem, porque no
trata de demostrar que es correcto sacrificar vidas de animales para el placer de los

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humanos, sino simplemente que su crítico no puede reprochárselo debido a ciertas
circunstancias especiales en las que pueda encontrarse, en este caso el no ser vegetariano.

5. ARGUMENTUM AD IGNORANTIAM (ARGUMENTO POR LA IGNORANCIA): Podemos


ilustrar la falacia del argumentum ad ignorantiam con el razonamiento de que debe de
haber fantasmas porque nadie ha podido demostrar nunca que no los hay. Se comete esta
falacia cuando se sostiene que una proposición es verdadera simplemente sobre la base de
que no se ha demostrado su falsedad, o que es falsa porque no se ha demostrado su verdad.
como lo testimonian los muchos estudiantes de ciencias que afirman la falsedad de las
afirmaciones espiritualistas y telepáticas simplemente sobre la base de que su verdad no ha
sido establecida. El argumentum ad ignorantiam es falaz en todos los contextos excepto en
uno: la corte de justicia, donde el principio rector es suponer la inocencia de una persona
hasta que se demuestre su culpabilidad.

6. ARGUMENTUM AD MISERICORDIAN (LLAMADO A LA PIEDAD): El argumentum ad


misericordiam es la falacia que se comete cuando se apela a la piedad para conseguir que se
acepte una determinada conclusión. Se encuentra con frecuencia este tipo de
argumentación en los tribunales de justicia, cuando un abogado defensor deja de lado 108
hechos que atañen al caso y trata de lograr la absolución de su cliente despertando piedad
en los miembros del jurado. El argumentum ad misericordiam es usado a veces de manera
ridícula, como el caso del joven que fue juzgado por un crimen particularmente brutal, el
asesinato de su padre y de su madre con un hacha. Puesto frente a pruebas abrumadoras,
solicitó piedad sobre la base de que era huérfano.

7. ARGUMENTUM AD POPULUM: El argumentum ad populum se define a veces como la


falacia que se comete al dirigir un llamado emocional 'al pueblo' o a la galería' con el fin de
ganar su asentimiento para una conclusión que no está sustentada por un razonamiento
válido. Podemos definir de manera más circunscripta la falacia del argumentum ad populum
como el intento de ganar el asentimiento popular para una conclusión despertando las
pasiones y el entusiasmo de la multitud. Debemos al vendedor ambulante, al artista de
variedades y al anunciador del siglo XX el ver elevado el argumentum ad populum casi a la
categoría de un arte refinado. En este campo, se hace toda clase de intentos para asociar los
productos que se anuncia con objetos hacia los cuales se supone que experimentamos una
fuerte aprobación. Comer una cierta marca de cereales elaborados es proclamado un deber
patriótico. Bañarse con un jabón de cierta marca es descripto como una experiencia
estremecedora. La mención de un determinado dentífrico en el programa de radiofonía
patrocinado por su fabricante es precedida y seguida por secuencias de música sinfónica. En
los carteles propagandísticos, las personas retratadas usando 108 productos anunciados se
presentan siempre usando el tipo de vestimenta y viviendo en el tipo de casas que se
supone despertarán la aprobación y la admiración del consumidor medio.

8. ARGUMENTUM AD VERECUNDIAM (LA APELACIÓN A LA AUTORIDAD): El argumentum


ad verecundiam es la apelación a la autoridad, esto es, al sentimiento de respeto que siente

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la gente por las personas famosas, para ganar asentimiento a una conclusión. Cuando se
apela a una autoridad en cuestiones que están fuera del ámbito de su especialidad, se
comete la falacia del argumentum ad verecundiam. Si en una discusión sobre religión uno
de los antagonistas apela a las opiniones de Darwin una gran autoridad en biología, esa
apelación es falaz. De igual modo apelar a laS opiniones de un gran físico como Einstein para
dirimir una discusión sobre política o economía sería también falaz. Los 'testimonios' de los
anunciadores son ejemplos frecuentes de esta falacia. Se nos insta a fumar esta o aquella
marca de cigarrillos porque un campeón de natación o porque un corredor de autos afirma
su superioridad.

9. LA CAUSA FALSA: La falacia que llamamos de la 'causa falsa' ha sido analizada de diversas
maneras en el pasado y ha recibido distintos nombres y definiciones. El primero de éstos es
más general e indica el error de tomar como causa de un efecto algo que no es su causa
real. El segundo designa la inferencia de que un acontecimiento es la causa de otro
simplemente sobre la base de que el primero es anterior al segundo. Consideraremos todo
razonamiento que trata de establecer una conexión causal erróneamente, como un ejemplo
de falacia de la causa falsa. Por ejemplo, "Debemos rechazar la pretensión del salvaje de
que el hacer sonar sus tambores es la causa de la reaparición del sol después de un eclipse,
aun cuando puede ofrecer como prueba el hecho de que cada vez que se hicieran sonar los
tambores durante un eclipse, el sol reapareció. Nadie se llamaría al engaño con respecto a
este argumento. Sin embargo mucha gente cree en testimonios sobre remedios, según los
cuales el señor X sufría de un fuerte resfrío, bebió tres frascos de una cocción a base de una
hierba 'secreta', y en dos semanas se curó del resfrío.

10. LA PREGUNTA COMPLEJA: La última falacia de atingencia que consideraremos es la


falacia de la pregunta compleja. Todos sabemos que es un poco 'cómico' hacer preguntas
como: "¿Ha abandonado usted sus malos hábitos?", o "¿Ha dejado usted de pegarle a su
mujer?' No son preguntas simples, a las que sea posible responder con un directo 'sí' o 'no'.
Las preguntas de este tipo suponen que se ha dado ya una respuesta definida a una
pregunta anterior, que ni siquiera ha sido formulada. Así, la primera, supone que se ha
respondido 'sí' a la pregunta no formulada: " ¿Tenía usted anteriormente malos hábitos?"; y
la segunda supone una respuesta afirmativa a la siguiente pregunta, tampoco formulada: "
¿Ha usted pegado alguna vez a su mujer?" En ambos casos, si se contesta con un simple 'sí'
o 'no' a la pregunta 'tramposa', ello, tiene el efecto de ratificar o confirmar la respuesta
implícita a la pregunta no formulada. Una pregunta de este tipo no admite un simple 'sí' o
'no' como respuesta, porque no es una pregunta simple o única, sino una pregunta
compleja, en la cual hay varias preguntas entrelazadas.

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