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El período 1880 – 1914 fue la etapa de mayor crecimiento económico del país. Las tendencias que ya se visualizaban con
anterioridad a 1880 terminaron por generar un crecimiento irregular pero vigoroso, orientado hacia las exportaciones,
de un dinamismo inusual aun en aquello años en los que muchas de las regiones periféricas del mundo asistían a
procesos en los que las exportaciones constituían el motor del crecimiento. La base de este crecimiento estuvo
constituida por una serie de factores entre los que se destacan la expansión acelerada de la producción agropecuaria, el
crecimiento de las exportaciones, la modernización del sistema de transportes – en particular gracias a la construcción
de los ferrocarriles – y el crecimiento de la población. Estos cambios afectaron la configuración del espacio y se
tradujeron en la formación de un mercado nacional, y en el desarrollo de una incipiente industria vinculada a la
ganadería y al agro.
Latifundios en Argentina
¿Qué es?
Un latifundio es una importante extensión de tierra perteneciente a un único dueño o a pocos dueños
asociados. A estos se los llama “terratenientes”.
¿Cómo surgió?
El latifundio surgió desde épocas antiguas como consecuencia de la conquista militar o la expansión colonial,
ya que las tierras recién adquiridas eran, a menudo, repartidas entre los caudillos militares como premio por
su desempeño en la guerra.
¿Cómo surgió el latifundio en Argentina?
El reparto de tierras conquistadas entre las elites militares, por ejemplo. Argentina no estuvo exenta de ello y
en campañas como la llamada “Conquista al Desierto” dieron la oportunidad a importantes soldados
argentinos para conseguir nuevos territorios.
Modelo económico agroexportador
Con la consolidación del Estado nacional fue posible comenzar a aplicar políticas económicas que abarcaron al conjunto
del territorio argentino. Estas conformaron el modelo agroexportador.
Este modelo, que se basaba en las ventajas naturales de la geografía pampeana, permitió un fuerte crecimiento
económico. Sin embargo, dejaba al país expuesto a los vaivenes de la economía europea: si Europa no podía comprar, la
Argentina entraba en crisis.
El nuevo Estado nacional fue quien obtuvo mayores créditos pues ofrecía atractivas garantías a los inversores europeos.
Con ese dinero pudo fortalecer su ejército, su estructura administrativa y beneficiar a algunas provincias. Esto a su vez,
permitió que el régimen oligárquico mantuviera cierta estabilidad política, lo cual dio confianza a los capitalistas
extranjeros para ofrecer más préstamos. Al mismo tiempo el Estado ofreció condiciones muy ventajosas para la
instalación de estas empresas. El principal origen de capitales era Gran Bretaña, pero también llegaron, en menor
medida, desde otros países europeos. Ellos instalaron, por ejemplo, frigoríficos donde se aplicaban las modernas
técnicas de enfriamiento de la carne vacuna para poder exportarla.
La expansión de la agricultura
La puesta en marcha del modelo agroexportador significó, como hemos visto, no solo arrebatarle vastas extensiones de
tierras a las sociedades indígenas en las denominadas campañas al desierto, sino que además involucró de una
importante masa de capital extranjero y del estado nacional destinada a la creación de una infraestructura (puertos,
ferrocarriles, caminos, etc.) acorde con el transporte y embarque de la producción local. Las inversiones de capital en
infraestructura se concentraban en la región pampeana. Tradicionalmente, en esa región, la actividad preponderante
había sido la cría de ganado vacuno, pero la creciente demanda de cereales por parte del mercado europeo motivó a las
provincias a incentivar, poco a poco, la introducción de la agricultura a gran escala. Esta tuvo su primera expansión
temprana a partir de la formación de las primeras colonias agrícolas integradas por inmigrantes europeos. Sin embargo,
la verdadera expansión de áreas cultivadas con productos agrícolas y el aumento de la producción de granos se
consolidaron con la concentración de grandes extensiones de tierras en manos de los terratenientes que, en algunos
casos, combinaban esta actividad con la ganadería.
Cereales y ferrocarriles
Los ferrocarriles jugaron un rol central en la consolidación de la economía agroexportadora. Fue este medio de
transporte el que cubrió las necesidades del modelo económico, extendiéndose desde los puertos exportadores hacia el
interior de la región pampeana, donde los campos se poblaban de cereales. La red ferroviaria adquirió la forma de un
abanico abierto, con los puertos como nodos; este diagrama dejó aún más aisladas a las restantes regiones del país.
El tren cumplía una doble función: por un lado, trasladar esas mercaderías hasta las zonas exportadoras, y por el otro,
favorecer el poblamiento de grandes regiones antes desocupadas que, con la llegada del ferrocarril contaban con la
posibilidad de instalarse en amplias zonas rurales, alejadas, pero conectadas con otros pueblos y ciudades a través de
este medio.
De acuerdo con esta dinámica, podemos observar que el, modelo agroexportador tuvo un carácter expansivo, en la
medida en que más tierras se destinaron a la producción agrícola y ganadera, aumentando la producción y la capacidad
de exportación hacia los mercados internacionales.
Los grandes propietarios recurrieron al arrendamiento y al régimen de aparcería para aprovechar la tierra disponible
esto significaba poner la tierra a disposición de familias, muchas de ellas inmigrantes, que la trabajaban y luego se
repartían las ganancias con los terratenientes. Esto se tradujo en mayores ganancias y en aumento de la superficie
cultivada en las provincias de la región pampeana.
Este mecanismo de crecimiento de la producción, por expansión de la superficie cultivada, comenzó a mostrar síntomas
de estancamiento cuando en la década de 1920 la casi totalidad de la región pampeana había sido incorporada al
modelo exportador y la demanda de los países europeos comenzó a declinar, concluyendo con el colapso de la
economía mundial en 1930.
La conquista de las tierras indígenas
Hasta 1879, distintos pueblos indígenas controlaban gran parte del actual territorio argentino y tenían su propia
organización política y económica.
Los terratenientes pretendían exportar productos ganaderos y para ello querían ocupar todas las tierras de los indígenas
para la producción. Por su parte, los dirigentes del Estado nacional pretendían controlar todo el territorio y hacer valer
sus leyes en él.
El general Julio A. Roca emprendió campañas militares con el Ejército nacional contra los pueblos indígenas. Entre 1879
y 1880, en la llamada Campaña al Desierto, el Estado nacional sometió a los pueblos indígenas del sur del país.
La mayor parte de los indígenas murieron en el combate o en la huida. Los hombres, las mujeres y los niños que
sobrevivieron fueron tomados prisioneros o marginados en distintas reservas. De esta manera, los estancieros
obtuvieron muchas tierras para la producción. Poco después, el Ejército realizó expediciones al norte del país y
conquistó la región de Chaco. Las autoridades lograron controlar el territorio para delimitar la frontera con Chile y
Paraguay.