Razonamiento Sofístico y Manipulación
Razonamiento Sofístico y Manipulación
Razonamiento Sofístico y Manipulación
Pensar con rigor no es slo condicin necesaria del progreso cientfico; tambin lo es si queremos construir una sociedad justa y libre, vacunada contra todos los intentos de manipulacin que a menudo buscan confundirnos y utilizarnos en funcin de intereses espurios. Por eso, creo que nos ser muy til cerrar estas reflexiones con un anlisis del razonamiento sofstico y, en general, de las herramientas y tcticas que suelen emplearse hoy para modelar el espritu de las personas, crear una determinada opinin pblica o dirigir nuestras conductas, no por medios violentos sino aparentemente inocuos e incluso buenos1. Qu es manipular? Manipular es sinnimo de manejar. Ahora bien, hablando con propiedad slo son susceptibles de manejo los objetos, no las personas. Cuando manipulamos a una persona, cuando truncamos su libertad con engaos o falsas razones, lo que hacemos es reducirla de su realidad como sujeto (Nivel 2) al nivel de puro objeto (Nivel 1), rebajando su valor y dignidad, envilecindola. La manipulacin se puede dar en planos muy diversos: la manipulacin comercial reduce a las personas a la condicin de meros clientes, manejables a travs de la propaganda; la manipulacin ideolgica las trata como simples seguidores, la manipulacin poltica como sbditos, la manipulacin amorosa considera al otro como simple objeto de placer, etc. En todos los casos, sin embargo, se trata de alguien que quiere fascinar y seducir para que nos avengamos a sus propsitos e intenciones. Los medios de manipulacin tambin pueden ser muy variados y numerosos. Algunos se nos presentan en forma de argumento (falaz, eso s)
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En buena parte de lo relativo a esta cuestin seguimos el planteamiento de Alfonso LPEZ QUINTS, expresado entre otras obras- en Tolerancia y manipulacin, Rialp, Madrid, 2001.
y, al menos aparentemente, van dirigidos a nuestra inteligencia; otros apuntan directa aunque astuta y subrepticiamente- a nuestros centros de decisin. A este respecto, la lgica clsica define el sofisma o falacia como aquel argumento que, pareciendo concluir de un modo verdadero, en realidad es errneo. En todo sofisma hay, por tanto, una cierta apariencia de verdad que sirve de anzuelo frente al incauto y un error oculto que afecta al razonamiento corrompindolo radicalmente. Tradicionalmente, los principales tipos de sofisma se clasificaban en dos grandes grupos: sofismas verbales (producto de las deficiencias y ambigedades del lenguaje) y sofismas de concepto (derivados de una confusin en los conceptos). Al primer grupo perteneceran, por ejemplo, los razonamientos equvocos (cuando, al razonar, una misma palabra se usa en diferentes sentidos), el uso de eufemismos (trminos maliciosos que encubren la verdadera naturaleza de una accin), los sofismas de conjuncin y disminucin (el paso en la argumentacin del sentido conjuntivo al disyuntivo, o viceversa), la falsa composicin y divisin (confundir lo que se dice colectivamente con lo que se afirma de modo distributivo) etc., En el segundo grupo, en cambio, podramos incluir: el uso de un concepto errneo en las premisas, la conclusin de una ley universal a partir de casos individuales insuficientemente enumerados (sofisma de la induccin), concluir que algo es imposible a partir del hecho de que me resulta incomprensible, el olvido de alternativas en la discusin (o el establecimiento de falsos dilemas), el uso de ejemplos o analogas incorrectos, la confusin de lo genrico con lo especfico (o a la inversa), el crculo vicioso (cuando una cosa se demuestra por otra y esta, a su vez, por
la primera), la peticin de principio (cuando se parte en las premisas de aquello que se ha de probar) etc2. Otros sofismas, considerados a veces secundarios pero tambin muy empleados, buscan apelar a las emociones de la multitud (sofisma ad populum), confundirla con la charlatanera o la erudicin sin sentido, seducir en funcin de una autoridad slo aparente, de la belleza del discurso o de la firmeza con la que se habla, etc. Por otra parte, la importancia que en nuestro tiempo ha adquirido la imagen ha abierto, tambin en este campo, otras vas. Si decimos que una imagen vale ms que mil palabras es porque la imagen es tambin, a su modo, un lenguaje enormemente elocuente: es capaz de expresar algo de un modo mucho ms intenso y con mucha mayor brevedad que el lenguaje convencional, ofreciendo con ello mltiples posibilidades de manipulacin, a veces incluso- imperceptibles a simple vista.
A ttulo meramente ilustrativo, podemos citar algunos ejemplos clsicos de los sofismas mencionados: -Razonamiento equvoco: Dios es el ser necesario, pero cuando nada exista no era necesario para nadie. Dios es, por tanto, una contradiccin; -Eufemismo: saber vivir (por corrupcin). -Sofisma de conjuncin y disminucin: Puedo leer y puedo dormir; pero leer y dormir es imposible; luego, yo puedo lo imposible. -Falsa composicin y divisin: Italia y Alemania tienen ms de 50 millones de habitantes (conjunta o separadamente?). -Utilizacin de un concepto errneo en las premisas: Dios no puede dejar de ser Dios, luego no es omnipotente. -Sofisma de la induccin: Cuando de experiencias negativas respecto de determinados ciudadanos de un pas se concluye un juicio negativo acerca de todos los oriundos de ese pas, o de esa nacin en su conjunto. -Trnsito de lo incomprensible a lo imposible: Por la dificultad de explicar el movimiento de la tierra, se neg durante muchos siglos. -Falso dilema: Cuando se arguye que la muerte no es tan grave pues nos conduce a la inconsciencia de la nada o a la felicidad del cielo, olvidando la posibilidad de un estado de ultratumba infeliz. -Sofisma del ejemplo o de la analoga: Los monos son semejantes a los hombres; los hombres tienen entendimiento; luego los monos tienen entendimiento. -Confusin del gnero y la especie: Los animales son irracionales, el hombre es animal, luego es irracional. -Crculo vicioso: Cuando demuestro que un cuadro es de mrito por la pericia del artista, y la pericia del artista por el mrito del cuadro. -Peticin de principio: Dios no existe, porque el universo no tiene causa.
De un modo u otro, el lenguaje (en sentido amplio) es, pues, el vehculo ms usual de manipulacin. Lpez Quints propone atender aqu a cuatro elementos: a) Los trminos: Es un hecho que cada poca de la historia adopta como propias determinadas palabras, a las que carga con un sentido connotativo positivo que las hace casi inatacables, y en oposicin a otras que adquieren, en cambio, un tinte peyorativo y despreciable. Son palabras talismn que condensan en s mismas los valores ms estimados de una determinada poca y que sirven para identificarla. As, por ejemplo, el S. XVII asumi como ideal propio el orden; el S. XVIII, la razn; el S. XIX, la revolucin, mientras que en el S. XX y en lo que llevamos del S. XXI la palabra talismn por excelencia es libertad. Todo lo que se suponga que tiene que ver con ese trmino quedar contagiado del valor de este, y todo lo que aparentemente se le oponga quedar contaminado y ser objeto de rechazo, en ambos casos sin parar en mientes y sin ser objeto de un anlisis preciso y detenido. Frente a esta actitud, lo procedente es matizar el sentido de las palabras, precisar de antemano desde qu punto de vista y en qu trminos se plantea una cuestin, analizar con detalle y rigor sus elementos,
someterlos a reflexin, justificar las afirmaciones que se hagan y rechazar tambin argumentadamente las objeciones que se les opongan etc. b) Los esquemas mentales: Cuando pensamos, hablamos, escribimos o actuamos, nos guiamos por ciertos pares de trminos que nos sirven de referencia: libertad-norma, dentro-fuera, autonoma-heteronoma, interior-exterior, arriba-abajo, antes-despus, independencia-solidaridad etc., Pues bien, una falta de precisin, un error o una manipulacin en los trminos producir, inevitablemente, una mala interpretacin en estos
esquemas vertebradores de nuestra vida mental, de nuestro pensar y de nuestro actuar. En relacin con este importante asunto Quints cuenta dos ancdotas muy sugerentes. Una alumna le manifest en clase lo siguiente: En la vida hay que escoger: o somos libres o aceptamos normas; o actuamos conforme a lo que nos sale de dentro o conforme a lo que nos viene impuesto de fuera. Como yo quiero ser libre, dejo de lado las normas. La joven haba entendido el esquema libertad-norma en forma dilemtica (o una cosa o la otra, pero no ambas) e interpretaba que si quera ser libre no tena ms remedio que rechazar toda norma: ser autnticamente ella y gozar de plena libertad, segn su forma de ver las cosas, le exiga prescindir de todo cuanto le decan sus padres, profesores, gobernantes o cualquier otra autoridad externa. Tiene razn esta chica? Slo en el caso de que frente a una propuesta ajena uno adopte una actitud meramente pasiva. Por ejemplo, uno puede obedecer a sus padres nica y exclusivamente por coaccin, forzado por las circunstancias y sin asumir esa decisin como propia. Si as lo hace, efectivamente su libertad habr sido violentada y la decisin no ser propiamente suya. Pero, no puede darse el caso de que el hijo vislumbre las razones de los padres, las asuma como buenas para s mismo y obre en consecuencia adoptando por s mismo esa decisin? Si este es el caso, se puede decir que su libertad ha sido violentada y su persona rebajada en dignidad? Yo creo que no3. La segunda ancdota tiene que ver, precisamente, con esta dimensin creativa de lo normativo cuando se asume libremente como algo propio y enriquecedor. Narra este autor cmo, cuando era nio, su madre le deca: Toma este bocadillo y dselo al pobre que llam a la puerta. l se resista porque era un seor de barba larga y le daba miedo. Pero su madre insista:
Una reflexin en torno a la realidad del juego como actividad regulada nos llevara a la misma conclusin. En efecto, la libertad de los jugadores est mediada necesariamente, e incluso resulta salvaguardada, por el cumplimiento de las reglas.
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No es un delincuente; es un necesitado. Vete y dselo. Su madre quera que se adentrara en el campo de irradiacin del valor de la piedad. Y, ciertamente, ese valor le vena sugerido (casi impuesto, pero con profundas razones) desde fuera. No obstante, reaccion positivamente ante esta sugerencia y fue asumiendo poco a poco la riqueza de ese valor hasta que se convirti en una voz interior. Entonces, ese valor dej de estar fuera de l para convertirse en un impulso interno de su conducta. Este es, precisamente, el quid del proceso formativo. c) Los planteamientos estratgicos: Las grandes preguntas, los ms decisivos asuntos de la vida, se plantean con los trminos del lenguaje. Por eso es tan importante que esos trminos estn bien fijados y que los planteamientos sean los adecuados: ni unilaterales, ni enfocados desde una perspectiva nica y exclusivamente sentimental. Lamentablemente, en nuestros das hay una tendencia muy extendida que favorece enormemente la tarea de los manipuladores- a encarar los problemas de nuestra existencia desde el prejuicio sin atender a otros posibles puntos de vista- y desde el sentimiento sin tener en cuenta las otras dimensiones de la persona humana-. Un ejemplo tpico es el de plantear el debate sobre la legitimidad o no del aborto a partir de la penosa situacin de las mujeres desfavorecidas sin tomar en consideracin si el feto es o no persona. d) Por ltimo, los procedimientos estratgicos: No es
imprescindible mentir para manipular; los medios de comunicacin, por ejemplo, lo saben muy bien. La difusin de rumores cobardes (fundados o no), la machacona repeticin de ideas, eslganes o imgenes fuertemente ideologizadas, la presentacin de argumentos favorables a una determinada lnea de opinin obviando las razones contrarias, la desatencin sistemtica a aquellos hechos que no nos interesa publicar, la descalificacin
permanente (a tiempo y a destiempo) del adversario, etc., son creadoras de una opinin pblica ciega e injusta, fcilmente manipulable. La realidad es que esos medios tienen hoy tal poder que no solemos poner en tela de juicio lo que nos transmiten: nos limitamos a aceptarlo, sin ms, porque tomamos como criterio de verdad el hecho de que todo el mundo lo diga...
Terminemos. Cmo luchar contra la manipulacin? Lo ideal sera que todos los que intervienen en el proceso de formacin de nuestra personalidad (desde el mbito familiar hasta el escolar, pasando por los propios medios de comunicacin de masas) tomaran conciencia de la gravedad del problema y se dispusieran a atajarlo con arrojo y honestidad. Esa va, no obstante, se nos presenta en la actualidad de difcil acceso: la televisin se ha introducido como un elemento ms en la dinmica familiar, y tanto la educacin como los medios de comunicacin estn hoy fuertemente condicionados por una concepcin maquiavlica de la poltica. Quizs la mejor salida se halle en la preparacin por parte de cada ciudadano, pero en todo caso esa preparacin debera incluir tres aspectos fundamentales: 1) Estar alerta, conocer en pormenor los ardides de la manipulacin. (Para eso es para lo que hemos hecho esta incursin en el fenmeno de la manipulacin). 2) Pensar con rigor, saber utilizar el lenguaje con precisin, plantear bien las cuestiones, desarrollarlas con lgica, no cometer saltos en el vaco. (Por eso es por lo que, entre otras cosas, hemos diseado esta asignatura). 3) Vivir creativamente. Lo ms valioso de la vida slo se aprende de verdad cuando se vive. Cuando vivimos el proceso de desarrollo personal a travs de diversas experiencias, adquirimos un conocimiento de
primera mano de lo que deben ser nuestras actitudes ante la vida4. Por eso es por lo que conviene que participemos con todo nuestro ser en la vida universitaria y todo lo que su espritu conlleva.
Alfonso LPEZ QUINTS, Tolerancia y manipulacin, Rialp, Madrid, 2001, pp. 85-86.