Inolvidable
Inolvidable
Inolvidable
-¿Vas a desayunar? –me dice, con una voz ronca, probablemente agarró un resfriado leve, inusual
pero entendible.
-Aunque acabo de tomar té, no me vendría mal hacernos unas tostadas para calentar más el
cuerpo.
-¿La mamá aún no despierta? –le digo, sólo para iniciar una conversación trivial sin sentido que
termina en cuando el té y las tostadas están listas.
-Está en el quinto sueño, cómo todos los lunes por las mañanas. Prepara tu taza y unos platos para
las tostadas. Échale lo que quieras a tu gusto, yo las prefiero un poco quemaditas, un manjar ahora
que no tendré que trabajar por unas dos semanas.
-Cómo siempre agarrai ánimo en éstos tiempos eh? Me gusta verte relajao, ya me dolía verte por
las mañanas estando demacrado.
Después de una conversación típica de un desayuno, entre tomar té, mascar la tostada y criticar
las noticias mañaneras, me encuentro sentado en mi computador, desde muy temprano. Sí hay
algo que rescato de la pandemia es poder haber conocido a mis amigos actuales, con ellos siempre
es divertido jugar online hasta las tantas de la noche.
Por las mañanas es muy difícil ver siquiera un alma conectada, así que lo primero que hago todas
las mañanas es ver videos, leer manga y escuchar música, el orden varía dependiendo de mis
ánimos en los días. Me encuentro pensando en cosas qué me roban el tiempo en las noches,
tratando de sacar desesperadamente una reflexión para dejar de pensar ya, pero no llego a ningún
lado. Si tan sólo mi familia siquiera hiciera el intento de verse confiable para contarle mis
problemas qué ni ellos se imaginan que tengo, probablemente. Siento que me ven cómo que no
puedo tener preocupaciones, y aunque no me vean así es inevitable frustrarme por ello.
Incluso antes de ser preadolescente le confiaba mis problemas a mis amigos, qué aunque
consideraba a muchos, unos pocos se sentían confiables, en términos de conversaciones serias.
No es de sorpresa qué esos pocos amigos fueran de mayor edad qué yo, pues tengo la noción de
que soy el único maduro que toma acción respecto a mis preocupaciones, cuando todo lo que
hago es desahogarme con alguien que es mayor con las esperanzas de que le haya pasado, lo ha
pensado o sentido, y siempre recibía diversas respuestas. Qué tengo que mantenerme tranquilo,
que este vacío emocional se irá conforme vaya creando recuerdos en el colegio y calidez en la
familia. Qué es normal sentirme así dada la poca cercanía que tengo con mi familia y mis amigos,
qué hice bien en contarle a ellos porque han estado ahí en esos momentos.
Cómo ya estoy en la edad de estar curioso, encuentro raro el preferir dormir con una mujer que
me ame al tener sexo con una niña dos años mayor qué me mira de reojo en los recreos. Siento
una soledad insoportable en las noches, y sólo estoy en mi pieza cuando tengo que dormir. Me
imagino cada noche una mujer qué se siente familiar al lado mío en la cama, la cara no la puedo
reconocer pero me puedo hacer una idea de su olor, el sonido de su voz y el calor qué me da con
tan sólo dirigir su atención a mí.
Otra vez se repite la rutina, un sinsentido de preguntas sin respuestas y procrastinación hasta el
acostarme lleno de soledad para dormir.
Lo bueno es que el ciclo se rompió tan sólo 4 días después. Estaba conversando en un grupo de
Instagram con unos amigos del colegio, y uno propone la gran idea de añadir a unas mujeres qué
cada uno conociera bien y qué fueran lindas, según las preferencias. Cómo yo soy un amargado no
me di el tiempo de pensar siquiera en añadir a una amiga mía, esperé a que llegara una para
conversar o hacerle reír en el grupo con mis tallas y aunque no esperé tanto se sintió eterno.
Se llama Ayleen, es un año menor y encuentro irreal que sea amigo de sendos pajeros, qué por
muy cruel que pueda sonar, no hay otra manera de describir a mis amigos. Lo tenía todo; Físico,
personalidad y lujos. Al principio pensé que íbamos a congeniar de maravilla, pero su inmadurez
combinado con su irritante ego me hizo perder un poco el interés.
Tras el paso de los días, le fui conociendo en varias ocasiones, sus intereses, su humor, sus gustos
musicales, sus series o películas favoritas, sólo quedaba hablar en privado para deshacerme de
esta inquietud de una vez por todas. Era tal y cómo la imaginaba. De todas formas quería ser
cercano a ella, como con todos necesitaba sentirme de ayuda para ella, sólo que se hacía difícil
hacer que confiara sus problemas a mí y fue muy frustrante, pero como con todo lo demás, me
mantuve indiferente y perseverante de manera muy floja.
Una noche que para mí iba bien, habiendo jugado ya tres partidas con mis amigos y a punto de
irme a acostar, recibo un mensaje de ella.
-¿estás despierto?
-sí, porque?
-aunque terminé una relación hace meses, lo sigo recordando cada tanto
-porque terminaron?
-era simpático y tenía sus momentos de coqueteo pero el contraste con su personalidad verdadera
fue mucho para mi
-entiendo, a todo esto, qué haces despierto tan tarde? no tienes frío?
-estaba jugando en el compu con unos amigos, acabo de acostarme así que se me fue el frío
-sí, no te gusta?
-no es que no me guste pero sentía que estabas ocupado y te habría hablado mucho antes de
haber sabido que sólo estabas jugando
-ni yo lo sé, tengo una intuición rara con las personas y sentí que me ibas a escuchar aunque no te
caiga tan bien
-nadie pero, tan sólo mis actitudes ya son insoportables, mi ego que sólo lo quiero fingir para no
ser vista como alguien que pueda ser molestada
-me caes bien, y de alguna manera sentí que tenías una carga pesada de esa onda, si me cayeras
mal, ni siquiera te habría dejado el visto
-enserio?
-enserio
-bueno, gracias por escucharme, ahora que te conté todo ya me dio sueño así que me voy a
dormir, duérmete luego también, tontito
-buenas noches
Te mentiría si te digo que no me lo esperaba, pero tenía una frágil esperanza de que fuera así.
Conforme pasó el tiempo, nuestra amistad a la semana ya se sentía cómo si la hubiera conocido de
toda la vida, y aunque ella se veía que estaba bien, yo sabía que su recaída no podía desaparecer
de manera tan fácil.
Empezamos a hablar más seguido, por las mañanas, un poco en la tarde y nos dormíamos tarde
hablando en las noches. Al hablar con ella, me sentía cálido, me sentía cómodo y ya me había
encariñado. Ella por su lado, mostraba más felicidad que de costumbre, lo cual no mostraba
mucho pero cada noche me lo expresaba con más intensidad.
Una noche en particular, estaba lloviendo así que perdí el wifi, y al perder el wifi ya no podía jugar
en el computador, por lo que no tenía más opción que hablarle a ella, toda la noche, siendo recién
las 1 de la mañana.
Aprovechando que me respondió hace unos 10 minutos, le empecé a hablar sin pensarlo dos
veces.
-estaba un poco molesta por eso pero entiendo que tienes que hacer tus cosas
Dudé por un segundo, dudaba de sí contarle mis problemas o no, pensé que podría ser muy
temprano para abrirme emocionalmente hacia ella.
“Me arrepentiré de no hacerlo después” dije en mi cabeza, así que tan pronto dudé lo resolví.
-porque?
-hace ya un mes más o menos me he sentido vacío, cómo si ya no tuviera ánimos para nada, ya no
disfruto tanto el tiempo con mis amigos y cada vez me siento más aislado y solo
-yo hace un tiempo me sentía así y nunca le dije a mi ex, tenía miedo de que pensara que no lo
valoraba lo suficiente como para sentirme así
-pero sentirse así le debe pasar a todo el mundo, hasta le debe pasar a la persona más feliz del
mundo yo creo
-capaz, pero los amigos que tenía en ese entonces eran malas personas y sólo me causaban
miedos e inseguridades
-se alejaban cuando querían y me decían malas cosas solo porque no les daba atención, dependía
mucho de ellos y por eso aguanté tanto tiempo sus malos tratos, ahora tengo miedo al abandono
y dependencia emocional
-a mí también me causaron miedo al abandono, fue una relación de hace dos años y era muy
tóxico, la comunicación no era buena así que terminamos a los 7 meses después de tantas peleas y
shows
-te quiero mucho maxi y me alegra qué me hayas contado eso, ya no estás solo en esto, ahora yo
estoy contigo para apoyarte y estar en todo momento
En ese momento, aunque haya sido una conversación por chat, sentí una sensación de relajación y
a la vez empecé a sentir mariposas en el estómago. No quería llegar a sentirme así, por más lindo
que podía parecer, aunque lo intente no se podrá materializar. No se dará. Me he decepcionado
demasiadas veces y esto parece muy bueno cómo para ser real. Por más pesimista qué parezca
esta es mi realidad y a la vez es mi forma de disfrazar este pesimismo en realismo.
-yo también te quiero mucho ayleen, trataré de dormir, me relajó tanto hablar de esto contigo que
me bajó el sueño
“Espero que al despertar me deje de sentir así” Pensé segundos antes de caer en los brazos de
Morfeo.
Ya era tiempo de conocernos en persona, pero no sabía cómo proponerlo, así que, después de
consultar con varios amigos, me di cuenta de que en realidad no era tan difícil como sonaba y lo
único que necesitaba era valentía para invitarla a mi casa.
Al principio pensé en insinuarlo lentamente en una conversación y de ahí ir avanzando hasta qué
acepte la idea de conocernos, pero un día me estaba sintiendo tan confiado que no seguí mis
planes.
-dime maxito?
-te gustaría venir a mi casa un fin de semana? la verdad es que he querido verte desde hace
mucho tiempo pero pensé con calma las cosas
Y pum. Así de fácil. Toda mi desconfianza se desplomó tan pronto lo aceptó casualmente.
Ese día me costó dormir, y como aceptó se notó mi cariño más que de costumbre, creo que ya se
está haciendo ideas de porqué soy tan honesto con ella. Me da miedo qué me rechace sin poder
decirle que la amo. Sería una pesadilla despertar y no poder volver a hablar con ella, sin haberla
visto ni siquiera una vez.
Llegó el esperado día, y yo no pude dormir de la emoción. Me baño en la mañana con la estufa
eléctrica ya que la parafina me hace mal. Me pongo a cantar en la ducha y hacer un baile ridículo
sabiendo que nadie nunca me verá, probablemente todos han hecho eso al menos una vez,
espero. Me pongo la ropa qué elegí meticulosamente y espero a qué llegue, estoy ya todo
perfumado, huelo bien, me afeité incluso, así que debería causar una buena impresión.
Mi mamá viéndome tan ansioso por ella, siendo la primera vez que una mujer vendría a mi casa,
empezó a preguntarme cosas innecesarias, el típico humor de padre-hijo sobre mujeres la verdad,
lo cual me quitó los nervios, podría decirse qué fue su forma de preocuparse por mí en el
momento.
Cuando llegó ella, y la vi por primera vez en persona, mi corazón saltó un latido, sentí mariposas
en el estómago y automáticamente sonreí al ver sus ojos. Un poco más alta que yo, ojos color
castaño con reflejos verdes bajo el sol, y yo parado en el tiempo.
Le dije hola, sonriendo y un poco nervioso, ella me sonrió de vuelta y me dijo hola, me dio un
abrazo, el cual se sintió cálido, tan cálido como me lo imaginaba una y otra vez mientras soñaba
despierto. Entró a la casa y saludó a mis papás. Mis papás y ella conversaron por unos 5 minutos
aproximadamente, y después nos dejaron solos.
- H-Hola
- Hola maxito
- ¿Cómo estás ayleen?
- Bien, ¿tú?
- Bien, muy bien ya que por fin pude verte
- ¿En serio? -Al preguntarlo sentí que sus ojos estaban brillando-.
- Sip, ¿dormiste bien?
- No, no dormí nada
- ¿Si? Yo tampoco
La conversación casual no estaba yendo muy bien, podía sacarle una qué otra risa, pero los
silencios se repetían con frecuencia.
Hicimos contacto visual varias veces, y yo ya me estaba aguantando las ganas de abrazarla,
empecé a pensarlo y pensarlo hasta que recordé que al invitarla dejé mis miedos de lado.
Su calor, el abrazo en sí, sus latidos, su buen aroma, su piel suave, su clavícula, todo lo que notaba
en ella me generaba atracción.
Esta tranquilidad que me daba al sentir su calor y su rico olor, las mariposas en mi estómago se
estaban volviendo cada vez más fuertes, lo puedo describir como un momento de calidez,
tranquilidad y cariño.
Cada caricia que me hacía lograba unas sensaciones qué no sentía hace mucho tiempo, sabía
dónde y cuándo hacer las caricias, si lo hacía normal o lento, sabía si me sentía bien o muy bien y
mantenía esas sensaciones de relajación en mi cabeza. No podría haber tenido un mejor día la
verdad.
Estuvimos un buen rato así de cariñosos hasta que llegó la hora de comer, desde siempre he
tenido la confianza de que mi mamá hace ricos platos de comida, era cosa de ver cómo ella se
comía todo y disfrutaba de la conversación que le sacaban mis papás, cada tanto me molestaban
para sacarle una risa a ella.
El mejor día de toda la semana sin dudas, ya estaba satisfecho con el primer abrazo, imagínate
toda la tarde regaloneando y con tanta tranquilidad en el ambiente.
Fue un poco triste ver cómo pasó de rápido el día al llegar a la hora en la que ella se iba, pero sentí
que un día así se podría volver a dar, en cualquier momento.
Ese día dormí como un bebé, el mejor sueño que tuve en meses, probablemente.
Los días que siguieron sólo hablábamos en las noches, cuando yo me acostaba. Le gustaba hablar
de lo bien que lo pasó ese día, sobre todo los momentos de cariño y regaloneo. Fueron los
momentos más cálidos para ambos.
Hasta ahora todo ha ido bien, he tenido buenos días y buenas noches gracias a ella, espero que
sea así para ella también. Cada vez me gusta más, la atracción no deja de crecer y es más fuerte la
atracción romántica que la física, me dice cosas tan dulces, es tan tierna a ratos, nunca es pesada
ni aunque se lo haga notar, lo cual le molesta pero a mí me da risa.
Todos me dicen qué me tengo que confesar luego, qué no puedo desperdiciar esta oportunidad y
de hacerlo sería el más aweonao del mundo. Lo cual sería cierto, pero pondré mis sentimientos
antes que la razón.
Nada me asegura que al iniciar una relación ella será la misma persona, no sé cómo es y por lo que
he hablado con ella es bastante inestable, por eso también, como ella, tengo miedos e
inseguridades qué no puedo resolver cómo en el pasado, dejándolo a la suerte. Debo pensarlo
detenidamente con tiempo y espacio, y no creo que en el futuro cercano cambie de parecer. Por
muy buena persona qué sea, cariñosa y todo, no quiero estar en un lugar donde tendré que dar
mucho y no recibir nada de vuelta. No quiero desgastarme en algo qué no vale la pena.
Tengo que velar por mi bien. Ya he tenido a muchos cercanos qué han pasado por una mala
relación. No tengo que vivirlo yo para saber lo mal que se pasa ahí. Abriré los ojos, aceptaré la
realidad, me voy a preparar mental y sentimentalmente para dejar de sentirme de esta forma
sobre ella.
Por muy feliz qué sea ahora, no sirve de nada si después estaré mal por mala comunicación y
problemas exagerados.
Necesito tan sólo una semana para lograrlo, terminar las vacaciones y pasar la página, despejar mi
mente y corazón de esta sensación agobiante qué me causa el pensar en ella al futuro.
Luego de una semana e ir preparando lentamente a ella también para esto, llegó el momento de
decirle lo qué he estado pensado con sinceridad.
“Gracias maxito” Me dijo mientras salían lágrimas de sus ojos, por impulso recurrí a abrazarla y
prestarle mi hombro, esto es una reacción normal, a cualquiera le habría hecho sentir de esta
forma, pero así soy yo. No fue la mejor forma pero fue lo más sincero a mi parecer.
Una vez se calmó, mis papás hablaron con ella para animarla, y después nos dejaron solos un rato,
así que vimos una película.
- Espero que puedas entender esto ayleen, sé que todo esto es mucho y todavía duele
asimilarlo. Ojalá duermas bien hoy, descansa mucho, te amo. Esto no es un adiós, sino un
hasta luego.
- Te amo mucho maxito, ojalá pueda volver a verte algún día.
La despedida fue un poco dolorosa aunque ya me había preparado emocionalmente. Al ver que se
fue, sentí las lágrimas en mi cara, sentí un nudo en la garganta. Por primera vez en años, pude
llorar hasta quedar contento en mi corazón.
Tomó mucho tiempo la reconciliación, fue difícil, pero podría decirse que me gustaba más la “ella”
de amiga qué la “ella” de una relación. No me arrepiento de esta decisión, fue un buen revoloteo
para estas vacaciones de invierno, un capítulo más en mi vida por cerrar.
Fin