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RESUMEN

La instauración del sistema de justicia acusatorio en Venezuela buscó que, el


juzgador fuera imparcial y no se inmiscuyera en la investigación penal, al dejarla sólo
en manos del Ministerio Público. No obstante, en la praxis se ha evidenciado cierta
interferencia del órgano jurisdiccional en dicha actividad indagatoria, al dictar el
sobreseimiento de la causa en la audiencia de imputación luego de desestimar el tipo
penal atribuido por el representante fiscal. Por tal razón, el presente estudio está
enmarcado dentro de la línea de investigación sistema de administración de justicia,
y tiene por objetivo analizar la actuación del Ministerio Público ante la sentencia de
sobreseimiento dictada por el Juez de control en la audiencia de imputación,
apoyándose desde el aspecto teórico en la Teoría de la Distribución Social del Poder
de Montesquieu, y en la Teoría del Garantismo de Luigi Ferrajoli. Desde el punto de
vista metodológico, es una investigación de tipo documental, nivel aprehensivo y
diseño bibliográfico, que espera hacer un aporte al sistema judicial venezolano, por
coadyuvar a la materialización del debido proceso, siendo de beneficio para las
víctimas de delitos al permitirles una tutela judicial efectiva. Concluyendo que el juez
de control cuando decreta el sobreseimiento de la causa en la audiencia de
imputación incumple su deber de garantizar en el proceso judicial el respeto a los
derechos y garantías constitucionales, previstos además en tratados, convenios y
acuerdos internacionales suscritos por la República, en favor de la justicia y de los
derechos de la víctima, causando un gravamen irreparable a las víctimas, por
extralimitación de sus funciones. Por lo que se sugiere que el Ministerio Público agote
las vías ordinarias y extraordinarias para materializar sus principios y actuación
apegada a la legalidad provista de lealtad y probidad ante los derechos de la víctima
del delito.

Descriptores: Sobreseimiento, audiencia de imputación, Ministerio Público,


investigación penal, fase preparatoria, competencias del juez de control.
ABSTRACT

With the establishment of the accusatory justice system in Venezuela, the aim was to
ensure that the judge was impartial and did not interfere in the criminal investigation,
leaving it only in the hands of the Public Prosecutor's Office. However, in practice,
there has been evidence of some interference by the court in this investigative activity,
by ordering the dismissal of the case at the indictment hearing after rejecting the
criminal offense attributed by the prosecutor's representative. For this reason, this
study is framed within the line of research system of administration of justice, and aims
to analyze the action of the Public Prosecutor's Office in the face of the dismissal
sentence issued by the Control Judge in the indictment hearing, relying from the
theoretical aspect on Montesquieu's Theory of the Social Distribution of Power. and
Luigi Ferrajoli's Theory of Guarantees. From the methodological point of view, it is a
documentary type of research, apprehensive level and bibliographic design, which
hopes to make a contribution to the Venezuelan judicial system, by contributing to the
materialization of due process, being of benefit to the victims of crimes by allowing
them effective judicial protection. Concluding that the supervisory judge, when he
orders the dismissal of the case at the indictment hearing, fails to comply with his duty
to guarantee respect for the constitutional rights and guarantees, which are also
provided for in international treaties, conventions and agreements signed by the
Republic, in favor of justice and the rights of the victim, causing an irreparable burden
to the victims, due to their overreach of their functions. Therefore, it is suggested that
the Public Prosecutor's Office exhaust the ordinary and extraordinary channels to
materialize its principles and act in accordance with the law, provided with loyalty and
probity with regard to the rights of the victim of the crime.

Descriptors: Dismissal, indictment hearing, Public Prosecutor's Office, criminal


investigation, preparatory phase, powers of the supervisory judge
TRODUCCIÓN

El Estado venezolano, funda sus bases constitucionales en un Estado


Social de Derecho y de justicia, garante de los derechos humanos, para lo cual
el legislador considero como preponderante el sistema acusatorio adversarial
para darle cumplimiento y efectividad a las exigencias Constitucionales.
El Sistema acusatorio adversarial, parte del cumplimiento del derecho a
la tutela judicial efectiva; permitiendo a la ciudadanía acudir a los órganos de
administración de justicia para hacer valer sus derechos, dilucidando los
conflictos bajo el debido proceso, como camino exclusivo para alcanzar la
justicia.
Siendo así, los operadores de justicia tienen un rol preestablecido por el
ordenamiento jurídico, las funciones de juzgar y realizar la persecución penal
se encuentran en personas diferentes, la primera obligación recae sobre el
juez y la segunda sobre el fiscal del Ministerio Público. Es el representante
fiscal el encargado de dirigir la investigación penal y de ejercer la acción lo cual
comporta la realización de la imputación formal, acusación, ofrecimiento de
pruebas y en general actuar como parte acusadora una vez individualizado el
presunto responsable y habiendo obtenido elementos de convicción
suficientes para estimar la responsabilidad del imputado.
De igual manera, dentro de las responsabilidades asumidas por el
Ministerio Público, recae el acompañamiento a la víctima dentro del proceso
penal, a los fines de garantizar sus derechos afectados, hasta su
restablecimiento y resarcimiento cuando así sea solicitado por esta.
El proceso penal venezolano se encuentra establecido por fases, siendo
la fase preparatoria, la incipiente conllevando al acto formal de imputación,
acto procesal que se configura esencial para la procedibilidad para intentar la
acusación, además de ser prioritario para la materialización del derecho a la
defensa. En este orden de ideas, la imputación representa la posibilidad al
Ministerio Público de iniciar una investigación de carácter penal y la admisión

1
de la acusación representa la posibilidad de enjuiciamiento y juzgamiento por
parte del órgano judicial.
La imputación penal se presenta como acto procesal, que, dada su
naturaleza jurídica, corresponde a una actividad exclusiva y excluyente del
Ministerio Público al ser el director de la investigación penal. Sin embargo, la
existencia legislativa del procedimiento especial para el juzgamiento de delitos
menos graves se realiza en audiencia ante el juez de control, atendiendo a la
intención y disposición del legislador en atender la finalidad del sistema de
justicia en estos casos, con la simplificación del proceso, en dicho
procedimiento especial se puede acordar una fórmula alternativa a la
prosecución del proceso que puede ser decretada por el juez de control previa
verificación de las exigencias normativas para su procedencia y
materialización.
Situación que limita la actuación del Judicante, en las atribuciones
conferidas por el legislador en este: Acto formal de imputación en materia
penal, ahora bien, ante la decisión del Juez de control en no admitir la
precalificación efectuada por el Ministerio Público y dictar el sobreseimiento de
la causa, conlleva que, de adquirir firmeza concluye el proceso de manera
definitiva, aun cuando el representante fiscal considera que cuenta con
elementos de convicción suficientes para realizar la persecución penal contra
determinada persona.
Generando un situación jurídica interesante para la academia y la
doctrina procesal penal, ante la actuación del Ministerio Público como garante
del proceso y de los derechos de las víctimas del delito con las atribuciones
conferidas al Juez de Control en la audiencia de imputación formal realizadas
ante el órgano jurisdiccional.

2
ATRIBUCIONES DADAS POR EL LEGISLADOR AL JUEZ DE CONTROL
DURANTE LA REALIZACIÓN DE LA AUDIENCIA DE IMPUTACIÓN EN
VENEZUELA.

La administración de justicia penal que se realiza en el Estado


venezolano, está apoyada desde el punto de vista garantista y social conforme
a lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(2009), la cual tiene como propósito brindar protección a los ciudadanos, para
dar respuesta punitiva, en el momento de la ejecución de un delito,
considerando la relación de la justicia social y la administración de justicia
penal.
En este sentido, dentro del marco jurídico vigente y según las tendencias
del derecho procesal penal, es necesario clarificar el proceso y la intervención
del funcionario destinado a controlar y juzgar en la primera fase preparatoria
del proceso penal, el Juez de control dada las atribuciones que les confiriere
el legislador.
Cabe destacar que todo proceso judicial, se encuentra ajustado dentro
del marco de la Constitución Nacional, bajo la estricta observancia de los
derechos y garantías allí contenido, necesario para llevar a cabo los fines de
realización de justicia que se aspira. Es por ello que se nombra el Juez de
control, quien es el funcionario encargado de tal cumplimiento durante la fase
de investigación y fase intermedia del proceso penal. Así como lo señala Matos
(2020) al referirse al control formal y control material de la acusación fiscal, de
la siguiente manera:

El Código Orgánico Procesal Penal en su artículo 264 establece el


control judicial (Control Formal y Control Material) de la siguiente
forma: A los jueces o juezas de esta fase les corresponde controlar
el cumplimiento de los principios y garantías establecidos en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, tratados,
convenios o acuerdos internacionales suscritos y ratificados por la
República y en este Código; y practicar pruebas anticipadas,
resolver excepciones, peticiones de las partes y otorgar
autorizaciones.(p.5)

3
Esta disposición muestra como el legislador le otorga al juez de control
toda la dirección desde el principio del proceso hasta su fase intermedia,
también se desarrollan ciertas facultades a nivel legal que le permiten
desempeñar su competencia, siendo este responsable en líneas generales del
respeto de los derechos de los intervinientes en esta fase procesal, para que
puedan desarrollar sus actuaciones en cumplimiento de la tutela judicial
efectiva y del debido proceso constitucional.
Por otra parte, en el Código Orgánico Procesal Penal (2021) el legislador
otorga al juez de control en la fase de investigación, el atributo de autorizar,
controlar determinados actos de investigación cuya práctica puede afectar
garantías constitucionales, peticiones de las partes, imponer medidas
cautelares de coerción personal y real, y en la fase intermedia controlar la
acusación del fiscal.

Estado Constitucional de derecho y de justicia en materia penal en


Venezuela.

Para las Naciones Unidas, el concepto de Estado de derecho se sustenta


como principio fundamental para los Estados constitucionalizados dentro de la
esfera democrática y de justicia, siendo la ley preestablecida la destinada
hacer la herramienta a ejecutar para el control y la convivencia social. En
relación al estado de derecho, el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (2016), señala:

El Estado de Derecho implica que todos los ciudadanos estén


sometidos a la ley y que las leyes vigentes sean justas, no
discriminatorias y respetan los derechos humanos. Un sistema legal
justo y eficiente que respeten las normas internacionales de
derechos humanos constituye la piedra angular del crecimiento
económico, la seguridad y la erradicación de la pobreza. (p.1)

4
En consecuencia, el Estado de Derecho ha adquirido un carácter
humanitario que se refleja en las normas contempladas en los ordenamientos
jurídicos de los Estados que acogen esta consagración de Estado.
El Estado venezolano en su estructura organizativa dispuesta en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2009), plantea como
base fundacional el Estado Constitucional de derecho y de justicia, atribuyendo
a la institución jurídica del proceso un instrumento indispensable para la
realización de la justicia, enmarcando al proceso a otra institución de rango
constitucional como lo es el debido proceso, homogenizándose así un conjunto
de normas, tales como los artículos 26, 49 y 257 de la Carta Magna, para
diseñar un abanico de derechos y garantías constitucionales vienen a
reconocer los derechos fundamentales de los ciudadanos. Así vemos como el
artículo 26 ejusdem, nos señala:

Artículo 26. Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos


de administración de justicia para hacer valer sus derechos e
intereses, incluso los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los
mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente.
El Estado garantizará una justicia gratuita, imparcial, transparente,
autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin
dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles.

Las disposiciones constitucionales que garantiza la administración de


justicia y la debida protección de los derechos e intereses de las personas, ya
sean víctimas de un delito o imputado, destacando que no sólo se trata de los
derechos fundamentales, sino de todos los derechos que se relacionen con
los ciudadanos, desde lo individual hasta lo colectivo. De igual manera dicha
tutela tiene una connotación en cuanto a su materialización, siguiendo el
llamado del constituyente de la efectividad de la misma, su concreción en
cuanto al tiempo y su objetivo. Esta tutela no es sólo para quien exija la
restitución o reconocimiento de un derecho, sino también sobre la persona
sobre la cual se pide, la víctima del delito.

5
El mencionado precepto constitucional, viene concatenado con lo
dispuesto en el artículo 49 ejusdem, el cual establece el debido proceso, que
rige en todas las actuaciones judiciales con relación al Estado ante las
particulares, es así como el artículo 49 numeral 1 consagra:

Artículo 49. El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones


judiciales y administrativas, en consecuencia:
1.- La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en
todo estado y grado de la investigación y del proceso. Toda persona
tiene derecho a ser notificada de los cargos por los cuales se le
investiga, de acceder a las pruebas y de disponer del tiempo y de
los medios adecuados para ejercer su defensa. Serán nulas las
pruebas obtenidas mediante violación del debido proceso. Toda
persona declarada culpable tiene derecho a recurrir del fallo, con
las excepciones establecidas en esta Constitución y la ley (…)

La importancia del debido proceso, con atención al derecho de la defensa


como garantía que regirá en todo el proceso, y en cada uno de los actos
procesales estará presente. Asimismo, se consagra el derecho a la prueba con
rango constitucional, lo que implica que el nacimiento, formación e
incorporación de la prueba al proceso, deberán cumplirse las garantías y
principios regulados por el ordenamiento jurídico para salvaguardar el derecho
de los justiciables.
Por último, el artículo 257 ejusdem, expone los principios que van a regir
al proceso, generando una directriz a las leyes de carácter procesal, en función
del cumplimiento de los derechos y garantías antes mencionados, tales como:
simplificación, uniformidad y eficacia, bajo la forma de un procedimiento breve,
oral y público.

Juez de Control como garante del debido proceso constitucional en


materia penal.

El control de la supremacía constitucional en el proceso es indispensable


en un Estado de Derecho, al ser la Carta Magna el cuerpo normativo que

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instaura los valores y principios que rigen el ordenamiento jurídico. Por ello,
como bien sostiene Rivera (2008):

Uno de los aspectos fundamentales de la esencia democrática es


el control del poder. En el Estado constitucional el control primario
o esencial es precisamente salvaguardar la Constitución y los
derechos, libertades y garantías que ella consagra. En la
Constitución se ha establecido el respeto y la protección de los
derechos y libertades de los ciudadanos, las cuales no pueden ser
violentadas por ningún Poder Público, además se establece la
organización del Poder Público bajo el dominio del principio
democrático, todo ello exige defensa o protección frente a la
actividad del Poder Público o de los individuos que
circunstancialmente lo detentan. Estos mecanismos de defensa son
formas de control y que la doctrina ha calificado como control de la
constitucionalidad. (p. 13)

En atención a ello, el sistema judicial venezolano plantea que todo


proceso debe desarrollarse conforme al orden legal establecido, en
cumplimiento con el Estado de derecho constitucional, para que se cumplan
las garantías del iter procesal, y así lograr el principio de tutela judicial efectiva.
En este sentido, el juez recibe la información y la acreditación de los
hechos a ser juzgados, lo que permite producir una sentencia de culpabilidad
o inculpabilidad, con el agotamiento del proceso penal, cuyo fin es garantizar
la tutela judicial efectiva siguiendo el proceso debido.
El Juez de control desempeña el rol de controlar la actividad de las partes
bajo el fiel cumplimiento de los derechos fundamentales. El Juez de Control
por ello, deberá calificar de legal la detención en flagrancia, presenciara la
audiencia de imputación en los delitos con aprehensión en flagrancia y cuando
se pretenda procesar delitos bajo el procedimiento menos graves, determinará
la aplicación de medidas de coerción personal y real, dictara auto de apertura
a juicio oral cuando determine pronóstico de condena. El Juez Control de
garantías, asegura la aplicación de la norma constitucional y procesal desde
la iniciación o activación del sistema de administración de justicia.

7
En cumplimiento de la actividad procesal en la fase preparatoria o de
investigación y fase intermedia, emerge el protagonismo de los Juzgados de
Control en materia Penal, previstas en el artículo 67 del Código Orgánico
Procesal Penal (2021) respecto a las competencias comunes de los juzgados
de primera instancia en funciones de control estadal y municipal, al señalar.

Son competencias comunes a los Tribunales de Primera Instancia


Municipal en funciones de control y de los Tribunales de Primera
Instancia Estadal en funciones de control; velar por el cumplimiento
de las garantías procesales, decretar las medidas de coerción que
fueren pertinentes, realizar la audiencia preliminar, la aplicación del
procedimiento por admisión de los hechos, y de las medidas
alternativas a la prosecución del proceso, así como cualquier otra
establecida en este Código o en el ordenamiento jurídico. También
serán competentes para conocer la acción de amparo a la libertad
y seguridad personal, salvo cuando el presunto agraviante sea un
tribunal de la misma instancia, caso en el cual el tribunal
competente será el superior jerárquico.

Lo cual indefectiblemente debe concatenarse atendiendo al alcance de


su actuación a lo dispuesto en el artículo 264, ejusdem, que establece:

Artículo 264. Control Judicial. A los jueces de esta fase les


corresponde controlar el cumplimiento de los principios y garantías
establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, tratados, convenios o acuerdos internacionales
suscritos y ratificados por la República y en este Código; y practicar
pruebas anticipadas, resolver excepciones, peticiones de las partes
y otorgar autorizaciones.

En interpretación a las referidas normas, se observa que los poderes


conferidos a los juzgados de control radican precisamente en controlar durante
la fase preparatoria las garantías y derechos de los justiciables, velar por el
cumplimiento de los principios establecidos en la Constitución, en los tratados
internacionales suscritos por la República, y en las leyes del ordenamiento
jurídico venezolano.
En este sentido, sobre las garantías provenientes de la tutela judicial
efectiva y del debido proceso, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de

8
Justicia, precisó en la sentencia número 345, de fecha 31 de marzo de 2005,
lo siguiente:

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela prevé un


conjunto de garantías procesales que sintetizan lo que constituye el
debido proceso en un Estado de Derecho y de Justicia. Dentro de
esas garantías procesales se encuentra la referida a la tutela judicial
efectiva consagrada en el artículo 26 de la Constitución, la cual tiene
un contenido complejo, que se manifiesta, entre otros, en el derecho
a obtener una sentencia fundada en derecho que ponga fin al
proceso. Este contenido del derecho a la tutela judicial efectiva, se
ajusta a dos (2) exigencias: 1) que las sentencias sean motivadas,
y 2) que sean congruentes.
En sintonía con el contenido de la garantía a la tutela judicial
efectiva, la Sala en innumerables sentencias ha reconocido los
derechos que, dentro del proceso penal, le asisten a las víctimas de
delitos (…)

Dichas facultades dadas al juez de control en esta fase preparatoria,


devienen del orden constitucional y son trascendentales para el proseguir y
porvenir del proceso en aras de alcanzar su finalidad en la justicia, por ello la
titularidad del Juez de Control, como garante del debido proceso constitucional
en materia penal se enmarcan bajo dichos parámetros que deberán
materializarse en la supervisión y control de las actuaciones de las partes,
principalmente la del Ministerio Público como director de la investigación. Así,
la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia
número 214 de fecha 25 de abril de 2024, señalo:

(..) es el funcionario encargado de controlar las fases de


investigación e intermedia del procedimiento penal ordinario y le
corresponde verificar el cumplimiento de los principios y garantías
establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, en nuestra legislación interna, en los tratados, y en los
convenios o acuerdos internacionales suscritos y ratificados por la
República.

En atención, a la actividad llevada por el imputado dada su pretensión y


sus derechos bajo tal cualidad, en el curso de la investigación ordenada por el
Ministerio Público, da lugar a la práctica de las diligencias probatorias

9
necesarias y cuyo resultado se resumirá en acta, el imputado puede realizar
las siguientes actuaciones o alegatos, para hacer valer su pretensión y
presunción de inocencia, las cuales el Juez de Control debe supervisar y
autorizar en los casos que así lo disponga la ley adjetiva penal.
La fase preparatoria puede iniciarse de oficio, de conformidad con el
artículo 265 del Código Orgánico Procesal Penal (2021), el cual dispone:

Artículo 265. Investigación del Ministerio Público. El Ministerio


Público, cuando de cualquier modo tenga conocimiento de la
perpetración de un hecho punible de acción pública, dispondrá que
se practiquen las diligencias tendientes a investigar y hacer constar
su comisión, con todas las circunstancias que puedan influir en su
calificación y la responsabilidad de los autores y demás partícipes,
y el aseguramiento de los objetos activos y pasivos relacionados
con la perpetración.

Por ello a Pérez (2019) expone sobre los modos de proceder del proceso
penal, que:

(…) en la fase preparatoria, y con ella el proceso penal por delitos


perseguidos de oficio, puede iniciarse de tres maneras:
Por constatación de oficio de un hecho con caracteres de delito
Por denuncia de un particular, y
Por querella de parte agraviada o víctima (p.42)

En consecuencia, las facultades del juez de control son de supervisión


en la fase preparatoria, y de director y decisor en la fase intermedia; sin
embargo, entre sus facultades no se encuentra contemplada la de iniciar por
sí mismo el proceso penal, en virtud de la naturaleza acusatoria del
procedimiento regulado en el Código Orgánico Procesal Penal (2021), ni la de
condenar, salvo en caso de admisión de los hechos, pero sí puede resolver el
fondo de la causa por medio del sobreseimiento.

Audiencia de Imputación en Venezuela

La imputación, se presenta como institución jurídica procesal mediante la


cual se le informa a una persona que está siendo sometida a un proceso de

10
investigación de carácter penal, como presunto autor o partícipe de un hecho
relevante para el derecho penal, este acto conmina al imputado a hacer valer
un cúmulo de derechos que surgen del debido proceso y permiten la
posibilidad de defenderse ante los señalamientos propios de la imputación.
Convirtiéndose tal institución jurídica como garantía para el imputado, ya
que, podrá hacer uso de un abogado de su confianza o acceder a la atención
de un defensor público, ejercer su derecho a la defensa, conocer a plenitud de
los hechos y circunstancias por la cual se le investiga. El artículo 126 del
Código Orgánico Procesal Penal (2021), establece que:

Se denomina imputado o imputada a toda persona a quien se le


señale como autor o autora, o participe de un hecho punible, por un
acto de procedimiento de las autoridades encargadas de la
persecución penal conforme a lo establecido en este código.

A través de este artículo del Código Orgánico Procesal Penal (2021),


queda definido claramente que el imputado, deviene como el sujeto que
presuntamente participó en un delito como autor o partícipe y en contra de
quien recae una investigación de carácter penal, en la cual el Ministerio Público
funge como director de la investigación y está llamado a finalizar la misma bajo
pronunciamiento de un acto conclusivo, llámese acusación, sobreseimiento o
archivo fiscal, este último aunque no pone fin a la investigación, es
considerado por el legislador como acto conclusivo.
Por otra parte, en el mismo Código Orgánico Procesal Penal (2021),
establece en el Artículo 126-A, señala:

El acto de imputación formal es una facultad exclusiva del Ministerio


Público en los delitos de acción pública. Se llevará a cabo ante la
fiscal o el fiscal del Ministerio Público, una vez que exista la
probabilidad objetiva de responsabilidad en el fundamento de la
imputación, con las excepciones previstas en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y este Código.

La práctica de la imputación es la información por parte del Fiscal del


Ministerio Público de manera formal, donde se le impone a la persona que será

11
investigada por presumirlo autor o partícipe de un hecho punible, el cual puede
llevarse a cabo ante el órgano judicial, específicamente ante el Juez de Control
o en sede del despacho fiscal, el primero cuando se trate de aprehensión en
flagrancia, por orden de aprehensión, o se solicite aplicación por imputación
de delitos menos graves. Indicado por la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia en sentencia número 1381, de fecha 30 de octubre de
2009, que es del siguiente tenor:

en la etapa de investigación del procedimiento ordinario, el acto de


imputación puede llevarse a cabo de las siguientes formas:
1. Ante el Fiscal del Ministerio Público encargado de la
investigación, ya sea porque: a) que la persona sido haya citada a
tal efecto por el Ministerio Público; o b) la persona haya
comparecido espontáneamente ante dicho órgano.
2. Ante el Juez de Control, cuando la persona haya sido
aprehendida. Este supuesto está referido, en el caso
del procedimiento ordinario, a la audiencia prevista en el artículo
250 del Código Orgánico Procesal Penal. En esta hipótesis, el
Ministerio Público comunicará a la persona aprehendida el hecho
que se le atribuye.
Por su parte, en los casos de aprehensiones en flagrancia, la
atribución -a la persona aprehendida- de uno o varios hechos
punibles por el Ministerio Público en la audiencia de presentación
del artículo 373 del Código Orgánico Procesal Penal, constituye el
acto de imputación (sentencia n. 276/2009, del 20 de marzo).

Por lo tanto, el acto procesal de imputación es una comunicación por


parte del director de la investigación, el Ministerio Público, donde el debate de
dicho acto se produce cuando el acto es llevado ante el órgano judicial y versa
sobre la imposición de medidas de coerción personal o real, para el
aseguramiento de las resultas del proceso, es la audiencia inicial o incipiente,
permitiendo formalizar la condición de imputado al investigado bajo el
conocimiento de las situaciones fácticas y jurídicas que se llevan en la
investigación penal. Al respecto Ortega (2013) apunta:

Antes de comenzar dicho acto, la persona deberá ser informada


sobre los derechos que la asisten, el fiscal le debe exponer de

12
manera clara y especifica acerca de los hechos que se le imputan,
cuál es el hecho que se le atribuye, con todas las circunstancias de
modo, tiempo y lugar de la comisión; explicarle en qué elementos
fundamentó su convicción y que comprometen la responsabilidad
penal de la persona a quien se le atribuye el hecho punible, describir
las diligencias de investigación practicadas y dar una calificación
jurídica provisional a los hechos imputados, así como el grado de
participación que tiene la persona en dichos hechos. (p. 29)

El legislador venezolano decidió mantener esta categoría a toda persona


procesada durante las diferentes etapas procesales, el imputado, sin embargo,
esta va cambiando a medida que el proceso se transforma en sus diferentes
momentos o fases procesales.

Atribuciones del Juez de Control en materia penal en la Audiencia de


Imputación en Venezuela

El sistema penal en Venezuela atendiendo a los principios rectores que


guían su estructura se le denomina acusatorio adversarial, ya que, la disputa
entre partes depende de la fijación de la acusación en contraposición de la
presunción de inocencia que detenta toda persona imputada dentro del
proceso penal, donde el juez de control de garantías, funge inicialmente como
observador y controlador de la actividad de las partes, para mantener incólume
el respeto de los derechos fundamentales y el cumplimiento de las exigencias
procesales; por tanto el rol del juez de control es garante y guardián de los
derechos de las personas que intervienen en el sistema procesal penal. Tal
como lo define Arango (2009), quien sostiene:

La implementación del sistema penal acusatorio en nuestro medio,


trajo consigo una figura realmente novedosa: la del juez de control
de garantías, funcionario que como su nombre lo indica, está
instituido para ejercer una revisión estricta, no sólo formal sino
principalmente sustancial, de una importante franja de actuaciones
penales, en las que se involucran derechos fundamentales de las
personas sometidas a la acción penal del Estado; de allí su papel
de garante y con ello el ejercicio de una función eminentemente
constitucional( p.1)

13
En otras palabras, es el Juez encargado de controlar la constitucionalidad
de la actividad del director de la investigación penal, es decir, del ministerio
público, en la fase de investigación, velar por el cumplimiento de las exigencias
constitucionales y procesales, evaluar y decretar las medidas de coerción
personal y real, y ser garante del cumplimiento material de los derechos de los
imputados y de las víctimas, afirma la citada autora que:

Es evidente que las funciones ejercidas por el juez de control de


garantías materializan la idea de un derecho procesal penal
dimensionado en clave de derecho constitucional aplicado. Es por
ello que sin lugar a dudas y por encima de esos interminables
cuestionamientos, la participación de esta figura en el desarrollo de
las actuaciones penales, resulta necesaria y de vital trascendencia
en nuestro medio, como un esfuerzo por seguir apostándole al
mayor grado de garantía para los derechos e intereses de los
afectados por la intervención penal y con ello de todos los
ciudadanos. (p.2)

Significa entones que el juez de control, tiene la responsabilidad de la


materialización del derecho penal en la fase de investigación o preparatoria y
en la fase intermedia, las cuales buscan depurar el proceso, para que el
eventual juicio oral, logre llevarse sin obstáculos procesales que impidan su
continuación.
El juez de control además de ser garante de los derechos
constitucionales y legales previstos en el ordenamiento jurídico venezolano,
cumple con una serie de actividades específicas relacionadas con la audiencia
de imputación, en primer lugar, es el órgano competente para efectuar la
juramentación del abogado que ejercerá la defensa del imputado, respecto al
desarrollo de la audiencia de imputación, para determinar los parámetros de
la actuación del juez de control nos sirve de guía lo estatuido en el segundo y
tercer aparte del artículo 356 del Código Orgánico Procesal Penal (2021),
norma que regula la audiencia de imputación que se lleva a cabo con ocasión
al procedimiento especial para el juzgamiento de delitos menos graves, a
saber:

14
En la audiencia de presentación, además de verificarse los
extremos previstos en el artículo 236 de este Código, la legitimidad
de la aprehensión, y la medida de coerción personal a imponer; el
Ministerio Público realizará el acto de imputación, informando al
imputado o imputada del hecho delictivo que se le atribuye con
mención de las circunstancias de tiempo, modo y lugar de su
comisión, incluyendo aquellas de importancia para la calificación
jurídica y las disposiciones legales que resulten aplicables.
En esta audiencia, el Juez o Jueza de Instancia Municipal, deberá
imponer al imputado del precepto constitucional que le exime de
declarar en causa propia, e igualmente le informará de las Fórmulas
Alternativas a la Prosecución del Proceso, las cuales de ser
solicitadas, podrán acordarse desde esa misma oportunidad
procesal, con excepción del procedimiento especial por Admisión
de los Hechos. La resolución de todo lo planteado se dictará al
término de la audiencia de presentación.

De lo cual se desprende que se trate de delitos menos graves o no, el


Juez de control en la audiencia donde se lleva a cabo la imputación debe en
aquellos casos donde la persona ha sido aprehendida verificar y pronunciarse
sobre la legalidad de la aprehensión, decidir acerca de las medidas de
coerción solicitadas por el Ministerio Público, así como imponer al imputado
del precepto constitucional que le exime de declarar en su contra y cederle la
palabra si este manifiesta su deber de declarar. Aunado a lo antes expuesto,
debe el juez en esa ocasión indicar si el proceso se va a regir por las normas
del proceso ordinario, por las disposiciones que regulan el procedimiento
abreviado de ser procedente por tratarse de aprehensión en flagrancia, o por
los artículos que prevén el procedimiento especial para el juzgamiento de
delitos menos graves, en atención a la naturaleza del delito y la pena indicada
en el tipo penal correspondiente.
Pero además de ello, en los supuestos en los cuales se trate de delitos
menos graves, debe el juez de control durante la audiencia de imputación
informar al imputado sobre las fórmulas alternativas a la prosecución del
proceso y acordarlas si el imputado a manifestado su deseo voluntario de
acogerse a alguna de ellas y el juez ha verificado que se encuentran
satisfechas las exigencias establecidas por el legislador.

15
SUPUESTOS EN QUE PUEDE EL JUEZ DE CONTROL DECRETAR EL
SOBRESEIMIENTO DE LA CAUSA DE ACUERDO AL ORDENAMIENTO
JURÍDICO VENEZOLANO

El proceso penal establecido en el Código Orgánico Procesal Penal


(2021), se estructura en cuatro (4) fases: la fase preparatoria o de
investigación, fase intermedia donde se lleva a cabo la audiencia preliminar,
fase de juicio (juicio oral), y fase de ejecución (ejecutoriedad de la sentencia
condenatoria).

Sobreseimiento de la causa en materia Penal

Esta figura jurídica es definida por Moreno (2009) de la forma siguiente


“Consiste el sobreseimiento en una decisión judicial en virtud de la cual se da
por terminado el proceso de manera definitiva, en razón de una causal
expresamente prevista en la ley, y que impide su prosecución”. (p. 452). El
sobreseimiento, como institución jurídica penal viene a ser la decisión judicial
que pone fin al proceso penal de manera definitiva, sin resolver el asunto de
fondo en determinación de la información provista por las pruebas.
La parte investigada dentro del procedimiento penal, sobre quien recae
la presunta responsabilidad penal, también llamada parte defendida o
imputada, obtiene beneficios por el sobreseimiento de una causa porque
implica que quedan completamente libre de cargos de la acusación, como se
vislumbra del contenido del artículo 301 del Código Orgánico Procesal Penal
(2021), que dispone:

El sobreseimiento pone término al procedimiento y tiene la


autoridad de cosa juzgada. Impide, por el mismo hecho, toda nueva
persecución contra el imputado o imputada o acusado o acusada a
favor de quien se hubiere declarado, salvo lo dispuesto en el artículo
20 de este Código, haciendo cesar todas las medidas de coerción
que hubieren sido dictadas.

16
Siendo así de suma importancia conocer las causales que hacen
procedente el sobreseimiento de la causa, dispuesto en el artículo 300 del
Código Orgánico Procesal Penal (2021), es procedente cuando: El hecho
objeto de la causa no se realizó o no puede atribuírsele al imputado; b) El
hecho imputado no es típico o concurre una causa de justificación, de
inculpabilidad o de no punibilidad; c) La acción penal se ha extinguido; y, d)
No existe razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos datos a la
investigación y no hay elementos de convicción suficientes para solicitar
fundadamente el enjuiciamiento del imputado. Respecto a la manera en cómo
puede tener lugar esta resolución judicial, Pérez (2010) señala:

1. Como acto conclusivo de la fase preparatoria, cuando así lo


solicita el fiscal ante el juez de control, al amparo del artículo 320,
cuando considere que concurre cualquiera de las circunstancias del
artículo 318.
2. Cuando como resultado de un alegato de defensa, el juez de
control o el tribunal de juicio constata la existencia de cualquiera de
las circunstancias a que se refieren los artículos 28, numerales 4 y
5, y 48 en relación con el artículo 33, numeral 4 y al artículo 318
numerales 1 y 3.
3. Cuando el juez de control o el tribunal de juicio, de oficio,
comprueben la existencia de cualquiera de las circunstancias
señalas. (p. 362).

De manera que el sobreseimiento de la causa puede tener lugar en las


fases preparatoria, intermedia e incluso en la de juicio, siempre que el juzgador
verifique bien sea a solicitud de parte o de oficio que está en presencia de
alguna de las causales previstas por el legislador para su procedencia.
En los casos en que el sobreseimiento sea solicitado por la
representación fiscal como un acto conclusivo de la investigación penal, tiene
el órgano jurisdiccional un lapso de cuarenta y cinco días para decidir, y en
caso de no estar de acuerdo el legislador prevé que debe remitir las
actuaciones al fiscal superior para que este ratifique o rectifique el pedimento
fiscal, pudiendo enviar las actuaciones a otro despacho fiscal si considera que
lo procedente es continuar con la pesquisa y luego presentar el acto conclusivo

17
correspondiente que pudiera ser o no una solicitud de sobreseimiento de la
causa. Ante este escenario la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia en sentencia número 537 de fecha 12 de julio de 2017, instauró se:

SUSPENDE la aplicación del único aparte del artículo 305 del


Código Orgánico Procesal Penal publicado en la Gaceta Oficial
de la República Bolivariana de Venezuela n° 6.078
Extraordinario, del 15 de junio de 2012, hasta tanto esta Sala
dicte sentencia definitiva en la presente causa.
En consecuencia, esta Sala establece en forma temporal un
régimen procesal transitorio, referido a la señalada suspensión,
esto es, que no decretado el sobreseimiento, el Juez debe
ordenar al Ministerio Público continuar con la investigación, sin
perjuicio de su autonomía para concluir la investigación
nuevamente. (Negrillas propias del texto)

Ahora bien, esta figura trascendental para el proceso penal, debe


aplicarse con total sujeción a las indicaciones del legislador, ya que, vista su
consecuencia procesal, su utilización extra legal conlleva a incurrir en acto
judicial irrito e inconstitucional, a lo que el artículo 25 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (2009), establece que:

Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o


menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la ley
es nulo, y los funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo
ordenen o lo ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y
administrativa, según los casos, sin que les sirvan de excusa
órdenes superiores.

Por lo tanto, puede extraerse que la disposición transcrita, establece la


nulidad de los actos del Poder Público que hagan nugatorios los derechos
garantizados a los ciudadanos por la Constitución y la Ley.

Procedibilidad del Sobreseimiento en materia Penal

Las causales de procedibilidad en atención a la institución jurídica


procesal de sobreseimiento se demarcan en lo dispuesto en el artículo 300 del
Código Orgánico Procesal Penal (2021), el cual señala:

18
Artículo 300. El sobreseimiento procede cuando:
1. El hecho objeto del proceso no se realizó o no puede atribuírsele
al imputado o imputada.
2. El hecho imputado no es típico o concurre una causa de
justificación, inculpabilidad o de no punibilidad.
3. La acción penal se ha extinguido o resulta acreditada la cosa
juzgada.
4. A pesar de la falta de certeza, no exista razonablemente la
posibilidad de incorporar nuevos datos a la investigación, y no haya
bases para solicitar fundadamente el enjuiciamiento del imputado o
imputada.
5. Así lo establezca expresamente este Código.

Estos supuestos de procedencia han sido clasificados por la doctrina


como supuestos objetivos, supuestos subjetivos, supuestos extintivos y
finalmente ausencia de material instructorio. Siendo los primeros de ellos los
que versan sobre el hecho en sí, los segundos los relacionados con el sujeto
activo del delito, los terceros los atinentes a las causas de extinción de la
acción penal y la acreditación de la cosa juzgada, en los cuales hay que
considerar lo expresado por el legislador en el artículo 49 del Código Orgánico
Procesal Penal (2021), y finalmente, la ausencia de materiales instructores es
la falta de elementos de convicción que permitan ejercer la acción penal a
través de un escrito acusatorio, sumado a la imposibilidad cierta de ser
incorporados nuevos datos a la investigación penal.
La clasificación mencionada anteriormente, se ha efectuado con la
finalidad de determinar en qué supuestos es procedente el sobreseimiento de
la causa sin que se haya individualizado al presunto responsable del hecho,
no siendo ello posible únicamente en aquellas causas que dan lugar a un
supuesto subjetivo referido al sujeto activo del tipo penal.
Aunado a ello, dichos supuestos, están sujetos a una actividad
investigativa que permitiese dilucidar la existencia de una de estas causales
que permita su procedibilidad, ante la solicitud de sobreseimiento se debe
especificar cuál de los cuatro supuestos expresados por el legislador en el

19
artículo 300 del Código Orgánico Procesal Penal (2021) tiene lugar en el
proceso y por qué; en este sentido, el autor Moreno (2009) ha afirmado:

Deberá fundamentarse el fiscal del Ministerio Público en que el


hecho imputado no es típico, (…) o bien, concurre una causa de
justificación, esto es, cuando el hecho encuadra en principio dentro
de los supuestos de la ley penal, pero por determinadas
circunstancias que concurren en su comisión... (p. 454).

Aunque el autor hace mención a la obligación de fundamentación del


Ministerio Público al solicitar el sobreseimiento de la causa con fundamento en
el artículo 300 numeral segundo de la norma adjetiva penal, igual obligación
de motivar pesa sobre los jueces de la República en cada una de sus
decisiones, bajo la exigencia del artículo 303 del Código Orgánico Procesal
Penal (2021), señala:

Artículo 303. El Juez o Jueza de Control, al término de la audiencia


preliminar, podrá declarar el sobreseimiento si considera que
proceden una o varias de las causales que lo hagan procedente,
salvo que estime que éstas, por su naturaleza, sólo pueden ser
dilucidadas en el debate oral y público.

Se precisa del legislador, que las causales para solicitar el


sobreseimiento pueden ser varias y conjuntas, con la salvedad que no se
contradigan entre sí, siempre y cuando no exijan la apreciación y valoración
del material probatorio, ya que, no es el momento procesal para adentrarse al
fondo del asunto, el cual es un momento exclusivo y excluyente del juicio oral.
Concatenado con la exigencia del legislador en el artículo 306 numeral 3
ejusdem, dice: “El auto por el cual se declare el sobreseimiento de la causa
deberá expresar: 3. Las razones de hecho y de derecho en que se funde la
decisión, con indicación de las disposiciones legales aplicables”. Debiendo el
Juez de Control motivar las razones por las cuales considera oportuno la
declaratoria de sobreseimiento, fundamentación que debe cumplir con
razonamientos lógico procesales y materiales que se subsuman en las
exigencias de procedibilidad de sobreseimiento.

20
Temporalidad Procesal para decretar el Sobreseimiento por el Juez de
Control en Venezuela

La temporalidad procesal en materia penal, es referente a la limitación


temporal que debe existir para la realización de actuaciones y actos dentro del
proceso, se presenta como garantía para dinamizar el proceso en busca de su
celeridad, evitando la prolongación injustificada por el transcurrir del tiempo,
en detrimento de los justiciables.
Siguiendo a Rosillo (2017), señala “El ámbito de aplicación de la ley en
materia penal, es uno de los cuatro efectos de la ley penal, además, se
proyecta en el espacio, en el tiempo, en las personas y en la materia. La
temporalidad se refiere al tiempo”. (p.12)
Dicha temporalidad procesal se desprende del análisis del contenido de
las normas dispuestas en el Código Orgánico Procesal Penal (2021) que
regulan el momento procesal de su aplicación, como el tiempo que perdurará
dentro del proceso, así, acatando a la problemática planteada en cuanto al
carácter temporal del sobreseimiento para ser decretado, tenemos varios
supuestos, a saber:
El primero de ellos, es durante la fase preparatoria del proceso penal,
cuando lo ha solicitado el Ministerio Público como un acto conclusivo de la
investigación, en cuyo caso al ser decretado dará término al proceso de forma
definitiva al adquirir firmeza la decisión judicial, sin que se continue con las
demás fases del proceso penal.
El segundo de ellos, igualmente tiene lugar durante la primera fase del
proceso penal, a través del trámite de excepciones, es decir, como resultado
de la resolución de los obstáculos al ejercicio de la acción penal opuestos por
el imputado o su defensa, como se observa de lo dispuesto en el artículo 30
del Código Orgánico Procesal Penal (2021), que estatuye:

Las excepciones interpuestas durante la fase preparatoria se


tramitarán en forma de incidencia, sin interrumpir la investigación y
será propuestas por escrito debidamente fundado ante el Juez o

21
Jueza de Control, ofreciendo las pruebas que justifican los hechos
en que se basan y acompañando la documentación
correspondiente, con expresa indicación de los datos de
identificación y dirección de ubicación de las otras partes.
Planteada la excepción, el Juez o Jueza notificará a las otras partes,
para que dentro de los cinco días siguientes a su notificación,
contesten y ofrezcan pruebas. La víctima será considerada parte a
los efectos de la incidencia, aun cuando no se haya querellado, o
se discuta su admisión como querellante.
Si la excepción es de mero derecho, el juez o jueza sin más trámite,
dictará resolución motivada dentro de los tres días siguientes al
vencimiento del plazo de cinco días.
De igual forma procederá en caso de no haberse ofrecido pruebas.
En caso de haberse promovido pruebas, el Juez o Jueza, si la
cuestión no es de mero derecho, convocará a todas las partes, sin
necesidad de notificación previa, a una audiencia oral, que se
celebrará dentro de los ocho días siguientes a la publicación del
auto respectivo. (…)

En este sentido, puede el juez de control durante la fase preparatoria


conocer sobre las excepciones establecidas en el artículo 28 de la norma
adjetiva penal, cuando sea requerido de manera escrita y fundada por laguna
de las partes, cuya resolución debe efectuarse conforme a lo previsto en el
artículo 34 ejusdem, a saber:

La declaración de haber lugar a las excepciones previstas en el


artículo 28 de este Código, producirá los siguientes efectos:
1. La del numeral 1, el señalado en el artículo 36 de este código.
2. La del numeral 2, remitir la causa al tribunal que corresponda su
conocimiento.
3. La del numeral 3, remitir la causa al tribunal que resulte
competente, y poner a su orden al imputado o imputada, si estuviere
privado o privada de su libertad.
4. La de los numerales 4, 5 y 6, el sobreseimiento de la causa.

Siendo así, cuando durante la fase preparatoria el imputado y/o su


defensa opongan las excepciones consistentes en la cosa juzgada, nueva
persecución contra el imputado, en la falta de carácter penal de la denuncia o
querella, en una prohibición legal de intentar la acción propuesta, el
incumplimiento de requisitos de procedibilidad para intentar la acción, la falta

22
de legitimación de la víctima para intentar la acción, falta de capacidad del
imputado, caducidad de la acción penal, extinción de la acción penal, o por
indulto, y el juez de control corrobore que efectivamente está ante alguno de
esos escenarios deberá dictar el sobreseimiento de la causa.
Ahora bien, como tercer supuesto, el juez de control puede dictar el
sobreseimiento de la causa como resolución al término de la audiencia
preliminar que se lleva a cabo en la fase intermedia del proceso penal,
conforme a lo estatuido en los numerales 3 y 4 del artículo 313 del Código
Orgánico Procesal Penal (2021), los cuales instauran que finalizada la
audiencia preliminar el juez puede resolver según corresponda “3. Dictar el
sobreseimiento, si considera que concurren algunas de las causales
establecidas en la ley”; y “4. Resolver las excepciones opuestas”, lo cual como
se indicó anteriormente puede generar el sobreseimiento de la causa si se
trata de las excepciones establecidas en los numerales 4, 5 y 6 del artículo 28
ejusdem. Siendo importante, mencionar además la decisión vinculante de la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia número 487 de fecha 4
de diciembre de 2019, en la que impone:

4.- Se ORDENA la publicación de la presente decisión en la Gaceta


Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, así como en la
Gaceta Judicial, de conformidad a lo establecido en el artículo 126
de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, con la
siguiente mención en su sumario:
Sentencia de la Sala Constitucional que establece con carácter
vinculante, que la declaratoria con lugar de la excepción
prevista en el artículo 28, numeral 4, letra “i” del Código
Orgánico Procesal Penal, puede dar lugar a un sobreseimiento
definitivo, en los casos en que el Juez de Control, una vez
efectuado el control material de la acusación en la audiencia
preliminar, considere que no existe un pronóstico de condena
contra el imputado. (Negrillas y cursivas propias del texto)

Lo cual se concatena con lo establecido en el texto adjetivo penal en el


artículo 303 que es del siguiente tenor: “El Juez o Jueza de Control, al término
de la audiencia preliminar, podrá decretar el sobreseimiento si considera que

23
proceden una o varias de la causales que lo hagan procedente.” Por tanto,
puede el juez de control declarar el sobreseimiento de la causa en los tres
supuestos indicados con fundamento en lo previsto en la norma adjetiva penal.

ACTUACIÓN DEL FISCAL DEL MINISTERIO PÚBLICO ANTE EL


DECRETO DE SOBRESEIMIENTO DICTADO POR EL JUEZ DE CONTROL
DURANTE LA REALIZACIÓN DE LA AUDIENCIA DE IMPUTACIÓN EN
VENEZUELA

El Ministerio Público en Venezuela, es un órgano perteneciente al Poder


Ciudadano, con carácter autónomo e independiente, bajo la dirección del
Fiscal General de la República, elegido por la Asamblea Nacional. Siendo este
el encargado de ejercer la acción penal en nombre del Estado, es único e
indivisible, tiene entre sus funciones, investigar los hechos punibles que se
cometan en el territorio del estado venezolano, y ejercer la acción penal,
delegando en los fiscales del ministerio público, tales atribuciones con el fin de
cumplir a cabalidad sus funciones como institución integrante del sistema de
justicia penal. Como se vislumbra de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (2009) en los numerales 3 y 4 del artículo 285, que
son del siguiente tenor:

Artículo 285. Son atribuciones del Ministerio Público:


(…)
3. Ordenar y dirigir la investigación penal de la perpetración de los
hechos punibles para hacer constar su comisión con todas las
circunstancias que puedan influir en la calificación y responsabilidad
de los autores o las autoras y demás participantes, así como el
aseguramiento de los objetos activos y pasivos relacionados con la
perpetración.
4. Ejercer en nombre del Estado la acción penal en los casos en
que para intentarla o proseguirla no fuere necesaria instancia de
parte, salvo las excepciones establecidas en la ley.

El fiscal del Ministerio Público en las investigaciones penales, funge


como director de la investigación por atribución constitucional como se observa
de la norma citada, lo cual sirve como base para las competencias expuestas

24
en el artículo 111 del Código Orgánico Procesal Penal (2021), siendo
trascendental ante la temática de estudio planteada los numerales que se
muestran a continuación:

Artículo 111. Corresponde al Ministerio Público en el proceso penal:


1. Dirigir la investigación de los hechos punibles para establecer la
identidad plena de sus autores o autoras y partícipes. (…)
4. Formular la acusación y ampliarla, cuando haya lugar, y solicitar
la aplicación de la penalidad correspondiente. (…)
7. Solicitar cuando corresponda el sobreseimiento de la causa o la
absolución del imputado o imputada.
8. Imputar al autor o autora, o participe del hecho punible. (…)
15. Velar por los intereses de la víctima en el proceso y ejercer su
representación cuando se le delegue o en caso de inasistencia de
ésta al juicio. (…)

Atribuciones que confiere el legislador en cumplimiento con lo dispuesto


en el artículo 285 constitucional, referidas al ejercicio de la acción penal que
se materializa con la orden de inicio de la investigación, la práctica de
diligencias de investigación, la imputación formal, la interposición de un escrito
acusatorio, y de manera general con la realización de la persecución penal. Al
respecto, Ortega (2013) refiriéndose al artículo 265 de la norma adjetiva penal,
sostiene:

Esta norma tiene su concreción fáctica en la orden de inicio de la


investigación penal. Es mediante este pronunciamiento motivado
que se deja expresa constancia de que el Ministerio Público tuvo
conocimiento de la presunta comisión de un hecho punible y, en
consecuencia, pone en marcha todo el sistema de justicia para
lograr el total esclarecimiento de los hechos.
Para la averiguación de los hechos, el fiscal puede practicar o hacer
practicar toda clase de diligencias, para lo cual puede apoyarse en
los órganos de policía investigación penal, es decir, principalmente
en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas. (p. 21)

En este sentido, el fiscal del Ministerio Público puede apoyarse en


órganos de policía de investigaciones penales para la práctica de las
diligencias de investigación con fines probatorios, y para ello el legislador lo

25
faculta a ejercer supervisión sobre los funcionarios policiales en el desarrollo
de tal tarea. Al respecto, la autora previamente citada también expone:

El fiscal del Ministerio Público es quien controla la actividad


investigativa. Hay que tener claro que ni los funcionarios que funjan
como auxiliares de la investigación, ni aquellos que se encuentren
adscritos a cualquier otro cuerpo de policía de investigación penal,
tiene independencia o autonomía para la practicar las diligencias
que se estimen necesarias. Le corresponde al Ministerio Público
ordenar y supervisar la labor que ejecutan los funcionarios policiales
que tengan asignadas funciones de investigación, ello con el
propósito, entre muchos otros, de que en el proceso se respeten los
derechos y garantías de todas las partes involucradas. (p. 23)

Es fundamental en este aspecto, la supervisión que los fiscales del


Ministerio Público realicen de la actuación de los órganos de policía de
investigaciones penales, porque además tiene atribuida la función de ser
garante de los derechos y garantías previstos en la Constitución Nacional y en
los tratados, pactos y acuerdos internacionales que haya suscrito la República,
debiendo así evitar desviaciones que comporten vulneraciones de derechos
humanos. Por ello, Ávila (2013) afirma:

Así entonces, en el sistema acusatorio el Ministerio Público se


constituye en la agencia especializada que dirige la investigación
penal, que como ya se ha explicado la misma al afectar derechos
fundamentales debe tener control jurisdiccional, lo que su vez le da
su carácter procesal a esta fase. Es esta investigación la que nutre
y sustancia a la acusación, lo que coloca a carga de la prueba sobre
los hombros de esta agencia. (p. 197)

Criterio que tiene asidero jurídico en el ordenamiento jurídico venezolano,


que contempla el sistema de carga de la prueba unilateral positivo, en donde
sólo la parte acusadora tiene la obligación de probar la comisión del hecho
punible y la responsabilidad penal del imputado, en virtud que al justiciable lo
ampara el principio de presunción de inocencia contemplado en el artículo 49
del Texto Fundamental, que implora que debe ser tratado como inocente hasta
tanto se compruebe su culpabilidad mediante una sentencia condenatoria

26
definitivamente firme. Por lo que esta obligación del Estado recae en manos
del Ministerio Público como titular de la acción penal y director de la
investigación penal.

Actuación del Fiscal del Ministerio Público en la Fase preparatoria del


proceso penal

La fase preparatoria es de carácter fiscal, pues su apertura, ejecución y


clausura está en manos del fiscal del Ministerio Público; sin embargo, es
excepcionalmente jurisdiccional, cuando le corresponde intervenir al juez de
control, en razón de actos que puedan ser lesivos a los derechos
constitucionales y procesales que detentan las partes: imputado y víctima.
Así la fase preparatoria es controlada por el órgano judicial, por cuanto
es destinado a dictar pronunciamiento para el proseguir del proceso,
acordando la fase subsiguiente, fase intermedia.
Cabe destacar lo establecido en el Libro Segundo denominado Del
Procedimiento Ordinario, Título I Fase Preparatoria, Capítulo I Normas
Generales, en donde se indica el objeto de esta fase en el artículo 262 de la
norma adjetiva penal, como a continuación se transcribe:

Esta fase tendrá por objeto la preparación del juicio oral y público,
mediante la investigación de la verdad y la recolección de todos los
elementos de convicción que permitan fundar la acusación de él o
la Fiscal y la defensa del imputado o imputada.

Significa, entonces que la fase preparatoria, las funciones que cumple es


a través del Ministerio Público, es decir, las que corresponden a los actos de
investigación, sin perjuicio de la intervención del imputado, investigación de la
verdad y la recolección de todos los elementos de convicción, dotado de
medios de prevención, identificación, aseguramiento, todos dentro del marco
del Estado de Derecho.
En la fase preparatoria el representante de la vindicta pública podrá
solicitar sea decretado el sobreseimiento de la causa, cuando de los resultados

27
dimanados de la investigación, resulte que encuadre en alguna de las causales
comprendidas en el artículo 300 del Código Orgánico Procesal Penal (2021).
Según lo explica Bello (2017), la defensa en la etapa preparatoria:

Establecido que la defensa es un derecho fundamental de rango


constitucional, clave del debido proceso, que da lugar a una
institución, la Defensa Pública, y que tiene un efecto radial sobre
otros sujetos procesales, o de condición binaria. La fase
preparatoria es de carácter judicial, o más específicamente, fiscal,
pues su apertura, ejecución y clausura está en manos del fiscal del
Ministerio Público, sin embargo, es excepcionalmente jurisdiccional,
cuando le corresponde intervenir al juez de control, en razón de
actos que puedan ser lesivos al goce y ejercicio de los derechos
fundamentales por su impertinencia procedencia. (p.233)

Continua explicando el autor antes señalado, en cuanto a los fines, que


los mismos están establecidos claramente en los artículos 262 y 265 del
Código Orgánico Procesal Penal (2021), se sintetizan en la investigación y
acreditación de la comisión de un hecho punible; recolección y aseguramiento
de sus objetos activos y pasivos, con todas las circunstancias favorables o no
al responsable; la individualización e identificación de autores y partícipes,
eventualmente, el aseguramiento de su comparecencia al proceso.
En palabras concisas, investigar la verdad por medio de la justicia, que
es la aplicación de la Ley. Las funciones que cumple la fase preparatoria son
a través del Ministerio Público, es decir, las que corresponden a los actos de
investigación, sin perjuicio de la intervención del imputado, la víctima y el juez
como controlador constitucional de dichos actos, en el marco del respeto y
ejercicio de los derechos fundamentales.
Las funciones son la praxis de sus fines según sus propiedades. Y se
cumplen también en los otros actos procesales propios de esta etapa, tales
como la orden de inicio, el acto de imputación, el acto conclusivo, y aquellos
otros actos particulares que requieren autorización del juez de control, o que
sean eventualmente pertinentes, aunque no amerite intervención
jurisdiccional.

28
Actividad del Ministerio Público ante los actos de sobreseimiento
dictados en la audiencia de imputación en Venezuela

El Estado constitucional de derecho y de justicia que se consagra bajo la


garantía de la tutela judicial efectiva, establecida en el artículo 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2009) y su desarrollo
en el texto adjetivo penal en atención al resguardo de la víctima del delito, en
donde es considerada como sujeto y actor procesal penal, gozando de
protección jurídica, la cual se materializa en la atención de las instituciones del
Estado, especialmente ante el compromiso del Ministerio Público, quien debe
fungir como garante del debido proceso y de los derechos de la víctima.
Es así, como la regulación del Código Orgánico Procesal Penal (2021),
consagra en su artículo 23, que:

Artículo 23: Protección de las víctimas. Las víctimas de hechos


punibles tienen el derecho de acceder a los órganos de
administración de justicia penal de forma gratuita, expedita, sin
dilaciones indebidas o formalismos inútiles, sin menoscabo de los
derechos de los imputados o imputadas o acusados o acusadas. La
protección de la víctima y la reparación del daño a la que tengan
derecho serán también objetivos del proceso penal. Los
funcionarios o funcionarias que no procesen las denuncias de las
víctimas de forma oportuna y diligente, y que de cualquier forma
afecte su derecho de acceso a la justicia, serán sancionados
conforme al ordenamiento jurídico.

Teniendo así la víctima la oportunidad de ser parte del proceso, con


capacidad de ejercer la acción penal, siguiendo a Ruiz (2016): “incorporar a la
víctima (…) en lo que se ha denominado visión sistémica del fenómeno
criminoso, se valora los aportes innegables de la criminología” (p. 92). Siendo
que la participación de la víctima es un elemento trascendental para la
búsqueda de la verdad material como finalidad del proceso de lograr la justicia.
Por tanto, la protección y resguardo de los intereses de la víctima son
objetivos del proceso penal, que recaen, ante la obligación del Ministerio
Público de velar y hacer cumplir los intereses de esta en todas las fases del

29
proceso. Así como los jueces de garantizar y cumplir la vigencia de sus
derechos durante el proceso. En atención a la protección de la víctima del
delito, siguiendo a Han (2009) que el texto adjetivo penal, contempla dos
niveles de protección:

En primer lugar, un deber del Estado para que los daños causados
a la víctima puedan ser reparados con eficacia y en forma oportuna,
a la vez que sus intereses dentro del juicio sean cuidadosamente
vigilados por el Ministerio Público. En segundo lugar, consagra
expresamente un mandato a los operadores de justicia para que a
la víctima se le respete, a la vez que se ofrece vías alternativas para
su participación y protección de sus derechos, convirtiéndolos en
objetivos del proceso penal. (p.90)

En cuanto al primer nivel de protección enmarcado por el autor otorgado


por el legislador a las víctimas, representa una garantía procesal de efectos
materiales que se ejecutan con la participación dentro del proceso, vigencia
de sus derechos en cualquier fase del proceso penal y procura de
resarcimiento o compensación material por los daños sufridos.
Deviene en consecuencia, la peculiaridad con la cual el Ministerio Público
debe enrumbar su actividad, investigativa, procesal para garantizar el respeto
al debido proceso y el reconocimiento de los derechos de la víctima.
Siendo así, ante la declaratoria de sobreseimiento de la causa en la
audiencia de imputación por parte del Tribunal de Control, como acto que pone
fin al proceso, conmina indefectiblemente al representante del Ministerio
Público agotar los mecanismos impugnativos ante la flagrante violación de los
derechos constitucionales y procesales, siendo ello la apelación de autos de
la decisión como medio ordinario y el agotamiento de los medios recursivos
extraordinarios como la activación de la Casación Penal. De igual manera,
evaluar la posibilidad de activar el procedimiento de acción de amparo, por
vulneración del orden constitucional.
En la sentencia número 214 de fecha 25 de abril de 2024 de la Sala de
Casación Penal, donde se presentó una situación procesal que concuerda

30
cabalmente con el problema planteado en la presente investigación, se
observa con preocupación que el recurrente de la víctima es solo el
querellante, es decir, no existe el acompañamiento por parte de la
Representación Fiscal, marcando un silencio tenebroso ante el compromiso
constitucional, procesal e institucional en respeto del debido proceso y de los
derechos de la víctima del delito. Toda vez que el Ministerio Público esta
constreñido a impulsar el proceso para el respeto a la tutela judicial efectiva y
el fiel cumplimiento del debido proceso constitucional, para así generar
seguridad jurídica a la ciudadanía.

CONCLUSIONES

Durante la fase preparatoria del proceso penal, oportunidad procesal en


la que se lleva a cabo la audiencia de imputación, el Juez de control cumple el
rol de controlar la actividad de las partes bajo el fiel cumplimiento de los
derechos fundamentales. En consecuencia, las facultades del juez de control
son de supervisión en la fase preparatoria.
Ahora bien, el acto procesal de imputación es una comunicación por parte
del director de la investigación, el cual recae en el Ministerio Público, permite
formalizar la condición de imputado al investigado bajo el conocimiento de las
situaciones fácticas y jurídicas que se llevará la investigación penal, debe
contener la descripción detallada del hecho que se atribuye a cada individuo;
imputación individualizada, la precalificación jurídica y los elementos de
convicción con que cuenta la representación del Ministerio Público.
Este acto trascendental para el proceso se lleva a cabo ante el juez de
control sólo en casos de aprehensión flagrante o por orden judicial, y en el
procedimiento especial para el juzgamiento de delitos menos graves. En
consecuencia, en los dos primeros escenarios el juzgador debe verificar y
pronunciarse sobre la legalidad de la aprehensión, decidir acerca de las
medidas de coerción solicitadas por el Ministerio Público, así como imponer al

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imputado del precepto constitucional que le exime de declarar en su contra y
cederle la palabra si este manifiesta su deber de declarar.
Y de forma específica, cuando el acto formal de imputación tiene lugar
ante el tribunal de control por tratarse de delitos menos graves, debe el juez
de control durante la audiencia de imputación informar al imputado sobre las
fórmulas alternativas a la prosecución del proceso y acordarlas si el imputado
a manifestado su deseo voluntario de acogerse a alguna de ellas y el juez ha
verificado que se encuentran satisfechas las exigencias establecidas por el
legislador.
El sobreseimiento, como institución jurídica penal viene a ser la decisión
judicial que pone fin al proceso penal de manera definitiva, sin resolver el
asunto de fondo en determinación de la información provista por las pruebas.
Procede atendiendo a lo dispuesto en el artículo 300 del Código Orgánico
Procesal Penal (2021), esta figura trascendental para el proceso penal, debe
aplicarse con total sujeción a las indicaciones del legislador, ya que, vista su
consecuencia procesal, su utilización extra legal conlleva a incurrir en acto
judicial irrito e inconstitucional.
Las causales para solicitar el sobreseimiento pueden ser varias y
conjuntas, con la salvedad que no se contradigan entre sí, siempre y cuando
no exijan la apreciación y valoración del material probatorio, ya que, no es el
momento procesal para adentrarse al fondo del asunto, el cual es un momento
exclusivo y excluyente del juicio oral.
El Juez de Control puede decretar el sobreseimiento de la causa: 1)
durante la fase preparatoria del proceso penal, cuando lo ha solicitado el
Ministerio Público como un acto conclusivo de la investigación, 2) durante la
fase preparatoria, como resultado de la resolución de los obstáculos al
ejercicio de la acción penal opuestos por el imputado o su defensa, cuando
estos están referidos a los numerales 4, 5 y 6 del artículo 28 de la norma
adjetiva penal; y 3) como resolución al término de la audiencia preliminar que
se lleva a cabo en la fase intermedia del proceso penal, conforme a lo estatuido

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en los numerales 3 y 4 del artículo 313 del Código Orgánico Procesal Penal
(2021).
El acto formal de imputación es una facultad exclusiva del Ministerio
Público dada la naturaleza jurídica del acto y lo que deviene del mismo, las
competencias del representante fiscal de dirigir la investigación penal y ejercer
la acción penal en nombre del Estado. Sin embargo, en el procedimiento
especial para el juzgamiento de delitos menos graves este acto aun cuando
sigue siendo exclusivo del Ministerio Público se realiza en audiencia ante el
tribunal de primera instancia municipal en funciones de control, siendo que el
legislador previno que desde esa oportunidad procesal se pueden acordar
fórmulas alternativas a la prosecución del proceso. Lo que limita
indefectiblemente al Juez de Control en la audiencia de imputación
pronunciarse sobre un sobreseimiento definitivo, cuando se está en una etapa
incipiente del proceso penal en la que le compete al Ministerio Público realizar
las diligencias de investigación con fines probatorios a objeto de poder
demostrar la comisión del hecho punible y la responsabilidad de los autores y
partícipes del mismo.

RECOMENDACIONES.

Es importante resaltar que, la protección y resguardo de los intereses de


la víctima son objetivos del proceso penal, que recaen, ante la obligación del
Ministerio Público de velar y hacer cumplir los intereses de esta en todas las
fases del proceso. Por ello, ante la declaratoria de sobreseimiento de la causa
en la audiencia de imputación por parte del Tribunal de Control, como acto que
pone fin al proceso, conmina indefectiblemente al representante del Ministerio
Público agotar los mecanismos impugnativos ante la flagrante violación de los
derechos constitucionales y procesales, siendo ello la apelación de autos de
la decisión como medio ordinario y el agotamiento de los medios recursivos
extraordinarios como la activación de la Casación Penal. De igual manera,

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evaluar la posibilidad de activar el procedimiento de acción de amparo, por
vulneración del orden constitucional.
Por todo lo antes expuesto, la institucionalidad del Ministerio Público
debe instar a los fiscales adscritos a ella, el deber y compromiso de
proporcionar a las víctimas de delito un acompañamiento fiel, provisto de
lealtad y probidad ante sus actuaciones, demostración que debe materializarse
en el agotamiento del debido proceso, ante decisiones infundadas que violan
el texto constitucional y procesal, por ello, ante el decreto de sobreseimiento
por un tribunal de control en la audiencia de imputación en sede judicial, como
acto inconstitucional se debe agotar todos los medios de impugnación
oportunos y pertinentes para plasmar fehacientemente el criterio de garante
del debido proceso y protector de las víctimas del delito.

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