Abigail

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UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA DEL CARIBE

ALUMNO:
CARLOS DANIEL CRUZ VÁZQUEZ

LECENCIATURA:
PSICOLOGÍA 6TO.CUATRIMESTRE

NOMBRE DEL PROYECTO:


TRES TIPOS DE ESPACIO

ASIGNATURA:
PSICOLOGIA Y MEDIO AMBIENTE:
DOCENTE:
ABIGAIL BUENO

CICLO ESCOLAR:
2022-2023

“TRES TIPOS DE ESPACIO”


#1. Privacidad y medio físico.
Atendiendo estrictamente a los aspectos ambientales, el espacio puede
diferenciarse en función del grado de privacidad que, potencialmente puede
ofrecer, nos referimos a la capacidad mayor o menor que ofrecen los entornos
para la regulación de la interacción, es decir, la privacidad.

 Espacio privado.

En términos de privacidad se entiende por espacio privado aquel espacio en el


cual una persona o grupo de personas puede establecer una regulación
consciente y efectiva de su interacción social con los demás. En estos espacios,
los mecanismos de regulación de la privacidad son, o bien amplios en cuanto a
repertorio, o bien efectivos en cuanto a su aplicación, o ambas cosas.
El coche propio, una oficina privada o un despacho son, por supuesto lugares
fácilmente calificables de privados. Pero, sin duda, la propia casa es,
tradicionalmente, el lugar privado por excelencia: la regulación de la interacción a
través de elementos físicos como puertas, tabiques o ventanas suele ser
sumamente efectivo. Además, suele ser el espacio más fácil y cómodamente
gestionable por parte de las personas. Pero, incluso dentro de la propia casa
existen diferentes niveles de privacidad. Así no es igual de privado el recibidor o el
salón de la casa que el dormitorio principal o el baño.

 Espacio público.

En el extremo opuesto del espacio privado se encuentra el espacio público,


entendido aquí como el espacio en el cual la regulación de la privacidad es
inexistente o escasa, y en todo caso más débil o menos prolongada en el tiempo.
En estos espacios la persona o grupo están forzosamente abiertos a la interacción
con los demás, a la mirada del otro, al abordaje social, y poco pueden regular la
información, al menos en lo que se refiere a la imagen externa, que ofrecen a los
demás.
El espacio público, tal y como lo entiende la privacidad, puede tener que ver con la
idea de espacio público propia del urbanismo, es decir, aquel espacio de una
ciudad definido en términos de espacio no gestionado por ninguna persona o
entidad privada y que generalmente se asocia a la vía pública: calles, parques,
plazas y espacios similares.
Sin embargo, existen otros espacios que desde la perspectiva que estamos
abordando tienen todo el derecho de ser definidos como espacios públicos, como
puede observarse en estas fotografías. Así, un vestíbulo de una estación u otros
“no lugares” en el sentido de Marc Augé son espacios públicos, como también lo
son otros espacios de gestión privada, pero de uso público como unos grandes
almacenes.

 Espacios semi-privados o semi-públicos.

Sin embargo, la verdadera riqueza del concepto de privacidad aplicada al espacio


aparece al completo en aquellos espacios que pueden ser calificados de semi-
privados o de semi-públicos, es decir, de aquellos espacios con un cierto grado de
regulación de la privacidad pero cuyos mecanismos no son ni todo lo amplios ni
todo lo efectivos que resultan en un espacio privado.
Así, tienda en un camping no deja de ser un espacio privado, pero acotado
temporalmente y con una permeabilidad hacia la interacción con los vecinos que
no se da en la mayoría de hogares.
Para los vagabundos, ciertos espacios públicos suelen ser considerados, al menos
temporalmente, lugares de ocupación y regulaciçon personal. Los jardines
comunitarios no están abiertos a cualquiera, sin embargo dentro de la comunidad
de vecinos funcionan como espacios públicos. Algo parecido sucede con otros
espacios como los rellanos o vestíbulos de las casas de vecinos o con las aulas
de una universidad.
En todos estos casos, y en muchos otros espacios de nuestros entornos, se
produce esta mixtura de cualidades, siempre en función de cómo este espacio es
interpretado por las personas y grupos que lo ocupan o lo gestionan, es decir, en
el fondo estamos hablando de como construimos significado espacial y de cómo
ese significado nos permite cualificar a les espacios en relación con el tipo de
interacción social que deseamos establecer en ellos.
Una vez más la privacidad aquí entendida escapa de títulos de propiedad o de
regulaciones legales para establecerse de lleno en el terreno de la psicología
social.

#2. Privacidad y medio físico.


La comprehensividad del modelo de Altman acerca de la privacidad hace que,
como ya se ha comentado, sea éste un modelo general de la interacción social, no
quedando excesivamente manifiesta la relación entre las cualidades del ambiente
físico y los procesos que conducen y regulan la privacidad. Es precisamente de
esta perspectiva de la que parte el trabajo de Archea (1977) quien, recogiendo
esta crítica, la lleva más allá entendiendo que los aspectos ambientales son un
elemento fundamental a la hora de estudiar el concepto de privacidad. Archea
entiende la privacidad básicamente como un proceso de distribución de la
información siendo la regulación del acceso visual (capacidad para inspeccionar el
entorno inmediato) y de la exposición visual (capacidad de exponerse a la vista de
otros) dos elementos claves en la relación entre disposiciones ambientales y
obtención de privacidad.

 Acceso visual.

Grado en el cual un determinado espacio permite la inspección completa del


entorno inmediato.
Monsieur Hulot, el personaje de Jaques Tati se enfrenta a tratar de vivir en los
espacios que le señalan el mundo del progreso, de la efectividad y, por supuesto
del control. He aquí un famoso fotograma de la película Jour de fête , de 1948.

 Exposición visual.

Grado en el cual un determinado espacio permite el acceso visual a otras


personas de uno mismo.
En general, cualquier espacio que esté diseñado para actividades de exposición
oral (aulas, auditorios, etc) persiguen, a su vez, la obtención de un adecuado
grado de exposición visual.
De esta forma, todo espacio se caracterizará por una disposición de sus
estructuras físico-arquitectónicas que permitan un cierto grado de acceso visual
así como de exposición visual. La privacidad o capacidad de regular la interacción
en un entorno físico dependerá, en gran medida, de estos factores.
#.3 Variables modeladoras de la privacidad.
Numerosas son las variables que pueden incidir en la regulación de la interacción
social, o sea, en la privacidad, y a lo largo del tema hemos podido analizar algunas
de ellas. Sin embargo, en este último punto en relación con este concepto
queremos destacar tres variables que tienen una incidencia muy cotidiana y una
traducción fácilmente constatable: la edad, el estatus económico y la categoría
socio profesional

 Privacidad y ciclo vital.

Nuestra posibilidad de regular la interacción y la información para con los demás


está sumamente influenciada por las características que definen las diferentes
fases de nuestro ciclo vital. Efectivamente, durante la infancia somos
tremendamente dependientes de los adultos y nuestras relaciones sociales pasan
en gran medida por su conocimiento y aprobación.
De hecho, el descubrimiento por parte del niño de la capacidad de mentir es una
de las primeras manifestaciones de regulación de la privacidad, aunque solo sea
en términos informacionales.
La edad adulta es, por supuesto, la etapa donde más clara y conscientemente
puede ejercerse la privacidad. La agentividad, poder de decisión y autonomía se
ejercen con todas sus consecuencias.
Pero cuando llegamos a la vejez, nuestra capacidad para mantener actividades
sociales diversas, autonomía de acción y consecución de objetivos vitales suele
disminuir sensiblemente, como también lo hacen nuestras facultades físicas y
mentales.
Por todo ello, en muchas ocasiones volvemos a depender de los demás para
mantener nuestra vida dentro de unos cauces de normalidad, con el precio
consiguiente de pérdida de la privacidad.

 Privacidad y estatus socioeconómico.

El estatus socioeconómico es, por supuesto, una variable que afecta al grado de
privacidad que puede adquirir una persona. En otras palabras, la privacidad se
puede comprar, o dicho de manera más precisa, la mayor disponibilidad de
recursos económicos permite el acceso a mecanismos de regulación de la
privacidad más efectivos.
La utilización de un medio de transporte privado -para muchas personas el coche
es verdaderamente su espacio más privado- frente a la exposición a que uno
suele someterse en el transporte público es uno de los argumentos que pueden
explicar porque la gente prefiere el vehículo privado al transporte colectivo.
Por otra parte, a través de un mayor dispendio económico nosotros podemos, por
ejemplo, optar por una clínica privada donde podremos disponer de una habitación
de uso exclusivo donde pasar nuestro postoperatorio, sin las molestias que
ocasionamos o nos ocasionan la media docena de personas que, separadas por
biombos, comparten con nosotros dolores, fatigas y otras miseria humana en una
habitación comunitaria de un hospital público.

 Privacidad y categoría socio profesional.

Por último, la privacidad ofrece versiones distintas según la categoría socio


profesional, de tal manera que ésta puede derivarse del grado en el que una
persona en una empresa, por ejemplo, puede regular más o menos directamente
su interacción con los demás trabajadores.
Ciertamente, las organizaciones con estructuras piramidales ofrecen distintos
niveles de privacidad en función del estatus ostentado dentro de la organización,
desde el staff o la gerencia situados en la zona más inaccesible del edificio y con
mecanismo reguladores de gran eficiencia: ascensores privados, secretarias-filtro,
despachos cerrados, comedores privados, etc., hasta los niveles más inferiores de
la empresa con unos mínimos -cuando no inexistentes- mecanismos de regulación
de la privacidad.
Estos distintos niveles de privacidad regulan y modulan las interacciones entre los
distintos niveles de la jerarquía laboral y contribuyen a reforzar la estructura
organizacional.
Sin embargo, sin tener que atender a todo el edificio, en una única planta de
cualquier edificio de oficinas podemos observar fácilmente estos efectos. La
persona que ocupa un nivel inferior dispone de un espacio mucho más “abierto”,
es decir, menos privado, básicamente cerrado a partir de mobiliario de oficina, con
una mínima regulación de la interacción y de la información que ofrece a los
demás empleados.
Por el contrario, la persona que ocupa un cargo de nivel superior tiene su lugar de
trabajo en un despacho cerrado, más privado, es decir, más efectivo a la hora de
regular la interacción laboral

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