Consideraciones Sobre El M+®todo Psicoanal+¡tico Documento de Estudio Psicoan+ílisis Unidad I
Consideraciones Sobre El M+®todo Psicoanal+¡tico Documento de Estudio Psicoan+ílisis Unidad I
Consideraciones Sobre El M+®todo Psicoanal+¡tico Documento de Estudio Psicoan+ílisis Unidad I
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
PSICOANÁLISIS
UNIDAD I
DOCUMENTO DE ESTUDIO
Año 2019
En este documento de estudio se resumen algunos aspectos centrales de la historia de la
construcción del método psicoanalítico. Posteriormente, se describen sintéticamente los
conceptos de asociación libre, atención flotante, regla de abstinencia, interpretación,
transferencia y resistencia.
Freud señala que el método psicoanalítico proviene del denominado procedimiento
catártico utilizado por Breuer, que tenía por condición que el paciente fuera susceptible de
hipnosis y se basaba en la ampliación de la conciencia que surge en ese estado. La meta de
este método era eliminar los síntomas patológicos, y la alcanzaba haciendo retroceder al
paciente hasta el estado psíquico en que el síntoma se había presentado por primera vez. De
ese modo, emergían en el enfermo hipnotizado recuerdos, pensamientos e impulsos hasta
entonces ausentes de su conciencia. Cuando lograba comunicar al médico estos procesos
anímicos, acompañados de intensas manifestaciones anímicas, el síntoma quedaba
superado y no retornaba más. Los autores consideraban que la eficacia terapéutica de este
procedimiento se debía a que provocaba la descarga del afecto adherido a las acciones
anímicas sofocadas, que hasta entonces se encontraba “estrangulado”. Es decir, que el
método conducía a la abreacción del mismo. Sin embargo, en casi todos los casos, este
esquema tan simple de intervención terapéutica se complicó, dado que en la génesis del
síntoma no participaba una impresión traumática única, sino casi siempre una serie difícil de
abarcar. Freud destaca que el carácter principal de este método reside en que no transfiere
la eficacia terapéutica a una prohibición impartida por el médico mediante sugestión.
Renuncia a la hipnosis porque dependía en gran medida de la habilidad del médico para
conseguirla y de ciertas características propias del paciente, necesarias para entrar en este
estado particular de conciencia. Además, encuentra que los resultados obtenidos eran
efímeros.
Posteriormente, Freud utiliza un método intermedio entre el método catártico y la
asociación libre, denominado de coerción asociativa o “presión sobre la frente”, asumiendo
que su paciente siempre recordaba alguna situación que no quería comunicar. Este cambio
se advierte en el historial clínico de Elisabeth Von R. El propósito que seguía Freud era llenar
las lagunas de la memoria, ya que consideraba que las histéricas “sufrían de reminiscencias”.
Se encuentra con el fenómeno de la resistencia, descripta como el obstáculo al
esclarecimiento de los síntomas y al progreso de la cura. Denomina así a todo lo que se
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opone al acceso del inconsciente, tanto en los actos como en las palabras del paciente. La
considera como una manifestación de la represión.
Este concepto ejerció un papel decisivo en la aparición del psicoanálisis, ya que lo lleva a
realizar modificaciones y postular el método psicoanalítico tal como quedó configurado.
Describe su modo de trabajar señalando que sin ejercer sobre los pacientes ninguna
influencia de otro tipo, los invita a tenderse cómodamente de espaldas sobre un sofá,
mientras él, sustraído de su vista, se sienta en una silla situada detrás. No les pide que
cierren los ojos, evita todo contacto y cualquier otro procedimiento que pudiera recordar a
la hipnosis. La sesión transcurre como una conversación entre dos personas igualmente
alertas, a una de las cuales se le ahorra todo esfuerzo muscular y toda impresión sensorial
que pudiera distraerla y no dejarle concentrar su atención sobre su propia actividad anímica.
Si bien al abandonar la hipnosis se perdió la ampliación de la conciencia que brindaba el
material psíquico de recuerdos a partir de los cuales se lograba la liberación de los afectos,
Freud encuentra en las ocurrencias de los pacientes un sustituto satisfactorio para trabajar.
Las describe como pensamientos involuntarios, sentidos casi siempre como perturbadores y
por eso apartados en circunstancias corrientes, que suelen cruzarse en la trama de una
exposición deliberada.
Expone la regla fundamental de la técnica psicoanalítica, denominada asociación libre, del
siguiente modo: “Hable”. Es decir, exhorta a los pacientes a que se dejen ir en sus
comunicaciones “como harían en una conversación en que se hablara de bueyes perdidos”.
Les recomienda expresar todo cuanto se les pase por la cabeza, aunque les parezca que no
es importante. Les solicita con particular énfasis que no excluyan de la comunicación ningún
pensamiento u ocurrencia, por más que les dé vergüenza, les resulte penoso o desagradable
hacerlo, que les parezca ridículo, carente de interés o inoportuno comunicarlo.
La asociación libre implica invitar al analizado a decir lo que piensa y siente, sin realizar
ninguna selección y sin omitir nada de lo que le venga a la mente. Es decir que consiste en
expresar sin discriminación todos los pensamientos que vienen a la mente de forma
espontánea o a partir de un elemento dado, como por ejemplo la imagen de un sueño. Se la
considera libre porque no está orientada ni controlada por una intención selectiva, pero esto
no se debe entender como indeterminación. Con asociación libre, Freud designa todas las
ideas que se le ocurren al sujeto durante las sesiones, aun cuando la ligazón asociativa que
se halla en su base no sea aparente, e incluso aunque se presenten subjetivamente como
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desligadas del contexto. Se tiende a suprimir la selección voluntaria de los pensamientos,
pero no tiene por efecto dar libre curso al proceso primario como tal y proporcionar así un
acceso inmediato a las cadenas asociativas inconscientes. Únicamente favorece la
emergencia de un tipo de comunicación en el que el determinismo inconsciente resulta más
accesible al ponerse en evidencia nuevas conexiones o lagunas significativas en el discurso.
La atención parejamente flotante es el modo en que el analista debe escuchar al analizado,
sin conceder un privilegio a ningún elemento del discurso en particular. El analista debe
dejar funcionar lo más libremente posible su propia actividad inconsciente y suspender las
motivaciones que habitualmente dirigen su atención. Esta recomendación técnica constituye
la contraparte de la regla de la asociación libre que se propone al analizado. Esta sugerencia
que caracteriza la actitud subjetiva del psicoanalista cuando escucha a su paciente, fue
enunciada en “Consejos al médico…” (1912). Consiste en una suspensión, tan completa
como sea posible, de inclinaciones personales, prejuicios, supuestos teóricos, etc. Esto
permitiría al analista descubrir las conexiones inconscientes en el discurso del paciente.
La regla de abstinencia implica que la terapia analítica debe ser dirigida de tal forma que el
paciente encuentre el mínimo posible de satisfacciones sustitutivas de sus síntomas. Para el
analista significa no satisfacer las demandas del paciente ni desempeñar los roles que este le
impone, sino interpretarlas buscando hacer conciente lo inconciente.
La herramienta con la que cuenta el analista para su trabajo es la interpretación. Este
concepto que se encuentra en el centro de la técnica freudiana, se caracteriza por la puesta
en evidencia del sentido latente de un material del paciente, proveniente tanto de sus
manifestaciones verbales como de su comportamiento. Freud le otorga un lugar particular a
la interpretación de los sueños en el psicoanálisis.
Asimismo, esta herramienta se vincula especialmente con otros dos conceptos específicos
de la técnica psicoanalítica, como son el de transferencia y el de resistencia, ya desarrollado
anteriormente.
Freud denomina transferencia al proceso según el cual los deseos inconscientes se
actualizan sobre ciertos objetos, en particular con el analista. Se trata de una repetición de
prototipos infantiles, vivida con un marcado sentimiento de actualidad. En “Sobre la
dinámica de la transferencia” (1912), Freud presenta una definición más clara del concepto.
Menciona que todo ser humano, por el efecto conjugado de sus disposiciones innatas y de
las influencias que recibe en su infancia, adquiere una especificidad determinada para el
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ejercicio de su vida amorosa. Es decir, “…para las condiciones de amor que establecerá y las
pulsiones que satisfará, así como para las metas que habrá de fijarse. Esto da por resultado
un clisé o varios, que se repiten de manera regular en la trayectoria de la vida, en la medida
en que lo consientan las circunstancias exteriores y la naturaleza de los objetos de amor
asequibles, aunque no se mantiene totalmente inmutable frente a impresiones recientes”
(pp. 97-98). Este fenómeno es inconciente, por lo que la vida emocional que el paciente no
puede recordar, es revivida en la transferencia y allí es donde debe ser resuelta. En esta obra
freudiana, la transferencia ya es detectada y trabajada como obstáculo pero también como
motor y sostén del tratamiento. Realiza una diferenciación entre distintas modalidades en
las que se presenta este fenómeno. Por un lado, postula una transferencia positiva amistosa
o tierna, que actúa como motor del cambio. Por otra parte, menciona que la transferencia
positiva erótica así como la de carácter negativo, en el sentido de impulsos agresivos que se
dirigen al analista, operan como impedimentos a ser removidos haciendo conciente esta
situación al sujeto, mediante la interpretación.
Bibliografía
Freud, S. (1904 [1903]). El método psicoanalítico de Freud. Buenos Aires, Argentina:
Amorrortu Editores, Vol. VII.
Freud, S. (1905 [1904]). Sobre psicoterapia. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores,
Vol. VII.
Freud, S. (1911). El uso de la interpretación de los sueños en psicoanálisis. Buenos Aires,
Argentina: Amorrortu Editores, Vol. XII.
Freud, S. (1912). Sobre la dinámica de la transferencia. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu
Editores, Vol. XII.
Freud, S. (1912). Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico. Buenos Aires,
Argentina: Amorrortu Editores, Vol. XII.
Freud, S. (1913). Sobre la iniciación del tratamiento (Nuevos consejos sobre la técnica del
psicoanálisis I). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores, Vol. XII.
Freud, S. (1914). Recordar, repetir y reelaborar (Nuevos consejos sobre la técnica del
psicoanálisis II). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores, Vol. XII.
Freud, S. (1915 [1914]). Puntualizaciones sobre el amor de transferencia (Nuevos consejos
sobre la técnica del psicoanálisis III). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores, Vol. XII.