SISTEMA NACIONAL DE REGISTROS PÚBLICOS Kask

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V.

DESARROLLO TEMÁTICO

1. ANTECEDENTES:

El establecimiento de los Registros Públicos en el Perú tiene un trasfondo


histórico intrigante. Imaginemos una nación rica en cultura y territorio, pero con
una necesidad urgente de organizar y defender los derechos de propiedad de
sus residentes. En este contexto, el 2 de enero de 1888 se aprobó una ley
innovadora que sentó las bases para los registros públicos del país.

La situación era algo desorganizada antes de esta ley. La administración de los


registros de propiedad tanto muebles como inmuebles se dividió entre varias
agencias y ministerios del gobierno central desde el momento en que Perú
obtuvo su independencia en 1821 hasta 1888. Esto generó malentendidos,
contradicciones y, en ocasiones, dificultó la protección de los derechos de
propiedad de los residentes.

Las bases para el establecimiento de un sistema único y unificado de registros


públicos se establecieron en 1888 con la aprobación de la legislación. Los
objetivos principales de este sistema serían centralizar y ordenar los datos de
propiedad, ofrecer seguridad jurídica y mejorar las transacciones comerciales
para una mayor facilidad y la resolución de controversia, problemas y disputas.

Por ejemplo, el Registro de Propiedad de Vehículos estaba supervisado por el


Ministerio de Transportes y Comunicaciones, que se aseguraba de que cada
automóvil tuviera la documentación y el registro necesarios para circular por las
carreteras del país. Paralelamente, el Registro de Buques Pesqueros era
supervisado por el Ministerio de Pesca, garantizando la legitimidad y
trazabilidad de las operaciones pesqueras dentro del mar territorial peruano.

Un registro preciso de los derechos de explotación y propiedad sobre los


recursos naturales de la nación fue preservado en la industria minera por el
Ministerio de Energía y Minas a través del Registro de Concesiones y Prendas
Mineras. Adicionalmente, el Registro Fiscal de Ventas a Plazo fue administrado
por el Ministerio de Industrias para los comerciantes, garantizando la
legitimidad y apertura de los negocios relacionados con el crédito.

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A pesar de estar administrados por varias organizaciones, todos estos registros
compartían los mismos objetivos de defender los derechos de propiedad,
garantizar la transparencia de las transacciones y promover el crecimiento
económico nacional. Sin embargo, la naturaleza dispersa de estos documentos
complicó su administración y planteó desafíos para las personas y empresas
que necesitan acceder a ellos.

No fue hasta 1994 que se dio un paso significativo hacia el establecimiento de


registros públicos en el Perú. Este año se implementaron importantes reformas
que llevaron al establecimiento de una organización fuerte y contemporánea
que está lista para asumir los desafíos del siglo XXI. Esta organización
unificada garantizó la preservación de los derechos de propiedad y fomentó la
inversión y el crecimiento, emergiendo como un pilar clave para el avance
social y económico necesario e imprescindible de la nación.

2. PRINCIPIOS REGISTRALES:

Roca Sastre, dice que "Son los principios las orientaciones capitales, las líneas
directrices del sistema, la serie sistemática de bases fundamentales, y el
resultado de la sinterización del ordenamiento jurídico registral"

Considere el Registro Público de la Propiedad como una intrincada red de


conceptos interconectados que sirven como pilares esenciales de su
funcionamiento. Estas ideas sirven como pautas útiles tanto para la creación de
herramientas y métodos prácticos como para su implementación real, en lugar
de ser simples conceptos filosóficos abstractos.

Cada concepto de registro, como un hilo en el tejido del registro de la


Propiedad Pública, añade fuerza e individualidad al marco general. Todos ellos,
sin embargo, están indisolublemente ligados entre sí y constituyen una red de
dependencia que mantiene la coherencia y eficacia del sistema.

El principio de legalidad, por ejemplo, garantiza que sólo se puedan realizar


inscripciones en el registro aquellos actos jurídicos que estén oficialmente
aprobados y cumplan con la ley. Esta idea está ligada al concepto de

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especialización, que establece que todo bien o derecho debe inscribirse en un
registro distinto.

Por el contrario, el principio como rogación estipula que la transmisión de un


derecho real debe inscribirse de forma continua y sistemática, pero la rogación
sugiere que la inscripción en el registro debe ser solicitada por un interesado.

La esencia y el propósito del Registro Público de la Propiedad están definidos


por un marco normativo y conceptual que incluye estos principios, así como
otros como la publicidad y la fe pública en la inscripción. Su cohesión e
interdependencia ofrecen una sólida base teórica, así como un útil manual
operativo, que garantiza confiabilidad, apertura y seguridad jurídica en las
transacciones inmobiliarias.

Por su parte Carral y de Teresa, manifiesta: “Los preceptos del Registro


Público son un laberinto. Se refieren a una materia sumamente compleja, y
generalmente están distribuidos con el desorden y en cierta promiscuidad que
produce confusión en el jurista, y son causa de enredos y embrollos de los que
sólo puede salirse si tenemos algo que nos oriente, nos encamine, nos
conduzca, por el camino de la verdad. Esa luz que nos encauza, nos la dan los
principios registrales"

Veamos pues algunos de los principios que manejan los sistemas registrales:

El Principio de Publicidad del Registro Público de la Propiedad: Asegura


claridad jurídica y transparencia respecto de los derechos y restricciones de los
bienes. Si bien la propiedad de los bienes muebles puede demostrarse
mediante la posesión, la inscripción al registro de los bienes inmuebles en el
registro ya es otra cosa es esencial. Sin esta organización, sería difícil
determinar quién era el propietario de los activos y cuáles eran sus
restricciones, lo que requeriría una investigación exhaustiva. La capacidad del
registro para salvaguardar los derechos adquiridos y establecer su oponibilidad
frente a terceros constituye su publicidad material. Por ejemplo, otros derechos
no registrados están subordinados al tercero registrado, adquirente de buena fe
y a título oneroso. Sin que requiera interés jurídico especial, el acceso a la
información y a las certificaciones de asientos y anotaciones se hace posible
mediante la publicidad formal del registro. Como resultado, tanto los

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componentes formales como materiales de las interacciones de propiedad se
vuelven transparentes y seguros gracias al concepto de publicidad del Registro
Público de la Propiedad.

El Principio de Legitimidad: Un principio fundamental de la actividad de


registro es la legitimidad, que ofrece garantías con respecto a la propiedad y
transferencia de bienes. Se define como la conformidad de un acto jurídico con
la ley y el reconocimiento de su eficacia por las normas jurídicas. Se relaciona
con la apariencia jurídica ya que legitima algo al aportar pruebas suficientes
para asumir la propiedad de ello.

Una vez inscrito un derecho, la inscripción salvaguarda los obtenidos por


terceros lícitamente y presume la existencia y titularidad del derecho a partir de
la inclusión en la inscripción. La inscripción en el Registro da algo de
legitimidad; mientras no se demuestre su exactitud, lo registrado prima sobre lo
verdadero.

Los adquirentes que actúan de buena fe están salvaguardados por la


presunción que crea la inscripción en el Registro de que el propietario aparente
es el verdadero. Aunque un derecho frente a terceros subsista en derecho, se
anula con la cancelación de una inscripción.

El Principio De Consentimiento: Dado que no se puede modificar ninguna


inscripción en el Registro Público de la Propiedad sin la aprobación expresa o
implícita del propietario registrado o de su agente, el principio del
consentimiento es esencial. Esta alteración surge de un acto legislativo que
articula el establecimiento, transmisión, alteración o extinción de un derecho
real.

El Principio De Calificación: El principio calificativo o calificación, también


conocido como principio de legalidad, establece que cada documento
presentado al Registro Público de la Propiedad debe ser examinado por el
registrador para garantizar que cumple con todas las normas, leyes y
regulaciones que sean necesariamente aplicables. El proceso de evaluación de
"calificación" se puede completar además del trabajo notarial y judicial.

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La seguridad jurídica y los derechos de las partes quedan protegidos gracias a
este procedimiento de calificación, que garantiza que los documentos incluidos
en el registro se ajusten a las normas legales establecidas. Además, permite
preservar la autenticidad e integridad de los registros públicos, garantizando su
confiabilidad y valor para cada usuario del sistema registral.

3. FINALIDAD DE LOS REGISTROS PÚBLICOS:

El objetivo principal del Sistema Nacional de Registros Públicos es preservar la


unidad y la concordia en el desempeño de su operación funcional registral en
todo el país. Su énfasis está en la especialización, simplificación, integración y
modernización de esta función; también cubre los protocolos y la
administración que se aplican a cada registro legal que comprende este marco.

Considere el Sistema Nacional de Registro Público como una red compleja que
conecta los numerosos estados y áreas del país en una red confiable y eficaz.
Su objetivo es proteger la coherencia y unidad de la actividad registral y al
mismo tiempo facilitar el acceso a los usuarios y una gestión correcta de la
información esencial para la sociedad.

Desde la racionalización de los procesos hasta la incorporación de tecnologías


contemporáneas, el sistema pretende evolucionar manteniendo el enfoque en
su objetivo principal: garantizar que los registros públicos sean recursos
confiables y fácilmente disponibles para todos los individuos, empresas y
organizaciones gubernamentales.

Esencialmente, el Sistema Nacional de Registro Público es un motor que


impulsa la eficiencia y la modernidad en la administración de la información
jurídica del país, sirviendo al mismo tiempo como protector de la legalidad y la
apertura.

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