1 - Los Cien Días

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CON PATRICK ROBINSON

LOS
CIEN
DÍAS
LAS MEMORIAS DEL
COMANDANTE DE LA FLOTA
BRITÁNICA DURANTE
LA GUERRA DE MALVINAS
El almirante Sir John Woodward ingresó a la
Royal Navy (Colegio Naval de Dartmouth) a
los trece años, en 1946. Se convirtió en
especialista en submarinos para finalmente
hacerse cargo del mando de un submarino
nuclear de 4.500 toneladas para persecución,
el Warspite, en 1969. En 1978 fue nombrado
en el Ministerio de Defensa como director de
Planificación Naval. Fue ascendido a
Contralmirante, y en 1981 asumió el cargo
de oficial insignia de la Primera Flotilla. En
1982, partió en el portaaviones Mermes hacia
Malvinas para comandar la fuerza de tareas
en el Atlántico Sur, por lo que luego recibió
la condecoración de Caballero de la Orden
de Bach. En 1983 fue nombrado oficial
insignia de submarinos y comandante de
submarinos de la O T A N en el Atlántico .
Oriental. Fue ascendido a vicealmirante y en
1985 asumió como subjefe del Estado Mayor
de Defensa. Finalmente sirvió como
comandante en jefe del Comando Naval del
Interior y como Edecán Bandera de la Reina
desde 1987 hasta 1989, cuando se retiró del
servicio activo. Está casado y tiene dos hijos.

Patrick Robinson es autor de cinco libros


anteriores: Classic Lines, The Golden Post y
Decade of Champions. En 1985 escribió un
best-seller internacional, Born to win, y en
1988, Truc Blue, Premio "Libro de deportes
del año".
El 2 de abril de 1982 el g o b i e r n o argentino ordenó la ocupación de
las Islas M a l v i n a s . La reacción británica fue rápida, \
y algunos dicen que apresurada. La misión de recuperarlas recayó
sobre la fuerza de tareas a las órdenes del contralmirante
Sandy W o o d w a r d : un gran desafío que iba a requerir hombres de
r e c o n o c i d o profesionalismo.
D e s d e la partida de Gibraltar hasta el regreso a B r i z e N o r t o n , el libro
de W o o d w a r d documenta, con una perspectiva desconocida hasta hoy
por los lectores hispanoparlantes, una de las situaciones
más angustiosas que le tocó v i v i r al pueblo argentino.
Este relato nos lleva hacia el Sur a través de las vastas y solitarias
aguas del A t l á n t i c o a medida que las esperanzas de paz se desvanecían
y se desarrollaba la estrategia de la guerra. Se habla aquí
del rechazo y la retirada de la Armada Argentina
y de los combates aéreos; del hundimiento del B e l g r a n o ;
del desembarco en la bahía de San Carlos,
a d o c e mil kilómetros de las bases.
Los cien días es un libro único, un retrato dramático del mundo de la
moderna guerra naval, en la que los equipos son de un
refinamiento sorprendente, pero los márgenes para el coraje y el
error humanos resultan tan amplios c o m o en los tiempos de U l i s e s .
Y es único también porque revela paso a paso "
los pensamientos del comandante encargado de p l a n e a r una de las
respuestas más audaces de este s i g l o a una situación inesperada.
ALMIRANTE SANDY WOODWARD
CON PATRICK ROBINSON

LOS CIEN DÍAS

Las memorias del Comandante


de la flota británica durante
la guerra de Malvinas

Traducción de
JULIO SIERRA

EDITORIAL SUDAMERICANA
BUENOS AIRES
IMPRESO EN LA ARGENTINA

Queda hecho el deposita que previene la ley 11.723.


© 1992, Editorial Sudamericana S.A.
Humberto I 531, Buenos Aires.

ISBN 950-07-0799-3

Titulo del original en inglés


One hundred days
© 1992, by Admiral Sir John Woodward
and Patrick Robinson
Último mensaje del almirante Woodward a la fuerza de tarea
antes de arriar su estandarte en el Hermes, frente a Puerto Stan-
ley, Islas Falklands, 4 de julio de 1982

En el m o m e n t o de arriar mi estandarte del A t l á n t i c o Sur,


p i e n s o c o n tristeza e n las v a l i e n t e s v i d a s p e r d i d a s y l a s b u e n a s
naves desaparecidas en el breve tiempo de nuestra lucha.
A g r a d e z c o de c o r a z ó n a t o d o s y c a d a u n o de u s t e d e s p o r el a p o y o
l l e n o de coraje, p o r la f i r m e d e c i s i ó n y fiera p e r s e v e r a n c i a en t a n
sangrientas condiciones. D e m o s gracias a que Argentina no cría
b u l l d o g s y, al r e g r e s a r c a d a u n o a disfrutar de las b e n d i c i o n e s de
nuestra tierra, d e c i d a m o s que aquellos que q u e d a r o n atrás no
sean olvidados.

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PREFACIO
por Margaret Thatcher

No es muy fácil tomar una decisión que compromete al propio


país a ir a una guerra a ocho mil millas del hogar. En tales
momentos resulta imposible apartar de la mente el dolor inevitable
de la guerra —de todas las guerras— y el dolor de aquellas fami-
lias que sufren pérdidas.
Pero el viernes 2 de abril de 1982 la Argentina invadió las
Islas Falkland.
En la noche del miércoles anterior, John Nott, secretario de
Estado de Defensa, había entrado apresuradamente en mi oficina
en la Cámara de los Comunes, con la ansiedad reflejada en su
cara, la tensión en cada uno de sus movimientos. Me dijo que la
Flota Argentina habla zarpado e ignoraba si lo había hecho para
realizar otro ejercicio o para invadir las Islas Falkland.
A medida que las noticias se amontonaban, reuní a varias
personas, ministros y consejeros. Si las islas eran invadidas, yo
sabía exactamente lo que debíamos hacer: debíamos recuperarlas.
Su gente era nuestra gente. Su lealtad y devoción a la reina y al
país jamás habían flaqueado. Como ocurre con frecuencia en polí-
tica, la pregunta no era qué debíamos hacer, sino cómo debíamos
hacerlo. Las Falkland estaban a tres semanas de navegación, tres
semanas de aviso al enemigo, los mares eran inhóspitos y no
habría base aérea británica en tierra. El Jefe de Estado Mayor de
Defensa estaba en Nueva Zelanda en visita oficial. Los otros con-
sejeros no se mostraban muy optimistas acerca de nuestras posi-
bilidades. ¿Ofreceríamos concesiones para la paz? ¿Gran Bretaña?
Jamás. El almirante Leach se unió a nosotros.
—Primer Lord, si esta invasión se produce, exactamente, ¿qué
podemos hacer? —le pregunté. Jamás olvidaré la serena, tranquila
y confiada respuesta.
—Puedo preparar una fuerza de tareas formada por fragatas,
destructores, lanchones de desembarco, naves de apoyo —dijo—.
Sería encabezada por los portaaviones H e r m e s e I n v i n c i b l e . Puede
estar lista dentro de cuarenta y ocho horas.
Una vez más, la ocasión había producido al hombre. Pro-
duciría muchos más durante toda la campaña: el almirante Field-
house, cuya cálida humanidad y mano segura jamás le fallaron a
él ni a nosotros; el almirante Lewin, Jefe de Estado Mayor de

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Defensa, un pilar de sabiduría y fortaleza; el mismo almirante
Woodward, quien vio los riesgos, conoció y sintió cada pérdida y
también levantó la moral día tras día. Hay muchos otros, algunos
son héroes conocidos, otros cuyos valerosos hechos están escritos
en los pergaminos de la vida. Finalmente enviaríamos cien naves y
veinticinco mil hombres, pero eso no lo sabíamos al principio.
El asunto, desde el comienzo, fue un caso puramente de prin-
cipios. Los gobiernos extranjeros en todo el mundo esperaban,
algunos con ansiedad, nuestra reacción Pero el pueblo británico,
en todas partes, sabía que no podía existir más que una respuesta.
Y cuando por fin la Roy al Navy hizo desembarcar las fuerzas
de tierra en la bahía de San Carlos en las primeras horas del 21
de mayo, un granjero de la isla resumió, en cierto sentido, eso que
tenemos nosotros y que con frecuencia nos convierte en una nación
diferente. Cuando un oficial del Regimiento de Paracaidistas le pre-
guntó si estaba sorprendido al ver la fuerza de tareas anclada en
la bahía, el hombre respondió:
—De ninguna manera. Sabíamos que Maggie vendría.
Él dijo "Maggie". Pero quería decir Gran Bretaña. Quería decir
todos nosotros. Porque él sabía que nosotros, como pueblo,
creemos en el imperio de la ley, en el juego limpio y en la decencia.
No aceptaremos el vandalismo militar contra nosotros y estoy total-
mente segura de que muchos países pequeños se sintieron mucho
más seguros cuando, en 1982, el León Británico una vez más se
enfrentó al tirano y lo hizo para defender los derechos de los ciu-
dadanos de las minúsculas y remotas Islas Falkland.
Este libro. L o s c i e n días, está escrito por un hombre que. en
aquel momento, yo no conocía, pero que estuvo constantemente en
mis pensamientos durante aquellas terribles semanas de la pri-
mavera de 1982. Para todos nosotros entonces era el contralmi-
rante Sandy Woodward, comandante de la fuerza de tareas. Más
adelante se convertiría en el almirante Sir John Woodward,
Comandante en Jefe del Comando Naval inglés. Pero siempre será
recordado como el comandante superior británico en donde se
necesitó la mayor responsabilidad para la reconquista de las islas
Falkland.
Como lo ha hecho tantas veces en pasados conflictos, la Royal
Navy una vez más eligió al hombre adecuado para cumplir con una
tarea sumamente azarosa. El alto y más bien austero ex coman-
dante de submarinos atómicos zarpó hacia el Sur con los más altos
antecedentes académicos y prácticos: estrategia y operaciones
navales, ingeniería nuclear, sistemas de defensa misüística anti-
aérea, tecnología de computadoras y técnicas superiores de
planeamiento y administración. Para muchos era el hombre .más
inteligente de la Marina. Los diarios franceses lo llamaban "Nel-
son". Era precisamente el hombre adecuado para conducir la
primera guerra de computadoras de la historia.
En este libro hace, al fin, su propio relato, el de quien vio todo
desde el puente del almirante del portaaviones H e r m e s , de 29.000

10
toneladas. Es históricamente importante porque el almirante nos
permite seguir sus pensamientos, sus planes, sus temores y, como
oficial de carrera de toda la vida, sus expectativas acerca de aque-
llos que habrían de luchar con él y bajo sus órdenes, con tanto
coraje, muchas veces contra un enemigo casi suicida. Nos lleva al
centro mismo de las fieras acciones protagonizadas por la Royal
Navy en el Estrecho de San Carlos y en mar abierto. Cuando la
flota británica navegó en la oscuridad de la noche y pasó en silen-
cio por debajo de las posiciones de la artillería argentina en Fa-
nntng Head para alcanzar las playas de desembarco, la tensión
debió de haber sido insoportable para el comandante. En el Capí-
tulo 13 nos lleva con ellos, detrás de los cañones del A n t r i m .
Al final, Sandy Woodward surge no sólo como un patriota ver-
daderamente grande y un espléndido almirante de mar, sino que
además nos demuestra a nosotros, que no estábamos allí, la
inevitabilidad de sus acciones; cómo, en la última instancia,
muchas decisiones difíciles y críticas se producían solas.
Pero lo que de verdad creo que su libro revela, tal vez sin
saberlo, es el sentido de justicia que estuvo siempre presente en la
mente de los hombres que lucharon en el Atlántico Sur. Algunos de
ellos jamás regresaron a sus hogares. Con ellos y con sus familias
tenemos una enorme deuda de gratitud que jamás podremos
pagar. Dudo que tanto el almirante como yo estemos alguna vez
libres del todo de esa privada y solitaria responsabilidad.
Creo que todo aquel que lea este muy personal relato de la
guerra sentirá un cierto orgullo por la clase de pueblo que somos y
por el país que nos vio nacer. Tenemos una larga tradición de liber-
tad y en 1982 ésta fue muy noblemente recogida por todas nues-
tras fuerzas armadas que participaron en la batalla por las Islas
Falkland.

II
PRÓLOGO

H e t r a t a d o d e e s c r i b i r este l i b r o c o m o s i e s t u v i e r a c o n t á n -
dole la historia de mi vida a un amigo íntimo. Y para que me ayu-
dara en esa tarea elegí a Patrick Robinson, quien se v i o así obli-
g a d o a sentarse m u y callado, con m u c h a paciencia y dispuesto a
escuchar largamente, cualidades que no figuran entre sus m á s
i m p o r t a n t e s a t r i b u t o s . L o elegí a é l p o r q u e n o e s u n oficial e n
s e r v i c i o d e l a R o y a l N a v y ; e n r e a l i d a d j a m á s h a e s t a d o e n ella y ,
hasta d o n d e y o sé, n o tiene l a intención d e hacerlo ahora. S e
t r a t a d e u n h o m b r e q u e u n o p o d r í a calificar c o m o u n l e g o , u n
escritor que ha publicado libros de éxito acerca de competencia
de yates y, en m á s calmas aguas, sobre competencias universita-
rias de botes.
Pero, c o m o él m i s m o lo dice, las naves de guerra no habían
e n t r a d o , h a s t a ese m o m e n t o , e n s u v i d a . L o c u a l e n c i e r t o s e n t i d o
clarificaba mi tarea (a él debía explicarle prácticamente todo). S i n
embargo, en otro sentido, hacía que todo el proyecto se volviera
m á s difícil, e n e l s e n t i d o d e q u e n o d e b í a d a r n a d a p o r s u p u e s t o
por parte de m i s lectores. Si hay una expresión de Patrick que
s i e m p r e r e c o r d a r é p o r e l r e s t o d e m i s d í a s , ella s e r á l a p r o n u n c i a -
d a l a p r i m e r a v e z q u e s e sintió o b l i g a d o a d e c i r m e :
— N o t e n g o l a m e n o r i d e a d e q u é estás d i c i e n d o . . . ¡ y s o s p e -
cho que eso le ocurrirá al resto de la gente!
E s t o o c u r r i ó e l p r i m e r día.
¿Por qué, podría uno preguntarse, no me ahorré t o d o ese
d o l o r y p e n a a u t o i m p u e s t o s y c o n t r a t é a un h i s t o r i a d o r n a v a l
profesional para que me ayudara? Porque, sospechaba y o , sería
c o m o e l b e s o d e l a m u e r t e p a r a u n libro c o m o éste, p o r c u a t r o
razones importantes:

a) Casi todos los historiadores que conozco ya habían


e s c r i t o u n libro s o b r e e l conflicto e n e l A t l á n t i c o S u r .
b) L o s historiadores tienen la tendencia a escribir para sus
c o l e g a s , p a r a o t r o s "expertos", p a r a o t r o s e s p e c i a l i s t a s .
c) E l l o s , e n s u t o t a l m e n t e a d e c u a d a b ú s q u e d a d e "la v e r -
dad", s e h a b r í a n s e n t i d o t e n t a d o s , d e m a n e r a i r r e s i s t i b l e ,
a discutir conmigo. T a l v e z en lo único en que h a b r í a m o s
e s t a d o d e a c u e r d o h u b i e r a sido e n e l h e c h o d e q u e n a d i e
sabría nada de mí si no hubiera sido por los aconte-
cimientos de 1982.

13
dj D e t o d a s m a n e r a s , y o n o q u e r í a escribir u n a h i s t o r i a for-
mal. Es demasiado pronto para ello. Lo que yo b u s c a b a
e r a s ó l o d o c u m e n t a r los p e n s a m i e n t o s y o p i n i o n e s d e l
c o m a n d a n t e d e c a m p o , d e s d e e l p r i n c i p i o h a s t a e l final.
Y p a r a ello n e c e s i t a b a a un escritor p r o f e s i o n a l c o n u n a
a c t i t u d t o t a l m e n t e abierta.

D e m o d o q u e elegí a este h o m b r e e x t r a o r d i n a r i o p a r a q u e m e
ayude. Para expresarlo de la manera m á s delicada en que puedo
h a c e r l o , diré que él tiene un desarrollado sentido del d r a m a .
E s t o lo l l e v ó a insistir de m a n e r a i m p l a c a b l e p a r a q u e le d e s c r i -
biera cosas que para mí eran tan aburridas c o m o poco inte-
r e s a n t e s . C a s i sufre u n a t a q u e d e a p o p l e j í a c u a n d o y o i n t e n t é
o c u p a r m e del p r i m e r h u n d i m i e n t o d e u n a n a v e d e l a R o y a l N a v y
en cuarenta años con una breve oración escrita en mi diario:
" A n o c h e h i c i e r o n v o l a r mi v i e j o b a r c o , el Sheffield..."'.
P e r o j u n t o s d e a l g u n a m a n e r a h i c i m o s n u e s t r o viaje. T r a t a -
m o s de l i m i t a r n o s a revelar, lo m á s c l a r a y h o n e s t a m e n t e p o s i b l e ,
todo lo que ocurrió en mi cabeza durante aquellas semanas,
c ó m o planificaba las cosas, cómo las veía yo y c ó m o los aconteci-
m i e n t o s me afectaban. Esto implicaba atenernos cuidadosamente
a lo e s e n c i a l de mi d i a r i o y de m i s c a r t a s de a q u e l l a é p o c a , c o n el
agregado de m u c h o material complementario para poner todo en
su contexto adecuado.
El lector deberá j u z g a r por sí m i s m o si he volcado semejante
h o n e s t i d a d o n o . P o r d e f i n i c i ó n , este l i b r o d e b í a s e r i n c ó m o d a -
m e n t e autorrevelador, pero estoy bastante bien preparado para
cualquier molestia que sobrevenga. Ya he sido acusado de varias
c o s a s p o r d i s t i n t o s m e d i o s y l a m e n o r d e e s a s a c u s a c i o n e s n o fue
la de c o b a r d í a . En efecto, fue un n o t o r i o p e r i o d i s t a del Daily, Tele-
graph, M a x H a s t i n g s , q u i e n r e p i t i ó l a i m p u t a c i ó n , h e c h a p o r
supuesto por otros, de que yo debía recibir la Estrella de África
d e l S u r p o r h a b e r e s t a c i o n a d o el Herm.es t a n al E s t e y lejos de la
acción.
Dijeron t a m b i é n que no tenía idea de c ó m o tratar a los
m e d i o s ; q u e fui e x c e s i v a m e n t e o p t i m i s t a en abril y e x c e s i v a m e n t e
c a u t o e n m a y o ; q u e era i n c a p a z d e c o m p r e n d e r l o q u e e s l a g u e -
r r a anfibia o la g u e r r a aérea. En s u m a , q u e yo e s t a b a "fuera de
l u g a r " (Sunday Telegraph). En c u a n t o a l a s d e s c r i p c i o n e s p e r s o -
n a l e s , e l m u y a d e c u a d a m e n t e l l a m a d o E q u i p o Infiltrado d e l Times
i n f o r m ó q u e m i "pelo rojo l l a m e a n t e " h a c í a j u e g o c o n m i m a n e r a
d e ser. N o s é s i d e s c r i b i e r o n c o n c o r r e c c i ó n m i c a r á c t e r o n o , p e r o
a l c a r e c e r d e fotos m í a s sin g o r r a s e d e j a r o n l l e v a r m u y lejos p o r
s u i m a g i n a c i ó n a c e r c a d e l color d e m i p e l o , e n s u b ú s q u e d a d e
u n a frase atractiva.
Si, d e s p u é s de leer este libro, u s t e d llega a c o i n c i d i r c o n l o s
m á s c r í t i c o s d e los c o m e n t a r i s t a s , e n c u a n t o a q u e s o y c o b a r d e ,
i n c o m p e t e n t e y a d e m á s arrogante, está bien, q u e así sea. De
todas maneras, un conductor debe tener un poco de todas esas

14
c o s a s en él y s ó l o e s t o y t r a t a n d o de p r o p o r c i o n a r u n a v i s i ó n de la
m e n t e del h o m b r e que se encontró a sí m i s m o a c a r g o de la
s i t u a c i ó n en el frente de g u e r r a .
C r e o q u e e l a s p e c t o d e este libro q u e m á s s o r p r e n d i ó a m i s
c o r r e c t o r e s y e d i t o r e s , y p o r cierto a Patrick, era la i n e l u d i b l e c o n -
c l u s i ó n de q u e , de u n a u o t r a m a n e r a , el a s u n t o no e s t u v o lejos
de fracasar.
T a m b i é n están aquellos que llegaron hasta a describir la
batalla librada por G r a n Bretaña para recuperar las F a l k l a n d
c o m o a l g o " m u y c e r c a n o a la derrota", c o m o se sintió i m p u l s a d o a
decir el duque de Wellington después de Waterloo. Yo no v o y tan
l e j o s , p e r o , c o m o e n e l c a s o d e l a t a r d í a p e r o o p o r t u n a l l e g a d a del
ejército d e B l u c h e r , h u b o v a r i o s c r í t i c o s m o m e n t o s d e i n f l e x i ó n .
L a m a y o r í a d e e l l o s , c o m o l o escribí c o n a l e g r í a e n s u m o m e n t o ,
se v o l v i e r o n a f a v o r n u e s t r o .
T a m b i é n debe recordarse que había varias organizaciones
totalmente competentes que al principio sospechaban que toda la
operación estaba condenada al fracaso. M e n c i o n a d a s sin un
o r d e n e n p a r t i c u l a r , é s t a s fueron:

a) La Marina de los Estados Unidos, que consideraba la


r e c o n q u i s t a d e las F a l k l a n d c o m o u n a i m p o s i b i l i d a d m i -
litar.
b) El Ministerio de Defensa en Whitehall, que en general
consideraba toda la idea como algo demasiado arriesgado.
c) El Ejército, que pensaba que la guerra no era aconse-
j a b l e d e b i d o a la c a r e n c i a de u n a "adecuada" v e n t a j a en
l o s n ú m e r o s d e fuerzas d e tierra.
d) L a R o y a l A i r F o r c é s e i n c l i n a b a a estar d e a c u e r d o a l v e r
que no había demasiadas oportunidades de participar
d e b i d o a las l a r g a s d i s t a n c i a s y a la a u s e n c i a de p o s i b i l i -
d a d e s de q u e u n a fuerza n a v a l s o b r e v i v i e r a frente a u n a
f u e r z a aérea.
e) El secretario de Estado de Defensa, señor (ahora Sir)
J o h n Nott, ya que el éxito habría echado por tierra la
revista de defensa de 1981.

Sin duda, había tantas personas que querían hacernos


volver c o m o personas que nos impulsaban a seguir adelante y
m u c h o s de los que nos querían ver de regreso ocupaban altos
cargos. Pero la v o z principal que nos instaba a seguir era la del
P r i m e r L o r d del A l m i r a n t a z g o , almirante Sir H e n r y Leach, la
c a b e z a profesional de la R o y a l N a v y , mi j e f e m á s alto. Y él e r a el
h o m b r e a quien había que escuchar. Si él decía que la M a r i n a
p o d í a hacerlo, prácticamente no había nada m á s que decir.
A d e m á s , eso era t a m b i é n l o q u e l a s e ñ o r a T h a t c h e r y l a m a -
y o r í a d e l p u e b l o b r i t á n i c o q u e r í a n oír.
A d e m á s , é l tenía u n e x t r a o r d i n a r i a m e n t e p o d e r o s o a p o y o e n e l
otro l a d o del O c é a n o A t l á n t i c o , e n l a p e r s o n a del s e ñ o r ( a h o r a Sir)

15
G a s p a r W e i n b e r g e r , e l secretario d e D e f e n s a d e l o s E s t a d o s U n i d o s ,
q u i e n a d o p t ó u n a sólida p o s i c i ó n e n favor d e G r a n B r e t a ñ a , frente
a t o d a clase de o p o s i c i ó n local. C a p W e i n b e r g e r h i z o a b a n d o n a r la
p o s i c i ó n h a s t a ese m o m e n t o e n favor d e A r g e n t i n a d e l a a d m i n i s -
t r a c i ó n R e a g a n , p a r a p e r s u a d i r al Presidente y al P e n t á g o n o en el
s e n t i d o d e b r i n d a r e l m á x i m o a p o y o a l m á s fiel aliado m i l i t a r d e l o s
E s t a d o s U n i d o s . En su p r o p i o y e x c e l e n t e libro, Fightingfor Peace,
Sir G a s p a r describe s u s firmes e i n q u e b r a n t a b l e s i n s t r u c c i o n e s a
s u s s u b o r d i n a d o s m i l i t a r e s para q u e "Gran B r e t a ñ a r e c i b a t o d a l a
asistencia posible en t é r m i n o s de m a t e r i a l e información".
T o d o s nosotros tenemos razones para s e n t i m o s extraordi-
nariamente agradecidos respecto de este m u y buen amigo, por
ofrecer ayuda en tiempos de necesidad. Tal v e z yo m i s m o t e n g a la
d e u d a m a y o r de todas. El misil aire-aire n o r t e a m e r i c a n o Side-
w i n d e r fue u n a d e l a s a r m a s d e c i s i v a s e n l o s c o m b a t e s a é r e o s
sobre las islas y sobre el mar. T a m b i é n , sin la c o o p e r a c i ó n de
E s t a d o s U n i d o s al permitirnos acceso a la isla A s c e n s i ó n , no
habríamos podido contar con una base de avanzada para nues-
t r a s f u e r z a s e n e l Sur. D e j a n d o d e l a d o t o d a l a otra a y u d a q u e d e
distinta m a n e r a proporcionaron, la ausencia de estas d o s sola-
m e n t e tal v e z hubiera invertido los resultados. D e m o d o que
estoy doblemente agradecido por la generosa afirmación de Cap
W e i n b e r g e r c u a n d o dijo q u e "la g u e r r a e n e l A t l á n t i c o S u r f u e
g a n a d a por la i n d o m a b l e v o l u n t a d de las fuerzas a r m a d a s
británicas".
En términos generales la victoria británica deberá ser con-
siderada de todas m a n e r a s como algo m u y cercano a la derrota,
en c u a n t o a o p o r t u n i d a d , fuerzas terrestres y fuerzas a é r e a s .
T a m b i é n está ahí la ineludible v e r d a d de que los c o m a n d a n t e s
a r g e n t i n o s i n e x p l i c a b l e m e n t e no l l e g a r o n a d a r s e cuenta de q u e .
si h u b i e r a n a t a c a d o al Mermes, los b r i t á n i c o s h a b r í a m o s q u e d a -
d o s destruidos. En realidad, ellos nunca intentaron atacar el
ú n i c o b l a n c o q u e c o n s e g u r i d a d les h a b r í a d a d o l a v i c t o r i a .
El h e c h o fue q u e n o s a b r i m o s p a s o a lo l a r g o de un pasaje
e s t r e c h o c o m o e l filo d e u n c u c h i l l o , a l a v e z q u e y o m e d a b a
c u e n t a , m á s q u e los d e m á s ( y p o r cierto m á s q u e e l i n f o r m a n t e d e
M a x Hastings), de que cualquier incidente mayor, c o m o una mina,
una explosión, un incendio, cualquier cosa, en cualquiera de
n u e s t r o s d o s p o r t a a v i o n e s , sin d u d a h a b r í a r e s u l t a d o fatal p a r a
t o d a la o p e r a c i ó n . P e r d i m o s el Sheffield, el Coventry, el Arderá, el
AnteLope, el Atlantic Conveyor y el Sir Galahad Si las b o m b a s de
los argentinos hubieran tenido los detonadores en condiciones
p a r a a t a q u e s d e v u e l o rasante, c o n s e g u r i d a d h a b r í a m o s p e r d i d o
el Antrim, el Plymouth, el Argonaut, el Broadsword y el Glasgow. Y
r e a l m e n t e f u i m o s a f o r t u n a d o s de q u e el Glamorgan y el Brilliant
c o n t i n u a r a n t o d a v í a a flote a m e d i a d o s de j u n i o .
B á s i c a m e n t e , t o d o fue b a s t a n t e ajustado y e s p e r o q u e este
l i b r o sirva p a r a aclarar la d u r a p r u e b a a la q u e fue s o m e t i d a la
Roya! Navy.

16
H T i r a i a d o d e ser g r á f i c o , c u a n d o m e p a r e c i ó n e c e s a r i o , y
m r i M r n d e t r a n s m i t i r a l g o del p r o f e s i o n a l i s m o r e q u e r i d o p a r a l a
. - — i r-aval. Si b i e n mi relato es b á s i c a m e n t e a c e r c a de la R o y a l
. - : \ : he v a c i l a d o en usar y citar a m p l i a m e n t e m i s c a r t a s p e r -
- ^ 7 5 a m i mujer, así c o m o e l diario q u e e s c r i b í a c a d a n o c h e ,
¿-.ario q u e refleja no s ó l o mi f r e c u e n t e m a l h u m o r y l a s o c a -
sjq-..a1es i n s e g u r i d a d e s , s i n o t a m b i é n m i i m p a c i e n c i a , m i s t e n -
siones, m i falta d e t a c t o y c o m p r e n s i ó n y la m a y o r í a d e l o s o t r o s
•kfectos de la raza humana.
C o m e n c é e l l i b r o c o n e l Sheffíeld p o r q u e e l l o m e d a b a l a
-portunidad de llevar al lector directamente al salón de opera-
c i o n e s c o n l o s h o m b r e s q u e f o r m a b a n n u e s t r a línea d e a v a n z a d a
e n l o s t r e s d e s t r u c t o r e s tipo 4 2 c o n m i s i l e s g u i a d o s , n i n g u n o d e
las c u a l e s salió d e l a g u e r r a sin r a s g u ñ o s . T a m b i é n e s i m p o r t a n t e
que el lector tenga esa imagen en la mente, c o m o telón de fondo
d e l a terrible r e a l i d a d d e l a g u e r r a , s i e s q u e u n o q u i e r e c o m p a r t i r
l a e x p e r i e n c i a del c o m a n d a n t e . P o r q u e él, s o b r e t o d o , d e b e a c t u a r
d e a c u e r d o c o n a q u e l l a s r e a l i d a d e s , s i n j a m á s dejarse l l e v a r p o r
s u s m á s fuertes t e m o r e s .
No p u e d o saber todo lo que ocurría en aquel m o m e n t o , ni lo
pretendo. Y hasta supongo que en m u c h o s casos probablemente
sabía, d e p r i m e r a m a n o , m e n o s d e l a m i t a d . P e r o a l o l a r g o del
libro h e m o s recogido la m a y o r í a de los ingredientes claves de
m u c h a s o t r a s fuentes: a m i g o s , c o l e g a s y , e n a l g u n o s c a s o s , h a s t a
de extraños que lucharon en esta guerra j u n t o a m í . en otras
naves, en otros lugares, pero de todos m o d o s , conmigo.
Mi historia atraviesa inevitablemente el relato de las condi-
c i o n e s c l i m á t i c a s , l a s c o n d i c i o n e s del m a r p a r a p a s a r d e p r o n t o a
la acción súbita, intensa, breve, con sus persistentes
reverberaciones que mantenían la adrenalina en circulación y
convertían el aburrimiento en un constante ausente. Patrick y yo
h e m o s t r a t a d o d e h a c e r revivir l a s i t u a c i ó n . H e m o s t r a t a d o d e n o
exagerar y yo he procurado no defenderme. Si el lector llega al
final sin t e n e r u n a o p i n i ó n d e m a s i a d o alta d e m í , e s p r e c i s a m e n t e
porque decidí correr también ese riesgo.
Mientras tanto ya es hora de que nos z a m b u l l a m o s y
e n t r e m o s e n a l g u n a s d e a q u e l l a s "terribles r e a l i d a d e s " d e l a s q u e
he h a b l a d o y n o s t r a n s p o r t e m o s o t r a v e z a l a s frías a g u a s g r i s e s
d e l a s I s l a s F a l k l a n d , e n m a y o d e 1982, y q u e d e m o s allí v i g i l a n -
do, esperando el ataque del misil argentino que m á s o m e n o s
s a b í a m o s d e b í a p r o d u c i r s e ese día.

SANDY WOODWARD
Abril de 1991

17
1
El día en que le dieron al Shefpeld

V o l a b a n con silencio de radio, trepando hasta mil quinientos


m e t r o s por encima de los blancos bancos de nubes y niebla que
c u b r í a n p a r c i a l m e n t e l a s r o c o s a s y casi s i n á r b o l e s c o s t a s q u e
dejaban atrás. L o s motores j e t de los dos aviones de ataque n a v a l
de una sola plaza volaban a velocidad m í n i m a de 400 nudos para
ahorrar combustible. Volaban en estrecha formación hacia el
Este, c o n el radar funcionando pero sin efectuar t r a n s m i s i ó n
alguna.
J u n t o c o n l a estela d e s a p a r e c í a r á p i d a m e n t e s u ú l t i m o c o n -
t a c t o c o n s u p a t r i a a r g e n t i n a , c o n e l oficial d e c o n t r o l d e v u e l o e n
la base de R í o Grande, en Tierra del Fuego, la legendaria isla al
s u r d e l E s t r e c h o d e M a g a l l a n e s . A l l í e s t a b a el h o g a r d e l 1° E s c u a -
d r ó n d e A t a q u e N a v a l del c o m a n d a n t e J o r g e C o l o m b o .
L o s dos pilotos, el capitán de corbeta A u g u s t o Bedacarratz y
el capitán de navio A r m a n d o Mayora, eran m i e m b r o s de un grupo
de aviadores navales superiores especialmente seleccionados
para llevar a cabo esas misiones particularmente importantes en
las que usaban el sistema E t e n d a r d / E x o c e t , un sistema consi-
derado c o m o la m a y o r y m á s inmediata amenaza a mi por-
taaviones. En aquel m o m e n t o , después de u n a serie de proble-
m a s técnicos, estaban volando y hacia su blanco.
L o s aviones que piloteaban eran los Dassault Super Etendard
d e c o n s t r u c c i ó n francesa; p o r debajo del ala d e b a b o r l l e v a b a n tan-
q u e s s u p l e m e n t a r i o s d e c o m b u s t i b l e , c a d a litro del c u a l sería n e -
c e s a r i o si d e s e a b a n c o m p l e t a r el viaje de ida y v u e l t a de o c h o c i e n -
t a s s e s e n t a m i l l a s . D e b a j o del ala d e estribor d e c a d a a v i ó n c o l g a b a
u n m i s i l E x o c e t , t a m b i é n d e c o n s t r u c c i ó n francesa, u n m i s i l p a r a
a t a c a r n a v e s , g u i a d o p o r radar, c o n c a p a c i d a d p a r a v u e l o r a s a n t e ,
c o n un p e s o de m e d i a tonelada y una cabeza explosiva de 165
kilos. Su velocidad de impacto de 650 nudos podía causar daños
m u y i m p o r t a n t e s y p o s i b l e m e n t e fatales a c u a l q u i e r n a v e .
E r a n las diez d e l a m a ñ a n a del m a r t e s 4 d e m a y o d e 1 9 8 2 .
G r a n Bretaña estaba en guerra en el Atlántico Sur.
L a h o r a del día, sin e m b a r g o , era diferente e n c a d a u n a d e
l a s l í n e a s d e batalla. E r a n l a s diez d e l a m a ñ a n a p a r a B e d a c a -
r r a t z y M a y o r a , p e r o p a r a n o s o t r o s , en el g r u p o de b a t a l l a britá-
nico, era oficialmente la una de la tarde. Esto puede resultar

19
extraño, pero las guerras pueden ganarse o perderse por asuntos
d e h o r a r i o s . E l t i e m p o del g r u p o d e b a t a l l a b r i t á n i c o e s t a b a d e l i -
b e r a d a m e n t e fijado p a r a c o i n c i d i r c o n l a "hora Z u l ú " d e n u e s t r o
A l t o C o m a n d o m i l i t a r , allá e n e l R e i n o U n i d o .
L a "hora Z u l ú " e s e l c ó d i g o d e h o r a r i o s n o r m a l m e n t e u s a d o
p a r a identificar los mensajes de las c o m u n i c a c i o n e s militares
británicas". C o n ello s e a s e g u r a b a q u e t o d o s e s t u v i é r a m o s d e n t r o
del m i s m o horario en cualquier lugar en que nos encontráramos
o p e r a n d o , fuera e n G r a n B r e t a ñ a , e n A s c e n s i ó n o e n l a s F a l k l a n d .
¿ Y p a r a q u é d e m o n i o s e s o ? , p u e d e p r e g u n t a r s e e l lector. A n a d i e
le p u e d e g u s t a r l e v a n t a r s e a las c u a t r o de la m a ñ a n a o a c o s t a r s e
a l a s siete de la n o c h e . S e n c i l l a m e n t e se h a c í a p a r a m i n i m i z a r l o s
e r r o r e s d e p r o g r a m a c i ó n q u e p u e d e n p r o d u c i r s e c o n t a n t a facili-
d a d en las c o n v e r s a c i o n e s entre planificadores m u y distantes
e n t r e s í y e n diferentes h u s o s h o r a r i o s l o c a l e s . T a l v e z n o f u e r a
u n a b u e n a idea, pero resultó tener una importante ventaja, ya
que ello significaba que nosotros llevábamos tres horas de
p r e p a r a c i ó n p a r a l a b a t a l l a a n t e s del c o m i e n z o del d í a a r g e n t i n o .
A s í pues, cuando Bedacarratz y Mayora se elevaron por entre la
niebla en Río Grande m u y temprano aquella mañana, eran las
d i e z d e l a m a ñ a n a , h o r a local, p a r a ellos, p e r o p a r a n o s o t r o s e r a
la u n a de la tarde, hora Zulú, y varios miles de m a r i n e r o s bri-
t á n i c o s , t e m p o r a r i a m e n t e r e s i d i e n d o a c u a t r o c i e n t a s m i l l a s de l a s
c o s t a s d e A m é r i c a del Sur, y a h a b í a n t e r m i n a d o s u a l m u e r z o .
Nuestras naves estaban ubicadas en una formación bas-
t a n t e h a b i t u a l corno p a r a d e f e n d e r s e d e u n a t a q u e a é r e o . N u e s -
t r o s o b j e t i v o s p a r a ese día e r a n r e l a t i v a m e n t e s i m p l e s . Y o q u e r í a
q u e e s t u v i é r a m o s b i e n d e n t r o del s e c t o r s u d o r i e n t a ! d e l a z o n a d e
e x c l u s i ó n total. N o estaba particularmente apurado, y a q u e n o
n e c e s i t á b a m o s estar e n p o s i c i ó n h a s t a l a s ú l t i m a s l u c e s p a r a l a s
principales actividades nocturnas y colocar equipos de r e c o n o -
c i m i e n t o de las fuerzas especiales m e d i a n t e helicópteros en las
i s l a s . P a r a ello n e c e s i t á b a m o s la p r o t e c c i ó n de la o s c u r i d a d y q u e
l o s b u q u e s e s t u v i e r a n t a n c e r c a c o m o fuera p o s i b l e , p a r a m i n i -
m i z a r el tiempo de los helicópteros en tránsito. E s t á b a m o s
"probando" el terreno hacia adelante, abriéndonos c a m i n o hacia
el enemigo.
De m o d o que seguíamos nuestro curso, en gran medida sin
c o n o c e r l a p o s i c i ó n d e l a flota d e s u p e r f i c i e d e l e n e m i g o , q u e .
había estado curiosamente elusiva desde los tumultuosos acon-
t e c i m i e n t o s de la t a r d e del d o m i n g o a n t e r i o r y el h u n d i m i e n t o d e l
General Belgrano. O b s e r v á b a m o s c o n p a r t i c u l a r c u i d a d o l o s c i e -
los del Oeste que podían, con sólo cuatro m i n u t o s de antici-
pación, revelarnos la precisa efectividad de la combinación
Etendard-Exocet de los argentinos, intimamente c o n s e r v á b a m o s
l a e s p e r a n z a d e q u e e l l o s n o t u v i e r a n listo t o d a v í a p a r a s e r v i c i o
e n l a l í n e a d e c o m b a t e este c o m p l i c a d o s i s t e m a d e a r m a s .
P e r o i n c l u s o p a r a g a n a r e s o s f u n d a m e n t a l e s , y tal v e z sal-
vadores, cuatro minutos, necesitábamos tener en actividad todos

20
los radares y las c o m u n i c a c i o n e s entre una y otra nave, para
brindarnos la mejor imagen posible de lo que estaba ocurriendo
en los cielos y en el mar que nos rodeaban. Si bien el e n e m i g o no
poseía equipos de orientación particularmente buenos, nosotros
t e n í a m o s s e r i a s fallas e n n u e s t r a s d e f e n s a s a é r e a s . C a r e c í a m o s
de prevención aérea anticipada. Por lo tanto calculé que el equi-
librio de la ventaja radicaba en las comunicaciones totales entre
l a s n a v e s y l o s a v i o n e s b r i t á n i c o s , a p e s a r d e l r i e s g o de q u e l o s
argentinos pudieran ubicarnos a través de ellas. L o s oficiales
s u p e r i o r e s del g r u p o de batalla inglés c o n o c í a n p e r f e c t a m e n t e
b i e n nuestra situación. E s t á b a m o s todos de acuerdo en que los
ataques aéreos en contra de nosotros eran inminentes, dado que
e l h u n d i m i e n t o del c r u c e r o a r g e n t i n o e r a c o n s i d e r a d o e n B u e n o s
A i r e s c o m o algo un tanto i n c ó m o d o , en particular al no tener
n i n g u n a b u e n a noticia para equilibrarlo ante el público argenti-
no. Aquella m a ñ a n a yo había hablado con tres o cuatro de m i s
capitanes en la radio U H F de "voz codificada". Este circuito
r e c i b í a e l a d e c u a d o n o m b r e e n c ó d i g o d e "cacareo" y l o u s á b a m o s
así, p o r e j e m p l o , "Capitán, e l a l m i r a n t e q u i e r e h a b l a r c o n u s t e d
en cacareo". Nuestra sensación de proximidad de ataque no era
e s p e c í f i c a , e r a m á s b i e n c u e s t i ó n d e u n total e s t a d o d e a l e r t a r e s -
p e c t o d e c u a l q u i e r c o s a q u e p u d i e r a ocurrir e n e l p r ó x i m o m i n u -
to. A q u é l era sólo el cuarto día de guerra para nosotros, y la R o -
y a l N a v y n o h a b í a v i v i d o u n conflicto e n e l a g u a d e e s t a m a g n i t u d
desde la Segunda Guerra Mundial.
B á s i c a m e n t e , lo que todos p e n s á b a m o s era que p o d í a m o s
tener que enfrentarnos a un ataque de los Etendard, a r m a d o s
c o m o e s t a b a n c o n u n E x o c e t c a d a u n o . "Sin e m b a r g o " , a n o t é e n
m i d i a r i o , "ellos s ó l o t i e n e n u n o s c i n c o e n total. E s p e r e m o s q u e
u n o esté inservible, dos de ellos no den en el blanco y los d e m á s
no lleguen a ningún blanco importante. Esto es lo que, en mi pro-
fesión, se llama "reducción de la amenaza", un proceso mental
q u e h a b i t u a l m e n t e l o h a c e sentir m e j o r a u n o . E n t é r m i n o s g e -
nerales calculábamos que los pilotos argentinos se acercarían
v o l a n d o b a j o , "se m o s t r a r í a n " , e s decir, s e e l e v a r í a n d e 1 5 m e t r o s
a 60, harían u n a rápida inspección c o n radar y luego, si no con-
seguían nada, bajarían nuevamente por debajo de nuestro radar.
S u p o n í a m o s l u e g o q u e s e a d e l a n t a r í a n u n p o c o m á s y "se
mostrarían" para echar otra mirada, arriesgándose a que
pudiéramos interceptar su radar de ataque en nuestro equipo de
orientación o tal v e z obtener un par de pasadas sobre ellos en
nuestros propios radares antes de que pudieran volver a descen-
der. Esto debería darnos el aviso de cuatro minutos que nece-
sitábamos para el despliegue de nuestros defensivos señuelos de
r a d a r , l l a m a d o s "paja".
E l p r o b l e m a e n t o d a esta s i t u a c i ó n es, s i n e m b a r g o , q u e e n
un día c o m o aquél, cuando todos activamente esperábamos un
ataque, cualquier cosa que entrara en las pantallas de nuestros
radares, una bandada de gaviotas, un albatros, hasta una ba-

21
llena lanzando agua, puede comenzar a parecer un lanzamiento
de misil a un ansioso operador de radar. D o s bandadas total-
m e n t e i n d e p e n d i e n t e s d e pájaros m a r i n o s , v i s t a s e n d o s p a s a d a s
separadas, pueden parecer un ataque aéreo que se acerca a 500
n u d o s . A d e m á s , c u a l q u i e r crujido d e r a d a r interceptadla e n u n
lugar inesperado puede sonar igual que el que uno teme
escuchar. Cuando se está en guerra uno no puede permitirse
ignorar esas cosas, pues puede darse el caso de que sea de ver-
d a d un misil.
Y toda esa mañana, desde antes de las primeras luces,
h a b í a m o s recibido una cantidad de informes de contactos de toda
c l a s e . A l l á e n e l Invincible l o s c e r e b r o s q u e s e o c u p a b a n d e n u e s -
t r o s i s t e m a d e d e f e n s a d e fuerza a é r e a s e e s t a b a n p o n i e n d o c o m -
prensiblemente escépticos con respecto a esos avisos de ataque
q u e n o s e c o n c r e t a b a n . "Confirme". "Repita". "Revise". "Verifique".
"Ignore". Era el lenguaje entrecortado de la incertidumbre.
C a d a par de minutos, algo aparecía. Cada m e d i a hora, algo
p r e o c u p a n t e . C a d a hora, a l g o q u e h a c í a t e m b l a r e l d e d o s o b r e e l
b o t ó n d e l s e ñ u e l o "paja". L a g u e r r a , s o b r e t o d o e n s u s p r i m e r a s
e t a p a s , p r o d u c e e s t o s efectos e n q u i e n e s p a r t i c i p a n e n ella.
Pero nada, absolutamente nada ocurrió aquella m a ñ a n a en
c u a n t o a a c c i ó n del e n e m i g o . H a s t a p o d í a m o s d e c i r q u e l o s c i e l o s ,
brillantes y azules sobre el m a r calmo, estaban también libres de
amenazas.

Bedacarratz y M a y o r a treparon hasta la altura crucero de


4 5 0 0 m e t r o s para su primer contacto. Éste se realizaría c o n un
a v i ó n tanque Hércules K C - 1 3 0 , un avión de transporte transfor-
m a d o , p a r a r e a b a s t e c e r l o s a ciento c i n c u e n t a m i l l a s d e s u b a s e .
A u n q u e ellos m i s m o s seguían en silencio de radio, fueron g u i a d o s
por radio por el operador de un viejo avión de patrulla marítima,
un Neptuno de la Fuerza Aérea Argentina, que también estaba
t r a t a n d o de u b i c a r a la flota b r i t á n i c a .
S i n o s e t i e n e m u c h a práctica, e l r e a b a s t e c i m i e n t o e n e l aire
e s u n a m a n i o b r a difícil, y a q u e l o s a v i o n e s t r a t a n d e i g u a l a r l a s
v e l o c i d a d e s con precisión y de m a n t e n e r esa p o s i c i ó n lo m á s
exactamente posible, mientras la larga línea de combustible es
a s e g u r a d a desde arriba. La última m i s i ó n argentina de larga
distancia, realizada dos días antes, había sido abortada exacta-
m e n t e en esa etapa de las operaciones. Pero en esta ocasión
tuvieron éxito.
B e d a c a r r a t z y M a y o r a s i g u i e r o n h a c i a el E s t e , h a c i a el Her-
mes, el portaaviones británico de 29.000 toneladas, desde el cual
yo trataba de conducir la guerra en el lugar y que yo consideraba
indispensable. Northwood y yo estábamos de acuerdo en que
c u a l q u i e r d a ñ o de i m p o r t a n c i a al Hermes o al Invincible ( n u e s t r o
vital segundo puente) m u y probablemente nos obligaría a aban-
d o n a r p o r c o m p l e t o l a o p e r a c i ó n Islas F a l k l a n d .

22
L o s dos argentinos comenzaron su descenso gradual para el
a c e r c a m i e n t o final y el a t a q u e . E s t a b a n a d o s c i e n t a s o c h e n t a m i -
llas d e l g r u p o d e b a t a l l a b r i t á n i c o y c a d a c i n c o m i n u t o s s e a c e r -
c a b a n p o c o m á s d e treinta y t r e s m i l l a s a l a z o n a c u b i e r t a p o r
n u e s t r o s r a d a r e s . E s t a b a n allí c o m o s i n a d a , c o n l o s t a n q u e s
llenos, y seguían en estricta formación, lanzándose hacia las
nubes y la lluvia, haciendo todo lo posible para nivelar sus
m á q u i n a s a p e n a s a q u i n c e m e t r o s p o r s o b r e l a s olas. U n a v e z allí
p o d í a n aprovechar la protección de la curvatura de la tierra,
f u e r a d e l p a s o d e l a línea d e v i s i ó n d e n u e s t r o s r a d a r e s d e a v a n -
z a d a . A e s a v e l o c i d a d y altura, casi t o d a su a t e n c i ó n se c o n c e n -
traba en el esfuerzo por evitar caer al mar. Si bien en ocasiones
l o g r a b a n v i s l u m b r a r s e e l u n o a l otro, l a m a y o r p a r t e d e l t i e m p o
v o l a b a n sin contacto alguno, sin atreverse a abrir sus radios. No
t e n g o d u d a a l g u n a d e q u e s e t r a t a b a d e u n viaje solitario q u e ter-
m i n a b a por destrozar los nervios.

Sin embargo, hay otras clases de soledad. U n a de ellas en


particular, conocida sólo por los comandantes de n a v e s de gue-
rra, es la del c a p i t á n de un b a r c o de a v a n z a d a , u n a de l a s t r e s o
cuatro naves de guerra que forman la primera línea de defensa,
m u y a d e l a n t a d a r e s p e c t o de la f u e r z a p r i n c i p a l . A l l í , u n o r e a l -
m e n t e e s t á s o l o . T o d o e s silencio, e n g a ñ o s a m e n t e a p a c i b l e . U n o
no está protegido por los principales sistemas de a r m a m e n t o s del
r e s t o d e l a fuerza. C o n suerte, e s p o s i b l e p r o t e g e r s e m u t u a m e n t e .
Y u n o tiene m u c h o t i e m p o p a r a p e n s a r e n e l d e s t i n o d e l a p r o p i a
n a v e , d e l a t r i p u l a c i ó n y d e los a m i g o s . N a d i e h a p a s a d o j a m á s
demasiado tiempo cumpliendo funciones en esa primera línea,
debido principalmente a que, c o m o nos lo dice la historia, hay
u n a t e n d e n c i a a q u e e l l o s s e a n l o s p r i m e r o s e n ser h u n d i d o s p o r
el e n e m i g o , porque deliberadamente se los ubica en los lugares
m á s peligrosos. La clásica táctica antiportaaviones consiste en
a t a c a r a la a v a n z a d a c o n u n o s p o c o s a v i o n e s y l u e g o a v a n z a r p o r
la b r e c h a a s í a b i e r t a en l a s d e f e n s a s . Y si el a t a q u e l l e g a r a a
p r o v e n i r del a g u a , c u a l q u i e r n a v e d e a v a n z a d a e s u n b l a n c o p e r -
fecto para un submarino bien manejado. L o s barcos solitarios por
lo general son especialmente vulnerables. Los grupos de dos o
t r e s s o n m u c h o m á s efectivos e n c u a n t o a l p e s o y l a v a r i e d a d d e
los sistemas defensivos, y en particular en lo que hace al c o n -
t r a a t a q u e s u b s i g u i e n t e . T o d o s l o s oficiales q u e c o m a n d a n s u b -
m a r i n o s lo saben. De cualquier raza o nacionalidad que proven-
g a n , s e a c u a l fuere s u e n t r e n a m i e n t o , t o d o s p r e f e r i r á n u n b l a n c o
de un solo barco.
En nuestro caso, aquella m a ñ a n a teníamos una línea de
avanzada de tres destructores T i p o 42, con misiles guiados, bar-
cos bastante pequeños con un desplazamiento de 4000
t o n e l a d a s . M á s lejos, a m i d e r e c h a , v i a j a b a e l alto c a p i t á n D a v i d
H a r t - D y k e , de a s p e c t o b a s t a n t e p a t r i c i o , al m a n d o del Coventry.

23
A mi i z q u i e r d a e s t a b a el ShejJielcL c o m a n d a d o p o r el c a p i t á n S a m
Salt, quien c o n su m e t r o sesenta y dos era el opuesto físico de
H a r t - D y k e , pero t a m b i é n otro e x p e r i m e n t a d o oficial a q u i e n
conocía, quería y respetaba desde hacía m u c h o s años. En el cen-
t r o i b a e l Glasgow, c o l o c a d o p a r a h a c e r q u e l a s t r e s n a v e s p r e -
s e n t a r a n u n m u y a n c h o frente d e f e n s i v o d e m i s i l e s a g u a - a i r e . E l
Glasgow e s t a b a c o m a n d a d o p o r e l c a p i t á n P a u l H o d d i n o t t , d e
c u a r e n t a años, anteriormente al m a n d o del s u b m a r i n o Polaris
Revenge, hombre capaz de cometer tan pocos errores c o m o el
mejor.
E n l o s tres c o n f i a b a p o r c o m p l e t o . L o s c o n o c í a t a n t o p e r s o -
nal c o m o profesionalmente; además, yo sabía qué significaba su
p o c o envidiable tarea después de mi propia temporada c o m o
c a p i t á n , d e l Sheffield c i n c o a ñ o s a n t e s . H a b l a b a c a d a t a n t o c o n
c a d a u n o d e e l l o s i n d i v i d u a l m e n t e e n c a c a r e o . P a u l m e dijo m á s
a d e l a n t e , c o n g r a n alegría, q u e e s o l e s b r i n d a b a a s u s oficiales d e
operaciones una gran tranquilidad, ya que se daban cuenta de
q u e é l t e n í a u n a r e l a c i ó n directa c o n e l j e f e . H a s t a h i c i e r o n d i b u -
j o s en los que lo mostraban hablando por la línea conmigo. "¡Ya
p u e d e h a b l a r , señor!", grita a l g u i e n . L a s o r e j a s d e t o d o s l o s
m i e m b r o s del equipo de operaciones están dibujadas cuadrupli-
cadas en su t a m a ñ o natural y hay dos h o m b r e s cabeza abajo col-
g a d o s d e l o s c a b l e s e l é c t r i c o s , p o r e n c i m a del e s c r i t o r i o d e P a u l .
En realidad, yo hablaba con varios comandantes cotidiana-
m e n t e , en particular con aquellos en posiciones vulnerables, y si
b i e n n o s e m e ' o c u r r í a e n realidad q u e c o n ello y o e s t a b a l e v a n t a n -
do, de alguna manera, la moral en varios barcos, siempre levan-
taba la m í a el hecho de escuchar la v o z segura y confiada del h o m -
b r e al o t r o l a d o de la línea. S i e m p r e s e g u r i d a d y confianza, m á s
a l l á d e l o q u e e n r e a l i d a d estuviera s i n t i e n d o e n ese m o m e n t o .
P a u l H o d d i n o t t e r a u n típico e x p o n e n t e d e e s a c l a s e d e h o m -
bres. De alguna manera él es un auténtico lobo de m a r con
antecedentes de varias generaciones; además cree que algunas
r a m a s de su familia sirvieron en la a r m a d a española. Hasta el día
d e h o y , s u m á s p r e c i a d a p o s e s i ó n e s u n reloj d e pie q u e t o d a v í a
m a r c a los tiempos de la bajamar y la pleamar en Plymouth H o e .
S u p a d r e fue j e f e d e i n g e n i e r o s e n d e s t r u c t o r e s e n e l M e d i t e r r á -
n e o d u r a n t e l a S e g u n d a G u e r r a M u n d i a l . U n o d e s u s a b u e l o s fue
g u a r d i a m a r i n a en la Primera Guerra M u n d i a l y el otro, el
g u a r d i a m a r i n a K e n t , fue oficial de s u b m a r i n o s y se p e r d i ó en el
m a r e n 1 9 1 7 , c u a n d o e l t r a n s p o r t e d e t r o p a Otranto s e h u n d i ó e n
u n a b o r r a s c a frente a Islay, en la c o s t a o c c i d e n t a l de E s c o c i a .
Yo sabía que rara vez, si es que lo hacía, a b a n d o n a b a su
salón de operaciones si nuestro grupo estaba amenazado de algu-
na manera. Había hablado con él m á s temprano esa m a ñ a n a y su
o p i n i ó n e r a q u e l o s a r g e n t i n o s a t a c a r í a n d e s d e e l aire, c o n E x o -
cet, e s e m i s m o día. N o p u d e d e j a r d e estar d e a c u e r d o c o n é l , s i
bien ésa era una de las tantas opciones posibles. Pero era una
o p i n i ó n q u e él se t o m ó el trabajo de registrar en su diario esa

24
m i s m a m a ñ a n a : " . . . p o d e m o s e s p e r a r ur. grar. : : T reac-
ción hoy mismo. Lo que m á s preocupa desde nuestro punto de
vista, a la v e z que es lo m á s atractivo desde el punto de vista de
ellos, es un Super Etendard con Exocet". Paul, con su caracterís-
tico cuidado escribió m á s adelante: "Las palabras anteriores
f u e r o n e s c r i t a s a n t e s del a m a n e c e r d e l 4 de m a y o de 1 9 8 2 a l a s
10:55 h o r a Z u l ú " . Y a h a b í a e l i m i n a d o e l u s o d i u r n o d e s u s i s t e m a
d e c o m u n i c a c i o n e s satelitales ( S C O T T ) , q u e p o d í a e v i t a r s e r d e s -
c u b i e r t o p o r e l r a d a r del E t e n d a r d .
A q u e l l o s tres comandantes de las naves de avanzada
c o n o c í a n l o s r i e s g o s q u e d e b í a n correr. S a b í a n q u e s i e l a p a r a t o
e n e m i g o q u e se a c e r c a b a "se m o s t r a b a " y e n t r a b a en c o n t a c t o , lo
m á s p o s i b l e era q u e los p i l o t o s a r g e n t i n o s l a n z a r a n s u s m i s i l e s a
¡a primera señal que advirtieran en la pantalla del radar. El
Coventry, el Glasgow y el Sheffield h a b í a n s i d o c u i d a d o s a m e n t e
u b i c a d o s y d e j a d o s allí casi s o l o s , sin m á s a p o y o q u e s u s p r o p i o s
m i s i l e s y s i s t e m a s d e defensa. E l ú n i c o c o n s u e l o e n u n a s i t u a c i ó n
c o m o é s a e s d e c i r s e u n a y o t r a v e z q u e e l s e ñ u e l o "paja" f u n -
cionará o que, si no lo hace, hay otros dos barcos en la m i s m a
p o s i c i ó n y q u e tal v e z sea a l g u n o de e l l o s el q u e lo d e s c u b r a .
P e r o ellos tres, H a r t - D y k e , Hoddinott y Salt, sabían m u y
b i e n q u e s u s i t u a c i ó n era r i e s g o s a . S ó l o q u e d a b a p o r v e r s e h a s t a
d ó n d e r e s u l t a r í a efectivo e l d e s t r u c t o r T i p o 4 2 e n u n a s i t u a c i ó n
c o m o ésa. E s t a r alertas. E s o era t o d o l o q u e ellos p o d í a n h a c e r y
l o m á x i m o q u e y o p o d í a pedir.
A unas dieciocho millas al Este de las naves de a v a n z a d a
e s t a b a mi s e g u n d a l í n e a de defensa: l a s fragatas Arrow, Yarmouth
y Alacrity y el e n o r m e , p e r o m á s v i e j o , d e s t r u c t o r Glamorgan.
Detrás de ellos v e n í a n tres naves de la Flota Real de barcos auxi-
l i a r e s , el Olmeda, el Resource y el Fort Austin, c o l o c a d o s c o m o un
factor m á s de confusión para el radar enemigo. Detrás de todos
e l l o s p o d í a n los E t e n d a r d e s p e r a r e n c o n t r a r l o s b l a n c o s a d e c u a -
d o s , l o s p o r t a a v i o n e s Hermes e Invincible, c a d a u n o de e l l o s c o n
s u p r o p i o d e f e n s o r e n l a f o r m a d e u n a fragata T i p o 2 2 . E l Invinci-
ble t e n í a m u y c e r c a , t r a s d e sí, e l Brüliant, c o m a n d a d o p o r e l
d i n á m i c o y v o l u b l e c a p i t á n J o h n C o w a r d ; e l Hermes t e n í a e l
Broadsword, c o n e l c a p i t á n B i l l C a n n i n g a l m a n d o , u n v i e j o
amigo de confianza. Estas dos naves de guerra de 4400
toneladas, fundamentalmente diseñadas para lucha antisubmari-
na, llevaban instalado el notable sistema antimisiles Sea Wolf.
Era algo n u e v o en el servicio y gozaba de gran reputación. En las
pruebas había verdaderamente alcanzado el proyectil de alta
velocidad de cuatro pulgadas y media que se usó c o m o blanco.
Era un sistema de corto alcance, pero con ese r e n d i m i e n t o
esperábamos que pudiera encontrar que el m á s grande y m á s
l e n t o E x o c e t era m á s fácil d e derrotar.
T o d o ello puede parecer una complicada y cuidadosamente
pensada línea de batalla para un grupo de portaaviones ame-
n a z a d o . Y e n efecto l o era (tenía a n t e c e d e n t e s e n l a p r á c t i c a a c e p -

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tada de la Royal Navy, modificada en la ocasión para cumplir con
l a s p a r t i c u l a r e s e x i g e n c i a s del A t l á n t i c o S u r ) . E r a u n a c l á s i c a for-
m a c i ó n d e d e f e n s a a n t i a é r e a q u e c u a l q u i e r b u e n oficial d e e s t a d o
m a y o r podía dibujar en cinco minutos en un pedazo de papel.
P e r o en esta o p o r t u n i d a d se había a g r e g a d o un par de refi-
namientos que yo esperaba la hicieran funcionar de manera
d i f e r e n t e y s i r v i e r a de c o m p e n s a c i ó n p o r la falta de p r e v e n c i ó n
a é r e a a n t i c i p a d a . L a g r a n diferencia e n a q u e l l o s m o m e n t o s c o n -
sistía e n q u e esa v e z era d e v e r d a d . T o d o s l o s ojos e s t a b a n a b i e r -
t o s . C a d a p i e z a d e e q u i p o s e n s o r e n t o d o e l g r u p o e s t a b a e n fun-
cionamiento, a la espera de un ataque que la m a y o r í a de nosotros
c o n s i d e r a b a i n e v i t a b l e , ese m i s m o día, al día s i g u i e n t e , en
cualquier momento.

L o s dos Etendard argentinos estaban a u n a s ciento cincuen-


ta millas al Oeste de nosotros cuando abandoné el salón de
o p e r a c i o n e s d e l b a r c o i n s i g n i a , e l Mermes, p a r a u n r á p i d o
almuerzo. Bedacarratz y M a y o r a acababan de ingresar al claro
aire q u e n o s r o d e a b a y d e s c u b r i e r o n q u e n o e r a t a n difícil v o l a r
b a j o , a la a l t u r a de la c r e s t a de l a s o l a s . U n a s p o c a s d e c e n a s de
m e t r o s por encima de ellos, los rayos rasantes de los radares
b r i t á n i c o s de l a r g o a l c a n c e no p o d í a n d e s c u b r i r el a c e r c a m i e n t o a
g r a n velocidad de los Etendard.
El radar que los argentinos llevaban instalado en los
E t e n d a r d era de fabricación francesa, igual que los a v i o n e s , y
n o s o t r o s l o s l l a m á b a m o s e n n u e s t r o c ó d i g o "freno d e m a n o " . S i
é r a m o s lo suficientemente rápidos, podríamos ubicarlos y reco-
nocerlos, T a m b i é n podríamos ocuparnos de los misiles subsi-
guientes. Claro, siempre y cuando fuéramos lo suficientemente
rápidos.
L o s E t e n d a r d y a h a b í a n dejado m u y a t r á s e l v i e j o N e p t u n o y
su r u t a final e s t a b a d e c i d i d a . S a b í a n q u e si c o r r í a n el r i e s g o y "se
mostraban" a unos cuarenta metros, cien millas m á s adelante, su
p r o p i o r a d a r p o d r í a casi c o n c e r t e z a dibujar u n e n o r m e c o n t a c t o
q u e significaba un gran blanco al alcance del Exocet. P o d í a n t a m -
b i é n estar razonablemente seguros de que se trataría de u n a nave
británica. Pero no habría tiempo para una identificación segura
antes de lanzar sus misiles, si es que querían sobrevivir.
A l a s 13:50 y o y a h a b í a r e g r e s a d o a m i s a l ó n d e o p e r a c i o n e s .
E n e l Glasgow, q u e s e g u í a s i e n d o n u e s t r a m á s e x p u e s t a n a v e d e
avanzada, el capitán Hoddinott estaba sentado en su alta silla
giratoria en m e d i o de su propio salón de operaciones. C o m o todo
su equipo, él también llevaba puestos sus guantes y máscara de
a l g o d ó n a m a r i l l o claro antiflama, p a r a evitar q u e m a d u r a s g r a v e s
en las m a n o s y la cara en caso de que cayera un m i s i l y
e x p l o t a r a . E l g r u p o d e batalla, e n a q u e l m o m e n t o , e s t a b a e n A l a r -
ma Blanca de ataque aéreo, lo cual equivalía al T o d o tranquilo"
de la Segunda Guerra Mundial. No teníamos señales claras de

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que se estuviera por producir un ataque. El grado siguiente de
a l a r m a e s e l A m a r i l l o , q u e significa q u e s e t i e n e n i n d i c i o s d e q u e
s e h a i n i c i a d o u n a t a q u e . "Rojo" significa " a s u s p u e s t o s , e s t a m o s
b a j o ataque".
El salón de operaciones de un barco moderno, en el que
c a d a u n o e s t á frente a su c o m p u t a d o r a y a s u s c o n t r o l e s e s , p a r a
algún extraño que llegue a visitarlo, uno de los lugares m á s raros
d e l m u n d o . J a m á s brilla e l sol allí. E n r e a l i d a d h a y m u y p o c a s
l u c e s , a p e n a s el c u r i o s o y surrealista r e s p l a n d o r a m b a r i n o de l a s
p a n t a l l a s , l o s p u n t o s r o j o s de l o s n u m e r o s o s i n d i c a d o r e s y t e c l a -
d o s y el o c a s i o n a l c o n t r a l u z a m a r i l l o de l o s t a b l e r o s de i n f o r m a -
ción. El lugar de alguna manera impone silencio y respeto, lo cual
c o n f o n n a u n a a t m ó s f e r a d e i n t e n s a c o n c e n t r a c i ó n , a l g o así c o m o
la. sala d e l e c t u r a d e u n a b i b l i o t e c a , s ó l o q u e l a s i m á g e n e s s o n d e
h o m b r e s encapuchados a quienes apenas si se les v e n los ojos
inexpresivos y sombríos. Cada hombre lleva puesto un auricular
de comunicaciones, c o m o el de los pilotos civiles de aviación, c o n
un d e l g a d o m i c r ó f o n o de la era e s p a c i a l frente a s u s e s c o n d i d o s
labios. C a d a operador está comunicado con alguna parte y el
m u r m u l l o de s u s i n f o r m e s tal v e z se dirija al á r e a de n a v e g a c i ó n o
a s u s c o m p a ñ e r o s de e q u i p o a b o r d o o, a t r a v é s de la r a d i o , a
o t r a s n a v e s , o a o t r o s s a l o n e s de o p e r a c i o n e s .
Por la redes internas, el capitán puede introducirse en la
c o m u n i c a c i ó n del p r i n c i p a l oficial d e g u e r r a c o n e l c o n t r o l d e l
sonar, o en el informe que el operador de c o m u n i c a c i o n e s le
t r a n s m i t e al c o m p i l a d o r de i m á g e n e s de superficie, o en la c o n -
v e r s a c i ó n e n t r e el d i r e c t o r de m i s i l e s y c a ñ o n e s c o n el d e t e c t o r de
s u p e r f i c i e , y h a s t a p u e d e ser q u e e n t r e e n l a c o n v e r s a c i ó n d e l
marinero de señales con su j o v e n señalero en el puente. Puede
e s c u c h a r l a v o z del oficial d e g u a r d i a e n e l p u e n t e q u e s e a l z a
p a r a gritar: "Avión, rojo, nueve cero, bajo, no identificado". El
m o v i m i e n t o j a m á s c e s a e n e l e x t r a ñ o m u n d o inferior del s a l ó n d e
operaciones. Las redes de comunicaciones son una suerte de
T o r r e d e B a b e l "subterránea", u n a m a s a d e p a l a b r a s , a u r i c u l a r e s ,
micrófonos y una extraña jerga. La sala m i s m a es un caleidosco-
pio de información iluminada, un m o n t ó n de dedos desparrama-
d o s que golpean sobre teclas y botones. Es un lugar de "hombres
lunares" c o n máscaras, donde no se v e n labios que se m u e v a n ,
pero donde v o c e s sin cuerpos parecen no descansar j a m á s .
Y c e r c a d e l c e n t r o d e t o d o e s o e s t á e l oficial d e g u e r r a d e
a v a n z a d a o de aire, a c o m p a ñ a d o p o r el oficial p r i n c i p a l de g u e r r a .
Su trabajo es el de c o o r d i n a r t o d a la i n f o r m a c i ó n y a c t u a r a d e -
c u a d a m e n t e d e a c u e r d o c o n ella. D e c i d i r s i d e b e n p e r m i t i r q u e
un conjunto de circunstancias se convierta en un "a sus
puestos", orden que genera una vida totalmente peculiar, con
u n a serie de personas que automáticamente dan pasos ensaya-
d o s cuidadosamente, cada uno de los cuales sólo puede ser
d e t e n i d o p o r u n a estricta o r d e n del c a p i t á n .

27
Eran las 13:56. Los dos Etendard se m u e s t r a n a casi
c u a r e n t a m e t r o s sobre el mar. Se p o n e n a nivel y B e d a c a r r a t z
observa un m o v i m i e n t o en su pantalla de radar. Su m a n o
enguantada se m u e v e menos de treinta centímetros hacia el
b o t ó n que activa el Exocet. Mayora hace lo m i s m o .
E l s a l ó n d e o p e r a c i o n e s del Glasgow, c o m o t o d o s l o s d e m á s
de la fuerza, estaba lleno de gente transpirando dentro de sus
m á s c a r a s . L a s 13:56 y 30 s e g u n d o s . El aire e s t a b a c a l i e n t e y la
oscuridad parecía aumentar la temperatura. El grupo de batalla
e s t a b a t o d a v í a s ó l o e n alerta b l a n c a , c u a n d o e l j o v e n m a r i n e r o
R o s e h i z o s o n a r s u s i l b a t o y g r i t ó l a s p a l a b r a s q u e , s e g ú n dijo
m á s a d e l a n t e P a u l H o d d i n o t t , "hicieron q u e e l p e l o d e l a n u c a s e
m e erizara".
— ¡ R a d a r e n e m i g o d e t e c t a d o ! —gritó R o s e .
E l o f i c i a l d e g u e r r a d e l Glasgow, c a p i t á n d e c o r b e t a N i c k
H a w k y a r d , r e a c c i o n a a l instante.
— ¿ N i v e l d e credibilidad?
— ¡ C i e r t o ! — r e p l i c a R o s e — . F u e r o n tres p a s a d a s c o n u n b r e -
v e s e g u i m i e n t o . O r i e n t a c i ó n . . . d o s tres o c h o . M o d o d e b ú s q u e d a .
Hoddinott gira sobre sí para mirar la enorme consola U A A I.
T a n t o él c o m o H a w k y a r d pueden v e r que la línea de orientación
en la pantalla de Rose se corresponde c o n los dos radares de
a l a r m a a é r e a d e l a r g o a l c a n c e q u e h a c e n c o n t a c t o a casi c u a r e n t a
y c i n c o m i l l a s en la p a n t a l l a del oficial de g u e r r a .
—Cesó la transmisión —informa Rose.
H a w k y a r d h a b l a p o r l a línea abierta del c o m a n d o :
— O f i c i a l de g u e r r a al oficial de guardia... ¡pase de i n m e d i a t o
a la o r d e n de t o d o s a s u s p u e s t o s !
Y allá en el puente, el teniente D a v i d G o d d a r d aprieta el
b o t ó n de t r a n s m i s i ó n y las p a l a b r a s " ¡ T o d o s a s u s puestos!" se
t r a n s m i t e n a la t o t a l i d a d del b a r c o .
H a w k y a r d , mientras observaba la imagen en la enorme y
chata pantalla de su mesa, conectó la radio U H F para anunciar a
todas las naves:
— ¡ I n f o r m e ! É s t e es el Glasgow, r a d a r e n e m i g o . . . o r i e n t a c i ó n
d o s tres ocho... correlaciones con líneas uno dos tres cuatro...
o r i e n t a c i ó n d o s tres o c h o . . . a l c a n c e c u a t r o c e r o . . . Invincible, fuera.
El Invincible r e s p o n d e :
— R e c i b i d o , fuera.
E n t o n c e s R o s e v o l v i ó a gritar:
— C o n t a c t o r e c u p e r a d o c o n e l radar... o r i e n t a c i ó n d o s t r e s
ocho.
E l s u p e r v i s o r d e g u e r r a electrónica, s e n t a d o j u n t o a él. c o n -
f i r m a este s e g u n d o d e s c u b r i m i e n t o . L o s o p e r a d o r e s d e r a d a r d e l a
n a v e , s i n dejar d e o b s e r v a r s u s p a n t a l l a s d e r a d a r p a r a alerta d e
a i r e y superficie, t a m b i é n c o n f i r m a n el c o n t a c t o .
— D o s e s p a n t a p á j a r o s . O r i e n t a c i ó n d o s tres o c h o . D i s t a n c i a ,
tres o c h o m i l l a s . D i r e c c i ó n cero siete cero. C u a r e n t a y c i n c o
nudos.

28
H a w k y a r d a Hoddinott:
— S o n dos Super E. Seguro que acaban de mostrarse. D e b e n
de estar por lanzar sus misiles.
Y e n t o n c e s el s a l ó n de o p e r a c i o n e s del Glasgow r e a l m e n t e se
activó. Estaban ciento por ciento preparados p a r a esa ocasión en
p a r t i c u l a r . D e s p u é s d e t o d o , era p r e c i s a m e n t e p a r a e s o q u e esta-
b a n allí.
—¡Paja! —ordenó H a w k y a r d y en el otro e x t r e m o de la
h a b i t a c i ó n e l suboficial m a y o r J a n A m e s dejó c a e r s u p u ñ o c e r r a -
d o s o b r e l o s b o t o n e s d i s p a r a d o r e s d e l s e ñ u e l o "paja", d i s e ñ a d o s
p a r a facilitar e l d i s p a r o e n c a s o d e a p u r o .
H a w k y a r d otra vez habló por el circuito de radio a t o d o el
g r u p o d e batalla:
— É s t e e s e l Glasgow... — E n e l m o m e n t o d e c o m e n z a r a
hablar, de pronto se dio cuenta de que debió haber estado dicien-
d o "freno d e m a n o " , n u e s t r a s p a l a b r a s c l a v e s p a r a n o m b r a r e l
radar francés. Se corrlgió rápidamente.— ¡Freno de m a n o ! —gri-
t ó — . O r i e n t a c i ó n d o s tres o c h o .
De m a n e r a simultánea los dedos del supervisor de i m á g e n e s
de aire, marinero jefe Nevin, se m u e v e n ágiles tratando de pro-
d u c i r l a i m a g e n total del i n m i n e n t e a t a q u e , p o r l a s v í a s 1234 y
1 2 3 5 e n e l c i r c u i t o d e c o m p u t a d o r a s i n t e r b a r c o s , c o n t a c t o 10.
L u e g o , al v e r a su relevo a su lado, listo para el c a m b i o de
g u a r d i a , e l s u p e r v i s o r d e g u e r r a electrónica, m a r i n e r o j e f e H e w i t t ,
r á p i d a m e n t e l e e n t r e g a e l p u e s t o y casi v u e l a e s c a l e r a s a r r i b a ,
hacia el puente superior, para ayudar c o n la recarga de los lan-
zadores de cohetes señuelos.
— J a m á s — a d m i t i r í a m á s adelante— m e m o v í c o n tal v e l o c i -
dad en toda mi vida.
M i e n t r a s el marinero jefe se alejaba, H a w k y a r d v o l v i ó a
h a b l a r p o r U H F para tratar de c o n v e n c e r al C o m a n d a n t e de
G u e r r a A n t i a é r e a d e l a fuerza, e n e l Invincible, d e q u e e s a v e z e r a
v e r d a d . Pero no lo lograba. Hoddinott escuchó alarmado que la
v o z d e H a w k y a r d s e a l z a b a l l e n a d e frustración, t r a t a n d o d e s e s -
p e r a d a m e n t e d e c o n v e n c e r a l otro d e q u e era a l g o m u y s e r i o y n o
otro fantasma creado por la tensión nerviosa.
Nuevo llamado.
— É s t e e s e l Glasgow. C a n a l 1 2 3 4 . . . o r i e n t a c i ó n d o s t r e s
o c h o . . . d i s t a n c i a t r e s c i n c o . . . fuerza d e d o s . . . a c e r c á n d o s e r á p i d a -
m e n t e . C a n a l 1234 confirma orientación de "freno de m a n o " .
Invincible, fuera.
El C o m a n d a n t e de Guerra A n t i a é r e a de la fuerza, que ha
recibido tres o cuatro de esas alarmas cada mañana, quiere m á s
p r u e b a s . En lo q u e a él se refiere, el g r i t o "freno de m a n o " ha s i d o
e s c u c h a d o con m á s frecuencia que los "buenos días" y no está
d i s p u e s t o a c o m p r o m e t e r a todo el m u n d o g a s t a n d o n u e s t r o
cargamento de señuelos, que disminuía con rapidez, sin sólidas
razones.
El Invincible r e c i b e el m e n s a j e .

29
— C o m p r e n d i d o , fuera.
P o r l o m e n o s d e b e s a b e r q u e e l Glasgow e s t a b a s e g u r o d e
sus propias advertencias. Cualquiera que estuviera escuchando
e n l a r e d d e g u e r r a a é r e a p o d í a oír e l l a n z a m i e n t o d e l o s c o h e t e s
s e ñ u e l o s d e l Glasgow, c o n a q u e l z u m b i d o q u e s e v o l v e r í a t a n
i n c ó m o d a m e n t e habitual para todos nosotros.
E n l a c o n s o l a d e g u e r r a e l e c t r ó n i c a del Glasgow, R o s e v u e l v e
a gritar:
—Freno de mano en modo de seguimiento.
B e d a c a r r a t z está a p u n t o de l a n z a r su m i s i l y P a u l H o d d i n o t t
s i n t i ó e s e t e r r o r frío q u e a t a c a c u a n d o u n o s a b e q u e las p r u e b a s
s o n irrebatibles y confirman que un gran misil está en c a m i n o
hacia uno m i s m o . Durante los siguientes minutos se coloca el
Glasgow c u i d a d o s a m e n t e entre l a s c u a t r o n u b e s d e s e ñ u e l o s q u e
r e v o l o t e a b a n a su a l r e d e d o r y q u e d e b í a n e n g a ñ a r al m i s i l p a r a
sacarlo de curso y salvar el blanco. Pero los señuelos se m u e v e n
c o n el v i e n t o . Y u n o d e b e seguir e s o s m o v i m i e n t o s . V e l o c i d a d y
p o s i c i ó n d e b e n ser c o r r e g i d a s c o n g r a n r a p i d e z .
C a p i t á n a l oficial d e g u a r d i a e n é l p u e n t e :
— A l extremo, a la izquierda, a cero dos cinco. Ajuste v e l o c i -
d a d a viento relativo cero.
A las 14:02, los p i l o t o s l a n z a n s u s m i s i l e s y g i r a n a la
i z q u i e r d a . L o s E x o c e t c a e n , directo a s u s b l a n c o s . N i n g u n o d e los
pilotos tiene la m e n o r idea de cuál ha sido el barco a que ha
apuntado, ni la m e n o r intención de quedarse para averiguarlo.
Sólo saben que un contacto de radar apareció en sus pantallas en
e l á r e a m á s o m e n o s a d e c u a d a del o c é a n o . Y d e b e n a l e j a r s e l o
m á s r á p i d o p o s i b l e , l a n z á n d o s e h a c i a abajo, c e r c a d e l a g u a , p o r
d e b a j o d e n u e s t r o s r a y o s d e radar, e n d i r e c c i ó n a l O e s t e .

J a m á s v o l v i m o s a detectarlos.
Casi simultáneamente, dos puntos color ámbar, tan
p e q u e ñ o s que sólo p u e d e n ser vistos de m a n e r a intermitente,
a p a r e c e n en el r a d a r d e l Glasgow, t r a z a n d o a g r a n v e l o c i d a d su
trayectoria en la pantalla.
—¡Diablos! Ya vienen. Orientación dos tres ocho. Distancia
doce millas.
Hoddinott ordenó que su sistema de misiles de superficie
S e a Dart entrara en acción para derribarlos.
H a w k y a r d l l a m a otra v e z a l j e f e A m e s , s u d i r e c t o r d e c a ñ ó n
de misiles.
— C u b r e canal 1234 y 1235 c o n Sea Dart. — P e r o no dio
resultado. Sin éxito, c o m o en una pesadilla, el control de fuego de
r a d a r n o p o d í a fijar s u d i r e c c i ó n e n l o s p e q u e ñ o s b l a n c o s m ó v i l e s
a esa distancia. Continuaron insistiendo, pero los puntos seguían
desapareciendo. La frustración aumentaba y el capitán estaba
f u r i o s o . H a w k y a r d l l a m ó otra v e z a l Invincible a c o n s e j a n d o s a c a r
d o s S e a H a r r i e r d e l a l í n e a d e fuego. P e r o e l s a l ó n d e o p e r a c i o n e s

30
en el portaaviones pequeño respondía que ellos pensaban que el
a t a q u e e r a falso.
Ya d e s e s p e r a d o , el oficial de g u e r r a insistió casi a l o s g r i t o s
p o r e l c i r c u i t o radial.
— ¡ N e g a t i v o ! ¡ L a fuerza e s t á s i e n d o a t a c a d a ! E l m o v i m i e n t o
en 1 2 3 4 y 1235, la o r i e n t a c i ó n y la d i s t a n c i a c o i n c i d e n c o n freno
de mano.
El Invincible s e g u í a sin estar de a c u e r d o .
El jefe A m e s , todavía tratando frenéticamente de alcanzar el
E x o c e t c o n e l S e a D a r t , n o p o d í a evitar p r e g u n t a r s e c u á n t o t i e m -
po demoraría el misil en llegar al blanco, con el t e m o r de que
a l c a n z a r a a l Glasgow e n e l c e n t r o , p r e c i s a m e n t e d o n d e s e
encuentra el salón de operaciones. C o m o m u c h o s otros, c o m e n z ó
a r e s i g n a r s e a su d e s t i n o .
Fue el capitán Hoddinott m i s m o el primero en darse cuenta,
c o n g r a n a l i v i o , de q u e el Glasgow e s t a b a a s a l v o . U n o de l o s m i -
siles se d i r i g í a al Shejjield y el otro se iba p e r d i e n d o en el m a r .
P o r a l g u n a r a z ó n , e l Shejjield, c o n s u c a p i t á n f u e r a d e l a
sala de operaciones, no había terminado todavía de preparar el
lanzamiento de señuelos. Más adelante, Hoddinott recuerda
haber llamado a H a w k y a r d para manifestarle su preocupación.
— ¿ Q u é d e m o n i o s está o c u r r i e n d o en el Shejjield?
L a ú n i c a r e s p u e s t a q u e r e c i b i ó fue l a d e s u s p r o p i o s o p e -
radores, los cuales le dijeron que no podían obtener respuesta
alguna.
A v e i n t e m i l l a s de allí, las c o s a s se d e s a r r o l l a b a n de m a n e r a
tal que c o n d u c í a n a una trágica conclusión en el p e q u e ñ o
destructor que llevaba el nombre de la ciudad británica famosa
p o r s u a c e r o i n o x i d a b l e . E l p r i m e r p r o b l e m a fue q u e h a b í a e s t a d o
t r a n s m i t i e n d o p o r s u s i s t e m a d e c o m u n i c a c i ó n satelital S C O T e n
el m o m e n t o crítico, cuando los Etendard estaban u s a n d o sus
r a d a r e s . A q u e l l a c o m u n i c a c i ó n i m p i d i ó q u e el Shejjield l o s d e s -
cubriera.
L a a u s e n c i a d e l capitán, d i c h o sea d e p a s o , q u e e s t a b a e n s u
c a b i n a d e s p u é s del a l m u e r z o , fue c a s u a l i d a d , n o d e s c u i d o . T e n í a
t o d o e l d e r e c h o d e estar e n s u c a b i n a . U n c a p i t á n n o d e b e t r a t a r
de e s t a r alerta y de g u a r d i a de m a n e r a i n d e f i n i d a si q u i e r e s e g u i r
siendo efectivo. Debe administrar sus movimientos con s u m o
c u i d a d o y a p r e n d e r a confiar en s u s e q u i p o s de g u a r d i a .
E l s e g u n d o p r o b l e m a fue q u e e l v a l o r d e l o s i n f o r m e s p r o v e -
n i e n t e s del Glasgow n o fue b i e n a p r e c i a d o . S e p r o d u j o a l g ú n t i p o
de i n c o m u n i c a c i ó n en la sala de operaciones y no se t o m ó m e d i d a
a l g u n a , así c o m o n i e l a v i ó n n i l o s m i s i l e s f u e r o n d e t e c t a d o s e n
l o s r a d a r e s d e l Shejjield. Es t e n t a d o r arribar a la c o n c l u s i ó n de
q u e si los a v i s o s del Glasgow a c e r c a de l o s r a d a r e s d e l E t e n d a r d
h u b i e r a n s i d o a c e p t a d o s en la sala de o p e r a c i o n e s d e l Shejjield,
se podrían haber lanzado los señuelos, que tal v e z hubieran
r e s u l t a d o e f e c t i v o s : o l o s r a d a r e s d e l Shejjield p o d r í a n h a b e r
d e t e c t a d o l o s E t e n d a r d y los m i s i l e s q u e se a c e r c a b a n . D e s p u é s

31
d e t o d o , e s t a b a n u n a s c u a t r o m i l l a s m á s cerca, s i b i e n p r e s e n t a -
b a n u n b l a n c o m u c h o m á s p e q u e ñ o q u e e l Glasgow e n e l r a d a r .
A d e m á s , e l Shejjield h a b í a d e m o s t r a d o ser e x c e l e n t e e n e s t e t i p o
d e o p e r a c i o n e s a p e n a s u n a s s e m a n a s a n t e s , e n u n ejercicio c o n
m i s i l e s v e r d a d e r o s frente a Gibraltar. ¿ C ó m o p o d í a s e r q u e y a e n
g u e r r a s u r e n d i m i e n t o fuera t a n p o b r e ?
S e a c u a l fuere la r a z ó n , a l a s 14:03 l o s s e ñ u e l o s d e l She-
jjield n o h a b í a n s i d o l a n z a d o s . A r r i b a , e n e l p u e n t e , l o s t e n i e n t e s
P e t e r W a l p o l e y B r i a n L a y s h o n , m i r a n d o a e s t r i b o r p o r la p r o a ,
descubrieron una estela de h u m o a dos m e t r o s p o r e n c i m a del
m a r , a u n a m i l l a de d i s t a n c i a y d i r i g i é n d o s e d i r e c t a m e n t e a la
nave. Sólo quedaban u n o s pocos segundos. U n o de ellos t o m ó el
m i c r ó f o n o de t r a n s m i s i o n e s g e n e r a l e s y g r i t ó :
•—¡Ataque de misil! ¡ V i e n e al p u e n t e !
E l E x o c e t d i o e n e l b l a n c o a l a s 14:04. E n e l m e d i o . P o r estri-
bor. No m u c h o m á s arriba de la línea de flotación. Había d u d a s
acerca de que la cabeza hubiera explotado, pero varios hombres
m u r i e r o n en forma instantánea. Se produjo un g r a n incendio, lo
cual generó grandes cantidades de humo, calor y gases, que
l u e g o p r o v o c a r í a n l a m u e r t e d e otros m á s , m u c h o s d e e l l o s e n cir-
c u n s t a n c i a s h e r o i c a s . El Shejjield fue el p r i m e r b a r c o de la R o y a l
N a v y alcanzado por un misil enemigo desde la Segunda Guerra
M u n d i a l , hacía casi cuarenta años.
E l a g u j e r o p r o d u c i d o e n e l c o s t a d o del Shejjield m e d í a p o c o
m e n o s de un metro y m e d i o por unos cuatro y m e d i o , desde el
espacio para maquinaria auxiliar hasta la sala de m á q u i n a s
delantera. El daño de la explosión había llegado hasta la estruc-
t u r a inferior del p u e n t e y el c e n t r o de la n a v e se e s t a b a l l e n a n d o
de espeso y sofocante h u m o negro. Las llamas se alimentaban del
combustible que se desparramaba y la presión en las m a n g u e r a s
d e a g u a h a b í a d e s c e n d i d o a cero. E l t i m ó n e s t a b a fuera d e c o n -
trol, pero las enormes turbinas de gas O l y m p u s seguían, todavía,
funcionando milagrosamente.

A m á s de veinte millas, en la sala de operaciones de la fuerza


e n e l Hermes, s e g u í a m o s e n alerta b l a n c a , y a q u e e l C o - m a n d a n t e
d e G u e r r a A n t i a é r e a d e l a fuerza e n e l Invincible t o d a v í a n o esta-
ba suficientemente convencido c o m o para cambiarla. No me lle-
g a b a información alguna acerca del drama. En efecto, en ese
m o m e n t o estaba en la sala de operaciones conversando c o n un
oficial de estado m a y o r acerca de los planes para esa n o c h e .
C u a n d o e l Shejjield f u e a l c a n z a d o , r e c i b i m o s n u e s t r o p r i m e r
informe, que carecía tanto de detalles c o m o de impacto inmedia-
to.
"El Shejjield h a sufrido u n a e x p l o s i ó n . " N a d a m á s d e f i n i d o n i
d e s c r i p t i v o q u e e s o . T o m é nota, p e r o dejé q u e l a s c o s a s c o n t i n u a -
ran c o m o de costumbre, que todo siguiera su curso. E r a n las
14:07 h o r a Z u l u .

32
¿ E x p l o s i ó n ? En ese m o m e n t o podía ser cualquier cosa,
d e s d e m i p u n t o d e vista: e l c o m i e n z o d e u n i n c e n d i o , u n a g a r r a f a
de g a s que explotó, un arma deficiente en alguna prueba. L a s
p o s i b i l i d a d e s son infinitas. Podía ser un torpedo, p e r o difícil-
m e n t e fuera u n a m i n a e n a q u e l l a s p r o f u n d i d a d e s . H a s t a p o d í a
ser un misil. Las ideas cruzaban a toda velocidad por mi mente.
Pero, ¿ d ó n d e estaban los avisos que debían haber sido recibidos
por el buque insignia?
Esperé con paciencia.
— ¿ E s t a m o s t o d a v í a en c o m u n i c a c i ó n c o n el Shejfield? —dije
solamente.
— S í , s e ñ o r — r e s p o n d i ó a l g u i e n . A q u e l l o era, p o r l o m e n o s ,
u n a b u e n a señal. S i n e m b a r g o , n o r e c i b í a m o s n a d a m á s d e l She-
jfield m i e n t r a s yo p r e s t a b a a t e n c i ó n a t o d o y o b s e r v a b a c o n c u i -
d a d o l a s r e a c c i o n e s de los b a r c o s y a v i o n e s c e r c a n o s a la e s c e n a .
El Arrow y el Yarmouth c o m e n z a r o n a m o v e r s e h a c i a el
Sheffield. M e p a r e c i ó s e n s a t o . L o s dejé a v a n z a r . L l e g ó u n m e n s a j e
d e l Glasgow. A b a n d o n a b a su p o s i c i ó n de a v a n z a d a a t o d a v e l o c i -
d a d h a c i a e l Sheffield. E n ese m o m e n t o s u p i m o s q u e a l g o h a b í a
o c u r r i d o . N o s a b í a m o s e x a c t a m e n t e q u é , p e r o sin d u d a s e r a a l g o
serio.
P o d í a m o s ver los helicópteros desplazándose para ayudar. La
s i t u a c i ó n s e v o l v í a m á s clara y l o ú n i c o q u e m e p r e o c u p a b a e r a
que, si había sido un misil, el siguiente podía aparecer en cual-
q u i e r m o m e n t o . L e e n v i é u n m e n s a j e a l Glasgow: " N o v a y a n e n
a y u d a del Shejfield. D e j e n e s o a l o s d e m á s . A j u s t e n su p o s i c i ó n
p a r a c u b r i r a l Shejfield". E r a m u y p r o b a b l e q u e n o fuera n e c e -
s a r i o q u e lo dijera. E n v i é otro al Arrow: " H á g a s e c a r g o en el l u g a r
de la a c c i ó n . T i e n e n el Yarmouth y l o s h e l i c ó p t e r o s p a r a a y u d a r " .
No tenia intención alguna de hacerme cargo de los detalles.
Y debía dejar de lado cualquier tentación de hacerlo, salvo que
las cosas realmente se pusieran mal. Después de unos pocos
m i n u t o s , finalmente recibimos un mensaje del destructor daña-
do, en el que se confirmaba que efectivamente había sido alcan-
z a d o p o r un m i s i l e n e m i g o . Y e n t o n c e s , d e s d e el Invincible, l l e g ó el
mensaje para todos los demás: " H e m o s sufrido un ataque de
Etendard. Confirmo, ataque de Etendard. Probablemente usaron
Exocet".
L a i n f o r m a c i ó n c o n t i n u a b a l l e g a n d o lenta y m e t ó d i c a m e n t e .
N a d a de estilo sensacionalista. Y si b i e n p o d í a v e r q u e el Arrow y
el Yarmouth. así c o m o l o s h e l i c ó p t e r o s , ya e s t a b a n c e r c a d e l Shef-
field, la t e n s i ó n c r e c í a en la s a l a de o p e r a c i o n e s d e l Hermes.
T o d o s p o d í a n sentirla, c o m o s i f u é r a m o s i m p o t e n t e s d e a l g u n a
m a n e r a y d e b i é r a m o s estar h a c i e n d o algo m á s .
—¡Almirante —explotó uno de mis oficiales de estado
m a y o r — , d e b e h a c e r algo! — P r e c i s a m e n t e l o c o n t r a r i o d e l o q u e
debía yo hacer.
— N o . . . deje las c o s a s c o m o e s t á n — l e r e s p o n d í c o n b a s t a n t e
delicadeza.

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