Clase No. 03 Didactica II
Clase No. 03 Didactica II
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ENFOQUES DE EVALUACIÓN
El enfoque tradicional o tradicionalista suele estar ligado al desarrollo de exámenes,
evaluaciones y pruebas. Su razón de ser, es definida en función de instrumentos o técnicas.
El rol fundamental de la evaluación tradicional está organizado como la fase final del
proceso de enseñanza–aprendizaje, con la finalidad de determinar la cantidad de
conocimiento y/o contenidos, mas no las capacidades, las actitudes y los valores que
maneja el alumno durante un tiempo de enseñanza.
Enfoque crítico
Integración de los tres enfoques anteriores.
El proceso de obtener evidencias (medición) que nos permita juzgar (juicio) el nivel del
logro (congruencia) de los objetivos de aprendizaje.
Las nuevas acepciones señalan a la evaluación como fuente de información para la toma de
decisiones.
Evaluación para la mejora, renovación, cambio de las prácticas habituales del sistema.
Actividad permanente y flexible, cada vez más científica.
Tipos de evaluación
La evaluación funcional se refiere al fin que pretende conseguir mediante el proceso
evaluativo respecto al estudiante, determinando el uso que se hará de los resultados del
mismo, generalmente en la bibliografía se encuentra ligada a la dimensión de temporalidad.
De acuerdo con la naturaleza de la evaluación como actividad proyectada sobre todos los
componentes del proceso didáctico, las decisiones tanto iniciales y/o diagnósticas, como
continuo‐formativas y finales, se proyectarán sobre la misma función docente, la
metodología, los recursos y las circunstancias contextuales.
La evaluación inicial o evaluación diagnóstica proporciona información acerca de los
conocimientos y las habilidades previas del sujeto. Debe considerarse siempre en términos
de su utilidad para facilitar adaptaciones constructivas de los programas educativos a los
individuos. En este sentido, cumple con la función reguladora que asegure que las
características del sistema se ajusten a las de las personas a quienes se dirige; es decir, que
va a servir de base para adoptar decisiones relativas a la realización de actividades de
apoyo, específicamente orientadas a la superación de problemas que presente el alumno, o
bien dará lugar a modificaciones específicas en otros componentes de la enseñanza en
función de los problemas detectados.
La evaluación formativa o evaluación procesual cumple una función reguladora de los
procesos de enseñanza y de aprendizaje lo cual, nos permite llevar a cabo ajustes y
adaptaciones de manera progresiva durante el curso porque se centra más que en los
resultados del aprendizaje en los procesos que se ponen en juego para el logro de tales
resultados. Solo centrados en los procesos podremos identificar áreas de oportunidad para
poder ofrecer una retroalimentación apropiada a los estudiantes, de manera que ellos sepan
qué es aquello que deben hacer o ajustar de su proceso para alcanzar los resultados
esperados.
En relación con la tipología en función de los agentes, la autoevaluación se produce cuando
el sujeto evalúa sus propias actuaciones. Es un tipo de evaluación que toda persona realiza a
lo largo de su vida; es recomendable que el alumno realice de manera continua ejercicios de
valoración de su aprendizaje, de manera que le sea posible identificar aspectos que debe
mejorar. En la medida en que un alumno logre contrastar sus avances contra estándares de
actuación establecidos, podrá identificar áreas de mejora, con lo cual estará en condiciones
de regular su aprendizaje hacia el logro de sus competencias útiles para su desarrollo social
y profesional.
En la autoevaluación, el alumno evalúa sus propias actividades, con pautas de seriedad y
corrección fijadas por la cátedra, de modo que aprende a valorar sus propias capacidades.
Se refiere a la evaluación que realiza el estudiante sobre sus propias actuaciones. Dentro del
proceso educativo es de suma importancia que esta función sea tomada en cuenta, ya que
esta permitirá al estudiante identificar los aspectos que requieren una mejora para una
mayor eficiencia.
La coevaluación como evaluación mutua o conjunta de una actividad realizada entre varios
permite valorar las deficiencias o dificultades surgidas mejorando el propio aprendizaje y
evaluar todo cuanto ocurre en el grupo. Se refiere tanto a procesos de evaluación
compartidos por el profesor y el alumno como a aquellos en los que los alumnos evalúan a
sus compañeros, debería ser usado como práctica habitual en el aula. La coevaluación tiene
un valor añadido relacionado con el aprendizaje de valores y actitudes. Cuando los alumnos
utilizan de manera habitual estos procedimientos de evaluación aprenden la importancia de
destacar los aspectos positivos y no sólo los negativos del trabajo de sus compañeros, el
valor de la ayuda y del trabajo en común, y a valorar el error como un paso necesario en el
aprendizaje. También conocida como evaluación mutua.
La heteroevaluación, por su parte, implica la evaluación del alumno por parte del profesor,
con respecto a su trabajo, actuación y rendimiento. Detectando aciertos y errores y
permitiéndole ajustar el proceso de enseñanza y el de aprendizaje. Se basa en la evaluación
que ejecuta el docente hacia el discente sobre el rendimiento académico que esta muestra
dentro del aula de clases, esta se orienta hacia los objetivos y tiene como finalidad el
observar si se cumplieron las competencias necesarias de aprendizaje.
Evaluación diagnóstica
Determinación del nivel de conocimientos que el alumno ya posee con respecto a su nuevo
aprendizaje.
Grado de dominio de conocimiento, habilidades y destrezas previas y necesarias al
aprendizaje que se inicia.
Detección del nivel real del alumno, con el fin de establecer actividades y métodos de
enseñanza.
Mide conductas de entrada cognitivas y destrezas psicomotrices.
Los procedimientos que mayormente se emplean son las pruebas y las pautas de
observación.
Los resultados deben de ser comunicados como dominio o no dominio y no mediante
calificaciones.
Evaluación formativa
Pilar básico de retroalimentación durante el proceso de aprendizaje.
Permite la racionalización de los esfuerzos realizados en el aprendizaje.
Permite indirectamente una constante revisión del proceso de enseñanza aprendizaje.
Asegura el avance de los objetivos de aprendizaje.
Es eminentemente cognitiva y psicomotora, al igual que la diagnóstica.
No debiera ser cuantificable porque demuestran resultados transitorios, pero no anula la
razón de ser.
Evaluación sumativa
Se inclina a certificarse, calificarse y reciclarse el proceso de enseñanza aprendizaje. (El
profesor comprueba si los alumnos han logrado asimilar o no los conocimientos, las
destrezas y las habilidades).
Permite otorgar calificaciones mediante apreciaciones cualitativas y cuantitativas.
Los resultados entregan claridad de la metodología empleada, los medios y actividades.
Debe ser efectuados al culminar una o varias unidades, con el fin de llegar a determinar el
grado de porcentaje de los objetivos terminales (pueden ser cognoscitivos, psicomotores e
incluso afectivos).
Se presentan como logrado o no logrado por objetivos, a partir de ese grado de dominio
emana la calificación.
Evaluación educativa
Históricamente, la evaluación tiene un rol fundamental en el marco educativo-institucional.
La misma tiene la capacidad de determinar si se produjo o no el aprendizaje. Al respecto, la
práctica evaluativa suele generar en quien aprende sentimientos de temor y angustia, y que,
frente a ella, se desarrollan una serie de ritualidades: no se pueden hacer preguntas al
profesor durante el examen, no se puede consultar el texto, no se puede hablar al
compañero. Esto se explica por las formas de evaluar que han sido y aún son hegemónicas,
devenidas de la racionalidad técnica e instrumental -que enfatiza sobre aspectos empíricos,
objetivos y cuantitativos-, donde se prioriza la acreditación y, como resultado, una
calificación es determinante del éxito o fracaso escolar.
Pero, intentando correrla desde esa lógica y pensarla desde una racionalidad práctica y
crítica, la evaluación se torna como un momento más del proceso didáctico, que conlleva
igual complejidad y tiempos de construcción como otras situaciones de enseñanza. Como
proceso e instancia de aprendizaje, permite recoger, sistematizar, analizar, identificar y
obtener información tanto del proceso de aprendizaje como del proceso de enseñanza. Se
involucran sujetos que aprenden (estudiantes), sujetos que enseñan (docentes) y el objeto de
enseñanza (saber curricular), insertos en el contexto institucional. Por lo tanto, la
evaluación es situada; se adecúa al grupo de estudiantes, los propósitos de enseñanza y los
fines socioeducativos más amplios.
Instrumentos y estrategias
Para realizar una evaluación del aprendizaje y para el aprendizaje, se definen y describen
una variedad de instrumentos y estrategias de evaluación: examen objetivo, quiz, lista de
cotejo, rúbrica, portafolio, demostración, exposición oral, simulacro, ensayo, ensayo
restringido, estudio de caso, resolución de problemas, proyecto, investigación, diario de
campo.