What He Needs

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 104

Página

0
¡Si el libro llega a tu país, te animamos a adquirirlo!

Esta traducción fue hecha por y para Fans sin ningún ánimo de lucro, por
lo cual NO TIENE COSTO ALGUNO.

Ningún miembro del Staff de LBdC o Yes To All Book´s recibe una
compensación económica por su participación en esta traducción.

Instamos a que no compartas Screenshots, o menciones esta traducción


en redes sociales.

¡Disfruta la lectura!

XOXO

1
Página
COLABORACIÓN

2
Página
CONTENIDO
SINOPSIS ..................................................................................................................................... 4
1 .................................................................................................................................................... 5
2 .................................................................................................................................................. 13
3 .................................................................................................................................................. 19
4 .................................................................................................................................................. 25
5 .................................................................................................................................................. 32
6 .................................................................................................................................................. 38
7 .................................................................................................................................................. 44
8 .................................................................................................................................................. 50
9 .................................................................................................................................................. 57
10 ................................................................................................................................................ 63
11 ................................................................................................................................................ 68
12 ................................................................................................................................................ 74
13 ................................................................................................................................................ 79
14 ................................................................................................................................................ 85
15 ................................................................................................................................................ 89
Epílogo ........................................................................................................................................ 94
Próximo Libro ........................................................................................................................... 102
Sobre Jenna Rose ....................................................................................................................... 103
3
Página
SINOPSIS
Percy Rankin es un boxeador profesional, pero también es
un mujeriego profesional que necesita limpiar su imagen.
Así que cuando su representante le sugiere que pague a una
buena chica para que sea su falsa novia y esté a su lado cuando
las cámaras disparen, Percy piensa ¿por qué no? ¿Qué es lo
peor que podría pasar?
Pero entonces ve a Whitney, una estudiante de música
inocente, preciosa y correcta que estudia violín, y todo cambia.
No hay nada falso en su deseo, un deseo que nunca ha sentido
por nadie.
Pero Whitney no cae en eso.
Conoce a los chicos como Percy y no se convence de que esta
"relación" sea algo más que un negocio.
Pero Percy ha luchado por todo lo que tiene en la vida, y no
va a detenerse hasta que ella sea suya...

4
Página
1
—¡Esto es una pesadilla, Percy!

Sonja me mira con ojos mortales y la cara roja mientras gira


su teléfono y me muestra una foto de paparazzi de Gina y yo
caminando por el centro, mi brazo alrededor de su pequeña y
tensa cintura llevando un top que claramente fue diseñado para
no hacer nada más que mostrar el arte de su nuevo cirujano
plástico.

—Bonita foto —digo mientras sonrío. Sonja frunce el ceño.

—¡Una bonita foto con una estrella porno!

—Ex-estrella porno —la corrijo—. Gina tiene un podcast


ahora.

—Sí, donde habla con otras estrellas porno sobre sexo.


Sexo, sexo, sexo, sexo, veinticuatro horas.

—Oigo algo de celos en tu voz, Sonja. —Sonrío—. ¿Cuánto


tiempo ha pasado desde que conseguiste algo?

—Percy...
5
Página
—Sé que no es profesional, pero podría ayudarte si
necesitas un poco de cariño.

—Percy, este... —sisea ella, golpeando la pantalla de su


teléfono con una uña de acrílico—. Este es el tipo de cosas que
no necesitamos. ¿Estás tratando activamente de destruir tu
imagen?

—Soy un boxeador, Sonja. No me estoy presentando a las


elecciones.

—Gracias a Dios —gime ella, echando un último vistazo a la


foto antes de cerrar su teléfono.

Estamos sentados en mi habitación del St. Regis, en el


corazón de Nueva York. Ha convocado esta 'reunión de
emergencia' para hablar de mi imagen conmigo. Intenté decirle
que la liga ganó mucho dinero conmigo -comercializándome
como el chico malo cuando empecé a luchar- y que es
importante mantener las apariencias, pero no se creyó esa
explicación.

—Tenemos que encontrarte una buena chica —me dijo por


teléfono—. Alguien que no refuerce tu imagen de imbécil.

—¿Y si soy un imbécil? —le pregunté. Eso sólo hizo que se


enojara aún más.

Y si somos sinceros, soy un imbécil, y estoy orgulloso de


ello.

Crecí delgado -incluso flaco- y fui el blanco de todas las


bromas y el receptor de todas las palizas hasta mi segundo año,
6
Página

cuando decidí ir al gimnasio. Nunca tuve un padre que me


enseñara a dar golpes, así que encontré un entrenador y me
puse a ello. No pasó mucho tiempo antes de que los chicos del
último curso me vieran en los pasillos y se dieran la vuelta y se
fueran en dirección contraria.

Las chicas que solían burlarse de mí, de repente estaban


pendientes de mí. Y yo no estoy orgulloso. Me abrí paso entre
todas las que pude, acumulando números con los que la
mayoría de los hombres sólo podían soñar, y cuando me hice
profesional a los veintiún años, me encontré ahogado entre las
mujeres.

Modelos. Actrices. Famosas (no todas admitirían haber


estado conmigo), de todo. A Sonja le pareció bien al principio,
pero supongo que se hartó de defender mi imagen ante la
prensa.

Me dio un ultimátum: cambia tu imagen o me voy.

Soy un tipo leal, y Sonja es una de las únicas personas


buenas que he tenido en mi vida, así que acepté su propuesta
de encontrarme una 'buena chica' para llevarla a la gran fiesta
que la liga dará esta noche en Manhattan.

—Así que, ¿cómo has organizado esto? —pregunto—.


¿Anuncio en Craigslist?

—Exactamente, Percy, —me responde—. Puse un anuncio


diciendo “Busco una buena chica para ser novia falsa de Percy
Rankin. Tienen que ser vistos en público. Envíame un correo
electrónico para los detalles”.
7
Página

—Apuesto a que tú bandeja de entrada se desbordó.


—Me puse en contacto con un par de mis amigas modelos
—responde ella, desplazándose por su teléfono.

—Ahora, a eso me refiero. Modelos. —Sonrío mientras me


levanto y me estiro. Todavía siento el golpe que recibí en las
costillas la semana pasada durante la pelea con Tyler Greene.
Dio una buena pelea, pero al final, cayó como el resto.

Invicto, nena.

—No esperes una chica fiestera que vaya a saltar a la cama


contigo —responde Sonja—. Dije específicamente buena chica, y
eso es lo que vas a tener. Alguien que se ponga a tu lado, que se
vea bien, que sonría para las cámaras y que no esté en todas las
redes sociales hablando de la polla que le has dado.

—Pero mamáááááá —le respondo con un falso quejido.

—No me digas pero mamá. Ve a prepararte. Va a llegar en


diez minutos.

—¿Prepararme? —pregunto—. ¿Qué parezco? ¿Una chica?


¿Quieres que vaya a maquillarme o algo así?

—Sólo ve a ducharte o algo así. ¿Te has duchado hoy?

—No me acuerdo —respondo. Sonja se inclina hacia mí y


me huele.

—No lo has hecho. Ve a hacerlo.

—¿Y si le gusta cómo huelo? —Sonrío.

—No es un perro, Percy. Es una mujer respetable que


8

apreciará a un hombre bien arreglado.


Página
—Cuando vea que soy yo, no le importará cómo huelo.

—¿Alguien te ha dicho alguna vez que estás lleno de ti


mismo? —pregunta Sonja, mientras me dirijo al baño.

—Si esta chica juega bien sus cartas, ¡también podría estar
llena de mí!

Sonja gime mientras cierro la puerta tras de mí y me


desnudo. Me miro en el espejo.

Sí. Sigo viéndome bien.

Nadie entiende el tipo de motivación que se necesita para


mantenerse en el tipo de forma que tengo todo el año. Llegar a
100 kg cuando mides 1,95 m, y asegurarte de que es todo
músculo, ya es bastante difícil de por sí. Pero cuando tienes
ganas de triunfar, puedes hacer cualquier cosa.

Vine de la nada, y ahora lo tengo todo. Coches, ropa,


mujeres. Y además de eso, tengo a mi madre, Linda, para
cuidar. Eso es algo que la prensa no sabe de mí, ni lo sabrá
nunca.

Mientras me meto en la ducha, me encuentro realmente


interesado en quién va a ser esta chica. ¿Cómo es que Sonja va
a elegir una 'buena chica' entre un montón de modelos? Todas
las modelos que he conocido han sido unas zorras despiadadas
que hacen lo que sea para triunfar. Y esa es una de las razones
por las que todavía estoy soltero.

Me doy un rápido lavado, me seco y me cuelgo la toalla


sobre los hombros. A Sonja le gustan las chicas, así que me
9
Página

paseo desnudo delante de ella todo el tiempo, bromeando con


que 'la he sorprendido mirando', así que ni siquiera me molesto
en taparme al salir del baño.

Pero al hacerlo, veo que Sonja está en la puerta de la suite


hablando con alguien.

—¡Bienvenida, bienvenida! —dice—. ¡Pasa, pasa! Llegas un


poco temprano, pero no importa.

No puedo distinguir con quién está hablando, pero entonces


se gira y vuelve a entrar, y la veo.

Oh, Dios mío.

Un ángel entra en la suite. Un maldito ángel.

No puedo ver su cuerpo, ya que lleva un atuendo


absolutamente espantoso -pantalones de deporte con
mocasines, una camiseta de gran tamaño y una especie de
rebeca raída propia de una abuela-, pero puedo ver su cara.

Su pelo largo y rizado, su pequeña nariz de botón y sus


labios que me hacen salivar al instante.

Nuestras miradas se cruzan y veo que un rubor se extiende


por sus mejillas y me doy cuenta de que estoy allí desnudo con
la polla creciendo a cada segundo. Esto no es normal en mí.
Puede que sea un hombre joven y viril lleno de testosterona,
pero no se me eriza la piel al ver a una chica vestida como si
acabara de caer en un cesto de la ropa sucia.

Y la sensación no se limita sólo a mis piernas. También lo


siento en el pecho.
10
Página

Dios, ¿qué me está haciendo esta chica?


Hay algo delicado en ella, algo que me hace querer
protegerla del mundo. Prácticamente me estoy cayendo de
espaldas mientras la miro, sabiendo muy bien que me tiraría en
el tráfico por ella. Ni siquiera recuerdo la última vez que tuve
una reacción así sólo viendo a una chica.

Puede que ella haya venido por el dinero, pero se quedará


por mí. Diablos, le escribiré un cheque ahora mismo para
asegurarme de que nunca me deje. ¿Sonja quiere que nos vean
juntos en público? No hay problema. La quiero a mi lado cada
vez que haya una cámara alrededor. Estoy tan excitado por ella
que podría quitarme la toalla de la espalda y colgarla entre las
piernas.

Sonja, en cambio, no comparte mi entusiasmo y suspira


con fuerza cuando me ve allí de pie con mi hombría al aire.

—Bueno, Whitney, este es Percy Rankin. Percy, ella es


Whitney.

—Un placer conocerte —sonrío mientras me acerco a ella.


Ella se queda con los ojos muy abiertos cuando tomo su mano,
la llevo a mis labios y la beso suavemente.

—¡Oh, no! —jadea, apartándose al instante de mí—. No, no,


no, no, no...

Retrocede hacia el pasillo, asustada, como si hubiera visto


un fantasma o algo así.

—¡Whitney, espera! —dice Sonja frenéticamente, pero es


11

demasiado tarde. Whitney sale corriendo.


Página

Sonja se gira hacia mí, lanzando dagas con los ojos.


—Bien hecho —dice, antes de perseguirla.

—Maldita sea —exclamo entre risas.

¿De verdad Whitney era tan buena chica que no pudo


soportar verme desnudo? Quiero decir, puedo entender que se
sonroje, pero ¿huir?

Eh, eso no importa, sonrío mientras me acerco al sofá y


tomo asiento. Ella volverá, y será mía.

12
Página
2
—¡Whitney, espera! —me llama Sonja, mientras corro por el
pasillo, alejándome de la suite de Percy.

—¡No, gracias! —le respondo por encima de mi hombro.

Estoy yéndome a la mierda de aquí.

—¡Él… él no te esperaba tan temprano! —Grita Sonja—. ¡Él


estaba tomando una ducha!

—¡Está bien! —respondo mientras me detengo en el


ascensor y aprieto el botón de llamada lo más rápido posible.
Me alejo de ella mientras se detiene a mi lado.

—Por favor, no te vayas —me suplica—. Todo esto es un


gran malentendido. Él estaba a punto de cambiarse...

—No me importa que estuviera desnudo, Sonja, —le digo,


sintiendo cómo se extiende mi rubor al reproducirse en mi
mente la imagen de su desnudo e impecable cuerpo.

—Oh —responde ella, sonando sorprendida—. ¿No es eso?


¿Qué pasa entonces?
13
Página

—Boxeadores. No salgo con boxeadores.


—Oh... ¿tienes algo contra ellos?

—Son imbéciles —respondo, observando el ascensor que


empieza a subir desde el vestíbulo—. Imbéciles mujeriegos.
Todos ellos.

Sonja no responde, así que me giro hacia ella para ver su


reacción. Se está mordiendo el labio.

Sí. Lo sabe.

—Eso es lo que pensaba.

—Pero no vas a salir con él —protesta—. Es falso. Es sólo


para aparentar. Todo lo que tienes que hacer es verte bien con
él en público, tomarte algunas fotos...

—Dormir con él.

—¡No! —Dice Sonja con firmeza, sacudiendo la cabeza—. No


estás obligada a hacerlo. Eso sería prostitución. No te he
contratado para eso.

—No importa para qué me hayas contratado tú. —


respondo—. ¿Qué va a querer él?

Sonja se vuelve a morder el labio.

Sí, eso pensé.

Conozco a los tipos como Percy Rankin, y si hubiera sabido


que era él a quien iba a ver esta noche, definitivamente le
habría dicho a Abby que no me interesaba y que me iba a
quedar en casa en pijama.
14
Página
Abby es mi compañera de piso, una chica cool y modelo
trabajadora que paga la mayor parte del alquiler de nuestro
apartamento, y yo soy la estudiante de música de Juilliard sin
dinero que acaba de perder su violín y necesita
desesperadamente dinero.

—Entonces, ¿básicamente sería una acompañante? —le


pregunté cuando se acercó a mí, hablándome de un tipo rico
que pagaba por una novia.

—No —se rio—. Piensa en ello como un sugar daddy. Sólo


eres un caramelo para el brazo. Nada de sexo.

—¿Por qué no lo haces tú entonces? Eres más un caramelo


para el brazo que yo.

—Cállate, perra —se burló—. Te dije que podías ser modelo


si quisieras.

—Sí, claro...

—De cualquier manera, él quiere una buena chica —dijo


ella—. No una chica que haya aparecido en la prensa con su
equipo como yo.

Abby era una de las 'it models' de Nueva York, y se la veía


con frecuencia en eventos con celebridades, atletas y la élite
social. No era demasiado salvaje, pero definitivamente tenía un
poco de reputación.

—¿Y quién es él? —le pregunté.


15
Página
—No estoy segura —dijo—. Pero mi amiga, Sonja, no
vendría a mí con esto si el tipo fuera un verdadero idiota.
Probablemente sea un viejo rico o algo así. Estarás bien.

Decir que tenía dudas era un eufemismo importante. ¿Pero


qué opción tenía? Mi cuenta bancaria estaba casi seca, mi violín
estaba jodido -y yo también lo estaría hasta que llegara el
dinero del seguro- y tenía facturas como cualquiera.

—Bien —dije—. Pero si termina siendo un gran imbécil...

—Dejaré que me abofetees —se rio Abby.

—Más bien te meteré el pie en el culo —repliqué.

—Cualquiera de las dos cosas.

Parece que vas a tener las dos cosas, zorra, pienso mientras
veo subir el ascensor. Ya casi ha llegado.

—Dale cinco minutos —me suplica Sonja—. Voy a hacer


que se vista y ya verás. No es un mal tipo.

—Oh, ya he visto bastante en internet sobre él —respondo—


. Voy a hacer un pase de esto.

Los tipos como Percy son malas noticias. Salí con un tipo
como él en el instituto, un chico llamado Noah. Estaba en el
equipo de hockey y en el de fútbol, era el capitán de ambos, y
me sedujo cuando yo estaba en segundo año y él en el último.

Yo era torpe, nerd, todavía tenía aparatos y gafas, y


realmente pensé que le gustaba. Pero resultó que tenía una
16

apuesta con los chicos de su equipo y sólo salía conmigo para


Página

ver si conseguía que me acostara con él en menos de un mes.


¿Lo peor de todo? Que estuve a punto de hacerlo.

Debería haberlo sabido.

La misma mirada que vi en los ojos de Noah fue la misma


que vi en los ojos de Percy justo antes de salir corriendo de su
suite del hotel, pero a diferencia de lo que pasó con Noah, sé lo
que este tipo ha estado haciendo.

Percy pasa por las chicas como Abby pasa por los
fotógrafos. No sigo las peleas, y aun así, no puedo librarme del
tipo. Últimamente aparece en todas partes, y todos los chicos de
la facultad han estado hablando de una gran pelea que se
celebrará en un par de semanas con una bolsa legendaria, al
menos así creo que la llamaron. El dinero del premio o lo que
sea.

Es rico, lo que significa que puede permitirse ser un imbécil


aún más grande de lo que probablemente era antes de hacerse
grande. Los tipos como él nunca cambian.

Entonces, ¿importa que tenga un cuerpo que pondría celoso


a cualquier tipo, o que tenga una polla asomando entre las
piernas que pertenece a Pornhub? No, por supuesto que no. Es
un chico malo, no es alguien que me interese tener cerca.

—Por favor, Whitney, —me suplica Sonja cuando el


ascensor se detiene en nuestro piso—. Necesito esto.

—No, gracias —digo mientras las puertas se abren y entro.

Me voy y ya está.
17
Página
Las puertas comienzan a cerrarse, pero Whitney saca el
brazo y las detiene.

—¡Doblaré el dinero!

18
Página
3
Estoy sentado en el sofá con un par de calzoncillos,
debatiendo si vestirme del todo o no, cuando se abre la puerta
de la suite y entra Sonja, seguida de Whitney, que parece que
preferiría estar en cualquier lugar menos aquí.

Pero no engaña a nadie... bueno, puede que engañe a


Sonja, pero no a mí. Vi cómo sus mejillas se pusieron rojas
cuando me vio en mi traje de cumpleaños, y está claro que no
pudo ocultar la forma en que sus ojos se dirigieron a mi polla.

No, ella me desea, tanto si quiere admitirlo abiertamente


como si no.

Como uno de los mujeriegos más conocidos de Estados


Unidos, la gente ha escrito todo tipo de artículos sobre mí
especulando sobre cuándo iba a sentar cabeza (si es que lo
hacía).

—Sólo necesita encontrar a la mujer adecuada —decían.

Pues bien, la he encontrado.


19

Es sólo cuestión de tiempo antes de poner un anillo en ese


Página

dedo y mi polla dentro de ella y hacerla oficialmente mía.


—Oh, has decidido vestirte —refunfuña Sonja—. Qué bien.

—Whitney, ¿eh? —digo, poniéndome de pie. Ella no me


mira, haciendo todo lo posible para que no vea que me desea—.
¿Estás bien ahora, Whitney? Mi polla no te ha asustado,
¿verdad? Puedo entender si lo hizo, pero me disculpo
totalmente.

—Los tipos como tú no me asustan —suelta, mirando con


fuego en los ojos—. Me siento mal por ti.

—¿Te sientes mal por mí? —Me rio a carcajadas—. Cariño,


lo has entendido al revés. Son esos otros tipos por los que
deberías sentirte mal. Yo estoy viviendo a lo grande de todas las
maneras posibles.

—¿Sí? ¿Y por eso tienes que contratar a una chica para que
se haga pasar por tu novia?

Ella está peleando, y yo estoy tan duro que puedo sentir las
costuras de mis calzoncillos mordiendo mi eje. Su cara
prácticamente brilla por una combinación de ira y deseo.

No puedes ocultarlo, cariño. No puedes.

—Deberías considerarte afortunada —le respondo—. ¿Sabes


cuántas chicas morirían por estar a mi lado esta noche?

—Entonces, ¿por qué no has conseguido una de ellas?

—Aquí Sonja cree que necesito una chica respetable —digo,


poniendo los ojos en blanco—. Para mejorar mi imagen.
20

—Sí, lo sé todo sobre tu imagen.


Página

—No creas todo lo que lees en la prensa, cariño.


—¿Por qué no nos preparo unas copas? —Exclama Sonja
mientras se dirige rápidamente al bar -sí, mi suite tiene un
bar—. ¿Qué quieres, Whitney?

—¿Así que la prensa miente cuando publica fotos tuyas con


una nueva chica cada fin de semana?

—¿Cada fin de semana? —Me rio. Estoy fascinado por esta


chica. Su coraje es apasionante, y a diferencia de las otras
chicas, puedo ver que no será fácil. Eso me gusta. Soy un
boxeador profesional después de todo, y si tengo que luchar por
ella, seguro que lo haré—. Más bien cada dos días.

Pero si ella me lo va a dar, yo se lo voy a devolver.

—¿Vodka con tónica? —le pregunta Sonja a Whitney.

—Gracias, pero aún no tengo edad para beber.

—¿Qué demonios? No eres menor de edad, ¿verdad?

—No, estúpido —suelta ella—. Tengo diecinueve años.

—Ah —asiento—. Por encima de la edad ya.

—¿Oh? Entonces, ¿cuántos meses faltan para que estalle tu


escándalo con una menor de edad?

—Te traeré un ginger ale... —murmura Sonja.

Es joven, pero no demasiado joven para mí. Tengo


veintinueve años, y puedo decir por la forma en que me mira
que hay más en ella de lo que la mayoría de los chicos podrían
esperar. Es una chica inteligente, y no hay nada que me guste
21

más que una chica que pueda desafiarme.


Página
—No me meto con chicas —le digo, acercándome—. Me
gustan las mujeres. Como tú.

—Vaya, eso no ha tardado mucho —dice, poniendo los ojos


en blanco—. ¿Ya te estás insinuando? Pensé que esto era sólo
un acuerdo financiero.

—¿Qué, nunca has mezclado los negocios con el placer? ¿O


eres demasiado joven para haber hecho negocios de verdad
todavía? ¿O disfrutar del placer?

Los labios de Whitney se tuercen con un adorable gesto de


rabia, y Sonja le tiende un vaso de ginger ale, cuyas burbujas
burbujean con la misma energía con la que me mira.

—¿Eres capaz de mantener tu placer fuera de tus asuntos?


—Pregunta—. Porque te digo ahora mismo que no me pagan
para follar contigo.

—Uf —me burlo—. ¿Follar conmigo? ¿Besas a tu madre con


esa boca? Es hacer el amor, Whitney. Te haría dulcemente el
amor.

—Oh, Jesús —gime Sonja, cubriendo su cara con la mano.

—Los tipos como tú no son capaces de hacer el amor —


replica Whitney, pareciendo absolutamente adorable en su
combatividad—. Sólo son carne y testosterona.

—¿Estás diciendo que no tengo corazón?

—Eso es lo que estoy diciendo, sí —responde ella—. Ahora,


¿podemos seguir con las actividades de esta noche? ¿A dónde
22

vamos y qué me pongo?


Página
—Definitivamente, no eso —me rio, observando el conjunto
mal combinado y poco elegante que lleva. Apenas puedo
contenerme para no arrancarle esas sudaderas raídas y poder
ver el cuerpo que esconde debajo.

—¿Disculpa? —responde, pero sólo está siendo una


mocosa; sabe muy bien lo que quiero decir.

—Ya me has oído, cariño —sonrío—. No puedo sacarte con


ese aspecto. Sonja ha comprado unos vestidos para ti, y va a
venir una maquilladora...

—Dentro de media hora —responde Sonja—. Tenemos que


salir para la fiesta en una hora.

—¿Así que me van a vestir y maquillar?

—Tengo que asegurarme de que nuestro dinero valga la


pena —respondo.

Eso hace que se ponga furiosa, y me pregunto por un


segundo si me va a tirar la bebida a la cara. Casi quiero que lo
haga; así tendría una excusa para ponerle las manos encima.

Estoy tan increíblemente excitado que me siento como si


estuviera en el instituto mientras la miro fijamente, con el
aspecto más sexy que he visto nunca.

¿Qué esconde ahí debajo? me pregunto mientras Sonja la


toma de la mano y la lleva a la otra habitación. Me mira por
encima del hombro, fingiendo una mueca, pero sé lo que
realmente está pensando...
23
Página
...vi a dónde iban sus ojos cuando pensó que no estaba
mirando.

Pronto la verás, cariño. Muy pronto.

24
Página
4
—Siento mucho eso —dice Sonja una vez que la puerta se
cierra tras nosotras.

—No pasa nada —me encojo de hombros, fingiendo que no


es para tanto—. Es lo que esperaba de un tipo como él.

—Él no es de esos tipos —me asegura—. Creo que sólo


está... coqueteando contigo.

—¿Así es como coquetea?

—No, no es así —responde ella—. Eso es lo que quiero


decir. Nunca lo he visto coquetear así con nadie. Nunca.

¿Es otra mentirosa? ¿Una voz femenina amigable para


suavizar los avances juveniles de Percy?

Mi corazón se acelera y todo mi cuerpo se siente caliente.


No puedo dejar de pensar en la forma en que estaba allí,
completamente desnudo, sin un ápice de vergüenza en su
rostro. ¿Pero por qué habría de tenerlo? Su cuerpo era, hay que
reconocerlo, impecable. Incluso yo tengo que admitirlo. De pie,
25

con sus hombros anchos, su pecho esculpido y su pelo castaño


Página

desordenado...
...y esos ojos, esos penetrantes ojos azules...

Pero es tan...

—Sé que puede ser un idiota —dice Sonja, mientras me


lleva a un perchero de acero inoxidable donde cuelgan varios
vestidos—. Pero... realmente hay algo más en él. Lo he visto, y
quiero que el público lo vea.

—Bueno, te tomo la palabra.

Odio admitirlo, pero estoy un poco intrigada por lo que está


diciendo. ¿Hay algo más en un tipo que sale con estrellas porno
y se siente cómodo conociendo gente por primera vez mientras
está desnudo?

Ahora que lo pienso, ¿por qué estaba tan relajado estando


desnudo cerca de Sonja?

La miro mientras ordena los vestidos y siento una fuerte


sacudida de algo incómodo en mi pecho.

¿Celos?

No. Vamos, Whitney. Contrólate.

Pero, efectivamente, al ver a Sonja inclinarse, y ver el tipo


de cuerpo que tiene y saber lo que unas curvas así provocarían
en un tipo como Percy, siento... celos.

—Entonces... ¿ustedes... salen juntos? O...

—¿Percy y yo? —se ríe—. ¡Claro que no! Yo bateo para el


otro equipo, nena.
26
Página
Intento que mi suspiro de alivio no sea demasiado audible.
Eso solo me hace sentir más enojada.

¿Por qué me preocupa eso?

—Oh, de acuerdo... —murmuro, sin saber qué decir.

—Vamos a quitarte esa ropa —dice—. Y no te preocupes,


tengo novia, así que puedes relajarte.

—¡No hay problema! —respondo—. Ni siquiera estaba


pensando en eso.

Me quito la rebeca y el pantalón de chándal y me pongo


delante de ella con mis pantalones cortos de chico y mi
camiseta. Sonja se mantiene fiel a su promesa y no me echa un
vistazo, más de lo que puedo decir del gran zoquete que espera
detrás de esa puerta.

—¿Pareces un cero o un dos?

—Depende de la marca —asiento.

—Chica, ¿por qué Abby no te ha metido en el modelaje?

—Oh, detente —respondo, sacudiendo la cabeza.

—No te estoy mintiendo —dice mientras busca un vestido—.


Podrías totalmente ser modelo si estuvieras dispuesta a ello.
Toma, vamos a probar este.

Me acerca un vestido rojo de lentejuelas al cuello y las dos


miramos el espejo de cuerpo entero para ver cómo me queda.

—Un poco... Jessica Rabbit, ¿no crees? —le pregunto.


27
Página
—Quizá —reflexiona ella—. Si tus curvas no fueran tan
mortales, podrías salirte con la tuya. Probemos algo más sutil.

¿Más sutil? pienso. Para mi sorpresa, no es así como me


siento ahora. Antes de salir del apartamento, estaba nerviosa,
preguntándome si esto era en absoluto el movimiento correcto,
pero después de tener una ronda con Percy, estoy sintiendo que
realmente debería dar un paso adelante esta noche.

—¿Qué hay de ese? —digo. Sonja busca un vestido de


noche negro, pero yo señalo un vestido dorado brillante con
tirantes finos que parece algo que podría llevar Kendall Jenner.
Es sexy, pero no demasiado; es elegante y delicado y no se
parece en nada a lo que yo llevaría normalmente.

Y eso es lo que me gusta.

—Bueno, ¿acaso no eres atrevida? —dice Sonja con un


movimiento de cabeza—. Vamos a probarlo. Quítate esa
camiseta.

Me muerdo el labio mientras tiro la camiseta a un lado y


levanto los brazos mientras Sonja me ayuda a deslizar el vestido
por mi cabeza. Es más pesado de lo que parece y me cae
perfectamente por el cuerpo. Me giro hacia el espejo y sonrío.

Sí. Este es el elegido.

—Chica, estás de muerte —asiente Sonja, chocando los


cinco—. Las cámaras te van a adorar.

Oh, claro. Las cámaras...


28
Página
He estado tan atrapada pensando en Percy que he olvidado
por completo que esta noche vamos a salir en público.

—¿Habrá muchas? —pregunto—. Ni siquiera sé a dónde


vamos.

—Es un evento de la liga para los boxeadores y sus amigos


y familiares —responde Sonja—. Y, por supuesto, los famosos y
los afortunados fans. Habrá más cámaras de las que has visto
en tu vida.

—Ya veo.

No estoy segura de cómo me siento al respecto,


sinceramente, pero estoy segura de que Percy va a perder la
cabeza cuando me vea con este vestido que probablemente
cueste más de tres meses de alquiler (como mínimo). Y, por
alguna razón, eso me hace sentirme bien por dentro.

De ninguna manera estoy pensando en qué tipo de


resistencia debe tener un tipo que pasa la mayor parte de su
vida despierto haciendo ejercicio y teniendo sexo.

¡No! No lo hago.

—¿Realmente... consigue todas esas chicas? —pregunto—.


He visto fotos...

—Le va bien con las chicas —responde Sonja.

—Típico.

No, esa no es una punzada de celos en mi pecho.


29
Página
—Sin embargo, no es realmente así —responde Sonja—. Sí
consigue a todas las chicas, pero si me preguntas, hay dos
razones para ello.

—De acuerdo.

—En primer lugar, lo creas o no, Percy no siempre fue el


galán que es hoy —dice ella—. Creció flaco y no fue hasta más
tarde que se hizo grande y las chicas empezaron a prestarle
atención.

—¿Así que está recuperando el tiempo perdido? —sugiero.

—Exactamente.

—¿Y la otra razón?

—Bueno —dice, bajando la voz—. Ésta es sólo una teoría


mía, y un poco controvertida y no creo que él lo admita nunca,
pero creo que está quitándose de la cabeza el hecho de que
realmente está buscando a la elegida. Ya sabes, una chica que
lo dome y lo haga sentar cabeza.

—¿En serio? —pregunto.

Sonja sonríe. —¡Pero no le digas que te lo he dicho!

De acuerdo... pienso, intentando no pensar en todas las


comedias románticas que he visto en mi vida.

El teléfono de Sonja zumba y lo comprueba.

—Oh, es Tash, la chica de maquillaje. Voy a dejarla entrar,


hará su magia en ti y estaremos listos para irnos.
30

—¡Está bien! —respondo mientras respiro profundamente.


Página
Aquí vamos.

31
Página
5
Apenas puedo contenerme cuando mi futura esposa sale de
la otra habitación con un brillante vestido plateado, el pelo
recogido y el maquillaje hecho, con un aspecto de diosa
absoluta.

Sabía que tenía un cuerpo debajo.

Su figura de reloj de arena me hace arder la sangre. El


vestido cubre perfectamente sus tetas, que se asientan firmes y
turgentes en su pecho como dos perfectas bolas de delicioso
helado. Ni demasiado grandes ni demasiado pequeñas. Sus
caderas se curvan hacia atrás por el par de tacones con los que
camina, y con cada paso, sus caderas se balancean y me hacen
pensar en una cosa:

Hacer bebés.

Y eso es algo en lo que nunca había pensado cuando tenía


los ojos puestos en una chica.

Cada fibra de mi ser quiere agarrarla, inclinarla sobre la


32

mesa de café, tirar de ese vestido sobre sus caderas y llenarla


con mi semilla. ¿Esta mierda del amor a primera vista es
Página
realmente algo que existe? Porque estoy a punto de tropezarme
cuando ella camina hacia mí.

—¿Yo me arreglo y tú te pones eso? —pregunta, señalando


mi ropa. Llevo un par de vaqueros rotos, de diseño, por
supuesto, con un Henley blanco de tres cuartos y un par de
mocasines Gucci.

—Es mi look de 'no me importa una mierda porque soy rico'


—digo con una sonrisa.

—Encantador —asiente con otra mirada.

—Y puedo vestir así porque me lo he ganado —le digo—. Tú,


en cambio, te vistes como un caramelo, porque eso es
exactamente lo que eres.

—¡Percy! —exclama Tash.

—Está bien, Tash, —responde Whitney, girándose hacia la


puerta y dándome una vista completa de su trasero—. Él tiene
razón. Soy un caramelo. Lástima que él no vaya a poder
probarme.

Jesús, esas curvas...

Me muerdo el dedo índice para no asaltarla en ese


momento, y sorprendo a Sonja lanzándome una mirada de
advertencia mientras toma su teléfono y sigue a Whitney hacia
la puerta.

—El coche está abajo —me dice—. Tash, ¿vas a quedarte?


33

—Si no te importa, Percy.


Página
—Sólo vete antes de que volvamos —le digo mientras sigo a
Whitney por la puerta.

Mis ojos están pegados a su trasero mientras camina. El


vestido lo enmarca perfectamente, y me pregunto si hace
sentadillas o simplemente está bendecida por Dios. No veo
líneas de bragas, así que o bien lleva algo diminuto, o no lleva
nada puesto, y eso es un pensamiento que va a hacer muy difícil
pasar por la fiesta de esta noche.

Ya no quiero ir; quiero llevarme a Whitney a la habitación,


cerrar la puerta y devorarla hasta que se corra tantas veces que
no pueda pensar.

Un maldito adolescente de nueve años, pienso mientras


entramos en el ascensor con un par de tipos de mediana edad
que parecen corredores de bolsa o capitalistas de riesgo. Ambos
miran a mi chica mientras las puertas se cierran, y aunque no
puedo culparlos, no voy a dejar que esa mierda continúe.

—Hey, amigos —digo con un movimiento de cabeza


brusco—. Consigan su propia chica, ¿de acuerdo?

—¿Qué demonios acabas de decir? —pregunta uno de ellos,


acercándose a mí. Pero, por suerte para él, su amigo interviene
y lo retiene.

—Tranquilo, tranquilo —susurra—. Es Percy Rankin.

La comprensión de quién soy lo golpea con fuerza, y


retrocede como un perro cobarde.
34

—Lo siento —murmura—. No quería faltar al respeto.


Página
—Claro —me rio—. Sólo mantén los ojos alejados, ¿de
acuerdo?

Ninguno de los dos responde; se acurrucan en un rincón


mientras bajamos al vestíbulo. Miro a Whitney para ver su
reacción, pero en lugar de mirarme como esperaba, casi está
sonriendo.

Puede que me odie, que piense que soy un imbécil, pero no


puede ocultar que se siente atraída por mí. Cualquiera podría
verlo. Me pregunto si realmente cree que no me doy cuenta.

Sonja tiene una limusina esperándonos cuando bajamos.

—¿En serio? —pregunto, mirándola.

—¿Qué?

—¿Una limusina? ¿Qué soy, una estrella de rock de setenta


y cinco años?

—¿Qué es lo que...?

—Voy a llevar el Ferrari —le digo mientras tomo a Whitney


de la mano y me dirijo hacia el ascensor que lleva al garaje.

—¡Percy! —me llama Sonja.

—¡Nos vemos allí!

Pulso el botón de llamada y miro a Whitney. Tiene las


mejillas sonrosadas, pero cuando ve que la miro, retira
rápidamente la mano.

—¿No quieres ir de la mano? —le pregunto.


35
Página
—No empieces con esa mierda de chico bueno conmigo —
responde—. No lo compro.

—Bueno, yo sí que te he comprado a ti —respondo—.


Entonces, ¿por qué no empiezas a comportarte?

Se queda con la boca abierta cuando suena el ascensor.


Está a punto de replicar, pero la empujo suavemente por la
espalda y tropieza con las puertas y se gira para mirarme
mientras entro y pulso el botón del garaje.

—¿Así que también abusas de las mujeres? —gruñe.


Levanta la mano para abofetearme, pero la agarro fácilmente
por la muñeca y la mantengo firme.

—¿Abusar? Puedes soportar un poco de juego rudo —digo


con una sonrisa—. De hecho, sé que podrías soportar mucho
más.

—Suéltame —dice con los labios apretados. No quiero


hacerlo. Lo único que quiero es besarla.

—¿Y qué pasa si no lo hago?

—Suéltame —repite.

No es fácil, pero lo hago. Espero que dé un paso atrás, que


se aleje de mí, pero se queda dónde está, con los ojos clavados
en mí, y luego mira mis labios durante una fracción de segundo.

Ella también lo quiere.

Empiezo a inclinarme, pero las puertas del ascensor suenan


36

detrás de mí y una explosión de risas histéricas de chica


Página
borracha casi me ensordece. Whitney casi salta de su vestido
cuando un grupo de odiosas modelos entra en el ascensor.

—¡Dios mío! —exclama una de ellas, reconociéndome


cuando me abro paso entre ellas—. ¿Eres...?

—Hugh Jackman —sonrío—. Que tengan una buena noche,


señoras.

—¡Chicas! —La oigo decir a sus amigas—. ¡Ese es el tipo de


la lucha profesional!

Cuando el resto de su grupo me reconoce, hay otro estallido


de risas y chillidos excitados, pero ya estoy en el Ferrari
abriendo la puerta a Whitney, que me mira de una forma entre
asqueada e impresionada.

—¿Te pasa esto en todos los lugares a los que vas? —me
pregunta.

—¿Estás celosa? —respondo.

Lo está, pero no lo admite.

—Sube al Ferrari, caramelo para el brazo —digo con un


guiño mientras sostengo la puerta como un caballero—.
Tenemos que llegar a una fiesta.
37
Página
6
Debo estar loca.

Eso es todo lo que puedo pensar mientras recorremos a


toda velocidad las calles de Nueva York, con Percy al volante y
yo en el asiento del pasajero de su Ferrari rojo cereza.

O eso o estoy soñando.

Sinceramente, espero que sea la segunda opción, porque si


no, me estoy volviendo loca. ¿Atraída por un tipo como Percy?
¿Un boxeador profesional pero aún más un idiota profesional?
Sí, eso no es algo que haga Whitney.

¡Soy una estudiante de música, por el amor de Dios! Paso


mi tiempo estudiando a Bach, Vivaldi y Telemann. Me acuesto
temprano y no podría decirte el nombre de un solo artista del
Top 20, pero aquí estoy con un vestido que podría haber sido
robado a Paris Hilton, viajando en un coche deportivo de un
cuarto de millón de dólares, de camino a una fiesta para gente
famosa.
38

Además de eso, estoy sintiendo algo por este imbécil, y


cuanto más imbécil es, más me gusta.
Página
No se parece en nada a los tipos con los que estoy
acostumbrada a estar, que me preguntan amablemente si
podría estar interesada en tal vez 'salir' con ellos alguna vez.
Percy actúa como si fuera una conclusión inevitable que vamos
a terminar durmiendo juntos, y aunque es increíblemente
arrogante y exactamente lo que la mayoría de las chicas te
dirían que no hicieras, como que me gusta.

No, no 'como que...'

Mientras veo a Percy conducir, con su musculoso brazo


extendido mientras sostiene el volante, realmente me pregunto
cómo sería enrollarme con él.

Nunca me he 'enrollado' con un chico. El último chico al


que besé fue Noah, y no salió bien, así que mientras una parte
de mí se dice a sí misma que tenga cuidado, y que Percy y Noah
probablemente no sean tan diferentes el uno del otro, otra parte
de mí dice que debería arriesgarme.

Ni en mis mejores sueños pensé que un tipo como Percy se


interesaría por mí. Pensaba que esta noche estaría con un viejo
aburrido que sólo quería una chica joven y bonita a su lado, y
ahora estoy paseando por la ciudad con uno de los mejores
boxeadores profesionales del mundo.

Salvaje.

Quiero confiar en él, pero estoy segura de que todas esas


otras chicas también lo hicieron, ¿y las que lo hicieron? ¿Dónde
están ahora? ¿Y si doy ese salto de fe y él no está ahí para
39

atraparme? Está claro que me quiere, pero ¿por cuánto tiempo?


Página

¿Cinco minutos? ¿Diez? ¿Una noche? ¿Una semana?


Eso es probablemente ser muy generosa...

No quiero que me vuelvan a hacer daño y terminar siendo


una historia más entre él y sus amigos boxeadores sobre la
inocente estudiante de música a la que pagó para que lo
acompañara a una fiesta y terminó entregándole su virginidad
al final de la noche.

Además, Percy no quiere una virgen. Quiere una chica con


experiencia. He visto fotos de él en internet con estrellas porno
del brazo. ¿Cómo va a reaccionar cuando descubra que no tengo
ni idea de lo que estoy haciendo?

¿Va a reaccionar?

Jesús, ya estoy pensando en ello como si fuera a suceder.

—Tal vez finalmente la entregues esta noche —me dijo Abby


antes de que saliera del apartamento—. Si es así, quiero todos
los detalles.

—Sí, claro —le dije. Pero, ¿de verdad Abby vio el futuro?
¿Iba a ser esta noche la gran noche?

No.

Por ahora él me tiene a mí, por esta noche y sólo por esta
noche. Para eso me paga y eso es todo.

De repente, me saca de mis pensamientos lo que parece ser


un estallido de luz en medio de la calle, pero me doy cuenta de
que en realidad es una pared literal de fotógrafos que nos
apuntan con sus cámaras cuando Percy se detiene frente a
40

ellos.
Página
—Oh, Dios mío...

—Verás manchas durante media hora más o menos —


sonríe Percy.

—¿Cómo se hace esto? —pregunto, protegiendo mis ojos de


las ráfagas de flash.

—Te acostumbras —responde mientras sale del coche.


Inmediatamente, comienza el aluvión de preguntas.

—¡Percy! Percy, ¿quién es la nueva chica?

—¿Es tu nueva novia, Percy?

—¿Ella también está en el negocio de los adultos, campeón?

—¿Cuándo es la boda?

Santa mierda.

Me siento sonrojada cuando Percy viene a mi lado y me abre


la puerta, y estoy prácticamente cegada cuando las cámaras se
disparan a mí alrededor.

—Sigue caminando —dice—. No respondas a ninguna


pregunta.

—¿O qué? —me burlo.

—En serio —gruñe—. No les digas nada.

Por primera vez desde que nos conocimos, Percy parece


realmente preocupado por algo. Me toma de la mano y una
ráfaga de emoción se apodera de mí, mientras me arrastra por
41

la alfombra roja hacia la puerta del hotel. Hago lo posible por


Página

parecer que he llevado tacones más de dos veces en mi vida


cuando un fotógrafo pasa por la cuerda de terciopelo y me pone
la cámara en la cara.

—¿Eres la nueva novia de Percy? —Exclama, apuntando un


micrófono a mi cara—. ¿Futura esposa, tal vez?

Percy tira de mi brazo, pero yo me quedo donde estoy.


Levanto la vista, y cuando veo la mirada en sus ojos, no puedo
evitarlo.

—Lo segundo —digo despreocupadamente.

La cara de Percy cae y me suelta la mano. Doy un paso


adelante, haciendo mi mejor paseo por la alfombra roja, y sonrío
mientras las cámaras se vuelven locas. Percy me alcanza. Sé
que está furioso y que quiere agarrarme del brazo y arrastrarme
al interior, pero no puede con todo el mundo mirando.

—¿Qué demonios ha sido eso? —sisea enojado mientras los


porteros nos abren las puertas.

—Relájate, campeón —me burlo—. Eres un tipo duro.


Puedes manejarlo.

No sé lo que estoy haciendo, y tal vez por eso de repente me


estoy divirtiendo. Normalmente, soy una chica súper práctica
que hace su trabajo a tiempo, es cuidadosa con su dinero y
cautelosa a la hora de exponerse. Y tal vez por eso esta noche,
que es el polo opuesto de lo que es mi vida normalmente, se
siente tan emocionante.

Cuando entramos, casi olvido que Percy me está pagando


42

por estar aquí. Si hubiera sabido lo que iba a ser esta noche,
Página

habría venido gratis; demonios, yo le habría pagado a él. Pero,


al igual que Cenicienta asistiendo al Baile Real, mi tiempo con
Percy se acabará al final de la noche.

Pero tal vez pueda convencerlo de que me mantenga cerca


un poco más.

43
Página
7
—¿Estás jodidamente loca? —le gruño a Whitney, ya que
estamos dentro y lejos de los paparazzi.

—¿Cuál es el problema?

—¿Sabes la tormenta de mierda que va a causar eso? —le


pregunto.

—¿Peor que llevar a una estrella porno a cenar?

—Ex-estrella porno —le respondo.

—La misma diferencia —se encoge de hombros—. Además,


pensé que eras un tipo duro.

—Joder —suspiro. Estoy sudando y molesto, pero también


estoy empezando a ponerme cachondo bajo los vaqueros, y
adopto una postura más amplia para acomodarme.

Mierda.

¿Cómo se supone que voy a dar la mano y jugar limpio si


tengo una erección que me dificulta incluso caminar? ¿Quién
44

iba a decir que Whitney tenía las pelotas para hacer algo así?
Página

Estoy muy enojado, pero también la deseo más que nunca.


Mírala con ese vestido...

De acuerdo. Dos pueden jugar a este juego.

Le paso el brazo por la cintura y la atraigo hacia mí. Sus


pechos están firmes contra mi pecho, y ella suelta un pequeño
grito cuando la agarro por el pelo, inclino su cabeza hacia atrás
y la beso.

Casi estallo en mi pantalón allí mismo.

Sus labios son carnosos y suaves, y un sonido suave, casi


como un gemido, sale de su pecho cuando deslizo mi lengua en
su boca. Espero que se aparte, pero no lo hace. De hecho,
arquea la espalda y se aprieta más contra mí. Pero no le doy
más. No, esto es sólo el pre-partido, no el evento principal.

Rompo el abrazo y doy un paso atrás con una sonrisa. Sus


ojos se abren de par en par por la sorpresa y tarda un momento
en encontrar las palabras.

—¿Qué demonios ha sido eso?

—¿Qué? —replico—. Eres mi futura esposa, ¿verdad? Puedo


besar a mi futura esposa.

Antes de que pueda decir nada, Walter Shank, uno de los


grandes promotores de la ciudad, se acerca a mí con un whisky
en una mano y una chica muy sexy, probablemente rusa, del
brazo.

—¿Qué dices, campeón? —Sonríe mientras nos damos la


mano—. ¿Apuesto por ti o por el otro tipo?
45
Página
—¿Big Fists Benson? —Me rio—. Más bien Dead Man
Walking.

—Así de seguro, ¿eh? —dice con una risa ronca. He estado


tan ocupado con Whitney que apenas he pensado en el hecho
de que tengo un combate por el título dentro de una semana: el
combate por el título para decidir quién es el campeón de los
pesos pesados, si yo o Ben 'Big Fists' Benson.

—Percy, esta es Svetlana, —dice, señalando a la chica que


lleva del brazo.

Sí, rusa.

—Encantada de conocerte —sonríe con un fuerte acento


ruso.

—Lo mismo digo —asiento—. Walt, esta es Whitney.


Whitney, este es Walt. Es un gran promotor del distrito.

—¿Cómo estás? —dice Walter, estrechando bruscamente la


mano de Whitney, haciendo que sus preciosas tetas se agiten en
su vestido. Puedo ver los celos en los ojos de Walter. Svetlana es
bonita, pero no es la chica más preciosa de la sala, ni mucho
menos.

—Bien, gracias —responde Whitney en voz baja.

Puede que sea una luchadora cuando se trata de mí, pero


está fuera de su elemento aquí.

—¿Para quién tomas fotos?


46

—¿Yo? —tartamudea—. Oh, yo no...


Página

—No es una modelo —digo rápidamente.


—¿Qué? —Responde Walter—. ¿No es modelo? ¿A qué se
dedica?

Svetlana se mueve incómoda a su lado.

—Estudiante de música. Juilliard.

Walter asiente, obviamente impresionado. Yo también. Ni


siquiera sabía eso de ella.

—¿Futura miembro de la Filarmónica?

—Ella solo te está tomando el pelo, Walt —interpongo—. No


es una estudiante de música ni una modelo. Se gana la vida...
acompañando a hombres como yo, si sabes a qué me refiero.

Whitney jadea y me mira. Walter se limita a sonreír y a


asentir con conocimiento de causa, indicando con la mirada a
Svetlana.

—Sí, sé lo que quieres decir —dice—. Una vida honesta, si


me preguntas.

—¿Qué? —protesta Whitney—. Yo no...

—Oh, ¿es esa Sonja? —digo rápidamente, señalando por


encima de su hombro—. Discúlpame, Walt.

Tomo a Whitney del brazo y la alejo entre la multitud.

—¿Acabas de insinuar que soy una prostituta? —sisea


furiosa.

—Oh, vamos —me rio—. Nunca insinuaría eso. Escort de


alto precio es una forma mucho más agradable de decirlo.
47
Página
—¡Hijo de puta! —suelta, tratando de alejarse de mí, pero la
mantengo firme.

—No hagas una escena —le digo—. Te estoy pagando para


que seas mi novia esta noche, y eso es lo que vas a hacer.

—¿Novia? Pensé que era tu futura esposa.

—Bueno, puede que también lo seas.

Con ojos feroces, Whitney intenta replicar, pero la hago


callar aplastando mis labios contra los suyos. Mi cuerpo se
hincha de deseo al acercarla y apretar su cuerpo cálido y
flexible contra el mío. Sus tetas son perfectas y huele a gloria.
Quiero más de su aroma y lucho contra el impulso irrefrenable
de levantarle el vestido y enterrar mi cara entre sus piernas.

Necesito tenerla. Ahora.

—Eres un verdadero hijo de puta, ¿lo sabías? —susurra


Whitney.

Si mi polla estaba dura antes, no sé cómo está ahora.


Puedo sentir los dientes de mi cremallera mordiendo mi eje
mientras me muelo suavemente contra su muslo. Puede que sea
un chico malo-estrella de rock-luchador, pero no puedo
volverme demasiado loco aquí, en público, delante de todo el
mundo.

—No sabes ni la mitad —le digo—. Ven conmigo.

—Yo...
48

Mi mano encuentra la parte baja de su espalda y la


Página

conduzco más allá de los entremeses. Hay innumerables caras


famosas a nuestro alrededor, pero Whitney no parece darse
cuenta. Sus ojos están fijos en mí.

La empujo a través de una puerta que lleva a una de las


salas traseras. Nunca he sido tan agresivo con una chica;
nunca tengo que serlo. Ellas simplemente se lanzan sobre mí. Y
tal vez por eso me excita tanto Whitney. Ella es un reto, y nunca
retrocedo ante un reto.

—Piérdete —le digo a uno de los camareros, que está


haciendo algo con un carro lleno de vasos. Está a punto de
replicar, pero me reconoce y da media vuelta y se dirige hacia el
otro lado.

—Eso no ha estado bien —dice Whitney. Incapaz de


contenerme por más tiempo, inmovilizo a Whitney contra la
pared, le agarro el dobladillo del vestido y se lo subo hasta la
cintura.

—Percy...

Su voz se corta cuando mis dedos encuentran lo que


buscan. La humedad cubre las puntas de mis dedos y sonrío al
darme cuenta de que no lleva bragas. Puede intentar ocultar su
atracción por mí, pero no puede ocultar su excitación...

...y yo tampoco.
49
Página
8
Estoy congelada. No puedo moverme.

Pero no es porque esté asustada; es porque estoy abrumada


por el placer.

Tengo los pezones duros y los muslos empapados y casi


grito cuando Percy desliza un dedo dentro de mí. Gruñe como
un oso y se inclina más cerca, rozando suavemente con sus
labios la piel de mi cuello.

Ni siquiera sé qué hacer. No debería desearlo, pero me duele


por él. Mi cuerpo se derrite y toda la rabia indignada que sentía
por él hace unos instantes se ha transformado en puro deseo:
deseo de someterme y dejar que se salga con la suya.

—Nunca un hombre te ha tocado así, ¿verdad? —susurra.

¿Es eso tan obvio?

—N-no...

—Me encanta eso, cariño —ronronea, con su voz como un


cálido y suave abrazo contra mi oído—. Seré el primero y el
50

último.
Página
Su arrogancia me vuelve loca en todos los sentidos. Quiero
abofetearlo por ser tan engreído, pero todo lo que consigo es
rozar suavemente la palma de mi mano contra su hombro
mientras mete dos nudillos en mi coño.

—Percy... —murmuro mientras mi cuerpo toma el control.


Mi espalda se arquea y empujo hacia abajo, recibiendo todo su
dedo corazón dentro de mí. No tenía ni idea de lo excitada que
estaba, pero estoy absolutamente empapada.

Él se restriega contra mí y siento su bulto contra mi muslo.


Ya lo había visto, pero aún no puedo creer lo grande que se
siente.

—¿Sientes eso? —gruñe mientras introduce su dedo en mí,


haciendo que mi cuerpo se estremezca—. Me lo haces tú. Te
acuerdas de mi habitación de hotel, ¿verdad, cariño? He querido
poner esto dentro de ti desde el momento en que te vi, y si no te
tengo ahora mismo, voy a perder la cabeza, joder.

—P-Percy. —Mi cuerpo grita que lo deje tomarme, mientras


mi cerebro racional me dice que es una idea terrible, terrible.
Pero cuando Percy enrosca su dedo en mí, mis pensamientos
son barridos por los vientos del puro deseo.

—Así es, cariño —dice mientras su mano libre encuentra mi


pecho—. Voy a reclamar este apretado coñito virgen tuyo y
llenarte con mi semen. Puede que hayas pensado que estabas
bromeando, pero lo que has dicho es cierto; eres mi futura
esposa.
51

¿Futura esposa? ¿Está bromeando?


Página
—Yo...

Sé que debería decir algo, pero se me olvidan las palabras.


¿Futura esposa? Tiene que estar jugando conmigo. ¿Esto es
parte del juego que hace con todas las chicas con las que se
enrolla? ¿También se lo dijo a la actriz porno? Quiero decir, me
están pagando por estar aquí. ¡Nos acabamos de conocer hoy!

¿Casarme con un tipo como Percy Rankin? ¡Qué Harry


Potter sea el mejor amigo de Draco Malfoy tendría más sentido
que eso!

Pero la verdad es que estaba pensando en entregársela a él


esta noche...

¿Estaba yo...?

Mi cerebro es un borrón. Ya no sé ni lo que estoy pensando,


y cuando siento que mi clímax se precipita hacia mí, una nueva
inyección de pánico me golpea y me alejo.

—E-espera un segundo —balbuceo, alejándome de él.


Tropiezo con los talones, pero, como Flash, Percy me rodea con
sus brazos y evita que me caiga.

—Alto ahí —susurra—. No dañes la mercancía.

—¿Mercancía? ¿Así es como te refieres a tu futura esposa?

—Sabes que estoy bromeando, cariño —dice, en un tono


imposible de resistir. Miro hacia abajo y me doy cuenta de que
mi vestido sigue levantado, y me lo bajo rápidamente para
preservar lo que me queda de pudor.
52
Página
—No hagas eso —me dice, deslizando su fuerte y callosa
mano de boxeador desde mi espalda hasta mi culo—. No te
niegues lo que sabes que quieres.

—¿Lo que sé que quiero? —respondo—. ¿Y qué es eso?

Los labios de Percy se curvan en una leve sonrisa mientras


me mira como si acabara de hacer la pregunta más tonta del
mundo. De nuevo, mi rebeldía se dispara y doy otro paso atrás.
¿Simplemente asume que lo deseo tanto?

Es decir, puede que sí, ¡pero ese no es el punto!

—Yo… no podemos hacer esto —tartamudeo. Ojalá tuviera


un paño o toallas de papel o algo así. La humedad me chorrea
por los muslos y todavía estoy al límite por lo que me acaba de
hacer.

—Esto no es para lo que estoy aquí... sólo estoy aquí para


ayudar a tu imagen pública.

—Así es como comenzó esto. Pero ahora es mucho más,


Whitney. Desde el momento en que entraste en mi habitación
de hotel supe que eras mía.

—Tú... tú me has contratado para esta noche —digo,


tratando de poner mis pensamientos en algún tipo de orden—.
Me pagas para que sea tu novia falsa y...

—Me importa una mierda —gruñe, acercándose—. Sabes


que entre nosotros hay algo más que eso.

Odio que lo sepa.


53
Página
Odio que pueda leerme como un libro. Pero, sobre todo,
odio que realmente me guste.

Me rodea con sus gruesos e hinchados brazos y me acerca.


Odio que su cuerpo ya se sienta como un hogar. Debería
saberlo mejor; y lo sé mejor. Los tipos como Percy son sólo un
problema, y de alguna manera me las he arreglado para caer en
su juego, al igual que todas las otras chicas antes que yo.

—¡No! —exclamo. Intento soltarme, pero su fuerza es


abrumadora—. ¡Suéltame, Percy!

—No vas a ir a ninguna parte, cariño.

—En serio, Percy, —digo, mirándolo fijamente para que


sepa que hablo en serio—. Suéltame. Esto fue un error —le
digo—. Voy a cancelar nuestro acuerdo. Me voy a casa.

Veo una genuina mirada de sorpresa en los ojos de Percy.


Está claro que no está acostumbrado a que las chicas lo
rechacen, y aunque es lo más difícil que he tenido que hacer en
mi vida, sé que es lo correcto.

Poco a poco, sus brazos se relajan y consigo liberarme.


Retrocedo unos pasos y lo miro. Sus perfectos ojos azules se
fijan en mí, haciéndome sentir la única mujer del mundo, y me
digo a mí misma que no debo dejarme llevar por su perfecta
mandíbula y sus anchos hombros... ni por el bulto de sus
pantalones del que soy responsable.

Arreglándome el vestido, me doy la vuelta y me dirijo a la


54

puerta.
Página
—¿Tú simplemente vas a rechazar el dinero? —me dice
Percy. Me estremezco al pensar en mi pobre violín roto, y sé que
es una decisión económicamente terrible la que estoy tomando,
pero es una decisión personal que tengo que tomar.

—No soy como tus otras chicas, Percy, —lo fulmino con la
mirada—. No me voy a lanzar a por ti, y ciertamente no se me
puede comprar.

Con eso, me alejo de él, salgo por la puerta y vuelvo a entrar


en el vestíbulo, donde la fiesta está en pleno apogeo. Reconozco
a un par de actores a los que me encantaría conocer, y a un par
de boxeadores profesionales a los que reconozco vagamente,
pero sigo avanzando. Sé que si me quedo aquí un minuto más,
terminaré de nuevo en sus brazos, y eso no puede suceder.

Por suerte, veo a Sonja tomando una copa con una mujer
que lleva un abrigo de visón como Cruella de Vil y me dirijo a
ella.

—¡Whitney! —dice contenta cuando me ve—. ¿Cómo estás?


¿Dónde está Percy...?

—Me voy —le digo rápidamente—. ¿Hay un coche o puedes


llamarme un Uber? No tengo mi teléfono conmigo.

—¿Te vas? —dice en voz baja, acercándose a mí para que la


otra mujer no pueda oír nuestra conversación—. ¿Por qué?
¿Qué ha pasado? ¿Percy hizo algo?

—Sólo necesito irme —le digo—. No es... una buena idea


55

que esté aquí. Ahora, ¿vas a llamarme un coche o no?


Página
Sonja vuelve a mirar entre la multitud, sus ojos buscando a
Percy. Está enojada, y probablemente piensa que él dijo o hizo
algo para hacerme enojar, pero cuando no lo ve, toma mi mano.

—Yo misma te llevaré de vuelta —dice—. Vamos.

56
Página
9
—Idiota —me gruño a mí mismo, casi estampando el puño
contra la pared de rabia—. ¿Por qué la dejaste ir?

Es una pregunta bastante sencilla, pero sé la respuesta; por


mucho que la desee, no voy a forzar a Whitney a nada en contra
de su voluntad. Puede que sea un imbécil, pero no soy una
basura.

Quiero a Whitney más que nada en el mundo, pero ella me


tiene miedo. ¿Pero por qué? No puede ser sólo mi imagen
pública. Es algo más profundo que eso. Ella tiene una idea
sobre mí, sobre los chicos como yo, y no puede deshacerse de
ella. Y si voy a hacerla mía, tengo que demostrarle que soy
diferente.

Haciendo lo posible para caminar con el bulto entre las


piernas, voy tras ella. Cuando abro la puerta del vestíbulo,
todos los ojos están puestos en mí. Frankie, uno de los
promotores, empieza a aplaudir, lo que atrae un mayor número
de aplausos y gritos de —¡Campeón! ¡Campeón! ¡Campeón!
57

Sonrío y asiento amablemente, buscando a mi prometida


Página

entre los cuerpos.


—Oye, ¿quién es la nueva chica que te acompaña esta
noche, Percy? —Charlie Greene, uno de los patrocinadores de la
liga, me pregunta al pasar junto a él—. No parece la típica chica
que te acompaña.

—Oh, no lo es —respondo—. No hay nada típico en ella.

Me abro paso entre la multitud, haciendo lo mejor que


puedo para ser educado mientras sigo buscando a Whitney,
pero cuando llego al otro lado del vestíbulo, no la encuentro por
ningún lado.

Mierda. ¿De verdad se ha ido?

Estoy a punto de darme la vuelta cuando la veo a través de


la ventana, en la parte delantera con Sonja, subiendo a la parte
trasera de un Uber.

Empujando a una multitud de chicas fuera del camino,


salgo corriendo, pero es demasiado tarde. El coche ya ha pasado
la manzana y está girando en el semáforo.

—Hey —le digo al aparcacoches, que está en medio de la


hora de hablar con uno de sus amigos—. ¡Oye! ¿Están
trabajando o sólo cotilleando como un par de adolescentes?

—¡Perdón! —responde, apresurándose a acercarse a mí—


¿Has...?

—Trae mi coche ahora.

—Sí, señor.
58
Página
Sale corriendo y vuelve unos segundos después al volante
de mi Ferrari. Casi lo golpeo cuando se baja, le lanzo un billete
de veinte, arranco el motor y acelero tras mi futura esposa.

Se dirige al hotel, eso es seguro, pero tengo que llegar antes


de que agarre sus cosas y se vaya. Whitney es una chica que no
se anda con chiquitas, y si tiene intención de volver a casa, eso
es lo que va a hacer.

No puedo creer lo que estoy haciendo mientras serpenteo


entre el tráfico de Nueva York como un loco. Ninguna mujer ha
tenido nunca este tipo de efecto sobre mí. La quiero más que a
nada, más que a convertirme en boxeador, más que al
campeonato de los pesos pesados.

Y ella tiene que saberlo.

Mis neumáticos chirrían al detenerme frente al hotel. Salgo


del coche, le doy las llaves al aparcacoches y entro corriendo.
Puedo ver el maldito ascensor subiendo hasta mi planta y sé
que ella y Sonja están en él.

—¡Mierda!

Pulso el otro botón de llamada y las puertas del segundo


ascensor se abren. Me apresuro a entrar, pulso el botón de mi
planta y hago lo posible por calmarme mientras empieza a
subir.

Cierro los ojos y pienso en cómo se sentía en mis brazos, en


cómo sabían sus labios contra los míos, en cómo se sentiría el
59

calor de su cuerpo a mi lado cada noche, y en lo mojada que


Página

estaba cuando metí la mano bajo su vestido...


Mi lujuria arde en mi interior, y me llevo el dedo corazón a
la nariz e inhalo profundamente, llenando mis pulmones con el
aroma de su dulce y virgen coño. Mi polla se agita entre mis
piernas mientras mi desesperación por ella está a punto de
consumirme.

Whitney me ha hechizado, en cuerpo y alma, y me resulta


imposible pensar en otra cosa. Tengo que tenerla.

El tintineo del ascensor me saca de mi estupor y casi golpeo


a una pareja de ancianos cuando atravieso las puertas y avanzo
a grandes zancadas por el pasillo hasta mi suite. Considero la
posibilidad de derribar la puerta a patadas, ya que sería más
rápido que usar la llave, pero decido no hacerlo. Cuando entro,
Whitney y Sonja están sentadas en el sofá, y veo que Sonja le
está dando una de sus patentadas charlas de ánimo.

—Percy...

—Ve a la otra habitación —le digo—. Quiero hablar con


Whitney.

Sonja se gira hacia mí 'falsa novia', que parece una


absoluta diosa allí sentada con su vestido plateado y sus
tacones.

—¿Quieres que me quede?

—Lárgate, Sonja —gruño—. Ahora.

—Está bien —dice Whitney.

Tarda un segundo, pero Sonja finalmente se levanta del


60

sofá, me mira como si deseara no haber empezado a


Página
representarme, luego se dirige a la otra habitación y cierra la
puerta tras ella.

—Me voy —dice Whitney—. Nada que puedas decir va a


cambiar eso.

—Podría mantenerte aquí, sabes —le digo—. ¿Crees que


podrías vencerme?

—¿Quieres retener a una mujer contra su voluntad? —


replica ella.

—No —sonrío—. No soy ese tipo de hombre.

—¿Qué tipo de hombre eres?

—No de esa clase —respondo—. Y tampoco del tipo que tú


crees que soy.

—Eso es lo que dicen todos —dice ella, cruzando los brazos


desafiantemente sobre su pecho perfecto. Incluso ahora, cuando
está a punto de dejarme, su belleza es devastadora.

Me acerco lentamente -no quiero asustarla- y tomo asiento


en la silla que hay frente a ella. Preferiría estar junto a ella,
abrazándola, pero eso tendrá que esperar.

—No voy a volver a esa fiesta contigo —dice.

—No quiero que lo hagas, Whitney. No quiero estar en


ningún lugar más que aquí contigo.

—Apuesto a que le dices eso a todas las chicas.

Eso escuece. El hecho de que ella realmente piense eso me


61

duele, porque sé que le duele a ella. Y tengo que cambiar eso.


Página
—Nunca —digo con firmeza—. Déjame explicarte, Whitney,
que nunca he dicho las cosas que te he dicho a ninguna otra
chica.

—Claro...

—Hablo en serio —digo—. Y no soy el tipo que crees que


soy. Y te lo voy a demostrar.

62
Página
10
Dos minutos, me recuerdo mientras miro fijamente a Percy.
Él tiene dos minutos y luego tú te vas.

Agarro mi teléfono, abro el reloj y pongo el cronómetro.

—¿Qué estás haciendo?

—Dos minutos —digo, poniéndolo a un lado—. Tienes dos


minutos. Pruébalo.

Estoy siendo una mocosa. Lo sé, pero no me importa. Estoy


enojada con Percy por hacerme creer que realmente le gustaba,
y estoy enojada conmigo misma por creerle. Estoy enojada por
pensar que Abby puede haber tenido razón cuando me dijo que
iba a perder mi virginidad esta noche, y estoy aún más enojada
por aceptar este 'trabajo' en primer lugar.

—Tengo una reputación —comienza—. Lo sé. Pero mi


reputación no soy yo. No es lo que soy.

—¿Entonces no eres un mujeriego?

—Yo... yo no lo diría así —responde.


63
Página

—Uh huh. ¿Cómo lo dirías tú?


Percy se inquieta ligeramente, hace crujir uno de sus
nudillos como si estuviera realmente nervioso. —Diría que me lo
he pasado bien.

—Ah.

—Mira, Whitney, —dice, tomando aire—. No siempre fui


quien soy ahora. Cuando era un niño, era pequeño. Era débil.
Me pateaban el trasero. Las chicas ni siquiera me miraban.

Dos minutos.

—Una vez que me hice grande, me hice famoso, tuve éxito,


me convertí en un rey. Pensé que me divertiría. Pensé que
nunca necesitaría un compromiso o sentar cabeza.

Aquí viene...

—Y entonces te conocí.

Me mofo, pero no estoy segura de que se lo crea, y lo que es


peor, ni siquiera yo estoy segura de creerlo. Ha sido un acto
reflejo, algo que suelo hacer cuando oigo tonterías, pero no
estoy muy segura de que sea eso.

El típico comportamiento arrogante de Percy ha


desaparecido y ha sido sustituido por una sinceridad que me
hace perder el equilibrio. Quiero creer que está siendo sincero
conmigo, pero no estoy segura de poder hacerlo. Miro mi
teléfono: queda un minuto y medio.

—¿Me conociste y...?


64

—Toda mi vida ha sido una lucha, Whitney, —dice—. He


Página

luchado hasta llegar aquí, pero no quiero seguir luchando.


Quiero una chica a la que pueda tener, de verdad, durante más
de una noche.

—¿Y esa soy yo? —pregunto sarcásticamente.

—Los chicos creen que lo tengo todo —digo—. Y hasta cierto


punto tienen razón. Pero nunca conocí a mi padre, Whitney. Mi
madre tiene cáncer. Le estoy pagando los tratamientos y está
aguantando, pero sé que no estará conmigo para siempre.

Mi estómago se retuerce en un nudo. Es imposible que esté


mintiendo. Puedo ver la vulnerabilidad en sus ojos. No es algo
que se vea a menudo en los hombres en general, así que verlo
en un tipo duro mundialmente famoso como Percy lo hace aún
más potente.

Mi reloj avanza; queda menos de un minuto del tiempo que


le dije que tenía conmigo.

—Percy…

—Ya no quiero esta vida —dice. Se acerca rápidamente y me


toma la mano. No me alejo—. Cuando todo esto empezó, pensé
que era una idea estúpida cocinada por Sonja, pero entonces te
conocí y todo cambió.

—Apenas nos conocemos...

—Pero tú también lo sientes, Whitney, —susurra—. Sé que


lo sientes. Lo veo en tus ojos cuando me miras.

Desvío la mirada, manteniendo el teléfono en la esquina de


mi visión.
65
Página

Quedan treinta segundos.


—Lo he sentido entre tus piernas —dice con una sonrisa.
Antes de saber lo que está pasando, me sonrojo y escondo mi
cara de la suya, intentando no pensar en lo que sentí cuando
me tenía inmovilizada contra esa pared.

—Te daré tu dinero ahora —me dice—. Y si realmente crees


que soy un imbécil, un mentiroso y que no me importas, puedes
tomarlo e irte. Pero creo que sabes que no es así. ¿No es cierto,
Whitney?

¿Lo sé?

Apenas sé lo que estoy sintiendo o pensando mientras veo


pasar los segundos en mi teléfono.

19, 18, 17, 16...

Me dije a mí misma que me iría después de esto, pero ¿es


realmente lo que debo hacer? Tal vez estoy siendo terca y me
niego a cambiar, me niego a mirar a Percy con algo más que los
prejuicios que he traído conmigo esta noche.

Tal vez debería darle una oportunidad a esto.

9, 8, 7, 6...

—Dos minutos —susurra Percy—. Dijiste que eso era todo


lo que me darías, pero no puedo aceptar eso, Whitney. Quiero
más. Te quiero a ti. Para siempre.

¿Es esto lo que se siente al enamorarse?

Amor.
66
Página
¿Cómo puede ser? ¡Acabo de conocer a Percy! Y cuando lo
hice, estaba segura de que era otro imbécil deportista. ¿Y ahora
me estoy enamorando de él?

Dicen que los opuestos se atraen. Pero, ¿realmente somos


tan diferentes en el fondo?

El corazón me retumba en los oídos. Me doy cuenta de que


estoy temblando. Miro a Percy y veo una intensidad en sus ojos
que me hace flaquear.

Vuelvo a mirar mi teléfono.

4, 3, 2, 1.

—Quédate conmigo, Whitney. Quédate.

67
Página
11
Lo sé antes de que hable. Sus ojos lo dicen todo.

—Me quedaré contigo.

Al instante, mis labios están sobre los suyos. La beso


profundamente, me acerco al sofá y la asfixio con mi cuerpo.
Ella me devuelve el beso, con hambre, como si por fin admitiera
lo que siente por mí.

Levanto la mano y deslizo los dedos por su pelo y los


engancho, hecho su cabeza hacia atrás para exponer su cuello,
y empiezo a besar hacia abajo.

—Percy...

Su voz es un susurro de lujuria que tiene mi polla


palpitando entre mis piernas, mi deseo por ella en lo más alto.
Intento deslizar uno de los tirantes hacia abajo por encima de
su hombro, pero está demasiado apretado, así que, con un
fuerte tirón, rompo los dos y tiro de la parte superior de su
vestido hacia abajo.
68

Perfecto.
Página
Beso su pecho izquierdo hasta que encuentro su pezón,
duro como una gominola rosa, y cierro los labios en torno a él.
El cuerpo de Whitney se levanta del sofá mientras gime y se
restriega contra mi bulto.

Estoy desesperado por llenarla, y agarro el dobladillo de su


vestido e intento subirlo por encima de sus caderas, pero se
queda atrapado debajo de ella.

—Este vestido me está empezando a enojar —gruño—.


Quiero arrancártelo.

—Hazlo —ríe Whitney—. Has pagado por él.

Tiene razón. Me siento, agarro el vestido por el dobladillo


inferior y tiro. Se desgarra perfectamente por la mitad y cae a
un lado, dejando al descubierto su hermoso cuerpo ante mí.
Sus muslos están empapados de humedad y los labios de su
coño brillan con sus jugos.

Está temblando de excitación, una excitación que se


convierte en una silenciosa lujuria cuando bajo entre sus
piernas y separo sus resbaladizos pliegues con mi ansiosa
lengua. Su dulce sabor brota en mis labios mientras lamo su
pequeño agujero virgen como el animal hambriento que soy.

¿Lo más curioso? Esto no es algo que yo haga. Siempre me


he dicho a mí mismo que reservaba este acto para cuando
encontrara a 'la elegida', pero nunca estuve seguro de creerlo
realmente. Hasta ahora.
69
Página
Whitney es una belleza pura, una princesa, pero quiero
arruinarla, hacer todas las cochinadas que se me ocurran con
ella y hacer que se corra tan fuerte que no pueda ni moverse.

Sus gemidos son música para mis oídos y miro su cara,


retorcida por el placer, sus tetas turgentes como dos pequeñas
montañas en su pecho. Mis manos agarran sus caderas
mientras ella se aprieta contra mi boca. Arrastro mi lengua por
su coño hasta su clítoris hinchado y expuesto, y hago presión.

—¡Oh, Dios mío!

Sus palabras me dan más hambre. Mi control está


aumentando, pero hay algo más que eso: quiero darle placer.
Todo esto es nuevo para ella, y quiero asegurarme de hacerla
volar por los aires.

—Córrete para mí —murmuro en su coño.

Y eso es todo lo que se necesita.

Las palabras de Whitney se atascan en su boca y su cuerpo


toma el control. Se estremece tanto que tengo que sujetarla al
sofá con las dos manos mientras lucho por mantener mi lengua
en su clítoris. Veo la firmeza de su estómago a medida que su
clímax golpea mi cuerpo, y sonrío cuando sus jugos se
derraman por mi barbilla.

Ella me mira como si no pudiera creer lo que está


sucediendo. Nuestras miradas se cruzan como las de un
hombre y una mujer que comparten el conocimiento de que
70

ahora sólo existimos el uno para el otro. Verla correrse es algo


Página

muy sexy, pero lo mejor es saber que ahora me pertenece.


Cuando se corre, respira con dificultad, y yo me deslizo por
su cuerpo y me acuesto contra ella, acariciando su sensible
montículo con mi bulto, que amenaza con salirse de mis
pantalones.

—Yo... nunca había tenido eso antes —susurra—. Pero


estoy bastante segura de que eres el mejor del mundo en eso.

—Soy el mejor en todo, nena —sonrío mientras la levanto


fácilmente en mis brazos—. Pero eso solo ha sido el
calentamiento. Ahora es el momento del evento principal.

Su humedad se derrama por sus muslos y su trasero y llega


a mis muñecas mientras la llevo al dormitorio. Se quita el
vestido, ahora arruinado, y levanta una pierna y estira los
brazos por encima de la cabeza, mostrándome cada centímetro
de su perfección.

Mi chaqueta choca con la pared y el botón superior de mi


camisa salta cuando me desnudo. Cuando me quito los
vaqueros, los ojos de Whitney se abren de par en par. Miro
hacia abajo y veo una larga línea de pre-semen goteando y
rápidamente me uno a ella en la cama, colocándome entre sus
piernas.

Su bonita flor rosa está lista para mí, y yo estoy deseando


estar dentro de ella y hacer esto oficial. Es su primera vez, y voy
a asegurarme de que nunca la olvide. Pero cuando presiono la
punta de mi polla contra su agujero y me preparo para entrar
en ella, veo una mirada en su cara que me hace detenerme.
71

—¿Qué pasa? —le pregunto.


Página
—Me vas a odiar —responde mordiéndose el labio.

—Nunca podría odiarte —sonrío—. Incluso cuando intentas


que lo haga. Dime qué pasa. ¿No estás preparada?

—Me siento mal... —dice suavemente—. Acabas de...


hacerme eso y ahora...

—Relájate —le digo, inclinándome rápidamente para


besarla—. Si no estás preparada, no importa. Te deseo más que
nada en el mundo, pero estoy dispuesto a esperar.

—Gracias.

—Pero no demasiado —sonrío mientras me acuesto a su


lado. Así que tengo que esperar un poco más. ¿Y qué? Si tengo a
Whitney en mis brazos el resto de mi vida, no importa. Sin
embargo, tengo una polla dura que no irá a ninguna parte, y
Whitney obviamente lo sabe.

—Pero, si quieres mostrarme cómo... —su voz se


interrumpe. Su tímida inocencia es adorable, especialmente en
contraste con el descaro con el que me ha tratado toda la noche.

—¿Cómo chuparme la polla? —le pregunto.

—¡Oh, Dios mío! —se ríe, dándome una suave palmada en


el muslo—. Pero sí.

—Nena, me encantaría enseñarte lo que hay que hacer —


gruño mientras vuelvo a enganchar mis dedos en su pelo—. Y sé
que sólo has visto la mía, pero te diré ahora mismo que soy
grande y que vas a tener que abrirte bien. ¿Puedes hacerlo para
72

mí?
Página
—Sí, papi —asiente obedientemente.

Joder.

Sus ojos están llenos de deseo. Quiere que le enseñe, que


tome el control, y yo estoy más que feliz de complacerla.

—Bien, nena. Ahora abre.

73
Página
12
Oh, wow...

Sinceramente, eso es todo lo que puedo pensar mientras


envuelvo con mis dedos la insana circunferencia de Percy (o al
menos lo intento) mientras mi coño aún palpita por el insano y
alucinante orgasmo que me ha provocado. Fue más de lo que
jamás hubiera imaginado, y estaba segura de que iba a estar
lista para que me tomara, pero cuando lo vi entre mis piernas
listo para entrar en mí, simplemente no estaba preparada.

Me siento mal por ello, pero Percy no parece molesto en


absoluto. De hecho, me mira como si mi nerviosismo fuera
realmente adorable.

Soy como una calculadora sobrecargada, o un ordenador


que se queda sin espacio en el disco duro. Incluso antes de que
Percy me contara lo de su padre y su madre, esta noche ya era
mucho para procesar, pero ahora apenas soy capaz de
comprender lo que está pasando.

No sólo ha cambiado por completo mi opinión sobre él, sino


74

que también estoy aceptando el hecho de que me gusta, es


Página

decir, que realmente, realmente me gusta. Sé que no debería


sentirme así por un chico que acabo de conocer, especialmente
un chico con una reputación como la suya, pero no puedo
evitarlo.

Una vez vi algo en Internet que decía que el amor te golpea


como una ola, pero el ahogo no duele, sólo respiras. Puede que
eso sea cierto, pero mi pecho aún está agitado por mi clímax, y
sé que una vez que tenga su monstruo en mi boca, eso de
respirar no será fácil.

—Baja —dice Percy, guiándome suave pero firmemente con


un control que deseo y necesito. Abro la boca todo lo que puedo
y tomo la punta de su polla entre mis labios. Me sorprende lo
caliente que está, y el sabor salado y dulce de su semen me
recorre como una cálida ola de calor, excitándome aún más.

Si ya sabe tan bien, ¿qué tan increíble será su carga


completa?

—Buena chica —me dice—. No te preocupes por meterla


toda. Eso vendrá después. Sólo haz esto.

Me agarra la mano y me guía, mostrándome cómo acariciar


su polla mientras subo y bajo con mi boca. La suave piel de su
polla se mueve ligeramente sobre su gruesa circunferencia y lo
miro para ver cómo lo estoy haciendo.

—No te preocupes, nena. Lo estás haciendo bien.

—¿Sólo bien? —pregunto. Mis labios hacen un pequeño


ruido de chasquido cuando su polla se desliza fuera de mi boca,
75

lo que me hace reír y a Percy sonreír.


Página

—Con un poco de entrenamiento, serás una campeona.


—Oh, tú, dulce hablador —me rio mientras vuelvo a bajar
sobre él.

Me guía más, y luego comienza a empujar lentamente en mi


boca mientras me deja tomar el control. Un gemido retumba en
su vientre y siento que se hincha más allá de lo que creía
posible, y sé que está cerca.

—Me voy a correr en tu boca, nena —me dice—. ¿De


acuerdo?

¡Demonios, sí!

Explota. Al instante, saboreo la delicia dulce y salada de su


carga mientras se derrama por mis mejillas y mi lengua. Trago
tan rápido como puedo, sintiendo el calor de su néctar bajando
por mi garganta y entrando en mi vientre.

Sus abdominales se flexionan y se contraen, y no puedo


evitar tocarlos. Su cuerpo es tan jodidamente duro, varonil y
resistente. Una de sus manos encuentra mi cabeza y me
presiona hacia abajo, sujetándome mientras sigue corriéndose.

Supongo que los hombres también se vuelven demasiado


sensibles.

Sigo tragando, sin poder creer la cantidad de semen que me


está dando, hasta que finalmente su cuerpo se relaja y deja
escapar un largo gemido de satisfacción.

Me quedo allí un minuto, sujetándolo entre las piernas


mientras respira profundamente, y luego me retiro lentamente.
76

Cuando su punta se desliza fuera de mis labios, se estremece


Página
con una descarga de sensibilidad, y me rio mientras me
incorporo y lo miro.

—¿Cómo estuvo eso?

—¿De verdad tienes que preguntarlo? —se ríe mientras me


agarra por el cuello y me atrae hacia él. Me acurruco bajo su
brazo fuerte y reconfortante y pongo una mano en su grueso
pecho. Todo en él es duro.

—No sé...

—Ha estado increíble —me dice, acariciando suavemente mi


cuello—. Tú eres increíble, y sólo es cuestión de tiempo antes de
que llene esto... —pasa suavemente sus dedos por mi
montículo, y luego me toca los labios—. Y no esto...

—Y-yo… quiero eso.

—Sé que lo quieres, cariño. —Me derrito ante su sonrisa.


Tal perfección en un hombre no debería ser posible. Es como
estar al lado de Hércules o algo así—. Cuando estés preparada.

Me envuelve con él en las mantas y apoyo la cabeza en el


hueco de su brazo.

¿Es así como se siente el amor?

Apenas puedo creer que esté pensando eso. Esta noche creí
saber qué clase de hombre era Percy, pero estaba equivocada.
Estaba muy equivocada.

—Entonces... esto significa que ya no tengo que pagarte,


77

¿verdad? —pregunta Percy.


Página

—¿Qué?
—Quiero decir... de lo contrario sería prostitución —se ríe—
. No sólo ser mi novia falsa.

—Oh, sí que me vas a pagar —me rio—. ¡O iré directamente


a la prensa y les diré que Percy Rankin tiene una polla
diminuta!

—Adelante. Nunca te creerían.

—Creo que hay muchos tipos por ahí que podrían hacerlo.

—Sí. Los que me odian —responde con la seguridad de un


hombre que sabe que no tiene nada de qué preocuparse. Sin
inseguridades.

Realmente es increíble.

—¿Seguro que no estás enojado conmigo por no llegar hasta


el final? —le pregunto.

—Detente —responde él—. No te preocupes. Vamos a estar


juntos para siempre. Tenemos mucho tiempo.

Sus palabras me abren un agujero difuso en el pecho hasta


el corazón y lo miro.

—¿Para siempre?

—Por supuesto —sonríe—. Te dije que eras mi futura


esposa. No estaba mintiendo.
78
Página
13
Cuando me despierto por la mañana, Whitney está
acurrucada a mi lado, todavía durmiendo, y roncando
adorablemente. A pesar de que estoy luciendo una gloriosa
erección matutina, decido no despertarla y me levanto, agarro el
teléfono y voy al baño.

Mi madre contesta al segundo timbre.

—¡Cariño! —Suena saludable.

—Hola, ma. ¿Cómo te encuentras?

—Es un buen día —responde ella—. ¿Cómo estás? He visto


fotos tuyas en Internet.

Gimoteo. —Ugh...

—¡No, eran buenas! ¿La chica con la que estabas del vestido
plateado? Era hermosa y se veía... bien para variar.

No puedo evitar sonreír. Mamá lleva tiempo queriendo que


siente cabeza con una buena chica, y esta es la primera vez que
puedo decirle que he encontrado una, y decirlo en serio.
79
Página

—Es buena, ma. De hecho, es increíble.


—¿Increíble? —Parece sorprendida—. ¡Vaya, nunca te había
oído describir así a una chica!

—Nunca me había sentido así por una chica —respondo—.


Creo… sé que es ella, ma.

Hay unos segundos de silencio antes de que ella responda,


y realmente me gustaría poder ver su cara.

—¿Estás llorando, ma?

—No —responde, obviamente moqueando—. Me alegro


mucho por ti, cariño. Háblame de ella.

—Es estudiante de música en Juilliard —le digo.

—¿No es una... actriz? —pregunta.

—No, no es una actriz —me rio—. Es inteligente, divertida y


no tiene miedo de hacerme pasar un mal momento. De hecho,
lo hace mucho.

—¿Una chica que puede seguir tu ritmo? Eso es lo que


necesitas.

—Lo sé, ma. Estoy muy ilusionado.

—¿Cómo se conocieron? —pregunta.

Uh oh...

—A través de Sonja, —respondo. Puedo facilitarle a mamá


todo el asunto de la novia falsa en el futuro—. Ella nos
presentó. Pensó que seríamos buenos el uno para el otro.
80

—Bueno, puedes decirle a Sonja, de mi parte, que es una


Página

santa.
—Lo haré, ma, —respondo—. Y voy a llevarla a conocerte
pronto.

—Me encantaría. —Puedo oír la felicidad en su voz, y


después de todo lo que ha pasado con su enfermedad, eso
significa el mundo para mí—. Hablaré contigo pronto, cariño.

—Nos vemos, ma. Mantente fuerte.

—Lo haré. Te quiero.

—Yo también te quiero.

Cuelgo sintiéndome mejor que nunca. Parece que todo va


bien; mi madre está sana, he encontrado a mi verdadero amor
y, con ella a mi lado, voy a aplastar a Ben 'Big Fists' Benson por
el título de los pesos pesados.

Tengo muchas ganas de ir a despertar a Whitney para que


se duche conmigo, pero por una vez, no escucho a mi polla y la
dejo seguir durmiendo. Me lavo rápidamente, me seco el pelo y
vuelvo al dormitorio, pero Whitney no está en la cama.

Con la toalla alrededor de la cintura, me dirijo a la puerta


del salón, pero me detengo cuando la escucho hablar con
alguien.

—¡No le he dado mi virginidad! ¿Estás loca? ¿Un imbécil


rico y famoso como Percy Rankin?

Me quedo congelado. Una mano helada agarra mi corazón.

—Claro, me estoy enamorando de él, Abby. ¿Me estás


81

tomando el pelo? Sí, está bueno, pero es un auténtico playboy.


Página
Nunca me perdonarías que le diera mi tarjeta V a un tipo como
él. ¡Oh, detente! No, no lo harías.

El escalofrío en mi corazón se extiende por mi pecho. De


repente, siento como si una manta oscura hubiera sido arrojada
sobre el sol. La alegría que sentía hace unos momentos
desaparece en un instante, sustituida por una sensación de
espanto que no había sentido en mucho tiempo: traición.

Vaya, qué buena actriz.

Debe verme como un blanco, un sugar daddy al que puede


mantener en vilo, negándome, diciéndome que 'necesita algo de
tiempo' mientras me ordeña por más y más dinero, sabiendo
que se lo daré.

Pensaba que era un experto en distinguir chicas como ella


después de todo este tiempo, pero creo que no.

Tengo que reconocerlo, Whitney. Has hecho una buena


jugada.

Me visto rápidamente, tomo la billetera y el teléfono y salgo


a la sala de estar justo cuando Whitney cuelga. Me lanza una
mirada evidentemente de culpa, pero rápidamente trata de
disimularla con una sonrisa teatral.

—¡Hey, tú! ¿Te has duchado sin mí?

Oír lo que le dijo a quienquiera que estuviera al otro lado de


la llamada ya fue bastante malo, pero verla actuar así, sabiendo
que es una actuación, es mucho peor: una cereza podrida
82

encima de un helado que sabe increíble pero que en realidad es


Página

veneno.
—Sí, no quería despertarte —digo, forzando una sonrisa
mientras me dirijo a la puerta.

—Oye, ¿a dónde vas? —pregunta ella, poniéndose en pie.

—Me tengo que ir. Tengo que hacer cosas y ver gente. Habla
con Sonja sobre tu cheque. Gracias por ser mi novia falsa por la
noche.

La cara de Whitney cae y empieza a decir algo, pero antes


de que pueda, estoy saliendo por la puerta. El ascensor está en
mi planta y empujo a un grupo de idiotas con traje -
probablemente banqueros de inversión-, me deslizo dentro y
pulso el botón del vestíbulo.

Necesito estar lejos de ella.

Las puertas se cierran y respiro profundamente en un


intento de sofocar la rabia que me invade. Aprieto los puños a
los lados. Miro hacia mi izquierda, hacia el gran espejo de la
pared del ascensor, y en un abrir y cerrar de ojos le doy un
puñetazo, haciéndolo añicos y haciendo que los cristales se
desparramen por todas partes.

Un fragmento me corta el dorso de la mano, pero ni siquiera


siento el dolor. La envuelvo en el dobladillo de la camisa y
suspiro, sintiendo que el frío en el pecho se extiende por el resto
del cuerpo. Cuando las puertas del ascensor suenan en el
vestíbulo, un conserje me mira horrorizado al ver el espejo
destrozado.
83

—Eh, señor...
Página
—Percy Rankin, —gruño—. Cargue a mi tarjeta el coste de
la sustitución.

Y entonces salgo por la puerta y le digo al aparcacoches que


me traiga el coche.

No puedo creer que haya caído en esto.

Debería haberlo sabido. Había una razón por la que estaba


viviendo la vida que llevaba antes, y ahora tengo una razón para
volver a ella. Supongo que es el precio que se paga por ser
famoso; no eres más que un objetivo para estas chicas.

Whitney me cautivó, hizo su magia y lanzó un hechizo que


me hizo pensar que, de alguna manera, ella era diferente.

Y me lo creí.

Bueno, pienso mientras me subo al Ferrari y llamo a Gina.


Nunca más.

84
Página
14
—Y-yo no sé qué ha pasado —murmuro. Lo he dicho tantas
veces que ni siquiera puedo contarlas y estoy segura de que
Abby está harta de oírlo, pero es la verdad—. Anoche todo
estaba bien, y hoy sale al salón y es como si fuera una persona
completamente diferente...

—Bueno, dijiste que era un imbécil —responde Abby—. Un


auténtico playboy al que nunca le darías tu tarjeta V, ¿verdad?

—N-no quise decir eso, Abby, —gimoteo—. En realidad


estuve así de cerca de tener sexo con él.

—Espera, ¿en serio? —responde Abby.

—¡Sí! Me enamoré totalmente de él, Abby, sólo que no... No


quería decírtelo y que pensaras que sólo era una chica tonta e
ingenua que se había enamorado del chico famoso y atractivo.

—¡Te dije que ibas a perder tu virginidad con él! —se


regodea Abby.

—Sí, y por eso dije lo que dije por teléfono. No quería que
85

pensaras... —Me detengo. Un dolor punzante se apodera de mi


Página

pecho—. Oh Dios...
—¿Qué?

—Oh Dios...

Cuelgo la cabeza y me pongo una mano sobre los ojos


cuando me doy cuenta. Oigo una aguda inhalación de Abby al
darse cuenta también.

—Te ha oído... —dice en un tono como de lástima.

Lo único que puedo hacer es asentir con la cabeza mientras


las lágrimas empiezan a llenar mis ojos.

—¡Pues llámalo y díselo! —dice Abby rápidamente—.


Llámalo y dile lo que acabas de decirme, que no lo decías en
serio y que sólo estabas intentando salvar las apariencias...

—¡No puedo! —Suelto mientras se me caen las lágrimas—.


Sólo tengo la información de contacto de Sonja. Ni siquiera
tengo su número, y es imposible que me deje hablar con él
ahora. Te garantizo que le ha dicho a ella que no hable más
conmigo.

Cuando Percy salió de la suite, intenté perseguirlo, pero


apenas estaba vestida, y para cuando salí al pasillo, él estaba
en el ascensor bajando. Tomé el siguiente, pero él ya había
salido del hotel. Sonja ni siquiera vino a darme la cuenta, sino
que se limitó a enviarme un mensaje por Venmo.

—No puedo creerlo —sollozo—. La he cagado y nunca voy a


poder darle explicaciones.
86
Página
—Bueno... quizá puedas —responde Abby. Levanto la vista
y ella gira su teléfono hacia mí. Twitter está abierto y hay un
vídeo. Ella pulsa el play.

Y ahí está, Percy Rankin, en un estreno de cine en el centro


de la ciudad con dos rubias en brazos. Reconozco a una de ellas
como la chica estrella porno con la que salió antes, y la otra
tiene básicamente el mismo aspecto y definitivamente se dedica
a la misma profesión.

Se me parte el corazón y me vuelvo a desplomar en el sofá.

—¡Ve! —me insta Abby—. ¡Ve a hablar con él!

—¿Estás bromeando? —Lloro—. ¡Mira lo que está haciendo!


La noche siguiente a la que estuvo conmigo, ¿ha salido con
ellas? Tal vez realmente tenía razón sobre él. Tal vez sólo sea un
imbécil.

Abby se acerca a mí en el sofá y me pone una mano en la


rodilla. La miro mientras lucho por no dejar que mis emociones
me aplasten en pedazos.

—Te conozco, Whitney. Confío en tu intuición. Si realmente


pensaste que había algo especial con Percy, entonces te creo.

—¿Y si sólo soy tonta e ingenua? —pregunto.

—Whitney, te quiero —dice Abby, como si fuera mi madre o


algo así—. Pero a veces puedes ser densa.

—¿De qué estás hablando?


87
Página
Señala el vídeo en su teléfono. —Percy está haciendo esto
para hacerte enojar. Le has hecho daño, así que ahora está
intentando hacerte daño a ti.

—¿Crees que eso es lo que está haciendo? —Intento no


dejarme llevar por la esperanza, pero no puedo evitarlo. ¿Es
más probable que esto sea simplemente lo que él es, o que lo
esté haciendo a propósito para herirme porque yo lo herí a él?

¿Y cuál de esas dos opciones quiero creer?

—Te diré algo —dice Abby—. Conozco a una chica en el


estreno de esta noche. Vístete y vamos juntas. Nos haré entrar y
podrás hablar con tu hombre. ¿Suena bien?

Mi hombre...

—Abby, ¿estás segura?

—Yo no lo conozco, Whitney, —responde ella—. La pregunta


es, ¿estás tú segura?

88
Página
15
—¿Dos chicas nuevas, Percy? ¿Qué pasó con la de anoche?

—Sí, ¿y tú futura esposa, campeón?

—¿Lo decías para intentar ser viral?

Los periodistas que están fuera del estreno se abalanzan


sobre mí como un grupo de sabuesos hambrientos de carne
fresca. Miro a Gina y luego a Tori y me rio.

—¿Hacerme viral? No necesito fabricar noticias para eso.

—¿Así que estas son tus futuras esposas? —me pregunta


una chica, empujando un micrófono en mi cara.

—No soy mormón, nena —respondo con una sonrisa—. Pero


si me convierto, me aseguraré de buscarte.

Se sonroja, pero trata de disimularlo hinchando las mejillas


y mirándome fijamente. Todavía riendo, deslizo mis brazos
alrededor de las caderas de mis citas estrella porno (ex-estrella
porno) y entro en el teatro.
89

—¿De qué estaba hablando? —Pregunta Tori, sonando


Página

como la chica sureña por excelencia—. ¿Futura esposa?


—Sí, no es nada —le digo—. No estés celosa.

—¿Celosa? La única chica de la que estaré celosa es Gina si


no me das algo de esto esta noche.

Ella desliza su mano entre mis muslos y agarra mi polla a


través de mis pantalones. No la detengo, pero tampoco siento
que se me ponga dura. De hecho, no siento nada... rabia, tal
vez. Un poco de asco... ¿a mí mismo?

—Obviamente, vamos a compartir —ríe Gina, presionando


sus grandes tetas falsas contra mi pecho.

—De acuerdo, puedo hacer eso —ríe Tori—. Siempre y


cuando me toque a mí primero. Ya has probado un poco.

—¡Pelearemos por él! —Exclama Gina—. Eso le encantará.

Gina sabe exactamente qué decir... si este fuera el antiguo


yo. Pero no lo soy. Por mucho que me esfuerce en fingir ante
todos que soy yo, Percy Rankin el playboy, ya no lo soy.

Me duele el corazón mientras las cosas que dijo Whitney se


repiten en mi mente. Por sorpresa, como un puñetazo que viene
hacia mí desde fuera de mi visión, nunca lo vi venir.

—¿Por qué no nos saltamos la película? —Sugiere Gina,


señalando el baño—. ¡Cerremos la puerta y pongámonos
juguetones!

—¿Quieres hacer un trío en el baño en el estreno de una


película? —pregunto. Gina me devuelve el ceño.
90
Página
—¿Es una pregunta seria? —pregunta—. Vamos, ¿dónde
está el Percy Rankin que yo conozco? Porque él estaría
totalmente de acuerdo con eso.

—¿Tal vez su futura esposa lo reformó? —sugiere Tori


juguetonamente, apretando mi polla de nuevo—. Tal vez
tenemos que recordarle el semental que realmente es.

Estoy a punto de apartarlas de mí, de decirles que ya no me


interesan ni necesito sus servicios, pero ni siquiera tengo la
oportunidad de hacerlo. Una voz suena detrás de mí y me doy la
vuelta para ver a Whitney de pie, con otra chica que no
reconozco a su lado.

—¡Hey! —Grita—. ¿Ahora me engañas?

No sé ni cómo reaccionar.

¿Qué demonios está pasando?

Parece un millón de dólares, con un largo y elegante vestido


rojo que se ciñe a su cuerpo con precisión. Se acerca a mí con
un par de tacones negros, con los ojos clavados en los míos y
una pequeña sonrisa socarrona en la comisura de los labios.

Mi cuerpo responde al instante de forma contradictoria: mi


polla empieza a ponerse dura al mismo tiempo que mi pecho se
tensa y una ligera dosis de adrenalina me recorre.

—Whitney...

—No me había dado cuenta de que fueras tan marica —dice


ella, deteniéndose frente a mí. Las dos chicas jadean, pero
91

Whitney no me quita los ojos de encima—. ¿Oyes una


Página
conversación y sales corriendo? ¿Nunca pensaste que no habías
escuchado toda la historia?

—¿Qué estás diciendo? —pregunto—. Que no lo decías en


serio cuando decías que nunca podrías darme tu virginidad o
que era un completo imbécil o...

—¡Ew! —Chilla Gina—. ¡Qué perra!

—Sí, eso no es nada agradable —añade Tori.

—Lárguense, perras —dice Whitney al instante—. Él no las


quiere realmente aquí.

Gina jadea, más fuerte esta vez, y pone las dos manos en
las caderas como si estuviera preparada para una pelea. —
¿Perdón? ¿Quién demonios crees que...?

—Está bien, Gina. Dame un minuto, ¿de acuerdo?

Gina mira a Tori, que se encoge de hombros. —Está bien,


nene. Pero estaremos aquí cuando estés listo.

Con una mirada cruda y posesiva a Whitney, Gina me pasa


la mano por el pecho, luego agarra a Tori de la mano y la aleja
de nosotros. Una vez que se han ido, Whitney se acerca a mí.

Huele increíble y se ve aún mejor.

—¿Simplemente vas a abandonarme, eh? —pregunta


indignada.

—Te he oído hablar...

—¿Qué has hecho, pinchar mi teléfono?


92
Página

—Por supuesto que no.


—¿Alguna vez pensaste que tal vez no estaba hablando en
serio? —responde ella—. ¿Qué tal vez estaba hablando con mi
amiga Abby y siendo sarcástica sobre no estar jodidamente
enamorada de ti porque no quería que se regodease con el
hecho de que pensaba que iba a darte mi virginidad?

—Chico, eso es mucho decir...

—Pero es la verdad —dice con firmeza.

La opresión en el pecho me resulta extraña. No me he


sentido así desde que tengo uso de razón, ni siquiera antes de
una gran pelea. Pero cuando miro a Whitney y empiezo a creer
que puede estar diciéndome la verdad, lo siento.

—Sólo quieres mi dinero —le digo—. Sonja te pagó...

—Le devolví el dinero —me dice—. Todo. No lo quiero.

—Mentira.

—No lo es —dice, presionando una mano en mi pecho—.


¿Pero todo eso que me oíste decir a Abby? Eso sí.

Mis defensas están en alerta máxima. Podría estar


interpretándome, pero si es así, es mejor actriz que cualquiera
de las de esta mierda de película que se estrena aquí esta
noche.

—Así que dime, Percy, —dice—. Dime que no me amas y te


dejaré en paz para siempre. Pero si me dices que me amas, me
quedaré para siempre.
93
Página
Epílogo
Cinco años después

Apenas puedo evitar que se me caigan las lágrimas


mientras veo cómo sacan a Linda al estacionamiento en una
silla de ruedas.

—¡No necesita eso! —les grito a las enfermeras con una


sonrisa. Como para demostrar mi punto de vista, Linda se
levanta fácilmente y hace un pequeño y divertido baile como el
que haría Bugs Bunny.

Hoy es el último día de Linda en el hospital. Ha sido un


viaje largo y duro para ella (y para nosotros), pero ahora está
libre de cáncer. Y Percy y yo no podríamos estar más contentos.

—¡Gwamma! —dice emocionado Tommy, dando saltitos a


mi lado mientras me tira de la falda. Tommy no entiende la
importancia del día de hoy, pero está emocionado por ver a su
abuela. A sus dos años, se está haciendo grande, lo levanto en
94

brazos y camino con Percy hacia su madre. Cuando se abrazan,


Página

no puedo evitar que algunas lágrimas resbalen por mi mejilla.


—Nuestra política es llevarlos en silla de ruedas —sonríe
una de las enfermeras mientras le da una palmadita en la
espalda a Linda—. Y esperamos no volver a ver nunca a ésta. No
te ofendas.

—¡No me ofendo! —Linda se ríe—. Espero no volver a estar


aquí nunca más, excepto para las revisiones ocasionales, que
estoy segura de que mostrarán que estoy en perfecto estado de
salud.

—Seguro que sí, ma —dice Percy—. Ahora vamos a llevarte


a casa.

Tommy me ayuda -o al menos lo intenta- a abrir la puerta


trasera del todoterreno, y Linda le da una gran palmada en la
cabeza cuando él la mira con orgullo.

—¡Buen chico! Vas a ser grande y fuerte como tu padre en


poco tiempo.

—Sí, será el abogado más grande y fuerte de toda América.

Percy se retiró después de ganar el título de los pesos


pesados en su pelea con Ben 'Big Fists' Benson, y no tiene
intención de dejar que su hijo se meta en ese deporte. Por muy
sexy que sea ser un luchador profesional, también es
extremadamente brutal, agotador y peligroso. Un golpe fuerte y
fulminante puede cambiar a un hombre para siempre. Había
pensado en retirarse, pero el hecho de que yo me quedara
embarazada lo decidió.
95

Sin embargo, no me cabe duda de que Tommy podría


Página

dedicarse a ello cuando sea mayor, si su padre se lo permite. Es


fuerte y atlético para su edad, y ya caminaba a los ocho meses,
y cuando digo caminar, no me refiero a tropezar como un viejo
borracho, sino a caminar.

Lo cual fue una pesadilla para mí, por supuesto, ya que


tuvimos que poner la casa a prueba de bebés mucho antes de lo
esperado. Ahora tenemos una casa en Long Island, y nos
mudamos fuera de la ciudad cuando terminé de estudiar en
Juilliard para poder formar una familia.

Para ser sincera, era casi imposible que terminara mis tres
años allí sin quedarme embarazada; lo necesitaba. Pero Percy y
yo estuvimos de acuerdo en que primero debía terminar la
universidad, y aunque ansiaba ser madre todo el tiempo, lo
hice. Puede que no esté en la Filarmónica de Nueva York
(todavía), pero sigo tocando cuando tengo tiempo, y espero que
Tommy termine siendo musical como yo; ya es fuerte como su
padre.

Linda vive en la casa con nosotros; es más que suficiente


para todos nosotros. Tiene que serlo, sobre todo cuando Percy y
yo tenemos otro en camino.

Percy me pone la mano en la barriga de embarazada


cuando salimos del estacionamiento del hospital y me dedica
una sonrisa que me derrite. Sus manos ya no están tan callosas
como cuando luchaba, pero sigue entrenando aparte y sigue
estando en una forma increíble.

—Tengo que estarlo —me dijo una noche al principio de su


96

retirada—. Tengo que ser capaz de agotarte. ¿Verdad, nena?


Página

Y chico, sí que lo consigue.


Tengo la teoría de que el trabajo extra que Percy ya no tiene
que hacer -trabajo que estaba poniendo en su carrera de
luchador- se ha transferido al trabajo que está poniendo en mí.
Antes de estar embarazada, lo hacíamos al menos dos veces al
día, pero una vez que me quedé embarazada de Tommy y mi
cuerpo empezó a cambiar, las cosas aumentaron aún más.

Fue como si un lado primario y animal de él saliera a la


superficie. No podía apartar las manos de mí y me interrumpía
el sueño al menos una vez por noche con su polla dura. No hay
nada mejor que despertarte con los labios de tu magnífico
marido alrededor de la oreja, las manos ásperas en tus caderas
y su gruesa punta abriéndote.

Y ahora que empiezo a notar mi segundo embarazo, espero


que pronto empiece a comportarse de la misma manera, y me
pongo cachonda sólo de pensarlo.

Para cuando llegamos a casa, Tommy está listo para su


siesta y Linda nos dice que para celebrar que estamos en casa
definitivamente, nos va a preparar la cena a todos.

—No, no, insisto —dice cuando me ofrezco a ayudar—.


Ustedes dos vayan a relajarse. Los llamaré cuando todo esté
listo.

—A mí me sirve —me gruñe Percy al oído mientras me da


un descarado pellizco en el trasero que su madre no puede ver.

—Gracias, Linda, —digo con una sonrisa.


97

—No, gracias a ustedes —responde ella mientras empieza a


Página

cortar algunas cebollas.


Cuando llegamos a las escaleras, Percy me toma en brazos
y me sube al segundo piso como si fuera un príncipe y yo una
princesa de alguna película de Disney.

—No te hagas daño, campeón —me rio, enterrando mi nariz


en su cuello y respirando su aroma—. Me estoy poniendo muy
grande.

—Podrías estar embarazada de quintillizos y aun así sería


capaz de arrastrarte hasta aquí con un solo brazo —responde—.
¿Has visto mis músculos antes?

—Nunca —bromeo—. ¿Puedes mostrármelos?

—Puedo mostrarte mucho más que eso —responde


mientras cierra la puerta del dormitorio de una patada detrás
de nosotros y me deja en la cama.

Como siempre, mi corazón se agita como el de una colegiala


nerviosa cuando Percy se alza por encima de mí con sus anchos
hombros, su mandíbula de modelo masculino y sus hipnóticos
ojos azules, y se quita lentamente la camiseta para dejar al
descubierto sus abdominales, todavía perfectos, que me hacen
agua la boca y me humedecen los muslos.

Busco mi camiseta, pero él se inclina sobre mí y me sujeta


los brazos por encima de la cabeza.

—Uh uh. Me toca a mí hacer eso.

Mi espalda se arquea sobre la cama mientras él me besa el


pecho, rozando suavemente sus labios sobre mis pezones, y
98

luego toma el dobladillo de mi camiseta entre sus dientes y lo


Página

levanta. Me muevo ligeramente, ayudándolo a exponer mis


pechos. Un gemido sale de mis labios húmedos cuando siento
su bulto presionando contra mi montículo.

Está durísimo, le abro el botón y le bajo la cremallera


mientras me acerca los labios al cuello, provocando un cálido
murmullo en mi interior. Gruñe cuando meto la mano en sus
calzoncillos y agarro su polla. De alguna manera, no importa
cuántas veces le ponga la mano encima, aún me sigue
sorprendiendo lo gruesa que es.

A veces me quedo mirando cuando se desliza dentro de mí,


casi incapaz de creer que pueda caber.

—¿Crees que tu madre sabía lo que teníamos pensado? —


susurro.

—No saques a relucir a mi madre ahora mismo —se ríe


mientras me sube una mano por el muslo y mete la otra bajo la
falda. Me quedo con la boca abierta cuando sus dedos
encuentran mi tesoro. Desliza dos dedos dentro de mí y yo gimo
y aprieto su polla, haciendo que el pre-semen se derrame por
toda mi mano.

—Tus curvas me están matando, nena. No me canso de


verte.

—Puedes tenerme cuando quieras —susurro mientras él


enrosca sus dedos y golpea mi punto dulce—. Tú... sabes que...

A veces siento que estoy soñando. ¿Estoy realmente casada


con Percy Rankin, campeón de peso pesado y celebridad?
99

Una avalancha de artículos recorrió Internet cuando


Página

empezamos a salir, y Twitter casi se rompió cuando me propuso


matrimonio en público tras la ceremonia de su título. Cabría
esperar que un tipo como Percy se comprara un anillo de
compromiso loco, enorme y exagerado, pero en realidad se
decantó por algo más comedido y de muy buen gusto.

Lo miro ahora, que no se separa de mi dedo, junto a mi


alianza, mientras Percy se baja los pantalones hasta los tobillos
y aprieta su cuerpo contra el mío.

—¿No te los vas a quitar del todo?

—Eventualmente —susurra—. Pero ahora mismo, sólo


necesito entrar en ti.

—Mmm, alguien está excitado.

—¿Quién? ¿Tú? —pregunta mientras mueve sus dedos,


ahora mojados, hasta mi clítoris y aplica presión. Grito. La casa
es demasiado grande para que Linda nos oiga desde abajo. Los
labios de Percy se cierran en torno a los míos y le devuelvo el
beso en un abrazo de amante mientras presiona la punta de su
polla contra mi ansioso agujero, y luego empuja dentro.

—Mmm, ahí —gruñe mientras me da cada uno de sus


gruesos centímetros sin dudarlo. Una luz cálida y dorada florece
en mi pecho y se extiende por mis extremidades cuando
empieza a follarme, y no pasa mucho tiempo antes de que
abrace su fuerte espalda y me entregue a uno de los
innumerables clímax a los que me ha llevado en nuestro tiempo
juntos.
100

Esto sí que es vida de casados.


Página
Mirando hacia atrás en nuestra relación, es un milagro que
Percy y yo hayamos terminado juntos. Parecía que la vida no
dejaba de poner obstáculos en nuestro camino, pero así es
como sé que estamos destinados a estar juntos. No hay otro
hombre para mí en el mundo; estoy segura de ello, y sé que
Percy siente lo mismo.

Lo hemos pasado todo juntos y ahora somos una familia,


una familia en crecimiento, alimentada por un amor eterno que
comenzó hace cinco años y que continúa hasta hoy, sin morir ni
desvanecerse.

—Dios, te amo —suspiro mientras mi cuerpo empieza a


relajarse y me dejo caer sobre las almohadas con mi magnífico
marido todavía duro dentro de mí.

—Yo también te amo, cariño. Pero no pienses ni por un


minuto que he terminado contigo.

—¿Ah, no? —susurro, lamiendo mi labio inferior mientras lo


miro. Él sonríe, enviando mariposas a través de mi pecho como
siempre lo hace, y niega con la cabeza.

—No por mucho tiempo.

FIN
101
Página
Próximo Libro

102
Página
Sobre Jenna Rose

Jenna Rose es una autora superventas de Amazon que escribe


romance intenso y apasionante, con fuertes machos alfa que
harán cualquier cosa para reclamar a la mujer de sus sueños.

103
Página

También podría gustarte