Viol 3-MAYO 2023
Viol 3-MAYO 2023
Viol 3-MAYO 2023
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TRABAJO DE INVESTIGACIÒN-
RESUMEN.
INTRODUCCIÒN
MARCO TEÒRICO.
1
La violencia causó la muerte de más de 3700 estadounidenses de 19 años o
menos -es decir, un promedio de 10 decesos al día, según estadísticas en
1997(CDC,Atlanta), lo cual hace que la tasa de homicidios entre los jóvenes de
los Estados Unidos sea la más alta de los países desarrollados.Lo cual propició
MATERIALES Y MÈTODOS
MÈTODOS.
INTERVENCIÒN.
2
Mediante un instrumento elaborado con preguntas variadas se elabora un
estudio psicosocial en pacientes hospitalizados, donde a través de datos de
clasificación sociocultural,familiograma,ecomapa, apgar familiar se detecta la
posibilidad de enfermedad, disfunción familiar y etiología precipitante de la
misma, así como su estado anímico.
..
.
OBJETIVOS
3
3.2-Trabajo en equipo. Es sumamente importante que durante la capacitación
se refuerce la camaradería entre todos los miembros del personal, tanto los
remunerados como los voluntarios. Los voluntarios deben ser tratados como
miembros invalorables de su personal y deben ser aceptados y apoyados por el
personal remunerado. La falta de aceptación y apoyo es la causa principal de
desinterés de los voluntarios. Las prácticas en equipo durante la capacitación
pueden consolidar la cohesión en el seno de su personal y mejorar el
rendimiento.
RESULTADOS PARCIALES.
ANÀLISIS.
4
Las investigaciones han demostrado la existencia de factores que hacen que
los niños y adolescentes, sean más propensos que otros grupos, a desarrollar
comportamientos agresivos, como por ejemplo, ha causa de antecedentes de
agresión, creencias que sustentan el uso de la violencia, problemas sociales o
cognoscitivos y consumo de alcohol o drogas.
. Aquí también se incluyen circunstancias de índole familiar o comunitaria, tales
como consumo de alcohol o drogas por parte de los padres, falta de disciplina o
supervisión por parte de los mismos, maltrato conyugal o infantil, carencia de
lazos afectivos entre padres e hijos, acceso a armas de fuego, divorcio,
desplazamiento por violencia y otros trastornos familiares. Los problemas en la
escuela, como la indisciplina recurrente y la creación de amistades con jóvenes
agresivos, también pueden hacer que una persona joven corra el riesgo de
desarrollar un comportamiento agresivo (Dahlberg 1998).
5
· Críticas de los participantes sobre las actividades de la intervención. Usted
evaluara si los participantes disfrutaron de una actividad en particular y cuán
bien entendieron el material presentado. Usted también puede preguntar si
ellos cambiarían algo relacionado con la actividad.
Se estudiarán los datos regularmente. Y si determina que una actividad no
alcanza los objetivos deseados, tal vez sea necesario modificarla. Si el
personal le informa que tiene dificultades para llevar a cabo una actividad, tal
vez deba proporcionar capacitación adicional. Si usted constata que las
actividades no se están llevando a cabo con la frecuencia prevista o que la
participación es mucho menor de lo previsto, tal vez necesite revisar sus
objetivos. Quizás dichos objetivos eran demasiado ambiciosos teniendo en
cuenta la duración o los recursos de la intervención. Asegúrese de informarles
a todo el personal y los colaboradores de la intervención acerca de cualquier
cambio que realice, ya sea relacionado con las actividades, el material o los
objetivos.
Evaluación de la intervención:
CONCLUSIONES.
6
-fracaso académico o bajo rendimiento escolar
-pobreza
-divorcio reciente, mudanzas u otros trastornos familiares
-acceso a armas de fuego
-Disfunción familiar.
-Red social pobre.
Niños y adolescentes que exhiben conductas de alto riesgo,
tales como:
-actividad delincuencial
-riñas o hechos causantes de víctimas
-uso indebido de alcohol o drogas
-venta de drogas
-porte de armas
-participación en pandillas
-abandono escolar
-desempleo
-falta de vivienda
-desplazamiento reciente
Adultos
-Desempleo, pobreza.
-Victimas de disfunción familiar.
-Desplazamiento.
-Alcoholismo, drogadicción.
-Hijos de padres maltratadotes.
-Baja escolaridad.
-Familias disgregadas o divorcios.
Ancianos.
-Abandono por parte de la familia.
-Pobreza.
-Carencia de red social.
-Soledad, depresión.
-Enfermedades crónicas.
CONCLUSIONES.
7
Padres y otros miembros de la familia
Los padres no son los únicos adultos que contribuyen a moldear las creencias
y comportamientos de los jóvenes. Los profesores, maestros, entrenadores,
personas que cuidan a los niños y vecinos desempeñan a menudo un papel en
la manera en que el adolescente percibe la violencia. Al igual que las acciones
orientadas hacia la familia, aquellas que involucran a otros adultos en la
comunidad pueden ser eficaces para reforzar las intervenciones dirigidas a los
jóvenes.
Población general
Sin embargo, al igual que las intervenciones dirigidas a todos los jóvenes de
una comunidad, los esfuerzos realizados para cambiar los valores, actitudes o
comportamientos de la totalidad de la comunidad son costosos. Además, es
8
posible que los que más necesiten este cambio no se beneficien de estas
intervenciones.
-DNT.
-Infecciones no controladas a tiempo. Respiratorias en alto grado.
-No vacunación.
-Diarrea crónica.
-Caries dentales.
-Aumento de accidentes prevenibles (caídas, con trauma tejidos, fracturas,
heridas por arma blanca o riñas callejeras.).
-Embarazo temprano.
-Abuso sexual a adolescentes y niños.
-Alcoholismo y drogadicción.
-Desescolarizaciòn.
-Desarraigo.
-Trastorno de estrés postraumático.
-Trastornos por ansiedad y depresión.
-Pobreza y sus consecuencias.
-Enfermedades de transmisión sexual.
-Retardo pondoestatural y psicomotor.
-Baja autoestima.
-Infecciones crónicas o complicadas por descuido
-Menor delincuente.
II-MUJERES 35%
-Embarazos de alto riesgo.
-Abortos o amenaza de aborto.
-Embarazo sin controles.
-Enfermedades de transmisión sexual.
-Enfermedades crónicas prevenibles sin control adecuado.
-DNT., alcoholismo, drogadicción.
-Maltrato.
-Depresión, ansiedad, baja autoestima.
9
-Delincuencia.
III- HOMBRES (ADULTOS, ANCIANOS.) 15%
-Infecciones crónicas del anciano sin tratamiento. -EPOC. HTA., otras.
-Alcoholismo, drogadicción.
-Perpetuación de conducta violenta.
-Embarazos de alto riesgo en todas las edades y generalmente sin controles.
-Maltrato.
-Violencia, depresiòn, ansiedad, TEC, baja autoestima.
-Muerte violenta o heridas por riñas callejeras o en otros sitios.Delincuencia.
10
Cuadro 4
11
Hechos que motivan el desplazamiento
Cuadro 8
Información consolidada
nacional en %
Amenazas 49
Asesinatos 15
Atentados 8
Torturas 4
Desapariciones 3
Ataque aéreo 1
Otras causas 20
Observaciones:
12
En cuanto a otros hechos que motivas el desplazamiento los jefes de
hogares desplazados insisten en "el miedo", "destrucción de cosechas",
"incendio de ranchos", "desalojos violentos", "persecución", "secuestro",
"extorsión" y "enfrentamientos armados" entre otras causas que resumen su
situación de desarraigo y desprotección.
Las acciones contra la población civil por parte de grupos guerrilleros que
operan en el departamento del Valle, en Cauca, Nariño Putumayo y Antioquia,
también son causa directa de desplazamiento en la ciudad de Cali.
13
La Fuerza Pública (Fuerzas Militares, Policía Nacional y DAS) es señalada
como responsable del desplazamiento del 5% del total de los hogares
encuestados, un porcentaje relativamente bajo en comparación con los índices
nacionales. [Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento,
Sistema de información de Hogares Desplazados por Violencia 1.996]
Gráfico nº: 2
Responsables del
Desplazamiento
Responsables Tanto
por
ciento
%
Milicias Urbanas 23
Guerrilla 21
Paramilitares 13
Fuerzas 4
Militares
Narcotraficantes 4
Policía 3
No responde 2
Das 1
Otros 29
Total 100
Gráfico nº 3
14
Causa Tanto por
ciento %
Violencia y 29
pobreza
Pandillas 21
juveniles
Miedo 19
Violencia 12
intrafamiliar
Inseguridad 7
Violencia 6
vecinos
Desalojo 4
Guardia 2
Venezuela
Total 100
15
municipales. ) desatadas en algunos de los departamentos de
procedencia de los desplazados: Antioquia, Cauca, Nariño, Valle,
Cauca.
16
eso...somos gente honrada campesinos dedicados al cultivo de la
tierra... una vecina me informó que se tenía la sospecha de que mi
hermano era uno de los que estaba diciendo lo que no debía y que por
eso fue que lo mataron.... entonces nos empezamos a venir primero
mandamos a mi hijo mayor que tiene 16 años a Santander para que le
ayudara un cuñado, luego se vino mi marido luego me vine yo con mis
otros dos hijos mi marido se vino para Cali con la ayuda del hermano... a
ver como le iba se compró una carretilla y trajimos el caballo ahora
estamos viviendo aquí.... pero la situación esta muy dura, los hijos no
están estudiando y el mayor está sin trabajo por que no tiene papeles...
el sale a trabajar hay veces con unos amigos que saben de construcción
y otras en reciclaje..." Testimonio de una familia del Cauca residente en
un sector la Comuna Siete.]
Ver ref. al final.
Gráfico nº 4
Causas del
desplazamiento
17
Causas Tanto por
ciento %
Amenazas 50
No 21
responde
Miedo 11
Asesinatos 9
Atentados 5
Otras 4
causas
Total 100
FUENTE DATOS ANTERIORES Y TABLAS-CODHES 1996.
A manera de conclusión.
18
El hecho de involucrar a la comunidad sólo puede traer beneficios, a usted, a
los futuros participantes y a la comunidad en su conjunto. Al solicitar la ayuda
de los miembros de la comunidad para planificar y llevar a cabo la intervención,
se desarrolla en ellos un sentimiento de pertenencia. Ellos desean que la
intervención sea exitosa y están más dispuestos a hacer esfuerzos y aportar
los recursos necesarios para respaldar dicha intervención. Al contar con la
participación de la comunidad es más fácil obtener recursos y personal
voluntario que usted necesita para llevar a cabo la intervención.
¿Cuál es la mejor manera de involucrar a su comunidad? Desde el principio,
incluya en su lista las organizaciones y agencias que tengan información sobre
los jóvenes de su comunidad y estén interesadas en prevenir los actos que
causan heridos y muertos entre los jóvenes. Entre las instituciones que suelen
participar en las iniciativas de prevención de la violencia juvenil, cabe
mencionar las escuelas, las iglesias, los parques y centros juveniles, los
comercios, y los grupos culturales, cívicos y comunitarios.
19
Consejos tribales
Asociaciones de vecinos
Asociaciones de inquilinos
Clubes
BIBLIOGRAFÍA
20
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-Slaby RG. "Psychological Mediators of Violence in Urban Youth." In:
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AGRADECIMIENTOS
24
EL ANTERIOR TRABAJO FUÈ ELABORADO CON LA COLABORACIÒN
DE:
DOCENTE A CARGO.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
25
26
27
28
46. Webster-Stratton C. "Randomized Trial of Two Parent-Training Programs for
Families with Conduct-Disordered Children." Journal of Consulting and
Clinical Psychology 1984;52(4):666- 678.
47. Webster-Stratton C, Hancock L. "Training for Parents of Young Children with
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Briesmeister J, Schaefer CE, editors. Handbook of Parent Training: Parents
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Sons, Inc., 1998: 98-152.
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Working with Parents Who Have Children With Conduct Disorders: A
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29
Program for Middle Schools: The Students for Peace Project." Health
Education Research 2000;15(1):45-58.
AGRADECIMIENTOS
DOCENTE A CARGO.
30
COLABORADORES DIRECTOS EN INTERROGATORIO, ANÀLISIS Y
OBTENCIÒN DE ENCUESTAS .Alumnos de 4to año rotación de Medicina
comunitaria- Periodo—1er semestre----2008.Sin cuya participación no se
hubiera logrado realizar este estudio.
31
La violencia juvenil es un problema complejo de salud pública que incluye
numerosos factores de riesgo, entre los que se encuentran las creencias y
conductas de cada uno, como por ejemplo la agresión infantil, el consumo de
alcohol u otras drogas; las características de la familia como el maltrato del
cónyuge y falta de supervisión por parte de los padres; la influencia por parte
de los amigos y compañeros de escuela, tal como reunirse con amigos
delincuentes; y por último, factores relacionados con el medio ambiente que
rodea al niño, como el acceso a armas de fuego. Esta complejidad presenta
numerosos retos para quienes trabajan en la prevención de la violencia juvenil
(Dahlberg 1998).
32
prácticas científicamente comprobadas como aquellas que prometen dar
buenos resultados.
33
óptimas se han organizado en torno a los pasos relacionados con la
planificación, ejecución y evaluación de la intervención (para la revisión de
dichos pasos véase el Capítulo I).
34
edad. Se ha asociado otros factores menos evidentes a la aparición de una
conducta violenta. Entre éstos se incluyen problemas de aprendizaje, historial
de ausentismo escolar y visitas frecuentes al consejero escolar. El inicio de
tendencias violentas puede también estar marcado por un cambio repentino de
conducta.
35
de que su amistad vaya más allá del ambiente de la intervención. Tal resultado
lo logró el Centro para el Desarrollo de Padre-Hijo de Houston, el cual atendía
a un grupo de padres estadounidenses de origen mexicano de bajos ingresos
(Johnson 1988).
Para atender a las personas que habitan en áreas apartadas o que tienen
dificultades para ir y regresar del lugar de la intervención, puede que sea
necesario llevar ésta al sitio donde ellos se encuentran. Por ejemplo, en las
áreas apartadas y rurales al sudeste de Queensland, Australia, se puso en
práctica un programa de intervención autodirigida y realizado por vía telefónica,
acompañado de información impresa (Connell, Sanders, y Markie-Dadds 1997).
36
después.
Es necesario que los padres también participen en este proceso. Mientras más
activo sea el papel desempeñado por los padres desde el principio, mayor será
su sentido de responsabilidad y de capacidad, tanto durante la intervención
como después de ésta. Los padres pueden además ofrecer una perspectiva
única para ayudar a los profesionales en la adaptación de la intervención a las
necesidades y prioridades de los participantes.
Haga que los padres fijen los objetivos y que, bajo la guía del profesional,
resuman lo que consideran qué su familia puede lograr y en cuánto tiempo. Al
principio, este tipo de iniciativa nueva puede parecerle agobiante a los padres:
se les pide que cambien la forma de crianza de sus hijos, incluso la forma en
que llevan sus asuntos diariamente. El establecimiento de metas bien definidas
aumenta el sentido de control y responsabilidad por parte de los padres
(McMahon et al. 1996).
37
padres de un niño pequeño deben establecer límites para la conducta del niño,
pero si se trata de un niño de más edad, tal vez los padres quieran negociar
dichos límites. Por consiguiente, el contenido de la intervención será
determinado, en parte, por la edad del niño.
Una de las intervenciones que ha funcionado muy bien en las familias con
niños pequeños es la Capacitación para la Interrelación Padre-Hijo. En dicha
intervención, padres estadounidenses de origen africano y de bajos ingresos,
con niños en edad preescolar que presentaban problemas de conducta asisten
a cinco sesiones en grupos pequeños, de dos horas cada una, en las que se
imparten enseñanzas, realizan actividades de actuación y sesiones de juego
supervisadas. Un año después, los niños del grupo experimental mostraron
menos agresividad, hostilidad, ansiedad e hiperactividad que los niños del
grupo de control (Strayhorn y Weidman 1991).
Jóvenes y adolescentes
Para los padres de jóvenes y adolescentes, la intervención debe explicar en
forma adecuada los temas relacionados con el desarrollo, como por ejemplo la
sexualidad, la creciente independencia y las probabilidades de conducta
rebelde. El programa para padres con niños mayores debe presentar lo
38
siguiente:
39
comunitario (Webster-Stratton 1998).
El modelo de coerción es una intervención que puede romper este ciclo. Éste
utiliza a ocho grupos familiares que participan en 12 sesiones semanales, cada
una de las cuales dura 90 minutos. Las sesiones de grupo se complementan
con cuatro sesiones familiares individuales. Este modelo enseña destrezas
para la conducta de padres, tal como supervisión de las acciones de los niños,
fomento de conductas prosociales, disciplina sin agresión y resolución de
problemas mediante ejercicios, actividades de actuación y discusión en grupo.
Diversos procedimientos de evaluación con el tiempo han demostrado que este
modelo es efectivo en la reducción de conductas problemáticas y en el
40
fortalecimiento de la unidad familiar (Patterson, Reid y Dishion 1992).
Otra intervención efectiva para familias con niños delincuentes crónicos fue
desarrollada por el Centro Social de Aprendizaje de Oregon (OSLC). En este
estudio, 55 familias de varones que habían sido arrestados en múltiples
ocasiones y habían cometido al menos un delito considerado "grave" por la
corte fueron asignadas a la intervención de capacitación para padres de OSLC
o al grupo de tratamiento comunitario en el que se aplican sesiones de terapia
familiar de 90 minutos durante cinco meses aproximadamente. A los padres en
el grupo de OSLC se les enseñó a supervisar, registrar y reaccionar ante la
conducta diaria de sus hijos. Los padres y los niños desarrollaron contratos de
conducta que especificaban la conducta que fomenta la adaptación a la
sociedad y la conducta antisocial así como las consecuencias positivas y
negativas. Cada familia recibió un promedio de 21,5 horas de terapia y 23,3
horas de contacto telefónico. Las familias tenían libertad de contactar al
personal de intervención para sesiones de apoyo complementarias después del
año de tratamiento.
41
personalidad tanto de los padres como de los hijos y en los patrones de
interacción familiar. La evaluación de los subsiguientes programas de cuidados
y atención han mostrado resultados similares (Bavolek 1996).
42
maritales, vivienda y cuestiones de dinero. El principio general subyacente en
estas amplias intervenciones es que aquellos padres que están mejor
capacitados para manejar los asuntos de la vida diaria contarán con los
recursos físicos, psicológicos y sociales para llevar acabo una crianza más
efectiva.
Podría ser útil seleccionar aquellos miembros del personal que presenten
características similares a las de los participantes. Por ejemplo, puede unir a
las madres solteras con un miembro del personal que sea también madre
soltera o a los participantes de origen africano con personal de la misma raza.
El Programa de Consolidación Familiar encuentra efectivo combinar los
terapeutas con padres lo más parecidos posible en cuanto a la edad, posición
social y antecedentes culturales (Kumpfer, Molgaard, y Spoth 1996).
43
de confianza, respeto y colaboración con los padres (Taylor y Biglan 1998;
Johnson 1988; Webster-Stratton y Spitzer 1996; Prinz y Miller 1996). La
capacitación para su intervención debe preparar al personal para desempeñar
el papel de docente, asesor y facilitador.
Reclutamiento de familias
Para reclutar a los participantes de su intervención para padres, trabaje con los
grupos comunitarios, iglesias, centros de salud mental, tribunales y escuelas de
su área. Participe personalmente en el proceso de reclutamiento. Llame por
teléfono o visite a los padres en sus hogares o hable con ellos en lugares
públicos, hágales ver que usted comprende y respeta los retos que ellos
enfrentan. Considere la posibilidad de contratar o asignar personal
administrativo o de relaciones públicas para ayudar con el reclutamiento.
Cuando el objetivo sean familias en situación de alto riesgo, puede que
necesite incluir la ayuda de un miembro de la comunidad que sirva de
intermediario—por ejemplo, un funcionario de confianza de la escuela, un
miembro mayor de la comunidad o un representante de la iglesia—para facilitar
las referencias.
Puede ser necesario que ofrezca un incentivo a los padres para animarlos a
participar, en especial, si se dirige a padres en situación de riesgo. Después de
todo, usted les pide que se comprometan a realizar profundos cambios, algo en
lo que los padres no participan a la ligera. Piense en algo que pueda atraer a
los padres, como dinero, el precio del transporte (en metro, autobús, taxi),
comida o cuidado gratis de los niños. Solicite a los comerciantes locales que
contribuyan con productos y servicios que pudieran interesar a los posibles
participantes.
Ejecute su intervención
La ejecución de su intervención dependerá de varios factores, entre los que se
incluyen las actividades planificadas y los participantes que asistirán. No
obstante, los principios que aparecen a continuación rigen cualquier
intervención para formación de padres:
44
profesional, facilitador o instructor en lugar de llamarlo terapeuta.
Aprovechar el conocimiento que ya los padres tienen.
Minimizar las conferencias; maximizar las oportunidades de enseñanza
interactiva.
Asegurar que el personal modele las conductas enseñadas (por ejemplo,
destrezas para escuchar de forma efectiva, reacciones no agresivas
ante los conflictos).
Ofrecer oportunidades para los padres de hacer preguntas, comentarios
y practicar las destrezas enseñadas.
Poner en práctica todos los componentes de una intervención que hayan
demostrado su efectividad. El emplear sólo algunos componentes puede
que no produzca los resultados de la intervención original.
Puede resultar útil explicar las teorías de la conducta que son la base de las
técnicas para formación de padres que se están enseñando. Por ejemplo, es
más probable que los padres perseveren en utilizar tácticas disciplinarias
recomendadas, si cuentan con una buena comprensión general de los
principios sobre los que se basa dicha táctica, en especial cuando el progreso
en la conducta del niño no es inmediato.
Niños pequeños
En las intervenciones diseñadas para influir en familias con niños pequeños, las
intervenciones para formación de padres que se basan en grupos (lo ideal es
de siete a nueve familias) han demostrado ser tan efectivas como la
capacitación individual, además de ser más eficaces en función de los costos
(Webster-Stratton 1984). Otro método que ha funcionado con familias de niños
en edad preescolar y de primaria es el Programa de Capacitación para la
Interrelación Padre-Hijo, el cual enseña a los padres conductas y estrategias
productivas para interrelacionarse con sus hijos. Esto incluye sesiones
supervisadas de juego de cada grupo de padre-hijo, de esta manera los padres
tienen la oportunidad de ensayar sus nuevas destrezas.
45
situación de riesgo, las siguientes modalidades de intervención son las más
efectivas, ya sea en forma individual o combinada:
Ayudar a los padres a que entren en contacto unos con otros y que participen
en actividades fuera de las sesiones regulares de capacitación puede contribuir
a maximizar los resultados de su intervención
46
de baja condición económica y de la zona rural del sudeste de Ohio. La mitad
del grupo fue seleccionado específicamente para recibir en su casa el modelo
FFT por parte de estudiantes de post-grado en psicología. La mayor parte de
este grupo había cometido múltiples delitos graves y la corte los había
asignado a terapia familiar. El grupo de control de 27 jóvenes delincuentes de
menor riesgo recibieron solamente servicios de libertad condicional. Después
de 2 años y medio, las tasas de reincidencia fueron de 11% en el grupo bajo
tratamiento y de 67% en el grupo de control. Un estudio posterior que medía
los cambios en el grupo al final de un período adicional de 32 meses (ya los
sujetos eran adultos) determinó una tasa de reincidencia del 9% por delitos
menores y faltas graves en el grupo del tratamiento y una tasa del 41% en el
grupo de control (Gordon, Graves, y Arbuthnot 1995).
Resumen
La relación entre padre e hijo puede desempeñar un papel importante en el
desarrollo de conductas violentas por parte del niño o de conductas que han
demostrado ser precursoras de la violencia. Se ha demostrado que la
intervención basada en los padres y la familia es bastante efectiva en la
prevención de estas conductas, en especial, cuando responden a las
necesidades financieras, culturales y ambientales de la familia y se les
acompaña de otras intervenciones basadas en la escuela o la comunidad.
Estrategia sociocognoscitiva
47
edad, al enseñarles cómo interpretar las normas de conducta y al mejorar sus
habilidades para la resolución de conflictos (Nadel et al. 1996).
48
escuela. La enseñanza que se imparte a los niños en edad escolar sobre
soluciones no violentas a los conflictos puede complementarse con una
intervención que enseñe a las familias cómo inculcar el concepto de no
violencia en el hogar. Cuando seleccione sus intervenciones, analice
detenidamente sus recursos, el apoyo de la comunidad, así como el nivel de
experiencia. Asegúrese también que haya compatibilidad entre las
intervenciones.
Organismos públicos
49
Fundación consultando el sitio web en http://www.phf.org o llamando al 202-
898-5600.
Cuando se ponga en contacto con autoridades estatales o locales solicite
información sobre subvenciones globales. Cada estado recibe subvenciones
globales del Gobierno Federal para respaldar actividades en cuatro áreas
elementales de la salud pública: a) cuidados preventivos, b) cuidados maternos
e infantiles, c) tratamiento del uso indebido de alcohol y drogas, y salud mental,
y d) atención básica. En la Tabla 5 figuran organismos donde puede obtener
información sobre subvenciones globales.
Organismos privados
Compañías y negocios
50
estudiantiles femeninos y asociaciones de maestros retirados le proporcionarán
a menudo personal voluntario para llevar a cabo su intervención. Las iglesias y
organizaciones religiosas podrían facilitar recursos, como salas de reuniones
para realizar actividades relacionadas con su intervención.
Instituciones educativas
Fundaciones
51
los jóvenes de su comunidad y estén interesadas en prevenir los actos que
causan heridos y muertos entre los jóvenes. Entre las instituciones que suelen
participar en las iniciativas de prevención de la violencia juvenil, cabe
mencionar las escuelas, las iglesias, los parques y centros juveniles, los
comercios, y los grupos culturales, cívicos y comunitarios.
Clubes
52
Asociaciones de psicólogos (APA)
Asociaciones de sociólogos (ASA)
Asociaciones de antropólogos
Asociaciones legales (Colegio de abogados )
Asociaciones de trabajadores sociales
Asociaciones de maestros .
Referencias y Recursos
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58
Prácticas idóneas para realizar una intervención sociocognoscitiva
Si usted decide dirigirse tanto a los niños violentos como a los no violentos, sea
precavido al planificar las actividades de su intervención. Aunque los niños
violentos pueden ser influenciados positivamente por los participantes no
violentos, los niños con altos niveles de agresión necesitan atención especial.
Es posible que este último grupo de niños no responda bien en una
intervención dirigida a la población general; y si la proporción de niños violentos
es demasiado alta en comparación con la de niños no violentos, éstos últimos
59
podrían recibir influencias negativas.
Además se deberían hacer esfuerzos para llegar a aquellos niños que han
abandonado la escuela. Esto puede significar diseñar intervenciones para
realizarlas en los centros comunitarios, las iglesias y los centros de detención
juvenil.
La comunidad escolar
60
La efectividad de las intervenciones sociocognoscitivas depende en gran
medida de la adopción de un enfoque que haga participar a toda la comunidad
escolar (Aber et al. 1996; Wiist, Jackson y Jackson 1996; Orpinas et al. 1996).
En otras palabras, todos los miembros de la comunidad escolar
(administradores, docentes, estudiantes y demás personal de las escuelas)
deberían desempeñar un papel en las intervenciones.
61
La intervención seleccionada para una escuela o sistema escolar en particular
(así como las actividades y el programa que la conformen) dependerá en gran
medida de las edades de los participantes y de si el objetivo es cambiar las
conductas y actitudes de todos los estudiantes o sólo de aquellos estudiantes
agresivos o violentos. Sin embargo, las intervenciones sociocognoscitivas
normalmente están dirigidas a las creencias y actitudes que generan conductas
agresivas, y enseñan las siguientes habilidades (Greene 1998):
62
Escuela primaria
Las investigaciones han demostrado que, entre los 6 y 12 años de edad, los
niños desarrollan con mucha rapidez creencias sobre la agresión, además de la
tendencia a atribuir intenciones hostiles a las acciones de los demás (Aber et
al. 1996). Por lo tanto, se han diseñado varias intervenciones para dirigirse a
este grupo específico.
El programa del RCCP contiene 51 lecciones semanales, cada una con una
duración de 30 a 60 minutos. Estas lecciones o "talleres" se concentran en
aspectos como comprensión oral, confianza en sí mismo, expresión emocional,
consideración de perspectivas, cooperación, negociación, resolución de
problemas, análisis de conflictos y anulación de expresiones prejuiciadas. Los
docentes facilitan la realización de ejercicios de actuación, entrevistas,
discusiones entre grupos pequeños y sesiones creativas, con el fin de lograr un
alto nivel de interacción entre los estudiantes (Aber et al. 1996).
Las evaluaciones del RCCP han revelado resultados mixtos. Las creencias y
los procesos de pensamiento que ponen a los estudiantes en riesgo de mostrar
agresión se incrementaron entre todos los estudiantes a medida que
transcurría el año escolar. Sin embargo, cuando los docentes impartieron
muchas lecciones de RCCP, las actitudes agresivas entre los estudiantes
aumentaron a un ritmo mucho menor. Cuando los docentes suministraron
apenas unas pocas lecciones de RCCP, los estudiantes experimentaron un
incremento más rápido que el promedio. Además del número de lecciones
enseñadas, también se descubrió que el contexto vital de los niños tiene un
impacto sobre el efecto de este programa. Los efectos positivos de la
exposición frecuente al programa del RCCP fueron menores entre los niños
pertenecientes a salones de clase y zonas de alto riesgo (Aber et al. 1998;
Roderick 1998).
63
personas juiciosas como asesores y amigos, darse cuenta y corregir los daños
que causamos y enmendar los errores. El programa utiliza nueve técnicas
generales para lograr cambios conductuales (Embry et al. 1996):
64
evaluaciones de los docentes, los informes de los mismos estudiantes, las
pruebas y las entrevistas con los niños y las evaluaciones independientes por
parte de observadores de los salones de clase (Greenberg et al. 1995;
Greenberg y Kusche 1998).
Escuela primaria
El programa Resolución de Conflictos: Un Programa para los Encargados de
los Jóvenes es una intervención para los estudiantes en los primeros años de
la secundaria. Los docentes presentan cinco capítulos diseñados para fomentar
habilidades de comunicación y de resolución no violenta de conflictos. Los
estudiantes pertenecientes a los grupos que siguieron el programa mostraron
un índice de soluciones violentas significativamente menor ante situaciones
conflictivas hipotéticas que los estudiantes de otros grupos. El grupo de la
intervención también mostró disminuciones significativas en el uso real de la
violencia. Aunque los resultados a corto plazo parecen prometedores, el
estudio utilizó un diseño prácticamente experimental para evaluar las
programaciones y los estudiantes no fueron seleccionados al azar. Por lo tanto,
las interpretaciones de los resultados son limitadas (DuRant et al. 1996).
65
conjuntamente se realizan otras actividades y se brindan servicios de apoyo
(Hausman, Pierce y Briggs 1996).
Escuela primaria
El programa BrainPower es una intervención atribucional que tiene como
propósito reducir las agresiones hacia otros niños de la misma edad entre los
jóvenes latinos y de origen africano.
66
1989), así como reducciones en el consumo de drogas y alcohol, pero no en
los niveles de delincuencia (Lochman 1992). El Coping Power Program tiene un
componente de 33 sesiones para los grupos de niños y 16 sesiones para
grupos de padres (Lochman y Welles 1996). Las evaluaciones de seguimiento
realizadas tras la intervención y un año después mostraron reducciones
significativas en los niveles de agresión de los niños (Lochman, en imprenta).
Los investigadores descubrieron que los jóvenes del grupo PACT expresaron
menor agresión física en la escuela que los estudiantes en el grupo de control.
Esta mejora en la conducta se observó por igual durante y después de la
capacitación. Los investigadores también descubrieron que, en comparación
con el grupo de control, los participantes del PACT tuvieron menos problemas
con el sistema judicial juvenil, menos acusaciones legales por actos de
violencia y menores índices individuales de delitos (Yung y Hammond 1993).
67
concentraban en consolidar al grupo y expandir el conocimiento de los
estudiantes acerca de las conductas no violentas; las últimas sesiones se
concentraban en reforzar las habilidades aprendidas y el análisis crítico. Las
habilidades enseñadas a los estudiantes de sexto grado eran reforzadas
mediante una intervención en la que participaban otros estudiantes de la misma
edad de toda la escuela y mediante los programas de séptimo y octavo grado
impartidas por los docentes (Meyer and Farrell 1998).
En un estudio de seguimiento del RIPP, datos aportados por los mismos 169
participantes y por los 184 estudiantes de los grupos de control mostraron
efectos significativos en cuanto a la frecuencia de las conductas violentas,
supresión de conductas agresivas y conocimiento de los materiales utilizados
en la intervención. El control de impulsos negativos mejoró significativamente
entre los participantes de sexo masculino, y un número menor de ellos dejaron
de faltar a la escuela debido a preocupaciones en cuanto a su seguridad
personal. Entre las participantes de sexo femenino se observó una notable
mejoría en cuanto a la tendencia a recurrir a métodos no violentos para
resolver situaciones conflictivas hipotéticas, según se reportó. Las estadísticas
respecto a la disciplina del primer semestre del séptimo grado mostraron que
entre las participantes del RIIP se observó una cifra significativamente menor
de suspensiones que en el grupo de control (Farrell, Meyer y White 1998).
68
basa en la premisa de que las tres partes pueden desarrollar las habilidades
cognoscitivas y sociales necesarias para resolver problemas de manera no
violenta. La programación fue diseñada y evaluada en tres etapas; cada una de
ellas exigía colaboración entre asesores expertos, docentes y estudiantes. En
la primera etapa, los investigadores evaluaron las habilidades cognoscitivas de
los estudiantes, sus creencias y sus tendencias a iniciar conflictos, a
convertirse en víctimas o en espectadores. En la segunda, se diseñó una
programación preliminar y los docentes y estudiantes dieron sus opiniones
acerca de aspectos como la claridad, la relevancia, el compromiso y la utilidad
práctica de la programación, y si resultaba apropiado para las edades de los
participantes. En la tercera etapa, se puso a prueba la programación en un
estudio con más de 300 adolescentes en situación de alto riesgo y un grupo de
control. La intervención redujo la creencia entre los estudiantes de que la
violencia es una respuesta favorable a los conflictos; fortaleció su intención de
resolver los conflictos sin recurrir a la agresión, buscar información relevante y
evitar los conflictos; y mejoró la conducta según evaluaciones de los mismos
estudiantes, lo cual indica una ruptura con la actitud de aceptación e incitación
a la agresión típica del papel del espectador (Slaby 1998).
Intervenciones multifocales
Las intervenciones diseñadas para la población estudiantil general pueden no
tener impacto alguno en los niños con alto riesgo de ser agresivos. Para cubrir
las necesidades tanto de la población estudiantil general como de la población
estudiantil en situación de alto riesgo, algunos profesionales planifican
intervenciones con varios niveles de actividades. Estos esfuerzos múltiples
pueden combinar, por ejemplo, una programación dirigida a todos los
estudiantes con actividades especiales para grupos pequeños diseñadas para
jóvenes en situación de alto riesgo. Algunas de estas intervenciones también
incluyen actividades para los padres o para toda la familia.
69
que fomentaran las habilidades sociales. En el segundo año se introdujeron los
temas de los planes de control y de acción para fomentar las habilidades
sociales, con el propósito de suministrar a los niños las habilidades necesarias
para sus interacciones sociales diarias. El segundo año incluyó evaluaciones
mensuales para que los docentes trataran los problemas planteados durante la
capacitación del primer año y para ayudarlos a elaborar planes a fin de
enfrentar las inquietudes que surgían a diario en el aula.
70
Los formatos multimedia, específicamente las intervenciones realizadas con la
ayuda de computadoras, pueden ampliar enormemente las técnicas educativas
en el salón porque proporcionan flexibilidad y despiertan interés entre los
estudiantes renuentes (Bosworth et al. 1996). El enfoque multimedia puede
lograr que la intervención se ajuste a las reacciones de los estudiantes,
proporcionarles control sobre la información y la secuencia de los materiales,
ofrecer interacción anónima directa entre el estudiante y la computadora, y
proporcionarles un atractivo ambiente que parece de juego.
SMART Team fue sometido a una prueba piloto con 102 estudiantes de
séptimo grado en una escuela de los primeros cursos de secundaria de una
ciudad pequeña durante un período de cuatro semanas. Los resultados
mostraron: incrementos significativos en cuanto al conocimiento sobre cómo
enfrentar conflictos y sobre las conductas que intensifican los conflictos;
mejorías en cuanto a la adopción de conductas más sociales y en cuanto a sus
intenciones de recurrir a estrategias no violentas, según informes de los
mismos estudiantes; y disminuciones de los problemas de disciplina en casa,
en la escuela y la comunidad, según informes de los mismos estudiantes. Sin
embargo, no se observó diferencia con respecto a los niveles de confianza de
los estudiantes para confrontar situaciones conflictivas mediante el uso de
estrategias no violentas (Bosworth, Espelage y DuBay 1998).
71
deben tratar los problemas respecto al entorno escolar en sí. Los profesionales
a cargo de las intervenciones deberían incluir componentes que promuevan un
entorno no violento en toda la escuela. Como mínimo, las escuelas deberían
tener y poner en práctica políticas sobre precauciones de seguridad y
regulación de la conducta de los estudiantes. También deberían ejecutar
métodos de control no punitivos, alentar la participación de los estudiantes en
actividades académicas y extra curriculares, y dar constante apoyo al personal
(Mayer 1995, 1999). Hacer énfasis en el contexto social de las escuelas podría
contribuir a promover la competencia social y una conducta de mayor
adaptación social, al crear una comunidad escolar que muestre preocupación
por sí misma (Baker 1998). Los psicólogos escolares pueden ayudar a evaluar
la cultura de una escuela determinada y reestructurarla a fin de sensibilizarla
más ante los aspectos sociales de la educación, por ejemplo, haciendo énfasis
en la responsabilidad personal, la empatía y el respeto hacia la comunidad.
Consideraciones culturales
Los planificadores y los profesionales de las intervenciones deberían revisar
cuidadosamente los materiales de las programaciones y hacer las
adaptaciones culturales necesarias para los participantes a los que están
dirigidas. Las intervenciones orientadas a estudiantes que viven en vecindarios
con altos índices de inmigrantes, por ejemplo, deben tratar las diferencias
étnicas y lingüísticas que se observan en las poblaciones heterogéneas de
dichas comunidades (Huesmann et al. 1996).
72
estudios indican que al integrar los componentes de las intervenciones
sociocognoscitivas realizadas en las escuelas (por ejemplo, el desarrollo de las
habilidades sociales) con otros tipos de intervenciones es posible mejorar la
efectividad (Goldstein and McGinnis 1998; McGinnis and Goldstein 1998).
73
satisfacción respecto a la crianza y más vínculos positivos con sus hijos y con
la escuela. Además, se registraron efectos significativos en las evaluaciones
realizadas por observadores sobre el ambiente en el salón de clases, aunque
dichas evaluaciones sobre el funcionamiento del salón variaron según la
calidad de la ejecución del FAST Track (Grupo de Investigación y Prevención
de Problemas de Conducta 1999a, 1999b).
74
personal docente de la intervención a aquellos maestros o profesores que se
muestren entusiasmados por las actividades y los resultados que se esperan.
75
entrevistas e investigar los antecedentes de dichos individuos. Este
financiamiento adicional podría provenir de las mismas escuelas o de otras
fuentes, como organizaciones comunitarias o subsidios gubernamentales.
Duración de la capacitación
La capacitación debería comenzar con un mínimo de tres días de trabajos de
curso intensivo y ejercicios interactivos. Sin embargo, para que sea efectiva, la
capacitación debe continuar por todo el tiempo que dure la intervención. La
capacitación constante, o las consultas, no necesariamente deben realizarse
en la misma escuela. El seguimiento puede efectuarse a través de correo
electrónico o de videos, por ejemplo. No obstante, cabe destacar que aún no se
ha determinado la efectividad de los distintos métodos de capacitación de
seguimiento.
76
riesgo, tal vez usted necesite reclutarlos para que participen en las actividades
especiales que se realicen fuera del salón de clase, como las discusiones en
grupos pequeños, las capacitaciones de liderazgo o las sesiones posteriores a
las horas de clase.
Ejecute la intervención
La efectividad de una intervención sociocognoscitiva dependerá de muchos
factores que afectan la ejecución, entre ellos la frecuencia y el tiempo con que
los estudiantes se ven expuestos a las actividades y los mensajes de la
intervención, la calidad del respaldo que reciben los docentes y los demás
profesionales que participen en la intervención y el interés que mantengan los
estudiantes en las actividades.
77
A fin de mantener a los estudiantes interesados en la intervención, vincule las
actividades de la misma con los objetivos personales de los estudiantes.
Demuéstreles de qué manera las conductas que están aprendiendo los
ayudarán a obtener las cosas que ellos desean: mayor seguridad en la escuela
y en su vecindario, más respeto de los compañeros de su misma edad, mejor
rendimiento académico y, probablemente, un círculo de amigos más amplio.
Haga que la intervención sea divertida y relaciónela con la "vida real". Incluya
juegos y tome videos de las actividades de la intervención para involucrar a los
niños más pequeños. Utilice artículos de los periódicos y revistas locales para
comenzar las discusiones sobre la violencia. Haga que los estudiantes
mantengan un archivo de imágenes violentas que vean en los medios de
comunicación y de ejemplos de resolución de conflictos de manera no violenta
y utilice dicho registro para generar discusiones en clase. Pida a los
participantes más jóvenes que compartan con sus compañeros relatos que
ilustren cómo recurrir a conductas no violentas y más adaptadas a la sociedad.
Como actividad de rutina, revise los datos durante toda la intervención, a fin de
corregir cualquier problema que pudiera afectar el éxito de la misma.
78
¿Hubo algún efecto negativo no deseado a raíz de la intervención?
Resumen
Se ha demostrado que las intervenciones sociocognoscitivas reducen, a corto
plazo, las conductas agresivas entre los jóvenes. Las evaluaciones a largo
plazo, aunque han sido objeto de discusión durante años (Coben et al. 1994),
continúan siendo insuficientes. Existen también varias limitaciones para estas
intervenciones.
79
En primer lugar, las intervenciones sociocognoscitivas no están llegando a
algunos de los jóvenes más violentos en la sociedad, ya que éstos no asisten a
las escuelas tradicionales. En segundo lugar, a pesar de recibir capacitación,
los docentes y demás profesionales a cargo de las intervenciones pueden
adoptar técnicas distintas para la ejecución; y estas variaciones pueden afectar
los resultados de las intervenciones. En tercer lugar, los participantes pueden
enfrentar dificultades para adaptar las nuevas conductas que aprenden en la
escuela al "mundo real". Finalmente, es posible que los informes sobre los
progresos en cuanto a conductas y actitudes no sean precisos, ya que el hecho
de que se conozcan de antemano cuáles son los resultados que se esperan
puede influir sobre las respuestas de los participantes y los encargados de la
intervención. Se deben tomar otras medidas, además de los informes de los
docentes y los mismos estudiantes, a fin de obtener datos más objetivos.
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Estrategia de padrinazgo
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Consistente en poner a una persona joven a hacer equipo con un voluntario
que actúa como un modelo que lo apoya sin juzgarlo, la tutoría ha sido
considerada por muchos como un excelente medio para proporcionar influencia
adulta positiva al niño o adolescente que carece de la misma (Council 1996;
Brewer et al. 1995). La evidencia ha mostrado que la tutoría puede aumentar
significativamente la asistencia a clases y el rendimiento académico, reducir las
conductas violentas, reducir la probabilidad de uso de drogas y mejorar las
relaciones con padres y amigos (Sipe 1996). Además, el Consejo sobre el
Delito en Estados Unidos (1997) identificó la tutoría como una de tres
estrategias que se vinculan entre sí para la prevención del delito (las otras dos,
vigilancia y pastoral1 , también proporcionan contacto con adultos).
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