Caso Dora
Caso Dora
Caso Dora
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Freud refleja además, una lógica teórica en relación a la interpretación de los
síntomas, pie a los cuadros clínicos, menciona que:
- Un síntoma tiene más de un significado… una única ilación de pensamiento o
fantasía inconsciente difícilmente basta para la producción de un síntoma.
- No es necesario que los diversos significados de un síntoma sean compatibles
entre sí, vale decir, se complementen dentro de una trabazón. Basta con que esta
última quede establecida por el tema que ha dado origen a las diversas fantasía.
Los siguientes enunciados, aportan en tanto al entendimiento teórico sobre la teoría de
la histeria como cuadro clínico a la vez que entreve la línea técnica, que, como él
mismo reconoce más tarde, queda corta al momento del término del análisis;
- Antes de emprender el tratamiento de una histeria es preciso estar convencido de
que será inevitable tocar temas sexuales., o al menos estar dispuesto a dejarse
convencer por las experiencias.
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- En relación a que es un sueño recurrente, busca el inicio del mismo para
comprobar coincidencias de tiempo con eventos importantes para ella.
- Le pide a Dora que descompusiera el sueño y le comunique lo que interpreta de
él. A partir de esa construcción Freud nombra el posible disparador del contexto
del sueño
- Le resalta su propia expresión debido a que las palabras le resultaron extrañas,
ambiguas; Freud las entendió haciendo alusión a necesidades corporales.
- Comienza a hacer paralelismos entre el sueño y escenas recientes con el señor
K.
El cuadro clínico y conceptualización de la histeria
De entrada parece haber una dificultad para realizar un relato claro y ordenado
de la biografía de la paciente, esto se comparte cuando se le pide a los familiares que
hagan dicho relato; Freud lo compara a un cauce de agua que choca con distintas
obstrucciones en su camino.
Freud lo atribuye al paciente denominándolo insinceridad consciente; por timidez
o vergüenza, lo que le es conocido y debería de contar.
- Aquí se hace una acotación sobre los niveles de represión; demarcando lo más
superficial; la duda, para luego, irse enterrando más en el olvido o aún más en un
falso recuerdo.
Solo al final del tratamiento se puede abarcar el panorama de un historial clínico
congruente, comprensible y sin lagunas. Se plantean dos objetivos en el tratamiento,
cancelar todos los síntomas posibles y sustituirlos por pensamiento consciente, y en
este caso en particular, salvar todos los deterioros de la memoria del enfermo.
Sobre todo el interés se dirigirá a las relaciones familiares de los enfermos.
“Yo llamaría histérica, sin vacilar, a toda persona, sea o no capaz de producir
síntomas somáticos en quien una ocasión de excitación sexual provoca
predominantemente o exclusivamente sentimientos de displacer” (Freud, 1901, p.27).
En relación a lo anterior Freud encuadra a Dora en esa constelación sintomática,
pues donde una muchacha sana habría percibido placer por la excitación sexual, Dora
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percibió asco, en palabras de él; Dora desplazó la excitación genital a la mucosa del
estomago percibiendo asco en su lugar.
Dora decía tener la sensación de ese abrazo sobre la parte superior del cuerpo,
lo cual asemejaba a una alucinación. Freud genera la hipótesis de que la erección del
señor K presionó el vientre de Dora;
Reconoce entonces, tres signos de la paciente: el asco, la sensación de presión
en la parte superior del cuerpo y el horror a los hombres en tierno coloquio
ANÁLISIS SOBRE EL CASO
Las muy claras alusiones sobre lo sexual en un lenguaje directo parecían traer un
riesgo íntimo.
En tanto al desplazamiento de la excitación por el asco, la ruta lógica que se
sigue es la siguiente; El asco originariamente se da por el olor frente al excremento, el
pene tiene una función excretoria, por lo cual, el asco es admisible dentro de las
manifestaciones de afecto de la vida sexual. Lo anterior explica la vía, más no la el
ímpetu de la pulsión.
Dora se fue percatando de la relación que parecían sostener la esposa del señor K y su
madre, tomó una postura reclamadora frente a ello; Dora pensaba que era ofrecida
inconscientemente como substitutiva de la señora K frente al señor K. Por lo anterior se
escondía detrás de la ternura hacia su padre una tremenda furia por dicho dote.
Dora se había vuelto cómplice de la relación de su padre con la señora K y por
ello se recriminaba inconscientemente. Parecía que este servía a motivo de mantener
la relación que tenía Dora con los hijos del señor K, que a su vez, la mantenía a ella
como una posible pareja del mismo.
La hipótesis de Freud era que los ataques iban y venáin en relación a la
presencia-ausencia del señor K, encontró dicha coincidencia al indagar por la duración
e los ataques; de 3 a 6 semanas, temporalidad que coincidía con la ausencia del señor
K. Por lo tanto, con sus enfermedades ella demostraba su amor por K, lo anterior,
sumado al hecho de que la paciente ya se había percatado de la utilidad de las
enfermedades para conseguir un fin.
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La afonía ocurría cuando el amado estaba lejos, ella renunciaba a hablar; al
hacerlo había perdido el valor, pues no podía hablar con él. Se substituía con la
escritura de correspondencia.
Freud señala casi como una advertencia técnica que en el curso del tratamiento
toda vez que en el tratamiento psicoanalítico emerge una serie de pensamientos
correctamente fundados e inobjetables, ello significa, pensamientos que han sido
usados por el enfermo para encubrir otro que quiere substraer de la crítica de la
conciencia.
En el siguiente apartado se contiene por un lado, el hecho del tratamiento
individual que se requiere hacer para cada intervención interpretativa por más que se
trate de un mismo cuadro clínico, más, señala el mecanismo presente en el fondo de
dicho cuadro;
“Ahora bien, “¿sentaré la tesis de que en todos los casos de afonnía periódica
debe diagnosticarse la existencia de un amado que temporariamente se ausenta del
lugar?” No es mi proposito…¿son los síntomas de la histeria de origen psíquico o
somático?…hasta donde yo alcanzo a verlo, todo síntoma histérico requiere de la
contribución de las dos partes. No puede producirse sin cierta solocitación (transacción)
somática brindada por un proceso normal o patológico en el interior de un órgano del
cuerpo, o relativo a este órgano. Pedro no produce más que una sola vez- y está en el
síntoma histérico la capacidad de repetirse- si no posee un significado (valor,
intencionalidad) psíquico, un sentido El síntoma histérico no trae consigo este sentido,
sino que le es presentado, es soldado con él… y en cada caso puede ser diverso de
acuerdo con la naturaleza de los pensamientos sofocados que pugnan por expresarse
“.
Sobre los motivos de la enfermedad en el caso de la histeria: han de separarse
de las posibilidades de enfermar… ellos no tienen participación alguna en la formación
del síntoma (más tarde lo corrige y ahonda en la ganancia primaria y secundaria del
síntoma) por su advenimiento, constituye plenamente la enfermedad. Es decir, se
significa en el proceso de enfermar.
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