La Democracia Deliberativa en El Pensamiento de Jürgen Habermas

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Universidad del Azuay

Facultad de Ciencias Jurídicas

Carrera de Derecho

LA DEMOCRACIA DELIBERATIVA EN EL
PENSAMIENTO DE JÜRGEN HABERMAS

Estudiante:
María Andrea Ordóñez Ochoa

Docente:
Dr. Guillermo Ochoa Rodríguez

Cuenca – Ecuador
2020
1. INTROCUCCIÓN
En primer lugar, al hablar del pensamiento de Jürgen Habermas a cerca de la
democracia deliberativa, nos referimos a una forma política que tiene como fin
convertirse en un modelo normativo de la política moderna (Segovia, 2008), lo que
significa, determinar la política de la contemporaneidad sin llegar a renunciar a la
construcción racional del mundo de forma autónoma, sino ser capaces de reflexionar en
medio de la crisis del Estado de derecho y también de la creación de una sociedad
globalizada.

Razón por la cual se concibe a este postulado como una idea regulativa o una
utopía abstracta, puesto que ninguna sociedad a tenido un comportamiento pulcro de
manera permanente al tomar decisiones desde el mejor argumento racional basado y
dependiente totalmente de la ciudadanía, la participación, la opinión y el espacio público.

Además, Habermas, considera que la democracia deliberativa llega a ser el medio


de cohesión social de una sociedad pluralista, puesto que da una política neutral y
legitimidad a un Estado, mediante distintos elementos.

Por la misma razón, surge la necesidad de analizar los postulados y las criticas de
la propuesta realizada por Habermas, por lo que el presente trabajo tiene como objetivo
estudiar los postulados realizados por el autor sobre este modelo democrático.
2. DESARROLLO
Una vez entendida de forma general la concepción de la democracia deliberativa,
es primordial tener como punto inicial que el planteamiento de Habermas tiene como
intención teórica la superación de la relación tanto de los postulados republicanos como
de los liberales.

Por lo tanto, el autor lo que busca es mediar la discusión entre la concepción


republicana que sustenta la primacía de los derechos de participación política y la
perspectiva liberal de la democracia como forma de protección de los derechos
individuales de los ciudadanos; a lo que nos referimos a “la vieja dicotomía abierta por
Benjamín Constant entre la libertad de los modernos y la libertad de los antiguos”
(Domínguez, 2013).

Por otro lado, el aporte que realiza Habermas se puede considerar entonces la
relación entre elementos emancipatorios de enfoques radicales como la Escuela de
Frankufrt, la socialdemocracia radicalizada, el marxismo crítico, el hegelianismo de
izquierda y el utopismo político; con las mas avanzadas tendencias de la ciencia política
de su época, que se encargaba de estudiar los problemas de la democracia occidental.
(Cortina, 2009)

Por el contrario, el autor con su propuesta crea una alternativa capaz de superar la
polarización la forma de concebir a la política como deliberación, acción deliberativa,
que se podría entender como un procedimiento de autocomprensión de la ciudadanía, que
lleguen a formar parte de una comunidad lingüística en diálogo permanente. Y, además,
la democracia deliberativa planteada llega a ser el medio de cohesión social de una
sociedad pluralista, puesto que da una política neutral y legitimidad a un Estado.

Habermas hace referencia a distintos elementos que se consideran fundamentales


para poder construir la democracia deliberativa que propone, y entre ellos tenemos a los
siguientes (Rivera, 2017): en primer lugar, el mercado abierto, que se refiere al libre
comercio sin ninguna restricción estatal y de la misma forma a nivel internacional; en
segundo lugar, el foro institucionalizado, es decir, la libertad total de conocer toda la
información posible sin restricciones y la discusión sin límites sobre cualquier idea o
interés, haciendo referencia al ámbito político.
Continuando con la idea anterior, en tercer lugar, tenemos al teatro consolidado
en el ámbito cultural, que hace referencia al ejercicio crítico de la opinión pública tanto
en el terreno cultural y político de una conciliación de intereses e ideas. También, en
cuarto lugar, está la autonomía privada de los ciudadanos que trata sobre el derecho de
tener una vida determinada por los gustos e intereses propios de los ciudadanos. En quinto
lugar, está la ciudadanía democrática que se refiere a la inclusión equitativa de ciudadanos
libres e iguales en la elección o designación de los principales órganos estatales.

Y, por último, tenemos a la conformación de un espacio independiente de opinión


pública efectiva, que hace referencia a la existencia de medios públicos, privados y
comunitarios de difusión de ideas y programas políticos que tiene la función de servir de
puente abierto entre el Estado y la sociedad civil.

Por otro lado, en cuanto a los tres ejes de la democracia deliberativa tenemos a los
siguientes (Vergara Estevez, 2005): en primer lugar, a la ciudadanía y opinión pública,
en la que Habermas describe que la razón de ser del Estado radica en la salvaguardia de
un proceso inclusivo de formación de la opinión y de la voluntad común, en la que los
ciudadanos libres e iguales se entienden sobre las metas y normas que serían de interés
común para todos.

Del mismo modo, en segundo lugar, está la participación y deliberación en el


espacio público, que se refiere a la cooperación social, consistente en la actitud de percibir
los derechos de los otros al igual que los derechos de uno mismo, por lo que el espacio
público es el mundo de la vida donde los ciudadanos interactúan constantemente, a partir
de prácticas discursivas. Y por último en tercer lugar está la esfera pública con
fundamento en la legitimación, puesto que Habermas sostiene que la democracia está
definida por un principio racional de legitimación y por tipos específicos de organización,
señalando que la democracia está compuesta por estos principios racionales y por
procedimientos que sólo adquieren una fuerza legitimadora en la medida en la que se
encuentren vinculados a una dimensión normativa

Se considera a la democracia deliberativa como dependiente de la teoría de la


acción comunicativa determinada por tres puntos principales (Domínguez, 2013): el
primero que se refiere a que el conocimiento humano se considera falible, Habermas
piensa que la filosofía no ha dado resultado y adscribe al llamado pensamiento
posmetafísico; por el contrario Descartes y Husserl, si creen en los conocimientos
absolutos para así llegar al conocimiento humano, su existencia constituye el supuesto
central del pensamiento metafísico. Habermas, además, considera que todo conocimiento
humano puede fallar, haciéndolo suyo al principio popperiano que significa que ninguna
teoría es verdadera, en cambio Más aún, piensa que el proyecto metafísico es propio del
paradigma dual sujeto objeto, superado por su teoría de la acción comunicativa.

El segundo se refiere a que la racionalidad es una disposición de los sujetos,


Habermas por su parte no tiene claro la concepción de la racionalidad diferencia dos tipos
de racionalidades, Habermas cree importante la teología, orientada a la realización de
fines, pero no comparte el desánimo de dichos autores; además considera que el problema
no es el desarrollo inevitable y las consecuencias negativas de la racionalidad teológica,
sino que el predominio no deja da paso al desarrollo de la complejidad de la modernidad.

Es por eso que para Habermas las teorías de racionalidad son insuficientes y muy
cuestionables ya que dice que deja fuera la función básica y originalidad de la
racionalidad comunicativa, por lo que tiene un concepto de conocimiento muy amplio
que incluye el conecto descriptivo, el discurso moral y explicativo que busca hacer
entendible al tema y el de crítica estética que observa la adecuación a estándares de valor
y el que examina la veracidad de enunciados de emisiones y manifestaciones expresivas.

El último punto hace referencia a que la teoría de la acción comunicativa se basa


en una teoría de los actos de habla, Habermas desarrolla su teoría sobre los actos de habla
a partir de la investigación de Searle y Austin, que de forma principal distingue entre
ilocuciones, locuciones y perlocuciones. Las locuciones son oraciones enunciativas, por
otro lado, las ilocuciones son locuciones con un plus, que explicitan el modo en que se
usa la locución. La interacción comunicativa se realiza a través de ilocuciones, las cuales
hacen posibles acuerdos o desacuerdos racionales. Las perlocuciones, en cambio, son
ilocuciones usadas de modo determinante, son acciones teleológicas, en las cuales el
agente emisor usa ilocuciones como medios para producir ciertas reacciones de los
receptores. (Pineda Garfias, 2002)

Por último, es necesario plantear las críticas realizadas a la propuesta de


Habermas, la primera es que el modelo supone un nivel alto de información y educación
y en la realidad cotidiana pocos son los miembros que comprenden completamente
asuntos políticos; y la segunda es que el modelo además supone un conocimiento previo
y extenso sobre los aspectos de la voluntad política, por lo que para entender dichos
contextos los ciudadanos deberían tener una visión amplia e informada sobre el contexto
mundial, los vínculos de las personas con esos contextos, fundamentos culturales e
históricos y los problemas y asuntos sobre las opciones que se deben decidir y tratar.
(Segovia, 2008)
3. CONCLUSIÓN
A modo de conclusión, se sostiene que la democracia deliberativa es una forma
política que aspira a convertirse en modelo normativo de la política contemporánea
mediando tanto los postulados republicanos como de los liberales sobre la concepción de
la democracia sobre los derechos en sí. Además, Habermas para postular su teoría
relaciona los elementos emancipatorios de enfoques radicales con las más avanzadas
tendencias de la ciencia política de su época, que se encargaba de estudiar los problemas
de la democracia occidental.

Habermas, considera que la democracia deliberativa llega a ser el medio de


cohesión social de una sociedad pluralista, puesto que da una política neutral y
legitimidad a un Estado; y esto se logra mediante distintos elementos que la construyen,
entre ellos tenemos al mercado abierto, al foro institucionalizado, al teatro consolidado
en el ámbito cultural, a la autonomía privada de los ciudadanos, a la ciudadanía
democrática, y por ultimo a la conformación de un espacio independiente de opinión
publica efectiva.

Por otro lado, se considera importante profundizar sobre los tres ejes de la
democracia deliberativa, que son: la ciudadanía y opinión pública, la participación y
deliberación en el espacio público, y la esfera pública con fundamento en la legitimación.
Estos ejes en resumen nos dan a conocer que el Estado es el que debe salvaguardar un
proceso en el que los ciudadanos son libres, tienen derechos compartidos, cooperan
socialmente en cualquier interés y tienen principios racionales con fundamento en la
legitimación.

Además, se sostiene que la teoría habermasiana ha servido como una “idea


regulativa”, es decir como un paradigma abstracto que no tiene una conexión inmediata
con la praxis cotidiana, pero que preserva la idea de un ordenamiento político racional,
por lo que se plantean críticas a esta teoría.

Por último, la democracia deliberativa es considerada como una alternativa


meritoria que ofrece herramientas discursivas y analíticas para comprender cuáles son las
reglas ha de seguir el Estado frente a la tarea de garantizar la inclusión del otro, así como
ofrecer un canon de derechos subjetivos de acción que faciliten la participación
ciudadana.
4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Cortina, A. (2009). La política deliberativa de Jurgen Habermas: virtualidades y límites.


Revista de Estudios Políticos(144), 169-193. Obtenido de
http://www.cepc.gob.es/publicaciones/revistas/revistaselectronicas?IDR=3&ID
N=674&IDA=27442

Domínguez, H. (2013). Democracia deliberativa en Jürgen Habermas. Universidad


Pontificia Bolivariana, IV(5), 301-326. Obtenido de
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5206395

Pineda Garfias, R. (2002). La democracia deliberativa. Scielo, VIII(2), 605-637.


Obtenido de https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
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Rivera, E. (2017). La democracia deliberativa según Jürgen Habermas. Revista Jurídica


Derecho, V(6), 89-108. Obtenido de
http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2413-
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Segovia, J. F. (2008). Habermas y la democracia deliberativa: una utopía tardomoderna.


Madrid, España: Marcial Pons, Ediciones Jurídicas y Sociales. Obtenido de
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Universidad del Zulia, II(2), 72-88. Obtenido de
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