Estudio Venezuela 202312
Estudio Venezuela 202312
Estudio Venezuela 202312
venezolana reciente en
Argentina
INVESTIGADOR
Lic. Salvador GARCIA
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Índice
Introducción...................................................................................................3
Antecedentes............................................................................................3
Objetivos y Metodología................................................................................................5
Tratamiento de la información................................................................ 7
Análisis de las entrevistas............................................................................ 8
¿Por qué Argentina?................................................................................. 9
Regulación migratoria............................................................................ 11
Redes de apoyo...................................................................................... 13
Acceso a la vivienda...............................................................................15
Acceso al trabajo....................................................................................18
Acceso a la salud................................................................................... 22
Experiencias en pandemia.....................................................................24
Percepción sobre la condición de migrante......................................... 27
Escenarios a futuro................................................................................ 29
Conclusiones............................................................................................... 35
Bibliografía...................................................................................................37
Anexos......................................................................................................... 39
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Introducción
Antecedentes
Los movimientos de población –migraciones internas, externas e inmigraciones–
representan uno de los temas centrales de estudio de la Dirección Nacional de
Población (DNP), en el marco del Registro Nacional de las Personas (RENAPER) en
Argentina. Comprender las trayectorias de estos movimientos humanos y sus
posibles impactos en la sociedad constituye un área clave que contribuye con
información relevante para las políticas de población del Estado argentino.
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empleadas en los "Call Centers" (Sala, 2017). Otras investigaciones abordan aspectos
generales que afectan a toda la población, como los motivos para emigrar y los
procesos de integración en Argentina (Pacecca y Liguori, 2019; Linares, 2020; Nicolao
et al., 2022).
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Venezuela fue suspendida en 2017 como Estado parte del Mercosur, pero a los fines prácticos, su
población aún se rige bajo los derechos que establece la membrecía a la comunidad, como parte de los
acuerdos de Residencia.
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Este estudio busca contribuir a la comprensión, desde una perspectiva cualitativa, del
proceso de integración de la migración venezolana reciente en Argentina.
Objetivos y Metodología
Objetivo General
● Describir el proceso de integración de la población venezolana residente en el
Área Metropolitana de Buenos Aires, arribada entre 2014 y 2020, a partir de la
articulación entre los aspectos jurídicos, sociales, económicos, culturales y
afectivos.
Objetivos Específicos
● Analizar el papel de las redes de apoyo en las diferentes etapas del proceso
migratorio.
● Conocer los motivos que influyeron en la elección de Argentina como destino
por parte de la población venezolana.
● Identificar las condiciones de vida en relación con la situación migratoria,
acceso a vivienda, empleo y salud.
● Describir las estrategias desarrolladas para gestionar los efectos de la
pandemia en la vida cotidiana.
● Explorar perspectivas sobre permanencia en el país y recepción de parientes.
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actuales sobre la migración venezolana en América Latina y Argentina, a fin de
contextualizar este estudio en un marco geográfico y político más amplio, y poder
inferir acerca de la especificidad de esta migración en el país. En el análisis de los
discursos, se procuró distribuir equitativamente todas las voces a lo largo del texto.
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Tabla 1: Características generales de las mujeres entrevistadas
Tratamiento de la información
El análisis de los discursos se fundamentó en cuatro categorías clave: integración,
redes de migrantes, capital social y cultura.
Palloni y otros (2001) definen las redes de migrantes como un “conjunto de lazos
interpersonales que conectan a migrantes, antiguos migrantes y no migrantes entre
sí, a través de relaciones de parentesco, amistad y origen comunitario compartido”
(p.1263-1264). Esta noción permite abordar el sentido social, colectivo e identitario de
las experiencias individuales, y proyectar un mapa entre origen y destino, que conecta
los movimientos de población venezolana.
Finalmente, se aplica la perspectiva etnográfica, que Restrepo (2022) define como “la
descripción de lo que una gente hace teniendo en consideración la perspectiva de la
gente. Esto quiere decir que a un estudio etnográfico le interesa tanto las prácticas (lo
que hace la gente) como los significados que estas prácticas adquieren para quienes
las realizan (su perspectiva sobre estas prácticas) (…) Así, lo que busca un estudio
etnográfico es describir contextualmente las a menudo complejas y específicas
relaciones entre prácticas y significados para unas personas concretas sobre algo en
particular (sea esto un lugar, un ritual, una actividad económica, una institución, una
red social, o un programa gubernamental)” (p.21). Esta forma de entender el mundo
social, constituye una herramienta transversal para el análisis de todas las
dimensiones en el presente estudio.
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profundizó en la historización del proceso migratorio y las expectativas a futuro sobre
sus vidas.
Yo averigüé una sola cosa, lo que más me interesaba era la estabilidad migratoria.
No tiene sentido que me vaya a otro país a no tener legalidad migratoria, eso no lo
concebía. Un sistema que no te reconozca, no lo comparto. Me puse a investigar y
Argentina lo único que te pide es antecedentes penales venezolanos, argentinos y tu
pasaporte. (Mujer de 29 años)
Comencé a averiguar sobre las políticas migratorias en cada país, y este fue uno de
los que me resonó porque al toque yo podía gestionar todos mis papeles, además
tenía la posibilidad de continuar la carrera acá porque me fui de Venezuela y no
terminé. (Mujer de 36 años)
Mis hijos eligieron Argentina por la parte académica, se vio la posibilidad que el
posgrado de mi hija, como la parte de la universidad de mi hijo, pudiesen
encaminarse, así fue que nos quedamos acá. Hoy en día estamos viviendo en el
mismo piso, pero en el departamento de al lado. (Hombre de 57 años)
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Mi hermano había llegado dos años antes –él es ingeniero–, también había venido
en esa época el hermano de mi novia, con lo cual teníamos quien nos podía recibir.
(Hombre de 26 años)
Mi expectativa tenía que ver más que nada con el tema del trabajo, trabajar en mi
área que es la salud mental, y estudiar también, porque sabía que es muy accesible
la educación. (Hombre de 27 años)
Como parte del marco general, las industrias culturales en América Latina han
proyectado una imagen positiva de Argentina a través de literatura, cine, música,
ciencia, redes sociales, televisión y deporte. Esto ubicó al país como destino turístico
para la clase media venezolana. De hecho, varias personas entrevistadas habían
estado previamente de vacaciones en Argentina y los aspectos conocidos fueron
determinantes para volver en las nuevas circunstancias.
Recuerdo que, en ese momento, en 2016, 2017, escuchaba mucho que Argentina
tenía un mejor salario mínimo, que era 500 dólares creo en ese momento. Era algo
que escuchaba mucho. No conocía mucha gente que se viniera, pero escuchaba lo
del salario. Dije “bueno, quizás consigo mejores condiciones ahí”, y también me
gustaba mucho la cultura de acá, escuchaba música de acá, veía películas de acá. Ya
tenía una idea de que Buenos Aires era bonita, que tenía buen transporte y buen
salario (…) siempre me decían que Buenos Aires estaba estallado de actividades
culturales. Así que eso me animó también mucho a venir. (Hombre de 27 años)
Aunque el tema solo surgió en una conversación, uno de los entrevistados enfatizó el
aspecto de salud.
Otra de las razones por las que vinimos, es que mi novia tiene diabetes tipo 1, y el
tema de la medicina allá era complicado. Por ejemplo, tenía un glucómetro, pero no
tenía tiras reactivas, y no las conseguías, aunque tuvieras plata, por eso pasó como
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dos años sin medirse la glucemia. La tenía súper descontrolada, tuvo problemas en
los ojos. La insulina era muy cara para comprarla, tenías que decirle a alguien que la
trajera de Colombia. La decisión de ella fue más fácil, salir para vivir. (Hombre de 26
años)
Por otro lado, surgió como tema no previsto el caso de hijas e hijos de argentinos que
se exiliaron en Venezuela durante la última dictadura militar, y ahora han regresado al
país aprovechando su doble nacionalidad y una red familiar que los recibe. Una de las
entrevistadas lo narró así:
Soy hija de migrantes argentinos que llegaron a Venezuela en abril de 1977, lo mío
fue volver a mis raíces. Me hubiese costado mucho más irme a otro lado. Los
trámites acá son fáciles, es ameno, te tratan bien. (Mujer de 43 años)
Regulación migratoria
La documentación es el primer eslabón en el proceso de integración social. Reduce la
vulnerabilidad que conlleva la condición de migrante en tanto amplía oportunidades
laborales, mejora el acceso a vivienda, garantiza atención en salud y fortalece el
sentido de ciudadanía en cuanto a derechos y obligaciones entre los nuevos
habitantes, la sociedad y el Estado argentino.
Ellos [sus amigos] me dijeron que tenía que ir a Migraciones, sacar la precaria,
conseguir los documentos. Yo traje todo apostillado, antecedentes penales, partida
de nacimiento, todo, todo, lo de mi carrera, título apostillado, todo, de antemano. Me
dijeron lo que tenía que traer para que fuera más fácil y rápido y todo fue a la
perfección. La precaria me la dieron, ya podía trabajar legal y a los meses, como dice
la ley, me llego mi DNI temporario, luego me llego el permanente. (Hombre de 41
años)
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educación, bancarización y consumo, cuyos mecanismos requieren acreditar
identidad.
Redes de apoyo
Un elemento común a todas las experiencias migrantes registradas es la importancia
que adjudican a las redes de apoyo, desde la planificación del viaje en Venezuela
hasta los pasos que siguieron para instalarse en el país, tener un lugar a donde llegar,
aprender a moverse en la ciudad, ubicar una casa, conseguir trabajo, elegir una obra
social, contar con un grupo de contención emocional, entre otras cosas. Ante la
pregunta sobre la forma en que colaboró la red de apoyo en el proceso de
establecerse, se destacan los siguientes relatos:
Teníamos amigos. De hecho, fueron los que nos recibieron cuando nosotros
llegamos. Ellos dijeron: “vénganse, los recibimos, se quedan un par de semanas”.
Nos buscaron el cupo de la nena [en la escuela privada], nos explicaron el tema de
los papeles. Ellos nos dieron ese apoyo de información y de guía que no teníamos en
otra parte. (Mujer de 39 años).
Con ellos súper agradecido, porque si no, quién sabe qué hubiera hecho, porque
llegue con la pura maleta. Miras para todas partes y decís: bueno, estoy en Argentina
¿y ahora qué? ¿Qué tengo que hacer, donde tengo que ir? ¿Dónde busco alquiler?
¿Esta noche donde la voy a pasar? ¿Qué voy a comer? Me vine solo, yo resuelvo, pero
es diferente cuando te reciben, vas a una casa, ya tienes un techo, comida y personas
conocidas. Ya puedes preguntarles con quién contar, que me digan qué tengo que
hacer, a dónde me dirijo, unos mapas. Porque Argentina es grandísima, grandísima.
(Hombre de 41 años)
Para otras personas que no contaban con familiares o amigos en Argentina, las redes
sociales en línea fueron fundamentales en la etapa previa a llegar al país. Una de las
entrevistadas resumió un proceso que fue común para muchas personas:
En ese año y medio [2015-2016] yo tenía como una doble vida. Vivía mi vida en
Venezuela, y otra vida con la gente en chats de las redes sociales. Era muy mío esto,
porque todos allá tenían su opinión, pero la decisión siempre fue mía. Tenía mi doble
vida, hablaba con mi gente que quería emigrar, o gente que ya estaba acá.
Desconocidos todos. La información dura, gruesa, fue a través de los grupos. Yo no
hubiese sobrevivido a Buenos Aires sin esa red. (Mujer de 42 años)
Más adelante en la entrevista, cuenta que de ese grupo de desconocidas –de las
cuales muchas viajaron a Argentina–, se formó un grupo de WhatsApp denominado
“mamis venezolanas”, donde recurrió para resolver un problema:
Cuando llegué compré un sólo guardapolvo para mi hija, porque no tenía dinero para
más, y como viene en invierno, el guardapolvo no se secaba y pregunté en el grupo
de mamis venezolanas si me podían prestar uno, y una muchacha me lo regaló y me
dijo “cuando yo llegué estaba igual que tú, entré a un chat grupal y una señora
argentina me lo regaló”. Me conmovió que una persona totalmente extraña se
solidarizara. En el grupo mamis siempre decimos cadena de favores, no me pagues
con nada específico, haz lo mismo por otra persona. (Mujer de 42 años)
Acceso a la vivienda
En una primera etapa de estadía en Argentina casi todos los inmigrantes tuvieron,
como denominador común, el apoyo de otras personas venezolanas (familiares o
amigos) que los recibieron durante algunos días o meses, hasta que pudieron acceder
a otros lugares. Este capital social fue fundamental para empezar a resolver los
aspectos logísticos relacionados, en principio, a la vivienda. En ese sentido, la red
migrante funcionó, por un lado, como una fuente de contactos necesaria para
seleccionar barrios, localizar viviendas y conseguir las garantías de alquiler
correspondientes, así como también para encontrar otras personas en situaciones
similares y compartir tipos de vivienda.
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Algunos recordaron sus experiencias en relación a la estancia en hoteles familiares:
Voy a empezar a pagar un hotel que sea lo más barato posible, justo vi uno que era
un hotel y pagabas habitación mensual, sin deposito sin nada. Era una pensión
bastante grande, había venezolanos, senegaleses y gente de Argentina del interior
como migrantes en Buenos Aires, que tienen una situación similar de migrantes, pero
con DNI. (Hombre de 27 años)
Estuve cuidando una casa, pero luego tuve que irme, luego viví con una amiga. Ahora
estamos en un hotel familiar. No he podido conseguir alquiler porque me piden
documentación de un trabajo en blanco. (Hombre de 43 años)
Otra persona tenía información sobre una institución argentina donde podía alquilar
un cuarto, lo aprovechó un tiempo para establecerse y luego, a partir del acceso al
trabajo formal, consiguió un departamento para recibir a su familia:
Viví un año y medio con dos amigas en un ambiente. Yo llegué y ellas dos ya vivían
ahí, una es mi mejor amiga del colegio, la otra era amiga suya de la universidad, yo la
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conocía, pero no éramos tan amigas. Después yo me quedé en el monoambiente con
mi pareja y mis amigas si se fueron. (Mujer de 29 años)
O se tradujo en una cadena que enlaza a migrantes y sus contactos argentinos, una
de las entrevistadas nos sugiere cómo funciona el mecanismo.
A ese lugar donde me fui, llegué por una chica que conocí, amiga de un amigo, y
cuando la conocí me di cuenta que frecuentábamos los mismos lugares en Caracas,
y yo le dije a ella que me quería mudar por microcentro, y tenía un señor que era
amigo de ella, que vivía en Boedo y estaba alquilando una habitación, y ella me dijo:
podemos hablar con él a ver si te alquila. (Mujer de 36 años)
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Además, para gran parte del colectivo más joven, las experiencias habitacionales en
Argentina representan las primeras instancias de independencia, lejos del lugar que
cohabitaban con sus familiares. Esta particularidad tiene dos efectos. Por un lado,
incide positivamente en la integración en la medida que resignifica la experiencia
migrante como una etapa crecimiento personal y, por otro lado, produce la certeza de
que migrar es posible y que podrían repetir el proceso en otros países, en caso de
dejar Argentina. Esta condición forma parte de los posibles escenarios que serán
retomados en la última parte del presente documento.
Decidimos mudarnos con mi novio que es argentino, y pensé que era más fácil, pero
no lo fue, es decir que las dificultades que tuvimos iban más allá de mi condición de
migrante. Ahí me sentí igual a los demás. (Mujer de 43 años)
Acceso al trabajo
El primer elemento que destaca en esta sección, es que todas las personas
entrevistadas –salvo un hombre jubilado–, consignaron tener trabajo. Los escenarios
que se encontraron son diversos. Algunas personas empezaron trabajando con
contratos informales –generalmente precarizados–, en kioscos, hoteles, bares,
dietéticas, supermercados; o se sumaron a emprendimientos gastronómicos; o
empezaron sus propios emprendimientos antes de conseguir un trabajo formal.
Por otro lado, muchos migrantes están realizando o realizaron trabajos que no tienen
relación con su formación. Un ingeniero con mucha experiencia recuerda: “no exagero
si te digo que repartí unos ochocientos CV. Mi primer trabajo fue en una inmobiliaria,
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ahora estoy trabajando para una constructora”. Una situación parecida vivió un
psicólogo que fue repositor de una tienda y ahora está contratado como
acompañante terapéutico; o una publicista que fue mesera durante unos meses, y
ahora ofrece consultorías en publicidad digital de manera independiente.
Pero no todos han logrado insertarse en su campo, así lo expresa un venezolano que
tiene un puesto de vendedor en una heladería:
Yo soy técnico de audio y allá estaba trabajando como técnico en un canal de
televisión, en el audio en vivo y en la musicalización. No he podido conseguir, es un
rubro en el que necesitas contactos. He buscado un tiempo, pero como no consigo,
desisto. (Hombre de 22 años)
Parte de esa barrera se inscribe en la falta de redes laborales -no siempre presentes
en las redes migratorias- y en la dinámica puntual de inserción de cada oficio en el
mercado local. Si bien las redes migratorias fueron claves para conseguir trabajo, no
todos devinieron en empleos estables, formales o deseados.
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según sus ingresos y circunstancias–, a parientes, e incluso a amigos o ex
compañeros de trabajo. El caso de una de las entrevistadas, muestra las
contingencias y posibilidades a las que se enfrentan:
Al principio, después de tener ocho o nueve meses acá comencé a mandar, porque al
principio no tenía nada. Mandaba lo mínimo, a mi mamá, a mi hermana. Estuve
mandando hasta que comenzó el tema del COVID, y me quedé sin plata. Y otra vez le
empecé a mandar el año pasado, todos los meses le mandé plata. (Mujer de 36
años)
Envío a mi suegra, a mi padre y madre, para los medicamentos. Somos seis millones
de venezolanos afuera que de una u otra manera, estamos enviando dinero a un
familiar, a un amigo, a un ex compañero de trabajo que tienen a la mamá enferma, o
están sin trabajo. Un granito que yo ponga, más otro, se da la posibilidad para que
esa persona tenga algo. (Hombre de 47 años)
Al principio cuando estaba solo, yo mandaba. Pero después que vino mi familia,
hemos tenido ciertos percances. He querido hacerlo, pero no he podido por los
trabajos que he tenido, no cubren para yo poder separar y mandar remesas a
Venezuela. De hecho, yo he recibido ayuda de familiares que están en Estados
Unidos y en Europa. (Hombre de 43 años)
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Yo puse en la balanza a mi familia y mi bienestar personal. Pesa mucho mi familia, a
mí me importa estar haciendo un trabajo para que mi familia tenga una entrada
económica fija, me puedo arriesgar, pero ¿si no me va bien? No quise
arriesgarme. También está el tema de la edad. Me consta porque he enviado
currículos y me dicen que es hasta 35 años. Puse a mi familia por encima, ellos
tienen su comida segura, mis hijos tienen su mensualidad segura, a veces no es
mucho, a veces sí, pero siempre su plato de comida en la mesa y eso me tranquiliza.
Mi profesión ya la ejercí y ya cumplí con eso. (Hombre de 41 años)
Hay diferentes necesidades entre los venezolanos. El que tiene una visión profesional
elige Argentina, el que tiene como objetivo de vida hacer dinero, se va a Estados
Unidos. Quien tiene un plan profesional, que sabe que está formado, que valora la
academia que tuvo, que quiere generar impacto en el sector laboral, que quiere seguir
formándose, se viene para acá. Todo mi grupo, son ingenieros, médicos ¿dónde
trabajan? Están en el “management” de las compañías de aquí y es gente que está
muy bien formada. Todo el mundo llegó con un PhD, posgrado, licenciaturas, con
mucha formación. Gente que llegó a seguir estudiando. Por lo menos, yo llegué acá y
no he parado de hacer cursos. (Mujer de 29 años)
Hay una idea errada de que la migración venezolana es toda profesional, que se
puede insertar fácilmente aquí. Pero el que quiere buscar trabajos transitorios en
rubros de servicios si consigue, porque somos bien valorados, y venimos de una
situación tan adversa que hay una sensación de agradecimiento, por ejemplo, un
ingeniero que trabaja en una estación de servicio como playero, seguro está
agradecido porque puede enviar plata a su familia. También hay que entender que la
migración venezolana tiene 5 años con mayor fuerza y en el medio dos años de
pandemia. (Mujer de 43 años)
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Acceso a la salud
En torno al acceso y la atención en salud, en línea general, los entrevistados narran
experiencias positivas y las excepciones se relacionan con demoras en la atención.
Los primeros contactos fueron con el sistema público de salud. Se presentan algunos
testimonios:
El año pasado me explotó una botella de vidrio congelada en la cara. Me cayó vidrio
acá en el ojo, como en el párpado y arriba, pero no se nota. Fui a un hospital que me
dijeron que es muy bueno, de oftalmología, eso está como por Balvanera, fui a la
guardia, me revisaron y me dieron una cremita. La atención fue muy buena. (Mujer de
36 años)
Tuve apendicitis, fue así de la noche a la mañana, y bueno, me fui al Pirovano porque
pensé que era un dolor de estómago. Me atendieron y se dieron cuenta que había
como una infección, y el doctor me dijo “hay que operar”. Estaban resolviendo todo
y yo decía “no tengo seguro”. Me atendieron súper bien, fue una experiencia muy
buena y no pagué nada, en ese aspecto me sorprendió. (Hombre de 32 años)
Fuimos una sola vez y fue malísimo. Mi niño había confundido una botella que tenía
algo de cloro con agua, y lo llevamos al hospital, pero como lo vieron bien, no lo
atendieron. Fuera de ese caso, no hemos tenido necesidad de ir al hospital. Cualquier
cosa llamamos al pediatra de Venezuela. (Hombre de 43 Años)
Más allá de la descripción que hace sobre la mala experiencia que tuvieron, resulta
interesante que sostengan como opción la consulta a distancia con un médico de
Venezuela. Esta predisposición, traduce el mapa de significados para interpretar los
niveles de confianza en ambos territorios, y en última instancia, expresa los recorridos
de la integración.
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Cabe destacar que se registraron experiencias donde las personas fueron atendidas
en el sistema de salud sin tener el Certificado de Residencia Precaria. Así lo cuenta
una mujer que transitó la última parte de su embarazo en Argentina:
Cuando me quede sin obra social hace un año, he ido a un hospital, con esto de que
soy paciente psiquiátrico, tengo que tomar una medicación regularmente y al
quedarme sin obra social me tocó asistir al sistema público. Y ahí el hospital que
mejor me atendió fue el Borda con el tema que me daban mi medicación ahí, me
atendían rápido. En el hospital de San Fernando también me atendieron por una
neumonía. (Hombre de 27 años)
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Experiencias en pandemia
La gestión estatal de la pandemia COVID-19 trastocó las dinámicas sociales y
económicas a nivel global y nacional. Los escenarios para la población venezolana,
como en otros temas, fueron diversos en función de sus propias condiciones, las
redes migrantes, el capital social y la capacidad de adaptación a un contexto inédito.
En virtud de ello, frente a la pregunta ¿qué dificultades tuviste con la pandemia? Se
observa que el confinamiento significó para cada uno cosas disímiles, como
dificultades económicas y emocionales; cambios en el formato laboral; y
oportunidades de crecimiento profesional.
Un primer elemento a resaltar es el peso que tuvo el aislamiento físico sobre la salud
mental de las personas. Un hombre joven, contaba su experiencia:
Estuve más tiempo sin pandemia que con pandemia acá en Buenos Aires, porque
llegué en 2018 y la pandemia empezó en marzo de 2020. En ese momento tenía
proyectos musicales, con un grupo de amigos de Venezuela. Y todo eso con la
Pandemia se fragmentó, y ahí siento que mi vida se redujo a trabajar y estar en casa
(…) Me deprimió muchísimo el tema de la pandemia, me llevó incluso a estar
internado. Siento que me enfermo el aislamiento, que se hayan diluido esos
proyectos que tenía. (Hombre de 27 años).
Yo en Caracas vivía en una casa inmensa, de 340 metros cuadrados. Cada cuarto
con su baño, y eso que allá yo era clase media. Pero las construcciones son así allá.
Y nos mudamos aquí a un departamento de 60 metros, tenemos un baño tres
habitaciones pequeñas y en la pandemia no fue fácil. Nos pegó el encierro. (Mujer de
43 años)
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El punto donde confluyen la mayoría de las respuestas se refiere a la cuestión
económica y laboral. Un grupo hizo énfasis en la continuidad que tuvieron en sus
trabajos:
Al inicio el local cerró unas semanas, pero luego siguió trabajando y cobrábamos el
IFE y con eso busqué sobrevivir de alguna forma. Luego tuve los mismos problemas
que todo el mundo, el encierro y esas cosas. Como vivía con otro amigo, nos
alcanzaba para pagar alquiler y comida. En 2021 los trabajos se acomodaron y subió
nuestra carga horaria y tuvimos más dinero. A veces le decía a mi papá si me podía
mandar dinero de vez en cuando. (Hombre de 22 años)
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la actitud, actuando bien, sin perjudicar a nadie, lo demás se va haciendo en el
camino. (Hombre de 47 años).
La economía para muchos comenzó a ser una economía de tipo familiar, donde se
vislumbra el apoyo a los miembros que se vieron más perjudicados por el contexto.
La verdad que yo personalmente nunca deje de tener trabajo, trabaje desde casa. Me
siguieron pagando igual. Pero mi hermano sí, que hace Uber, él dejó de trabajar, mi
mamá estaba sin trabajo y quien tuvo que salir a bancar fui yo. (Mujer de 39 años)
En la pandemia no podíamos salir a trabajar, y tampoco nos dieron el IFE. Por suerte
tenía ahorros. Mi hermano siguió trabajando en la pandemia y nos ayudaba mucho.
(Mujer de 30 años)
Por eso me dediqué a esto, y empezó a surgir por esto de la pandemia esto de los
pacientes online venezolanos en otros países. Me vino bien la pandemia. Era como
raro, porque yo siempre lo había hecho de modo presencial, entonces empecé a
atender gente así. Ahora hago clínica, que es lo mío, entonces atiendo gente en
Uruguay y otros países. Atiendo bajo la figura de terapeuta holístico, inevitablemente
voy a trabajar con la psicología, pero no te voy a atender bajo esa figura. Tengo
pocos pacientes argentinos, porque la mayoría son venezolanos. Tengo pacientes en
Chile, Uruguay, EEUU. Yo siempre quise quedarme en el país, esto surgió medio en la
emergencia, fue medio obligado. (Mujer de 30 años)
Con la pandemia tuve uno de los mejores años de mi vida, porque trabajaba en una
empresa de comercio digital y delivery, y eso explotó. Fue un año muy desafiante y
todo salió bien, haber liderado las emociones argentinas en la pandemia fue un reto
total, más en un área comercial donde además tenía que rendir. (Mujer de 28 años)
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Como marco general, es importante recordar que previo al contexto de emergencia
sanitaria, la migración venezolana como colectivo no tenía más de cinco años. En el
caso de las personas que participaron del presente estudio, diez de ellas habían
llegado entre 2018 y 2019, con lo cual era poco el tiempo transcurrido en función de
los elementos que hacen a la estabilidad en un nuevo país. Aún así, las personas
lograron resignificar el contexto y los condicionamientos que impuso la pandemia, en
un escenario más amplio respecto a lo que refiere la migración donde, de todas
formas, han tenido que resolver diversos temas que hacen a la vida cotidiana.
En general, al contrario, me preguntan de dónde soy y me dicen que “rico las arepas”.
Cuando hacía música en el subte nadie fue a decirme “que música tan horrible”,
siempre fue “que linda, que buena música”. (Hombre de 27 años)
Nosotros como familia nos hemos sentido súper bien desde el momento que
llegamos, la recepción ha sido excelente. Muchos argentinos con los cuales he
conversado me dicen, lo que pasa es que Argentina también es un país de
inmigrantes. Eso ha ayudado mucho para aceptar y comprender la migración
venezolana. (Hombre de 47 años)
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Ante la misma pregunta, también se registran otras miradas donde reconocen que
vivieron situaciones incómodas. La primera alude la cuestión de género y su
condición de migrante:
Debo decir que hay como un fetiche con las venezolanas, como que los tipos son
más “atacones”, cuando le dices que eres venezolana te tiran los perros, y uno no les
ha dicho nada. Mis amigas también lo han sentido, antes me decían que era más
fuerte, ahora ha bajado. En lo personal igual no me ha pasado ninguna situación de
acoso grave más que un taxista desubicado pidiéndome el número. (Mujer de 37
años)
En plena pandemia, una mujer súper sacada, el colectivo estaba muy lleno, nos
fuimos a bajar y ella estaba muy apurada, y yo le dije “espere, tranquila”. No le gustó
que yo dijera eso y como me escucho el acento me dijo: ”yo no sé cómo será en tu
país”, sacadísima, insultándome por tener otro acento, no por ser venezolana, sino
por tener otro acento. (Mujer de 39 años)
Otro registro sobre la percepción, está dado por la imagen que proyectan los medios
de comunicación:
Si me ha dicho “pobrecita, que por lo menos aquí puedo comer” y eso me molesta
porque allá ganaba más dinero que aquí. A veces me han tratado como si yo no
supiera de algo, entiendo que no es discriminación, sino que se han dejado llevar por
lo que miran en la tele. (Mujer de 30 años)
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uno y entró otro venezolano, se fue un argentino y entró otro venezolano. En otra
Shell que es de ellos mismos también metieron venezolanos a montón, puros
venezolanos. Les gusta cómo trabajan. (Hombre de 41 años)
Nunca tuve un rechazo en ningún lado acá. Al contrario, como me pasó en un trabajo,
buscaban un abogado venezolano. Hablando con amigos, tampoco escuché que los
rechazaran, como sí pasa con otras nacionalidades. Puede que sea un tema de
racismo y por el imaginario de que todos los venezolanos vienen con un título y
tampoco es cierto que todos los venezolanos son blancos, pero está ese imaginario.
Y es que efectivamente gran parte de los que llegaron a Argentina tenían un título.
(Hombre de 26 años)
Escenarios a futuro
Tomando en cuenta que la población venezolana constituye una migración reciente
–pero significativa por el volumen y rapidez con la que llegó al país–, una de los
objetivos del presente estudio, era explorar los escenarios a futuro en relación a su
permanencia o no en Argentina y la probabilidad de recibir parientes en calidad de
nuevos migrantes.
Aún sin tener certeza sobre el futuro a largo plazo en el país, varias personas hicieron
énfasis en el esfuerzo que supondría volver a viajar, individual o familiarmente, por lo
que implica dejar un lugar e instalarse en otro.
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Actualmente no siento la energía, ni la proyección, de irme a vivir a otro lado, porque
comenzar de cero es muy duro, no quisiera pasar por eso otra vez. Pero no sé si me
veo viviendo toda mi vida en esta ciudad. Tengo claro que no voy a volver
prontamente a Venezuela, pero no sé si en un futuro pueda regresar. Regresar
actualmente a Venezuela es volver a un lugar donde no tengo una vida. (Mujer de 39
años)
No creo que migremos a corto plazo ni a mediano plazo. Tiene mucho desgaste
migrar, y Argentina tiene mucho mejores condiciones que las que tenía Venezuela
cuando nos fuimos. El objetivo es quedarnos acá, a menos que todo se complique,
tomaríamos en cuenta la posibilidad de migrar, pero la ciudad me gusta mucho en
Particular. (Hombre de 26 años)
Tengo una amiga que se quiere ir, pero no sabe ni siquiera dónde. Está viendo si se
va a Europa o a EEUU. Mi otra amiga sí se está haciendo la nacionalidad, la veo bien
haciendo vida acá. Tengo otros amigos que son pareja y quieren quedarse, más que
nada por el desgaste que implica volver a migrar, dicen “ya estamos aquí, nos
arreglamos como venga”. (Mujer de 29 años)
Es factible inferir que el desgaste emocional que implica migrar sea significativo para
las personas durante un periodo considerable de tiempo y, como consecuencia, opere
en la decisión de continuar en Argentina. Por otro lado, destaca un comentario que
resulta ilustrativo de un probable escenario a futuro para una parte de la población
venezolana: frente a la dificultad económica de comprar una vivienda propia
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Argentina, quienes emigraron de Venezuela en su periodo de adultez y conservan casa
en su país de origen, una posibilidad es retornar en el periodo de vejez.
Con mi grupo de amigos venezolanos nos preguntamos ¿te ves acá? Es un tema que
yo lo abordo mucho porque obviamente me preocupa. Además, en este apartamento
nos queda como un año y pico, y nos preguntamos si vamos a renovar, porque es
importante para saber si vamos a buscar, o si vamos a seguir juntos alquilando o
cada uno se va por su lado. Entonces, ha sido un tema recurrente, pero siempre
llegamos al punto que, en otros lados no nos vamos a sentir como acá. De hecho,
soy argentino ya, porque me nacionalicé. (Hombre de 32 años)
A modo de síntesis, se identifican cuatro puntos que hacen a los argumentos dados
en favor de permanecer en el país, al menos a mediano plazo: 1) La dificultad
(económica, emocional y burocrática) que implica volver a migrar y “empezar de cero”
2) el interés por aprovechar el capital social construido en Argentina, 3) la
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preocupación por no desarraigar a los hijos, y 4) el balance positivo sobre la
experiencia de vivir en Argentina.
Por otro lado, se registraron personas que mostraron dudas sobre su continuidad en
el país, puntualmente por la preocupación que les genera la devaluación de la moneda
y aceleración inflacionaria, lo que incide negativamente –con mayor o menor énfasis
según la situación de cada persona– en aspectos disímiles como el costo de vida
cotidiana o el nivel de vida que quieren tener. Se presentan algunas voces para ilustrar
estas variantes. Un hombre que vive en un hotel de familia con su esposa y dos hijos,
y tiene una situación económica inestable, tenía la siguiente opinión:
Un joven que alquila un departamento con otro amigo venezolano y tiene trabajo
formal en una heladería, señalaba:
Por ahí si Argentina vuelve a estar más estable me gustaría quedarme. Como te dije
a Buenos Aires lo amo completamente. Y eso que no he explorado el cincuenta por
ciento o más de la ciudad, porque siempre he estado trabajando. Lo que conozco me
encanta, por mi yo me quedaría, pero también depende de cómo está la situación
acá. (Hombre de 22 años)
Una mujer que vive sola y tiene un trabajo estable, también contemplaba la posibilidad
de volver a migrar:
No sé si me iré de acá, de pronto consigo otro trabajo que me paguen mejor y que
esté más a gusto. Mi tema es que no estoy cómoda con el trabajo 100%, y acá cuesta
mucho viajar [por la capacidad de ahorro en dólares]. En Venezuela yo tenía un nivel
de vida más alto que el que tengo acá. Pero bueno, acá hay otras cosas buenas. De
todas formas, es verdad que es difícil cuando uno está acostumbrado a unas cosas y
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luego bajar de nivel. Yo quiero mantener mi nivel. No sé si volvería a Venezuela.
(Mujer de 37 años)
La única persona de las entrevistadas que tiene sus hijos en Venezuela fue quien
expresó el deseo de regresar a su país para reencontrarse con ellos:
Mi esperanza es volver a mi país y trabajar allá, montar un negocio desde aquí con
mis hermanos que están allá, y cuando ya esté todo sólido, volverme. Un negocio de
lo que sea, lo que sea rentable, verduras, fruterías, celulares, lo que salga, que sea
rentable, que me dé para tres comidas mías y de mis hijos, yo no busco lujo, con que
esté con mis hijos todos los días, los vea, aunque sea en la noche y en la mañana,
comparta con ellos, el colegio, eso quiero. El tema lo veo a mediano plazo porque
aquí se complicó, con la economía que está muy inestable, el dólar sube y baja, pero
irme a otro país no. Si me voy es a Venezuela. Esa historia de migrar, de andar con tu
maleta, es muy duro. (Hombre de 41 años)
Mi mamá si quisiera venir, más que nada porque quiere brindarle más oportunidades
a mi hermanito con síndrome de Down. La idea es que vengan de visita un tiempo, el
tema es que la economía acá no está tan buena, y ella se lo piensa. A mí me
encantaría que vinieran, yo sería feliz si nos juntamos todos. (Mujer de 29 años)
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A mí me gustaría traer a mi cuñado porque él está saliendo del bachillerato y quisiera
que estudiara acá, él tiene 16 años, es joven. Entonces quiero que sepa que si no
puede allá tiene una puerta abierta acá. Yo me vine acá también porque lo quiero
ayudar a él. (Hombre de 26 años)
Ahora bien, se registró el caso de una familia que había logrado reunirse en Argentina,
y estaba evaluando la posibilidad de que las personas mayores, la madre y el padre de
la entrevistada, volvieran a Venezuela.
La intención está puesta en que mis padres regresen prontamente, está decidido. Por
lo económico y por lo emocional. Mi hermano y yo somos muy poquitos para
sostener a mi papá y mi mamá. Cada uno está como resolviendo su vida, es una
cuota importante de contención emocional que hay que estar. Imagínate lo que nos
cuesta con la edad hacer amigos, imagínate para la gente más grande, hacer una
vida nuevamente. Mi mamá tiene trabajo, alguna que otra amiga, resuelve, conoce
más o menos la ciudad. Mi papá también se maneja bastante sólo, pero le cuesta
más igual. Hay que estar siempre porque a la larga están solos. Por esa situación,
que es un poco más personal y por lo económico también, dijimos: para estar
pagando una casa acá, un alquiler, esa plata se la depositamos allá. Pero es
complicado, no hay certezas al cien por ciento de nada. (Mujer de 39 años)
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Conclusiones
El estudio capturó elementos que abarcan las trayectorias de las personas
entrevistadas, quienes proporcionaron información no solo sobre sus experiencias
individuales, sino también sobre su entorno social, conformado por familiares, amigos
y conocidos, como parte de la red de migrantes. En este contexto, las narrativas de
cada individuo comprenden tres dimensiones: 1) en su conjunto, ilustran la
heterogeneidad de experiencias personales en relación a cada tema tratado, 2) a nivel
individual, también hacen referencia a las experiencias de otras personas, y 3) en un
plano de mayor abstracción, posibilitan una aproximación general al tema. En este
sentido, las conclusiones presentadas a continuación se articulan en estos tres
niveles de registro.
Las personas recién llegadas renuevan la red de migrantes que conecta Venezuela
con Argentina y enriquecen el capital social disponible en términos de recursos
potenciales, tanto para los residentes actuales como para los futuros.
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tránsito de la informalidad a la formalidad laboral suele producirse en un periodo
relativamente breve.
A pesar de los desafíos inherentes a la condición de migrante, la población venezolana
ha logrado acceder al empleo, asegurar vivienda y enfrentar las dificultades impuestas
por la pandemia. En línea general, la población venezolana registra experiencias
positivas, sobre la forma en que son percibidos socialmente en el AMBA, como “otros
culturales”.
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Bibliografía
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Historia, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina.
37
Nicolao, J. et al (2022), “Migración venezolana en la República Argentina. Desafíos
emergentes de su integración laboral en el marco de la pandemia”, en Polis N. 62, Revista
Latinoamericana.
OIM (2019), Glosario de la OIM sobre Migración, Derecho Internacional sobre Migración,
N.34, Suiza.
Palloni, A. et al. (2001) “Social Capital and International Migration: A Test Using Information
on Family Networks”, in American Journal of Sociology, Vol. 106, N. 5.
R4V (2023), Refugiados y migrantes venezolanos en la región hasta agosto de 2023, RV4
Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela.
Resoluciones Nº 230-E, Convalidación de títulos, diplomas o grados académicos
universitarios, Ministerio de Educación, Argentina.
Restrepo, E. (2022), Etnografía: Alcances, técnicas y éticas, Universidad Nacional del Centro
de Perú.
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Anexo
Guía de preguntas
Las preguntas que componen la presente guía, son de carácter semi estructurado, de
tal manera que permitirán registrar respuestas abiertas orientadas a abarcar la
especificidad de las trayectorias de vidas individuales y familiares. En ese sentido,
cada voz ofrece dos niveles de lectura que están imbricados, las experiencias
personales y la articulación de esas experiencias al grupo al cual pertenece, sabiendo
que por lo general, en los procesos migratorios de una persona, hay otras personas
involucradas, muchas de ellas, del mismo núcleo familiar –migrante o potencialmente
futuros migrantes–. Para cada entrevista, se hará una breve caracterización social a
partir del registro de la edad, género, nivel educativo, condición física, tiempo de
permanencia en el país, tipo de radicación, composición familiar, cantidad de
personas a cargo.
Estar en Argentina
Red de apoyo
● ¿De qué manera ha colaborado la red social –familiares, amigos, conocidos,
espacios de internet, connacionales–, en el proceso de migrar y establecerse en
Argentina?
Documentación
● ¿Cómo ha sido el proceso para establecerte en el país en términos legales?
(dificultades, facilidades con la documentación)
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Casa
● ¿Cómo fue el proceso de alquilar una casa / habitación /pensión?
● ¿Dónde alquilan?
● ¿Hace cuánto tiempo están ahí?
● ¿Con cuántas personas viven? (hacinamiento y calidad de la vivienda).
● ¿Cambiaron sus condiciones habitacionales en relación a su país de origen?
Trabajo
● ¿Pudiste conseguir trabajo?
● ¿Cómo son las condiciones laborales (tipo de contrato, relación de
dependencia o cuentapropismo, cantidad de horas ocupadas, actividad que
desempeña, antigüedad);
● ¿Trabajas en la misma área que trabajabas en Venezuela? (pro y contras de la
continuidad o discontinuidad; trabajos anteriores)
● ¿Mandás remesas a tu familia en Venezuela?
● En el caso que no tenga trabajo y busque, ¿cuáles son los motivos por lo que
no encuentra?
Educación
● ¿Estás estudiando?
● ¿Pensás hacerlo?
● Si tuviste que revalidar un título u homologar materias, ¿cómo fue el proceso?
● Si tenés hijos ¿están escolarizados? ¿Cómo fue el proceso de inserción en el
sistema educativo?
Salud
● ¿Cómo ha sido tu experiencia en el acceso al Sistema de Salud en Argentina?
Pandemia
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● Durante la pandemia, ¿qué dificultades tuviste y qué hiciste para resolverlas?
(Dificultades, facilidades)
Esparcimiento
● ¿Encuentran espacios para reproducir prácticas de la cultura venezolana?
● ¿Consumen expresiones culturales de la ciudad?
Seguridad / Discriminación
● ¿Te has sentido aceptado por la sociedad? ¿Has vivido situaciones de
discriminación o de violencia?
Expectativas a futuro
Estadía en Argentina
● ¿Has ayudado a otros venezolanos en su proceso de migración?
● ¿Esperás establecerte definitivamente en Argentina, o pensás moverte a otro
país?
● ¿Esperás que puedan venir a Argentina otras personas de tu familia que aún
viven en Venezuela u otro país?
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