Teatro
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Teatro
Por sus ojos abiertos en la tierra Katherin : Nunca pensé, cuando escribí mis
veré en los tuyos lágrimas un día. primeros solitarios libros, que al correr de los
años me encontraría en plazas, calles, fábricas,
aulas, teatros y jardines, diciendo mis versos. He
Katherin: En 1923 se publicó ese mi primer libro: recorrido prácticamente todos los rincones de
Crepusculario. Para pagar la impresión tuve Chile, desparramando mi poesía entre la gente de
dificultades y victorias cada día. Mis escasos mi pueblo.
muebles se vendieron. ¡Mi primer libro! Yo
siempre he sostenido que la tarea del escritor no Valentina:
es misteriosa ni trágica, sino que, por lo menos la AQUÍ en la isla
del poeta, es una tarea personal, de beneficio el mar
público. Lo más parecido a la poesía es un pan o y cuánto mar
un plato de cerámica, o una madera tiernamente se sale de sí mismo
labrada, aunque sea por torpes manos. Sin a cada rato,
embargo, creo que ningún artesano puede tener, dice que sí, que no,
como el poeta la tiene, por una sola vez durante que no, que no, que no,
su vida, esta embriagadora sensación del primer dice que si, en azul,
objeto creado con sus manos, con la en espuma, en galope,
desorientación aún palpitante de sus sueños dice que no, que no.
No puede estarse quieto,
me llamo mar, repite
pegando en una piedra
sin lograr convencerla...
Katherine: Pero aprendí mucho más de la gran encarnado para muchos hombres, durante un
marea de las vidas, de la ternura vista en miles de minuto, la esperanza.
ojos que me miraron al mismo tiempo. Puede
este mensaje no ser posible a todos los poetas,
pero quien lo haya sentido lo guardará en su
corazón, lo desarrollará en su obra. Es
memorable y desgarrador para el poeta haber Valentina: Uno se cansa de amar, uno vive y se ha
de ir soñar ¿para qué soñar? Vivir ¿para qué vivir?
ir para qué vivir