Trafico de Mujeres
Trafico de Mujeres
Trafico de Mujeres
ISSN: 1870-7599
[email protected]
Red Internacional de Migración y Desarrollo
México
GLOBALIZACIÓN Y TRÁFICO
DE MUJERES: UNA LECCIÓN DESDE
MÉXICO
arun kumar acharya*
maría elena jarquín sánchez**
Resumen. En las últimas décadas, México ha logrado ciertos avances en algunos sec-
tores económicos y, simultáneamente, ha sido escenario para la persistencia de prácti-
cas y actitudes que continúan subordinando y oprimiendo a las mujeres. La más clara
evidencia de la ascendente marginación de mujeres y de su estatus desigual ha sido su
acentuada mercantilización y explotación sexual dentro y fuera del país. La globalización
de la economía significó la globalización de la explotación sexual de la mujer. Entre las
muchas formas de tráfico, la más visible y difundida es la del tráfico de mujeres para su
explotación sexual. En este artículo se pretende mostrar cómo la globalización es un
factor que ha acentuado el tráfico de mujeres de México hacia Estados Unidos.
Palabras clave: tráfico de mujeres, inequidad social, explotación sexual, marginación,
migración México–Estados Unidos.
Abstract. During
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the last decades, Mexico has achieved significant progresses in
various economic sectors while at the same time retaining persistent practices, atti-
tudes and behaviors that continue to oppress and subordinate women. The commodi-
tization and sexual exploitation inside and outside the country very likely constitutes
the clearest evidence of the increasing marginalization and subordination of women.
Among the many forms of trafficking, the most salient is trafficking with the aim of
sexual exploitation. Even though it is not a new phenomenon, this article attempts to
show how globalization constitutes a significant factor in the increasing trafficking of
women from Mexico to the us.
Keywords: woman trafficking, unequal social status, sexual exploitation, marginali-
zation, Mexico–us migration.
*
Instituto de Investigaciones Antropológicas. Universidad Nacional Autónoma de México.
**
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades. Universidad Nacional Autónoma de
México.
introducción
E
n la actualidad la globalización involucra una «mercantilización» sin prece-
dentes de los seres humanos. En los últimos treinta años, el comercio sexual,
de rápido crecimiento, se ha «industrializado» masivamente (Barry, 1995).
Este proceso de industrialización, en sus formas legal e ilegal, genera ganan-
cias que alcanzan los miles de millones de dólares (Freidmar, 1996). Ha creado un
mercado de intercambios sexuales en el que millones de mujeres y niños se convierten
en mercancías sexuales. Este mercado sexual se ha desarrollado debido al despliegue
masivo de la prostitución, como uno de los efectos de la presencia de fuerzas militares
que participan en guerras y ocupaciones territoriales (Strudevant y Stolzfus, 1992), a
la expansión sin precedentes del turismo en las economías emergentes (Truong, 1990),
al crecimiento y normalización de la pornograf ía (Poulin, 2000) y a la internacionali-
zación de los matrimonios arreglados (Hughes, 2001).
La industria del sexo, considerada antes como marginal, ha llegado a ocupar
una posición central y estratégica en el desarrollo del capitalismo internacional. Por
tal razón, es hoy un tema crucial para comprender el mundo en que vivimos. Entre
estos temas se incluye la explotación económica, la opresión sexual, la acumulación de
capital, la migración internacional, el desarrollo desigual y las condiciones asociadas
como el racismo y la pobreza (Poulin, 2004).
La industrialización del comercio sexual ha implicado la producción masiva
de mercancías y servicios sexuales estructurados en torno a una división regional e
internacional del trabajo. Estas «mercancías» son seres humanos que venden servicios
sexuales. El mercado internacional de estas «mercancías» incluye, simultáneamente, a
los niveles local y regional, haciendo que sus imperativos económicos sean imposibles
de evitar. La prostitución y la industria sexual relacionada —bares, clubes de baile,
locales de masaje, producción de pornograf ía— dependen de una economía subte-
rránea masiva controlada por alcahuetes conectados con el crimen organizado. Al
mismo tiempo, negocios como cadenas hoteleras internacionales, compañías aéreas y
la industria del turismo obtienen grandes beneficios de la industria del sexo. Por ejem-
plo, en Tailandia, este tráfico representa un negocio de 124 millones de dólares esta-
dounidenses, lo que representa un monto equivalente a cerca del 60% del presupuesto
gubernamental (catw, 2001). En esta línea, la Organización Internacional del Trabajo
(International Labor Organization, ilo) calcula que la prostitución representa entre
2% y 14% de las actividades económicas de Tailandia, Indonesia, Malasia y Filipinas
(Jeffreys, 1998).
De este modo la industrialización del comercio sexual y su globalización cons-
tituyen factores fundamentales que hacen de la prostitución contemporánea algo cua-
litativamente diferente de la prostitución del pasado. Los «consumidores» del norte
económico tienen ahora acceso a «exóticos» cuerpos jóvenes, muy jóvenes, en todo
el mundo, de manera notable en México, Brasil, Cuba, Filipinas, Nicaragua, Nepal y,
dado el tráfico de menores, en sus propios países. La industria del sexo está diversi-
ficada, sofisticada y especializada. Puede responder a todo tipo de demandas. Otro
factor, que le confiere un carácter cualitativamente diferente al actual comercio sexual,
es el hecho de que la prostitución se ha convertido en una estrategia de desarrollo para
algunos países. Bajo la obligación del pago de su deuda, numerosos países asiáticos,
tráfico de mujeres
mapa 1
Rutas de tráfico de mujeres en el mundo
fuente:
Elaboración propia
El tráfico de mujeres ha sido un tema feminista desde principios del siglo xx,
cuando los defensores del cambio, como Josephine Butler,1 luchaban en contra de la
trata de blancas.2 Reconocían que las mujeres y niñas constituían la mayoría de las víc-
1
Josephine Butler (1828–1906), una mujer feminista de fuertes convicciones religiosas del siglo xix, resistió los
ataques de dentro y de fuera del movimiento feminista. Otros activistas de los derechos de las mujeres sentían
que ella era demasiado radical y que sus esfuerzos dañarían sus intentos por ampliar las oportunidades educa-
tivas y laborales, y que al luchar por los derechos legales y políticos de las mujeres, sus oponentes la veían como
una amenaza para los fundamentos morales de la sociedad misma.
2
La trata de blancas (white slavery) es un término decimonónico referido a una forma de esclavitud que implicaba
abuso sexual de las mujeres que eran conservadas como presas y se les obligaba a la prostitución. Aunque esta
forma de abuso ocurría en la realidad, el nombre «trata de blancas» por lo general se refiere al uso original del
el tráfico de mujeres
de méxico a estados unidos
Desde que en Estados Unidos entró en vigor la nueva ley de restricción de la inmi-
término durante un pánico moral en Estados Unidos a fines del siglo xix y principios del xx. En ese contexto se
daba una percepción de que esta forma de abuso era un peligro para toda mujer joven. En este pánico moral, los
chivos expiatorios seleccionados serían los inmigrantes chinos, a los que se estereotipaba y demonizaba como
tratantes de blancas (The Free Encyclopedia).
mesas de los traficantes. Algunos traficantes les prometen matrimonio a las mujeres
que trafican. Una vez que el traficante tiene éxito con esa trampa, toma a la mujer y la
lleva a Estados Unidos para venderla en un prostíbulo.
Además de estos factores, hay otras prácticas culturales que contribuyen al co-
mercio sexual, como el machismo.3 El machismo es un factor de amplia difusión en
México, en donde las mujeres son vistas como objetos sexuales. Este ambiente facilita
la migración voluntaria con el propósito de prostituirse. Por ejemplo, en Chiapas este
fenómeno es conocido como «prostitución en temporada de cosecha», pues las muje-
res y niñas de centros urbanos migran hacia pueblos más pequeños durante la cosecha
de la caña de azúcar y encuentran una gran concentración de jornaleros agrícolas y
practican la prostitución para ganar algo de dinero. Durante la época de cosecha llegan
los traficantes a estas áreas para tratar de convencerlas con otras oportunidades de
empleo en el país o el extranjero. Por otra parte, en los estados de Oaxaca, Guerrero
y Michoacán, muchas chicas que estudian el bachillerato o la universidad se dedican
a la prostitución los fines de semana para cubrir sus necesidades económicas. A esta
práctica se le conoce como «prostitución en temporada de vacaciones» o «de fin de
semana» (ecpat International News Latter, 2001).
Además de las prácticas anteriores, se ha observado que en algunas comunida-
des indígenas de México los padres venden a sus hijas para escapar de la pobreza. Por
ejemplo, en Chamula, una comunidad de Chiapas, los padres intercambian a las hijas
por dinero o bienes en especie para salir de la pobreza (Reporte sipaz, 1998). Entre
otros factores, el conflicto armado de 1994, entre el gobierno federal mexicano y el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln), también ejerce presión en el tráfico
de mujeres en Chiapas. Este conflicto ha originado más de 40 mil desplazados de sus
hogares y pueblos. Debido a ello el Ejército mexicano ocupó buena parte del estado,
por lo cual la gente no cultiva las tierras. Para escapar de la pobreza y la violencia buena
parte de la población emigra a diferentes ciudades del país. Merced a que muchos indí-
genas no hablan español, son más vulnerables al tráfico (Acharya, 2004). Factores como
la impunidad —corrupción policial— constituyen algunas de las principales causas de
empuje de las mujeres hacia los prostíbulos y luego hacia el tráfico (Menéndez, 2001).
Por otro lado, la floreciente economía y el crecimiento del mercado laboral de
Estados Unidos se constituyen en factores de atracción, lo que motiva a muchas jóve-
nes a comenzar la emigración para salir de la tensión económica y la falta de oportuni-
dades que sufren en México (ecpat International News Latter, 2001).
Según Human Rights Watch (2000), a las mujeres suele reclutárseles con promesas de
empleo en Estados Unidos y, a falta de mejores opciones en su terruño, ellas aceptan
3
El término machismo, derivado de la palabra macho, ha logrado colarse al idioma inglés para denotar actitudes y
comportamientos sexistas asociadas con las bravatas masculinas. Stevens (1973: 90) lo describe como el «culto de
la virilidad (cuyas) principales características son una agresividad y una intransigencia exageradas en las relaciones
entre varones y la arrogancia y la agresión sexual en las relaciones entre varón y mujer» (Craske Nikki, 1999).
emigrar. También hay casos en que las mujeres son engañadas con un matrimonio
falso o con invitaciones a ir de vacaciones, en que los niños son entregados por sus
padres a cambio de un adelanto de dinero y la promesa de una ganancia futura, o en
los que las víctimas son simplemente secuestradas. A continuación un agente hace
arreglos para el viaje y la obtención del empleo de la mujer, consigue los documentos
necesarios para el traslado, contacta a patrones o mediadores de empleos y contrata
un acompañante para las mujeres en el viaje. Una vez que se han hecho los arreglos, las
mujeres no tienen control alguno sobre la naturaleza o lugar de trabajo, o los términos
o las condiciones de su empleo. En el mayor de los casos las mujeres han sido engaña-
das y terminan inmersas en situaciones adversas, de coerción y abuso, de las cuales es
dif ícil escapar por la dificultad y el peligro que representan.
Los traficantes suelen prometer a las chicas un buen trabajo en jardinería o en
el cuidado de niños y ancianos, por lo cual a su vez intentan convencer a sus padres
con la idea de que los empleos son legítimos. En una investigación, un agente de Immi-
gration and Naturalization Services (ins) de Nueva York informa que hay mexicanos
que trafican con mujeres y adolescentes de su propio país en California y que luego las
llevan a Nueva York para prostituirlas. Algunas de esas mujeres saben de antemano
que serán prostitutas mientras que otras van engañadas (Abraham, 2001). Una vez que
los traficantes sacan a las mujeres de sus lugares de origen, durante el traslado se les
detiene en lugares intermedios con objeto de violarlas, tanto sexual como f ísicamente.
En muchas ocasiones, durante su estancia en los lugares intermedios, los traficantes
revelan a las mujeres el verdadero trabajo al cual serán destinadas. Entonces las mu-
jeres quieren retractarse, pero los traficantes las violan reiteradamente hasta que ellas
manifiesten disposición a trabajar.
Por ejemplo, Inés, una chica mexicana de 20 años de edad, nativa de Veracruz,
menciona que una persona llegó a su pueblo y le prometió a ella y a su familia un buen
empleo en Estados Unidos. Una vez que salió del pueblo, se le esclavizó durante va-
rios meses en un lugar aislado. Entonces los traficantes le dijeron que laboraría como
trabajadora sexual en Estados Unidos, pero cuando Inés rechazó trabajar y trató de
escapar del lugar, el traficante la atrapó, golpeó y violó hasta que ella aceptó colaborar.
Cuando accedió a trabajar, los traficantes llevaron a Inés a Estados Unidos y la vendie-
ron en un burdel por 2,500 dólares (bbc News Services, 2000).
La manera más fácil de realizar el tráfico de mujeres de México a Estados Unidos con-
siste en prolongar la estancia más allá de la duración de la visa. En México es posible
obtener una visa amparada en distintos propósitos con validez de diez años. También
se puede conseguir para estudiante y para personas dedicadas al espectáculo. Los tra-
ficantes compran, previamente, formas de estudiante para facilitar la obtención de
visas. Muchas veces consiguen cartas de empleo falsas y la documentación de apoyo
para la obtención de las visas, y además convencen al funcionario del Consulado de
que la mujer retornará. En otras situaciones, la mujer entrega su pasaporte, bajo la
creencia de que la agencia de viajes o el reclutador se harán cargo de la logística, in-
cluida la obtención del permiso de empleo, pero debido a la estricta política actual en
conclusión
Por más de treinta años hemos visto una «sexualización» extremadamente rentable de
muchas sociedades, con fundamento en la dominación social. Hemos sido testigos de
la industrialización de la prostitución, del tráfico de mujeres y niños, de la pornograf ía
y del turismo sexual. Este mercado, antes marginal, es un aspecto cada vez más central
de la actual globalización capitalista. Las multinacionales del sexo se han convertido en
fuerzas económicas independientes (Barry, 1995) que aparecen en casas de bolsa. La
explotación sexual se considera una industria del entretenimiento y a la prostitución
un trabajo legítimo (Poulin, 2004). El tamaño y la centralidad crecientes de la industria
sexual global ayudan a explicar por qué tantos grupos y agencias adoptan medidas re-
guladoras normalizantes en sus intentos por abordar los efectos nocivos. Sin embargo,
esta estrategia es profundamente tendenciosa. El mercado sexual internacional, en rá-
pida expansión, explota sobre todo a mujeres y niños, en especial a miembros de grupos
marginales y minoritarios del Tercer Mundo y de los países ex socialistas. La «industria
del esparcimiento» se basa en la violación sistemática de los derechos humanos, ya que
requiere un mercado de seres humanos mercantilizados y la complicidad de alcahuetes
y clientes que se disponen a comprar y vender mujeres y niños (Poulin, 2000).
El tráfico de mujeres está profundamente incrustado en las culturas del mundo,
donde millones de mujeres consideran este tráfico ilegal una forma de vida. La violen-
cia y la explotación sexuales, asociadas al género, incluyen, en sus diversas formas, la
violación, la violencia doméstica, el asesinato y el tráfico de mujeres, los cuales conlle-
van un fuerte costo en términos de salud f ísica y mental. Cada vez más, la violencia y
la explotación sexuales asociadas al género se reconocen como un problema de salud
pública y constituyen una seria violación a los derechos humanos básicos. En todo
el mundo, al menos una de cada tres mujeres ha sido obligada a sostener relaciones
sexuales o se le ha violentado de otra manera, con mayor frecuencia por alguien a
quien la víctima conoce, incluido el esposo u otro miembro de la familia.
Aun cuando se han realizado grandes esfuerzos en términos constitucionales
por mejorar el estatus de la mujer en la sociedad mexicana, todavía hay muchas mu-
jeres en México que conservan una posición subordinada en esta sociedad patriarcal,
en la que se les trata como sujetas a los deseos del hombre. Todo este proceso consti-
tuye ahora un problema de dimensiones globales que requiere una respuesta urgente
y concertada. Es esencial un enfoque global para abordar los aspectos económicos,
sociales y políticos del tráfico de mujeres. Se requiere luchar contra quienes perpetran
estos actos, al mismo tiempo en que se asista a las víctimas del tráfico. Para combatir
el tráfico de mujeres resultan esenciales los siguientes aspectos:
referencias
Abhram, Shailaja (2001), Going Nowhere: Trafficking of women and children in Inter-
national Sex Trade, vol. 2, Nueva Delhi.
Acharya, Arun Kumar (2004), «Agrarian conflict, Internal displacement and Traffic-