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CORTES CONDE

- El crecimiento de la economía argentina entre 1880 - 1914, fue producto en gran parte a la
incorporación de capital, tierra y trabajo. En menor medida al aumento de la productividad pudo
pasar de la explotación de cueros a la producción de carne y exportación.
- Argentina poseía el potencial necesario para atraer capitales y trabajadores europeos, pero
este desplazamiento se dio a partir de la disminución del costo de transporte de estos y que la
organización nacional brinde las INSTITUCIONES necesarias para garantizar la remuneración
de los factores.
- En gran parte del siglo XIX, las condiciones institucionales no eran favorables a la adecuada
remuneración de trabajo y capital. Impuestos, impuestos inflacionarios, confiscación y
colocación de deuda forzada fueron los elementos que frenaban la entrada de capitales.
reflejada en el alto costo en relación a inglaterra por las primas de riesgo.
- Luego de la declaración de la independencia hubo turbulencias en la organización fiscal de la
nación por la disputa de la principal fuente de recursos: La aduana de BS AS
- Los caudillos federales defendían sus ingresos en sus aduanas internas, los de buenos aires la
suya.
- Los conflictos generaron endeudamiento y confiscación del lado de las provincias, buenos aires
aparte de esto también emite dinero para financiar la crisis.
- La constitución de 1853 recién pudo generar un acuerdo fiscal que reduzca la tasa de interés
de la deuda pública y la caja de conversión de 1890 definió un régimen monetario estable fue la
condición más evidente para la afluencia de capitales extranjeros.
- Las instituciones fiscales y monetarias impidieron al gobierno actuar discrecionalmente
apropiándose de recursos más allá de lo que permitía la constitución y leyes del congreso.

- Si bien no se poseen datos específicos sobre el ritmo del crecimiento de la economía en la


primera mitad del siglo XIX, la mayoría de las estimaciones indican un crecimiento en general
lento, cortés conde utiliza los ingresos fiscales como proxy del crecimiento. El resultado que se
obtiene que fueron alrededor de 2,5 millones de pesos de 1810 a 1850 y en la década del
cincuenta pasa a 3.5 millones.
- Entre 1895 - 1912 la agricultura fue la mayor fuente de crecimiento económico seguido por la
construcción. Fue un periodo de considerables inversiones, que por lo general no se renuevan
en periodos prolongados de tiempo. El grueso en el desarrollo de infraestructura se realizó
entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX
- La evidencia nos indica que el nivel de crecimiento que tuvo argentina en las décadas previas a
la primera guerra mundial fuer extraordinario, a un promedio del 6,5% anual, mientras los
demas países como Australia, Estados Unidos y Canadá un 3,5% anual.
- El aceitado flujo de factores, la apertura comercial y la disminucion de los costos de transporte
fueron primordiales en la integracion economia de argentina con los mercados del atlantico.
FACTORES DE CRECIMIENTO

TIERRA

- A finales del siglo XIX hubo un continuo aumento de la oferta de tierras, derivadas de las
campañas del desierto y de la integración de otras donde los costos de transporte bajaron
producto del ferrocarril.
- La creación de fronteras garantiza los beneficios de la explotación de su propiedad.
- Durante 1880 aumentó la exportación agrícola, en los noventa hubo una expansión de las áreas
cultivadas con cereales, creciendo la producción y los saldos exportables.
- El ferrocarril y su avance era necesario para la provisión de mano de obra y transporte de
producción a mercados urbanos y puertos de provincias del interior como Córdoba, Santa Fe y
Entre Ríos.
- La inconvertibilidad del peso papel se tradujo en depreciación con respecto al oro, se tradujo en
una devaluación del peso que afectó al salario real pero no de manera considerable debido a
que el precio de los alimentos también tuvo una caída.

CAPITAL

- La principal inversion en capital fue la de l ferrocarril, argentina tenia la decime extension de


vias ferreas mas larga del mundo, despues de USA, las potencias europeas y las colonias
britanicas.
- Las inversiones en ferrocarril requieren la movilización de ahorros en gran magnitud y ademas
tienen baja productividad hasta el momento en que se consolida un nivel de conexion adecuado
para la plena utilizacion de la inversion y el rendimiento de beneficios.
- El rendimiento de los capitales en argentina siempre fueron mas altos que las demás potencias
durante gran parte de siglo XIX, pero esto no implico la afluencia de grandes volumenes de
capital como se esperararia por el hecho de que este rendimiento mas alto se debia
generalmente a la prima de riesgo implicaban las inversiones en el pais. Existian grandes
indicios de intervenciones que alteren el beneficio de los inversiones.
- a partir de la constitucion del 62 cambiaron las circunstancias que afectaban las expectativas de
los capitales.juridicciones tributarias y derechos de aduana definidos, moneda fuerte, .
- Irrumpieron instituciones que garantizaban una regla fiscal y monetaria.
- El tipo de cambio fijo buscaba atraer los capitales extranjeros.

TRABAJO

- Las politicas derivadas de la generacion del 80 con respecto a las migraciones que recibia el
paise generaron un aluvion de trabajadores en edad adulta, ademas de un aumento en la tasa
de crecimiento poblacional y de distribucion regional de las masas.
- Tasa de dependencia de argentina fue mas elevada que en australia y canada, su capacidad de
ahorro por lo tanto era menor. Esto se evidencio en el periodo de entreguerrra donde la
inversion dependia en mayor proporcion del ahorro interno y no de la inversion extranjera como
en periodos de la belle epoque.
- ahorros de los inmigrantes destinados a familias en el exterior.
- existía un diferencial de salarios que hacía mas atractiva la inmigracion hacia argentina.
En definitiva, la puesta en explotación de la tierra que la tecnología de transportes que había
acercado a los mercados europeos fue el resultado de la incorporación, en distintas magnitudes de
capital y trabajo que se desplazaron debido a la posibilidad de obtener remuneraciones mas altas
en la Argentina, donde esos recursos eran más caros que en europa, y a la disminución de los
costos de transporte, información y otros institucionales que generaron la expectativa de que los
titulares de los factores gozarán de los beneficios que generan.

FINANZAS PUBLICAS

- En 1962 se trasladan los derechos de aduana de buenos aires al estado nacional-


- Antes del año 1980, los gastos eran mayoritariamente destinados al financiamiento de guerras,
externas o internas, y a pagar saldos de conflictos anteriores. Esto indicaba una estado no
consolidado.
- A partir de 1980, el estado comienza a invertir mas en obra publica, gastos administrativos y
subsidios poco prudentes al grupo gobetrnante
- De 1890 a 1900 el estado no se endeudo pero pago deuda de gestiones anteriores.

VER POLITICA MONETARIA EN PAPER

CORTES CONDE: EVOLUCION DE LOS SALARIOS REALES.

ANTECEDENTES

- Buchanan, en su estudio de 1898, tomo información de salarios y jornales de 100 categorias en


1886, 1890, 1892, 1894 y 1896. Su cesta de consumo solo incluye el pan y la carne. Concluye
que en el año de publicación de su trabajo los salarios son menores que 10 años antes
teniendo en cuenta el poder adquisitivo de los mismos.
- Patroni en su estudio que recopila 50 categorías de trabajos en la ciudad de buenos aires
sostuvo que de 1880 a 1887 las condiciones de los trabajadores eran tolerables, pero se tornan
difíciles a partir de 1889.
- Existia un desfase entre el aumento de los salarios y el de los precios.
- La tendencia del deterioro en el salario real de los trabajadores se deben hipotéticamente a 2
causas:
- La primera es el limitado acceso a la posesión de la tierra y la concentración de estas
en las oligarquías tradicionales. Esto generó que los agricultores llegados de Europa
no tengan acceso a una tierra para trabajar y se terminen aglomerando en sectores
urbanos donde el aumento de la oferta de mano de obra generó la caída
generalizada de los salarios.
- La devaluación del peso en la salida del patrón oro.

INFORMACIÓN EXISTENTE SOBRE EL SALARIO Y EL COSTO DE VIDA.

- No existe evidencia fiable del costo de vida y los salarios, a excepción de los trabajos de
buchanan. Williams argumentó que el costo de vida principalmente determinado por los
alimentos estaba muy sujeto a los precios internacionales.
-

DELA PAOLERA

- Argentina a principios del siglo XX era considerada una potencia económica sumamente
desarrollada para la época. La base de esos altos ingresos fue una mezcla fortuita de
ingredientes ahora bien conocidos: una población relativamente alfabetizada y cualificada de
origen inmigrante, una integración perfecta de las economías nacional y mundial en el comercio
a través de conexiones ferroviarias y marítimas por tierra y mar, el éxito final en la adopción del
patrón oro que aportó estabilidad y credibilidad y, por último pero no menos importante, una
relación increíblemente alta de recursos por trabajador en forma de una vasta extensión de
tierra agrícola fértil en la poco poblada pampa.
- La continua beligerancia determina da por las turbulencias politicas posteriores a la
independencia, frenó el desarrollo económico, debido a los costes fiscales de la acción militar y
a la incertidumbre que afectaba a todas las decisiones económicas a largo plazo en un entorno
político tan conflictivo. Recién cincuenta años después se estableció firmemente un gobierno
nacional unificado bajo la presidencia de Bartolomé Mitre (1862-68), a quien sucedieron en
transiciones mayormente ordenadas las administraciones electas de los presidentes Domingo
Sarmiento (1868-74), Nicolás Avellaneda (1874-80) y Julio Roca (1880-86): Los cuatro
presidentes fueron modernizadores. Su capacidad para cumplir mandatos completos en un
sistema en cierto modo democrático contrastaba fuertemente con los cambios de poder, a
menudo tenues y volátiles, que se habían producido anteriormente bajo el gobierno de diversas
facciones y sus hombres fuertes, los caudillos.
- Aunque con algunos tropiezos, la visión de futuro de los modernizadores tomó forma a finales
del siglo XIX y el país alcanzó nuevas cotas de éxito económico.
- Ante nosotros tenemos un espécimen raro y curioso: un país que fue relativamente rico y que
se ha convertido en relativamente pobre,
- Gran parte de lo que le ha sucedido a la economía argentina se debe a la política, y los
impredecibles shocks internos y externos también han dejado su huella.
- Pero nuestro objetivo es exponer el papel particularmente importante de la estabilidad
macroeconómica, y para ello exploramos en un momento el historial de la volatilidad de los
precios y del tipo de cambio en Argentina, también en perspectiva comparada.

CRECIMIENTO ECONOMICO EN DOS SIGLOS

- A principios de siglo XIX Argentina era el país más rico de la región con una renta per cápita
equiparable a los EEUU, según Coatsworth.
- 50 años después de la declaración de la independencia, Argentina mantuvo su nivel de renta
per cápita básicamente, pero no siguió el ritmo de crecimiento de los países desarrollados.
- Luego de las conflictos post declaración de la independencia, se aspiraba a un nuevo
desarrollo económico que achique la brecha con los países núcleo. Exactamente fue lo que
pasó, los datos de Maddison sugieren que, en 1900, la renta per cápita de Argentina había
pasado del 67% de los niveles de los países desarrollados en 1870, al 90% en 1900 y al
100% en 1913.
- Con todo, y dados los caprichos de los datos históricos, algunos estudiosos han situado el
nivel de renta de Argentina en 1913 claramente entre los 10 primeros del mundo, incluso
entre los 5 primeros. Cualquiera que fuera su situación exacta en 1913, a efectos prácticos
Argentina era un país avanzado.
- A partir de 1914, se da una reversión en el comportamiento del crecimiento económico
argentino
- La relación de Argentina con los ingresos de la OCDE cayó al 84% en 1950, al 65% en 1973
y a un mero 43% en 1987, no muy por encima de la media regional del 34%. Para entonces,
cualquier vieja noción de excepcionalismo argentino había quedado completa y
dolorosamente desacreditada, al menos para aquellos dispuestos a enfrentarse a esta
incómoda realidad y a examinar los datos estadísticos.

PROBLEMA CENTRAL: INESTABILIDAD MACROECONOMICA EN EL LARGO PLAZO

- En consecuencia, debemos buscar algunas características peculiarmente argentinas que


marquen el período 1880-1913 como particularmente auspicioso para el crecimiento
económico, centrándonos en factores que han estado notoriamente ausentes antes o
después.
- A largo plazo, un reto macroeconómico clave para una pequeña economía abierta es la
tarea de crear instituciones y compromisos que respalden políticas monetarias y fiscales
estables. Si estas medidas tienen éxito, una economía puede lograr la estabilidad de precios
a largo plazo -en otras palabras, un ancla nominal firme- y todos los beneficios que ello
conlleva en términos de reputación y efectos de expectativa que mejoran la eficiencia de los
mercados financieros, la contratación, etc. Si estas medidas fracasan, una economía corre el
riesgo de perder la estabilidad de precios. Si estas medidas fracasan, la economía corre el
riesgo de sufrir una tasa de inflación volátil, inestabilidad financiera y una mayor exposición a
riesgos bancarios y monetarios.
- En terminos institucionales, la macroeconomia tuvo cierta estabilidad en el periodos 1900 -
1914. El tipo de cambio y la inflacion se mantuvo acorde al nivel internacional, a partir de
1940 se disparan estos en relacion a los demas paises de la OECD.

DESORDEN ECONOMICO POSTCOLONIAL

- La historia argentina desde la independencia hasta la década de 1860 estuvo salpicada por
una serie de guerras entre un conjunto apenas unificado de provincias, y no se puede hablar
de un conjunto coherente de políticas económicas nacionales en esa época. Eran tiempos
de caos económico, incertidumbre política y presión fiscal. Con estructuras de gobierno
débiles a todos los niveles, y una burocracia que funcionaba bien en segundo plano frente a
un ejército que funcionaba bien, todas las autoridades recurrieron a la forma más sencilla y
fiable de crear ingresos: la impresión de dinero. El señoreaje, o impuesto sobre la inflación,
era su herramienta fiscal clave en tiempos de crisis y, lo que es peor, cada provincia tenía su
propia moneda. Como resultado, la estabilidad de precios y del tipo de cambio nunca pudo
establecerse de forma creíble. Vemos pruebas de ello en la Figura 1.3, que muestra algunos
datos de la provincia, la administración, el sistema monetario y la unidad económica más
importantes: Buenos Aires. Durante las grandes guerras y los bloqueos, la moneda local se
devaluaba regularmente en varios múltiplos. Una serie de episodios de alta inflación dejó al
papel moneda seriamente bajo sospecha como depósito de valor, precursor de la
experiencia del siglo XX.
- En las décadas de 1860 y 1870, llegó a Argentina cierta estabilidad en cuanto a las
soluciones políticas desarrolladas y también en cuanto a los resultados económicos. Una
vez finalizadas las guerras, las tres primeras administraciones nacionales presidieron años
de inflación baja y estable, como puede verse en elTabla 1.1. Los últimos años de Mitre,
1864-67, fueron incluso notables por una fuerte deflación, cuando un esfuerzo creíble para
acabar con la inflación condujo a un aumento de la demanda de dinero incluso cuando la
oferta monetaria se mantuvo más o menos fija, una ilustración de libro de texto de uno de los
escollos de la estabilización. Los esfuerzos para lograr un régimen monetario respetable y
estable en este periodo se dirigieron al modelo único y preferido que se extendía por todo el
mundo en aquel momento, el patrón oro.
- Argumentamos que, a pesar de cierto éxito en mantener baja la inflación en las décadas de
1860 y 1870, un acuerdo teórico sobre el acuerdo monetario ideal no podía producir un éxito
duradero hasta que las reformas adecuadas introdujeran más solidez y coherencia en las
instituciones monetarias, fiscales y bancarias subyacentes
- Cuando la relativa estabilidad de precios de las décadas de 1860 y 1870 dio paso a un
resurgimiento de la inflación y la inestabilidad a finales de la década de 1880, se
desencadenó una grave crisis cuyas secuelas tardaron muchos años en desaparecer. Fue
una sacudida que amenazó con situar a Argentina en una senda distinta a la del grupo de
economías avanzadas, con una vuelta a la inflación elevada y dudas sobre su capacidad
para aplicar una política monetaria responsable basada en el patrón oro (véanse la Figura
1.2 y la Tabla 1.1). Cuando la inflación alcanzó su punto máximo en 1890-91, en torno al
50% anual, la estabilidad del futuro parecía muy dudosa.
-
- La reacción política a la crisis de 1890 logró evitar el colapso y constituye un acontecimiento
fundamental para nuestra narrativa, un paso decisivo que cambió el curso de la historia
económica argentina y que, a través de su influencia en el diseño del plan de convertibilidad
de Cavallo, sigue haciéndose sentir hoy en día.
- A finales de la década de 1880, Argentina tuvo que hacer frente a un tipo de compromiso:
tuvo que tomar una decisión difícil a medida que los mercados de capitales externos se
estrechaba y el crecimiento económico se ralentizaba. Las autoridades no podían financiar
simultáneamente el presupuesto, cumplir los requisitos de convertibilidad y permitir la libre
circulación de capitales sin sufrir una grave contracción monetaria y la probabilidad de que
se produjeran graves dificultades financieras. Se opusieron a ese tipo de disciplina,
perdieron su compromiso, el tipo de cambio flotó y sobrevino una crisis. No cualquier tipo de
crisis, sino una que nos resulta inquietantemente familiar desde nuestra perspectiva
contemporánea: la primera crisis jamás vista de un tipo nuevo y especialmente peligroso.

Un acontecimiento crucial: ¿La primera crisis de los mercados emergentes?

- Los cimientos de la crisis eran profundos. El uso fiscal de la creación de dinero fue la norma
en la Argentina posterior a la independencia, desde la década de 1820 hasta la de 1880,
cuando las crisis y las guerras agotaron la limitada recaudación fiscal y no se disponía de
crédito nacional ni extranjero. Los bancos estatales y provinciales actuaban como
impresores de dinero para sus respectivos gobiernos, y en este periodo de "anarquía
monetaria" los múltiples bancos emisores luchaban constantemente contra las presiones
para sobre emitir billetes. Para intentar estabilizar el nivel de precios, en 1881 se contrajo un
compromiso de convertibilidad, pero duró poco porque el gobierno nunca limitó de forma
decisiva la emisión de billetes.
- En 1890 se produjo una infame crisis macroeconómica y financiera, la llamada crisis Baring.
Contaba con algunos ingredientes muy familiares que hemos visto tan a menudo en los
últimos colapsos: un agujero fiscal, un compromiso insostenible con un tipo de cambio fijo y
bancos mal regulados
- Las políticas monetaria y fiscal se habían desprestigiado tras años de incoherencia. La
moneda nacional se había devaluado más veces de las que nadie recordaba. Un mundo en
rápida globalización estaba a la espera, dispuesto a ofrecer los beneficios de la apertura de
los mercados de bienes y capitales, pero inseguro de la fiabilidad del régimen de política
económica local. Entonces y ahora, se impuso un nuevo orden en el país mediante una
reestructuración radical del sistema monetario y bancario, y una preferencia por la rectitud
fiscal. El problema de la política monetaria inflacionista se resolvió con un rígido compromiso
de convertibilidad, concretamente mediante un acuerdo de junta monetaria
- Ahora sabemos que estos ingredientes forman una mezcla peligrosa: una violación
incipiente de la restricción presupuestaria intertemporal por parte del gobierno desencadena
una incoherencia en el compromiso tripartito entre un tipo de cambio fijo, la movilidad del
capital y el activismo político - el "trilema", un tema que exploramos más adelante.

LA CAJA DE CONVERSIÓN

- la Caja de Conversión, que funcionó desde 1890 hasta 1935. La Oficina de Conversión tenía
la sencilla y fácilmente controlable tarea de cambiar el oro de sus reservas por papel
moneda, y viceversa, a un tipo de cambio fijo, y no ejercer ninguna otra función de política
monetaria independiente o autónoma.
- Argentina es el principal ejemplo histórico de esta forma particular de experimento
monetario, tanto en el pasado como en el presente. En ambas épocas, el nuevo régimen
ayudó a resolver problemas de reputación, tanto en el interior como en el exterior, en la
medida en que "ataba de manos" al gobierno.

DINAMICA DE LA POLÍTICA ECONÓMICA

- Ante las acciones del Estado, ¿cómo reaccionaron los demás agentes? El público
desempeña un papel clave a través de su disposición a poseer dinero, tanto efectivo como
depósitos bancarios ("dinero interior"). Demasiados créditos malos de los bancos llevarían al
público a sustituir los depósitos bancarios por efectivo y, en un caso extremo,
desencadenaría una corrida bancaria. Una inflación excesiva fomentaría la sustitución
monetaria: el público sustituye el papel moneda por oro u otros activos "duros" y, en un caso
extremo, provocaría una corrida monetaria. La situación fiscal se vería claramente afectada:
una corrida del papel moneda mermaría los ingresos por señoreaje, y la debilidad de los
bancos repercutirá en el gasto fiscal si las responsabilidades de prestamista de última
instancia formarán parte, implícita o explícitamente, de las "reglas del juego".

- Por último, si bien todas estas fuerzas podían operar dentro de una economía cerrada, un
sector exterior proporcionaba fuentes adicionales de retroalimentación. Los bancos (cuando
conceden créditos) y el gobierno (cuando cubren una brecha fiscal) también podrían tener
acceso al capital extranjero, pero también podrían no tenerlo si se percibiera una crisis
económica y financiera general, preparando el escenario para una crisis típica de los
mercados emergentes.

RESTRICCION PRESUPUESTARIA Y EL TRILEMA

- La teoría muestra que si un gobierno quiere tener una buena reputación en sus dos
principales pasivos, el dinero y los bonos, entonces la solvencia del gobierno nunca debe
estar en duda. En detalle, las autoridades monetarias y fiscales tienen una restricción
presupuestaria intertemporal que debe respetarse. Los intentos de violar esta restricción,
incluso a corto plazo, implican una incoherencia entre las políticas monetaria y fiscal y, por lo
tanto, que en algún momento el gobierno tendrá que incumplir, ya sea con los tenedores de
dinero (imprimiendo más dinero) o con los tenedores de bonos (renegando de las deudas), o
con ambos.
- El trilema de la política macroeconómica resume las principales disyuntivas en este ámbito.
Los responsables políticos sólo pueden elegir dos de los tres objetivos de la lista de tipos de
cambio fijos, movilidad de capitales y activismo monetario Claramente, como Argentina
luchó con su elección de ancla nominal y su compromiso con el patrón oro durante nuestro
periodo de estudio, estas disyuntivas fueron una preocupación central.
- Sin embargo, la historia demuestra que, a pesar de toda la volatilidad externa del período,
Argentina mantuvo en general su compromiso con los mercados abiertos antes de la década
de 1930. Si se asume la apertura, el trilema se reduce a un dilema: elegir entre tipos de
cambio fijos y una política monetaria activista. Ambas se intentaron en diversos momentos, a
pesar de la existencia de la Oficina de Conversión, una caja de conversión con una regla
aparentemente muy dura. Las tensiones alcanzaron su punto álgido en épocas de tensión
financiera por la sencilla razón de que el dilema adoptaba entonces una forma
especialmente amenazadora. Argentina contaba con un sistema bancario de reservas
fraccionarias, pero, dadas las reglas de la caja de conversión, carecía de prestamista de
última instancia. La flexibilidad monetaria (y fiscal) necesaria para proporcionar liquidez a los
bancos en apuros simplemente no existía como resultado de este diseño institucional. El
dilema era, pues, el conflicto entre los objetivos de "convertibilidad interna" (de los depósitos
bancarios en moneda) y "convertibilidad externa" (de la moneda en oro a la par). En un
sistema de tipos flotantes, la tensión puede resolverse ya que la autoridad monetaria puede
utilizar la discrecionalidad para inyectar dinero como forma de evitar una crisis bancaria
incipiente. El ajuste se produce a través del precio del dinero exterior, a través del valor
externo de la moneda, o del tipo de cambio; nótese que -como suele ocurrir, aunque no
necesariamente- no había margen para fijar el precio del dinero interior, los depósitos
bancarios. Pero en un sistema de tipos fijos, no hay salida fácil, ya que no existe tal
discrecionalidad

AUTORIDAD MONETARIA Y CONTEXTO MUNDIAL

- Es importante ver el historial argentino en perspectiva comparativa. Antes de la Primera


Guerra Mundial, la mayoría de los países centrales, y un número creciente de países de la
periferia, adoptaron el patrón oro, una regla monetaria que, si era creíble, ofrecía la promesa
de comprometer a las autoridades monetarias con un objetivo de estabilidad de precios. El
patrón oro requería tres políticas básicas para funcionar adecuadamente: un valor fijo para la
moneda nacional en términos de oro establecido por la autoridad monetaria; la libre
movilidad de las divisas convertibles o especias; y el establecimiento de reglas que
relacionan la cantidad de dinero en circulación con las existencias de especias.
- Para un país pequeño, abierto a la circulación de bienes y capitales como era Argentina en
aquel momento, un tipo de cambio fijo anclaba el nivel de precios interno de los bienes
comercializables internacionalmente a los niveles mundiales".
- La alternativa a un régimen convertible es un régimen inconvertible. Bajo un patrón
monetario inconvertible, los billetes y monedas emitidos por la autoridad monetaria no tienen
valor intrínseco, ni están respaldados o garantizados por ningún objeto real externo. Sin
embargo, tienen curso legal y deben ser aceptados por el público en las transacciones
económicas.16 En un régimen de inconvertibilidad, la autoridad monetaria tiene total poder
discrecional sobre la cantidad nominal de dinero y, por tanto, en principio, sobre el precio o el
tipo de cambio al que este dinero por oro, por divisas extranjeras y por bienes nacionales.
- Aunque la flotación era a menudo útil como medida de emergencia, la convertibilidad se
valoraba como objetivo político y el patrón oro era su forma aceptada y preferida

SUSTITUCION DE DIVISAS COMO RESTRICCIÓN POLITICA

- La crisis tuvo su origen en un experimento monetario y fiscal nacional mal concebido: la Ley
de Bancos Nacionales Garantizados. En 1887, el gobierno federal puso en marcha una
nueva ley bancaria en virtud de la cual cualquier organización bancaria con un capital
mínimo exigido podía emitir billetes de papel respaldados por bonos de oro del gobierno. La
mayoría de estos bancos eran nacionales y mixtos provinciales-privados, y para participar en
el plan concedieron préstamos extranjeros en Europa para comprar los bonos nacionales
con oro.
- Se trataba, pues, de una operación de arbitraje apalancado en la que los inversores
extranjeros participaban implícitamente en el negocio de la emisión de papel moneda
garantizado por el Estado.
Como tantos otros planes de este tipo, parecía viable siempre y cuando los acreedores
extranjeros estuvieran de acuerdo y, sobre todo, siempre y cuando todas las emisiones
suplementarias de billetes estuvieran respaldadas al 100% por reservas marginales de
lingotes de oro.
- Pero a finales de la década de 1880 las entradas de capital empezaron a invertirse y, cuando
las condiciones se endurecieron a principios de 1889, el gobierno rompió las reglas del juego
y decidió pagar en papel moneda parte de la deuda interna denominada en oro. La decisión
equivalía a un impago parcial, y tanto los inversores extranjeros como los nacionales se
mostraron reacios a absorber más deuda argentina.
- En Buenos Aires el público comenzó a atacar al peso papel. El gobierno decidió intervenir
con oro en apoyo del peso papel para calmar las expectativas de devaluación, pero pronto
resultó ser una defensa inútil y en 1889 el gobierno había perdido casi el 90 por ciento de su
stock de especies. La falta de coordinación de las políticas monetaria y fiscal dio lugar a una
reasignación casi completa de la moneda del sistema bancario al público y, en última
instancia, provocó la crisis Baring. En este caso histórico, el fenómeno de sustitución de
moneda podría definirse, en terminología moderna, como una lucha de capitales, no en el
sentido de que la moneda huyera del país, sino en el sentido de que la moneda que se
embolsaba el público se financiaba con deuda externa del gobierno.
- Tras haber puesto a prueba los límites del señoreaje y de la política monetaria discrecional,
el gobierno aprendió una importante lección. Irónicamente, una vez gastadas todas las
reservas de oro, la cuestión monetaria quedó definitivamente resuelta con la creación en
1890 de la Oficina de Conversión, una caja de conversión, como única autoridad monetaria
de Argentina, y la búsqueda de una autoridad monetaria centralizada terminó, podría
decirse, por defecto."

CREDIBILIDAD MONETARIA Y MERCADO DE CAPITALES .

- Pero la adhesión de Argentina a un régimen monetario aprobado internacionalmente como


el Patrón Oro fue también una decisión político-económica más sutil que tuvo implicaciones
más allá de la mera sujeción de los precios internos.
- Para un país prestatario como Argentina, un aspecto muy importante de un patrón monetario
eficiente es su capacidad para facilitar la integración de la economía local en los mercados
mundiales de capitales. De este modo, una economía nacional con escasez de capital
puede aprovechar las entradas de capital, y el ahorro extranjero puede contribuir a la
acumulación a largo plazo y al crecimiento económico. Un conjunto transparente de reglas
monetarias diseñadas para asegurar la estabilidad macroeconómica puede limitar la
discrecionalidad futura de las autoridades para desviarse de su política pre comprometida.
- La credibilidad así generada debería reflejarse en la reducción del llamado riesgo-país. Se
trata de la prima sobre el tipo de interés que cobran los prestatarios extranjeros, que amplía
el abanico de opciones de la economía nacional gracias a la reducción de los costes de
financiación y, mediante la reducción del racionamiento del crédito, a la elevación de los
límites máximos de endeudamiento.
- Después de 1890, el diferencial de los bonos convergió lentamente hacia abajo y hacia el
intervalo de confianza del 90 por ciento (la media más 2 desviaciones estándar) para el
grupo del núcleo y el imperio. Finalmente, en 1913, una fecha que aquí adquiere un
significado histórico aún mayor, Argentina se convirtió en miembro del club, una economía
central, según las mediciones de la dimensión de riesgo.
- El período de entreguerras también ofrece un panorama interesante, ya que aquí el propio
núcleo comenzó a convertirse en un lugar más arriesgado, como resultado de la guerra, la
incertidumbre y las fluctuaciones económicas antes y especialmente durante la Gran
Depresión.
- En general, es justo decir que la adopción de un régimen monetario creíble representó una
innovación institucional positiva medida por el riesgo país, al menos mientras los mercados
mundiales de capitales funcionaron sin problemas. Este fue el caso al menos antes de 1913.
A costa de acumular un enorme stock de reservas internacionales para fomentar la
credibilidad del régimen, Argentina obtuvo un acceso más barato y mejor a los mercados
mundiales de capitales, aliviando las restricciones a la inversión y el crecimiento. Pero
cuando los mercados de capitales se paralizaron después de 1913, este particular cálculo de
coste-beneficio cambió notablemente: de poco servía un diferencial de bonos bajo si no se
podían emitir nuevos bonos.

CREDIBILIDAD DEUDA PUBLICA Y MERCADO DE CAPITALES

- Por supuesto, la credibilidad del régimen monetario sólo podía obtenerse si la posición fiscal
subyacente era también creíble. Para mantener la credibilidad fiscal, el gobierno tenía que
respaldar todos sus pasivos y no sólo el dinero del país con una combinación de especies y
una posición fiscal solvente
- Del mismo modo, nuestra comprensión de las tensiones del nexo fiscal-monetario argentino
no está completa sin algún análisis de las políticas generales relativas a la gestión de la
deuda pública.
En el auge de la década de 1880, el término "gestión de la deuda" sería, quizás, demasiado
amable, dada la forma en que las brechas fiscales provocaron que el endeudamiento del
sector público entrara rápidamente en una espiral fuera de control. De 1881 a 1889, la
deuda pública financiada de las provincias, principalmente en manos de inversores
extranjeros, creció un 746% en términos reales". Durante el mismo período, la deuda pública
federal financiada creció un 95 por ciento, una indicación en sí misma de la política fiscal
extremadamente expansiva.
- En 1891, casi todas las deudas externas municipales y provinciales estaban técnicamente
en mora. Sólo gracias al extraordinario liderazgo de Pellegrini pudo el gobierno nacional
evitar un impago generalizado de su deuda externa. Para ser justos, recibió cierta ayuda en
forma de "rescate". En enero de 1891, el Banco de Inglaterra actuó de forma parecida a las
intervenciones del FMI en crisis recientes, adelantando al gobierno federal un préstamo
puente a tres años para cubrir el servicio y amortización de la deuda externa. Esto dio a
Argentina un respiro en el que elaboró un conjunto ordenado de acuerdos de
reprogramación con sus acreedores, un conjunto diverso de bancos y otros tenedores de
bonos privados; pero no ayudó mucho y no hubo nuevo crédito externo disponible durante
años en los sectores privado o público.
- Los costes fueron graves e ilustran la importancia de la credibilidad de la deuda pública. De
1891 a 1902, Argentina sufrió un estricto racionamiento del crédito y un aislamiento
financiero. El repentino colapso de los flujos de capital extranjero exigió ajustes drásticos en
la estructura de la economía nacional, como bien se comprendió en su momento...".
Argentina tuvo que soportar condiciones de austeridad para poder generar importantes
superávits comerciales. Pero el impacto fue mucho más allá de los meros efectos sobre el
consumo: se perdió efectivamente una década de crecimiento económico debido a la fuerte
contracción de la inversión, consecuencia directa de la retirada de la inversión extranjera.

DEFLACIÓN, EXPECTATIVAS E INVERSIÓN

- El trauma de la crisis Baring iba a dejar su impronta en el diseño de nuevas políticas


macroeconómicas en el resto de la década. Las restricciones político-económicas del
momento produjeron un fenómeno económico original, eficaz, pero muy costoso: la deflación
bajo un patrón papel puro con una base monetaria fija.
- La Oficina de Conversión no tenía respaldo para emitir dinero nuevo, por lo que el stock de
dinero de alta potencia se mantuvo fijo en su nivel anterior a la crisis durante una década.
Una vez desaparecida la inercia inflacionista de la crisis, se produjo una rápida deflación y
apreciación a medida que se recuperaba la demanda de dinero.
- En 1897 se inició un debate político-económico sobre la conveniencia o no de volver a un
régimen monetario convertible. El debate se centró en si debía restablecerse la
convertibilidad del peso papel a la par original o bien al tipo de cambio vigente entonces en
el mercado, acomodando así la devaluación. Surgieron las divisiones previsibles. Los
sectores urbanos y los intereses comerciales eran partidarios de un plan de convertibilidad
fijado a la par, mientras que los intereses rurales, políticamente poderosos, deseaban que se
pusiera fin a la deflación y la apreciación que mermaban sus beneficios por la exportación de
productos agrícolas y de pastoreo.

CONVERTIBILIDAD Y SISTEMA FINANCIERO.

- la Oficina de Conversión no podía actuar como prestamista de última instancia


proporcionando moneda sin respaldo al sistema financiero, al menos no sin infringir sus
propias normas.
- Una característica común de las crisis financieras reales es que la caída del dinero bancario
(o de la proporción entre dinero interno y externo, debido a una retirada persistente de
depósitos bancarios) coincide con una grave pérdida de producción. La historia de 1913-14
es convincente y expone la debilidad de la política monetaria de "talla única" que la junta
monetaria había introducido. A diferencia de la crisis de 1890-91, en esta ocasión Argentina
no necesitaba protegerse de sus propios errores de política económica, sino que fue la
volatilidad de los mercados exteriores la que alteró las condiciones locales, ya que la guerra
y la incertidumbre se apoderaron del centro del país.
- Pero la naturaleza del choque adverso, la razón de una inversión de los flujos de capital, no
era una contingencia que la regla monetaria tuviera en cuenta. Las autoridades se habían
atado las manos, y observaron desde la barrera cómo una fuga masiva de oro imponía una
gran contracción monetaria a la economía. Es cierto que se evitó una gran devaluación de la
moneda, como había ocurrido durante la crisis Baring, pero el precio fue muy alto. El sector
bancario, que ya se había recuperado, volvió a quedar devastado. Los precios de las
acciones bancarias cayeron un 38% en un año y todos los bancos sufrieron una grave
escasez de capital.
- El dilema está claro. Si un choque externo de este tipo golpeará la economía, podría
iniciarse una crisis financiera si los agentes económicos entrarán en pánico y, dudando de la
convertibilidad interna, intentarán convertir todos sus depósitos en moneda. Si la Oficina de
Conversión actuará como Prestamista de Último Recurso para evitar el problema de
liquidez, esto podría alimentar una nueva corrida de depósitos bancarios, pero esta vez bajo
las dudas sobre la convertibilidad externa, con el público ahora apresurándose a convertir
los depósitos en pesos en especies. Así pues, en este tipo de escenario de "doble riesgo", el
diseño institucional era bastante implacable y (deliberadamente) inflexible. Sin una red de
seguridad, las autoridades monetarias argentinas caminaban por una cuerda floja muy
peligrosa, dada la arquitectura monetaria y financiera imperante. ¿Se mantendría al margen
la caja de conversión ante un colapso bancario de cualquier magnitud? La crisis de 1913-14
parecía indicar que tenían la voluntad de hacer exactamente eso.

HACIA EL BANCO CENTRAL?

- Además, el Banco de la Nación y la Oficina de Conversión se mantuvieron a distancia en un


intento de aislar dos funciones importantes. Las responsabilidades relativas a la emisión de
billetes y su eventual convertibilidad -es decir, el dinero exterior y el problema de la
convertibilidad externa- se asignaron a la Oficina de Conversión. Las actividades bancarias
estatales y comerciales - es decir, el dinero interior y el problema de la convertibilidad interna
- debían ser competencia del Banco de la Nación. Se esperaba que esta separación de
poderes constituye un régimen más sólido al mantener la actividad bancaria fuera del ámbito
de la institución responsable en última instancia de la moneda, con el objetivo de crear la
credibilidad suficiente para reincorporarse al patrón oro.
-
- La limpia separación se mantuvo en lo esencial hasta la crisis de 1913-14, cuando se
promulgó una ley de redescuento de emergencia, que admitió mucha más flexibilidad en el
sistema. El Banco de la Nación fue autorizado a recontar las obligaciones comerciales de
otros bancos privados, que al mismo tiempo podían ser descontadas en la Oficina de
Conversión por efectivo. En otras palabras, el banco estatal tenía ahora la capacidad de
actuar como prestamista de última instancia del sistema financiero, y la autoridad monetaria
tenía el poder de financiar dicha actividad con impresión de dinero sin respaldo en oro. ¿Qué
ocurrió en la práctica? El Banco de la Nación comenzó inmediatamente a poner en práctica
sus nuevos poderes y empezó a conceder redescuentos a otros bancos. Pero la Oficina de
Conversión rehuyó su nueva prerrogativa y mantuvo el dinero y el oro sincronizados al
margen durante mucho tiempo.
- En abril de 1931 se produjo la mutación crítica del sistema monetario. El gobierno
provisional comenzó a utilizar el mecanismo de redescuento en la Oficina de Conversión,
permitiendo a la caja de conversión financiar las actividades del Banco de la Nación como
prestamista de última instancia mediante el redescuento de papel comercial. La
administración acabó convenciendo al Congreso para que aprobara una ley que facultaba al
gobierno para colocar bonos del Estado -una emisión denominada "Préstamo Patriótico"-
directamente en la Oficina de Conversión a cambio de efectivo.

MAS ALLA DE LA BELLE EPOQUE

- La Oficina de Conversión no sobrevivió a la Gran Depresión: sus funciones se reorganizaron


dentro de un banco central propiamente dicho en 1935 y, por el camino, se diseñó un
rescate bancario masivo utilizando los ingentes ingresos por señoreaje. La imprenta, inactiva
durante mucho tiempo, volvió a funcionar. Tras el fatídico acontecimiento de abril de 1931, el
genio había salido de la botella. Con la tinta apenas seca en los billetes recién impresos
cuando salían de la autoridad monetaria camino del banco estatal y, más tarde, del
ministerio de finanzas, la discrecionalidad había sustituido decisivamente a las reglas en la
política monetaria La pretensión de mantener un régimen metálico había terminado, la
credibilidad se había agotado pronto y se había vuelto a instaurar un régimen fiduciario.
Aunque quizá comprensible en su momento, esta reacción a una crisis tuvo ramificaciones
desastrosas para la posterior historia económica argentina.
- ¿Qué lecciones nos enseña la historia cuando miramos hacia atrás con la ventaja de la
retrospectiva y qué implicaciones tiene para las preocupaciones actuales? Nunca se insistirá
lo suficiente en la importancia de unas políticas macroeconómicas coherentes. En el sistema
argentino aparecieron contradicciones económicas fundamentales que se vieron favorecidas
por una curiosa arquitectura financiera que parecía sólida en la superficie, pero que estaba
en mal estado en niveles más profundos. En este caso, la importancia del diseño
institucional es evidente. La política macroeconómica y el comportamiento de los bancos no
se producen en el vacío. Un contraste institucional destaca en el centro de nuestro estudio.
La Oficina de Conversión tuvo éxito en su misión durante mucho tiempo, gracias a un diseño
elegante y robusto. El Banco de la Nación, en cambio, estaba sometido a una débil
supervisión, y fue modificando repetidamente sus objetivos y ampliando su ámbito de
actuación hasta que rescató a casi todo el sistema financiero y redujo su propio balance a un
caos. Al final, para salvar al banco hubo que sacrificar el plan de convertibilidad. Podríamos
decir que fue un caso en el que las malas instituciones expulsaron a las buenas. O, como a
menudo se afirma pero rara vez se demuestra en la práctica, lo que realmente importa es
cómo se diseña toda la arquitectura financiera, de arriba a abajo: conseguir un elemento
correcto, como la caja de conversión, no es garantía de que los defectos en otros lugares no
derribarán toda la estructura tarde o temprano. Dadas las instituciones que construyó, y su
incapacidad para resistir ciertos tipos de crisis, a Argentina le esperaba algún tipo de revés
macroeconómico grave. En este caso tardó un tiempo, pero los declives lentos a veces
ofrecen más dramatismo que los colapsos instantáneos: durante un tiempo se observa un
proceso de decadencia gradual, sólo para ser interrumpido por un fuerte estruendo cuando
una pieza masiva del edificio se resquebraja y se desmorona.
- La historia económica argentina demuestra que la prosperidad en los ingresos y la
prosperidad institucional son dos cosas muy distintas. Un fracaso en la segunda puede ser
la perdición de la primera.
LIACH - RICOS PERO NO MODERNOS

- Argentina perteneció al club de los paises ricos entre 1903 y 1930. Durante ese periodo, la
relación entre el PIB per cápita de Argentina y la renta media de los tres grandes países
industrializados europeos (Inglaterra, Francia y Alemania) y de los dos primeros países de
éxito fuera de Europa (Australia y Estados Unidos) superó constantemente el 80%, excepto
durante un par de años de la Primera Guerra Mundial.
- La relación llegó a alcanzar el 90% justo antes de la Gran Guerra y todavía rondaba el 83%
al borde de la Depresión.
- Presento varias dimensiones del bienestar distintas del PIB per cápita (como la estatura, el
acceso a la educación, las expectativas de vida y la distribución de la renta) y sostengo que
el nivel de vida de Argentina en relación con otros países alcanzó su punto máximo hacia
finales de la década de 1920.
- Con la antigua tecnología del transporte, no resultaba rentable utilizar tierras lejanas, salvo
para actividades ganaderas menos productivas. La incorporación a la producción agrícola de
la Pampa, a la que se llegaba por un sistema ferroviario que se extendía rápidamente,
provocó un fuerte aumento de la relación tierra/trabajo hasta principios del siglo XX, a pesar
de la inmigración masiva. Este crecimiento extensivo explica en gran medida el lado de la
oferta del auge de las exportaciones argentinas.
- después de la Primera Guerra Mundial ya no era posible ampliar la frontera. En otras
palabras: el efecto geográfico de la nueva tecnología de transporte (es decir, la extensión de
las líneas ferroviarias a tierras agrícolas aún no colonizadas) se había desvanecido casi por
completo. Con la continua inmigración, la relación tierra/trabajo disminuyó y durante la
década de 1920 el volumen de exportaciones per cápita sólo consiguió recuperar el terreno
perdido en la Primera Guerra Mundial.
- Sin embargo, los datos sobre las importaciones de maquinaria -tanto para la agricultura
como para la industria- muestran una inminente transformación estructural en términos de
acumulación de factores en marcha durante la década de 1920. La producción argentina se
estaba volviendo más intensiva en capital, a través tanto de la sustitución de productos entre
sectores de diversa intensidad de capital como de la sustitución de factores dentro de cada
uno de esos sectores.

¿FUE ARGENTINA ALGUNA VEZ RICA?

- ¿Qué ocurre con otras dimensiones que suelen considerarse características de los países
desarrollados?
- ¿Era Argentina no sólo rica sino también "moderna" -es decir, mostraba Argentina (i)
indicadores de bienestar acordes con su nivel de renta y -correctamente- (ii) una estructura
económica con factores fundamentales que hacían sostenible su posición de renta, y no una
consecuencia de acontecimientos temporales como el auge transitorio de los recursos
naturales? En esta sección sopesaré algunas medidas de la prosperidad nacional más allá
de la renta.
- De los datos educativos se desprenden dos conclusiones. Por un lado, como muestra la
Figura 3, el puesto 11 de Argentina en PIB per cápita no se corresponde con su posición
internacional en acceso a la educación. Argentina ocupa el puesto 19, por debajo de los 10
primeros de la lista en PIB per cápita y de ocho países con menor renta: Irlanda, Suecia,
España, Noruega, Austria, Alemania, Checoslovaquia y Grecia6.
- Por otra parte, Argentina mejoró rápidamente el acceso a la educación a lo largo de los años
veinte. Esta dimensión del capital humano sugiere que debemos mantener la década de
1920 en el lado de la convergencia de la suerte de Argentina.
- Las alturas -otra medida del bienestar biológico- son más difíciles de comparar debido a las
diferencias en la edad exacta de las muestras y a los diversos métodos de corrección de los
problemas de las colas finales. Con una media de 169,5 centímetros para la cohorte de
nacimiento de 1930, los reclutas argentinos analizados por Salvatore (2004) son
efectivamente más altos que los mexicanos (165 cm según López Alonso y Porras Condey,
2003), los españoles de Elche (165. 1, Martínez Carrión y Pérez Castejón, 1998) y los
italianos (167,1, Floud 1994), pero inferiores a la mayoría de los países de la encuesta de
Floud, como Bélgica (170,3), Suiza (171), Alemania (171,6), Países Bajos (173,8),
Dinamarca (173,9) y Noruega (175,8)8.
- el IDH de 1930 utilizando la matriculación en primaria como única variable educativa, ya que
las tasas de alfabetización son más imprecisas (aunque Crafts (1997) sí utilizó las tasas de
alfabetización en su recopilación de IDH históricos). Argentina ocupa el puesto 17 en esta
clasificación modificada del IDH. Su mayor renta apenas compensa sus peores resultados
en sanidad y educación
- Con 4816 "unidades internacionales" de capital en 1916, Argentina ocupaba el cuarto lugar
después de Gran Bretaña (6710 en 1913), Estados Unidos (5060 en 1919) y Canadá (5500,
aunque en 1929), ligeramente por delante de Alemania (4750), Francia (4290) y Australia
(4005) y superaba claramente a Bélgica (2360), todos ellos países más ricos o tan ricos
como Argentina justo antes de la Gran Guerra9. Estas estimaciones, sin embargo, no deben
tomarse al pie de la letra, ya que fueron recopiladas por Clark a partir de fuentes
secundarias utilizando métodos diversos y sin corregir los diferenciales de precios
internacionales.
- En general, carecemos de estimaciones de la distribución de la renta personal anteriores a
la Depresión, pero se pueden construir indicadores de la distribución entre los factores de
producción combinando los datos del PIB de Maddison con las series salariales de
Williamson. Si la relación salarios-PIBpc de EE.UU. es 100 para 1925-1929, la de Argentina
se sitúa en 95 puntos. Esta cifra es inferior a la de Canadá, Australia y los países
escandinavos, pero superior a la de todos los demás países europeos incluidos en el
conjunto de datos de Williamson (1995), excepto (de forma un tanto sorprendente) Irlanda
(Figura 6). Los trabajadores argentinos disfrutaban de los beneficios de la prosperidad
general, probablemente más que en la media de los países europeos. La imagen de la edad
de oro de Argentina como un auge extractivo del que se apropió una pequeña élite
terrateniente no puede conciliarse con estos datos salariales.
- Por otra parte, la suerte de Argentina mostró grandes diferencias entre regiones (Figura 7).
El PIB per cápita de Buenos Aires -provincia y región, con el 46% de la población- se
acercaba probablemente al de Australia en 1929, unos 4.500 dólares en 1990, dinero PPA.
En el otro extremo, las 10 provincias no pampeanas, con el 22% de la población, estaban
muy cerca de México, en torno a los 2.000 dólares. En el medio, las provincias pampeanas
fuera de Buenos Aires (Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba) estaban más o menos en la media
nacional de 3700 dólares. Por supuesto, cada país tiene sus propias diferencias regionales,
pero es probable que las de Argentina estuvieran en el extremo superior. El coeficiente de
variación de los ingresos provinciales fue de 0,50 en 1925-1929, comparado con el 0,38 de
EE.UU. en 192912 y el 0.24 de los estados australianos en 1930-34. A diferencia de los
demás grandes países del Nuevo Mundo, los recursos naturales estaban fuertemente
concentrados en una sola región que casualmente rodeaba el lugar obvio para un puerto
atlántico.
-
- En general, parece que el puesto nº 11 que ocupaba Argentina a finales de la década de
1920 es una medida demasiado simplista para describir la riqueza real de la nación. Es
cierto que los trabajadores argentinos participaban de la prosperidad del país, ya que los
salarios reales reflejaban la renta per cápita relativamente alta del país. En otras
- En otras dimensiones, sin embargo, el panorama no es tan halagüeño. Aunque en alza, la
situación sanitaria y educativa de Argentina era inferior a lo que cabría esperar de las cifras
de su PIB. Además,
- Argentina sufría algunos desequilibrios regionales sorprendentes. Una cuarta parte de su
población vivía en regiones que producían poco más del 10% del PIB y cuya renta per cápita
era similar a la de México, es decir, menos de la mitad que la de Buenos Aires.

CRECIMIENTO EXTENSIVO A INTENSIVO

- De los 57 países para los que Maddison dispone de datos del PIB per cápita tanto para 1870
como para 1913, Argentina ocupa el tercer lugar en crecimiento económico entre esas
fechas (después de Canadá y México). El PIB per cápita creció un 2,12% anual. Si
ampliamos el periodo hasta la década de 1920, Argentina (2,07%) sólo es superada por
Venezuela. En términos de PIB total, Argentina es primera tanto para 1870-1913 (5,6%)
como para 1870-1928 (5,35%). Para 1870-1913 el segundo es Nueva Zelanda (4,31%) y
para el periodo más amplio, Uruguay (3,78%). Dado que la mayor parte del aumento de la
población se debió a la atracción de la inmigración procedente del Viejo Mundo, la economía
argentina bien puede describirse como la más dinámica del mundo en los sesenta años
anteriores a 1930.
- Evidentemente, el crecimiento puede describirse en cierto sentido como "impulsado por las
exportaciones".
- El cambio podría haber comenzado debido a cambios en la demanda -específicamente, la
complementariedad productiva de Argentina con Gran Bretaña y otros países europeos en
vías de industrialización- que aumentaron el rendimiento del capital o del trabajo en
Argentina. O podría haber sido principalmente un shock de oferta: tal vez la mano de obra y
el capital se volvieron más productivos, y por lo tanto fueron atraídos, debido a alguna
innovación institucional o shock tecnológico.
- Las instituciones podrían haber desempeñado un papel más destacado. Los inicios del auge
argentino coinciden ampliamente con la estabilización política, iniciada en 1861 con el primer
presidente de una Argentina unificada y finalmente consolidada tras la derrota de la rebelde
provincia de Buenos Aires en 1880. Pero el argumento institucional no puede llevarse
demasiado lejos. La Argentina -o, al menos, Buenos Aires- también disfrutó de cierta
estabilidad política favorable a los negocios con Rosas (décadas de 1830 y 1840), y el
progreso no parece haber sido más rápido entonces que en la década de 1850, cuando la
separación absoluta de la Confederación no fue obstáculo para el auge provincial de la
producción lanera15. Además, más allá de las consideraciones estrictamente políticas, las
"instituciones" a mayor escala no fueron realmente tan estables después de 1880.
- Una tercera hipótesis del éxito de Argentina antes de la Depresión hace hincapié en la
suerte tecnológica. La reducción mundial de los costes de transporte fue probablemente la
noticia tecnológica más importante de la segunda mitad del siglo XIX. El impacto del
ferrocarril -y de la navegación a vapor- no fue una bendición uniforme. La influencia en la
rentabilidad de una reducción del coste de transporte de una tonelada de mercancías es
mayor para las mercancías con un mayor componente de transporte en su coste. Una
disminución de los costes de transporte afectará sólo marginalmente a la rentabilidad de la
producción de oro, pero supondrá una gran diferencia para el transporte de trigo u otros
cereales,con una relación valor-peso mucho menor.
- Una hipótesis complementaria es que la aparición de una nueva tecnología de transporte
permita, ceteris paribus, la producción de bienes más voluminosos, aumentando así el peso
medio (es decir, reduciendo la relación valor-peso) de las exportaciones. Esto es lo que
ocurrió en Argentina, donde los productos del pastoreo fueron sustituidos por una agricultura
orientada a la exportación, una tendencia que sólo fue posible a gran escala tras la llegada
del ferrocarril.
- Pero fue la expansión del ferrocarril la que creó la revolución agrícola argentina, que a su
vez fue la base del crecimiento impulsado por las exportaciones. La dinámica de la
acumulación de factores es coherente con la hipótesis tecnológica del auge argentino hasta
la Primera Guerra Mundial. La superficie agrícola per cápita creció a un ritmo del 15% anual
en la década de 1880, cerca del 5% tanto en la de 1890 como en la de 1900, y fluctuó en
torno al nivel de 1910 a partir de entonces. (Figura 12). El aumento de la superficie agrícola
hasta alrededor de la Primera Guerra Mundial y el estancamiento posterior se corresponden
con la evolución del kilometraje ferroviario, aunque los kilómetros de ferrocarril per cápita
disminuyeron de hecho durante la década de 1920.
- Entre el crecimiento impulsado por las exportaciones de la preguerra y el desarrollo
orientado hacia el interior que siguió a la Depresión: al igual que antes de 1914, las fuerzas
del mercado dominaron sobre las políticas a la hora de definir el patrón de desarrollo de
Argentina; pero durante la década de 1920 se produjo una incipiente industrialización
impulsada por el mercado, a medida que el descenso de los términos de intercambio
implicaba mejores perspectivas para las manufacturas sustitutivas de importaciones. Esta
industrialización "natural" y la expansión del sector público que acompañó a la extensión
universal del sufragio (masculino) dieron lugar a fuertes aumentos de los salarios reales (y a
un incremento de la relación salarios/productividad).
- En 1913, el valor del capital invertido en ferrocarriles era un 50% superior al valor combinado
de la maquinaria de los sectores primario y secundario de Argentina. A finales de la década
de 1920, éstos eran un 60% superiores al capital invertido en ferrocarriles. ¿Puede
describirse la década de 1920 como una época de retraso en la acumulación de capital? La
respuesta depende del estatus conferido a un tipo de capital (el ferroviario) que es un
complemento inevitable de la acumulación de tierras, al menos para los productos con una
elevada relación peso-valor. En tal contexto, no puede haber un tipo de crecimiento
"intensivo en tierras" que no sea al mismo tiempo "intensivo en ferrocarriles". Pero la
intensificación del capital no relacionada con la acumulación de tierras fue en realidad más
rápida en los años veinte, mediante la intensificación del capital en la agricultura y la
ampliación del sector manufacturero, que absorbió tanto capital como mano de obra.
- ¿Por qué la economía se hizo más intensiva en capital durante la década de 1920? Se me
ocurren tres hipótesis posibles y no excluyentes. En primer lugar, podría tratarse
simplemente de la solución mecánica de la acumulación. El hecho de que los ahorros
argentinos se estuvieran empleando realmente en casa y no en el extranjero implicaría que,
a pesar del agotamiento de las oportunidades para la extensión del ferrocarril, Argentina
seguía siendo percibida como un lugar adecuado para la inversión. La combinación del
tamaño y la renta media de su mercado interior impulsó sin duda la producción
manufacturera, que estaba totalmente ligada a la demanda local: de los 20 primeros países
por PIB per cápita en 1928, el tamaño de la economía argentina sólo era inferior al de
Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia (que ocupaba el puesto 19 en PIB
per cápita) y Canadá (que era sólo un 8% mayor que la argentina). En segundo lugar, la
productividad marginal del capital podría haber aumentado debido al cambio tecnológico. En
tercer lugar, en línea con Gerchunoff y Aguirre (2006), el aumento del precio relativo de las
manufacturas debido al choque negativo de los términos de intercambio de la década de
1920 podría haber tenido un efecto sobre la elección óptima de los factores. Al ser un sector
más intensivo en capital y mano de obra que la agricultura, el crecimiento de las
manufacturas debería haber aumentado la demanda tanto de capital como de mano de obra.

PROSPERIDAD SOSTENIBLE?

- En primer lugar, en la década de 1920, Argentina era una economía bastante rica, y cada
vez más grande, como resultado de un excepcional crecimiento per cápita y total desde su
Revolución Agraria de finales del siglo XIX y principios del XX. En segundo lugar, aunque la
renta no estaba desigualmente distribuida entre el trabajo y otros factores de producción, sí
lo estaba geográficamente, y algunos indicadores de desarrollo, como la sanidad y la
educación, no eran tan elevados como cabría esperar de un país con la renta de Argentina
en aquella época. En tercer lugar, el capital natural contribuyó de forma crucial tanto al nivel
de renta de Argentina como, al menos hasta la Primera Guerra Mundial, a su crecimiento.
En cuarto lugar, si bien el crecimiento per cápita se desaceleró después de la Primera
Guerra Mundial, hubo otros síntomas más saludables: la acumulación de capital físico, tanto
en la agricultura como en las manufacturas, había reemplazado a la incorporación de tierras
como motor de la acumulación de factores; y la inmigración seguía fluyendo masivamente.

CAPITAL NATURAL

- Australia y Argentina tenían una población comparable hacia 1870 (1,9 y 1,65 millones,
respectivamente), aproximadamente la mitad de la de Canadá (3,8 M). Entre 1870 y 1930,
Australia y Canadá recibieron un número comparable de migrantes netos (1,4 y 1,2 M,
respectivamente), entre un tercio y la mitad de lo que recibió Argentina (3,3 M). En 1930, la
población argentina casi duplicaba a la australiana (11,8 M frente a 6,5 M) y superaba
ligeramente a la canadiense (10,5 M).
- ¿Por qué fue tan alta la inmigración? Eso nos deja aún muchas hipótesis, como las diversas
políticas hacia la inmigración y los lazos culturales de Argentina con los europeos de
inmigración tardía, Italia y España.
- Un crecimiento demográfico más rápido significa que la riqueza natural per cápita de
Argentina se diluye más rápidamente que en Australia o Canadá.
- En 1870, la riqueza per cápita de Argentina en forma de pastos agrícolas y tierras de cultivo
era ligeramente superior a la de Australia y más del triple de la de Canadá. En 1930, había
caído a dos tercios de la de Australia y a sólo un 47% por encima de la de Canadá. Por
supuesto, ambas naciones de la Commonwealth disfrutaban de una dotación mucho mayor
de otros tipos de capital natural, como la silvicultura y los recursos minerales.
- La inmigración abierta supuso para Argentina que las ventajas de un alto nivel de capital
natural, que inevitablemente se desvanecen con el crecimiento de la población, lo hicieran a
un ritmo más rápido.

CAPITAL HUMANO.

- Una economía que dependa mayoritariamente de capital natural, se vería enfrentada a


ciertos problemas de reorientación de recursos frente a un shock externo, debido a que
estos son menos adaptables a otros como el capital humano frente a las perturbaciones de
demanda.
- Un choque de la relación de intercambio contra la agricultura en su conjunto no puede
compensarse trasladando la tierra a otros usos; mientras que al menos parte del capital
humano no es tan completamente específico de la industria y ni siquiera del sector. Esto
significa probablemente que los efectos sobre la renta de las perturbaciones negativas de la
demanda (y sus respuestas dinámicas, si las hubiera) serían más fuertes en Argentina que
en un país en el que el mismo PIB per cápita procediera de una combinación factorial con
menos capital natural y más capital humano. Y shocks de demanda negativos fue
precisamente a lo que se enfrentó Argentina a partir de la Depresión.

CAPITAL FISICO.

- Otras peculiaridades de la época anterior a la Depresión de Argentina están relacionadas


con su capacidad posterior para acumular capital. En primer lugar, Argentina importaba la
mayor parte de sus bienes de capital, por lo que su tasa de inversión dependía más que en
otros países ricos de cuestiones relacionadas con la balanza de pagos, como la evolución
de los términos de intercambio o la capacidad de la producción exportable para continuar su
expansión. .
- Como subrayan Díaz Alejandro (1975) y Taylor (1998), la respuesta de política proteccionista
a los shocks negativos de demanda a partir de la Depresión sólo empeoró las cosas, ya que
incrementó el precio de los bienes de capital aún más de lo que ya estaban subiendo -en
términos de la canasta exportadora argentina- en los mercados internacionales.
- el sector intensivo en capital (manufacturas) competía con las importaciones. ¿Puso esto un
límite a la acumulación de capital en las manufacturas y, por tanto, al crecimiento
económico? Probablemente: El sector manufacturero argentino de los años veinte tenía que
competir por una mano de obra bien pagada en las muy productivas industrias agrícolas,
pero tenía que hacerlo con un nivel limitado de productividad, una combinación que
implicaba que bajo el libre comercio las manufacturas argentinas eran menos rentables que
en un país de bajos salarios y baja productividad (por ejemplo, Brasil) o en un país de altos
salarios y alta productividad (por ejemplo, Estados Unidos). Como se ha subrayado en la
sección anterior, la inversión extranjera y local en el sector manufacturero fue bastante
vibrante durante algún tiempo en la década de 1920, en parte un ajuste a los mejores
términos de intercambio para las manufacturas. Pero persistía una pregunta a más largo
plazo: mientras el sector manufacturero siguiera en desventaja comparativa y, por tanto,
apenas competitivo en los mercados internacionales, ¿fluiría la inversión hacia allí a un ritmo
compatible con un rápido crecimiento económico? Las políticas públicas podrían
- haber ayudado más a través de la protección, pero eso habría hecho menos rentable la
inversión en exportaciones y dañado la capacidad de importar bienes de capital, mientras
durara sólo hasta que se alcanzaran los límites del mercado interno - más o menos lo que
ocurrió durante las décadas de industrialización sustitutiva de importaciones. La
acumulación de capital en manufacturas en Argentina se encontraba entonces en una
especie de acertijo: con una demanda externa próspera, las divisas estarían disponibles
para importar bienes de capital pero faltarían los incentivos de precio para su inversión; con
una demanda débil, los incentivos de precio estarían allí -aunque limitados al mercado
nacional- pero las divisas no.

CONCLUSIONES

- La irrupción tecnológica del ferrocarril no fue sino revolucionaria para la Pampa, una de las
extensiones de tierra más amplias del mundo capaces de producir cereales, es decir,
productos voluminosos que sólo pudieron despegar en el comercio internacional tras la
revolución de los transportes del siglo XIX. La adaptación dinámica a semejante choque
tecnológico duró hasta la Primera Guerra Mundial, periodo durante el cual la población se
multiplicó por cuatro (1870-1913) y las exportaciones por nueve (1870-73 a 1910-13). El
trigo, el maíz y el lino, los productos básicos de la Revolución Agrícola Pampeana,
representaban el 70% de las exportaciones al borde de la guerra, frente al 15% de 1870.
- Entre la Primera Guerra Mundial y la Depresión, la economía argentina fue menos
excepcional. El crecimiento fue más moderado, más equilibrado entre sectores, no tan
dependiente de la acumulación de tierras mediante la extensión del ferrocarril y sin el
"desorden y progreso" macroeconómico característico de las décadas de 1880 y 1890. Los
rasgos de un país convencional de clase media alta de la época parecían estar brotando en
Argentina durante los años veinte: la política democrática, el crecimiento económico
impulsado por el capital en lugar de por la tierra y la ampliación del sector manufacturero
estaban por fin presentes. Argentina, que se encontraba entre las diez primeras economías
del mundo por PIB per cápita, ¿era ya moderna a finales de los años veinte? Todavía no.
- Algunos indicadores de desarrollo más profundos, como la educación y la sanidad, estaban
por debajo de la media de su nivel de renta, probablemente un recordatorio de que, por muy
alto que sea el crecimiento y muy adecuadas que sean las políticas, hay cosas que no
pueden cambiarse en menos de una vida humana. Entre ellas se encontraba también el
sorprendente contraste en todas las medidas de desarrollo entre las diversas regiones
argentinas. Aún más importante para el futuro de Argentina, la dependencia de las
exportaciones basadas en los recursos naturales -cada vez más diluidos por el rápido
crecimiento de la población- y la correspondiente menor contribución del capital físico y
humano a su economía plantearon algunas cuestiones complejas para su posterior
desarrollo económico. ¿Estaba Argentina en condiciones de acumular rápidamente capital
físico cuando su sector intensivo en capital no era competitivo en los mercados
internacionales y dependía de la protección arancelaria para el mercado nacional? ¿Hasta
qué punto estaba preparada Argentina -un país menos rico en términos de capital humano y
físico- para hacer frente a una perturbación permanente y negativa de la rentabilidad de su
sector exportador? Desgraciadamente, la historia demostraría que Argentina no había
cruzado el punto de no retorno en el desarrollo económico cuando, a partir de la Depresión,
una serie de condiciones mundiales adversas y de respuestas políticas le hicieron perder el
rumbo hacia la prosperidad.

SALVATORE - ALTURA, NUTRICIÓN Y BIENESTAR


EN ARGENTINA.

INTRODUCCION

- En el caso de las economías contemporáneas (posteriores a la Segunda Guerra Mundial),


los estudiosos han hallado una correlación significativa entre el logaritmo de la renta per
cápita y la estatura media (Steckel 1995). Se ha sugerido que la estatura media podría
utilizarse para estimar los niveles de renta en el pasado 7. Estas proyecciones retrospectivas
pueden ser peligrosas, ya que los aumentos de los salarios reales, de la renta o del
consumo no siempre iban acompañados de aumentos de la estatura media o de la masa
corporal.
- Los estudiosos también han recurrido a la estatura para medir la desigualdad social y
regional, utilizando estimaciones de la estatura media por condición socioeconómica o el
coeficiente de variación de la distribución de la estatura
- Una de las ventajas de la estatura media como medida del bienestar es su sensibilidad a las
condiciones cambiantes de la distribución de la renta, la intensidad del trabajo y la salud
pública. Esto se debe, en gran medida, a la existencia de datos de estatura a nivel individual
y local. Los indicadores de renta presentan información que rara vez puede dar cuenta de
las diferencias individuales y las circunstancias locales.
- En resumen, las medidas antropométricas aportan más variación a nuestras estimaciones
del bienestar, sobre todo en las dimensiones geográfica y social. Mientras que las
mediciones corregidas del consumo per cápita y los salarios reales familiares pretenden
representar el "bienestar económico", la estatura media es uno de los mejores y más
completos indicadores del "nivel de vida biológico"
- Quizá la ventaja más importante de las estaturas medias en relación con los indicadores
económicos de bienestar sea la naturaleza desagregada de la información. Los datos de
estatura pueden determinarse a nivel de distrito o incluso, siempre que se disponga de un
número suficiente de casos, a nivel de ciudades o pueblos. En esta medida, la estatura
proporciona una imagen más cercana de la dispersión espacial de los niveles de vida. Esta
característica hace que la estatura sea especialmente apropiada para los estudios de
convergencia o divergencia espacial o regional a largo plazo
- La estatura media es una medida que combina adecuadamente el impacto de la enfermedad
y la nutrición en el cuerpo de los bebés y los adolescentes, pero dice poco del bienestar de
los adultos durante el resto del ciclo vital 14. El enfoque de las "capacidades humanas",
ipulsado por A. Sen, ha demostrado la importancia de utilizar las tasas de escolarización y
las tasas brutas de alfabetización para medir el bienestar 15. En general, la capacidad de
adquirir y procesar información hace que los individuos rindan mejor en los mercados
laborales y protejan más su salud general. Sin embargo, ha sido difícil identificar la
verdadera relación entre el capital humano y la nutrición neta.
- La historia antropométrica moderna en Argentina está en pañales. Este artículo es un
intento de resumir los principales resultados de investigaciones recientes sobre el bienestar
biológico de los argentinos entre 1850 y 1950

EL PROGRESO DURANTE LA ERA LIBERAL (1850-1890)

- El período siguiente, desde la caída de Rosas (1852) hasta el compromiso federal de 1880,
se caracterizó por el ascenso al poder de la elite liberal y la puesta en práctica de su visión
del progreso.
- Este período es crucial para comprender la relación entre el desarrollo agrícola, el
crecimiento impulsado por las exportaciones y la nutrición. En esta época, la Confederación
Argentina era una de las economías más abiertas del mundo. Fue durante este período que
el país pasó de ser importador neto a exportador neto de granos. Una importante reducción
de los costes de transporte, propiciada por la expansión del ferrocarril y la apertura de
caminos comunales, permitió a los agricultores disponer de grano en los puertos a precios
competitivos.
- Para este período contamos con dos series de datos sobre estatura que muestran
tendencias contradictorias. La primera es una serie de estaturas medias de los reclutas
residentes en la ciudad de Buenos Aires elaborada por Juan S. López (1950). Esta
información nos presenta una perspectiva optimista sobre la evolución del bienestar
biológico de los residentes urbanos. Según estos datos, los reclutas de Buenos Aires
crecieron 2,4 centímetros en estatura entre 1855 y 1900.
- La segunda serie, tomada de los registros individuales de los presos de la provincia de
Buenos Aires, muestra una evaluación más pesimista del bienestar biológico durante la era
liberal.Según esta fuente, la estatura de los presos permaneció prácticamente estancada
durante el período 1849-51 a 1889-91. Si hubo una tendencia entre 1850 y 1893, ésta fue
moderadamente creciente hasta 1870-72 y luego moderadamente decreciente hasta 1893.
- Es probable que, con el aumento de la inmigración, los reclutadores se encontrarán en mejor
posición para seleccionar soldados más fuertes y altos para el ejército argentino. En
comparación, el segundo conjunto de datos parece más fiable. Procede de los registros de
dos prisiones provinciales. La muestra incluye 2.785 presos, el 70% de ellos peones, el 41%
analfabetos y el 76% nacidos en la provincia de Buenos Aires. La mayoría de los presos
eran rurales y pertenecían a los estratos más bajos de la clase obrera. Según esta evidencia
preliminar, los habitantes de la ciudad-puerto se beneficiaron más del progreso económico y
del cambio institucional que los residentes de su interior rural.
- Aunque estas estimaciones son todavía demasiado crudas, desafían la sabiduría
convencional. Habitualmente, este período ha sido presentado como uno de rápido progreso
tanto en las instituciones como en la economía. Los políticos liberales lograron un gobierno
basado en la opinión pública, mejoras en las instituciones financieras y monetarias, el
fomento de la inmigración europea, el establecimiento de la enseñanza elemental gratuita y
la expansión de la superficie de tierra destinada a la agricultura. Sin embargo, nuestras
estimaciones preliminares indican que hubo poca o ninguna variación en la estatura durante
la mayor parte del período 1850-1890, especialmente entre los estratos más bajos de la
población de la provincia de Buenos Aires.

LA "EDAD DE ORO" Y EL "GRAN RETRASO".

- Tradicionalmente, el período 1880-1914 ha sido considerado una "edad de oro" en la historia


económica argentina, una época durante la cual la tasa de crecimiento del país fue similar o
mejor que la de otras economías líderes en el mundo. El éxito de una economía
exportadora, productora de carne vacuna y cereales para Europa, suele asociarse a la
llegada masiva de inmigrantes y capitales europeos en un momento de mayor estabilidad
institucional, fuertes inversiones en infraestructuras y una importante expansión de la
superficie cultivada.
- Nuevos datos sobre la estatura media de los reclutas y prisioneros ponen en tela de juicio la
sabiduría convencional sobre el impacto del bienestar humano en la economía agraria de
exportación del período 1890-1914 y del posterior "Gran Retraso" del periodo de
entreguerras (1919-1939). El primer conjunto de datos proviene de los registros de cinco
cárceles ubicadas en la provincia de Buenos Aires.
- Estos datos confirman los dramáticos efectos de la depresión de 1890-93, y muestran un
progreso escaso o nulo en el bienestar biológico de los trabajadores no cualificados hasta
1910. Sólo tras el final de la Primera Guerra Mundial puede observarse una tendencia clara
y sostenida al alza de las alturas
- El segundo conjunto de estimaciones se basa en una amplia muestra (N = 22.594) de
reclutas nacidos entre 1901 y 1934, extraída de los registros de alistamiento del Batallón
Patricios de la ciudad de Buenos Aires.
- Durante las cohortes de nacimiento 1901-1910, las estaturas disminuyeron
significativamente para los obreros no calificados y permanecieron estancadas para el
promedio de todos los reclutas (ver Figura 4). Durante el periodo 1911-1918, la estatura de
los soldados recuperó el nivel alcanzado a principios de siglo y, desde el final de la Primera
Guerra Mundial, la estatura de los soldados aumentó continuamente hasta principios de la
década de 1930. Aquí vemos que el proceso de crecimiento agrario impulsado por las
exportaciones supuso una importante "penalización" para la salud y la nutrición de los
trabajadores nativos no cualificados.
- Por término medio, los trabajadores no cualificados perdieron 1,6 centímetros de estatura
entre 1903 y 1912. En cambio, entre 1919 y 1931 se produjo un aumento casi constante de
la estatura de los trabajadores no cualificados; las ganancias fueron modestas (1,2
centímetros), pero indican que los cambios en la distribución de la renta, la intensidad del
trabajo y la salud pública compensaron la ralentización del crecimiento económico.
- Después de esto, las estimaciones de los prisioneros y los reclutas coinciden: la
industrialización que vino después de la depresión trajo consigo importantes ganancias de
bienestar biológico para los trabajadores.
- La brecha de estatura entre los reclutas nacidos en el Interior y los nacidos en la región
pampeana se incrementó con el tiempo, pasando de 1,3 centímetros entre 1911-1915 a 1,7
centímetros en el período 1931-34. El desarrollo agroexportador tendió a acentuar las
diferencias regionales existentes.
- Aunque el Interior quedó rezagado con respecto a la región pampeana, las condiciones de
salud y nutrición mejoraron para ambas regiones durante el período de entreguerras
- El crecimiento económico no consiguió reducir las diferencias que separaban a los
individuos con diferentes dotaciones sociales y profesionales. Entre 1901-05 y 1931-35, los
estudiantes ganaron 4,3 centímetros de estatura, mientras que los trabajadores no
cualificados sólo ganaron 0,9 centímetros (Salvatore 2004a).
- En comparación con los datos disponibles sobre la renta, las estimaciones de la estatura
media presentan tres "enigmas" que es preciso examinar. Primero: el estancamiento de la
estatura global durante el periodo de mayor crecimiento de la economía de exportación
(1901-1910). Segundo: el crecimiento sostenido de la estatura durante el periodo
1919-1934, considerado habitualmente como un periodo de "retraso del crecimiento".
Tercero: la existencia de retrocesos menores en la talla en momentos de crisis masivas en el
sector exterior; en particular, durante la Gran Depresión, cuando las exportaciones, el
empleo y los ingresos cayeron drásticamente
- El estancamiento de la talla durante la primera década del siglo XX fue probablemente el
resultado combinado de la presión de la inmigración masiva sobre los salarios locales, la alta
prevalencia de enfermedades entre los niños, el uso generalizado del trabajo infantil y el
aumento de los precios de los alimentos y los alquileres asociado al éxito de la economía de
exportación.
- El aumento de la estatura en el periodo de entreguerras podría explicarse por una
constelación de circunstancias favorables. En parte, fue el resultado del aumento de los
ingresos. Ayudados por el aumento de la sindicalización y las actividades huelguísticas, los
salarios reales, que habían permanecido deprimidos hasta 1918, empezaron a subir
después de la I Guerra Mundial, alcanzando los niveles de fin de siglo hacia 1922-25. En
parte, el crecimiento de la estatura reveló cambios en la dieta. El consumo per cápita de
productos lácteos aumentó durante este periodo, síntoma de que las familias de clase
trabajadora elegían cestas de la compra más protectoras del crecimiento infantil.
- En cuanto a la Gran Depresión, cabe recordar que Argentina se recuperó con bastante
rapidez, ya que las condiciones de precios relativos y aranceles favorecieron el desarrollo de
la industria nacional.

DIFERENCIAS REGIONALES

- El progreso de la "Edad de Oro" no había sido suficiente para reducir la heterogeneidad


regional en el bienestar humano.
CONVERGENCIA INTRARREGIONAL: EL CASO DEL NOROESTE ARGENTINO

- Durante el periodo 1916-1951 encontramos un claro proceso de convergencia del bienestar


biológico dentro del Noroeste. Las diferencias iniciales entre las alturas de santiagueños,
tucumanos, catamarqueños y salteños disminuyeron con el tiempo, llegando a ser
finalmente insignificantes. Sólo la provincia de Jujuy, que comenzó a converger en el período
1916-1934, mostraba aún diferencias significativas con el resto de las provincias del
noroeste hacia 1951.
- La convergencia dentro del Noroeste se relaciona con el proceso de desarrollo regional
desigual. Las provincias con mayor crecimiento de estatura (Salta y Jujuy) fueron zonas que
cambiaron su especialización productiva, convirtiéndose en productoras de azúcar,
incorporando nuevos cultivos como el tabaco y el poroto y desarrollando algunos de sus
valiosos recursos naturales. En el caso de Salta, el descubrimiento y extracción de petróleo
generó focos de radicación de población e inversiones. En cambio, las provincias con
escaso o nulo cambio de estatura, Catamarca y Santiago del Estero, fueron aquellas en las
que la estructura productiva cambió poco. Sus economías se basaban en la agricultura
campesina, la explotación de los recursos forestales y la minería intensiva en mano de obra.
Tucumán, antigua zona azucarera y con la mayor densidad de población de la región, sufrió
crisis económicas recurrentes durante este período.
- Esta mejora, sin embargo, fue insuficiente para que el Noroeste alcanzara los niveles de
nutrición neta de Buenos Aires o los de la región pampeana. Nuestras estimaciones
muestran que la brecha entre el Noroeste y Buenos Aires se mantuvo dentro del rango de
3,2 a 3,7 centímetros. Las diferencias de estatura asociadas con la ocupación y las
habilidades fueron significativas, grandes y tendieron a crecer con el tiempo.
- Nuestros resultados preliminares tienden a descartar factores habitualmente considerados
muy relevantes en la narrativa del desarrollo social y económico de la región: las
emigraciones; la composición étnica de la población; y el impacto de los ingenios
azucareros. Los resultados de la regresión mostraron que ni la proporción de inmigrantes
bolivianos ni la presencia de emigración neta fueron relevantes en la determinación de las
alturas medias. También se encontró que la evolución de la estatura en las zonas
azucareras no difería significativamente de las zonas de economía predominantemente
campesina.

ALTURA E INDUSTRIALIZACIÓN: EL CINTURÓN INDUSTRIAL DE BUENOS AIRES

- Estas nuevas pruebas demuestran que los nativos del cinturón industrial crecieron 2,1
centímetros de media entre 1918 y 1952 (los datos se presentan con dos años de adelanto
desde el nacimiento). Sorprendentemente, la mayor parte de este crecimiento tuvo lugar
antes de que Juan Perón llegara a la presidencia. De hecho, la estatura del recluta medio en
1950 parece haber sido casi la misma que la de 1938.
- Esto se relaciona con el segundo hallazgo importante: una caída en la estatura media
durante el período 1940-1948. Este hallazgo subraya las dificultades que la escasez de
combustible y alimentos en tiempos de guerra pudo haber causado a las familias obreras y
arroja dudas sobre la difusión y el alcance de las políticas peronistas de bienestar y salarios.
El fracaso de las políticas de control de precios durante la posguerra (1945-48) podría haber
supuesto una carga para los presupuestos de los trabajadores y obreros informales.
- Las estimaciones de la estatura media en el cinturón industrial refuerzan nuestro hallazgo
anterior, según el cual durante 1925-1940 los residentes urbanos experimentaron las
mayores ganancias en bienestar biológico. La industrialización sustitutiva de importaciones,
en condiciones de migración masiva y rápido crecimiento urbano, generó una mejora de la
nutrición neta. Frente a esta evidencia, es necesario repensar las políticas sociales del
peronismo en comparación con las de las administraciones conservadoras de la década de
1930.
- Las implicaciones del gráfico 6 son claras: los mejores años de la redistribución peronista de
la renta y del rápido crecimiento industrial (1945-49) coincidieron con un periodo de
descenso de la estatura media en las ciudades industriales que rodeaban la capital, un
descenso que comenzó antes, durante la Segunda Guerra Mundial.
- Es probable que durante los años peronistas, los emigrantes llegaran en tan gran número
que deprimieron los salarios, creando un mercado laboral dividido o dual. Mientras que
algunos trabajadores se afiliaron a sindicatos industriales, disfrutaron de beneficios sociales
y residieron en la capital o cerca de ella, muchos se incorporaron al mercado de trabajo
eventual, no disfrutaron de beneficios sociales y residieron en distritos alejados de la ciudad.
- En comparación con finales de los años 20 y los años 30, el periodo de guerra aparece
como una época de problemas, marcada por la inflación, la escasez de alimentos y
combustible y el empeoramiento de las condiciones sanitarias. La diarrea tuvo un fuerte
impacto en la salud de los bebés en 1942-43, situación que se estabilizó durante los años
siguientes. El primer peronismo (al menos hasta 1952) no logró revertir esta situación. En
condiciones de creciente inflación, parecía difícil lograr nuevos descensos en las tasas de
desnutrición. Estas estimaciones necesitan mayor refinamiento y pruebas confirmatorias. Sin
embargo, deberían prevenirnos de ser demasiado optimistas sobre el impacto de las
políticas de bienestar peronistas. Estas políticas probablemente tuvieron efectos
beneficiosos sobre la salud y la nutrición de la clase trabajadora sindicalizada, pero no se
extendieron necesariamente a los que se incorporaron a los mercados de trabajo informales
y residían en la zona industrial.

NUTRICIÓN Y SALUD EN EL LARGO PLAZO

- Nuestra investigación sugiere que el período colonial tardío (ca.1790-1805) se caracterizó


por la falta de alimentos para los campesinos y trabajadores rurales. Esta situación se
revirtió en la época posterior a la independencia debido a una multiplicidad de factores
relacionados con los cambios institucionales, los movimientos de población y la dinámica de
la movilización militar. Como resultado, los niños de las décadas de 1820 y 1830 crecieron
más que los nacidos en las décadas de 1790 y 1800.
- Durante la era del "progreso liberal" (1850-1880), la estatura estimada muestra que la
expansión de las exportaciones de lana y ganado no afectó el bienestar biológico de los
habitantes pobres de la región pampeana. Los presos de la región rural de Buenos Aires
nacidos en la década de 1850 tenían casi la misma estatura que los nacidos en la década de
1880. Aquellos que residían en la ciudad de Buenos Aires -la ciudad que retenía el control
de los impuestos aduaneros y, por lo tanto, podía permitirse mejoras en la salud pública y la
educación- lograron algunas ganancias en estatura
- En el período siguiente (1880-1940), las estimaciones estandarizadas de las estaturas
medias (generadas a partir de los registros penitenciarios) muestran un estancamiento del
crecimiento de la estatura para la población de los estratos inferiores de la jerarquía
ocupacional. La estatura disminuyó significativamente tras la crisis de 1890-93, para
recuperarse lentamente durante las décadas de 1900 y 1910, y no alcanzar el nivel de la
década de 1880 hasta mediados de la década de 1920. Sólo en la década de 1930 se
produjo un claro aumento de la estatura media y esta mejora estuvo asociada a la
intensificación de la industrialización.
- El crecimiento impulsado por las exportaciones no produjo ninguna mejora significativa en el
bienestar biológico de los trabajadores. En términos de tasas de crecimiento de las
exportaciones y los ingresos, la Pampa argentina era una economía de éxito integrada en el
mercado mundial a través de flujos de mercancías (carne de vacuno y cereales), capital,
emigrantes y tecnología. Sin embargo, también era una economía que sufría una gran
desigualdad social, sólo parcialmente resuelta por la provisión de educación elemental
gratuita. Los elevados salarios atraían a los inmigrantes europeos, pero muchos de ellos se
quejaban del alto coste de los alimentos (competitivos con las exportaciones) y del alquiler
(la oferta de viviendas no podía seguir el ritmo de la demanda). No es sorprendente que las
remesas a sus países de origen, un indicador de la capacidad de ahorro, fueran limitadas en
comparación con las enviadas por los inmigrantes italianos residentes en Nueva York.
- Por el contrario, la literatura ha subestimado la calidad del crecimiento del periodo de
entreguerras, pero lo cierto es que este periodo produjo un crecimiento fuerte y sostenido de
la estatura media. Parte de este avance en el bienestar biológico puede asociarse a la
supresión de los obstáculos al crecimiento humano: la regulación del trabajo infantil, una
mayor eficacia en el control de las enfermedades infecciosas y la ralentización de la
inmigración europea 60 . Pero la mejora de la condición de los niños en los años veinte y
treinta también estuvo relacionada con nuevas políticas estatales que protegían a los niños
abandonados, promovían una dieta más diversificada y distribuían leche entre los escolares.
- nuestras estimaciones confirman la sospecha de intelectuales y políticos contemporáneos
de que existían dos Argentinas: una sana y próspera en la región pampeana; la otra insana y
desnutrida en las provincias del interior
- Las estimaciones preliminares de las estaturas de los reclutas del Conurbano Bonaerense
confirman el efecto beneficioso de la industrialización sustitutiva de importaciones durante la
década de 1930. La estatura creció significativamente durante este período, a pesar de las
migraciones internas masivas y sus efectos depresivos sobre los salarios. Aparentemente,
los trabajadores emigrantes no tuvieron que pagar una "penalización urbana" por su decisión
de trasladarse al cinturón industrial que rodeaba Buenos Aires. Las menores tasas de
mortalidad infantil, resultado de las mejoras en el saneamiento y los menores precios de los
alimentos (debido en parte al impacto de la Gran Depresión), hicieron posible este resultado.
Sin embargo, para el período de la Segunda Guerra Mundial, el nivel biológico de los
trabajadores del Conurbano descendió, por razones que no están claras en este momento.
Nuestras estimaciones indican que la mejora de las condiciones de vida producida por la
primera administración peronista podría haberse limitado a la mano de obra sindicalizada.
- las nociones de que el período 1880-1914 fue una "edad de oro", mientras que el período
1919-1939 fue de "retardo" o "retraso". En términos de bienestar biológico, hay pruebas
sólidas de que ocurrió lo contrario: a los trabajadores en particular les fue mejor durante el
llamado "gran retraso" que durante la "edad de oro".

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