12 El Es Digno
12 El Es Digno
12 El Es Digno
Apocalipsis 5:1-14
1Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por
fuera, sellado con siete sellos. 2Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno
de abrir el libro y desatar sus sellos? 3Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la
tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo. 4Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a
ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. 5Y uno de los ancianos me dijo: No
llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y
desatar sus siete sellos.
6Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos,
estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los
siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. 7 Y vino, y tomó el libro de la mano derecha
del que estaba sentado en el trono. 8Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y
los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro
llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; 9y cantaban un nuevo cántico, diciendo:
Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos
has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10y nos has hecho para
nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
11Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los
ancianos; y su número era millones de millones, 12que decían a gran voz: El Cordero que fue
inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y
la alabanza. 13Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en
el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al
Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. 14Los cuatro
seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y
adoraron al que vive por los siglos de los siglos.
Los hermanos que sufrían tribulación a finales del siglo I necesitaban saber si valía la pena sostener
la fe en medio de la persecución, si la victoria al final estaba asegurada a pesar de que murieran en
la espera, la fe es vana si el plan de Dios no tuviera un cumplimiento garantizado y pudiera ser
frustrado por Satanás o un imperio tan poderoso como el Romano. Pero para eso el libro de
apocalipsis fue revelado, para mostrar, tanto a la iglesia perseguida como a cada uno de nosotros,
que la última parte del plan de Dios ya fue inaugurada con la muerte del Cordero y que es
inevitable que los juicios de Dios sean ejecutados sobre el mundo opositor y que se lleve a cabo la
redención final
Muchos miran el Apocalipsis como un libro futurista solamente, pero el Espíritu Santo inspiró a
Juan para que escribiera este libro para animar una iglesia que vivía un tiempo de feroz
persecución, tomando en cuenta ese propósito vamos a enfocarnos en este texto que nos relata lo
que acontece luego de que Cristo es exaltado a causa de su obediencia total.
En este mundo se carece de certezas, todo se hace ambiguo y parece que la iglesia también
padece de incertidumbre, pero debido a que Cristo digno, y es el centro de todo el plan de
redención y que ha cumplido todo perfectamente hoy podemos tener absoluta certeza en Él y
podemos postrarnos ante su presencia para adorar y bendecir al que vive por los siglos.
Hermanos, la dignidad de Cristo acredita que tenemos un mediador poderoso al que debemos
toda alabanza y confianza. Espero que esto pueda afirmar tu corazón, ante lo que sea que estés
viviendo, Nuestro Señor ha resucitado y está en el trono vivo y reinando a tu favor, él es Digno.
EL LIBRO: v1-4.
Juan, en visión, es llevado al cielo y se le permite ser testigo de una escena maravillosamente
trascendente. Comienza viendo a uno sentado en su trono, quien sostiene un libro con siete sellos
en su mano derecha. Este ser, el más importante de todos en el cielo, es Dios el Padre, quien tiene
en su diestra un rollo, un documento legal de gran relevancia, como solían ser los contratos
antiguos. Este rollo, escrito por ambos lados y sellado con siete sellos, sigue la usanza romana
usada para documentos de suma importancia, como títulos de propiedad o testamentos.
Este rollo simboliza el plan eterno de Dios y es el título del dominio sobre toda la creación.
Representa el propósito perfecto de Dios respecto al universo entero a lo largo de toda la historia
y a todas las criaturas de todos los tiempos y por toda la eternidad. Es exhaustivo y completo,
escrito por dentro y por fuera, lo que indica que no se puede añadir nada más. Su designio no
puede ser cambiado. Sin embargo, al estar sellado, significa que, aunque Dios ha provisto un plan
de redención, este aún no ha sido ejecutado y se requiere de alguien que lo ejecute.
Luego un ángel poderoso, presenta un conflicto, tenemos el libro con el decreto de Dios y el
cumplimiento de lo que será revelado depende de que ese libro se abra, y el conflicto es ¿quién
podrá abrirlo? entonces comienza a dar voces por todo el universo diciendo: ¿Quién es digno de
abrir el libro y desatar sus sellos?, y la respuesta es que en todas las esferas de la creación no hay
nadie que sea digno de desatar y ejecutar los planes y propósitos perfectos de Dios. Entonces esta
cualidad Digno adquiere una importancia significativa en nuestro texto. La palabra digno en el
griego es áxios que indica tanto, una dignidad ética, como la habilidad física, es alguien valioso,
apreciado, precioso o merecedor de honor y respeto, por lo tanto, aquel que se necesita para abrir
el rollo debe ser alguien que sea capaz de contrapesar en la balanza la magnitud de la empresa
que se ha de realizar. El que debe abrir los sellos debe estar apto para presidir los destinos del
mundo y llevarlos a cabo en nombre de Dios, en otras palabras, debe ser un perfecto Mediador,
un redentor que salve a los esclavizados y cancele la deuda de ellos, pero sólo un Redentor
universal puede ser Mediador universal (1 Ti. 2:5, 6). ¿Podrá hallarse alguno? La respuesta es que
no nadie en los cielos, ni en la tierra, ni debajo de la tierra que sea digno, nadie tiene la capacidad
de abrir el libro, ni siquiera de mirarlo; porque no existe vista creada que pueda contemplar los
designios de Dios Romanos 11: 33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia
de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 34 Porque ¿quién
entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?
Ante tal imposibilidad la miseria humana nunca tendrá un final, la humanidad sujeta a pecado
nunca tendrá posibilidad de perdón, además, en los tiempos en que Juan escribió, que eran
tiempos de tristeza, había una iglesia que estaba sufriendo a manos de sus sanguinarios
perseguidores, y necesitaba ser consolada con esperanza, pero nadie fue hallado digno siquiera de
mirar el rollo que Dios tiene en su mano, ante esa impotencia Juan llora amargamente, llora como
todo hombre que vive en una situación terrible y que no puede hacer nada para remediarla. Juan
llora amargamente porque sabe que, si el rollo no se abre, no se llevará a cabo el plan de Dios en
favor de la humanidad: no habrá protección ni consuelo para el pueblo de Dios; no habrá juicio
contra el mundo malvado; no habrá triunfo final de Dios y de su Ungido; no habrá nuevos cielos ni
nueva tierra, si no hay nadie digno toda la fe cristiana es vana y los perseguidores han vencido.
Juan dirige su mirada hacia donde el anciano le indica y espera ver un León, pero lo que se
presenta ante su mirada es un Cordero, palabra que en el griego significa arníon «corderito»,
haciendo referencia a aquel cordero que las familias judías debían proveerse para la pascua, un
animalito de leche que era llevado a vivir a la casa de la familia, era criado entre los hijos de la
familia al punto de convertirse en una mascota, pero que al llegar el día señalado debía ser
degollado en sacrificio para la expiación pascual. La imagen del «cordero» simboliza en la Biblia
cuatro cosas: mansedumbre, humildad, inocencia y pureza. ¿Como puede Jesús ser león y cordero
a la vez? esto lo comprenderemos si consideramos que, en la Cruz del Calvario, Él fue ambas cosas:
. - Como cordero, va al matadero sin pronunciar palabra alguna, manso y sumiso, como lo había
Jesús como el Cordero, muere por los pecados de su iglesia profetizado Isaías Angustiado él, y
afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus
trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Isaías 53.7
. - Como León, Cristo conquista y reina al vencer al diablo aplastando la cabeza de la serpiente y
llevar cautiva a la cautividad.
Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres.
Efesios 4:8
No podemos separar el sufrimiento de la gloria ni la corona de la cruz. Es necesario hacer notar
que a Cristo se le llama «el Cordero» veintiocho veces en Apocalipsis. Es más, pudiéramos trazar el
recorrido de la historia de la redención en la Biblia entera siguiendo el tema “del cordero”. En
Génesis 22.7 Isaac preguntó: «¿Dónde está el cordero?»; y Juan el Bautista contestó: «¡He aquí el
Cordero de Dios!» (Jn 1.29). Ahora Juan escribe: «¡Digno es el Cordero!».
La palabra «inmolado» acompaña al Cordero, esta expresión significa «degollado para un
sacrificio». Lo que implica que Cristo no fue simplemente ejecutado; él se entregó como sacrificio
es el precio de la paz de su pueblo. Su muerte y resurrección prueban que Él es digno de ser el
heredero de la creación, por lo tanto, digno de tomar el libro y abrir sus sellos.
Notemos que el Cordero en la gloria lleva las marcas de su sacrificio, Jesucristo escogió por la
eternidad hacer conmemoración de su gloriosa y heroica gesta en la cruz al ofrecerse en sacrificio
por los pecadores, y así ser en la eternidad el sumo sacerdote que intercede por nosotros, Él se
hizo obediente hasta la muerte y por eso se le dio un nombre que es sobre todo nombre, El Señor.
Pero el cordero como inmolado es un ser glorificado, en el v9 es descrito de esta manera: está de
pie lo que quiere decir que aun a pesar de haber sido sacrificado ahora está vivo, ha resucitado
para nunca más morir, la muerte no lo derrotó, él fue más allá de la tumba y regresó, y Él está
entre una multitud de seres gloriosos que le adoran, y además se dice que. El cordero tiene sobre
si 7 cuernos que representa que toda autoridad y poder son de él, que no hay enemigo que le
pueda hacer frente, además se describe que tiene 7 ojos, lo que habla de su eterna sabiduría y
conocimiento de todo lo que existe.
En el 7. Vemos que la toma el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Todos
hemos oído ese tipo de historia que narran que hay un elemento especial que todo el mundo
desea pero que no cualquiera puede tomar ya sea una espada como Excalibur en la roca que solo
que nadie puede sacar ya que solo el verdadero rey podía, hasta que llega Arturo, y la levanta de
la roca y es reconocido como el rey de Inglaterra. Aquí sucede algo parecido ¿Quién puede haber
tomar el libro y abrir sus sellos? Nadie puede, pues nadie es digno, hasta que viene Cristo, como
un cordero sacrificado, y con autoridad toma el libro de la mano derecha del que estaba sentado
en el trono. Cristo es el verdadero rey de gloria, Cristo es el ejecutor del decreto, es el heredero y
la herencia al mismo tiempo, así como Cristo es el sacerdote y el sacrificio al mismo tiempo, como
aprendemos en el libro de hebreos, él es el ejecutor de este libro para que todos los términos se
apliquen como debe ser, pero al mismo tiempo es el que recibe esta herencia, el hijo y nosotros
somos coherederos con Jesucristo. Eso es maravilloso, Él hace toda la diferencia. Jesús lo logra.
LA ALABANZA V8-14
Al llegar al v 8 vemos como si todo el cielo prorrumpieran aplausos en una muestra de gozo y
alegría. Y es la dignidad del Cordero la razón de esta gran adoración. Las multitudes en los cielos
prorrumpen en una serie de doxologías. Cuando tomó el libro los cuatro seres vivientes y los 24
ancianos se postraron delante del cordero, cada 1 tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso
que son las oraciones de los santos. los ancianos (representando a la Iglesia glorificada) cantan sus
alabanzas y magnifican su muerte por la redención de una creación perdida. En el cielo se canta
una canción nueva 9y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de
abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo
linaje y lengua y pueblo y nación; 10y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y
reinaremos sobre la tierra.” En el capito 4 cantaban sobre la creación, aquí se canta de la
redención, se canta acerca de la cruz, esta canción es nueva porque jamás ningún ser creado había
presenciado la consumación de una salvación tan grande y gloriosa, solo el Cordero es digno de
este gran honor. Por cientos de años el pueblo de Dios ha orado por la venida de Cristo y la
corrección de los males en el mundo; un día Dios contestará esas oraciones. «Reinaremos sobre la
tierra» Cristo el cordero, es la garantía de la iglesia, todas nuestras esperanzas deben ser puestas
en él, todas las tristezas y los males de este mundo no serán para siempre.
Notemos cuan cerca está el cordero de su iglesia, está en medio de los 24 ancianos, que le alaban
con canciones, sus arpas y sus copas llenas de incienso que son las oraciones de su iglesia, ¿logras
ver lo que su muerte consigue? además de cumplir con el decreto divino, logra reunir junto a él a
cada escogido a cada uno de los que amó, esta imagen nos dice que nunca oras en vano, nunca le
adoras en vano, el ser más digno del universo está cerca de su iglesia.
A la adoración de la iglesia se suman multitudes de seres angelicales, el apóstol los ve como una
multitud muy grande: millares de millares y millones de millones quienes en voz alta dicen: «El
Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la
honra, la gloria y la alabanza»; siete excelencias representando todas las virtudes y excelencias en
el cielo y en la tierra (véase Ap. 7:12). Primero, los ancianos cantan, porque han experimentado la
redención, después cantan los ángeles, porque por medio de la iglesia han sido instruidos en los
misterios de la redención Efesios 3:10-11 “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora
dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales,
conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor”
Después que los ángeles terminaron su alabanza, toda la creación se une para honrar al Señor
Jesucristo. «Toda criatura» sugiere que toda la creación espera con expectación la redención que
vendrá cuando Cristo finalmente venza al enemigo y establezca su reino. Es interesante contrastar
esta doxología con la vida terrenal de Cristo. 12 que decían a gran voz: El Cordero que fue
inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y
la alabanza. 13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en
el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al
Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Deshonrado en
la tierra, pero honrado en la gloria fue hecho maldición en la cruz, mas hoy es tanto el que recibe
como el que otorga toda bendición, porque el Cordero es el único que es digno, es absolutamente
suficiente para su iglesia, es la esperanza definitiva para la iglesia sufriente en la tierra, pero
victoriosa en Cristo.
Cuando Cristo toma el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado sobre el trono
recibió la autoridad de gobernar el universo de acuerdo con el decreto eterno de Dios. Lo que
hemos presenciado es una ceremonia de coronación del Cristo ascendido, es la entronación de un
rey como leemos en Hebreos 2:8-9 8Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó
todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le
sean sujetas. 9Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús,
coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de
Dios gustase la muerte por todos.
Después de cada atribución de alabanza dada por el resto del universo, estos cuatro seres
vivientes dicen «amén». De esta manera colocan sobre esta adoración universal el sello de su
aprobación y el de Dios. Y los ancianos cayeron sobre sus rostros y adoraron, rindiendo homenaje
divino no sólo al trino Dios sino también específicamente al Cordero
14Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus
rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
La conmoción en los cielos ante la presencia del cordero es una muestra de que independiente de
lo que sucede en la tierra, tenemos un rey victorioso, que es completamente digno, que ha
consumado el plan redentor del Padre y que es digno de recibir todos los honores de la creación
por lo que Él es y por lo que ha hecho, imagínese a Juan viviendo en medio de un tiempo de
horrores y tristeza viendo a buenos hermanos morir todos los días por su fe, viendo escalar en el
poder a hombres perversos, y que se le revele que el Amado de su corazón está vivo y tomando
toda autoridad en los cielos, y con él la victoria es segura.
Consideremos 3 aplicaciones a lo que hemos leído:
1.- Nunca debemos olvidar que necesitamos un mediador entre Dios y nosotros. La humanidad
intenta vivir como si no necesitara de Cristo, pero todos sus triunfos son vanas ilusiones, su
seguridad, su orgullo son solo un poco de neblina, la verdad es que el hombre necesita a Jesús,
pues no hay nadie más digno que él que le pueda acercar a Dios, sin él solo podemos mirar de
lejos esos planes de redención, a menos que un mediador interceda por nosotros, pero gloria a
Dios tenemos un mediador: El León de Judá que ha vencido, el vástago que se levantó para vivir
para siempre, tenemos un varón de dolores fue quebrantado en nuestro lugar, tenemos uno que
ha vencido, y Él es digno de abrir el libro del plan perfecto de Dios, el libro de la reconciliación, de
la justicia, de la paz, del perdón, de la victoria de la iglesia y del castigo a la maldad…como Juan
dejemos de llorar pues no somos como los que no tienen esperanza, Hay esperanza y esta tiene
forma de cordero
2.- A veces nosotros no consideramos el honor que se nos ha concedido de adorar a Cristo,
nuestro gozo es tan circunstancial, nuestras canciones son a veces tan descuidadas tan centradas
en nosotros mismos, tanto en contenido como intención, pero consideremos lo siguiente, los
ancianos cantan y el canto es un privilegio reservado para los santos de Dios que han
experimentado el gozo de la salvación. Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la
alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Sólo Cristo es digno de alabanza,
es Señor, sobre todo, Él está en su trono y lo gobierna todo.
3.- Él no es solo Señor de los santos que han sido recogidos por su misericordia, no solo es Señor
de los que le han reconocido como tal, Él es rey y también es Señor y juez sobre todos, sobre los
rebeldes, los ateos, sobre el pervertido que busca mil razones para justificar su conducta, él es
Señor, sobre ángeles, sobre los demonios, El reina en el cielo, en la tierra y en el infierno y llegará
el día en que todos estarán rostro a tierra reconociendo su señorío, algunos quebrantados por su
venganza, dirán con espanto Jesús es el Señor, para luego ser arrojados al infierno, pero otros con
cánticos en sus labios y arrasados en lágrimas de gozo dirán “ sí. Tú eres mi Señor. Tu tomaste mi
lugar, digno eres tú, nadie hay como tú”.
Si estás sufriendo recuerda que tenemos a nuestro redentor vivo y reinando sobre todas las
circunstancias de la vida cualquiera estas sean. Nada en la historia está fuera de su control, la
iglesia debe tener valor y certeza pues su Salvador está vivo y la gloria de la Iglesia es tener un
Cristo vivo, su mayor bendición es poder creer y confiar en alguien que fue a la muerte, la enfrento
y volvió de ella para tomar un lugar prominente por la eternidad, Gózate hermano de que lo que
crees es algo que trasciende por los siglos. Esta es la gloria de nuestra fe.
Nadie puede convertir un mendigo en rey, pero Cristo puede, nadie puede transformar a un adicto
en un hombre libre, pero Cristo puede, nadie más puede perdonar pecados solo Cristo, solo el,
porque él es digno, el dio su sangre por nosotros y pagó nuestra deuda con el Padre. Por lo tanto,
no pueden quedar coronas sobre nuestras cabezas las coronas son de él, nuestras arpas son
puestas a sus pies, nuestra boca le exaltará, y siempre por la eternidad le debemos adorar, por lo
que Él es y por lo que ha hecho.