Resumen Completo IPC Cap. 1 A 12
Resumen Completo IPC Cap. 1 A 12
Resumen Completo IPC Cap. 1 A 12
Las oraciones que expresan proposiciones están compuestas por términos, que son palabras o
conjuntos de palabras que nombran aspectos de la realidad. Los términos pueden ser descriptivos,
mencionando aspectos de la realidad, o lógicos, sirviendo para enlazar términos o proposiciones
entre sí.
Los enunciados o proposiciones no suelen darse aislados, sino que forman estructuras complejas.
Ejemplos de proposiciones complejas incluyen:
En estas oraciones se pueden reconocer partes que expresan distintas proposiciones, denominadas
proposiciones atómicas, que poseen valor de verdad. Las expresiones que actúan como nexos entre
estos enunciados simples se llaman conectivas lógicas o conectores lógicos.
Proposiciones Moleculares
Las proposiciones moleculares son aquellas en las que una o más proposiciones se ensamblan a
través de conectores lógicos. Para determinar la verdad o falsedad de estas proposiciones, es
necesario conocer el significado de los nexos y el valor de verdad de cada proposición atómica. El
lenguaje formal de la lógica proposicional permite traducir expresiones del lenguaje natural,
eliminando su ambigüedad y vaguedad.
• Símbolos para representar las proposiciones y los conectores lógicos, y signos de puntuación.
• Un conjunto de reglas que permiten relacionar estos símbolos para formar estructuras más
complejas o fórmulas bien formadas.
• Disyunción (V): Representa una alternativa entre dos proposiciones. Ejemplo: "Este recipiente
contiene agua o alcohol" se traduce como p ∨ q.
• Conjunción (+): Indica que dos proposiciones se dan al mismo tiempo. Ejemplo: "Manuela
tiene fiebre y dolor estomacal" se traduce como r ∧ s.
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tiene fiebre y dolor estomacal" se traduce como r ∧ s.
• Condicional (>): Indica una relación causal entre dos proposiciones. Ejemplo: "Si el agua hierve
entonces se evapora" se traduce como p → q.
• Negación (¬): Invierte el valor de verdad de una proposición. Ejemplo: "No es cierto que
Manuela tenga fiebre" se traduce como ¬p.
Tablas de Verdad
Para establecer la verdad o falsedad de las proposiciones complejas, se utilizan tablas de verdad. La
cantidad de filas en una tabla de verdad se calcula como
Para asignar valores de verdad en las tablas, hay que considerar únicamente las variables
únicamente las variables no repetidas. Si una misma variable aparece varias veces en una
proposición, se cuenta una sola vez. Un procedimiento efectivo para garantizar todas las
combinaciones posibles es alternar los valores de verdad de la primera variable de uno en uno, la
segunda de dos en dos, la tercera de cuatro en cuatro y así sucesivamente.
• Disyunción (V): Es verdadera si al menos uno de sus disyuntos es verdadero. Falsa si todos son
falsos.
Tabla de Disyunción:
• Conjunción (∧): Es verdadera si ambas proposiciones son verdaderas. Falsa si al menos una es
falsa.
Tabla de Conjunción:
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• Condicional (→): Es falso solo cuando el antecedente es verdadero y el consecuente falso.
Verdadero en el resto de las combinaciones.
Tabla de Condicional:
• Negación (¬): Es verdadera cuando la proposición que niega es falsa, y falsa cuando la
proposición es verdadera.
Tabla de Negación:
Las fórmulas bien formadas en lógica proposicional deben cumplir reglas sintácticas específicas. Por
ejemplo, p ∧ q ∨ r no es bien formada, pero (p ∧ q) ∨ r sí lo es.
Reglas:
1. p, q, r, . . . . . , z son fórmulas.
2. Si A y B son fórmulas, entonces A ∨ B, A ∧ B, A → B y ¬A también son fórmulas.
Fórmula 5: (p ∧ q) ∨ r
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Fórmula 6: p ∧ (q ∨ r)
Comparar las tablas de verdad revela que cambiar el orden de los paréntesis altera el significado de
las proposiciones. Las fórmulas (p ∧ q) ∨ r y p ∧ (q ∨ r) tienen asignaciones de verdad diferentes y,
por tanto, representan enunciados distintos.
1. Disyunción
2. Conjunción
3. Condicional
4. Negación
1. Principio de Identidad
• Fórmula: p → p
• Significado: Una proposición es siempre idéntica a sí misma.
• Ejemplos: "Si manuela tiene dolor de cabeza, entonces Manuela tiene dolor de cabeza"
• En la tabla de verdad, p → p es siempre verdadero, demostrando que es una tautología.
p → p
V V V
F V F
• Fórmula: p ∨¬p
• Significado: Una proposición es o bien verdadera o bien falsa.
• Ejemplos: "Manuela tiene fiebre o Manuela no tiene fiebre"
• En la tabla de verdad p ∨¬p es siempre verdadero, mostrando que es una tautología.
p ∨ ¬p
V V F
F V V
3. Principio de No Contradicción
• Fórmula: ¬ (p ⋅ ¬p)
• Significado: Una proposición y su negación no pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo.
• Ejemplos: "No es cierto que el agua se evapora y no se evapora"
• En la tabla de verdad, ¬(p ⋅ ¬p) es siempre verdadero, indicando que es una tautología.
Clasificación de proposiciones
Se identifican tres tipos de proposiciones:
1. Contingencias
• Ejemplos: p ∨ q, p ⋅ q, p → q, ¬p
2. Tautologías
3. Contradicciones
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• Ejemplos: p ⋅ ¬p
Conclusión
En los aparatos anteriores, se describieron las proposiciones simples y complejas, la lógica de sus
combinaciones ( disyunción, conjunción, condicional y negación), y la clasificación de las
proposiciones según sus condiciones de verdad (contingencias, tautologías, contradicciones).
Ejemplo:
Identificación de premisas y conclusión: Expresiones como "ya que", "dado que", "porque"
introducen premisas, mientras que "luego", "por ende", "por lo tanto" indican la conclusión.
Tipos de Razonamientos
• Ejemplo:
1. Si Juliana es pediatra, entonces es médica
2. Juliana es pediatra
3. Por lo tanto, Juliana es médica
•
• Propiedades: La verdad de las premisas garantiza la verdad de la conclusión. Es lógicamente
imposible tener premisas verdaderas y conclusión falsa.
• Ejemplo:
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• Ejemplo:
1. Si juliana es pediatra entonces Juliana es médica.
2. Juliana es médica.
3. Por lo tanto, Juliana es pediatra.
Veracidad de proposiciones vs. Validez del razonamiento: Las proposiciones pueden ser verdaderas
o falsas, pero un razonamiento en sí mismo no tiene esa propiedad; se dice que es válido o inválido
según la relación entre premisas y conclusión.
Determinación de la validez
Tablas de verdad: Para determinar si un razonamiento es válido, se representan todas las posibles
combinaciones de valores de verdad de las premisas y la conclusión mediante tablas de verdad. Las
tablas de verdad permiten identificar si la estructura del razonamiento transfiere la verdad de las
premisas a la conclusión.
Ejemplos de razonamiento:
a. Natural: "Si juliana es pediatra, entonces es médica. Juliana es pediatra, por lo tanto, Juliana
es médica
b. Lógico: Asignar variables: p = "Juliana es pediatra, q = "Juliana es médica"
Estructura formal:
Luego, debemos elaborar una tabla asignando dos columnas: una para las premisas y una para la
conclusión.
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Modus Ponens (MP)
1. Definición:
2. Tabla de ejemplo:
3. Resolución:
Solo en la primera fila, ambas premisas son verdaderas y la conclusión también es verdadera.
Esto muestra que el razonamiento transmite la verdad de las premisas a la conclusión (válido).
Este tipo de razonamiento es conocido como Modus Ponens (MP)
1. Definición:
2. Tabla de verdad:
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3. Observación:
La última fila muestra que su ambas premisas son verdaderas, la conclusión también lo es.
Falacias
Tabla de verdad:
Observación: Puede tener premisas verdaderas y conclusión falsa (ejemplo en segunda fila)
Tabla de verdad:
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Observación: Puede tener premisas verdaderas y conclusión falsa (ejemplo en segunda fila).
Razonamientos inductivos
1. Definición:
• Son ampliativos: La conclusión añade nueva información que no está en las premisas.
• No garantizan la verdad de la conclusión a partir de premisas verdaderas.
3. Ciencia:
1. Idea central:
2. Proceso:
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Capítulo 2. El confirmacionismo de
Carl Hempel
El confirmacionismo, según Carl Hempel, desafía la visión ingenua de la ciencia, que sostiene
que la investigación científica se deriva directamente de los hechos. Esta perspectiva, conocida
como inductivismo ingenuo, sugiere que la ciencia es una labor de individuos que realizan
experimentos y registran resultados para derivar conocimiento a partir de la experiencia
sensorial.
Análisis y Clasificación: Se agrupan los fenómenos observados según sus características comunes
Elaboración de Hipótesis: Se formula una hipótesis que describa y explique los fenómenos observados.
Observación Selectiva: Sin una hipótesis previa, los científicos no sabrían qué observar ni cómo
clasificar los hechos.
Términos Teóricos: Muchas hipótesis incluyen términos teóricos que no se derivan directamente
de la observación, como átomos y electrones, que requieren un salto creativo para
formularse.
Contexto de Descubrimiento: Es el momento en que los científicos idean nuevas teorías o hipótesis
para explicar fenómenos. Este proceso no sigue reglas específicas y está marcado por la
Creatividad.
Después de numerosos intentos fallidos por parte de Fleming para aislar el compuesto
terapéutico, otros investigadores, como Ernst Chain y Howard Florey, lograron purificar la
penicilina y demostrar su efectividad en ratones y humanos. Este proceso llevó al
reconocimiento de la penicilina como un antibiótico crucial durante la Segunda Guerra
Mundial.
Para Hempel, la investigación científica comienza con una hipótesis formulada en respuesta
a un problema. A partir de esta hipótesis se derivan implicaciones contrastadoras que
permiten decidir su aceptación o rechazo. Una hipótesis confirmada sucesivamente se
integra en una teoría.
2.2. La estructura de una teoría empírica
Estructura de una teoría empírica según Carl HempelCarl Hempel establece que la
investigación científica comienza con la formulación de una hipótesis para responder a un
problema de investigación. Esta hipótesis debe derivar implicaciones contrastadoras, las
cuales permiten su aceptación o rechazo. Una hipótesis confirmada pasa a formar parte de
una teoría.
Hipótesis Auxiliares (HA): Son supuestos adicionales necesarios para derivar nuevas hipótesis a
partir de la HF.
HD1: Las infecciones por Streptococcus pueden producir fiebre elevada y aumento de las
frecuencias cardíaca y respiratoria en humanos
Grado de Generalidad:
Nivel 3: Enunciados teóricos, contienen al menos un término teórico, pueden ser puros o
mixtos.
Hempel concibe la investigación científica como un proceso de justificación de hipótesis, no
de descubrimiento de teorías nuevas. La ciencia se caracteriza por la forma en que los
científicos ponen a prueba sus creencias mediante procedimientos deductivos para
descartar hipótesis y inferencias inductivas para aceptarlas. Las hipótesis confirmadas
sucesivamente se integran al corpus de conocimiento científico.
CAPÍTULO 3: El falsacionismo de Karl Popper
Popper coincide con Hempel sobre que la ciencia se caracteriza por la manera en que
los científicos ponen a ´prueba sus conocimientos. Argumenta que NO HAY MANERA
de justificar o validar la inducción, por lo que considera “inadecuada” la visión de
Hempel sobre eso.
Teorías (KANC)
FALSACIONISMO
Diferencia entre
→ Falsación: Se refuta una Hipótesis
→ Falsabilidad: Probabilidad que tiene un enunciado de ser refutado
→ Susceptibles a la revisión
→ Sometidos a la crítica
→ Se reemplazan por otras mejores
La ciencia es:
Al asignar nombres a las cosas, de alguna manera asumimos que tienen algunas
características y no otras.
POPPER ----> Todos los enunciados científicos, incluídos los enunciados empíricos
básicos. Son conjeturas provisorias. Si esto es así, la falsación de una conjetura deja
de ser concluyente. Ni siquiera la refutación de una hipótesis es algo definitivo. Es así
como el poder de la falsación se debilita abriendo la puerta a nuevos enfoques
epistemológicos.
UNIDAD 2
CAPÍTULO 4
Algunas de las críticas a los problemas que presenta la filosofía clásica surgieron
originalmente entre los mismos autores que propusieron y desarrollaron el enfoque
clásico. Estos mismos filósofos supieron señalar ciertos problemas que sus propias
posiciones representaban.
Los autores del enfoque historicista, como Thomas Kuhn e Imre Lakatos, adoptan
una perspectiva descriptiva. Se interesan más en describir lo que los científicos
realmente hacen durante su investigación y cómo las teorías científicas evolucionan
históricamente. Este enfoque presta atención no solo a la justificación de las teorías
sino también al proceso de descubrimiento, mostrando cómo ambos contextos están
interrelacionados y son esenciales para comprender el desarrollo científico.
Tanto los rayos X como Urano fueron percibidos mucho antes de ser formalmente
reconocidos como descubrimientos científicos. Ambos científicos solo reportaron
sus descubrimientos después de poder integrarlos en una teoría coherente que
explicara estos fenómenos nuevos. Esto destaca como la justificación teórica sigue
al descubrimiento inicial y cómo el proceso de descubrimiento y la posterior
justificación están estrechamente entrelazadas.
Kuhn sostiene que existe una distinción entre dos tipos de descubrimientos:
● Descubrimiento guiado por la teoría: el descubrimiento se ajusta y válida
dentro del marco teórico existente. Un ejemplo es el descubrimiento de
Neptuno a través de la teoría matemática.
● Descubrimiento sorpresivo: el científico debe desarrollar una nueva teoría o
hipótesis y ofrecer un nuevo vocabulario para explicar el fenómeno
observado. El desarrollo de nuevas teorías y la experimentación van de la
mano: no es posible afirmar haber descubierto algo hasta no dar una
justificación.
Ejemplos de este tipo de descubrimiento sorpresivo es el de Urano, los rayos
x y la penicilina, en los que un proceso relativamente extenso llevó a
identificar un nuevo fenómeno.
Además, Kuhn argumenta que en el proceso de justificación científica no solo
intervienen factores racionales o lógicos. Los científicos, al elegir entre teorías
competidoras, también están influenciados por creencias externas al ámbito
estrictamente científico.
Distingue claramente entre dos aspectos Cuestiona la nítida distinción entre el contexto de
fundamentales de la actividad científica: el descubrimiento y el contexto de justificación.
descubrimiento y la justificación. Los elementos creativos (asociados al
descubrimiento) y racionales (asociados a la
justificación) están intrínsecamente entrelazados.
Por ejemplo: cuando Copérnico propuso que la Tierra se mueve alrededor del Sol,
los defensores del geocentrismo intentaron refutar esta idea. Argumentaban que, si
la Tierra se moviera, los objetos deberían salir despedidos de su superficie, como
una piedra se desprende de una rueda en movimiento. Dado que esto no sucede,
concluyeron que la Tierra no se mueve. Sin embargo, esta supuesta falsación no fue
concluyente y la teoría heliocéntrica sobrevivió a estos intentos de refutación.
Cuando los científicos evalúan una hipótesis, no lo hacen de manera aislada sino en
conjunto con una serie de supuestos auxiliares (SA) y el conocimiento de fondo
(puede incluir desde enunciados generales de otras teorías científicas hasta
descripciones de condiciones específicas bajo las cuales debe realizarse el
experimento). Además, se consideran las “condiciones normales” que deben darse
para que se produzca una implicación contrastadora determinada (I).
Esquemáticamente:
¬ (H . SA)
Esto significa que la falsación no refuta directamente la hipótesis (H), sino una
conjunción de la hipótesis con los supuestos auxiliares y las condiciones normales
(H . SA). Por lo tanto, el fallo de una implicación contrastadora (I) puede deberse a
un error en los supuestos auxiliares, en el conocimiento de fondo o en las
condiciones normales, y no necesariamente en la hipótesis central.
Los investigadores recurren con frecuencia a estrategias ad hoc para proteger sus
hipótesis de la falsación. Por ejemplo, en el caso de la penicilina, cuando los
primeros intentos de curar una infección fallaron, los científicos no interpretaron esto
como una refutación de la eficiencia de la penicilina, sino que asumieron que alguno
de los SA, como la dosis administrada o la duración del tratamiento, era incorrecto y
no que la hipótesis fuese falsa.
● Distinción de Hanson:
Norwood Russell Hanson lleva la crítica de la distinción entre términos
teóricos y observacionales a un nivel más profundo, argumentando que no
sólo los enunciados observacionales están cargados de teoría, sino que el
propio acto de percepción está intrínsecamente influenciado por las teorías.
La observación científica y la percepción misma no son neutrales, están
moldeadas por las expectativas, conocimientos previos y el lenguaje que se
utiliza.
Hanson sostiene que los científicos, a través de su formación académica
y sus teorías aprendidas, desarrollan expectativas sobre lo que deberían
observar en sus experimentos. Estas expectativas teóricas actúan como una
“carga” que configura y da forma a lo que realmente perciben. Esta idea es
conocida como la carga teórica de la observación.
Por ejemplo: Si imaginamos a Brahe y Kepler, dos grandes astrónomos,
observando juntos un amanecer desde una colina, Kepler (cuya teoría
astronómica es similar a la actual, que entiende que la Tierra está girando
alrededor del Sol) y Brahe (adherido a las teorías astronómicas de la
antigüedad, cree que la Tierra está fija en el centro del universo y que el Sol
se mueve alrededor de ella cada día). Hanson pregunta ¿ven lo mismo al
observar el amanecer? y su respuesta es no. Aunque ambos estén
presenciando el mismo fenómeno, lo que ven está influenciado por sus
teorías subyacentes, sus percepciones están cargadas y definidas por sus
teorías astronómicas respectivas.
Por lo tanto, no existe una experiencia perceptiva “neutra” o libre de
interpretación. Cada percepción está ya interpretada. Esto se opone a la idea
de que primero experimentamos una sensación pura y luego la
interpretamos, en vez de ver una serie de manchas coloreadas y luego
deducir que es un gato, Hanson sugiere que vemos directamente al gato.
Los científicos no pueden observar de manera completamente objetiva,
esto desafía la idea de que las observaciones pueden ser una base
completamente neutra para validar o refutar teorías.
● Profundización de Kuhn:
Autores como Kuhn profundizan en las ideas de Hanson, destacando
cómo las teorías no solo moldean lo que los científicos perciben, sino también
cómo y si experimentan ciertos fenómenos. La carga teórica no solo sesga lo
que los científicos ven, sino que también pueden impedir que reconozcan
eventos inesperados o contrarios a la teoría vigente.
Por ejemplo: antes de la teoría heliocéntrica de Copérnico, la astronomía
en Europa occidental se basaba en las ideas de Aristóteles y Ptolomeo, que
asumían un cielo inmutable en el que el número de astros permanecía
constante. Según Kuhn, estos paradigmas antiguos no permitían la
observación de cambios en el cielo estrellado, como la aparición o
desaparición de estrellas. Sin embargo, después de la adaptación del
paradigma copernicano, se empezaron a registrar estos cambios celestiales.
Por contraste, los astrónomos chinos, que no adherían a la misma
cosmología, ya habían documentado tales eventos mucho antes.
Kuhn se pregunta si es coincidencia que estos cambios en la
observación ocurrieran justo después de que la astronomía europea adoptara
el nuevo paradigma copernicano. La pregunta sugiere que las teorías
dominantes pueden influir en lo que los científicos consideran observable y
registrable.
Pero, tal como lo demuestran Hanson y Kuhn, los científicos tienen a ver lo que sus
teorías esperan que vean y, al mismo tiempo, tienen dificultades para notar
fenómenos que contrarían sus teorías. Esta predisposición significa que las
observaciones científicas no son completamente fiables y que los enunciados
básicos derivados de ellas tampoco lo son.
Problemas de la filosofía clásica de la ciencia
En el proceso de justificación no Cuando se evalúa una hipótesis no lo Sin embargo, aparecen ciertos
solo intervienen factores hacen de manera aislada, sino que se problemas:
racionales o lógicos, sino también refuta una conjunción de la hipótesis •La distinción entre términos
las creencias. con los supuestos auxiliares y teóricos y observacionales no es
ejemplo conocimiento de fondo. tan clara: incluso los enunciados
↓ empíricos básicos contienen
Kepler respalda la teoría (H . SA) → I elementos teóricos.
copernicana •El propio acto de observación o
¬I percepción está influenciado por
teoría: la observación que realizan
—----------------- los científicos no son neutrales sino
que están influenciadas por su
¬ (H . SA) formación académica, creencias y
propias expectativas.
Por lo tanto el fallo de I puede
•Las teorías no solo moldean lo que
deberse a un error de SA,
los científicos perciben sino cómo
conocimiento de fondo o en las
lo perciben y si es que lo perciben:
condiciones normales y no de la
los científicos tienden a ver lo que
hipótesis central.
sus teorías esperan que vean y al
La hipótesis central puede ser
mismo tiempo tienen dificultades
salvada por una hipótesis ad hoc
para notar fenómenos que
(modificando las posibles asunciones
contradicen sus teorías.
incorrectas).
CAPÍTULO 5
Amplitud de la noción Se centra en teorías científicas Propone la noción de paradigma para incluir
entendidas como conjuntos de no solo compromisos teóricos sino también
de paradigma enunciados vinculados compromisos metateóricos. Esto abarca
deductivamente tanto lo que las teorías afirman como las
normas y prácticas de las comunidades
científicas
Cambio de paradigmas
● Período preparadigmático
● Período de ciencia normal
● Crisis del paradigma
● Revolución científica
● Adopción de un nuevo paradigma
Período preparadigmático
La recolección de datos es amplia y sin una orientación clara. Todos los hechos y
datos disponibles parecen igualmente importantes debido a la falta de un marco
conceptual que guíe la búsqueda de información.
● Tales de Mileto creía que el fundamento del cosmos era el elemento agua,
que se caracterizaba por sus cambios regulares y cíclicos. Con esta
observación, creó su base para la interpretación de los ciclos de los eclipses.
● Pitágoras en cambio, atribuía la naturaleza cíclica de los eclipses a una
armonía matemática inherente que gobernaría todos los aspectos del
universo.
Kuhn caracteriza los problemas abordados durante los períodos de ciencia normal
como “rompecabezas”. Los científicos operan bajo el supuesto de que los enigmas
que enfrentan tienen soluciones específicas que pueden ser alcanzadas utilizando
las herramientas y métodos proporcionados por el paradigma dominante. Al igual
que un rompecabezas se asume que debe poder armarse; los científicos confían en
que sus problemas de investigación son solucionables dentro del marco establecido
por su paradigma.
El éxito de un paradigma:
Aristóteles postulaba que los elementos del mundo supralunar eran perfectos e
inmutables, lo que implicaba que sus movimientos también debían ser perfectos y
eternos. Esta concepción, donde el círculo y la esfera eran vistos como formas
perfectas, influyó en las dos leyes fundamentales de la astronomía clásica: que los
cuerpos celestes son esferas perfectas y que se desplazaban en órbitas circulares y
a velocidad constante.
Anomalía:
Sin embargo, los astrónomos enfrentaron un desafío significativo con los planetas,
cuyos movimientos aparentemente erráticos contradecían las leyes circulares y
constantes del paradigma ptolemaico. Estos cuerpos celestes, conocidos como
“planetas” por su movimiento errante en el cielo nocturno, mostraban
retrogradaciones periódicas, movimientos parantes de reversa en su trayectoria
observada desde la Tierra.
En contraste con el falsacionismo de Popper, que sostiene que una refutación puede
desacreditar por completo una teoría, Kuhn argumenta que los paradigmas pueden
coexistir con sus propios problemas no resueltos desde el inicio.
Los científicos exploran nuevos enfoques y métodos innovadores para enfrentar las
anomalías persistentes. Kuhn llama a estos esfuerzos “ciencia extraordinaria”,
destacando la naturaleza innovadora y disruptiva en comparación con la ciencia
normal regida por el paradigma establecido.
Las crisis paradigmáticas pueden ser prolongadas y no están definidas por un
evento específico, sino por la creciente desconfianza generalizada hacia el
paradigma dominante dentro de la comunidad científica.
Copérnico propuso una visión radicalmente diferente: colocó al Sol en el centro del
sistema solar, con la Tierra y otros planetas orbitando a su alrededor. Este cambio
no sólo redefinió nuestra posición en el cosmos, sino que también ofreció una nueva
manera de interpretar fenómenos como las retrogradaciones. Según Copérnico, las
retrogradaciones no eran movimientos reales de los planetas, sino ilusiones ópticas
causadas por el movimiento relativo de la Tierra y los planetas.
Revolución científica
Kuhn, influenciado por Hanson, sostiene que durante la revolución científica, no solo
se reinterpreta el conjunto de datos existente, sino que la naturaleza de estos datos
cambian. La transición de un paradigma en crisis a uno nuevo implica una
reconstrucción del campo científico desde nuevos fundamentos, alterando tanto las
teorías básicas como los métodos y aplicaciones.
Aún así, los defensores del paradigma ptolemaico cuestionaron la fiabilidad del
telescopio como instrumento y señalaron los problemas aún sin resolver del modelo
copernicano. También persistían objeciones físicas, como la percepción de que si la
Tierra se movía, deberíamos sentir algún tipo de desplazamiento o que las
constelaciones deberían desintegrarse debido al paralaje.
Elección de un paradigma:
● La capacidad del nuevo paradigma para resolver de manera más eficaz los
problemas que llevaron al antiguo paradigma a su crisis. Si el nuevo
paradigma ofrece una mayor precisión cuantitativa o la capacidad de predecir
fenómenos que antes eran inesperados, es probable que gane más
seguidores.
● Además, hay consideraciones más sutiles y rara vez articuladas
explícitamente que también juegan un papel en la conversión de los
científicos. Estas incluyen aspectos estéticos y el sentido de lo apropiado; los
investigadores pueden encontrar que la nueva teoría es más clara, más
elegante o más sencilla que la antigua. Estos factores subjetivos y estéticos
pueden ser tan influyentes como los argumentos empíricos.
Desde un enfoque lógico esto plantea problemas, ya que podría interpretarse que
las revoluciones científicas no se justifican adecuadamente en términos de verdad o
conocimiento objetivo. Los factores subjetivos como la popularidad de una teoría, la
fe en un paradigma o la influencia de la comunidad científica, e incluso aspectos
psicológicos como la conformidad grupal, podrían estar impulsando el cambio
paradigmático.
Motivaciones no epistémicas:
Motivaciones epistémicas:
Por ejemplo, el valor cognitivo de elegir la teoría más simple o predictiva no siempre
guía las decisiones científicas, estas valoraciones, como todos los enunciados
normativos, no describen situaciones que suceden de hecho, más bien prescriben lo
que es bueno o deseable. No siempre los científicos eligen las teorías más simples
o predictivas.
Imre Lakatos
Imre Lakatos, al igual que Kuhn, sostiene que el desarrollo científico se da mediante
la competencia entre enfoques rivales. Sin embargo, a diferencia de Kuhn, Lakatos
enfatiza en criterios racionales objetivos para decidir cuándo una teoría es superior
a otra.
Esto refleja un punto de acuerdo con Kuhn, quien también observó que las
comunidades científicas mantienen teorías incluso frente a aparentes refutaciones.
● Núcleo firme: son las principales tesis que definen el programa y que no
pueden ser modificadas sin abandonar la teoría. Por ejemplo, en el programa
ptolemaico, la afirmación de que la Tierra está inmovil en el centro del
sistema solar es una tesis nuclear.
● Cinturón de supuestos auxiliares: cada programa de investigación está
protegido por un cinturón de supuestos auxiliares. Estos supuestos auxiliares
son flexibles y pueden ser modificados para explicar inconsistencias con las
predicciones observacionales sin poner en riesgo el núcleo firme. Es decir,
posee una doble función; por un lado dota de contenido empírico a las
hipótesis nucleares por medio de la derivación de consecuencias
observacionales, y por otro, proteger al núcleo.
Este enfoque permite a Lakatos argumentar que la ciencia avanza no sólo a través
de la falsación de teorías individuales, sino a través de la competencia y el
refinamiento de PIC que pueden adaptarse y evolucionar en respuesta a la
evidencia empírica y las críticas.
Por ejemplo; si las mediciones del paralaje parecen refutar el PIC copernicano, la
heurística negativa indicará retener la tesis central del heliocentrismo y
responsabilizar por el resultado de la falsación a alguna de las hipótesis auxiliares.
Luego, la hipótesis positiva recomendará a los investigadores proponer nuevas
hipótesis auxiliares que resguarden el PIC de este tipo de falsaciones, como hizo
Copérnico al sostener que la lejanía de las estrellas impedía que los instrumentos
de la época pudiesen registrar al paralaje.
Cambio científico:
Cuando un PIC se vuelve regresivo surge un nuevo programa progresivo que puede
resolver los problemas del regresivo, y así los científicos tienen a adoptar
masivamente el nuevo enfoque. Esto proporciona una explicación más racional del
cambio científico en comparación con la noción de revolución científica de Kuhn,
que depende más de factores psicológicos y sociales.
➔ P' tiene un mayor contenido empírico que P, es decir, predice nuevos hechos
incomprobables bajo P.
➔ P' es capaz de explicar el éxito previo de P, integrando el contenido no
refutado de P.
➔ Parte del contenido empírico adicional de P' (las nuevas predicciones y
observaciones) está corroborado.
Lakatos presenta una visión matizada sobre la evolución de los PIC, distanciándose
tanto de la vista de Popper como la de Kuhn:
Teoría: conjunto de proposiciones Paradigma: marco conceptual que PIC: serie de teorías compuestas por
verificables y coherentes. guía la investigación. un núcleo firme y un cinturón de
hipótesis auxiliares.
Desarrollo científico: cambio gradual Desarrollo científico: alternancia entre Desarrollo científico: acumulación
y acumulativo basado en la períodos de ciencia normal y progresiva. Transición entre PIC
verificación y falsación. revoluciones científicas. progresivos y regresivos.
No considera la inconmensurabilidad, Los paradigmas son Los PIC son compatibles en términos
las teorías se pueden comparar y inconmensurables. de contenido empírico y éxito
evaluar de manera objetiva. explicativo.
Cambio de teoría: basado en criterios Cambio de paradigmas: influenciado Cambio de PIC: basado en una
lógicos y empíricos objetivos. por factores epistémicos y no evaluación comparativa racional entre
epistémicos (factores sociales, PIC.
psicológicos).
Las teorías deben ser abandonadas Las teorías dentro de un paradigma Un PIC se protege del abandono
si son falsadas. son defendidas hasta que la crisis se mediante la modificación del cinturón
vuelve insostenible. de hipótesis auxiliares.
Presentación.
En la primera
parte del libro vimos que la epistemología clásica defiende que la característica principal de
la investigación científica está dada por la forma en que los científicos (individualmente)
ponen a prueba sus hipótesis. La concepción clásica distingue al menos dos momentos
en la investigación: una etapa en la cual al científico se le ocurre una nueva hipótesis, y el
momento en el que la pone a prueba. Más allá de que existen importantes diferencias entre
autores como Hempel y Popper, ambos acuerdan en que lo que en última instancia
determina que una hipótesis se descarte o acepte es que se den ciertas relaciones lógicas
entre enunciados descriptivos o proposiciones.
En la segunda parte vimos que los enfoques historicistas proponen que los factores lógicos
no son tan importantes como defiende el enfoque clásico. La asimetría lógica entre
confirmación y falsación muestra que solo se pueden hacer inferencias válidas al descartar
hipótesis. El holismo de la contrastación indica que las hipótesis se evalúan en conjunto con
supuestos auxiliares, y si alguno de estos supuestos es falso, podría parecer que una
hipótesis correcta ha sido falsada. Por lo tanto, es racional para un científico intentar salvar
una hipótesis de la falsación. La lógica y la evidencia empírica por sí solas no permiten
asegurar la verdad o falsedad de una hipótesis científica. El desarrollo científico implica la
evaluación de entramados de hipótesis más complejos y la competencia entre teorías
distintas.
En esta parte del libro se explora una perspectiva epistemológica conocida como filosofía
política de la ciencia o epistemología social. Esta perspectiva considera a los científicos
como sujetos políticos y reconoce que no dejan sus valores personales fuera del laboratorio.
Se agrupan en esta perspectiva enfoques como la epistemología feminista y la sociología
de la ciencia, que destacan la influencia de los valores en la investigación científica.
Según esta perspectiva, al elegir entre teorías alternativas, los científicos no solo se basan
en valores epistémicos (relacionados con el conocimiento), sino también en valores no
epistémicos, como los valores políticos y los valores institucionales o de género. Esto
implica que los científicos no son objetivos y neutrales, sino que su visión del mundo está
influenciada por sus conocimientos y valoraciones personales.
Según la distinción tradicional entre hechos y valores, los enunciados que expresan hechos
pueden considerarse verdaderos o falsos, los valores se expresan en oraciones del
discurso normativo o directivo y prescriben hechos. Los valores intentan regular el
comportamiento de las personas para que se produzca alguna situación que se considera
buena, deseable, conveniente, etcétera. La verdad se fundamenta en el hecho. En el caso
de los valores, va del lenguaje al mundo, porque el enunciado normativo pretende cambiar
lo que sucede, determinando qué es deseable o valioso. Por medio del enunciado “Se debe
utilizar el agua racionalmente” se intenta valorar el consumo medido de agua y con ello
lograr que las personas no la desperdicien.
Esto tiene consecuencias importantes para la investigación científica. En “La ciencia y los
valores humanos”, Hempel defiende que la ciencia puede ayudarnos a lograr objetivos, pero
no puede determinar qué es moralmente valioso y qué no. La ciencia nos puede brindar
herramientas para, por ejemplo, asistir la muerte de una persona que padece una
enfermedad terminal. Pero el conocimiento científico no es capaz de determinar si es
inmoral o no. Para los filósofos clásicos, que los enunciados descriptivos y los enunciados
normativos no se mezclen entre sí en el transcurso de la investigación científica garantiza
cierta imparcialidad por parte de la ciencia: el científico describe lo que percibe, no enuncia
lo que desearía que suceda.
Kuhn retoma los aportes de Hanson para dar fundamento a la inconmensurabilidad de los
paradigmas: los científicos que trabajan en paradigmas distintos y que, asumen distintas
teorías, ven el mundo de manera diferente. La observación, por sí sola, no permite decidir
entre teorías. Allí es donde los investigadores pueden acudir a los valores cognitivos para
decidir qué teoría escoger. Cuando hay dos teorías que pueden explicar fenómenos
importantes para la comunidad científica, generalmente se elige la teoría que sea más
simple, elegante, capaz de unir fenómenos que antes se consideraban sin conexión y que
tenga una mayor capacidad explicativa.
Las epistemólogas feministas argumentan que existe una carga teórica en la observación,
también una carga valorativa, que involucra valores cognitivos y no cognitivos,
propios del contexto político-social más amplio en el que se forman los investigadores.
En este sentido, la filosofía política de la ciencia da un paso más que el enfoque historicista:
los científicos se ven influidos por sus teorías y su formación científica, también por su
propia cultura y socialización. Los científicos forman parte de una organización social
jerárquica, en la que algunas personas poseen más poder que otros y ciertas actividades
se valoran más que otras. Estas valoraciones forman parte del bagaje conceptual de
trasfondo con el que un investigador hace ciencia, y que difícilmente pueda dejar de lado.Al
realizar observaciones los científicos ponen en juego las teorías y valoraciones cognitivas,
además por ciertas valoraciones no cognitivas.
Epistemólogas y científicas como Nancy Tuana, Emily Martin y Sarah Hrdy muestran que
muchas de las supuestas descripciones de fenómenos naturales, en realidad se
encuentran cargadas de teoría, y de valores de sexo-género. Para describir los hechos se
utilizan términos teóricos y términos que tienen componentes valorativos - cuando se afirma
“Las mujeres contienen óvulos” para describir un fenómeno que se concibe como
pasivo en contraposición con “Los hombres producen espermatozoides”- para representar
un proceso que se considera activo. A los términos que poseen tanto componentes
descriptivos como normativos,Hilary Putnam (2002 [2004]) los denomina conceptos
éticamente densos. Su aparición en pretendidas “descripciones” científicas en gran me-
dida desafía la dicotomía entre hechos y valores presupuesta por la epistemología clásica.
Este filósofo sostiene que, más que una dicotomía, existe una imbricación entre hechos y
valores.
Los valores contextuales también tienen influencia en la manera en que ponen a prueba sus
hipótesis. No es posible evaluar una hipótesis de manera aislada, dado que para poder
deducir implicaciones contrastadoras se requiere la aceptación de una serie de supuestos
auxiliares. La epistemóloga feminista Helen Longino (1990) argumenta que entre esos
supuestos auxiliares o conocimiento de trasfondo, muchas veces se encuentran
involucradas valoraciones sociales de distintos tipos.
Al sostener que los hechos y los valores se encuentran imbricados y que pueden formar
parte del bagaje conceptual de trasfondo que permite formular o evaluar una hipótesis o
teoría científica, la filosofía política de la ciencia cuestiona la dicotomía entre hechos y
valores, también la idea tradicional de la autonomía y la integridad de la ciencia.
De acuerdo con la tesis de la autonomía de la ciencia, la investigación se desarrolla sin
verse afectada, es impulsada por sus propias fuerzas internas.
Por otro lado, según la tesis de la integridad de la ciencia, las prácticas internas de la
ciencia -observación, experimentación, construcción de teorías- no se encuentran influidas
por valores contextuales. Longino (1990) critica la epistemología clásica por ignorar que la
ciencia es una actividad colaborativa influenciada por su contexto social y político.
Argumenta que la dependencia de la financiación de corporaciones y gobiernos hace que la
ciencia sea vulnerable a los intereses de estas instituciones. La investigación científica tiene
objetivos y criterios de éxito que están determinados por su organización social y su
interacción con el contexto en el que se desarrolla.
Para esta autora la objetividad ya no es concebida a la manera del enfoque clásico, como
una relación entre la evidencia empírica y la teoría, sino más bien como una propiedad de
los procedimientos científicos mismos, la posibilidad de reproducir las situaciones
experimentales que dan apoyo a las teorías, etcétera, que justamente se caracterizan por
ser sociales y colectivos antes que individuales. la filosofía política de la ciencia da una
vuelta de tuerca a la idea historicista de que la elección teórica es un proceso
social y colectivo antes que individual. La dinámica interna de la ciencia requiere interacción
con valores externos a la ciencia y, a su vez, el establecimiento de esas teorías científicas
supone arribar a un consenso respecto de las relaciones evidenciales y del conocimiento de
trasfondo cargado de valores.
IPC CAPÍTULO 8
Helen Longino, (La ciencia como conocimiento social)
propone un enfoque del conocimiento y razonamiento científicos que integra la
ideología y los valores con la evidencia y la lógica tradicionales. Longino argumenta que
el contenido y las prácticas científicas interactúan dinámicamente con las necesidades
y valores sociales, y que la lógica y estructuras cognitivas de la investigación científica
requieren dicha interacción. Para Longino, el desarrollo del conocimiento es un
proceso social más que individual, y este carácter social del conocimiento científico lo
hace tanto protegido como vulnerable a los valores e intereses sociales y políticos. La
investigación científica es una empresa colectiva en la que las teorías se legitiman a
través de procesos críticos que implican una interacción dinámica entre datos
observacionales, experimentales y creencias subsidiarias, o "asunciones de trasfondo".
Longino sostiene que estas asunciones contextuales son esenciales tanto para la
contrastación como para la formulación de hipótesis, haciendo que la investigación
científica sea permeable a valores externos. El razonamiento contrastador, ya sea
cotidiano o científico, es contexto-dependiente y se basa en creencias que no se
cuestionan en la prueba y que a menudo implican valoraciones externas a la ciencia.
Longino argumenta que hay una brecha lógica entre las hipótesis y sus implicaciones
contrastadoras, y que los supuestos auxiliares o creencias de trasfondo son necesarios
para mostrar por qué ciertos datos apoyan una hipótesis. Estos supuestos pueden
expresar o motivar valores contextuales y afectar las descripciones de ciertos
fenómenos.
La objetividad no garantiza la verdad de una teoría, sino que refleja el consenso crítico
de la comunidad científica. La objetividad es gradual, y algunas teorías son más
objetivas que otras según los procedimientos de validación seguidos.
Capítulo 9.
Sexismo. Una teoría se considera sexista cuando sostiene que la mujer es inferior al
hombre o la describe con un doble estándar. En el apartado 9.1, se examina cómo la
creencia en la inferioridad de la mujer influyó en las representaciones de la reproducción
humana. Además, una teoría es considerada sexista cuando se aplica de manera que
menosprecia los intereses de las mujeres o refuerza su subordinación al hombre. Un
ejemplo de esto es el desarrollo de anticonceptivos, donde la disminución de la libido se
considera aceptable en las mujeres pero no en los hombres.
En "The Weaker Seed. The Sexist Bias of Reproductive Theory", Nancy Tuana muestra
cómo, desde Aristóteles hasta el siglo XVIII, el prejuicio de que las mujeres son
biológicamente inferiores influyó en la teoría de la reproducción, sugiriendo que las mujeres
tienen un papel pasivo en la concepción.
Aristóteles compara la concepción con un carpintero que fabrica una cama. En esta
analogía, el hombre da forma y determina la creación del ser humano, mientras que la mujer
tiene un rol pasivo, proporcionando solo el material, similar a cómo un árbol proporciona la
madera al carpintero.
Tuana (1988) señala que, aunque tanto la forma como el material son importantes en la
fabricación de un objeto, en la teoría aristotélica, la forma es más crucial porque determina
la esencia del objeto. Así, se establece que la función de la mujer en la procreación es
menos relevante, mientras que el hombre es quien da forma y movimiento al feto, siendo
responsable de su generación.
En 1794, Erasmus Darwin, abuelo de Charles Darwin, sostenía que el macho proporcionaba
la forma del embrión, mientras que la hembra solo aportaba materiales como oxígeno,
alimento y resguardo. Argumentaba que, debido a su mayor tamaño, el macho debía
contribuir igual o más al proceso de reproducción. Concluía que el macho produce el
embrión y la hembra proporciona el alimento y el nido.
Podríamos pensar que estas descripciones sexistas del proceso de concepción son
antiguas, pero Emily Martin (1991) muestra que estos sesgos persisten en los manuales de
biología actuales para estudiantes de ciencias de la salud. En "The egg and the sperm" ("El
óvulo y el espermatozoide"), Martin destaca el contraste en los términos usados para
describir la fisiología reproductiva masculina y femenina. La espermatogénesis se ve como
valiosa, mientras que la menstruación se describe negativamente, con términos como
"muerte", "pérdida" y "degeneración", presentando el ciclo femenino como un fracaso si no
ocurre la fecundación.
Mientras que la hembra libera un solo gameto cada mes, los túbulos seminíferos producen
cientos de millones de espermatozoides por día (Mountcastle, 1980, citado por Martin,
1991).
Al nacer, los ovarios humanos normales contienen aproximadamente un millón de folículos,
y no se desarrollan nuevos después del nacimiento. En contraste con los machos, las
hembras ya tienen todas sus células germinales al nacer. Sin embargo, solo unas pocas,
hasta 400, llegarán a la plena madurez durante su vida reproductiva activa. La mayoría de
los folículos degeneran en algún momento de su desarrollo, por lo que quedan pocas, si es
que quedan algunas, cuando la mujer alcanza la menopausia (Vander et al., 1980, citado
por Martin, 1991).
La antropóloga argumenta que los hombres son vistos como "prolíficos" por producir
millones de espermatozoides diariamente, mientras que las mujeres son percibidas como
"derrochadoras" por desperdiciar la mayoría de los óvulos que "almacenan".
Hrdy muestra que tanto Darwin como psicólogos evolucionistas contemporáneos han
incorporado valoraciones culturales en sus descripciones biológicas, influenciados por la
sociedad victoriana y modernas normas culturales. Por ejemplo, los psicólogos
evolucionistas contemporáneos formulan hipótesis para explicar por qué los hombres
heterosexuales humanos prefieren parejas femeninas más jóvenes tanto a corto como a
largo plazo.
Según Sarah Hrdy, citando a Buss (1994), los psicólogos evolucionistas argumentan que las
mujeres jóvenes y hermosas son sexualmente atractivas para los hombres porque la belleza
y la juventud están fuertemente relacionadas con la fertilidad y el valor reproductivo. En la
historia evolutiva, los hombres que podían identificar y aparearse con mujeres fértiles
tuvieron más éxito reproductivo.
Según Sarah Hrdy (1996), la afirmación de que los hombres tienen una marcada
preferencia por parejas jóvenes es cuestionable. En primatología, no se ha encontrado
evidencia de esta preferencia; más bien, parece ser lo contrario: los machos primates
suelen priorizar a las hembras adultas con descendencia. Esta preferencia se explica por
tres razones que contradicen la hipótesis de Buss (1994): primero, los descendientes de
una hembra son un indicio de su fertilidad; segundo, las hembras adolescentes en primates
tienen más probabilidades de abortar; y tercero, los descendientes de madres primerizas
tienen mayor riesgo de mortalidad comparado con los de madres experimentadas.
Según Sarah Hrdy, el análisis de las descripciones y explicaciones revela cómo hechos y
valores se entrelazan, a menudo confundiendo valoraciones culturales con descripciones
objetivas. Hrdy argumenta que la diferencia en el comportamiento sexual entre hembras de
primates y humanas radica principalmente en la organización patriarcal de las sociedades
humanas. El patriarcado busca controlar la sexualidad femenina, originalmente promiscua,
mediante el monopolio de recursos necesarios para la subsistencia, asegurando así la
autenticidad y exclusividad de la paternidad. En este contexto, rasgos como juventud,
timidez y castidad pueden ser valorados positivamente en las mujeres humanas,
correlacionados con la capacidad masculina para proveer y asegurar descendencia.
A comienzos del siglo XIX, pensadores como Thomas Robert Malthus comenzaron a
plantear preocupaciones sobre el crecimiento poblacional descontrolado y sus implicaciones
sociales, especialmente la escasez de alimentos. Estas ideas influyeron en el médico
estadounidense Charles Knowlton, quien escribió el primer manual de anticoncepción,
incluyendo métodos como duchas vaginales para evacuar espermatozoides. Aunque su
obra fue considerada obscena y ilegal, "The Fruit of Philosophy: a Private Companion of
Young Married Couples" se vendió clandestinamente y fue una referencia importante hasta
mediados del siglo. Además, el médico Frederick Hollick propuso un método de ritmo
complementario a la abstinencia, basado en el cálculo del ciclo fértil de las mujeres, cuya
precisión fue debatida hasta la década de 1930 con avances en la investigación sobre la
ovulación.
En el pasado, lo que hoy se consideran abortos voluntarios tempranos eran vistos como
métodos para limitar el tamaño de la familia. Debido a la falta de métodos efectivos para
detectar embarazos tempranos, los médicos no podían distinguirlos de otras causas de
interrupción del ciclo menstrual. Las mujeres a menudo solicitaban tratamiento para
restaurar sus ciclos menstruales bloqueados, ya que los médicos creían que la obstrucción
menstrual podía enfermar a una mujer si no se trataba. Hasta que se podían registrar los
primeros movimientos fetales, considerados como el inicio de la vida fetal, la legislación solo
penalizaba los procedimientos abortivos realizados después de este punto, generalmente a
comienzos del segundo trimestre del embarazo. Antes de esta etapa, los procedimientos
para restaurar los ciclos menstruales eran legales, comunes y efectivos para controlar el
tamaño de la familia que una pareja deseaba tener.
En el siglo XIX, los manuales de medicina familiar incluían capítulos específicos que
describían técnicas y recetas caseras para tratar bloqueos menstruales, utilizados como
consulta habitual para dolencias simples. Se comercializaban ampliamente productos y
tratamientos para estos problemas femeninos, como hierbas y otros compuestos,
anunciados en periódicos junto con diversos procedimientos médicos para tratar
obstrucciones menstruales. Se estima que hacia la década de 1850, aproximadamente uno
de cada seis embarazos en Estados Unidos era interrumpido voluntariamente. Debido a la
falta de acceso y al uso incorrecto de anticonceptivos disponibles, los procedimientos
abortivos eran uno de los métodos más comunes de limitación familiar, utilizados por
mujeres de diversas clases sociales, estados civiles y grupos raciales. Aunque algunos
consideraban estos procedimientos relativamente seguros para los estándares de la época,
la percepción de su riesgo cambió a lo largo del siglo XIX, influida por la profesionalización
de la medicina que buscaba mayor prestigio y credibilidad al prohibir y criminalizar el aborto
y la distribución de información y productos anticonceptivos en Estados Unidos hasta
mediados del siglo XX.
En el siglo XIX en Estados Unidos, la profesión médica carecía del prestigio actual y era
objeto de críticas severas en los medios de comunicación. Los periódicos denunciaban y
menospreciaban a los médicos, acusándolos de ser un cuerpo desorganizado y conflictivo,
cuyo principal interés parecía ser burlarse unos de otros. La práctica médica era
desorganizada debido a la escasez de escuelas de medicina establecidas y la falta de
regulaciones formales que definieran los requisitos para ejercer como médico. Esto llevó a
una coexistencia de médicos regulares, con formación académica formal, y médicos no
regulares, que habían adquirido conocimientos de manera informal.
La desorganización en la práctica médica era tal que los médicos regulares no ofrecían
tratamientos significativamente mejores que los médicos no regulares o aficionados, y no
tenían una ventaja económica clara sobre ellos. Esta situación motivó a un grupo de
médicos graduados de academias reconocidas a unir esfuerzos para profesionalizar la
medicina, basándola en conocimientos científicos rigurosos y estableciendo estándares
para la práctica médica. En 1847, este esfuerzo culminó con la fundación de la Asociación
Americana de Medicina (AMA), que comenzó a fortalecer la posición de los médicos con
formación académica formal frente a los menos educados, incluyendo a las parteras y otros
profesionales de la salud informalmente entrenados.
La prohibición del aborto no solo se justificaba desde un punto de vista moral, sino que
también tenía implicaciones económicas importantes. Reduciría los ingresos significativos
que los médicos no regulares obtenían mediante la administración de medicamentos y
procedimientos abortivos. De esta manera, la cruzada antiabortista liderada por la medicina
regular logró influir en la legislación desde 1847, iniciando la prohibición de la publicidad de
procedimientos y materiales abortivos en varios estados del país.
Una vez que comenzó a trabajar como enfermera, Margaret Sanger fortaleció su convicción
al descubrir que muchas mujeres preferían arriesgar sus vidas sometiéndose a abortos
clandestinos antes que dar a luz a niños que no podrían alimentar ni cuidar. En su biografía,
menciona el caso de Sadie Sachs, una joven inmigrante judía que murió de septicemia
debido a varios intentos de abortos autoinducidos. Este evento impactó profundamente a
Sanger, quien reconoció la ineficacia de los cuidados paliativos para abordar los problemas
de salud reproductiva que enfrentaban las mujeres, llevándola a tomar conciencia de la
necesidad urgente de un cambio social.
La procreación ilimitada no solo representaba un riesgo para las mujeres, sino también para
la sociedad en su conjunto. Margaret Sanger observó que cientos de miles de bebés
menores de un año morían debido a la pobreza y el abandono, y notó una marcada
disparidad en las tasas de natalidad entre los distritos ricos y pobres de las grandes
ciudades. Esta disparidad revelaba que los métodos anticonceptivos estaban disponibles
para las mujeres de ingresos altos, mientras que a las mujeres de clase trabajadora se les
mantenía intencionalmente en la ignorancia. Sanger consideraba que la falta de una política
de salud reproductiva mantenía a las mujeres de menores ingresos en una especie de
esclavitud y contribuía a la creciente desigualdad y criminalidad en la sociedad. Motivada
por estas preocupaciones, dedicó gran parte de su vida a luchar por la distribución de
información y productos anticonceptivos como una forma efectiva de mitigar los peligros
asociados con la procreación excesiva.
Margaret Sanger enfrentó una feroz persecución por parte de Anthony Comstock, quien
utilizó su influencia para aplicar la ley que llevaba su nombre contra el activismo de Sanger.
A pesar de las dificultades y las dos veces que fue encarcelada por difundir información
sobre anticoncepción, Sanger se consolidó como una figura prominente en el movimiento de
control de la natalidad hacia 1921, tras organizar la primera conferencia sobre este tema. Su
objetivo era establecer una red de clínicas de salud sexual y reproductiva en todo Estados
Unidos, modeladas según las clínicas que había visitado en Holanda, donde médicas y
enfermeras proporcionaban información, anticonceptivos, apoyo y seguimiento a las
mujeres. Para financiar sus proyectos, Sanger recolectó fondos a través de pequeñas
donaciones por correo y recibió apoyo tanto de feministas de clase alta como de
organizaciones filantrópicas como la Fundación Rockefeller, que a menudo financiaba sus
iniciativas de manera anónima.
En el siglo XX, Margaret Sanger enfrentó una serie de obstáculos significativos para
promover la anticoncepción en Estados Unidos. Las asociaciones médicas se mostraban
reticentes debido a la falta de investigaciones que respaldaran la seguridad y eficacia de los
anticonceptivos, además de la ausencia de regulaciones que garantizaran la calidad de
estos productos. Este desconocimiento también llevó a temores entre los médicos de que
algunos anticonceptivos pudieran desencadenar abortos, lo que retrasó la aprobación de
métodos como el dispositivo intrauterino (DIU).
Las dificultades para popularizar el uso del diafragma y el espermicida como método
anticonceptivo fueron significativas. Este método requería habilidad y disciplina por parte de
las mujeres para ser efectivo, así como acceso a condiciones higiénicas adecuadas que no
siempre estaban disponibles. Además, se necesitaba una revisión médica regular para
prevenir infecciones derivadas de un uso incorrecto, lo cual resultaba inconveniente para
muchas pacientes y llevaba a que abandonaran las clínicas.
En este texto, Margaret Sanger expresa que, idealmente, el control de la natalidad debería
ser una preocupación compartida por hombres y mujeres. Sin embargo, reconoce que en la
realidad actual, los hombres han evitado asumir esta responsabilidad y han obstaculizado
los esfuerzos de las mujeres para obtener el conocimiento necesario para controlar su
fertilidad. Debido a estas condiciones, Sanger sostiene que la responsabilidad recae
directamente sobre las mujeres. A pesar de la falta de apoyo masculino, defiende el
derecho fundamental de la mujer a decidir si será madre y cuántos hijos tendrá. Argumenta
que cuanto antes las mujeres acepten esta responsabilidad como propia, más pronto la
sociedad valorará la maternidad y se convertirá en un lugar adecuado para los niños.
En las décadas de 1930 y 1940, los biólogos avanzaron en la comprensión del ciclo
reproductivo femenino y la función de las hormonas, pero no exploraron la aplicación de
este conocimiento para el control de la fertilidad. En los años 1950, Margaret Sanger se
asoció con Gregory Pincus, un biólogo que había trabajado con hormonas esteroides,
financiado inicialmente para tratar la artritis con cortisona. Juntos, respaldados por
Katherine Dexter McCormick, iniciaron investigaciones para desarrollar la píldora
anticonceptiva, ya que las farmacéuticas se negaron a financiar debido a temores legales
bajo la Ley Comstock. Aunque se sabía que algunos esteroides inhibían la ovulación y
producción de esperma en mamíferos, Pincus comenzó a investigar el uso de progestina
(progesterona sintética) como posible anticonceptivo hormonal. Sin embargo, abandonaron
la investigación debido a la dificultad para encontrar sujetos experimentales.
Los estudios sobre control de la fertilidad masculina han sido limitados y se centran en
problemas como la esterilidad y el conteo de espermatozoides. Hay poca participación
masculina en comparación con las mujeres, que se ofrecen en mayor número para estos
estudios. Aunque el condón es ampliamente utilizado, muchos hombres muestran
aversiones psicológicas hacia la investigación sobre sus funciones sexuales.
Detengámonos por un momento en las diversas hipótesis que Pincus y su equipo fueron
formulando a lo largo de la investigación. En un comienzo él quiso evaluar dos hipótesis:
En este capítulo se examina cómo los valores sexistas afectaron la descripción del
proceso de concepción y el comportamiento sexual en primates humanos y no
humanos, así como la formulación y evaluación de hipótesis sobre inhibidores de la
ovulación que condujeron al desarrollo de los primeros anticonceptivos hormonales
femeninos. En el próximo capítulo se explorará cómo los valores institucionales
influyen en la producción y evaluación de diferentes tipos de conocimiento científico,
destacando cómo las instituciones donde se llevan a cabo las investigaciones
pueden sesgar el tipo de conocimiento que los investigadores elaboran y ponen a
prueba.
Capítulo 10.
La ciencia académica recibe este nombre dado que es el tipo de conocimiento que el
cuerpo docente suele producir en el ejercicio de sus labores de investigación en las
universidades. Los desarrollos teóricos de científicos renombrados como Newton, Darwin y
Einstein constituyen ejemplos paradigmáticos de ciencia académica. En el colegio suelen
enseñarnos este tipo de ciencia, e inclusive, como vimos en la primera y la segunda parte
de este libro, tanto la filosofía clásica como la historicista toman como objeto de análisis los
procesos y los productos provenientes de este modo de producción de conocimiento
científico. La ciencia académica, para Ziman, en gran medida obedece a la cultura
de investigación identificada por Merton (1973). Merton sostiene que la ciencia se ajusta a
un conjunto complejo de valores y normas implícitaque, a pesar de no encontrarse
codificadas, son obedecidas por los científicos. Estas normas se encuentran motivadas por
los objetivos que persigue la investigación científica, principalmente por la búsque-
da desinteresada de la verdad y su posterior divulgación. Dentro de este conjunto de
normas y valores propios del quehacer científico, al que Merton da el nombre de ethos
científico, destaca el rol crucial que cumplen los siguientes cinco valores.
En 1965, la Sugar Research Foundation (SRF) invitó a Fredrick Stare, presidente del
Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, a
unirse a su Scientific Advisory Board como miembro ad hoc. Stare, reconocido por su
investigación sobre las causas dietéticas de la enfermedad coronaria, fue consultado por
diversas instituciones científicas prestigiosas. Ese mismo año, la SRF aprobó el Proyecto
226, que consistía en revisar críticamente la investigación científica sobre carbohidratos y
metabolismo del colesterol.
Como parte de este proyecto, la SRF financió a investigadores del departamento de Stare
en Harvard para escribir revisiones críticas de estudios que podrían afectar las ventas de
azúcar. En 1967, se publicó una revisión en el New England Journal of Medicine titulada
"Dietary Fats, Carbohydrates and Atherosclerotic Disease" (Grasas dietéticas, carbohidratos
y enfermedad aterosclerótica). Esta revisión cuestionó la calidad de estudios individuales
que vinculaban el consumo de azúcar con enfermedades coronarias, incluyendo el trabajo
de John Yudkin, argumentando que contenían datos cuestionables o interpretaciones
incorrectas. La revisión se enfocó en posibles sesgos de los estudios y de la evidencia
tomada individualmente, en lugar de destacar la consistencia entre diversos estudios y la
evidencia epidemiológica, experimental y mecánica que apoyaba la conexión entre azúcar y
niveles elevados de colesterol.
Además, la revisión exageró la importancia de ensayos clínicos aleatorizados que
mostraban que reemplazar grasas con sacarosa mejoraba los niveles de colesterol,
concluyendo que la única intervención dietética necesaria para prevenir enfermedades
coronarias era reducir el colesterol en la dieta estadounidense.
Los valores de sexo-género del investigador pueden afectar la descripción de fenómenos, la formulación
de hipótesis y su investigación. Por ejemplo, la creencia sexista de que la planificación familiar es
responsabilidad de las mujeres impulsó la investigación de anticonceptivos hormonales femeninos en
lugar de masculinos. Además, los valores institucionales también impactan el tipo de conocimiento
producido. La Fundación de Investigación sobre el Azúcar de EE. UU. financió estudios para sembrar
dudas sobre la relación entre la sacarosa y las enfermedades cardíacas, lo que motivó la necesidad de
investigaciones de instituciones sin intereses comerciales.
La pastilla anticonceptiva tuvo efectos adversos que pusieron en riesgo la salud de algunas mujeres, lo
que generó un debate sobre por qué solo se medicaba a las mujeres. Este cuestionamiento al sexismo
original de la píldora, en un contexto de avance de los derechos femeninos, impulsó la investigación de
nuevos métodos de planificación familiar que no afectaran solo el cuerpo de las mujeres, como la pastilla
anticonceptiva masculina actual.
Las investigaciones sobre la influencia de la dieta en las enfermedades cardíacas han tenido un impacto
significativo en la vida de las personas. Saber qué alimentos afectan el funcionamiento del corazón es
crucial para mejorar y prolongar la vida. Por eso, es importante que diversas instituciones investiguen
estos temas, más allá de los intereses económicos de las empresas alimentarias.
Las investigaciones científicas y su impacto social muestran las complejas interacciones entre la ciencia y
la sociedad. Aunque la ciencia puede aportar soluciones, también puede generar nuevos problemas. Por
ejemplo, la píldora anticonceptiva otorga a las mujeres mayor autonomía sobre su cuerpo, pero puede
tener efectos negativos en su salud. Esta dualidad genera una percepción ambigua de la ciencia en el
público. Mientras se espera que la ciencia resuelva problemas globales como los ambientales y de salud
pública, también se temen consecuencias negativas de sus aplicaciones. Por ello, es esencial que las
personas se informen sobre los avances científicos y sus posibles impactos. La comunicación pública de
la ciencia y la tecnología (CPCT) juega un rol crucial en este contexto, involucrando a diversos actores
como científicos, políticos, empresarios, periodistas, activistas y ciudadanos.
En la última parte del libro, se aborda la comunicación pública de la ciencia y la tecnología (CPCT), dada
su creciente influencia en las esferas políticas, económicas y sociales. En el apartado 11.1, se caracterizan
tres modelos de CPCT según Sarah Tinker Perrault (2013):
2. **Modelo del Compromiso Público con la Ciencia y la Tecnología (PEST)**: busca involucrar
activamente al público en el proceso científico.
En esta sección se explorarán las relaciones entre ciencia y sociedad en el contexto de la comunicación
pública de la ciencia y la tecnología (CPCT) y se mencionarán las diferentes concepciones del rol del
comunicador asociadas a estos modelos. En el apartado 11.2, se discutirá cómo los modelos PAST y
CUSP abordan la toma de decisiones en problemas de gran impacto social relacionados con la ciencia.
Según el modelo PAST, las decisiones las toman los expertos, mientras que el modelo CUSP propone una
toma de decisiones democrática con la participación de todos los interesados. Estas ideas suelen reflejarse
en los contratos que establecen la relación entre ciencia y sociedad. Finalmente, en el capítulo 12, se
presentará una forma en la que la CPCT puede contribuir a la construcción de un nuevo contrato que
refleje los desafíos de las sociedades tecnocientíficas contemporáneas.
Capítulo 11
Ciencia, sociedad | y comunicación pública
de la ciencia.
A lo largo de la historia, tanto la práctica científica como las concepciones de la ciencia han cambiado,
transformando también la relación entre ciencia y sociedad, los alcances de la ciencia y las instituciones
involucradas. Estas relaciones comenzaron a formarse en los siglos XVI y XVII con el surgimiento y
consolidación de la ciencia moderna. La alfabetización científica se remonta al siglo XVIII, cuando los
científicos empezaron a divulgar sus descubrimientos al público general para legitimar su trabajo. Sin
embargo, el término "alfabetización científica" fue acuñado recién a mediados del siglo XX por Hurd
(1958) para revalorizar la educación científica en la formación escolar.
La enseñanza del conocimiento científico en los distintos niveles educativos despertó el interés por la
ciencia en los jóvenes, algunos de los cuales se convirtieron en científicos. Además, promovió la ciencia
como un conocimiento útil y emancipador que mejora la vida de las personas. En este contexto, surgió la
reflexión sobre la necesidad de difundir y comunicar el conocimiento científico al público no
especializado.
La "comunicación pública de la ciencia y la tecnología" es un campo amplio y multifacético que abarca
diversas actividades relacionadas con la ciencia y la tecnología en la sociedad. Se puede entender como
un campo disciplinario conocido también como "comunicación científica", o como un conjunto de
prácticas diversas según autores como Broks (2006) y Trench y Bucchi (2010). Incluye la comunicación
entre comunidades científicas, grupos de interés, funcionarios estatales y el público en general. Ejemplos
de estas actividades son las noticias de ciencia en periódicos generales o suplementos especializados,
libros de divulgación escritos por científicos, documentales de televisión sobre temas científicos,
programas de radio dedicados a ciencia y tecnología, museos y exposiciones científicas, sitios web y
blogs, así como manuales escolares de ciencias, entre otros.
La "comunicación pública de la ciencia y la tecnología" abarca una amplia gama de actividades realizadas
por diversos agentes y dirigidas a audiencias con niveles variados de alfabetización científica,
expectativas, intereses, creencias y valores. Esto representa un desafío para su estudio. En este capítulo se
explorará cómo los modelos de comunicación científica han evolucionado junto con los cambios en la
propia ciencia. El surgimiento de la "ciencia posacadémica", según la conceptualización de Ziman, ha
llevado a nuevas formas de entender la comunicación científica.
Sarah Tinker Perrault (2013) identifica tres modelos de comunicación científica que van desde una
relación unidireccional dirigida por la autoridad científica (PAST) hasta relaciones interactivas y críticas
facilitadas por expertos en comunicación (CUSP). En medio de este espectro se encuentra el modelo de
Compromiso Público con la Ciencia y la Tecnología (PEST).
El modelo lineal de comunicación científica se remonta a la noción de "popularización" del siglo XVIII.
En sus inicios, la popularización de la ciencia fue un género narrativo destinado a hacer accesible el
conocimiento científico a audiencias generales y no expertas, muchas veces dirigido específicamente al
público femenino considerado curioso pero ignorante. Esta forma de comunicación se manifestaba a
través de diarios que presentaban descubrimientos científicos, museos de ciencia, conferencias públicas y
grandes exhibiciones y ferias. Ejemplos tempranos de popularización incluyen obras como
"Conversaciones acerca de la pluralidad de los mundos" de Fontenelle (1686), que explicaba el modelo
heliocéntrico de Copérnico mediante conversaciones entre un filósofo y una marquesa. Otros ejemplos
son "Newtonianismo para mujeres" de Algarotti (1739) y "Astronomía para mujeres" de Lalande (1785).
En la segunda mitad del siglo XIX, la popularización científica y los divulgadores se beneficiaron de
cambios en el mercado editorial y del aumento de las audiencias lectoras. Surgió la figura del divulgador
científico, quien no solo escribía libros, sino que también ofrecía conferencias públicas. El éxito de estos
divulgadores destacó la creciente influencia cultural de la ciencia. Durante este período, periódicos y
revistas como The Scientific American, fundado en 1845, y Nature, fundado en 1869 en el Reino Unido,
comenzaron a difundir la ciencia y continúan haciéndolo hasta el día de hoy.
El fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 marcó el comienzo de la Guerra Fría, un enfrentamiento
ideológico, político y militar entre el bloque occidental liderado por Estados Unidos y el bloque oriental
liderado por la Unión Soviética. Esta división geopolítica intensificó la competencia científica y
tecnológica entre las potencias, impulsando el avance científico. En 1957, el lanzamiento del Sputnik 1
por la Unión Soviética, el primer satélite artificial, subrayó la fe en la ciencia como motor del progreso
tecnológico. Esta era geopolítica transformó la noción de popularización científica en Estados Unidos y
Europa occidental.
En un informe de 1945, Vanevar Bush, asesor del presidente de Estados Unidos, redefinió el rol social y
político de la ciencia. Argumentó que el Estado debería invertir en investigación científica, ya que dicha
inversión no solo generaría riqueza económica, sino también progreso social y poderío militar.
Durante el siglo XX, con el surgimiento y apogeo de la ciencia posacadémica, se intensificó el uso de la
popularización científica para promover y legitimar la ciencia ante el público general. Esto condujo al
desarrollo de nuevas estrategias y canales de popularización, incluyendo asociaciones entre instituciones
científicas y la industria del entretenimiento, como los estudios de Hollywood. Muchos científicos
empezaron a utilizar la consultoría como una manera de contrarrestar la imagen negativa de la ciencia tras
la Segunda Guerra Mundial, buscando mitigar la desconfianza pública hacia los desarrollos tecnológicos.
Por ejemplo, la viróloga Anne Simon, consultora de la serie Los Expedientes Secretos X y su versión
cinematográfica, realizó su trabajo sin cobrar honorarios, considerándolo un servicio a la ciencia (Kirby,
2003).
Las relaciones públicas se definen como una práctica orientada a establecer una comunicación
bidireccional entre una organización y el público en general, con el objetivo de influir en la opinión
pública. Esta actividad busca persuadir al público para obtener su consenso, fidelidad y apoyo hacia
acciones actuales o futuras de la organización, al mismo tiempo que se informa y escucha activamente a
la audiencia.
En la actualidad, la ciencia enfrenta limitaciones crecientes en recursos financieros y humanos, así como
en la aceptación social por parte del público, políticos y financiadores. Esto ha llevado a muchos
científicos a adoptar prácticas de relaciones públicas para aumentar su visibilidad en el ámbito público y
proyectar una imagen positiva de sus investigaciones. Casos como el Proyecto Genoma Humano,
financiado desde 1990 por agencias del gobierno de Estados Unidos, ilustran cómo proyectos científicos
complejos pueden generar campañas publicitarias exageradas al completar sus objetivos. Aunque la
secuenciación del genoma humano es crucial para la genética clínica y biomedicina, su impacto a menudo
se sobreestima, ya que conocer la secuencia genética no predice completamente cómo se expresarán esos
genes en el fenotipo del organismo.:
El Proyecto Genoma Humano (HGP), coordinado por el Departamento de Energía y los Institutos
Nacionales de Salud de Estados Unidos, se inició a principios de la década de 1990 y concluyó en 2003.
Sus objetivos principales incluyeron la identificación de los aproximadamente 20.000-25.000 genes del
ADN humano, la determinación de las secuencias de los 3000 millones de pares de bases químicas que
componen el ADN humano, y el almacenamiento de esta información en bases de datos accesibles.
Además, buscaba mejorar las herramientas para el análisis de datos, transferir las tecnologías relacionadas
al sector privado, y abordar las implicaciones éticas, legales y sociales que pudieran surgir del proyecto.
• primero: Este enfoque tiende a ver la ciencia como una "caja negra" donde los hechos ingresan y
se producen verdades sobre el mundo. Sin embargo, esta visión simplista ignora que la ciencia es
una institución social donde los descubrimientos novedosos son inciertos y los hechos
establecidos se aplican en contextos sociales, culturales, políticos y personales complejos.
• segundo: Este punto critica la simplificación de los roles en la comunicación científica, donde las
personas son categorizadas únicamente como científicos o no científicos. Se destaca que esta
clasificación ignora que un científico, fuera de su área de especialización, no posee más
conocimiento experto que el público en general.
• tercero: Este punto critica el modelo de comunicación científica que asume un déficit únicamente
del lado del público. Según este modelo, se considera que la ciencia tiene mucho que ofrecer al
público, pero no tiene nada que aprender de él, y tampoco necesita reflexionar sobre sus propios
procesos internos.
• cuarto: Este punto critica un modelo de comunicación científica lineal donde los científicos
producen conocimiento, que se transmite al público en su forma original sin interacción. Según
esta visión, no hay espacio para interacciones significativas entre la ciencia y la sociedad, ni se
considera al público como participante activo en el proceso científico. Este modelo refleja un
enfoque clásico que ve a la ciencia como la búsqueda objetiva de la verdad, con la misión de
educar a un público considerado carente de conocimiento, y se considera exitoso cuando el
público adopta correctamente las perspectivas científicas.
• quinto: Este punto señala que el modelo de comunicación científica lineal no cumple con las
expectativas de sus promotores, a pesar de décadas de esfuerzos en campañas informativas y
programas educativos. A pesar de estos intentos, no se ha logrado aumentar significativamente la
comprensión científica del público
• secto: Se argumenta que la percepción pública sobre la ciencia no refleja una pérdida
generalizada de confianza o interés, como indican estudios como el "Compendio de indicadores
de ciencia e ingeniería 2012" del Consejo Nacional de Ciencia de Estados Unidos. Sin embargo,
puede haber resistencia hacia la ciencia en contextos específicos donde las aplicaciones
científicas tienen impactos directos y negativos, como la instalación de plantas nucleares o el uso
de herbicidas. El modelo PAST, que promueve la ciencia como motor del progreso sin
cuestionamientos críticos sobre sus alcances y límites, no aborda adecuadamente este fenómeno.
y la tecnología (PEST)
En la década de 1970, surgió una crítica al modelo lineal y a la noción de popularización del
conocimiento científico. Se cuestionó la demarcación rígida entre el conocimiento científico genuino y el
conocimiento popular, considerándola problemática. Se empezó a argumentar que los no expertos tienen
sus propios modelos y concepciones del mundo que no pueden ser simplemente ignorados o desestimados
como demasiado simplistas. Esta reflexión marcó un cambio hacia enfoques más inclusivos y
participativos en la comunicación científica.
El modelo PEST representa una mejora respecto al modelo de déficit (PAST) al enfocarse en la
comunicación de la ciencia como un diálogo bidireccional. Este enfoque promueve la interacción entre
científicos, ciudadanos, políticos, gobierno y periodistas especializados, buscando mejorar la comprensión
mutua y abordar las preocupaciones del público. A diferencia del modelo de déficit, que solo transmite
información de manera unilateral, el modelo de diálogo permite que los científicos escuchen y respondan
a las preocupaciones y preguntas del público. No obstante, el modelo de diálogo también enfrenta varios
desafíos que deben ser abordados.
• primero: El modelo PEST, que promueve el diálogo entre ciencia y sociedad, enfrenta críticas por
separar artificialmente estos ámbitos. Según Tinker Perrault (2013), esta separación es
inapropiada porque la ciencia no puede considerarse como una entidad independiente de la
sociedad en la que opera. Comparándolo con la función del bazo en el cuerpo humano, la autora
argumenta que entender la ciencia sin considerar su interacción con la sociedad es como estudiar
un órgano aislado del resto del organismo. Esta crítica subraya la necesidad de integrar la ciencia
en su contexto social para una comprensión más completa y efectiva de su impacto y función.
• segundo: El modelo PEST, aunque promueve el diálogo entre ciencia y sociedad, continúa
centrado en la ciencia misma. Según críticas, las discusiones sobre los conflictos entre ciencia y
sociedad a menudo implican que el problema reside en la sociedad. Se presupone que cualquier
cambio necesario en esta relación debe provenir del público, sin considerar cómo la ciencia o su
interacción con la sociedad podrían también cambiar. Esto sugiere que el modelo puede limitarse
al no contemplar las posibles transformaciones bidireccionales en la relación entre ciencia y
sociedad.
• tercero: El modelo PEST, al considerar la ciencia como una institución incuestionable, refleja la
concepción del modelo de déficit al ver la ciencia como la búsqueda objetiva de la verdad. Esto
implica que las preocupaciones del público son vistas como una falta de comprensión de la
ciencia en lugar de reconocer problemas genuinos asociados con ella. Aunque promueve el
diálogo entre todos los agentes sociales en controversias científicas, tiende a evaluar las
preocupaciones públicas como resultado de la ignorancia, no como posturas legítimas basadas en
preocupaciones de salud pública, éticas o políticas.
El modelo PEST desafía la distinción tradicional entre el público lego y la ciencia al promover el diálogo
bidireccional entre ambos. Sin embargo, las discusiones actuales sobre ciencia y sociedad continúan
sugiriendo una separación clara entre el público general y los expertos científicos. Esta demarcación se
convierte en una cuestión política crucial en el debate sobre la comunicación pública de la ciencia y la
tecnología (CPCT), ya que determina quién tiene legitimidad para reclamar experiencia. Esto implica que
mantener fronteras y regular el acceso al sistema científico puede perpetuar el poder de los científicos y
algunos formuladores de políticas sobre la percepción y el entendimiento públicos de la ciencia.
Los nuevos enfoques críticos emergen de científicos y científicas que cuestionan la relación entre ciencia
y sociedad, rechazando las estrategias comunicativas que perpetúan el poder establecido. Estos enfoques
ponen en tela de juicio tanto el modelo lineal de comunicación como la distinción entre ciencia y
sociedad, argumentando que son construcciones sociales que sirven a intereses específicos.
Los enfoques críticos revisan las concepciones tradicionales de experto y público, cuestionando la
supuesta falta de valoración pública hacia la ciencia y la separación entre conocimiento científico y
popular. Critican la supremacía del conocimiento científico y la tecnocracia, abogando por el
involucramiento ciudadano en las políticas públicas científicas y en la toma de decisiones sobre
problemas sociales como el cambio climático.
El modelo CUSP, según Longino y otros investigadores, destaca cómo la ciencia opera en interacción
dinámica con las necesidades y valores sociales. La investigación científica es esencialmente social,
donde las teorías son evaluadas mediante procesos críticos que incorporan datos empíricos y supuestos
permeables a valores externos. Este enfoque reconoce que el conocimiento científico es un proceso
colectivo y no meramente individual, siendo influenciado por diversos agentes con distintas formaciones.
CUSP promueve la participación de estos agentes en el análisis de las implicaciones de los avances
científico-tecnológicos.
El modelo CUSP se diferencia de los modelos PAST y PEST en dos aspectos fundamentales. Primero, en
términos epistemológicos, mientras que PAST y PEST se basan en una concepción clásica de la ciencia,
CUSP adopta una epistemología social. Esto significa que los hechos científicos surgen y se mantienen a
través de complejas interacciones entre productores y consumidores de conocimiento, en contextos
sociales y culturales específicos. CUSP enfatiza cómo se utiliza socialmente el conocimiento científico y
el proceso de construcción de significado que acompañan a los productos científico-tecnológicos, más que
la mera exactitud en la comunicación de los hechos científicos. Segundo, en cuanto a su origen, mientras
PAST y PEST son implementados por instituciones científicas o públicas, CUSP surge de la reflexión
crítica dentro del ámbito académico.
Puede afirmarse que el modelo CUSP presenta cuatro ventajas en comparación con los modelos PAST y
PEST.
• primero: El modelo CUSP se distingue por su enfoque en las interacciones dinámicas entre las
diversas esferas de la ciencia y la sociedad, en lugar de centrarse exclusivamente en la ciencia
como una entidad separada. Se reconoce que la ciencia está integrada con otras instituciones
sociales y se enfatizan las interacciones relevantes entre ellas. Por ejemplo, al discutir los efectos
del consumo de azúcar en la salud, se observa que la divulgación de información nutricional
puede variar significativamente entre una empresa con fines comerciales y expertos como
cardiólogos o nutricionistas. Esto ilustra cómo el significado del conocimiento científico, como la
necesidad de azúcar para el funcionamiento del cuerpo, se ve influenciado por el contexto social,
incluyendo hábitos de consumo y el contexto cultural más amplio
• tercero: El tercer punto resalta que la comunicación de la ciencia tiene una responsabilidad dual:
informar y educar al público, pero también explorar y cuestionar. Mientras que los modelos
PAST y PEST tienden a suprimir el papel crítico, CUSP propone que las personas tienen una
alfabetización científica que les permite apreciar el conocimiento científico en términos de sus
posibilidades y limitaciones. A lo largo de su educación, han accedido a la ciencia de diversas
maneras, lo que les proporciona recursos para evaluar cómo los avances científicos pueden
afectar sus vidas. En este sentido, la crítica no reemplaza la información, sino que la
complementa: no solo es importante el conocimiento en sí mismo, sino también la capacidad de
reflexionar y actuar sobre ese conocimiento.
• cuarto: El cuarto punto destaca que CUSP se adapta a la percepción pública de la ciencia, la cual
incluye dos actitudes distintas. Por un lado, existe un entusiasmo general por los avances
científicos y sus productos. Por otro lado, hay una crítica hacia ciertas formas y aplicaciones
específicas de la investigación científica, percibidas como amenazas para la calidad de vida
humana y no humana. Un ejemplo destacado es el debate sobre los efectos de la ingeniería
agroquímica, particularmente en relación con el uso del glifosato en semillas genéticamente
modificadas. Aunque las empresas agrotecnológicas sostienen su seguridad, diversas
investigaciones han concluido que el glifosato es tóxico para los seres humanos, cultivos no
modificados genéticamente, y diversas especies de aves y anfibios. Este debate ha llevado a
restricciones y prohibiciones en su uso en varios países, incluidos algunos de Europa.
El modelo de comunicación CUSP busca alinearse con la percepción ambivalente que el público tiene
hacia la ciencia, en lugar de intentar corregirla de manera unidireccional. Se enfoca en una comunicación
científica que puede elogiar los logros de la ciencia cuando corresponde, pero también cuestionarla
cuando sea necesario. Además, busca explicar la ciencia en términos que la sitúen en un contexto social,
cultural y material. La premisa de CUSP es que un examen crítico permite mantener una imagen de la
ciencia que refleje adecuadamente tanto sus beneficios como sus posibles riesgos.
La expresión "ciencia y sociedad" se refiere a las relaciones generales que la ciencia establece con la
sociedad en su conjunto. Esto incluye políticas científicas que son parte de las políticas públicas diseñadas
y gestionadas por un Estado a través de su gobierno y administración pública para promover la
investigación y el conocimiento científico.
La noción de "ciencia y sociedad" está asociada a una política pública que defiende la separación entre la
ciencia y la sociedad. Esto se hace con el fin de preservar la autonomía de la ciencia frente a posibles
influencias políticas y sociales, según autores como Felt (2000) y Broks (2006).
En Gran Bretaña, instituciones como el comité de la Cámara de los Lores sobre ciencia y tecnología y el
Consejo de Investigación en Biotecnología y Ciencias Biológicas han elaborado informes en las décadas
de 1990 y 2000 que destacan la relación entre ciencia y sociedad como un diálogo. Estas agencias
gubernamentales consideran que la ciencia y la sociedad son ámbitos distintos e independientes, y se
esfuerzan por tender puentes entre ambos para que los ciudadanos se identifiquen con los propósitos
científicos.
La expresión "ciencia en sociedad" surgió más recientemente para enfatizar que la ciencia es una
institución social que forma parte integral de la sociedad. Contrariamente a la noción de "ciencia y
sociedad", que sugiere una separación entre ambos ámbitos, "ciencia en sociedad" reconoce que la ciencia
está intrínsecamente integrada en el entramado social. Este término subraya que la ciencia no es autónoma
ni está separada de la sociedad, sino que interactúa con otras instituciones sociales, estructurándose a
través de valores, reglas y normativas que organizan tanto la acción individual como colectiva en
contextos específicos.
En el modelo PAST, la comunicación entre científicos y no-científicos se caracteriza por una transmisión
lineal de conocimientos desde la autoridad científica hacia un público lego, que recibe la información de
manera pasiva. Este enfoque refleja la concepción de la ciencia y la sociedad como ámbitos separados,
típica del modelo de déficit en la comunicación pública de la ciencia.
Sin embargo, la transición hacia un modelo de diálogo completo no es automática ni completa. Aunque se
han desarrollado modelos alternativos que intentan corregir las deficiencias del modelo de déficit, en la
práctica aún coexisten elementos de ambos enfoques. Esto refleja una convivencia donde se mezclan
supuestos y problemas de ambos modelos, lo cual es objeto de estudio y reflexión por parte de expertos
en CPCT.
Los promotores de la ciencia adoptan un rol entusiasta y celebratorio, describiendo la ciencia en términos
positivos y destacando sus logros. Ven la comunicación científica como una herramienta para corregir
supuestas deficiencias del público, como la falta de interés, la ignorancia, la irracionalidad y el miedo.
Este enfoque implica una perspectiva que considera que la ciencia es intrínsecamente beneficiosa y que
las dudas o la desconfianza hacia ella surgen principalmente de falta de información. Estos
comunicadores generalmente respaldan el modelo de déficit en la comunicación de la ciencia.
El enfoque de los promotores de la ciencia resulta problemático porque presupone una hostilidad
generalizada y desconfianza del público hacia la ciencia, lo cual no refleja necesariamente la realidad.
Estudios indican que la gente tiende a oponerse a la ciencia solo cuando perciben que ciertos aspectos
pueden afectar sus intereses personales. Además, al equiparar la ciencia con la búsqueda objetiva de la
verdad (cientificismo), este enfoque ignora que hay áreas y aplicaciones científicas que pueden tener
efectos perjudiciales. Esto genera una expectativa irreal sobre la ciencia y puede dañar su imagen, pues no
todos los resultados científicos son inherentemente benéficos.
Los discursos generados por la popularización de la ciencia no son exclusivos de los científicos; el
público también los utiliza para comprender y responder a la ciencia, aunque no siempre de la manera
deseada por los promotores de la ciencia. Por ejemplo, aunque es cierto que el azúcar contribuye al
funcionamiento de los órganos del cuerpo y que el glifosato puede ser menos tóxico que otros
agroquímicos anteriores, esto no descarta que en ciertos contextos puedan ser peligrosos para la salud.
Personas con condiciones como diabetes u obesidad, así como residentes cerca de cultivos transgénicos,
pueden emplear este conocimiento científico para destacar los problemas que estas sustancias les
ocasionan en su salud.
Los comunicadores que adoptan el rol de traductores se distancian de la ciencia y ven su función como la
de hacer comprensible la información científica para el público general. A diferencia de los promotores,
los traductores no solo buscan transmitir lo que los científicos sostienen, sino que también hacen accesible
la jerga científica para aquellos que no son expertos. Este rol implica no solo facilitar la comprensión de
la ciencia, sino también comunicar implícitamente su función y valor. Por ejemplo, al traducir
investigaciones científicas sobre suplementos dietarios como el magnesio, que supuestamente mejoran la
calidad del sueño y los síntomas de ansiedad, los traductores pueden influir en la percepción pública y en
el mercado de estos productos.
El rol del comunicador como traductor, aunque evita algunos problemas del rol de promotor al no exaltar
la ciencia de manera acrítica, también presenta sus propios desafíos. La metáfora de la traducción sugiere
que el lenguaje puede transmitir contenidos de manera neutral, pero la información científica se genera y
se utiliza de manera contextualizada, originándose en circunstancias históricas específicas para ser
utilizada por grupos o individuos particulares. Actuar como un traductor acrítico puede equipararse a
proporcionar publicidad para un producto, especialmente en áreas como las ciencias médicas, que están
altamente comercializadas.
En el rol de críticos, los comunicadores de la ciencia enfatizan dos funciones principales. En primer lugar,
la comunicación pública de la ciencia debe cumplir una función de vigilancia. Esto implica promover una
actitud precautoria donde se reconoce que la ciencia no solo ofrece soluciones, sino que también puede
generar nuevos problemas. Por lo tanto, se investiga ampliamente sobre la ciencia en términos de qué
instituciones la generan, quiénes se benefician, en qué contexto se desarrolla, cuál es su alcance y cuáles
pueden ser sus consecuencias tanto deseables como indeseables.
En el rol de crítico, los comunicadores científicos tienen la capacidad de hacer juicios sobre el mérito y la
validez de investigaciones científicas. Esta actitud escéptica no presupone la existencia de errores, sino
que reconoce que todo estudio científico debe ser objeto de una indagación crítica rigurosa. Algunos
comunicadores van más allá al incluir no solo juicios y evaluaciones, sino también al proporcionar a las
audiencias la información necesaria para que puedan tomar decisiones informadas. Este enfoque de
servicio revela la naturaleza inherente de la incertidumbre en la ciencia. Los comunicadores que
combinan estas dos funciones se adhieren a un modelo CUSP de comunicación científica, que promueve
un diálogo abierto sobre la ciencia, resaltando tanto sus beneficios como sus limitaciones.
El rol comunicacional crítico, según el modelo CUSP, difiere significativamente de los roles de promotor
y traductor en la comunicación científica. Los comunicadores críticos son conscientes de que el
conocimiento científico no garantiza automáticamente el apoyo a la ciencia, ya que puede llevar a una
mayor indagación, crítica e incluso al rechazo de ciertas aplicaciones científico-tecnológicas. En contraste
con el modelo PAST, que promueve la idea de que más conocimiento conduce a un mayor apoyo a la
ciencia, los defensores de CUSP argumentan que el apoyo a la ciencia está determinado por valores y la
evaluación de la utilidad potencial de las aplicaciones científicas específicas.
Los comunicadores críticos enfatizan la presentación realista de la ciencia en sus comunicaciones,
evitando ofrecer una imagen positiva e idealizada. Esto es crucial para promover un nuevo contrato social
entre la ciencia y la sociedad, donde el público desarrolle una confianza más cautelosa al entender tanto
los alcances como las limitaciones del conocimiento científico. Aunque las prácticas comunicacionales
por sí solas no pueden realizar este cambio, pueden contribuir significativamente a establecer una relación
más informada y reflexiva entre la ciencia y la sociedad.
Capítulo 12
El aporte de los enfoques críticos a la relación
cienciasociedad: un rol para la comunicación
científica.
Hemos visto que hay dos grandes perspectivas que dividen las aguas
• Los críticos de la ciencia adoptan un rol similar al de los críticos en otras disciplinas como el arte,
la historia o la literatura, combinando la apreciación de la ciencia con un análisis crítico
constructivo. En contraste con los traductores/promotores, consideran que el propósito de la
comunicación científica no es hacer relaciones públicas, sino promover un control democrático y
compartido sobre el uso de herramientas científico-tecnológicas. Su objetivo es evitar posibles
daños y fomentar un escepticismo saludable hacia la ciencia. En esta perspectiva, se busca que
tanto los productores de la ciencia (instituciones científicas, laboratorios, industrias, etc.) como
los usuarios sean considerados al evaluar las consecuencias de los desarrollos científico-
tecnológicos.
En las sociedades tecnocientíficas contemporáneas, las personas constantemente toman decisiones que
afectan su vida cotidiana basadas en evaluaciones científicas. Esto incluye decisiones sobre alimentación,
tratamientos médicos, métodos anticonceptivos, eficiencia energética de automóviles, y políticas
ambientales como el uso de energía nuclear o la extracción de petróleo en el mar. La información
científica les permite evaluar riesgos y beneficios para tomar decisiones informadas que impactan su
salud, seguridad y entorno.
Los ejemplos mencionados destacan cómo la ciencia influye en decisiones cotidianas, pero revelan
divergencias entre los promotores y los críticos de la ciencia sobre cómo estas decisiones deben tomarse.
Los promotores creen que los expertos deben no solo informar, sino también determinar políticas en áreas
como energía nuclear y uso de agroquímicos. En contraste, los críticos abogan por una participación
ciudadana comprometida y crítica en el proceso decisional.
La tensión entre los modelos de déficit (PAST) y compromiso (CUSP) en la comunicación científica
refleja un debate más amplio sobre la naturaleza de la relación entre la ciencia y la sociedad. Esta relación
se conceptualiza a menudo como un contrato social, un acuerdo dentro de la sociedad sobre el papel
social de la ciencia, sus objetivos, instituciones y representantes. Algunos sostienen que la ciencia es
autónoma e independiente, fundamentalmente benéfica, mientras que otros la ven como parte integrante
de la sociedad, reconociendo que los avances científico-tecnológicos pueden tener impactos tanto
positivos como negativos. Estos puntos de vista están influenciados por diversas circunstancias históricas
y contextuales que han moldeado estas perspectivas a lo largo del tiempo.
El contrato tradicional entre la ciencia y la sociedad, surgido en el clima de posguerra con una gran
confianza en el progreso científico-tecnológico, comenzó a cuestionarse y enfrentó críticas significativas
tras eventos como la devastación en Vietnam y la crisis energética de 1973. Durante este período,
aumentó la desconfianza pública hacia la ciencia, especialmente en relación con las aplicaciones
tecnológicas de la energía nuclear, que estaban inicialmente vinculadas al desarrollo de las bombas
atómicas. La revelación de efectos secundarios a largo plazo asociados con el uso de la energía nuclear
intensificó estas controversias políticas.
La creciente preocupación por los riesgos que ciertos desarrollos científico-tecnológicos representaban
para la sociedad llevó a una reducción en el presupuesto público destinado a la ciencia en Estados Unidos.
Esta situación provocó cambios significativos en la organización de la ciencia en la sociedad. El interés
público inicial en la física y la astronomía se desplazó hacia problemas medioambientales y computación.
Simultáneamente, hubo un aumento considerable de la participación de empresas privadas en la
generación de conocimiento científico, resultando en una casi privatización en sectores clave como las
ciencias biomédicas y la biotecnología, que tienen un impacto significativo en la sociedad.
En el siglo XX y principios del XXI, la ciencia comenzó a organizarse según principios de mercado,
dando lugar a lo que se conoce como ciencia posacadémica. Este nuevo enfoque implica que el
conocimiento se convierte en propiedad en lugar de ser compartido libremente. Además, la selección de
problemas de investigación se basa en su potencial comercialización más que en su importancia social o
conceptual. La ciencia posacadémica refleja un aumento en la subordinación a intereses corporativos y
políticos, que no siempre priorizan el beneficio social del conocimiento generado ni se consideran
responsables ante el público por sus acciones.
En la actualidad, los estrechos vínculos entre la ciencia y el sector privado han erosionado la percepción
de la ciencia como una búsqueda objetiva de la verdad. La colaboración con intereses políticos y
comerciales ha hecho que la objetividad científica se vea comprometida, afectando la credibilidad de los
científicos. La revelación de investigaciones científicas éticamente cuestionables ha generado dudas tanto
sobre el financiamiento público de la ciencia como sobre su capacidad para autorregularse.
La sociedad está cada vez más consciente de los costos ambientales y para la salud vinculados al progreso
científico, lo que desafía la visión tradicional de un progreso incontestablemente positivo. Este creciente
escepticismo hacia el progreso tecnocientífico se fundamenta en preocupaciones legítimas sobre sus
impactos negativos.
Aunque ha crecido el escepticismo y los cuestionamientos sobre el valor público de la ciencia en áreas
específicas, la confianza general en la ciencia se mantiene alta. El enfoque promotor de la ciencia surge
como respuesta a este cambio de clima, defendido principalmente por aquellos que sostienen un modelo
de separación entre la ciencia y la sociedad, donde la ciencia se considera superior a la sociedad misma.
El nuevo contrato social propone una visión de la ciencia como una institución social que debe ser
responsable ante la sociedad de la cual forma parte. Este enfoque, conocido como ciencia contextualizada
socialmente, reconoce la importancia de la validez interna de la ciencia pero la sitúa en un contexto más
amplio, donde se utiliza y se enmarca el conocimiento científico. Este contrato social reciente se
fundamenta en el principio de conocimiento socialmente robusto, que implica producir conocimiento de
manera transparente y participativa, y en la creencia en el compromiso público con las cuestiones
científicas. Esta perspectiva es fundamental para quienes apoyan el modelo CUSP de comunicación
científica
Consideraciones finales
En este libro, se exploran propuestas epistemológicas de filósofos destacados para entender el
conocimiento científico. Partiendo de una concepción clásica de la ciencia, esta se define como una
actividad que evalúa el conocimiento a través de argumentos que aceptan o rechazan hipótesis con
propiedades lógicas distintas: la confirmación de hipótesis es inductiva, mientras que la falsación es
deductiva.
Luego, exploramos enfoques que se enfocan en el desarrollo de la ciencia no solo como una relación entre
creencias o hipótesis y su evidencia empírica, sino también como una competencia entre teorías
concebidas como paradigmas o programas de investigación. En este contexto de competencia, las
comunidades científicas seleccionan entre teorías rivales considerando diversos elementos, como valores
cognitivos o epistémicos inherentes a las disciplinas científicas en las que trabajan, como la simplicidad o
la adecuación empírica.
En resumen, en la última parte del libro exploramos cómo la ciencia no solo está influenciada por valores
epistémicos, sino también por valores no cognitivos que provienen de la cultura o del entorno
institucional en el que se desarrolla la investigación científica, como las valoraciones de sexo-género o los
valores mercantilistas. Este enfoque nos permitió comprender cómo la ciencia está integrada en la
sociedad y no separada de ella. Además, destacamos la importancia de un abordaje realista de la ciencia
para formular un nuevo contrato entre la ciencia y la sociedad. En este contexto, la divulgación científica
debe capacitarnos para participar de manera consciente y crítica en los debates científico-tecnológicos,
reconociendo tanto las fortalezas y consensos de la ciencia como sus limitaciones y áreas de desacuerdo.
En la reflexión final de este libro, se plantea la pregunta sobre las consecuencias existenciales que pueden
surgir de las visiones epistemológicas contemporáneas. Más allá de los aspectos epistemológicos y
sociopolíticos discutidos, se sugiere la importancia de considerar cómo nuestras acciones cotidianas están
influenciadas por diversas convicciones que rara vez cuestionamos. En este contexto, se plantea si la
epistemología puede ofrecer respuestas o insights que nos ayuden a comprender la justificación de estas
convicciones y cómo deberíamos abordarlas en nuestras vidas diarias.
En la reflexión final del libro se destaca la importancia del escepticismo saludable frente a nuestras
creencias, tanto en la ciencia como en la vida diaria. Se subraya que todas las creencias son falibles y que
debemos estar abiertos a nuevas interpretaciones, como lo ilustra la historia científica. Se promueve un
espíritu crítico y la apertura al diálogo con quienes tienen visiones diferentes, buscando así un mundo más
comprensivo y colaborativo.