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Capítulo 1.

Nociones básicas de lógica


viernes, 14 de junio de 2024 22:07

1.1 El lenguaje lógico


Irving Copi define la lógica como “el estudio de los métodos y principios usados para distinguir el
buen razonamiento del malo”. Para comprender qué es un razonamiento, primero debemos
entender qué es una proposición. Una proposición es el significado de un enunciado que informa
algo, pudiendo ser verdadera o falsa. Nos interesan especialmente las proposiciones empíricas, que
informan sobre el mundo empírico y son verdaderas o falsas según su correspondencia con los
hechos.

Las oraciones que expresan proposiciones están compuestas por términos, que son palabras o
conjuntos de palabras que nombran aspectos de la realidad. Los términos pueden ser descriptivos,
mencionando aspectos de la realidad, o lógicos, sirviendo para enlazar términos o proposiciones
entre sí.

Proposiciones y Conectivas Lógicas

Los enunciados o proposiciones no suelen darse aislados, sino que forman estructuras complejas.
Ejemplos de proposiciones complejas incluyen:

1. Este recipiente contiene agua o alcohol.


2. Manuela tiene fiebre y dolor estomacal.
3. Si el agua hierve entonces se evapora.
4. No es cierto que Manuela tenga fiebre.

En estas oraciones se pueden reconocer partes que expresan distintas proposiciones, denominadas
proposiciones atómicas, que poseen valor de verdad. Las expresiones que actúan como nexos entre
estos enunciados simples se llaman conectivas lógicas o conectores lógicos.

Proposiciones Moleculares

Las proposiciones moleculares son aquellas en las que una o más proposiciones se ensamblan a
través de conectores lógicos. Para determinar la verdad o falsedad de estas proposiciones, es
necesario conocer el significado de los nexos y el valor de verdad de cada proposición atómica. El
lenguaje formal de la lógica proposicional permite traducir expresiones del lenguaje natural,
eliminando su ambigüedad y vaguedad.

Elementos del Lenguaje de la Lógica Proposicional

El lenguaje de la lógica proposicional está compuesto por:

• Símbolos para representar las proposiciones y los conectores lógicos, y signos de puntuación.

• Un conjunto de reglas que permiten relacionar estos símbolos para formar estructuras más
complejas o fórmulas bien formadas.

Símbolos de Conectores Lógicos

• Disyunción (V): Representa una alternativa entre dos proposiciones. Ejemplo: "Este recipiente
contiene agua o alcohol" se traduce como p ∨ q.

• Conjunción (+): Indica que dos proposiciones se dan al mismo tiempo. Ejemplo: "Manuela
tiene fiebre y dolor estomacal" se traduce como r ∧ s.

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tiene fiebre y dolor estomacal" se traduce como r ∧ s.

• Condicional (>): Indica una relación causal entre dos proposiciones. Ejemplo: "Si el agua hierve
entonces se evapora" se traduce como p → q.

• Negación (¬): Invierte el valor de verdad de una proposición. Ejemplo: "No es cierto que
Manuela tenga fiebre" se traduce como ¬p.

Ejemplos de Traducción al Lenguaje Lógico

1. "Este recipiente contiene agua o alcohol" se traduce como p ∨ q.


2. "Manuela tiene fiebre y dolor estomacal" se traduce como r ∧ s.
3. "Si el agua hierve, entonces se evapora" se traduce como p → q.
4. "No es cierto que Manuela tenga fiebre" se traduce como ¬p.

Tablas de Verdad

Para establecer la verdad o falsedad de las proposiciones complejas, se utilizan tablas de verdad. La
cantidad de filas en una tabla de verdad se calcula como

, donde n es la cantidad de variables de enunciado.

Procedimiento para Asignación de Valores de Verdad en Tablas

Para asignar valores de verdad en las tablas, hay que considerar únicamente las variables
únicamente las variables no repetidas. Si una misma variable aparece varias veces en una
proposición, se cuenta una sola vez. Un procedimiento efectivo para garantizar todas las
combinaciones posibles es alternar los valores de verdad de la primera variable de uno en uno, la
segunda de dos en dos, la tercera de cuatro en cuatro y así sucesivamente.

Significado de las Constantes Lógicas

• Disyunción (V): Es verdadera si al menos uno de sus disyuntos es verdadero. Falsa si todos son
falsos.

Tabla de Disyunción:

• Conjunción (∧): Es verdadera si ambas proposiciones son verdaderas. Falsa si al menos una es
falsa.

Tabla de Conjunción:

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• Condicional (→): Es falso solo cuando el antecedente es verdadero y el consecuente falso.
Verdadero en el resto de las combinaciones.

Tabla de Condicional:

• Negación (¬): Es verdadera cuando la proposición que niega es falsa, y falsa cuando la
proposición es verdadera.

Tabla de Negación:

Reglas de formación de fórmulas bien formadas

Las fórmulas bien formadas en lógica proposicional deben cumplir reglas sintácticas específicas. Por
ejemplo, p ∧ q ∨ r no es bien formada, pero (p ∧ q) ∨ r sí lo es.

Reglas:

1. p, q, r, . . . . . , z son fórmulas.
2. Si A y B son fórmulas, entonces A ∨ B, A ∧ B, A → B y ¬A también son fórmulas.

Ejemplos de fórmulas y tablas de verdad

Fórmula 5: (p ∧ q) ∨ r

• Asignación de valores de verdad alternados para p, q, y r.

Tabla de Asignación de Valores:

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Fórmula 6: p ∧ (q ∨ r)

• Asignación de valores de verdad alternados para p, q, y r:

Tabla de Asignación de Valores:

Comparar las tablas de verdad revela que cambiar el orden de los paréntesis altera el significado de
las proposiciones. Las fórmulas (p ∧ q) ∨ r y p ∧ (q ∨ r) tienen asignaciones de verdad diferentes y,
por tanto, representan enunciados distintos.

Este análisis demuestra la importancia de la correcta formación y estructuración de fórmulas en


lógica proposicional para evitar ambigüedades y asegurar la precisión en el razonamiento.

1.2 Tipos de proposiciones: contingencias, tautologías,


contradicciones.
En el estudio de las fórmulas bien formadas en el lenguaje lógico, se identifican cuatro tipos de
proposiciones complejas:

1. Disyunción
2. Conjunción
3. Condicional
4. Negación

Tipos de proposiciones y tautologías


Las conectivas lógicas de estas proposiciones tienen definiciones que determinan cuándo una
proposición es verdadera o falsa. No todas las proposiciones son contingencias (verdaderas o falsas
en diferentes circunstancias). Algunas son siempre verdaderas, conocidas como tautologías.

Principios lógicos fundamentales


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Principios lógicos fundamentales

1. Principio de Identidad

• Fórmula: p → p
• Significado: Una proposición es siempre idéntica a sí misma.
• Ejemplos: "Si manuela tiene dolor de cabeza, entonces Manuela tiene dolor de cabeza"
• En la tabla de verdad, p → p es siempre verdadero, demostrando que es una tautología.

p → p
V V V
F V F

2. Principio del tercero excluido

• Fórmula: p ∨¬p
• Significado: Una proposición es o bien verdadera o bien falsa.
• Ejemplos: "Manuela tiene fiebre o Manuela no tiene fiebre"
• En la tabla de verdad p ∨¬p es siempre verdadero, mostrando que es una tautología.

p ∨ ¬p
V V F
F V V

3. Principio de No Contradicción

• Fórmula: ¬ (p ⋅ ¬p)
• Significado: Una proposición y su negación no pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo.
• Ejemplos: "No es cierto que el agua se evapora y no se evapora"
• En la tabla de verdad, ¬(p ⋅ ¬p) es siempre verdadero, indicando que es una tautología.

Clasificación de proposiciones
Se identifican tres tipos de proposiciones:

1. Contingencias

• Ejemplos: p ∨ q, p ⋅ q, p → q, ¬p

2. Tautologías

• Ejemplos: p → p, p ∨ ¬p, ¬(p ⋅ ¬p)

3. Contradicciones

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• Ejemplos: p ⋅ ¬p

Conclusión

El estudio y la identificación de las propiedades lógicas de estas proposiciones y principios son


esenciales para comprender las bases de la lógica y su aplicación en diversas áreas del conocimiento.

1.3. Tipos de razonamientos: razonamientos válidos e


inválidos
Introducción a la Lógica Proposicional

En los aparatos anteriores, se describieron las proposiciones simples y complejas, la lógica de sus
combinaciones ( disyunción, conjunción, condicional y negación), y la clasificación de las
proposiciones según sus condiciones de verdad (contingencias, tautologías, contradicciones).

Razonamiento y relaciones inferenciales

Definición de razonamiento: Un razonamiento consiste en un grupo de proposiciones donde una o


más (premisas) fundamentan o apoyan a otra (conclusión).

Ejemplo:

1. La gastroenteritis se presenta con fiebre, dolor estomacal y vómitos.


2. Manuela tiene fiebre, dolor estomacal y vómitos.
3. Por lo tanto, es muy probable que Manuela tenga gastroenteritis.

Estructura de las proposiciones y razonamientos

Premisas y Conclusión: No todo conjunto de proposiciones es un razonamiento. Una premisa puede


ser una proposición compleja sin que constituya un razonamiento.

Identificación de premisas y conclusión: Expresiones como "ya que", "dado que", "porque"
introducen premisas, mientras que "luego", "por ende", "por lo tanto" indican la conclusión.

Posición de la Conclusión: La conclusión puede aparecer al principio, en el medio o al final del


razonamiento.

Tipos de Razonamientos

Razonamiento deductivo (Válido):

• Ejemplo:
1. Si Juliana es pediatra, entonces es médica
2. Juliana es pediatra
3. Por lo tanto, Juliana es médica

• Propiedades: La verdad de las premisas garantiza la verdad de la conclusión. Es lógicamente
imposible tener premisas verdaderas y conclusión falsa.

Razonamiento No Deductivo (Inválido):

• Ejemplo:

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• Ejemplo:
1. Si juliana es pediatra entonces Juliana es médica.
2. Juliana es médica.
3. Por lo tanto, Juliana es pediatra.

• Propiedades: La verdad de la premisas no garantiza la verdad de la conclusión. Puede haber


premisas verdaderas y conclusión falsa.

Propiedades de los razonamientos

Veracidad de proposiciones vs. Validez del razonamiento: Las proposiciones pueden ser verdaderas
o falsas, pero un razonamiento en sí mismo no tiene esa propiedad; se dice que es válido o inválido
según la relación entre premisas y conclusión.

Formalidad de la Validez: La validez de un razonamiento depende de su estructura lógica y no del


valor de verdad de sus proposiciones individuales.

Determinación de la validez

Tablas de verdad: Para determinar si un razonamiento es válido, se representan todas las posibles
combinaciones de valores de verdad de las premisas y la conclusión mediante tablas de verdad. Las
tablas de verdad permiten identificar si la estructura del razonamiento transfiere la verdad de las
premisas a la conclusión.

Formalización del razonamiento lógico

Objetivo: Determinar si un razonamiento es deductivo.

Ejemplos de razonamiento:

a. Natural: "Si juliana es pediatra, entonces es médica. Juliana es pediatra, por lo tanto, Juliana
es médica
b. Lógico: Asignar variables: p = "Juliana es pediatra, q = "Juliana es médica"

Estructura formal:

Luego, debemos elaborar una tabla asignando dos columnas: una para las premisas y una para la
conclusión.

Construcción de la tabla de verdad

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Modus Ponens (MP)

1. Definición:

Tabla que asigna valores de verdad (V o F) a las proposiciones.


Número de filas: 2n donde n es el número de variables de enunciado.

2. Tabla de ejemplo:

3. Resolución:

Solo en la primera fila, ambas premisas son verdaderas y la conclusión también es verdadera.
Esto muestra que el razonamiento transmite la verdad de las premisas a la conclusión (válido).
Este tipo de razonamiento es conocido como Modus Ponens (MP)

Modus Tollens (MT)

1. Definición:

Estructura: Si p implica q y no q, entonces no p.


Ejemplo: "Si juliana es pediatra, entonces es médica. Juliana no es médica, por lo tanto, Juliana no es
pediatra"

2. Tabla de verdad:

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3. Observación:

La última fila muestra que su ambas premisas son verdaderas, la conclusión también lo es.

Falacias

1. Falacia de afirmación del consecuente (FAC)

Estructura: Si p implica q y q, entonces p.


Ejemplo: "Si juliana es pediatra, entonces es médica. Juliana es médica, por lo tanto, Juliana es
pediatra"

Tabla de verdad:

Observación: Puede tener premisas verdaderas y conclusión falsa (ejemplo en segunda fila)

2. Falacia de negación del antecedente (FNA):

Estructura: Si p implica q y no p, entonces no q


Ejemplo: "Si juliana es pediatra, entonces es médica. Juliana no es pediatra, por lo tanto, juliana no
es médica"

Tabla de verdad:

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Observación: Puede tener premisas verdaderas y conclusión falsa (ejemplo en segunda fila).

Razonamientos inductivos

1. Definición:

• Son ampliativos: La conclusión añade nueva información que no está en las premisas.
• No garantizan la verdad de la conclusión a partir de premisas verdaderas.

2. Ejemplo de generalización inductiva:

• Observación: "Todos los A hasta ahora observados tienen la propiedad B."


• Conclusión: "Todos los A tienen la propiedad B."
• Problema: Puede llevar a generalizaciones infundadas y prejuicios.

3. Ciencia:

• Usa razonamientos inductivos con observaciones extensas y variadas.


• Ejemplo en ciencia médica: Observaciones de pacientes tratados con penicilina.

Confirmacionismo de Carl Hhempel

1. Idea central:

• Evaluar hipótesis empíricamente.


• Aceptar hipótesis inductivamente o rechazarlas deductivamente.

2. Proceso:

• Formular hipótesis y derivar predicciones.


• Evaluar si las observaciones confirman las predicciones para aceptar la hipótesis.

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Capítulo 2. El confirmacionismo de
Carl Hempel
El confirmacionismo, según Carl Hempel, desafía la visión ingenua de la ciencia, que sostiene
que la investigación científica se deriva directamente de los hechos. Esta perspectiva, conocida
como inductivismo ingenuo, sugiere que la ciencia es una labor de individuos que realizan
experimentos y registran resultados para derivar conocimiento a partir de la experiencia
sensorial.

Proceso Científico según el Sentido Común Epistemológico


Observación y Registro de Hechos: Se diseñan metodologías para observar fenómenos de manera
sistemática y reproducible.

Análisis y Clasificación: Se agrupan los fenómenos observados según sus características comunes

Elaboración de Hipótesis: Se formula una hipótesis que describa y explique los fenómenos observados.

Evaluación Empírica: Se ponen a prueba las hipótesis a través de nuevos experimentos.

Críticas de Hempel al Inductivismo Ingenuo


Hempel argumenta que es imposible reunir todos los hechos debido a su vastedad. En lugar
de partir de la mera observación, los científicos utilizan hipótesis preliminares para guiar su
investigación. Las hipótesis son enunciados conjeturales que van más allá de lo observable
y ayudan a establecer conexiones entre fenómenos.

Observación Selectiva: Sin una hipótesis previa, los científicos no sabrían qué observar ni cómo
clasificar los hechos.

Términos Teóricos: Muchas hipótesis incluyen términos teóricos que no se derivan directamente
de la observación, como átomos y electrones, que requieren un salto creativo para
formularse.

[La Creatividad en la Ciencia:Hempel sostiene que la formulación de hipótesis científicas


involucra creatividad y no sigue reglas inductivas mecánicas. Las nuevas hipótesis deben
sobrevivir a pruebas empíricas para ser validadas.]
Distinción entre Contexto de Descubrimiento y Contexto de
Justificación
Hans Reichenbach propuso la distinción entre dos momentos en la investigación científica:
el contexto de descubrimiento y el contexto de justificación. Hempel adopta esta distinción,
destacando que:

Contexto de Descubrimiento: Es el momento en que los científicos idean nuevas teorías o hipótesis
para explicar fenómenos. Este proceso no sigue reglas específicas y está marcado por la
Creatividad.

Contexto de Justificación: Es el momento en que las teorías se ponen a prueba y son


contrastadas empíricamente. Este proceso sí puede ser analizado lógicamente, pues se
enfoca en las inferencias y métodos utilizados para verificar la validez de las hipótesis.

Según Hempel, solo el contexto de justificación permite un análisis lógico riguroso. La


investigación científica puede ser racionalmente reconstruida al estudiar las inferencias
utilizadas en la puesta a prueba de hipótesis (hablando más claro Solo el contexto de
justificación es susceptible de análisis lógico, ya que se enfoca en las inferencias utilizadas
para contrastar hipótesis). Esto implica que el proceso creativo de formular hipótesis no está
sujeto a reglas estrictas, pero la validación de estas hipótesis mediante experimentación y
observación sí lo está.

El enfoque de Hempel subraya la importancia de la creatividad en la formulación de


hipótesis y el rigor en su puesta a prueba. Su crítica al inductivismo ingenuo resalta la
necesidad de hipótesis preliminares para guiar la investigación científica y la distinción
entre la creación y la justificación de teorías.

2.1. El análisis confirmacionista de la puesta a prueba de


hipótesis
Carl Hempel, en respuesta a las críticas al inductivismo ingenuo, ofrece una nueva
perspectiva sobre la investigación científica. En su enfoque, conocido como
confirmacionismo, las hipótesis guían la investigación en lugar de la observación directa de
los hechos. Hempel sostiene que la lógica no puede analizar el proceso de creación de
teorías, ya que no existe un proceso racional para descubrir hipótesis.
En Contexto de Justificación, Hempel y otros epistemólogos clásicos, como Popper, se
enfocan exclusivamente en el contexto de justificación, es decir, en la contrastación
empírica de las hipótesis, dejando de lado el contexto de descubrimiento, donde se generan
las hipótesis.

Para la Confirmación de Hipótesis, El método científico, según Hempel, no proporciona


reglas para formular leyes, sino que establece en qué medida una hipótesis está justificada
una vez que ha sido formulada. Los científicos inventan teorías utilizando la imaginación y
luego las ponen a prueba empíricamente.

Un ejemplo de esto ,el Descubrimiento de la Penicilina

El descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming en 1928 ejemplifica el proceso


descrito por Hempel. Este hallazgo, aunque accidental, fue guiado por el conocimiento
previo de Fleming sobre bacterias. Al observar un halo de transparencia alrededor de un
moho en una placa de Petri, Fleming formuló la hipótesis de que la penicilina destruía las
bacterias estafilococo.

Después de numerosos intentos fallidos por parte de Fleming para aislar el compuesto
terapéutico, otros investigadores, como Ernst Chain y Howard Florey, lograron purificar la
penicilina y demostrar su efectividad en ratones y humanos. Este proceso llevó al
reconocimiento de la penicilina como un antibiótico crucial durante la Segunda Guerra
Mundial.

El Razonamiento de Aceptación y Rechazo

La aceptación de una hipótesis se basa en un razonamiento no deductivo, mientras que su


rechazo se fundamenta en una inferencia deductiva, específicamente un modus tollens.
Esta asimetría lógica implica que, aunque es posible refutar deductivamente una hipótesis,
no se puede verificar deductivamente su verdad.
El enfoque confirmacionista de Hempel resalta que la validez de una hipótesis depende de
su capacidad para generar predicciones que coincidan con la experiencia observacional. Si
bien los resultados favorables no garantizan la verdad de la hipótesis, la refutación
deductiva sí proporciona una base concluyente para rechazarla.

Estructura de una Teoría Empírica

Para Hempel, la investigación científica comienza con una hipótesis formulada en respuesta
a un problema. A partir de esta hipótesis se derivan implicaciones contrastadoras que
permiten decidir su aceptación o rechazo. Una hipótesis confirmada sucesivamente se
integra en una teoría.
2.2. La estructura de una teoría empírica
Estructura de una teoría empírica según Carl HempelCarl Hempel establece que la
investigación científica comienza con la formulación de una hipótesis para responder a un
problema de investigación. Esta hipótesis debe derivar implicaciones contrastadoras, las
cuales permiten su aceptación o rechazo. Una hipótesis confirmada pasa a formar parte de
una teoría.

Componentes y relación entre hipótesis


Hipótesis Fundamental (HF): Es la hipótesis más general y no se deriva de otras hipótesis dentro del
mismo sistema.

Hipótesis Auxiliares (HA): Son supuestos adicionales necesarios para derivar nuevas hipótesis a
partir de la HF.

Hipótesis Derivadas (HD): Se infieren lógicamente de la HF en conjunción con las HA.

Implicaciones Contrastadoras (IC): Son enunciados específicos que, al ser confirmados,


proporcionan apoyo empírico a la HF.
Un ejemplo de una teoría empírica:

HF1: Las infecciones bacterianas pueden provocar septicemia.

HA1: Los microorganismos Staphylococcus aureus y Streptococcus son bacterias.HA2: La


septicemia suele causar fiebre elevada prolongada y aumento de las frecuencias cardíaca y
respiratoria.

HD1: Las infecciones por Streptococcus pueden producir fiebre elevada y aumento de las
frecuencias cardíaca y respiratoria en humanos

HF2: La penicilina elimina infecciones por Streptococcus y Staphylococcus aureus

IC: En fechas específicas, se observó que la administración de penicilina a pacientes con


estas infecciones normalizó sus síntomas.

Clasificación de los enunciados científicos

Grado de Generalidad:

Universales: Refieren a una cantidad ilimitada de entidades.

Singulares: Refieren a un número limitado y accesible de objetos.

Tipo de términos:Teóricos puros: Contienen términos que refieren a entidades no


observables directamente.

Mixtos: Contienen tanto términos teóricos como observacionales.

Observacionales: Todos sus términos hacen referencia a entidades observables.

Niveles de enunciados científicos

Nivel 1: Enunciados empíricos básicos, términos observacionales y referencia a situaciones


particulares.

Nivel 2: Generalizaciones empíricas, términos observacionales y referencia a conjuntos


amplios.

Nivel 3: Enunciados teóricos, contienen al menos un término teórico, pueden ser puros o
mixtos.
Hempel concibe la investigación científica como un proceso de justificación de hipótesis, no
de descubrimiento de teorías nuevas. La ciencia se caracteriza por la forma en que los
científicos ponen a prueba sus creencias mediante procedimientos deductivos para
descartar hipótesis y inferencias inductivas para aceptarlas. Las hipótesis confirmadas
sucesivamente se integran al corpus de conocimiento científico.
CAPÍTULO 3: El falsacionismo de Karl Popper

Popper coincide con Hempel sobre que la ciencia se caracteriza por la manera en que
los científicos ponen a ´prueba sus conocimientos. Argumenta que NO HAY MANERA
de justificar o validar la inducción, por lo que considera “inadecuada” la visión de
Hempel sobre eso.

Para poder confirmar una hipótesis es necesario inferir un enunciado universal


(encontrar una regularidad) a partir de enunciados empíricos básicos (afirmaciones
cuyos términos lógicos son observacionales). No hay manera de justificar lógicamente
el pasaje de hechos singulares a una regularidad universal sin utilizar la inducción.

° PRINCIPIO DE INDUCCIÓN/PRINCIPIO DE IRREGULARIDAD DE LA NATURALEZA°


--> “todo lo que ocurrió en el pasado, ocurre en el presente y seguirá ocurriendo en el futuro”
--> “siempre ocurre de la misma manera”
x NO puede ser una tautología

° Es empírico ya que su verdad depende de cómo funcione la naturaleza


° La fundamentación de este principio debe basarse en la observación (enunciados empíricos
básicos.
x NO hay manera de justificarlo, ya que se repite un ciclo.

La aceptación inductiva de la hipótesis podría hacernos cometer errores

• Racionalidad de la investigación científica: Radica en cómo los cientificos


refutan sus teorías.
• La ciencia Avanza por medio de conjeturas (ensayos) y refutaciones (errores)
• Solo se considera “conocimientos científicos” a aquellas teorías que se salvan
de la refutación.
• Modus Tollens (MT): Permite descartar racionalmente las hipótesis científicas

3.1 El análisis falsacionista de la puesta a prueba de hipótesis

POPPER y HEMPEL (coincidencias)

• Sólo es posible analizar racionalmente los procedimientos de evaluación y no


los procesos de creación de nuevas hipótesis científicas
• Las hipótesis surgen como respuesta a un problema de investigación y a partir
de ellas se deducen hipótesis de menor nivel que permiten ponerla a prueba.

Objetivo de los científicos ---> Resolución de problemas (se proponen distintas


hipótesis y luego se confirman o refutan, a través de la indeducción de enunciados
empíricos básicos

Teorías científicas ---> Colecciones de enunciados relacionados deductivamente

Filosofía clásica de la ciencia


→ CONFIRMACIONISMO
→ FALSACIONISMO

Teorías (KANC)

→ Creaciones libres de nuestras mentes


→ No las ponemos a prueba verificándolas, sino refutándolas

° PROPUESTA EPISTEMOLÓGICA DE POPPER°


Reconstruir la lógica de investigación científica evitando cualquier forma de inducción
(utilizando exclusivamente procedimientos deductivos)

FALSACIONISMO

• Científicos refutando deductivamente sus teorías


• Es la teoría que guía la observación
• Las teorías son ensayos previos para resolver problemáticas
• Las teorías no pueden derivar de las observaciones, pero si contradecirlas
• El que una hipótesis no sea refutada no significa que sea correcta, sino que es
resistente

Diferencia entre
→ Falsación: Se refuta una Hipótesis
→ Falsabilidad: Probabilidad que tiene un enunciado de ser refutado

No se puede contrastar enunciados tautológicos “el agua se evapora o no se


vapora”, ni enunciados que contienen términos sin referencia empírica “los dioses
hacen que el agua se evapore”, ya que NO EXISTE algo que permita desafiar la verdad
de los enunciados.
• La falsabilidad permite diferenciar los enunciados que son científicos de
los que no lo son
• Una hipótesis es científica para ser falsable
• Una hipótesis es falsable si puede contradecirse
• El contenido empírico que tiene una hipótesis es lo que la hace falsable

→ La ciencia progresa a través del ensayo y el error (descarte de teorías que


resultaron falsas).
→ Se formulan hipótesis variadas y se las pone a prueba, refutando algunas y
conservando otras.
→ La ciencia no llega nunca a la verdad (solo teorías que se salvan de ser
refutadas)
→ La falsación de hipótesis es lo que más se aproxima a la verdad
Enunciados científicos

→ Susceptibles a la revisión
→ Sometidos a la crítica
→ Se reemplazan por otras mejores

3.2 Problema de la base empírica

La ciencia es:

→ Racional: Utiliza procedimientos deductivos para evaluar sus hipotesis


→ Antidogmatica: NO procura conservar los enunciados científicos

Investigación científica: Constituye una labor eminentemente crítica

H -> I Para descartar nuestra creencia debemos aceptar la verdad del


-I enunciado empírico básico.
-H

En toda contrastación empírica, el científico decidir ser crítico respecto de la hipótesis


evaluada (H), o deber ser crítico respecto de la negación de la implicación
contrastadora (-I).

Al asignar nombres a las cosas, de alguna manera asumimos que tienen algunas
características y no otras.

• Para que a un objeto se le asigne un nombre debe tener ciertas características.


• Todos los enunciados científicos trascienden de las experiencias sensoriales.
• Las experiencias pueden motivar una decisión y, en consecuencia, la adopción del
rechazo de un enunciado, pero ningún enunciado básico puede ser justificado por
ellos.

POPPER ----> Todos los enunciados científicos, incluídos los enunciados empíricos
básicos. Son conjeturas provisorias. Si esto es así, la falsación de una conjetura deja
de ser concluyente. Ni siquiera la refutación de una hipótesis es algo definitivo. Es así
como el poder de la falsación se debilita abriendo la puerta a nuevos enfoques
epistemológicos.
UNIDAD 2

Texto “filosofía de la ciencia” Segunda Parte- Perot

CAPÍTULO 4

Problemas de la filosofía clásica:

Algunas de las críticas a los problemas que presenta la filosofía clásica surgieron
originalmente entre los mismos autores que propusieron y desarrollaron el enfoque
clásico. Estos mismos filósofos supieron señalar ciertos problemas que sus propias
posiciones representaban.

Los autores del enfoque historicista supieron profundizar el análisis de estos


problemas y señalar cómo sus consecuencias traían grandes dificultades para el
enfoque clásico. Las críticas no deben entenderse tanto como objeciones que el
enfoque historicista realizó al enfoque clásico, sino como problemas que permitieron
el surgimiento y desarrollo del enfoque historicista.

Los problemas más importantes del enfoque clásico son:


1) La dificultad para distinguir entre el proceso de descubrimiento y el proceso
de justificación.
2) La imposibilidad de falsar hipótesis individuales.
3) La carga teórica de la observación.

Críticas del enfoque historicista

La dificultad para distinguir entre descubrimiento y justificación:

En la filosofía clásica de la ciencia se distingue claramente entre dos aspectos


fundamentales de la actividad científica: el descubrimiento y la justificación. Popper
y otros autores se centran principalmente en lo que los científicos deben hacer para
validar el conocimiento científico, en el proceso normativo de evaluación de teorías
a partir de los enunciados observacionales que derivan de ellas.

Este enfoque pone énfasis en el contexto de justificación (proceso racional y


sistemático donde las hipótesis científicas son sometidas a pruebas rigurosas y
deben ser justificadas frente a evidencias experimentales). El contexto de
descubrimiento se refiere al momento en que un científico concibe una nueva idea,
hipótesis o regularidad sobre un fenómeno. Este proceso es inherentemente
creativo y no puede ser completamente analizado de forma lógica o racional. Los
descubrimientos pueden surgir de manera inesperada, por coincidencia, intuición o
suerte. Para los defensores del enfoque clásico, lo esencial no es cómo surgen las
ideas sino cómo se justifican una vez formuladas.

Los autores del enfoque historicista, como Thomas Kuhn e Imre Lakatos, adoptan
una perspectiva descriptiva. Se interesan más en describir lo que los científicos
realmente hacen durante su investigación y cómo las teorías científicas evolucionan
históricamente. Este enfoque presta atención no solo a la justificación de las teorías
sino también al proceso de descubrimiento, mostrando cómo ambos contextos están
interrelacionados y son esenciales para comprender el desarrollo científico.

El enfoque historicista cuestiona la nítida distinción entre el contexto de


descubrimiento y el contexto de justificación que sostiene la filosofía clásica. Esta
crítica se centra en dos aspectos fundamentales:

● La interrelación entre descubrimiento y justificación: Kuhn argumenta que no


es posible separar el proceso de descubrimiento de la justificación. Los
descubrimientos científicos no son eventos aislados que ocurren de forma
súbita e independiente, son procesos graduales que pueden extenderse
durante años e involucrar a toda una comunidad científica.
Solo se consideran descubrimientos aquellas observaciones que, aunque
inicialmente inesperadas, logran integrarse y ser explicadas
satisfactoriamente dentro de alguna teoría existente. La justificación teórica y
la explicación juegan un papel crucial en determinar qué se considera un
descubrimiento.
Los elementos creativos (asociados al descubrimiento) y racionales
(asociados a la justificación) están intrínsecamente entrelazados en la
práctica científica.
● El rol de la pedagogía en la percepción del proceso científico: Kuhn sugiere
que la clara distinción entre descubrimiento y justificación proviene, en gran
medida, de la manera en que la ciencia se enseña, a lo que él llama el
“contexto de la pedagogía”. Los libros de textos de ciencia suelen presentar
el desarrollo del conocimiento científico de manera simplificada y lineal, como
una secuencia acumulativa de descubrimientos individuales que se añaden
unos sobre otros. Esto es útil para la enseñanza, pero no refleja fielmente la
complejidad del proceso histórico real de la ciencia.
Los avances científicos suelen ser resultados de esfuerzos colectivos y
progresivos, donde el descubrimiento y la justificación se entremezclan y se
desarrollan conjuntamente.
Para cuestionar la noción lineal y clara de cómo ocurren los descubrimientos
científicos según la filosofía clásica, Kuhn utiliza algunos ejemplos:

❖ Rayos X: Röntgen observó inicialmente un brillo inesperado en una pantalla


durante una investigación rutinaria sobre rayos catódicos. Este hallazgo
casual lo llevó a semanas de experimentación para entender y explicar este
fenómeno antes de enunciar su descubrimiento.
Kuhn plantea la pregunta de cuándo exactamente podemos decir que se
descubrieron los rayos x ¿en el primer momento de la observación casual o
más tarde durante las investigaciones sistemáticas que siguieron?
❖ Urano: El descubrimiento de Urano por Herschel comenzó con el
avistamiento de un brillo anómalo en el cielo, que había sido observado y
reportado durante más de un siglo antes de que Herschel lo identificara como
un cometa. Solo después de analizar sus movimientos y recibir sugerencias
de otros astrónomos sobre la órbita planetaria, Herschel anunció el
descubrimiento de un nuevo planeta.
❖ Neptuno: En 1781 Herschel descubre Urano, y a mediados de 1847
astrónomos detectaron inconsistencias en su órbita que no podían ser
explicadas completamente por la ley de gravitación de Newton. No fue hasta
un par de años después que los astrónomos Varrier en París y Adams en
Cambridge comenzaron a calcular la naturaleza y la posición de un planeta
hipotético que podría explicar estas irregularidades. Así, Neptuno fue
predicho matemáticamente antes de ser observado directamente a través de
un telescopio.

Tanto los rayos X como Urano fueron percibidos mucho antes de ser formalmente
reconocidos como descubrimientos científicos. Ambos científicos solo reportaron
sus descubrimientos después de poder integrarlos en una teoría coherente que
explicara estos fenómenos nuevos. Esto destaca como la justificación teórica sigue
al descubrimiento inicial y cómo el proceso de descubrimiento y la posterior
justificación están estrechamente entrelazadas.

Kuhn sostiene que existe una distinción entre dos tipos de descubrimientos:
● Descubrimiento guiado por la teoría: el descubrimiento se ajusta y válida
dentro del marco teórico existente. Un ejemplo es el descubrimiento de
Neptuno a través de la teoría matemática.
● Descubrimiento sorpresivo: el científico debe desarrollar una nueva teoría o
hipótesis y ofrecer un nuevo vocabulario para explicar el fenómeno
observado. El desarrollo de nuevas teorías y la experimentación van de la
mano: no es posible afirmar haber descubierto algo hasta no dar una
justificación.
Ejemplos de este tipo de descubrimiento sorpresivo es el de Urano, los rayos
x y la penicilina, en los que un proceso relativamente extenso llevó a
identificar un nuevo fenómeno.
Además, Kuhn argumenta que en el proceso de justificación científica no solo
intervienen factores racionales o lógicos. Los científicos, al elegir entre teorías
competidoras, también están influenciados por creencias externas al ámbito
estrictamente científico.

Un ejemplo de esto se puede observar en la revolución copernicana que enfrentó la


teoría geocéntrica de Ptolomeo con la nueva teoría heliocéntrica de Copérnico.
Astrónomos como Kepler se vieron obligados a decidir qué teoría apoyar y defender.
Kepler desempeñó un papel crucial al proporcionar el marco matemático que
eventualmente respaldaría la teoría copernicana sobre la ptolemaica. Sin embargo,
según Kuhn, Kepler no adoptó el heliocentrismo solamente por la “fuerza de la
evidencia” o porque la teoría ptolemaica fuera inconsistentemente contradicha. Más
bien, factores personales e idiosincrásicos influyeron en su elección, ya que el
heliocentrismo resonaba con ciertas creencias religiosas que Kepler sostenía. Él y
otros astrónomos adhieran al hermetismo, una forma de devoción que exaltaba al
Sol como divino y buscaba establecer comparaciones alegóricas entre sus
propiedades cósmicas y las del Dios cristiano. Para Kepler, la posición central del
Sol en la teoría copernicana no solo era una explicación astronómica, sino también
un reflejo simbólico de estas creencias.

Ambas teorías, la geocéntrica y la heliocéntrica, eran internamente consistentes y


podían acomodar la evidencia disponible para propósitos prácticos como predecir
estaciones, movimientos solares y eclipses. Sin embargo, fue el contexto personal y
cultural de Kepler lo que lo inclinó hacia el heliocentrismo.

La reflexión no puede limitarse a la validación de hipótesis y teorías mediante


análisis lógico-deductivo. Más bien, busca entender cómo los científicos realmente
eligen entre teorías y cómo se desarrolla la ciencia a lo largo del tiempo. Esto
implica incorporar elementos psicológicos, sociológicos y culturales que influyen en
la investigación científica, así como en la aceptación y cambio de teorías. Los y las
científicas también se basan en razones idiosincráticas, culturales y/o de otros
motivos para aceptar o rechazar una teoría.
La dificultad para distinguir entre descubrimiento y justificación

Filosofía clásica de la ciencia Enfoque historicista

Distingue claramente entre dos aspectos Cuestiona la nítida distinción entre el contexto de
fundamentales de la actividad científica: el descubrimiento y el contexto de justificación.
descubrimiento y la justificación. Los elementos creativos (asociados al
descubrimiento) y racionales (asociados a la
justificación) están intrínsecamente entrelazados.

Pone énfasis en el contexto de justificación. Presta atención no solo a la justificación de las


teorías sino también al proceso de
descubrimiento.

Los descubrimientos pueden surgir de manera Solo se consideran descubrimientos aquellas


inesperada, por coincidencia, intuición o suerte. observaciones que, aunque inicialmente
inesperadas, logran integrarse y ser explicadas
satisfactoriamente dentro de alguna teoría
existente.

Existe una distinción entre dos tipos de


descubrimientos: descubrimiento guiado por la
teoría y descubrimiento sorpresivo.

En el proceso de justificación científica no solo


intervienen factores racionales o lógicos. Los
científicos también están influenciados por
creencias externas al ámbito estrictamente
científico, como razones idiosincráticas,
culturales y/o de otros motivos.
El holismo de la contrastación:

Según el falsacionismo, no se pueden confirmar inductivamente las hipótesis, pero


si es posible descartarlas deductivamente mediante la falsación. Sin embargo, la
historia de la ciencia demuestra que la falsación no siempre es concluyente.

Por ejemplo: cuando Copérnico propuso que la Tierra se mueve alrededor del Sol,
los defensores del geocentrismo intentaron refutar esta idea. Argumentaban que, si
la Tierra se moviera, los objetos deberían salir despedidos de su superficie, como
una piedra se desprende de una rueda en movimiento. Dado que esto no sucede,
concluyeron que la Tierra no se mueve. Sin embargo, esta supuesta falsación no fue
concluyente y la teoría heliocéntrica sobrevivió a estos intentos de refutación.

Cuando los científicos evalúan una hipótesis, no lo hacen de manera aislada sino en
conjunto con una serie de supuestos auxiliares (SA) y el conocimiento de fondo
(puede incluir desde enunciados generales de otras teorías científicas hasta
descripciones de condiciones específicas bajo las cuales debe realizarse el
experimento). Además, se consideran las “condiciones normales” que deben darse
para que se produzca una implicación contrastadora determinada (I).

Esquemáticamente:

(H . SA) → I (Hipótesis y Supuestos auxiliares deberían producir una implicación contrastadora)

¬I (se niega la implicación contrastadora)

—-------------- (por lo tanto se niega la hipótesis y los supuestos auxiliares)

¬ (H . SA)

Esto significa que la falsación no refuta directamente la hipótesis (H), sino una
conjunción de la hipótesis con los supuestos auxiliares y las condiciones normales
(H . SA). Por lo tanto, el fallo de una implicación contrastadora (I) puede deberse a
un error en los supuestos auxiliares, en el conocimiento de fondo o en las
condiciones normales, y no necesariamente en la hipótesis central.

Este enfoque se conoce como el holismo de la contrastación, y resalta que el


conocimiento científico depende de una red de suposiciones auxiliares y no puede
evaluarse de forma aislada. El holismo de contrastación ruggeri que cualquier
hipótesis puede ser protegida de la refutación ajustando los supuestos auxiliares.

Esto se logra identificando y modificando las asunciones que se consideran


incorrectas, conocidas como hipótesis ad hoc. Estas hipótesis ad hoc tienen como
función principal salvar la hipótesis evaluada de ser refutada. Por ejemplo, en la
disputa entre geocentrismo y heliocentrismo, los geocentristas intentaron refutar la
idea de que la Tierra se mueve basándose en suposiciones incorrectas sobre la
física del movimiento. Una posible hipótesis ad hoc para salvar la hipótesis (la Tierra
se mueve) podría ser “no es cierto que los objetos y la Tierra guardan una relación
de semejanza con la piedra y la rueda”. Esta negación de los SA permite evitar la
falsación de la hipótesis central.

Los investigadores recurren con frecuencia a estrategias ad hoc para proteger sus
hipótesis de la falsación. Por ejemplo, en el caso de la penicilina, cuando los
primeros intentos de curar una infección fallaron, los científicos no interpretaron esto
como una refutación de la eficiencia de la penicilina, sino que asumieron que alguno
de los SA, como la dosis administrada o la duración del tratamiento, era incorrecto y
no que la hipótesis fuese falsa.

Este holismo de la contrastación plantea desafíos para el enfoque falsacionista, ya


que tradicionalmente describe el desarrollo científico como un proceso acumulativo
de eliminación de hipótesis falsas mediante pruebas deductivas. Según el
falsacionismo el progreso de la ciencia se basa en la capacidad de refutar teorías
incorrectas, sin embargo la complejidad que se muestra con el holismo de la
contrastación revela que este proceso no es tan directo.

La carga teórica de la observación:

Tanto en la confirmación inductiva de una hipótesis, como sostiene Hempel, como


en la refutación deductiva, como defiende Popper, la solidez del argumento que
permite aceptar o rechazar una teoría depende de la veracidad de un enunciado
empírico básico, también conocido como implicación contrastadora. Este enunciado
debe ser capaz de conectar la teoría con la observación a través de términos
empíricos claros y singulares. La concepción heredada de la ciencia asume que
estos enunciados empíricos son descripciones directas y neutrales de la realidad
observable.

Sin embargo, esto presenta algunos problemas:

● La distinción entre términos teóricos y observacionales no es tan clara:


Por ejemplo, cuando decimos “este recipiente contiene agua” no solo
estamos describiendo algo visible, estamos implicando una serie de
propiedades y comportamientos del líquido basado en el conocimiento previo
de lo que entendemos por agua. Bajo ciertas condiciones específicas, como
por ejemplo a 0 grados o a 100 grados, el líquido exhibirá comportamientos
predecibles como congelarse o hervir.
Popper mismo reconoce que distinguir entre aspectos teóricos y
observacionales en los enunciados científicos es complicado. Al clasificar
algo dentro de una categoría como “agua” “animal” o “planeta” estamos
asumiendo que dicho objeto cumple con ciertos criterios y leyes. Esta
clasificación presupone que los objetos exhiben comportamientos específicos
que son más de lo que nuestros sentidos pueden percibir directamente. Así,
incluso los enunciados empíricos básicos contienen elementos teóricos.
La observación no puede verificar completamente un enunciado básico,
porque estos enunciados ya llevan implícitamente una carga teórica.

● Distinción de Hanson:
Norwood Russell Hanson lleva la crítica de la distinción entre términos
teóricos y observacionales a un nivel más profundo, argumentando que no
sólo los enunciados observacionales están cargados de teoría, sino que el
propio acto de percepción está intrínsecamente influenciado por las teorías.
La observación científica y la percepción misma no son neutrales, están
moldeadas por las expectativas, conocimientos previos y el lenguaje que se
utiliza.
Hanson sostiene que los científicos, a través de su formación académica
y sus teorías aprendidas, desarrollan expectativas sobre lo que deberían
observar en sus experimentos. Estas expectativas teóricas actúan como una
“carga” que configura y da forma a lo que realmente perciben. Esta idea es
conocida como la carga teórica de la observación.
Por ejemplo: Si imaginamos a Brahe y Kepler, dos grandes astrónomos,
observando juntos un amanecer desde una colina, Kepler (cuya teoría
astronómica es similar a la actual, que entiende que la Tierra está girando
alrededor del Sol) y Brahe (adherido a las teorías astronómicas de la
antigüedad, cree que la Tierra está fija en el centro del universo y que el Sol
se mueve alrededor de ella cada día). Hanson pregunta ¿ven lo mismo al
observar el amanecer? y su respuesta es no. Aunque ambos estén
presenciando el mismo fenómeno, lo que ven está influenciado por sus
teorías subyacentes, sus percepciones están cargadas y definidas por sus
teorías astronómicas respectivas.
Por lo tanto, no existe una experiencia perceptiva “neutra” o libre de
interpretación. Cada percepción está ya interpretada. Esto se opone a la idea
de que primero experimentamos una sensación pura y luego la
interpretamos, en vez de ver una serie de manchas coloreadas y luego
deducir que es un gato, Hanson sugiere que vemos directamente al gato.
Los científicos no pueden observar de manera completamente objetiva,
esto desafía la idea de que las observaciones pueden ser una base
completamente neutra para validar o refutar teorías.

● Profundización de Kuhn:
Autores como Kuhn profundizan en las ideas de Hanson, destacando
cómo las teorías no solo moldean lo que los científicos perciben, sino también
cómo y si experimentan ciertos fenómenos. La carga teórica no solo sesga lo
que los científicos ven, sino que también pueden impedir que reconozcan
eventos inesperados o contrarios a la teoría vigente.
Por ejemplo: antes de la teoría heliocéntrica de Copérnico, la astronomía
en Europa occidental se basaba en las ideas de Aristóteles y Ptolomeo, que
asumían un cielo inmutable en el que el número de astros permanecía
constante. Según Kuhn, estos paradigmas antiguos no permitían la
observación de cambios en el cielo estrellado, como la aparición o
desaparición de estrellas. Sin embargo, después de la adaptación del
paradigma copernicano, se empezaron a registrar estos cambios celestiales.
Por contraste, los astrónomos chinos, que no adherían a la misma
cosmología, ya habían documentado tales eventos mucho antes.
Kuhn se pregunta si es coincidencia que estos cambios en la
observación ocurrieran justo después de que la astronomía europea adoptara
el nuevo paradigma copernicano. La pregunta sugiere que las teorías
dominantes pueden influir en lo que los científicos consideran observable y
registrable.

La carga teórica de la observación plantea problemas significativos para la


epistemología clásica de la ciencia, que presupone que las observaciones pueden
ser neutrales y objetivas. Según este enfoque clásico, los científicos deberían poder
determinar de manera imparcial si una hipótesis es correcta o incorrecta basándose
en observaciones empíricas.

Pero, tal como lo demuestran Hanson y Kuhn, los científicos tienen a ver lo que sus
teorías esperan que vean y, al mismo tiempo, tienen dificultades para notar
fenómenos que contrarían sus teorías. Esta predisposición significa que las
observaciones científicas no son completamente fiables y que los enunciados
básicos derivados de ellas tampoco lo son.
Problemas de la filosofía clásica de la ciencia

Dificultad para distinguir entre Holismo de la contrastación Carga teórica de la observación


descubrimiento y justificación

La filosofía clásica de la ciencia Según el falsacionismo se puede En la filosofía clásica de la ciencia


distingue claramente entre el descartar hipótesis deductivamente la solidez del argumento para
contexto de descubrimiento y por medio de la falsación. aceptar o rechazar una teoría
justificación, haciendo énfasis en depende de la veracidad del
el contexto de justificación. enunciado empírico básico, es decir,
la implicación contrastadora. Las I
El enfoque historicista sostiene La historia de la ciencia demuestra se asumen como descripciones
que no existe una clara distinción que esto no es siempre concluyente. directas de la realidad observable,
entre ambos contextos y que se por medio de una observación
debe prestar atención no solo a la neutral y objetiva.
justificación sino también al
descubrimiento.
ejemplos

rayos x
descubrimiento de Urano
descubrimiento de Neptuno

En el proceso de justificación no Cuando se evalúa una hipótesis no lo Sin embargo, aparecen ciertos
solo intervienen factores hacen de manera aislada, sino que se problemas:
racionales o lógicos, sino también refuta una conjunción de la hipótesis •La distinción entre términos
las creencias. con los supuestos auxiliares y teóricos y observacionales no es
ejemplo conocimiento de fondo. tan clara: incluso los enunciados
↓ empíricos básicos contienen
Kepler respalda la teoría (H . SA) → I elementos teóricos.
copernicana •El propio acto de observación o
¬I percepción está influenciado por
teoría: la observación que realizan
—----------------- los científicos no son neutrales sino
que están influenciadas por su
¬ (H . SA) formación académica, creencias y
propias expectativas.
Por lo tanto el fallo de I puede
•Las teorías no solo moldean lo que
deberse a un error de SA,
los científicos perciben sino cómo
conocimiento de fondo o en las
lo perciben y si es que lo perciben:
condiciones normales y no de la
los científicos tienden a ver lo que
hipótesis central.
sus teorías esperan que vean y al
La hipótesis central puede ser
mismo tiempo tienen dificultades
salvada por una hipótesis ad hoc
para notar fenómenos que
(modificando las posibles asunciones
contradicen sus teorías.
incorrectas).
CAPÍTULO 5

Thomas Kuhn y el enfoque historicista

Thomas Kuhn es una figura central en la filosofía de la ciencia y es el principal


representante del enfoque historicista. Su obra más influyente “la estructura de las
revoluciones científicas” marca el inicio de esta perspectiva. Kuhn argumenta que
para comprender cómo evoluciona la ciencia, es crucial estudiar su historia.

En sus estudios de teorías antiguas como la física aristotélica, inicialmente


consideraba que eran ilógicas. Sin embargo, al profundizar en ellas y en el contexto
de las creencias y conocimientos de su época, comprendió que eran coherentes y
convincentes para los contemporáneos de esas teorías.

Esto llevó a Kuhn a desarrollar su concepto clave: el paradigma. Un paradigma es


un conjunto de compromisos compartidos por una comunidad científica. Estos
compromisos incluyen no sólo aspectos teóricos sino también compromisos más
amplios (metateóricos) que pueden abarcar la aceptación de ciertos instrumentos
científicos y la valoración de ciertos métodos.

Para Kuhn, la mejor manera de entender el desarrollo del conocimiento científico no


es solo concentrarse en las teorías como conjuntos de enunciados. En cambio,
propone abordar una mirada más amplia que abarque tanto lo que las teorías
afirman como lo que las comunidades científicas hacen.

Diferencias entre el enfoque clásico y el historicista

enfoque clásico enfoque historicista

Amplitud de la noción Se centra en teorías científicas Propone la noción de paradigma para incluir
entendidas como conjuntos de no solo compromisos teóricos sino también
de paradigma enunciados vinculados compromisos metateóricos. Esto abarca
deductivamente tanto lo que las teorías afirman como las
normas y prácticas de las comunidades
científicas

Enfoque en las Reconstruye racionalmente la Se enfoca en las prácticas de las


tarea de científicos aislados en comunidades científicas. Considera las
prácticas sus laboratorios dinámicas sociales dentro de estas
comunitarias comunidades para explicar el desarrollo
científico
Objeción de Margaret Masterman:

La filósofa y lingüista Margaret Masterman hizo una observación crítica sobre la


manera en que Thomas Kuhn utilizó el término “paradigma” en su obra. Según
Masterman, Kuhn fue algo inconsistente y desprolijo en su uso de esta noción, lo
que llevó a confusiones sobre lo que exactamente se entiende por paradigma.

Masterman identificó varios usos diferentes del término paradigma en el libro de


Kuhn y los agrupó en tres categorías distintas:

● Paradigma como compromisos metafísicos: utiliza el término paradigma para


referirse a una serie de creencias y nociones metafísicas sobre qué entidades
y propiedades constituyen la realidad. Se enfoca en cómo los paradigmas
representan conjuntos de creencias fundamentales sobre la naturaleza de la
realidad que guían la investigación científica. Por ejemplo al usar
descripciones como “especulación metafísica exitosa” o “forma de ver el
mundo”.
● Paradigma como hitos sociológicos: se refiere a los paradigmas como logros
reconocidos y prácticas sociales dentro de la comunidad científica. Por
ejemplo cuando hace referencias a paradigmas como instituciones políticas o
como prácticas habituales de los científicos.
● Paradigma como artefactos o constructos: utiliza el término para referirse a
libros específicos o instrumentos científicos que simbolizan los paradigmas.
También se refiere a herramientas y metodologías utilizadas en la
experimentación científica que se consideran paradigmáticas dentro de una
disciplina. Por ejemplo al mencionar libros como el “Almagesto de Ptolomeo”
o los libros de textos contemporáneos.

Para abordar la ambigüedad del término “paradigma” que se le cuestiona, Kuhn


propone definirlo como una “matriz disciplinar” que contiene cuatro componentes
claves, que suelen ser adoptados de manera implícita por los investigadores:

● Generalizaciones simbólicas: son principios teóricos abstractos que, aunque


no aplicables directamente a problemas específicos, guían la formulación de
leyes más precisas. Estas generalizaciones no proporcionan herramientas
directas para resolver problemas, pero orientan la creación de leyes
particulares dentro de un paradigma. A diferencia de la visión clásica y del
falsacionismo de Popper, estas generalizaciones no se derivan directamente
de observaciones empíricas y, por lo tanto, no pueden ser refutadas
empíricamente.
● Compromisos metafísicos: son creencias fundamentales sobre la naturaleza
del universo que guían a una comunidad científica. Por ejemplo, la antigua
astronomía griega, influenciada por la metafísica aristotélica que distinguía
entre un mundo sublunar mutable y un mundo supralunar inmutable. Esta
distinción llevó a los griegos a ver los cuerpos celestes como esferas
perfectas e inmutables.
● Valores epistémicos o cognitivos: estos incluyen criterios sobre lo que
constituye una buena teoría, como la adecuación empírica, la precisión de las
predicciones, la consistencia interna, la simplicidad y la compatibilidad con
otras teorías aceptadas. También la valoración de ciertos instrumentos como
confiables. Además de los valores epistémicos, Kuhn reconoce que factores
personales, sociales o contextuales también pueden influir, aunque en menor
medida, en la elección de un paradigma.
● Ejemplares: son ejemplos de resolución de problemas que sirven como
modelos dentro de un paradigma, y que se presentan a los estudiantes al
inicio de su formación científica. Tienen una función didáctica crucial,
enseñando prácticas y procedimientos que los científicos aplicarán a
problemas futuros.

Cambio de paradigmas

Kuhn sostiene que el cambio de un paradigma a otro no es simplemente un


resultado de deducciones lógicas, como se creía en la concepción heredada, sino
un proceso complejo y revolucionario ligado a las prácticas y dinámicas de las
comunidades científicas.

Propone un esquema de desarrollo en cinco etapas:

● Período preparadigmático
● Período de ciencia normal
● Crisis del paradigma
● Revolución científica
● Adopción de un nuevo paradigma

Período preparadigmático

Describe el período preparadigmático o precientífico como una fase inicial en el


desarrollo de una disciplina científica, donde no existe aún un paradigma dominante
que unifique y oriente la práctica de la comunidad científica. Aunque hay científicos
activos, la ausencia de un consenso compartido significa que no hay comunidad
científica.

Varias escuelas de pensamiento y teorías compiten entre sí para establecerse como


el primer paradigma dominante. Esto crea un ambiente de competencia intelectual y
diversidad teórica. Cada grupo de científicos trata de avanzar su propia perspectiva
y proponer su propio vocabulario y conceptos para describir los fenómenos que
consideran importantes.

La falta de consenso es una característica fundamental de este período. No hay


acuerdo sobre cuáles deberían ser las leyes, los compromisos metafísicos, y los
valores que deberían regir la práctica científica.

La recolección de datos es amplia y sin una orientación clara. Todos los hechos y
datos disponibles parecen igualmente importantes debido a la falta de un marco
conceptual que guíe la búsqueda de información.

Ejemplo de período preparadigmático:

Este período, en la astronomía occidental, se puede ilustrar con las discusiones y


teorías propuestas por los filósofos presocráticos. Durante esta fase, no existía un
consenso sobre cómo interpretar los fenómenos celestes y cada filósofo ofrecía
explicaciones basadas en diferentes métodos, principios y visiones metafísicas del
universo.

Tales de Mileto y Pitágoras son ejemplos claros, ambos reconocieron la naturaleza


cíclica de los eclipses y la utilizaron para predecir futuros eclipses pero sus
explicaciones difieren:

● Tales de Mileto creía que el fundamento del cosmos era el elemento agua,
que se caracterizaba por sus cambios regulares y cíclicos. Con esta
observación, creó su base para la interpretación de los ciclos de los eclipses.
● Pitágoras en cambio, atribuía la naturaleza cíclica de los eclipses a una
armonía matemática inherente que gobernaría todos los aspectos del
universo.

Fin de la fase preparadigmática:

La fase preparadigmática termina cuando una de estas escuelas en competencia


logra captar la atención y la aceptación de la mayoría de los científicos. La adopción
de una teoría o enfoque dominante marcan el fin de un período preparadigmático y
el inicio del período de ciencia normal.

Por ejemplo: el cambio hacia un paradigma unificador en la astronomía comenzó


con la física y la metafísica de Aristóteles, que propuso una visión del universo
dividida en dos regiones: el mundo sublunar y el mundo supralunar, cada uno con
sus propias reglas y leyes. Esto proporcionó un conjunto de supuestos compartidos
que permitió a los científicos estructurar su investigación de manera coherente. La
adopción de las ideas aristotélicas allanó el camino para el establecimiento del
primer paradigma dominante en la astronomía occidental; el paradigma geocéntrico
de Ptolomeo.
Período de ciencia normal

Es una fase en la que la práctica científica se lleva a cabo bajo la guía de un


paradigma dominante, compartido y aceptado por la mayoría de la comunidad
científica. Este paradigma proporciona un marco coherente y estable que orienta y
regula el trabajo científico, permitiendo que los investigadores operen “con
normalidad” sin cuestionar constantemente los fundamentos básicos de su
disciplina.

El paradigma dominante establece no sólo qué problemas deben investigarse sino


también cómo deben abordarse. Guía a los científicos en la identificación de los
problemas importantes y en la elección de los métodos y enfoques adecuados para
resolverlos.

Tipos de problemas en la investigación científica:

Kuhn identifica tres tipos principales de problemas típicos de la investigación


científica en el período de ciencia normal:

● Determinación de hechos significativos: el paradigma establece qué hechos


se consideran fundamentales y relevantes. Los científicos se dedican a
precisar y extender la comprensión de estos hechos, utilizando instrumentos
y técnicas que el paradigma valida.
● Acoplamiento de hechos con la teoría: los científicos también se enfocan en
demostrar cómo los hechos observados se ajustan a la teoría del paradigma.
Esto implica diseñar y ejecutar experimentos que confirmen la coherencia
entre la naturaleza y las previsiones teóricas. Por ejemplo, las observaciones
de Galileo sobre las lunas de Júpiter mostraron que otros planetas también
tienen movimientos complejos, apoyando la teoría heliocéntrica.
● Articulación de la teoría: implica el trabajo empírico y teórico destinado a
desarrollar y refinar la teoría dentro del marco del paradigma. Esto puede
incluir la determinación de constantes físicas o la formulación de leyes
cuantitativas que unifiquen y expliquen diversos fenómenos al mismo tiempo.
Por ejemplo, las leyes de Kepler y Newton, que expanden y articulan las
ideas básicas del paradigma heliocéntrico.

Reglas de los paradigmas:

Los paradigmas proporcionan reglas para guiar la investigación científica, dichas


reglas pueden ser:

● Reglas conceptuales y teóricas: son las reglas más fundamentales y rígidas


dentro de un paradigma. Leyes científicas explícitas, conceptos y teorías que
los científicos aceptan como la base de su campo. Ayudan a determinar qué
problemas son significativos y cuáles son las soluciones aceptables.
● Reglas instrumentales: compromisos sobre qué tipo de instrumentos deben
usarse y cómo deben utilizarse. Aseguran que los científicos empleen
herramientas que sean consideradas válidas y confiables dentro del marco
del paradigma.
● Reglas metafísicas y metodológicas: operan a un nivel más abstracto y
amplio. Las reglas metafísicas definen qué tipo de entidades existen en el
universo según el paradigma y las leyes metodológicas dictan cómo deben
ser formuladas las leyes y las explicaciones científicas.

El problema visto como rompecabezas:

Kuhn caracteriza los problemas abordados durante los períodos de ciencia normal
como “rompecabezas”. Los científicos operan bajo el supuesto de que los enigmas
que enfrentan tienen soluciones específicas que pueden ser alcanzadas utilizando
las herramientas y métodos proporcionados por el paradigma dominante. Al igual
que un rompecabezas se asume que debe poder armarse; los científicos confían en
que sus problemas de investigación son solucionables dentro del marco establecido
por su paradigma.

A diferencia de lo que sugería Popper y la concepción heredada de la ciencia, Kuhn


argumenta que el fracaso en resolver un “rompecabezas” dentro de la ciencia
normal no conduce a cuestionar el paradigma. En lugar de poner a prueba el
paradigma en sí, estos problemas evalúan la habilidad y competencia de los
científicos que intentan resolverlos, es decir, si un investigador no logra resolver un
problema, se percibe como una limitación personal y no una falla del paradigma.

El éxito de un paradigma:

Los paradigmas ganan su estatus dominante porque logran resolver de manera


efectiva ciertos problemas que la comunidad científica considera importantes. Esto
no significa que un paradigma pueda solucionar todos los problemas posibles en su
campo. El éxito inicial de un paradigma está basado en la promesa de resolver
problemas significativos, demostrada por ejemplos específicos, aunque a menudo
incompletos. Estos éxitos parciales y prometedores convencen a la comunidad
científica de la validez del paradigma.

La ciencia normal se centra en la realización de esta promesa. Bajo un paradigma,


los científicos se dedican a resolver problemas específicos. Esto no implica una
búsqueda de respuesta fuera del paradigma, sino un esfuerzo por hacer que la
naturaleza se ajuste a las expectativas y conceptos predefinidos por el paradigma.
Ejemplo de paradigma dominante:

El paradigma geocéntrico, fundamental en la astronomía occidental, se estableció


sobre las bases teóricas de Aristóteles y Ptolomeo.

Aristóteles postulaba que los elementos del mundo supralunar eran perfectos e
inmutables, lo que implicaba que sus movimientos también debían ser perfectos y
eternos. Esta concepción, donde el círculo y la esfera eran vistos como formas
perfectas, influyó en las dos leyes fundamentales de la astronomía clásica: que los
cuerpos celestes son esferas perfectas y que se desplazaban en órbitas circulares y
a velocidad constante.

Utilizando observaciones celestes accesibles a siempre vista desde la Tierra y


dichos principios de la física aristotélica, Ptolomeo desarrolló su célebre sistema. En
este modelo, la Tierra ocupaba el centro del universo, con las “estrellas fijas” y los
“planetas” (incluyendo la Luna y el Sol) moviéndose en órbitas circulares y a
velocidad constante alrededor de ella.

Los astrónomos de la época sabían que para calcular la posición de un cuerpo


celeste debían emplear únicamente movimientos circulares y constantes. Esta regla
derivada del paradigma geocéntrico ilustra cómo un compromiso metafísico puede
generar generalizaciones y leyes que orientan la práctica científica.

Este ejemplo histórico subraya cómo los paradigmas no sólo estructuran


teóricamente el conocimiento científico, sino que también moldean activamente la
manera en que se abordan y se resuelven los problemas en una disciplina
determinada.

Anomalía:

El sistema ptolemaico, que dominó la astronomía occidental durante la época,


demostró ser altamente efectivo en la predicción de fenómenos astronómicos como
eclipses y cambios estacionales.

Sin embargo, los astrónomos enfrentaron un desafío significativo con los planetas,
cuyos movimientos aparentemente erráticos contradecían las leyes circulares y
constantes del paradigma ptolemaico. Estos cuerpos celestes, conocidos como
“planetas” por su movimiento errante en el cielo nocturno, mostraban
retrogradaciones periódicas, movimientos parantes de reversa en su trayectoria
observada desde la Tierra.

La incapacidad del paradigma ptolemaico para explicar las retrogradaciones de los


planetas se convirtió en una anomalía dentro del sistema. Kuhn define las
anomalías como rompecabezas persistentes que desafían las explicaciones
proporcionadas por el paradigma vigente, a pesar de los esfuerzos continuos de los
científicos para resolverlos desde dentro del marco conceptual existente.

Ptolomeo introdujo la idea del epiciclo como un intento de


solución: postuló que los planetas seguían órbitas
compuestas, moviéndose en círculos pequeños sobre
órbitas circulares más grandes alrededor de la Tierra. Esta
teoría permitía explicar las retrogradaciones observadas al
introducir complejidades adicionales en el modelo
planetario. Cada discrepancia se resolvía añadiendo
nuevos círculos y movimientos, lo cual eventualmente
condujo a un modelo demasiado complejo.

Los paradigmas pueden coexistir con anomalías:

En contraste con el falsacionismo de Popper, que sostiene que una refutación puede
desacreditar por completo una teoría, Kuhn argumenta que los paradigmas pueden
coexistir con sus propios problemas no resueltos desde el inicio.

Una anomalía no socava automáticamente un paradigma. Se espera que los


científicos puedan resolver el rompecabezas, y la falta de éxito inicial se atribuye
más a las habilidades del investigador que al paradigma mismo. Solo cuando una
anomalía persiste a través de múltiples intentos y adquiere importancia crítica en la
comunidad científica, o cuando surgen múltiples anomalías, el paradigma comienza
a tambalear.

Período de crisis paradigmática

Durante el período de crisis paradigmática, la comunidad científica continúa


operando bajo el influjo del paradigma dominante, pero la confianza en este
comienza a erosionarse. La incapacidad para resolver anomalías significativas lleva
a los científicos a cuestionar los presupuestos fundamentales del paradigma: sus
leyes, sus supuestos metafísicos y las estrategias tradicionales para resolver
problemas.

Los científicos exploran nuevos enfoques y métodos innovadores para enfrentar las
anomalías persistentes. Kuhn llama a estos esfuerzos “ciencia extraordinaria”,
destacando la naturaleza innovadora y disruptiva en comparación con la ciencia
normal regida por el paradigma establecido.
Las crisis paradigmáticas pueden ser prolongadas y no están definidas por un
evento específico, sino por la creciente desconfianza generalizada hacia el
paradigma dominante dentro de la comunidad científica.

Ejemplo de crisis paradigmática:

La transición de un paradigma geocéntrico-ptolemaico al heliocéntrico de Copérnico


marcó un punto crucial en la historia de la astronomía. Las anomalías persistentes,
como las retrogradaciones de los planetas, desafiaban cada vez más las
capacidades explicativas del paradigma ptolemaico.

Copérnico propuso una visión radicalmente diferente: colocó al Sol en el centro del
sistema solar, con la Tierra y otros planetas orbitando a su alrededor. Este cambio
no sólo redefinió nuestra posición en el cosmos, sino que también ofreció una nueva
manera de interpretar fenómenos como las retrogradaciones. Según Copérnico, las
retrogradaciones no eran movimientos reales de los planetas, sino ilusiones ópticas
causadas por el movimiento relativo de la Tierra y los planetas.

El paradigma copernicano implicó un cambio significativo en la explicación de


fenómenos astronómicos. Por ejemplo, las estaciones del año ya no se explicaban
por el acercamiento o alejamiento del Sol como postulaba Ptolomeo, sino por la
inclinación del eje de rotación terrestre con respecto al plano de traslación alrededor
del Sol.

Objeciones hacia el nuevo paradigma:

La transición del paradigma geocéntrico-ptolemaico al heliocéntrico de Copérnico no


fue inmediata ni sin desafíos significativos por parte de la comunidad científica de la
época. A pesar de ofrecer una solución innovadora a problemas como las
retrogradaciones de los planetas, el paradigma copernicano enfrentó diversas
objeciones:

● Una de las objeciones principales de los ptolemaicos se centraba en la


aparente ausencia de percepción del movimiento terrestre. Según el
paradigma copernicano, la Tierra orbitaba alrededor del Sol a una velocidad
considerable. Sin embargo, desde la perspectiva terrestre, no se observa
ningún movimiento evidente. Esto llevó a preguntas sobre por qué no
experimentamos fuerzas o efectos que serían esperados si la Tierra
realmente se moviera tan rápidamente.
● Además, surgió la objeción del paralaje, que cuestionaba por qué no se
observaba un desplazamiento aparente de las estrellas fijas debido al
movimiento orbital de la Tierra. Copérnico abordó este problema postulando
que las estrellas fijas están a una distancia tan vasta que cualquier
desplazamiento sería imperceptible a nuestra vista. Esta explicación, aunque
resultó ser correcta más tarde, en el momento de su propuesta fue
considerada una hipótesis ad hoc, es decir, una solución provisional que no
podía ser verificada empíricamente en ese momento.

Estas objeciones destacan cómo los paradigmas enfrentan desafíos sustanciales


durante los períodos de transición. La comunidad científica no abandonó de
inmediato el paradigma ptolemaico ante la propuesta de Copérnico, ya que este
último enfrentaba dificultades similares para explicar fenómenos y resolver
preguntas.

Crisis del paradigma:

Un paradigma hegemónico solo entra plenamente en crisis cuando los científicos


comienzan a considerar otro paradigma opositor, novedoso como una alternativa
prometedora. Y, sin embargo, pueden pasar muchos años de desarrollo, discusiones
teóricas y procesos experimentales antes de que la crisis paradigmática se resuelva.

En el caso del heliocentrismo, su propuesta inicialmente no fue ampliamente


adoptada ni aceptada por la comunidad científica. Sin embargo, con el tiempo, las
contribuciones de científicos como Galileo Galilei, las observaciones de Tycho y
Sophia Brahe, las leyes astronómicas y físicas de Kepler y Newton, contribuyeron a
la acomulación de evidencia y argumentos en favor del modelo heliocéntrico.

Revolución científica

Kuhn describe las revoluciones científicas como episodios de desarrollo no


acumulativo, donde un paradigma es reemplazado por otro completamente nuevo e
incompatible con el anterior. Esta transición refleja una transformación profunda en
la manera que la comunidad científica entiende y práctica su disciplina.

Transición entre un paradigma y otro:

La crisis de un paradigma comienza cuando los científicos sienten crecientemente


que el paradigma vigente ya no resuelve los problemas dentro de su área de
estudio. Este sentimiento impulsa a la comunidad científica a explicar y adoptar
nuevas formas de abordar esos problemas, conduciendo eventualmente a la
elección entre paradigmas en competencia.

La elección entre estos paradigmas es una elección entre modos de ejercer la


práctica científica que son, en muchos casos, irreconciliables. Los paradigmas
sucesivos no solo son incompatibles, sino también incomparables en términos de
las entidades que consideran y las formas en que entienden su comportamiento.
Los científicos no solo adquieren una teoría nueva, sino también nuevos métodos y
normas para aplicar esa teoría. El cambio a un nuevo paradigma implica que los
científicos comiencen a usar nuevos instrumentos de observación y buscar
información en lugares que antes no consideraban. Durante las revoluciones
científicas, se observan fenómenos nuevos y diferentes, incluso al mirar en lugares
que ya se habían investigado bajo el paradigma anterior.

Kuhn, influenciado por Hanson, sostiene que durante la revolución científica, no solo
se reinterpreta el conjunto de datos existente, sino que la naturaleza de estos datos
cambian. La transición de un paradigma en crisis a uno nuevo implica una
reconstrucción del campo científico desde nuevos fundamentos, alterando tanto las
teorías básicas como los métodos y aplicaciones.

Ejemplo de revolución científica y cambio de paradigma:

Para comprender la revolución científica y el cambio de paradigma en la astronomía


del siglo XVI, es esencial identificar varios hitos históricos que marcaron este
proceso.

Inicialmente, Galileo Galilei fue crucial en la difusión y defensa de las ideas


copernicanas, utilizando el telescopio como herramienta revolucionaria de
observación astronómica. Galileo no sólo popularizó el uso del telescopio, sino que
lo mejoró y utilizó para realizar observaciones que desafiaban las creencias
establecidas:

❖ Observó montañas y cráteres en la Luna, lo que contradecía la idea de que


los cuerpos celestes eran esferas perfectas.
❖ Descubrió que Júpiter tenía sus propias lunas, lo que apoyaba la idea de que
no todos los movimientos astronómicos giraban alrededor de la Tierra.
❖ Observó estrellas que no eran visibles a simple vista, proporcionando
evidencia a favor de la teoría de Copérnico de que las estrellas estaban
mucho más lejos de lo que se había pensado, corroborando la hipótesis ad
hoc sobre el paralaje estelar.

Aún así, los defensores del paradigma ptolemaico cuestionaron la fiabilidad del
telescopio como instrumento y señalaron los problemas aún sin resolver del modelo
copernicano. También persistían objeciones físicas, como la percepción de que si la
Tierra se movía, deberíamos sentir algún tipo de desplazamiento o que las
constelaciones deberían desintegrarse debido al paralaje.

Frente a estas objeciones, los aportes de Kepler, Galileo y Newton pueden


organizarse en tres grandes hitos que redefinieron la astronomía y la física de la
época:
● Física inercial (Galileo Galilei): introdujo el concepto de inercia, que
revolucionó la comprensión del movimiento. En contraste con la física
aristotélica, que sostenían que los objetos tendían a moverse hacia sus
“lugares naturales” y requerían una fuerza constante para mantener el
movimiento, Galileo propuso que los objetos en movimiento tienden a
continuar moviéndose a menos que una fuerza externa actúe sobre ellos.
Este concepto explicaba por qué no salimos disparados de la Tierra mientras
rota y orbita el Sol. El movimiento es relativo y todos los objetos en un
sistema de movimiento comparten ese movimiento inercial. Por ejemplo, al
saltar de un tren en movimiento no caemos más atrás, porque nos movemos
con el tren.
● Tres leyes de movimiento planetario (Kepler): transformó la astronomía al
introducir sus tres leyes que rompieron con la tradición de movimientos
circulares y a velocidad constante:
○ Primera ley (ley de las órbitas elípticas): postuló que los planetas se
mueven en órbitas elípticas alrededor del Sol, con el Sol situado en
uno de los focos de la elipse. Esta ley eliminó la necesidad de epiciclos
complejos para explicar las órbitas planetarias.
○ Segunda ley (ley de las áreas iguales): descubrió que los planetas
barren áreas iguales en tiempos iguales durante su órbita. Esto implica
que los planetas se mueven más rápido cuando están más cerca del
Sol y más lentamente cuando están más lejos. Esto contradice la
suposición de velocidad constante.
○ Tercera ley (ley de los períodos): estableció que el cuadrado del
período orbital de un planeta es proporcional al cubo de la distancia
promedio del planeta al Sol. Esta relación matemática precisa explicó
cómo la distancia de un planeta al Sol afecta el tiempo que tarda en
completar su órbita.
● Ley gravitacional (Newton): formuló que todos los objetos en el universo
ejercen una fuerza gravitacional sobre cada uno, que es proporcional a sus
masas y disminuye con el cuadrado de la distancia entre ellos. Esta ley
explicó no sólo las tres leyes de Kepler, sino también el comportamiento de
todos los cuerpos celestes. Integró la física inercial de Galileo y la astronomía
de Kepler en un marco teórico unificado, mostrando que los mismos
principios físicos que rigen el movimiento de los planetas también se aplican
a los objetos en la Tierra.

El progreso de la ciencia según Kuhn:

Kuhn no suscribe a la idea de que el paradigma copernicano sea más verdadero


que el ptolemaico o que Kepler nos haya acercado al conocimiento definitivo y
objetivo al demostrar la falsedad de Ptolomeo. Según Kuhn, la ciencia progresa
modificándose y desarrollándose a lo largo de la historia, tanto en periodos de
ciencia normal como en transiciones paradigmáticas.
Dado que ningún paradigma puede ser refutado completamente y convive con
casos refutatorios, Kuhn no habla de un progreso lineal hacia la verdad o una
acumulación progresiva de conocimiento. En lugar de eso, enfatiza que el desarrollo
científico surge desde compromisos adoptados por comunidades científicas en
momentos específicos. Los paradigmas no se abandonan porque sean refutados o
falsificados.

Durante una revolución científica, un paradigma en crisis es reemplazado por otro


que se percibe como más fructífero y prometedor, no porque sea más verdadero en
un sentido absoluto, sino porque ofrece soluciones a los problemas existentes.

Kuhn distingue dos tipos de cambios en el desarrollo científico de los paradigmas:

❖ Cambios conservadores: ocurren dentro de un paradigma e implican


modificaciones menores, compatibles con sus presupuestos teóricos,
metafísicos e instrumentales.
❖ Cambios revolucionarios: son teóricamente radicales y conllevan el
reemplazo completo de un paradigma por otro.
Inconmensurabilidad:

Kuhn argumenta que, en última instancia, los paradigmas son inconmensurables.


Esto significa que no existe una base neutral y objetiva desde la cual se puedan
comparar dos o más paradigmas en disputa. Tanto las observaciones empíricas
como los enunciados descriptivos que utilizan los científicos están intrínsecamente
cargados de compromisos teóricos.

El problema de la inconmensurabilidad se extiende más allá del uso de instrumentos


específicos, como el telescopio de Galileo del cual los astrónomos ptolemaicos
pusieron mucha resistencia. Incluso las observaciones a simple vista están
influenciadas por los compromisos teóricos del observador. Como es el ejemplo de
Brahe y Kepler que observan el amanecer de manera distinta aun con “el ojo al
desnudo”. Ambos observan el mismo fenómeno, pero interpretan lo que ven de
acuerdo con los preceptos de sus respectivos paradigmas, y esto ocurre sin el uso
de ningún instrumento.

Todas las observaciones científicas presuponen las pautas de algún paradigma.


Dado que toda práctica científica se desarrolla bajo un paradigma específico, no es
posible realizar observaciones completamente objetivas y neutrales.

Cuando se comparan paradigmas, esto se hace generalmente desde la perspectiva


de uno de los paradigmas en cuestión. No existe una base imparcial desde la cual
comparar paradigmas.

Elección de un paradigma:

Kuhn argumenta que la competencia entre paradigmas no puede resolverse


simplemente a través de la observación o pruebas experimentales. Los defensores
de paradigmas rivales a menudo no logran convencer a los demás debido a que
cada grupo tiene sus propias asunciones no empíricas que el otro no acepta. Los
científicos no están de acuerdo sobre qué problemas resolver, qué reglas seguir ni
qué explicaciones son satisfactorias.

Para que los científicos de paradigmas distintos se comuniquen, deben aprender a


ver el mundo desde la perspectiva del nuevo paradigma, lo que implica una
conversión profunda que no puede forzarse por la lógica o la evidencia neutral.

Los científicos pueden ser persuadidos para abandonar un paradigma en favor de


uno nuevo, a través de algunos factores claves:

● La capacidad del nuevo paradigma para resolver de manera más eficaz los
problemas que llevaron al antiguo paradigma a su crisis. Si el nuevo
paradigma ofrece una mayor precisión cuantitativa o la capacidad de predecir
fenómenos que antes eran inesperados, es probable que gane más
seguidores.
● Además, hay consideraciones más sutiles y rara vez articuladas
explícitamente que también juegan un papel en la conversión de los
científicos. Estas incluyen aspectos estéticos y el sentido de lo apropiado; los
investigadores pueden encontrar que la nueva teoría es más clara, más
elegante o más sencilla que la antigua. Estos factores subjetivos y estéticos
pueden ser tan influyentes como los argumentos empíricos.

Objeciones hacia Kuhn y los factores subjetivos:

Se cuestiona a la teoría de Kuhn, cómo los científicos pueden decidir un paradigma


si son inconmensurables y cómo las revoluciones científicas no dependen de
experimentos cruciales o descubrimientos importantes, sino de la “confianza” que
generan las nuevas propuestas paradigmáticas.

Desde un enfoque lógico esto plantea problemas, ya que podría interpretarse que
las revoluciones científicas no se justifican adecuadamente en términos de verdad o
conocimiento objetivo. Los factores subjetivos como la popularidad de una teoría, la
fe en un paradigma o la influencia de la comunidad científica, e incluso aspectos
psicológicos como la conformidad grupal, podrían estar impulsando el cambio
paradigmático.

Esto plantea interrogantes sobre si es suficiente que unos pocos científicos


prestigiosos promuevan un paradigma para que los jóvenes científicos lo adopten,
sugiriendo una visión del desarrollo científico que podría considerarse
“anticientífica”.

Kuhn responde a estas objeciones distinguiendo entre dos tipos de motivaciones


que influyen en la adopción de paradigmas: las motivaciones epistémicas y las no
epistémicas.

Motivaciones no epistémicas:

Los factores no relacionados directamente con la práctica científica pueden tener un


rol importante en la adopción o abandono de un paradigma.

Por ejemplo, Kepler adoptó la teoría heliocéntrica no sólo por su precisión


matemática y coherencia interna, sino también por motivaciones más personales y
filosóficas. Kepler vio en el heliocentrismo una simplicidad y elegancia que le
pareció más acorde con sus creencias metafísicas y estéticas. Otro ejemplo es
Galileo que desempeñó un papel crucial en la promoción del paradigma copernicano
al presentar evidencia empírica obtenida con el telescopio, pero también mediante la
persuasión de figuras prominentes en la política y la cultura de la época. La
influencia social y política, así como la aceptación por parte de autoridades no
científicas, ejercieron presiones significativas en la adopción y aceptación del
heliocentrismo frente al ptolemaico.

Algunos casos de este tipo de valoraciones:

❖ Bondades de la popularidad o de la tradición: “es bueno innovar” “es bueno


preservar la tradición”
❖ Aprobación de cierto paradigma por parte de figuras prominentes que no son
de la disciplina en cuestión: “se deben defender las concepciones promovidas
por personas poderosas”
❖ Asociación de una idea novedosa con algo peligroso o revolucionario: “no se
deben adoptar teorías que pongan en riesgo la vida social” “se deben adoptar
las teorías que permitan transformar la sociedad”. Un ejemplo es cuando el
paradigma ptolemaico entra en crisis en Europa, durante el comienzo del
Renacimiento, en el cual los intelectuales de diversas áreas buscaron
desafiar activamente los presupuestos heredados por la tradición eclesiástica
medieval.

Motivaciones epistémicas:

Son consideraciones internas a la práctica científica, como la precisión, la


consistencia y la capacidad predictiva de los paradigmas. Los valores cognitivos
presupuestos por una determinada matriz disciplinar constituyen apreciaciones
metateóricas que guían la preferencia de los científicos por teorías que pueden
explicar fenómenos de manera precisa y unificada.

Los valores cognitivos brindan herramientas para comparar paradigmas:

❖ La simplicidad y elegancia de las explicaciones teóricas: los científicos suelen


apreciar las teorías nuevas que son capaces de explicar y predecir, de
manera precisa y replicable, fenómenos que sus teorías rivales no pudieron
abordar o propuestas novedosas que parecen integrar y unificar fenómenos
que antes se consideraban inconexos, como los aportes de Kepler y Newton
que lograron ofrecer una explicación matemática precisa y cualitativamente
sencilla.
❖ La adecuación empírica: la capacidad del paradigma para articular sus
afirmaciones con la naturaleza.

Diferenciación con la concepción heredada:

► Para Kuhn, la decisión entre paradigmas científicos no es un proceso mecánico


como lo propone la epistemología clásica, basada en la contrastación de hipótesis.
En lugar de seguir reglas universales e independientes del investigador y del
contexto sociohistórico, los científicos eligen entre paradigmas en disputa guiados
por valoraciones que pueden interpretar de maneras diversas o aplicar de forma
distinta.

► Kuhn incorpora elementos que la epistemología clásica ignora deliberadamente


al reconocer que las decisiones teóricas están influenciadas por enunciados
normativos. Estos enunciados expresan lo que es moral o cognitivamente bueno o
deseable, sin describir precisamente situaciones del mundo real ni derivar
consecuencias observacionales.

Por ejemplo, el valor cognitivo de elegir la teoría más simple o predictiva no siempre
guía las decisiones científicas, estas valoraciones, como todos los enunciados
normativos, no describen situaciones que suceden de hecho, más bien prescriben lo
que es bueno o deseable. No siempre los científicos eligen las teorías más simples
o predictivas.

A diferencia de los enunciados descriptivos, que se fundamentan en hechos


empíricos, los enunciados normativos establecen cómo debería ser el mundo desde
el lenguaje. Invirtiendo la dirección de fundamentación de las proposiciones
empíricas, donde los hechos motivan la verdad de los enunciados informativos,
mientras que en los enunciados normativos es el lenguaje el que prescribe cómo
debe ser el mundo.
CAPÍTULO 6

Imre Lakatos

Imre Lakatos, al igual que Kuhn, sostiene que el desarrollo científico se da mediante
la competencia entre enfoques rivales. Sin embargo, a diferencia de Kuhn, Lakatos
enfatiza en criterios racionales objetivos para decidir cuándo una teoría es superior
a otra.

Combina elementos históricos con el racionalismo del falsacionismo popperiano.


Critica a Kuhn por incorporar elementos como la fe o la psicología de masas en sus
explicaciones sobre las revoluciones científicas.

Lakatos propone que la ciencia avanza mediante la falsación de teorías, donde


aquellas con mayor contenido empírico refutan a las más antiguas, siguiendo un
sofisticado falsacionismo de programas de investigación.

El falsacionismo sofisticado de Lakatos

Diferencias con el falsacionismo de Popper:

Lakatos critica el criterio de falsacionismo de Popper, argumentando que muchas


teorías científicas aceptadas no pueden ser falsadas mediante la deducción de
consecuencias observacionales.

Por ejemplo, la física newtoniana no prohíbe estados de hechos observables


específicos y no permite deducciones empíricas que la refuten directamente. Un
científico newtoniano al observar un movimiento planetario anómalo, en lugar de
abandonar la teoría, podría postular hipótesis ad hoc, como la existencia de un
cuerpo celeste perturbador no observable.

Muchas teorías científicas persisten a pesar de enfrentarse a predicciones erróneas


o la incapacidad de explicar fenómenos relevantes, una situación que, según
Popper, debería llevar al abandono de la teoría.

Esto refleja un punto de acuerdo con Kuhn, quien también observó que las
comunidades científicas mantienen teorías incluso frente a aparentes refutaciones.

Programas de investigación científica (PIC):

Lakatos propone un enfoque alternativo al falsacionismo de Popper, argumentando


que la falsación debe entenderse como una competencia entre programas de
investigación científica (PIC) en lugar de una simple contradicción entre una
hipótesis y un enunciado observacional.

Los PIC están compuestos por:

● Núcleo firme: son las principales tesis que definen el programa y que no
pueden ser modificadas sin abandonar la teoría. Por ejemplo, en el programa
ptolemaico, la afirmación de que la Tierra está inmovil en el centro del
sistema solar es una tesis nuclear.
● Cinturón de supuestos auxiliares: cada programa de investigación está
protegido por un cinturón de supuestos auxiliares. Estos supuestos auxiliares
son flexibles y pueden ser modificados para explicar inconsistencias con las
predicciones observacionales sin poner en riesgo el núcleo firme. Es decir,
posee una doble función; por un lado dota de contenido empírico a las
hipótesis nucleares por medio de la derivación de consecuencias
observacionales, y por otro, proteger al núcleo.

Este enfoque permite a Lakatos argumentar que la ciencia avanza no sólo a través
de la falsación de teorías individuales, sino a través de la competencia y el
refinamiento de PIC que pueden adaptarse y evolucionar en respuesta a la
evidencia empírica y las críticas.

Construcción y defensa de los PIC:

Lakatos desarrolla dos heurísticas que guían a los científicos en la construcción y


defensa de sus PIC:

● Heurística positiva: esta estrategia insta a los científicos a enriquecer el


cinturón protector con supuestos auxiliares que permitan derivar la mayor
cantidad posible de consecuencias observacionales. Se busca ampliar el
contenido empírico del PIC para fortalecer sus fundamentos y capacidad
predictiva.
● Heurística negativa: cuando alguna predicción derivada mediante la
heurística positiva entra en conflicto con las afirmaciones nucleares del
programa (las tesis que definen el núcleo firme), la heurística negativa
recomienda no modificar las tesis nucleares, sino revisar y ajustar las
hipótesis auxiliares del cinturón protector. Esto implica utilizar hipótesis ad
hoc que puedan explicar la discrepancia y salvar la tesis central.

Por ejemplo; si las mediciones del paralaje parecen refutar el PIC copernicano, la
heurística negativa indicará retener la tesis central del heliocentrismo y
responsabilizar por el resultado de la falsación a alguna de las hipótesis auxiliares.
Luego, la hipótesis positiva recomendará a los investigadores proponer nuevas
hipótesis auxiliares que resguarden el PIC de este tipo de falsaciones, como hizo
Copérnico al sostener que la lejanía de las estrellas impedía que los instrumentos
de la época pudiesen registrar al paralaje.

Estados de los PIC:

Lakatos distingue entre dos estados de los PIC (progresivo y regresivo):

● Estado progresivo: un PIC se considera progresivo cuando es capaz de


generar nuevas y sorprendentes predicciones que pueden ser verificadas
empíricamente. Estas predicciones permiten corroborar las hipótesis
nucleares del programa, enriqueciendo su contenido empírico y fortaleciendo
su validez científica.
● Estado regresivo: un PIC entra en un estado regresivo cuando las
predicciones no se cumplen y la única forma de mantener la coherencia
teórica es mediante la introducción continua de modificaciones ad hoc en los
supuestos auxiliares del cinturón protector. Esto implica que el programa no
logra incrementar su contenido empírico de manera significativa y enfrenta
dificultades para adaptarse a nuevas observaciones sin comprometer sus
tesis nucleares.

Un ejemplo de estado regresivo es el enfoque ptolemaico antes del surgimiento del


modelo heliocéntrico de Copérnico: cada discrepancia entre las observaciones y las
predicciones del modelo ptolemaico se resolvía mediante la adición de nuevos
epiciclos. Este refleja una estrategia de ajuste ad hoc que mantenía la estructura
teórica básica intacta pero sin generar nuevas predicciones significativas ni ampliar
el contenido empírico del modelo.

Cambio científico:

Para Lakatos el cambio científico no se produce por la crisis de un paradigma como


sostiene Kuhn, en cambio, afirma que este cambio se produce por medio de una
evaluación comparativa racional entre PIC.

Cuando un PIC se vuelve regresivo surge un nuevo programa progresivo que puede
resolver los problemas del regresivo, y así los científicos tienen a adoptar
masivamente el nuevo enfoque. Esto proporciona una explicación más racional del
cambio científico en comparación con la noción de revolución científica de Kuhn,
que depende más de factores psicológicos y sociales.

A diferencia de los paradigmas kuhnianos, que según Kuhn son inconmensurables,


los PIC son comparables y pueden falsarse unos a otros. Los nuevos PIC pueden
refutar a los más antiguos si poseen un mayor contenido empírico corroborado, es
decir, si pueden predecir nuevos hechos que no podrían explicarse bajo el programa
anterior.

Los científicos eligen racionalmente entre los programas de investigación. La ciencia


avanza cuando un nuevo PIC (P') cumple con tres condiciones respecto a un PIC
más antiguo (P):

➔ P' tiene un mayor contenido empírico que P, es decir, predice nuevos hechos
incomprobables bajo P.
➔ P' es capaz de explicar el éxito previo de P, integrando el contenido no
refutado de P.
➔ Parte del contenido empírico adicional de P' (las nuevas predicciones y
observaciones) está corroborado.

Evolución de los PIC:

Lakatos presenta una visión matizada sobre la evolución de los PIC, distanciándose
tanto de la vista de Popper como la de Kuhn:

● Los PIC no ofrecen una racionalidad instantánea: aunque la heurística


negativa protege el núcleo firme, estos PIC pueden volverse regresivos con el
tiempo, sin ser estrictamente refutados sino simplemente abandonados. La
comunidad científica puede tardar años en reconocer que un PIC se ha vuelto
regresivo.
● Combina análisis lógico e historicista: busca integrar elementos del análisis
lógico característico de la concepción heredada con los enfoques historicistas
de Kuhn. Aun así, hace críticas a ambos enfoques; la práctica científica real
contradice algunas posturas del falsacionismo de Popper y critica la
explicación “irracional” y “mitológica” que ofrece Kuhn.
Enfoque clásico Thomas Kuhn Imre Lakatos
Concepto clave: teorías verificables y Concepto clave: paradigmas. Concepto clave: PIC.
falsables.

Teoría: conjunto de proposiciones Paradigma: marco conceptual que PIC: serie de teorías compuestas por
verificables y coherentes. guía la investigación. un núcleo firme y un cinturón de
hipótesis auxiliares.

Desarrollo científico: cambio gradual Desarrollo científico: alternancia entre Desarrollo científico: acumulación
y acumulativo basado en la períodos de ciencia normal y progresiva. Transición entre PIC
verificación y falsación. revoluciones científicas. progresivos y regresivos.

No considera la inconmensurabilidad, Los paradigmas son Los PIC son compatibles en términos
las teorías se pueden comparar y inconmensurables. de contenido empírico y éxito
evaluar de manera objetiva. explicativo.

Cambio de teoría: basado en criterios Cambio de paradigmas: influenciado Cambio de PIC: basado en una
lógicos y empíricos objetivos. por factores epistémicos y no evaluación comparativa racional entre
epistémicos (factores sociales, PIC.
psicológicos).

Las teorías deben ser abandonadas Las teorías dentro de un paradigma Un PIC se protege del abandono
si son falsadas. son defendidas hasta que la crisis se mediante la modificación del cinturón
vuelve insostenible. de hipótesis auxiliares.

Naturaleza del conocimiento Naturaleza del conocimiento Naturaleza del conocimiento


científico: objetivo y acumulativo. científico: contextual y sujeto a científico: acumulativo y progresivo
cambios radicales. mediante la evolución de PIC.
Capítulo 7

Presentación.

En la primera
parte del libro vimos que la epistemología clásica defiende que la característica principal de
la investigación científica está dada por la forma en que los científicos (individualmente)
ponen a prueba sus hipótesis. La concepción clásica distingue al menos dos momentos
en la investigación: una etapa en la cual al científico se le ocurre una nueva hipótesis, y el
momento en el que la pone a prueba. Más allá de que existen importantes diferencias entre
autores como Hempel y Popper, ambos acuerdan en que lo que en última instancia
determina que una hipótesis se descarte o acepte es que se den ciertas relaciones lógicas
entre enunciados descriptivos o proposiciones.

Podría afirmarse, entonces, que la concepción clásica realiza un énfasis en la racionalidad


de la puesta a prueba de hipótesis, en tanto que en este proceso solamente intervienen la
lógica y la evidencia empírica.

En la segunda parte vimos que los enfoques historicistas proponen que los factores lógicos
no son tan importantes como defiende el enfoque clásico. La asimetría lógica entre
confirmación y falsación muestra que solo se pueden hacer inferencias válidas al descartar
hipótesis. El holismo de la contrastación indica que las hipótesis se evalúan en conjunto con
supuestos auxiliares, y si alguno de estos supuestos es falso, podría parecer que una
hipótesis correcta ha sido falsada. Por lo tanto, es racional para un científico intentar salvar
una hipótesis de la falsación. La lógica y la evidencia empírica por sí solas no permiten
asegurar la verdad o falsedad de una hipótesis científica. El desarrollo científico implica la
evaluación de entramados de hipótesis más complejos y la competencia entre teorías
distintas.

De esta manera, podemos afirmar que el científico, para la epistemología historicista, es un


sujeto situado históricamente. Pero además, para la concepción historicista, la competencia
entre distintas teorías científicas suele darse en un período extenso de tiempo.

En esta parte del libro se explora una perspectiva epistemológica conocida como filosofía
política de la ciencia o epistemología social. Esta perspectiva considera a los científicos
como sujetos políticos y reconoce que no dejan sus valores personales fuera del laboratorio.
Se agrupan en esta perspectiva enfoques como la epistemología feminista y la sociología
de la ciencia, que destacan la influencia de los valores en la investigación científica.

Según esta perspectiva, al elegir entre teorías alternativas, los científicos no solo se basan
en valores epistémicos (relacionados con el conocimiento), sino también en valores no
epistémicos, como los valores políticos y los valores institucionales o de género. Esto
implica que los científicos no son objetivos y neutrales, sino que su visión del mundo está
influenciada por sus conocimientos y valoraciones personales.

● La filosofía política de la ciencia y sus críticas


a la visión clásica y a la historicista.
La filosofía política de la ciencia cuestiona que existe una dicotomía clara entre las
descripciones de hechos y los valores.El análisis del contexto de justificación que ofrece la
concepción heredada presupone que es posible diferenciar entre enunciados descriptivos (
“Las plantas utilizan luz solar para desarrollarse”) y enunciados normativos (“Se debe
proteger el medioambiente”). Mientras los enunciados descriptivos informan acerca de
situaciones comprobables empíricamente, las valoraciones constituyen expresiones de
deseo, consideran ciertas situaciones como buenas o malas, por lo que no se corresponden
con un estado de cosas en el mundo.

Según la distinción tradicional entre hechos y valores, los enunciados que expresan hechos
pueden considerarse verdaderos o falsos, los valores se expresan en oraciones del
discurso normativo o directivo y prescriben hechos. Los valores intentan regular el
comportamiento de las personas para que se produzca alguna situación que se considera
buena, deseable, conveniente, etcétera. La verdad se fundamenta en el hecho. En el caso
de los valores, va del lenguaje al mundo, porque el enunciado normativo pretende cambiar
lo que sucede, determinando qué es deseable o valioso. Por medio del enunciado “Se debe
utilizar el agua racionalmente” se intenta valorar el consumo medido de agua y con ello
lograr que las personas no la desperdicien.

La concepción heredada de la puesta a prueba de hipótesis y la estructura de las teorías


científicas se basa en enunciados descriptivos. Los científicos formulan hipótesis que
postulan una correlación entre entidades o propiedades del mundo empírico. A partir de
estas hipótesis, se derivan implicaciones contrastadoras, es decir, enunciados descriptivos
de menor nivel, que permiten decidir si la hipótesis debe ser aceptada o rechazada. Una vez
que la hipótesis se confirma (Hempel) o corrobora (Popper) pasa a conformar una teoría
científica. De modo que ni en la contrastación y teorías científicas hay lugar para
enunciados normativos. Para la concepción heredada, los científicos únicamente utilizan
enunciados descriptivos al evaluar y desarrollar el conocimiento científico, ya que su único
interés es ofrecer una descripción adecuada del mundo.

Esto tiene consecuencias importantes para la investigación científica. En “La ciencia y los
valores humanos”, Hempel defiende que la ciencia puede ayudarnos a lograr objetivos, pero
no puede determinar qué es moralmente valioso y qué no. La ciencia nos puede brindar
herramientas para, por ejemplo, asistir la muerte de una persona que padece una
enfermedad terminal. Pero el conocimiento científico no es capaz de determinar si es
inmoral o no. Para los filósofos clásicos, que los enunciados descriptivos y los enunciados
normativos no se mezclen entre sí en el transcurso de la investigación científica garantiza
cierta imparcialidad por parte de la ciencia: el científico describe lo que percibe, no enuncia
lo que desearía que suceda.

La filosofía política de la ciencia sostiene que este ideal de investigador desprejuiciado e


imparcial, estrictamente “descriptivista”, raramente se satisface en la investigación científica.
En primer lugar porque, en sintonía con lo que defiende el enfoque historicista, los
científicos utilizan valoraciones epistémicas al escoger entre distintas teorías.. En segundo
lugar, porque la observación no solamente se encuentra influida por la teoría -como sostiene
Hanson (1958)-, sino que también se encuentra influenciada por valoraciones. El científico
ve y reporta lo que la teoría le dice y, debido a ello, los enunciados que utilice para describir
lo que percibe utilizarán términos y conceptos que se encuentran disponibles en la teoría
que guía la observación.

Kuhn retoma los aportes de Hanson para dar fundamento a la inconmensurabilidad de los
paradigmas: los científicos que trabajan en paradigmas distintos y que, asumen distintas
teorías, ven el mundo de manera diferente. La observación, por sí sola, no permite decidir
entre teorías. Allí es donde los investigadores pueden acudir a los valores cognitivos para
decidir qué teoría escoger. Cuando hay dos teorías que pueden explicar fenómenos
importantes para la comunidad científica, generalmente se elige la teoría que sea más
simple, elegante, capaz de unir fenómenos que antes se consideraban sin conexión y que
tenga una mayor capacidad explicativa.

Las epistemólogas feministas argumentan que existe una carga teórica en la observación,
también una carga valorativa, que involucra valores cognitivos y no cognitivos,
propios del contexto político-social más amplio en el que se forman los investigadores.
En este sentido, la filosofía política de la ciencia da un paso más que el enfoque historicista:
los científicos se ven influidos por sus teorías y su formación científica, también por su
propia cultura y socialización. Los científicos forman parte de una organización social
jerárquica, en la que algunas personas poseen más poder que otros y ciertas actividades
se valoran más que otras. Estas valoraciones forman parte del bagaje conceptual de
trasfondo con el que un investigador hace ciencia, y que difícilmente pueda dejar de lado.Al
realizar observaciones los científicos ponen en juego las teorías y valoraciones cognitivas,
además por ciertas valoraciones no cognitivas.

Epistemólogas y científicas como Nancy Tuana, Emily Martin y Sarah Hrdy muestran que
muchas de las supuestas descripciones de fenómenos naturales, en realidad se
encuentran cargadas de teoría, y de valores de sexo-género. Para describir los hechos se
utilizan términos teóricos y términos que tienen componentes valorativos - cuando se afirma
“Las mujeres contienen óvulos” para describir un fenómeno que se concibe como
pasivo en contraposición con “Los hombres producen espermatozoides”- para representar
un proceso que se considera activo. A los términos que poseen tanto componentes
descriptivos como normativos,Hilary Putnam (2002 [2004]) los denomina conceptos
éticamente densos. Su aparición en pretendidas “descripciones” científicas en gran me-
dida desafía la dicotomía entre hechos y valores presupuesta por la epistemología clásica.
Este filósofo sostiene que, más que una dicotomía, existe una imbricación entre hechos y
valores.

Los valores contextuales también tienen influencia en la manera en que ponen a prueba sus
hipótesis. No es posible evaluar una hipótesis de manera aislada, dado que para poder
deducir implicaciones contrastadoras se requiere la aceptación de una serie de supuestos
auxiliares. La epistemóloga feminista Helen Longino (1990) argumenta que entre esos
supuestos auxiliares o conocimiento de trasfondo, muchas veces se encuentran
involucradas valoraciones sociales de distintos tipos.

Al sostener que los hechos y los valores se encuentran imbricados y que pueden formar
parte del bagaje conceptual de trasfondo que permite formular o evaluar una hipótesis o
teoría científica, la filosofía política de la ciencia cuestiona la dicotomía entre hechos y
valores, también la idea tradicional de la autonomía y la integridad de la ciencia.
De acuerdo con la tesis de la autonomía de la ciencia, la investigación se desarrolla sin
verse afectada, es impulsada por sus propias fuerzas internas.
Por otro lado, según la tesis de la integridad de la ciencia, las prácticas internas de la
ciencia -observación, experimentación, construcción de teorías- no se encuentran influidas
por valores contextuales. Longino (1990) critica la epistemología clásica por ignorar que la
ciencia es una actividad colaborativa influenciada por su contexto social y político.
Argumenta que la dependencia de la financiación de corporaciones y gobiernos hace que la
ciencia sea vulnerable a los intereses de estas instituciones. La investigación científica tiene
objetivos y criterios de éxito que están determinados por su organización social y su
interacción con el contexto en el que se desarrolla.

Para esta autora la objetividad ya no es concebida a la manera del enfoque clásico, como
una relación entre la evidencia empírica y la teoría, sino más bien como una propiedad de
los procedimientos científicos mismos, la posibilidad de reproducir las situaciones
experimentales que dan apoyo a las teorías, etcétera, que justamente se caracterizan por
ser sociales y colectivos antes que individuales. la filosofía política de la ciencia da una
vuelta de tuerca a la idea historicista de que la elección teórica es un proceso
social y colectivo antes que individual. La dinámica interna de la ciencia requiere interacción
con valores externos a la ciencia y, a su vez, el establecimiento de esas teorías científicas
supone arribar a un consenso respecto de las relaciones evidenciales y del conocimiento de
trasfondo cargado de valores.
IPC CAPÍTULO 8
Helen Longino, (La ciencia como conocimiento social)
 propone un enfoque del conocimiento y razonamiento científicos que integra la
ideología y los valores con la evidencia y la lógica tradicionales. Longino argumenta que
el contenido y las prácticas científicas interactúan dinámicamente con las necesidades
y valores sociales, y que la lógica y estructuras cognitivas de la investigación científica
requieren dicha interacción. Para Longino, el desarrollo del conocimiento es un
proceso social más que individual, y este carácter social del conocimiento científico lo
hace tanto protegido como vulnerable a los valores e intereses sociales y políticos. La
investigación científica es una empresa colectiva en la que las teorías se legitiman a
través de procesos críticos que implican una interacción dinámica entre datos
observacionales, experimentales y creencias subsidiarias, o "asunciones de trasfondo".

 Longino sostiene que estas asunciones contextuales son esenciales tanto para la
contrastación como para la formulación de hipótesis, haciendo que la investigación
científica sea permeable a valores externos. El razonamiento contrastador, ya sea
cotidiano o científico, es contexto-dependiente y se basa en creencias que no se
cuestionan en la prueba y que a menudo implican valoraciones externas a la ciencia.

 En muchos casos, las hipótesis científicas se refieren a procesos subyacentes con


términos como átomos, neutrones, quarks, pero la evidencia empírica se basa en
afirmaciones sobre cámaras de nube, espectroscopía, etc. Hempel señala que no es
posible derivar nuevas hipótesis generales a partir de enunciados observacionales
debido a la diferencia en los conceptos utilizados. Longino destaca que esta situación
también afecta el análisis de la confirmación de Hempel, ya que las hipótesis sobre la
teoría atómica no están respaldadas por evidencia directa de átomos, sino por
afirmaciones con términos diferentes.

 Longino argumenta que hay una brecha lógica entre las hipótesis y sus implicaciones
contrastadoras, y que los supuestos auxiliares o creencias de trasfondo son necesarios
para mostrar por qué ciertos datos apoyan una hipótesis. Estos supuestos pueden
expresar o motivar valores contextuales y afectar las descripciones de ciertos
fenómenos.

 Las relaciones evidenciales no son autónomas, sino dependientes del contexto


sociohistórico en el que los científicos consensúan que cierta evidencia apoya una
hipótesis a la luz de creencias de trasfondo compartidas. Por ejemplo, la observación
de un espermatozoide bajo un microscopio o el nivel de mercurio en un tubo no señala
por sí sola una hipótesis específica. La relación entre una evidencia y una hipótesis
depende de las creencias respecto a su conexión evidencial.

 Un ejemplo histórico es la creencia de que los espermatozoides en el líquido seminal


masculino demostraban que los hombres eran los únicos responsables de la forma
humana en la reproducción, basada en el preformismo y en presupuestos sexistas.
Estos valores obstaculizaron el estudio de las funciones de las gametas femeninas. Hoy
sabemos que tanto el espermatozoide como el óvulo son esenciales para la
reproducción, y el desarrollo embrionario no es solo cuantitativo.
 Longino señala que las descripciones de un objeto o situación pueden variar según el
punto de vista y el objetivo del observador. Por ejemplo, las descripciones del
movimiento del Sol pueden apoyar tanto el geocentrismo como el heliocentrismo,
dependiendo de los supuestos de trasfondo.

 Para Longino, las relaciones evidenciales son contextuales y dependen de las


asunciones de trasfondo. Esto implica que la corroboración de una hipótesis no puede
eliminar los supuestos auxiliares ni las valoraciones contextuales.

 Reconocer la influencia del conocimiento de trasfondo y las valoraciones contextuales


no niega la objetividad científica, pero implica reconsiderar su concepción. La
objetividad, para Longino, es un proceso en la actividad científica, no un producto. La
objetividad se alcanza mediante métodos y procedimientos no arbitrarios ni subjetivos,
y se valida intersubjetivamente a través de la replicabilidad de experimentos y la
revisión por pares. La objetividad es un proceso comunitario que asegura que las
hipótesis aceptadas no reflejen asunciones idiosincrásicas de individuos.

 La objetividad no garantiza la verdad de una teoría, sino que refleja el consenso crítico
de la comunidad científica. La objetividad es gradual, y algunas teorías son más
objetivas que otras según los procedimientos de validación seguidos.
Capítulo 9.

La influencia de los valores


de sexo-género en la
investigación científica: la epistemología feminista
de Elizabeth Anderson.

Elizabeth Anderson, una epistemóloga feminista, coincide con Longino en que la


investigación científica es una práctica social, ya que la evidencia debe ser accesible y
replicable públicamente. Los científicos confían en las teorías y herramientas diseñadas por
otros, así como en los estudios y testimonios de otros investigadores. Debido a esto, las
teorías producidas en este contexto estarán influenciadas por las relaciones sociales de los
investigadores.
Las concepciones culturales sobre las características de los sexos también influirán en las
investigaciones científicas. Reconocer esta influencia no significa eliminarla por completo,
ya que los científicos no pueden dejar de ser sujetos políticos durante sus investigaciones.
Sin embargo, al garantizar la diversidad y equidad entre investigadores, se pueden revisar y
confrontar los valores y sesgos individuales con los de los demás, lo que ayuda a minimizar
su impacto en la investigación.

La filosofía política de la ciencia o epistemología social se centra en investigar cómo los


factores sociopolíticos específicos influyen en la producción de conocimiento científico. Esta
perspectiva plantea preguntas como quién participa en la investigación, quién escucha a
quién, cómo se distribuye el prestigio y cuáles son las condiciones económicas y políticas
en las que se lleva a cabo la investigación.

La epistemología social también defiende la importancia de analizar cómo las


construcciones sociales de sexo-género afectan la producción científica. Por ejemplo, se
busca entender cómo la ausencia de mujeres en la investigación puede influir en la
dirección y el contenido de los estudios en diferentes campos.

La epistemología feminista ha permitido identificar al menos cuatro formas en las que el


sexo-género influye en el contenido y las prácticas científicas, según Anderson (1995).
Estas cuestiones empíricas pueden ser contrastadas mediante la observación de las
prácticas científicas en sí mismas.

Estructuras de género. En la práctica científica, existen estructuras de género que


contribuyen a la división sexista en la investigación. Las mujeres enfrentan desafíos para
seguir carreras consideradas masculinas y suelen recibir menos reconocimiento en
comparación con sus colegas masculinos. Esta situación se enmarca en una estructura de
género más amplia en la que la mayoría de las autoridades epistémicas son hombres. Esta
dinámica obstaculiza el avance científico al ignorar los aportes valiosos realizados por las
mujeres.
Un ejemplo destacado de esta problemática es el caso de Rosalind Franklin, una
cristalógrafa pionera en obtener imágenes de la molécula de ADN utilizando la técnica de
difracción de rayos X. A pesar de sus importantes contribuciones al descubrimiento de la
estructura del ADN, su trabajo no fue debidamente reconocido y los investigadores James
Watson y Francis Crick se atribuyeron el descubrimiento. Además, el libro "La doble hélice"
escrito por Watson contiene comentarios despectivos hacia Franklin, lo que demuestra la
aceptación generalizada de este tipo de actitudes hacia la participación de las mujeres en la
ciencia.

Simbolismos de género. En la concepción de la investigación y los objetos de estudio, se


establece una distinción entre lo "masculino" y lo "femenino". Esto se refleja en la división
entre las ciencias duras (naturales) y las ciencias blandas (sociales). Las ciencias duras son
consideradas más "masculinas" y las ciencias blandas más "femeninas". Esta jerarquía
sexista asigna un mayor valor y prestigio a las disciplinas consideradas "masculinas", como
la matemática, la ingeniería y la física, ya que se las percibe como más racionales y
objetivas. Por otro lado, las ciencias blandas, como la sociología y la psicología, son
consideradas "inferiores" debido a la concepción de que son más subjetivas y emocionales.

Androcentrismo. El androcentrismo es la idea de que el hombre es considerado como el


estándar de normalidad, mientras que la mujer es vista como una desviación. Esta
concepción influye en muchas investigaciones y afecta el contenido científico que se
genera. Un ejemplo de esto es que hasta finales del siglo XX, en Estados Unidos, los
estudios clínicos generalmente excluían a las mujeres, ya que los medicamentos
experimentales se probaban principalmente en hombres. Incluso en la actualidad, en las
etapas preclínicas con animales, se sigue experimentando principalmente con ratas macho.
Algunos científicos han señalado que este sesgo también puede observarse en
investigaciones sobre enfermedades que afectan principalmente a las mujeres. El
androcentrismo en la biomedicina pone en riesgo la salud de las mujeres y contribuye a que
tengan una mayor probabilidad de experimentar efectos adversos de los medicamentos,
entre otras consecuencias negativas.

Sexismo. Una teoría se considera sexista cuando sostiene que la mujer es inferior al
hombre o la describe con un doble estándar. En el apartado 9.1, se examina cómo la
creencia en la inferioridad de la mujer influyó en las representaciones de la reproducción
humana. Además, una teoría es considerada sexista cuando se aplica de manera que
menosprecia los intereses de las mujeres o refuerza su subordinación al hombre. Un
ejemplo de esto es el desarrollo de anticonceptivos, donde la disminución de la libido se
considera aceptable en las mujeres pero no en los hombres.

El artículo de Anderson (1995) sugiere que la epistemología feminista puede desempeñar


un papel importante en la reforma de la práctica teórica. Por un lado, puede señalar formas
de mejorar los procesos de formación de creencias, al igual que se introdujo el método de
doble ciego en los estudios experimentales. Por otro lado, puede promover la generación y
disponibilidad de modelos alternativos para fenómenos considerados importantes. Esto se
debe a que la importancia asignada a un fenómeno puede verse influenciada por el sexo y
género del investigador. El objetivo de estos aportes es cambiar el trasfondo social en el
que se lleva a cabo la investigación científica, revelando el sexismo y el androcentrismo
presentes en ella. La epistemología feminista se justifica en valores epistémicos y busca
mejorar la investigación científica al explicitar los sesgos subyacentes y minimizar su
impacto, con el objetivo de contribuir a la mejora de la sociedad. El artículo se enfoca en
cómo las valoraciones sexistas han influido en la concepción de aspectos importantes de la
reproducción y el comportamiento sexual en primates, tanto humanos como no humanos.
9.1. Sexismo en las teorías acerca de la
fecundación humana y de las conductas
reproductivas de los primates.

En "The Weaker Seed. The Sexist Bias of Reproductive Theory", Nancy Tuana muestra
cómo, desde Aristóteles hasta el siglo XVIII, el prejuicio de que las mujeres son
biológicamente inferiores influyó en la teoría de la reproducción, sugiriendo que las mujeres
tienen un papel pasivo en la concepción.
Aristóteles compara la concepción con un carpintero que fabrica una cama. En esta
analogía, el hombre da forma y determina la creación del ser humano, mientras que la mujer
tiene un rol pasivo, proporcionando solo el material, similar a cómo un árbol proporciona la
madera al carpintero.

Como dijimos, se puede establecer la hembra y el macho como principios de la


reproducción. El macho como poseedor del principio del movimiento y de la generación, y
la hembra del principio material. Es macho aquello que puede engendrar en otro y es
hembra aquello que engendra en sí mismo y donde nace lo engendrado.

Tuana (1988) señala que, aunque tanto la forma como el material son importantes en la
fabricación de un objeto, en la teoría aristotélica, la forma es más crucial porque determina
la esencia del objeto. Así, se establece que la función de la mujer en la procreación es
menos relevante, mientras que el hombre es quien da forma y movimiento al feto, siendo
responsable de su generación.

Para Aristóteles, los seres humanos no estaban preformados al momento de la concepción.


En cambio, la mezcla de fluidos masculinos y femeninos desencadenaba un proceso de
desarrollo en el que se formaban gradualmente las partes del feto hasta convertirse en un
bebé. El hombre proporcionaba la configuración esencial que determinaba que el resultado
fuera un humano, mientras que la mujer solo aportaba el material. Según Tuana (1988),
esta visión epigenética del desarrollo fetal fue cuestionada en el siglo XVII por
Swammerdam, quien sostenía que el desarrollo consistía solo en el agrandamiento de una
pequeña persona preformada, sin cambios cualitativos. Esta primera versión del
preformacionismo afirmaba que en el huevo de gallina ya estaban preformadas todas las
estructuras esenciales del pollito, aunque invisibles por su pequeño tamaño.

El anatomista Malpighi apoyó la teoría del preformacionismo al observar embriones de pollo


con lentes de aumento, identificando estructuras como el corazón, el hígado y las vértebras
en etapas tempranas de desarrollo. Argumentó que el corazón estaba completamente
formado antes de latir. Anthony van Leeuwenhoek y su asistente observaron
espermatozoides en el líquido seminal masculino y concluyeron que estos "animalculos"
daban origen a los embriones, sosteniendo que las hembras solo nutrían la semilla
masculina. Nicolaas Hartsoeker fue el primer científico en ilustrar, en 1678, la apariencia del
feto contenido en el espermatozoide.

En 1794, Erasmus Darwin, abuelo de Charles Darwin, sostenía que el macho proporcionaba
la forma del embrión, mientras que la hembra solo aportaba materiales como oxígeno,
alimento y resguardo. Argumentaba que, debido a su mayor tamaño, el macho debía
contribuir igual o más al proceso de reproducción. Concluía que el macho produce el
embrión y la hembra proporciona el alimento y el nido.

Podríamos pensar que estas descripciones sexistas del proceso de concepción son
antiguas, pero Emily Martin (1991) muestra que estos sesgos persisten en los manuales de
biología actuales para estudiantes de ciencias de la salud. En "The egg and the sperm" ("El
óvulo y el espermatozoide"), Martin destaca el contraste en los términos usados para
describir la fisiología reproductiva masculina y femenina. La espermatogénesis se ve como
valiosa, mientras que la menstruación se describe negativamente, con términos como
"muerte", "pérdida" y "degeneración", presentando el ciclo femenino como un fracaso si no
ocurre la fecundación.

Los mecanismos que guían la transformación celular que lleva a la


maduración del esperma aún se desconocen. La característica más
sorprendente de la espermatogénesis es su magnitud: un adulto humano
puede producir cientos de millones de espermatozoides por día (Vander et
al., 1980, citado por Martin, 1991).

En contraste con la producción entusiasta y activa de espermatozoides, la producción de


gametas femeninas como los óvulos se describe de manera menos entusiasta, con términos
como "arrojar" o "contener". La muerte de los espermatozoides se omite en las
descripciones, mientras que se enfatiza la "muerte" de los óvulos.

Mientras que la hembra libera un solo gameto cada mes, los túbulos seminíferos producen
cientos de millones de espermatozoides por día (Mountcastle, 1980, citado por Martin,
1991).
Al nacer, los ovarios humanos normales contienen aproximadamente un millón de folículos,
y no se desarrollan nuevos después del nacimiento. En contraste con los machos, las
hembras ya tienen todas sus células germinales al nacer. Sin embargo, solo unas pocas,
hasta 400, llegarán a la plena madurez durante su vida reproductiva activa. La mayoría de
los folículos degeneran en algún momento de su desarrollo, por lo que quedan pocas, si es
que quedan algunas, cuando la mujer alcanza la menopausia (Vander et al., 1980, citado
por Martin, 1991).

La antropóloga argumenta que los hombres son vistos como "prolíficos" por producir
millones de espermatozoides diariamente, mientras que las mujeres son percibidas como
"derrochadoras" por desperdiciar la mayoría de los óvulos que "almacenan".

Durante los 40 años que dura la vida reproductiva de la mujer solo


entre 400 y 500 óvulos serán liberados. Todos los demás se habrán
degenerado. Todavía es un misterio por qué tantos óvulos se forman solo
para morir en los ovarios. Citado por Martin 1991.

Martin (1991) destaca cómo el óvulo se describe de manera estereotípicamente femenina


en contraste con la masculinidad atribuida al espermatozoide en los libros de texto. El óvulo
es visto como pasivo, no se "mueve" ni "viaja", sino que es "transportado" o "arrastrado"
hacia las trompas de Falopio. Se le atribuyen características religiosas o ceremoniales como
"vestiduras" y una "corona", acompañado de "células asistentes". En contraste, el
espermatozoide es descrito como un guerrero agresivo con una "misión" de moverse
rápidamente a través de los genitales femeninos para entregar sus genes y activar el
programa genético del óvulo.
En "Rising Darwin's Consciousness" ("Aumentando la conciencia de Darwin"), Sarah Hrdy
expone cómo las valoraciones de género afectan no solo las teorías sobre la fecundación
humana, sino también el análisis del comportamiento sexual de hembras y machos en otras
especies. Hrdy muestra que muchas creencias tradicionales sobre el comportamiento
sexual de las hembras primates no se sostienen y están más influenciadas por valoraciones
culturales sobre las hembras humanas que por observaciones naturales.
Por ejemplo para darwin:

Según Sarah Hrdy en "Rising Darwin's Consciousness", basándose en Erasmus Darwin


(1794), la hembra, con pocas excepciones, muestra menos necesidad de copular que el
macho. Generalmente, ella "requiere ser cortejada", es tímida y a menudo se la ve
intentando escapar del macho durante períodos prolongados.

Según Sarah Hrdy en "Rising Darwin's Consciousness", refutando la hipótesis de Darwin,


las hembras de varias especies de primates, como chimpancés, babuinos y macacos,
muestran comportamientos sexuales que contradicen la idea de timidez y monogamia
femenina. Por ejemplo, hembras de chimpancé pueden aparearse varias veces con
múltiples machos en cortos períodos (Hrdy cita el caso de una hembra de chimpancé que
se apareó entre tres o cuatro veces con trece machos distintos en 12 días). Este
comportamiento promiscuo es adaptativo en especies como babuinos y macacos, ya que
reduce el infanticidio: los machos matan crías para inducir la ovulación en las hembras y así
aparearse nuevamente. Al aparearse con múltiples machos, las hembras evitan este riesgo
y aseguran la supervivencia de sus crías al tener más machos disponibles para proveer
seguridad y alimento.

Hrdy muestra que tanto Darwin como psicólogos evolucionistas contemporáneos han
incorporado valoraciones culturales en sus descripciones biológicas, influenciados por la
sociedad victoriana y modernas normas culturales. Por ejemplo, los psicólogos
evolucionistas contemporáneos formulan hipótesis para explicar por qué los hombres
heterosexuales humanos prefieren parejas femeninas más jóvenes tanto a corto como a
largo plazo.

Según Sarah Hrdy, citando a Buss (1994), los psicólogos evolucionistas argumentan que las
mujeres jóvenes y hermosas son sexualmente atractivas para los hombres porque la belleza
y la juventud están fuertemente relacionadas con la fertilidad y el valor reproductivo. En la
historia evolutiva, los hombres que podían identificar y aparearse con mujeres fértiles
tuvieron más éxito reproductivo.

Según Sarah Hrdy (1996), la afirmación de que los hombres tienen una marcada
preferencia por parejas jóvenes es cuestionable. En primatología, no se ha encontrado
evidencia de esta preferencia; más bien, parece ser lo contrario: los machos primates
suelen priorizar a las hembras adultas con descendencia. Esta preferencia se explica por
tres razones que contradicen la hipótesis de Buss (1994): primero, los descendientes de
una hembra son un indicio de su fertilidad; segundo, las hembras adolescentes en primates
tienen más probabilidades de abortar; y tercero, los descendientes de madres primerizas
tienen mayor riesgo de mortalidad comparado con los de madres experimentadas.
Según Sarah Hrdy, el análisis de las descripciones y explicaciones revela cómo hechos y
valores se entrelazan, a menudo confundiendo valoraciones culturales con descripciones
objetivas. Hrdy argumenta que la diferencia en el comportamiento sexual entre hembras de
primates y humanas radica principalmente en la organización patriarcal de las sociedades
humanas. El patriarcado busca controlar la sexualidad femenina, originalmente promiscua,
mediante el monopolio de recursos necesarios para la subsistencia, asegurando así la
autenticidad y exclusividad de la paternidad. En este contexto, rasgos como juventud,
timidez y castidad pueden ser valorados positivamente en las mujeres humanas,
correlacionados con la capacidad masculina para proveer y asegurar descendencia.

Para Hrdy, el comportamiento sexual humano no es innato ni biológico, sino cultural,


resultado de dinámicas sociales. Los científicos que interpretaron la timidez y selectividad
en hembras primates estaban influenciados por esquemas culturales propios, lo que los
llevó a pasar por alto fenómenos importantes en el comportamiento sexual de diversas
especies de primates.

La epistemología feminista no busca eliminar la influencia de valores no epistémicos en la


investigación científica, sino más bien destacar su inevitabilidad. Reconoce que los
científicos son seres humanos que trabajan dentro de comunidades insertas en contextos
culturales y sociales específicos. Los valores de una época son inseparables de la práctica
científica, y la filosofía de la ciencia tiene el rol de explicitarlos. La objetividad científica no
radica en eliminar los valores contextuales, sino en el pluralismo valorativo de los individuos
que hacen ciencia.
Cuanto más diverso sea el trasfondo de valores de quienes investigan, más objetiva será la
ciencia resultante, ya que en los procesos de formulación y prueba de teorías se confrontan
diferentes hipótesis y valores. En el contexto de los valores de sexo-género, vimos cómo
pueden influir en la observación y descripción del mundo. En el próximo apartado se
explorará cómo los valores sexistas pueden afectar los tipos de hipótesis formuladas en la
investigación y cómo estos valores se entremezclan en el proceso de selección de dichas
hipótesis.

9.2. Sexismo en la evaluación de hipótesis


acerca del control de la fertilidad.
El desarrollo de la pastilla anticonceptiva
femenina.

El desarrollo de la pastilla anticonceptiva femenina desde mediados del siglo XX ejemplifica


cómo las valoraciones de sexo-género influyeron en la investigación científica. Este avance
ilustra cómo las normas culturales limitaron las opciones de hipótesis a explorar,
focalizándose en métodos anticonceptivos para mujeres y reflejando valores sobre la
responsabilidad femenina en la regulación de la fertilidad. Así, muestra cómo los contextos
socioculturales moldearon tanto la formulación como la selección de hipótesis en la ciencia.
En el contexto sociocultural de Estados Unidos durante el siglo XIX, hubo un interés
creciente en limitar el número de descendientes, lo que llevó a una disminución significativa
en las tasas de natalidad hacia finales de ese siglo. A pesar de la existencia de varios
métodos rudimentarios de planificación familiar, como la abstinencia y el coitus interruptus,
estos eran considerados poco fiables y no contaban con un respaldo científico claro en
términos de eficacia y seguridad.

A comienzos del siglo XIX, pensadores como Thomas Robert Malthus comenzaron a
plantear preocupaciones sobre el crecimiento poblacional descontrolado y sus implicaciones
sociales, especialmente la escasez de alimentos. Estas ideas influyeron en el médico
estadounidense Charles Knowlton, quien escribió el primer manual de anticoncepción,
incluyendo métodos como duchas vaginales para evacuar espermatozoides. Aunque su
obra fue considerada obscena y ilegal, "The Fruit of Philosophy: a Private Companion of
Young Married Couples" se vendió clandestinamente y fue una referencia importante hasta
mediados del siglo. Además, el médico Frederick Hollick propuso un método de ritmo
complementario a la abstinencia, basado en el cálculo del ciclo fértil de las mujeres, cuya
precisión fue debatida hasta la década de 1930 con avances en la investigación sobre la
ovulación.

En la antigüedad, los preservativos hechos de membranas animales se utilizaban en


pequeñas cantidades y eran costosos en Estados Unidos. El descubrimiento del caucho por
Goodyear en 1839 permitió la producción masiva de condones a precios más accesibles,
convirtiéndolos en un método anticonceptivo disponible para más personas. Además, en la
década de 1850 se comenzaron a fabricar pesarios, inicialmente utilizados para administrar
medicamentos en el útero, pero pronto reconocidos por su potencial anticonceptivo similar
al de los diafragmas modernos y el capuchón cervical. Aunque la anticoncepción se
anunciaba abiertamente como "higiene femenina" o simplemente "francés" en periódicos y
por correo a jóvenes casadas, los precios seguían siendo altos en comparación con los
ingresos familiares; por ejemplo, una docena de condones reutilizables costaban 1,5
dólares, mientras que el ingreso anual promedio de un trabajador era de solo 600 dólares.

En el pasado, lo que hoy se consideran abortos voluntarios tempranos eran vistos como
métodos para limitar el tamaño de la familia. Debido a la falta de métodos efectivos para
detectar embarazos tempranos, los médicos no podían distinguirlos de otras causas de
interrupción del ciclo menstrual. Las mujeres a menudo solicitaban tratamiento para
restaurar sus ciclos menstruales bloqueados, ya que los médicos creían que la obstrucción
menstrual podía enfermar a una mujer si no se trataba. Hasta que se podían registrar los
primeros movimientos fetales, considerados como el inicio de la vida fetal, la legislación solo
penalizaba los procedimientos abortivos realizados después de este punto, generalmente a
comienzos del segundo trimestre del embarazo. Antes de esta etapa, los procedimientos
para restaurar los ciclos menstruales eran legales, comunes y efectivos para controlar el
tamaño de la familia que una pareja deseaba tener.

En el siglo XIX, los manuales de medicina familiar incluían capítulos específicos que
describían técnicas y recetas caseras para tratar bloqueos menstruales, utilizados como
consulta habitual para dolencias simples. Se comercializaban ampliamente productos y
tratamientos para estos problemas femeninos, como hierbas y otros compuestos,
anunciados en periódicos junto con diversos procedimientos médicos para tratar
obstrucciones menstruales. Se estima que hacia la década de 1850, aproximadamente uno
de cada seis embarazos en Estados Unidos era interrumpido voluntariamente. Debido a la
falta de acceso y al uso incorrecto de anticonceptivos disponibles, los procedimientos
abortivos eran uno de los métodos más comunes de limitación familiar, utilizados por
mujeres de diversas clases sociales, estados civiles y grupos raciales. Aunque algunos
consideraban estos procedimientos relativamente seguros para los estándares de la época,
la percepción de su riesgo cambió a lo largo del siglo XIX, influida por la profesionalización
de la medicina que buscaba mayor prestigio y credibilidad al prohibir y criminalizar el aborto
y la distribución de información y productos anticonceptivos en Estados Unidos hasta
mediados del siglo XX.

En el siglo XIX en Estados Unidos, la profesión médica carecía del prestigio actual y era
objeto de críticas severas en los medios de comunicación. Los periódicos denunciaban y
menospreciaban a los médicos, acusándolos de ser un cuerpo desorganizado y conflictivo,
cuyo principal interés parecía ser burlarse unos de otros. La práctica médica era
desorganizada debido a la escasez de escuelas de medicina establecidas y la falta de
regulaciones formales que definieran los requisitos para ejercer como médico. Esto llevó a
una coexistencia de médicos regulares, con formación académica formal, y médicos no
regulares, que habían adquirido conocimientos de manera informal.

La desorganización en la práctica médica era tal que los médicos regulares no ofrecían
tratamientos significativamente mejores que los médicos no regulares o aficionados, y no
tenían una ventaja económica clara sobre ellos. Esta situación motivó a un grupo de
médicos graduados de academias reconocidas a unir esfuerzos para profesionalizar la
medicina, basándola en conocimientos científicos rigurosos y estableciendo estándares
para la práctica médica. En 1847, este esfuerzo culminó con la fundación de la Asociación
Americana de Medicina (AMA), que comenzó a fortalecer la posición de los médicos con
formación académica formal frente a los menos educados, incluyendo a las parteras y otros
profesionales de la salud informalmente entrenados.

La Asociación Americana de Medicina (AMA), desde su inicio, adoptó una postura


firmemente antiabortista, motivada tanto por razones morales como profesionales. Desde un
punto de vista moral, los médicos regulares comenzaron a argumentar que la vida humana
comienza en el momento de la concepción, no con los primeros movimientos fetales como
se creía anteriormente. Por lo tanto, consideraron que interrumpir el embarazo en cualquier
etapa de la gestación era un acto criminal.
Este punto de vista estaba fundamentado en una profunda desaprobación hacia la
generalización de los procedimientos abortivos, incluso entre mujeres casadas que
buscaban evitar responsabilidades maternas. En esta época, prevalecía una convicción
sexista que limitaba la función de la mujer principalmente a la reproducción, y se creía que
apartarse de las labores domésticas podría amenazar su estatus social. Horatio Robinson
Storer, uno de los principales impulsores contra el aborto, también se opuso
vehementemente a la integración de las mujeres en la práctica médica formal.
Así, con el surgimiento de asociaciones médicas en Estados Unidos, no solo se
restringieron los derechos reproductivos de las mujeres, sino que también se obstaculizó su
inclusión en la medicina profesional.
Los médicos regulares en Estados Unidos, pertenecientes a la élite de la época, tenían
preocupaciones profesionales significativas respecto a los médicos no regulares, quienes
provenían de clases menos privilegiadas pero competían en términos de ingresos al ofrecer
servicios médicos similares sin una formación académica formal. En respuesta a esto, los
médicos regulares y las asociaciones médicas encontraron en la campaña antiabortista un
aliado estratégico.

La prohibición del aborto no solo se justificaba desde un punto de vista moral, sino que
también tenía implicaciones económicas importantes. Reduciría los ingresos significativos
que los médicos no regulares obtenían mediante la administración de medicamentos y
procedimientos abortivos. De esta manera, la cruzada antiabortista liderada por la medicina
regular logró influir en la legislación desde 1847, iniciando la prohibición de la publicidad de
procedimientos y materiales abortivos en varios estados del país.

La AMA influyó en la opinión pública mediante la promoción de notas sensacionalistas en


periódicos prominentes como el New York Times y el Herald, que cambiaron de promover
abiertamente métodos anticonceptivos y abortivos a sensacionalizar las muertes por abortos
realizados por médicos no regulares.

La profesionalización médica, impulsada por las asociaciones médicas, reclutó a


instituciones religiosas para fortalecer la campaña antiabortista. Esto marcó un cambio
significativo, ya que hasta entonces, tanto las autoridades protestantes como católicas
habían evitado involucrarse en debates sobre la sexualidad y el aborto.

Joseph Lister revolucionó la medicina al descubrir la naturaleza de la sepsis en 1865 y junto


con los avances en bacteriología, mejoró significativamente los tratamientos de las
infecciones. Esto permitió a los médicos regulares, formados en laboratorios y actualizados
con las últimas investigaciones europeas, ganar credibilidad y atraer más pacientes. Sin
embargo, paradójicamente, este avance coincidió con una percepción pública creciente de
que los abortos tempranos eran procedimientos altamente riesgosos.

La campaña de las asociaciones médicas estadounidenses logró promulgar la primera ley


antiabortista a partir de 1860. La ley incluía cuatro secciones: la primera establecía la
prohibición general del aborto con penas de hasta cinco años de prisión y multas de 1000
dólares. La segunda consideraba cómplices a los practicantes de abortos. La tercera
culpaba a las mujeres por solicitar, permitir o autoinducirse un aborto. Finalmente, la cuarta
sección multaba a quienes divulgaran información sobre técnicas abortivas. En 1873, el
movimiento antiobscenidad liderado por Anthony Comstock impuso leyes que ampliaron la
prohibición a la anticoncepción y otros materiales considerados obscenos.

La Ley Comstock, promovida por Anthony Comstock, prohibió el comercio interestatal de


materiales como fotos, publicaciones y objetos relacionados con la prevención o
interrupción de embarazos, así como cualquier discusión sobre control de la natalidad. Esta
legislación reflejaba un puritanismo que consideraba la anticoncepción, el aborto, la
esterilización, la obscenidad y el vicio como amenazas a la moral pública. Aunque la Iglesia
católica y la protestante no fueron los principales impulsores, apoyaron indirectamente la
ley. Esta conexión legal entre anticoncepción y obscenidad perduró en Estados Unidos
durante casi un siglo, influyendo en las actitudes públicas y profesionales hacia la
anticoncepción, así como en las políticas de salud y los medios de comunicación hasta fines
de los años 50.

Como resultado de la campaña de la AMA y las prohibiciones legislativas resultantes, tanto


el aborto como la anticoncepción sufrieron un grave daño a su reputación a principios del
siglo XX en Estados Unidos. Esto llevó a un marcado desconocimiento en la comunidad
médica sobre la eficacia y seguridad de los métodos anticonceptivos. En la conferencia
inaugural de la Liga Estadounidense de Control de la Natalidad en 1921, la doctora Lydia De
Vilbis mencionó que solo tenía conocimiento de la efectividad de los supositorios cuando se
mezclaban con químicos espermicidas. El acceso a información y suministros
anticonceptivos continuó siendo especialmente difícil para las mujeres inmigrantes pobres.
Un estudio de 1917 realizado en Nueva York mostró que aproximadamente un tercio de los
inmigrantes encuestados no conocían ningún método de planificación familiar aparte del
aborto (Chesler, 1992).

En un contexto adverso, Margaret Sanger abogó por un reclamo central y revolucionario:


que la procreación descontrolada representaba un peligro tanto para las mujeres como para
la sociedad. Criada en una familia numerosa, Sanger experimentó de primera mano cómo la
salud de su madre, afectada por tuberculosis crónica, se vio comprometida debido a tener
demasiados hijos. Argumentó que las mujeres, al tener numerosos hijos, no solo
arriesgaban su salud, sino que también quedaban dependientes de los hombres para
subsistir. Según Sanger, esta situación relegaba a las mujeres a ser meras "máquinas
productoras" que abastecían el mercado con mano de obra barata (Sanger, 1917).

Una vez que comenzó a trabajar como enfermera, Margaret Sanger fortaleció su convicción
al descubrir que muchas mujeres preferían arriesgar sus vidas sometiéndose a abortos
clandestinos antes que dar a luz a niños que no podrían alimentar ni cuidar. En su biografía,
menciona el caso de Sadie Sachs, una joven inmigrante judía que murió de septicemia
debido a varios intentos de abortos autoinducidos. Este evento impactó profundamente a
Sanger, quien reconoció la ineficacia de los cuidados paliativos para abordar los problemas
de salud reproductiva que enfrentaban las mujeres, llevándola a tomar conciencia de la
necesidad urgente de un cambio social.

La procreación ilimitada no solo representaba un riesgo para las mujeres, sino también para
la sociedad en su conjunto. Margaret Sanger observó que cientos de miles de bebés
menores de un año morían debido a la pobreza y el abandono, y notó una marcada
disparidad en las tasas de natalidad entre los distritos ricos y pobres de las grandes
ciudades. Esta disparidad revelaba que los métodos anticonceptivos estaban disponibles
para las mujeres de ingresos altos, mientras que a las mujeres de clase trabajadora se les
mantenía intencionalmente en la ignorancia. Sanger consideraba que la falta de una política
de salud reproductiva mantenía a las mujeres de menores ingresos en una especie de
esclavitud y contribuía a la creciente desigualdad y criminalidad en la sociedad. Motivada
por estas preocupaciones, dedicó gran parte de su vida a luchar por la distribución de
información y productos anticonceptivos como una forma efectiva de mitigar los peligros
asociados con la procreación excesiva.

Margaret Sanger enfrentó una feroz persecución por parte de Anthony Comstock, quien
utilizó su influencia para aplicar la ley que llevaba su nombre contra el activismo de Sanger.
A pesar de las dificultades y las dos veces que fue encarcelada por difundir información
sobre anticoncepción, Sanger se consolidó como una figura prominente en el movimiento de
control de la natalidad hacia 1921, tras organizar la primera conferencia sobre este tema. Su
objetivo era establecer una red de clínicas de salud sexual y reproductiva en todo Estados
Unidos, modeladas según las clínicas que había visitado en Holanda, donde médicas y
enfermeras proporcionaban información, anticonceptivos, apoyo y seguimiento a las
mujeres. Para financiar sus proyectos, Sanger recolectó fondos a través de pequeñas
donaciones por correo y recibió apoyo tanto de feministas de clase alta como de
organizaciones filantrópicas como la Fundación Rockefeller, que a menudo financiaba sus
iniciativas de manera anónima.

Margaret Sanger enfrentó numerosos obstáculos legales y profesionales para llevar


adelante su plan de establecer clínicas de salud sexual y reproductiva en Estados Unidos.
Hasta 1936, el transporte y almacenamiento de anticonceptivos estaban prohibidos, salvo
para su uso por médicos en circunstancias específicas para salvaguardar la vida o
promover el bienestar de los pacientes. Antes de esta fecha, la distribución de
anticonceptivos se realizaba clandestinamente, y su prescripción médica estaba más
enfocada en la prevención de enfermedades que en la anticoncepción como objetivo
principal.

En el siglo XX, Margaret Sanger enfrentó una serie de obstáculos significativos para
promover la anticoncepción en Estados Unidos. Las asociaciones médicas se mostraban
reticentes debido a la falta de investigaciones que respaldaran la seguridad y eficacia de los
anticonceptivos, además de la ausencia de regulaciones que garantizaran la calidad de
estos productos. Este desconocimiento también llevó a temores entre los médicos de que
algunos anticonceptivos pudieran desencadenar abortos, lo que retrasó la aprobación de
métodos como el dispositivo intrauterino (DIU).

Además de estas restricciones legales y reticencias médicas, el sexismo predominante en


instituciones religiosas y la comunidad médica también jugó un papel crucial. A principios
del siglo XX, los grupos católicos lideraron activamente la oposición tanto al aborto como a
la anticoncepción. Argumentaron que el uso de métodos anticonceptivos convertía a las
mujeres en "prostitutas" al separar el placer sexual de las responsabilidades y sacrificios
asociados. Esta postura de la Iglesia católica obstaculizó todos los intentos de reformas
legales impulsadas por feministas que buscaban ampliar los derechos reproductivos de las
mujeres.

En el contexto de la comunidad médica a principios del siglo XX, prevalecía un fuerte


sexismo. De aproximadamente 400 estudiantes de medicina, solo unas 25 eran mujeres, y
estas enfrentaban serias dificultades para encontrar empleo después de graduarse. Las
mujeres raramente conseguían cargos en hospitales, lo cual llevaba a muchas de ellas a
buscar oportunidades en las clínicas de Margaret Sanger. Trabajar en estas clínicas ofrecía
a las médicas la posibilidad de aprender, ganar experiencia en áreas como la reproducción
y la anticoncepción, y participar en investigaciones pioneras.

Sin embargo, estas médicas enfrentaban falta de respaldo institucional y diversos


obstáculos. Hannah Stone, una médica contratada por Sanger para dirigir su clínica en
Nueva York, enfrentó numerosos desafíos. A pesar de que Stone intentaba establecer la
seguridad y eficacia del diafragma con espermicida, método promovido por la clínica, no
solo se le negaba la membresía en asociaciones médicas, sino que también se le impedía
publicar sus investigaciones en revistas especializadas debido a la falta de estudios que
respaldaran el uso de anticonceptivos en ese momento.

Las dificultades para popularizar el uso del diafragma y el espermicida como método
anticonceptivo fueron significativas. Este método requería habilidad y disciplina por parte de
las mujeres para ser efectivo, así como acceso a condiciones higiénicas adecuadas que no
siempre estaban disponibles. Además, se necesitaba una revisión médica regular para
prevenir infecciones derivadas de un uso incorrecto, lo cual resultaba inconveniente para
muchas pacientes y llevaba a que abandonaran las clínicas.

Margaret Sanger, ante las limitaciones y dificultades de la distribución del diafragma y el


espermicida como métodos anticonceptivos, ideó la posibilidad de desarrollar un
anticonceptivo femenino de administración oral. Este nuevo método sería un medicamento
que podría ser investigado, aprobado y respaldado por la comunidad médica profesional,
evadiendo así muchas de las restricciones sociales y legales de la época. La pastilla
anticonceptiva no requeriría instrucciones complejas, condiciones higiénicas estrictas ni
seguimiento médico periódico como el diafragma. Además, al contrario del preservativo, la
píldora anticonceptiva no dependía de la colaboración masculina, otorgando a las mujeres
autonomía para decidir sobre su fertilidad.

Sin embargo, la introducción de la píldora anticonceptiva también reflejó y perpetuó el


sexismo de la época, ya que asumió que las mujeres debían asumir los riesgos de la
anticoncepción. Este supuesto moral implicaba que, dado que las mujeres eran quienes
quedaban embarazadas, ellas debían ser responsables de la planificación familiar, incluso si
esto significaba arriesgar su propia salud. Sanger reconoció esta contradicción ética, pero
consideró que los posibles daños a la salud de las mujeres por múltiples embarazos eran
mayores que los riesgos asociados con el uso de anticonceptivos orales.

Se cuestiona la justicia de cargar exclusivamente a la mujer con la responsabilidad de


controlar los resultados de las relaciones sexuales mediante anticonceptivos, considerando
que estas son acciones compartidas por ambos miembros de la pareja. Se señala que,
dado que las mujeres pueden ser físicamente menos robustas que los hombres y
experimentan las molestias periódicas inherentes a su sexo, ¿es justo que sean ellas las
que deben protegerse a sí mismas?

En este texto, Margaret Sanger expresa que, idealmente, el control de la natalidad debería
ser una preocupación compartida por hombres y mujeres. Sin embargo, reconoce que en la
realidad actual, los hombres han evitado asumir esta responsabilidad y han obstaculizado
los esfuerzos de las mujeres para obtener el conocimiento necesario para controlar su
fertilidad. Debido a estas condiciones, Sanger sostiene que la responsabilidad recae
directamente sobre las mujeres. A pesar de la falta de apoyo masculino, defiende el
derecho fundamental de la mujer a decidir si será madre y cuántos hijos tendrá. Argumenta
que cuanto antes las mujeres acepten esta responsabilidad como propia, más pronto la
sociedad valorará la maternidad y se convertirá en un lugar adecuado para los niños.
En las décadas de 1930 y 1940, los biólogos avanzaron en la comprensión del ciclo
reproductivo femenino y la función de las hormonas, pero no exploraron la aplicación de
este conocimiento para el control de la fertilidad. En los años 1950, Margaret Sanger se
asoció con Gregory Pincus, un biólogo que había trabajado con hormonas esteroides,
financiado inicialmente para tratar la artritis con cortisona. Juntos, respaldados por
Katherine Dexter McCormick, iniciaron investigaciones para desarrollar la píldora
anticonceptiva, ya que las farmacéuticas se negaron a financiar debido a temores legales
bajo la Ley Comstock. Aunque se sabía que algunos esteroides inhibían la ovulación y
producción de esperma en mamíferos, Pincus comenzó a investigar el uso de progestina
(progesterona sintética) como posible anticonceptivo hormonal. Sin embargo, abandonaron
la investigación debido a la dificultad para encontrar sujetos experimentales.

Los estudios sobre control de la fertilidad masculina han sido limitados y se centran en
problemas como la esterilidad y el conteo de espermatozoides. Hay poca participación
masculina en comparación con las mujeres, que se ofrecen en mayor número para estos
estudios. Aunque el condón es ampliamente utilizado, muchos hombres muestran
aversiones psicológicas hacia la investigación sobre sus funciones sexuales.

Gregory Pincus y su equipo realizaron experimentos intensivos con conejas y ratas,


demostrando que la progestina detenía la ovulación en estos animales sin afectar su
fertilidad a largo plazo. Al no tener licencia para pruebas en humanos, Pincus colaboró con
el ginecólogo John Rock de Harvard. Juntos, determinaron que altas dosis de progesterona
oral no producían ciclos menstruales regulares, por lo que descartaron esta opción.
Finalmente, combinando progesterona oral con estrógeno, lograron desarrollar un método
anticonceptivo efectivo que mantenía la regularidad menstrual en las mujeres.

Detengámonos por un momento en las diversas hipótesis que Pincus y su equipo fueron
formulando a lo largo de la investigación. En un comienzo él quiso evaluar dos hipótesis:

H1: La progestina inhibe la ovulación en las mujeres.


H2: La progestina inhibe la producción de espermatozoides en los hombres.

Los investigadores optaron por estudiar la progestina como un bloqueador de la ovulación


en lugar de considerar su capacidad para inhibir la producción de esperma. Esta elección
estuvo influenciada no solo por valores cognitivos como la replicabilidad de los
experimentos y la precisión en la publicación de resultados, sino también por valores
contextuales socioculturales. La anticoncepción era percibida como un problema
exclusivamente femenino, mientras que los hombres no estaban dispuestos a asumir
riesgos para controlar la cantidad de hijos que podían tener. Esta percepción sexista influyó
en la decisión de enfocarse en la hipótesis que afectaba principalmente a las mujeres (H1),
relegando la investigación sobre la capacidad de la progestina para controlar la fertilidad
masculina (H2). Así, los valores contextuales impusieron restricciones significativas sobre
qué hipótesis podían ser formuladas e investigadas en relación con las bases hormonales
de la anticoncepción.Por otro lado, H1 fue rechazada para pasar a evaluar y luego aceptar:

H3: Un compuesto oral de progestina y estrógeno inhibe la ovulación en las mujeres.


Los investigadores no abandonaron la hipótesis H1 por falta de evidencia científica, sino
porque las menstruaciones irregulares que provocaba eran consideradas inadecuadas
culturalmente. Esto entraba en conflicto con la idea arraigada de que las mujeres debían
tener ciclos menstruales regulares cada 28 días. La empresa Searle, que proporcionó la
progesterona para las investigaciones, también prefería no interferir con el ciclo menstrual
femenino, argumentando que alterarlo sería contrario a la naturaleza. Por tanto, al elegir la
hipótesis H3, Pincus y su equipo consideraron tanto aspectos científicos como valores
contextuales socioculturales, que hoy en día tienen menos influencia en los métodos
anticonceptivos modernos que eliminan el sangrado menstrual

La epistemología feminista argumenta que los valores contextuales influyen tanto en la


formulación como en la evaluación de hipótesis científicas sobre la inhibición de la
ovulación. Estas hipótesis no son arbitrarias ni representan una forma incorrecta de ver la
realidad, pero pueden generar un conocimiento sesgado porque reflejan valores
socio-culturales predominantes. Por ejemplo, la elección de investigar y desarrollar la
hipótesis H3 sobre H1 no se debió a que H1 fuera incorrecta, sino porque H3 era más
coherente con las normas culturales sobre la feminidad y el uso de anticonceptivos. Esta
influencia de los valores no epistémicos continúa durante la evaluación empírica de las
teorías, afectando cómo se interpretan los resultados y se toman decisiones sobre la
aceptación o rechazo de una hipótesis.

En este capítulo se examina cómo los valores sexistas afectaron la descripción del
proceso de concepción y el comportamiento sexual en primates humanos y no
humanos, así como la formulación y evaluación de hipótesis sobre inhibidores de la
ovulación que condujeron al desarrollo de los primeros anticonceptivos hormonales
femeninos. En el próximo capítulo se explorará cómo los valores institucionales
influyen en la producción y evaluación de diferentes tipos de conocimiento científico,
destacando cómo las instituciones donde se llevan a cabo las investigaciones
pueden sesgar el tipo de conocimiento que los investigadores elaboran y ponen a
prueba.
Capítulo 10.

La influencia de los valores


institucionales en la
investigación científica:
la sociología de la ciencia
de John Ziman.

La epistemología social feminista se enfoca en cómo los valores de sexo-género influyen en


la ciencia. Otros pensadores como Merton (1973), Gibbons et al. (1994) y John Ziman
(1996, 2000, 2003) han explorado la influencia de los valores institucionales en la
investigación científica. Según Ziman, existen dos grandes modos de producción de
conocimiento científico: la ciencia académica y la ciencia posacadémica (o tecnociencia),
cada una con sus normas implícitas de funcionamiento distintas.

La ciencia académica recibe este nombre dado que es el tipo de conocimiento que el
cuerpo docente suele producir en el ejercicio de sus labores de investigación en las
universidades. Los desarrollos teóricos de científicos renombrados como Newton, Darwin y
Einstein constituyen ejemplos paradigmáticos de ciencia académica. En el colegio suelen
enseñarnos este tipo de ciencia, e inclusive, como vimos en la primera y la segunda parte
de este libro, tanto la filosofía clásica como la historicista toman como objeto de análisis los
procesos y los productos provenientes de este modo de producción de conocimiento
científico. La ciencia académica, para Ziman, en gran medida obedece a la cultura
de investigación identificada por Merton (1973). Merton sostiene que la ciencia se ajusta a
un conjunto complejo de valores y normas implícitaque, a pesar de no encontrarse
codificadas, son obedecidas por los científicos. Estas normas se encuentran motivadas por
los objetivos que persigue la investigación científica, principalmente por la búsque-
da desinteresada de la verdad y su posterior divulgación. Dentro de este conjunto de
normas y valores propios del quehacer científico, al que Merton da el nombre de ethos
científico, destaca el rol crucial que cumplen los siguientes cinco valores.

● La ciencia académica se caracteriza por una cultura de colaboración y compartición


del conocimiento. Los científicos trabajan dentro de tradiciones establecidas,
construyendo sobre conocimientos previos en lugar de comenzar desde cero. Existe
un acuerdo implícito de no apropiarse individualmente del conocimiento descubierto;
más bien, se comparte dentro de la comunidad científica. Aunque hay competencia
por descubrir nuevos conocimientos y obtener reconocimiento, los resultados se
hacen públicos para ser utilizados como base para futuras investigaciones.
● La ciencia académica busca ser universal en el sentido de que la aceptación o
rechazo de sus conocimientos no depende de las características personales de los
investigadores, como su raza, nacionalidad, religión o clase social. Las hipótesis y
teorías científicas se evalúan mediante métodos y procedimientos impersonales que
se aplican de manera igualitaria a todos. Las instituciones científicas académicas
suelen basarse en criterios meritocráticos para el acceso y la permanencia,
asegurando así que el talento y la calificación sean los principales determinantes
para participar en la investigación científica. Esto se considera crucial para evitar
restricciones injustificadas que podrían obstaculizar el progreso científico al limitar la
contribución de científicos y científicas talentosos y cualificados.
● La ciencia académica se caracteriza por el desinterés, donde los científicos no
reciben compensaciones monetarias directas por sus descubrimientos y
publicaciones. Por lo general, sus investigaciones son financiadas por las
instituciones académicas donde trabajan como profesores e investigadores. La
generación y difusión del conocimiento a través de publicaciones científicas permiten
a los investigadores ganar prestigio y avanzar en sus carreras académicas,
accediendo a mejores cargos docentes que les permiten formar nuevas
generaciones de científicos y continuar con sus investigaciones. Así, la
remuneración del investigador en la ciencia académica se vincula más con el avance
del conocimiento y la difusión académica que con el lucro individual.
● La ciencia académica promueve la originalidad entre los investigadores,
alentándolos a ofrecer nuevos enfoques y perspectivas. El prestigio y la reputación
son fundamentales en este contexto, y la capacidad de generar nuevas hipótesis y
teorías es crucial para obtener reconocimiento entre los colegas.
● La ciencia académica se caracteriza por la institucionalización del escepticismo,
donde la publicación de nuevos hallazgos va de la mano con la idea de que el
conocimiento es falible, incompleto y perfectible. Todas las hipótesis y teorías
científicas están sujetas a discusión basada en evidencias y enfoques teóricos
adecuados, lo que promueve la formación de un consenso científico robusto y
continuo desarrollo del conocimiento.

El ethos de la ciencia académica, representado por el acrónimo CUDOS (communism,


universality, disinterestedness, originality, skepticism), se centra en valores fundamentales
que guían la producción y evaluación del conocimiento científico. Este conjunto de valores
incluye el compartir abiertamente los hallazgos (communism) para que otros investigadores
puedan utilizarlos en nuevas investigaciones, y la atribución de originalidad a quienes
primero divulgan sus descubrimientos. Las publicaciones científicas revisadas por pares
encapsulan estos valores al asegurar la universalidad del conocimiento, independiente de
circunstancias personales, y la replicabilidad de los resultados. Además, el desinterés
económico (disinterestedness) se refleja en que los científicos no reciben compensaciones
directas por sus publicaciones, sino que ganan prestigio, crucial para avanzar en sus
carreras académicas y continuar contribuyendo al progreso científico. Finalmente, la
constante revisión y publicación de nuevos conocimientos refleja el escepticismo científico,
manteniendo la ciencia abierta a cambios y mejoras continuas.

Es crucial entender que los valores encapsulados en CUDOS (communism, universality,


disinterestedness, originality, skepticism) no son aplicados de manera inflexible en la ciencia
académica, sino que representan ideales regulativos. Aunque existen casos de fraude
científico y plagio, como el de Rosalind Franklin, la ciencia cuenta con mecanismos de
objeción y sanción para desalentar comportamientos que violen este ethos. Estos valores
operan como estándares que deben ser cumplidos, aunque no siempre se logre de manera
perfecta.

En la actualidad, el acceso a las publicaciones científicas está lejos de ser universalmente


accesible. El costo elevado de las suscripciones a las principales revistas científicas
internacionales representa un desafío significativo, incluso para instituciones académicas
con recursos considerables. Esta barrera dificulta especialmente la investigación en países
periféricos. En respuesta, ha surgido un movimiento que aboga por el acceso abierto al
conocimiento científico a través de internet, asegurando que los autores conserven el
control sobre la integridad de sus investigaciones y sean reconocidos y citados
adecuadamente.

El ideal de universalidad en la ciencia, según Merton, se ve cuestionado por


interpretaciones variadas y por posibles sesgos androcéntricos al omitir consideraciones de
género. La epistemología feminista critica estas limitaciones, destacando los obstáculos que
enfrentan las mujeres para que sus investigaciones sean reconocidas equitativamente. A
pesar de estas críticas, CUDOS (communism, universalism, disinterestedness, originality,
skepticism) sigue siendo un marco importante que refleja cómo se produce conocimiento
científico en las instituciones académicas, aunque continúa evolucionando frente a nuevos
contextos y movimientos sociales.

La ciencia posacadémica, según Ziman, contrasta con la ciencia académica al enfocarse en


resolver problemas específicos, ya sean comerciales o sociales, en lugar de buscar la
ampliación y divulgación del conocimiento académico. Se desarrolla principalmente en
laboratorios de empresas privadas o instituciones gubernamentales, con el propósito de
aumentar la rentabilidad empresarial o abordar necesidades sociales urgentes, como la
gestión de desastres naturales. Este enfoque implica valores y prácticas diferentes de los de
la ciencia académica, adaptándose a objetivos prácticos y aplicados más que a la
investigación teórica y la publicación científica.

● La ciencia posacadémica busca generar tanto conocimientos codificables en


términos teóricos como habilidades tácitas que permitan resolver problemas
específicos sociales o técnicos. En el caso de la investigación financiada por
empresas privadas, orientada a obtener ventajas competitivas, es común proteger
los descubrimientos como propiedad intelectual mediante patentes o secretos
industriales. A diferencia de la ciencia académica, que promueve la difusión abierta
del conocimiento, la ciencia posacadémica a menudo conduce a la privatización del
conocimiento en lugar de su amplia divulgación.
● La ciencia posacadémica se orienta hacia la producción de conocimiento útil o
rentable, lo cual a menudo resulta en conocimientos particulares en lugar de
universales. Este tipo de investigación genera conocimientos que son específicos y
validados para aplicaciones concretas, como lo indican las patentes o secretos
industriales que protegen. A diferencia de la ciencia académica, que busca
conocimientos generalizables y aplicables en diversas situaciones, la ciencia
posacadémica está más enfocada en resolver problemas específicos y no
necesariamente busca generar conocimiento universalmente aplicable.
● La ciencia posacadémica no está guiada por el desinterés ni la curiosidad, sino por
objetivos pragmáticos y utilitarios. Su enfoque se centra en resolver problemas
específicos o aumentar las ganancias empresariales, más que en generar
conocimientos interesantes o universales. Este tipo de investigación busca
principalmente aplicaciones prácticas y efectivas, valorando la utilidad sobre la
generación de teorías universales o la ampliación del conocimiento abstracto.
● La ciencia posacadémica no siempre busca la originalidad, ya que su objetivo
principal es encontrar aplicaciones prácticas y rentables del conocimiento existente.
A menudo, las innovaciones en este campo pueden surgir de la aplicación novedosa
de conocimientos teóricos tradicionales, sin necesariamente generar nuevo
conocimiento teórico académico.
● En la ciencia posacadémica, no es necesario adoptar el escepticismo y el análisis
crítico como lo hace la ciencia académica. El principal objetivo es utilizar el
conocimiento existente para ofrecer soluciones prácticas que resuelvan problemas
sociales o mejoren la rentabilidad de la empresa que financia la investigación.

La ciencia posacadémica se caracteriza por su configuración heterogénea tanto a nivel


cognitivo como institucional. Los equipos de investigación pueden incluir científicos de
diversas instituciones académicas, funcionarios públicos en investigaciones
gubernamentales, o empleados y directivos de empresas en investigaciones privadas. Esta
forma de ciencia es interdisciplinaria y transdisciplinaria, involucrando investigadores de
diferentes disciplinas para abordar problemas complejos que trascienden las categorías
tradicionales de una sola disciplina científica.

La ciencia posacadémica se caracteriza por su configuración heterogénea tanto a nivel de


los equipos de investigación como de los lugares físicos donde se desarrolla. Los equipos
pueden estar compuestos por expertos de diferentes disciplinas, como ingenieros en
alimentos, nutricionistas, médicos, entre otros. Además, la investigación ya no se limita a las
universidades, sino que también se lleva a cabo en oficinas gubernamentales, laboratorios
en fábricas y otros entornos no académicos

La investigación posacadémica, aunque diferenciada de la ciencia académica, interactúa


con ella de manera significativa. Las instituciones académicas no solo forman a los
investigadores necesarios para ambos tipos de investigación, sino que también las
investigaciones fuera de las universidades pueden motivar nuevos proyectos académicos.
Esta interacción es facilitada por la capacidad de las instituciones académicas para generar
recursos humanos calificados. Muchos científicos encuentran en la ciencia posacadémica
una alternativa viable para su desarrollo profesional, adaptando sus intereses científicos
para contribuir a soluciones sociales e industriales.

La ciencia posacadémica, al cambiar los objetivos de la investigación hacia fines


económicos y utilitarios, transforma la naturaleza del conocimiento científico. Financiada por
el sector privado, enfatiza el beneficio económico sobre el prestigio académico, la
patentización sobre la publicación, y a menudo privatiza o incluso oculta el conocimiento
generado. Esta orientación reduce la necesidad de validación por pares y de ser
constantemente desafiado mediante nuevos estudios experimentales. Además, al priorizar
la utilidad, se desprecian aspectos valiosos pero no instrumentales del conocimiento
científico académico, como su capacidad crítica para analizar y cuestionar las estructuras
sociales y económicas contemporáneas.

En entornos institucionales heterogéneos donde interactúan científicos universitarios y


directivos empresariales con capital para financiar investigaciones, son comunes los
conflictos de intereses. Un ejemplo destacado es el patrocinio por parte de la Sugar
Research Foundation (Fundación de Investigación sobre el Azúcar, SRF) en las décadas de
1960 y 1970 de investigaciones que minimizaban los riesgos del consumo de sacarosa
mientras culpaban a las grasas de la enfermedad coronaria. Esto refleja cómo los intereses
empresariales pueden influir en la investigación científica para promover productos
específicos y aumentar la participación de mercado del azúcar en lugar de abordar
objetivamente los riesgos para la salud.

En sus propias palabras:


Los principales nutricionistas están señalando la conexión química
entre la dieta alta en grasas [de los estadounidenses] y la formación
de colesterol que obstruye parcialmente nuestras arterias y capilares,
restringe el flujo de sangre y causa presión arterial alta y problemas
cardíacos... si pones [al hombre de mediana edad] en una dieta baja
en grasas, el colesterol en sangre tardará solo cinco días en llegar a
donde debería estar. Si las industrias de carbohidratos recupera-
ran este 20 por ciento de las calorías en la dieta estadounidense (la di-
ferencia entre el 40 por ciento que tiene la grasa y el 20 por ciento que
debería tener) y si el azúcar mantiene su participación actual en el
mercado de carbohidratos, este cambio significaría un aumento per
cápita en el consumo de azúcar de más de un tercio con una tremenda
mejora en la salud general (Kearns et al., 2016: 2, nuestra traducción).

En 1962, la Sugar Research Foundation (SRF) comenzó a preocuparse por estudios


científicos que indicaban que una dieta alta en azúcar podría elevar el nivel de colesterol en
sangre. Estudios del médico británico John Yudkin sugerían que las grasas saturadas y el
consumo de sacarosa eran causas significativas de enfermedades coronarias. En
respuesta, la SRF financió investigaciones para cuestionar los estudios que vinculaban el
azúcar con problemas cardíacos, buscando detectar debilidades en esos estudios,
corregirlas y publicar datos que refutaran esas afirmaciones.

En 1965, la Sugar Research Foundation (SRF) invitó a Fredrick Stare, presidente del
Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, a
unirse a su Scientific Advisory Board como miembro ad hoc. Stare, reconocido por su
investigación sobre las causas dietéticas de la enfermedad coronaria, fue consultado por
diversas instituciones científicas prestigiosas. Ese mismo año, la SRF aprobó el Proyecto
226, que consistía en revisar críticamente la investigación científica sobre carbohidratos y
metabolismo del colesterol.

Como parte de este proyecto, la SRF financió a investigadores del departamento de Stare
en Harvard para escribir revisiones críticas de estudios que podrían afectar las ventas de
azúcar. En 1967, se publicó una revisión en el New England Journal of Medicine titulada
"Dietary Fats, Carbohydrates and Atherosclerotic Disease" (Grasas dietéticas, carbohidratos
y enfermedad aterosclerótica). Esta revisión cuestionó la calidad de estudios individuales
que vinculaban el consumo de azúcar con enfermedades coronarias, incluyendo el trabajo
de John Yudkin, argumentando que contenían datos cuestionables o interpretaciones
incorrectas. La revisión se enfocó en posibles sesgos de los estudios y de la evidencia
tomada individualmente, en lugar de destacar la consistencia entre diversos estudios y la
evidencia epidemiológica, experimental y mecánica que apoyaba la conexión entre azúcar y
niveles elevados de colesterol.
Además, la revisión exageró la importancia de ensayos clínicos aleatorizados que
mostraban que reemplazar grasas con sacarosa mejoraba los niveles de colesterol,
concluyendo que la única intervención dietética necesaria para prevenir enfermedades
coronarias era reducir el colesterol en la dieta estadounidense.

En el caso de la investigación financiada por la Sugar Research Foundation, no se trató de


fraude científico, ya que no hubo adulteración de resultados ni defensa de hipótesis
científicas claramente incorrectas. Utilizaron herramientas como la publicación y la revisión
por pares, aprovechando el escepticismo propio de la ciencia académica. Sin embargo, el
interés mercantilista llevó a destacar ciertos estudios y minimizar otros, creando un sesgo
evidente. Aunque el papel de las grasas saturadas en enfermedades cardiovasculares es
bien establecido, enfocarse solo en este aspecto habría ignorado que el alto consumo de
azúcar también puede ser un factor de riesgo para enfermedades cardíacas.

En resumen, la investigación financiada por la Sugar Research Foundation ilustra los


riesgos de la ciencia posacadémica sin contrapesos de la ciencia académica independiente.
Aunque la ciencia posacadémica contribuye con tecnologías y conocimientos valiosos para
el desarrollo económico y social, a menudo necesita de la investigación académica para
contrarrestar los sesgos inducidos por intereses económicos. Las instituciones académicas
juegan un papel crucial como defensores del pluralismo en la investigación científica,
proporcionando un contrapeso necesario frente a los conflictos de intereses que pueden
comprometer el bienestar público.
Presentación.
La filosofía de la ciencia ha evolucionado desde considerar la investigación científica como una actividad
autónoma con sus propios criterios de racionalidad, a verla como una actividad influenciada por la
sociedad. La epistemología social estudia cómo la ciencia no solo está influenciada por valores
epistémicos (como la simplicidad y la adecuación empírica), sino también por valores no epistémicos al
describir el mundo, formular nuevas hipótesis y evaluarlas empíricamente.

Los valores de sexo-género del investigador pueden afectar la descripción de fenómenos, la formulación
de hipótesis y su investigación. Por ejemplo, la creencia sexista de que la planificación familiar es
responsabilidad de las mujeres impulsó la investigación de anticonceptivos hormonales femeninos en
lugar de masculinos. Además, los valores institucionales también impactan el tipo de conocimiento
producido. La Fundación de Investigación sobre el Azúcar de EE. UU. financió estudios para sembrar
dudas sobre la relación entre la sacarosa y las enfermedades cardíacas, lo que motivó la necesidad de
investigaciones de instituciones sin intereses comerciales.

La ciencia y la sociedad están interrelacionadas. Los valores socioculturales e institucionales de una


época influyen en las decisiones de investigación y en cómo se llevan a cabo. A su vez, las
investigaciones científicas afectan la vida de las personas y la organización social. Por ejemplo, la pastilla
anticonceptiva permitió a las mujeres planificar su maternidad, lo que les brindó mayores oportunidades
laborales y una mayor autonomía económica, generando cambios significativos en la sociedad.

La pastilla anticonceptiva tuvo efectos adversos que pusieron en riesgo la salud de algunas mujeres, lo
que generó un debate sobre por qué solo se medicaba a las mujeres. Este cuestionamiento al sexismo
original de la píldora, en un contexto de avance de los derechos femeninos, impulsó la investigación de
nuevos métodos de planificación familiar que no afectaran solo el cuerpo de las mujeres, como la pastilla
anticonceptiva masculina actual.

Las investigaciones sobre la influencia de la dieta en las enfermedades cardíacas han tenido un impacto
significativo en la vida de las personas. Saber qué alimentos afectan el funcionamiento del corazón es
crucial para mejorar y prolongar la vida. Por eso, es importante que diversas instituciones investiguen
estos temas, más allá de los intereses económicos de las empresas alimentarias.

Las investigaciones científicas y su impacto social muestran las complejas interacciones entre la ciencia y
la sociedad. Aunque la ciencia puede aportar soluciones, también puede generar nuevos problemas. Por
ejemplo, la píldora anticonceptiva otorga a las mujeres mayor autonomía sobre su cuerpo, pero puede
tener efectos negativos en su salud. Esta dualidad genera una percepción ambigua de la ciencia en el
público. Mientras se espera que la ciencia resuelva problemas globales como los ambientales y de salud
pública, también se temen consecuencias negativas de sus aplicaciones. Por ello, es esencial que las
personas se informen sobre los avances científicos y sus posibles impactos. La comunicación pública de
la ciencia y la tecnología (CPCT) juega un rol crucial en este contexto, involucrando a diversos actores
como científicos, políticos, empresarios, periodistas, activistas y ciudadanos.
En la última parte del libro, se aborda la comunicación pública de la ciencia y la tecnología (CPCT), dada
su creciente influencia en las esferas políticas, económicas y sociales. En el apartado 11.1, se caracterizan
tres modelos de CPCT según Sarah Tinker Perrault (2013):

1. **Modelo de la Apreciación Pública de la Ciencia y la Tecnología (PAST)**: se centra en aumentar la


apreciación y el conocimiento del público sobre la ciencia.

2. **Modelo del Compromiso Público con la Ciencia y la Tecnología (PEST)**: busca involucrar
activamente al público en el proceso científico.

3. **Modelo de la Comprensión Crítica de la Ciencia (CUSP)**: promueve una comprensión crítica de la


ciencia, evaluando tanto sus beneficios como sus riesgos.

En esta sección se explorarán las relaciones entre ciencia y sociedad en el contexto de la comunicación
pública de la ciencia y la tecnología (CPCT) y se mencionarán las diferentes concepciones del rol del
comunicador asociadas a estos modelos. En el apartado 11.2, se discutirá cómo los modelos PAST y
CUSP abordan la toma de decisiones en problemas de gran impacto social relacionados con la ciencia.
Según el modelo PAST, las decisiones las toman los expertos, mientras que el modelo CUSP propone una
toma de decisiones democrática con la participación de todos los interesados. Estas ideas suelen reflejarse
en los contratos que establecen la relación entre ciencia y sociedad. Finalmente, en el capítulo 12, se
presentará una forma en la que la CPCT puede contribuir a la construcción de un nuevo contrato que
refleje los desafíos de las sociedades tecnocientíficas contemporáneas.

Capítulo 11
Ciencia, sociedad | y comunicación pública
de la ciencia.
A lo largo de la historia, tanto la práctica científica como las concepciones de la ciencia han cambiado,
transformando también la relación entre ciencia y sociedad, los alcances de la ciencia y las instituciones
involucradas. Estas relaciones comenzaron a formarse en los siglos XVI y XVII con el surgimiento y
consolidación de la ciencia moderna. La alfabetización científica se remonta al siglo XVIII, cuando los
científicos empezaron a divulgar sus descubrimientos al público general para legitimar su trabajo. Sin
embargo, el término "alfabetización científica" fue acuñado recién a mediados del siglo XX por Hurd
(1958) para revalorizar la educación científica en la formación escolar.

La enseñanza del conocimiento científico en los distintos niveles educativos despertó el interés por la
ciencia en los jóvenes, algunos de los cuales se convirtieron en científicos. Además, promovió la ciencia
como un conocimiento útil y emancipador que mejora la vida de las personas. En este contexto, surgió la
reflexión sobre la necesidad de difundir y comunicar el conocimiento científico al público no
especializado.
La "comunicación pública de la ciencia y la tecnología" es un campo amplio y multifacético que abarca
diversas actividades relacionadas con la ciencia y la tecnología en la sociedad. Se puede entender como
un campo disciplinario conocido también como "comunicación científica", o como un conjunto de
prácticas diversas según autores como Broks (2006) y Trench y Bucchi (2010). Incluye la comunicación
entre comunidades científicas, grupos de interés, funcionarios estatales y el público en general. Ejemplos
de estas actividades son las noticias de ciencia en periódicos generales o suplementos especializados,
libros de divulgación escritos por científicos, documentales de televisión sobre temas científicos,
programas de radio dedicados a ciencia y tecnología, museos y exposiciones científicas, sitios web y
blogs, así como manuales escolares de ciencias, entre otros.

La "comunicación pública de la ciencia y la tecnología" abarca una amplia gama de actividades realizadas
por diversos agentes y dirigidas a audiencias con niveles variados de alfabetización científica,
expectativas, intereses, creencias y valores. Esto representa un desafío para su estudio. En este capítulo se
explorará cómo los modelos de comunicación científica han evolucionado junto con los cambios en la
propia ciencia. El surgimiento de la "ciencia posacadémica", según la conceptualización de Ziman, ha
llevado a nuevas formas de entender la comunicación científica.

Sarah Tinker Perrault (2013) identifica tres modelos de comunicación científica que van desde una
relación unidireccional dirigida por la autoridad científica (PAST) hasta relaciones interactivas y críticas
facilitadas por expertos en comunicación (CUSP). En medio de este espectro se encuentra el modelo de
Compromiso Público con la Ciencia y la Tecnología (PEST).

11.1. Modelos de comunicación pública


de la ciencia de Sarah Tinker Perrault
Aunque los modelos de comunicación de la ciencia se presentan como formas separadas, frecuentemente
se encuentran combinaciones de sus características. En los siguientes apartados se explorarán las
características centrales de estas diferentes formas de entender la comunicación de la ciencia y la
tecnología.

El modelo de déficit (PAST)


El modelo de comunicación pública de la ciencia conocido como PAST (Tinker Perrault, 2013), también
llamado modelo lineal o de déficit (Felt, 2000), concibe la comunicación como un proceso unidireccional
donde los científicos son los productores de conocimiento genuino, el público se percibe como
consumidores pasivos de conocimiento, y los mediadores simplemente traducen información. Este
modelo implica una jerarquía donde el conocimiento científico se considera superior y separado del
conocimiento popular, con la información fluyendo solo de los científicos hacia el público. Los científicos
tienen el monopolio del estatus de expertos y establecen los estándares a los cuales el público aspira pero
nunca alcanza. Esta visión deficitaria considera al público como ignorante y refractario, enfocándose en
educarlo mediante información persuasiva para que aprecie el valor intrínseco de la ciencia.
En la traducción del conocimiento científico, se emplean dos enfoques principales: el periodismo
especializado en ciencia y la divulgación científica. El periodismo especializado se centra en situar
socialmente los contenidos científicos y tecnológicos, destacando su relevancia actual y cubriendo temas
de actualidad de manera accesible para un público heterogéneo. Por otro lado, la divulgación científica se
enfoca en hacer comprensibles los contenidos científico-tecnológicos de manera atemporal, dirigida por
científicos hacia audiencias interesadas previamente, estudiantes o científicos de otras disciplinas.

El modelo lineal de comunicación científica se remonta a la noción de "popularización" del siglo XVIII.
En sus inicios, la popularización de la ciencia fue un género narrativo destinado a hacer accesible el
conocimiento científico a audiencias generales y no expertas, muchas veces dirigido específicamente al
público femenino considerado curioso pero ignorante. Esta forma de comunicación se manifestaba a
través de diarios que presentaban descubrimientos científicos, museos de ciencia, conferencias públicas y
grandes exhibiciones y ferias. Ejemplos tempranos de popularización incluyen obras como
"Conversaciones acerca de la pluralidad de los mundos" de Fontenelle (1686), que explicaba el modelo
heliocéntrico de Copérnico mediante conversaciones entre un filósofo y una marquesa. Otros ejemplos
son "Newtonianismo para mujeres" de Algarotti (1739) y "Astronomía para mujeres" de Lalande (1785).

En la segunda mitad del siglo XIX, la popularización científica y los divulgadores se beneficiaron de
cambios en el mercado editorial y del aumento de las audiencias lectoras. Surgió la figura del divulgador
científico, quien no solo escribía libros, sino que también ofrecía conferencias públicas. El éxito de estos
divulgadores destacó la creciente influencia cultural de la ciencia. Durante este período, periódicos y
revistas como The Scientific American, fundado en 1845, y Nature, fundado en 1869 en el Reino Unido,
comenzaron a difundir la ciencia y continúan haciéndolo hasta el día de hoy.

El fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 marcó el comienzo de la Guerra Fría, un enfrentamiento
ideológico, político y militar entre el bloque occidental liderado por Estados Unidos y el bloque oriental
liderado por la Unión Soviética. Esta división geopolítica intensificó la competencia científica y
tecnológica entre las potencias, impulsando el avance científico. En 1957, el lanzamiento del Sputnik 1
por la Unión Soviética, el primer satélite artificial, subrayó la fe en la ciencia como motor del progreso
tecnológico. Esta era geopolítica transformó la noción de popularización científica en Estados Unidos y
Europa occidental.

En un informe de 1945, Vanevar Bush, asesor del presidente de Estados Unidos, redefinió el rol social y
político de la ciencia. Argumentó que el Estado debería invertir en investigación científica, ya que dicha
inversión no solo generaría riqueza económica, sino también progreso social y poderío militar.

Durante el siglo XX, con el surgimiento y apogeo de la ciencia posacadémica, se intensificó el uso de la
popularización científica para promover y legitimar la ciencia ante el público general. Esto condujo al
desarrollo de nuevas estrategias y canales de popularización, incluyendo asociaciones entre instituciones
científicas y la industria del entretenimiento, como los estudios de Hollywood. Muchos científicos
empezaron a utilizar la consultoría como una manera de contrarrestar la imagen negativa de la ciencia tras
la Segunda Guerra Mundial, buscando mitigar la desconfianza pública hacia los desarrollos tecnológicos.
Por ejemplo, la viróloga Anne Simon, consultora de la serie Los Expedientes Secretos X y su versión
cinematográfica, realizó su trabajo sin cobrar honorarios, considerándolo un servicio a la ciencia (Kirby,
2003).

Las películas de divulgación científica desempeñan un papel crucial en la comunicación pública de la


ciencia y la tecnología, según Kirby (2003). Estas películas tienen un impacto significativo en las
creencias culturales sobre la ciencia al moldear, cultivar o reforzar los significados culturales asociados.
La alianza entre la ciencia y el cine beneficia a ambas partes: los cineastas utilizan consultores científicos
para legitimar sus puntos de vista, aprovechando el prestigio del conocimiento científico en la sociedad.
Ejemplos como los documentales Fed Up y Nuclear Now destacan cómo los cineastas entrevistan a
expertos para respaldar sus argumentos sobre temas como la obesidad causada por la industria alimentaria
y el potencial de la energía nuclear para combatir el cambio climático, respectivamente.

Las relaciones públicas se definen como una práctica orientada a establecer una comunicación
bidireccional entre una organización y el público en general, con el objetivo de influir en la opinión
pública. Esta actividad busca persuadir al público para obtener su consenso, fidelidad y apoyo hacia
acciones actuales o futuras de la organización, al mismo tiempo que se informa y escucha activamente a
la audiencia.

En la actualidad, la ciencia enfrenta limitaciones crecientes en recursos financieros y humanos, así como
en la aceptación social por parte del público, políticos y financiadores. Esto ha llevado a muchos
científicos a adoptar prácticas de relaciones públicas para aumentar su visibilidad en el ámbito público y
proyectar una imagen positiva de sus investigaciones. Casos como el Proyecto Genoma Humano,
financiado desde 1990 por agencias del gobierno de Estados Unidos, ilustran cómo proyectos científicos
complejos pueden generar campañas publicitarias exageradas al completar sus objetivos. Aunque la
secuenciación del genoma humano es crucial para la genética clínica y biomedicina, su impacto a menudo
se sobreestima, ya que conocer la secuencia genética no predice completamente cómo se expresarán esos
genes en el fenotipo del organismo.:
El Proyecto Genoma Humano (HGP), coordinado por el Departamento de Energía y los Institutos
Nacionales de Salud de Estados Unidos, se inició a principios de la década de 1990 y concluyó en 2003.
Sus objetivos principales incluyeron la identificación de los aproximadamente 20.000-25.000 genes del
ADN humano, la determinación de las secuencias de los 3000 millones de pares de bases químicas que
componen el ADN humano, y el almacenamiento de esta información en bases de datos accesibles.
Además, buscaba mejorar las herramientas para el análisis de datos, transferir las tecnologías relacionadas
al sector privado, y abordar las implicaciones éticas, legales y sociales que pudieran surgir del proyecto.

En la práctica de la Comunicación Pública de la Ciencia y la Tecnología (CPCT), las actividades como el


periodismo científico, la divulgación científica y las relaciones públicas de la ciencia frecuentemente se
combinan. Por ejemplo, el periodismo científico puede incluir elementos de divulgación científica,
mientras que las relaciones públicas de la ciencia a menudo utilizan técnicas de comunicación similares al
periodismo y la divulgación científica. Sin embargo, las intenciones detrás de quienes producen,
informan, divulgan o promocionan el conocimiento científico no siempre están claramente definidas.

Ahora bien, el modelo deficitario es problemático por las siguientes razones,

• primero: Este enfoque tiende a ver la ciencia como una "caja negra" donde los hechos ingresan y
se producen verdades sobre el mundo. Sin embargo, esta visión simplista ignora que la ciencia es
una institución social donde los descubrimientos novedosos son inciertos y los hechos
establecidos se aplican en contextos sociales, culturales, políticos y personales complejos.

• segundo: Este punto critica la simplificación de los roles en la comunicación científica, donde las
personas son categorizadas únicamente como científicos o no científicos. Se destaca que esta
clasificación ignora que un científico, fuera de su área de especialización, no posee más
conocimiento experto que el público en general.

• tercero: Este punto critica el modelo de comunicación científica que asume un déficit únicamente
del lado del público. Según este modelo, se considera que la ciencia tiene mucho que ofrecer al
público, pero no tiene nada que aprender de él, y tampoco necesita reflexionar sobre sus propios
procesos internos.

• cuarto: Este punto critica un modelo de comunicación científica lineal donde los científicos
producen conocimiento, que se transmite al público en su forma original sin interacción. Según
esta visión, no hay espacio para interacciones significativas entre la ciencia y la sociedad, ni se
considera al público como participante activo en el proceso científico. Este modelo refleja un
enfoque clásico que ve a la ciencia como la búsqueda objetiva de la verdad, con la misión de
educar a un público considerado carente de conocimiento, y se considera exitoso cuando el
público adopta correctamente las perspectivas científicas.

• quinto: Este punto señala que el modelo de comunicación científica lineal no cumple con las
expectativas de sus promotores, a pesar de décadas de esfuerzos en campañas informativas y
programas educativos. A pesar de estos intentos, no se ha logrado aumentar significativamente la
comprensión científica del público

• secto: Se argumenta que la percepción pública sobre la ciencia no refleja una pérdida
generalizada de confianza o interés, como indican estudios como el "Compendio de indicadores
de ciencia e ingeniería 2012" del Consejo Nacional de Ciencia de Estados Unidos. Sin embargo,
puede haber resistencia hacia la ciencia en contextos específicos donde las aplicaciones
científicas tienen impactos directos y negativos, como la instalación de plantas nucleares o el uso
de herbicidas. El modelo PAST, que promueve la ciencia como motor del progreso sin
cuestionamientos críticos sobre sus alcances y límites, no aborda adecuadamente este fenómeno.

El modelo del compromiso público con la ciencia

y la tecnología (PEST)
En la década de 1970, surgió una crítica al modelo lineal y a la noción de popularización del
conocimiento científico. Se cuestionó la demarcación rígida entre el conocimiento científico genuino y el
conocimiento popular, considerándola problemática. Se empezó a argumentar que los no expertos tienen
sus propios modelos y concepciones del mundo que no pueden ser simplemente ignorados o desestimados
como demasiado simplistas. Esta reflexión marcó un cambio hacia enfoques más inclusivos y
participativos en la comunicación científica.

En respuesta al cuestionamiento de la distinción estricta entre conocimiento científico y popular, la


dicotomía entre textos científicos y de divulgación se desdibuja en favor de una continuidad. Se enfatiza
que tanto la popularización como el conocimiento popular contribuyen a la producción de conocimiento y
pueden influir en las teorías científicas. La popularización ya no se limita a hacer accesible el
conocimiento científico (modelo PAST), sino que se entiende cada vez más como una construcción de
significado activa y dinámica.

El modelo PEST representa una mejora respecto al modelo de déficit (PAST) al enfocarse en la
comunicación de la ciencia como un diálogo bidireccional. Este enfoque promueve la interacción entre
científicos, ciudadanos, políticos, gobierno y periodistas especializados, buscando mejorar la comprensión
mutua y abordar las preocupaciones del público. A diferencia del modelo de déficit, que solo transmite
información de manera unilateral, el modelo de diálogo permite que los científicos escuchen y respondan
a las preocupaciones y preguntas del público. No obstante, el modelo de diálogo también enfrenta varios
desafíos que deben ser abordados.
• primero: El modelo PEST, que promueve el diálogo entre ciencia y sociedad, enfrenta críticas por
separar artificialmente estos ámbitos. Según Tinker Perrault (2013), esta separación es
inapropiada porque la ciencia no puede considerarse como una entidad independiente de la
sociedad en la que opera. Comparándolo con la función del bazo en el cuerpo humano, la autora
argumenta que entender la ciencia sin considerar su interacción con la sociedad es como estudiar
un órgano aislado del resto del organismo. Esta crítica subraya la necesidad de integrar la ciencia
en su contexto social para una comprensión más completa y efectiva de su impacto y función.

• segundo: El modelo PEST, aunque promueve el diálogo entre ciencia y sociedad, continúa
centrado en la ciencia misma. Según críticas, las discusiones sobre los conflictos entre ciencia y
sociedad a menudo implican que el problema reside en la sociedad. Se presupone que cualquier
cambio necesario en esta relación debe provenir del público, sin considerar cómo la ciencia o su
interacción con la sociedad podrían también cambiar. Esto sugiere que el modelo puede limitarse
al no contemplar las posibles transformaciones bidireccionales en la relación entre ciencia y
sociedad.

• tercero: El modelo PEST, al considerar la ciencia como una institución incuestionable, refleja la
concepción del modelo de déficit al ver la ciencia como la búsqueda objetiva de la verdad. Esto
implica que las preocupaciones del público son vistas como una falta de comprensión de la
ciencia en lugar de reconocer problemas genuinos asociados con ella. Aunque promueve el
diálogo entre todos los agentes sociales en controversias científicas, tiende a evaluar las
preocupaciones públicas como resultado de la ignorancia, no como posturas legítimas basadas en
preocupaciones de salud pública, éticas o políticas.

El modelo PEST desafía la distinción tradicional entre el público lego y la ciencia al promover el diálogo
bidireccional entre ambos. Sin embargo, las discusiones actuales sobre ciencia y sociedad continúan
sugiriendo una separación clara entre el público general y los expertos científicos. Esta demarcación se
convierte en una cuestión política crucial en el debate sobre la comunicación pública de la ciencia y la
tecnología (CPCT), ya que determina quién tiene legitimidad para reclamar experiencia. Esto implica que
mantener fronteras y regular el acceso al sistema científico puede perpetuar el poder de los científicos y
algunos formuladores de políticas sobre la percepción y el entendimiento públicos de la ciencia.

Los nuevos enfoques críticos emergen de científicos y científicas que cuestionan la relación entre ciencia
y sociedad, rechazando las estrategias comunicativas que perpetúan el poder establecido. Estos enfoques
ponen en tela de juicio tanto el modelo lineal de comunicación como la distinción entre ciencia y
sociedad, argumentando que son construcciones sociales que sirven a intereses específicos.

Los enfoques críticos revisan las concepciones tradicionales de experto y público, cuestionando la
supuesta falta de valoración pública hacia la ciencia y la separación entre conocimiento científico y
popular. Critican la supremacía del conocimiento científico y la tecnocracia, abogando por el
involucramiento ciudadano en las políticas públicas científicas y en la toma de decisiones sobre
problemas sociales como el cambio climático.

La comprensión crítica de la ciencia y la tecnología (CUSP).


El modelo CUSP, también conocido como modelo de deliberación, busca abordar las limitaciones de los
modelos deficitario y de diálogo en la comunicación científica. Propone una comunicación de la ciencia
que examine todos los elementos relevantes de su interacción con la sociedad: el contexto de producción
del conocimiento, quién lo genera, cómo se financia, quién se beneficia de él y cuáles son sus posibles
impactos sociales. Este enfoque no ve la comunicación científica como un proceso lineal de difusión de
información, sino como un proceso multidimensional y contextual.

El modelo CUSP, según Longino y otros investigadores, destaca cómo la ciencia opera en interacción
dinámica con las necesidades y valores sociales. La investigación científica es esencialmente social,
donde las teorías son evaluadas mediante procesos críticos que incorporan datos empíricos y supuestos
permeables a valores externos. Este enfoque reconoce que el conocimiento científico es un proceso
colectivo y no meramente individual, siendo influenciado por diversos agentes con distintas formaciones.
CUSP promueve la participación de estos agentes en el análisis de las implicaciones de los avances
científico-tecnológicos.

El modelo CUSP se diferencia de los modelos PAST y PEST en dos aspectos fundamentales. Primero, en
términos epistemológicos, mientras que PAST y PEST se basan en una concepción clásica de la ciencia,
CUSP adopta una epistemología social. Esto significa que los hechos científicos surgen y se mantienen a
través de complejas interacciones entre productores y consumidores de conocimiento, en contextos
sociales y culturales específicos. CUSP enfatiza cómo se utiliza socialmente el conocimiento científico y
el proceso de construcción de significado que acompañan a los productos científico-tecnológicos, más que
la mera exactitud en la comunicación de los hechos científicos. Segundo, en cuanto a su origen, mientras
PAST y PEST son implementados por instituciones científicas o públicas, CUSP surge de la reflexión
crítica dentro del ámbito académico.

Puede afirmarse que el modelo CUSP presenta cuatro ventajas en comparación con los modelos PAST y
PEST.

• primero: El modelo CUSP se distingue por su enfoque en las interacciones dinámicas entre las
diversas esferas de la ciencia y la sociedad, en lugar de centrarse exclusivamente en la ciencia
como una entidad separada. Se reconoce que la ciencia está integrada con otras instituciones
sociales y se enfatizan las interacciones relevantes entre ellas. Por ejemplo, al discutir los efectos
del consumo de azúcar en la salud, se observa que la divulgación de información nutricional
puede variar significativamente entre una empresa con fines comerciales y expertos como
cardiólogos o nutricionistas. Esto ilustra cómo el significado del conocimiento científico, como la
necesidad de azúcar para el funcionamiento del cuerpo, se ve influenciado por el contexto social,
incluyendo hábitos de consumo y el contexto cultural más amplio

• segundo: En el modelo CUSP, la experticia se entiende como un constructo diverso y no


uniforme. La comunicación científica involucra a grupos diversos que contribuyen con
perspectivas y conocimientos distintos. Se valora tanto las formas científicas como las no
científicas de generar conocimiento, reconociendo que todos los participantes tienen interés en los
resultados de las deliberaciones y discusiones. La etnofarmacología es una disciplina
multidisciplinaria que estudia el conocimiento médico indígena y las medicinas tradicionales con
el objetivo de mejorar la atención de la salud y descubrir principios farmacológicos únicos en
remedios indígenas. Surgida en la década de 1970, combina antropología, toxicología, química y
biología. Reconoce que los pueblos originarios poseen conocimientos valiosos sobre plantas,
hongos, animales y minerales y sus efectos biológicos, transmitidos oralmente o registrados en
textos. Muchos fármacos modernos derivan de estos conocimientos, destacando la importancia de
revalorizar el saber popular en la investigación científica actual. En disciplinas como la
arqueología, habilidades no tradicionales como la peluquería han demostrado ser útiles. Janet
Stephens, una peluquera aficionada, reconstruyó peinados antiguos romanos utilizando métodos
históricos auténticos, desmintiendo la creencia previa de que estos eran pelucas. Sus hallazgos
han sido publicados en varios artículos, destacando cómo el conocimiento popular puede
complementar y enriquecer el conocimiento científico establecido, desafiando así la dicotomía
entre ambos tipos de conocimiento.

• tercero: El tercer punto resalta que la comunicación de la ciencia tiene una responsabilidad dual:
informar y educar al público, pero también explorar y cuestionar. Mientras que los modelos
PAST y PEST tienden a suprimir el papel crítico, CUSP propone que las personas tienen una
alfabetización científica que les permite apreciar el conocimiento científico en términos de sus
posibilidades y limitaciones. A lo largo de su educación, han accedido a la ciencia de diversas
maneras, lo que les proporciona recursos para evaluar cómo los avances científicos pueden
afectar sus vidas. En este sentido, la crítica no reemplaza la información, sino que la
complementa: no solo es importante el conocimiento en sí mismo, sino también la capacidad de
reflexionar y actuar sobre ese conocimiento.

• cuarto: El cuarto punto destaca que CUSP se adapta a la percepción pública de la ciencia, la cual
incluye dos actitudes distintas. Por un lado, existe un entusiasmo general por los avances
científicos y sus productos. Por otro lado, hay una crítica hacia ciertas formas y aplicaciones
específicas de la investigación científica, percibidas como amenazas para la calidad de vida
humana y no humana. Un ejemplo destacado es el debate sobre los efectos de la ingeniería
agroquímica, particularmente en relación con el uso del glifosato en semillas genéticamente
modificadas. Aunque las empresas agrotecnológicas sostienen su seguridad, diversas
investigaciones han concluido que el glifosato es tóxico para los seres humanos, cultivos no
modificados genéticamente, y diversas especies de aves y anfibios. Este debate ha llevado a
restricciones y prohibiciones en su uso en varios países, incluidos algunos de Europa.

El modelo de comunicación CUSP busca alinearse con la percepción ambivalente que el público tiene
hacia la ciencia, en lugar de intentar corregirla de manera unidireccional. Se enfoca en una comunicación
científica que puede elogiar los logros de la ciencia cuando corresponde, pero también cuestionarla
cuando sea necesario. Además, busca explicar la ciencia en términos que la sitúen en un contexto social,
cultural y material. La premisa de CUSP es que un examen crítico permite mantener una imagen de la
ciencia que refleje adecuadamente tanto sus beneficios como sus posibles riesgos.

11.2. La relación ciencia-sociedad.


Los científicos y las científicas sociales que examinan las relaciones ciencia-sociedad sostienen que hay
que distinguir entre las expresiones “ciencia y sociedad” y “ciencia en sociedad”. resumen porfavor

La expresión "ciencia y sociedad" se refiere a las relaciones generales que la ciencia establece con la
sociedad en su conjunto. Esto incluye políticas científicas que son parte de las políticas públicas diseñadas
y gestionadas por un Estado a través de su gobierno y administración pública para promover la
investigación y el conocimiento científico.

La noción de "ciencia y sociedad" está asociada a una política pública que defiende la separación entre la
ciencia y la sociedad. Esto se hace con el fin de preservar la autonomía de la ciencia frente a posibles
influencias políticas y sociales, según autores como Felt (2000) y Broks (2006).

En Gran Bretaña, instituciones como el comité de la Cámara de los Lores sobre ciencia y tecnología y el
Consejo de Investigación en Biotecnología y Ciencias Biológicas han elaborado informes en las décadas
de 1990 y 2000 que destacan la relación entre ciencia y sociedad como un diálogo. Estas agencias
gubernamentales consideran que la ciencia y la sociedad son ámbitos distintos e independientes, y se
esfuerzan por tender puentes entre ambos para que los ciudadanos se identifiquen con los propósitos
científicos.

La expresión "ciencia en sociedad" surgió más recientemente para enfatizar que la ciencia es una
institución social que forma parte integral de la sociedad. Contrariamente a la noción de "ciencia y
sociedad", que sugiere una separación entre ambos ámbitos, "ciencia en sociedad" reconoce que la ciencia
está intrínsecamente integrada en el entramado social. Este término subraya que la ciencia no es autónoma
ni está separada de la sociedad, sino que interactúa con otras instituciones sociales, estructurándose a
través de valores, reglas y normativas que organizan tanto la acción individual como colectiva en
contextos específicos.

En el modelo PAST, la comunicación entre científicos y no-científicos se caracteriza por una transmisión
lineal de conocimientos desde la autoridad científica hacia un público lego, que recibe la información de
manera pasiva. Este enfoque refleja la concepción de la ciencia y la sociedad como ámbitos separados,
típica del modelo de déficit en la comunicación pública de la ciencia.

En el campo de la comunicación pública de la ciencia y la tecnología (CPCT), la actividad es compleja y


altamente contextual, abarcando una amplia variedad de contenidos, estrategias, formatos, valores,
propósitos y funciones. Tradicionalmente, el modelo de déficit, que implica una transmisión
unidireccional de conocimientos desde la autoridad científica hacia un público pasivo, está siendo
cuestionado y reemplazado por enfoques que promueven el diálogo. Estos enfoques consideran a la
ciencia como parte integral de la sociedad, desafiando la noción de que la ciencia y la sociedad son
ámbitos separados.

Sin embargo, la transición hacia un modelo de diálogo completo no es automática ni completa. Aunque se
han desarrollado modelos alternativos que intentan corregir las deficiencias del modelo de déficit, en la
práctica aún coexisten elementos de ambos enfoques. Esto refleja una convivencia donde se mezclan
supuestos y problemas de ambos modelos, lo cual es objeto de estudio y reflexión por parte de expertos
en CPCT.

11.3. Los roles de los comunicadores.


Los comunicadores de ciencia conciben para ellos mismos roles que reflejan la tensión entre las
concepciones de PAST y CUSP. Según el modelo que se adopte, el comunicador científico tendrá una
concepción distinta de su rol. Se pueden distinguir tres roles entre quienes llevan adelante actos
comunicacionales sobre la ciencia: promotores, traductores y críticos.

Los promotores de la ciencia adoptan un rol entusiasta y celebratorio, describiendo la ciencia en términos
positivos y destacando sus logros. Ven la comunicación científica como una herramienta para corregir
supuestas deficiencias del público, como la falta de interés, la ignorancia, la irracionalidad y el miedo.
Este enfoque implica una perspectiva que considera que la ciencia es intrínsecamente beneficiosa y que
las dudas o la desconfianza hacia ella surgen principalmente de falta de información. Estos
comunicadores generalmente respaldan el modelo de déficit en la comunicación de la ciencia.

El enfoque de los promotores de la ciencia resulta problemático porque presupone una hostilidad
generalizada y desconfianza del público hacia la ciencia, lo cual no refleja necesariamente la realidad.
Estudios indican que la gente tiende a oponerse a la ciencia solo cuando perciben que ciertos aspectos
pueden afectar sus intereses personales. Además, al equiparar la ciencia con la búsqueda objetiva de la
verdad (cientificismo), este enfoque ignora que hay áreas y aplicaciones científicas que pueden tener
efectos perjudiciales. Esto genera una expectativa irreal sobre la ciencia y puede dañar su imagen, pues no
todos los resultados científicos son inherentemente benéficos.

Los discursos generados por la popularización de la ciencia no son exclusivos de los científicos; el
público también los utiliza para comprender y responder a la ciencia, aunque no siempre de la manera
deseada por los promotores de la ciencia. Por ejemplo, aunque es cierto que el azúcar contribuye al
funcionamiento de los órganos del cuerpo y que el glifosato puede ser menos tóxico que otros
agroquímicos anteriores, esto no descarta que en ciertos contextos puedan ser peligrosos para la salud.
Personas con condiciones como diabetes u obesidad, así como residentes cerca de cultivos transgénicos,
pueden emplear este conocimiento científico para destacar los problemas que estas sustancias les
ocasionan en su salud.

Los comunicadores que adoptan el rol de traductores se distancian de la ciencia y ven su función como la
de hacer comprensible la información científica para el público general. A diferencia de los promotores,
los traductores no solo buscan transmitir lo que los científicos sostienen, sino que también hacen accesible
la jerga científica para aquellos que no son expertos. Este rol implica no solo facilitar la comprensión de
la ciencia, sino también comunicar implícitamente su función y valor. Por ejemplo, al traducir
investigaciones científicas sobre suplementos dietarios como el magnesio, que supuestamente mejoran la
calidad del sueño y los síntomas de ansiedad, los traductores pueden influir en la percepción pública y en
el mercado de estos productos.

El rol del comunicador como traductor, aunque evita algunos problemas del rol de promotor al no exaltar
la ciencia de manera acrítica, también presenta sus propios desafíos. La metáfora de la traducción sugiere
que el lenguaje puede transmitir contenidos de manera neutral, pero la información científica se genera y
se utiliza de manera contextualizada, originándose en circunstancias históricas específicas para ser
utilizada por grupos o individuos particulares. Actuar como un traductor acrítico puede equipararse a
proporcionar publicidad para un producto, especialmente en áreas como las ciencias médicas, que están
altamente comercializadas.

En el rol de críticos, los comunicadores de la ciencia enfatizan dos funciones principales. En primer lugar,
la comunicación pública de la ciencia debe cumplir una función de vigilancia. Esto implica promover una
actitud precautoria donde se reconoce que la ciencia no solo ofrece soluciones, sino que también puede
generar nuevos problemas. Por lo tanto, se investiga ampliamente sobre la ciencia en términos de qué
instituciones la generan, quiénes se benefician, en qué contexto se desarrolla, cuál es su alcance y cuáles
pueden ser sus consecuencias tanto deseables como indeseables.

En el rol de críticos, los comunicadores científicos se comprometen a servir al público proporcionando la


información necesaria para que las audiencias puedan tomar decisiones informadas. Este enfoque implica
un interés escéptico y una voluntad de empoderar al público. Los comunicadores críticos se dedican a
investigar y cuestionar la ciencia desde varios ángulos, revelando casos de ética cuestionable, conflictos
de interés comerciales y prácticas de investigación deficiente. Por ejemplo, en el campo de la medicina y
la biotecnología, estos comunicadores podrían exponer investigaciones sesgadas financiadas por intereses
particulares, como el impacto de los alimentos transgénicos en la salud pública. Su objetivo es fomentar
un debate informado y promover investigaciones independientes que examinen adecuadamente las
posibles consecuencias de las prácticas científicas en la sociedad y el medio ambiente.

En el rol de crítico, los comunicadores científicos tienen la capacidad de hacer juicios sobre el mérito y la
validez de investigaciones científicas. Esta actitud escéptica no presupone la existencia de errores, sino
que reconoce que todo estudio científico debe ser objeto de una indagación crítica rigurosa. Algunos
comunicadores van más allá al incluir no solo juicios y evaluaciones, sino también al proporcionar a las
audiencias la información necesaria para que puedan tomar decisiones informadas. Este enfoque de
servicio revela la naturaleza inherente de la incertidumbre en la ciencia. Los comunicadores que
combinan estas dos funciones se adhieren a un modelo CUSP de comunicación científica, que promueve
un diálogo abierto sobre la ciencia, resaltando tanto sus beneficios como sus limitaciones.

El rol comunicacional crítico, según el modelo CUSP, difiere significativamente de los roles de promotor
y traductor en la comunicación científica. Los comunicadores críticos son conscientes de que el
conocimiento científico no garantiza automáticamente el apoyo a la ciencia, ya que puede llevar a una
mayor indagación, crítica e incluso al rechazo de ciertas aplicaciones científico-tecnológicas. En contraste
con el modelo PAST, que promueve la idea de que más conocimiento conduce a un mayor apoyo a la
ciencia, los defensores de CUSP argumentan que el apoyo a la ciencia está determinado por valores y la
evaluación de la utilidad potencial de las aplicaciones científicas específicas.
Los comunicadores críticos enfatizan la presentación realista de la ciencia en sus comunicaciones,
evitando ofrecer una imagen positiva e idealizada. Esto es crucial para promover un nuevo contrato social
entre la ciencia y la sociedad, donde el público desarrolle una confianza más cautelosa al entender tanto
los alcances como las limitaciones del conocimiento científico. Aunque las prácticas comunicacionales
por sí solas no pueden realizar este cambio, pueden contribuir significativamente a establecer una relación
más informada y reflexiva entre la ciencia y la sociedad.
Capítulo 12
El aporte de los enfoques críticos a la relación
cienciasociedad: un rol para la comunicación
científica.
Hemos visto que hay dos grandes perspectivas que dividen las aguas

entre quienes comunican sobre ciencia: los traductores/promotores y

los críticos de la ciencia.

• Según los traductores/promotores de la ciencia, la comunicación científica se centra en realizar


relaciones públicas efectivas, las cuales se consideran exitosas cuando el público adopta las
prioridades y preocupaciones de los científicos. Desde esta perspectiva, la ciencia es vista como
algo "maravilloso", y se cree que el público es ignorante por no reconocer plenamente este valor.
El propósito principal de la comunicación científica según esta visión es promover y celebrar la
ciencia. Aquellos que cuestionan la ciencia desde esta perspectiva son vistos como actuando
desde el miedo, el fundamentalismo o simplemente siguiendo modas intelectuales en lugar de
pensar críticamente por sí mismos.

• Los críticos de la ciencia adoptan un rol similar al de los críticos en otras disciplinas como el arte,
la historia o la literatura, combinando la apreciación de la ciencia con un análisis crítico
constructivo. En contraste con los traductores/promotores, consideran que el propósito de la
comunicación científica no es hacer relaciones públicas, sino promover un control democrático y
compartido sobre el uso de herramientas científico-tecnológicas. Su objetivo es evitar posibles
daños y fomentar un escepticismo saludable hacia la ciencia. En esta perspectiva, se busca que
tanto los productores de la ciencia (instituciones científicas, laboratorios, industrias, etc.) como
los usuarios sean considerados al evaluar las consecuencias de los desarrollos científico-
tecnológicos.

En las sociedades tecnocientíficas contemporáneas, las personas constantemente toman decisiones que
afectan su vida cotidiana basadas en evaluaciones científicas. Esto incluye decisiones sobre alimentación,
tratamientos médicos, métodos anticonceptivos, eficiencia energética de automóviles, y políticas
ambientales como el uso de energía nuclear o la extracción de petróleo en el mar. La información
científica les permite evaluar riesgos y beneficios para tomar decisiones informadas que impactan su
salud, seguridad y entorno.

Los ejemplos mencionados destacan cómo la ciencia influye en decisiones cotidianas, pero revelan
divergencias entre los promotores y los críticos de la ciencia sobre cómo estas decisiones deben tomarse.
Los promotores creen que los expertos deben no solo informar, sino también determinar políticas en áreas
como energía nuclear y uso de agroquímicos. En contraste, los críticos abogan por una participación
ciudadana comprometida y crítica en el proceso decisional.
La tensión entre los modelos de déficit (PAST) y compromiso (CUSP) en la comunicación científica
refleja un debate más amplio sobre la naturaleza de la relación entre la ciencia y la sociedad. Esta relación
se conceptualiza a menudo como un contrato social, un acuerdo dentro de la sociedad sobre el papel
social de la ciencia, sus objetivos, instituciones y representantes. Algunos sostienen que la ciencia es
autónoma e independiente, fundamentalmente benéfica, mientras que otros la ven como parte integrante
de la sociedad, reconociendo que los avances científico-tecnológicos pueden tener impactos tanto
positivos como negativos. Estos puntos de vista están influenciados por diversas circunstancias históricas
y contextuales que han moldeado estas perspectivas a lo largo del tiempo.

12.1. El contrato social tradicional y el nuevo


contrato
El contrato tradicional entre la ciencia y la sociedad, que se estableció tras la Segunda Guerra Mundial y
se fundamenta en el reporte Vannevar Bush de 1945, titulado "Ciencia: la frontera sin fin", concibe el
conocimiento científico como un reservorio del cual fluye el conocimiento hacia la sociedad. Este
contrato presupone que la ciencia, independientemente de sus objetivos específicos, es inherentemente
beneficiosa para la sociedad, ya que genera un conocimiento en constante expansión del cual surgen
aplicaciones beneficiosas. Además, se considera que la ciencia debe mantenerse separada de la sociedad
para poder realizar adecuadamente su labor. En este sentido, la sociedad provee recursos y otorga
autonomía a la ciencia, y a cambio esta última proporciona conocimiento y productos que benefician a la
sociedad.

El contrato tradicional entre la ciencia y la sociedad, surgido en el clima de posguerra con una gran
confianza en el progreso científico-tecnológico, comenzó a cuestionarse y enfrentó críticas significativas
tras eventos como la devastación en Vietnam y la crisis energética de 1973. Durante este período,
aumentó la desconfianza pública hacia la ciencia, especialmente en relación con las aplicaciones
tecnológicas de la energía nuclear, que estaban inicialmente vinculadas al desarrollo de las bombas
atómicas. La revelación de efectos secundarios a largo plazo asociados con el uso de la energía nuclear
intensificó estas controversias políticas.

La creciente preocupación por los riesgos que ciertos desarrollos científico-tecnológicos representaban
para la sociedad llevó a una reducción en el presupuesto público destinado a la ciencia en Estados Unidos.
Esta situación provocó cambios significativos en la organización de la ciencia en la sociedad. El interés
público inicial en la física y la astronomía se desplazó hacia problemas medioambientales y computación.
Simultáneamente, hubo un aumento considerable de la participación de empresas privadas en la
generación de conocimiento científico, resultando en una casi privatización en sectores clave como las
ciencias biomédicas y la biotecnología, que tienen un impacto significativo en la sociedad.

En el siglo XX y principios del XXI, la ciencia comenzó a organizarse según principios de mercado,
dando lugar a lo que se conoce como ciencia posacadémica. Este nuevo enfoque implica que el
conocimiento se convierte en propiedad en lugar de ser compartido libremente. Además, la selección de
problemas de investigación se basa en su potencial comercialización más que en su importancia social o
conceptual. La ciencia posacadémica refleja un aumento en la subordinación a intereses corporativos y
políticos, que no siempre priorizan el beneficio social del conocimiento generado ni se consideran
responsables ante el público por sus acciones.

En las últimas décadas, la ciencia ha experimentado cambios significativos debido a la influencia de


principios de mercado en la investigación, especialmente en las universidades públicas. La competencia
por recursos económicos ha desviado la energía de trabajo de la investigación hacia la obtención de
fondos para sostenerla. Este proceso ha coincidido con una disminución en la confianza automática hacia
la ciencia por parte del público, que ahora plantea preguntas más críticas y desafía los supuestos
subyacentes al contrato tradicional entre la ciencia y la sociedad.

En la actualidad, los estrechos vínculos entre la ciencia y el sector privado han erosionado la percepción
de la ciencia como una búsqueda objetiva de la verdad. La colaboración con intereses políticos y
comerciales ha hecho que la objetividad científica se vea comprometida, afectando la credibilidad de los
científicos. La revelación de investigaciones científicas éticamente cuestionables ha generado dudas tanto
sobre el financiamiento público de la ciencia como sobre su capacidad para autorregularse.

La sociedad está cada vez más consciente de los costos ambientales y para la salud vinculados al progreso
científico, lo que desafía la visión tradicional de un progreso incontestablemente positivo. Este creciente
escepticismo hacia el progreso tecnocientífico se fundamenta en preocupaciones legítimas sobre sus
impactos negativos.

Aunque ha crecido el escepticismo y los cuestionamientos sobre el valor público de la ciencia en áreas
específicas, la confianza general en la ciencia se mantiene alta. El enfoque promotor de la ciencia surge
como respuesta a este cambio de clima, defendido principalmente por aquellos que sostienen un modelo
de separación entre la ciencia y la sociedad, donde la ciencia se considera superior a la sociedad misma.

El nuevo contrato social propone una visión de la ciencia como una institución social que debe ser
responsable ante la sociedad de la cual forma parte. Este enfoque, conocido como ciencia contextualizada
socialmente, reconoce la importancia de la validez interna de la ciencia pero la sitúa en un contexto más
amplio, donde se utiliza y se enmarca el conocimiento científico. Este contrato social reciente se
fundamenta en el principio de conocimiento socialmente robusto, que implica producir conocimiento de
manera transparente y participativa, y en la creencia en el compromiso público con las cuestiones
científicas. Esta perspectiva es fundamental para quienes apoyan el modelo CUSP de comunicación
científica

12.2. Aportes de la comunicación científica


crítica
En este contexto, se sugiere que la CPCT puede contribuir a la construcción de un nuevo contrato. El
conjunto de prácticas comunicacionales que dan lugar a la popularización de la ciencia (textos de
divulgación, artículos en diarios, conferencias, exposiciones y museos, blogs y sitios web con contenido
científico) puede tener un rol importante.
En particular, Tinker Perrault (2013) destaca el papel crucial de la escritura de popularización científica,
que realiza un trabajo discursivo fundamental. Esta forma de escritura no solo comunica hallazgos
científicos, sino que también explora la naturaleza y el funcionamiento de las disciplinas científicas.
Ayuda tanto a científicos como a no científicos a comprender cómo un área de investigación específica
interactúa con otras instituciones sociales y cómo puede afectarlas. Además, los discursos generados por
la popularización científica construyen conocimiento y relaciones de poder, influyendo en la percepción
pública de la ciencia y su integración en la sociedad.

En la escritura de popularización científica, el discurso desempeña un papel crucial al influir en cómo se


habla sobre la ciencia, cómo se conciben las relaciones entre la ciencia y la sociedad, y quiénes son
considerados como autoridades válidas en estos temas. Estos textos no solo comunican cómo funciona la
ciencia o cómo debería funcionar, sino que también moldean modos de comprensión y acción en relación
con cuestiones científicas. Este poder discursivo puede transformarse en prácticas sociales concretas. Los
expertos en comunicación coinciden en que la escritura de popularización científica puede y debe
fomentar un compromiso civil más profundo. Adoptar una concepción crítica y comprometida con la
ciencia a través de la comunicación puede facilitar acciones que promuevan un uso democrático y
compartido de herramientas y resultados científico-tecnológicos en la sociedad.

Consideraciones finales
En este libro, se exploran propuestas epistemológicas de filósofos destacados para entender el
conocimiento científico. Partiendo de una concepción clásica de la ciencia, esta se define como una
actividad que evalúa el conocimiento a través de argumentos que aceptan o rechazan hipótesis con
propiedades lógicas distintas: la confirmación de hipótesis es inductiva, mientras que la falsación es
deductiva.

Luego, exploramos enfoques que se enfocan en el desarrollo de la ciencia no solo como una relación entre
creencias o hipótesis y su evidencia empírica, sino también como una competencia entre teorías
concebidas como paradigmas o programas de investigación. En este contexto de competencia, las
comunidades científicas seleccionan entre teorías rivales considerando diversos elementos, como valores
cognitivos o epistémicos inherentes a las disciplinas científicas en las que trabajan, como la simplicidad o
la adecuación empírica.

En resumen, en la última parte del libro exploramos cómo la ciencia no solo está influenciada por valores
epistémicos, sino también por valores no cognitivos que provienen de la cultura o del entorno
institucional en el que se desarrolla la investigación científica, como las valoraciones de sexo-género o los
valores mercantilistas. Este enfoque nos permitió comprender cómo la ciencia está integrada en la
sociedad y no separada de ella. Además, destacamos la importancia de un abordaje realista de la ciencia
para formular un nuevo contrato entre la ciencia y la sociedad. En este contexto, la divulgación científica
debe capacitarnos para participar de manera consciente y crítica en los debates científico-tecnológicos,
reconociendo tanto las fortalezas y consensos de la ciencia como sus limitaciones y áreas de desacuerdo.

En la reflexión final de este libro, se plantea la pregunta sobre las consecuencias existenciales que pueden
surgir de las visiones epistemológicas contemporáneas. Más allá de los aspectos epistemológicos y
sociopolíticos discutidos, se sugiere la importancia de considerar cómo nuestras acciones cotidianas están
influenciadas por diversas convicciones que rara vez cuestionamos. En este contexto, se plantea si la
epistemología puede ofrecer respuestas o insights que nos ayuden a comprender la justificación de estas
convicciones y cómo deberíamos abordarlas en nuestras vidas diarias.

En la reflexión final del libro se destaca la importancia del escepticismo saludable frente a nuestras
creencias, tanto en la ciencia como en la vida diaria. Se subraya que todas las creencias son falibles y que
debemos estar abiertos a nuevas interpretaciones, como lo ilustra la historia científica. Se promueve un
espíritu crítico y la apertura al diálogo con quienes tienen visiones diferentes, buscando así un mundo más
comprensivo y colaborativo.

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