BBB 1
BBB 1
BBB 1
203
pudo so- sía, en las que predominaban los sectores agrarios tradicio-
-- sino también el estancamiento de la demanda—no
smo: — nales, reconstituyeron su dominio, contando con el apoyo de
portar más la doble política característica del peroni masas que le brindaban los tradicionales partidos de clase
on fre-
acumulación y redistribución de ingresos; se hicier
obrero — media, especialmente la Unión Cívica Radical.
cuentes entonces los enfrentamientos entre el sector Para hacer frente a la aguda crisis económica originada
no pu-
y la burguesía industrial, ante los cuales el gobierno
a de arbitra je. en el estancamiento industrial, se adoptaron planes de esta-
do seguir practicando su habitual polític
_bilización monetaria, restricciones salariales y reducción de
Esta situación caractériza toda la crisis del peronismo. A más largo plazo, se procuró estimu-
sentir el pe- los gastos del Estado,
La presión de la clase obrera, que empezaba a
tradujo en grande s huelga s, como las lar la producción agropecuaria, a:la que se consideraba la
so de la inflaci ón, se
fuenite posible de divisas para la reactivación industrial; pa-
- delos metalúrgicos y ferroviarios; la respuesta oficial a es- ra ello se suprimió el control de cambios y la comercializa-
d y los
ta situacién fuerón los Congresos de la Productivida
consum o, La repres ión a los sec- ción oficial, y se acudió repetidamente a devaluaciones que
estimulos para disminuir el
del movim iento obrero no le ganó, operaban una inmediata traslación de mgresos al campo.
. tores más combativos
del sector propiet ario; desde 1951 el Frente a las inversiones intérnacionales-no se adoptó una
sin embarg o, el apoyo
es, a los política definida, aunque el país ingresó al FMI y al BIRE.
régimen sufrió enfrentamientos con sectores militar
con la La Revolución Libertadora puso el acento en el problema
que debió hacer cada vez más concesiones, e incluso
el resurg imient o de los par- político y en la represión del movimiento popular peronista.
Iglesia. Esta debilidad estimuló
en especia l el radica lismo, que tratan do Esta rígida posición, al tiempo que le enajenaba él apoyo de
tidos de clase media,
mia que había perdid o en la alian- las clases medias, provocó el endurecimiento de la oposición
de recuperar una fisono
gremial peronista, planteando claramente el problema que
za con los conservadores comenzó a combatir al peronismo
in- perduraría a lo largo de toda la etapa: cualquier solición po-
desde posiciones reputadas de «progresistas». La salida
era la única viable: sin cam- lítica debía elegir entre proscribir al peronismo o entregarle
tentada por el Estádo peronista
ond.
do de mano de obra y el nivel de ocupación. Se daban enton- legalización del peronismo, se tradujo en medidas de Jucha
ces las condiciones para reeditar la alianza peronista y lo- cada vez más intensas; tuvieron su réplica en los sucesivos
grar no solo el apoyo político sino también la participación planteos del Ejército, que asumió cada vez más decidida-
de los sectores populares en los beneficios del crecimiento mente el programa de la modernizacién y el autoritarismo.
industrial. Entre ambos, el gobierno frondizista apenas pudo subsistir
'El proyecto político de Frondizi implicaba ese apoyo po- un tiempo, enfrentando a unos con otres. La elección de
pular, obtenido por la captación de los votos peronistas a 1962 y la imposibilidad oficial de derrotar al peronismo en
través de un acuerdo ocasional con los dirigentes; logrado el las wnas llevó a su caida.
poder, procuró desarrollar las industrias básicas, como el pe- Pese 2 su fracaso, el intento de Frondizi fue el más lúci-
tróleo, la química y la siderurgia,
con el apoyo de capitales do para hacer frente a una serie de situaciones concretas
extranjeros, poniendo el acento en el autoabastecimiento de que planteaba la nueva coyuntura del desarrollo capitalista
combustibles. Paralelamente, se esbozaba un proyecto ge- en esa etapa histórica. Su desarrollismo pretendía dar res-
neral de modernización del aparato productivo y estatal, puesta tanto al problema del estancamiento industrial, la
que adaptaría a la Argentina a las necesidades de la nueva acción de los capitales, sus efectos disruptivos y las profun-
estructura económica que se delineaba. Este programa, que das transformaciones necesarias para su recepción, cuan-
adoptaba sacándolas de su contexto una serie de reivindica- to al problema politico, exacerbado por la marginación péro-
ciones progresistas, permitió lograr a Frondizi una base'de nista, que hacia casi imposible lograr el consenso de las cla-
sustentación muy amplia, que forzosamente se fue desgas- ses populares para el programa de modernización. La si-
tando a medida que se advertían las reales implicaciones de tuación creada durante la presidencia de Guido mostró has-
su programa. ta dónde se habían agudizado las contradicciones entre la
Efectivamente, la acción del capital internacional rede- opción de las Fuerzas Armadas y la de una salida legal. El
206 207
dominantes en un' bloque sólido, que subordinara sus opo- Corigelada la situación política autoritariamente, la ta-
siciones interiores y fuera capaz de lograr la aceptación
de rea fundamental consistía en realizar las firofundés’h‘an&
ón. Era claro que los partido s y io.xma_ciones necesarias para la libre y eficaz acción del ca-
vastos sectores de la poblaci
el sistema político tradicional no solo habían perdido repre-
pital internacional. El plan de Krieger Vasena, continuado
ar- por sus sucesores, puso el acento en la estabilidad mone-
sentatividad sino que eran incapaces de alcanzar una
ticulación de ese tipo. taria y la contención de la inflación, el congelamiento de los
s sala.r.-joás, la reducción del gasto público, la racionalización:
El nuevo orden político debía tener en cuenta alguna
sas de la situaci ón. La administrativa y la elaboración de todos los instrumentos
características específicas y novedo
propio legales para la libre acción de las inversiones extranjeras.*
acción de las grandes corporaciones privadas y del
la econom ía reducía la import ancia del consum o
Estado en
final y hacía necesario frenar las reivindicaciones salaria les
de los sectores populares. Por otra parte, la acción del ca-
2. La acción de las inversiones extranjeras
pital monopólico marginaba rápidamente a sectores indus-
a
triales antiguos, a clases medias independientes e incluso
los propios sectores agroexportadores. En función de esto, el . Desde 1953 el Estado adoptó sucesivas políticas que ten-
“nuevo orden político debía encontrar la forma de articul
arse djlan a estimular y regular la entrada de clz:pitales ?ntem,a-
cional, fracció n c?tfrmles. La Ley de Radicación de Capitales de 1953 propi-
en torno del capitalismo monopólico interna
no tenía repres entaci ón po- ció las inversiones externas dirigidas a actividades mineras
dominante que, por otra parte,
litica. e industriales, estableciendo restricciones
para el giro de las
u'tilidades o el rendimiento del capital, al tiempo que san-
La solucién más coherente la ofreció la Revolución Ar-
gentina, que instáló a las Fuerzas Armadas en el control del
cionaba ur_¡rég'¡.men de promosión industrial que beneficiaba
Estado, ejercido y manejado por eficientes tecnócratas asi-
con exenciones especiales a algunas actividades. Las res-
208 209
Cuadro 31. Inversiones seguin países de origen, 1958-65 (porcentajes).
1.428.391.830
293.003.704
317.282.264
23.209.032
125.455,864
25.059.735
63.909.962
69.459.054
49.825.504
1929.578.589
111.542.445
217.667.530
8,397.247
en Boletín de la Dirección
y los Decretos 5.339/63 y
Totales
Estados Unidos 55,1
Suiza 98
Inglaterra 81
Alemania occidental 6,7
Italia 58
Holanda 53
Francia 3,7
1.048
164
210
68
86
197
33
36
78
14
50
96
3
c
Canadé 22
Suecia 0,7
Panamá 0,8
Cuadro 30. Monto total de inversiones aittorizadas promovidas por-los Tegímen: es establecidos por la Ley 14.780
Venezuela 0,4
30.198.294
60,391.072
20.104.655
128,778.985
Uruguay 0,3
3113/64
Decreto
Perú 0,2
Brasil 0,1
Finlandia 0,1
Japón 0,1
Liberia 01
Austria 0,1
6 Fondos argentinos externos - ' 0,1
42
3
5
18
164
47
43
[
Total 00,0
Fuente: Argentina económica y financiera, OECEL Buenos Aires, 1966,
citado por G. Martorell, Las inversiones extranjeras en la Argentina,
Buenos Aires, 1969, pag. 107. -
213.153.699
498.583.299
-171.038.669
.
20,556.427
76.174.791
5.339/63
Decreto
485
43
15
43.738.498
101.860.490
B05.020.546
19.082.779
63:909.862
65.076.519
129:578.589
217,667.530
2694605
8.897.247
111.542.445
34821479
Ley 14.780
15
19
27
399
28
14
59
18
96
73
736
211
1955-59. * Cuadro 88, Distribución de las inversiones de Estados Unidos en la Argen-
Cuadro 32. Inversiones &zmniems privadas, ting, 1956-65 (millonesde dólares).- — — T .- e
Por destino (%) — Por origen (%) , (1) Inversiones (2) Reinversiones
Industria, y
Total
comercio, Reino Estados Otros Minería, .. _. Minería, Totales
(millo:s Valores Unidos “países Manu- petróleo, ' Manu- — petróleo, ——————
Año dedélsres) — públicos otros ” Unido Año factura — otras | factura — otras” (1) (2 ,General
951 1.547 0,2 29,8 20,9 304 48 7 1956 7 — 12 — 7 12 19
igsg 1.645 0,2 99,8 20,8 30,3 — 489 .1957 3 18 6 6 21 12 33
1.748 0,2 99,8 20,7 304 489
1957 998 205 806 489 1958 4 4 1 — 8 1 9
1958 1848 0,2 48,9 1959 12 33 10 4 45 14 59
1.991 0,2 99,8 20,0 81,1
1959 1960 15 55 27 9 70 35 106
1961 35 58 33 19 96 52 148
Fuente: OECE, op. cit. 1962 20 76 17 15 96 32 128
1963 8 12 — — 20 — 17
s prob].efmas en
tales libremiéñte crearon rápidamente serio
1964 9 7 26 - 3 16 29 45
nes sigui eron siendo el 1985 46 —29 s1 22 17 83 100
la balanza de pagos . Las expor tacio
ser incapaz de
factor ¿lavé; sin embargo, el agro demostró 396 268 654
control
suministrar las divisas necesarias: la supresión del Fuente: Informe especial. de Julidn Delgado; con datos extraídos del De:
sostén de los preci os en los perío dos de baja y
de cambios, el partamento de Comercio de Estados Unidos: «Industria: el desafío a la Ar-
taban un trasla- gentinas, Primera Plana, Buenos Aires, n? 297, 9 de setiembre de 1968,
las repetidas devaluaciones, que represen
on un
_do automático de ingresos al sector rural, no produjer pég. 56. .
por razones es-
aumento paralelo de la producción, estancada El capital norteamericanose ubica en 'áquellos sectores
cia de la tierra, la
tructurales no modificadas, como la tenen
219
nal modificó de ese modo la totalidad del sistema producti- nalizacién de los puertos y la concreción de una serie de
vo, estableciendo una división neta entre los sectores mo- obras públicas que facilitaran la producción eficiente.
dernos y eficientes, unidos o subordinados a él, y los sec-
tores antiguos, que no pueden incorporarse a la moderniza-
ción y quedan cada vez más rezagados. Una diferenciación
similar se produce entre los obreros, donde los grupos rela- 3. Los responsables de las decisiones y su
cionados con las formas antiguas van perdiendo progresiva- comportamiento espacial
mente su nivel de ingresos.
Dentro de esta política, se estimuló la liquidación de zo- Las circunstancias previamente apuntadas acerca del
nas cuya producción era ineficiente, como el Chaco algodo- modo de inserción del sistema sociosconómico argentinó en
nero y el Tucumán azucarero, en donde el cierre de ingenios !a nueva estructuración del mercado capitalista mundial
no fue compensado con una real política de industrializa- imponen una caracterización precisa del papel de las unida-
ción. des productivas dominantes en el período.
En esta situacién de dependencia internalizada, el Es- La nueva forma de la dependencia, geheralmente deno-
tado carece de medios para variar el curso de los aconteci- mj}:mda «dependencia tecnológico-industrial», tiene como
mientos, siendo la frontera mucho más débil incluso que en principal protagonista a la Hamada empresa multinacional.
la etapa de la producción agroexportadora. El Estado, en el Este gran complejo empresarial; que dispdeone vastos re-
que cada vez tienen mayor importancia los intereses mono- cursos financiercs, permanente actualización de los proce-
pólicos, puede en cambio realizar una serie de reformas que sos tecnológicos adecuados para una creciente productivi-
facilitan la conversión de la economía a las nuevas condicio: dad, y gran capacidad de maniobra para controlar múltiples
nes de eficiencia a través de las cuales se manifiesta la hue- mercados nacionales en forma simultánea, incorpora moda-
. 214
215
Las filiales nacionales de las corporaciones multinacio- Cuadro 84. Comparación entre la estructura del sector manufactur
nales se incorporaron al capital productivo, localizado en el OmPosición de las inversione s extranjeras, 1959 -60 (porceniajes). ero yla
país a través de las distintas leyes de promoción de las in- N . Participación
versiones extranjeras, con el resultado que muestra el cua- fuverol de la rama
nversiones
extemas — * delen produ
el total Crecimiento
dro 30. Si se observa el origen sectorial de dichas inversiones,
.
se advertird que las actividades con meyor participación
fueron precisamente las responsables fundamentales del
Rama recibidas — . sectoríal cto — del products
1959 — “ 19691969
crecimiento industrial en la última década. Industria quí- - Química y petroquimica — 85,5 "
Industria metalírgica 1. -
mica y petroquímica, petróleo, fabricación de vehículos au- general 13,0 8, "
Vehículos y maqu
Otras ramas inarias — 259
tomotores y actividades metalúrgicas generales cubren el 25,6 23::% E
mayor porcentaje de las radicaciones extranjeras aproba-
Totales — 635 43
das. Comparando dichos porcentajes con la participación re- 100,0 100,0 56
lativa de las ramas favorecidas en el total del valor agrega- Fuente: Cálculos basados en Alfre
do Lamagrande, op. cit., pig
do manufactureroal principio del perfodo, resulta claro que Banco Central de la Repúb lica Argentina, op. eit, pága 8051 148, y
las inversiones externas se concentraron en ramas de baja
incidencia en la composición de la estructura industrial. Es evidente, entonces, que se
debe centrarel análisis en
Pero, a su vez, son estas las ramas que mostraron un cre- el comportamiento del conjunto
de empresas que concentra-
cimiento dinámico eri:la década del sesenta, ron el aporte_ externo, para com
prender las tendencias loca-
Las unidades decisionales comprendidas en las tres ra- cionales dominantes del sector manu
facturero en el período.
mas principales y que guiaron las decisiones de las unida-
Cuadro 35. Participación de las empr
des menores y de la fiierza de trabajo son las responsables esas extranjeras e el total de la
Pk
dueción onacionalal manufac!‘urem,vseguni_n pro-
del creciente proceso de concentración observado en el sec- g]:ad
gi n de:concentraciói n, 1963
218
219
da. Debido al tamaño mínimo de planta necesario, y dados ligadas entre sí del conjunto de pequeñas y medianas em-
los objetivos de cobertura del mercado nacional de-las-uni- presas manufactureras dedicadas a servir al consumo final
dades productivas que se instalan, surgen criterios de loca- interno. El principal factor gerierador de esta diferenciación
lizacién por demás específicos. Estos criterios se ven tam- radica en las formas tecnológicas adoptadas por uno y otro
bién influidos por las necesidades de infraestructura que los grupo de unidades de decisión. La dependencia tecnológica
procesos productivos incorporados por las filisles imponen que se produce entre las unidades ligadas a la planta diná-
como característica esencial. En este sentido, el tipo de tec- mica obliga a aquellas a adoptar requisitos propios de las -
“nología utilizada posee un peso decisivo. normas de elaboración del preducto final en la empresa lí-
Tamaño de planta accesibilidad a las principales vías der. La «modernización» de los procesos se verifica comouna
de comunicación terrestre o fluvial, grandes volúmenes de exigencia de la demanda de partes o repuestos por parte de
agua para los procesos productivos (como en el caso de la la gran planta, y ello impone la incorporación de técnicas
refrigeración en la misma actividad), provisión de abundan- congruentes, las más de las veces a través de adquisición de
te energía, fácil accéso a vías de eliminación de desechos y patentes o matrices del mismo origen que las de la empresa
sobrantes, grandes áreas de depósito y manicbras de las lider.
idades fabricadas, etc., originan demandas de localiza- Las demandas de localización vmculadas a las pautas
n gue se multiplican y superan los marcos físicos tradi- tecnológicas implantadas tienden a asemejarse más y más
cionales de las estructuras urbanas internas. alas de la gran plantay a diferenciarse, por supuesto, delas
del conjunto de pequeñas y medianas empresas tradicio-
Así, se realizan importantes localizaciones en puntos nales.
alejados de las densas urbes, impulsando los procesos de Esta caracteristica agrega un elemento más para el es-
metropolización y exigiendo al sector público la rápida pro- tudio del conglomerado crecientemente importante de em-
presas digadas» al destino de la planta líder. El breve co-
220 D
existén estadísticas precisas, como lo veremos, mientras forman en economías positivas para el empresario. El Esta-
que para las unidades nacionales ligadas los datos disponi- do, pues, actúa como mecanismo de redistribución de las
bles son muy escasos. economias entre productores y consumidores, favoreciendo
Una de las pocas evidencias existentes indica que el alos primeros y perjudicandó a los segundos.
marco teórico explicitado se corresponde con el comporta- b. Políticas de promoción industrial que en su expresión
miento contemporáneo de tales empresas de capital nacio- formal intentaron descentralizar especialmente a la activi-
nal i - dad manufacturera. Las estadisticas sobre localización in-
Finalmente, el papel del Estado como agente modelador dustrial que se citarán más adelante son suficientemente
del espacio requiere especial atención por su particular incá- ilustrativas del grado de éxito alcanzado por tales políticas.
dencia en la creación de factores de localización a disposi- Los limitados logros obtenidos no pueden ocultar el hecho
ción de los empresarios. . de que gran parte de las radicaciones acogidas a las leyes de
El Estado, en-sus diversos niveles, ha adoptado decisio- fomento regional son de origen externo o no pertenecen a in-
nes'que; desde el punto de vista espacial, se concretaron en versores radicados en las mismas zonas que se preteriden
los siguientes procesos: E promover.El proceso de deslocalización ya comentado en-
contró en este mecanismo favorecedor de las radicaciones
a. Inversiones en infraestructura social básica, aten- manufactureras en el interior del país un impulso decidido.
diendo preferentemente a la demanda, que se distancia de En algunas zonas ello produjo cierto flujo de localizaciones,
la oferta; en especial en los grandes conglomerados urba- como en el caso de la Patagonia. En otras, en cambio, el efec-
nos. Si bien no hay estudios específicos acerca de esta polí-. to fue muy reducido o muy inferior al deseado. En este aspec-
tica estatal, existen evidencias acerca de que la hipótesis to, cabe recordar los instrumentos de promoción del Noro-
precitada"es correcta. En tal sentido, se destacan las gran- este 0 más contemporáneamente los de Tucumán, que re-
£
des obras'de viriculación terrestre en el litoral fluvial, la do- sultaron poco eficaces para compensar la mayor capacidad
Q
tación de energía al gran conglomerado de Buenos Aires, no de atracción de las zonas que han sido tradicionalmente re-
ceptoras de las localizaciones industriales.
b
solamente a través de la ampliación de las centrales térmi-
Una razón adicional a las ya apuntadas acerca del par- 2
cas instaladas dentro de la misma área méetropolitana, sino +
por medio de:la instalación de nuevas centrales hidroeléc-
tricas y termonucleares (El Chocón y Atucha), destinadas a
ticular comportamiento de las unidades de decisión con res-
pecto a las ofertas diferenciales en factores de localización >£
servir aquel mercado de demanda. A ello habría que agre: estaría dada, seguramente, por el tipo de actividad promo-
gar la red de oleoductos y gasoductos con terminal en el Li:
toral relativamente más desarrollado. La oferta creciente
vida en las respectivas legislaciones de fomento. En el aná-
lisis que en tal sentido han llevado a cabo Altimir, Santa- =A
dé estos insumás de localización reduce los cóstos de trans:. . maría y Sourrouille!S se consigna que entre las actividades o
ferencia o de producción de las empresas que se encuentran’ favorecidas en los distintos regimenes se destacan Ia quírmi- =
localizadas-en el Litoral, en sus respectivas áreas metropo. “ ca, la petroquímica y la metalurgia. La dernanda insatisfe- =
litanas, o estimula la atracción de nuevas plantas. Al res - cha de bienes incluidos en tales ramas, el volumen necésa- >
pecto, se produce la situación paradójica de que las deseco: rio de inversión para instalar las respectivas plantas y la 2
nomías de escala que sufre el residente en el conglomex:gé * tecnología a utilizar —no desarrollada aún en el país—, son D
v
Gran Buenos Aires, por su tamaño excesivo y.los consi : todos condicionantes para que los inversores externos apiro:
=
guientes costos que debe afrontar por tal motivo, setrans: echen ampliamente las facilidades otorgadas en los regi-
menes de fomento. En cambio, la promoción de actividades
=
14 Sc trata de los primeros resultados de la Encuesta Industrial del 7 más tradicionales —como alimentos y productos textiles, a
o
1969, correspondiente a las plantas manufactureras de mayor tamaño °
área metropolitana de Rosario. Dicha encuestá fue llevada a caby
equipo dirigido por uno de los autores de este trabajo: - 360, Altimiir, H Santamaría y J. Sourrouille, op.cit., páge. 89-143 2D
©
1)q
223 O
excepción de los sintéticos— halla reducido eco en los princi- créditos a través de un pronunciado favorecimiento de los
pales inversores nacionales y extranjeros. El mercado de es- residentes en la zona del congiomerado Gran Buenos Aires.
tos productos ya ha alcanzado un nivel de saturación inter- El impulso oficial a una política de construcción de vivien-
no que hace mucho menos átractiva la inversión que en el das en dicha zona tiene también como propósito colaborar
caso de industrias dé maquinarias o de productos interme- con las medidas tendientes a disminuir la tasa de desocupa-
dies. ción, atenitando así el efecto político de las decisiones adop-
e. Política crediticia. Un aspecto que vuelve a ser deter- tadas en el drea económica. Si se escoge cualquiera de los .
minante entre los factores de localización de la actividad años del período para confirmar la tendencia expresada en
productiva y de la población se refiere a las políticas credi- cuanto a localización de los créditos ofrecidos para vivienda
ticias aplicadas por el sistema baneario oficial o los orgams- por intermedio del Banco Hipotecario Nacional, los porcen-
mos financieros controlados por este. El monto de los cré- tajes superan el 50 % para el Gran Buenos Aires. -
ditos concedidos ejemplifica dichas políticas. Es evidente el En 1965, por ejemplo, el 30,7 % de tales eréditos corres-
predominio de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires pondieron a la Capital Federal y el 22,6 % a la zona de los
con respecto al resto del país a nivel de los prestamns corres- partidos del Gran Buenos Airés, lo que suma un 53,3 %, para
pondientes al sector manufacturero. toda el área metropolitana.16
Este predominio absoluto del centro mc¡onal de dec\slo- El apoyo directo o indirecto del Estado a iz*aves dela pro-
nes en la absorción de los créditos del sector manufactrure- visión de insumos de localización y de recursos financieros
ro, que a nivel global desciende al 52 % por la incidencia del refuerza las decisiones de los inversores privados dominan-
sector primario, puede deberse tanto a una confirmación de tes en el mercado y sus correspondientes grupos de empre-
la política de centralización de los recursos a escala geográ: sarios ligados. La acción estatal, que se verifica tanto previa
fica corno a la presericia de las casas matrices en la Capital como simultánea o posteriormente-al proceso decisional del
inversor privado, estimula a su-vez la formación de-un mer-
Fusntz Cálculos hasados enBoktm Estadístico del Banco Centml -1 El volumen absolutamente xhayoi'¡fzánó de
XV,1 2, febrero de 1972, págs. 28-29. — lones se da en la región de más alto desarrollo relative
El Banco H.'lpcmecano Nacional, a su vez, prosigu 16 133:… Hipotecario Nacional, Memoria año 1965, Biiencs Áires;
ránte todo el período ejecutando su política de concesión
DIA
esta se agrega la Patagonia, que exhibe características muy
Sublotal
(708)
27143
35459
des)
164302 - 200065
23.287
®80)
312,183
679
@15
@19
s
específicas, prácticamente el resto del país no participa co-
mo subespacio de atracción de las inversiones externas.
Las zonas más receptivas y significativas son, en orden
Industrins «vegetatives:
10.198
86
1645
8048
186,698
116
Otres
decreciente, la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Capi-
tal Federal, Santa Fe y Chubut. Es decir, pese a la notoria
concentración. geográfica de las radicaciones en las zonas
Productos
Subtotal — Alimentos — textlles
1333
90000
6566
1417
5807
42980
de mayor desarrollo manufacturero relativo, estas parecen
observar una tendencia a no ubicarse en la ciudad de Bue-
nos Aires y a elegir, en cambio, localizaciones que atiendan
1088
2864
20266
82,698
9144
7844
86T
a factores de proximidad de insumos básicos o de economías
externas previamente acumuladas.
Esta hipótesis no puede confirmarse plenamente por
falta de datos referidos a cada una de las radicaciones. Sin
290
39168 . 1019.198.
(78,1)
@0y
28
1916
84945
1112617
ELD
azn
@
5
embargo, de las estadísticas disponibles surgen evidencias
en tal sentido. La provincia de Buenos Aires reúne por sí so-"
Celulosa
. 016
2.055
19484
1500
40863
y papel
química y la petroquímica superan el 40 % del total. Esta
actividad se concentra en las cabeceras de oleoductos y ga-
Industrias edinámicas»
soductos, como Bahía Blanca, o donde destilerías de petró-
leo proveen de insumos, como Campana. También debe in-
y material
Productos
de trans-
metállcos
3.404
185.195
88.489
187219
444341
—7
482506
porte
BLTS6 —
- Federal y el Gran Buenos Aires están ausentes. Análogas .
metálicos
95
o
378
78,800
mineros
2861
consideraciones se podrían hacer éon referencia a la activi
.52
ss
ductos
Pro-
no
dad «productos metálicos y material de transporte», que si
gue en importancia a la anterior, e incluye elevadas radi
caciones en la ciudad de Campana.
168.005
Química
química
6.177
11721
6570
273910
- 460894
y petro-
51159
507803
28
La provincia de Córdoba atrajo preponderantemente m—‘
versiones de la rama «productos metálicos y material de
transporte». Así; esta reúne alrededor del 80 % de las radi-
-(100)
(100)
general
216.060
1:424.800,
199170
40.376
108.252
100y
1262108
100)
100)
201504
11848
UBTIZ
3141
100
Total
caciones registradas durante el período en dicha jurisdic
cién. Estas inversiones constituyeron la base-del rápido cre:
cimiento industrial'en la ciudad de Córdoba y se encauza
ron en instalaciones productivas de origen italiano para la'
879
@3
02
©8
009
aD
construcción de equipo rodante automotor y ferroviario,
además de actividades complementarias en motores, piezas':
y repuestos. En cuanto a la región patagónica (en especial *
Chubut), fue destinataria de inversiones en las ramas «quí-
Capltal Federal .
CupoyLa Pampa
Totel generel
mica y petroquímica» y «productos metálicos y material de -
Buenos Alrea
transporte», en una proporción del 80 % del total allíradica-:: dJurladieción
Patogonia
Santa Fo
Nordaste.
Noraeste
Cardoba
do, al amparo de la legislación considerada. También en es::
226
te caso las ventajas de oferta de insumos justificaban el es- excedentes, tal como lo consigna
n las corre i
tablecimiento de plantas industriales incluidas en la prime- ba.lanz‘as de pagos nacionales en los
ra de aquellas ramas. . rubros «Z?fi?:lzdmn
«regalías», las regiones receptoras
Finalmente, en la provincia de Santa Fe las actividades de los establecimi
manufactureros ven incrementar
ligadas a la rama de la química y petroquímica representan, la distancia entre pro-
duc{to generado e ingreso percibid
otra vez, el 80 % de las radicaciones extranjeras. La Jocali- o por sus resid.entespEs
decir, se debe tener en cuenta que los datos
zación de las plantas se realizó en las cercanías de Rosario, de prod ucto bri-
to ma..nufm.:tu.rero en las áreas de más elev
contiguamente a la cabecera del poliducto Campo Durán- ado desarrollo in-
. dustnal d.Lfar¡ran del ingreso regi
onal
San Lorenzo y a la planta de YPF, — - proporción creciente a medida que se incrgeográfico en una
Si efectuamos una estimación de las inversiones es- ementen lai Inver-
siones externas altamente productivas.
pecialmente «descentralizadas» —cotejándolas con las que'
eligieron la zona del Gran Buenos Aires, dentro de las juris- La_s reflsxio'x}es previas se compleme
ntán con el análisis
dicciones que concentran más del 95 % de las radicaciones de la información acerca del tamaño
de origen externo y considerando solo las actividades «dmá-: medio de las plantas-
micas»—, llegamos a valores porcentuales de alrededor del -
85 %. Ello confirmaría la anterior consideración teórica; E El tamaño medio de las plantas de las
acerca de la creciente deslocalización y descentralización de ramas dinámicas
" las plantas industriales en el período de análisis, con rela-
ción a los anteriores.
2. Resulta interesante observar las cambiantes propor:
ciones entre industrias «dinámicas» y «vegetativas» según;
las distintas regiones.
En la región Centro-Litoral y en la Patagonia las 4/5 par. hta.nas, en terrenos amplios, con capa
tes de las inversiones correspondieron a las actividad: cidad para futuras
igampliaciones, playas de maniobra
228
229
Cuadro 38, Thmaño medio de las plantas de capital extranjero radicadas
1963
79
279
Fuente: José Liris Co1 raggio, «Centralización y concentración en la configuración espacial argentina», Desarrollo Regional, Presidencia de la
Nación, Secretaría del Consejo Nacional dé Desarroilo, Buenos Aires, enero de 1971, pág, 27. (Los datos corresponden a los Censos de 1954 y
76
69,1
* Estos porcentajes son comperables en la medida que la subestimación de la ocupación en 1958 esté distribuida uniformemente entre las
257
636
309
1000
en la Argentina conforme a la legislación de fomento (1958-1969), por
Valor agregado
rama de actividad y localización (millones de dólares) (continuación).
Industrias
100,0
1953
769
6,7
64
378
260
638
231
Cérdoba 4,79 0,46 3,81
Otras provincias 2,80 0,42 0,81
Totales 222 0,87 1,86
100,0
Fuente: Cálculos basados en datos de A. Lainagrande, op. cit., págs. 161-65.
1983
55,7
3
189
384
57
195
18
Establecimientos
Cuddro 39. Distribución de las variables industriales'en 1953 y 1963 respecto al total del país (porcentajes).
La posibilidad de conocer el monto y ubicación de las in-
versiones de capital nacional —tanto las «principales» como
las ligadas y/o secundarias— es muy limitada, dada la au-
100,0
57
165
105
429
591
1963
24
09
sencia de información estadística precisa que identifique el
origen geográfico del capital de cada planta. Por eso, solo
podemos tomar los datos intercensales 1953-1963 como in-
dicativos de tendencias, con la salvedad de que los valores
incluyen las inversiones extranjeras. La información trans-
100,0
1963
69,4
87
2,8
537
306
24
0
cripta en el cuadro 39 indica un acentuamiento de la de-
Obreros
clinación relativa de 'la Capital Federal en los principales
1953
56,6
2
1060
54
324
84
296
04
ción como en valor agregado, aun cuando no alcanza a com-
Pensar, para toda el drea metropolitana, la disminución en
el ritmo expansivo de la Capital Federal.-Es decir, a nivel
i
1000 —
intrarregional del área metropolitana y en su relación con el
resto del pais, se produce un proceso de descentralización en
26,0
9,0
1968
524
264
65
619
321
Ocupación totel”
la localización industrial. -
Las subregiones Resto Megalópolis Buenos Aires y Resto
Megalópolis Santa Fe —que comprenden, respectivamente;
los partidos y departamentos que rodean el área metropoli
100,0
333
262
1958
712
288
tana hasta una distancia de alrededor de 100 kilómetros del
distrito federal, y una franja contigua al río Paraná que va:
desde Santa Fe hasta San Nicolds— ofrecen un comportá-:
(3) Ares'metropolitana
%) Gran Buenos Aires
3 +(0) + 6)
(7) Resto del país
(8) Total del país
“ Buenos Aires
variable que el de la primera en la subárea Santa Fe. Alli
(6) Megalópolis
Area
se advierte la presencia de procesos de alta productividad;-
Saita Fe
8+ (M
como las actividades químicas y petroquímicas ya comenta-
I
das. En el caso de la subárea Buenos Aires, tales incremeñ::
1964)
tos se realizaron sin modificar los porcentuales del mímero,
. 280
de establecimientos.-Ello indica una transformación es-
tructural de las empresas, cop. sustitución de pequeñas y
medisnas plantas por grandes establecimientos, La inver-
sión externa, como vimos, debe de ser la principal respon-
sablede tal mecanismo sustitutivo. -
En el resto del país, se destaca la elevada expansión del
valor agregado frente a un muy moderado atimento eri la
participación de la mano de obra. En el período comentado,
solamente las inversiones externas, o las-asociadas a ellas :.
en el uso de tecnologías complejas, tienen la capacidad de
elevar la productividad por obrero ocupado. Dichas inver- *
siones deben de haber influido decisivamente en tal compor-
tamiento. —