Boletin INIA 301

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Autores
Marisol Reyes M.
Ingeniero agrónomo, Dr.

Arturo Lavín A.
Ingeniero Agrónomo

Director Regional INIA


Rodrigo Avilés Rodríguez

Edición
Hugo Rodríguez A.

Boletín INIA Nº 301.

Este boletín fue editado por el Instituto de Investigaciones


Agropecuarias, Centro Experimental Cauquenes, INIA Raihuén.

Permitida su reproducción total o parcial, citando la fuente y


autores.

Cita bibliográfica correcta:


Reyes M., Marisol; Lavín A. Arturo. 2014. Frutales de Nuez,
cinco alternativas no tradicionales para el secano interior del
Maule. Boletín INIA Nº 301. 138 p. Instituto de Investigaciones
Agropecuarias, Cauquenes, Chile.

Diseño y diagramación:
Ricardo González Toro

Impresión:
Trama Impresores S.A.

Cauquenes, diciembre de 2014.

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ÍNDICE

PRÓLOGO
5

CAPÍTULO 1 AVELLANO CHILENO 7

CAPÍTULO 2 AVELLANO EUROPEO 21

CAPÍTULO 3 PISTACHO 43

CAPÍTULO 4 PECANO 81

CAPÍTULO 5 MACADAMIA 103

CAPÍTULO 6 CONCLUSIONES 133

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PRÓLOGO

El desarrollo de la fruticultura en la zona de Cauquenes, y por cierto en muchos


sectores del secano interior de Chile, presenta una serie de condiciones que
son necesarias de considerar al abordar la fruticultura. Geográficamente están
distanciados de centros de procesamiento en fresco. Además, no hay capacidad
de refrigeración instalada en la zona, por lo que la fruta se cosecha y envía a
su destino sin haber sido sometida a pre-frío. Hay emprendimientos locales con
producciones exportables, que por falta de este acondicionamiento, terminan con
fruta que se deteriora en el transporte y que finalmente es destinada al mercado
nacional. Bajo esta condición, especies de nuez, que son posibles de acondicionar
en la misma zona y que no tienen una postcosecha exigente, son ventajosas en
este aspecto.

Los suelos del secano se caracterizan por presentar bajos niveles de materia
orgánica, poseer una escasa fertilidad natural, particularmente en nitrógeno,
fósforo y micro nutrientes como boro y zinc. Aunque en la comuna de Cauquenes
se han realizado plantaciones con especies exigentes en calidad de suelo,
como arándano, éstas han sido puestas sobre condiciones artificializadas, en
camellones, que se preparan específicamente para la especie. Sin embargo, esta
labor solo se paga en algunos casos y requiere una inversión mayor al iniciar una
plantación. Así, una especie menos exigente en condiciones de suelo tiene ciertas
ventajas, sin que esto signifique que no sea necesario invertir en una buena
preparación de suelo y fertilizaciones de pre y post plantación.

Otra característica es que sus productores son, en general, multirubristas. Pocos


agricultores basan su actividad en un solo rubro, por lo que al pensar en fruticultura
se requieren frutales complementarios, que en especial no coincidan en sus
fechas de cosecha. De especial importancia en la zona es el cultivo de la vid para

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vinificación, por lo que en muchos casos la decisión de plantar una determinada
especie frutal, es afectada por la época en que ella debe cosecharse. También
la ganadería es un rubro relevante. En muchos casos, los agricultores quieren
aprovechar el pasto que crece bajo los árboles para forraje animal, por lo que las
especies frutales que permitan el pastoreo (agroforestería) tienen una ventaja.

Teniendo en consideración las particularidades señaladas previamente, los


frutos de nuez, como grupo, presentan características que se acomodan a los
requerimientos culturales y ambientales de la fruticultura del secano.

Entre 1981 y 1982, en el Centro Experimental Cauquenes, y con el financiamiento


de ODEPA, se desarrolló un estudio para evaluar una serie de especies frutícolas
en el área de Cauquenes. De ese estudio se publicó, en 2001, el Boletín INIA
“Frutales para el secano interior: Comportamiento de carozos y pomáceas”. Ahora,
en esta nueva publicación presentamos los resultados para frutales de nuez, que
excluye el cultivo del nogal, ya que fue expresamente tratado, también en 2001,
en el libro INIA “El nogal en Chile”.

Cabe señalar que, dado que el estudio incluyó una gran cantidad de especies de
todo tipo, el manejo de cada una de ellas fue más bien generalista, sin ahondar
particularmente en los requerimientos de cada una, por lo que los resultados
deben considerarse dentro de ese contexto.

Los autores

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AVELLANO CHILENO
(Gevuina avellana Mol.)
[Avellano chileno, Gevuín,
nefuen, ngefuñ]

Arturo Lavín A.

1.1. Clasificación botánica

El avellano pertenece a la familia Proteaceae y al género Gevuina. A la misma


familia pertenecen también las Macadamias (Macadamia sp.), frutales de nuez
originarios de Australia y cuyos frutos son comestibles. La familia tiene cuatro
géneros en Chile: Gevuina, Enbothrium, Lomatia y Orites. Al primero pertenece
el avellano (Gevuina avellana Mol.); al segundo el notro o ciruelillo (Embothrium
coccineum Forst.); al tercero pertenecen el radal (Lomatia hirsuta (Lam.) Diels),
el piñol o avellanillo (Lomatia dentata (R. et Pav.) R. Br.) y el fuinque (Lomatia
ferruginea (Cav.) R. Br.). Finalmente, al cuarto género pertenece el mirtillo (Orites
myrtoidea (Poepp. et Endl.) Benth. et Hook. Varios de ellos tienen un valor
ornamental y a otros se les ha asignado un valor por su madera (Muñoz, 1959).

1.2. Origen

El género Gevuina es endémico y monotípico en Chile. Se distribuye entre las


cordilleras de la Costa y de Los Andes desde la costa de Valparaíso hasta las islas
Guaitecas, pero su ambiente óptimo lo encuentra en el bosque valdiviano del sur
de Chile (Halloy et al., 1996). Es una especie de sotobosque que puede alcanzar
un nivel intermedio, normalmente se encuentra asociado a especies de Fagáceas,
principalmente Roble y Raulí (Donoso, 1978).

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1.3. Descripción de la especie

El árbol, que puede alcanzar una altura 18 a 20 metros, posee una hermosa
madera veteada muy usada en mueblería, además de un llamativo follaje siempre
verde (Foto 1.1.) que permite su uso como árbol ornamental.

Sus frutos comestibles han sido consumidos por los pueblos aborígenes mapuches
desde antes de la llegada de los colonizadores españoles. Los frutos se consumen
frescos, secos, tostados o como harina.

Se distribuye entre las cordilleras de la Costa y de Los Andes, desde la zona costera
de Valparaíso (33°S) hasta las islas Guaitecas (45°S); sin embargo, su ambiente
óptimo lo encuentra en el bosque valdiviano del sur de Chile (aproximadamente
entre 36º S y 47º S) (Halloy et al., 1996; Luebert, F. and Pliscoff P., 2005).

Foto 1.1. Follaje de avellano chileno.

8
El avellano chileno crece como árbol erecto cuando está asociado a otras
especies, y en forma globosa cuando se encuentra aislado. La corteza es
lisa y de color plomizo. Sus ramas son largas y algo desnudas. Las hojas son
persistentes, imparipinadas1, coriáceas2 y doblemente aserradas, sin vellosidad,
de un color verde intenso y lustroso que las hace muy atractivas para adornos
florales, razón por la que su follaje se explota abusivamente. Tiene flores
hermafroditas (Foto 1.2) y su fruto (Foto 1.3) corresponde a una nuez (Muñoz,
1959; Lobos, 1987).

El avellano presenta raíces proteiformes3, que se han descrito para las Proteaceae
aunque no son exclusivas de esta familia. Aún no se ha logrado aclarar las causas
de su origen ni el efecto que ejercen sobre la planta (Grinbergs et al., 1987).

1.4. Características agronómicas

Si bien el avellano chileno no es una especie que se use como cultivo agrícola
en forma habitual, diversos antecedentes de ensayos y pruebas permiten
definir algunas de sus características agronómicas. En especial, la Universidad
Austral en Valdivia y la Universidad de la Frontera en Temuco, han trabajado en
la incorporación de la especie como cultivo. En Nueva Zelanda también se ha
estado intentando su cultivo desde semillas importadas desde Chile. (Halloy et
al., 1996).

1.4.1. Suelos

Es una especie bastante plástica en cuanto a su adaptación a diferentes tipos


de suelo. Así, Donoso et al. (1992) aseveran que en el sur de Chile es capaz
de crecer en suelos profundos de baja densidad, buena porosidad y buen nivel

1
Que posee hojas con un último foliolo al final del raquis, por lo que su número es impar.
2
De consistencia similar al cuero.
3
Raíces con forma de racimo.

9
de nutrientes y también sobre substratos volcánicos (lavas y escorias) y en los
ñadis (suelos volcánicos, delgados y saturados). En la zona central crece tanto
en la precordillera andina como en la cordillera de la costa. En la primera, lo
hace generalmente sobre suelos de origen volcánico. En la costera sobre suelos
graníticos en la vertiente oriental y en los derivados de rocas metamórficas en
la vertiente occidental, generalmente en posiciones inclinadas y sobre suelos de
baja fertilidad.

Halloy et al. (1996) sostienen que es muy probable que existan ecotipos de
avellano adaptados a diferentes condiciones de suelo, lo que haría muy necesaria
la selección de los mejores individuos para cada condición de suelo en la que se
le encuentra vegetando en forma natural.

1.4.2. Clima

El avellano se desarrolla en una amplia variedad de climas. Así, en la zona


central crece en clima mediterráneo subhúmedo a húmedo (500 a 1.000 mm de
precipitaciones por año) y en el sur en uno templado húmedo lluvioso (3.000 a
4.000 mm). Acepta temperaturas cálidas a muy frías. También está adaptado
a una amplia variabilidad en luminosidad, lo que le permite comportarse como
especie intolerante tanto como semi tolerante (Donoso et al., 1992).

El avellano, a diferencia de la macadamia, su pariente cercano, es bastante


tolerante al frío, lo que ha sido confirmado en plantas creciendo en Nueva Zelanda
a una latitud más austral que el área de distribución natural y de cultivo de la
macadamia (Halloy et al., 1996).

1.4.3. Riego

No se tiene antecedentes de cultivo de avellano bajo riego, salvo la experiencia


en Cauquenes en la década de 1980, en suelos graníticos algo pesados.

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Lamentablemente, se murieron todas las plantas entre los años 2 y 3 luego de la
plantación, sin que se haya podido determinar la causa específica de la muerte,
ya que no se logró asociar a algún patógeno o factor abiótico.

1.4.4. Nutrición

No existen estándares sobre los requerimientos nutricionales del avellano. Algunos


antecedentes pueden revisarse en Medel 2014.

1.4.5. Fructificación

Los árboles tienen flores hermafroditas en racimos axilares largos y delgados, de


color blanco. El fruto corresponde a una nuez, su forma es variable, pero predomina
la redonda con el ápice algo protuberante. Su tamaño varía entre 1,5 a 2,0 cm de
diámetro. Su color verde cambia a rojo al inicio de la madurez, para terminar de
color café oscuro a negruzco cuando está plenamente maduro. Permanece en el
árbol entre 12 y 15 meses (Lobos, 1987; Halloy et al., 1996).

Foto 1.2. Flores de avellano chileno en diferentes estados de desarrollo.

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El fruto del avellano tiene un sabor muy apreciado y un gran valor alimenticio y
calórico por su alto contenido de proteínas y lípidos (Cuadro 1.1). El aceite que se
puede obtener de él, por su composición en ácidos grasos, es comparable a los
de oliva y raps (Cuadro 1.2). Singularmente, entre los aceites vegetales presenta
un alto contenido en ácido palmitoleico, lo que lo hace fácilmente absorbible por
la piel y un muy buen filtro para la luz ultravioleta, por lo que podría tener un
amplio uso en lociones bronceadoras en cosmética, donde ya existen algunas
experiencias en cosmetología y fitoterapias (Lobos, 1987; Medel, 2014).

Por otra parte, estudios realizados en la Universidad Austral de Chile han


evaluado favorablemente las perspectivas de los frutos de esta especie para uso
en industria alimenticia, farmacológica, cosmetológica y fitoterapéutica (Jil, 2006;
Carrillo, T. 2004).

Foto 1.3. Frutos de avellano chileno.

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Cuadro 1.1. Composición química de la semilla de avellano chileno expresada en base
seca.
Componente
Humedad % 7,07
Proteínas % 12,66
Extracto etéreo % 47,69
Glúcidos totales % 20,44
Glúcidos reductores % 1,00
Fibra cruda % 4,90
Cenizas % 4,12
Calorías cal/g 680
Fuente: Elaborado sobre la base de INTEC-CHILE, 1982.

Cuadro 1.2. Composición porcentual de algunos aceites comestibles.


Avellana Avellana
Ácido graso chilena europea Oliva Raps

Palmitoleico 27,6 22,0 0 0


Oleico 39,8 37,0 74,5 58,0
Linoleico 6,9 11,2 10,0 14,5
Linolénico 10,1 11,5 0,5 7,9

1.4.6. Portainjerto y Variedades

La Universidad Austral de Chile, en Valdivia, ha desarrollado por varios años un


programa de evaluación de selecciones clonales de avellano (Medel y Medel,
2002), donde además se ha caracterizado la composición y propiedades de sus
frutos (Medel, F. 2005; Valdivia, V. 2003). Actualmente este trabajo se encuentra
en su etapa de obtención de patentes y registros (Medel, F. 2014, comunicación
personal).

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1.5. Estudio de propagación y establecimiento del avellano en Cauquenes

1.5.1. Metodología

En 1983 se intentó establecer bajo cultivo árboles de avellano chileno en el Centro


Experimental Cauquenes del INIA. Para tal efecto, en 1982 se colectaron semillas
en dos sectores cercanos de la Cordillera de la Costa: “El Corte” entre Cauquenes
y Chanco, y en Coronel de Maule, al sur oeste de Cauquenes. Las semillas se
colectaron al momento de su madurez y se guardaron en bolsas de papel, la mitad
en un refrigerador (4ºC) y la otra mitad a temperatura ambiente, por 3 meses,
procediéndose a sembrarlas en platabandas de arena cuarzosa.

Además de la propagación por semillas, se utilizó el método de propagación por


estacas. Para ello, se colectaron ramas que presentaron un buen crecimiento
en la temporada anterior en el sector El Corte. Las ramas fueron removidas al
inicio de la primavera. De las ramas colectadas se separaron estacas de la parte
apical y basal, a las que se les aplicó hormonas comerciales para enraizamiento
en la base y se las puso a enraizar en una cama de arena. Debido a que las
estacas estuvieron a la intemperie, fueron regadas tres veces al día para evitar
deshidratación.

De las plantas obtenidas por semilla, se plantaron dos hileras de 7 plantas por
procedencia, en sector de lomajes con suelo serie Cauquenes, regados por goteo
con dos goteros de 4 L/h por árbol. Las plantas fueron regadas 8 horas diarias
desde octubre hasta abril. La fertilización y los tratamientos sanitarios fueron los
detallados en el Cuadro 1.3. Se llevaron registros permanentes de los resultados
y del estado de las plantas, los que se condensaron en informes anuales (Lavín,
1983; Lavín, 1983a; Lavín, 1984; Lavín, 1985; Lavín, 1987; Lavín, 1988 y Lavín,
1989).

1
Evaluación de nuevas alternativas frutícolas para el secano interior. Subestación Experimental Cauquenes
de INIA. Informes técnicos presentados en Odepa en 1983; 1984; 1985; 1987; 1988; y 1989.

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Cuadro 1.3. Fertilización y tratamientos sanitarios aplicados a avellano chileno en
Cauquenes.
Fertilizaciones Fecha Fertilizante Dosis (g/árbol)
13.01.84 Urea 100
25.04.84 Urea 200
Sulfato de potasio 200
Boronatrocalcita 25
09.08.85 Urea 200
Sulfato de potasio 200
Boronatrocalcita 10
28.07.86 Nitrato de amonio 200
Sulfato de potasio 100
Superfosfato triple 100
15.10.86 Salitre potásico 50
25.08.87 Urea 100
22.09.87 Salitre potásico 50
20.10.87 Salitre potásico 50
18.11.87 Salitre potásico 50
22.12.87 Nitrato de amonio 50

Tratamientos sanitarios
Producto (g-cc/100L agua)
25.04.84 Oxicloruro de cobre 600
25.04.84 Oxicloruro de cobre + aceite citroliv 600+1000
27.07.84 Oxicloruro de cobre 600
17.04.85 Oxicloruro de cobre + aceite citroliv 600+2000
25.04.85 Oxicloruro de cobre + aceite citroliv 600+2000

1.5.2. Resultados

De las partidas de semillas de diferentes procedencias, las que recibieron


tratamiento de frío germinaron entre un 32 y 71%, mientras que las que se
mantuvieron a temperatura ambiente prácticamente no lograron germinar,
pudriéndose la mayoría de ellas (Cuadro 1.4).

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Cuadro 1.4. Germinación de semillas de avellano chileno (Gevuina avellana Mol.)
Procedencia Tratamiento Semillas Semillas Germinación Plantas obtenidas
sembradas germinadas (%)
(número) (número) (número) (%)
El CorteCon frío 60 43 71,7 42 70
Sin frío 60 1 1,7 0 0

Coronel Con frío 50 16 16,0 15 15
Sin frío 50 0 0 0 0

Con las estacas se obtuvo enraizamiento, tanto en las apicales como en las
basales, siendo superior el porcentaje de enraizamiento en las primeras (Cuadro
1.5). En ambos casos se observaron abundantes raíces proteiformes.

Cuadro 1.5. Enraizamiento de estacas de avellano chileno (Gevuina avellana Mol.)

Tipo de estaca Estacas iniciales Estacas enraizadas Plantas obtenidas


(número) (número) (número) (%)
Apicales 38 14 12 31
Basales 27 5 3 3

Los árboles plantados a salidas de invierno en terreno, bajo condiciones de cultivo,


crecieron muy bien durante la primavera y verano; sin embargo, durante el invierno
el follaje tomó un color amarillento y varios de ellos murieron. En la siguiente
temporada se replantaron los árboles muertos y los sobrevivientes recuperaron
una buena apariencia y retomaron el crecimiento. Al próximo invierno solo uno de
los originalmente plantados logró sobrevivir (Cuadro 1.6).

Cuadro 1.6. Sobrevivencia de plantas de avellano chileno bajo cultivo, en Cauquenes.

Procedencia Plantas Nº de plantas vivas


plantadas Al 1er año Al 2º año
(número)
número % número %
El Corte 7 4 57 1 14
Coronel 7 3 43 0 0

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Se continuó replantando los árboles que se secaban y se adicionó nutrientes
mediante fertilización, de acuerdo a las pautas para otras especies frutales. Incluso
se hicieron aplicaciones preventivas contra posibles enfermedades (Cuadro 1.3.),
pero al mantenerse el problema se decidió suspender el la intención de cultivo de
la especie, sin haber podido determinar la causa del fracaso.

Como posibles causas se pueden argumentar, entre otras: el tipo de suelo, que
escapa a los característicos de los lugares donde la especie vegeta naturalmente;
algún problema nutricional debido a niveles bajos o excesivos de algún elemento
en el suelo, debido a que el síntoma de clorosis generalmente responde a
problemas de nutrición; sobresaturación de agua en el suelo durante el invierno, lo
que pudo provocar asfixia de raíces o indirectamente algún problema nutricional.

1.6. Proyección de la especie en el secano interior

Si bien los resultados en este intento, de poner bajo cultivo a esta especie nativa
no fueron auspiciosos, es tal la falta de conocimientos sobre sus repuestas a
las prácticas de manejo, que no puede darse por descartada como una de las
especies que puede abastecer de una nuez con bastante demanda y con un alto
potencial de desarrollo de productos secundarios, como alimentos (harinas) y
productos industriales (aceites). No se debe dejar de tomar en cuenta el interés
que existe en otros países por desarrollar su cultivo.

Por lo anterior, y tal vez como intento primario, debiera estudiarse su respuesta
en sectores similares a sus ambientes naturales. Si bien éstos no se dan en gran
parte del secano interior, sí se encuentran en los sectores en que éste limita
con la Cordillera de la Costa, donde es habitual encontrar algunos ejemplares
creciendo espontáneamente. En estos sectores, el cultivo del avellano chileno y
la producción de avellanas pueden constituirse en alternativa más rentable que
la forestación, especialmente para los pequeños propietarios de estos sectores.

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1.7. Literatura citada

Carrillo, T. 2004. Caracterización y evaluación del contenido de lípidos y ácidos grasos


en nueve clones de Gevuina avellana Mol. Universidad Austral de Chile, Valdivia,
Chile. Tesis para optar al grado de Licenciado en Agronomía. 77 p.

Donoso, C. 1978. Avance de investigación: Antecedentes sobre producción de


avellanas. Bosque 2(2):105-108.

Donoso, Z. C.; Cortés B. M.; y Escobar R., B. 1992. Técnicas de vivero y plantaciones
para avellano (Gevuina avellana). Chile Forestal, Documento Técnico Nº 63.
CONAF.

Grinbergs M., J.; Valenzuela F., E. y Ramírez, G., C. 1987. Formación y desarrollo
de raíces proteiformes en plántulas de Gevuina avellana Mol. Agro Sur, Valdivia,
Chile. 15(1): 1-9.

Halloy, S.; Grau, A. and McKenzie, B. 1996. Gevuina nut (Gevuina avellana,
Proteaceae), a cool climate alternative to Macadamia. Economic Botany 50(2) pp.
224-235.

INTEC-CHILE. 1982. Recolección e industrialización de la avellana chilena. Santiago,


Chile. 87p.

Jil, P. 2006. Variación del contenido de los ácidos grasos en el aceite extruído
en frío de nueve clones de Gevuina avellana Mol. Universidad Austral de Chile, Valdivia,
Chile. Tesis para optar al grado de Licenciado en Agronomía. 72 p.

Lobos, A. W. 1987. Avellano chileno. IPA Carillanca, Temuco, Chile. Año 6 Nº 2 pp.
12-14.

Luebert, F. and Pliscoff, P. 2005. Sobre los límites del bosque valdiviano. Chloris
Chilensis Año 8 Nº 1. URL: http://www.chlorischile.cl

Martínez, J. 2001. Evaluación de la producción de nueces de once clones de Gevuina


avellana Mol. Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile. Tesis para optar al
grado de Licenciado en Agronomía. 87p.

Medel, F. and Medel, G. 2002. Growth of seedling rootstocks of gevuina avellana Mol.
by soil and foliar fertilization. Acta Hort. (ISHS) 594:179-183.

Medel, F. 2005. Clonal selection in gevuina avellana for nutritional and phytotherapy
purposes. Acta Hort. (ISHS) 686:625-630.

18
Medel, F. 2015. Plantas de calidad para la producción comercial de gevuin (avellano
chileno). Seminario Internacional: Actualidad en la Producción y Comercialización
de Frutos de Nuez . EXPONUT 2014. Santiago, 08 de Mayo del 2014

Muñoz, P. C. 1959. Sinopsis de la flora chilena. Ed. Universitaria, Santiago, Chile.


840 p.

Navarro, S. A. 2002. Propagación por esquejes de cinco clones de Gevuin (Gevuina


avellana Mol.). Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile. Tesis para optar al
grado de Licenciado en Agronomía. 97p.

Silva, A., V. 2002. Caracterización estructural, fenológica y productiva de once clones


de “Avellano chileno” (Gevuina avellana Mol.). Universidad Austral de Chile,
Valdivia, Chile. Tesis para optar al grado de Licenciado en Agronomía. 98p.

Valdivia, V. 2003. Composición química cotiledonar en nueces de nueve clones de


Gevuin (Gevuina avellana. Mol). Tesis de Licenciado en Agronomía, U Austral de
Chile. 53 p.

19
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2
AVELLANO EUROPEO
(Corylus avellana L.)

Arturo Lavín A.
Marisol Reyes M.

2.1. Clasificación botánica

El avellano pertenece a la familia Betulaceae, subfamilia Coryloidea, género


Corylus, que posee 25 especies. Las de interés económico son: C. avellana L., C.
maxima Mill y sus híbridos. Son interesantes para mejoramiento genético por su
resistencia al frío y a enfermedades, C. americana, avellano americano, arbusto
silvestre del este de los EE.UU. y C. cornuta, avellano picudo, arbusto silvestre,
estolonífero, que crece desde la zona central a la costa oeste de los EE.UU. Por
su baja tendencia a emitir sierpes desde el tronco, C. colurna L. avellano turco,
árbol grande, silvestre, ornamental y C. chinensis Franch., avellano chino, árbol
grande, subtropical, ornamental y maderero. Ambas especies pueden ser usadas
como patrones de C. avellana. Otras especies son C. ferox, avellano tibetano,
árbol pequeño que crece en tierras altas, C. jacquemontii, avellano indio, es una
versión más pequeña que C. colurna (Westwood, 1982; Jona, 1986).

2.2. Origen

El origen del avellano parece estar en Asia, desde donde fue introducido a Grecia.
La mayoría de las especies cultivadas de este género son nativas de Europa o
Asia. A Chile probablemente llegó con los españoles (Grau, 2003; Valenzuela et
al, 2001).

21
En idioma inglés, las avellanas se denominan Hazel o Filbert. Hazel viene de
la palabra anglo-sajona “Haezel”, que quiere decir gorro, la que a su vez viene
del griego “korys”, casco o capucha. En Norteamérica se denomina Hazel a las
especies nativas y Filbert a las de origen europeo (Owen and Severson, 2006).

Las avellanas europeas ocupan el segundo lugar en el mercado mundial de


producción de frutos de nuez. Turquía es el líder en el mercado mundial, con un
80% de total de la producción, seguido por Italia (Snare, 2008).

2.3. Descripción de la especie

Es una especie caducifolia. En estado natural son arbustos, con variable número
de pies o fustes, pero bajo cultivo se utiliza principalmente un sistema de un
monoeje (Foto 2.1.) (como árbol de un solo tronco), multieje (con tres a cuatro
ejes). Especial mención requiere el sistema utilizado en Turquía, en el que se
plantan tres a cuatro árboles en el hoyo de plantación, metodología que recibe el
nombre de “ocak”.

Las hojas son ovales, en general, doblemente aserradas y más o menos


pubescentes (Westwood, 1982). El crecimiento es simpodial y el vigor de los brotes
originados por yemas axilares disminuye del extremo a la base del brote. Esto
significa que el brote de un año presenta acrotonía, lo cual corresponde a la forma
arbórea. Sin embargo, a fines del verano, el árbol presenta una basitonía, pues se
produce el crecimiento de sierpes, lo que corresponde a la forma arbustiva (Tasias,
1975). Tiene raíces fibrosas, poco profundas, que se desarrollan, principalmente,
en los primeros 60 cm del suelo (Hazelnut Growers of Australia, 2005).

22
Foto 2.1. Huerto conducido en sistema monoeje.

Es una especie diclino monoica, es decir, posee flores machos y flores hembra en
un mismo pie, pero separadas físicamente. Las flores masculinas se agrupan en
inflorescencias llamadas amentos, los que aparecen en las axilas de las hojas en
forma aislada o en grupos de 2 a 3 e incluso hasta 8 (Fotos 2.2. a y b).

La flor femenina se denomina glomérulo (Foto 2.2.b.). Posee un gineceo bicarpelar


y dos estilos que se juntan por la base en el esbozo de un ovario. El glomérulo
tiene un aspecto similar a las yemas vegetativas, siendo posible distinguirlas en
invierno al momento de la floración, porque en su extremidad aparece un ramillete
de estigmas de color rojo vivo. Nacen en racimos sobre yemas laterales en
madera del año anterior y situados en posición terminal, sobre un brote corto que
se desarrolla de la yema mixta (Westwood, 1982; Torres, 1994).

23
Foto 2.2. Amento o inflorescencia masculina abierta (a). Flores femeninas denominadas
glomérulos (b).

En medicina popular las hojas y corteza de las ramas son utilizadas como
astringente, de acción hemostática y antiinflamatoria. Se señala que tienen un
ligero efecto hipertensor y que su aceite es saludable para pieles grasas. Se
caracteriza por su alto contenido de vitamina A y por ser rico en vitamina E, siendo
además destacables los niveles de calcio, magnesio y potasio. También contiene
ocho aminoácidos considerados esenciales. Tiene 634 kcal por cada 100 g de
porción comestible. Otros componentes se señalan en el Cuadro 2.1.

24
Cuadro 2.1. Composición de 100 g de frutos de avellano europeo.
Componente (%) Vitaminas y minerales (mg)
Agua 5,8 Vitamina A --
Proteínas 12,6 Tiamina, B1 0,46
Grasas 62,4 Riboflavina, B2 --
Carbohidratos 16,7 Niacina 0,9
Vitamina C Trazas
Calcio 209
Fósforo 337
Hierro 3,4
Sodio 2
Potasio 704
Fuente: Adaptado de Westwood, 1982.

2.4. Características agronómicas

2.4.1. Suelos

Requiere de suelos bien drenados, no tolera excesos de humedad ni estratas


duras. Si bien su sistema radical es más bien superficial, en suelos profundos se
produce mayor exploración, pudiendo llegar a 2 o 3 m. En suelos poco profundos
se produce crecimiento inicial por ocho a diez años, pero después declina, y no
logra alcanzar rendimientos elevados. El pH óptimo para su desarrollo es entre 6
y 7 (Tous, 2001; Grau, 2007).

2.4.2. Clima

El avellano es una planta de climas templados. Las temperaturas medias anuales


deben oscilar entre 12 y 16 ºC (Hazelnut Growers of Australia Ltd., 2001; Grau,
2003).

El mejor clima es aquel con un verano suave e invierno frío. Se deben evitar
sitios con vientos fuertes y de efecto desecante en verano (Tous, 2001). Sitios con

25
temperaturas sobre 35 ºC y baja humedad relativa durante el período vegetativo,
debieran evitarse (Grau, 2007).

En zonas muy ventosas, las plantas presentarán ejes doblados y ramas primarias
mal ubicadas, lo que obligaría a instalar cortavientos (Grau, 2007).

Requiere largos períodos de frío para asegurar el llenado de frutos y adecuados


rendimientos. Los requerimientos de frío de las yemas florales macho, hembra y
vegetativas varían, pero con alrededor de 1.200 horas entre 5 y 7 ºC se considera
adecuado. Temperaturas inferiores a –5 ºC pueden dañar las flores hembra cuando
están abiertas. A fines del invierno, cuando se intercalan a las bajas temperaturas
dominantes períodos cálidos cortos, se produce mayor daño en los amentos que
cuando las bajas temperaturas son estables desde el inicio de la estación.

Cuando los amentos se encuentran en dormancia, pueden dañarse con


temperaturas de alrededor de 21 ºC. Temperaturas más altas en verano pueden
quemar las hojas y evitar una adecuada fructificación.

El avellano no tolera condiciones ventosas combinadas con veranos calurosos y


de baja humedad. Se señala que los climas con alta humedad durante el período
vegetativo (70 - 80%, entre septiembre y abril) son óptimos para la especie (Tous,
2001; Grau, 2003). Sin embargo, existe una amplia variabilidad en la capacidad de
respuesta de las diferentes variedades a esta condición climática.

Respecto a la exposición, el avellano necesita posiciones aireadas, pero no estar


expuesto a viento permanente, ya sea en invierno o verano. Esto debido a que
el viento excesivo perturba la fecundación en invierno y en verano, sobre todo
si es cálido, pues provoca una transpiración excesiva en el follaje para lo que la
especie no tiene adecuados mecanismos de control, o éstos son poco eficientes
en condiciones de estrés. Además, su sistema radical no es muy eficiente para
compensar fuertes pérdidas de humedad desde el follaje (Tous, 2001; Grau, 2003).

26
2.4.3. Riego

Las necesidades varían acorde a las condiciones climáticas. En climas cálidos,


con precipitaciones que bordean los 500 mm/año (Tarragona, España), se
requieren 2.500 m3/ha para riego, distribuidos entre noviembre y marzo (Tous,
2001). En zonas con precipitaciones cercanas a los 600 mm/año (Clermont-
Ferrand, Francia), en ausencia de lluvias, para árboles de nueve años de edad
se ha determinado requerimientos de riego que pueden variar entre 20 y 48 L/
árbol/día, siendo particularmente demandante entre enero y febrero (Mingeau and
Rousseau, 1994).

Especialmente sensible al déficit hídrico es el período desde polinización a llenado


de nuez, donde se ha observado una reducción promedio del rendimiento de hasta
60%. Incluso, en algunas circunstancias puede producirse deterioro de la calidad
y valor de la producción. Otro período muy crítico se produce 10 días antes de la
fertilización floral, cuando el desarrollo de la inflorescencia es rápido, por lo que el
momento y duración de los estados fenológicos puede ser relevante para evitar,
parcialmente, los daños de un déficit hídrico (Mingeau et al., 1994).

Estudios realizados en Italia (Tombesi, 1994), sugieren que para obtener la mayor
asimilación por parte de las hojas, el contenido de agua en el suelo debería
mantenerse sobre un 60% de la capacidad de campo, sin excederse demasiado
para evitar pérdidas de agua.

2.4.4. Nutrición

La fertilización, como en cualquier frutal, debe realizarse de acuerdo al estado de


crecimiento del huerto.

Previo a la plantación se recomienda realizar análisis de suelo. Éste será útil


para determinar necesidades de potasio, magnesio y encalado (cuando el pH es
inferior a 5,6).

27
En huertos establecidos se recomienda realizar análisis foliar y junto con la
observación de las condiciones del huerto realizar la fertilización. Los niveles
foliares normales de nutrientes se entregan en el Cuadro 2.2.

Cuadro 2.2. Rangos adecuados de concentración de elementos minerales en hojas de


avellano europeo.
Elemento Rango de concentración adecuada
Nitrógeno 2,21 - 2,50 %
Fósforo 0,14 - 0,45 %
Potasio 0,81 - 2,00 %
Azufre 0,13 - 0,20 %
Calcio 1,01 - 2,50 %
Magnesio 0,25 - 0,50 %
Cobre 5 - 15 ppm
Zinc 16 - 60 ppm
Manganeso 26 - 650 ppm
Hierro 51 - 400 ppm
Boro 31 - 75 ppm
Fuente: Adaptado de Olsen, J. 2001.

La tasa anual de crecimiento de las ramillas en una planta de avellano, en los dos a
tres primeros años, debiera ser de entre 45 y 75 cm; sin embargo, en árboles adultos
25 cm anuales son suficientes. Un crecimiento reducido y amarillez en las hojas,
frecuentemente son signo de deficiencia de nitrógeno. En plantaciones nuevas,
el nitrógeno debe comenzar a aplicarse pasados dos períodos de crecimiento.
En árboles adultos, en el inicio del período de crecimiento, el avellano utiliza el N
almacenado y muy poco el de la fertilización. La más eficiente extracción del N
aplicado al suelo ocurre durante el crecimiento activo de primavera. El momento
de aplicación puede tener un importante efecto en cómo el N aplicado es usado
por el árbol. Aplicado en septiembre tiende a estimular un crecimiento vegetativo
vigoroso, mientras que aplicaciones parcializadas, entre septiembre y diciembre,
son destinadas hacia el almacenaje en troncos y raíces. Lo mismo ocurre con
aplicaciones parcializadas de N foliar: en enero se destina al fruto, mientras que
en postcosecha se destina al desarrollo de yemas (Olsen, 2001; Genc, 2005).

28
La deficiencia de potasio se manifiesta con hojas y nueces pequeñas (Olsen,
2001). Se recomienda aplicarlo anualmente en forma de sulfato de potasio, para
cubrir los requerimientos de azufre del cultivo.

También se pueden presentar deficiencias de boro que se manifiestan en una


muerte regresiva de las puntas de los brotes. Otros elementos que se deben
cuidar son el azufre, magnesio, calcio y zinc (Olsen, 2001; Grau, 2003).

En Grau (2003) se entregan las recomendaciones de dosis y forma de aplicación


de fertilizantes para distintas condiciones de suelo. Un esquema más generalizado
respecto de distribución porcentual de fertilizantes, vía fertirriego, se muestra en
el Cuadro 2.3. La fertilización anual para árboles en producción debe también
considerar la extracción de nutrientes realizada por los frutos. En el Cuadro 2.4 se
presenta la demanda de nutrientes para una producción de 1.200 k/ha.

Cuadro 2.3. Rangos adecuados de concentración de elementos minerales en hojas de


avellano europeo.
octubre noviembre diciembre enero febrero postcosecha
N 40 20 20 5 5 10
P 40 10 10 10 10 20
K 10 20 20 15 5 30
Ca 20 60 20
Mg 30 30 20 10 10
Fuente: Valdés, 2007.

Cuadro 2.4. Extracción de nutrientes para una hectárea de avellano con una producción
de 1.200 kg.

Extracción de nutrientes (kg/ha)


N P2O5 K2O CaO
19 9 12 16
Fuente: Genc, C. 2005.

29
2.4.5. Fructificación

Ambos tipos de flores son inducidos el verano anterior a la cosecha. La polinización


es anemófila y ocurre durante el invierno. Con bajas temperaturas y presencia de
lluvias, el tubo polínico crece hacia la base del estilo y permanece en receso por 5
a 6 meses (verano). Luego retoma su crecimiento y los óvulos son fertilizados. La
fertilización, entonces, tiene lugar en verano y la nuez rápidamente se desarrolla y
madura a fines de esa estación (Childers, 1969; Grau, 2003).

Al momento de la polinización, el ovario aún no ha terminado de desarrollarse,


encontrándose solo tejidos ováricos no diferenciados, incluso 4 a 5 meses
después. Además, el fruto comienza a desarrollarse en el nucelo, antes de que
se haya llevado a cabo la fertilización. Aunque es posible apreciar una nuez en
desarrollo, de color verde blanquecino, si por alguna razón existe un impedimento
u obstrucción que limite la fertilización, la nuez queda vana, siendo éste un factor
varietal negativo (Jona, 1986).

Algunas variedades de avellano son autoincompatibles, por lo que requieren


polinizadores. Otras son ineficientes al liberar el polen demasiado tarde o
demasiado temprano para que sea efectivo (Westwood, 1982). Hampson et al.
(1993) describen que en avellano, la incompatibilidad se manifiesta a nivel del
estigma y se caracteriza por el rechazo del polen al entrar en contacto con éste.
Como resultado de ello, se produce una importante pérdida de producción debido
a la presencia de frutos vanos. Otra razón asociada a la incompatibilidad es la
cantidad de polen disponible en relación con su potencial germinativo, lo que
limita la cantidad de frutos cuajados, obteniéndose, de esta forma, alta cantidad
de frutos vanos (Valenzuela et al., 2001).

El fruto es un aquenio (Foto 2.3.) rodeado por un involucro foliáceo, con pericarpio
leñoso indehiscente, conteniendo, en general, una sola semilla con dos cotiledones
semiesféricos, ricos en reservas oleaginosas (Torres, 1994). Se agrupan en
racimos en un número de 1 a 12. La forma varía desde redonda a oval u oblonga.
Las nueces están rodeadas por un involucro hojoso, que se abre desde la base

30
a fines del verano. Sin embargo, la nuez no se suelta hasta 6 semanas después,
cuando está seca y se abre.

Foto 2.3. Frutos de avellana.

2.4.6. Portainjertos

El avellano europeo se puede injertar, como todo frutal, pero la injertación no se


usa comercialmente debido a su tipo de crecimiento que tiende a ser arbustivo,
con varios fustes o troncos.

2.4.7. Variedades

A continuación se detallan algunas características de las variedades evaluadas en


el Centro Experimental Cauquenes de INIA. Referencias sobre otras variedades
existentes en el país se pueden consultar en el Boletín INIA Nº 108: Avellano
Europeo: Manual de plantación y manejo (Grau, 2003).

31
Barcelona

Es la variedad más importante en los Estados Unidos (Oregon). Su popularidad se


basa en el gran mercado de venta de nueces con cáscara, la que se ve favorecida
por su forma redondeada y buen sabor (Valenzuela et al., 2001). Es un cultivar muy
antiguo, probablemente originado cerca de Barcelona (España). Aparentemente
es muy adaptable a un rango amplio de suelos y condiciones de clima.

La planta es de vigor medio y elevada productividad. Fruto de calibre medio a


grande, redondo, con un 42% de llenado de nuez, especialmente empleado para
consumo en fresco (snacks). Presenta dificultad de descascarado del tegumento.
Tiene un rendimiento medio al descascarado. Productividad moderada.

La liberación de polen comienza hacia fines de mayo y se extiende hasta inicios


de julio. La receptividad estigmática comienza la segunda quincena de junio y
se extiende desde mediados a fines de julio. La cosecha comienza la primera
semana de febrero, llegando hasta fines de marzo (Grau, 2003).

Daviana

Es de origen inglés. De vigor medio, crecimiento erecto y escasa productividad, es


usado como polinizante.

La liberación del polen comienza entre fines de julio e inicios de agosto y se


extiende hasta fines de agosto. La receptividad estigmática se extiende durante
todo agosto. La cosecha comienza hacia fines de febrero y se extiende hasta
mediados de marzo. Se clasifica como media – tardía en relación a los demás
cultivares (Grau, 2003).

El fruto es oval, de tamaño medio a grande, con un 52% de llenado de nuez


(Valenzuela et al., 2001).

32
Butler

Es bien aceptada por los procesadores, por su nuez y cáscara. Es excelente como
polinizante de Barcelona. Presenta un fruto de forma oval, de tamaño medio a
grande, con un 48% de llenado de fruto (Valenzuela et al., 2001).

2.5. Comportamiento agronómico de la especie en el Centro Experimental


Cauquenes (INIA).

2.5.1. Metodología

En un trabajo de prospección del comportamiento de especies frutales en el


secano interior, en noviembre de 1982, se plantaron, a una distancia de 7,5 x 5,0
m, cuarenta y cinco plantas de la variedad Barcelona y cinco plantas de Daviana
como polinizante, todas sobre sus propias raíces. En el año 1987, debido a
problemas en la cuaja, se incorporó el polinizante Butler. El manejo agronómico
aplicado fue general para todo el huerto que consideraba 35 diferentes especies,
salvo en lo concerniente a control de plagas y enfermedades.

Para describir el comportamiento de los diferentes cultivares, se utilizaron los


registros desde la fecha de establecimiento del huerto (1981) hasta 1989 (Lavín,
informes anuales2). Las variables que se analizaron fueron las siguientes:

Supervivencia

Se contabilizó el número de plantas vivas al quinto año desde plantación


(1986-1987) y se llevó a porcentaje respecto de lo plantado.

2
Evaluación de nuevas alternativas frutícolas para el secano interior. Subestación Experimental Cauquenes
de INIA. Informes técnicos presentados a Odepa en 1983; 1984; 1985; 1987; 1988; 1989; 1990; 1991; 1992
y 1993.

33
Crecimiento

Desde el año de plantación de cada variedad se realizaron mediciones de


perímetro de tronco a una determinada altura desde el nivel del suelo.
Posteriormente, estas mediciones se transformaron en Área de Sección
Transversal de Tronco (ASTT), expresada en cm2 y se graficó en función del
tiempo. Se utilizaron regresiones lineales para describir el crecimiento de cada
variedad.

Producción

Se evaluó la producción (kg/árbol) para ocho temporadas (1988/89 –1995/96)


y para transformarlas a producción por ha se consideraron 266 árboles/ha.

Características de los frutos

En las temporadas 1993/94 y 1995/96 se midió peso de nuez (g), peso de


semilla (g) y porcentaje de llenado de frutos (%).

Estados fenológicos

Desde el año 1989 a 1999, para cada variedad, se registró visualmente la


ocurrencia de los estados fenológicos de la flor masculina y femenina.

2.6. Resultados y discusión

2.6.1. Supervivencia

En las tres variedades fue bastante satisfactoria, solo observándose muerte de


plantas en el establecimiento (Cuadro 2.5.).

34
Cuadro 2.5. Supervivencia de tres variedades de avellano europeo, a la quinta
temporada desde plantación, en Cauquenes.
Variedad Supervivencia (%)
Barcelona 97
Butler 100
Daviana 100

2.6.2. Crecimiento

Al observar la Figura 2.1. se aprecia que Barcelona y Daviana presentaron


tasas de crecimiento similares. Butler, si bien fue plantado después, mantuvo un
crecimiento menor al presentado por las otras dos variedades.

Figura 2.1. ASTT (cm2) de tres variedades de avellano europeo, para seis temporadas
de crecimiento, en Cauquenes.

En los primeros años, aunque el crecimiento fue normal, se encontraba bajo el


óptimo, lo que se atribuyó a la frecuencia y/o cantidad de agua aplicada (Lavín,
informes anuales3).

3
Evaluación de nuevas alternativas frutícolas para el secano interior. Subestación Experimental Cauquenes
de INIA. Informes técnicos presentados a Odepa en 19880 a 1990.

35
2.6.3. Producción

Barcelona se describe como una variedad de productividad moderada, similar


a Butler, mientras que Daviana como de muy baja (Valenzuela, 2001). En este
caso Barcelona tuvo una producción acumulada que duplicó a Daviana y triplicó
a Butler (Figura 2.2.). La literatura extranjera cita valores de 2 a 2,5 kg/árbol al
sexto año (Snare, 2005), mientras que experiencias nacionales dan valores de
producción, al tercer año, de 1,2 a 1,3 kg/planta (Valenzuela et al., 2001).

Comparando los rendimientos reportados en el país, con lo obtenido en este ensayo,


las producciones iniciales no fueron reducidas; sin embargo, no se observa aumento
con los años. Lo anterior podría deberse, de acuerdo a los requerimientos de suelo
señalados anteriormente, que el utilizar un suelo muy delgado provoca un escaso
crecimiento de la planta y un bajo potencial de rendimiento. Las características de
suelo de la zona en que se realizó el estudio presentan factores de suelo delgado
y de bajo potencial. Algunas experiencias en el país señalan que una buena
producción estaría en 4.500 kg/ha y una media en 1.150 kg/ha. De acuerdo a estos
rendimientos, los obtenidos serían bajos, lo que se podría deber a que no se usó un
manejo agronómico intensivo para lograr altos rendimientos (Cuadro 2.6.).

Figura 2.2. Producción acumulada en ocho temporadas, para las variedades Barcelona
y Daviana, y seis temporadas para la variedad Butler. Cauquenes.

36
Cuadro 2.6. Producción evaluada (kg/árbol) y estimada (kg/ha), para seis (*) y ocho
temporadas, en Cauquenes.

Variedad Producción evaluada Producción estimada


(kg/árbol) (kg/ha)
Barcelona 0,58 154,05
Butler* 0,23 61,73
Daviana* 0,33 87,67
Promedio 0,38 101,15

2.6.4. Características de los frutos

La variedad Barcelona, en todas las temporadas evaluadas (Cuadro 2.7.), presentó


un peso de nuez y de semilla superiores a lo señalado en la literatura (Grau,
2003). En cuanto a porcentaje de llenado, fue inferior, excepto para la cosecha
1993. Butler también presentó un buen tamaño de nuez y semilla, mientras que
el porcentaje de nuez fue inferior. Daviana solo fue evaluada en una cosecha y el
peso de la nuez y de la semilla fueron bajos.

Cuadro 2.7. Evaluación de atributos de calidad de frutos de tres variedades de avellano


europeo. Cosechas 1993-1996. Cauquenes.

Variedad Cosecha Peso nuez Peso de Llenado Frutos vanos


(g) semilla (g) (%) (%)
Barcelona 1993 3,14 1,55 54,05 15
1994 3,94 1,75 41,50 15
1995 4,02 1,57 39,03 0
1996 3,64 1,46 39,36 5
Promedio 3,68 ± 0,71 1,58 ± 0,26 43,48 ± 7,56 9±8

Butler 1994 4,36 1,72 38,60 10
1995 3,91 1,63 42,60 0
1996 4,25 38,99 38,99 5
Promedio 4,17 ± 0,69 1,69 ± 0,24 40,06 ±3,12 5±5

Daviana 1993 2,39 1,20 47,19 5

37
En relación al porcentaje de frutos vanos, estudios realizados por Valenzuela et
al. (2001), muestran gran diversidad entre variedades, con valores entre un 5,7
y 59,13%, por lo que los valores obtenidos pueden considerarse relativamente
bajos.

2.6.5. Estados fenológicos

En la Figura 2.3. se presenta el desarrollo fenológico de las tres variedades


estudiadas y un resumen para la especie. La emisión de los amentos se inició
normalmente entre diciembre y enero, pero por razones prácticas, solo se muestra
la fenología desde mayo. La floración de Barcelona fue más tardía y extendida
que lo descrito por Grau (2003) (mediados de junio a fines de julio), comenzando
en julio y extendiéndose hasta agosto. Estudios previos (Santos and Silva, 1994)
sugieren una estrecha relación entre las características genéticas de dicogamia
y el medio ambiente, lo que hace que algunas variedades puedan comportarse
como protándricas, homogámicas o protogínicas, según las condiciones de clima
bajo las que se desarrollan.

En general, se puede decir que las tres variedades estudiadas mostraron tendencia
a la protandria, similar a lo observado por Santos y Silva (1994). En el resumen
para la especie se ve que aproximadamente la mitad de la floración femenina es
cubierta por el polen, lo que evidentemente disminuye los porcentajes de cuaja.
Daviana y Butler, aunque su producción tiene valor comercial, fueron puestas
como polinizantes de Barcelona y desde este punto de vista, Daviana sería más
adecuada ya que su plena liberación de polen cubre casi la totalidad de la plena
flor de Barcelona, mientras que Butler no alcanzó a cubrir la mitad del período de
floración de Barcelona.

38
Figura 2.3. Fenología floral de flores hembra y macho, de tres variedades de avellano
europeo. Temporadas 1988/89 a 1998/99. Cauquenes.

39
2.7. Proyección de la especie en el secano interior

El avellano europeo puede tener un amplio desarrollo en el área agroecológica del


secano interior, especialmente en lomajes de pendientes suaves y con suelos de
mediana profundidad, si se cuenta con la disponibilidad suficiente de agua para
riego que permita satisfacer los requerimientos del cultivo. Huertos experimentales
con riego oportuno han demostrado que se pueden obtener producciones rentables
(Lavín y Reyes, 2005). Además, la disponibilidad adecuada de agua ayudaría a
disminuir los efectos perjudiciales de las altas temperaturas (sobre 30 ºC) y baja
humedad relativa estival, la que puede llegar al 40% en la zona de estudio (Reyes
y Mejías, 2011).

Otros factores incidentes en la producción y que deben ser evaluados previo a


establecer el huerto, son la falta de temperatura durante la cuaja y la utilización
de polinizantes compatibles, que en otras zonas han causado problemas. Es
necesario establecer como polinizantes otros ecotipos disponibles en el país, que
presentan una fecha de emisión de polen más tardía, de manera que coincida
con el momento de receptividad estigmática de la flor femenina de la variedad
principal.

Desde el punto de vista de las variedades, se ha trabajado en Chile con la variedad


Tonda di Giffoni, que ha demostrado buena adaptación a la región del Maule, por
lo que podría considerarse para futuras plantaciones.

El acondicionamiento del suelo para mejorar las características físicas, biológicas


y químicas, previo a la plantación, resulta necesario debido a las condiciones
propias de los suelos del secano. En cuanto a la presencia de plagas, el control
del pulgón del avellano (Myzocallis coryli Goeze), que es propio de la especie, fue
el único insecto que requirió control. Ello se realizó mediante control biológico con
Trioxis pallidus o Crisopa (Chrysoperla sp.), que fue altamente efectiva en huertos
del Centro Experimental Cauquenes.

40
2.8. Literatura Citada

Childers, N. 1969. Modern fruit science. Horticulture Publications. New Jersey, EE.UU.
912 p.

Genc, C. Hazelnut or Filbert (Corylus avellana) World Fertilizer User Manual. Disponible
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y aceite de oliva: una apuesta a la diferenciación de Cauquenes. Boletín INIA
Nº 217. P. 97 – 117.

41
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varieties in Northern Portugal – eight years of observations. Acta Horticulturae 351:
211-214.
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Westwood, N.H. 1985. Fruticultura de zonas templadas. Ediciones Mundi-Prensa,


Madrid. 461 p.

42
3
PISTACHO
(Pistacia vera L.)

Arturo Lavín A.
Marisol Reyes M.
Patricio Almarza D.

3.1. Clasificación botánica

El pistacho pertenece a la familia de las Anacardiaceae, género Pistacia (con


cuatro secciones: Lentiscella, Eu lentiscus, Butmela y Eu terebintus). El género
está constituido por 11 especies, con algunas variedades botánicas, entre las
que se encuentran P. atlantica Desf. (Butmela), P. terebinthus L., P. chinensis
Bge., P. khinjuk Stocks y P. palaestina Boiss (Eu terebintus), que se usan como
portainjertos y cuyos frutos se utilizan como fuente de aceite vegetal.

La única especie con frutos económicamente importantes es P. vera (Eu terebintus)


(Zohary, 1952). Además, en la familia existen otras especies con importancia
agrícola, como Castaña de Cajú (Anacardium occidentalis L.) y Mango (Mangifera
indica L.). Estas especies están emparentadas con las especies nativas chilenas
como el pimiento boliviano (Schinnus molle L. var. Areira (L.) DC.) y el huingán
(Schinunus poligamus (Cav.) Cabrera). Algunas experiencias demuestran que
se puede injertar pistachos sobre pimiento, pero la compatibilidad no siempre es
buena (Sudzuki, 1996).

3.2. Origen

En la isla de Madeira se han encontrado fósiles del género Pistacia que se


remontan a la era terciaria. Las especies de pistacho tienen diversas zonas
de origen, Norte América, China, pero la mayoría provienen del Asia central,

43
la cuenca del Mediterráneo y del norte de África, en áreas con clima riguroso,
extremadamente secos, con altas temperaturas estivales y muy bajas en invierno,
casi sin lluvias y en suelos alcalinos con pH sobre 8.

Pistacia vera L. parece ser originaria de Siria o de una zona bastante amplia
comprendida entre Asia Menor, Palestina y Turkmenistán, donde se le encuentra
en estado silvestre, pero también crece en Pakistán, India, Líbano, Palestina,
Siria, Irán y la Isla de Chipre (Spina, 1984), aunque no ha sido posible establecer
con certeza el origen de la especie. Desde allí fue distribuido por toda la cuenca
del Mediterráneo, donde se cultiva por sus frutos desde hace más de 2.000
años.

Se introdujo a otras áreas del mundo como Europa, a comienzos de la era


cristiana, y a América a principios del siglo pasado. A Chile llegaron en la década
de los 40, cuando el Ministerio de Agricultura importó plantas de pistacho que se
establecieron en el huerto experimental de la Quinta Normal. Posteriormente, en
1979, el INIA importó semillas de portainjertos desde California (P. atlantica y P.
palaestina o P. terebintus), que después se injertaron con cultivares comerciales
introducidos entre 1980 y 1982 (Valenzuela et al., 1999).

Desde el punto de vista de la producción, a nivel mundial, Irán y Estados


Unidos son los mayores productores y exportadores de pistacho (Rasavi,
2006).

3.3. Descripción de la especie

El pistacho cultivado (P. vera) es un árbol caducifolio (de hoja caduca), de copa
redondeada, con una altura promedio de 4 a 5 metros y que puede alcanzar hasta
10 metros de diámetro (Foto 3.1.). Sus ramas madres y secundarias son abiertas
y colgantes. La madera es muy dura, pesada y resistente, de color amarillo intenso
cuando joven, mientras que en árboles adultos cambia a rojo oscuro surcada por
ductos de resina que le dan un aroma característico. Las hojas son alternas,

44
compuestas de 1 a 7 folíolos, imparipinadas1, vellosas cuando jóvenes, tornándose
glabras2 y coriáceas3, y de color verde grisáceo (Sudzuki, 1996; Maggs, 1975).

Foto 3.1. Huerto adulto de pistachos.

En su hábitat natural, los árboles originarios de semillas germinadas in situ,


presentan un sistema radical pivotante muy desarrollado y profundo, lo que le
permita sobrevivir bajo extremas condiciones de aridez. Cuando se cultiva en
suelo profundo y bajo riego, los árboles desarrollan raíces profundas, mientras que
en suelos delgados y condiciones de aridez, las raíces son superficiales (Sudzuki,
1996). El sistema radical, muy desarrollado y profundo, le da al árbol una gran
tolerancia a la sequía, pero a su vez lo hace susceptible a la falta de oxígeno en el
suelo (Lemus y Negrón, 2001). La alteración de la arquitectura natural del sistema
radical en los procesos de propagación y viveros, parece limitar el desarrollo
pivotante de las raíces.

1
Que posee hojas con un último foliolo al final del raquis, por lo que su número es impar.
2
Sin vellosidad.
3
De aspecto similar al cuero.

45
La yema terminal del brote es vegetativa, mientras que las yemas axilares son
vegetativas o reproductivas. Las yemas vegetativas son pequeñas y fácilmente
diferenciadas de las florales que son de mayor tamaño y que no tienen primordio
vegetativo.

La brotación se produce en primavera previo a la floración. El primer flujo de


crecimiento de los brotes (Foto 3.2.) finaliza en diciembre y bajo condiciones
ambientales favorables, pueden ocurrir un segundo y hasta un tercer flujo de
crecimiento (Lemus y Negrón, 2001).

Foto 3.2. Plantas jóvenes con crecimiento de brotes nuevos.

Es un árbol dioico, es decir, con flores femeninas y masculinas en plantas


separadas. La inflorescencia corresponde a una panoja, portando 100 o más
flores estaminadas o pistiladas (Foto 3.3.). Debido a lo anterior, los árboles con
flores estaminadas o machos deben ser incluidos en plantaciones comerciales en
una proporción de, al menos, uno por cada seis árboles productores o hembras.
Es una especie anemófila4. Los árboles machos producen gran cantidad de

4
La polinización se realiza por la acción del viento.

46
polen, generalmente antes que los pistilos de las flores hembras estén receptivos
(Westwood, 1982). Los árboles, además de diferenciarse por el sexo de las
flores, también presentan características morfológicas distintas en yemas, hojas y
ramas (Sudzuki, 1996). Las flores son pequeñas, apétalas, y crecen en panículas
laterales cortas.

Foto 3.3. Inflorescencia femenina (a) y masculina (b).

Debido a lo extenso y variable de la floración, el período de apertura de las flores


femeninas debe ser cubierto por más de una variedad polinizante. Una producción
óptima de fruta se obtiene cuando el polen es trasladado a las flores femeninas en
los dos primeros días desde antesis, por lo tanto, se debe disponer de polen incluso
antes que comience la apertura de las flores femeninas para obtener una cuaja
comercial (Shuraki and Sedgley, 1994). Este tema es uno de los más complicados
en las experiencias nacionales. Las razones son la escasa disponibilidad de
cultivares polinizadores y los importantes desfases entre la floración de las plantas
hembras con la de los machos entre un año y otro.

El fruto es una drupa que comercialmente se llama nuez (Foto 3.4.). Consta
de una semilla dentro de una cáscara bivalva delgada y dura, rodeada de una
cubierta carnosa y resinosa de un peso que oscila entre 1,4 y 1,8 gramos. El
epicarpio y mesocarpio conforman el pelón, el cual encierra la semilla formada
por el endocarpio y en cuyo interior se encuentra la parte comestible. Esta última
corresponde aproximadamente al 54% del total del fruto.

47
Cuando el fruto madura, la cubierta carnosa se suaviza y se separa parcialmente de
la cáscara. Ésta toma un color blanquecino opaco y se abre desde su ápice en dos
valvas, dejando expuesta la cubierta roja y purpúrea de la semilla (Maggs, 1975).
Esta característica, llamada dehiscencia, es deseable en los frutos de esta especie,
exigiéndose a las variedades comerciales un promedio mínimo de 70% de apertura.

Foto 3.4. Frutos recién cosechados y en proceso de secado.

El fruto presenta una curva de crecimiento sigmoidea, similar a las drupáceas.


Luego de la floración y polinización, los frutos comienzan a crecer alcanzando
su tamaño final en pocas semanas. Posteriormente, el embrión comienza a
expandirse y a llenar las cáscaras vacías. La caída de flores puede llegar hasta
un 90 a 98% y la de los frutos se produce dos semanas después de cuajados
(Sudzuki, 1996).

La fructificación se produce solo sobre madera de dos años (IFoto 3.5.). La floración
se inicia 4 o 5 años después de la plantación, pero a los 7 u 8 años comienzan las
producciones económicamente significativas (University of Georgia, 2005).

48
Algunas experiencias productivas en nuestro país señalan que la entrada en
producción puede ocurrir entre los 8 y 12 años, según la variedad, llegando a
producir hasta 12 ton/ha de fruta con cáscara. La cosecha es gradual y se
realiza entre los meses de febrero y abril. La madurez fisiológica de los frutos
está determinada por la apertura del pelón. La calidad comercial de los pistachos
está muy influenciada por la época de cosecha, ya que una vez que el pelón
madura, por traspaso de taninos desde él, las valvas, que deben ser de un color
blanco mármol, se tiñen de color rojizo en su extremo, perdiendo condiciones de
presentación. Esta tinción aumenta mientras más tiempo permanece el fruto con
pelón maduro en el árbol. Además, se ha comprobado que el peso máximo de
la semilla o nuez se alcanza justo cuando el pelón se pone opaco y se suelta.
Posteriormente, la semilla se arruga y pierde peso por deshidratación (Crane,
1978).

Foto 3.5. Frutos desarrollándose en madera de dos años.

Durante la cosecha, se debe tener la precaución de no cosecharlos ni


almacenarlos húmedos, después de lluvias, ya que pueden desarrollarse hongos
como Aspergillus flavus o A. parasiticus, los que producen Aflatoxina, una toxina

49
que también es un potente cancerígeno. Mientras más se atrase la cosecha hay
mayores probabilidades de desarrollo de estos hongos, los que también pueden
prosperar en almendras, maní, nueces, frijoles y granos para ganado.

La semilla del pistacho es muy nutritiva. Es rica en proteínas (18,8 a 23,8% de su


peso), en aceite (50 a 60% de su peso) y con un contenido calórico de 67 kcal
(Spina, 1984). En el Cuadro 3.1. se incluyen datos sobre la composición del fruto
de pistacho.

Cuadro 3.1. Composición de 100 g de semillas de pistacho.


Componente (%) Vitaminas y minerales (mg)
Agua 5,3 Vitamina A 230
Proteínas 19,3 Tiamina, B1 0,67
Grasas 53,7 Riboflavina, B2 --
Carbohidratos 19 Niacina 1,4
Vitamina C --
Calcio 131
Fósforo 500
Hierro 7,3
Sodio --
Potasio 972
Fuente: Adaptado de Westwood, 1982.

3.4. Características agronómicas

3.4.1. Suelos

El pistacho puede crecer en una amplia gama de suelos, aunque prefiere los
arenosos, profundos, con buen drenaje y pH sobre 7. Las características químicas
y de profundidad no son tan importantes como sí lo es el evitar la saturación
del suelo, ya que no la resiste, y es altamente sensible a Verticilosis (Crane and
Maranto, 1982; Hobman and Bass, 1987). Es más tolerante a suelos alcalinos o
salinos que la mayoría de los frutales.

50
3.4.2 Clima

Requiere clima similar a aquellos aptos para el cultivo del olivo (Crane and Maranto,
1982), con veranos cálidos y secos, y suficiente frío invernal para el desarrollo de
sus yemas frutales (700 a 1000 horas bajo 7 °C). Resiste el frío invernal, pero
no tolera heladas primaverales. El viento fuerte y desecante o las lluvias durante
la floración, pueden reducir la cosecha al interferir en la polinización (Crane and
Maranto, 1982; Hobman and Bass, 1987). Una alta humedad ambiental afectaría
la polinización, dificultando el transporte del polen y, en otro sentido, podría
favorecer la incidencia de enfermedades.

Para obtener una maduración óptima de los frutos, la plantación debe ubicarse en
zonas donde se acumulen suficientes unidades de calor (UC) durante el periodo
vegetativo, sobre todo para las variedades tardías. Estas necesidades se sitúan
entre 2800 y 3600 UC.

3.4.3 Riego

Aunque es capaz de vegetar y producir en zonas muy áridas, bajo cultivo


comercial los mejores niveles productivos se logran con aporte de riego durante
el crecimiento vegetativo. Diversos autores señalan que, en general, no requiere
mucha agua, pero para tener un cultivo comercial se debe asegurar disponibilidad
hídrica en los períodos de floración y crecimiento del fruto.

Los requerimientos hídricos van a variar en función del suelo y su exposición. Bajo
condiciones de secano, para obtener una producción aceptable, se ha adoptado
un límite de 700 mm de agua, que corresponde a una provisión de 7.000 metros
cúbicos por hectárea/año, considerando 3 meses de sequía. Si la pluviometría no
supera los 400 mm/año, el cultivo debe desarrollarse bajo condiciones de riego,
salvo que tengan lluvias tardías en el verano, lo que de todas maneras afectaría
el llenado de los frutos y, en definitiva, su calidad (Almarza, P., comunicación
personal).

51
En la zona de Choapinos, comuna de Rengo, con 3.200 grados día, una
pluviometría de 450 mm y un suplemento de 9 riegos equivalentes a 250 mm,
se han logrado cosechas de entre 1,6 hasta 8,6 kilos por árbol en las variedades
Kerman, Larnaca y Aegina. En España, donde en muchos casos la lluvia no
sobrepasa los 250 mm, se suplementan con 4.500 metros cúbicos/hectárea/
año, y se obtienen cosechas de alrededor de 1.500 kilos/hectárea (Almarza, P.,
comunicación personal).

En Argentina, los requerimientos hídricos se estiman en 7.000 m3, en California


10.000 m3 y en Australia 11.200 m3, distribuidos entre inicio de primavera y fines
de verano, con la máxima demanda entre diciembre y enero (Arakelian, 2005;
Crane and Maranto, 1982; Hobman and Bass, 1987).

3.4.4. Nutrición

Para determinar los niveles de nutrientes a aplicar, resulta muy recomendable


hacer un análisis de suelo previo a la plantación, de manera de poder corregir
posibles deficiencias antes que éstas sean notorias en los árboles. En plantaciones
establecidas puede utilizarse como método de diagnóstico nutricional el análisis
foliar. Éste debe realizarse durante febrero, tomando folíolos del tercio medio de
ramillas del año. En el Cuadro 3.2. se incluyen los síntomas de deficiencia de los
principales nutrientes y los rangos entre los cuales se consideran normales la
concentración de los nutrientes en los tejidos del pistacho.

52
Cuadro 3.2. Síntomas de deficiencia y estándares nutricionales foliares para pistacho.
Elemento Síntomas de deficiencia Rango normal
Nitrógeno Disminución del crecimiento de la parte aérea y radical. 2,3 – 2,7 %
Los brotes son cortos, delgados, con la corteza rojiza. Las
hojas son pequeñas, verde pálidas, con las venas y pecíolos
rojizos. Posteriormente las hojas se tornan amarillas y caen
prematuramente.

Potasio Palidez general en las hojas. En las hojas más viejas la 1,0 – 2,0 %
clorosis comienza en la punta y progresa por los márgenes.
Posteriormente, las áreas cloróticas se vuelven necróticas.

Calcio Crecimiento reducido de copa y raíces. Hojas pequeñas, 1,3 – 4,0 %


redondeadas y en escaso número. Pecíolos, internudos
y brotes cortos y delgados. Los primeros síntomas son
observados en las hojas jóvenes. La punta de las hojas se
pone clorótica y se curvan hacia abajo. Las plantas más
afectadas se presentan enanas y defoliadas.

Boro Los síntomas aparecen en los brotes principales, temprano 60 – 230 ppm
en la temporada. Las hojas jóvenes y puntos de crecimiento
aparecen quemados. Hojas de apariencia deformada,
retorcidas, acopadas y rizadas son características de la
deficiencia de boro. En la madera se desarrollan áreas
ampolladas irregularmente. La punta de los brotes
normalmente muere.

Zinc Crecimiento retrasado de yemas florales y vegetativas en 7 – 15 ppm


primavera, y subsecuente enanismo de hojas en brotes con
internudos muy cortos. Deficiencias severas causan una alta
cantidad de nueces vanas.
Elaborado sobre la base de: Hobman F., Lang D. and Bass A. 1987; y Crane J. and Maranto J. 1982.

3.4.5. Fructificación

Se ha observado en el pistacho una tendencia al añerismo5, aunque exista buena


polinización y condiciones de manejo. Esto se debe a la abscisión de las yemas
florales parcialmente desarrolladas y no a la inhibición de su desarrollo (Lemus,
2004). El inicio del desarrollo del fruto coincide con el período de inducción floral

5
Fenómeno que se caracteriza por la producción de una gran cosecha un año, seguido de una muy
pequeña al período siguiente.

53
en la yema frutal que desarrollará fruta en la temporada siguiente. La formación
de 20 o más frutos por racimo floral, en la mayoría de las variedades provoca
fuerte abscisión de yemas florales. Lo anterior puede deberse a competencia
por fotosintatos6 entre el proceso de inducción y el de formación de óvulos, o a
la presencia de hormonas inhibitorias traslocadas desde las hojas, que en ese
momento están en pleno desarrollo, hacia las yemas florales (Sudzuki, 1996).
Los procesos que inducen el fenómeno y los medios para prevenirlo aún se
desconocen. Se recomienda raleo de frutos y anillado de tallos entre la sección
fructífera (ramas de dos años) y la portadora de yemas (ramas del año).

La falta de coincidencia entre la antesis de las flores femeninas y masculinas


constituye otro de los problemas claves. El problema, aparentemente, se debe
a condiciones de clima y suministro de agua, las que influyen en la época de
fructificación de las variedades. Éste puede disminuirse aumentando el número
de variedades en el plantel (Lemus, 2004).

Existe un alto porcentaje de frutos vanos. Se debe principalmente al aborto del


embrión, o bien a partenocarpia7. Se cree que el aborto de la semilla se debería
principalmente a la falta de polinización. También se señalan como causas un mal
desarrollo del tubo polínico, la muerte del pedicelo del ovario y/o presencia de
partenocarpia. La intensidad de este fenómeno está relacionada con la variedad.
Es variable de un año a otro y dependería del portainjerto (Lemus, 2004).

Debido a que este fruto se comercializa para ser abierto con la mano, la
dehiscencia8 de las valvas del endocarpio es una característica muy deseable.
Ésta comienza desde el ápice distal hacia la sutura ventral y dorsal. Se inicia a
fines de enero, al menos un mes antes de la madurez del embrión, y continúa
hasta la cosecha a mediados de marzo (Sudzuki, 1996).

6
Productos químicos resultantes de la fotosíntesis.
7
Formación de frutos sin que haya polinización y fecundación previa.
8
Abertura o eclosión del fruto.

54
La magnitud de la indehiscencia del endocarpio varía de un cultivar a otro, entre
uno y otro árbol de la misma variedad, y entre un año y otro. En los frutos vanos
el endocarpio no se parte. No está claro el mecanismo que la induce ni cómo
prevenirla.

3.4.6. Portainjertos

Los primeros portainjertos que se introdujeron a Chile fueron P. atlantica y P.


palaestina. De éstos, el primero aún se usa y el segundo fue desestimado,
aparentemente, por la dificultad de conseguir semillas. También existen árboles
injertados sobre P. terebintus y P. khinjuk. En algunos países, como Irán, se usa
mayoritariamente P. vera como portainjerto, lo que simplifica la injertación ya que el
prendimiento de los injertos es muy superior al logrado con otro de diferente especie.
Recientemente, se han importado nuevos portainjertos con ciertas ventajas sobre
los antiguos. En la actualidad, la mayoría de los portainjertos plantados en Chile
corresponden a P. atlantica, aunque existen algunos de P. terebintus.

P. atlantica. Sería originario de las montañas de Afganistán o de las antiguas


repúblicas rusas. Se comporta bien con suficiente frío. El prendimiento de los
injertos es difícil y tiene un desarrollo poco uniforme entre individuos. Es sensible
a Verticillium y menos resistente que otros a Phytophthora y agalla del cuello,
pero tolerante a nemátodos. Muy vigoroso, induce cosechas moderadas y con
tendencia al añerismo. Se sospecha incompatibilidad con Kerman en EE. UU., no
así en Australia.

P. palaestina. Originario del sur de Turquía, Siria y Jordania, crece en climas


templados.

P. terebinthus. Se caracteriza por un vigor moderado, por lo que es necesaria


una buena selección de plantas. Susceptible a Verticilium, pero resistente a
Phytophthora, agalla del cuello y nemátodos. Induce producciones moderadas,
pero parejas. Muy buena tolerancia al frío y excelente compatibilidad con las
variedades de P. vera.

55
P. khinjuk. Es originario de Anatolia, en Turquía, donde es usado, y de algunas
regiones de Irán, donde no se usa como portainjerto. Es de lento crecimiento en
altura y diámetro, y difícil de injertar por bajo prendimiento de los injertos. Crece
hasta 10 metros y tiene buena tolerancia a bajas temperaturas.

P. intergerrima. Muy vigoroso y de crecimiento parejo. Es resistente a la mayoría


de las enfermedades como Verticillium, Phytophthora, agalla del cuello e incluso
a los nemátodos. Induce alta producción con algo de añerismo. Moderada
resistencia al frío y compatible con Kerman.

P. vera. Es el que posee mejor afinidad con las variedades comerciales, ya que
son de la misma especie. Es muy sensible a Verticillium, lo que en suelos con
exceso de humedad es un problema. Es el portainjerto más usado en Irán.

Pioneer Gold. Corresponde a P. intergerrima, originario de las montañas de la


India. Es un poco sensible al frío. Crece muy bien y es tolerante a Verticillium. Es
el portainjerto más usado (un 90%) en los huertos de California.

Pioneer Gold 2. Es un híbrido entre P. atlantica x P. intergerrima. Posee


características similares a P. intergerrima.

UCB1. Híbrido entre P. intergerrima x P. atlantica, originado en la Universidad de


California. Es más tolerante al frío, crece bien y es menos tolerante a Verticillium
que Pioneer.

Pisteh 1. Corresponde a P. vera originario de Irán. Muy resistente al frío (-18ºC)


y muy tolerante a falta de agua en el suelo. Su crecimiento es lento, muy rústico,
fácil de injertar, poco tolerante a Verticillium.

Pisteh 2. También corresponde a P. vera. Es muy resistente al frío y tolerante a


falta de agua. Es algo susceptible a Alternaria.

56
3.4.7. Variedades

Las variedades de pistacho se evalúan agronómicamente sobre la base de su


productividad y de la tendencia a producir frutos llenos. Esto exige que tenga que
asegurarse la fecundación de las flores con un número apropiado de polinizantes
(Spina, 1984).

En los distintos países y regiones donde se cultiva el pistacho, existen diferentes


variedades que se diferencian, principalmente, por el color y tamaño de la semilla,
época de cosecha, y sus cualidades para distintos usos. Todas corresponden a
P. vera y la mayoría son originarias de Irán. Algunas son denominadas con otros
nombres, como por ejemplo Fandoghi bautizada como Kerman en EEUU; Badami
llevada a Australia y llamada Sirora; y una tercera llevada a Italia y llamada Italiano.

Entre las variedades productoras (hembras) existentes en Chile figuran Kerman,


Sirora, Larnaka, Red Aleppo y Aegina. Entre los polinizantes (machos) Peters,
Criss, Askar (ASK) y Avidon. Desde Israel fueron importadas por un particular en
la década de los 80, las variedades hembras Montaz, Kastel, Sfax y Nazaret, y las
machos 115 y Enkar, pero no se sabe si aún existe este material. Recientemente
se han importado las variedades Ahmad Aghai, Kalleh Ghoochi, Akbari, Momtaz,
Badami e Italiano (H. Shirvani, comunicación personal).

En Chile, debido a las primaveras y veranos templados, no convendría plantar


variedades muy tardías, ya que existe el peligro de lluvias tempranas y el desarrollo
de Aflatoxina en los frutos almacenados con alta humedad. Es importante
incorporar variedades de madurez temprana.

Kerman, Momtaz y Akbar Aghai son variedades de madurez tardía, con frutos
grandes, pero de color verde pálido. Sirora madura antes que Kerman y tiene el
fruto más chico y de forma más alargada. Italiano, Aegina y Red Alepo son de
madurez temprana. Tienen frutos pequeños, pero de color verde intenso.

57
‘Kerman’ [Fandoghi]

Variedad hembra. Una selección realizada en la Estación Experimental Chico del


USDA9, California, en 1957, a partir de semillas llevadas desde Irán (Ferguson,
1995). La industria californiana de pistacho se basa en esta variedad.

Se caracteriza por su alta producción, nueces grandes y de muy buena calidad.


Sin embargo, presenta problemas como la tendencia al añerismo, 64% de nueces
dehiscentes y 21% de frutos vanos (Navarrete, 1991). La planta es vigorosa y
tiene elevadas necesidades de frío invernal (1.000 horas).

La drupa es de un tamaño superior a la media, de forma redondeada y grosera,


con la parte apical redondeada y la base puntiaguda, con color amarillo pajizo
claro a verde amarillento. El rendimiento en semilla es elevado y el grano es muy
claro (de amarillo pajizo a amarillo verdusco claro).

La floración es tardía. La maduración de los frutos en Italia tiene lugar a mediados


de septiembre (marzo en Chile) (Spina, 1984).

En el Campo Experimental Los Tilos (Buin) presentó un 48,65% de llenado de


nuez, además pesos de fruto (1,68 g) superiores a los descritos por Crane e
Iwakiri (1981), quienes mencionan pesos que fluctúan entre 1,40 y 1,46 g. El peso
promedio de la semilla fue de 0,84 g, superior al obtenido por Crane e Iwakiri.
Además, la producción por planta fue mayor a Sirora, tanto en el peso fresco de
fruto con pelón como seco sin pelón (15,6 y 8,2 kg, respectivamente). El período
de floración de este cultivar, medido en Buin entre las temporadas 1994/95 y
1997/98, varió de 10 a 15 días (Valenzuela et al., 1999).

9
United States Department of Agriculture.

58
‘Sirora’ [Badami]

Variedad hembra. Tuvo su origen a partir de una semilla obtenida desde un árbol
de Kerman polinizado al azar, en el CSIRO10 de Australia (Ferguson, 1995). En
Irán existe una variedad similar, Badami, por lo que algunos sostienen que se
llevó desde allá. Esta variedad se caracteriza por una mayor precocidad y vigor
que Kerman (Navarrete, 1991). Sin embargo, bajo las condiciones agroclimáticas
de Buin, presentó menor vigor y producción que Kerman. Además, presentó
mayor porcentaje de dehiscencia (54,35%) y una nuez más pequeña. El período
de floración de esta variedad, medido en Buin entre las temporadas 1994/95 y
1997/98, fue de 9 a 10 días (Valenzuela et al., 1999).

‘Aegina’

Variedad hembra. Su origen se sitúa en Grecia, en la cuenca del Mediterráneo


(Ferguson, 1995). En Buin, tuvo un peso de frutos de 0,87 g y un porcentaje de
llenado del 53% (Valenzuela et al., 1999).

‘Larnaca’

Variedad hembra. Originaria de Chipre (Ferguson, 1995). En Los Tilos (Buin), el


peso de frutos fue de 1,01 g, mientras que el porcentaje de llenado fue similar a
Aegina, con un 53%, lo que es superior al observado en Kerman (48,65%).

‘Peters’

Variedad macho. Polinizante universal. Algunos estudios indican que provendría


de una zona cercana a Armenia (Ferguson, 1995).

10
The Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation.

59
Su floración coincide tanto para las variedades de floración temprana, como Red
Aleppo y Trabonella, como para las de floración más tardía como Kerman. Peters
es un prolífico productor de polen (Lemus y Negrón, 2001). En Los Tilos, para las
temporadas 1994/95, 1996/97 y 1997/98, el período de floración fue de 13, 15 y
14 días, respectivamente (Valenzuela et al., 1999).

‘Askar’ o ASK

Variedad macho. Para esta variedad, en Los Tilos, se registró un período de


floración de 20, 15 y 18 días para las temporadas 1994/95, 1996/97 y 1997/98
(Valenzuela et al., 1999).

Otras características de la planta y frutos de algunas variedades se entregan en


el Cuadro 3.3.

Cuadro 3.3. Características de plantas y frutos de variedades de pistachero.


Variedad Árbol Frutos
Vigor Floración Producción Vecería Tamaño Forma Vacíos Dehiscencia
Kastel Medio Tardía Media Media Grande Redondo Medio Alta
Boundoky Alto Media Baja Media Pequeño Ovalado Alto Baja
Sfax Medio Media Media Media Pequeño Alargado Medio Media
Batoury Medio Temprana Media Baja Grande Alargado Alto Baja
Lathwardy Medio Media Alta Baja Pequeño Alargado Medio Baja
Joley Medio Media Alta Alta Mediano Alargado Bajo Alta
Ouleimy Alto Media Baja Media Mediano Alargado Medio Baja
Bronte Medio Media Baja Media Pequeño Alargado Alto Baja
Iraq Bajo Temprana Media Media Mediano Alargado Medio Alta
Kerman Medio Tardía Media Alta Grande Redondo Alto Baja
Mateur Alto Temprana Alta Media Mediano Alargado Medio Media
Lárnaka Medio Temprana Alta Baja Mediano Alargado Bajo Alta
Aegina Medio Temprana Alta Alta Mediano Alargado Medio Media
Ashoury Alto Temprana Media Media Mediano Alargado Alto Alta
Napoletana Medio Media Baja Media Mediano Alargado Alto Baja
Avidon Bajo Media Baja Alta Pequeño Ovalado Medio Alta
Avdat Alto Temprana Media Media Mediano Alargado Medio Alta

60
3.4.8. Plantación

El sistema más usado es en cuadrado, con distancias de plantación que varían de


7 a 10 m en secano y 4 m sobre hilera y 5 m entre hilera bajo riego.

La proporción de polinizantes es 1 macho por cada 8 a 10 plantas hembras. La


distribución de los machos dependerá del viento dominante y se muestra en las
Figuras 3.1. y 3.2.

Figura 3.1. Disposición de árboles machos y hembras en una plantación sin


viento dominante.

61
Figura 3.2. Disposición de árboles machos y hembras en una plantación
(con viento dominante noroeste).

3.4.9. Injertación

El porcentaje de prendimiento del injerto figura como una de las principales razones,
por las que este cultivo no se haya podido introducir en muchos países, incluido
Chile. En INIA Rayentué, Región de O’Higgins, se han desarrollado diversos
trabajos y consultorías internacionales, donde se ha buscado solucionar los
principales problemas que afectan esta especie bajo las condiciones nacionales.
Entre éstas, se ha dado relevancia a la injertación, motivo por el cual se entregan
algunas recomendaciones sobre este punto.

Factores a considerar para obtener una injertación exitosa:

a) Injerto de Chip en primavera

El material vegetal para reproducir debe provenir de un huerto confiable, que


garantice tanto las variedades como sus polinizantes.

62
Seleccionar ramillas lignificadas del año anterior, con yemas vegetativas bien
desarrolladas, que sean obtenidas de huertos jóvenes que aún no entran en
producción y en pleno receso vegetativo.
Guardar las ramillas en paquetes de 25 unidades, envueltas en papel húmedo
y en bolsas negras selladas a 2 °C.
Injertar a comienzos de primavera, con temperaturas entre 20 y 22 °C, con
injerto de chip (yema con un trozo de madera).
El diámetro de la ramilla debe ser muy parecido al del porta injerto, para que
la yema calce bien.
Se debe amarrar con firmeza y envolver de arriba hacia abajo, para que la
yema se inserte en el sacado hecho en el porta injerto y haga contacto.
Las amarras no deben ser retiradas antes de que el injerto esté completamente
brotado (a lo menos 4 hojas).
Este tipo de injerto es utilizado en Chile en viveros con plantas en bolsas y se
obtiene entre un 50 y 60% de prendimiento. Los resultados de prendimiento en
terreno definitivo superan el 70%.

b) Injerto de parche en verano

Este injerto se realiza con yemas lignificadas del año. En Chile esto ocurre a
mediado de enero.
Se utiliza una cuchilla de doble hoja, que debe tener 1,5 cm de separación
entre ambas cuchillas.
Este injerto debe realizarse en horas de menor temperatura (en la mañana o
al atardecer). Las ramillas deben ser mantenidas en cajas de aislapol para su
conservación.
En Chile es usado, principalmente, en terreno definitivo. Su porcentaje de
prendimiento es superior al injerto de chip, habiéndose obtenido resultados
de 90%.

63
3.5. Comportamiento agronómico de la especie en Cauquenes

3.5.1. Metodología

En el año 1984 se establecieron tres hileras de 10 plantas cada una, dispuestas


de este a oeste, donde las cinco primeras plantas de cada hilera correspondieron
al portainjerto P. atlantica y las cinco restantes al portainjerto P. palaestina.
Posteriormente, entre los años 1985 y 1990 se injertó la hilera 2 con Sirora y la
hilera 3 con Kerman. En ambas hileras las plantas número 3 y 7 fueron injertadas
con el polinizante Peters.

Para describir el comportamiento de las diferentes combinaciones portainjerto/


injerto, se utilizaron los registros medidos desde 1984 (fecha de plantación) hasta
el 2003 en algunos casos (Lavín, informes anuales11). Las variables evaluadas
fueron las siguientes:

3.5.1.1. Supervivencia. Se consideró el porcentaje de plantas vivas al quinto


año de plantación de los portainjertos, temporada 1990/91. Para los injertos, esta
temporada correspondió a la tercera o cuarta, debido a que no prendieron todos
en la misma temporada. No se consideraron las plantas que no prendieron en el
primer año.

3.5.1.2. Crecimiento. De acuerdo con lo descrito por Westwood (1982), existe una
relación lineal entre el peso o el volumen de la copa de un árbol con el área de la
sección transversal de tronco. Así entonces, es posible obtener una medida lineal
sencilla a partir de la cual se puede estimar la superficie fructificante por hectárea.
Por lo tanto, el crecimiento se expresó como Área de Sección Transversal de
Tronco, ASTT, en cm2 en función del tiempo, al nivel del injerto y del portainjerto,
utilizando regresiones lineales para su descripción.

11
Evaluación de nuevas alternativas frutícolas para el secano interior, Informes técnicos presentados a
Odepa 1984, 1985, 1987, 1988, 1989,1990, 1991,1992 y 1993).

64
Debido a las dificultades en la injertación, fue necesario realizar una normalización
de los datos. Para esto se consideró el año 1 como el año en que cada árbol fue
injertado.

También fue determinada la relación ASTT variedad/portainjerto, que indica la


afinidad existente entre ellos.

3.5.1.3. Producción. Se evaluó la producción (kg/árbol) para nueve temporadas


(1993/94 – 2001/02) y para transformarla a kg/ha se consideraron 200 árboles/ha.

La eficacia de las plantas fue medida calculando la productividad por árbol, lo que
de acuerdo a lo señalado por Westwood (1982), se estima calculando los gramos
o kilos por cm2 de sección de tronco. Así, entonces, se obtiene la productividad de
la superficie fructífera.

3.5.1.4. Características de los frutos. Se determinó peso de nuez (g), peso de


semilla (g) y porcentaje de llenado de frutos (%) para las temporadas 1993/94 a
1998/99.

3.5.1.5. Estados fenológicos. En el año 1989 y desde 1991 a 1999 se registró


visualmente la ocurrencia de los estados fenológicos de la flor masculina y
femenina que a continuación se detallan.

Flor femenina: Yema en reposo


Yema hinchada
Brote de 1 a 10 cm
Aparición de botón
Plena flor
Caída de pétalos
Fruto cuajado

65
Flor masculina: Alargamiento de amentos
Plena emisión de polen
Amento seco
Caída de amentos

3.6. Resultados y discusión

3.6.1. Supervivencia

Las variedades y portainjertos tuvieron similares niveles de supervivencia (Cuadro


3.4.). Se debe mencionar que el prendimiento de los injertos fue bastante bajo,
motivo por el cual se debió reinjertar en varias ocasiones. Sin embargo, una vez
prendido el injerto no hubo pérdida de plantas.

Cuadro 3.4. Supervivencia de tres variedades de pistacho (%), injertados sobre dos
portainjertos, en la quinta temporada de crecimiento, en Cauquenes.
Variedad Portainjerto
Atlántica Palaestina
Peters 75 (3)* 75 (3)
Sirora 100 (4) 100 (4)
Kerman 100 (4) 100 (4)
Portainjerto 93 (15) 93 (15)
*() Corresponde al número de árboles evaluados.

3.6.2. Crecimiento

A) Portainjertos. El crecimiento de ambos portainjertos fue similar durante


las primeras temporadas. No obstante, con el paso del tiempo, el crecimiento
alcanzado por P. atlantica fue superior a P. palaestina, lo que se aprecia claramente
al observar las pendientes de las ecuaciones de ajuste lineal presentadas en la
Figura 3.3.

66
Figura 3.3. ASTT (cm2) de dos portainjertos de pistacho, desde la primera a la
decimoquinta temporada de crecimiento, en Cauquenes.

En Chile, aparentemente no existe información sobre el comportamiento del


portainjerto P. palaestina, pues el portainjerto mayormente usado ha sido P.
atlantica.

B) Variedades. Al comparar el crecimiento de las tres variedades sobre ambos


portainjertos, se observó una leve superioridad en el crecimiento alcanzado por
ellas cuando fueron injertadas sobre P. palaestina, como se puede apreciar en las
ecuaciones lineales presentadas en la Figura 3.4.

67
Figura 3.4. ASTT (cm2) de tres variedades de pistacho, injertados sobre dos
portainjertos, por quince temporadas de crecimiento (1987/88 a 2002/03),
en Cauquenes.

En cuanto al crecimiento de cada variedad (Figura 3.4.) sobre ambos portainjertos,


el mayor crecimiento fue alcanzado por Kerman seguido de Sirora y luego Peters.
Esto concuerda con lo descrito por Valenzuela et al. (1999), quienes evaluaron el
comportamiento vegetativo de éstos y otras variedades de pistacho en la zona de
Buin, Región Metropolitana, donde la mayor altura y diámetro de tronco y copa
correspondieron a Kerman, seguido de Sirora y Peters. También se ha descrito
a Sirora como más vigorosa y productiva que Kerman (IPGRI, 1997) lo que
podría indicar un comportamiento diferente de estas variedades bajo condiciones
agroecológicas diferentes en la zona central de nuestro país.

C) Relación ASTT variedad/portainjerto. En el Cuadro 3.5. se observa que


la afinidad de las variedades con ambos portainjertos fue bastante similar, con
valores promedio de 1,20 + 0,28 para P. atlántica y 1,27 + 0,21 para P. palaestina,
Estos valores indican que habría un mayor crecimiento de las variedades en
comparación con ambos portainjertos.

68
Cuadro 3.5. Relación ASTT variedad/portainjerto (cm2/cm2) de tres variedades de
pistacho, injertados sobre dos portainjertos, en la decimoquinta temporada desde
plantación, en Cauquenes.
ASTT variedad/portainjerto (cm2/cm2)
Atlántica Palaestina
Peters 1,31 ± 0,11 1,33 ± 0,40
Sirora 1,19 ± 0,34 1,23 ± 0,21
Kerman 1,13 ± 0,40 1,28 ± 0,16
Promedio 1,20 ± 0,28 1,27 ± 0,21

Peters presentó, sobre ambos portainjertos, la relación más alta, con 1,31 ± 0,11
y 1,33 ± 0,40 para P. atlantica y P. palaestina, respectivamente, lo que parece
indicar que tendría una menor afinidad con estos portainjertos que los otras dos
variedades.

3.6.3. Producción

A) Portainjertos. Para las temporadas evaluadas, el portainjerto P. atlántica fue


el que presentó la mayor producción promedio, aunque en su combinación con
la variedad Kerman no produjo, o su producción fue demasiado baja para ser
considerada (Cuadro 3.6.).

La combinación Sirora sobre P. atlantica fue la que obtuvo la mejor producción


y Kerman sobre P. palaestina la menor (Cuadro 3.6.). Valenzuela et al. (1999)
obtuvieron, en árboles de 15 años, producciones muy superiores a la obtenida por
el presente estudio, con 8.2 kg por planta para Kerman y 4,1 para Sirora.

69
Cuadro 3.6. Producción promedio (kg/árbol) y producción estimada (kg/ha) de dos
variedades de pistacho injertadas sobre dos portainjertos para once temporadas
evaluadas, en Cauquenes.
Producción
Evaluada (kg/árbol) Estimada (kg/ha)
Sirora/atlántica 1,6 319,8
Sirora/palaestina 1,1 229,6
Kerman/palaestina 0,8 154,8
Promedio 1,2 234,7

B) Variedades. La Figura 3.5. muestra la producción acumulada para 11


temporadas, donde se puede apreciar que Sirora fue más productiva que Kerman,
con alrededor de 14 kg por árbol. Como se observa en el Cuadro 3.7. y en la
Figura 3.5., Kerman entró primero en producción. Las producciones por temporada
fueron, en ambas variedades, bastante variables, lo que podría explicarse por
el añerismo, razón por la cual pueden reportarse variaciones de hasta un 600%
(Navarrete, 1991). Entre ambas variedades no hubo ninguna coincidencia entre
las temporadas de mayor o menor producción, de manera que no podría atribuirse
a problemas climáticos que pudieran haber afectado a ambas.

Figura 3.5. Producción acumulada de dos variedades de pistacho para once temporadas
evaluadas en Cauquenes.

70
Cuadro 3.7. Producción promedio (kg/árbol) de dos variedades de pistacho, injertados
sobre dos portainjertos, para once temporadas evaluadas en Cauquenes.
Temporada Variedad/portainjerto (kg/árbol)
Sirora/Atlántica Sirora/Palaestina Kerman/Palaestina
1991/92 0,01 2,17
1992/93 0,36 0,03
1993/94 0,08 0,70 1,51
1994/95 0,47 1,42
1995/96 0,69 0,69 0,01
1996/97 3,17 2,10
1997/98 0,41 0,20
1998/99 3,31 2,90 0,85
1999/00 3,70 1,70
2000/01 1,96 1,96 0,07
2001/02 0,61 0,60
Promedio 1,60 0,77

La productividad de Sirora sobre P. atlantica fue muy superior a la alcanzada por


esta misma variedad sobre P. palaestina y a la de Kerman sobre este mismo
portainjerto (Cuadro 3.8.).

Cuadro 3.8. Productividad promedio (g/cm2) de dos variedades sobre dos portainjertos
de pistacho para once temporadas en Cauquenes.
Temporada Productividad promedio (g/cm2)
Sirora/Atlántica Sirora/Palaestina Kerman/Palaestina
1991/92 3,60 0,27
1992/93 5,83 12,62
1993/94 0,97 10,12
1994/95 5,14 4,27 0,04
1995/96 6,54 11,55
1996/97 26,57 0,98
1997/98 3,05 12,96 3,82
1998/99 22,57 6,94
1999/00 23,12 7,41 0,26
2000/01 11,30 2,09
2001/02 3,25 3,69 2,49
Promedio 11.39 ± 10 6,31 ± 3,91 3,25 ± 4,83

71
3.6.4. Características de los frutos

Los resultados del análisis de peso de la nuez (Cuadro 3.9.), muestran que
las nueces de mayor peso, en promedio, correspondieron a Kerman con 1,11
g, mientras que Sirora fue levemente inferior con 1,07g. Este comportamiento
concuerda con lo descrito por Valenzuela et al., quienes también obtuvieron mayor
peso para Kerman en relación con Sirora. Sin embargo, los pesos descritos por
ellos fueron superiores, con 1,68 g y 1,19 g, respectivamente.

Cuadro 3.9. Características de la fruta de dos variedades de pistacho para las


temporadas 1993/94 – 1998/99 en Cauquenes.

Variedad Temporada Peso nuez (g) Peso semilla (g) Llenado (%)
Sirora 1993/94 0,95 0,41 42,69
1994/95 1,08 0,52 48,09
1995/96 1,03 0,40 38,82
1996/97 1,16 0,58 49,91
1997/98 1,02 0,42 40,88
1998/99 1,17 0,56 47,61
Promedio 1,07 ± 0,09 0,48 ± 0,08 44,66 ± 4,48
Kerman 1993/94 1,21 0,54 44,51
1995/96 0,88 0,30 34,39
1996/97 1,20 0,52 43,85
1998/99 1,16 0,44 37,93
Promedio 1,11 ± 0,16 0,45 ± 0,11 40,17 ± 4.86

El peso de la semilla, con respecto al nivel de producción en Sirora, fue casi


independiente, incluso mostrando leves alzas cuando aumentó la producción
(Figura 3.6.). Esto implica que los niveles de producción alcanzados son inferiores
al potencial de los árboles, es decir, la cantidad de frutos no ha alcanzado a
establecer una competencia entre ellos en el árbol, lo que de suceder haría bajar
su tamaño o peso.

72
Figura 3.6. Evolución de los pesos de semilla y producción promedio para la variedad
Sirora, para seis temporadas evaluadas en Cauquenes.

El peso de la semilla también fue superior para Kerman (Cuadro 3.9.), similar a
lo obtenido por Valenzuela et al.; pero los valores descritos por estos autores son
mayores, ya que ellos obtuvieron pesos de semilla de 0,84 g y 0,65 g para Kerman
y Sirora, respectivamente.

En lo referente al llenado de nuez (Cuadro 3.9.), se obtuvo valores de 44,66%


para Sirora y 40,17% para Kerman. Valenzuela et al. (1991) registraron llenados
de 10 y 8% mayores, lo que puede ser efecto de las mejores condiciones de suelo
y disponibilidad de agua y nutrientes.

3.6.5. Fenología

Para los años 1990 a 1999, en los que se midió la fenología floral del pistacho, la
acumulación de frío fue en promedio de 845 horas frío (HF <7,0 ºC, entre abril y
septiembre), con una variación bastante amplia, entre 582 y 1.292 para los años
1996 y 1998, respectivamente (Figura 3.7.). Aunque Crane and Maranto (1982)

73
señalan que la especie requiere entre 700 y 1000 HF para romper el receso
invernal, la brotación no se vio afectada en los años en que la acumulación de frío
fue menor a 700 HF.

Figura 3.7. Acumulación de frío invernal (entre 0 °C y 7 ºC) durante los años 1990
a 1999, en Cauquenes.

La acumulación de días-grado para el área del estudio (Figura 3.8.) alcanza a


1.698 días grado (>10 ºC) en promedio, con 1.537 a 1.857 días grado como
mínimo y máximo por temporada. Si bien el pistacho tolera climas más calurosos,
dichos valores permiten su cultivo sin limitaciones.

74
Figura 3.8. Acumulación de grados día (base 10 ºC) entre las temporadas 1989/90 a
1998/99, en Cauquenes.

Con respecto a los estados fenológicos, durante las temporadas evaluadas


(Figura 3.9.) el desarrollo floral para las variedades hembra se inició a mediados
de octubre, para terminar en noviembre con frutos cuajados. En general, Kerman
fue más temprana que Sirora, aunque Spina (1984) describe a Kerman como una
variedad tardía. Con respecto a los procesos fenológicos de la flor masculina,
el alargamiento de amentos comienza a fines de agosto y termina a fines de
noviembre con la caída de ellos.

75
Figura 3.9. Fenología floral de tres variedades de pistacho, para los años 1989 y 1991
a 1999 en Cauquenes.

En la Figura 3.9. se presenta la ocurrencia del estado receptivo para las flores
femeninas y el de liberación de polen para la flor masculina en diferentes
temporadas. Se puede observar que existió una gran variabilidad entre años para
la ocurrencia de un mismo estado y que, en general, el estado receptivo de la flor
femenina ocurre antes que el de liberación de polen en la flor masculina.

En promedio, la duración de la floración es similar para Kerman y Sirora, con 14


y 13 días, respectivamente (Cuadro 3.10.), en ambos casos más extendida que
lo descrito por Valenzuela et al. (1999) con 13 días para Kerman y 9 para Sirora.

76
Cuadro 3.10. Duración (días) de la apertura floral y emisión de polen para tres
variedades de pistacho, para los años 1991-1999, en Cauquenes.
Año Apertura flor (días) Emisión de polen (días)
Sirora Kerman Peters
1991/92 0,01 2,17
1991 25 15 8
1992 14 29
1993 19 14 7
1994 11 11 22
1995 15 8 13
1996 8 8 17
1997 8 13 35
1998 17 23
Promedio ± D. estándar 14 ± 7 13 ± 3 19 ± 10

Aunque, en promedio, la apertura de las flores machos (emisión de polen) es más


larga que la floración femenina (Cuadro 3.10.), presenta una alta desviación lo que
se traduce en que algunos años el período de traslape es bastante corto y tardío
(1991 y 1993), por lo que la disponibilidad de polen es limitada y no se cubre todo
el período de floración femenina.

Al respecto, Shuraki and Sedgley (1994) señalan que se obtiene una producción
óptima de fruta cuando el polen es trasladado a las flores femeninas dentro de
los dos primeros días de floración. Lo anterior puede explicar el hecho que la
variedad Sirora en las temporadas 1996/97 y 1998/99, tuvo uno de los mayores
rendimientos observados (Cuadro 3.6.), ya que en ambas temporadas el inicio de
la emisión de polen cubrió la floración desde el comienzo.

77
Figura 3.10. Floración para dos variedades de pistacho y un polinizante durante las
temporadas 1991-1999, en Cauquenes.

3.7. Proyección de la especie en el secano interior

Si bien los resultados obtenidos con la especie son buenos en cuanto a crecimiento,
pero no en cuanto a productividad, esta especie es de un gran potencial para el
desarrollo de plantaciones en el secano interior, si se logran superar los problemas
detectados en su cultivo.

Dos son los grandes problemas que inciden en que no se haya desarrollado su
cultivo actualmente: el alto costo de las plantas terminadas, debido a los bajos
índices de prendimiento de los injertos, y la baja cuaja de frutos, la que se
debe al desfase de la floración entre las plantas macho y las hembras. Como
mayoritariamente se ha usado Peters como polinizante y éste ha demostrado
no cubrir todo el período de apertura de flores hembras, es fundamental la
incorporación de más variedades macho en las plantacione, como, por ejemplo,
Askar o ASK que en sus primeras evaluaciones ha demostrado cubrir más
extensamente el período de flores hembras, como también la variedad Criss.

Una vez solucionados estos problemas, solo será necesario calibrar un manejo
agronómico adecuado, especialmente en cuanto a aporte de agua de riego, para
lograr producciones rentables. Esta especie tiene la gran ventaja de ser tolerante

78
a un bajo suministro hídrico y, además, bajo las condiciones del secano de la
provincia de Cauquenes, prácticamente no tiene enfermedades ni plagas que le
causen graves daños de crecimiento o producción.

3.8. Literatura citada

Arakelian, J.P. 2005. El pistacho, una alternativa que tiene buenos mercados. http://
www.a-campo.com.ar/espanol/fruticultura/fruticult2.htm. Consultado el 1 de
febrero del 2005.

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Hort. Sci. 103: 332-333.

Crane, J.C. and Iwakiri, B.T. 1981. Morphology and reproduction of pistachio.
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A., Giles G., Gillespie K., Hobman R., and Lang D. Ed. Primary Production of
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Hobman, F., Lang, D. and Bass, A. 1987. Pistachio Fertilizer Programme. En Bass
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Production of Pistachio. South Australian Department of Agriculture. pp. 18–23.

IPGRI-International Plant genetic Resources Institute. 1997. Pistachio. En: Handbook f


North American Nut Trees. Northern Nut Growers Assciation: 348-361.

Lemus, G. y Negrón, C. 2001. En Lemus G, Ed. Curso: Frutales de nuez no tradicionales:


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Nutgrowing Society 1:47-63.

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79
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E. and Wirthensohn M. Eds. ISHS IV International Symposium on Pistachios and
Almonds. Acta Horticulturae 726.

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Shuraki, Y.D. and Sedgley, M. 1994. Effect of pistil age and pollen parent on pollen
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Westwood, N. H. 1982. Fruticultura de zonas templadas. Ediciones Mundi-Prensa,


Madrid. 461 p.

80
4
PECANO
(Carya illinoensis Koch.)

Marisol Reyes M.
Arturo Lavín A.

4.1. Clasificación botánica

El pecano, Carya illinoensis. Koch, pertenece a la familia Juglandaceae, con


seis géneros, entre ellos Juglans, Carya y Pterocarya, con cerca de 40 especies
distribuidas en las regiones templadas del hemisferio norte. El pecano está
emparentado con árboles frutales, ornamentales y forestales como los nogales.

El género Carya tiene alrededor de 20 especies, de las cuales solo unas


pocas producen nueces comestibles. Generalmente tienen bajos rendimientos,
cáscara gruesa o dura y nueces pequeñas. Algunas especies que tienen nueces
comestibles son: C. cordimorfis (Wang) Koch, C. glabra (Mill) Sweet y C. laciniosa
(Wang) Sarg., llamadas vulgarmente nuez amarga, nuez del cerdo y nuez corteza
concha, respectivamente. La más importante de las especies cultivadas es el
pecano (Gil, 1997; University of Georgia, 2005).

4.2. Origen

La especie es originaria del sur de Estados Unidos y del norte de México. Los
frutos eran usados por los indígenas hace 8 mil años en Texas. Es el fruto seco
nativo más importante de los Estados Unidos. El término “Pecan” viene de la
palabra aborigen americana “Pacane” y quiere decir “nuez que es tan dura que
requiere una roca para partirla” (University of Georgia, 2005).

81
A escala mundial, los principales países productores son Estados Unidos y
México (Indexmundi, 2005). En Estados Unidos (Georgia) se produce un marcado
añerismo (Cuadro 4.1.) que, consecuentemente, afecta los precios, mientras que
en la producción mexicana no se produce este fenómeno.

En Chile, según el Catastro Frutícola 2011, existen 19,1 ha de pecano en la Región


de Coquimbo y 0,5 ha en la Región de Valparaíso.

Cuadro 4.1. Rendimiento y precios en años de alta y baja producción en pecanos en


Georgia, Estados Unidos.

Año Producción Precio promedio


(toneladas) (US$/kilo)
1992 13.607 0,33
1993 68.038 0,12
1994 29.483 0,21
1995 34.019 0,24
1996 40.823 0,14
1997 45.359 0,19
1998 18.143 0,27
Fuente: Adaptado de Georgia Agricultural Education, 2002.

4.3. Descripción de la especie

Es un árbol caducifolio, muy longevo, que alcanza hasta 30 m de altura, de copa


frondosa y madera quebradiza (Foto 4.1.). Las hojas son alternas, imparipinadas,
con 7 a 17 folíolos, opuestos, aserrados y asimétricos, verde brillante en el haz y
más claro en el envés (University of Georgia, 2005).

82
Foto 4.1. Vista de árbol.

La raíz puede penetrar a una profundidad de 10 m, pero la mayoría de las raíces


se encuentran alrededor de 1,2 m de profundidad y puede abarcar el doble del
espacio que cubre el follaje en la superficie (Ibacache et al, 2001). Ocasionalmente
puede no tener pelos radicales. Se le señala como tolerante a la anaerobiosis (Gil,
1998).

Es una especie monoica en la que las flores femeninas se ubican en la zona


terminal de los brotes del año, dando lugar a los frutos en grupos de 2 a 8 nueces.
Por otra parte, las flores masculinas corresponden a amentos y se encuentran
ubicados en la zona basal, en madera del año anterior. La inflorescencia femenina
es una espiga terminal de pocas flores que no tienen pétalos y constan de
grandes estigmas sujetos a un ovario. Nacen en primavera cercanas a la punta
del crecimiento del brote del año (Foto 4.2.).

83
Foto 4.2. Flores y frutos cuajados, se observa su ubicación cercana a los ápices de las
ramillas.

El pecano es autofertil, pero dicógamo, es decir, la maduración de ambas flores


no es coincidente, por lo que se deben plantar juntas aquellas variedades cuyas
flores masculinas y femeninas coincidan en su maduración (University of Georgia,
2005). Las variedades protándricas son llamadas Tipo I y las protoginias Tipo
II. Solo unas pocas variedades liberan el polen al mismo tiempo en que la flor
femenina está receptiva. Sin embargo, las mejores variedades liberan el polen
antes que la flor femenina esté receptiva (protandria) o después que el período de
receptividad ha terminado (protoginia). Cuando el amento madura, libera grandes
cantidades de polen, lo que aumenta las oportunidades de que el polen llegue al
estigma (Polomski, 2005).

84
La polinización es anemófila. El polen del pecano, como el del nogal, es
relativamente pequeño y muy liviano. Por esta razón no es necesario tener
polinizantes tan cercanos a la variedad principal como ocurre en almendros y
cerezos. El pecano se asemeja al avellano europeo en el largo período que se
requiere entre polinización y fecundación. Alrededor de 12 semanas después de la
polinización, que es cuando el fruto está próximo a alcanzar su tamaño definitivo,
el embrión entra en período de crecimiento rápido que dura de 6 a 8 semanas.

El fruto es una drupa, de 2,5 a 4,5 cm de longitud; la cáscara o involucro, es verde


y carnosa que está compuesta de brácteas y tejido del ovario (exo y mesocarpio) y
envuelve al fruto hasta la madurez. La nuez es de forma oblonga, lisa, de cáscara
delgada y puntiaguda. En su interior contiene la semilla con un embrión grande
con dos cotiledones (Foto 4.3.) que están separados por una delgada lámina que
se extiende desde la cara interior del endocarpio (Stein, 2005; Polomski, 2005).

Foto 4.3. Nueces de cinco variedades de pecana.

85
El período de desarrollo del fruto es largo y se extiende por más de seis meses
desde que es polinizado. El aspecto más crítico es el largo período requerido para
el llenado del fruto, que se extiende por cerca de seis semanas, en el que además
deben almacenarse reservas para la próxima temporada. Por este motivo, es
importante mantener los árboles en óptimas condiciones durante el período, por
lo que incluso se recomiendan aplicaciones de nitrógeno para mantener las hojas
por el máximo tiempo posible antes de su caída (Stein, 2005).

Algunas veces se producen fallas en el llenado de nueces debido a insectos


o enfermedades que dañan el follaje. La defoliación temprana producida por
enfermedades, insectos o deficiencias minerales, influencian directamente la
caída de nueces. La sequía, tarde en la estación de crecimiento, también puede
ser causa de fallas en el llenado, ya que éste es tardío, a diferencia de la formación
de la cáscara que ocurre temprano durante el ciclo anual (Polomski, 2005.)

También se puede producir la caída prematura de nueces. Grandes caídas se


producen en años en los que falla la polinización. Las lluvias excesivas durante
la liberación del polen impiden la polinización y las nueces vanas caen. A veces,
también el clima causa un desfase entre la apertura de las flores macho y hembra.
Asimismo, una nutrición muy pobre es otro factor que puede causar caída
temprana de frutos (Polomski, 2005).

La nuez de pecana es altamente saludable. Está libre de colesterol, tiene 687


kcal/100 g de porción comestible, con altos contenidos de proteínas y grasas
insaturadas. Es, además, fuente de calcio, zinc, hierro, potasio, magnesio,
vitamina A, B1 y B2 (Cuadro 4.2.) (University of Georgia, 2005).

86
Cuadro 4.2. Composición de 100 g de pecanas.
Componente (%) Vitaminas y minerales
Agua 3,4 Vitamina A 130 Unidades internacionales
Proteínas 9,2 Tiamina, B1 0,86 mg
Grasas 72 Riboflavina, B2 0,13 mg
Carbohidratos 15 Niacina 0,9 mg
Vitamina C 2 mg
Calcio 73 mg
Fósforo 289 mg
Hierro 2,4 mg
Sodio trazas
Potasio 603 mg
Fuente: Adaptado de Westwood, 1982.

4.4. Características agronómicas

4.4.1. Suelos

El pecano prefiere suelos livianos de textura media, pH 5,5 – 6,0, pero puede
crecer en suelos algo más arcillosos y pH levemente más alto. Requiere suelos
profundos, sin napas freáticas altas. No tolera suelos alcalinos o con alto contenido
salino. Son sensibles a la presencia de carbonato de calcio (University of Georgia,
2005).

4.4.2. Clima

Con disponibilidad de agua en el suelo, puede desarrollarse igualmente bien


en áreas con climas áridos o húmedos; sin embargo, debido a la alta presión
de enfermedades en zonas muy húmedas, es preferible cultivarlo en climas
subtropicales.

Es bastante resistente a las bajas temperaturas, aunque los árboles jóvenes


pueden morir completamente cuando el termómetro disminuye a -20 ºC.

87
Debido a la tardía salida del reposo invernal, las heladas raramente son un
problema, a pesar de que los brotes nuevos pueden morir con temperaturas de
-2,2 ºC. El requerimiento de unidades de calor puede ser una mayor limitación
que la resistencia a bajas temperaturas, por los problemas que se producen en
el llenado de la nuez, al no existir temperaturas adecuadas para la fotosíntesis
durante el período crítico del crecimiento del fruto, a fines del verano. Por ello,
requiere de veranos largos y calurosos, con noches tibias para tener un adecuado
desarrollo y maduración del fruto. Algunas variedades requieren entre 180 y 220
días para el desarrollo del fruto (University of Georgia, 2005).

Los requerimientos de frío son escasos, alrededor de 500 horas bajo 7,2 °C,
llegando algunos a brotar normalmente, incluso sin frío, como en los casos de
México e Israel. Algunos autores señalan que tiene un letargo corto y poco profundo,
requiriendo entre 400 y 500 horas-frío (HF) en lugares de otoño e invierno suave;
sin embargo, si el otoño es frío, se desarrolla un letargo más profundo que eleva
el requisito de frío para salir de él. Son los árboles más tardíos en reactivarse en
primavera, lo que aparentemente se debe a un alto requerimiento de calor post
receso. Se determinó que existiría una interacción entre el frío y la acumulación de
calor, donde el frío es requerido para reducir la variabilidad en la salida del receso
y no para romper el receso en sí (University of Georgia, 2005).

4.4.3. Riego

Uno de los principales cuidados que se debe tener durante los primeros dos a tres
años es el riego, debido a que hay una alta pérdida de raíces durante el trasplante.
En huertos adultos, el requerimiento de agua es de alrededor de 12.000 m3/ha/
año, generándose.la mayor demanda durante diciembre, enero y febrero. En
árboles nuevos debiera aplicarse entre 38 y 57 L/día/planta (Polomski, 2005).

El pecano es muy sensible al agua de riego que contenga más de 1.000 ppm1 de
sales totales disueltas, más de 300 ppm de cloruros o más de 0,5 ppm de boro.

1
Partes por millón.

88
Altos niveles de estos elementos pueden causar quemaduras en las hojas y algún
grado de defoliación, especialmente durante el verano (Ibacache et al., 2001).

4.4.4. Nutrición

En general se recomienda no fertilizar al momento de plantación, excepto en


condiciones de muy bajo nitrógeno, donde se recomienda fertilizar durante la
parte final de la estación de crecimiento. Algunos autores señalan que, debido a
las altas necesidades que tiene la especie y a la frecuencia con que se presentan
deficiencias, debiera adicionarse Zn al momento de plantar (0,5 kg de fertilizante
con un 22% de Zn/árbol), siempre con la precaución de no dejar las raíces en
contacto directo con el fertilizante (National Department of Agriculture of South
Africa, 2005). En árboles jóvenes, el crecimiento anual de los brotes debiera ser
entre 60 a 120 cm y esto, junto a un análisis de suelo previo a la plantación,
debiera dar una base para determinar los requerimientos de fertilización durante
los primeros años de crecimiento (Polomski, 2005).

En plantaciones adultas, una buena herramienta para determinar las necesidades


de fertilizantes es el análisis foliar. Éste se debe realizar en enero, seleccionando
árboles representativos del huerto y sin daños por insectos o enfermedades.
Se eligen y marcan los árboles para sacar siempre las muestras de ellos. Se
debe sacar el par de folíolos centrales de la hoja compuesta, del sector medio
de brotes de la temporada, sin frutos. Los datos aportados por el análisis foliar,
deben relacionarse con el vigor de los árboles, para determinar los niveles de
fertilización a aplicar (Ibacache, 2002; National Department of Agriculture of South
Africa, 2005). Los niveles de nutrientes considerados adecuados para el pecano
se incluyen en el Cuadro 4.3.

89
Cuadro 4.3. Rangos adecuados de concentración de elementos minerales en hojas de
pecano.
Elemento Rango de concentración adecuada
Nitrógeno 2,50 - 3,00 (%)
Fósforo 0,12 - 0,30 (%)
Potasio 0,75 - 1,50 (%)
Azufre 0,15 - 0,25 (%)
Calcio 0,70 - 2,50 (%)
Magnesio 0,30 - 0,70 (%)
Cobre 4 - 50 (ppm)
Zinc 50 - 100 (ppm)
Manganeso 150 - 500 (ppm)
Fierro 50 - 300 (ppm)
Boro 20 - 50 (ppm)
Fuente: Ibacache et al., 2001.

El zinc es uno de los elementos más importantes en la nutrición del pecano. Su


deficiencia causa “arrosetamiento”2 de los brotes, hojas con bronceado y moteado o
cloróticas. Además, se produce defoliación temprana, muerte de ramillas terminales,
ramillas cortas y delgadas, creciendo desde las ramas madres con rosetas de hojas
verde amarillo en las puntas y nueces anormalmente pequeñas. Otro elemento
importante es el boro, dada su participación en la elongación del tubo polínico
(Polomski, 2005; National Department of Agriculture of South Africa, 2005).

En suelos con pH alcalino se producen síntomas de deficiencia de Zn y/o Mn y en


suelos con altos contenidos de carbonatos se provocan síntomas de deficiencia
de Fe (Ibacache, 2002).

4.4.5. Fructificación

La producción se inicia a partir del 5º a 6º año, de 1 a 2 kg/árbol. A los 15 años


alcanza entre 20 y 40 kg/árbol, mientras que un huerto adulto (Foto 4.4.) podría
alcanzar las 8 t/ha (Ibacache et al., 2001; Madero, 2005).

2
Efecto de un agente externo que impide la elongación del brote.

90
Foto 4.4. Vista de un huerto adulto en labores de cosecha.

El pecano tiene tendencia a presentar añerismo. Cuando los árboles están muy
cargados y el contenido de nutrientes y humedad del suelo es inadecuado,
las nueces no pueden madurar apropiadamente y el almacenaje de nutrientes
será insuficiente para originar una buena producción en la temporada siguiente
(lbacache et al., 2001).

Se ha sugerido el raleo químico precoz para tratar de obviar la baja producción


después de un año de carga; sin embargo, el pecano inicia sus flores masculinas
en la misma estación, justo antes de la antesis, por lo que no hay frutos en
desarrollo cuando tiene lugar la iniciación floral.

La fuerte caída de flores femeninas que sigue a un año de cosecha abundante,


sugiere que una buena cosecha tiene un efecto perjudicial en el árbol completo. Una
poda vigorosa antes de un año de alta carga ha producido mejores rendimientos

91
en el año de baja carga frutal. La poda no solo reduce la producción en el año de
alta carga, sino que también causa un crecimiento vegetativo mayor, que puede
mejorar el equilibrio hormonal del árbol al año siguiente.

En cuanto a plagas y enfermedades, en las zonas de cultivo de esta especie, el


principal problema se debe a la “sarna”, provocada por el hongo Cladosporium
effusum (Wint.). Uno de los principales métodos de control es el uso de variedades
más tolerantes al hongo. En Chile, en el Centro Experimental Vicuña de INIA,
no ha sido necesario aplicar ningún pesticida, pues no se ha presentado daño
económico de plagas o enfermedades (Ibacache, 2002).

4.4.6. Patrones

Los pecanos se injertan sobre plántulas originadas de semillas de las propias


variedades comerciales o de árboles seleccionados para tal propósito. Las semillas
requieren ser estratificadas previo a la plantación para mejorar su germinación
(Ibacache y Rojas, 2000).

4.4.7. Variedades

Las variedades comerciales se dividen en dos categorías: las de mercado o


de mesa, de fruto grande, como “Stuart” y “Desirable”; y las que se destinan a
procesamiento, con frutos de alto rendimiento en semilla como “Cheyenne”, usada
para repostería, helados, etc.

Kiowa

Es protogínea3, con liberación del polen en media estación y receptividad de


temprana a media estación. Su maduración se alcanza en media estación a tardía.

3
Madura primero la parte femenina de la flor.

92
La nuez representa un 58% del peso del fruto y en promedio tiene 84 nueces/kg
(Grauke, 2005a).

Cheyenne

Es protándrica4, con liberación del polen en media estación y media a tardía


receptividad del pistilo. Muy precoz y prolífica. Maduración en media estación a
tardía. Un 58% del peso de los frutos corresponde a la nuez y tiene un calibre
promedio de 105 frutos/kg (Grauke, 2005b).

Grabohls

Es protogínea, con liberación del polen tardía y receptividad de temprana a media.


Muy precoz y prolífica, con severa tendencia al añerismo. Maduración en media
estación. Tiene un 59% de llenado de nuez y un calibre de 92 frutos/kg (Grauke,
2005c).

Wichita

Es protogínea, con liberación del polen en media estación y receptividad de temprana


a media. Precoz y prolífica. Madurez en media estación. El árbol es vigoroso, con
crecimiento vertical, y a menudo presenta un flujo de crecimiento tardío. Tiene un
62% de llenado de nuez y un calibre de 95 frutos/kg. (Grauke, 2005d).

Grapark

Tiene un 60% de llenado de nuez y tamaño de 84 frutos/kg (Grauke, 2005e).

4
Madura primero la parte masculina de la flor.

93
4.5. Comportamiento agronómico de la especie en Cauquenes

4.5.1. Metodología

En el año 1984, en un sector de lomajes con suelos delgados y pobres en fertilidad,


se establecieron 5 hileras de 7 plántulas (plantas provenientes de semilla) cada
una, a una distancia de 7,5 x 5m. Posteriormente, en el año 1987, una vez que
se tuvo diámetro suficiente de troncos, se injertó con las variedades Cheyenne,
Kiowa y Wichita, y luego, en 1989 se incorporaron las variedades Grabohls y
Grapark. Anualmente se fertilizó con urea (300 g/planta), superfosfato triple
(100 g/planta), salitre potásico (400 g/planta en cuatro parcializaciones desde
noviembre a febrero) y boronatro calcita (25 g/planta). Además se realizaron
tratamientos sanitarios de oxicloruro de cobre en caída de hojas y brotación, y se
regó diariamente, durante el período estival, con 8L/árbol.

Para describir el comportamiento de las diferentes variedades, se utilizaron los


registros desde la fecha de establecimiento del huerto (1981) hasta 1989 (Lavín,
Informes anuales5). Las variables que se analizaron fueron las siguientes:

4.5.2. Producción

Se evaluó la producción (kg/árbol) entre las temporadas 1995/96 - 2001/02) y para


expresarlas como kg/ha se consideraron 266 árboles/ha.

4.5.3. Características de los frutos

Entre las temporadas 1995/96 a 1998/99, se determinó peso promedio de frutos


(g), peso de semilla (g) y porcentaje de llenado (%). Para esto, en cada temporada

5
Evaluación de nuevas alternativas frutícolas para el secano interior. Informes técnicos presentados a
Odepa en 1983, 1984, 1985, 1987, 1988, 1989, 1990, 1991, 1992 y 1993).

94
se pesaron individualmente 20 frutos de cada variedad, cada uno de los cuales fue
partido, pesándose la semilla y estableciéndose la relación semilla/frutos.

4.5.4. Estados fenológicos. Entre las temporadas 1991/92 a 1998/99 se registró


visualmente la ocurrencia de los estados fenológicos de la flor masculina y
femenina.

4.6. Resultados

4.6.1. Producción

Para las temporadas evaluadas, Grabohls fue la variedad que presentó la mayor
producción acumulada (Figura 4.1.). Debe recordarse que esta variedad y Grapark
fueron injertadas dos temporadas después que el resto. A pesar de ello, ambas
alcanzaron los mejores rendimientos acumulados y demoraron menos en entrar
en producción. Wichita destaca como la variedad que mantuvo más uniformes sus
rendimientos anuales.

Figura 4.1. Producción acumulada para cinco variedades de pecano, en siete


temporadas evaluadas en Cauquenes.

95
En comparación con lo descrito para esta especie, en Chile los niveles de
producción registrados (Cuadro 4.4.) son muy inferiores. En estudios realizados
por INIA, en la localidad de San Esteban, Región de Valparaíso, los árboles
tuvieron una producción promedio de 12 k/árbol al 7º año (Lemus, 2004), mientras
que en la Región de Coquimbo se determinaron producciones al cuarto año,
del orden de 600 a 975 kg/ha en Wichita y de 800 a 1.375 kg/ha en Grabohls
(Ibacache et al., 2001).

A diferencia de lo observado en el huerto experimental, en pecanos establecidos


de manera ornamental en el Centro Experimental Cauquenes de INIA, y otros
en predios particulares de la misma provincia, en condiciones de suelos bajos y
con mayor disponibilidad hídrica, demostraron un crecimiento, vigor y producción
muy superiores. En ocho temporadas evaluadas, en árboles ornamentales, la
variedad Wichita, con 12 kg/árbol, presentó las mayores producciones (Cuadro
4.5.), mientras que el nivel productivo de las otras variedades también alcanzó
rendimientos bastante altos. Debido a esto, consideramos que si la especie
dispone de una buena condición de suelo y riego, se constituye en una buena
alternativa de cultivo para la zona de Cauquenes en la Región del Maule, ya que
el precio es muy bueno y la oferta en el mercado nacional es baja.

Cuadro 4.4. Producción evaluada (kg/árbol) y estimada (kg/ha) en cinco variedades de


pecano. Promedio para ocho temporadas evaluadas (1991/92, 1995/96-2001/02) en
Cauquenes.
Variedades Producción evaluada Producción estimada
(kg/árbol) (kg/ha)
Wichita 0,61 161,61
Cheyenne 0,48 127,51
Kiowa 0,25 67,19
Grabohls 1,02 272,21
Grapark 0,85 226,59
Promedio 0,64 171,02

96
4.6.2. Características de los frutos

Todas las variedades evaluadas alcanzaron pesos muy inferiores a lo descrito


para cada variedad (Cuadro 4.5.).

Cuadro 4.5. Producción evaluada (kg/árbol) y estimada (kg/ha) en seis variedades de


pecano. Promedio para ocho temporadas evaluadas (1991/92, 1995/96-2001/02) en
árboles ornamentales en Cauquenes.
Variedades Producción evaluada Producción estimada
(kg/árbol) (kg/ha)
Wichita 12 3.051
Cheyenne 9 2.100
Kiowa 5 1.191
Grabohls 9 2.191
Grapark 9 2.207
Desirable 8 1.938
Promedio 9 2.113

En comparación con lo descrito en la literatura, el tamaño de los frutos cosechados


en Cauquenes, en el sector de lomajes, es muy inferior a lo requerido para ser
vendido con cáscara, en que se califican como aceptables variedades que
requieren menos de 173 nueces/kilo; de ahí hacia arriba se comercializan como
nuez partida (Ibacache et al., 2001). De acuerdo a esto, la fruta producida, bajo las
condiciones de este ensayo, no podría ser vendida en cáscara.

El porcentaje de llenado de frutos (Cuadro 4.6.) es algo inferior a lo descrito como


“comercialmente aceptable”, donde se considera desde un 55% de llenado de
nueces. Experiencias desarrolladas por INIA, en la Región de Coquimbo, señalan
pesos promedio de 7,5 g de nuez y porcentajes de semilla de entre 49.2% y 64.2%
(Ibacache et al., 1994).

97
Cuadro 4.6. Evaluación de atributos de calidad de frutos de tres variedades de avellano
europeo. Cosechas 1993-1996. Cauquenes.
Variedad Nueces/kg (Nº) Peso nuez (g) Peso semilla (g) Llenado (%)
Wichita 319 3,13 1,45 46,40
Cheyenne 384 2,60 1,17 45,14
Kiowa 641 1,56 0,83 53,42
Grabohls 304 3,29 1,43 43,47
Grapark 333 3,00 1,16 38,66
Promedio 396 2,71 1,21 45,42

En la Figura 4.2. se muestra la evolución del peso de nueces de las cinco


variedades evaluadas. Se observa que hubo una disminución con los años. Al
comparar estos datos con los de producción, no hay una relación entre ellos,
como sucede generalmente. A mayor cosecha, hay menor tamaño de frutos.
Por ejemplo, la temporada 1995/96 fue de alta producción y tamaño de nueces,
mientras que en las temporadas siguientes, a pesar de tener cosechas levemente
inferiores, no aumentó el tamaño de las nueces. Esto hace suponer que el bajo
tamaño de las nueces se debería a falta de vigor en el árbol, dado el menor riego
que se le estaba aplicando al huerto, por problemas de disponibilidad de agua. Al
igual a lo señalado anteriormente con respecto a la mayor producción en árboles
ubicados en mejores condiciones de suelo y riego, el tamaño de las nueces de
esos árboles, es muy superior a lo observado en el ensayo.

98
Figura 4.2. Evolución del peso de nuez (g) para cinco variedades de pecano, en cuatro
temporadas evaluadas en Cauquenes.

4.6.3. Fenología

El desarrollo de la fenología floral del pecano se caracteriza por la falta de


coincidencia entre la floración femenina y la liberación del polen. Para el caso
de este ensayo, no se vio una marcada dicogamia6 en ninguna de las variedades
(Figura 4.3.). Grabohls es descrita como una variedad protogínica, pero se observó
que la liberación tardía del polen no fue tan marcada, al igual que con la variedad
Grapark. El resto de las variedades fue bastante coincidente en las floraciones
masculinas y femeninas.

Un hecho que se debe tener presente es el largo período que demora la madurez
de la fruta. En general, la cosecha se realizó entre los meses de mayo y junio.

6
Falta de sincronía en la apertura de la parte masculina y femenina de la flor.

99
Figura 4.3. Fenología floral de cinco variedades de pecano, en nueve temporadas
evaluadas en Cauquenes.

4.7. Proyección de la especie en el secano interior

El pecano es una especie que en la provincia de Cauquenes estaría en el límite


de su posible zona de plantación, ya que requiere de veranos largos, secos y
calurosos para terminar la madurez del fruto. En el secano interior de Chile,
dichas condiciones se logran en la mayor parte de los años, pero en otros, los
frutos deben ser cosechados después de las primeras lluvias, lo que obliga a un
proceso de secado artificial inmediato, para evitar daños y el posible desarrollo de
aflatoxinas.

La plantación de esta especie debe hacerse en suelos relativamente profundos


y con buena disponibilidad hídrica, ya que es un árbol de gran desarrollo y

100
con un sistema radical profundizador. Además, para alcanzar producciones
comerciales, es necesario realizar un adecuado programa de manejo agronómico,
especialmente en los temas de riego y fertilización.

4.8. Literatura citada

Georgia Agricultural Education. 2002. Pecan Production. Disponible en: http://aged.


ces.uga.edu/browseable.../Fruit.../Pecan%20Production.ppt. Consultado en julio
del 2010.

Gil, G. 1997. Fruticultura: El Potencial Productivo. Ediciones Universidad Católica de


Chile. Santiago, Chile

Grauke, L. J. 2005b. Pecans Cultivars-Cheyenne. Texas AgriLife Extension Service,


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Grauke, L. J. 2005c. Pecans Cultivars-Grabohls. Texas AgriLife Extension Service,


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Grauke, L. J. 2005e. Pecans Cultivars-Grapark. Texas AgriLife Extension Service,


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Grauke, L. J. 2005a. Pecans Cultivars-Kiowa. Texas AgriLife Extension Service, Texas


A&M System. Disponible en: http://extension-horticulture.tamu.edu/CARYA/
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Grauke, L. J. 2005d. Pecans Cultivars-Wichita. Texas AgriLife Extension Service,


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Ibacache, A. Valenzuela, J y Lobato, A. 1994. El pecano: comportamiento varietal en


la cuarta región. Revista Frutícola. 16(1):5-10.

Ibacache, A. y N. Rojas. 2000. Manual de injertación de pecano y pistacho. Gobierno


Regional de Coquimbo e Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Chile).
Centro Regional de Investigaciones Intihuasi (La Serena). Boletín INIA N°20.

Ibacache, G.; Lemus, G.; Negrón, C. y Contreras, M. 2001. Pecano. En: Lemus G.
(Ed.). Frutales de nuez no tradicionales: macadamia, pistacho, pecano, avellano
europeo. Serie Actas Nº07. Instituto de Investigaciones Agropecuarias.

101
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102
5
MACADAMIA
(Macadamia tetraphylla L.)

Marisol Reyes M.
Arturo Lavín A.

5.1. Clasificación botánica

El género Macadamia pertenece a la familia Proteaceae, el que incluye al menos


cinco especies en Australia y diez a escala mundial. Debido a que su semilla
es comestible, Macadamia integrifolia Maiden & Betche y Macadamia tetraphylla
L., junto a algunos híbridos entre ambas, son las especies de esta familia que
actualmente tienen importancia económica. Ambas son nativas de Australia
(Nagao and Hirae, 1992).

En Chile esta familia está representada por árboles de gran valor maderero como
lo son, entre otras, Gevuina avellana Mol. (Avellano chileno, de fruta similar a
macadamia), Embothrium coccineum Forst. (“Notro” y “Ciruelillo), Lomatia
ferruginea (Cav.) R. Br., (“Fuinque”, ”Huinque”), Lomatia hirsuta (Lam.) Diels,
(“Radal”) y Orites myrtoidea (Poepp. et Endl.) Benth et Hook, (“Mirtillo, Radal de
hojas chicas”) (Muñoz, 1959; Sudzuki, 1996).

5.2. Origen de la especie

Las macadamias originarias de Australia (entre los 25° y 31° de latitud sur),
corresponden a especies relativamente nuevas en cuanto a la comercialización
de su fruta y son las únicas plantas nativas de Australia que han sido incorporadas
al cultivo comercial por su fruto comestible (Moncur et al., 1985).

103
M. integrifolia es originaria de los bosques húmedos subtropicales del sudeste de
Queensland, lo que la hace poco tolerante a las bajas temperaturas, mientras que
M. tetraphylla es de origen más meridional, lo que la hace más tolerante a áreas
con clima temperado (Nagao and Hirae, 1992).

La macadamia fue introducida a Hawai desde Australia hacia fines de los 1.800,
pero no fue comercialmente cultivada hasta los inicios de los 1.900 (Nagao and
Hirae, 1992). Los principales países productores en la temporada 2002/2003
fueron, Australia, Estados Unidos (Hawai), Sudáfrica, Guatemala y Kenia con
37.000, 23.000, 16.000, 10.000 y 6.500 toneladas, respectivamente, siendo el
principal exportador Australia seguida de Sudáfrica y Guatemala (Indexmundi,
2005). Las principales zonas productoras en Australia están en Queensland y
Nueva Gales del Sur, de donde proviene, y por lo que también se le conoce como
nuez de Queensland. Otros países donde, en la actualidad, se realiza y fomenta
su cultivo son Brasil y Costa Rica.

En Chile solo existen plantaciones experimentales en la Región de Coquimbo


(Campo Experimental Pan de Azúcar, en la Serena y Campo Experimental Lolol,
en Ovalle ambos de INIA), Región de Valparaíso (Piguchén, en la Comuna de
Putaendo y San Esteban y en el área de La Cruz-Quillota) y Región del Maule
(Centro Experimental Cauquenes de INIA) (Lavín et al., 2001). En la Región
de O’Higgins, en la localidad de Panilonco, comuna de Pichilemu, existe una
plantación con algunas plantas provenientes de semilla, las que aún no han
fructificado.

5.3. Descripción de la especie

Los árboles de macadamia son siempre verdes, de follaje denso (Foto 5.1.),
alcanzando los 10 a 20 m de altura y un ancho de copa de 13 a 15 m (Bowen,
1991). En el caso de M. tetraphylla, las hojas pueden tener 50 cm de largo,
márgenes aserrados (Foto 5.2.) y se presentan en verticilos alrededor de cada
nudo, en número de cuatro (Nagao and Hirae, 1992).

104
Foto 5.1. Vista de un árbol ubicado
en el secano de la comuna de
Cauquenes.

Foto 5.2. Detalle de hojas con borde aserrado.

Las flores son blanco cremosas o rosadas (Foto 5.3.). Aparecen de julio a
septiembre y M. integrifolia puede tener varios flujos a través del año. El racimo
floral posee 200 o más flores. Cada flor tiene cuatro estambres y un ovario con dos
óvulos. Las flores abren desde la base del racimo y la plena floración puede tomar
una semana. Después de la floración, solo un óvulo es fertilizado.

Alrededor de cinco a ocho semanas después de la floración, ocurre una


considerable caída de frutos, cuando éstos tienen el tamaño de una arveja. Se
trata de un ajuste natural de la carga frutal (Quinlan and Wilk, 2005).

105
Foto 5.3. Racimo floral de macadamia.

El fruto de la macadamia corresponde a un folículo (Foto 5.4.). La semilla, que


corresponde a la parte comestible, está cubierta por una cubierta café muy
resistente (tegumento), el que está envuelto por el pelón hasta el momento de la
cosecha.

Foto 5.4. Frutos de macadamia. Se observa la semilla y tegumento que la protege.

106
5.4. Características agronómicas

5.4.1. Suelo

Se adapta a un amplio rango de suelos, desde arenosos a arcillosos, siempre


que tengan buen drenaje. Sin embargo, su mejor desarrollo se produce en
suelos profundos y fértiles, sin capas impermeables, con pH entre 5,5 y 6,5. No
tolera suelo o agua con altas concentraciones de sal. Deben preferirse zonas
con pendientes inferiores al 25-30%, para facilitar la recolección de las nueces,
las cuales caen al suelo cuando están maduras (Gobierno de Costa Rica, 2005;
California Rare Fruit Growers, 2005).

5.4.2. Clima

Existen diferencias entre las dos especies cultivadas de macadamia con respecto
a su adaptación climática. M. tetraphylla se caracteriza por ser más tolerante al
frío y a la sequía, por lo que se cultiva en California y, probablemente, sería la más
adecuada para ser cultivada en Chile. Shigeura (1981) señala que las áreas que
poseen temperaturas mínimas promedio de entre 14 y 17 °C durante los meses de
invierno, son adecuadas para M. integrifolia, mientras que áreas con temperaturas
más bajas podrían ser adecuadas para M. tetraphylla.

De acuerdo a Sudzuki (1996), el óptimo de producción se obtiene con temperaturas


entre los 15 a 35 °C. Bajo los 10 °C no se desarrolla y sobre los 30 °C la vegetación
es clorótica. Sin embargo, es necesario mencionar que además de la temperatura,
se debe considerar la altitud, ya que determina el rendimiento y la calidad de la
fruta. La elevación óptima para la macadamia está entre los 225 y 550 m.s.n.m1
(Bowen, 1991). También se ha señalado que tendría ciertos requisitos de
acumulación de horas de frío (Moncur et al., 1985).

1
Metros sobre el nivel del mar.

107
Aunque la macadamia crece entre los 0° y 34° de latitud, la producción
óptima se encuentra en áreas donde la temperatura no supera los 32 °C
ni cae bajo los 13 °C. Los rangos máximos y mínimos de temperatura para una
óptima producción están solo parcialmente relacionados con el desarrollo floral,
ya que pequeñas variaciones entre la temperatura del día y la noche tendrían un
marcado efecto en la intensidad y largo de la floración (Nagao and Hirae, 1992).

5.4.3. Riego

En cuanto a las necesidades de agua, la falta de humedad en el suelo reduce


el rendimiento, restringe el crecimiento del tronco y causa abscisión de hojas y
muerte regresiva de ramas. El tamaño de la nuez también se reduce cuando los
árboles son sometidos a déficit hídrico en verano y temprano en invierno. Los
requerimientos hídricos de la macadamia son dependientes del tipo de suelo.
En Hawai, en árboles que crecen en suelos de roca volcánica, 3.180 mm/año
de lluvias uniformemente distribuidas son suficientes. En suelos más profundos,
solo se necesitan 1.650 mm/año. Incluso puede sobrevivir en áreas con 510
mm/año, pero el crecimiento del árbol es lento y la producción es baja en años
excesivamente secos.

En zonas de suelos arcillo limosos, con precipitaciones de 1.090 mm/año, se


ha tenido buenos resultados al regar cuando la humedad del suelo llega a 0,6
bares a 0,76 m de profundidad del suelo a una distancia de 1,8 m del tronco.
En suelos franco-limosos con precipitaciones promedios de 1.520 mm/año, el
riego suplementario puede provocar aumentos del 10% en el diámetro de tronco
y producción anual, y las diferencias de rendimiento pueden llegar a un 50% en
años muy secos. Para estas condiciones, las tasas de riego varían entre 9,5 L/
día en árboles jóvenes y 19 L/día para árboles de 10 años de edad (Nagao and
Hirae, 1992).

108
5.4.4. Nutrición

Para determinar los requerimientos nutricionales se recomienda realizar análisis


foliares en primavera, coincidiendo con la ocurrencia del mayor desarrollo
vegetativo, y con el período cuando las frutas están comenzando su desarrollo. Se
toman muestras de hojas maduras que hayan alcanzado recientemente su plena
expansión. Como referencia, se entregan los niveles de nutrientes recomendados
para Hawai y Australia (Cuadro 5.1.).

Cuadro 5.1. Rangos de concentración de nutrientes en hoja de macadamia,


recomendados en Hawai y Australia.
Elemento Hawai Australia
Nitrógeno (%) 1,45 - 2,00 1,40 - 1,50
Fósforo (%) 0,08 - 0,11 0,08 - 0,10
Potasio (%) 0,45 - 0,60 0,60 - 0,70
Calcio (%) 0,55 - 1,00 0,60 - 0,90
Magnesio (%) 0,08 - 0,10 ---
Azufre (%) 0,24 0,18
Cloro (%) --- 0,03
Manganeso (ppm) 50 - 1500 100
Fierro (ppm) 50 ---
Cobre (ppm) 4,0 4,5
Zinc (ppm) 15 - 20 15
Boro (ppm) 40 - 100 40 - 75
Aluminio (ppm) <200 ---
Fuente: Adaptado de Nagao and Hirae, 1992.

En Venezuela se recomiendan aplicaciones de nitrato de calcio, boro y


microelementos en dosis crecientes de acuerdo a la edad de las plantas, además
de encalar los suelos ácidos cada dos años.

109
5.4.5. Fructificación

A pesar de que la polinización ocurre antes de la antesis2, la autofecundación


es extremadamente baja, mientras que la polinización cruzada entre variedades
determina un fuerte incremento en la cuaja, indicando que los racimos son
básicamente autoestériles. Sudzuki (1996) señala que la polinización es cruzada
y puede haber autopolinización aun cuando existe cierta incompatibilidad por
existir dicogamia3. La germinación de los granos de polen comienza 1 a 2 días
después de la polinización con un máximo a los tres días. La producción aumenta
considerablemente al disponer abejas melíferas en los huertos (Nagao and Hirae,
1992).

Botánicamente, el fruto de la macadamia corresponde a un folículo poseedor de


una sola semilla (Bowen, 1991; Sudzuki, 1996; Defilippi y Echeverría, 1997). La
envoltura externa correspondiente al llamado “pelón” en la nuez. Lo forman el
exocarpio y el mesocarpio, el conjunto es dehiscente mediante una sutura ventral
(Defilippi y Echeverría, 1997). La semilla está conformada por el embrión y los
cotiledones, los cuales están cubiertos por lo que se conoce normalmente como
“cáscara”. Esta “cáscara” está formada por dos tegumentos, el externo duro con
muchas fibras y células, y el interno, mucho más delgado, formado a partir de la
epidermis interna del tegumento.

El fruto requiere en total 210 días para madurar (Nagao and Hirae, 1992). Después
de 45 a 60 días desde la antesis se produce una caída de frutos. En general, no
más del 1% de las flores llegan a ser nueces (Quinlan and Wilk, 2005).

Los árboles sometidos a estrés hídrico 5 a 6 semanas después de cuaja, presentan


fuertes caídas de fruta. También ocurren abscisiones prematuras cuando no hay
suficiente translocación de asimilados para el desarrollo del fruto (Nagao and
Hirae, 1992).

2
Período de expansión de una flor hasta que está completamente desarrollada y funcional.
3
Maduración de las partes masculina y femenina de la flor en tiempos distintos.

110
Un árbol de macadamia, injertado, comienza a producir al cuarto año desde su
plantación, generando no más de 1kg/árbol. La producción va incrementando para
llegar al séptimo año a 4,5 kg/árbol, 10 kg/árbol al año 10 y a 35 kg/árbol en
árboles maduros (Trochoulias et al. 1984). En Chile, las experiencias productivas
se han realizado solo con plantas de semilla (Foto 5.5.).

Foto 5.5. Planta proveniente de semilla. Tregualemu, Región del Maule.

Los frutos poseen un contenido de aceite, de entre 72 a 78%, el que contribuye


fuertemente a la calidad de la nuez (Cuadro 5.2.). Se caracteriza por su bajo nivel
de ácidos grasos insaturados y sobresale también la presencia de riboflavinas
(Sudzuki, 1992; Trochoulias et al. 1984). Se considera una de las nueces más
finas del mundo y se utiliza en confitería, pastelería, para consumo directo al
natural y saladas.

111
Cuadro 5.2. Composición de 100 g de frutos de macadamia.
Componente Vitaminas y minerales
Grasa (%) 78,6 Fósforo (%) 0,24
Proteína (%) 9,3 Calcio (%) 0,06
Carbohidratos (%) 7,5 Riboflavina (mg) 118
Fibras (%) 1,8 Niacina (mg) 1,59
Cenizas (%) 1,4 Thiamina (mg) 0,215
Humedad 1,1 Vitamina A ---
Ácido ascórbico ---
Fuente: Adaptado de Westwood, 1982.

5.4.6. Patrones y variedades

Si bien en el cultivo de la macadamia se injertan los árboles, para poder tener


árboles uniformes en cuanto a sus características, especialmente de frutos, se
usan como patrones plantas provenientes de semilla de las mismas especies.
Se recomienda obtener las semillas para propagación de árboles vigorosos
(Trochoulias et al. 1984).

Diversos métodos de injertación, tanto en invernadero como en el campo, son


usados con éxito. Solo se recomienda evitar injertar en invierno.

Si bien aún en Chile no existen variedades comerciales, en los países productores


se utilizan básicamente variedades de M. integrifolia, ya que se considera que
produce nueces de mejor calidad, aunque es mucho más susceptible a las bajas
temperaturas invernales. También existen algunas variedades comerciales de M.
tetraphylla e incluso de algunos híbridos entre ambas especies.

En Nueva Gales del Sur, Australia, las siguientes variedades de M. integrifolia


son de uso comercial: Keauhou (HAES 246), Kakea (HAES 508), Hinde (H2),
Keaau (HAES 660), Ikaika (HAES 333), Kau (HAES 344), Mauka (HAES 741),
Makai (HAES 800) Own Choice y Senimke (SI). Algunos híbridos también han
sido plantados, pero en pequeñas superficies como: Greber Hybrid, Rankine (HY)
y Renown (D4) (Trochoulias et al. 1984).

112
En California, Estados Unidos, se usan variedades de ambas especies y algunos
híbridos como Dorado, James, Keaau, Keauhou y Waimanalo de M. integrifolia;
Burdick y Cate de M. tetraphylla; e híbridos como Beaumont, Elimbah y Vista
(California Rare Fruit Growers, 2005).

5.4.7. Sanidad

Según Sudzuki (1996), en nuestro país la macadamia está prácticamente libre


de plagas y enfermedades que afecten la economía del cultivo. Sin embargo, en
Australia, existen plagas que pueden dañar severamente los brotes, hojas, flores
y frutos. En Hawai las flores pueden ser atacadas por los hongos Phytophtora
capsici, Botrytis cinerea y Cladosporium sp. En Sudáfrica se han aislado Alternaria,
Stemphyllum y Botrytis sp., todas ellas presentes en nuestro país.

En Cauquenes, al propagar semillas en bolsas y mantenerlas en invernadero


durante el verano, es decir con alta humedad y temperatura, se produjo una alta
mortalidad de plantas debido, aparentemente, al ataque de un hongo en el cuello
y raíces (Ophiostoma sp.) hongo presente en bosques de pino insigne donde solo
ataca árboles debilitados.

5.5. Variables estudiadas

El estudio se realizó en el Centro Experimental Cauquenes de INIA, ubicado al


oriente de la Cordillera de la Costa, en los 36°40´S y 38°21´O, en un sector de
lomajes típicos del secano interior (Lavín, informes anuales4).

Los árboles utilizados provinieron de semillas introducidas por INIA en 1982


desde California, Estados Unidos, las que fueron multiplicadas en un vivero de la

4
Evaluación de nuevas alternativas frutícolas para el secano interior, Informes técnicos presentados a
Odepa 1984, 1985, 1987, 1988, 1989, 1990, 1991, 1992 y 1993.

113
Estación Experimental la Platina en Santiago, donde se seleccionó el material que
se plantó en Cauquenes durante 1984. El marco de plantación fue de 4 x 9 m (278
árboles por hectárea) y quedó conformado por 46 árboles distribuidos en 4 hileras.
Se realizaron prácticas de manejo, como poda durante la primavera de 1994, y se
fertilizó el huerto desde el tercer al noveno año.

Para describir el comportamiento de los árboles, se utilizaron los registros


medidos desde plantación, en1984, hasta el 2003 en algunos casos. Las variables
evaluadas fueron las siguientes:

5.5.1. Supervivencia

Considera anualmente el porcentaje de plantas vivas sobre la base del total


plantado en 1984.

5.5.2. Salida de juvenilidad

Contabiliza el número de árboles que anualmente florecen por primera vez desde
su plantación.

5.5.3. Producción

Se evaluó la producción (kg/árbol) para nueve temporadas (1993/94 – 2001/02)


expresándose, también, en rendimiento unitario (kg/ha) para lo que se consideraron
278 árboles/ha.

La evaluación se realizó sobre la base de frutos sin pelón (pericarpio), el que fue
retirado una vez realizada la cosecha. Tanto la cosecha como la eliminación del
pelón se realizaron siempre manualmente.

114
5.5.4. Situación nutricional

Dado que desde los primeros años después de plantados, varios de los árboles
mostraron sectores del follaje con una clorosis y alteración del tamaño y forma
de las hojas, en un comienzo se atribuyó esta sintomatología a efectos de bajas
temperaturas, especialmente durante algunos días de invierno. Pero la ubicación del
follaje alterado no siempre era en los sectores bajos de la copa y, por lo tanto, más
susceptible a sufrir daños por frío. Esto hizo pensar en algún problema nutricional
y, por ello, en septiembre de 1994 se realizaron análisis foliares para macro y
micronutrientes en hojas con y sin clorosis.

5.5.5. Caracterización de los frutos

Para las temporadas 1993/94 a 2001/02, exceptuándose las temporadas 1995/96


y 1996/97 en las que debido a las heladas no hubo producción, se determinó en
los frutos la distribución de calibres y el peso promedio. Se clasificaron los frutos
en cuatro categorías según su diámetro: inferiores a 20 mm, entre 20-20,3 mm;
entre 20,3-20,6 mm y superiores a 20,6 mm, expresándose cada categoría como
porcentaje del total. El peso de los frutos se obtuvo pesando el número de frutos
en cada categoría de diámetro, expresándolo en gramos. También se obtuvo el
peso promedio del total de frutos.

Para obtener la relación semilla/fruto, en las temporadas 1993/94 y 1994/95, de


cada árbol se pesaron 0,5 kg de frutos, especialmente la semilla y la cubierta
seminal. Además, durante la temporada 1999/2000 para el total de frutos
cosechados se evaluó el porcentaje de nuez respecto al folículo (fruto con pelón).

En la temporada 1994/95, a una muestra de aproximadamente 0,5 kg de los frutos


de siete de los árboles más productivos, se le sometió a análisis físico y químico
para conocer las características de los frutos de esta especie al cultivarla en el país.

Debido a que la apertura del pelón es gradual en los frutos de cada árbol, como

115
una manera de poder uniformar la fecha de cosecha, en la temporada 1993/94
se realizó un ensayo para inducir la apertura del pelón. En los frutos cosechados
de los árboles con mayor producción, se probó un tratamiento de inmersión en una
solución de Etileno comercial a dosis de 6cc/10 L de agua (300 ppm) por 5 minutos,
se le dejó reposar por 12 horas y se evaluó la apertura del pelón.

5.5.6. Estados fenológicos

Desde 1991 a 1999 se registró visualmente la ocurrencia de los estados fenológicos


que se detallan a continuación.

Brotación : Visualización de brotes apicales.


Desarrollo de la inflorescencia : Aparición de racimos.
Inicio de floración : 10% de las flores del racimo abiertas.
Plena flor : 50% de flores abiertas.
Término de floración : Las flores comienzan a secarse.
Cuaja : Se comienzan a observar frutos de bajo 4 mm.
Desarrollo del fruto : Los frutos alcanzan su tamaño final.
Cosecha : Apertura del pelón y caída de frutos.

También se registró la acumulación de calor efectivo, como Grados Día (GD),


mediante la siguiente ecuación:

°C día = Σ ((T max + Tmin)/2 - Tb)

Donde Tmax y Tmin son las temperaturas máximas y mínimas diarias,


respectivamente, y Tb es la temperatura base de la especie, la que en este caso
es 12,5 °C (Nagao and Hirae, 1992). Este cálculo se hizo mensualmente para
cada año entre 1993 y 1999, luego se calculó un promedio para cada mes.

116
5.6. Resultados obtenidos

5.6.1. Supervivencia.

Al quinto año desde plantación había un 65% de árboles vivos, que disminuyó
a un 63% en 1996, debido al efecto de las heladas que se ha mantenido en el
tiempo (Cuadro 5.3.).

Cuadro 5.3. Supervivencia (N° y %) de árboles de macadamia en Cauquenes.


Año Árboles vivos
Nº %
1991 30 65
1992 30 65
1993 30 65
1994 30 65
1995 30 65
1996 29 63
1997 29 63
1998 29 63
1999 29 63
2000 29 63

Según Defilippi y Echeverría (1997) las plantas jóvenes son muy susceptibles a
ser dañadas por heladas débiles y vientos fuertes, debido a que poseen corteza
blanda y un sistema radical muy poco desarrollado. La macadamia no tolera
heladas severas. El daño se empieza a producir con temperaturas inferiores
a -2,7 ºC, especialmente si la temperatura baja se mantiene por varias horas
(McHargue, 1996).

117
En Cauquenes, según los datos registrados en la Estación Meteorológica del
Centro Experimental Cauquenes de INIA, la ocurrencia de temperaturas bajo ciertos
umbrales es muy variable (Cuadro 5.4.). Al relacionar la magnitud del daño sufrido
por los árboles con las bajas temperaturas medidas, se ha observado que tanto
días aislados con temperaturas muy bajas (< -3,5 ºC) como varios días seguidos
con temperaturas no tan bajas (< -2,0 ºC) provocan daños en el follaje, de leves
a severos, ya que hay variabilidad entre árboles. La muerte de árboles solo se ha
constatado con la ocurrencia de temperaturas tan bajas como -4º C. En Cauquenes,
en el bloque de evaluación, han ocurrido daños en los inviernos de los años 1995,
1996, 2000 y 2002, con muerte de árboles solo durante 1996 (-4,4 ºC). Cada vez
que ha habido daño por heladas, se ha perdido toda la cosecha y, generalmente,
en la temporada siguiente, la producción de frutos se ha visto disminuida.

5.6.2. Salida de juvenilidad

El término del período de juvenilidad comenzó a ocurrir desde el año 1991, a los
siete años desde plantación, y solo en dos árboles. En los tres años siguientes
el número de árboles que floreció se incrementó fuertemente llegando a 25 en
el año 1994 (Cuadro 5.5.). Producto del daño causado en las yemas florales por
heladas durante el período 1995-1996, no se pudo seguir midiendo la evolución
del término del período de juvenilidad.

Debe recordarse que las plantas fueron obtenidas de semilla, por lo que era de
esperar una entrada en producción alrededor del 6º año. La obtención de plantas
de macadamia mediante mugrón aéreo permite reducir el período de juvenilidad,
obteniéndose árboles que entran en producción alrededor de los 4 años, con
rendimientos considerados comerciales alrededor de los 6 a 7 años (Nagao and
Hirae, 1992).

5.6.3. Producción

118
Cuadro 5.4. Número de días con temperaturas mínimas bajo distintos umbrales. Años
1989/2002. Estación Meteorológica Centro Experimental Cauquenes INIA.
Mes Temperatura Número de días bajo cada temperatura
1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Mayo 0 1 1 2 4 1 1
-1 1 0
-2 1 1
-3 0
-4 1 0
Min.Extrema -0,2 -4,0 0,4 -0,6 -0,8 0,2 0,2 -2,0 0,2 2,8 0,0 0,1 1,3 -2,5
Min. Promedio 5,1 6,0 7,0 7,6 6,7 6,3 6,1 5,9 8,3 7,7 6,7 5,6 7,7 5,2
Junio 0 1 3 1 1 1 2 1 1 4 3 1 3
-1 1 3 6 1 1 3
-2 3 1 3 1 5
-3 1
-4 1
Min. Extrema 1,0 -2,9 -0,8 -2,0 -0,4 -0,6 -0,2 -4,4 -0,2 -0,6 -2,0 -0,6 -1,3 -3,7
Min. Promedio 6,4 4,0 5,2 4,9 6,6 7,2 5,9 2,6 6,7 4,1 5,8 7,4 5,2 2,5
Julio 0 1 1 2 3 4 5 3 4 4 4 2 2 6 4
-1 1 2 2 2 1 1 1 1 2 3 3 2 1
-2 1 2 2 3 2 2 2
-3 1 3 2
-4
Min. Extrema -3,2 -1,8 -2,0 -2,6 -2,3 -1,2 -3,6 -1,0 -1,2 -1,8 -2,6 -2,6 -2,2 -3,6
Min. Promedio 3,8 4,4 4,7 2,4 3,2 4,1 2,9 4,0 5,2 3,4 2,1 2,1 2,6 2,8
Agosto 0 1 4 4 2 5
-1 1 1 2 3 2 1 1 1
-2 3 1 1
-3 1
-4 1
Min. Extrema -1,0 -1,1 -2,8 -4,0 1,6 -1,2 -3,2 0,0 0,0 -2,6 1,0 -1,8 1,8 0,2
Min. Promedio 4,4 5,7 3,4 3,4 5,4 2,4 4,2 6,0 5,5 2,8 5,6 5,8 5,7 6,3
Septiembre 0 1 1 1
-1 1 1
-2
-3
-4
Min. Extrema -1,0 1,0 1,0 1,8 -0,6 0,2 -1,0 0,6 1,4 0,2 -0,2 -0,2 0,7 1,1
Min. Promedio 5,1 5,9 6,4 5,4 5,1 6,4 4,7 5,4 6,7 3,8 6,6 6,6 5,4 5,5

119
Cuadro 5.5. Salida de juvenilidad (N° y %) de árboles de macadamia en Cauquenes.
Año Árboles con flores
Nº %
1991 2 7
1992 9 30
1993 19 63
1994 25 83
1995 25 83
1996 25 86
1997 26 90
1998 28 97
1999 28 97
2000 28 97

En Australia, en el primer año de producción, el rendimiento no excede 1 kg/árbol.


A los 10 años es de 10 kg/árbol y a los 20 años de 35 kg/árbol (Trochoulias et
al. 1984). Estos rendimientos varían según el clima y la variedad. En Hawai, el
rendimiento de cinco cultivares de entre 10 y 16 años desde plantación, varía
entre 37,9 a 47,4 kg por árbol, en huertos plantados a 8 x 9 m (Nagao and Hirae,
1992).

En Cauquenes, la producción en un comienzo mostró una tendencia normal a subir


año a año, pero después del primer daño por heladas, ha tenido una tendencia
errática como se ve en el Cuadro 5.6., en el que se muestra la producción
promedio desde el año 1995. Se observa que aunque en 1998 hay una marcada
alza, en el resto de los años no hay una clara tendencia al aumento. Esto podría
ser explicado por el hecho de ser plantas provenientes de semilla que no fueron
injertadas, por lo que presentan producciones desuniformes y poco estables. Lo
anterior, claramente se observa en la Figura 5.1. donde se muestra la producción
alcanzada por cada árbol para los años evaluados. Se puede ver que son pocos
los que desde su entrada en producción han presentado producción todos los años
y menos los que la han aumentado o sostenido en el tiempo. La desuniformidad,
tanto en el desarrollo de la plantación como en la producción, puede ser el
resultado del método de propagación usado en los árboles. Según Sudzuki (1996)

120
la macadamia es fácil de propagar por semilla, pero presenta el inconveniente
de obtener producción a los 8 a 12 años con calidad impredecible de frutos. Por
otro lado, Defilippi y Echeverría (1997) señalan que la mejor manera de obtener
precocidad y uniformidad, tanto en el crecimiento como en la producción, y lograr
buena calidad, es usando medios de propagación como la injertación, estacas de
madera del año o mugrón aéreo.
Los cultivares de macadamia poseen un estrecho rango de adaptabilidad. En

Figura 5.1. Producción acumulada (kg/árbol) para árboles de macadamia, entre los
años 1994 y 2002, en Cauquenes.

Cuadro 5.6. Producción evaluada (kg/árbol) y estimada (kg/ha) de árboles de


macadamia, para seis temporadas, en Cauquenes.
Temporada Producción evaluada Producción estimada
(kg/árbol) (kg/ha)
1994/95 1,4 311
1997/98 5,7 1309
1998/99 2,9 732
1999/00 3,9 973
2000/01 1,2 310
2001/02 3,9 977
Promedio 3,2 + 1,7 768 + 400

121
ensayos realizados en Australia, donde se plantaron variedades Hawaianas, se vio
que los rendimientos eran la mitad de lo que se obtenía en Hawai, con árboles de la
misma edad. Por este motivo, se recomienda hacer una selección de los cultivares
mejor adaptados a cada condición agroclimática (Nagao and Hirae, 1992).

Haciendo una comparación entre los rendimientos promedio y los árboles con
mayores rendimientos, se puede hacer una proyección de producción potencial
(Figura 5.2.), de donde se puede concluir que es posible subir la producción
obtenida en más de un 50%. A esto debiera sumarse una menor distancia de
plantación; por ejemplo, en Sudáfrica se recomiendan distancias de hasta 7 x 7m.

Figura 5.2. Producción promedio y potencial (kg/árbol) de frutos de macadamia


en Cauquenes.

5.6.4. Situación nutricional

Para N, P, Mg, Na y Cu se midieron valores similares en las hojas con y sin síntomas,
mientras que para K, Ca, Fe, Zn, B y Mn los valores fueron superiores a los de las
hojas con síntomas (Cuadro 5.7.). Con respecto a las referencias que existen en
Hawai y Australia (Cuadro 5.1.) para los macronutrientes, los valores de N son bajos
en ambos casos, los de P normales, los de K alto, sin ser tóxico, en las hojas con
síntomas y normal en aquellas sin síntomas. En calcio se da lo contrario; normal para

122
las con síntomas y bajo para las sin síntomas, mientas que son bajos los niveles de
Mg en ambos casos.

Cuadro 5.7. Valores medidos para macro y micronutrientes en hojas con y sin clorosis.
Cauquenes, septiembre de 1994.
N P K Ca Mg Na Fe Mn Zn Cu B
% % % % % % ppm ppm ppm ppm ppm
Con síntomas 1,09 0,08 1,10 0,63 0,06 0,04 216 496 146 9,2 14,4
Sin síntomas 1,07 0,08 0,53 0,29 0,05 0,04 62 260 25 8,0 5,8

En micronutrientes, los valores de Mn fueron normales para ambos casos, los de


Fe muy alto en las con síntomas y altos en las que no los tuvieron. El Cu fue alto
en ambos casos y el Zn muy alto cuando había síntomas y levemente alto cuando
no estaban presentes. Los niveles de B fueron diferentes para ambos casos, pero
siempre bastante bajos para lo considerado normal en otros países.

Es difícil llegar a una conclusión con tan pocos datos, pero sí se puede concluir que
es muy importante determinar los niveles adecuados de nutrientes para la especie
bajo las condiciones de los suelos del secano interior.

En ensayos posteriores realizados en el secano costero de la provincia de


Cauquenes, no se han detectado problemas nutricionales, aun cuando en ellos
también se observan los síntomas antes descritos (Lavín y Reyes, 2005).

5.6.5. Caracterización de los frutos

5.6.5.1. Diámetro

Los frutos de macadamia deben ser de un tamaño que satisfaga las exigencias de
los mercados. Contardo (1996) plantea que existe una marcada diferencia entre el
producto que se transa internacionalmente entre los países asiáticos y los países
de occidente. En los primeros se prefiere macadamia de menor tamaño, la que no
tiene gran aceptación en Europa y Estados Unidos.

123
La distribución porcentual de los frutos según su diámetro se muestra en la
Figura 5.3., en la que se observa que casi la mitad de ellos se encuentra entre
20,3 y 20,6 mm, mientras que el menor porcentaje es de aquellos que están bajo
los 20 mm.

Figura 5.3. Distribución porcentual de frutos para cuatro categorías de diámetro.

5.6.5.2. Peso

El peso de los frutos está en directa relación a su tamaño (diámetro), fluctuando


entre 3,1 y 10,1 g, con un promedio general de 6,7 g (Figura 5.4.). La categoría
de diámetro con mayor número de frutos (20,3 – 20,6) presentó un peso de 7,7 g.
Algunos cultivares seleccionados en Hawai presentan pesos promedio de frutos
de entre 6,5 y 7,5 g, mientras que en experiencias en Paraguay (Armadans, 2001)
se obtuvieron pesos de frutos de entre 4,7 y 7,5 g.

124
Figura 5.4. Peso promedio de frutos según categoría de diámetro.

5.6.5.3. Relación semilla/cáscara

Los frutos cosechados durante el año 2000 presentaron como promedio 49,69%
de semilla, lo que significó que el 50% del fruto correspondió a pelón (pericarpio),
lo que es alto comparado con lo que se obtiene en variedades comerciales, donde
solamente el 30-35% del folículo corresponde a pelón (Sudzuki, 1996).

5.6.5.4. Relación semilla/fruto

El peso promedio de los frutos para las temporadas evaluadas fue de 6,7 g, con
2,3 g de peso de semilla (Figura 5.5.), lo que corresponde a un 33,7% del peso
total. Este valor es levemente superior a lo informado por Armadans (1998), quien
reportó valores de 20,3 y 26,3% de semilla.

125
Figura 5.5. Peso de cáscara y peso de semilla, para frutos de macadamia,
cosechados las temporadas 1993/94 y 1994/95 en Cauquenes.

Se cree que el grosor de la testa, llamada comúnmente cáscara, puede estar


determinado por diversos factores tales como: luz ultravioleta, factor genético y
sequía. El grosor tiene puntos a favor y otros en contra. Por ejemplo, una testa
gruesa presenta menos parte comestible, pero le confiere mayor protección contra
hongos e insectos. Por otro lado, una testa delgada permite que el embrión sea
más fácil de pelar, pero más susceptible a la oxidación (Sudzuki, 1996).

5.6.5.5. Composición química

La composición química (Cuadro 5.8.) demuestra que la humedad de todos los frutos
analizados fue baja, inferior a 4,5%, lo que aseguraría una buena conservación de la
calidad. El nivel de cenizas es similar en todos los árboles estudiados y algo inferior
a lo informado en la literatura (1,7%).

126
Cuadro 5.8. Composición química de frutos de macadamia, provenientes de árboles de
semilla, cosechados en Cauquenes. Temporada 1994/95.
Árbol Humedad Cenizas Lípidos Proteína Fibra Extracto no
% % % % cruda nitrogenado
% %
(1) 6 3,81 0,97 70,33 6,53 1,4 16,96
(1) 6 2,99 0,98 66,91 6,99 3,13 19,00
(2) 10 2,98 0,97 57,64 6,24 4,43 27,75
(2) 12 2,84 0,98 65,08 7,47 3,33 20,30
(2) 13 4,12 0,98 63,08 5,49 3,43 22,90
(3) 3 3,07 0,99 71,85 6,14 2,48 15,47
(3) 10 6,55 0,98 65,02 6,63 3,03 20,79
Promedio 3,34 + 0,45 0,98 + 0,01 65,7 + 4,37 6,5 + 0,59 3,03 + 0,86 20,45 + 3,75
Máximo 4,12 0,99 71,85 7,47 4,42 27,75
Mínimo 2,84 0,97 57,64 5,49 1,4 15,47

El contenido de lípidos es bastante variable, entre 57,64 y 71,85%. Solo dos de


los árboles analizados (01-06 y 03-03) se acercan al valor referido por la literatura,
70%, ya que la mayoría dio valores cercanos a 65%. La proteína fluctuó entre 6,50
y 7,47%, lo que está dentro de los rangos citados por otros autores. El contenido
de fibra cruda, en la mayoría de los árboles analizados, es alto. Los árboles 01-06 y
03-03, coincidentemente son los de menor contenido de fibra y también de extracto
no nitrogenado (hidratos de carbono).

5.6.6. Fenología

En Hawai y Australia, los árboles de macadamia se caracterizan por presentar


crecimiento vegetativo durante todo el año, a mayores tasas temprano en primavera,
y hacia fines del verano. Estas alzas estarían determinadas por la temperatura,
ocurriendo las mayores tasas en períodos en los que las temperaturas fluctúan
entre 20 y 30 °C. Bajo 10 y sobre 35 °C, el crecimiento se detiene totalmente. De
acuerdo a los registros, en la zona de Cauquenes la brotación se produciría entre
agosto y noviembre (Figura 5.6.), período en el que las temperaturas máximas y
mínimas fluctúan entre 15,5 a 4,6 ºC y 25,3 a 9,0 ºC, respectivamente (Novoa et
al., 1989).

127
El desarrollo de la inflorescencia (Figura 5.6.) se produce desde julio hasta fines
de septiembre, por lo que la ocurrencia de heladas en invierno las daña en sus
primeros estados de desarrollo, haciendo que el daño sea severo.

Figura 5.6. Estados fenológicos en árboles de macadamia. Temporadas 1993/94 a


1998/99.

Durante el desarrollo del racimo, es importante la acumulación de calor efectivo o


días grado (DG >12,5 °C), ya que contribuye en su elongación (Nagao and Hirae,
1992). Durante el período evaluado, los días grados acumulados hasta el fin de
este estado, correspondieron en promedio a 4,3 (Figura 5.7.).

128
Figura 5.7. Acumulación de Días Grado (DG>12,5 °C) para siete temporadas
en Cauquenes.

Los estados fenológicos siguientes (inicio de floración, plena floración y término


de floración) ocurrieron desde principios de octubre hasta fines de noviembre. El
estado de plena floración se concentró desde fines de octubre hasta la segunda
semana de noviembre.

El crecimiento del fruto sigue una curva de modelo sigmoideo simple. La división
celular ocurre hasta 4 o 5 semanas después de antesis (Nagao and Hirae, 1992).
Comienza con la cuaja del fruto, que ocurre en noviembre, y termina con la
cosecha, al momento en que los frutos han alcanzo su madurez, tanto fisiológica
como organoléptica.

En el área de Cauquenes los frutos no abren el pelón en forma natural hasta mayo,
prolongándose la cosecha hasta el invierno, lo que es incómodo y podría causar
algún problema fungoso. Una solución sería el inducir la apertura del pelón, lo que
permitiría cosechar más temprano. El efecto de una inmersión por cinco minutos
en una solución de etileno comercial a 300 ppm de los frutos de seis de los trece
árboles, se presenta en el Cuadro 5.9., en el que se puede apreciar que fue diferente
según el árbol. Para los frutos de los árboles, que fueron sometidos a esta aplicación,
existió un aumento en la apertura de los pelones del 100%. Así, desde un 17% de

129
frutos con pelón abierto en forma natural, se pasó a un 36% de pelones abiertos al
aplicar etileno.

Cuadro 5.9. Efecto de tratamiento con etileno comercial sobre la apertura del pelón en
frutos de macadamia. Cauquenes, temporada 1993/94.
Árbol
7 8 3 10 12 13 Total %
Sin etileno comercial Abierto (Nº) 38 53 1 6 12 0 110 17
Cerrado (Nº) 73 190 177 35 26 50 551 83
Total(Nº) 111 243 178 41 38 50 661
Abiertos (%) 34 22 1 15 32 0

Con etileno comercial Abierto (Nº) 43 145 32 25 19 5 269 36
Cerrado (Nº) 67 100 241 18 17 45 488 65
Total(Nº) 110 245 273 43 36 50 757
Abiertos (%) 39 59 12 58 53 10

5.7. Proyección de la especie en el secano interior

Si bien la especie es capaz de crecer vegetativamente y producir cierta cantidad de


fruta, las bajas temperaturas invernales que ocurren cada 5 años, aproximadamente
(con heladas y temperaturas incluso inferiores a -4 ºC) implican daños de diferente
grado al follaje y la pérdida total de la cosecha por una o dos temporadas. Por
lo tanto, solo en sectores muy particulares, libres de heladas, podría cultivarse la
macadamia y preferencialmente plantas de M. tetraphylla que es más tolerante a las
bajas temperaturas.

Tanto M. tetraphylla como M. integrifolia, que son menos tolerante al frío, pero que
producen mejor calidad de nueces, podrían cultivarse en el secano costero, donde
las heladas son de menor intensidad.

130
5.8. Literatura citada

Armadans, A. 2001. Comportamiento de tres variedades de Macadamia (Macadamia


integrifolia) en el Departamento Central. Revista de Ciencia y Tecnología, Dirección
de Investigaciones, Universidad Nacional de Asunción, Paraguay. 1(3):15-22.

Bowen, JE. 1991. Nuez de macadamia, tropical y promisoria. Agricultura de las


Américas. 40(5): 30-32,34-36.

California Rare Fruit Growers, 2005. Macadamia. http://www.crfg.org/pubs/ff/


macadamia.html. Leído el 4 de febrero del 2005.

Contardo, P., 1996. Análisis de mercado de frutos de nuez: Avellano europeo,


Macadamia, Pecano y Pistacho. Escuela de Agronomía, Pontificia Universidad
Católica de Chile. Santiago, Chile. Tesis para optar al Título de Ingeniero
Agrónomo. 198 p.

Defilippi, B. y Echeverría, A. 1997. El cultivo de la macadamia la nuez más fina


del mundo. Sociedad Nacional de Agricultura. Santiago, Chile. El Campesino,
septiembre-octubre:40-43.

Gobierno de Costa Rica, 2005. Macadamia. Disponible en: www.mag.go.cr/biblioteca_


virtual_ciencia/tec_macadamia.pdf. Leído el 22 de abril del 2005.

Indexmundi. 2005. Macadamia Inshell basis-Production, Compsumption, Exports,


and Imports Statistics. http://www.indexmundi.com/en/commodities/agricultural/
macadamia_inshell_basis/. Leído el 21 de enero del 2005.

Lavín, A. A.; Lemus, S. G.; Contreras, C. M.; Negrón, M. C. y Orellana, S. A. 2001.


Macadamia. En: Lemus S., G. (ed.) Curso: Frutales de nuez no tradicionales:
Macadamia, Pistacho, Pecano, Avellano europeo. Instituto de Investigaciones
Agropecuarias. Santiago (Chile). Serie Actas Nº 7. pp. 2-26.

McHargue, L. T. 1996. Macadamia Production in Southern California. p. 458-462. In:


J. Janik (ed.), Progres in new crops. ASHS Press, Arlington, VA.

Moncur, M. W.; Stephenson, R.A. and Trochoulias, T. 1985. Floral development of


Macadamia integrifolia Maiden & Betche under australian conditions. Scientia
Horticulturae, 27:87-96.

Muñoz, P. C. 1959. Sinopsis de la flora chilena. Ed. Universitaria, Santiago, Chile.


840 p.

Nagao, M. and Hirae, H. 1992. Macadamia: Cultivation and Physiology. Critical Reviews
in Plant Sciences. 10(5):441-470.

131
Novoa, R.; Villaseca, S.; Del Canto, P.; Rouanet, J.; Sierra, C. y Del Pozo, A.
1989. Mapa Agroclimático de Chile. Instituto de Investigaciones Agropecuarias.
Santiago, Chile. 221 p.

Quinlan, K and Wilk, P. 2005. Macadamia culture in NSW. NSW Department of


Primary Industries. Disponible en: http://www.dpi.nsw.gov.au/__data/assets/pdf_
file/0005/75740/Macadamia-culture-in-NSW-Primefact-5---final.pdf. Consultado
en diciembre de 2013.

Shigeura, G. T. 1981. Minimum temperature regime for macadamia-a concept. Hawai


Macadamia Producers Assoc. 21th Annu. Proc., p. 76.

Sudzuki, F. 1996. Frutales subtropicales para Chile. Editorial Universitaria. Santiago,


Chile. p. 115-136.

Trochoulias, T.; Chalker, F. and Loebel, M. 1984. Macadamia culture. Agdex 246/20,
Dept. of Agriculture, New South Wales, Australia. 11 p.

132
6
CONCLUSIONES

Pistacho

Existen problemáticas intrínsecas de la especie y otras que solo se presentan en


nuestro país. Ambas deben ser consideradas seriamente previo a establecer la
especie. A nivel mundial, y como en muchas otras especies, el añerismo es un
problema no resuelto y que en el caso del pistacho se acrecienta bajo condiciones de
secano y escaza fertilización. Existen técnicas y manejos agronómicos que permiten
disminuir en parte esta problemática, pero que no son del todo satisfactorias ni
manejadas por el grueso de los pocos asesores que hay en esta especie en el país.

El pistacho demora al menos seis años en iniciar su producción. Bajo las


condiciones del secano, este inicio es bastante lento. Si bien la longevidad de
la especie es larga, los primeros años de producción son bajos y repercuten
fuertemente en el retorno económico de éste.

A las problemáticas señaladas, que son inherentes a la especie, se suman los


problemas particulares detectados bajo nuestras condiciones. A pesar de que
en el mundo, en especial en los centros de orígenes del pistacho, hay una
alta diversidad varietal, en Chile la disponibilidad de material es baja, tanto en
diversidad como en cantidad. Esto conlleva diversos problemas, entre ellas el alto
costo de las plantas, que supera largamente el de la mayor parte de las especies
frutales comercializadas.

La limitada diversidad de variedades, tanto machos como hembras, y la baja


investigación y desarrollo en la especie, hacen en muchos casos riesgoso el

133
emprendimiento en pistachos. Un problema asociado a la baja presencia de
variedades en el país (basada principalmente en las variedades Kerman y Peters),
es la errática compatibilidad fenológica (coincidencia de las floraciones del macho
con la hembra), lo que es vital a la hora de definir la producción potencial de la
temporada. La investigación presentada en este boletín y en otras publicaciones
desarrolladas por el INIA, han propuesto combinaciones variedad/polinizante, que
presentan mejores coincidencias. Sin embargo, la disponibilidad de encontrar
esas combinaciones de variedades en viveros, es escasa.

Otro factor incidente en el costo de las plantas y, por ende, en el establecimiento del
huerto, es el bajo prendimiento de los injertos. Aunque el éxito de las injertaciones
ha ido aumentando, aún no está resuelto y, aunque algunos viveristas señalan
que ya no es un problema, el número de cicatrices en el patrón delata los intentos
fallidos en injertar. Algunos asesores sugieren plantar el patrón y luego injertar
en terreno. Aunque esta técnica mejora el prendimiento y disminuye el costo
asociado a las plantas, el éxito de esta práctica no es seguro y puede llevar a
tener un huerto desuniforme.

A pesar de los problemas señalados, esta especie tiene características que son
favorables en el contexto del secano. Sin perder de vista que el añerismo, la
indehiscencia y otros problemas se agudizan con la falta de agua, la alta tolerancia
a periodos de sequía y pobres condiciones físicas y nutricionales de suelo, la
hacen una buena opción frutícola para el secano.

En cuanto a la sanidad, en zonas precordilleranas de la sexta región se han


reportado algunas plagas como el chinche verde. Sin embargo, bajo las
condiciones del secano la ocurrencia e incidencia de plagas y enfermedades es
baja. Esto permite el desarrollo de un cultivo con reducida carga de agroquímicos
y menor costo asociado a dichas aplicaciones.

La mano de obra asociada a la especie es baja, no requiere de grandes


intervenciones de poda, salvo en la etapa de formación de la planta. Bajo las

134
condiciones observadas, el crecimiento del árbol no es exuberante, lo que evita
la poda frecuente. Esto además debiera considerarse al elegir las distancias de
plantación. A pesar del alto costo de las plantas, es recomendable densificar el
huerto y aprovechar mejor el suelo.

Una buena poda de formación permite generar huertos altos que faciliten el
pastoreo ovino en especial. Aunque no se tiene datos al respecto, la presencia de
resinas en el árbol, debiera evitar que los animales lo ramoneen.

Aunque la época de cosecha puede variar, cualquiera sea la condición climática


en que se produzca pistacho, una vez que se cosecha el fruto, la remoción del
pelón y el secado de la fruta debe hacerse en el día. Luego, es necesario moverla
para evitar que ésta se manche, ya que esto disminuirá el precio e incluso puede
propiciar la infección fungosa. Si bien es necesaria la oportunidad de esta labor,
no es de gran demanda en tiempo.

De acuerdo a expertos extranjeros, la fruta producida en Chile desarrolla una


excelente intensidad de color. Si a esto se suma el alto precio y el relativamente
sencillo procesamiento que requiere la fruta, es una alternativa interesante para
producir y procesar en el secano o enviar fuera de la región, sin mayores requisitos
de transporte o tratamientos previos.

Paralelo a seguir las pruebas e ingreso de nuevas variedades y su evaluación,


para las condiciones de secano se hace necesario evaluar la producción bajo
riego limitado.

Pecano

El mayor desarrollo de esta especie se ha hecho en el norte del país, donde


las condiciones climáticas son más propicias para su establecimiento. Para la
zona estudiada, los veranos largos y calurosos que se requieren para alcanzar la
madurez y secado solar, se logra en la mayor parte de los años. Sin embargo, en

135
aquellos en que se debe cosechar posterior a las primeras lluvias, es necesario el
uso de medios artificiales para el secado.

La observación en el huerto y en árboles ornamentales ubicados en jardines


del Centro Experimental Cauquenes de INIA, muestra la alta correlación entre
el desarrollo del árbol, su producción y las condiciones de suelo y riego. Así
entonces, la recomendación en el pecano es elegir suelos relativamente profundos
y con buena disponibilidad hídrica, ya que es un árbol de gran desarrollo y con un
sistema radical profundizador.

En investigación, es necesario ajustar un programa de manejo agronómico,


especialmente en los temas de riego y fertilización. Aunque no hay una amplia
oferta de variedades, es posible plantar con la oferta que hay en el mercado.

Dado que es una especie poco conocida en Chile, el mercado puede ser
restringido. Las limitadas producciones que se tuvieron a lo largo del proyecto,
siempre fueron bien vendidas en la zona. Sin embargo, una plantación comercial
requiere un estudio más detallado.

Macadamia

De las especies evaluadas, sin duda la que tiene más interrogantes en el país
es la macadamia. Tanto los huertos experimentales y las pequeñas experiencias
comerciales que hay en Chile, son de plantas provenientes de semilla, sin
injertar y, por lo tanto, de una alta variabilidad, lo que sin duda constituye una
gran limitante para el desarrollo de la especie en el país. Si bien es posible que,
entre las variedades existentes en el mundo, haya algunas de mejor adaptación
a nuestras condiciones, las características de los centros de origen y cultivo de la
macadamia hacen esto poco probable. Tampoco es probable el desarrollo de un
programa de selección y mejoramiento genético a nivel nacional, dado los altos
costos y tiempo que esto requiere.

136
La experiencia con macadamias en la zona, mostró que puede vegetar y tener
cierto nivel de producción. Sin embargo, la principal limitante climática fue la
presencia de heladas, que cada cierto número de años afectaron seriamente la
plantación. A pesar de ello, algunos árboles presentaron muy buena recuperación
vegetativa y productiva. No obstante, la persistente presencia de hojas amarillentas
o con bordes dañados, que no se correlacionaron con desórdenes nutricionales,
denotaron que la especie se encontraba fuera de su condición óptima, lo que
probablemente afectó negativamente la producción.

Tanto en el plano nacional como internacional, el precio de la macadamia es muy


alto, y pareciera haber una demanda insatisfecha; sin embargo, el desarrollo de
este frutal en Chile, y en particular en el secano, requiere aún más investigación.

Avellano europeo

De los frutales de nuez evaluados, el que ha tenido el mayor desarrollo en el país y


en la región en los últimos años, es el avellano europeo. INIA Quilamapu ha hecho
una amplia evaluación de zonas y variedades para el desarrollo de la especie, lo
que permite tener una gran cantidad de información a la hora de plantar.

Una de las mejores características del avellano bajo las condiciones del secano,
fue la baja presencia de plagas. El pulgón fue controlado eficientemente por
enemigos naturales que fueron liberados en el huerto. En general la sanidad de
los frutales en el secano es bastante buena y permite la realización de manejos
con baja carga de pesticidas o de tipo orgánicos.

Comparado con plantaciones en el valle regado, el desarrollo de los árboles es


bajo. Sin embargo, mostraron tener una buena tolerancia a las condiciones de
suelo y riego limitado existentes.

Para el caso de agroforestería (huertos frutales que permiten el pastoreo), se


hace necesario conducir los huertos en un eje, lo que demanda cierta inversión de

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tiempo durante los primeros años y algo los años siguientes, en que es necesario
ir eliminando sierpes para mantener despejada la base de árbol.

La cosecha en seco se hace esperando que la fruta caiga al suelo, lo que puede
durar alrededor de un mes, por lo que la recolección de los frutos puede hacerse
en dos cosechas sin que el fruto se deteriore y sin apremios de tiempo.

Avellano chileno

Casi de manera similar a lo que ocurre con la macadamia, existe gran cantidad
de interrogantes respecto del manejo de esta especie. A pesar de esto y de que
la experiencia obtenida en este estudio no fue auspiciosa, la importancia de
preservar esta especie nativa es tal, que es necesario seguir invirtiendo recursos
en su investigación y desarrollo.

Junto a la necesidad de preservarla, existe una buena demanda y precio


interesante de sus frutos como snack. Existen, además, una serie de subproductos
o productos asociados a su cultivo, como la miel, que permiten el desarrollo de
otra actividad de gran desarrollo en el secano como es la apicultura.

Su presencia en sectores entre el secano y la cordillera de la costa, indicarían que


bajo esas condiciones su cultivo puede ser más favorable y podría constituirse en
una alternativa a la forestación con especies netamente madereras.

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