Lecciones Biblicas de Santidad
Lecciones Biblicas de Santidad
Lecciones Biblicas de Santidad
POR
EVELYN TRUJILLO
LECCIONES BIBLICAS
En cumplimiento parcial de los requisitos para aprobar el curso de SEMINARIO EN
TEOLOGIA DE LA SANTIDAD
Marzo 2024
Quito – Ecuador
Tema: Blancas como la nieve
Público: Mujeres
Versículo: Queridos hermanos en Cristo, Dios nos hizo esa promesa. Por eso, para que
Dios nos acepte, no debemos hacer el mal, sino mantenernos libres de pecado. Honremos
a Dios, y tratemos de ser santos como él. (2 Corintios 7:1)
A memorizar: Cuando éramos niños, nuestros padres nos corregían porque pensaban que
eso era lo mejor para nosotros. Pero Dios nos corrige para nuestro verdadero bien, para
hacernos santos como él. (Hebreos 12:10)
Introducción
En alguna parte oí la siguiente charla entre un cristiano y uno de esos jóvenes indecisos
y preguntones que abundan por estos rumbos.
Así como muestra este ejemplo es como debemos preguntarnos a diario, ¿a qué nivel
viajamos a diario? Tan bajo como todos lo hacen o tan alto como pocos lo logran. La
santidad es algo que podemos llegar a realizar siempre y cuando logremos alcanza la
altura más alta posible.
I. Que significa santidad
La palabra santidad viene del término en hebreo Kadosh que significa puro, física, ritual
y, especialmente, moral y espiritualmente. También se le traduce como separado, puesto
aparte, consagrado.
En el Antiguo Testamento a través de los escritos se puede concluir que la Santidad era
El lugar en el que se encuentra Jehová y por ende todo lo que estaba a su alrededor era
santo. La santidad está íntimamente relacionada con su presencia. Después de esto, en el
AT se llamó santas a muchas cosas y personas: la tierra, Jerusalén, el lugar donde estaba
el templo, el templo mismo, sus recintos, las vasijas usadas en su servicio, las personas
que ministraban en el templo y los sacrificios dedicados a Jehová.
Tal santidad proviene solo de la asociación con la presencia de Jehová y es una santidad
impartida. Donde está él, su presencia santifica o juzga. Sin su presencia, todo es profano.
Se imparte su santidad donde su presencia es bienvenida. Y donde se rechaza su presencia,
su santidad inexorablemente trae juicio. En Levítico se usan ciertas frases de afirmación
de la ley como sinónimos e intercambiables, y expresan esta identificación entre Jehová
y santificación: “Yo Jehová vuestro Dios”, “Yo Jehová”, “Sed santos, porque yo Jehová
soy vuestro Dios”, “Santo soy yo Jehová que os santifico”
El NT, de Hechos en adelante, usa consistentemente el adjetivo plural ágioi para los
creyentes que formaron la Iglesia Primitiva. Así que, el término que inicialmente estaba
reservado únicamente para Jehová en el AT ahora tiene un significado inequívoco y
estable que se puede aplicar a los cristianos. Como tal, habla de la voluntad de Dios para
cada creyente (1 Ts. 4:3–7), de la provisión de Dios para cada creyente (Col. 1:22), y del
requerimiento de Dios para cada creyente (Ap. 22:11). El Dios que es amor santo nos ha
provisto la posibilidad de ser semejantes a él—quien es santo en sí mismo—mediante la
expiación del Santo de Dios, Jesús, y por medio del ministerio santificador del Espíritu
Santo.
Cuando Cristo vino a la tierra fue para enseñarnos que hay un solo camino hacia el Padre,
en medio de ese camino está la aceptación de nuestro Salvador a Jesús y una
transformación de vida en cuanto la naturaleza humana, la llenura del Espíritu Santo
saciara toda necesidad y se generara un cambio autentico en el creyente, cuando nos dijo
que seamos santos como él, se está refiriendo a la condición de nuestro corazón, el Señor
vino por nosotros para que aprendamos a vivir una vida moral y espiritual adecuada
conforme su palabra, alcanzar la santidad no es un maratón para ver perdedores más si es
una carrera constante para ver ganadores perseverantes en obediencia y amor a Dios, el
cristiano puede alcanzar santidad basta con entregarlo todo por completo a Cristo quien
es nuestro tallador perfecto.
Conclusión
Los resultados de una reflexión acerca de la santidad serán visibles en una vida llena del
Espíritu Santo quien mostrara frutos espirituales a las personas y estas se sorprenderán de
lo que verán, ya que la obra y acción del Espíritu Santo sobre el ser humano es perfecta y
única. Hay que buscar continuamente a Dios en todo tiempo solo así se generara una
estrecha relación personal que llevaran a la santidad a la persona que lo anhela.
Tema: Un ejemplo de vida santa
Público: Mujeres
A memorizar: y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser,
espíritu, alma y cuerpo sea guardado irreprensible para la venida de nuestro señor
Jesucristo(1 Tesalonicenses 5:23).
Introducción
El apóstol escribió esta carta a los hermanos de Tesalónica porque Silas y Timoteo dieron
un informe positivo acerca de lo que el Señor estaba haciendo en ese lugar.
Aunque no lo crean, los misioneros también se desaniman. No son seres superiores, sino
no tan humanos como cualquier otro, y experimentan las mismas emociones que los
demás. Pablo no fue una excepción a la regla en este segundo viaje misionero se sintió
muy desanimado, en especial por la incredulidad de los atenienses.
Dios llamó a los cristianos de Tesalonica a que vivieran moral y espiritualmente puros en
medio de un mundo impuro. La versión popular de la Biblia, Dios habla hoy, traduce el
versículo 3: “Lo que Dios quieres es que ustedes vivan consagrados a él, que nadie cometa
inmoralidades sexuales”.
Por lo general, el mundo desea que vivamos sin Dios, que seamos egoístas y que vivamos
de acuerdo a nuestras normas, y no de acuerdo a la santidad del Señor.
De acuerdo a lo que dice 1 Tesalonicense 3:3-8, son nuestras prioridades: que seamos
santos, porque es voluntad de Dios; que nos apartemos de toda maldad; que mantengamos
en santidad y honor a nuestro esposo(a) y familia, que tengamos buenas relaciones con
nuestro prójimo.
B. La santidad no es opcional
La vida de santidad es mucho más que pureza sexual, porque afecta cada área de nuestra
vida. Dios nos llama a una pureza completa que abarca todo nuestro ser. Quien toma este
mandato a la ligera no descuida un reglamento de hombres sino el mandado de Dios,
quien también nos dio su Espíritu Santo (vv. 7-8)
La santificación tiene varias facetas. Podemos decir que comprende dos experiencias y
un proceso: la santificación inicial, la santificación gradual y la entera santificación.
Debido a la naturaleza humana, nadie es capaz de vivir en santidad por esfuerzo propio
Todo cristiano está llamado a vivir en santidad. La santificación de cada creyente es
voluntad de Dios. La santificación se produce en un instante y durante toda la vida. La
entera santificación es alcanzable para todo cristiano, y así como se la puede perder
también se la puede recuperar.
Público: Mujeres
Versículo: Génesis 3:1-13; 16-19; 1 Juan 2:15-17; Romanos 8:7; 1 Pedro 1:13-16
A memorizar: Así como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda
vuestra de manera de vivir, porque escrito está: “Sed santos, porque yo soy santo” (1
Pedro 1:15-16)
Introducción
No le respondí.
Sabemos que las drogas destruyen no solo el cuerpo del que las ingiere, sino también su
espíritu. Además, si la gente no las consumiera no estaríamos sufriendo las consecuencias
sociales que ella ocasiona.
La conversación con mi hijo dirigió mis pensamientos hacia un nuevo rumbo: “¿Por qué
las personas pecan? Porque les gusta”
Es lamentable pero así fue desde el principio. Los pasajes bíblicos de estudio nos
ayudaran a conocer las causas del problema y la manera de evitarlo.
La serpiente inicio la conversación con una actitud de aparente sorpresa: ¿ Conque Dios
os ha dicho? En ese dialogo notamos que:
- Para Satanás, la orden divian era absurda. Distorsiono la palabra del Señor: “¿
Conque Dios os ha dicho: No comais de todo árbol del huerto? De esa manera
sembró en Eva la semilla de la duda. Además le hizo creer que no era necesario
obedecer a Dios.
Fueron abiertos los ojos de ambos. Aquí vemos la hora de Satanás como padre de todo
engaño y mentira. les dijo Adán y Eva que cuando comieron fruto sus ojos serían abiertos,
y así fue, pero no como ellos lo entendieron, sino que sus ojos fueron abiertos sólo para
ver su vergüenza y dolor
Oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba por el huerto al aire del día, su voz era para
juicio y condenación. Se escondieron de la presencia de Jehová. Fueron acusados por sus
propias conciencias. Su delantales de hojas de guerra en lugar de esconder su
desobediencia mostraron su culpa y pecado
III. LA SOLUCIÓN DIVINA AL PECADO
La Biblia nos enseña que Jehová es Dios de amor y misericordia y desea que el ser
humano que su creación suya viva en constante comunión con él pero para que eso sea
una realidad, el hombre debe acercarse a Dios, confesar sus pecados y pedir perdón.
A. La salvación de Dios
La salvación de Dios la Biblia nos dice que Jesucristo vino para salvar y buscar a los
perdidos, para sanar a los que están enfermos, para librarnos del pecado de la maldad.
¿Por qué?
1. Por la naturaleza destructiva del pecado es como el dolor que causa la mordedura
de la serpiente; y su poder y corrupción, como el veneno que entra en la sangre y
logra matar al ser humano.
2. Porque Dios nos ama y no desea que vayamos a la muerte eterna. Primero,
debemos comprender que Dios envía a su hijo Jesucristo del mundo para pagar la
culpa por nuestros pecados (Romanos 6: 23). Segundo, debemos creer que Cristo
es nuestro señor y confesar nuestros pecados para recibir su perdón (Romanos 10:
19) lo único que nos corresponde hacer es ir a Cristo confesar nuestros pecados,
y así Dios nos perdonará por nuestro acto de fe y obediencia a él.
B. La Santificación por el Espíritu Santo (1 Pedro 1:13-16)
El mensaje del evangelio nos enseña que Jesucristo no vino sola salvarnos del pecado y
darnos vida eterna, si no también hacernos santos; es decir, a que por su muerte en la cruz
del calvario y el bautismo con el espíritu Santo recobráramos la imagen y semejanza de
Dios que perdimos en el Huerto del Edén. El apóstol Pedro no escribió su carta de los
inversos, sino los creyentes. Es un mensaje de exhortación para que vivamos de constante
comunión con Dios.
Conclusión