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1 Juan 2:20 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.

Pero vosotros tenéis la unción del Santo


Y el versículo 20, debido a la unción, nos abre a la posibilidad de conocer todo lo
que Dios quiere darnos a conocer. El Espíritu Santo mora en cada creyente, en cada
creyente verdadero y quiere revelarnos cosas. Y el Espíritu Santo puede revelarles
todas las cosas.

1 Corintios 2:10-11 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun
lo profundo de Dios.

11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que
está en él? ….Ni tu mismo te conoces, no sabemos lo que queremos, buscamos en uno y otro
lugar la solcuion, buscando lo que nos hace falta, tratando de llenar algo dentro de nosotros...
tratando de llenar un vacio...un vacio tamaño Dios, nada ni nadie podra llenar ese vacion...Así
tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. … Si no te conoces a ti
mismo menos vas a conocer a Dios... Pero ahora tenemos la uncion de Dios, el espiritu de Dios
mora en nosotros, mientra mas sabemos de Dios mas sabemos de nosotros mismos, YA NO
VIVO YO, SINO CRISTO VIVE EN MI y si conocemos a quien vive en nosotros, tendremos
sabiduria divina, viviremos en funcion de Cristo y no en funcion de nuestro YO...

Hoy día es común escuchar la palabra “unción” en el vocabulario de muchas


iglesias cristianas. Se habla de “hombres llenos de la unción de Dios”, se habla de
que “el creyente o el ministro debe buscar la unción”, se comenta de cierto
predicador que “tiene mucha unción.” Algunos dicen “caer al piso por o bajo el
poder de la unción.”
¿Pero qué es exactamente la unción?
Definición:
 Ungir significa meramente aplicar un ungüento o derramar aceite sobre
algo o alguien.
 La unción en el sentido bíblico consistía en la práctica de un sacerdote o
profeta de derramar aceite sobre un hombre u objeto con el fin de
consagrarlo para el servicio de Dios. Era la forma simbólica de mostrar que
Dios había apartado a alguien para una tarea específica. Era una manera
simbólica de santificar o apartar.
Así que tenemos a alguien morando en nosotros que puede revelarnos estas
verdades que se encuentran en la Palabra de Dios. Tenemos una unción, estamos
apartados por Cristo y para Cristo y cada creyente puede tener la seguridad de su
salvación.

Así que si usted realmente quiere tener una relación sincera y directa con Dios, si
quiere que El le guíe e ilumine en la vida diaria, Necesitamos tener una comunion
con Dios a travez de la oracion, pídele que Su luz te ilumine, pídale Su guía
constante y pídale esa seguridad.

y conocéis todas las cosas.

Al hablar de "conocer todas las cosas" Juan quiso decir que todas aquellas cosas
que usted debería conocer como hijo de Dios. Ahora, esto no quiere decir que usted
se va a convertir en un momento en un experto en cosas espirituales...

imaginate ‘’El gran varon de Dios’’ ‘’el UNGIDO de Dios’’ ...NOOO!

Lo que quiere decir es que por medio del Espíritu Santo usted puede estudiar la
Palabra de Dios y, después, por medio de las experiencias que Dios le permita vivir,
usted tendrá la posibilidad de crecer espiritualmente en estos temas, la capacidad
de discernir, la capacidad de entender la biblia, saber los secretos que tiene la
biblia.

La única explicación era que el Espíritu Santo había sido el maestro. Por todo ello,
el apóstol Juan escribió que debíamos permitir que el Espíritu Santo fuera nuestro
maestro. Recordemos sus palabras, en el versículo 20; vosotros tenéis la unción del
santo y conocéis todas las cosas. Ahora, esta realidad es posible, pero le
corresponde a usted decidir si va a aprender o no estas verdades espirituales que
están a su disposición. Tenemos que crecer espiritualmente

¿Quieres crecer espiritualmente? Pues para eso No hay una llave secreta. La llave está allí, a
plena vista, enfrente de ti.
Resumiré los medios ordinarios de crecimiento en cuatro palabras: Biblia, oración, iglesia,
ordenanzas.
BIBLIA
El crecimiento espiritual comienza por conocer a Dios. Conocemos al Dios verdadero a través de
su Palabra verdadera: la Biblia.
Los Salmos y Proverbios nos mandan guardar la Palabra (Sal. 19:11; 119:9; 11; Pr. 2:1),
atesorarla (Sal. 19:10), buscarla (Pr. 2:4), y meditarla (Sal. 1:2; 119:15). Es imposible que crezcas
espiritualmente si no lees y meditas la Palabra de Dios.
Algunos creyentes leen la Biblia incluso diariamente, pero no meditan en ella. La meditación
bíblica no es especialmente complicada, pero vivimos en un mundo tan ajetreado y lleno de
notificaciones que se nos dificulta hacer una pausa y meditar en algo.
La transformación sucede en la quietud de mi tiempo con Dios.
Meditar es darle vueltas en nuestra mente a lo que Dios ha dicho. Es pensar en lo que la Biblia
dice, lo que implica, y las maneras en que puedo aplicar esas verdades a mi vida. Así que la
transformación sucede en la quietud de mi tiempo con Dios.
Si quiero que la lectura y meditación transformen mi vida, tengo que aplicar lo leído. Encontré
38 versículos en donde Dios dice que sus estatutos y mandamientos deben ponerse por obra.
[1] En otras palabras, debo hacer aquellas cosas que Dios quiere que haga.
Mi vida es transformada cuando, en el poder del Espíritu y por la gracia de Jesucristo, pongo
por obra la Palabra de Dios.
ORACIÓN
La única manera de crecer en nuestra vida de oración es orando. Orar es hablar con Dios. Algo
tan sencillo pero que descuidamos demasiado.
Cuando le pregunto a mis estudiantes cómo está su vida de oración, casi siempre responden
con una mirada aterrada, esperando que no les pregunte individualmente. La mayoría de
nosotros no estamos satisfechos con nuestra vida de oración, y la razón es porque no nos
damos el tiempo para orar.
Por supuesto que tenemos el tiempo. ¡Podemos orar a toda hora, en todo momento, en
cualquier lugar! Olvidamos orar, en parte, porque olvidamos que la vida no es solamente física,
sino también espiritual.
Si tuviera que recomendar maneras de entender mejor la oración y cómo aplicarla a la vida,
recomendaría primeramente estudiar el Padre Nuestro (Mt. 6:9-13; Lc. 11:2-4), y buscar en una
concordancia aquellos textos que hablan sobre la oración, y estudiarlos también.
Algunos recursos históricos son la Carta 130 de Agustín sobre la oración, o el Método sencillo de
oración de Martín Lutero. Un libro moderno que leí recientemente y disfruté bastante fue La
oración, por Tim Keller.
Al final, la mejor manera de orar es orando bíblicamente.
IGLESIA
Pudiéramos caer en el error de pensar que, puesto que parte del crecimiento espiritual sucede
en lo individual, no necesito de otros para crecer. Ese pensamiento ha llevado a que algunos
creyentes, quizá con buenas intenciones, hagan menos el mandato a reunirse con la iglesia (He.
10:25).
“No necesito asistir a una congregación”, dicen; “Yo tengo una relación personal con Cristo”.
Olvidamos que, con muy pocas excepciones, las cartas del Nuevo Testamento se dirigen a
iglesias, a conjuntos de discípulos de Jesucristo bajo el gobierno bíblico de pastores.
La Biblia dice:
“… a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos” (Fil. 1:1).
“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como
quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os
es provechoso” (He. 13:17).
Es claro que la iglesia primitiva estaba bien organizada bajo la dirección de pastores[2] asistidos
por diáconos. Por lo tanto, un estudio bíblico no puede reemplazar a la iglesia. Escuchar
sermones por internet no es lo mismo a reunirse con la iglesia y estar bajo el cuidado,
exhortación, y disciplina de los pastores.
El crecimiento espiritual sucede en el contexto de la iglesia local.
Una verdadera iglesia es aquella que tiene un liderazgo bíblico, predicación bíblica, donde se
busca la santidad, y se practican las ordenanzas.
El crecimiento espiritual sucede en el contexto de la iglesia local. Es en la iglesia donde somos
exhortados por la Palabra, podemos poner en práctica nuestros dones, recibimos disciplina,
aprendemos a amar a nuestros hermanos, y buscamos evangelizar a los perdidos.
Si quieres crecer espiritualmente, es imprescindible que seas miembro de una iglesia local. Dale
la más grande prioridad. Recuerda: no es una reunión social, es la reunión del cuerpo de
Jesucristo.
ORDENANZAS
Dios nos ha dejado dos ordenanzas en su Palabra: el bautismo y la cena del Señor. A veces me
parece que “ordenanza” no es la mejor palabra ya que, si bien Dios nos manda a participar en
ellas, es mucho más que una simple orden.
El bautismo es mi identificación pública con Cristo. El cristiano obedece al bautizarse porque el
bautismo es una señal y sello de lo que Dios ha hecho en la vida de una persona regenerada. Es
un símbolo poderoso, una señal externa de lo que ha sucedido internamente.
Por otro lado, la cena del Señor nos recuerda su obra expiatoria (Lc. 22:19), pero incluso va más
allá de eso, es “la participación [koinōnia] en la sangre [y] el cuerpo de Cristo” (1 Co. 10:16
LBLA). Es, por supuesto, una participación espiritual, pero es una participación real.
Si quieres crecer espiritualmente, debes identificarte con Cristo a través del bautismo, y
recordar su obra redentora y participar de Él en la Comunión.
Por lo tanto, la belleza del crecimiento cristiano es que está disponible para todo creyente ya
que sucede a través de medios ordinarios. La transformación espiritual no es para unos pocos
súper cristianos, es para ti y para mí.

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