Núcleos Temáticos de La Unidad Ii de Filosofía
Núcleos Temáticos de La Unidad Ii de Filosofía
Núcleos Temáticos de La Unidad Ii de Filosofía
NÚCLEOS TEMÁTICOS:
1- Argumentación y lenguaje:
Los filósofos utilizan el lenguaje para expresar conceptos abstractos y complejos, como la
existencia, la verdad, la ética, la justicia, entre otros. El lenguaje permite la articulación de
ideas filosóficas y la comunicación de pensamientos profundos.
La filosofía del lenguaje, se ocupa del estudio de la naturaleza del lenguaje, el significado de las
palabras y las estructuras lingüísticas. Los filósofos analizan cómo el lenguaje se utiliza para
representar la realidad y cómo afecta nuestra comprensión del mundo.
El lenguaje se utiliza en la filosofía para clarificar conceptos ambiguos o confusos. Los filósofos
se dedican a definir términos y a analizar su uso en diferentes contextos para evitar
malentendidos y llegar a una comprensión más precisa de los conceptos en cuestión.
Los argumentos filosóficos se construyen mediante el uso del lenguaje. Los filósofos presentan
premisas y conclusiones, utilizando el lenguaje de manera lógica y coherente para respaldar
sus puntos de vista y persuadir a otros sobre la validez de sus argumentos.
El estudio de textos filosóficos implica la interpretación del lenguaje utilizado por los filósofos.
Los estudiantes y los académicos analizan el significado de las palabras y las frases en
contextos históricos y conceptuales para comprender las ideas y los argumentos presentados
por los filósofos.
Algunos filósofos se dedican a reflexionar sobre la naturaleza del lenguaje mismo. Esto incluye
la investigación sobre la relación entre el lenguaje y el pensamiento, la estructura de las
proposiciones lingüísticas y los límites del significado lingüístico.
Un argumento es un razonamiento que se emplea para demostrar o probar aquello que se dice
o afirma, o para convencer de algo que aseveramos o negamos.
El argumento busca persuadir sobre la veracidad de lo que decimos. Para que sea convincente,
debe ser coherente, sólido y sin contradicciones que puedan afectar su credibilidad. Además,
debe ser capaz de superar réplicas y refutaciones. De allí que se diga que un buen argumento
debe estar siempre blindado, es decir, sin puntos débiles.
Los argumentos sirven para probar puntos de vista en textos, debates, investigaciones,
intercambios de ideas o para crear hipótesis que expliquen fenómenos o eventos. También en
la vida cotidiana, cada vez que defendemos nuestra opinión y nuestras decisiones, utilizamos
diferentes tipos de argumentos.
Así, cuando argumentamos intentamos producir convencimiento en quien nos escucha, o sea,
que acepte la afirmación sobre la que se argumenta. Fundamentalmente, argumentamos para
solucionar nuestras disputas por medios racionales. Es cierto que, en el transcurso de una
discusión, los participantes tratan de imponer su posición. Sin embargo, tal imposición no
puede darse a cualquier costo y, sobre todo, no debe imponerse por la fuerza. Se imponen
solo aquellas afirmaciones que resulten aceptables luego de haber sido sometidas a una
discusión.
Además, esta discusión debe realizarse mediante procedimientos que garanticen que la
aceptación sea fruto del apoyo brindado por otras afirmaciones ya aceptadas.
Desde una perspectiva filosófica, dar razones implica ofrecer fundamentos lógicos, éticos o
epistemológicos para sostener una afirmación o posición.
Esto puede implicar apelar a principios éticos universales, como el imperativo categórico
de Kant, o a principios lógicos fundamentales, como el principio de no contradicción.
Convencer:
Convencer en filosofía implica persuadir a alguien para que adopte una visión particular
del mundo, una teoría ética o una postura metafísica.
Esto puede lograrse mediante argumentos racionales que apelen a la coherencia lógica.
Persuadir:
Para Aristóteles, la persuasión va más allá de las palabras y de esto habla en su libro sobre
Retórica: a) Tres tipos de persuasión: Ethos, Pathos y Logos:
Según Aristóteles, para que un argumento sea válido para convencer a alguien, podemos
poner en práctica tres tipos de persuasión que están relacionados con la credibilidad, la
emoción y la razón, o lo que es lo mismo: Ethos, Pathos y Logos.
Ethos: la credibilidad: El Ethos es la capacidad que tiene la persona que da un argumento para
ser creíble. Es decir, la persona tiene que tener cierta autoridad, o haberse ganado la confianza
de la audiencia, para que esta quede convencida de su discurso.
Pongamos un ejemplo. Imagínate que es alguien con mala reputación, o que no te cae bien, el
que te trata de convencer de algo. Ya de primeras, te sientes más reacio a confiar en la
persona y, por lo tanto, en lo que dice. Por otro lado, el tono y la forma de decir el discurso
que tenga el emisor, van a ser claves para cautivar al receptor.
El Ethos, o la credibilidad, recae entonces en el emisor, y tienen que ver con su reputación o en
la confianza con la que diga su discurso.
Pathos: la emoción
El Pathos trata sobre el poder de la emoción y la psicología. Es decir, la capacidad que tiene un
discurso o una persona para emocionar al receptor, tocándole esa fibra sensible.
Por ejemplo, cuando alguien te cuenta una experiencia basada en hechos reales y que te
conmueve. Imagina que la historia te pone el vello de punta, o te hace llorar. La emoción, la
pasión, mueve montañas, y es uno de los recursos más potentes que puede utilizar el emisor
para persuadir a su audiencia.
Entonces, el tercero de los tipos de persuasión, el Pathos, es aquello que llega directo al
corazón, y ojo, que no todo el mundo es capaz de dominar.
Logos: la razón
Para que un discurso sea sostenible, tiene que ser realista y apoyarse en evidencias sólidas. Es
decir, lo que dice el receptor debe sonar lógico. Normalmente, para que esto sea así, el
receptor refuerza el discurso con datos, estudios o estadísticas. Podemos decir que, el Logos,
refuerza esa credibilidad que le aporta el Ethos al emisor.
Refutar:
DESARROLLO:
Un texto argumentativo es aquel que tiene como objetivo persuadir al lector sobre una
idea o postura específica, presentando argumentos que respalden esa posición. Estos
textos suelen seguir una estructura lógica y coherente, utilizando diferentes tipos de
argumentación para sostener su punto de vista. Los textos argumentativos tienen el
objetivo de presentar ideas y datos que comprueben el valor de una opinión sobre un
tema.
Tesis o afirmación principal: Es la idea central que se defiende a lo largo del texto. Esta
afirmación suele ser clara y precisa, y es la base sobre la cual se construyen los
argumentos.
Argumentos: Son las razones o justificaciones que se presentan para respaldar la tesis.
Estos argumentos pueden ser de diferentes tipos, como datos estadísticos, ejemplos
concretos, evidencia científica, testimonios, razonamientos lógicos, etc.
Estructura organizada: Los textos argumentativos suelen seguir una estructura organizada
que incluye introducción, desarrollo y conclusión. La introducción presenta la tesis y
contextualiza el tema, el desarrollo expone los argumentos y evidencias que respaldan la
tesis, y la conclusión resume los puntos clave y refuerza la idea principal.
Coherencia y cohesión: Los argumentos deben estar conectados de manera lógica y
coherente, y el texto debe mantener una cohesión interna que facilite la comprensión del
lector.
Refutación de contraargumentos: En muchos casos, los textos argumentativos incluyen la
refutación de posibles contraargumentos, es decir, se anticipan y se responden a
objeciones que puedan surgir en contra de la tesis defendida.
En cuanto a los tipos de argumentación, existen varios enfoques que se pueden utilizar para
construir los argumentos dentro de un texto argumentativo. Algunos de los tipos de
argumentación más comunes incluyen:
Tesis clara: Los filósofos presentan una tesis o afirmación principal que desean argumentar
a lo largo del texto. Esta tesis puede ser una postura sobre un problema ético, una teoría
metafísica, una interpretación de un texto clásico, entre otros temas
Argumentación: Los textos filosóficos argumentativos están llenos de argumentos que
respaldan la tesis presentada. Estos argumentos pueden basarse en la lógica, la evidencia
empírica, el análisis conceptual o la reflexión filosófica profunda.
Estructura organizada: Al igual que en otros tipos de textos argumentativos, los textos
filosóficos suelen seguir una estructura organizada que incluye una introducción donde se
presenta la tesis, un desarrollo donde se exponen los argumentos y evidencias, y una
conclusión donde se resume y refuerza la idea principal.
Coherencia y cohesión: Los argumentos presentados en los textos filosóficos deben estar
conectados de manera lógica y coherente. Además, el texto en su conjunto debe mantener
una cohesión interna para facilitar la comprensión del lector.
Refutación de contraargumentos: En la filosofía, es común que los filósofos anticipen
posibles contraargumentos y los refuten de manera convincente. Esto muestra la
capacidad del filósofo para considerar diferentes perspectivas y defender su posición de
manera sólida.
Uso del lenguaje persuasivo: Aunque la filosofía valora la precisión y la claridad del
lenguaje, los filósofos también utilizan técnicas persuasivas para convencer al lector de la
validez de su posición. Esto puede incluir el uso de ejemplos, metáforas, analogías y
recursos retóricos.
VERDAD VALIDEZ
La verdad es la total exactitud de lo que fue, La validez se define como la consistencia
es, o será, a prueba de errores, más allá de interna de un argumento. Es decir, ¿la
toda duda, disputa o debate, una prueba conclusión alcanzada es consistente y
final del bien o del mal de las ideas y razonable con la información utilizada para
creencias de las personas. llegar a esa conclusión?
En cualquier tema, puede haber una y sólo En cualquier tema, puede haber muchas
una Verdad. Por ejemplo, hay o no hay un posiciones válidas. Por ejemplo, ambas
Dios. Dado que estos dos son mutuamente posiciones de que hay un Dios, y no hay un
excluyentes y opuestos, sólo una de estas Dios, pueden ser reales y argumentadas
dos posiciones puede ser Verdadera. como válidas o razonables.
El umbral para la Verdad se mide como El umbral de validez se mide utilizando
certeza absoluta. todo el Continuum de Certeza.
La verdad está ligada a la autoestima. Así, La validez está ligada a la información
resolver argumentos relacionados con la disponible. El objetivo al argumentar
verdad requiere un ambiente de ganar o validez es averiguar qué posición en un
perder. Si existe una sola verdad, hay dos argumento es la más válida en el
problemas comunicativos: (1) no sabemos momento en que se alcanza la resolución.
quién la conoce; y (2) no sabemos si se La posición más válida podría cambiar a
puede comunicar con precisión a los demás. medida que se disponga de nueva
información.
Argumentar por la posición más válida
Discutir sobre la Verdad promueve el promueve la mentalidad abierta. La
dogmatismo. El dogmatismo desalienta la mentalidad abierta fomenta la
argumentación constructiva. argumentación constructiva.
Cómo reconocer posiciones válidas y
Adquirir la Verdad no es el objetivo de un averiguar cuál es la posición más válida es
curso de argumentación y pensamiento el objetivo de un curso en argumentación
crítico. y pensamiento crítico.
En filosofía del lenguaje y la argumentación, se exploran distintos aspectos del discurso y los
actos de habla, incluyendo lo racional, lo emotivo y lo intencional. Estos elementos son
cruciales para comprender cómo se construyen los argumentos y cómo se comunican las ideas.
Aquí tienes una explicación de cada uno de estos aspectos:
DESARROLLO