Encuentro Practico 25 Mayo 2024

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Encuentro Práctico

Casos

A continuación, se presentan 2 casos para ser analizados en sus equipos de trabajo e

indicar cómo proceder.

Caso 1

Motivo de consulta

Mujer de 41 años que acude a centro de salud mental, derivada por su médico de

general tras detectar “ánimo bajo, ansiedad, abandono de actividades y dificultades en

la búsqueda de empleo”.

Historia del problema y formulación del caso

La usuaria es casada, no tiene hijos, y se encuentra desde hace ocho meses en

situación de desempleo tras el cierre de un negocio que regía junto a su esposo,

debido a las pérdidas económicas asociadas a dicho negocio. La fémina describió el

cese de la empresa y la actual situación de desempleo como el principal

desencadenante de su malestar. A partir de ese momento, comenzó a presentar

desesperanza, impotencia, sensación de fracaso, culpa, vergüenza, apatía, anhedonia

y abulia. Poco después del comienzo de los síntomas, la usuaria empezó a evitar asistir

a reuniones familiares y a eventos sociales para no tener que hablar sobre la nueva

situación y por la propia apatía que sentía. Además, la usuaria presenta un estilo de

afrontamiento evitativo.

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Debido al malestar que experimentaba, la consultante acudió a su médico de atención

primaria, quien no le prescribió tratamiento farmacológico y solicitó su derivación a un

centro de salud mental. Hace 10 años a ella se le diagnosticó con el desorden de

depresión mayor, como consecuencia de una situación laboral adversa y recibió

tratamiento con antidepresivos.

En cuanto a los factores protectores identificados, cabe decir que la mujer dispone de

buen apoyo familiar y social, y describe su relación de pareja como satisfactoria. Tras la

sesión de evaluación inicial se concluyó que la usuaria presentaba un cuadro clínico

complejo de comorbilidad psicopatológica. Fue diagnosticada con los siguientes

trastornos: trastorno depresivo mayor recurrente, trastorno de pánico, fobia específica a

las agujas, y trastorno de ansiedad generalizada.

En la exploración psicopatológica se constató un estado de ánimo depresivo, labilidad

emocional, disminución del interés por casi todas las actividades que realizaba

previamente (especialmente las reuniones familiares), fatiga, tendencia al aislamiento,

sentimientos de inutilidad asociados con la creencia de que era la culpable del cierre

del negocio familiar y disminución de la capacidad para tomar decisiones,

especialmente en el área laboral. En cuanto a los síntomas de ansiedad, la paciente

describió ataques de pánico inesperados y recurrentes con múltiples síntomas

fisiológicos (palpitaciones, sudoración, temblor, sensación de ahogo, malestar

abdominal, inestabilidad, escalofríos, etc.), miedo y preocupación por perder el control

durante las crisis, evitación de situaciones que consideraba podían desencadenar

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ansiedad (p.ej., las reuniones sociales), y una elevada ansiedad y preocupación por

diversos asuntos como, por ejemplo, su situación actual económica y laboral y el futuro.

Así mismo, durante los últimos 8 meses los síntomas cursaron con sensación de

inquietud e irritabilidad, interferían en su vida de manera significativa y le producían

progresivamente un mayor aislamiento y evitación de las tareas diarias.

Caso 2

Identificación del usuario

Mujer de 22 años, soltera e hija menor de un matrimonio heterosexual con dos hijas.

Desde los 18 años compagina los estudios de psicología con un trabajo en hostelería

los fines de semana. No existen antecedentes familiares de enfermedad mental.

Análisis del motivo de consulta

La fémina llega a consulta porque según refiere “la ansiedad me desborda”. Manifiesta

constantes anticipaciones con carga negativa, tener la sensación de que es incapaz de

relajarse y de que el miedo la paraliza. Dice estar en continuo estado de alerta por lo

que

pudiera suceder en todas las áreas de su vida y que, debido a esto, es incapaz de

tomar decisiones. Menciona también sentimiento de culpa por sus acciones. No sabe

ubicar cuándo comenzó la sintomatología, diciendo que siempre fue una persona

ansiosa pero que en el último año la sintomatología ha empeorado.

Historia del problema

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La usuaria refiere no recordar cuándo empezó exactamente el problema, según

manifiesta “siempre he sido así. . . preocupada por todo y sufriendo”. También recuerda

la sensación de vacío e inestabilidad desde pequeña. Refiere que las preocupaciones

comenzaron a causar un malestar mayor hace 7 meses, cuando empezó a evitar salir

de casa, dejando incluso de sacar a su perro. Pese a que se obliga a continuar con sus

responsabilidades, su interés y motivación han disminuido, ha buscado alternativas,

como ir en carro propio e ir acompañada siempre por alguien de confianza, en las que

dice “creo controlar la situación”, sin embargo, lo que siente que está pasando es que

la ansiedad está aumentando y generalizándose. Manifiesta también que tiene

dificultades para expresar sus emociones.

Análisis y descripción de las conductas problema

Las principales conductas problema son los niveles de activación generalizados, la

culpa y un bajo estado de ánimo, desencadenadas ante cualquier pensamiento

anticipatorio negativo. Dicho estado de alerta puede verse favorecido por un esquema

de peligrosidad del mundo, que parece haberse adquirido a temprana edad, cuando

predominaba un ambiente que sentía poco estructurado, puesto que, si bien vivía con

sus progenitores,

sentía la ausencia y el vacío de ambos por motivos de trabajo. Como recuerdo

importante relata que fue perseguida por dos hombres a los 10 años, acontecimiento

que no olvida y que pudo haber reforzado la percepción de inseguridad. Asimismo, este

permanente y

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generalizado estado de alerta puede verse reforzado también por una excesiva

necesidad de control e intolerancia a la incertidumbre. Ella ha aprendido a afrontar

cualquier evento estresante a través de la preocupación como estrategia de tener el

control, y lo que en un principio le genera alivio, a largo plazo le genera malestar ya que

las anticipaciones que hace siempre son negativas. Al sentir que no cuenta con

recursos para enfrentarse a diferentes actividades de la vida diaria (viajar en transporte

público, sacar a pasear al perro, salir con los amigos), aparece labilidad emocional,

irritabilidad y culpa, que retroalimentan sus preocupaciones y que la ha llevado a una

reducción significativa de su vida social, de la implicación e interés en cualquier tipo de

actividad y autoestima.

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