Hambre y Sed D Justicia
Hambre y Sed D Justicia
Hambre y Sed D Justicia
La naturaleza de ese anhelo. ¿Qué? es lo que los cristianos persiguen. La justicia. Pero
veamos ahora la naturaleza de ese anhelo que el cristiano siente por la justicia. Cristo dice:
Bienaventurados los que tienen hambre y sed. Ese anhelo, es descrito como hambre y sed.
Consideremos por un momento, algunas de las características que poseen en común el
deseo y la necesidad de comer y beber.
Porque cuando entendamos lo es el hambre y la sed, entonces comprenderemos de ¿qué?
Anhelo está hablando Cristo aquí. Bueno en primer lugar, el hambre y la sed, son una
necesidad consciente. Todos nosotros tenemos una serie de necesidades físicas. Pero no
todas a nivel consciente. Por ejemplo, tal vez lo sabe o no lo sabe, pero usted está aquí
sentado tranquilamente la sangre está corriendo por sus venas, a lo largo de todo el cuerpo.
Y esa sangre está alimentando las células de su cuerpo. Sus células necesitan ser
alimentadas. Pero nosotros no estamos conscientes de esa necesidad. Nunca, nunca
escucharemos a nadie decir: haaa tengo un deseo de alimentar mis células. Eso no tendría
sentido, porque esa necesidad no se percibe a nivel consciente. Pero el apetito por la
comida y la bebida es distinto. Percibimos ese apetito a través de ciertas sensaciones que
nos llaman la atención a nuestra necesidad y por más que queramos no podemos ignorarlo.
Yo no sé si a ustedes les ha pasado, pero a mí, sí me ha pasado, que he tenido hambre y ya
estás en la cama y por flojera: haaa voy a acostar así. Saben uno no puede dormir. El
hambre sigue allí por más que uno quiera no puede ignorarlo. Es una necesidad consciente.
Por otro lado el apetito, por la comida y la bebida, es una necesidad, en cierto modo
desagradable. En cierto modo desagradable. Nadie disfruta el hambre y la sed en sí mismo.
Yo sé que es agradable comer con hambre, pero el agrado, viene por el hecho de tener con
qué saciar el hambre. No del hambre misma. Si no tuviésemos qué comer o qué beber, se
convertirían en un deseo angustioso y hasta doloroso. Así que en primer lugar, es una
necesidad consciente y en segundo lugar, es desagradable. Y en tercer lugar podemos decir
que un deseo muy útil. El hambre y la sed, nos ayudan a recordar que nuestros cuerpos
necesitan alimento, que nuestros cuerpos necesitan el agua para poder subsistir. Así que esa
sensación de hambre y de sed que sentimos, son una bendición de Dios. Porque nos ayuda a
no descuidar la vida que Él nos ha obsequiado.
Hermanos somos tan codiciosos, tan codiciosos, si algunos inclusive, descuidan su salud
por seguir trabajando y no comer. Pero Dios para cuidarnos, nos puso un mecanismo, que
nos dice: ya basta. Tienes que parar y tienes que comer. Tu cuerpo lo necesita. Y
finalmente, debemos que decir que el hambre y la sed, se trata de una necesidad real.
Imagínense que usted, se encuentra con un mendigo que tiene dos días que prácticamente
no prueba bocado. No ha comido nada en dos días completos.
Estas son las cuatro características que podemos mencionar del hambre y la sed en el reino
físico,. Si trasladamos estas cuatro características en el reino espiritual, entenderemos
claramente ¿qué fue lo que nuestro Señor quiso decir, en la cuarta bienaventuranza. El
Señor Jesucristo, está hablando aquí de un anhelo consciente, real, incluso en ocasiones
doloroso por la justicia.
Juan 6:53-58