162 Algarrobo
162 Algarrobo
162 Algarrobo
Tras los efectos de la tala indiscriminada y los desmontes, la preservación del algarrobo se vuelve necesaria.
Para ello, resulta indispensable rescatar saberes ancestrales sobre el potencial de este árbol y de su fruto, la alga-
rroba. En efecto, un algarrobo en pie resulta un seguro contra el hambre, porque que a partir de sus frutos molidos
se obtiene harina de alto valor proteico, nutritiva, libre de gluten y apta para elaborar distintos productos de pana-
dería. Para la ganadería, además de la sombra, la algarroba resulta un importante aporte forrajero, en especial en
épocas de escasez de oferta alimentaria. Y para el ambiente, el algarrobo contribuye a detener el avance de la de-
sertificación, dado que su presencia contribuye a la desalinación, a controlar su erosión y a fijar médanos.
La mayoría de los países en vías de desarrollo, donde los cultivos no prosperan lo suficiente por condiciones
climáticas de aridez o por el progresivo deterioro de sus suelos, se enfrentan hoy con una grave situación de défi-
cit alimentario. Cerca del 70% de la Argentina presenta condiciones ambientales de aridez o de semiaridez pero,
sin embargo, la frontera agrícola sigue avanzando sobre bosques, pastizales y sabanas, comprometiendo la biodi-
versidad, los servicios ambientales de estos ecosistemas y a los pobladores que los habitan.
Pese a este desplazamiento de la agricultura, posibilitado por los avances tecnológicos, existen productores
que están viendo la necesidad y la posibilidad de explorar otras alternativas que, por falta de costumbre o de cono-
cimiento, han quedado en el olvido. Se trata del aprovechamiento sustentable de distintos productos no madereros
provenientes de los bosques, es decir, productos distintos de la leña y el carbón. Y entre ellos podemos destacar el
uso del fruto del algarrobo, la algarroba, para la elaboración de harina.
En muchas regiones del norte argentino, varias comunidades originarias y de pequeños productores han resca-
tado esta costumbre ancestral, con el apoyo de distintos organismos nacionales, como la Secretaría de Ambiente y
Desarrollo Sustentable a través de la ley de bosques, provinciales, y de ONG. Esta actividad, además de mejorar
las economías regionales y de promover el consumo de un alimento natural con alto valor proteico, rico en vita-
minas y minerales y apto para celíacos, contribuye a reafirmar y a concientizar sobre el valor agregado del árbol y
sobre la importancia de mantenerlo en pie.
El algarrobo (Prosopis sp) constituye un componente importante de la vegetación de zonas áridas y se-
miáridas, caracterizadas por la escasez de agua, la baja fertilidad de los suelos y, a menudo, la alta salinidad. Exis-
ten 48 especies entre América, Asia y África. La Argentina es el mayor centro de variación actual del género, con
27 especies, de las cuales 13 son endémicas. Tiene un área de distribución que abarca la mayoría del territorio
continental, excepto el sur de la Patagonia y Misiones.
Son especies xerofiticas, que soportan de 50 a 1400 mm de precipitaciones al año, y crecen en sue-
los arenosos, arcillosos, salinos, rocosos e inundables, desde el nivel del mar y hasta los 3000 metros.
Desarrollan un profundo sistema radical que puede alcanzar hasta casi 60 metros de profundidad, posibi-
litando el desarrollo de ejemplares en áreas con lluvias muy inferiores a los requerimientos normales.
Como estrategias para detener el avance de la desertificación, su presencia contribuye a la desalina-
ción; minimiza el escurrimiento del suelo y controla su erosión; estabiliza médanos; es fijador de nitró-
geno debido a su capacidad para generar simbiosis con bacterias fijadoras del mismo, y forma "islas de
fertilidad" bajo su canopia, debido al aporte de materia orgánica al suelo, que mejora las propiedades
físicas, químicas y microbiológicas del mismo.
Página 1 de 2
Sitio Argentino de Producción Animal
que en invierno compensan la caída (cantidad y calidad) de la provisión de pasturas nativas con el aporte proteico
de la algarroba.
Pero el algarrobo posibilita, asimismo, otros usos para sus frutos. Por ejemplo, a partir del tostado de los
mismos se obtiene un sustituto del café y del cacao, por fermentación se produce alcohol, gomas para la industria
alimentaria, azúcares, endulzantes, carbohidratos sin almidón y resinas polifenólicas.
Entonces, frente a la tala indiscriminada y al efecto negativo de los desmontes, resultaría indispensable esta-
blecer sistemas de aprovechamiento sustentable, generando valor agregado a las especies del bosque, evitando la
pérdida de diversidad biológica; la fragmentación de ambientes y de hábitat; la degradación del suelo y, conse-
cuentemente, contribuyendo a mejorar las economías regionales, de modo de evitar las migraciones y de rescatar
costumbres ancestrales.
Página 2 de 2