21 Paso para Ser Libre en Sanidad Interior
21 Paso para Ser Libre en Sanidad Interior
21 Paso para Ser Libre en Sanidad Interior
1.- Pídele a Dios que te guíe. El primer paso comienza en un lugar donde estés tranquilo y
solo, sin interrupciones. Con lápiz y papel en la mano. Platica con Él único que te conoce desde
el vientre de tu madre, El Espíritu Santo, pídele que te traiga a la memoria todos aquellos
eventos de tu vida que te han perjudicado, aún que te muestre áreas escondidas en tu
inconsciente y que quizá no recuerdes normalmente, áreas donde Él desea trabajar en sanidad
en ese momento. Él será la lámpara que guiará tus pasos por la senda que debes atravesar, solo
empieza.
2.- Trabaja las áreas que Él te revele. Después, pídele al Señor que te muestre las personas
que te han maltratado y circunstancias que te han dañado desde que fuiste concebido en el
vientre de tu madre que tú sepas. Escribe todas las cosas que Él vaya trayendo a tu memoria,
aun las que parecen insignificantes, sí Él te las recuerda es porque hay una herida ahí. Confía en
Dios, Él tiene un tiempo para cada cosa. Únicamente te va a recordar cosas que estés listo para
sanar. Más adelante cuando repitas el proceso, es probable que Dios te recuerde otras cosas.
Cada cosa a su tiempo.
3.- Busca ayuda humana. Pídele a Dios que te guie a un consejero cristiano, pastor o
psicólogo cristiano. Lleva la lista que hiciste como producto del paso anterior. Explícale el
proceso de sanidad interior en el que te encuentras. Procede a contarle las cosas que te
sucedieron y las heridas que te quedaron como consecuencia de esas experiencias. En ésta
etapa no es necesario que te digan algo, sólo hace falta que te escuchen.
4.- Háblale en voz audible al que te hirió. A partir de aquí empieza el proceso de sanidad
para tu alma. Cierra tus ojos y habla a la persona que te hirió como si se encontrara frente a ti.
Ø Esta es la parte que realmente te va ayudar, pues aquí expresas toda la ira y emociones
reprimidas contra todas las personas que te han dañado.
Ø Hay muchas cosas que pensaste y sentiste pero que nunca expresaste, están guardadas en tu
memoria y corazón y esto es como veneno en tu alma.
Ø Es posible que te cueste trabajo comenzar, porque romper con la represión es difícil, pero es
totalmente necesario si has de sanar.
Puedes empezar con las personas que más te han herido, solo háblales y exprésales cómo te
sentiste cuando lo hicieron.
5.- Expresa la ira y los reclamos que tengas contra ti mismo. Después de expresar toda la
ira que tienes contra otras personas, has lo mismo con tu propia persona, todo lo que sientes
contra ti. Muchas veces han sucedido diferentes cosas en las cuales te has culpado por lo que
pasó o hay actitudes de ti mismo que te molestan. Es necesario que hables todo esto.
6.- Exprésale a Dios todo resentimiento que hayas guardado contra Él. Busca en tu
interior para descubrir si tienes algún resentimiento contra Dios. A veces guardamos en nuestro
interior actitudes, sentimientos y reclamos contra Dios, lo culpamos por cosas que nos
sucedieron, pero debemos reconocer que fueron nuestra responsabilidad y de malas decisiones
que tomamos, pues Satanás nos hace creer que lo malo que nos pasa es por culpa de Dios.
Expresiones como: “¿Por qué lo permitiste Dios?”, “Si yo te he obedecido, ¿por qué me haces
esto Dios?”, Etc. Expresiones como estas están guardadas y es necesario sacarlas a la luz.
7.- Perdona a los que te dañaron. Es el paso más importante de tu ministración, es lo que
realmente te va a sanar. Puede que te cueste algún trabajo hacerlo, pero al perdonar te vas a
liberar y vas a soltar de tu corazón las ataduras de los que te han dañado, va haber un
rompimiento pues con el perdón te estarás desligando de los sentimientos que te estas atando,
pues mientras no perdones sigues atado a todos los que te han ofendido así que.
Lo siguiente es perdonar.
Ø Es una decisión difícil con nuestras propias emociones. Pero nos conviene hacerlo, porque
así nos desatamos de toda ligadura emocional, sentimental y demoníaca que nos haya estado
oprimiendo con sentimientos de odio o de rencor, de tristeza, de soledad, resentimiento u otros.
Ø Debemos perdonar porque lo manda Dios y no tanto porque lo sintamos, así que solo
decláralo con tu boca.
Ø El perdonar es la única llave para obtener tu sanidad. Serás libre del odio, del
resentimiento, de la amargura y de la venganza. De Sentimientos hostiles y demoníacos, pues
los espíritus son los que fortalecen estos sentimientos en el corazón atándote a ellos y tú sabes
bien cuando estos están ahí.
Ø Éste perdón debes exprésalo en voz audible, al igual que expresaste tu dolor y frustración así
también debes perdonar específicamente una por una a las personas que te dañaron, en esta
parte tu ministro puede irte nombrando las personas y solo tu ve perdonando para irte liberando
de todos los sentimientos negativos que te ataban a cada una de ellas, solo perdónalas en el
nombre de Jesús. La biblia dice:
8.- Renuncia a todo resentimiento contra Dios. En voz audible, declárale al Señor que
sueltas y renuncias a todo resentimiento hacia Él. Pídele perdón por haberlo culpado de
situaciones que te sucedieron cuando en realidad fuiste tú, o fueron consecuencias de tu pecado
o en ocasiones fue Satanás y sus demonios atacando tu vida. Por lo tanto renuncia y devuélvele
toda la gloria a Dios.
9.- Asume la responsabilidad por tus actos. En éste paso, vas a asumir la responsabilidad
de todos tus errores y pecados que cometiste.
Ø Reconócelos, tanto los que cometiste con toda la intención y aun te gozaste en ellos, como los
que hiciste por ignorancia.
Ø Asúmelos delante del Padre Celestial con arrepentimiento de corazón sabiendo que le has
ofendido voluntariamente, y dile: (padre, asumo la responsabilidad de mis actos, culpas y
pecados. Reconozco que muchas cosas que me sucedieron fueron consecuencias de
mis propios actos pecaminosos, perdóname soy culpable delante de tí.)
10.- Pide perdón y Perdónate a ti mismo. Ya perdonaste a otros, confesaste tus errores,
asumiste tu responsabilidad, ahora:
1.- Pídele perdón a Dios por todos tus pecados que hayas reconocido y cometido.
Todos estamos propensos a equivocarnos y fallarnos a nosotros mismos, por lo que es necesario
pedir perdón a Dios y a perdonarnos de todo corazón. Es importante porque a cada paso que
vayas dando le irás quitando todo derecho legal a los espíritus que te oprimen.
11.- Acepta el perdón de Dios. Una cosa es pedir perdón, otra cosa es perdonarse así mismo
y otra aceptar el perdón.
Dios dice: “Si confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad”, (1ª.Jn1:9) Tápale la boca al acusador porque el tratará de
recordarte tus pecados para traerte sentimientos de culpa de algo que Dios ya perdonó. Mira,
solo acepta que ya todo esta perdonado, el Señor dijo en la cruz consumado es. Solo acepta su
perdón por fe.
12.- Pídele a Dios que sane tus heridas emocionales. Dile Señor sana todas mis heridas
aun desde el vientre de mi madre, todo rechazo que haya padecido, todo aquello que me a
dañado a través de todos estos años. Todo lo que mis padres, personas, o cónyuge me haya
hecho. Dile al Señor que te comprometes a buscar en Él, la plena satisfacción de todas tus
necesidades y que renuncias a buscar en otras cosas, personas o prácticas que te puedan de
nuevo dañar lo que sólo a Él te puede dar. Su palabra dice: “Ciertamente llevó él nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por
herido de Dios y abatido mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados”. (Isa.53:4-5)
13.- Declara tu sanidad. Si has seguido fielmente cada paso solo afirma que ya has trabajado
tus áreas emocionales, y que como resultado de esto recibes la paz de Dios y el amor de Él,
pídele ahora que llene todos tus vacíos, donde antes había odio, rencor, tristeza, desaliento,
resentimiento, culpabilidad u otros etc. Que ahora los llene la presencia del Espíritu Santo, pídele
que sane y selle poniendo sobre de ti su bálsamo de gozo y de amor. Declara ahora que eres
completamente sano en todas tus emociones.
14.- Bendice a los que te dañaron. En el nombre de Jesús, bendice ahora a todas las
personas que te han dañado de una por una mencionando su nombre. Ora por cada uno de
ellos, pidiendo al Padre que les muestre sus errores y les dé también a ellos la sanidad que Dios
te da. En caso de que algunas personas no sean salvas, extiende el amor salvador de Cristo,
pidiendo al Padre por la salvación de ellos. Cada vez que tú bendigas, las raíces, y las fortalezas
de los espíritus se van cortando y debilitando más y más.
15.- Bendícete a ti mismo. La bendición activa el poder de Dios hacia ti y ayuda a superar tus
áreas débiles. El poder transformador del Espíritu Santo vendrá sobre ti, para ayudarte a
cambiar en las áreas que Dios ordena que cambies. Bendícete con el fruto del Espíritu, con el
poder y los dones del Espíritu, con el amor de Jesús, bendice a tu generación, bendícete
ampliamente con toda clase de bendición, amor, gozo, paz, sabiduría, fe, etc.
16.- Ahora alaba a Dios por tu sanidad. Dale gracias a Dios por lo que acaba de hacer en ti.
Ser agradecidos con nuestro salvador es reconocer que su obra es maravillosa y que todo lo
obtenemos solo por su gracia y amor. ¡Alábale! ¡Y solo dale la gloria a Él! , derrama tu corazón a
Él en gratitud y alabanza porque sólo Dios se lo merece.
17.- Pídele a tu consejero que te ministre. Hasta este momento has tenido la ayuda de tu
pastor o ministro que te ha ido llevando en esta ministración, ahora solo solicita a tu pastor o
consejero (que te está ministrando) que te imponga manos, te unja con aceite (símbolo del
Espíritu Santo) y te bendiga soltando el poder restaurador de Dios sobre tu vida. Él te ira
llevando para que hagas toda clase de rompimiento y quebrantamiento espiritual que tengas que
hacer. Déjate llevar y bendecir, solo recibe en Cristo Jesús.
18.- Invalida toda enfermedad que entró por tu alma. Las emociones negativas que
muchas veces guardamos producen consecuencias físicas en nuestro cuerpo: dolores, depresión
y enfermedades. Esta comprobado científicamente que el resentimiento produce artritis. El enojo
y la ira afectan el corazón, el desequilibrio emocional afecta la mente, y así sucesivamente. Solo
renuncia así:
Ejemplo: “Padre celestial, ahora renuncio a todo daño que haya entrado a mi cuerpo por medio
de las emociones negativas. Deshago el efecto que tuvieron estas emociones sobre todo órgano,
células y metabolismo de mi cuerpo, Hecho fuera toda enfermedad en el nombre de Jesús”.
“Ahora ordeno que todo órgano y metabolismo de mi cuerpo funcionen correctamente y recibo
ahora el poder sanador y restaurador del Espíritu Santo sobre todo mi ser, y me declaro sano;
en el nombre de Jesús”.
19.- Renuncia a los demonios que ejercen influencia en tu vida y cierra las puertas de
entrada. Debido a los sentimientos negativos los demonios tiene base legal sobre tu vida para
atacarla, al perdonar y ser sano interiormente como lo hemos venido diciendo ellos perdieron
todo su derecho legal que tenían en ti. ¡Los demonios no tienen más que hacer!, ¡Sólo tienes
que renunciar a ellos y echarlos fuera en el nombre de Jesús!
Ejemplo: “En el nombre de Jesús, renuncio a todo espíritu inmundo que tienen influencia en mi
alma. Renuncio a espíritus de rencor, ira, odio y deseo de venganza. Renuncio a demonios de
dolor, tristeza, temor, depresión y amargura. Los ato y los quebranto con el fuego del Espíritu
Santo, los expulso de mi vida y los envío a las plantas de Jesús, Me desligo de ellos, les cierro
las puertas de mi vida y les ordeno: ¡No regresen!, ¡Fuera En el nombre de Jesús!”.
Solicita a tu pastor o consejero que te esta ministrando que te ayude en este proceso, orando y
quebrantando todo espíritu ordenándoles que salgan en el nombre de Jesús. Este proceso puede
ser muy intenso dependiendo del grado de influencia que los espíritus hayan tenido en tu vida.
Muchos al llegar a este punto ya se están liberando y los espíritus ya están saliendo. El pecado
que cometemos es el que abre la puerta de nuestra vida a los demonios. El adulterio, la mentira,
la fornicación, la rebeldía, etc. (en el tema 11 está más explicado este proceso).
Cierra las puertas de entrada a los espíritus que entraron a oprimir tu vida
Dile al Señor: “Padre te pido perdón por los pecados cometidos y de abrir estas puertas para
que satanás me oprimiera, ahora en el nombre de Jesús cierro toda puerta legal, me arrepiento
de corazón y te pido que ahora sea tu Santo Espíritu quién tome el control de todas mis
emociones, sentimientos y voluntad, amen”.
“Porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre
los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”, (Éxodo 20:5-
6).
21.- Debes estar alerta a las iniciativas del Espíritu Santo. El proceso de Sanidad Interior
muchas veces no termina con una sola ministración, sino que es necesario que estés alerta, y de
acuerdo a lo que el Señor te recuerde vuelvas a pedirle a Dios que te sane.
En caso de que Dios te muestre otras áreas de tu vida que están heridas, puedes volver pedirle
ayuda a tu pastor o a algún ministro, o también con el poder del Espíritu Santo, auto minístrate
sanidad interior. (En el tema 14 sabrás como hacerlo) no permitas que las heridas continúen en
tu vida. Sé libre y sano de tus emociones.
También puede ser que necesites liberación si solo sientes algún tipo opresión que te esté
atormentando, ¡¡Repréndelos en el nombre de Jesús y échalos fuera de tu vida! Recuerda que tú
tienes toda autoridad en el nombre de Jesús.