Seminario No 11 ISQ IV Año (1) CORREGIDO

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Seminario No.

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Infección del Sitio Quirúrgico

1-Definir y Clasificar las infecciones del Sito Quirúrgico.

Una infección del sitio quirúrgico es una infección que ocurre después de la cirugía en la parte del cuerpo donde se realizó la
operación. Entre los 30 o 90 días post-quirúrgico. La mayoría de los pacientes que tienen cirugías no contraen infecciones. Sin
embargo, de 1-3% contraen infecciones. Algunos de los síntomas comunes de una infección del sitio quirúrgico son:

 Enrojecimiento , dolor alrededor de la herida o del área donde tuvo cirugía


 Aumento de calor local, tumefacción
 Drenaje de líquido purulento de la herida quirúrgica
 Fiebre
 Mal estado general.
Clasificación de las infecciones del sitio quirúrgico
 Superficial: afecta a la piel y al tejido subcutáneo
 Profundo: afecta a las capas fasciales y/o musculares
 Órgano/espacio: afecta a órganos o espacios profundos a la incisión (ej., absceso intra abdominal)

2- Conocer los principios generales para clasificar las infecciones del sitio quirúrgico.

 Superficial: Infección que ocurre dentro de los primeros 30 días después del procedimiento quirúrgico; comprende
solamente la piel y el tejido celular subcutáneo a nivel de la incisión y se cumple, al menos, uno de los criterios siguientes:
1. Drenaje purulento procedente de la porción superficial de la incisión, con comprobación microbiológica o sin ella.
2. Organismos aislados de un cultivo de fluidos o tejido de la incisión superficial obtenido de manera aséptica.
3. Al menos uno de los signos y síntomas siguientes:
 Dolor o hipersensibilidad.
 Tumefacción.
 Rubor o calor local.
 La herida quirúrgica ha sido abierta por el cirujano, aunque el cultivo sea negativo.
4. El cirujano o el médico que atiende el paciente diagnostica infección.

o Profunda: Infección que ocurre dentro de los 30 primeros días después del procedimiento quirúrgico si no se ha dejado un
implante, o dentro del primer año si se ha dejado implante, está relacionada con el procedimiento y compromete los tejidos
blandos profundos (planos fascial y muscular) y al menos uno de los criterios siguientes:
 Hay drenaje purulento de la incisión profunda, pero no del componente órgano/espacio del sitio quirúrgico.
 Una dehiscencia espontánea de la incisión profunda o que es abierta por el cirujano cuando el paciente tiene alguno de
los signos y síntomas siguientes:
 Fiebre mayor de 38 °C.
 Dolor localizado o hipersensibilidad local, excepto si el cultivo es negativo.
 Absceso u otra evidencia de infección que compromete la incisión profunda descubierta por examen directo, durante la
reintervención o por examen radiológico o histopatológico.
 El cirujano o el médico que atiende al paciente diagnostica infección

 La infección del órgano o cavidad: Es una infección que ocurre dentro de los 30 primeros días después del procedimiento
quirúrgico si no se ha dejado un implante, o dentro del primer año si se ha dejado implante, está relacionada con el
procedimiento y compromete cualquier parte de la anatomía (órganos o espacios) diferentes a la incisión y el cual fue
abierto o manipulado durante el procedimiento, y cumple uno de los criterios siguientes:
 Drenaje purulento a través de un dren ubicado en el órgano espacio.
 Organismos aislados de un cultivo de fluidos o tejidos del órgano espacio.
 Absceso u otra evidencia de infección que compromete el órgano espacio y se encuentra por examen directo durante la
reintervención, o por examen radiológico o histopatológico.
 El cirujano o el médico que atiende al paciente diagnostica infección.

Para los propósitos del seguimiento de los pacientes en el programa de vigilancia de la herida, este se continúa clasificando
según el riesgo de contaminación:
 Limpia.
 Limpia Contaminada.
 Contaminada.
 Sucia.
Establecidos por el National Research Council de los Estados Unidos (1964) y adoptada por el American College of Surgeons, que
está vigente actualmente y es la clasificación más utilizada a nivel mundial para predecir la posibilidad de que una herida
quirúrgica se infecte o no.

 Herida limpia es la herida quirúrgica no infectada que no presenta inflamación y en la cual no se efectuó invasión de los
tracto respiratorio, alimenticio, genital o urinario. Estas son generalmente cerradas y en caso necesario se drenan mediante
un sistema cerrado. Las heridas quirúrgicas incisionales posteriores a traumatismos no penetrantes deben incluirse en esta
categoría. La frecuencia de infección no debe pasar del 2 %.

 Herida limpia contaminada es la herida quirúrgica en la cual ha ocurrido invasión del tracto respiratorio, alimenticio, genital
o urinario en condiciones controladas y sin contaminación inusual. Se incluyen operaciones del tracto biliar, apéndice,
vagina y orofaringe, a condición de que no haya evidencias de infección o violaciones de técnicas importantes. La frecuencia
de infección puede oscilar entre 5-10 %.

 Heridas contaminadas son las heridas accidentales recientes y abiertas, intervenciones quirúrgicas con violaciones graves de
la técnica de esterilidad o contaminación marcada del tracto gastrointestinal, además de incisiones que presentan
inflamación aguda no purulenta. La infección puede oscilar entre 10-20 %.

 Herida sucia o infectada es la herida traumática vieja con retención de tejido desvitalizado y de las que entrañan infección
clínica o perforación visceral. Esta definición lleva a pensar que antes de la operación el campo operatorio estaba
contaminado por los microorganismos que produjeron la infección posquirúrgica. La infección puede ocurrir en más del 20
%.

La microbiología varía según el grado de contaminación de la herida, así en las operaciones limpias, son más frecuentes los
gérmenes grampositivos. El Staphylococcus aureus constituye el patógeno principal. En las cirugías con proximidad al periné hay
mayor probabilidad de microorganismos gramnegativos, por los cambios en la colonización de la piel en esta zona. Las
operaciones limpias contaminadas tienen mayor riesgo, puesto que hay acceso a áreas normalmente colonizadas; generalmente
son programadas con una preparación antibiótica sistémica e intestinal pre quirúrgico que reduce el riesgo de infección.

Las operaciones del colon y tracto genital femenino presentan flora polimicrobiana. En las heridas de los
procedimientos en el colon, el contaminante principal es la Escherichia coli y el Bacteriodes fragilis. El tracto genital femenino
tiene un microorganismo diferente anaerobio, que es el Bacteriodes species.

En las heridas sucias infectadas es frecuente encontrar como colonizadores, microorganismos como
la E. coli, Klebsiella, B. fragilis, Clostridium species y estreptococo anaerobio. En los abscesos e infecciones intrahospitalarias la
microflora del sitio operatorio es diferente; son gérmenes multirresistentes, como la Pseudomona sp, Enterobacter sp y el
Enterococo.

3- Conocer los factores predisponentes del paciente, del medio y del personal en las infecciones del sitio quirúrgico.

 Intrínsecos (relacionados con el paciente)

 Desnutrición y depleción proteica.


 Edad avanzada.
 Enfermedades asociadas (diabetes, cáncer, enfermedad vascular crónica y obesidad).
 Alteración de la función inmune por enfermedad o regímenes terapéuticos.
 Hábito de fumar.
 Falla orgánica crónica.
 Infección recurrente en un lugar remoto.
 Perfusión tisular disminuida.

 Extrínsecos (relacionados con la cirugía y el ambiente hospitalario)

 Lavado de manos para el acto quirúrgico.


 Preoperatorio prolongado.
 Hospitalización prolongada.
 Operaciones anteriores.
 Rasurado.
 Vestuario quirúrgico.
 Duración de la cirugía.
 Climatización.
 Instrumental.
 Técnica quirúrgica.
 Antisepsia de la piel.
 Antibióticos profilácticos.
 Esterilización.
Factores de riesgo:

Para el control de las infecciones quirúrgicas y establecimiento de medidas de prevención es necesario identificar los factores
de riesgo de infección. Conocer esos factores es importante para la planificación e implementación de acciones que permitan
disminuir la incidencia de la patología en estudio.

Toda cirugía conlleva un riesgo, en tanto supone una agresión que modifica diversos acontecimientos biológicos. Por eso es
importante tomar en cuenta que cada paciente ofrece una multiplicidad de factores que pueden alterar sus mecanismos de
defensa sistémicos.

Los atributos individuales de cada paciente, que pueden ser imposibles o difíciles de controlar en el preoperatorio, son
conocidos como factores de riesgo endógenos, y las características sobre las que puede influir el medio externo en este caso el
cirujano o sistema sanitario, que son generales en todo paciente, son conocidos como factores exógenos.

Factores endógenos:
 Enfermedades crónicas: se ha encontrado que las enfermedades crónicas debilitan el sistema inmune de los pacientes. Por
ejemplo, en la DM, la sangre se vuelve viscosa produciendo una disminución en la eficacia de las células inmunes de llegar a
los sitios requeridos como en sitios quirúrgicos donde han penetrado bacterias externas.
 Diabetes: Las personas con diabetes sufren una mayor incidencia de complicaciones postoperatorias y mortalidad
postquirúrgica. La complicación postoperatoria más frecuente es la infección de la herida. Niveles de glucemia superiores a
200-230 mg/dl durante la intervención o el postoperatorio inmediato aumentan el riesgo de infección. Esta hiperglucemia
favorece las infecciones producidas por hongos y bacterias. Además, la patología diabética (alteraciones vasculares,
neuropatía) motivan hipoxia, isquemia, lesiones por presión, etc., que limitan los mecanismos de defensa del organismo.
Algunos protocolos recomiendan el uso de infusiones intravenosas continuas de insulina en el preoperatorio.
 Envejecimiento: la piel no está excluida del complejo proceso del envejecimiento. El aporte nervioso y vascular de la piel
disminuye con respecto avanza la edad de la persona, estos cambios fisiológicos predisponen a un enlentecimiento o una
mala curación de las heridas en adultos mayores.
 Fumado: el fumado con cigarrillo está asociado con efectos adversos importantes luego de la cirugía, incluyendo infección
de sitio quirúrgico y complicaciones pulmonares. El efecto nocivo del fumado en la curación de las heridas es multifactorial,
con mecanismos que incluyen la vasoconstricción llevando a una isquemia relativa de tejidos operados, una disminución de
la respuesta inflamatoria y alteraciones en el metabolismo del colágeno.
 Uso de tratamiento con corticoesteroides: la inmunosupresión a nivel sistémico es un factor de riesgo para curación de
retardada de la piel, particularmente en situaciones clínicas en donde se ve involucrado el trasplante de órganos y
malignidad.
 Malnutrición: una nutrición adecuada es imperativa para la prevención de la infección, la cual tiene efectos deletéreos en
la curación de la herida. La desnutrición disminuye la producción de anticuerpos, la respuesta de los linfocitos, los niveles
del complemento, así como la función de las células fagocíticas, por tanto, se asocia a mayor susceptibilidad a infecciones.
 Edad Algunos estudios demuestran que el anciano tiene entre dos y cinco veces más probabilidad de padecer una infección
hospitalaria que los jóvenes. Se atribuye a cambios asociados al envejecimiento, así como a la presencia de otras
enfermedades concomitantes y estancias hospitalarias prolongadas.
 Obesidad: Como un factor de riesgo muy importante en la ISQ y este riesgo se incrementa en caso de obesidad mórbida y,
en general, es debido a la necesidad de incisiones más amplias, peor vascularización del tejido subcutáneo y alteraciones en
la acción de antibióticos profilácticos debido al tejido graso.
 Inmunosupresores: Aunque los datos que apoyan la relación entre pacientes sometidos a quimioterapia, radioterapia o
corticoides antes de la intervención y la ISQ son contradictorios, estos pacientes pueden presentar una mayor incidencia de
infecciones.
 Factores exógenos:
 Uso de materiales protésicos: existen diferentes tipos de cirugías, en especial las ortopédicas, las cuales frecuentemente
involucran la colocación de un cuerpo extraño, como una articulación protésica, componentes articulares u otros para
estabilizar estructuras ósea o reparar fracturas. Por lo anterior se puede asegurar que la presencia de colocación de
implantes potencia las infecciones y puede desarrollar resistencia hacia antibióticos. Los implantes ortopédicos pueden
facilitar infección ya sea por contaminación directa del dispositivo o por diseminación hematógena de microrganismos. La
contaminación directa ocurre durante el periodo prequirúrgico, la hematógena ocurre después de este periodo y se asocia a
bacteriemia primaria o infección de un sitio distante de la cirugía. La bacteriemia secundaria, de un sitio lejano a la cirugía,
produce siembra microbiológica en el dispositivo protésico o en el tejido circundante. La colonización bacteriana del
material protésico incluye desde flora cutánea de baja virulencia hasta microorganismos de alta resistencia
intrahospitalarios. Dicha colonización bacteriana puede producirse por dos medios, ya sea inoculación directa durante la
cirugía o por vía hematógena. Los microorganismos se adhieren a la prótesis, y esta actúa como un mecanismo de
resistencia por lo que las concentraciones antibióticas requeridas son superiores a las habituales en el sitio de acción para
lograr su actividad. El material extraño también altera la función fagocitaria local y favorece la multiplicación bacteriana
rápida.
 Tiempo de realización de la cirugía: La duración de la cirugía está directamente ligada a la ocurrencia de IHQ, un tiempo
quirúrgico mayor que 120 minutos es factor de riesgo para la ocurrencia de infección. Un mayor tiempo en la cirugía
significa un mayor tiempo de exposición de los tejidos al ambiente del quirófano, aunado a la fatiga del equipo el cual se
puede relacionar con descuido. • Estancia pre y poshospitalaria: el internamiento, ya sea pre o post hospitalario
prolongado: mayor a 24 horas, da cabida a que los microorganismos procedentes del centro hospitalario (por ende más
resistentes) colonicen a los pacientes, con mayor riesgo en los postoperados, ya que la herida quirúrgica es una disrupción
de la barrera de la piel facilitando la entrada de patógenos.
 Grado de contaminación: El riesgo de infección aumenta proporcionalmente con el grado de contaminación de la herida.
Ducha preoperatoria La ducha preoperatoria ha demostrado una reducción de la contaminación bacteriana en la piel, pero
a pesar de su eficacia, ningún estudio ha podido asociar esta reducción en la colonización con una menor incidencia de ISQ.
Aunque es una práctica recomendable, el tipo de jabón que debe usarse es un tema aún no resuelto. No existen diferencias
entre agua y jabón con soluciones antisépticas, aunque las guías para la prevención de la infección publicadas por los CDC
recomiendan el jabón con gluconato de clorhexidina al 4%. Otros estudios recomiendan el uso de jabones a base de alcohol
por la reducción significativa de la flora transitoria y normal de la piel. No obstante, el baño debe realizarse lo más cercano a
la intervención quirúrgica. Los pacientes que se vayan a someter a cirugía mayor ambulatoria deberán recibir instrucciones
claras y precisas sobre las medidas higiénicas a hacer en el domicilio.
 Eliminación del vello Históricamente se ha eliminado el vello de la piel mediante diversos medios como cuchillas o
máquinas de afeitar, produciendo lesiones microscópicas que facilitan la posterior colonización por bacterias e
incrementando el riesgo de infección. Según diversos estudios, no hay diferencias en las ISQ entre los pacientes que se les
eliminaron el vello y los que no antes de la cirugía. La menor tasa de infección se obtiene cuando no se corta el vello.
Cuando se crea conveniente, el corte con maquinilla eléctrica con cabezal recambiable y las cremas depilatorias producen
menor infección que el rasurado, debiéndose realizar poco tiempo antes del inicio de la intervención debido a que la carga
bacteriana en la zona del rasurado aumenta en relación al tiempo transcurrido. Dado el bajo coste de estos sistemas y la
comodidad de uso para el personal, no hay ninguna razón para que no se implemente su empleo de forma generalizada.
 Diversos estudios demuestran que el cumplimiento de la higiene de manos durante la atención a los pacientes reduce la
infección nosocomial. El lavado quirúrgico de manos es la medida de prevención cuya técnica más ha cambiado en los
últimos años.
 En la desinfección quirúrgica de las manos se deben tener en cuenta algunos aspectos como que la fricción de la piel con
cepillo está absolutamente desaconsejada debido a las lesiones que produce, recomendando la fricción con la palma de la
mano o con esponja jabonosa de un solo uso. El cepillo solo debe usarse para la limpieza de uñas y en el primer lavado del
día. El tiempo del lavado de manos quirúrgico debe ser entre 2 y 6 min; más tiempo no tiene ningún beneficio. En cuanto al
tipo de solución más adecuada, no existe evidencia clara entre el uso de povidona yodada al 7,5-10% o clorhexidina al 4%.
Solución empleada para la limpieza de la piel del campo quirúrgico La desinfección de la piel de la zona operatoria siempre
debe realizarse inmediatamente antes del inicio de la intervención. Actualmente se dispone de gran variedad de
antisépticos, aunque en España los más usados son los alcoholes, el gluconato de clorhexidina y los yodóforos. El debate
sobre el antiséptico más eficaz sigue abierto. Diversos estudios recuerdan el importante papel del alcohol asociado a
antisépticos. La comparativa entre gluconato de clorhexidina-alcohol contra povidona yodada-alcohol no está resuelta.
Cualquier antiséptico que se emplee debe actuar durante 2-3 min y ha de dejarse secar antes de colocar los paños
quirúrgicos. No es infrecuente observar cómo se seca el campo quirúrgico sin respetar los tiempos de secado ante la
premura de iniciar la intervención. Los antisépticos alcohólicos deben ser de baja concentración y se han de dejar evaporar
para disminuir el riesgo de quemadura con el uso del bisturí eléctrico. No hay que usar peróxido de hidrógeno (0,3%), ya
que no es apropiado para la preparación del paciente; ni productos que contengan compuestos de amonio cuaternario
puesto que son desinfectantes y no deben usarse como antisépticos compuestos que contengan mercurio por su elevada
toxicidad. Se recomienda el uso de alcohol para la extracción de hemocultivos y la clorhexidina-alcohol para la inserción de
catéteres venosos.
 Protectores de la herida quirúrgica: La piel del paciente es una de las principales fuentes de microorganismos causantes de
la ISQ. El uso de campos de incisión de plástico y adherentes sirven para proteger la piel y la pared abdominal de
desecación, traumatismos y contaminación. al final de la intervención con su uso, aunque según el tipo utilizado no siempre
se correlaciona con menor incidencia de ISQ. Los plásticos adhesivos sobre el campo quirúrgico intentan minimizar la
contaminación de la herida con gérmenes cutáneos, aunque la literatura científica presenta conclusiones divergentes acerca
de la eficacia de estos campos en el control de la contaminación y de la ISQ. Las compresas y tallas de algodón mojadas son
permeables a las bacterias en pocos minutos.
 Suturas Los monofilamentos son menos propensos a contaminarse que los trenzados. En los últimos, las bacterias consiguen
mayor adherencia y la capacidad fagocítica de las células del huésped disminuye. Las suturas continuas se asocian a menor
riesgo de infección que las interrumpidas. Algunos estudios sugieren que las suturas impregnadas con triclosan reducen la
ISQ incisional y órgano-cavitaria.
 Drenajes Los objetivos de un drenaje son eliminar el exceso de fluidos de una cavidad y el control de una anastomosis.
Existe numerosa evidencia que pone en duda su utilidad o demuestra un efecto negativo del drenaje en cirugía abdominal y
extraabdominal. Se deben evitar los drenajes, pero en caso de utilizarlos deben ser cerrados, unidireccionales y aspirativos.
 Profilaxis antibiótica La profilaxis antibiótica debe conseguir niveles de antibiótico en los tejidos por encima de la
concentración mínima inhibitoria de los gérmenes antes de que estos contaminen el sitio quirúrgico. Por ello, se ha de
administrar dentro de los 30 min previos al inicio de la intervención. En general, la profilaxis no está indicada en cirugía
limpia, por un riesgo de ISQ menor del 2%. Una única dosis de antibiótico profiláctico es tan efectiva como múltiples dosis.
Un uso prolongado, no solo no aporta beneficios, sino que aumenta el riesgo de desarrollo de resistencias. Es más
importante la redosificación intraoperatoria que la prolongación de la profilaxis tras la intervención. Las indicaciones de
redosificación son la pérdida sanguínea superior a 1.500 ml y la prolongación de la operación más de dos veces la vida
media del antibiótico.
 Temperatura corporal La hipotermia moderada (34-36 ºC) se asocia a ISQ, comprobándose que multiplica hasta por seis el
riesgo de infección de la herida en cirugía limpia. La explicación más aceptada es la vasoconstricción causada por la
hipotermia, que reduce el flujo sanguíneo al tejido celular subcutáneo. Para mantener la temperatura corporal deben ser
sistémicos y locales, incluyendo la administración de fluidos intravenosos calientes, uso de lámparas emisoras de calor y
mantas térmicas.
 Glucemia: En estudios sobre hiperglucemia e ISQ, el mantenimiento de niveles de glucemia entre 120 y 160 mg/dl durante
los primeros 2-3 días postoperatorios reduce el riesgo de ISQ. Se recomienda la monitorización de la glucemia
postoperatoria, sobre todo en los pacientes con diabetes, manteniendo los niveles por debajo de 180 mg/dl
 Fluidoterapia La hiperhidratación intraoperatoria produce edemas que dificultan una correcta cicatrización, lo que conlleva
un aumento de ISQ. La restricción de fluidos se asocia a menor incidencia de ISQ. Además, la necesidad de transfusión
sanguínea se asocia a mayor incidencia de ISQ, lo que se traduce en una peor recuperación postoperatoria.
 Técnica quirúrgica, tiempo quirúrgico y reintervención La mayor parte de las infecciones quirúrgicas son el resultado de la
contaminación de la herida durante la intervención. La habilidad del equipo quirúrgico para minimizar la contaminación
bacteriana de la herida es crucial.
 La duración excesiva de la intervención, el trauma ocasionado, hemostasia incorrecta, drenajes, tensión en las suturas,
isquemia, tejidos necróticos, creación de hematomas o seromas, o falta de cumplimiento de las medidas de asepsia durante
la intervención son factores críticos que contribuyen a la contaminación y aparición de ISQ.
 La incisión de la piel con bisturí eléctrico aumenta significativamente el riesgo de infección, por lo que debe utilizarse el
bisturí frío para la incisión dérmica. La inserción de cualquier tipo de implante protésico tiene un efecto negativo sobre el
sistema de defensa del huésped, por lo que su uso se asocia a mayor riesgo de ISQ. Las técnicas laparoscópicas y
endoscópicas reducen este índice hasta tal punto que se ha modificado el cálculo del índice de riesgo para algunos
procedimientos quirúrgicos.
 La reintervención incrementa el riesgo de ISQ en 7,6 veces, siendo la causa de reintervención más frecuente el sangrado.
 Otros factores Medio ambiente y circuitos de quirófano Se debe reducir la circulación, actividades y número de personas
en las áreas quirúrgicas, puesto que el aumento de las mismas influye en el número de microorganismos potencialmente
capaces de producir infecciones. Se tienen que mantener cerradas las puertas durante los procedimientos, el sistema de
ventilación funcionando todo el día (incluso si no hay actividad) se establecerá los requerimientos necesarios de
temperatura, humedad, número de renovaciones de aire, presión, etc.
 No estarán permitidos elementos de almacenaje de materiales dentro del quirófano.
 Además, hay que exigir al personal el uso de ropa limpia, gorro y mascarilla. Se deben definir claramente los espacios de
limpio (quirófanos, antequirófanos y área de lavado de manos), semilimpios (pasillos, zonas de descanso, sala de
reanimación) y sucios (vestuarios, recepción de enfermos, sala de información). Tras cada intervención y al final de la
jornada se establecerán los protocolos de limpieza adecuados.

4-Conocer las principales medidas de prevención.

Para prevenir infecciones del sitio quirúrgico, los doctores, enfermeras, y otros proveedores de atención médica:

• Se lavan las manos y los brazos hasta el codo utilizando una solución antiséptica justo antes de la cirugía.

• Se lavan las manos con agua y jabón o usan un desinfectante para manos a base de alcohol antes y después de atender a cada
paciente. Si

• Si en el área donde se llevará a cabo el procedimiento hay pelo, es probable que se lo quiten inmediatamente antes de su
cirugía utilizando una máquina eléctrica para cortar el cabello. No deben rasurar el pelo con una navaja de afeitar.
• Usan un gorro especial para el cabello, mascarilla, bata y guantes durante la cirugía para mantener limpia el área de la cirugía.

• Le administrarán antibióticos antes de que empiece su cirugía. En la mayoría de los casos, usted debe recibir antibióticos
aproximadamente 60 minutos antes de empezar la cirugía y deben dejar de dárselos dentro de un período de 24 horas después
de su cirugía.

• Limpian la piel del área de la cirugía con un jabón especial que mata los gérmenes.

Después de su cirugía:

 Asegúrese de que sus proveedores de atención médica se laven las manos antes de examinarle, ya sea con agua y jabón o
usando un desinfectante para manos a base de alcohol. Si usted no ve a sus proveedores de atención médica lavarse las
manos, por favor pídales que lo hagan.
 Sus familiares y amigos que lo visitan no deben tocar la herida quirúrgica o el vendaje.
 Sus familiares y amigos deben lavarse las manos con agua y jabón o con un desinfectante para manos a base de alcohol
antes y después de visitarlo. Si usted no los ve lavarse las manos, pídales que lo hagan.
 Saber sobre cómo cuidar de su herida. Asegúrese de entender cómo tiene que cuidar de su herida antes de irse del hospital.

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