La Zootecnia en El Virreinato

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La zootecnia en tiempos del virreinato

Posiblemente el primer camelido andino que fue visto en el Perú por los españoles fue el
guanaco
Es el año de 1532, indiscutiblemente, cuando Pizarro y su tropa desembarcan en Tumbes y
fundan la primera ciudad española
en el Perú (San Miguel de Piura), y luego marchan a Cajamarca, es que tuvieron un mayor
contacto con estos animales
desconocidos hasta entonces para ellos. Cuentan los Cronistas que Atahualpa, enterado de
la marcha de los españoles hacia
Cajamarca, les envía de presente un número de llamas. Y es después en el campamento
de Atahualpa, que los europeos
tuvieron la oportunidad de ver miles de estos animales, tal como nos cuenta el Cronista
Francisco de Xerez, al describir el
saqueo al campamento del Inca:
«( ... }El Gobernador mando que soltasen todas las ovejas, porque era mucha cantidad y
embarazaban el real, y que los cristianos
matasen todos los dias cuantas hobiesen menester.»
Se tiene muy poca información sobre la crianza de los animales en la época del dominio
español es decir en la época colonial-virreinal que tuvo una duración aproximada de tres
siglos.
La dominación española se impuso en la totalidad de actividades de los pobladores andinos
y una de ellas era la ganadería con el transcurso de los años se empezaron a introducir
nuevas especies exóticas y razas de animales domésticos que provenían de otras zonas al
Perú.
Al ocurrir está introducción de nuevas especies causó que se fue relegando a zonas mas
pobres de pastoreo en especial a los camelidos como las llamas, guanacos y vicuñas y
también a sus pastores zonas que eran consideradas inhabitable para el hombre y los
animales ya seá por el poco alimento que se tenía oh las temperaturas que no eran
adecuadas de este modo quedando en manos de las etnias indígenas, predecesoras
de las actuales comunidades campesinas. Otra forma de imposición económica, fué la
presión ejercida sobre los dueños de
rebaños, para que se deshagan como puedan o vendan los «carneros de la Tierra y
compren de los españoles, las ovejas de
Castilla».
Durante este periodo la iglesia directamente interesada en recabar diezmos de la
producción agrícola que cosechaba
productos originarios de España, que eran los únicos a los que gravaba este impuesto,
prohibió el consumo de carne de
camélidos y de cultivos andinos a fin de reforzar la introducción de productos exóticos
provenientes de Europa {Velarde, 1992).
Comunidades eminentemente alpaqueras como los Lupakas, vieron decrecer sus hatos en
forma deliberada, por ventas que
hacían a los mineros de Potosí o a los frailes, tal como lo dice Pedro Gutiérrez Flores {
[1572]1970) en su «Relato de la Visita
Secreta en la Provincia de Chucuito»: «{ ... )se quexaron que a como lo avian comben ido
tan barato valiendo el precio que tienen ... en lo cual han sido muy dannificados
los indios deste pueblo de más de que el ganado de la comunidad se lo vendió al dicho
Agustin a precios bajos y no al que valia
en aquel tiempo que es el que tienen declarado mayormente que todo el ganado que les
veridió fue escogido y por mejor que
tenian».
A partir de éste período se inicia una fuerte asociación entre pastores y ganado, iniciándose
la creación de mitos y rituales en
torno a la vivencia y crianza de estas especies. En la mayoría de los casos, los camélidos
llegan a constituir el único sustento
económico de las poblaciones campesinas de altura
Una de las especies introducidas al Perú fueron las ovejas de Castilla, denominadas así
para diferenciarlas de las llamadas «ovejas de la Tierra», fueron traídas al
Perú en 1536. En 1556 se vendían ya en las plazas del Cusco ovejas a 40 pesos la cabeza,
y a 50 las escogidas. Conforme se
reproducían, el precio de las mismas fué bajando. En 1590 las ovejas en pié valían 8 reales
y 1 O las selectas. Lo importante de
este hecho es que la lana de oveja era «tanta que casi no tenía precio, que valía 3 a 4
reales la arroba». Se demuestra así el
rápido crecimiento de la masa ganadera ovina, en detrimento de los camélidos {Garcilaso
Inca de la Vega, [1609]1976).
La burocracia colonial articuló la mayor parte de los modos de producción que permitieron
aumentar los caudales de los reyes
de España. Los Obrajes que fueron impuestos por los españoles en todas sus colonias del
continente Americano, procesaron
preferentemente la lana de ovino, y marginalmente se ocuparon de la fibra de los camélidos;
el procesamiento de la mayor
parte de la fibra producida por los cada vez menos numerosos camélidos, fueron
procesados textil mente por los mismos indios,
para su vestimenta, abrigo, costales, sacos, sogas, alforjas, etc.
En cambio los europeos no españoles mostraron otra actitud hacia los camélidos; así,
Buffón (1789), el naturalista francés,
escribió de ellos lo siguiente:
«{ ... ) Es muy notable que siendo doméstica en el Perú, en México y en Chile, el Llama y el
Alpaca, como son los caballos en
Europa, o los Camellos en Arabia, apenas los conozcamos, y que después de más de dos
siglos que los españoles reinan en
aquellas vastas regiones, ninguno de sus autores no hayan dado una historia individual ni
una descripción exacta de estos
animales, que sirven diariamente, pues aunque según dicen, no se les puede transportar a
Europa ni aun hacerlos de las
montañas sin perderlos, o al menos de verlos padecer dentro de breve espacio, habiendo
literatos en Quito, Lima y otras
muchas ciudades, hubieran podido dibujarlos, descubrirlos, disecarlos».
En el mismo texto de Buffón se hace referencias a que el Rey Católico mandó llevar vicuñas
a España con el fin de que se
propaguen, pero que ninguna sobrevivió al clima europeo; dice textualmente:
«( ... )La grande utilidad que se saca de su lana (Vicuñas domésticas o alpacas) hizo que
los españoles procurasen naturalizarlas
en Europa, a cuyo fin transportaron a algunas a España para hacerlas poblar; pero aquel
clima las probó tal mal que murieron
todas ( ... ) Insisto sobre el asunto, porque imagino que estos animales serían una exelente
adquisición para la Europa, y
producirían más utilidades reales y efectivas que todo el metal del Nuevo Mundo, el cual no
ha servido sino de cargarnos con
un peso inutil, pues en otro tiempo se nos daba por un grano de oro o de plata lo que hoy
nos cuesta .un onza de 'estos mismos
metales». Continúa diciendo:
«( ... )De esta lana de Vicuña se hacen exelentes guantes y medias y también mantas y
tapices de gran precio, siendo esta lana tan cara como la seda, de suerte que este sólo
género forma una rama en el comercio de las Indias Españolas, pués ni el
Castor de Canadá, ni la Cabra de Siria, ni la oveja de Calmiquia, dan un pelo tan bello y
precioso».
El relato continúa indicando que desde los años 1568-1569 tenían en España fábricas de
paños de vicuña, de los cuales había
abundancia y exedían en finura, suavidad y duración a los mejores que se hacían en
Europa, y aun a los que en fábricas
extranjeras se hacían con la misma lana de vicuña, porque estas se mezclaban con algodón
y lana refina, lo que no se hacía
en la fábrica de Guadalajara.
El sur andino en el siglo XVIII, se articulaba en base a la producción minera del alto Perú,
Arequipa, Cusco, Potosí y el norte de
Argentina se integraban como unidad comercial, intercambiando varios productos como
panes de azúcar, aguardiente, tejidos
de los Obrajes, vellones de fibra de alpaca y llama, etc. Con la decadencia de la minería
éste circuito empieza a degradarse y
colapsa definitivamente con la formación de la nuevas repúblicas emergentes de las guerras
de independencia de España. En
casi trescientos años de coloniaje decayó no sólo la agricultura, sino que para evitar la
competencia y por política de sobreprotección a la producción lanar ovina se menoscabó,
hasta casi desaparecer, la floreciente actividad del pastoreo aborigen y
su textilería.
Al término del Virreynato e inicios de la República, quedaban en el territorio peruano
solamente 440.000 alpacas y algo más de
1 millón de llamas (Sumar, 1992)
Durante la época de la industrialización en la época repúblicana se envían los primeros
embarques
de fibra de alpaca y llama a nuevos mercados, especialmente ingleses y se inicia una
espectacular demanda por ésta materia
prima, por lo que el sur peruano y Bolivia se articulan en el mercado internacional.
Este hecho se inicia en Bradford, Inglaterra, con un modesto fabricante de telas llamado
Titus Salt (Bentley, 1988). Este, nacido
de una familia de agricultores en 1803, se unió a su padre quién dejó la tierra y se dedicó a
la clasificación de lanas en la ciudad
de Picadilly, Bradford en 1822. El éxito de Titus Salt se debió a las innovaciones que
introdujo en el uso de nuevas y raras fibras
en la manufactura de telas de lana peinada, especialmente alpaca y mohair. En 1836,
encontró algunos fardos sucios de lana
de alpaca, que habían sido olvidados en un rincón oscuro de un almacén de Liverpool. Al
tiempo que sus dedos se deslizaban
por una mecha de esas fibras, supo inmediatamente que estaba frente a una fibra de gran
potencial y compró el lote a 8 d. la
libra.
Viendo que las fibras sucias y desaliñadas, después de ser batidas, limpiadas y peinadas,
podían ser transformadas en telas
de lujo de la más alta calidad, en el período de tres años, la importación de lana de alpaca
subió a la cantidad de dos millones
de libras, a un precio de 2/6d la libra

Esta circunstancia especial de la gran demanda de fibra de alpaca por la industria inglesa,
da inicio a un nuevo período en la
explotación y crianza de camélidos; se forman las primeras explotaciones comerciales, se
consolidan los grupos compradoresexportadores en Arequipa y se liga a los mercados la
producción de las economías campesinas de los pastores de altura
Desde al año 1800 a la fecha, existen dos modalidades de comercialización de la fibra de
alpaca, que consistían en las Ferias
Anuales y Ferias Semanales. La primeras, llegaron a constituir factores importantes para el
intercambio comercial, pués se
compraban grandes lotes, ofertados por las haciendas ganaderas, directamente a los
representantes de los grandes comerciantes
con sede en Arequipa; era la llamada «fibra de finca», con predominancia hasta un 85% de
fibra de color blanco. En cambio en
las Ferias Semanales aunque ocupaban un lugar secundario, se ofertaba en pequeños
lotes, la producción de los miles de
pequeños campesinos, equivalente alBO% de la producción nacional; a esta fibra se le
llamada «de colecta», donde intervienen
una serie de agentes intermediarios, que a su vez ofertaban variados productos regionales
de origen urbano.
Adicionalmente, otro producto importante de los camélidos domésticos lo constituye la
carne; de ella se sabe de sus características
nutritivas similares a otras carnes rojas, con la ventaja de sus bajos niveles de grasa y por
ende de colesterol. La alpaca y llama, son especies muy aptas para la producción de carne
en términos de rendimiento de carcasa (52-59%) y conversión de pastos
Otra modalidad en el consumo de la carne de camélidos domésticos, es el <<charqui», fué
la forma de transportar y conservar la carne por largo tiempo, teniendo más aceptación que
la carne fresca,
Bibliografía:
Julio sumar kalinowski.Evolución y desarrollo de la ganaderia camelida en el altiplano de
Latinoamérica 1997
Wing, E., 1977. Animal Domestication in the Andes. In» C.A.Reed (ed), Mouton Publishers,
The Hague,

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