Apuntes de Derecho Civil
Apuntes de Derecho Civil
Apuntes de Derecho Civil
INTRODUCCION
Los aspectos anotados son estudiados por los libros en que se divide el Código,
así: de las personas -y aunque sin mención expresa, del derecho de familia- trata
el Libro 1; el Libro 11 se ocupa de los bienes y su dominio, posesión, uso y goce.
El Libro 111 de las sucesiones por causa de muerte y las donaciones entre vivos; y
el IV de las obligaciones en general y de los contratos.
El título del Libro 11 ha sido criticado, diciéndose, por ejemplo, que el vocablo
"bienes" es demasiado amplio, porque abarca los derechos patrimoniales en gene-
ral y esta parte del Código sólo se encarga de lo correspondiente a los derechos
reales, excluyendo los personales. Además, tampoco comprende todos los dere-
chos reales, porque el de hipoteca y el de prenda no están regulados en el Libro
11, sino en algún sentido en el Libro IV, al reglamentarse los contratos de tales
nombres.
Asimismo, podría decirse que no está bien que el Código Civil tenga norma~ so-
bre "acciones" -observación pertinente aun frente al artículo 1o. copiado-, co-
mo las posesorias o la reivindicatoria, como quiera que en rigor ellas corresponden
al Código de Procedimiento. Con todo, aquel se preocupa ciertamente de la cues-
tión sustantiva mente, con invasión en algunos puntos del enfoque propio del segun-
do estatuto. Al respecto, sirven de ilustración los artículos 961 y el 952 en con-
sonancia con el 951. Finalmente, el Libro ll no es un gran modelo del orden: el
Título 11, por ejemplo, no debiera preceder al actual 111 (el primero se refiere al
dominio y el otro a los bienes de la Unión) y en cambio, en secuencia lógica, de-
bería estar seguido del que trata de la reivindicación (título 12).
Más que las anteriores es importante la anotación de que el Código Civil fue ex-
cesivo en su desprecio, siguiendo el Código Francés y el Derecho Romano (res
mobilis, res vilis), por los bienes muebles, cuya riqueza hoy día puede compararse
sin temor con la de los bienes inmuebles, inclusive en contraste, realmente forma-
lista y clásico, con disposiciones aisladas contenidas en el mismo Libro 11, que
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exigen, Vgr., constituir la propiedad fiduciaria, sobre muebles o inmuebles, por ins-
trumento público (artícuio 796 e.e.) o efectuar la tradición, cuando hay un títu-
lo justo y buena fe, o siendo ese traslativo, para que haya posesión regular. Tal
miramiento despectivo de los muebles se revela en varios casos, como en el de las
acciones posesorias (que no existen sino para protección de la posesión de bienes
raíces, al tenor del artículo 972) o en el señalamiento de ciertas pautas que sirvan
para la demostración de la posesión, señalamiento el cual hace el código tratándo-
se de inmuebles en el artículo 981 y la ley agraria también (artículo 1o. Ley 200
de 1936), sin que hasta ahora se haya dictado disposición similar respecto de mue-
bles; o en el celo exagerado por los actos de enajenación de inmuebles. Tal parece
que el origen de la discriminación se encuentra en el momento histórico preceden-
te a la expedición del Código Napoleónico, en el cual tener inmuebles era signo de
nobleza (Edad Media, Feudalismo) y las industrias estaban poco desarrolladas.
Con todo, vale la pena considerar que en su inmensa mayoría los valores mobilia-
rios caen bajo la reglamentación del Código de Comercio, que no del Civil. Lo cual
conduce a mirar con detenimiento el fenómeno de la "comercialización del dere-
cho civil" que, en definitiva, ha informado sistemas legislativos avanzados, como
el italiano, en el que existe un código para las obligaciones.
El Libro 11 del Código, al decir de Arturo Valencia Zea, sigue de cerca el dere-
cho romano, el germánico y el español. "Así, la teoría general de los modos de
adquirir la propiedad y demás derechos reales, sólo (sic) armoniza con el derecho
romano y el germánico, que distinguen en forma clara la trasmisión (o tradición)
del derecho, del acuerdo de voluntades que sirve de fundamento a tal trasmisión:
dicha doctrina difiere sensiblemente del sistema francés" (Valencia Zea, Derecho
Civil, tomo 1, página 40).
El moderno derecho civil, finalmente, muestra que todo estudio de los bienes
está conectado estrechamente con el de las obligaciones, que implica según algu-
nos (Cfr. Carbonnier) el análisis conjunto de ambas materias, cuya denominación
exacta ha de ser la de DERECHO PATRIMONIAL.
3) Sobre la Ley 182 de 1948 y Decretos 1335 de 1959, 144 de 1968 y 107
de 1983 sobre propiedad horizontal.
4) Ley 200 de 1936, Decreto 59 de 1938, Ley 100 de 1944, Ley 135 de
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1961, Ley 1a. de 1968, Ley 5a. de 1973 y Ley 6a. de 1975 sobre régimen de tie-
rras y propiedad agraria.
7) Ley 86 de 1946, sobre propiedad intelectual, que fue sustituida por la Ley
23 de 1982. Acerca de propiedad industrial, el Código de Comercio.
1O) Ley 70 de 1931, Ley 91 de 1936, Decreto Ley 207 de 1949, sobre patri-
monio de familia inembargable.
12) Las disposiciones sobre propiedad del cuerpo y enajenación de partes, así
como trasplantes y cremaciones, como el Decreto 2642 de octubre de 1980 y el
último Código de Derecho Canónico, que trata la cuestión y asuntos como lacre-
mación de cadáveres. ·
El artículo 1502 del Código Civil, exige que para que una persona se obligue a
otra por una declaración de voluntad es necesario que,;: .. recaiga sobre un objeto
lícito". Y el artículo 1517 dice que "toda declaración de voluntad debe tener por
objeto una o más cosas, que se trata de dar, hacer o no hacer". Y concreta el
artículo 1518; "No sólo las cosas que existen pueden ser objeto de una declara-
ción de voluntad, sino las que se espera que existan ... ".
Como se ve, el objeto del derecho es variado, dependiendo ello del enfoque que
se asuma. Primero, si se habla del derecho como ciencia o aun como Derecho Po-
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sitivo (civil); segundo, si se entiende como derecho subjetivo, correlativo a una
obligación o deber jurídico; en fin, si se le mira como aquello sobre lo que recae,
en concreto.
Para Alessandri, "en general, por objeto del derecho subjetivo se entiende la
entidad, material o inmaterial, sobre que recae el poder en que consiste ese dere-
cho. Representa una parte de la realidad hacia la cual se dirige el interés protegido
por el ordenamiento jurídico" (Los bienes y los derechos reales, página 5).
No puede confundirse el objeto del derecho con su contenido. Este está cons-
tituido por las facultades que se otorgan al titular del derecho. Por ello, una mis-
ma cosa (un mismo objeto materialmente considerado) puede ser objeto de dife-
rentes derechos porque su contenido sea diverso. El contenido, consiguientemen-
te, caracteriza el derecho subjetivo.
11. EL PATRIMONIO
El vocablo "patrimonio" proviene del latín y significa "lo que se hereda del
padre". En general, patrimonio son bienes. Este concepto no lo ha definido el
Código Civil, como tampoco el de cosas universales, aunque trabaja con éste, erró-
neamente, como en el caso del artículo 2324.
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persona -derechos reales, de crédito, inmateriales y hereditarios- se consideran
como si formaran un todo, es decir, una universalidad jurídica que recibe el nom-
bre de patrimonio".
Según Lucrecio Jaramillo Vélez, ·por lo anterior las teorías sobre patrimonio se
clasifican en dos:
1. Las clásicas, unas exageradas como las que lo ven como una emanación de la
personalidad, algo de la esencia de ésta, otras moderadas que, en el fondo de las
cosas, en este aspecto, miran en la persona su capacidad de adquisición de bienes,
verdadero atributo de la personalidad, en cuyo trasluz se situaría el patrimonio,
como dice Josserand, como receptáculo o saco vacío que contiene el activo y el
pasivo. La tesis más clásica o exagerada se destruye por ser un sofisma, pues de-
sapareciendo la persona desaparecería el patrimonio, lo que no es cierto y se opo-
ne a la permanencia de éste, o al contrario, extinguiéndose el patrimonio, lo pro-
pio le ocurriría a la persona. Sería como entender mal la proposición de Descar-
tes de "Pienso, luego existo". Caso de no pensar, no existiría.
2. Las objetivas o económicas, que tratan al patrimonio como una masa de bie-
nes y que, en extremo, la desligan de la personalidad, para hallar casos en que, por
su fin, habría patrimonios sin titular, por razón de su afectación social. Vgr., una
fundación.
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de hecho. Cuando se habla de universalidad se hace referencia a un conjunto, a
un todo. Pero la totalidad en cuestión no es una suma simple, un agregado de
cosas -universalidad de hecho o universum corpum o universitas facti- sino una
abstracción, independiente de los elementos que lo cor:nponen. l_a universalidad
jurídica -universum ius o universitas iuris- tiene por fundamento la misma ley;
en cambio, las universalidades de hecho o pluralidades de elementos, que para
algunos son únicamente universalidades de cosas muebles, se forman por la volun-
tad de los particulares. La universalidad de hecho se parece a la de derecho en que
no se confunde con las cosas que la componen, pero de todas maneras el todo de-
pende de la agregación. Sería, como enseña el doctor Valencia Zea, un conjunto
de cosas autónomas en sí, con unidad por la destinación común a un fin, sea cien-
tífica o económica. Son ejemplos de universalidades jurídicas, en la opinión más
generalizada, además del patrimonio, la sociedad conyugal y el peculio o dere-
chos patrimoniales del hijo de familia, que en últimas se reducen al patrimonio.
Se afirma que también el patrimonio de familia inembargable, pero éste es un
error. Como casos de universalidades de hecho pueden citarse una librería, un
rebaño, un establecimiento de comercio, etc.
Las universalidades de hecho dan ocasión a las cosas universales, por oposición
a las singulares. Cosa singular o simple, según el autor citado, es la que forma una
unidad desde el punto de vista físico, como un cenicero, una mesa. Hay en ella
una unidad natural tal que si se separan sus elementos la cosa se destruye. La cosa
compuesta, en cambio, está integrada por varias singulares, pero es una sola jurídi-
camente por un destino unitario, como un naipe, cada carta del cual, aislada, care-
ce de valor comercial. Distingue Valencia Zea la cohesión natural (caso de semo-
vientes) de la resultante de la destinación del conjunto o la económica.
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c) Cada persona no puede tener sino un patrimonio (principio de la UN 1DAD
de patrimonio);
"Se vislumbra de este beneficio de inventario -dice J. lván Ledesma G.- que
en verdad una persona puede tener más de un patrimonio. En el caso propuesto
el heredero tiene dos patrimonios: el del causante, en lo que le corresponde de la
herencia y el patrimonio propio del heredero" (Curso de Derecho Civil Bienes,
pag. 73).
Iguales comentarios traen otros autores, por ejemplo: "Por tal motivo, cuando
los herederos son demandados para el pago de las deudas del difunto y aquellos
han aceptado la herencia con beneficio de inventario, no se les puede perseguir sus
bienes propios sino únicamente los herenciales, esto es, aquellos que han recibido
por concepto de la herencia. Si se embargan bienes que no han tenido origen en
la herencia, pueden impetrar como excepción este beneficio para que se proceda
al desembargo y levantamiento del secuestro de sus bienes propios" (Pedro P. Car-
dona Galeano, Curso de Derecho Procesal Civil Colombiano, pag. 250).
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"De modo que, en conclusión, el beneficio de inventario no produce por las ra-
zones ya vistas, la separación de patrimonios" (Manuel Somarriva Undurruga,
Derecho Sucesorio, pag. 486). Tales razones son: 1. La definición del beneficio
de inventario; 2. La norma del inciso 2o. del artículo 1317 del Código Civil, que
en caso de pérdida de algún bien hereditario por caso fortuito, hace responsable al
heredero de los valores en que hubiere sido tasado ese bien; 3. Si el beneficio de
inventario trajese consigo la separación de patrimonio, el legislador forzosamente
debía haber limitado la facultad de disposición de los herederos respecto de los
bienes hereditarios, cosa que no ha hecho.
Estas excepciones, como decía el doctor Miguel Moreno Jaramillo, son más
aparentes que reales y en todo caso transitorias.
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bles cuyo valor no excede de diez mil pesos, de acuerdo con el artículo 3o. de la
Ley 70 de 1931) soportan es un gravamen, restricciones en su libre y plena enaje-
nación en beneficio de ciertas personas (artículos 4, 5 y 7 de la Ley 70) y no por
eso dejan de pertenecer a su titular ni se constituyen en grupo aparte que, de tal
manera, forme una unidad independiente de los demás.
Este tema es el que primero analizan los autores para el estudio de los bienes
o de los derechos reales. Al fin y al cabo, el mismo Código Civil comienza el libro
11 desde este ángulo.
Resumiendo los conceptos que no raras veces han generado debates inoficiosos,
debe decirse que cosa es todo lo que existe,lo que tiene entidad, corporal o incor-
poral, es decir, todo lo que es susceptible de ser percibido por los sentidos o inte-
lectualmente. En fin, lo que se da en la realidad o en la mente del hombre. Por el
contrario, bien es una cosa apreciable en dinero; apreciable económicamente;
apropiable, aunque no apropiada. Cosa es, en este orden de ideas, un género y
bien una especie.
Entre las cosas hay que distinguir las res nullius (cosas de nadie) de las res co-
munes omnium (comunes a todos los hombres) y de las res derelictae (cosas
abandonadas). Las cosas de nadie y las abandonadas pueden ser apropiadas; pero
no todas las cosas de nadie tienen ese atributo de la apropiabilidad, porque hay
algunas que no siendo de nadie son comunes a todQs los hombres no siendo, por
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tal circunstancia, de alguien en concreto. Por ejemplo, el aire, el alta mar, las
estrellas, etc.
Para los romanos las únicas cosas eran las corporales. Pero esto se mantuvo has-
ta el siglo 11 después de Cristo, cuando ya se conoció la división de las cosas en
corporales e incorporales, al parecer de origen griego.
De acuerdo con nuestro Código Civil, artículo 653, "Los bienes consisten en
cosas corporales o incorporales. Corporales son las que tienen un ser real y pue-
den ser percibidas por los sentidos, como una casa, un libro. Incorporales las que
consisten en meros derechos, como los créditos y las servidumbres activas". Esta
norma, como se puede ver, tiene su base en el criterio romano, más acentuado al
tener como cosas incorporales los meros derechos, tratamiento éste que ha sido
criticado porque hay otras cosas incorporales distintas a los meros derechos (el
good-will, la propiedad intelectual, la clientela como intangible, etc.).
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Empero, debe tenerse en cuenta que la efectiva apropiación, motivo por el que
ya un bien ha ingresado al patrimonio y la apropiabilidad son dos cosas distintas.
Sólo la última caracteriza los bienes. Si fuese lo primero, habría que concluir que
las cosas se convierten en bienes al ingresar al patrimonio, y dejan de serlo por
salir de éste o conservan tal calidad hasta tanto no hagan parte del patrimonio.
Apreciación ésta que es errónea, cuya fuente parece ser una visión equivocada de
la terminología del Código Civil que, por retórica, emplea los géneros como espe-
cies o éstos P.Or aquellos. (véase en el artículo 653 del Código Civil que dice que
los bienes consisten en cosas, y el 654 que las cosas corporales son muebles o in-
muebles. En esta trampa caen muchos, al hablar genéricamente, por ejemplo, de
cosas fungibles o consumibles, como capítulo aparte, cuando se trata de bienes
muebles, al tenor del artículo 663 del Código Civil).
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DIVISION DE LAS COSAS
lom"'bl~(
Por naturaleza - artículo 656 C.C.
Por destinación - artículos 658 - 661 C.C.
Por adhesión - radicación (art. 660 C.C.l Arts. 657, 661 C.C. '(.
Vacantes - artículo 706 C.C.
1. POR LA MATERIALIDAD
Slog"'"'~ (
Derecho personal - artículos 664 - 666 C.C.
Derecho real - artículos 664 - 665 e.e.
Nota: Aquí cabría la clasificación de las cosas que trae
INCORPORALES algún sector de la doctrina, en muebles o inmuebles, POR
RAZON DE LA COSA A QUE SE REFIERE EL DERE-
CHO - artículo 667 C.C.
Universales
COSAS
2. POR SU DISPONIBILIDAD
{ Comerciables - incomerciables - artículo 1518 C.C.
Embargables - inembargables - artículo 1677 C.C. y 684 C.P.C.
l
3. POR SU TITULAR Privados Fiscales - artículo 674 C.C.
Uso público - artículo 684 C.C.
y
Concesibles - Decreto 2811 de 1974
REGLAMENTACION Públicos Adjudicables
4. POR SU DIVISIBILIDAD
{ Divisibles - indivisibles - artículo 1581 C.C.
5. POR SU RELACION
{ Principales - accesorios - artículos 729 a 731 C.C.
Están contemplados en el artículo 655 del Código Civil, con base en el cual
puede establecerse una primera división, así:
Se excluyen como muebles por naturaleza los que adquieren, por virtud de la
ley, la categoría de inmuebles por destinación. Mas, aun así, no pierden su cuali-
dad. Cuando se adopta la calidad de inmuebles, siendo muebles, se dice que éstos
se "inmobilizan" o "inmcvilizan" (de inmueble o de moverse). La locución co-
rrecta, según el diccionario, es la última. A la inversa, también se habla de "mobi-
lización'' (debiendo ser movilización), fenómeno que se define por el artículo 2o.
de la ley 50 de 1905 como sigue: "Mobilizar una finca raíz es convertirla en un va-
lor mueble, representándola en billetes o cédulas hipotecarias al portador o a favor
de personas determinadas con interés o sin ellos, pagaderos a presentación o a pla-
zos fijos, y emitidos solamente por un valor igual al de la mitad de la misma finca".
Por anticipación
De estos trata el artículo 659 del Código Civil, en forma no taxativa. Son aque-
llos bienes que están adheridos a un inmueble, que la ley finge son muebles si
sobre ellos se va a constituir un derecho a una persona que no es el dueño, desde
luego con el requisito de llegar a separarse. Leyendo la norma se deduce que no
es menester que efectivamente se haya separado la cosa del inmueble, ni que se ha-
ya enajenado. El precepto habla de "aún antes de su separación" y de "para el
efecto de constituir un derecho sobre dichos productos .. .''.
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" (1) Que se trate de productos accesorios de inmuebles por naturaleza;
(2) Que su propietario ejerza sobre ello un acto jurídico tendiente a conferir
derechos sobre ellos."
(Jorge Angarita Gómez, Derecho Civil, Tomo 11, Bienes, pag. 29).
Entre productos y frutos hay distinción. Los primeros son las cosas que se dan
sin periodicidad, sin renovación, o sea, como dicen otros, en detrimento de la cosa
madre. Es el caso de la piel de un animal. Por el contrario, los frutos reúnen las
condiciones inversas, a saber, renovación, periodicidad y no menoscabo de la cosa
madre en que se originan. Vgr., las naranjas de un árbol. Los frutos pueden ser
de dos clases :
(1) Naturales: a tenor del artículo 714 del C.C., los que da la naturaleza, ayu-
dada o no de la industria humana.
Para Valencia Zea, lo que el Código Civil denomina inmuebles por adherencia
equivale al moderno concepto de "parte integrante o constitutiva"; y por destina-
ción, a pertenencia o cosa accesoria. La parte integrante es la que contribuye a
formar una cosa compuesta. Tienen una conexión corporal y a la que se adhieren
se destruye si se separa aquélla. Y cosa accesoria es la cosa mueble, independiente
físicamente, pero económicamenre destinada a servir a otra.
Fungibles y consumibles
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más detenido del precepto indica que, en verdad, regula las segundas.
La relación que existe entre consumibilidad y fungibilidad es, antes que todo,
la que informa el contenido de la disposición. Es decir, por principio, todo lo
fungible es consumible, y viceversa. Pero se acepta en la doctrina jurídica que
la fungibilidad no.depende siempre de la naturaleza sino también de la voluntad,
del acuerdo que hagan los particulares sobre el tratamiento de un determinado
bien. De donde se sigue que un bien que fuese fungible, en cuanto a su consi
deración natural, pueden dos personas en un contrato tornarlo no fungible.
Ejemplo: Presto a Juan unos limones para que los exhiba a unos amigos, debiendo
devolverme los mismos. La posibilidad contraria es igualmente viable: presto
a Juan un código civil, pero puede entregarme otro ejemplar que no sea el que
yo tenía; aunque en verdad no hay un préstamo.
Un bien es consumible, por consiguiente, utilizando las voces del artículo 663,
cuando de él no puede hacerse uso conveniente a su naturaleza, sin que se destru-
ya. Ejemplo: un alimento. El concepto contrario es el que responde a las cosas
no consumibles. Ejemplo: una bicicleta, un reloj.
Los amigos de las clasificaciones hacen la prpoia de la fungibilidad, consideran-
do que hay fungibilidad legal -que es la que contempla el legislador, concretamen-
te en el artículo 663 respecto de las especied monetarias-; fungibilidad objetiva,
o sea la que tienen las cosas por sí, y fungibilidad subjetiva, que es la que depende
de la voluntad o intención de los contratantes.
¿Importa distinguir las cosas consumibles de las no consumibles? Sí, por algu-
nos contratos en especial, y derechos reales. Así: de acuerdo con el artículo 823,
el usufructuario debe restituir al dueño de la cosa fructuaria esta misma. Estotra-
duce que la cosa dada en usufructo no puede ser consumible. Lo mismo ocurre en
el comodato, al tenor del artículo 2200 del Código Civil, y en el arrendamiento
(artículo 1974, artículo 2005 del C.C.). También en el caso del depósito (artícu-
lo 2253 e.e.).
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dad con el art(culo 1715 del C.C. la compensación, que es una manera de extin-
guir obligaciones, sólo opera si cada una de las deudas que se compensan es de
cosas fungibles (ordinal 1o.).
Bienes Mostrencos
Son, como dice el artículo 706 del C. Civil, los muebles que no tienen dueño
aparente o conocido. Estos pasan a propiedad del Instituto de Bienestar Fami-
liar, previa declaratoria mediante un proceso abreviado (artículo 414 ordinal 16
del C.P. Civil). Según el artículo 708 del Código Civil, con todo, si aparece el due-
ño antes de la enajenación, se le restituirá si paga las expensas de la aprehensión.
Pero si ya fue enajenada, "se mirará como irrevocablemente perdida para el due-
ño'' (artículo 709 del e.e.).
El Agua: No obstante que se puede transportar, por sf, mientras adhiera al sue-
lo, debe tenerse como inmueble. Pero una vez separada, debe entenderse como
mueble.
Los muebles de una casa: Según el inciso 2o. del artículo 662 del Código Civil,
"En los muebles de una casa no se comprenderá el dinero, los documentos y pape-
les, las colecciones científicas o artísticas, los libros o sus estantes, las medallas, las
armas, los instrumentos de artes y oficios, las joyas, la ropa de vestir y de cama,
los carruajes o caballerías o sus arreos, los granos, caldos, mercancías, ni en gene-
ral otras cosas que las que forman el ajuar de una casa". Este norma sirve de guía
paré;! los efectos previstos en el artículo 1886 del mismo Código, que trata de la
venta de una finca.
Debe apuntarse, también, que este art(culo 662 en el inciso primero, presenta
lo que algunos denominan "interpretación sobre bienes muebles" por el hecho de
establecer que cuando la ley se refiere a bienes muebles sin calificación de especie
alguna, está hab~ando de los muebles por naturaleza.
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BIENES INMUEBLES
Por naturaleza
Artículo 656: "Inmuebles o fincas o bienes raíces son las cosas que no pueden
transportarse de un lugar a otro; como las tierras y minas, y las que adhieren per-
manentemente a ellas, como los edificios, los árboles, las casas y heredades se
llaman predios o fundos".
Realmente, los inmuebles por naturaleza son solamente las fincas, esto es, los
terrenos, los lotes y las minas, porque los edificios o los árboles, empleando los
ejemplos del artículo, son inmuebles por adherencia. Y así lo indica el mismo ar-
tículo con la expresión" . . . y las que adhieren permanentemente a ellas ... ".
En este sentido se pronuncia el Dr. Ledesma Gil.
Las tierras se componen por el suelo, el subsuelo y el espacio aéreo. Los fun-
dos se dividen en urbanos y rurales. No existe u na definición de éstos, pero en
materia agrícola el Decreto 59 de 1938, artículo 3o. respecto de la ley 200 de
1936, dijo que "Para los efectos de la ley 200 es fundo o predio rural el que se ha-
lle situado fuera de los 1ímites legalmente determinados del área de la respectiva
población. Si no existiere disposidón legalmente expedida que fije el área de la
población, se entenderá, por fundo o predio rural el que se halle situado a una dis-
tancia mayor de cien metros de las últimas edificaciones que formen el núcleo ur-
bano de la respectiva población o caserío". (En términos similares, el Decreto
508 de 1974).
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c) Permanencia: también lo sugiere el artículo citado.
Por adhesión
Se descubren de los artículos 656 (edificios y árboles), 657 (cita las plantas) y
658 (en algunos de los ejemplos de la lista , Vgr., las losas de un pavimento). Di-
fieren de los inmuebles por destinación en que su incorporación es material y no
intelectual, y no se exige identidad de señorío. Acerca de su importancia, vale lo
anotado para los inmuebles por destinación.
Por radicación
Denominados también por enclavamiento o por embutimiento. No es acepta-
da esta clase por toda la doctrina. José J. Gómez los menciona, refiriéndose a Fer-
nando Vélez y a Rodríguez Piñeres. Velez dice : "Nos permitimos esta clasifica-
ción, aceptada por autores chilenos, porque hay diferencia, en nuestro concepto,
entre un inmueble por adherencia, por destinación o por radicación . La destina-
ción no requiere unión entre el mueble y el inmueble, o sea, incorporación del pri-
mero al segundo. Aunque en la adherencia y en la radicación, sí se unen las cosas,
en la primera -en la adherencia- la unión es obra de la naturaleza, mientras que
en la segunda -en la radicación- es obra del hombre. Además, la radicación sólo
se refiere a casas". (Estudio sobre el Derecho Civil Colombiano, Tomo 111, página
9).
Sin pretender un agotamiento del tema, pueden enunciarse las siguientes dife-
rencias, que son de trascendencia:
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1) Posesión: No es la misma, en sentido estricto, sobre bienes muebles que so-
bre inmuebles. Los fundos se pueden explotar económicamente. Artículo 981
del Código Civil. En cambio los bienes muebles se poseen por su tenencia y el des-
conocimiento de dominio ajeno; aunque también en algunos su uso o aprovecha-
miento para los fines naturales, constituye su posesión, que en veces significa ex-
plotación (p.e. un automóvil que siive como taxi).
3) Acciones posesorias: Conforme al artículo 972 del Código Civil, sólo re-
caen sobre bienes raíces.
7) Venta : De acuerdo con el artículo 1857 del Código Civil, la venta de inmue-
bles se hace mediante escritura pública; la venta de muebles no requiere esta so-
lemnidad.
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11) Incapaces: Para la enajenación de inmuebles de incapaces y de algunos
muebles de éstos (por excepción, como los preciosos o los de valor de afección) se
exige autorización del juez y venta en pública subasta (artículos 484, 483 del C.C.
y 1o. ley 67 de 1930).
15) Pacto de reserva de dominio en contratos civiles: artículos 1931 del e.e.
y 1o. de la ley 45 de 1930: es válido sobre muebles.
18) Acción reivindicatoria: Al tenor de los artículos 958 y 959 del e.e., si el
reivindicante teme deterioro de la cosa reivindicada en manos del demandado,
siendo ésta cosa mueble, puede pedir su secuestro. En caso de inmuebles, el po-
seedor sigue gozando de ellos hasta la sentencia definitiva.
20) Régimen Fiscal: Los bienes inmuebles están sometidos a un sistema fiscal
diferente de los bienes muebles, pues soportan además del impuesto de patrimo-
nio, otros impuestos y contribuciones.
Algunos autores, como por ejemplo José J. Gómez y J. lván Ledesma Gil, ha-
blan de los bienes muebles por su carácter moral, que en síntesis consisten en los
derechos que tiene un autor o un inventor.
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CASOS DISCUTIBLES
Los profesores antes citados se ocupan también del análisis de algunos casos en
particular, como el derecho que tiene un socio en la sociedad o un comunero en la
comunidad, orientándose a definir si ésos son derechos reales o personales, mue-
bles o inmuebles.
Y, de otro lado, con base en los artículos 677 y 678 del C.C., se afirma, como
regla, que el del socio es un derecho mueble.
Para el Código Civil (artícullo 653, inciso final) las cosas incorporales consisten
en meros derechos, como los créditos y las servidumbres activas. A su vez, el artí-
culo 664 ibídem expresa que las cosas incorporales son derechos reales o persona-
les.
Los derechos ciertamente, son cosas incorporales, pero no las únicas, como ya
se ha dicho. Y pueden ser singulares, que son aquellos cuyo objeto está físicamen-
te determinado, esto es, que no es un conjunto o masa de cosas; y universales, que
se refieren a grupo de bienes que sean una universalidad.
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Para la doctrina, son derechos patrimoniales singulares los personales (artículo
666 del Código Civil), los reales (artículo 665) y los inmateriales o producciones
del talento o del ingenio, de que trata el artículo 671. Y son universales el de
herencia, las sociedades disueltas, la sociedad conyugal y el usufructo legal que
tienen los padres sobre ciertos bienes del hijo de familia.
Desde este ángulo los bienes son privados y públicos. El título 111 del Código
Civi 1 se refiere, en principio, a los bienes de la Unión. En todo caso, en el artículo
676 preceptúa que "los puentes y caminos construidos a expensas de personas
particulares, en tierras que les pertenecen, no son bienes de la Unión, aunque los
duños permitan su uso y goce a todos los habitantes de un territorio. Lo mismo
se extiende a cualesquiera otras construcciones hechas a expensas de particulares
y en sus tierras, aun cuando su uso sea público, por permiso del dueño".
Y, de conformidad con el artículo 677, los ríos y aguas que corren por cauces
naturales son bienes de la Unión, salvo que sean vertientes que nazcan y mueran
dentro de una misma heredad. El Decreto 2811 de 1974, Código de Recursos
Naturales, establece que las aguas son de dominio público, inalienables e impres-
criptibles; en el artículo 81, este Decreto definió que se entiende que una vertien-
te nace y muere en una heredad, cuando brota a su superficie y se evapora o desa-
parece bajo la superficie de la misma heredad. El mencionado Código respetó los
derechos de los particulares adquiridos legalmente.
Los bienes públicos son de la Unión de uso público o bienes públicos del terri-
torio y bienes fiscales (artículo 674 del Código Civil).
Los bienes fiscales son los que pertenecen a dominio privado del Estado; son
enajenables y prescriptibles (aunque, conforme al artículo 413 del C.P.C., han de
tenerse por imprescriptibles).
Bienes adjudicables son aquellos cuya explotación se entrega a los particulares,
por adjudicación y que en ciertos casos, como los baldíos, pueden ser titulados a
favor de ellos. Los concesibles se entregan para la explotación mediante conce-
siones (ejemplo las minas).
En esta clasificación debe tenerse en cuenta, asimismo el artículo 675 del Códi-
go Civil y los artículos 4o. y 202 de la Constitución Nacional, el último de los cua-
les prescribe que pertenecen a Colombia los baldíos y las minas.
De conformidad con este criterio, las cosas son divisibles o indivisibles. Si bien
desde el punto de vista material o físico todo puede partirse o dividirse, jurídica-
mente son divisibles materialmente ·aquellas cosas que se pueden partir sin des-
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truirse. Existe también la divisibilidad intelectual o de cuotas.
Con todo, de acuerdo con el artículo 1374 del Código Civil, hay cosas que de-
ben mantenerse indivisas: lagos de dominio privado, derechos de servidumbre,
propiedad fiduciaria, propiedad horizontal, fundos de menos de tres hectáreas
(artículo 87 Ley 135 de 1961 ).
Por su relación las cosas son principales o accesorias, siendo las primeras las que
tienen una existencia independiente y las otras las que, aun teniéndola, se agregan
a otras.
Esta división de las cosas tiene mucha aplicación en la accesión. Así los artícu-
los 729 a 731 del Código Civil, en la de mueble a mueble, fijan unas reglas para
determinar por el valor, el uso o el volumen, cuáles cosas son principales y cuáles
accesorias. Por demás. en otros supuestos, el suelo siempre será cosa principal.
Y son especies o cuerpos ciertos los bienes que están determinados hasta su in-
dividualidad por su cantidad o .calidad, de tal manera que no puedan confundirse
con otros. Estas explican las obligaciones de especie o cuerpo cierto.
Resulta importante diferenciar las cosas de género de las específicas, por la lla-
mada teoría de los riesgos. Se dice que los géneros no perecen. Esta teoría in
forna, perdiéndose la cosa que se debe,cuál de los contratantes ha de soportar o
sufrir esa pérdida, es decir, quién corre con la pérdida o riesgo.
Según el articulo 1729 del Código Civil, un cuerpo cierto perece porque se des-
truye, o deja de estar en el comercio, o desaparece y se ignora si existe. Si ello su-
cede, la obligación correspondiente se extingue, excepción hecha de que perezca la
cosa por culpa o durante la mora de éste (artículo 1731 del Código Civil. En mate-
ria civil, con base en el artículo 1876 del Código Civil, la pérdida del cuerpo cierto
que se vende -salvo que la venta sea bajo condición suspensiva- pertenece al
comprador. Este, como el contrato es sólo un título, es, pendiente la tradición,
acreedor de la cosa. Luego, las cosas perecen para el acreedor. Así también lo
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dispone el artículo 1607 del mismo Código, que a la letra dice : "El riesgo del
cuerpo cierto cuya entrega se deba, es siempre a cargo del acreedor ; . . . " .
Tal parece que el Código Civil siguió de cerca al francés, en el que no hay la
estructura del título y el modo, pues con el solo título se traslada el dominio, y
que también pensó el redactor del estatuto chileno (y el nuestro) únicamente en
los contratos de tenencia como que en éstos el acreedor de la cosa sí es el dueño.
B. Cosas presentes y cosas futuras. Son cosas presentes las que ya existen y
futuras aquellas que se espera que existan (y en cierto modo las que ya existen y
se espera que ingresen a nuestro patrimonio: aplicación en el artículo 2444 del
Código Civil).
Los definen los artículos 665 y 666 del Código Civil. Son derechos reales
los que se tienen sobre determinada cosa sin respecto a persona considerada indi-
vidualmente. Son derechos personales los que pueden reclamarse de ciertas per-
sonas.
Estas nociones del Código Civil parecen fundarse en el concepto antiguo roma-
no de la obligación, primitivamente vista como un vínculo material y concreto,
que recaía sobre una cosa o sobre la persona obligada. Posteriormente se la miró
como el vínculo entre el acreedor y el patrimonio del deudor o entre el patrimo-
nio del acreedor y el patrimonio del deudor. Finalmente, se ha entendido la obli-
gación en función de la prestación, dar, hacer o no hacer, esto es, en razón de una
conducta determinada del deudor.
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corresponden a nociones económicas distintas, a saber, la riqueza y el servicio, res-
pectivamente.
Josserand expone que los derechos reales son teóricamente absolutos, porque
son oponibles sólo ocasionalmente.
Está bien aseverar que los derechos reales y los personales son derechos subje-
tivos. En ambos, existen dos sujetos, uno activo y otro pasivo, y un objeto, así
específicamente:
Al respecto, suele estudiarse si el artículo 665 del Código Civil es taxativo o si,
fuera de los que allí se mencionan, existen otros derechos reales. Gramaticalmen-
te, la norma da a entender que es enunciativa (reza que son derechos reales ... y
no que los derechos reales son ... ).
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(en este caso se olvida el artículo 2461, conforme al cual la anticresis no da al
acreedor, por sí sola, ningún derecho real sobre la cosa entregada); el arrendamien-
to (para algunos, cuando se constituye por escritura pública o en ciertos casos del
Código de Comercio); la posesión (cuando se la mira como un derecho real pro-
visional); el derecho de retención, que se explicará luego, y el de superficie.
6) Por su protección: los derechos reales gozan de los atributos de persecu-
ción y de preferencia, consistiendo el primero en poder perseguir al titular del de-
recho la cosa en manos de quien esté y el segundo en ciertas prerrogativas, privile-
gios y ventajas de los derechos reales frente a otra clase de derechos. Los dere-
chos personales, en cambio, no gozan de semejante protección, así se diga que un
acreedor puede perseguir bienes de su deudor, embargándolos y secuestrándolos,
para pagarse y que existe prelación de créditos dispuesta por la ley. En cuanto a
lo último, lo que ocurre es que la ley establece rangos o categorías en los créditos,
para su cancelación, por motivos especiales, como por ejemplo razones de orden
público (vgr. se pagan primero los salarios que los simples créditos quirografarios).
7) Según Luis Claro Solar, los derechos reales, con la excepción de las servi·
dumbres, se pueden adquirir por prescripción. Los derechos personales no.
8) Podrían agregarse como diferencias las de que el objeto del derecho real es
concreto, el del personal determinado o determinable; y que de los derechos reales
surgen acciones reales y de los personales acciones personales.
Derecho de retención.
Expone Jorge Angarita G., que ha dicho la Corte Suprema de Justicia que el
derecho de retención es aquel que autoriza "retardar la entrega de la cosa debida,
como medio de obligar a la persona a quien pertenece a pagar al detentador de la
cosa la deuda nacida con ocasión de la misma cosa". Más simplemente, es la facul-
tad que tiene una persona, que tiene en su poder una cosa de otra, que es su deu-
dora, para no devolvérsela o restituirse la, mientras su crédito no le sea pagado o se
le garantice su pago. El que tiene derecho de retención, y lo ejerce, se denomina
retenedor.
Esta noción ha sido generalmente aceptada, pese al silencio del Código Civil en
definir este derecho. La doctrina supone como requisitos del ejercicio de la reten-
ción los que a continuación aparecen:
1) Que una persona tenga en su poder a título precario una cosa ajena;
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2) Que exista una deuda cierta a cargo del dueño de la cosa y a favor del tene-
dor de ésta;
Como se ve, exigiéndose como condición para que opere este derecho la cone-
xión entre la deuda y la tenencia de la cosa, el de retención es una especie de auto-
tutela, porque el retenedor defiende de esta manera su crédito. Es más: puede
ejercerlo sin intervención de la justicia, porque se pretende evitar enriquecimiento
injusto del deudor, propietario de la cosa. Mas ello no implica que el tenedor-
acreedor pueda hacerse justicia por su propia mano. No otro es el sentido del in-
ciso segundo del artículo 2417 del Código Civil, en el que se lee: "No se podrá
retener una cosa del deudor en seguridad de la deuda, sin su consentimiento; ex-
cepto en los casos que las leyes expresamente designan".
11. Criterio genérico: Habría derecho de retención así no hubiera vínculo con-
tractual, para evitar un enriquecimiento sin causa. Podría hablarse aquí, también,
de la anotada excepción y de la procedencia de la retención por la analogía de las
hipótesis predeterminadas en la ley.
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se puede oponer frente al dueño de la cosa; en este sentido, sería personal).
Debe agregarse, igualmente, de una parte, que entre las normas del Código Civil
que consagran el derecho de retención puede citarse el artículo 739, inciso segun-
do: "Si se ha edificado, plantado o sembrado a ciencia y paciencia del dueño del
terreno, será éste obligado, para recobrarlo, a pagar el valor del edificio, planta-
ción o sementera", lo que significa que quien plantó, sembró o edificó puede rete-
ner hasta que se le pague la edificación, o plantación o sementera. La Corte, en
la lista ya copiada, omitió este caso. Y, de otro lado, que no todos los que se in-
cluyen en ella son verdaderos ejemplos del derecho de retención, como el artículo
2000 del Código Civil, que dice conferírselo al arrendador sobre cosas del arrenda-
tario que no están en poder de aquél.
Nuestro sistema civil, a diferencia del francés y pese a ser éste una de sus
fuentes, está apoyado en la teoría de Título y Modo, para la adquisición de dere-
chos. Una doctrina bastante aceptada sostiene que para adquirir un Derecho Real
se requiere siempre, la concurrencia de título y modo, y que para adquirir los de-
rechos personales basta el título. Respecto de los Derechos Reales, esa teoría es
completamente cierta. Mas, en cuanto a los derechos personales es parcialmente
cierta, porque hay casos en que para adquirirlos han de conjugarse el título y el
modo. Esos casos son: la cesión de derechos y la adquisición de derechos perso-
nales por sucesión por causa de muerte.
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Estas definiciones, en principio, no dicen mucho, aunque sí suministran un ele-
mento claro para entender que Título y Modo son causas jurídicas de adquisición
de derechos.
TITULO:
Puede surgir, asimismo, del contrato un mero derecho personal. En ambos ca-
sos, estamos hablando del contrato como Título. En el pirmero de estos títulos se
va a requerir un Modo posterior, que lo ejecute o desarrolle, que es la Tradición.
En el segundo caso, en principio se tiene un título, mediante el cual se adquiere
un derecho personal.
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(2) Cuasicontrato: Lo define el artículo 34 de la Ley 57 de 1887. Se puede
decir, conforme a esta noción, que el cuasicontrato es un hecho voluntario,
lícito.
Según el artículo 2303 del Código Civil, l o~. principales cuasicontratos son:
El pago de lo no debido; la comunidad y la agencia oficiosa o gestión de negocios
ajenos.
(3) El Delito: hay un delito cuando hay un hecho ilícito doloso. Para algunos
en materia civil, no se debe hablar de delito, sino de hecho ilícito simplemente;
pero la ley utiliza la palabra y por ello puede aceptarse. Un il íc1to civil no necesa
riamente tiene que ser un ilícito penal. Ejemplos: el adulterio y la ingratitud.
También hay que afirmar que la ley ha recogido un buen número de casos teó-
ricos de enriquecimiento sin causa y, en consecuencia, la fuente es la Ley, en últi-
ma instancia. Además, dos de los cuasicontratos que hemos citado, el pago de lo
no debido y la agencia oficiosa, se explican por el enriquecimiento sin causa.
Ejemplos: Diego no le debe a Pedro nada, y le dice: toma, te pago los$ 10.000.oo
que te debo, y Pedro los recibe; hay un enriquecimiento sin causa, por pago de lo
no debido.
(7) El acto jurídico unilateral: La doctrina clásica del derecho civil, única-
mente aceptaba que las obligaciones nacieran de un acuerdo de voluntades. Em-
peo, se admite actualmente que los actos jurídicos unilaterales pueden producir
obligaciones para quien los formula. Vgr. en la oferta, que consiste en la proposi-
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ción completa de un negocio jurídico que una persona (oferente) hace a otra (des-
tinatario de la oferta). En el caso de los almacenes que exhiben mercancías en sus
vitrinas: esa es una oferta. Son igualmente actos jurídicos unilaterales fuentes de
obligaciones, el reconocimiento de un hijo natural o extramatrimonial, y la acep-
tación de una herencia.
2. Traslativo: o con vocación traslativa o traslaticia. Son los que el Código Civil
llama traslaticios. Son los que generan la obligación de dar. Por ejemplo: la com-
praventa, la permuta, la donación, el aporte en sociedad, la dación en pago, el
cuasi-usufructo, el mutuo, el depósito irregular.
3. Títulos constitutivos: a éstos se refiere el artículo 765 del Código Civil, se-
gún el cual los títulos constitutivos son la accesión, la ocupación y la prescripción.
lHabrá contradicción entre esa disposición y el artículo 673, que establece que
la ocupación, la accesión y la prescripción son modos de adquirir? Realmente no.
La oposición entre estas dos normas es aparente y se explica así: el artículo 765
trata de la posesión; luego debe entenderse que, allí, la ocupación, la accesión y
la prescripción son hechos que dan base a la posesión.
6. Título justo: el Código Civil no define qué es título justo, si bien en el artí-
culo 766 señala cuando no lo hay. Se puede afirmar que justo título es un título
legal, un título conforme a la ley (ver artículo 30 de la Constitución Nacional).
1) El falsificado;
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otro, obviamente sin serlo. M afirma ser apoderado de P, no siéndolo y vende una
casa de P a R. El título (la venta). en este caso, no es justo. Pero la venta de cosa
ajena en Colombia es válida (artículo 1871 del Código Civil). En el ejemplo pro-
puesto, en que M, sin ser representante de P, vende una casa de P a R; M está ven-
diendo cosa ajena. Y esa venta es título traslativo. Por ende, título traslativo no
es sinónimo de título justo.
3) El título nulo.
4) El título meramente putativo. Aquel que se cree que existe como fuente del
Derecho. Ejemplo: Creo que soy heredero de Guillermo porque éste me dijo que
me dejaría la mitad de sus bienes en su testamento. Pero resu Ita que el causante,
entre el momento de su manifestación y la fecha de su muerte, revocó el testa-
mento e instituyó como heredero a Osear. Yo, convencido de que era heredero,
reclamé la herencia. La poseo con título injusto, a no ser que se hubiera dictado
el decreto de posesión efectiva de la herencia regulado por los artículos 757 del
Código Civil y 607 del Código de Procedimiento Civil.
MODO
También los autores se han preocupado por definir el modo. Así: para Alessan-
dri, es el hecho jurídico idóneo para producir en concreto la adquisición del dere-
cho en favor de una persona. José J. Gómez, dice que es la forma jurídica median-
te la cual se ejecuta o se realiza el título, cuando éste genera la adquisición de los
derechos reales.
1. En general significa forma. Por ejemplo, los modos de extinguir las obliga-
ciones: son las formas como se extinguen las obligaciones.
El Código Civil, en su artículo 673, dispone que los modos de adquirir el domi-
nio son la ocupación, la accesión, la tradición, la sucesión por causa de muerte y la
prescripción. Se ha discutido si este precepto es taxativo o no. Sobre ello, hay
do tendencias: Una sostiene que no es taxativo y que hay otros modos, que serían
las adjudicaciones (en general) y la ley (por ejemplo, en la hipótesis del usufructo
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legal de los padres sobre ciertos bienes del hijo de familia). De acuerdo con otra
corriente sí es limitativa esta norma, atendiendo su redacción ("Son ... ").
Los Modos originarios, se clasifican, según los autores en: (a) Modos originarios
simpliciter, y (b) Modos originarios secundum Quid. Los simpliciter, son aquellos
en que la adquisición es pura; no hay rastro de que la cosa haya pertenecido a
nadie; no hay huella de dominio anterior. En cambio, en la Secundum Quid, esa
adquisición no es tan pura, porque hay huella de un dominio anterior; o, por lo
menos, media la intervención de otra persona, en alguna manera.
2. Modos gratuitos o modos onerosos, según que el título sea gratuito u oneroso.
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Esta estructura de adquisÍción de los derechos (título-modo), insisten los auto-
res que debe entenderse así: para la adquisición de los Derechos Personales basta
el Título; para la adquisición de los Derechos Reales se requiere Título y Modo.
1o. Cesión de los Derechos Personales: Ejemplo: Pedro debe a Juan$ 200.000.
O sea: Pedro es el deudor. Juan es el Acreedor. Juan vende su derecho personal
contra Pedro, a Luis. O sea que Pedro sigue siendo Deudor, pero Juan traslada
su calidad de Acreedor a Luis. Hasta aquí, en el ejemplo sólo hay un título:
la venta de derecho personal. ¿Qué se requiere en el mismo ejemplo para que
Luis sea verdadero acreedor? Se necesita la cesión del derecho, que no es otra
cosa que la Tradición del Derecho personal.
De la cesión de créditos tratan los artículos 1959 a 1965 del Código Civil.
En el ejemplo, Juan, que es el que cede su crédito, se llama Cedente; Luis que
lo recibe o adquiere, se llama Cesionario (el nuevo acreedor es el cesionario).
Y tiene que haber un título previo que justifique ese modo, Título traslativo:
vendo mi derecho personal, lo permuto, lo dono, etc.
Los títulos valores pueden ser: Títulos Valores al Portador, Títulos Valores a la
Orden, es decir, a favor de una persona determinada, o Títulos Nominativos
(como las acciones).
Si los títulos son al portador, basta la entrega del título. Ej.emplo: Me paga
Guillermo una suma de dinero con ur. cheque al portador y yo que le debo a María
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Elena esa misma suma, le entrego el cheque; no tuve que hacer nada diferente a la
entrega material.
2o. Sucesión por causa de muerte. Este es un caso mucho más claro. Si en el
patrimonio del causante existía un derecho personal cualquiera, ese derecho se
transmite al heredero por causa de muerte.
HIPOTESIS DISCUTIBLES
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En primer lugar debe advertirse que no se debe hablar de sentencias de adjudi-
cación en los remates (también se llama almoneda, venta forzada, pública subasta);
porque no se trata de una sentencia de adjudicación en tal diligencia, sino de una
providencia del juez que aprueba el remate (auto).
ANALISIS
Igual va a ocurrir con la partición en una sucesión, que consiste en que un parti-
dor elabora un trabajo llamado de liquidación, partición y adjudicación, el cual si
está ajustado a la ley, se aprueba por el juez, mediante sentencia, que, obviamente,
se llama sentencia aprobatoria de la partición. La partición en este evento, es un
acto complejo, compuesto por el trabajo que hace el partidor, y la sentencia del
juez.
lLo que el heredero X adquiere, lo adquiere por partición? No, lo adquiere por
la sucesión por causa de muerte y se concreta por la partición. El derecho de he-
rencia se "convierte" en derecho de dominio con la partición. La partición, enton-
ces, es un acto declarativo, no constitutivo. Y también en este caso existe la fic-
ción de la Ley. Artículo 1401 del Código Civil.
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Hablando de particiones, hay un último ejemplo, dado en la posibilidad que
tengan los cónyuges, con base en la ley 1a. de 1976, de disolver su sociedad con-
yugal por mutuo acuerdo, mediante escritura pública, adjudicándose en ésta lo
que les quepa por gananciales. Consideramos que la solución es igual.
2o. En cuanto a los remates (diligencia y auto aprobatorio) hay allí un título;
el modo podría ser innominado. Frente a las adjudicaciones de baldíos, serían
únicamente títulos. Y respecto de la expropiación, ésta sería o una causa tan solo
(título entonces) o siendo modo, sería innominado y probablemente originario.
SINTESIS
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