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El que inventó la pólvora (las perspectivas de la sociedad

de consumo)

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García-Gutiérrez, Georgina.
Los disfraces: la obra mestiza de Carlos Fuentes.
El Colegio de México, 2000.
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"El que inventó la pólvora" (las perspectivas
de la sociedad de consumo)
.. El que inventó la pólvora" es, como "Tiactocatzine ... " y "Chac
Mool", un diario personal que es de hecho la memoria última de
los hombres, porque relata el fin de la civilización. Como esos
cuentos y "Por boca de los dioses" se narra en un yo autobiográ-
fico, pero anónimo. La primera persona de este texto oscila del
singular al plural debido a que ampara a la raza humana de la
cual el autor se convierte en vocero a partir del momento en que
escribe;º~ el yo habla por sí mismo para representar a la humani-

s3 En este cuento la figura importante es el escritor que, como los per-


sonajes más delineados de Los días enmascarados, pertenece a lo que po-
dría considerarse el grupo de intelectuales o artistas. En esta colección los
actores escriben para contar una situación límite, y su mentalidad, su sen-
sibilidad, así como su estrecha relación con la cultura (obsesiva, erudita,
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mexicanista) los caracterizan como tales. Este grupo de la clase media,


el que más tiene contacto con las demás y al que Fuentes demuestra co-
nocer de cerca, le ha servido para expresar en cada uno de sus ejemplares
las diversas ideologías y corrientes del pensamiento. Ellas las exponen
tipos y estereotipos de la inte/ligentsia y. sus "satélites" en Lo región más
transparente: Manuel Zamacona es el intelectual idealista, hijo ilegítimo
e ignorado de la revolución. cuyo estúpido asesinato no tiene la mínima
trascendencia; el pragmático Federico Robles acaba con las sinceras, inge-
nuas e intelectualizadas opiniones de Zamacona; aquél es uno de los pro-
motores del México posrevolucionario y aunque ha participado en la lucha
armada, se convierte (quizá por eso mismo) en próspero y cínico hombre
de negocios. En La región ... , Rodrigo Pola, finalmente un triunfador so-
cial, porque conoce las reglas fáciles' del arribismo, se transforma, de mal
escritor en guionista mercenario del cine nacional. Así, en esta novela se

88
"EL QUE INVENTÓ LA PÓLVORA" 89

dad pensante que sobrevive sólo en él. y en el nosotros a todos


los seres culpables de la destrucción. Interviene también la tercera
persona del plural cuando el narrador se distancia de sus seme-
jantes para narrar los actos de los seres que perecieron por culpa
de su propia irracionalidad.
En la narración aparecen enunciados de mass media, en forma
de anuncios publicitarios y de órdenes del mensajero del helicóp-
tero, y unas frases de Treasure island'" de Robert Louis Steven-
retratan los intelectuales e intelectualoides de la floreciente modernidad
de México: existencialistas. marxólogos, nacionalistas. En tres cuentos de
la segunda colección de Fuentes, C amar de cie1:os (1964), regresa el tema
de la complicada vida interior de los intelectuales. "Las dos Elenas" cri-
tica los círculos de snobs (intelectuales y artistas) quienes en Elena. la
joven. tienen a su mejor representante porque su proteica perwnalidad
asume sin criterio la influencia cultural extranjera. En "Fortuna lo ha
querido", la inmadurez de un pintor se refleja en su arte. que sufre tam-
bién por su cobardía vital e indefinición personal; ··un alma pura.. pre-
senta a través de una relación incestuosa la destrucción de un hombre
joven por su hermana, brillante estudiante de letras. Carlos Fuentes ex-
plota incisivamente esta veta en Cambio tle piel, novela en la que el in-
telectual es el personaje central, y sus mujeres la contrapartida nece·;aria
1como en Poi111 cmmterpoint de Huxley o en Ra.vuela de Cortázar). En
Cambio de piel la pareja es incapaz de una relación adulta sin vínculos
enfermizos: él. un escritor que tipifica al que cree serlo. pero que nunca
se atreve a escribir; ella dedica su vida a propiciar las condiciones para
que esa obra se produzca. En la relación maestro/alumna de la facultad
de Filosofía y Letras. se retrata indirectamente losj medios académicos. En
general, en esta obra queda muy claro que la so~1sticación de los proble-
mas de los intelectuales o de los que creen serlo. se traduce en colitis.
úlceras, neurosis. y su improductividad en plagios mediocres, cuando no
imaginarios.
111 Ya comenté 1véanse notas 44 y 51 l de
qué manera ubica. Fuente!.
la erudición en sus textos: las citas y alusiones literarias son otro aspecto
de esa erudición. En Terra Nostru, por ejemplo. la citación numerosísim:t
es un caso de intcrtextualidad extrema: no sólo aparecen interpolados nu-
merosos fragmentos de, entre otras obras. La Celestil1t1, Don Juan T e110-
rio, poemas de Netzahualcóyotl, sino personajes de la~ obras maestras de
la literatura española favoritas de Fuentes. Esa abundancia de citas con-
vierten a Terru .Vu.ttra en una especie de inventario cultural. en donde se
funden la literatura latinoamericana y la española. en un texto que ostenta
explícitamente sus dos orígene3 literarios. reconociJos como tales, cons-
cientemente por Fuentes. Otro recurso de intertextualidad son las men-
ciones a escritores reales. otro síntoma de su interés multifacético por la
literatura que cobra forma de distintas maneras: )"a desde el punto de vista
~~~~~~~p~d~de~~~ri~
90 EL JEROGLÍFICO COSMOPOLITA

son. "El que inventó la pólvora.. se elabora formalmente a partir


de los comentarios en torno a una cita de Music at night de Al-
dous Huxley"c' cuyo contenido negarán. paso a paso. los aconte-
cimientos posteriores de la historia mundial. Así. la ordenación
de los hechos con su desenlace apropiado es una verdadera de-
mostración del error de esas observaciones. El narrador, situado
en el futuro al que alude Huxley, tiene ya los elementos de juicio
y las pruebas fehacientes para negarlas, por lo cual ''El que in-
ventó la pólvora" es, en un sentido, su gran contradicción o re-
futación:
Uno de los intelectuales que aún existían en los días an-
teriores a la catástrofe, expresó que la culpa de todo la tenía
Aldous Huxley. Aquel intelectual -titular de la misma cáte-
dra de sociología, durante el año famoso en que a la huma-
nidad entera se le otorgó un Doctorado Honoris Causa. y

En el último caso, Fuentes ha producido ensayos y conferencias como lo,


que recoge Casa co11 Jos puertas ( 1970) que en "Tres maneras de na-
rrar" incluye: ''La novela como reconocimiento: Jane Austen'": "'La no-
vela como símbolo: Herman Melville": "La novela como tragedia: Wil-
liam Faulkner": "Apéndice: muerte y resurrección de la novela·· !además
de ensayos dedicados a Octavio Paz, Jean Paul Sartre, Alfonso Reyes,
Ernest Hemingway, etc.). Véanse también sus ensayos La 1111e1·a 11m·efa
liispa11oamericww ( 1969). y Cen"antes o fa crítica Je fa lectura ltítulo
más que explícito).
t1c. Puede decirse que la mención de Huxley en este cuento va más allá
del recurso retórico. Huxley se preocupÓ por la supervivencia de la cul-
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tura; aunque nunca dudó de que ésta lograría sobrevivir. se alarmó por la
irracionalidad que amenazaba destruirla (como sí sucede en este cuento).
Esta visión groso modo que comparte Carlos Fuentes va unida a la crítica
de Un mundo feliz, utopía del mismo Huxley. que el escritor mexicano
rebate en términos utopistas. Ute Schmidt Osmanczik dice que " ... tam-
bién son utopías las llamadas Jystopías es decir, aquellas obras que pro-
yectan sociedades "como no deben ser''. Estos modelos de estado. a los
cuales pertenecen Un mundo feliz de Huxley y 1984 de Orwell, acentúan
la crítica al mundo real y. mediante esta crítica. dejan traslucir indirecta-
mente "cómo debería ser" el estado. También en ella se presenta una cos-
movisión aunque no siempre explícitamente desarrollada" (Platón y Hux-
ley. Dos utopíu.f, México. 1976, p. 8). En mi cpinión. "El que inventó la
pólvora··. texto de la segunda posguerra, como Un mundo feliz lo es de la
primera. está emparentado con la utopía como la ve Schmidt. "En defensa
de la trigolibia" está ligado a 1984 de George Orwell por la visión pesi-
mista y por la sátira. El Nuevo Mundo, desde una visión específica de la
Historia. es la utopía en Terra Nostra.
"EL QUE INVENTÓ LA PÓLVORA" 91

clausuraron todas las universidades, recordaba todavía algún


ensayo de Music at Night: los snobismos de nuestra época
son el de la ignorancia y el de la última moda; y gracias a
éste se mantienen el progreso, la industria y las actividades
civilizadas. Huxley, recordaba mi amigo, incluía la sentencia
de un ingeniero norteamericano: "Quien construya··-un· rasca-
cielos que dure más de cuarenta años, es traidor a la indus-
tria de la construcción." (p. 83).

Este párrafo, que inicia el cuento e introduce la narración en sí,


comunica las impresiones de un intelectual anónimo sobre la in-
terpretación del escritor inglés acerca de la sociedad capitalista, y
recoge también las frases que tipifican al técnico. Como demostra-
rá después "El que inventó la pólvora", los "snobismos" servirán
no para avanzar en la civilización y el progreso, como se dice lo
afirmó Huxley, sino para destruirla y retroceder a la época de la
invención del fuego; además, la mentalidad expresada en la opi-
nión del tecnócrata, ingeniero de la construcción, es la que con-
duce al acelerado proceso destructivo.
El narrador es, en cuanto ente representado, un hombre consu-
midor como los demás, pero en quien surge la necesidad racional
de observar lo que lo convierte en el espectador que escribe (de
ahí el vaivén del yo al nosotros). Progresivamente, al alejarse del
grupo homogéneo de los hombres, se sitúa en una perspectiva
que lo define como el testigo escritor que, desde fuera, analiza
el consumismo del cual sí pudo desligarse (por eso el cambio de
nosotros a ellos). Al afirmarse como escritor su memoria es la
única que no se pierde, ni su sentido del tiempo y por lo mismo
posee la visión coherente de los hechos:

Aquí, desde hace un mes, vivo escondido, entre las ruinas


de mi antigua casa. Huí del arsenal cuando me di cuenta que
todos, obreros y patrones, han perdido la memoria, y tam-
bién, la facultad previsora ... Viven al día, emparedados por
los segundos. Y yo, de pronto, sentí la urgencia de regresar a
esta casa, tratar de recordar algo -apenas estas notas que
apunto con urgencia, y que tan poco dicen de un año relleno
de datos- y formular algún proyecto . . . ¿Los novios, los
niños, los que sabían cantar, dónde están, por qué los olvidé,
los olvidamos, durante todo este tiempo? ¿Qué fue de ellos
92 EL JEROGLÍFICO COSMOPOLITA

mientras pensábamos (y yo sólo he escrito) en el deterioro


y creación de nuestros útiles? (pp. 94-95).

El personaje se aísla para escribir 96 y esta acción se destaca como


la única con sentido, pues de ella resulta el último texto de Ja
civilización: arte. testimonio. confesión e Historia.
Es por eso que "El que inventó Ja pólvora·• simboliza ser Ja
historia mundial a cargo del escritor, cuyo nombre ni personali-
dad importa, puesto que representa una figura y su función social.
Su diario, más que un escrito que Je pertenezca, es la expresión
arqueológica de la colectividad: biografía e Historia indisoluble-
mente fundidas.
Las concepciones en torno a la literatura están en pugna con
las del pensamiento tecnocrático, y por lo tanto es significativo
quién hace la literatura y por qué; quién lee y para qué; y sobre
todo cuál es el valor de Ja obra literaria. No se salva cualquier
hombre, sino El Escritor y no cualquier objeto de Jos que pro-
dujo el hombre, sino los textos literarios. El que escribe es, por
tanto, el ser diferenciado de la sociedad que sin el poder de trans-
formar la realidad con la palabra, es, por derecho, el depositario,
hacedor y trasmisor de los valores altamente culturales; éste es el
sentido del papel sobresaliente que a ese artista y a la literatura
les toca finalmente cumplir:
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¡Qué gusto! En mi sótano encontré un libro con letras im-


presas; es Treasure /sland, y gracias a él. he recuperado el
recuerdo de mí mismo, el ritmo de muchas cosas ... Termino
el libro ( "Pieces of eight! Pieces of eight!") y miro en rede-
dor mío . . . Entre las páginas de Stevenson, un paquete de
semillas de hortaliza. Las he estado metiendo en la tierra.
¡con, qué gran cariño! ... ( pp. 95-96).

'"' Comportamiento de muchos personajes en las obras de Carlos Fuen-


res. En Los días e11mmcarado.\· el aislamiento Je los actores es un indic;o
Je locura excepto en "El que inventó la pólvora"' cuyo escritor es, al revés
4ue en los otros relatos, el cuerdo a quien rodea la locura. Hay actores
femeninos que se recluyen en La región más 1ra11sparente, ú1 muerte de
A rtemio Cruz; y la pareja en Aura, en "Tlactocatzine, del jardín de Flan-
des" y en El 111er10 es rey, obra de teatro que trata sobre el encierro ob:•e-
~ivo de una pareja que es en su relación simbólica varias parejas a la vez.
'"EL QUE INVENTÓ LA PÓLVORA!' 93

Para la posteridad quedarán, como fuentes históricas para re-


construir el pasado de la humanidad, la novela de Stevenson y el
diario del personaje, la literatura igualada a la historia y el escri-
tor al historiador."; Escritura y lectura como los medios por ex-
celencia para preservar el raciocinio. Esta valorización en la tierra
al abolirse el intelecto ve en el lector-escritor al que fundará en
todos sentidos la nueva Historia. Al recibir simbólicamente las
semillas en el libro se trasmite el mensaje ideológico de que en el
personaje recae también la tarea de reiniciar el trabajo de la
tierra.
Las causas y consecuencias del desastre están en la literatura
(la novela de Stevenson es la primera parte de la historia mun-
dial, el diario es la segunda). La importancia de Treasure Jsland
radica en que relata literariamente el origen de todo el desastre:
por eso vienen a la mente del personaje las frases del loro que
grita irracionalmente "Pieces of eight''; esto es, la piratería inglesa
sobre la que no se explaya el narrador, pero a la que alude para
implicar que ésta dio lugar al nuevo curso de la Historia o sea
a las condiciones económicas que dieron origen a la revolución
industrial en Inglaterra. El cuento remite a ella al aludir a una
segunda revolución industrial en el futuro hipotético de la narra-
ción. Claramente, la relación de causa y efecto que mantienen los
hechos históricos en el texto encuentra en el libro de Stevenson
el "antecedente" histórico, mientras que ellos son su "consecuen-
te". El recurso que hace del texto una refutación de Huxley es, en
el fondo, el pretexto para criticar el desarrollo de la economía ca-
pitalista, por lo cual "El que inventó la pólvora" lleva a sus últimas
consecuencias los postulados de la teoría económica, sobre todo
de la keynesiana. "A Atraviesa el texto un afán polémico (en con-

••; Véase nota 41.


"" La crítica ideológica es muy clara en "'El que inventó la pólvora .. :
desde cierto punto de vista, las obras de Carlos Fuentes se dividen en
críticas a la sociedad, sus valores, clases sociales, etc .. y obras en las que
sublima o desecha el matiz valorativo. Puede decirse que, en conjunto, Lm
1/ius enmuscaraJus pertenecen a la línea crítica más obvia de Fuentes, en
especial "'El que inventó la pólvora", "Letanía de la orquídea" y "En de-
fensa de la trigolibia'". Así, sus obras inmediatamente posteriores enseñan
con fuerza la crítica de Fuentes a la sociedad (a una parte de ella, por
lo menos) y a sus individuos· (l.a región, Las ft11e11u.f i·o11de11cias, l.e1
muerte 1/e Arremiu Cruz, Cambfo Je piel, Cantar Je cie1:0.f). crítica que
94 EL JEROGLÍFICO COSMOPOLITA

tra de las predicciones positivas de Huxley) contra la falacia de


los modelos económicos anglosajones; de ahí que los actores
<on los mismos que los del sistema económico: consumidores.
empresarios, bienes de consumo.
"El que iuventó la pólvora" representa la etapa culminante del
proceso autodestructivo de la humanidad, que generó su organiza-
ción social característica puesto que la economía capitalista, que
ya domina mundialmente, se aniqui~a por las mismas leyes de
funcionamiento del sistema, en especial por el consumismo.
Todos los hombres son autómatas, cosificados por medio de la
información o ideología que los bombardea, y los convierte en ob-
jetos; simultáneamente, a la inversa, los objetos de consumo se
vuelven sujetos de decisiones. Las metamorfosis de los actores
invierten el significado de la "soberanía del consumidor" deve-
lando su dependencia por medio del juego de la rebelión de los
utensilios." 9 Estos últimos son los actores que reaccionan primero
ante el mecanismo de la oferta y Ja demanda, acelerando el tér-
mino de su obsolescencia. Tal desintegración ocasiona un incre-
mento de la producción y de la compra puesto que los actores
están interrelacionados por un ritmo de causa y efecto. Se llega

se diluye en Aura, Cumpleaños, Terra Nostra y vuelve a apuntar en La


cabeza de la lzidra. Crítica es también la intención que ha alimentado sus
ensayos tanto los de tema literario como los de tema político (La nueva
1101·ela hispa11oamericana. Tiempo mexicano) y es la pauta de su línea
como periodista: polémico, crítico, aun en entrevistas personales. En "El
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que inventó la pólvora·~ la crítica permea el texto no sólo en el curso de


los acontecimientos: menciona allí el monumento a las Armonías econó-
micas, obra inconclusa del economista francés Fréderic Bastiat. Según
Bastiat, el desenvolvimiento natural de las leyes en la economía conduce
a la armonía perfecta de los intereses en juego. Economista y estadista,
Bastiat fue muy conocido por su catolicismo acendrado y por su antisocia-
1ismo que se plasma en su libro, La ley (hay traducción al español publi-
cada por el Centro de Estudios Económicos Sociales de la Univer~idad
de Guatemala, 1969).
"º Las metamorfosis de los actores en Los días enmascarados termina
en la conversión de los personajes en objetos de la volunta~ ajena, mien-
tras que los actores-utensilios, cosas, se vuelven sujetos. A í, la cosifica-
ción de los hombres tiene su correspondencia en la rebeldía de las cosas:
"Nunca hubo tiempo de averiguar a qué plan diabólico obedeció, o si todo
fue la irrupción acelerada de un fenómeno natural que creíamos dome-
ñado. Tampoco, dónde se inició la rebelión, el castigo, el destino -no
'<abemos cómo designarlo . . . Cuando comenzaron a derretirse las cucha-
.. EL QlJE INVENTÓ LA PÓLVORA" 95

a una situación "ideal" capitalista de "pleno empleo" a nivel mun-


dial; el dinero circula a gran velocidad, hasta cumplir todos los
ideales económicos; posteriormente la economía se desboca. "El
que inventó la pólvora'' cuenta desde ese punto la regresión total
de la Historia al devolver el proceso económico a etapas anterio-
res al capitalismo pero en las que no queda huella de ningún
aporte de la civilización y la cultura. Es decir, el uso del dinero
pierde sentido; el empresario se vuelve su propio consumidor y
'.os objetos regresan a la materia prima con que se inicia la pro-
ducción en serie. Toda la transformación regresiva pasa por los
estadios de destrucción que conllevan la civilización y el progreso
sustentados en el mercantilismo. El desarrollo de los hechos juega
una y otra vez a parodiar los ideales capitalistas, por ejemplo,
'a transformación continua de los bienes de consumo produce la
acumulación de basura, en vez de la acumulación de capital, de
ahí que esa sociedad futura igualmente clasista tenga en los basu-
reros "la capa socia! privilegiada", sus nuevos "millonarios". El
escritor, que trabaja e:i un banco, pertenece a la clase media y
desde que ya no circula el dinero se dedica a escribir su interpre-
tación de los acontecimientos que, comprensiblemente, no va más
allá de la descripción y enumeración de los hechos. Es significati-
vo que el escritor carezca de los instrumentos que le permitan
analizar y sustentar con explicaciones su narración; no es un cien-
tífico, sino un artista más consciente y alerta que los teóricos
capitalistas. Es decir, en su enunciado no entran el discurso his-
tórico, económico o sociológico, pero de su narración se despren-
den los problemas socioeconómicos con una visión humanista. Los
acontecimientos, además de invalidar las posiciones intelectualiza-
das que predicen determinada dirección de la Historia. son presen-
tados por el escritor .que tiene la jerarquía más alta en la con-
cepción humanista, mientras que la concepción tecnocrática, en
pugna en todo el cuento, coloca a los economistas por encima
de los demás: ··No puedo dar idea de los monumentos alegóricos

ras, cuchillos. tenedores. amarillentos. de aluminio y hojalata. que usan los


hospitales, los pobres, las fonda~. los cuarteles. no fue posible ocultar la
desgracia que nos afligía" ( pp. 85. 86 l. No otra cosa sucede con la estatua
del Chac Mool que, como el Golem. destruye a su amo; con la casa en
4ue va a vivir el güero en "Tla.:locatzine": con la boca del cuadro en
"Por boca de los dioses". etc.
96 EL JEROGLÍFICO COSMOPOLITA

que sobre los desperdicios se han construido en honor de los eco-


nomistas del pasado. El dedicado a las Armonías de Hastial, es
especialmente grotesco" (p. 96).
La basura, o bienes "transformados", causa la transformación
topográfica de la tierra:
La acumulación de basura en las calles las hacía intransi-
tables (p. 92).
La opacidad chiclosa se entrevera en mil rasguños; las llan-
tas y los trapos, la obesidad mal oliente. la carne inflamada
del detritus, se extienden enterrados por los cauces de asfal-
to; y pude ver algunas cicatrices, que eran cuerpos abrazados.
manos de cuerda, bocas abiertas y supe de ellos ( pp. 95-
96). '""

La superficie terrestre recibe las repercusiones del comporta-


miento automatizado de los hombres quienes son sólo una pieza
del engranaje (economía) que remodela el mundo hasta cambiar-
lo totalmente. El armamentismo, una de las etapas por las que
atraviesa la sociedad de consumo, más la basura, destruye el To-
pos (entendido en el cuento como una especie de ámbito en el que
surge la cultura.'"' pero se asocia con la topografía). Si aquella

'"" También en este cuento se da la corporalización o humanización


del escenario. Aquí el hombre ha hecho realidad la locura mundial; las
imágenes con que describe el narrador la situación de la superficie terrestre
están emparentadas con las pesadillas y visiones de los personajes que pier-
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den la razón en Lo.r Jím e11111asc·araJos.


'"' La reflexión sobre la cultura que en este cuento alcanza la destruc-
ción del Topos y del Logos. es rasgo frecuente en los textos de e.arios
Fuentes. En esta cita de Tiempo mexicano (p. IO). Fuentes resume años
después el trasfondo de los matices de su preocupación por la cultura que
subyacen en Lo.f Jía.1· enmal-caraJos: "Basta viajar por tierra de la ciudad
de México a Nueva York para advertir una cualidad arruinada en ambos
países. Pero las ruinas norteamericanas son mecánicas. son ruinas de pro-
mesas hechas y cumplidas y luego abandonadas por el tiempo y al tiempo
en enormes cúmulos de chatarra. cementerios de automóviles, ciudades
asfixiadas y fábricas renegridas. De niño, viajaba yo todos los veranos de
Washington. donde estudiaba, a México, donde pasaba las vacaciones. Ern
deprimente contrastar el progreso de un país donde todo funcionaba, todo
era nuevo. todo era limpio, con la ineficacia, el retraso y la suciedad de
mi propio país. Hace poco, al pasar dos meses en Nueva York, conocí el
destino de aquella eficiencia. de aquel 'progreso': el abandono. la inefica-
cia. el peligro. la basura, el crimen. Rescaté mi orgullo de niño subde-
"EL QUE INVENTÓ LA PÓLVORA" 97

altera la geografía terrestre, las bombas atómicas cerrarán el gran


ciclo histórico de ta civilización que empezó con la agricultura
para terminar con la siembra de objetos destructivos: "Yo sabía
que las armas eran llevadas a parajes desiertos, y usadas allí; un
puente aéreo se encargaba de transportar las bombas con rapidez,
antes de que estallaran, y depositarlas, huevecillos negros, entre
las arenas de estos lugares misteriosos" ( pp. 93-94).
Es así que el escritor es el primer poblador de una tierra con
mares y continentes distintos; su tiempo y espacio es el del hom-
bre primitivo en el que todo está por hacerse de nuevo: "Estoy
sentado [dice como Robinson Crusoe] en una playa que antes
-si recuerdo algo de geografía- no bañaba mar alguno. No hay
más muebles en el universo que dos estrellas, las olas y arena. He
tomado unas ramas secas; las froto, durante mucho tiempo ...
ah, la primera chispa ... " ( pp. 96-97).
La deshumanización excluye al Logos, la razón como facultad
y como "el decir" realizaciones exclusivas del hombre, que sim-
bólicamente expresa la huída del alfabeto:

Regadas por el piso, como larvas de tinta, yacían las letras


de todos los libros. Apresuradamente, revisé varios tomos:
sus páginas, en blanco. Una música dolorosa, lenta, despedi-
da, me envolvió; quise distinguir las voces de las letras; al
minuto agonizaron. Eran cenizas. Salí a la calle, ansioso de
saber qué nuevos sucesos anunciaba ésta; por el aire, con el
loco empeño de vampiros, corrían nubes de letras; a veces.
en chispazos eléctricos se reunían . . . amor rosa palabra,
brillaban un instante en el cielo, para disolverse en llanto
(pp. 90-91 ).

Ai ausentarse la razón y la memoria (la escritura, la Histo-


ria) de los hombres se hace imposible decir y hablar en ese ám-
bito; sólo el escritor puede hacerlo, porque su visión lo sitúa por
encima de las leyes del funcionamiento de la economía que limitan

sarrollado y me di cuenta de que mientras el progreso norteamericano ha


producido basura. ei retraso mexicano ha producido monumentos. Las rui·
nas de México son naturales: son las ruinas del origen, de proyectos vi-
tales prometidos y luego abandonados o destruidos por otros proyectos.
naturales o humanos, pero siempre cercanos a algo que las miradas de la
inocencia sólo saben identificar con una fuerza perpetuamente origina/ ...
98 EL JEROGLÍFICO COSMOPOLITA

el espacio humano. Al acabarse la civilización, primero el Logos,


luego el Topos, se ocasiona un movimiento hacia el origen-des-
trucción. La Historia va hacia Ja prehistoria; eJ ciclo que sigue lo
vivirá el escritor ante quien la etapa que se inicia abre una nueva
repetición de la Historia. El futuro hipotético en que se escenifica
"El que inventó la pólvora" afirma insistentemente el pasado pues-
to que no presenta una proyección hacia adelante. El tiempo cí-
clico repetirá todo. Si por un lado eJ cuento presenta un retroceso
P.Ues los acontecimientos se ordenan desde un punto en el pasado
hasta el presente, lo que da la ilusión de un fluir histórico, por
otro, los movimientos regresivos se dan en varios planos. Es por
eso que Jo que cuenta "EJ que inventó Ja pólvora" es una sucesión
de hechos que siguen un orden hacia el futuro, que paradójica-
mente es una vuelta hacia e) pasado. Por eUo no importa el des-
pJiegue de Ja narración que coloca Jos acontecimientos en suce-
sión, sino Jos· dos grandes movimientos temporales: de retroceso,
hacia antes de la Historia, y de avance, para que todo se repita
(que impJica Ja presencia del primer habitante, con sus libros, en
Jos que recupera solitariamente el Logos. Su escritura es un acto
que consignará Ja Historia) .

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