Estados Finacieros
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Es fundamental que el balance nunca esté descuadrado. Esto quiere decir que el total del activo
debe ser equivalente a la suman del pasivo más el patrimonio neto. Si esto no es así, debes ver
dónde está el error.
A la hora de hacer el cálculo, debes tener en cuenta las diferentes masas patrimoniales de estas
tres variables:
El activo: se divide, a su vez, en activo corriente y no corriente. Este último hace referencia a los
bienes y derechos que formarán parte del patrimonio empresarial durante un periodo mínimo de
un año. Incluye, entre otros, los inmuebles por lo que recibe un alquiler, las inversiones financieras
a largo plazo o la maquinaria. Los activos corrientes, por el contrario, son los que formarán parte
del patrimonio menos de 12 meses (el dinero en efectivo que hay en la caja o la mercancía a la
venta, por ejemplo).
El pasivo: como el anterior, se clasifica en corriente (deudas a corto plazo) y no corriente (deudas a
largo plazo).
Estado de resultados
También conocido como estado de ganancias y pérdidas, resume las operaciones derivadas de las
actividades económicas de una empresa durante un periodo determinado.
El resultado final se obtiene tras restar a los ingresos de una empresa durante un determinado
período fiscal los distintos gastos, tanto ya efectivos como futuros en forma de pagarés, cheques,
intereses, etc.
Para elaborar el estado de resultados se desglosan de forma detallada todos los gastos, pérdidas,
beneficios e ingresos. Se distribuyen en distintas categorías para obtener dos tipos de resultados:
antes y después de aplicar los impuestos.
Este documento sirve para mostrar si la compañía está cumpliendo sus objetivos financieros.
También ofrece la posibilidad de conocer cuál es su rentabilidad, qué bienes posee, cómo los ha
conseguido e, incluso, cuánto dinero consigue por cada euro invertido.
Para poder hacer los cálculos de forma rápida y correcta, lo mejor es tener todas las cifras
ordenadas y contabilizar tanto los gastos como los ingresos en el momento en que se producen.
De esta forma, llegado el momento solo tendrás que sumar los importes y asentarlos en la cuenta
correspondiente. Los softwares de digitales de gestión de gastos de los empleados son un gran
aliado para ayudarte en esta tarea.
Estados de flujos
Además, es posible saber con detalle de dónde ha salido el efectivo y a dónde ha ido a parar. Ten
en cuenta que no es lo mismo obtener dinero de un préstamo que de una aportación económica
de los socios.
El Estado de Flujos de Efectivo clasifica los movimientos por actividades. Se puede hablar de tres
tipos:
1. Flujos de efectivo de las actividades de explotación: pagos y cobros relacionados con la actividad
principal de la empresa.
2. Flujos de efectivo de las actividades de inversión: pagos para adquirir activos no corrientes y
cobros de procedentes de las ventas o de las amortizaciones.
3. Flujos de efectivo de las actividades de financiación: cobros que provienen de la venta de títulos
o valores y pagos realizados para amortizar préstamos, por ejemplo.
De todo lo indicado se puede deducir que los estados financieros son un instrumento básico para
la evaluación del rendimiento de una compañía, ya que son parte importante para la aplicación de
fórmulas financieras, estadísticas y comparaciones.
La elaboración de los distintos documentos que reflejan los estados financieros es muy útil para,
entre otros:
Conocer si se está produciendo algún tipo de desajuste en las cuentas generales de la empresa o
los presupuestos que interfiera en su normal funcionamiento y viabilidad.
Tener la información suficiente como para tomar decisiones relacionadas con la gestión.
Ver la evolución de un año con respecto al anterior y, con ello, poder tomar decisiones de cara al
futuro.
Tener preparada la documentación necesaria para solicitar una financiación o ponerla a la venta.
Ofrecer la base para el cálculo de impuestos por parte de las Administraciones Públicas