Clase 5 de La Ley 1420 A La 26150

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Discursos pedagógicos en

Argentina durante los


siglos XX y XXI

Discurso pedagógico moderno y


posiciones críticas.

Introducción

Bienvenidos/as a la clase 5. En esta


oportunidad abordaremos la segunda
parte de la unidad 3 y veremos los
discursos que se fueron conformando a
partir del siglo XX y XXI.
Clase 5
Discursos pedagógicos en la Argentina durante los siglos XX
y XXI.

Normalismo y positivismo primeras bases del sistema


educativo
Bienvenidos y Bienvenidas a la anteúltima parada de este viaje. En esta oportunidad
transitaremos por los discursos pedagógicos que fueron apareciendo en los distintos
momentos históricos a partir de la Ley 1420. La clase anterior vimos que fue difícil llegar a
la sanción de la primera ley de educación, también pudimos observar que no todos
quedaron conformes, por consiguiente, las discusiones prosiguieron. A finales del siglo XIX,
el 35 % de los habitantes eran analfabetos y la población escolar alcanzaba a un millón.
Estos datos mostraban que la normativa no fue suficiente para generar los cambios
necesarios. Ese fracaso era adjudicado a la llegada de adultos inmigrantes iletrados a
Buenos Aires y no cultos del norte de Europa.
La creación de la Escuela Normal del Paraná, para la formación de maestros, creada por
Sarmiento, inicia la corriente pedagógica normalista. Este modelo fue creciendo de manera
autónoma respecto a las políticas oficiales, los/as maestros/as consideraban que educar era
su misión y su forma de pensar la instrucción del/la ciudadano/a estaba influenciada por la
antinomia civilización y barbarie. Creían en la religión como organizador de la moral, aunque
preferían que las escuelas públicas fueran laicas. El método, la organización escolar, la
planificación, la evaluación y la disciplina eran las nociones que organizaban su práctica.
(Puiggrós: 2002: 97).
Los dos primeros directores que tuvo la escuela de maestros fueron: George Stearns, un
liberal protestante proveniente de Estados Unidos. Junto a las maestras norteamericanas
aportaron la técnica, es decir, los procedimientos, los programas y los métodos educativos.
El otro, José María Torres, con ideales conservadores, promovió una educación normalista
basada en la moral, en el orden, en las buenas costumbres con el fin de que los/as
estudiantes alcanzaran la autodisciplina. Pero, ninguno de ellos logró contentar los deseos
políticos de la época. Sin embargo, sus teorías positivistas en la enseñanza se prolongaron
en el tiempo al quedar cristalizadas en el imaginario de los/as docentes normalistas.
La pedagogía positivista fue el paradigma de la época. El lema principal fue el orden y el
progreso en todos los aspectos sociales, políticos y económicos. Su modelo teórico fue el
pilar del surgimiento de las escuelas públicas, ideas que nuestro país vio con buenos ojos
para ordenar y controlar a la Nación.
Pedro Scalabrini Ortiz es quien introduce los ideales positivistas en la Escuela Normal de
Paraná. Ese paradigma pedagógico fue bien recibido por los intelectuales de la época, entre
los que podemos encontrar a, Carlos Octavio Bunge, José María Ramos Mejía, Víctor
Mercante, Alfredo Ferreyra y Rodolfo Senet. Este último, junto con otros pedagogos,
articuló los modos en que se clasificarían a los alumnos, las formas en que se los evaluaría
y la manera de registrarlos.
Senet ideó un diagrama disciplinario basado en la opción delincuente/adaptado que
organizaría la vida escolar. De ese modelo hizo derivar las series indisciplina= delincuencia=
enfermedad; buena conducta= capacidad adaptación= salud. Otorgó gran importancia a la
herencia de las enfermedades, que incluía desde la sífilis hasta la predisposición a la locura,
la idiotez y la degeneración (Puiggrós: 2002; 97)
Les propongo ver el siguiente video para conocer un poco más acerca del
Surgimiento del Sistema Educativo en Argentina
https://www.youtube.com/watch?v=qgczCK-7l_4&t=3s

José María Ramos Mejía, médico de la corriente higienista, planteaba que hacían falta dos
generaciones de mestizaje para generar la raza que había sufrido la influencia de la
inmigración.

La corriente médica y sociológica higienista, vinculada con los grupos oligárquicos de la época,
gana lugar en el Normalismo, tras las epidemias de fiebre amarilla y cólera. Estos especialistas
buscaban controlar los malos hábitos de los inmigrantes. De esta manera, se introdujo el control
médico escolar para seleccionar mejor a quiénes ingresarían a la escuela pública. Estas prácticas
también se instalaron en la rutina diaria de las/os maestras/os, por ejemplo: se revisaban las
uñas, orejas, la higiene del guardapolvo, entre otros aspectos.
Mientras avanzaba el Normalismo-Positivista en la educación, había maestros/as que
intentaban resistir a sus embates autoritarios. Dentro de los que se oponían a esa forma de
enseñanza, estaban los socialistas y los anarquistas, ambas corrientes provenían de los
inmigrantes que llegaron a nuestro país.
Discursos pedagógicos socialistas, anarquistas y democráticos
radicalizados
El socialismo nace en Argentina bajo la figura de Juan B. Justo que a través de la creación del
diario La Vanguardia buscaba reunir a todos obreros que adherían a esas ideas. La mayoría de
los docentes que respaldan este pensamiento compartían la mirada de los democráticos
radicalizados y de los inmigrantes fundadores del club Vorwarts (pertenecientes al partido
socialdemócrata alemán y significa “unidos y adelante”). Sus convicciones y reivindicaciones se
basaban en conseguir un salario igualitario entre hombres y mujeres y jornadas de 8 horas
laborales. Su estrategia era reformista y en el plano económico aspiraban a la modernización
del país capitalista y en lo político, ocupar espacios dentro del régimen y del parlamento para
mejorar la vida de los trabajadores.
Dentro de este movimiento, las posturas educativas objetaban el orden conservador,
rechazaban a los criollos y admiraban al proletariado europeo, acordaban con el
posicionamiento de Sarmiento y el de los sociólogos liberales. Además, justificaban el lugar del
Estado en la educación y le daban importancia al aporte de la sociedad civil en el sistema
educativo estatal. Compartieron las reflexiones de Marx, de Comte, de Darwin y los higienistas
de la época. En sus prácticas pedagógicas buscaban generar vínculos participativos con sus
alumnos y con los padres.
La pedagogía basada en las teorías anarquistas, cuyo pensador principal es Max Stirner,
pensaba que debía existir una educación para la libertad y no para la servidumbre. Esa corriente
entendía que la escuela preparaba a sus estudiantes para la sumisión porque se los prepara
educativamente con el propósito de que se adscribieran a la iglesia, al Estado o a un partido
político.
El rol docente en esas escuelas se asemejaba casi al de un policía, por esta razón, creían que
el/la educador/a tenía que promover prácticas que permitan desarrollar un espíritu libre y
creativo en sus estudiantes. Los contenidos y valores pedagógicos debían ser neutrales (incluso
del anarquista) con el fin de que los/las alumnos/as pudieran decidir de manera independiente
su forma de vivir.
Los anarquistas libertarios en la Argentina no lograron llevar a cabo experiencias pedagógicas
como sí lo hicieron en México o en otros lugares donde el movimiento penetró un poco más. En
nuestro país fueron perseguidos y muchos de los/as docentes fueron encarcelados/as o
expulsados/as. Solo se diferenciaron de las escuelas estatales por la forma de enseñar algunos
contenidos. Las pocas escuelas que existieron fueron clausuradas y el artículo 7 de la Ley de
Residencia prohibió sus asociaciones.

La pedagogía desde Yrigoyen hasta la década Infame


El gobierno de Yrigoyen proporcionó a los/as docentes progresistas un marco en el
que podían desarrollar sus ideas y experiencias pedagógicas. Los/as maestros/as
tenían la posibilidad de escribir artículos críticos a la burocracia escolar. Las
pedagogías basadas en el espiritualismo, antimetodistas y participacionistas
conseguían desarrollarse sin problema. Este periodo histórico se caracterizó por la
lucha entre lo nuevo y lo viejo. Las discusiones se centraron en cómo articular los
principios educativos liberal-democráticos y la manera de generar una unidad cultural
nacional. La pedagogía argentina no supo o no pudo crear categorías simultáneas a
las del individuo (creatividad, imaginación, desarrollo propio e identidad personal), que
vincularan la educación con el trabajo y construyeran los valores, hábitos y gustos
colectivos (Puiggrós, A: 2002; 115).
El 6 de septiembre de 1930 se produce el golpe de Estado a Yrigoyen bajo la figura
de Félix Uriburu, ese hecho inicia el proceso histórico denominado Década Infame. El
presidente de facto busca imponer un modelo corporativista que anule la democracia.
Otra característica pedagógica de estos años fue la de inculcar el patriotismo a los/as
niños/as. Desde el Ministerio se instruía a las escuelas cuáles debían ser las
formalidades para seguir en los actos escolares recordatorios. Muchos docentes no
acordaron con esta propuesta, sostenía que el método era predicar con el ejemplo.
Las corrientes basadas en prácticas de tipo espiritualista promovían una ideología
patriótica nacionalista, su lema era espiritualizar y argentinizar. Se comienza a dar
importancia a las fechas patrias y en ese sentido, se instaura el día del Himno y el de
la escarapela. Los métodos escolares comienzan a ser pensados como una
organización militar. Los/as docentes que no acordaban con esa forma de educar
fueron perseguidos.
El nacionalismo autoritario que se instaura es tan fuerte que los pedagogos
democráticos se unen en 1930 para formar el Colegio Libre de Estudios Superiores y
la Cátedra Sarmiento, donde nuclean el marxismo positivista de Aníbal Ponce, el
liberalismo espiritualista laico y el espiritualismo laico vinculado al socialismo. Desde
allí se genera un pensamiento pedagógico enfrentado al autoritarismo que reivindica
la Ley 1420 y la Reforma Universitaria.
El esencialismo, de la mano de Juan B. Terán, promovía un imaginario sobre la figura
del maestro/a, vinculado a un apóstol del saber, él pensaba que la misión del/la
docente era la de curar el hedonismo de la sociedad. Para Terán la espiritualización de
la escuela ayudaría a combatir el comunismo y por otro lado daba impulso a la
educación privada.
Los grupos católicos encuentran en la escuela un lugar para difundir sus ideas. La
máxima expresión de esta corriente católica se da a partir del gobernador de tinte
conservador, Manuel Fresco, que desde la Provincia de Buenos Aires, en 1937
promueve la enseñanza obligatoria de religión en todas las escuelas públicas. Fresco
impulsa prácticas pedagógicas como el higienismo, la educación física y el deporte con
estrategias educativas al estilo militar. Funda las primeras escuelas técnicas de oficios
para crear obreros capacitados, pero no los habilitaba a estudios superiores.
Discursos pedagógicos durante el Peronismo
Durante este periodo hubo una fractura entre los discursos pedagógicos Peronistas y
Radicales. Radicales y demócratas formaron un frente de oposición al peronismo, el
cual defendía la educación laica, gratuita, obligatoria, estatal y la reforma universitaria.
Alguno de los docentes que se opusieron fueron Olga y Leticia Cosettini, Antonio
Sobral, Luis Iglesias, todos ellos se alinearon en defensa de los principios liberales
contra el avance del nacionalismo.
El peronismo heredó del régimen del 43, funcionarios ultranacionalistas que pensaba
la escuela como un regimiento militar. No entendían la idea de la participación popular
y tenían concepciones pedagógicas distintas.
El peronismo se debatió entre una pedagogía social y una pedagogía política dirigida
a la niñez, su lema principal fue “Los únicos privilegiados son los niños”. El nuevo orden
pedagógico escolar fue caracterizado en un primer lugar, por la presencia de la iglesia
católica como tutora moral de la infancia.
Dio un gran impulso al sistema educativo, creando la Secretaría de Educación en 1948,
la cual, en 1949 -con la sanción de la Ley Orgánica de Ministerios- se transformó en
el Ministerio de Educación. Dicha reforma implicaba la conversión del Consejo
Nacional de Educación (CNE) en Dirección General de Enseñanza Primaria.
La expansión del sistema educativo durante el primer peronismo fue fundamental.
Según la estadística oficial se inauguraron 1069 escuelas; 1064 secciones de jardines
de infantes; 6071 nuevas secciones de grado. Se fundaron: la escuela domiciliaria y la
escuela de policlínicos para los niños imposibilitados por razones físicas de concurrir a
los establecimientos escolares. Se amplió, además, la enseñanza que impartían las
escuelas nacionales que funcionaban en provincias, con el fin de que se cumpliera con
el ciclo escolar hasta sexto año, que era obligatorio. Otro ícono fue la creación de la
Universidad Obrera Nacional en 1948, la cual, años después, pasaría a llamarse
Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
A partir de su programa político, se proponía incorporar a los/las trabajadores/as y a
los sectores populares a un sistema educativo que acompañara el proyecto productivo
nacional. Con la expansión del consumo de electrodomésticos, autos, entre otras
cosas, se necesitaba mano de obra calificada para la fabricación y reparación de estos.
En este sentido, se crearon escuelas medias industriales, de artes y oficios y técnicas.
Durante el período peronista hubo varios ministros e intelectuales que hicieron su
aporte a las instituciones escolares. El primer Ministro de Educación fue Belisario G.
Pirán, quien pensaba que la justicia social debía inculcarse mediante una pedagogía
humanista, desde una doctrina antimaterialista, antitotalitaria y antirracionalista.
Promovía una formación para la infancia donde la creatividad, la iniciativa y el sentido
de la justicia social, estuvieran presentes mediante la enseñanza. El segundo Ministro,
Oscar Ivanissevich, pro fascista impulsó una política oscurantista, con contenidos
enciclopédicos y elitistas. El tercer Ministro, Armando Méndez San Martín, acompaña
la ruptura con la Iglesia Católica y Perón, a fines del segundo mandato.
Otros intelectuales que hicieron su aporte pedagógico fueron Jorge P Arizaga,
Secretario de Educación, durante la gestión de Pirán. Este docente adhería al
escolanovismo, organizó el sistema escolar con criterios nacionalistas democráticos y
le daba importancia a la enseñanza práctica. Acompañó el 1er Plan Quinquenal
educativo.
También encontramos los aportes Juan Emilio Cassani, quien estaba de acuerdo con
el movimiento de la Escuela Nueva, él consideraba a la pedagogía como un arte y no
como una ciencia. Finalmente, hallamos a Hugo Calzetti, quien tenía ideas contrarias
al positivismo pero rechazaba las prácticas liberales de la escuela nueva, él prefería el
método global de enseñanza. Fue autor de un libro de didáctica con el que se formaron
varias generaciones de maestros/as. Pensaba que el/la docente debía transmitir el
orden y la moral.
La pedagogía desde 1955 hasta 1983.
Los periodos históricos donde el poder presidencial fue tomado por la fuerza militar
son fundamentales porque han dejado huellas en la sociedad difíciles de borrar y las
democracias que pudieron consolidarse durante esa etapa fueron muy débiles. Estos
gobiernos se caracterizaron por sembrar el terror a través de prácticas autoritarias que
iban desde fusilamientos hasta desapariciones forzadas de personas. El sistema
educativo argentino lógicamente fue atravesado por esta pedagogía del miedo.
Durante la Revolución Libertadora (quienes derrocaron a Perón por medio del
bombardeo a Plaza de Mayo donde mueren centenares de personas entre ellas, niños
y niñas que estaban dentro de un micro escolar) desarma el modelo pedagógico
peronista. A través de un grupo de influencia liberal católico, la nueva política
educativa es encabezada por Van Gelderen.
El nuevo director de las instituciones educativas no tuvo que realizar grandes cambios
porque los colegios católicos mantenían el viejo discurso normalista. En las escuelas
de gestión estatal, convivían al mismo tiempo el retrato de Sarmiento, de Mitre junto
al de la Virgen de Luján. El grupo militar que tomó el poder representaba los intereses
de la oligarquía, la cual, necesitaba de manera urgente, encarrilar nuevamente a la
masa trabajadora que en el período peronista había adquirido derechos, con los cuales
no acordaban.
En 1958 se impulsa la Ley Domingorena, la cual, divide a la opinión pública entre los
que apoyan la enseñanza laica y los que defienden la “libertad”, que son
especialmente el liberalismo católico. Se produce una de las manifestaciones más
grandes de la resistencia estudiantil. Finalmente, en 1960 la legislación educativa
facilita el subsidio estatal al sector privado, la posibilidad de expedir títulos, la creación
de la Superintendencia de Enseñanza Privada y la Inspección General de Enseñanza
Universitaria Privada. De esta manera, el sistema privado adquiere forma orgánica.
Hacia 1966 se instaura la dictadura de Juan Carlos Onganía. En educación clausuró
todas las experiencias innovadoras que se estaban dando en las escuela públicas.
Muchos intelectuales estudiaban a Piaget, Freire, Althusser, textos de la teología de
la liberación, por ese motivo, intervino universidades llegando a desalojar a los
científicos mediante las fuerzas de seguridad, ese hecho se lo conoce como La noche
de los bastones largos.
Específicamente en este período hubo dos discursos pedagógicos que entraron en
disputa: por un lado, los del campo de la Educación Popular nucleados y organizados
por los siguientes sucesos: La Filosofía Liberación (Dussel), Teología de Liberación,
movimiento de revolución en Latinoamérica (Rev. Cubana) y la Pedagogía de la
Liberación de Paulo Freire, donde el saber popular se construye con la vivencia, los
aportes culturales, la propuesta de educación dialógica y participativa y en donde el
educador y el educando mantienen una relación dialógica simétrica.
Por el otro, el campo de la Instrucción Pública quedará marcado por la Teoría de la
dependencia de los países desarrollados y en vía de desarrollo. Este período estará
atravesado por dos corrientes pedagógicas en pugna, el Desarrollismo y el
Funcionalismo. En ese sentido, el sistema escolar pedagógicamente reproduce el statu
quo y la generación y reproducción de las desigualdades sociales, prevalece la
Educación Bancaria e impositiva.
Durante el tercer gobierno de Perón (73-76) se producen manifestaciones
pedagógicas del nacionalismo popular y en ese sentido se crean: la Dirección Nacional
de Educación de Adultos (DINEA), la Dirección de Comunicación social (DCS),
Campaña de Reactivación Educativa (CREAR). El intento de reforma pedagógica quedó
opacada con la muerte de Perón y luego con el golpe de Estado del 76.
A partir de 1976 la dictadura produce una situación muy difícil en el país. El shock
autoritario provocado por la Junta militar genera una crisis política, económica y social.
Busca imponer el disciplinamiento de la clase trabajadora, persiguiendo a políticos y
ciudadanos, realizando ajustes económicos e imponiendo la represión a las
expresiones culturales. De esta manera, se instaura el terrorismo de Estado con el
secuestro, la tortura, la desaparición forzada de personas y fusilamientos. A su vez, se
encarcela a todo aquel que es visto como subversivo. En la educación el discurso
pedagógico quedará ceñido oficialmente a un modelo represivo y despótico.

Este período autoritario produjo un agravamiento en materia educativa, se multiplicó


el problema de la deserción escolar, aumentó el analfabetismo y la delincuencia
infantil. Se produce la clausura definitiva de proyectos de educación democráticos.
Respecto a la pedagogía utilizada durante el régimen militar además de la represión
como instrumento de control se agrega la modernización tendiente al conductismo,
aparece la formación moral y cívica, se instituye un neoconservadurismo y se privatiza
aún más la enseñanza.
Les dejo el siguiente video para que se interioricen más sobre los efectos de los
gobiernos autoritarios en la educación
https://www.youtube.com/watch?v=_ozPHiZ35p0&t=379s
Discursos pedagógicos a partir de la vuelta de la
democracia
La dictadura que se estableció durante siete años generó en el sistema educativo un
deterioro significativo. El alfonsinismo produjo un respiro en las formas autoritarias al
dejar sin efecto las prácticas represivas. Esta situación, curiosamente, no promovió el
surgimiento de experiencias democráticas que habían sido dejadas de lado, por el
contrario, su llegada causó una gran sensación de vacío.
Alfonsín convocó a distintos sectores políticos y sociales con el fin de debatir los temas
de la educación Nacional. Propuso un proyecto de ley por el cual se conmemoraría el
centenario de la Ley 1.420 con un Congreso Pedagógico Nacional.
La convocatoria contó con el apoyo de los partidos políticos y de las principales
instituciones, se reunieron: la Iglesia, los gremios docentes y estudiantiles. Se
realizaron actos, debates públicos, asambleas multitudinarias y distritales. La
institución católica participó disputando todo el tiempo a los espacios laicistas.
Siguiendo los pasos de Illia, la política de Alfonsín desplegó como forma de gobierno
un progresismo democrático apostando por prácticas participativas por sobre las
posturas autoritarias. Entre las cosas que se reestablecieron fueron: los centros de
estudiantes en las escuelas medias y en las universidades, las huelgas docentes y la
autonomía universitaria.
Los cambios que se llevaron a cabo fueron muy precarios, producto de la difícil
situación heredada. El gobierno de Alfonsín tuvo que enfrentar los desacuerdos de los
radicales conservadores y de los democráticos; el problema salarial docente que
estaba sumamente deteriorado, cuyas huelgas y protestas terminaron con la Marcha
Blanca de 1988; la disputa con aquellas provincias donde había ganado el peronismo,
a las que el presidente les retuvo el fondo de coparticipación federal. Además, por la
fuerte crisis económica se multiplicaron los comedores escolares que se mantenían
por los aportes de la comunidad y la iglesia. Este caos social restó tiempo para el
desarrollo de prácticas pedagógicas.
La llegada del menemismo a la política produjo un gran impacto en el sistema
educativo. Primeramente, acordó con el Banco Mundial llevando a cabo todas sus
recomendaciones sin ningún cuestionamiento. En este sentido, acepta que el Estado
disminuya su responsabilidad como financiador y proveedor de la instrucción pública,
también abandonó la asistencia escolar para las personas con discapacidad. En
simultáneo establece subsidios a todos los niveles y modalidades de la educación
privada, comenzando con las universidades y terminando con la primaria. Finalmente,
lleva adelante el proceso de descentralización, en donde se transfirieron las escuelas
que dependían de la Nación a las provincias sin presupuesto.
El programa pedagógico buscaba volver a centrar el control ideológico y político tanto
público como privado. Para ello, en 1994, lanza la Ley de Educación Federal, cuyos
principales instrumentos del proyecto son: Contenidos Básicos Comunes de la
Educación Nacional; Los Contenidos Básicos de Capacitación Docente y la Red Federal
de Formación Docente y el Sistema Nacional de Evaluación de Calidad de la Educación.
Durante la política educativa de Menem se dieron los cambios más desestructuradores
del sistema creado en 1880 con el Banco Mundial como gran guía. Sin embargo, es
necesario remarcar que las medidas tomadas por el menemismo fueron leyes que
obtuvieron los votos positivos necesarios de la mayoría de las fuerzas políticas en el
parlamentario, si hubiesen sido debatidas en congreso pedagógico, como debería
haber sucedido, posiblemente no se hubiesen llevado a cabo políticas tan destructivas
tanto en relación a los contenidos como en las aplicaciones. Una postal de esta época
es la Carpa Blanca de docentes instalada frente al Congreso Nacional durante 1003
días en reclamo de mejoras salariales y una ley de financiamiento educativo.
Luego, el gobierno de la Alianza y el estallido del 2001, que deja un descreimiento
profundo en las políticas públicas y en la mirada pedagógica de los jóvenes, quienes
ya no creen en la figura adulta.
Finalmente, en el 2006 se sanciona la Ley de Educación Nacional 26.206 que está
vigente en la actualidad. Esta ley tiene como principio garantizar la educación como un
bien público y un derecho personal y social garantizado por el Estado. En este sentido,
cambió el modelo educativo que habían impuesto las políticas neoliberales de la
década del 90.
La gestión de Néstor Kirchner provocó un giro considerable en materia educativa, se
pasó del 1% del PBI en inversión educativa al 6%. Puso el acento en el Estado como
garante de generar los mecanismos para que en todo el país hubiera las mismas
oportunidades. Se establecieron discusiones sobre el nuevo proyecto de enseñanza
nacional permitiendo la participación ciudadana y democrática de las familias,
docentes y estudiantes de todos los niveles.
Para ello, promueve una pedagogía tendiente a formar: una ciudadanía con valores
éticos y democráticos, resolución pacífica de conflictos, respeto por los derechos
humanos y asegurar la igualdad respecto al género y la discapacidad.
Se establece la educación secundaria obligatoria como un nivel con unidad pedagógica
y organizativa; y asigna a los niveles primario y secundario una estructura académica
de doce años de duración. Esta duración podrá extenderse un año más en las
modalidades Técnico Profesional y/o Artística que en el marco de su regulación
específica si así lo requieran. La enseñanza secundaria se divide en dos ciclos: Ciclo
Básico de carácter común a todas las orientaciones y el Ciclo Superior orientado de
carácter diversificado según distintas áreas del Conocimiento, del mundo social y del
trabajo.
A su vez, también en el año 2006, se sanciona la Ley Nacional 26150 y con ella se
crea el Programa de Educación Sexual Integral para la implementación de la ESI. Esta,
entonces, es un derecho que todos los niños, las niñas y adolescentes en todas las
escuelas del país deben tener en los tres niveles obligatorios: inicial, primario y
secundario, ya sea en instituciones públicas o privadas, laicas o confesionales. La ESI
es un espacio transversal y sistemático de enseñanza que promueve saberes y
habilidades para la toma de decisiones responsables y críticas en relación con: los
derechos de los niños, las niñas y adolescentes; el cuidado del propio cuerpo y la salud;
la valoración de la afectividad; el reconocimiento de la perspectiva de género y el
respeto por la diversidad.
Es importante comprender que cada Discurso Pedagógico en la Educación es inseparable del
momento político, económico, social y cultural en el que se encuentra inmerso, tanto a nivel
nacional, como por la situación internacional.

OBLIGATORIA
PUIGGRÓS, A (2003) Qué pasó en la Educación Argentina. Breve historia de la conquista hasta el
presente. Galerna. Buenos Aires. Del Yrigoyenismo a la década infame Pág. 83 a 94, El peronismo
Pág. 97 a 108, El golpe de 1955 al golpe de 1976 Pág. 111 a 122, De la dictadura al Menemismo Pág.
125 a 144.
VIDEOS:
Película: El premio. https://www.youtube.com/watch?v=vmpywJGZ9Pc
Documental: La escuela de la señorita Olga https://www.youtube.com/watch?v=Rv2nN-
yzjps
COMPLEMENTARIA
CARLI, S, (2012) Niñez, pedagogía y política. Transformaciones de los discursos acerca de la
infancia en la historia de la educación argentina (1880-1955). Miño y Dávila. Buenos Aires. Capítulo
III La tesis sobre la naturaleza humana del niño. Positivismo, Krausopositivismo y Normalismo
(1880-1930)
VIDEO
La historia: 1955-1966 de la resistencia al golpe
https://www.youtube.com/watch?v=n64fDZyy7dU

Bibliografía docente

CARLI, S, (2012) Niñez, pedagogía y política. Transformaciones de los discursos acerca de la


infancia en la historia de la educación argentina (1880-1955).
ROMERO F (2019) Culturicidio I Historia de la Educación argentina 1966-2004 Resistencia:
Contexto Libros. Argentina
ROMERO F (2019) Culturicidio I Historia de la Educación argentina 2004-2019 Resistencia:
Contexto Libros. Argentina
DAVINI, M (2005) La formación docente en cuestión: política y pedagogía. PAIDÓS. Argentina.
KAUFMAN, DOVAL, D (1997) Una pedagogía de la renuncia. El Pernnialismo en la Argentina.
Universidad Nacional de Entre Ríos.
PINAU, P (2013) La escuela como máquina de educar: tres escritos sobre un proyecto de la
modernidad. Paidós. Buenos Aires. Capítulo II. Dussel, I. ¿Existió una pedagogía positivista? La
formación de discursos pedagógicos en la segunda mitad del siglo XIX. ISBN: 950-698 046-2
PUIGGRÓS, A, MARENGO, R, (2013) Pedagogías: reflexiones y debates. Universidad Nacional
de Quilmes. Bernal.
SOLARI, M (1981) Historia de la Educación Argentina. Editorial Paidós. Buenos Aires

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