Informe Preliminar Aloanteproyecto Ley Proceso Final de La Vida Mayo 2011.compatible
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Informe Preliminar Aloanteproyecto Ley Proceso Final de La Vida Mayo 2011.compatible
INDICE
1. La falta de calidad del texto y de economía legislativa de la Ley: regulaciones
innecesarias y superfluas y no de lo realmente fundamental
2. Situaciones o Derechos ya protegidos en el ordenamiento jurídico español
3. Consideraciones generales sobre el informe
4. Conclusiones
El texto adolece de una notoria falta de calidad en las materias reguladas por cuanto la práctica
totalidad de ellas ya son objeto de ley, principalmente a través de la Ley 41/2002, de 14 de
noviembre, reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia
de información y documentación clínica (BOE nº 274/2002 de 15 de noviembre de 2002).
Por ello, en virtud de la calidad que ha de exigirse a toda ley, que significa entre otras cosas que
regule cuestiones no contempladas previamente, sino es para derogarlas en caso de que
acorde con el sistema de fuentes del derecho (principios de jerarquía normativa) esto sea
posible y necesario, un anteproyecto de ley no debe pronunciarse sobre cuestiones ya objeto
de ley, por la consiguiente inseguridad jurídica que genera el saber que existirán varias normas
de ámbito nacional que se pronuncien sobre cuestiones idénticas, pudiendo generar fricciones
en el contenido del derecho materialmente aplicable.
La mayor parte de los derechos que pretende regular la futura reguladora de los Derechos de la
persona ante el proceso final de la vida ya constan recogidos en textos legales, a modo
expositivo se mencionan a continuación (en negrita el derecho contenido en la referencia
oficial del Gobierno al anteproyecto de Ley, a continuación y subrayado, los artículos y el texto
legal que ya regula la materia):
- Derecho al acompañamiento:
Precisamente el derecho más relevante carece de mayores menciones. Es este derecho el que
podría haber sido objeto de mayor desarrollo en sus varias dimensiones (familiar y social,
física, espiritual).
- Derecho a la intimidad
o Art. 18.1 de la Constitución española: “1. Se garantiza el derecho al honor, a la
intimidad personal y familiar y a la propia imagen”. Es un verdadero derecho
fundamental de nuestro ordenamiento jurídico.
o Art. 7 de la Ley 41/2002. El Derecho a la intimidad: “1. Toda persona tiene
derecho a que se respete el carácter confidencial de los datos referentes a su
salud, y a que nadie pueda acceder a ellos sin previa autorización amparada
por la Ley.
En este apartado se hace referencia a las personas que deban ser atendidas en régimen de
hospitalización puedan tener “habitación de uso individual durante su estancia”: cuestión que
si bien podría merecer un mayor desarrollo y es loable, está sujeta, como la parte esencial que
la futura ley no desarrolla, a la dotación de recursos en materia de cuidados paliativos y que
es realmente importante y necesaria.
- Instrucciones previas:
Sobre las instrucciones previas nos remitimos al art. 11 de la Ley 41/2002, y destacamos
especialmente en esta art. 11 el apartado 3, sobre las instrucciones previas contrarias a
Derecho. Es incluso redundante en el texto del informe correspondiente a las instrucciones
previas que se vuelva a hacer referencia al respeto a la dignidad de la persona por parte de la
persona que le represente.
Sobre la modificación o revocación de las instrucciones previas que menciona el informe del
Gobierno: “las instrucciones previas podrán ser modificadas o revocadas mediante cualquiera
de los medios previstos para su otorgamiento. En todo caso, cuando la persona que se
encuentre en el proceso final de la vida conserve su capacidad, la voluntad manifestada
durante este proceso, prevalecerá sobre cualquier otra previa”, vemos que todo su contenido
ya consta en el art. 11.4 de la Ley 41/2002, antes mencionado, vinculado con el art. 2.3
igualmente antes citado (sobre que el paciente tiene derecho a decidir libremente, después de
recibir la información adecuada).
- Profesionales sanitarios:
El texto parece querer centrarse en que los profesionales sanitarios estarán obligados a
respetar la voluntad y las convicciones y creencias manifestadas por los pacientes, cuestión que
ya se hacía, pero no dice nada sobre la necesidad de mayor formación en cuidados paliativos,
ni en cómo se debería hacer para dotar de recursos a las unidades de cuidados paliativos, ni
en cómo hacer para respetar las convicciones de los profesionales sanitarios.
Sobre dejar constancia de la consulta sobre las instrucciones previas en la historia clínica, está
ya regulada en el art. 11.3 de la Ley 41/2002.
3. Consideraciones generales
El anteproyecto de la Ley reguladora de los Derechos de la persona ante el proceso final de la
vida, se trata de una medida que lejos de querer consolidar los derechos de los actores en el
ámbito de la prestación sanitaria, médicos y pacientes, erosiona los derechos de ambos.
De los pacientes en la medida en que textos como el presente vienen a mermar el derecho que
tienen aquéllos a la máxima atención médica al final de su vida, a tener una buena calidad de
vida durante el desenlace final. Desposeyendo al médico de su trabajo diario, imponiéndole
con figuras dictatoriales que cumpla con el deseo del paciente, aun cuando este sea contrario
al Derecho (como se ha visto en relación con el art. 11 de la Ley 41/2002 sobre instrucciones
previas) y a los valores más intrínsecos de la persona, perjudica principalmente al paciente.
De los médicos, pues esta ley vapulea de manera del todo inaceptable el contenido del art. 16
de la Constitución española en relación con la libertad de conciencia. El propio Tribunal
Constitucional en sentencia de 11 de abril de 1985 reconoció la necesidad de la objeción de
conciencia en relación con la asistencia sanitaria, considerando además que dicha objeción
Sobre la legalidad o no de los deseos de los pacientes: recordemos que según el art. 11.3 de la
Ley 41/2002: “No serán aplicadas las instrucciones previas contrarias al ordenamiento
jurídico, a la lex artis, ni las que no se correspondan con el supuesto de hecho que el interesado
haya previsto en el momento de manifestarlas. En la historia clínica del paciente quedará
constancia razonada de las anotaciones relacionadas con estas previsiones”.
No existe un informe previo de estudio en profundidad sobre el tema del “final de la vida” en
España, como ha existido en Francia con el informe Leonet, pero sin embargo se dice por
parte del Gobierno que se “trata de una norma muy demandada por asociaciones sanitarias y
de pacientes, por los ciudadanos, consensuada por expertos, asociaciones de pacientes y
profesionales sanitarios”, aun cuando no existe la posibilidad de cotejar esa información, como
lo habría sido a través de un informe que hubiese estudiado previamente la cuestión.
No olvidemos que el PSOE informó en su programa de 2004 que crearía una Comisión
parlamentaria para regular la eutanasia, y ahora en 2011 dice que no la quiere regular,
pero sí que introduce situaciones que permiten prácticas eutanásicas.
4. Conclusiones
Informe sobre una futura Ley que puede erosionar seriamente los derechos de los
médicos y de los pacientes: genera inseguridad jurídica, confusión en los ciudadanos y
no mejora el estatus de los expertos en cuidados paliativos en España: debe regular lo
realmente necesario, los recursos para dotar más unidades de cuidados paliativos y
descartar el resto por cuando ya está regulado.