Informe D.I.P. 2

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Universidad Tecnológica de Honduras

Derecho Internacional Humanitario


Grupo #5

Asignatura: Derecho Internacional Público II


Catedrática: Abg. Géminis Danne Laínez

Integrantes:
Carlos David Cárcamo Hernández 202110040172
Erikzon Saul Escoto Jimenez 202120060076
Geysel Maily Quiroz 201610110213
Jazmin Gisselle Hernández 202130040024
Karen Jamileth Ponce Castro 201310060313
Maria de los Ángeles Ortega 201050510017
Santos Antonio Martínez Andrade 202020060144
Jorleny Paola Portillo Tinoco 2021100172
Ana Yadira Figueroa Aguiriano 202210060825

11 de febrero 2024

1
Contenido
INTRODUCCIÓN......................................................................................................................3

DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO................................................................4

¿CÓMO SE APLICA ESTAS NORMAS EN SITUACIONES DE CONFLICTO?.............7

FUENTES DEL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO..................................12

PRINCIPALES RECTORES DEL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO...13

RETOS DEL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO.......................................13

CONCLUSIÓN.........................................................................................................................15

BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................16

ANEXOS...................................................................................................................................16

2
INTRODUCCIÓN

El Derecho Internacional Humanitario (DIH) es un conjunto de normas y principios

destinados a mitigar los sufrimientos inherentes a los conflictos armados, protegiendo a las

personas que no participan directamente en las hostilidades y limitando los medios y

métodos de guerra. Este cuerpo legal, también conocido como "leyes de la guerra" o

"derecho de la guerra", tiene sus raíces en antiguas tradiciones y costumbres, pero se ha

desarrollado y codificado considerablemente a lo largo del tiempo. El DIH se aplica tanto

en conflictos armados internacionales como en conflictos armados no internacionales, y

establece normas que deben ser respetadas por todas las partes en conflicto, incluyendo

gobiernos, grupos armados y fuerzas militares. Estas normas buscan proteger a las personas

que no participan en las hostilidades, como civiles, prisioneros de guerra, heridos y

enfermos, así como preservar ciertos bienes esenciales para la supervivencia de la

población civil, como hospitales, escuelas y suministros médicos.

El DIH está fundamentado en principios básicos, como la distinción entre combatientes y

civiles, la prohibición de ataques indiscriminados y el respeto por la dignidad humana.

Estas normas están consagradas en varios instrumentos legales, incluyendo los Convenios

de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales de 1977, así como en tratados

internacionales y costumbres internacionales. Es importante destacar que el DIH no solo

establece obligaciones legales para las partes en conflicto, sino que también busca

promover el respeto por la humanidad en tiempos de guerra y contribuir a la paz y la

seguridad internacionales. Sin embargo, a pesar de su importancia y relevancia, el

cumplimiento del DIH a menudo enfrenta desafíos debido a la complejidad de los

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conflictos contemporáneos, la falta de voluntad política y la impunidad por violaciones a

estas normas.

DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

El derecho internacional humanitario (DIH) es un conjunto de normas que, por razones

humanitarias, trata de limitar los efectos de los conflictos armados. Protege a las personas

que no participan o que han dejado de participar directa o activamente en las hostilidades e

impone límites a la elección de medios y métodos de hacer la guerra. El DIH suele llamarse

también "derecho de la guerra" y "derecho de los conflictos armados".

El DIH forma parte del derecho internacional público que está compuesto principalmente

por tratados, normas del derecho internacional consuetudinario y principios generales del

derecho.

Se debe distinguir entre el DIH, que regula la conducta de los beligerantes en un conflicto

armado (jus in bello) y el derecho internacional público tal como está establecido en la

Carta de las Naciones Unidas, que determina si un Estado puede recurrir lícitamente a la

fuerza armada contra otro Estado (jus ad bellum). La Carta prohíbe el uso de la fuerza,

salvo en dos circunstancias: en legítima defensa contra un ataque armado y cuando el uso

de la fuerza armada está autorizado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El

DIH no establece si el inicio de un conflicto armado fue legítimo o no, sino que trata de

regular el comportamiento de las partes una vez que ha comenzado.

El derecho internacional humanitario (DIH) es una rama del derecho internacional público

que busca atenuar y limitar los efectos de los conflictos armados protegiendo a las personas

que no participan en las hostilidades o que han decidido dejar de participar en el

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enfrentamiento, también restringen y regulan los medios y métodos de guerra a disposición

de los combatientes; regula la conducta en los conflictos armados (ius in bello). Se

compone de una serie de normas, en su mayoría reflejadas en los Convenios de Ginebra de

1949 y sus protocolos adicionales.

El más importante antecedente del DIH actual es el Tratado de Armisticio y Regularización

de la Guerra, suscrito y ratificado en 1820 entre las autoridades del entonces gobierno de la

Gran Colombia y el Jefe de las Fuerzas Expedicionarias de la Corona Española, en la

ciudad venezolana de Santa Ana de Trujillo. Este tratado fue suscrito en el marco del

conflicto de la Independencia, siendo el primero en su género en Occidente.

A partir de entonces, en el siglo XIX, los Estados han aceptado un conjunto de normas

basado en la amarga experiencia de la guerra moderna, que mantiene un cuidadoso

equilibrio entre las preocupaciones de carácter humanitario y las exigencias militares de los

Estados.

El más directo antecedente de lo que sería el DIH lo encontramos a mitad del siglo XIX.

Tras la batalla de Solferino (1859) el banquero suizo Henry Dunant en Recuerdos de

Solferino propuso la adopción de dos medidas para aliviar parte del sufrimiento provocado

por las guerras: por un lado la fundación en cada país de sociedades privadas de socorro

que pudieran colaborar con los servicios sanitarios militares (lo que dio origen al

Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja), y, en segundo lugar,

la aprobación de un tratado para facilitar el trabajo de esas organizaciones y garantizar que

los heridos recibieran un tratamiento apropiado. Poco tiempo después el gobierno suizo

convocó a los estados a participar en una Conferencia (1864) que daría lugar al llamado

Derecho de Ginebra para la protección de las víctimas de las guerras. En 1860 se promulgó

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la Declaración de San Petersburgo que limitaba el uso de determinados proyectiles y que

dio lugar al Derecho de La Haya y a la firma de diecisiete convenios (Conferencias de Paz

de La Haya, 1899 y 1907) limitando el uso de ciertos métodos y medios de combate.

Otro importante antecedente que inspiró los comienzos del Derecho Internacional

Humanitario fueron las Instrucciones para la conducción de los ejércitos de los Estados

Unidos en campaña, conocidas también como el Código Lieber, que restringía el uso de

ciertos métodos y medios de combate y que protegía a las víctimas de los conflictos

(propiedad pública y privada del enemigo; protección de personas y especialmente de

mujeres, de la religión, las artes y las ciencias).

El movimiento codificador iniciado en Ginebra en 1864 prosiguió durante el siglo XX, ya

que las dos guerras mundiales supusieron la adopción de numerosos tratados que se

complementan entre sí. Así, en 1925, se adoptó el Protocolo sobre la prohibición del

empleo en la guerra de gases asfixiantes, tóxicos o similares; y en 1929 los Convenios de

Ginebra relativos al trato de prisioneros de guerra y para mejorar la suerte de los heridos y

enfermos de los ejércitos en campaña. Sin embargo, las Reglas sobre la Guerra Aérea

elaboradas en La Haya en 1923 no se llegaron a adoptar, al no ser aprobadas con carácter

vinculante.

En la misma medida en que ha crecido la comunidad internacional, ha aumentado el

número de Estados que ha contribuido al desarrollo del DIH. Actualmente, este puede

considerarse como un Derecho verdaderamente universal.

El DIH se encuentra esencialmente contenido en los cuatro Convenios de Ginebra el 12 de

agosto de 1949, en los que son parte casi todos los Estados. Estos Convenios se

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completaron con otros dos tratados: los Protocolos adicionales de 1977 relativos a la

protección de las víctimas de los conflictos armados. Hay así mismo otros textos que

prohíben el uso de ciertas armas y tácticas militares o que protegen a ciertas categorías de

personas o de bienes. Son principalmente:

 La Convención de la Haya de 1954 para la protección de los bienes culturales en

caso de conflicto armado y sus dos Protocolos;

 La Convención de 1975 sobre Armas Bacteriológicas;

 La Convención de 1980 sobre Ciertas Armas Convencionales y sus cinco

Protocolos;

 La Convención de 1993 sobre Armas Químicas;

 El Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la

participación de niños en los conflictos armados.

¿CÓMO SE APLICA ESTAS NORMAS EN SITUACIONES DE CONFLICTO?

En el Derecho Internacional, como en el interno, existen normas primarias y normas

secundarias. Las primeras hacen referencia a las normas aplicables a la situación fáctica,

respecto a ellas el jurista solo debe preocuparse por los problemas relativos a su aplicación

(si la norma calza en el hecho acontecido) o por la interpretación de la misma. Las normas

secundarias hacen referencia a aquellas que reglan el procedimiento de formación de

normas primarias, es decir, el conjunto de procedimientos que se deberían cumplir para que

una norma nazca válidamente.

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Por la naturaleza del Derecho Internacional, donde no existe un órgano legislativo

concentrado que emita normas vinculantes a todos los Estados, determinarlas puede ser una

labor más difícil en comparación con lo que puede suceder en el Derecho interno.

Existe un consenso en la doctrina respecto a cuáles son las fuentes del Derecho

Internacional: los tratados, las costumbres, los principios generales del Derecho, los actos

unilaterales de los Estados, los actos de las organizaciones internacionales y,

subsidiariamente, a la doctrina y a la jurisprudencia. Dentro de estas, las más «importantes»

son el tratado y la costumbre.

En el caso de la costumbre internacional es una práctica que realizan los Estados

convencidos de que la misma es obligatoria. Por lo tanto, para que esta sea fuente válida de

una norma de Derecho, será necesario que se configuren tanto un elemento subjetivo como

uno objetivo o material. El elemento subjetivo se refiere a que los Estados estén

convencidos que una determinada práctica sea jurídicamente obligatoria (opinio iuris). El

elemento objetivo se refiere justamente a esta práctica, que deberá haber sido practicada por

uno o más Estados durante un tiempo.

En cuanto a los tratados, determinar las normas secundarias parece ser una tarea más

sencilla desde la adopción de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de

1969. En este documento se recogen normas consuetudinarias respecto a cuándo será válido

el documento donde se expresan las voluntades concordantes de dos Estados en crear o

modificar normas jurídicas. Por ejemplo, un tratado será nulo en casos en los cuales fue

ratificado mediando dolo, error, coacción por medio de la amenaza de la fuerza, entre otros

supuestos.

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Lo importante al analizar las fuentes de Derecho Internacional es determinar si estas han

cumplido con sus elementos constitutivos, por ello es importante conocer la definición de

cada una de ellas. La importancia de las fuentes con respecto a las normas es su validez, si

se respetaron las normas secundarias y estas generaron válidamente normas internacionales,

será posible que el jurista se aboque tranquilamente al análisis de su interpretación y

aplicación.

Respecto a las normas, a diferencia del Derecho interno, no existe en el Derecho

Internacional una jerarquía entre normas por la fuente o instrumento del que se deriven. En

Derecho Internacional no existe una constitución similar a la de cada Estado, por lo tanto,

no hay normas que se deriven de esta, que generarían que las que se opongan a ellas serían

«inconstitucionales».

En este sentido, una norma consuetudinaria tiene el mismo valor que una norma

convencional. Salvo una excepción: las normas que tienen la característica de ser de ius

cogens («derecho obligatorio»).

Las normas de ius cogens, así como las normas erga omnes (que veremos más adelante),

son la prueba de que el ordenamiento jurídico internacional actual refleja los intereses de

una «comunidad» más cohesionada. Recordemos que el ordenamiento jurídico

internacional, como cualquier ordenamiento jurídico, es el conjunto de reglas creadas por

una sociedad para regularse a sí misma.

Es preciso entender que el Derecho Internacional Público es también una forma de

organización social y, como tal, debe adaptar, por lo menos en teoría, las exigencias

formales a las necesidades reales de la sociedad internacional que regula. Esta, como toda

9
sociedad, cambia con el tiempo y como resultado de los actos de los sujetos que en ella

interactúan. Actualmente, este ordenamiento reconoce valores importantes para los sujetos

que lo componen y a las normas que los recogen les da un valor especial.

Las normas denominadas de ius cogens, recogen estos valores y por ello tienen una

característica especial, no se puede pactar contra ellas. Justamente la comunidad

internacional de Estados, en su conjunto, las consideran como normas imperativas, con la

mencionada característica.

En sentido práctico, la presencia de este tipo de normas evidencia la primacía de ciertas

normas frente a otras en el Derecho Internacional Público, estaríamos pues ante una

jerarquía de determinadas normas sobre otras.1Es cierto que es posible lograr el mismo

efecto pactando en un tratado una consecuencia similar para las normas posteriores que

contradigan a las establecidas, un ejemplo de ello es el artículo 103 de la Carta de Naciones

Unidas. Sin embargo, en el caso de las normas de ius cogens, no necesariamente escritas,

prevalecerían incluso sobre estas disposiciones convencionales. Es preciso recalcar dos

puntos importantes respecto al ius cogens. Primero, que no existe consenso respecto a que

las normas específicas tengan esta característica.

El segundo punto es el efecto de las mismas, las normas que las contradigan serán nulas.

Desde el punto de vista de la responsabilidad internacional estatal, violar una norma de este

tipo tendrá las mismas consecuencias que no respetar una norma que no tenga este valor, la

obligación de cesar la conducta y de reparar.

En el Derecho Internacional también existen normas que generan obligaciones bilaterales o

inter-partes. Estas nacen de un acuerdo entre dos o más Estados y recogen intereses de las

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partes solamente.19 El efecto en la responsabilidad internacional es que solo las partes

podrían reclamar su incumplimiento.

A diferencia de estas, las normas erga omnes, de ser violadas implicarían un atentado

contra un interés internacional de carácter esencialmente colectivo, un Estado no será

afectado más que otro, todos los Estados son afectados por igual (los intereses que se

protegen son colectivos y no bilaterales).20 La implicancia para la responsabilidad

internacional es que cualquier Estado, no solamente el afectado, estará vinculado por la

relación de responsabilidad y podrá solicitar el cese del ilícito y la reparación. Debido a la

importancia de los derechos protegidos, todos los Estados tienen un interés jurídico al

respecto.

La Corte Internacional de Justicia puso como ejemplo de estas obligaciones que tiene un

Estado frente a toda la comunidad internacional a: la violación de normas que prohíben

actos de agresión, el genocidio y normas que protegían los derechos fundamentales del ser

humano (entre ellas, la prohibición de la esclavitud y de discriminar).

El derecho internacional humanitario se ha convertido en un complejo conjunto de normas

relativas a una gran variedad de problemas. No cabe duda de que los seis tratados

principales (que contienen más de 600 artículos) y el denso entramado de normas

consuetudinarias restringen el recurso a la violencia en tiempo de guerra. No obstante, tal

abundancia de normas jurídicas no ha de hacernos olvidar que lo esencial del derecho

humanitario se resume en algunos principios fundamentales:

Las personas que no participan, o han dejado de participar, en las hostilidades han de ser

respetadas, protegidas y tratadas con humanidad. Han de recibir la asistencia apropiada, sin

11
discriminación alguna. Los combatientes capturados, y demás personas privadas de

libertad, han de ser tratados con humanidad. Han de ser protegidos contra todo acto de

violencia, en especial contra la tortura. Si se incoan diligencias judiciales contra ellos, han

de gozar de las garantías fundamentales de un procedimiento reglamentario. En un

conflicto armado, el derecho de las partes en conflicto a elegir los métodos o medios de

hacer la guerra no es ilimitado. Queda prohibido causar males superfluos y heridas

innecesarias.

A fin de proteger a la población civil, las fuerzas armadas deberán distinguir, en todas las

circunstancias, entre, por una parte, la población civil y los bienes civiles y, por otra, los

objetivos militares. La población civil como tal, los civiles y los bienes civiles, no serán

objeto de ataques militares. Estos principios expresan lo que la Corte Internacional de

Justicia denominó (en el caso del Estrecho de Corfú) " consideraciones elementales de

humanidad " y, más tarde, (en el caso de las actividades militares y paramilitares en

Nicaragua y contra este país) los " principios generales del derecho humanitario “. Tales

principios, como principios generales del derecho internacional, constituyen el fundamento

de la protección que el derecho confiere a las víctimas de la guerra. Son de obligado

cumplimiento en cualquier circunstancia y ninguna derogación puede ser autorizada. Otra

idea fundamental ha de ser mencionada en este punto: las normas del derecho internacional

se aplican a todos los conflictos armados, sean cuales fueren sus orígenes o sus causas.

Estas normas han de respetarse en todas las circunstancias y con respecto a todas las

personas que protegen, sin discriminación alguna. En el derecho humanitario moderno se

prohíbe cualquier trato discriminatorio de las víctimas de la guerra basado en el concepto

de " guerra justa “. Aunque es cierto que los principios generales arriba mencionados se

12
aplican a todo tipo de conflicto armado, dos conjuntos de normas específicas rigen, por una

parte, los conflictos armados internacionales y, por otra, los conflictos armados no

internacionales (las guerras civiles).

FUENTES DEL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

El DIH, al formar parte del Derecho Internacional Público, comparte las mismas fuentes de

creación. Tradicionalmente se han considerado fuentes del Derecho Internacional las

contenidas en el artículo 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, a saber: a)

Las convenciones internacionales, sean generales o particulares, que establecen reglas

expresamente reconocidas por los Estados litigantes. b) La costumbre internacional como

prueba de una práctica generalmente aceptada como derecho. c) Los principios generales de

derecho reconocidos por las naciones civilizadas. d) Las decisiones judiciales y las

doctrinas de los publicistas de mayor competencia de las distintas naciones, como medio

auxiliar para la determinación de las reglas de derecho.

PRINCIPALES RECTORES DEL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

El DIH tiene una serie de principios derivados de la dogmática jurídica y de la práctica

internacional que deben ser respetados por todas las Partes durante los conflictos armados.

Asimismo, ayudan en la interpretación de normas y a colmar lagunas jurídicas. Entre

dichos principios se encuentran los siguientes:

a) Distinción entre civiles y combatientes, y entre objetivos militares y civiles, que va

aparejado de la prohibición de ataques indiscriminados.

b) Recolección y asistencia a los heridos, enfermos y náufragos, sin excepción alguna.

13
c) Trato humano, y no tortura y maltrato a los prisioneros enemigos o los que se rinden.

d) Respeto a los civiles y a sus bienes.

e) No provocar sufrimiento o daños innecesarios o excesivos.

f) Respeto a los hospitales, personal médico y sanitario, y a sus instalaciones y materiales.

g) La prohibición de herir o matar a un enemigo que esté fuera de combate.

h) Principio de proporcionalidad y el de tomar precaución en los ataques.

i) Consideraciones elementales de humanidad.

RETOS DEL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

En la última década, debido a diferentes tipos de conflictos, entre ellos la llamada “guerra

contra el terrorismo”, se cuestionó la pertinencia o actualidad de las normas del DIH para

hacer frente a ellos. Se argumenta que debido a que se trataba de un “nuevo” tipo de

conflicto, principalmente a aquellos con participación de actores no estatales no les eran

aplicables las reglas del DIH, pero pareciera también que no quisieran aplicarles las reglas

del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Al tiempo que se alzaban dichas

críticas con respecto a las normas humanitarias, el CICR decidió llevar a cabo un proyecto

sobre la reafirmación del DIH y su desarrollo. En un informe de 2008, titulado “El derecho

internacional humanitario y los retos de los conflictos armados contemporáneos”, el CICR

concluyó, entre otros puntos, que:

a) las normas de DIH siguen siendo pertinentes y válidas, y

14
b) es importante exigir el cumplimiento del DIH y sancionar a los responsables de las

violaciones al mismo.

Del mismo modo, se concluyó que es importante el marco de protección de las personas

privadas de su libertad en conflictos armados no internacionales, de las personas

desplazadas en el interior de su propio país y el medio ambiente.

CONCLUSIÓN

En conclusión, el Derecho Internacional Humanitario (DIH) es un conjunto de normas que

busca limitar el impacto de los conflictos armados, proteger a quienes no participan

directamente en las hostilidades y regular los métodos y medios de guerra. Los principales

instrumentos son los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales, así como otros

tratados que prohíben el uso de determinadas armas y protegen a determinadas categorías

de personas y bienes.

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El principal objetivo del DIH es reducir el sufrimiento causado por la guerra y proteger a

los civiles, los combatientes heridos, los prisioneros de guerra y otras personas afectadas

por el conflicto. Se basa en principios básicos como el respeto a la dignidad humana, la

distinción entre combatientes y civiles y la prohibición de causar sufrimiento innecesario.

El DIH se aplica en todas las fases de un conflicto, desde la fase inicial hasta el

posconflicto, y es obligatorio para todas las partes involucradas en el conflicto, tanto

Estados como grupos armados no estatales. Su respeto contribuye a la protección de civiles

y combatientes, la prevención de conflictos y la promoción de la paz y la estabilidad a largo

plazo.

BIBLIOGRAFÍA

https://es.wikipedia.org/wiki/Derecho_internacional_humanitario

https://www.icrc.org/es/content/que-es-el-derecho-internacional-humanitario

https://appweb.cndh.org.mx/biblioteca/archivos/pdfs/

fas_CTDH_DerInternacionalHumanitario2aReimpr.pdf

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ANEXOS

DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

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