Angulo Rasco
Angulo Rasco
Angulo Rasco
Resumen: El presente trabajo intenta reflexionar sobre la importancia pedagógica del afecto
y del cuidado, no sólo en tiempos de pandemia, sino como elemento clave, aunque olvidado,
del proceso educativo. Para ello, se expondrán las consecuencias de la pandemia y el
confinamiento para la salud de la ciudadanía, en un contexto dominado por el Global
Educational Reform Movement. A continuación, señalamos que las preocupaciones de las
administraciones y organizaciones internacionales durante el confinamiento han estado
centradas en la ‘mantener’ la presión sobre el aprendizaje, mantener la máquina del
aprendizaje, intentando mejorar el acceso y la conectividad online, y olvidando otras
cuestiones como la situación de las familias y el alumnado. En este sentido, mostramos cómo
la preocupación por el otro (familias y alumnado) ha sido una preocupación constante en
muchos docentes, por encima incluso del curriculum establecido y del aprendizaje. Por
último, y como complemento de las mejores prácticas educativas, analizamos qué supone el
cuidado y el afecto para el proceso pedagógico, indicando que no se puede volver a la antigua
normalidad, sino recrear una nueva normalidad basada en la ética del cuidado y en la justicia
afectiva.
Palabras clave: covid-19, justicia afectiva, ética del cuidado, GERM
Abstract: The present work tries to reflect on the pedagogical importance of affection and
care, not only in times of pandemic, but as a key element, although forgotten, of the
educational process. To do this, the consequences of the pandemic and confinement for the
health of citizens will be exposed, in a context dominated by the Global Educational Reform
Movement. Next, we point out that the concerns of administrations and international
organizations during confinement have been centered on 'maintaining' the pressure on
learning, the learning machine, trying to improve access and online connectivity, and
forgetting other issues such as the situation of families and students. In this sense, we show
how concern for the other (families and students) has been a constant concern in many
teachers, even above the established curriculum and learning. Finally, and as a complement
to the best educational practices, we analyze what care and affection entails for the
pedagogical process, indicating that it is not possible to return to the old normality, but rather
to recreate a new normal based on the ethics of care and affective justice.
Keywords: convid-19, affective justice, ethics of care, GERM
1
Universidad Católica de Valparaíso, España, email: [email protected]
Esta obra está bajo una licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0
International License.
La pandemia, que todavía permanece a pesar del progreso de la vacunación2 pero cuya
velocidad depende, desgraciadamente, de la riqueza del país, ha determinado poderosamente
nuestras vidas cotidianas y ha trastocado, a través de la reclusión social que hemos vivido,
nuestros espacios sociales, laborales y vitales. Sabemos ahora que la pandemia ha erosionado
la salud mental tal como ha reiterado un reciente informe de la Organización Mundial de la
Salud, por lo que las actuaciones sobre la salud mental y el apoyo psicosocial, están
consideradas como una parte esencial de la respuesta al covid-19, junto con las vacunas. Por
ejemplo, el Colegio Oficial de Psicología de Madrid ha señalado que las tentativas de suicidio
y autolesión aumentaron durante la pandemia en un 250% en España, y en Chile que es uno
de los países con una mayor tasa de suicidios (exactamente el cuarto puesto en el continente
americano) (OPS, 2014)3, 2 de cada 10 estudiantes han pensado en suicidarse4. Un estudio
en Chile señala, para abundar más en el problema, que las tendencias suicidas son más
acusadas en los miembros de hogares con bajos ingresos, lo que quiere decir ni más ni menos
que la incertidumbre económica y laboral, y los bajos ingresos afectan fuertemente la salud
mental de las poblaciones, algo que se ha visto, como hemos indicado, reforzado por el
confinamiento por la pandemia (Reeves et al, 2015). Por último, el reciente estudio de
UNICEF (2021) ha señalado claramente que la pandemia ha elevado el estrés y la ansiedad
en niños, niñas y adolescentes y, también, de las madres jóvenes. Este último informe, por
cierto, señala que los problemas de salud mental se han de convertir en un foco claro de
estudio y atención, puesto que persistirán o, incluso, pueden aumentar tras la pandemia5.
2
A fecha de 5 de octubre de 2021, existen 124 vacunas en desarrollo clínico y 194 en desarrollo pre-clínico
según https://www.who.int/es
3
Véase también https://www.paho.org/es/temas/prevencion-suicidio
4
Véase http://web.observador.cl/estudio-revela-que-2-de-cada-10-universitarios-en-chile-han-pensado-en-el-
suicidio-durante-la-pandemia/
5
https://elpais.com/sociedad/2021-07-26/el-suicidio-la-amenaza-silenciosa-tras-la-pandemia-es-algo-que-te-
rompe-por-dentro.html El estudio de Zortea et al.(2020) muestra el aumento del suicidio en muchos países.
Añadamos a ello el efecto de la pandemia en las tasas de paro y pobreza añadidas, que ha generado,
(International Labour Organization. 2020: IMF, 2020). Por ejemplo, y en referencia a América Lantina y el
Caribe, López-Calva en un blog del PNUD afirma lo siguiente: “estimaciones del Banco Mundial proyectan
un aumento de la pobreza extrema en ALC del 24% en 2019 al 27,6% en 2021. Las estimaciones de la
CEPAL apuntan a un aumento de la pobreza en ALC del 30,5% en 2019 al 33,7% en 2020, y a un aumento
en pobreza extrema del 11,3% al 12,5%. Existe además una importante preocupación por el aumento del
hambre en la región. El PMA (Programa Mundial de Alimentos) estima un aumento del 269% en el número
de personas en ALC que enfrentan una inseguridad alimentaria severa”
https://www.latinamerica.undp.org/content/rblac/es/home/presscenter/director-s-graph-for-
thought/covid-19-and-wealth-at-the-top--more-and-wealthier-billionaires-.html. Tenemos que señalar que
la pandemia ha tenido también lo que pueden ser considerados efectos ‘positivos’ en el medio ambiente.
(European Space Agency. 2020; Carbon Brief. 2020). Véase también las reflexiones de de Sousa Santos sobre
el impacto de la cuarentena en determinados grupos sociales (2020: 45 y ss).
Entres sus múltiples conclusiones y recomendaciones señala que las escuelas y los entornos
de aprendizaje deberían ofrecer oportunidades para apoyar la salud mental, aunque también
pueden, por el contrario, exponer y dañar severamente su salud y ponerla en riesgo a través
de situaciones de acoso y, algo que no podemos dejar de pasar inadvertidamente, la “presión
excesiva de los exámenes” (UNICEF, 2021, p. 8).
Con la extensión del neoliberalismo, los sistemas educativos han sufrido una transformación
que va más allá, incluso, de la privatización de las escuelas (Angulo, 2020; Díez Gutierrez,
2018; Davis, 2018; Angulo y Redon, 2012; Bruno, Clément, y Laval, 2010). Tal como
Sahlber (2012, 2016) ha denunciado, muchos, si no la mayoría de los sistemas educativos, se
encuentran sometidos -bajo la presión de la economía neoliberal- a lo que se ha denominado
el Global Educational Reform Movement (GERM) o Movimiento de Reforma Global de la
Educación. El GERM es fundamentalmente un proceso de estandarización educativa
internacional que a su vez da pie a la extensión de las pruebas estandarizadas de alto impacto,
nacionales e internacionales (high-stake testing). Como señala Shalberg (2016:, p. 130):
“desde fines de la década de 1980, los planes de estudio prescritos de manera centralizada,
con objetivos de rendimiento detallados y a menudo ambiciosos, evaluaciones frecuentes de
estudiantes y docentes y una rendición de cuentas basada en pruebas, han caracterizado una
homogeneización de las políticas educativas en todo el mundo, prometiendo soluciones
estandarizadas a un costo cada vez más bajo para aquellos que deseen mejorar la calidad y la
efectividad de las escuelas”.
Para concretar más, las políticas educativas que siguen al GERM se caracteriza por lo
siguiente:
Como es fácil de entender, el último punto del GERM cierra el círculo con respecto al
primero. La estandarización se posiciona como una estrategia básica para la aplicación de
pruebas a su vez estandarizadas; las pruebas estandarizadas incrementan y refuerzan la
estandarización de y en los sistemas educativos.
Benavot y Köseleci (2015) han realizado una de las revisiones más completas sobre la
extensión de dichas pruebas, que ellos llaman National Learning Assessments8.
6
Sobre new public management, véanse Dunn y Miller (2007), Gillies (2011) y Verger y Curran (2014).
7
Como ha reiterado Marçal (2021: 143), “el neoliberalismo es la idea de fondo a través de la cual el mundo ha
de ser interpretado. Si la gente deja de competir, dejará de funcionar”. Es por ello, que la escuela se convierte
en el epicentro de la competición: por resultados, por el incremento del capital humano de cada individuo, por
el emprendimiento.
8
Erróneamente estos autores consideran estos tipos de test de bajo perfil, a diferencia de las clásicas pruebas al
final de la escolaridad. Sin embargo, este tipo de pruebas tienen un impacto profundo y sostenido en los sistemas
educativos en donde se aplican (Berliner 2008).
Como puede verse en la gráfica, el impacto del GERM, se presenta como enormemente
acusado en el continente Latinoamericano, especialmente a través de la instauración de
pruebas nacionales y su enorme incremento; un crecimiento que puede ser considerado como
espectacular entre 2007 y 2013, muy por encima de los países europeos y superior a
Norteamérica.
¿Qué podemos concluir? Sin ser alarmantes, podemos afirmar que la pandemia llegó a unos
sistemas educativos fuertemente sometidos a la estandarización y bajo la vigilancia de lo que
Neave (1990, p. 8; 1994)9 denominó hace varias décadas Estado Evaluador, es decir, un
estado que presiona a través de las pruebas estandarizadas a las escuelas, escuelas que a su
vez se ven sometidas a constantes procesos de inspección y, en ocasiones, a una feroz
9
Neave define al Estado evaluador como una “racionalización y redistribución general de funciones entre el
centro y la periferia, de manera tal que el centro conserva el control estratégico global, por medio de palancas
políticas menores en número, pero más precisas, constituidas por la asignación de misiones, la definición de
metas para el sistema y la operación de criterios relativos a la calidad del producto" (Neave, 1990:8).
competencia en el mercado educativo, como es el caso notorio de Chile. Por ello, como
ocurrió en Chile, la gran preocupación de la mayoría las administraciones educativas y de
algunos centros, ha sido justamente cómo mantener los niveles de aprendizaje, léase, los
rendimientos, a pesar del cierre de los centros educativos. Por ejemplo, aunque se suspendió
el SIMCE en el año 2020, se realizó una “evaluación de carácter muestral”; dicho de otra
manera, un SIMCE a una muestra de escuelas municipales y subvencionadas. La pandemia
en todos estos casos, no sirvió para repensar la educación sino para buscar vías telemáticas
por las que continuar con los mismos objetivos e intereses pre-pandemia10. La máquina del
aprendizaje tenía que continuar.
Añádase que al cerrar las escuelas11 y al pasar a modo online, la preocupación por mantener
los estándares de aprendizajes establecidos, llevó en muchos casos, real o fraudulentamente,
a centrarse en incrementar las herramientas de software, los aparatos de hardware (como
tablets) y la conectividad. La máquina de aprendizaje no podía detenerse12. Por ejemplo,
ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados y la ONG World Vision entregaron más
de 700 Tablets a menores de 18 años en varias ciudades de Chile, muchos de los cuales, como
se enfatiza en la noticia ‘son niños y niñas migrantes que acaban de llegar al país junto a sus
familias buscando mejores condiciones de vida’. En este caso, no se nos informa sobre las
condiciones actuales de las familias o si, a pesar de tener una Tablets, podía establecer una
conexión adecuada a Internet13. No podemos abundar aquí en las consecuencias variadas que
la vida online ha provocado, desde la disolución radical y la indistinción de los espacios de
trabajo y cotidianos, el incremento de horas frente a la pantalla, a otras consecuencias no
menos importantes. Un estudio realizado por investigadoras de la Universidad de Murcia en
España encontró, entre otras, los siguientes cambios en los niños y niñas entrevistados: un
69% tenía dificultades para concentrarse, un 49% se sentían más aburridos de lo habitual, un
45% estaba más inquietos y más nerviosos, un 43% más irritables, un 40% más propensos a
discutir con la familia y un 36% más dependientes de los padres14.
10
No podemos aquí detenernos en la financiación de la educación en Latinoamérica. Nos obstante, como ha
mostrado un informe de CEPAL-Naciones Unidas, el Gasto Público educativo, no supera el 7,0% en 18 países
latinoamericanos. (CEPAL-Naciones Unidas, 2017).
11
Según el informe de la UNESCO (2020a), se cerraron escuelas y universidades en 190 países.
12
Las recomendaciones de la OCDE (Reiners y Schleicher, 2020), UNESCO (2020b) y Save the Children
(2020), se centran en cómo continuar con la máquina de aprendizaje a pesar del confinamiento (Rio Poncela,
Romero Gutiérrez, Bermúdez y Estellés, 2021).
13
https://www.acnur.org/noticias/noticia/2021/3/6064c51a4/entregan-mas-700-tablets-a-ninas-y-ninos-para-
apoyar-su-inclusion-educativa.html Recuperado el 22 de Septiembre de 2021
14
https://www.efe.com/efe/comunitat-valenciana/sociedad/el-confinamiento-afecta-al-comportamiento-de-
los-ninos-segun-un-estudio/50000880-4225962 Recuperado el 22 de septiembre de 2021
Uno de los grandes errores que han cometido con la llegada de la pandemia ha sido creer que
la escuela, la educación, podría llevarse a través de las pantallas. El problema es que una
pantalla no solo es, por utilizar el término de Augé (2010), un no lugar, sino que queriendo
encerrar nuestra vida en ella, la perdemos, la desvirtualizamos virtualizándola, la
convertirmos en un simulacro (Boudrillar, 2007) es decir, fingir tener lo que no se tiene;
porque, aunque no lo queramos admitir, la pantalla siempre nos remite a una ausencia.
15
Por poner un ejemplo más, en 2017 se publicó un informe en el que se indicaba el impacto de las pantallas
en la reducción del sueño en niños/as (Cheung, et al, 2017).
16
Como señala Murray et al (2020: 496) “la nueva conciencia de nuestra vulnerabilidad humana frente a la
pandemia nos impulsó a reflexionar más profundamente sobre nuestra relación y dependencia con el mundo
que nos rodea”. También Gilligan (2013), señalaba la fragilidad y vulnerabilidad humana. Y Levinas (2014)
En un estudio realizado por Moss et al (2020), del Instituto de Educación del University
College de Londres, sobre las primeras experiencias de docentes de primaria sobre el
confinamiento provocado por la pandemia, llega a resultados sobresalientes y muy
significativos para lo que estamos planteando. Una de las primeras prioridades de los
docentes encuestados era comprobar cómo estaban las familias haciendo frente a la pantemia
en términos de salud, bienestar y alimentación, además de aportar información a los padres
y madres sobre cómo apoyar el aprendizaje de sus hijos e hijas en casa (Ibd. 5); aunque cada
escuela tenía el deber del "cuidado" que cumplir con las familias, la mayoría en las áreas más
desfavorecidas, comprobar y responder a los efectos de la pobreza y las dificultades fue una
prioridad. “De hecho, era más probable que los profesores de estas escuelas dedicaran tiempo
a actividades que tradicionalmente no se consideraban ‘enseñanza’ “(Ibid., 6). Además,
estuvieron más preocupados por ofrecer actividades al alumnado que pudieran disfrutar, por
crear actividades educativas divertidas que implicasen a toda la familia, asegurando que
aquéllos que no tuvieran acceso a internet pudieran tener alguna oportunidad de integrarse
en el aprendizaje” (Ibid., 8)17. Cuando se les preguntó por cuáles eran sus mayores
preocupaciones como docentes, una gran mayoría (más del 80% de los y las encuestados)
respondieron que estaban preocupados fundamentalmente por el bienestar de sus niños y
niñas de clase y del bienestar de sus familias (Ibid., 13). En conclusión “las necesidades
sociales y emocionales de los niños y sus familias estuvieron en primer plano en la mente de
que la dependencia de los otros es una realidad intrínseca de las realidades humanas. Puede verse el papel de la
neotenia en la ontogenia humana en el sentido de que, aunque justamente el hecho de que seamos una especie
neoténica, como subraya Gould (2010), en comparación con los primates superiores, nuestros parientes
cercanos, nos permite seguir aprendiendo y adquiriendo nuevos hábitos durante toda o casi toda nuestra vida.
Pero por ello mismo, nos convierte al nacer en seres esencialmente frágiles e indefensos que necesitamos del
cuidado de/los/las otros/as para sobrevivir. Véase el descubrimiento del cráneo de Homo Haidelgergensis
“Benjamina” encontrado en la Sima de los Huesos del yacimiento de Atapuerca (España) en
https://anthropotopia.blogspot.com/2013/02/la-pequena-benjamina-solidaridad-en-la.html y la importancia del
cuidado incluso en el pleistoceno medio (hace 780.000 y 127.000 años).
17
La actividad que menos les preocupó fue asegurarse que se cubría la planificación curricular de la escuela
(Moss et al, 2020: 8).
los maestros y maestras” (Ibid.,: 15)18. Lo mismo podemos afirmar de inúmeros casos como
los presentados a través de la vida de docentes recogida por Jandrić et al (2020)19.
Lo que quisiera resaltar es que en estos tiempos de encierro muchos docentes en muchos
países y continentes han centrado su preocupación por cuidar, proteger, y apoyara a su
alumnado y a las familias. De esta manera se han apartado de la máquina de aprendizaje, han
hecho frente al GERM y han recuperado un elemento clave de la Pedagogía: el
acompañamiento. Algo que desgraciadamente se había olvidado del sentido de ser un
docente, de ser una maestra y un maestro, de educar; y por añadidura, había sido forcluido
en muchas escuelas, obliterado por las demandas burocráticas, los rendimientos, la
consecución de aprendizajes preestablecidos y de las pruebas estandarizadas (Angulo, 2021).
Pedagogía y Cuidado
18
Aunque más centrado en la máquina de aprendizaje puede consultarse el informe de Ziebell, Acquaro y Pearn
(2020). Entre otras cosas, en este informe encontraron que “tres de cada cuatro de los maestros/as de escuela
primaria y secundaria encuestados opinaron que el aprendizaje a distancia afectaría negativamente el bienestar
emocional de los estudiantes hasta cierto punto. Esto se manifestaría en formas tales como ansiedad (incluido
el trastorno obsesivo-compulsivo relacionado con la limpieza personal), sentimientos de desconexión,
retraimiento de interactuar con otros y falta de amigos” (7).
19
Aunque se podrían poner muchos ejemplos, quisiera resaltar la labor del CEIP La Ina, que es la escuela de
una pedanía de Jerez/ Cádiz (España), por su extraordinaria labor del cuerpo docente de acompañamiento,
apoyo, cuidado de su alumnado y sus familias. Pueden verse algunas de sus acciones en el siguiente enlace de
Facebook https://www.facebook.com/ceip.laina También quisiera señalar la lucha que han llevado a cabo para
no convertir el CEIP La Biznaga de Málaga en un colegio GERM y en una máquina de aprendizaje durante la
pandemia. Véase: https://www.facebook.com/ceiplabiznaga80 Desgraciadamente esta lucha, en este caso, se
ha perdido.
20
Hoy criamos a nuestras hijas / en el respeto por sí mismas/ y por las otras.
Para explicar el sentido de los cuidados me gustaría emplear dos perspectivas aparentemente
distintas, pero enormemente convergentes. Una se la debemos a Nancy Fraser (2020). Para
esta autora, existe una actividad de producción social no asalariada pero que resulta
absolutamente esencial para el trabajo asalariado. La producción social abarca el trabajo
doméstico, la crianza de niños y niñas, la enseñanza escolar y los cuidados afectivos, entre
otros. Estas actividades, normalmente marginales, señala la autora, sirven, no obstante, “para
producir nuevas generaciones de trabajadores y reponer las existentes, así como para
mantener los vínculos sociales y las mentalidades compartidas” (Ibid.,: 76). Pero la lógica de
producción económica capitalista y, especialmente, el capitalismo financiarizado
(Mazzucato, 2018), socava y se antepone a los procesos de producción social,
desestabilizando los mismos procesos de los que depende el capital para funcionar.
“Destruyendo sus propias condiciones de posibilidad, la dinámica de acumulación de capital
se muerde de hecho su propia cola” (Ibid.,: 76). Pero esta crisis constante en la que se sustenta
el capital no ocurre en ausencia de luchas y reivindicaciones. Existe todo un proceso que
demanda una reorganización y una reivindicación de la reproducción social, de tal manera
que permita a “personas de cualquier clase, sexo, orientación sexual y color combinar las
actividades de reproducción social con un trabajo seguro, interesante y bien remunerado”
(Ibid.,: 90).
Si centramos este análisis en las escuelas y en la relación pedagógica podemos deducir que
cuando el capitalismo neoliberal y monetarizado se posa adueñándose de los procesos
educativos y entronizando, como señalábamos antes, el GERM, el sentido productivista de
la educación como el logro de resultados, el establecimiento de estándares, el aumento del
rendimiento o la predominancia de procesos de accountability predomina y anula el cuidado
y el acompañamiento del proceso educativo, de la vida de las escuelas y del sentido de la
docencia misma. La colonización del mudo de la vida (Habermas, 1987). por el capitalismo
financiarizado, lleva también a la pérdida de la pedagogía, del acompañamiento y de la fuerza
y sentido del cuidado de nuestros niños y niñas, adolescente y, en fin, del alumnado en
general. Hemos substituido el acompañamiento y el afecto por la producción y el
rendimiento.
Noddings (1982) ha identificado dos estados en el cuidado (caring). Uno lo denomina caring-
for, que es el cuidar al otro: una relación de cuidado que se da de forma directa cara a cara.
Aprendemos el sentido del cuidado cuando somos cuidados, cuando nos cuidan. Aquí quien
cuida acepta una obligación (moral) por el cuidado de otros seres humanos e incluso
animales. Pero el cuidado por el inmediato, el que se realiza en una interacción directa, puede
extenderse a la preocupación por el cuidado de los otros. Aquí el cuidado, según Noddings,
se junta también con la justicia. El cuidado sobre el no presente lo denomina care-about; es
decir, cuidado por las personas que no conocemos, por los que están distantes. “Caring-about
proporciona un motivo importante para la justicia y genera gran parte de su contenido” (Ibid.,
24) Y añade:
Por lo tanto, la preocupación por los otros, el sentir que el cuidado debería extenderse a los
demás, a quienes probablemente nos necesitan, a quienes, aunque no los veamos, precisen de
nuestro cuidado, atención y afecto, se forja y se enraíza en la relación cercana: cuando han
cuidado de nosotros, cuando nos hemos sentido cuidados, protegidos, amparados, queridos y
amados. El cuidado por los otros transporta el cuidado cara a cara a un ámbito público.
“Si nos han cuidado bien y hemos aprendido a cuidar de unos cuantos seres cercanos,
entramos en el mundo público con un sentimiento de compañerismo por los demás. Nos
mueve la compasión por su sufrimiento” (Ibid.,: 30).
Por ello, el cuidado no es una práctica que pertenezca al ámbito íntimo, como siempre se la
ha asociado (Marçal, 2021). El cuidado ha de ser parte de la vida pública porque el cuidado
es tan importante como la justicia; es parte esencial de la justicia afectiva misma. Victoria
Camps añade que es necesario, urgente, reconocer que existe un derecho a ser cuidado y un
deber de cuidar que no admite excepciones (2021, p. 33).
La justicia afectiva se genera a través del cuidado, en el trato directo, en el derecho de todo
niña y niño a ser querido, protegido y amado; en las relaciones sociales y en las prácticas
educativas (Rogers y Webb, 1991). Y es aquí, en la justicia afectiva donde nos estamos
jugando la justicia social, el cuidado de los otros, de los más desvalidos, de los que nos
necesitan, de los oprimidos.
El cuidado pues nos emplaza como docentes a escuchar cómo se siente nuestros estudiantes,
a entender sus propósitos, sus vicisitudes, a ayudarlos crecer como participantes en las
relaciones afectivas (Noddings, 2003). El amor de Freire se expresa desde su centro en la
capacidad y el deseo de cuidar a los demás, porque cuando se sientan cuidados, protegidos,
queridos, solo en ese momento realizamos y practicamos la justicia afectiva.