Teoría Básica Del Control Fiscal
Teoría Básica Del Control Fiscal
Teoría Básica Del Control Fiscal
Los estudios del Control Fiscal han venido cobrando una gran importancia simultáneamente
con el avance de la administración financiera. Abarca un campo tan amplio el control de la
actividad estatal en general, y en particular el control fiscal, esta presente en el ordenamiento
de los estados.
La disciplina fiscal recorre el mundo. La sostenibilidad de las finanzas públicas, cada vez hay
más consenso sobre ello en todos los países, es elemento esencial para el desarrollo
económico y social. Pero en situaciones como la venezolana parece más fácil decirlo que
hacerlo. Reducir un agudo desequilibrio fiscal, como el que persiste hasta ahora en Venezuela,
no solo requiere decisión política, sino instrumentos eficaces. No solo requiere titulares de
prensa sobre recortes, sino reglas de juego que garanticen una senda segura de eliminación de
las perturbaciones. En el resto del mundo es cada vez más frecuente el diseño y puesta en
marcha de reglas fiscales claras para imponer límites al déficit, al gasto y a la deuda pública y
que, además, tengan bien definidas las instancias de decisión responsables y transparentes.
Desde el punto de vista orgánico y funcional, el control fiscal, no se confunde con los actos y
operaciones de naturaleza fiscal –como el manejo de fondos o bienes del Estado, su
conservación, inversión y control interno-, sujetos a su escrutinio. Los actos de control fiscal
independientemente de que refrenden o glosen una cuenta, partida o movimiento fiscal, tiene
una entidad propia y carecen de subrogados dentro o fuera de la administración pública.”
Aplicación del sistema nacional de control fiscal en Venezuela. El propósito del planteamiento
no sólo responde a la necesidad de crear un sistema de control fiscal de mayor proyección
estratégica, con ingredientes de tipo económico, sino sobre todo de renovar el carácter
meramente formal del control que se efectuaba en vigencia de un Estado de Derecho, por un
control fiscal que hace énfasis en los resultados de la gestión fiscal, en términos de rendimiento
e impacto social (equidad e impacto ambiental), dentro de un contexto de Estado Social de
Derecho.
Objetivo especifico
Objetivos generales
3 - Control fiscal
El Control Fiscal, como función del Estado, esta distribuido entre diversas Entidades de
Derecho Público, que realizan actividades de la más variada índole, de acuerdo con la
estructura y naturaleza que les es propia. No puede pensarse que solo las llamadas
Instituciones de Control o "Entidades Fiscalizadoras", realizan actos de Control Fiscal. El
Control Fiscal deriva del poder de control. Ya suficientemente analizado, aunque circunscrito al
aspecto fiscal, que come analizamos anteriormente, es la denominación convencionalmente
aceptada para designar la actividad del Estado, en cuanto se 7relaciona con el patrimonio de la
colectividad, o Hacienda Pública. De este modo puede entenderse come existe un Control
Fiscal Parlamentario, ya que un conjunto de actividades del 6rgano legislativo van
encaminadas al control de la administración patrimonial y un Control Fiscal Interno, de marcado
carácter administrativo por cumplir además de la función de control propiamente dicha, la de
colaborar en el desenvolvimiento de la Administración como función ejecutiva. Asimismo.
Dentro del Control Externo, puede observarse también, la existencia de Instituciones
Superiores "ad-hoc" creadas especialmente para absorber un amplio sector del control del
Patrimonio Público.
La actuación de estas Entidades debe estar enmarcada dentro de la, súper legalidad (Normas
Constitucionales) y dentro de la legalidad (Leyes, Reglamentos, Decretos, etc.) que domina en
nuestros sistemas de gobierno la actuación de los Órganos del Poder Público.
El doctor Allan Randolph Brewer identifica la conformidad con la Constitución y las demás
"leyes" con la denominación genérica de "Principio de la Legalidad" y al respecto dice en su
Tesis de Grado: "Las Instituciones Fundamentales del Derecho Administrativo y la
Jurisprudencia Venezolana", que es " el principio según el cual toda la actividad del estado
debe estar conforme con el Derecho de ese Estado". Agrega luego: "El contenido de los
diversos Derechos Nacionales es ciertamente diverso, pero, sin embargo, los textos
constitucionales de la mayoría del mundo occidental, entre ellos Venezuela, contienen una
declaración mas o memos explicita del Principio de Legalidad. "La Constitución y las leyes
definen las atribuciones del Poder Publico. Y a ellas debe sujetarse su ejercicio".
Como consecuencia del comentado principio, toda la actividad de las entidades encargadas de
ejercer el Control Fiscal deben tener competencia legal Constitucional o legal propiamente
dicha- para efectuar dichas actividades, enmarcadas estrictamente dentro de las facultades que
la norma les otorgue. Como se sabe las instituciones de Derecho Publico solo pueden hacer
aquello que les permite la Ley, mientras que las personas "privadas" pueden hacer todo lo que
la Ley no prohíbe.
Los sistemas y procedimientos aplicables al Control Fiscal, varían de acuerdo con la naturaleza
de los órganos que lo ejecutan. Esto es fácil de comprender por cuanto entre la estructura y
complejo funcionamiento del Parlamento y la simple de una unidad de control interno existen
notorias diferencias que repercuten, lógicamente, en sus actividades. Como se verá al hacer un
análisis de los sistemas y procedimientos del Control Fiscal, son diferentes los medios de
control de que se valen, por ejemplo, los Parlamentos y las oficinas de control de una
dependencia del Ejecutivo.
Los fines del Control Fiscal son variables en cuanto a la intensidad con que lo aplican unas y
otras instituciones, y en atención a la diversidad de legislaciones, pero puede afirmarse que
aun dentro de estas reconocidas diferencias, y variados matices que analizaremos al hablar del
"Alcance del Control Fiscal"; sus objetivos básicos son la regularidad y la corrección de la
administración del Patrimonio Publico.
La función de control estará sujeta a una planificación que tomará en cuenta los planteamientos
y solicitudes de los órganos del Poder Público, las denuncias recibidas, los resultados de la
gestión de control anterior, así como la situación administrativa, las áreas de interés estratégico
nacional y la dimensión y áreas críticas de los entes sometidos a su control.
Declarar la conformidad con una decisión de un órgano del Estado es una función jurídica y
además publica, .juzgar la legalidad y corrección de los encargados de efectuar la
Administración Fiscal y pronunciar fallos sobre ella es función pública y como tal, jurídica.
Como parte del Derecho Publico, al Control Fiscal, le corresponde ser estudiado por la ciencia
jurídica, y aun cuando en su ejercicio se vincula muy estrechamente con la Economía, la
Contabilidad, la Estadística, etc., estas son solo ciencias auxiliares Como pueden serlo de otras
disciplinas jurídicas.
Existe una gran diferencia entre medir la eficacia y medir la efectividad. La eficacia es una
medida de lo que cuesta cada unidad de resultado. La efectividad es una medida de la calidad
de ese resultado: ¿Con que precisión consigue el resultado deseado? Cuando medimos la
eficacia, sabemos lo que cuesta conseguir un resultado específico. Cuando medimos la
efectividad, sabemos si nuestra inversión tiene valor. No hay nada más ridículo que hacer de
un modo más eficaz algo que debe dejar de hacerse.
"Tanto la eficacia como la efectividad son importantes. Pero cuando las organizaciones
públicas empiezan a medir sus rendimientos, a veces miden sólo su eficacia...El público
evidentemente quiere un gobierno eficaz, pero aún más un gobierno efectivo. Los ciudadanos
tal vez se complazcan en gastar menos en educación por alumno que el resto de Estado, pero
si sus escuelas son las peores del país, no tienen muchas razones para estar felices por mucho
tiempo...El centrarse en la eficacia más que en la efectividad también tiende a alienar a los
funcionarios. Cuando los gobiernos acentúan el coste de cada unidad de trabajo, a menudo
desarrollan una mentalidad de antifaz que menosprecia la inteligencia y destreza de sus
trabajadores. La mayoría de los empleados quieren ser efectivos. La mayoría gustosamente
haría lo que fuera necesario para aumentar el impacto de su organización. Pero si sus
superiores únicamente se concentran en su eficacia -en lo rápido que hacen cada unidad de
trabajo- empezarán a sentirse como si estuvieran en una cadena de montaje".
En cuanto a la economía, por su parte, se busca determinar si con los recursos disponibles, se
obtiene el máximo de desempeño de la entidad y, adicionalmente, se verifica el parámetro de
los costos mínimos.
La equidad se refiere a la proporcionalidad de la gestión, al concepto de justicia, de igualdad, a
la caracterización socio-económica de los ingresos y las inversiones aplicadas a satisfacer las
necesidades de la comunidad.
De estos parámetros, también denominados los principios del control fiscal, se destaca el
correspondiente a la economía, a través del cual la Contraloría puede pronunciarse en términos
cualitativos sobre el uso del gasto público, como se pudo observar.
7 - El Control Interno
Sobre ese particular hay que establecer algunas distinciones. La Doctrina Moderna considera
que es una obligación de la Administración Pública en su actuación rutinaria, establecer un
control primario ó interno de la Administración Activa, que debe examinar el Acto del
Administrador, inclusive dando oportuna solución a los problemas que pudieran presentarse,
actuando de conformidad con la Constitución y las Leyes. En este caso puede colegirse, que el
Control Interno incluido su sistema integral, difiere del control externo, en virtud que el primero
lo realiza la propia administración activa y el segundo un ente totalmente distinto a el.
El Artículo 38 de la Ley establece que el Sistema de Control Interno deberá realizar el Control
Previo, tanto al compromiso, como al pago, ya que se ordena que antes de proceder a la
adquisición de bienes ó servicios, ó a la elaboración de otros contratos que impliquen
compromisos financieros, los responsables deben asegurarse del cumplimiento de los
requisitos siguientes: 1) Que el gasto esté correctamente imputado a la correspondiente partida
presupuestaria ó a créditos adicionales. 2) Que exista disponibilidad presupuestaria. 3) Que se
hayan previsto las garantías necesarias y suficientes para responder por las obligaciones que
ha de asumir el contratista. 4) Que los precios sean justos y razonables, salvo las excepciones
establecidas en otras Leyes. 5) Que se hubiere cumplido con los términos de la Ley de
Licitaciones, en los casos que sea necesario y las demás Leyes que sean aplicables. De la
misma forma, reza el Artículo en comento, que los responsables antes de proceder a realizar
pagos, deben asegurarse del cumplimiento de los requisitos siguientes: 1) Que se haya dado
cumplimiento a las disposiciones legales y reglamentarias aplicables. 2) Que estén
debidamente imputados a créditos del presupuesto ó a créditos adicionales legalmente
acordados. 3) Que exista disponibilidad presupuestaria. 4) Que se realicen para cumplir
compromisos ciertos y debidamente comprobados salvo que correspondan a pagos de
anticipos a contratistas o avances ordenados a funcionarios conforme a las Leyes. 5) Que
correspondan a créditos efectivos de sus titulares.
De modo que ahora, la administración hará su propio previo, debiendo implementar todo un
sistema orgánico tendiente al logro de su perfeccionamiento. A tal efecto y dentro del seno de
la Administración Activa se crearán unidades de auditoria interna que en el ámbito de sus
competencias podrán realizar auditorias, inspecciones, fiscalizaciones, exámenes, estudios,
análisis e investigaciones de todo tipo y de cualquier naturaleza en el ente sujeto a su control,
para verificar la legalidad, exactitud, sinceridad y corrección de sus operaciones, así como para
evaluar el cumplimiento y los resultados de los planes y las acciones administrativas, la
eficacia, eficiencia, economía, calidad e impacto de su gestión. Todo a tenor de lo contemplado
en el Artículo 41, sin perjuicio de las facultades de los Órganos de Control Externo.
Solo cuando el Sistema de Control Interno del respectivo Ente Territorial garantice un Control
Previo eficaz y eficiente, los Órganos de Control Fiscal Externo podrán transferirlo previa
evaluación.
8 - El Control Externo
Por expreso mandato del Artículo 43 de la Ley de Contraloría General de la República y del
Sistema Nacional de Control Fiscal, son competentes para ejercer el control fiscal externo de
conformidad con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, las Leyes y las
Ordenanzas Municipales: 1) La Contraloría General de la República. 2) Las Contralorías de los
Estados. 3) Las Contraloría de los Municipios y 4) Las Contralorías de los Distritos y Distritos
Metropolitanos.
Los órganos de control fiscal externo son, a diferencia de los que realizan el control interno,
aquellos que no forman parte de la administración activa, ubicándose fuera de ella y sin que
exista ninguna especie de subordinación ó dependencia.
El control externo comprende la vigilancia, inspección y fiscalización ejercida por los órganos
competentes del control fiscal externo sobre las operaciones de las entidades sometidas a su
control.
De igual forma deben los órganos de control fiscal externo evaluar la eficiencia, eficacia,
economía, calidad de sus operaciones, con fundamento en índices de gestión, de rendimientos
y demás técnicas aplicables, evaluando además, el Sistema de Control Interno y formular las
recomendaciones necesarias para mejorarlo.
Todo a tenor de lo establecido en el Artículo 42 de la citada Ley. El Artículo 46, establece sin
distinción alguna que los órganos de control fiscal externo en el ámbito de sus competencias,
podrán realizar auditorias, inspecciones, fiscalizaciones, exámenes, estudios, análisis e
investigaciones de todo tipo y de cualquier naturaleza en los entes u organismos sujetos a su
control, para verificar la legalidad, exactitud, sinceridad y corrección de sus operaciones, así
como para evaluar el cumplimiento y los resultados de las políticas y de las acciones
administrativas, la eficacia, eficiencia, economía, calidad e impacto de su gestión.
Es una facultad de los órganos de control fiscal externo efectuar estudios organizativos,
estadísticos, económicos y financieros, análisis e investigaciones de cualquier naturaleza, para
determinar el costo de los servicios públicos y los resultados de la acción administrativa,
pudiendo constatar con ello la eficacia con que operan las entidades sujetas a su vigilancia,
fiscalización y control.
La consolidación del sistema nacional de control fiscal es una prioridad absoluta para el nuevo
Estado venezolano, quien con el pivote de la participación popular, logrará promover el control
ciudadano en los proyectos de alto impacto económico, financiero y social, además de
enrumbarse hacia la concretización de la excelencia, transparencia y buen uso de los recursos
públicos.
El Sistema Nacional de Control Fiscal tiene como objeto fundamental fortalecer la capacidad
del Estado para ejecutar eficazmente su función de gobierno, lograr la transparencia y la
eficiencia en el manejo de los recursos del sector público y establecer la responsabilidad por la
comisión de irregularidades relacionadas con la gestión de las Entidades Públicas sometidas a
su control. Así lo prevé el Artículo 23 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la
República y del Sistema Nacional de control Fiscal. Deja muy claro el legislador patrio que la
“Última Ratio” del Sistema Nacional de Control Fiscal, es lograr una óptima ejecución de los
recursos por parte de los Órganos del Estado, así como transparencia y eficiencia en su
manejo. A tal efecto el artículo 25, define los principios que rigen el Sistema Nacional de
Control Fiscal para garantizar el logro de ese objeto, y la consecución de una gerencia eficaz.
Obviamente que no sería viable un Sistema Nacional de Control Fiscal, si carece de una
gerencia capaz, profesionalizada y técnica, que propenda el cumplimiento de los principios que
lo rigen. En razón de tal circunstancia la Contraloría General del Estado Aragua ha creado la
fundación para el desarrollo de la Gerencia Pública del Estado Aragua FUNDACEAR, con la
finalidad de consolidar una entidad que formará, adiestrará y desarrollará recursos humanos en
forma sistemática y técnica para ejercer funciones de gerencia y control sobre el patrimonio
público en cualquier nivel de la administración. A tales efectos la fundación realizará
actividades específicas para la promoción y realización de programas y actividades de
formación y actualización profesional en la áreas de auditoria, control, administración y
derecho, vinculadas con el manejo de la hacienda pública, implementando para ello seminarios,
cursos, jornadas, talleres y demás actividades o medios cuyo propósito pedagógico sea de
similar naturaleza. Igualmente promoverá trabajos de investigación en las áreas de auditoria,
control, administración y derecho, vinculadas con la hacienda pública y la gerencia pública, en
coordinación con instituciones públicas ó privadas.
Para nadie es un secreto en nuestro país la secular resistencia al control fiscal, por obra de
realidades históricas concretas vinculadas al autoritarismo y al totalitarismo, que crearon una
suerte de cultura anti-control que aún se combate y debe combatirse, para acceder en lapso
breve hacia estadios superiores dentro del concierto de naciones. Afortunadamente la historia
documental de Venezuela resguarda para la posteridad nuestras fortalezas y debilidades,
teniéndola como referencia obligada para la consulta a la hora de tomar decisiones. Esta es
una de las tareas fundamentales de la Fundación y así se asume como un compromiso
supremo.
No puede existir república y ciudadanía sin ciudadanos, como tampoco puede haber gerencia,
sin gerentes. Formarlos integralmente tomando como pivote nuestra Fundación, no solo
constituye con esfuerzo sino una verdadera y auténtica obligación de nuestra parte, en la
búsqueda de soluciones positivas a nuestra crisis, formando parte de la solución y la respuesta,
y no del caos.
Desde nuestra óptica un Gerente no es solo quien dirige, conforme a normas ó estatutos. No es
solo quien ostenta potestades por mandato popular, por designación ó por nombramiento,
porque concebirlo así sería incurrir en un peligroso simplismo, que quizá contenga buena parte
de las respuestas a nuestras propias interrogantes sobre las carencias de la administración
pública, así como también del sector privado, que no se muestra en nuestro contexto, tan
exitoso como el país lo aspira y necesita.
Revertir esta situación en alguna forma, será sin duda la mejor recompensa para una
Fundación que basa su norte en la excelencia y el conocimiento.
10 - La política fiscal
El gobierno gasta a través de inversiones públicas, gastos públicos y obtiene ingresos a través
de los impuestos sobre las actividades de producción y de circulación de mercancías, sobre los
ingresos y ganancias de cualquier otra naturaleza.
La política fiscal es el conjunto de medidas e instrumentos que toma el estado para recaudar
los ingresos necesarios para la realización de la función del sector publico. Se produce un
cambio en la política fiscal, cuando el Estado cambia sus programas de gasto o cuando altera
sus tipos impositivos. El propósito de la política fiscal es darle mayor estabilidad al sistema
económico, al mismo tiempo que se trata de conseguir el objetivo de ocupación plena. Como
hemos dicho anteriormente la Política Fiscal tiene 2 componentes, el gasto público y los
ingresos públicos.
11 - Gasto público
En cuanto al gasto público, este se define como el gasto que realizan los gobiernos a través de
inversiones públicas. Un aumento en el gasto público producirá un aumento en el nivel de renta
nacional, y una reducción tendrá el efecto contrario. Durante un periodo de inflación es
necesario reducir el gasto publico para manejar la curva de la demanda agregada hacia una
estabilidad deseada. El manejo del gasto público representa un papel clave para dar
cumplimiento a los objetivos de la política económica.
Gasto Programable: es el agregado que más se relaciona con la estrategia para conservar la
política fiscal, requerida para contribuir al logro de los objetivos de la política económica. Por
otro lado resume el uso de recursos públicos que se destinan a cumplir y atender funciones y
responsabilidades gubernamentales, así como a producir bienes y prestar servicios.
La clasificación económica permite conocer los capítulos, conceptos y partidas específicas que
registran las adquisiciones de bienes y servicios del sector público. Con base a esta
clasificación, el gasto programable se divide en gasto corriente y gasto de capital. Estos
componentes a su vez se desagregan en servicios personales, pensiones y otros gastos
corrientes dentro del primer rubro, y en inversión física y financiera dentro del segundo.
Por su parte, en las empresas del Estado los egresos corrientes reflejan la adquisición de
insumos necesarios para la producción de bienes y servicios. La venta de éstos es lo que
permite obtener los ingresos que contribuyen a su viabilidad financiera y a ampliar su
infraestructura.
Antecedentes
Lamentablemente para nuestro país, la política fiscal ha sido mal llevada a lo largo de muchos
períodos gubernamentales, uno y otro gobierno han tratado de implantar paquetes económicos
que reactiven la economía venezolana, pero lamentablemente fallan al no poder controlar el
Gasto Público y mucho menos se ha creado una cultura tributaria en los ciudadanos y
empresas Venezolanas.
Durante los períodos de bonanza petrolera que vivía el país y hasta la llegada del viernes
negro, la costumbre por parte de los gobiernos; era tener un enorme gasto público producto de
un abultado número de subsidios y regalías; y una política de endeudamiento demasiado
arriesgada, y como los ingresos por concepto de exportaciones petroleras eran suficientes para
cubrir el gasto público, realmente no se desarrollo nunca una política económica y menos una
política tributaria eficiente y adaptada a la realidad del país y modernizada. La modernización
llegó muy tarde, hace apenas unos 15 o 20 años los instrumentos fiscales utilizados en las
políticas económicas eran pocos, mal implantados y muy difíciles de controlar, obteniéndose
una gran pérdida por los altos niveles de evasión fiscal que se presentaban.
Luego del viernes negro, y por causa de políticas económicas que no han sido diseñadas para
adaptarse a la realidad de nuestro país, la política fiscal ha sido mal planteada y mal ejecutada.
Se ha intentado aplicar serias medidas en materia económica pero han perdido efecto; primero
por falta de continuidad en las políticas aplicadas, es decir, muchas veces dentro de un mismo
periodo gubernamental hemos visto cambios en las políticas aplicadas, y apenas toman control
los nuevos gobiernos inmediatamente son cambiados los planes económicos, con esto solo se
logra un sistema inestable que no es capaz de asimilar un lineamiento cuando se le impone
una nueva dirección. En segundo lugar por carecer de un planteamiento que busque primero,
controlar el gasto público a través del mejoramiento y simplificación del sector público y crear
un Sistema Tributario eficiente, para luego poco a poco pero con paso firme y sostenido lograr
la reactivación económica que tanto requiere Venezuela.
El actual gobierno venezolano, según su propuesta económica propone una reducción del
gasto público, y una modificación al tratar de reducir el gasto corriente, a través de
reestructuraciones en todos los organismos oficiales para hacerlos más eficientes y menos
costosos, y por su parte aumentar el gasto de capital, para crear la infraestructura necesaria
para comenzar la reactivación económica. El presupuesto fiscal del año 2000, tiene un nivel de
gasto total acordado de Bs. 17.878 millardos, equivalentes al 24,2% del PIB, aumentando su
nivel en 1,5 puntos del PIB con respecto al presupuesto de 1999. De este total de gasto, el
84,5% se concentra en los siguientes ministerios: Finanzas, del Interior y Justicia, Educación,
Cultura y Deporte, Salud y Desarrollo Social, Infraestructura y Defensa.
En referencia a la clasificación económica del gasto, el mismo presenta una orientación que
está en sintonía con los lineamientos estratégicos de este Programa Económico. Los gastos
corrientes se ubican en monto de Bs. 12.718 millardos, equivalentes al 17,3% del PIB,
creciendo en tan sólo 0,3 puntos del PIB con respecto al año precedente. Los de capital, se
sitúan en Bs. 2.967 millardos, equivalentes al 4,0% del PIB, superando en más de 1,1 puntos
del PIB al gasto presupuestado del año 1999, y por último, las aplicaciones financieras, dentro
de las cuales se encuentran la amortización de préstamos, alcanzan un monto de Bs. 2.192
millardos, equivalentes al 3% del PIB, presentando una variación con respecto al año pasado
de 0,1 puntos del PIB.
Por otra parte, en materia de gestión tributaria propone una reestructuración del actual Servicio
Nacional Integrado de Administración Tributaria (SENIAT), para aumentar la recaudación y
evitar la evasión de impuestos. Así como la aplicación de una serie de instrumentos de
recaudación que permitan reducir el déficit fiscal. En este sentido, el presupuesto fiscal para el
año 2000, fija como meta en los ingresos ordinarios de origen no petrolero un monto de Bs.
8.561 millardos, equivalente al 47,8% del total de ingresos, mejorando su participación en 5,7
puntos porcentuales con respecto al nivel alcanzado en 1999. Los ingresos fiscales originados
por la actividad petrolera, excluyendo las transferencias al Fondo de Inversión para la
Estabilización Macroeconómica (FIEM), se estiman en Bs. 4.211 millardos, equivalentes al
23,6% del total de ingresos fiscales.
Esto luce muy bien en el papel, pero ha sido un factor común observar excelentes propuestas
económicas por parte de los distintos gobiernos venezolanos que luego se pierden en la
intrincada e ineficiente red burocrática, o simplemente no son capaces de cumplir las metas
que son trazadas, en otras ocasiones, y debido a nuestra gran dependencia de las
exportaciones petroleras, los planes se ven afectadas por variaciones en los precios del
petróleo, e incluso por crisis ocurridas en otros países que crean un efecto dominó, afectando a
las economías más vulnerables como la nuestra.
14 - Instrumentos fiscales
Los economistas de finanzas públicas consideran que el sector público tiene tres ramas de
actividades o tres funciones principales:
Las tres metas del sistema tributario señaladas anteriormente, con frecuencia están en
conflicto, particularmente cuando se deben mantener los ingresos globales, forzando así a los
formuladores de políticas a escoger entre las mismas al tomar sus decisiones de política
tributaria. Más importante en ese respecto, es el conflicto entre un sistema tributario eficiente o
uno que interfiere menos con el comportamiento económico y crean un menor impacto sobre
las decisiones para trabajar o ahorrar o invertir, y un sistema tributario de distribución deseable
o uno que logre mejor los objetivos de equidad de la sociedad.
Además los instrumentos tributarios también difieren en las demandas que se hacen a la
administración tributaria así como en la característica de cumplimiento. Los impuestos basados
en transacción tienden a ser más fáciles de administrar que los impuestos que requiere
complejas reglas de medición de renta para ser aplicadas. Igualmente, los impuestos que
pueden ser recaudados a través de retención serán más fácilmente administrados que aquellos
que requieren la presentación de declaración de impuestos.
Definitivamente que la política económica aplicada en cualquier país tendrá una repercusión
positiva o negativa sobre la sociedad que conforma dicho país, incluyendo empresas,
ciudadanos, industrias, etc. En el caso de Venezuela, lamentablemente es necesario reconocer
que las políticas económicas y por ende las políticas fiscales aplicada a lo largo de los últimos
50 años, no han sido más que incoherentes medidas contrarias a lo que aconseja la Teoría
económica positiva, al contrario solo han logrado arrastrar al país a un profundo estancamiento
del cual resulta muy difícil, pero no imposible de salir.
Para evitar un poco esta situación se inicia en el país un proceso de privatización de algunas
empresas del Estado, caracterizadas por arrojar solamente perdidas en lugar de ganancias,
esto tiene como finalidad reducir el déficit del Estado, ahorrando de esta manera millones de
dólares en inversiones que no tienen ningún sentido al gobierno y transfiriendo esos activos
improductivos a manos privadas. A su vez las empresas que continuaban en manos del Estado
se vieron en la necesidad de sincerar las tarifas de sus bienes y servicios, incidiendo
nuevamente en el alza de los precios y la inflación.
Sugerencias
Hemos visto como la política fiscal puede estar orientada hacia dos corrientes principales; las
políticas de demanda y las políticas de Oferta, ambas, sin embargo, buscan el equilibrio
macroeconómica necesario para lograr el crecimiento sostenido y el desarrollo de las naciones,
aunque a través de distintos métodos.
Las políticas de oferta por su parte arguyen que las políticas de demanda generan un efecto
devastador a largo plazo como lo es la inflación y el endeudamiento, así como una nueva plaga
económica: la estanflación, producto de la excesiva aplicación de políticas de demanda las
cuales auspician un incremento en el gasto público del Estado con el fin de activar el
crecimiento económico, aunque se incurra en déficit fiscales. La estanflación, reúne todas las
características del estancamiento económico (desempleo, industria paralizada) junto con la ya
referida inflación producto del aumento de los precios generados por los incrementos en la
masa monetaria de creados en las políticas keynesianas. Las políticas de la oferta proponen un
control estricto sobre la oferta monetaria, a fin de que este posea una tasa de crecimiento
constante que; sin generar inflación logre los propósitos del crecimiento económico y desarrollo
perseguido, para evitar el estancamiento de la economía.
Las políticas de oferta se orientan a flexibilizar las reglas del juego dentro de la economía,
evitando las presiones sobre los distintos componentes del sistema productivo, aspirando a
constituirse en una acción coherente encaminada a propiciar el natural discurrir de las fuerzas
que actúan en el mercado. En fin al contrario de las medidas coyunturales de las políticas de
demanda, la política de oferta se traza a muy largo plazo, para lograr el equilibrio.
Con referencia al caso venezolano, siempre hemos estado conscientes del gran potencial
económico que tiene nuestro país, enormes reservas petroleras, auríferas y mineras parecen
inagotables, igualmente contamos con grandes posibilidades en materia agrícola, turística y
manufacturera. Lamentablemente la excesiva aplicación de las políticas de demanda que
arrastraron a nuestra economía hasta la actual situación permitió que se creara en nuestro país
una mentalidad de que no somos capaces de lograr ningún avance si el Estado no interviene,
es cierto que debido al enorme déficit fiscal y nivel de endeudamiento, el Estado no puede, ni
debe continuar con políticas expansionistas y proteccionistas, debemos abrir nuestra economía
a la inversión proporcionando seguridad en materia jurídica y fiscal, atraer las inversiones para
desarrollar y explotar nuestro enorme potencial.
Esto solo se logrará a medida que se logre un equilibrio económico y los frutos de ese proceso
no se observarán de inmediato, debemos asumir la responsabilidad por tantos años de
despilfarro económico e intervención del Estado en los asuntos económicos, dejar que poco a
poco sean las fuerzas naturales del mercado las que logren la reactivación económica de
nuestro país.
Pero antes debemos asumir los riesgos y sacrificios que esto representa en aras de obtener un
mejor futuro; no se puede ser pesimista y pensar que la situación no tiene salida, solo debemos
asumir el reto, sincerando nuestra economía, creando una disciplina fiscal acorde a las
necesidades, reduciendo el tamaño del Estado y evitando el intervencionismo del mismo,
propiciar la aplicación de la economía de mercado, eliminar las medidas proteccionistas,
eliminar trabas y controles innecesarias en la actividad económica, aplicar políticas de
flexibilización de precios y salarios, establecer límites al crecimiento monetario y propiciar la
movilidad y capacitación de la fuerza laboral.
Este conjunto de medidas no dará sus frutos inmediatamente por el contrario representan un
lento pero continuo mejoramiento de la economía venezolana hasta lograr su total
recuperación, esperemos que nuestros gobernantes actuales y los futuros logren entenderse
unos con otros y trabajar en conjunto para lograr el recuperamiento de la economía
Venezolana.
A pesar de la importancia que para toda disciplina tiene una clasificación técnica, en esta
materia se observa una gran falta de uniformidad. Como el problema de la terminología,
anteriormente analizado, éste presenta la más anárquica variedad. Podemos afirmar que no
existen dos autores de los pocos que han hecho esfuerzos para clasificar, que muestren
plenamente de acuerdo. Parten de puntos de vista diferentes, usan los mismos términos con
distinto contenido, confunden los simples métodos con los sistemas, tratan de establecer
diferencias donde no existen, confunden el género con la especie y viceversa, etc. Para
confirmar la anterior aseveración presentaremos más adelante, con toda brevedad, las
clasificaciones que con tanta variedad imaginativa han creado diversos autores.
Pero es evidente, que toda disciplina necesita una clasificación para su exacta captación y para
comprensión de sus inevitables atices. Las clasificaciones en si, no son “peligrosas”. Lo
peligroso es , la incontrolable libertad intelectual, que convertida en una especie de libertinaje
arrastra a lamentable anarquía lo que por su naturaleza no es más que orden.
Algunas de las más usuales clasificaciones del Control Fiscal: parlamentario, legislativo,
político, constitucional, de legitimidad, de legalidad, de oportunidad, de mérito, de sinceridad,
de la probidad, de la honestidad, previo, preventivo, perceptivo, concomitante, en curso de
ejecución presupuestaria, de compromisos, de egresos, de ingresos, judicial, jurisdiccional,
contencioso, externo, interno, administrativo, escritural, objetivo, jurídico, de metas, de
resultados, popular, de conveniencia, subjetivo, descentralizado, contemporáneo, analítico,
sintético, permanente, ordinario, extraordinario, especial, general, parcial, selectivo, exhaustivo,
por muestras, jerárquico, de tutela, supremo, superior, crítico, directo, indirecto, revisional o
revisivo, total, fragmentario, continuo, periódico, eventual, de cuentadantes, formal, detallista,
local.
Como se observará, los autores utilizan en numerosas oportunidades términos sinónimos para
expresar conceptos diferentes y en otros casos se pretende denominar con diversos vocablos
sistemas o métodos idénticos.
Vicente Ripa Alberdi, en su obra “El Presupuesto y su Control”, dice que “la teoría moderna ha
creado dos sistemas de fiscalización en boga en los países más adelantados, que tienden a
evitar los males que pueden originarse y que son: el control preventivo y el control judicial o
crítico según se le ha llamado. Una clasificación extremadamente parca.
Luego al hablar de “control jurisdiccional”, dice que sólo el administrativo no aportaría las
necesarias garantías “pues proviene de la misma administración controlada”, y agrega que por
eso “al lado del control administrativo” existe “un segundo control, el jurisdiccional”.
Sobre el control parlamentario, dice solamente que lo ejerce “el parlamento”, el cual, según las
disposiciones de la Constitución, “examina y vota la Ley de Presupuesto”. Es decir que según
esto todo el Control Parlamentario se reduce al previo presupuestario. Se omite así la
importante actividad contralora posterior a la aprobación del Presupuesto, la cual concluye con
el juicio político de las cámaras sobre la gestión ejecutiva.
Como una categoría distinta de control, el autor griego citado, analiza el “control concomitante”.
Explica que éste consiste en el que se realiza durante el año financiero “en el momento de
ejecutarse las operaciones”. Luego lo refiere al control interno o “administrativo”cuando dice
que es el que realizan los inspectores financieros, pagadores y contadores subordinados. El
control “concomitante” o “en curso de ejecución”, o constituye una categoría independiente, un
“tipo” o sistema. Esta forma es, ante todo, un procedimiento estrechamente ligado al control
previo.
El control concomitante es siempre un procedimiento, auxiliar del sistema de control previo. Por
su propia naturaleza el control “contemporáneo” con la realización del acto es previo a la
aprobación o autorización. Y si es previo, por cuanto el acto aún no se ha consumado, es
inoficioso y superfluo querer crear una categoría distinta donde sólo hay una modalidad
específicamente. El control concomitante, es un procedimiento previo a la aprobación o a la
autorización, y por ello es sólo una, modalidad del control previo.
Lugo se refiere al “Control Externo”, definiéndolo como “el efectuado por organismos que no
pertenecen al mismo servicio, sino a una entidad de control externo”. Como se ve, la definición
es tautológica, incluye como parte de ella, la idea de lo definido. Tal es el caso del control
ejercido por el Contralor General o por los miembros del “Instituto de Contadores
Juramentados”. Pero hacemos notar que cuando el autor habló de Control Administrativo”,
ejercido por los órganos de la administración, dijo que era típico el realizado por el Contralor
General, funcionario, según él, propio de los sistemas anglosajones.
Al hablar del control externo, se refiere a las Instituciones Superiores de Control como “Cortes
de Cuentas” o por el título del funcionario principal, Contralor General. Quedarían así fuera de
la clasificación, varias instituciones. Otra inexplicable omisión del autor es la de excluir de la
clasificación de control externo, el que realiza el Parlamento.
Otras clasificaciones efectúa el autor citado, y dice que en relación con su contenido se
distingue el control general, el control parcial y el control particular. Entendemos que esta
distinción obedece más que al contenido, a la extensión. Pero, además, en nuestra opinión,
esta clasificación ya no corresponde a los sistemas de control, sino a los métodos o
procedimientos, aplicables a todos los sistemas.
El autor Honorato Sepe en su obra “La Corte dei Conti”, dice que el control puede ser
clasificado en jurisdiccional y administrativo según la autoridad que lo ejercita y de acuerdo con
el carácter extrínseco que reviste la actividad de control. Repite luego, la clasificación por la
autoridad que lo ejerce y dice que puede distinguirse en político (que proviene de las
Asambleas Legislativas), administrativo y jurisdiccional. La denominación de político para
referirse, exclusivamente, al que efectúa el Parlamento es muy general, ya que esta expresión
abarca prácticamente, en un sentido amplio, toda la actividad del Estado. No consideramos
acertado que se distinga el control que realizan las Cámaras Legislativas del que efectúa, por
ejemplo, la propia administración, denominado político.
Todo lo relacionado con la cosa pública, con el gobierno de los intereses de la colectividad, es
política, por lo cual se concluye que en realidad todo sistema de control sería político, y que
esta expresión no es la más indicada para distinguir. Más apropiado es denominarlo Control
Parlamentario.
Otra de las clasificaciones hechas por el Profesor Sepe, es la de control ordinario y control
extraordinario. Habla igualmente de control de la legitimidad y control del mérito, tomando como
base los fines.
Con respecto al momento en que se ejercita el control, el mencionado autor, dice que puede
ser preventivo y sucesivo o póstumo. Es uno de los autores que no ha incurrido en clasifica,
como una forma intermedia entre el previo y el posterior, un presunto control concomitante o en
curso de ejecución.
Honorato Sepe dice que es oportuno hacer una distinción entre control interno y externo,
entendiendo el primero como aquél ejercido en el ámbito de la jerarquía administrativa y en
virtud de poderes jerárquicos, y el segundo, aquél desarrollado por órganos fuera de todo
ligamento de subordinación jerárquica.
El profesor Louis Trotabas en su obra “Finances Publiques” dice que existe un control
parlamentario, un control administrativo, que identifica con el interno realizado en Francia por el
Ministro de Finanzas sobre la ejecución del presupuesto, y en tercer lugar un control que
denomina, a la vez administrativo y jurisdiccional, atribuido a un órgano independiente del
gobierno y del parlamento. La Corte de Cuentas.
Corte de Cuentas es a la vez administrativo y jurisdiccional. Es decir que pareciera admitir que
el control administrativo no es sólo el que realiza internamente el Ministerio de Finanzas.
Cuando el Profesor Matus habla de la Fiscalización Administrativa dice que es atendida por
diversos organismos de la Administración Financiera de cada país que tienen a su cargo la
fiscalización y aplicación de las leyes que establecen ingresos, su recaudación, la custodia de
los fondos públicos y finalmente la tarea de cancelar los compromisos. Independientemente del
ya comentado mal uso del término administrativo, para referirse al control interno que
aparentemente el autor quiere describir, debemos señalar que el concepto sobre esta forma de
control acusa una lamentable tautología. Es imprecisa, por cuanto leída con atención podemos
observar términos vagos como organismos de la Administración Financiera que según el autor
ejercen la fiscalización, pero no sólo está sino otras actividades que no son control, por locuaz
el concepto se aparta de lo que se quiso clasificar, distinguiéndolo.
El Auditor de la Corte de Cuentas de Francia Jacques Magnet, en su obra “La Cour des
Comptes” clasifica el control por la autoridad que lo ejerce, en control administrativo, judicial y
parlamentario. En cuanto al momento de su ejercicio, en control previo, en curso de ejecución y
control posteriori. Por los fines del control, en control de la regularidad y control de la
oportunidad. Y por su objeto, en control sobre los actos y en control sobre las personas.
Con respecto a esta clasificación observamos que habla de control administrativo, que aunque
no lo define, se deduce que lo identifica en principio con el interno. Habla igualmente de control
judicial para referirse al jurisdiccional que como sabemos puede ser también administrativo.
Sobre estas dos formas de control y sobre el parlamentario el autor no desarrolla
explicaciones.
Con relación al control previo, se observa que el Auditor Magnet, lo limita al ejercicio por la
Administración Activa y olvida el que corresponde al Parlamento, u otras entidades.
Al desarrollar más adelante el autor, las potestades de la Corte de Cuentas, incurre en una
distinción en nuestra opinión errónea y ya comentada, al hacer separación entre un control
jurisdiccional y un control administrativo, a cargo de esta Institución. Es decir que llama “control
jurisdiccional” el que ejerce la Corte en forma de juicio, y control administrativo el que no es
jurisdiccional.
Algunos autores, como el Profesor René Stourm, quien en 1889, publicó su obra “Le Budget”,
clasifico el Control Fiscal, estableciendo tres modalidades de acuerdo con las autoridades que
lo ejercen: “administrativo”, “judicial” y “legislativo”. El control administrativo, como lo califican
también autores más recientes, es el que realiza internamente la administración. La
clasificación de “control judicial”, la utiliza Stourm, para calificar la función de control que ya en
esa época ejercía un órgano de la “jurisdicción administrativa”, la Corte de Cuentas. En los
autores contemporáneos esta expresión ha sido sustituida por la de “control jurisdiccional”.
Mientras que en os órganos del “Poder Central” van separándose y adquieren una finosomía
característica y diversos grados de autonomía frente a este “Poder” , la entidad de control
necesita adaptarse a estos cambios, y tratar como decimos, en una marcha moderadamente
paralela, de seguir los pasos de la descentralización administrativa. Deberá hacer las
necesarias modificaciones en su estructura, procedimientos y personal para que pueda realizar
idóneamente la labor de control.
Nada obliga a que la descentralización de funciones sea por la parte de las Instituciones de
Control una exacta copia de la operada en la Administración Activa, por lo cuanto estos
innecesario y además puede resultar excesivo. Para evitar perjuicios a la esencia y
funcionamiento del Control Fiscal, el Legislador o los órganos encargados de aplicar normas
discrecionales sobre la descentralización, deben actuar con la mayor prudencia y celo, para no
caer una descentralización inoficiosa contraproducente.
Las oficinas o agencias que se crearen podrían realizar exámenes parciales sobre las cuentas
presentadas por los administradores y emitir un dictamen de carácter provisional que podrían
ser confirmado o rechazado por la entidad por la entidad central; colaborarían en las
inspecciones, que por los métodos perceptivos las Instituciones Contraloras, se ven obligadas
realizar y serian un permanente vínculo entre la Institución Superior de Control y las entidades
administrativas descentralizadas.
La creación de oficina o agencias en regiones mas o menos apartadas para agilizar el control,
debe ser analizada con vista a cada caso concreto, tomando en consideración los más diversos
aspectos y evaluando los resultados que la aplicación de esta forma de descentralización
puede aportar.
Pero la forma de descentralización utilizada más frecuentemente, por ser quizás la de menos
problemas trae consigo es la que realiza mediante designación de funcionarios que
esporádicamente o con determinada regularidad se trasladen a las dependencias de la
Administración Activa para efectuar “in situ” tareas de control perceptivo o documental. En otras
oportunidades la descentralización se lleva esporádicamente para cumplir una tarea especifica
con la relación a determinados aspectos de la actividad administrativa, tales como licitaciones,
remantes, contratos especiales, inventario, arqueo de caja.
El control realizado por estos funcionarios en las sedes, ofrece una mayor garantía, más
autenticidad a los actos de control, por lo cuanto esperar a ejercerlo sobre documentos
solamente cuando éstos sean remitidos formando parte de las cuentas, puede propiciar
deformaciones, falsificaciones de la realidad y retardos que quizás hagan inútiles las gestiones
en pro de los intereses fiscales o que simplemente entraben la celeridad administrativa.
La relación de las actividades de Control Fiscal por parte de las Instituciones Superiores en los
organismos descentralizados, por razones geo-políticas o por motivos económicos, aunque
está vinculada con el presente tema será tratada especialmente en próximo capítulo, al
referirnos al control de dichos organismo.
17 - Conclusión
Podemos concluir que el control Fiscal es de gran importancia para el desarrollo económico de
cualquier nación, esta debe ser adaptada a las realidades de cada nación, cuidadosamente
estudiada y ser aplicada con la más estricta disciplina, a fin de lograr los objetivos de
crecimiento económico y desarrollo que persigue.
La Contraloría General de la República debe entender la urgencia y necesidad que tiene el país
de contar con un organismo de control fortalecido y con enorme capacidad preventiva del
delito. Bajo ese objetivo debe revisar, de manera sostenida, los procesos internos, las
competencias y su propia estructura, para poder precisar un marco en el cual sea posible una
Nueva Contraloría. Esa nueva realidad es producto de una situación de crisis, en donde el
complejo proceso de cambio del país a impuesto la necesidad de de que se revise, a la par, la
figura y concepto del Estado y del control fiscal, de manera tal que su resultado tenga, como
meta principal, el fortalecimiento de una sociedad democrática, bajo el impulso de parámetros
de equidad y justicia social, que no es más que el mandato fundamental de nuestra
Constitución.
Ahora bien, para ser productivos no basta con tener la potestad del poder social que emana de
la Constitución La reestructuración y todos los proyectos estratégicos apuntan, entonces, a
fortalecer la Contraloría General de la República, pero con un objetivo muy claro: servir de
puntal a las entidades del Estado para cerrarle el paso a la corrupción, pues en la medida en
que exista un control vigilante, tendremos una enorme capacidad preventiva. Debemos tener
presente que todo este esfuerzo por mejorarla gestión fiscal tendremos no sólo una Nueva
Contraloría sino un nuevo país.
18 - Bibliografía
o www.econoinvest.com/informacion
o www.venezuelatoday.com
o www.lyesnet.com/temasespeciales
o www.gestiopolis.com/recursos/documentos
o www.cgr.gov.ve