Cultura Peruana - Actividad Portadas e Índices 3ero Sec
Cultura Peruana - Actividad Portadas e Índices 3ero Sec
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La cultura del Perú es la cultura creada a partir de costumbres, prácticas, códigos, normas, formas de
vida y tradiciones existentes en la sociedad peruana. Es lo que le da una identidad nacional al Perú.
Está emparentada con las costumbres de los países hispanoamericanos. La cultura peruana ha sido
profundamente influenciada por la cultura nativa, la cultura española y la cultura africana.
El Ministerio que lleva su nombre se encarga de promoverla y cuidarla por medio del presupuesto
público.
Orígenes
La cultura peruana es una gran mezcla de componentes
de distintas etnias que habitaron y habitan lo que
actualmente es el territorio del Perú, las más importantes
son el bloque aborigen y criollo o español, seguido por
los bloques afroperuano y asiático y en menor medida el
italoperuano, todo esto es potenciado por las tres
principales regiones naturales, es decir la costa, la selva y
la sierra. Es por eso que la cultura peruana se la
considera una cultura mestiza y eso queda ampliamente
demostrado en su gastronomía que es reconocida por su
variedad de platos, bebidas y postres, en las danzas como
la marinera, el festejo, el tondero, el huayno, el huaylas,
el wititi, la diablada, los huayruros entre otros.
Características
Dentro del contexto mundial, la cultura peruana siempre ha presentado características especiales,
entre las que se pueden mencionar las siguientes:
Se ha desarrollado en un medio geográfico difícil, por lo que el hombre ha tenido que esforzarse y
hacer uso de su creatividad para dominar ese espacio, formando sociedades y culturas regionales.
Es un proceso que ha venido dándose a través de los milenios, desde los albores de la civilización
andina, y, aunque ha sufrido la irrupción violenta de la civilización occidental en el siglo xvi, ha
continuado desarrollándose de manera continua, intentando mantener una unidad.
Contiene valores y legados culturales que se mantienen a través del tiempo. De la civilización andina
podemos mencionar: el dominio de la naturaleza, la unidad política, la misión civilizadora, el espíritu
de justicia social y la dignidad imperial.
De la herencia española destaca: la idea de la persona humana, el cabildo, el estado de derecho, el
idioma, la concepción cristiana de la vida. De la etapa republicana: la independencia, la libertad
política, la soberanía, la concepción democrática del Estado, la idea de una vida más digna, por obra
de la educación y la técnica al servicio del bien común, la idea de una distribución más equitativa de la
riqueza, etc.
Hay una constante fusión de las realidades culturales existentes, así como las que continúan llegando
de afuera, y tiende así siempre hacia el mestizaje cultural.
Cultura prehispánica
Artículo principal: Imperio incaico
Pirámides de 5 000 años en Caral. Patrimonio
Común de la Humanidad.
La civilización andina, que se desarrolló en el
actual territorio peruano, se fue forjando
desde hacía quince mil años, con la llegada de
los primeros hombres a esta parte del mundo.
Estos se hallaban en la etapa del paleolítico
superior y fue exclusivamente a su esfuerzo,
sin influencia foránea, que pudieron escalar
paulatinamente hacia la alta cultura. Los
restos culturales de los primeros cazadores-
recolectores han sido hallados en Guitarrero I,
Piquimachay, Chivateros (taller lítico),
Toquepala (pinturas rupestres), Paiján (puntas
líticas). Los primeros vestigios de cultivos
agrícolas se hallan en Nanchoc (calabaza y
zapallo loche) y Guitarrero I (frijoles y
pallares), de hace 6 000 a. C. Otras plantas que se empiezan a cultivar son el camote, el achiote, la
quinua. La papa y el maíz son cultivos más tardíos. Los restos de la primera aldea de pescadores se
hallaron en Santo Domingo de Paracas; de los primeros camélidos domesticados, en Telarmachay; y
de los primeros cuyes domesticados, en Piquimachay.
La civilización o alta cultura propiamente dicha surge hacia el 3 200 a. C. con la aparición de la
civilización caral en el Norte Chico peruano y cuyo centro fue la ciudad sagrada de Caral y su ciudad
pesquera, El Áspero. Caral fue contemporánea de otras grandes civilizaciones como las de China,
Egipto, India y Mesopotamia. Se trata, pues, de uno de los pocos centros irradiadores de civilización
en el mundo por su antigüedad (al menos 5000 años); así como el único en el hemisferio austral. Caral
floreció durante más de mil años; entre sus ruinas se han hallado el primer quipu, instrumentos
musicales, estatuillas de arcilla, entre otros restos culturales. Contemporánea a ella fueron otros
centros como Bandurria, Kotosh (templo de las manos cruzadas), Sechín Bajo, Cerro Sechín, La
Galgada, Las Haldas y El Paraíso.
Caral desapareció hacia 1800 a. C. pero su legado cultural se mantuvo, continuando así el proceso de
la civilización andina. Surgieron otros centros culturales en el actual Perú, como Cupisnique,
Pacopampa, Kuntur Wasi, Garagay y Chavín de Huántar. Hacia el 900 a. C. la cultura chavín prevaleció
sobre las demás, hasta que hacia 200 a. C. decayó su influencia y se incentivó el desarrollo de Estados
más amplios en la base de nuevas culturas locales como Mochica, Lima, Nazca, Wari y Tiahuanaco. Los
Wari formaron el primer imperio panandino del que se tiene certeza, con centro en la ciudad de Wari,
cerca de la actual Ayacucho.
Con la decadencia de Wari y Tiahuanaco hacia fines del siglo ix se reactivó la producción cultural
regionalista, como Chimú, Lambayeque, Cajamarca, Chachapoyas, Chincha, Chanca, Huanca, Chancay
y los quechuas o incas del Cuzco. Estos últimos, tras pasar sucesivamente por las etapas de señorío
local y confederación quechua, en el siglo xv formaron el Imperio inca, que se anexó todos los pueblos
andinos entre los ríos Maule y Ancasmayo, alcanzando un área cercana a los 3.000.000 km², hoy
ubicada en los territorios de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile.
La civilización incaica fue la cúspide de la cultura andina, la síntesis de todas las culturas preincas. Lo
que los incas hicieron fue asimilar y desarrollar todas las influencias culturales del territorio que
dominaron. Su mérito principal fue crear un Estado imperial cuyo fin era la unificación del mundo
andino, pero cuya consolidación definitiva se vio truncada por la invasión española. Sin embargo, la
cultura andina ha seguido su propio curso y ha llegado hasta la actualidad; prueba de ello están las
comunidades indígenas, las modalidades alimenticias, los idiomas (quechua, aymara), etc.
Cultura Chancay
La civilización Chancay fue una civilización preincaica que se desarrolló entre los valles de Fortaleza,
Pativilca, Supe, Huaura, Chancay, Chillón, Rímac y Lurín, en la costa central del Perú, entre los años
1200 y 1470 d. C. que corresponde al Intermedio Tardío.
Su centro se ubicó a 80 kilómetros al norte de Lima. Se trata de una ubicación territorial básicamente
desértica, pero con valles fértiles bañados por ríos y ricos en recursos, que permitieron, entre otros,
un alto desarrollo de la agricultura.
El comercio que desarrolló la civilización Chancay con otras regiones fue intenso y permitió contactar
con otras culturas y poblados en un área extendida; su influencia comenzó a decaer en el siglo XV
para dar paso territorial a sus conquistadores provenientes del Imperio Inca.
Artesanía textil
Sus textiles con encajes bordados con agujas y los tapices fueron de singular notoriedad; fueron
elaborados con algodón, lana, gasa y plumas. Los efectos técnicos para ese entonces se consideran
inigualados.
Sobresalió notoriamente el brocado, la tecnología de la gasa decorada y el textil
pintado habiendo sido decorados con peces, aves y también con dibujos de
forma geométrica. Respecto a las gasas, fueron tejidas en algodón con los que se
confeccionaban artículos ligeros de forma cuadrangular de diferentes tamaños
teniendo en algunas prendas dibujos de peces, felinos y aves.
Con pincel produjeron lienzos pintados directamente con diseños antropomorfos, zoomorfos,
geométricos y otros creativos dibujos de libre imaginación.
Las telas o gasas tuvieron principalmente objetivos mágico religioso y fueron utilizados para cubrir la
cabeza de los muertos al estilo de los tocados. De acuerdo a las creencias de la época, los
hilos para estas telas tenían que ser hilados en forma de una S en sentido izquierdo. Este
hilo que tenía un carácter mágico fue llamado lloque y de acuerdo a la leyenda, las
prendas eran impregnadas de poderes sobrenaturales y servían de protección en el más
allá.
Cerámica
El desarrollo de la cerámica y de los tallados de madera también fueron parte de
la singular mano de obra de esta cultura. Esta cerámica se ha hallado
principalmente en los cementerios de Ancón y en el valle de Chancay.
La producción de cerámica fue a gran escala debido a la utilización de moldes.
No obstante, la masiva producción de cerámicos, los artesanos produjeron
vasijas abiertas en las que se pueden observar más de 400 formas diferentes de
dibujos que aún faltan descifrar.
Su estilo es de una superficie áspera y está pintada en color negro o marrón
sobre un fondo crema o blanco y debido a esta particularidad es conocida como negro sobre blanco.
De esta cerámica, se destacan principalmente los cántaros de forma ovoide con rostros humanos. Y
otros relieves con las extremidades del cuerpo humano y también los ídolos de tamaño reducido,
llamados cuchimilcos, de forma antropomorfa representando a figuras humanas con una destacada
mandíbula, con los ojos pintados en negro.
Tallas de madera
Al igual que su alfarería, las esculturas en madera de este pueblo de agricultores y
pescadores se caracterizan por la sencillez, sobriedad y naturalismo de las formas,
oponiéndose a la sofisticación de su artesanía textil. Con las maderas del desierto
costero, los chancayanos tallaron grandes y pequeños objetos, finamente grabados con
motivos que reflejan el medio marítimo, tales como aves marinas y embarcaciones.
Fabricaron también herramientas para el trabajo textil, las labores agrícolas y las faenas
de pesca, así como una variedad de objetos para el culto y las distinciones de estatus
social.
En Chancay son comunes las cabezas humanas talladas en madera que coronan los fardos funerarios
de importantes dignatarios, con las cuales aparentemente destacaban la condición de deidad o
antepasado mítico que estos personajes adquirían después de muertos. Las imágenes humanas en
madera también pueden ser indicadoras de poder político, especialmente cuando aparecen talladas
en varas o bastones de mando.