Epistemología (Módulo 4)

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Corrientes epistemológicas contemporáneas

Introducción

¡Bienvenido al último módulo de Epistemología! Este cierre de curso lo hemos dividido en cuatro momentos
para que conozcas las propuestas epistemológicas contemporáneas. Primero estudiarás el verificacionismo
del positivismo lógico. En un segundo y tercer momento estudiarás las respuestas críticas a la tradición
positivista, comenzando con el falsacionismo de Popper y continuando con los aportes de Quine, Kuhn,
Lakatos y Feyerabend. En un cuarto y último momento estudiarás la hermenéutica de Gadamer y la teoría
crítica de Habermas.

Revisa el siguiente video Lógica, epistemología y filosofía de la ciencia de la Universidad de los Andes
(2014).

https://youtu.be/-Uh0YwrrJA0

Reflexiona

Teniendo en cuenta que la lógica y el análisis de conceptos son parte tanto de la filosofía como de la ciencia,
¿Cómo podemos utilizarlos en pro del bienestar de la sociedad?
El verificacionismo del positivismo lógico

Siguiendo a González (1999), el positivismo lógico busca un criterio de certeza para el conocimiento, así
como la reconstrucción racional del conocimiento científico. Esta reconstrucción trata de describir y
especificar las etapas que se necesitan para la formación de una teoría. Por ello, el positivismo lógico
propone las condiciones para que una proposición sea verdadera y justificada y, por tanto, sea una
proposición científica. En suma, esta escuela epistemológica, por una parte, justifica el funcionamiento de la
ciencia y, por la otra, propone un criterio normativo que determina la cualidad científica de las proposiciones
de una hipótesis. Llanos (2009) lo refiere de esta manera:

De acuerdo con Llanos (2009), hay cuatro opciones para responder a esta pregunta: deducción,
inducción, verificación y confirmación, y falsación. Por tanto, el verificacionismo sería un medio para
comprobar la verdad de las leyes científicas en tanto universales. Su propósito es verificar la validez universal
de las proposiciones.

Llanos (2009) explica que todas las leyes científicas tienen una forma lógica que es condicional, ya
sean leyes universales o estadísticas. Esta forma lógica es la condición para que se pueda contrastar,
confirmar, refutar o falsear; su forma lógica condicional sería:

p→q
La condicional p→q, se lee "si p, entonces q" o "p implica q"

Se define con la siguiente tabla de verdad:

La flecha "→" es el operador condicional, y en p→q:

p es el antecedente, o hipótesis,

q es la consecuente, o conclusión.
En el caso de las leyes científicas o hipótesis universales, la contrastación se da mediante la confrontación
de sus consecuencias lógicas con los hechos de la realidad. Estas consecuencias lógicas consisten en
proposiciones singulares que ha sido deducidas de una ley o hipótesis, además de una condición inicial que,
a su vez, consiste en una proposición singular que refiere a los hechos directamente. Entonces, las leyes o
hipótesis no tienen contacto directo con la realidad sino mediante los datos iniciales y sus consecuencias
lógicas singulares, de ahí que las teorías y leyes sean inverificables por sí mismas y tampoco se las pueda
refutar directamente. Llanos (2009) nos explica:

En otras palabras, la comprobación absoluta de lo anterior no sería posible, solo lograríamos la


comprobación de algunos casos. Aunque se pueden ir comprobando algunos casos sin encontrar uno que
no confirme la hipótesis; así, afirmar que no se ha encontrado uno que no la confirme, no es lo mismo que
afirmar que todos los casos confirman esta hipótesis. El número de casos para una hipótesis universal es
potencialmente infinito, por lo que nadie puede probarlos o conocer todos. Entonces, se dice que los casos
confirman la ley, pero no la verifican (Llanos, 2009).

Una ley universal abarca casos infinitos, por definición. De ahí que Llanos (2009) concluya que es imposible
justificar o probar la generalidad universal de las leyes mediante la verificación, porque no se pueden probar
los casos ya que son infinitos potencialmente.

No obstante, hay dos tipos de verificación con distintos grados de exigencia. Dancy (1993) señala que
tradicionalmente se hace una distinción entre verificación fuerte y verificación débil.
• Verificación fuerte: Es concluyente, aquí se entiende que un enunciado es verificable de forma
concluyente cuando tenemos la mejor evidencia y no queda ninguna posibilidad de que sea falso.
Esto, por supuesto, no sería posible para las leyes universales.

• Verificación débil: No es concluyente. En estos casos, un enunciado que ha sido verificado de


forma débil puede ser confirmado o desautorizado por otros enunciados que se verifiquen de forma
concluyente sin que este sea verificado así. “(…) es decir, enunciados que son verificables en
sentido fuerte pueden contar como evidencia a favor o en contra suya” (Dancy, 1993, p. 108).
El racionalismo crítico

El racionalismo crítico es un enfoque epistemológico que se opone al positivismo lógico. Según el primero,
la ciencia no inicia con conceptos derivados de la experiencia del mundo, sino que el investigador, partiendo
de su intuición, plantea ideas en forma de hipótesis. El científico genera conjeturas sobre la realidad y las
pone a prueba mediante la observación y el experimento (Hernández, Romero, Bracho, 2005).

El racionalismo propone que el conocimiento científico inicia cuando se captan en la mente unos principios
generales de los que se deducen instancias particulares. Esta concepción tiene antecedentes en la vertiente
platónica o cartesiana, y en la kantiana.

Vertiente platónica o cartesiana

La razón es un medio que permite establecer los principios más generales que regulan la naturaleza y, a
partir de estos, se puede deducir la realidad. Estructura preestablecida: la razón pura.

Vertiente kantiana

La razón pura es incapaz de alcanzar el conocimiento sobre el mundo exterior y se requiere de la experiencia
sensorial para ello, pero esta experiencia solo la conocemos una vez que ha sido elaborada y estructurada.
Estructura preestablecida: la razón crítica.

Las dos vertientes proponen que no tenemos contacto directo con el mundo sino mediado por estructuras
preestablecidas más generales que regulan la naturaleza y a partir de ellos deducir la realidad.

Críticas de Popper al positivismo lógico

Mosterín (2013) resalta que uno de los aportes de Popper fue enseñarnos que no hay método infalible ni
ciencia segura; es decir, no hay episteme sino únicamente doxa. Esa es la primera crítica de Popper al
positivismo lógico. Además de esto, en 1934 hizo una crítica al verificacionismo, es decir, a la noción de que
una ley general pueda ser verificada, confirmada o justificada definitivamente. Negó que esto fuera posible,
lo que sí se podía era la refutación de la teoría. Para ello, para refutar una teoría, basta con que una sola de
sus consecuencias no se cumpla, pero no basta con que varias se cumplan para que la teoría sea verificada.

Al respecto, explica Mosterín (2013), para Popper el científico no debe dedicarse a buscar casos que
confirmen la teoría sino casos en los que no se cumpla. Esta es su propuesta del falsacionismo.

Para los neopositivistas, la verificación era lo que caracterizaba a la ciencia, marcando la diferencia entre lo
que era ciencia (aquello verificable) y lo que era pseudociencia (lo inverificable). Popper se opuso a esta
concepción y propuso que la ciencia no se diferencia de la pseudociencia porque sus enunciados se puedan
verificar sino porque estos se puedan refutar (Mosterín, 2013).
El falsacionismo

De acuerdo con Llanos (2009), el falsacionismo busca lo contrario que el verificacionismo.

• El verificacionismo busca probar que una hipótesis universal es verdadera.

• El falsacionismo pretende mostrar que una hipótesis es falsa, y lo hace mediante el Modus
Tollens, una ley de la lógica clásica universalmente válida (Si P, entonces Q. ~ Q, entonces ~ P),
“donde P es la hipótesis universal (ley o teoría), Q es consecuencia de P y ~Q es una condición
inicial falsa” (p. 114).

La falsación, sin embargo, no es un método que permite probar la universalidad de las leyes científicas sino
únicamente refutarlas. Popper advierte de la asimetría entre la falsación y la verificación: en la primera basta
un caso para refutar, mientras que la verdad de una teoría no se prueba a partir de la verificación de hipótesis
singulares. Otra diferencia que advierte Popper es sobre la durabilidad. Mientras que la falsación tiene una
validez definitiva, la verificación solo es temporal y provisional. En suma, Popper argumenta que en la ciencia
se puede demostrar que una teoría es falsa, pero nunca se puede demostrar que es verdadera (Llanos,
2009).

Holismo pragmático de W. Quine

Dancy (1993) afirma que la postura de Willard Quine es, todavía, más radical. La teoría de Quine está basada
en tres supuestos:

La indeterminación de las teorías por la evidencia: Independientemente de los datos que tengamos, habrá
diferentes teorías que expliquen y tomen los mismos datos de una manera satisfactoria. Es decir, distintas
teorías pueden basarse en los mismos datos y tenerlos como evidencia.

Las oraciones no observacionales se enfrentan en grupos con la experiencia: Esta es la tesis de Duhem,
que sugiere que las oraciones que no son de observación no se pueden refutar ni verificar de forma
concluyente mediante la observación o los sentidos. Puesto que estas oraciones no se dan aisladas sino
como parte de una teoría más general, hay que escoger en dónde acercarse a esta teoría para hacer la
rectificación. Aun así, no se pueden verificar con la experiencia que solo sirve para confirmar teorías, pero
no oraciones individuales y de forma directa.

La teoría empirista del significado PS: El tercer supuesto quineano (…) es la teoría empirista del significado
PS. PS: el significado de E es la diferencia que establecería la verdad de E respecto a la propia evidencia
sensorial”.

Entonces, ¿A qué se refiere el holismo?

La teoría del significado de Quine se denomina holista respecto a las oraciones no-observacionales.
Contrario al holismo, el atomismo defiende que cada oración tiene su propio significado que mantiene a
través del cambio de teorías. Pero el holismo propone que los significados de las oraciones son
interdependientes, de modo que el significado de una oración depende de los significados de las otras. La
teoría es el portador de un significado primariamente, y no sus partes, pues es su totalidad la única que tiene
consecuencias que se pueden observar, y solo su totalidad es la que se puede refutar de forma concluyente
por la experiencia.
Disidencias

A continuación, conoceremos las propuestas de tres filósofos que representan el racionalismo crítico:
Thomas Kuhn, Irme Lakatos y Paul Feyerabend.

Las revoluciones científicas de T. Kuhn

La obra más importante de Thomas Kuhn es La estructura de las revoluciones científicas. En esta
presenta la noción de historia como un elemento necesario para la comprensión de las teorías científicas;
además, afirma que el estudio de la historia permite comprender por qué en determinado momento ciertas
teorías son aceptadas, justificadas y validadas. La historia de la ciencia muestra que las disciplinas
pasan por ciclos de dos fases: la ciencia normal y la revolución, y una tercera fase llamada
“preciencia” que desaparece a partir del segundo ciclo. (Hernández et al., 2005). Además de esta
clasificación y de la importancia de la historia, Kuhn introdujo la noción de:

Ahora bien, cuando el paradigma se establece, la pre-ciencia se sustituye por la ciencia normal,
caracterizada porque la investigación concuerda con dicho paradigma y los resultados que no concuerden
se acumulan como anomalías y, cuando estas alcanzan un nivel elevado, se abandona el paradigma y se
sustituye por uno que satisfaga los hechos que el anterior no explicaba, además de las anomalías
acumuladas (Hernández et al., 2005).

La ciencia que logra llevar a cabo el proceso de cambio se llama ciencia revolucionaria. La historia de la
ciencia, por tanto, es un proceso cíclico. Así, en el análisis del cambio, Kuhn interpreta que el paradigma no
es un proceso racional pues los paradigmas son inconmensurables, no se pueden comparar ni puede haber
comunicación entre ellos porque los mismos términos tienen distintos significados. Pero la
inconmensurabilidad no impide el progreso del conocimiento, sino que lo provoca al salirse de lo cuantitativo
y conducir a reorganizar lo conocido (Hernández et al., 2005).

Los programas de investigación científica: I. Lakatos

Los “programas científicos de investigación” de Irme Lakatos están formados por tres capas concéntricas
de entidades dialécticas:

 La capa externa se denomina heurístico positivo y representa las indicaciones para explicar los
fenómenos.
 Núcleo protegido de la falsación mediante el cinturón heurístico negativo, un principio metodológico
según el cual los componentes del primer núcleo no se deben abandonar a pesar de las anomalías.
Este segundo núcleo, además, presenta hipótesis auxiliares, hipótesis observacionales y diferentes
condiciones experimentales.
 Reúne los supuestos básicos del programa.

Lakatos examina estas tres capas usando material histórico, por lo que considera que la filosofía de la ciencia
requiere de la historia. No obstante, considera que la historia de la ciencia se puede reconstruir
racionalmente, estableciendo una diferencia entre historia interna y externa de la ciencia. La historia de la
ciencia se explica, internamente, mediante los programas de investigación que tienen una metodología que
se completa por la historia empírica (Hernández et al., 2005).

Así, Lakatos distingue dos clases de programas de investigación científicos:

1.- Los progresistas: refieren al crecimiento teórico que anticipa el crecimiento empírico, es decir,
a la predicción exitosa.

2.- Los degenerados: refieren al crecimiento teórico que se retrasa en relación al crecimiento
empírico, es decir, que brinda explicaciones “pos hoc”, descubrimientos accidentales o hechos que
predice un programa diferente (Hernández et al., 2005).

Contra el método: Feyerabend

Feyerabend se declara un anarquista con relación al método científico. Considera que no hay nada que
pueda identificarse como tal históricamente. Defiende la libertad del individuo a acceder a todas las opciones
para alcanzar el conocimiento. En "Contra el método", propone que el anarquismo es una medicina para
la epistemología y para la filosofía de la ciencia, pues afirma que el único principio que puede defenderse en
todas las circunstancias del desarrollo humano es el “todo se vale” (Hernández et al., 2005).

Feyerabend buscó una metodología general que incluyera ciencia, mitos, metafísica, artes, partiendo de este
principio, y proponiendo desplazar a la ciencia y a la razón de su posición privilegiada. El anarquismo
epistemológico, entonces, junto con una tendencia a la dialéctica, representan su postura de defender la
libertad humana. El racionalismo, a veces, puede ayudar a corregir el irracionalismo dogmático, pero es
mejor apostar por el pluralismo (Hernández et al., 2005).
Nueva hermenéutica y Teoría crítica

Siguiendo a Karczmarczyk (2010), Habermas, en su debate con Gadamer, puso en contacto a las dos
tradiciones más importantes del pensamiento alemán del siglo XX: la tradición fenomenológico-
hermenéutica y la marxista de la escuela de Frankfurt. En este debate se trató el problema de la
posibilidad, el alcance y la fundamentación de la crítica en las ciencias sociales. Al respecto hay un choque
entre la hermenéutica de Gadamer y la teoría crítica sobre la noción de racionalidad:

La hermenéutica y la teoría crítica cuestionan la separación entre racionalidad y valoración, y esto las lleva
a una concepción ampliada de la racionalidad que integra ambos aspectos. La teoría crítica toma la noción
de totalidad del pensamiento hegeliano para confrontar el pensamiento positivista dominante en la
epistemología de la primera mitad del siglo XX. En esta noción encontraron la posibilidad de manifestar la
subjetividad que apartaba el objetivismo cientificista (Karczmarczyk, 2010).

La filosofía hermenéutica se funda en el pensamiento alemán sobre el problema de las ciencias humanas,
históricas o del espíritu, esto frente al intento del positivismo de limitar a las ciencias naturales como única
forma de conocimiento. Aquí se introduce la noción de “expresión” que reivindica los aspectos subjetivos
de la realidad histórica, reaccionando contra el atomismo, el nominalismo y el mecanismo. Pero la
hermenéutica encuentra paradójico el pensar las disciplinas concernientes a la humanidad en términos
metodológicos. Por ejemplo, Gadamer señala la influencia del método cartesiano en la filosofía de Dilthey
(Karczmarczyk, 2010).
Así, explica Karczmarczyk (2010), surge un giro ontológico por parte de la hermenéutica en el que se
desarrolla una crítica a la concepción tradicional de subjetividad. Desde el planteamiento epistemológico
tradicional, la posición del sujeto es vista como un obstáculo, pero la hermenéutica considerará las
subjetividades como una condición de posibilidad para el conocimiento histórico: “En síntesis, tanto la
teoría crítica como la hermenéutica filosófica mantienen un debate con el planteamiento
epistemológico que encuentran ejemplificado en el positivismo y en el objetivismo de la ‘conciencia
histórica’ que contribuye a delinear sus perfiles propios” (p. 109).

El retorno a la hermenéutica: Gadamer

Gadamer cuestiona la problemática de los prejuicios heredada de la Ilustración ya que esta conduce a una
oposición absoluta entre los prejuicios o la tradición y la razón. La ilustración definió dos tipos de
prejuicio: por precipitación y por respeto humano. Para Gadamer, la oposición entre prejuicios que se
debe a la sujeción y a la razón, está basada en la convicción ilustrada de que es posible disolver todo prejuicio
(Karczmarczyk, 2010).

Ante esto, Gadamer propone volver al significado etimológico del término


“prejuicio” para entenderlo como un juicio previo a la ocurrencia de la cosa, es
decir, una anticipación. Sin embargo, problematiza aún más el concepto de
autoridad de la Ilustración: la autoridad se convirtió en lo contrario a la libertad y
a la razón. Pero Gadamer, a partir de un análisis de las nociones de dominación,
autoridad y violencia, propone que la autoridad remite a algo previo que hace
posibles las órdenes y la obediencia, en lugar de proceder de estas. Así sostiene
que, cuando se tiene que apelar a la fuerza para hacer cumplir una orden, se ha
perdido la autoridad (Karczmarczyk, 2010).

Karczmarczyk (2010) concluye que el rasgo diferencial de la propuesta de


Gadamer es que la fuerza de la tradición no representa una atadura. Primero,
porque se elimina la pretensión ilustrada de examinar exhaustivamente los
prejuicios. Segundo, porque el vínculo entre autoridad y reconocimiento se
traslada a la tradición como autoridad.

La Teoría del conocimiento como teoría de la sociedad: Habermas

La Teoría de la acción comunicativa es una obra en la que Habermas ofrece un análisis sobre la teoría
de la acción y sus fundamentos racionales. Aquí presenta tres propósitos, una concepción de la racionalidad
de la acción que va más allá de los principios individuales y subjetivistas, una teoría comprehensiva de la
interacción social mediante sus nociones de “mundo de la vida” y de “sistemas sociales” y una nueva teoría
crítica de la modernidad (Garrido, 2011).
Respecto del análisis de la racionalidad, Habermas propone la reinterpretación de los análisis sobre las
opiniones y las acciones de los sujetos, ampliándolos en una dimensión social entorno al fenómeno de la
comunicación. Aquí resalta la necesidad de tener en cuenta la sociología para explicar las modalidades
estructurales que determinan el comportamiento y la acción de los sujetos. También resalta la importancia
de la antropología para analizar cómo se conforma y deviene la cultura, entendida como un factor esencial
para explicar, también, los planos simbólicos de la acción de los sujetos (Garrido, 2011).

A partir de esto, Habermas desarrolla un análisis sobre el concepto de racionalidad y su evolución desde la
hermenéutica clásica. Considera que uno de los descubrimientos de la sociedad moderna apunta a la
relación entre el saber y la racionalidad que se expresa en la acción comunicativa.

A partir de esta idea base se desarrolla un análisis al concepto de racionalidad y su evolución desde la
hermenéutica clásica. Habermas concibe que uno de los descubrimientos que se constatan en la sociedad
moderna tiene que ver con la relación entre el saber y la racionalidad expresada en la acción comunicativa.
En otras palabras, considera que esta relación permite que se cuestione la fiabilidad de ciertos saberes
racionales. Es decir, existe una racionalidad propia de este tipo de interacción que permite cuestionar la
veracidad de ciertos saberes racionales (Garrido, 2011).

Habermas propone alcanzar una pragmática universal, con lo que se refiere a un conocimiento o ciencia
sobre la lingüística que permita integrar los subsistemas o estructuras universales. En esta nueva ciencia
se encuentran las condiciones que hacen posible la acción comunicativa, pero sus condiciones están
determinadas por las modalidades de la acción que realizan los sujetos. De ahí que Habermas retome la
revisión de la sociología desde Durkheim y formule la siguiente tipología de la acción social:

Sobre la acción comunicativa, Habermas advierte que el significado no puede separarse de la validez. Desde
este supuesto indica que lo básico de la teoría del significado es saber qué es lo que se quiere decir (cómo
entender una expresión lingüística y en qué contextos es válida esta expresión). El significado se entiende,
pues, en términos de su uso. Desde esta perspectiva, las emisiones lingüísticas tienen una orientación de
validez. Las condiciones pragmáticas ya no solo pertenecen al entendimiento sino a la propia comprensión
del lenguaje (Garrido, 2011).

Conclusión

En este último módulo estudiamos, primero, el verificacionismo del positivismo lógico; después revisamos el
falsacionismo propuesto por Popper y el holismo epistemológico de Quine, en tercer lugar, estudiamos la
noción de paradigma de Kuhn, los programas de investigación científica de Lakatos y el anarquismo
metodológico de Feyerabend, y para finalizar, en cuarto lugar, estudiamos la hermenéutica de Gadamer y la
teoría crítica de Habermas.

Con estos conocimientos, seguimos avanzando en los demás cursos del Seminario de investigación.

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