Revista Mexicana de Análisis de la Conducta • Mexican Journal of Behavior Analysis
2023 | Núm. 2 • diciembre | No. 2 • December | Vol. 49, 118 - 140
https://doi.org/10.5514/rmac.v49.i2.87780
LA PSICOLOGÍA CONDUCTUAL EN EL ÁMBITO DE
LA SALUD EN EL ESTADO DE SONORA: HISTORIA,
HECHOS Y LA REALIDAD DE UN FUTURO INCIERTO
THE BEHAVIORAL PSYCHOLOGY IN THE HEALTH
FIELD IN SONORA STATE: HISTORY, FACTS, AND THE
REALITY OF AN UNCERTAIN FUTURE
Julio Alfonso Piña López1
Programa de Salud Institucional
Universidad de Sonora
Resumen
El inicio formal de la psicología conductual (PC) en el estado de
Sonora se puede fechar a principios de la década del setenta, en tanto
que su relación con el ámbito de la salud a mediados de la siguiente
década. Pasados casi 50 años, la influencia de la PC en dicho ámbito
ha venido a menos, gracias a tres hechos: por un lado, al marcado
eclecticismo que ha dominado en los planes y programas de estudio
en psicología en las instituciones de educación superior en la entidad;
por el otro, a la pobre formación de nuevos cuadros en PC y salud;
finalmente, a la confusión que prevalece entre quienes suponen que la
suma indiscriminada de conceptos, provenientes de diferentes fuentes,
1. Se agradecen la revisión y los comentarios que hizo a una segunda versión del trabajo al
Dr. Kenneth David Madrigal Alcaraz, del Departamento de Psicología y Ciencias de la
Comunicación de la Universidad de Sonora.
La correspondencia referente a este artículo debe dirigirse a Julio Alfonso Piña López, Di-
rección de Recursos Humanos, Edificio 3B, Universidad de Sonora. Luis Encinas y Rosa-
les, s/n. Colonia Centro, Hermosillo, Sonora, C.P. 83000. Correo electrónico: julio.pina@
unison.mx
la psicología conductual en el ámbito de la salud en sonora 119
es mejor que la consistencia teórica. Dar cuenta fiel de la historia y los
hechos acaecidos a lo largo del tiempo puede contribuir a entender por
qué el futuro de la PC en el ámbito de la salud es sin duda preocupante,
considerando que Sonora es un estado que en el concierto nacional
ocupa uno de los primeros lugares en la prevalencia de enfermedades
crónicas no transmisibles como las del corazón, la hipertensión, la dia-
betes mellitus y distintos tumores malignos.
Palabras Clave: Psicología Conductual, Eclecticismo, Ámbito de la
Salud, Enfermedades Crónicas
Abstract
The formal begining of the behavioral psychology (BP) in the state of
Sonora can be date in the early seventies, while its relationship with the
health field began in the middle of the following decade. After almost
50 years, the influence of BP in this field has diminished, thanks to
three facts: thanks to three facts: on the one hand, to the marked eclec-
ticism that has dominated the study plans and programs in psychol-
ogy in higher education institutions in the entity; on the other, to the
poor training of new cadres in BP and health; finally, to the confusion
that prevails among those who assume that the indiscriminate sum of
concepts, coming from different sources, is better than theoritical con-
sistency. Give a faithful account of history and facts that have occurred
over time can help to understand why the future of BP in the field of
health is undoubtedly worrying, considering that Sonora is a state that
occupies one national level among the first places in the prevalence of
chronic non-communicable diseases such as heart disease, hyperten-
sion, diabetes mellitus and various malignant tumors.
Keywords: Behavioral Psychology, Eclecticism, Health Field,
Chronic Diseases
La historia de la psicología conductual en Sonora, con independen-
cia de quien la relate, tiene que ser estar basada en los datos duros, el
120 piña
buen juicio y en la crítica fundada. Una historia donde figuran ciertas
personas y no otras, o donde se privilegian ciertos hechos y no otros,
será siempre sesgada y parcial. Como escribió Aldoux Huxley: “Quizá
la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones
de la historia”.
Introducción: breves antecedentes
de la psicología conductual en Sonora
La psicología conductual (PC) es un movimiento que incluye a
todas las propuestas que parten de la conducta como objeto de cono-
cimiento —tanto el material como el formal— de y para la psicología
(Roca, 2013). La PC tiene que ver, entonces, con las muy distintas y
hasta disímbolas propuestas de corte teórico, experimental y del cono-
cimiento potencialmente aplicable, que justo es mencionarlo fueron
ampliamente analizadas por Ribes desde hace más de 45 años (ver Ri-
bes, 1977, 1980). Tal y como lo expresó el propio autor en el segundo
artículo, la PC (o en sus palabras, el análisis de la conducta) represen-
tó el primer intento formal por vincular el desarrollo de los principios
teóricos, la investigación experimental y los procedimientos y técnicas
para el cambio conductual.
En el estado de Sonora a la PC la podemos rastrear en el tiempo en
dos planos distintos. En el de la aplicabilidad social del conocimiento
su nacimiento se puede fechar a principios de la década del setenta del
pasado siglo, con la creación en 1973 de la Comunidad “Los Horco-
nes” en el poblado “La Colorada” (cerca de Hermosillo, la ciudad ca-
pital), que se basó en la propuesta conocida como Walden Dos, novela
escrita por B.F. Skinner (léanse Los Horcones, 1978, 1982, 2022). A
“Los Horcones” le siguió en 1979 el Centro Educativo “Nuevos Ho-
rizontes”, con una fuerte influencia en los trabajos de S.W. Bijou sobre
desarrollo psicológico; el Centro, que abrió sus puertas ofreciendo
programas educativos para estudiantes de preescolar y primaria, en
años recientes los ha ampliado hasta incluir al de secundaria, además
de ofrecer programas complementarios para la convivencia familiar, la
la psicología conductual en el ámbito de la salud en sonora 121
ecología y el deporte, tal y como se puede constatar en su portal web
(Nuevos Horizontes, 2023).
Por su parte, en el plano institucional, la primera Escuela de Psi-
cología en el estado de Sonora se fundó en 1975 en el Instituto Tecno-
lógico de Sonora (ITSON), en el municipio de Cajeme; le siguió en
1979 la de la extinta Universidad del Noroeste (UNO, posteriormente
adquirida por el consorcio conocido como Universidad del Valle de
México, UVM) en la ciudad capital; continuó en 1982 la de la Univer-
sidad de Sonora (UniSon), también en la capital del estado.
Fue justamente en el ITSON en donde figuró entre el cuerpo de
profesores-investigadores de tiempo completo Aldo Bazán Ramírez,
quien laboró en esa institución entre 1997 y 2005; contaba con una sóli-
da formación en la PC en su modalidad experimental y con una orienta-
ción interconductual, ya que había cursado estudios de Maestría en Me-
todología de la Teoría e Investigación Conductual en la FES-Iztacala,
bajo el liderazgo de Emilio Ribes Iñesta. Él fue, además, en el propio IT-
SON, uno de los pioneros en la publicación de trabajos de investigación
con la orientación conductual (Bazán y Corral, 2001; Bazán y López,
2002; Bazán, et al., 2000), así como dos libros (Bazán, 1999; Bazán y
Arce, 2002). Infortunadamente, con el retiro de Aldo Bazán Ramírez la
tradición de la PC en su modalidad experimental cayó pronto en el ol-
vido en el ITSON, a tal grado que hoy en día no hemos encontrado un
solo trabajo de investigación experimental en el nivel básico, publicado
por los profesores-investigadores de dicha institución.
Si bien es cierto que para 2023 en el estado de Sonora contamos
con poco más de 10 Escuelas de Psicología, con excepción del ITSON
y de la UniSon las restantes, todas privadas, se han nutrido de psicólo-
gos establecidos unos en Centros dedicados a la Investigación u otras
IES (como el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo
[CIAD, A.C.] y la UniSon, respectivamente), o bien han echando
mano de sus propios egresados, reciclando viejas fórmulas y añejas
prácticas. En fin, nada interesante que añadir sobre el respecto, porque
se puede afirmar que no son instituciones que hayan aportado algo
122 piña
digno de mención en materia de psicología en general, de PC en par-
ticular, mucho menos de la relación de ésta con el ámbito de la salud.
La extinta UNO y el nacimiento de la Escuela de Psicología en la
UniSon
En 1979, en la Escuela de Psicología de la UNO, la PC empezó a
tomar forma y sentido como una propuesta más articulada. Ello ocu-
rrió gracias a varios de sus profesores de tiempo completo (dentro de
los que destacaban Rafael Bullé Goyri-Minter, Jorge Borja Castañeda,
Juan José Irigoyen Morales, Raúl Nevárez Grijalva y Francisco Javier
Obregón Salido), quienes tenían intereses teóricos y experimentales
en B.F. Skinner, A. Bandura, S.W. Bijou y J.R. Kantor, principalmente.
La razón es simple de entender, pues dichos profesores habían sido
formados y entrenados en la tradición del análisis experimental de la
conducta en Xalapa, Veracruz, manteniendo algún tipo de relación
académica con Emilio Ribes Iñesta, Gustavo Fernández Pardo, Floren-
te López Rodríguez y Víctor Manuel Alcaraz, entre muchos más.
Por cuestiones de abandono académico, cortesía de los entonces
dueños de la UNO, varios de esos maestros migraron hacia la UniSon
a uno o más años de que se creara la Escuela de Psicología en 1982.
Entre 1985 y 1990 parecía que con la incorporación gradual de varios
colegas (por ejemplo, Elías Robles Sotelo, José Ángel Vera Noriega,
Héctor Preciado Velarde, Luz Angelina Rojas Olvera, Víctor Corral
Verdugo, María Martha Montiel Carvajal, Ileana Castillo Góngora,
Francisco Capdevielle Leyva y Luis Enrique Fierros Dávila) formados
en la tradición de la PC en el nivel básico, en el dominio de la psicofi-
siología o con acentuación en el ámbito de la psicología clínica y de la
salud, se alcanzaría el ideal de un plan de estudios y de programas de
materias amparados en dicha orientación.
Luego del nacimiento de la Revista Sonorense de Psicología en
1987, dirigida inicialmente por Juan José Irigoyen Morales, con los
años se sumaron al Comité Editorial colegas de reconocida trayecto-
ria en la PC, como Rubén Ardila, Víctor Colotla Espinosa, Antonio
Pineda Flores, Ely Rayek Zaga, Joseph Roca i Balasch, Carlos Santoyo
la psicología conductual en el ámbito de la salud en sonora 123
Velasco y Perla Vargas Kuhn, lo que auguraba “tiempos de bonanza”
para la PC. Básicamente por la influencia decisiva de Profesores-Inves-
tigadores de tiempo completo o de asignatura adscritos a la Escuela de
Psicología de la UniSon, al CIAD, A.C., a la Comunidad “Los Horco-
nes” y al Centro Educativo “Nuevos Horizontes”, entre 1988 y la pri-
mera mitad de la década de los noventa se empezaron a publicar en la
revista artículos con la orientación en la PC: de corte analítico (Anche-
ta, 1991; Corral, 1996; Irigoyen y Robles, 1991; Obregón, 1996; Piña
et al., 1993); de investigación básica (Barajas, 1988; Borja y Corrales,
1988; Ghezzi et al., 1992; Irigoyen, 1996; Vera y Pineda, 1988); en
relación con el ambiente (Corral et al., 1993; Corral y Obregón, 1992)
y con la salud (Irigoyen et al., 1992; Piña et al., 1991). También, infor-
tunadamente, gracias a problemas de ideología de grupo, de intereses
ajenos a la psicología y al control político de la revista, ésta desapareció
en 2003, truncándose así un genuino proyecto para impulsar a la PC en
el estado y la región del noroeste de México.
Paralelamente, con el desarrollo de la citada revista, varios profe-
sores se dieron a la tarea de traducir parcialmente la obra de J.R. Kan-
tor, The science of psychology: An interbehavioral survey (Obregón et al.,
1992). Con los auspicios de la Maestría en Psicología se publicaron
dos obras, que recogieron las aportaciones de quienes entonces se
encontraban cursándola (Obregón e Irigoyen, 1997; Robles, 1991),
justificadas ambas en la lógica de la PC. Continuó la tradición de pu-
blicar libros, como el de Irigoyen y Jiménez (2004) y el de Irigoyen et
al. (2007), ambos sobre problemas de educación; los de Corral (1997,
2002), sobre problemas conceptuales y del ambiente; asimismo, los de
Piña (1992, 1995) sobre problemas de salud.
Hasta aquí, y con relación al papel de la PC en las Escuelas de Psico-
logía en el estado de Sonora, no cabe la menor duda que la de la UniSon
ha marcado la pauta sobre su influencia en el abordaje de problemas teó-
ricos y conceptuales, así como de investigación básica y aplicada. Inclusi-
ve, fue la propia Escuela de Psicología de la UniSon la que dio el primer
y significativo paso para romper con la perversión del eclecticismo en los
planes y programas de estudio, cuando en 2004 se impulsó el nuevo plan
124 piña
de estudios basado en competencias (Carpio et al., 2007). Empero, hay
que decirlo con todas sus letras, tal y como era de esperar, las resistencias
muy pronto se hicieron presentes. La mayoría de ellas porque implicaba
sacar de su zona de confort (o sea, de su zona de bienestar) a los profeso-
res e investigadores, pero, sobre todo, porque había algo que los promo-
tores de dicho plan de estudios nunca analizaron como debieron: que
para entender de qué se trataba ese asunto del mal llamado “modelo” de
competencias, aquéllos tenían antes que leer y entender la propuesta ge-
neral de Emilio Ribes. Por supuesto que no lo habían hecho y tampoco
lo hicieron en su gran mayoría.
En efecto, exceptuando a pocos profesores e investigadores, don-
de vale la pena mencionar a María Elena Barajas Olvera, Jorge Borja
Castañeda, Luis Enrique Fierros Dávila, Juan José Irigoyen Morales,
Francisco Javier Obregón Salido y Benjamín Alonso Barraza Celaya,
quedó claro que los restantes 70 u 80 profesores e investigadores de
tiempo completo o de asignatura: a) o entendían poco; b) de plano
no entendían nada, o c) simple y llanamente tampoco les interesaba
entender esa propuesta general. Fue el anticipo de un plan de estudios
fallido, hoy tirado por la borda por quienes ven al eclecticismo como una
genuina y única panacea.
Inscrita dentro del muy general y diverso campo de la PC, en el es-
tado de Sonora ha sobresalido marcadamente la propuesta de la PC y, en
particular, del análisis experimental de la conducta, la cual tiene su en-
clave en la UniSon; aun cuando, hay que decirlo, ahora soportada en una
generación de jóvenes profesores-investigadores formados y entrenados
en la mejor tradición del análisis experimental de la conducta, en la Uni-
versidad de Sonora, la Universidad de Guadalajara (en el Centro de Es-
tudios e Investigaciones en Comportamiento) y en la Universidad Vera-
cruzana (en el Centro de Estudios e Investigaciones en Conocimiento y
Aprendizaje Humano): Karla Fabiola Acuña Meléndrez, Miriam Yerith
Jiménez, Cinthia Marisol Hernández Escalante, Kenneth David Madri-
gal Alcaraz, Alfonso López Corral y Pedro Rey Murrieta.
la psicología conductual en el ámbito de la salud en sonora 125
¿Y dónde está la psicología conductual y su influencia en el ámbito
de la salud en Sonora?
¿Y qué ha pasado con la PC en el ámbito de la salud en nuestro
estado? Tememos que la respuesta, en general, es menos que triste:
prácticamente ha venido desapareciendo, primero, de los planes y pro-
gramas de estudio, y segundo, del radar académico de los profesores e
investigadores. Seguro habrá quien dirá que hay “garbanzos de a libra”,
cosa que dudamos con justificada razón y a las pruebas nos remitimos.
En la Tabla 1 se resumen los contenidos sobre PC y su relación con el
ámbito de la salud tal y como aparecen en seis de los 10 programas de
Licenciatura en Psicología en el estado.
Tal y como se observa en la Tabla 1, sobre la PC y su relación con
el ámbito de la salud la Licenciatura en Psicología de la Universidad
de Sonora concentra la mayor cantidad de materias, además de que
es la única que cuenta con un laboratorio de análisis experimental de
la conducta que cumple con un doble propósito; por un lado, servir
como espacio de prácticas de los estudiantes; por el otro, como espa-
cio para realizar investigación básica con organismos no humanos, en
ambos casos bajo la conducción de Kenneth David Madrigal Alcaraz;
hay también uno destinado a la investigación básica con organismos
humanos, bajo la conducción de Karla Fabiola Acuña Meléndrez; en
los dos espacios se tienen colaboraciones permanentes con profesores-
investigadores de la Universidad de Guadalajara, principalmente.
Ahora bien, si nos damos a la tarea de rastrear en la historia de
la psicología en Sonora cuándo empezó formalmente el trabajo en el
ámbito de la salud con base en la propuesta de la PC, tendríamos que
remitirnos a la Escuela de Psicología de la UNO, cuando liderados por
el entonces director, el Mtro. Rafael Bullé Goyri-Minter, en las prácti-
cas profesionales de la licenciatura llevó a cuatro estudiantes y al autor
al Centro de Rehabilitación Mental, en donde se impulsó un programa
de “Economía de Fichas”, basado en los principios de la modificación
de conducta; corría 1981, aproximadamente.
126 piña
Tabla 1. Materias de instituciones de educación superior en el estado de Sonora
Licenciatura en Programas con Programas con contenidos
Psicología contenido sobre PC sobre psicología y salud
Universidad de Sonora Práctica Básica I Instrumentos para el
(Hermosillo): Plan de Análisis Descriptivo del Diagnóstico en Salud
Estudios 2004 Comportamiento Epidemiología Conductual I
Práctica Básica II Epidemiología Conductual II
Teoría Psicológica I Metodología de la
(Teoría de la Conducta) Intervención Psicológica I
Teoría Psicológica II Metodología de la
(Teoría del Desarrollo) Intervención Psicológica II
Teoría Psicológica Metodología de la
III (Teoría de la Intervención Psicológica III
Personalidad)
Instituto Tecnológico Procesos Psicológicos Salud y Desarrollo Personal
de Sonora (Cajeme): Laboratorio Experimental Psicología Clínica y de la
Plan de Estudios de Salud
2023 Intervención en Psicología de
la Salud
Universidad del Bases Neurológicas de la Intervención Psicológica en
Valle de México Conducta Salud
(Hermosillo): Sin dato
de fecha
Universidad Vizcaya Bases Biológicas de la
de Las Américas Conducta
(Hermosillo): Sin dato
de fecha
UniLíder Teorías Psicológicas Enfermedad y Tanatología
(Hermosillo): Son dato Técnicas de Modificación
de fecha de Conducta
TecMilenio Neurociencias y Prevención y Salud Mental.
(Hermosillo): Sin dato Psicología Cognitiva Organizaciones Positivas en
de fecha Psicología Experimental Salud
Prospectiva de Innovación
Estratégica en Salud
Nota. Ejemplos de programas de materias sobre psicología conductual y su relación
con la salud en seis instituciones de educación superior en el estado de Sonora. PC =
Psicología Conductual.
la psicología conductual en el ámbito de la salud en sonora 127
Aun cuando varios de los maestros en la extinta UNO hablaban
en clases de las obras de Skinner, Bandura, Bijou y Kantor, principal-
mente, en realidad poco lo hacían sobre Ribes; mucho menos sobre la
relación de la PC y el ámbito de la salud. Fue a partir de 1984 cuando el
autor, ya como profesor de asignatura en la Escuela de Psicología de la
UniSon, incorporó gradualmente diversos trabajos de Ribes; confor-
me trascurrió el tiempo, sus discusiones sobre análisis de la conducta,
modificación de conducta, personalidad y el modelo psicológico de
salud biológica se hicieron presentes de manera obligada en varios de
los programas de materias del área clínica, primero, y de la de clínica y
salud. Si bien, como se vio antes, se habían sumado colegas egresados
de la FES-Iztacala, el único que seguía apoyándose en las aportaciones
de Ribes era el autor; era, pues, un barco solitario en alta mar.
Con el correr de los años se empezaron a publicar distintos tra-
bajos en revistas arbitradas nacionales e internacionales, siempre si-
guiendo la lógica de la propuesta de Ribes, en temas que tenían que
ver directamente con temas teóricos y con el ámbito de la salud (Piña,
1991, 1993; Piña y Capdevielle, 1985), así como con problemas de
salud relacionados con la infección por el VIH (Piña y Corral, 2001;
Piña et al., 1992); éstos, básicamente por la influencia de Ramón Ba-
yés, líder indiscutido de la PC y la salud en España.
La PC y la salud en Sonora: El largo y sinuoso camino desde 1995
a la fecha
En una búsqueda exhaustiva de las aportaciones hechas por los
psicólogos que se interesan en el ámbito de la salud en Sonora, nos
encontramos con muy fuertes vacíos de información. Si nos atenemos
a la orientación de la PC en general, son contadas las publicaciones
—en la forma de libros o artículos— que se han encontrado sobre su
relación con el ámbito de la salud; algunas excepciones las tenemos en
el ITSON con los trabajos de Raquel García Flores y colaboradores
(Campos et al., 2018; Fernández et al., 2018; García et. Al., 2018; Gar-
cía et al., 2022; León et al., 2018; Quijada et al., 2020).
128 piña
Desde la UniSon tenemos los trabajos publicados por María Mar-
tha Montiel Carvajal y Laura Elena Urquidi Treviño, enfocados en los
cánceres de mama y cervicouterino (Montiel y Urquidi, 1988; Montiel
et al., 1999; Urquidi et al., 1999), así como los de Miriam Teresa Do-
mínguez Guedea y colaboradores (Domínguez et al., 2010; Palafox y
Domínguez, 2021; Pantoja et al., 2011). Otros tantos, más recientes,
han respondido más a coyunturas que a proyectos sistemáticos de tra-
bajo (Armenta-Guirado, et al., 2019; Díaz-Zavala et al., 2017; Labo-
rín etal., 2021; Valencia et al., 2018). Lo interesante de estos últimos,
radica en que al menos dos de ellos se plantearon como propuestas
interdisciplinarias para el abordaje de enfermedades crónicas; nos re-
ferimos al de Armenta-Guirado et al y al de Díaz-Zavala et al.
Nótese que, en términos generales y considerando la cantidad cre-
ciente de psicólogos que se interesan en el ámbito de la salud en el
estado, para el periodo 1995-2023 la producción de libros, artículos
teóricos y de investigación es muy pobre. Hay tres hechos que en nues-
tra experiencia explican el actual estado de cosas. Primero, que como
vimos líneas atrás, los planes y programas de estudio en su formato
actual están impregnados de un marcado eclecticismo, lo que por su-
puesto no posibilita el desarrollo de un modelo de trabajo articulado
en lo teórico y en lo empírico desde un punto de vista conductual. Se-
gundo, que lamentablemente quienes se interesan en el ámbito de la
salud se han vuelto presas de estas nuevas modas que se asumen como
“psicologías”, donde destacan la positiva (con todo y sus “virtudes”,
“fortalezas del carácter” y la “espiritualidad”), la resiliencia (con todo y
sus confusiones terminológicas y conceptuales) y el mindfulness, prin-
cipalmente; son modas que, dicho con toda claridad, están muy aleja-
das de la conducta como objeto de estudio material y formal de acuer-
do con Roca (2013) y, claro está, de una propuesta científica (Piña,
2015a, 2020). Tercero, que de manera injustificada y contraviniendo
toda lógica, los psicólogos interesados en el ámbito de la salud creen
firmemente que tiene sentido apoyarse en conceptos tan disímbolos
como conductas precautorias, conductas de adhesión, motivación in-
trínseca y extrínseca, espiritualidad, bienestar, virtudes, rasgos del ca-
la psicología conductual en el ámbito de la salud en sonora 129
rácter, rasgos de personalidad (a partir de la clasificación de los cinco
factores), actitudes, creencias y un largo etcétera, sin entender que las
“cruzas de especies” a las que aludió Ribes (2016) al referirse al análi-
sis de la conducta, aplica de igual manera para aquéllos; algo así como
decir que todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar…
Así, y no obstante que el estado de Sonora concentra en el esce-
nario nacional una de las más altas prevalencias de enfermedades cró-
nicas transmisibles o no transmisibles (como las del corazón, la hiper-
tensión, el cáncer, la diabetes, la insuficiencia renal crónica, la infección
por el VIH, o bien de problemas como el sobrepeso y la obesidad), si
los lectores se toman la molestia de revisar las publicaciones enlistadas
en el apartado de referencias sobre la PC y la salud-enfermedad, se en-
contrará que únicamente hay tres sobre diabetes, cuatro sobre cáncer,
dos sobre hipertensión, dos sobre insuficiencia renal crónica, tres so-
bre la infección por el VIH y dos sobre sobrepeso y obesidad. Una can-
tidad pírrica, si se nos permite el término, si consideramos el periodo
1995-2023 (es decir, 28 largos años), e insistimos, la creciente cantidad
de psicólogos que se interesan en el ámbito de la salud. Preocupan,
asimismo, tres hechos, que inclusive hemos analizado de manera per-
manente en otros espacios (Piña, 2015b, 2022).
Primero, que hay una notoria ausencia de trabajos de investigación
que se fundamenten en modelos teóricos debidamente articulados en
lo conceptual y que, además, se inscriban dentro de la lógica interdisci-
plinaria. Como señaló Ribes (1990), a propósito de la justificación de
su modelo psicológico de salud biológica: los modelos teóricos deben
servir como guías para el estudio y el entendimiento de cómo se rela-
ciona la dimensión psicológica con la salud y la enfermedad; y nos refe-
rimos, insistiendo en el punto, que los modelos deben estar articulados
en lo conceptual, pues es la única garantía con la que se cuenta para,
llegado el momento, generar explicaciones plausibles sobre cómo, por
qué y en qué circunstancias lo que las personas hagan o dejen de hacer
tendrá un impacto positivo o negativo sobre su salud en el corto, me-
diano o largo plazos. Siendo los de la salud y la enfermedad problemas
sociales compartidos por otras disciplinas profesionales (medicina,
130 piña
salud pública, epidemiología, enfermería, trabajo social, etcétera), es
imperativo que el abordaje de la salud o de cualquier enfermedad se
justifique a su vez en el quehacer interdisciplinario, sea para prevenir
una enfermedad o para diseñar un programa de intervención una vez
que se le ha diagnosticado y se precisa de la colaboración conjunta de
profesionales de la salud para los fines de generar las competencias
funcionales que se requieren para su manejo y control óptimo (Piña y
Sánchez-Sosa, 2007; Ribes, 2018).
Segundo, que con excepción de varios reportes de investigación de
colegas del ITSON, en general se adolece de propuestas de intervención,
basadas en una metodología rigurosa, que hayan contribuido a entender
qué tipo de procedimientos o técnicas para el cambio conductual en la
salud o la enfermedad ofrecen mejores resultados. Destacan, entre otros,
programas de intervención en obesidad y diabetes (Armenta-Guirado et
al., 2019; Díaz-Zavala et al., 2017; García et al., 2022), en la enfermedad
renal (Fernández et al., 2018; Quijada et al., 2020), en la hipertensión
y/o la diabetes (García et al., 2018; León et al., 2018; Pantoja et al., 2011)
y el cuidado de las mamas (Valencia et al., 2018).
Tercero, hay una marcada ausencia de estudios epidemiológico-
conductuales sobre enfermedades crónicas y problemas como el sobre-
peso, la obesidad y la actividad física, así como sobre el uso de programas
institucionales dirigidos a la prevención de enfermedades o su atención.
Los únicos que existen son en los que ha participado el autor, incluyendo
uno sobrepeso y obesidad (García, et al., aceptado), uno sobre actividad
física (Piña y García, 2023) y otro sobre el uso de programas preventivos
(Ybarra et al., 2023); junto con estos hay en preparación otros tantos
sobre diabetes e hipertensión en adultos mexicanos.
Son estudios que revisten de particular importancia porque no
sólo se analizan los datos epidemiológicos de enfermedades, proble-
mas de salud como el sobrepeso y la obesidad, así como sobre los pro-
gramas preventivos o de atención de acuerdo con los resultados que
han arrojado las Encuestas Nacionales de Salud y Nutrición (desde
1999 a la fecha) en el país, sino también porque aportan información
que es fundamental para identificar en dónde, desde el punto de vista
la psicología conductual en el ámbito de la salud en sonora 131
de la PC, se observan deficiencias en el diseño de las encuestas y en
la forma en que se definen y evalúan las conductas instrumentales de
prevención, de riesgo o de adhesión implicadas en aquéllas (a las que,
en general, en las encuestas se refieren como todas aquellas implicadas
en el “control” de una enfermedad).
A manera de conclusiones
Ciertamente, en las Escuelas de Psicología de la UniSon y del IT-
SON hay material relacionado con la psicología y la salud; empero, no
por el hecho de que los autores escriban sobre conducta, conductas
precautorias, impulsividad, estrés, bienestar, personalidad, fortalezas
del carácter, etcétera, equivale a que se puedan incluir dentro de la ló-
gica de la PC; son, pues, productos híbridos o dignos ejemplos de la
“cruza de especies” a la que aludió Ribes. Adicionalmente, hay algo sin
duda preocupante, a saber, que con excepción de varios de los trabajos
publicados por el autor (Piña, 1991, 2003, 2008, 2015b, 2022; Piña y
Sánchez-Sosa, 2007), por Raúl Martínez-Mir (2019) y por Jorge Borja
Castañeda (Borja, 1988, 2000; Borja y Arias, 2016), todos de la Uni-
Son, hay algo que ha sido ajeno al colectivo de psicólogos en el estado
de Sonora: los análisis teórico-conceptuales y metodológicos sobre la
psicología en general, la PC en su modalidad interconductual y su re-
lación con el ámbito de la salud, hasta incluir propuestas concretas de
modelos teóricos para la prevención de enfermedades y el abordaje del
problema de la adhesión a los tratamientos.
Sin duda, hoy día es triste reconocer cómo la presencia de la PC
se ha diluido de manera sistemática y por demás preocupante en el
estado de Sonora con el correr del tiempo. No tenemos tampoco la
menor duda que en buena medida ello ha venido ocurriendo como
consecuencia de la falta de identidad en la formación y entrenamiento
de nuevos cuadros (exceptuando aquellos casos que vienen de otras
IES), a la propia falta de identidad disciplinaria y profesional de la psi-
cología como ciencia (o proyecto de) o disciplina de conocimiento en
los planes y programas de estudio, pero, sobre todo, y hay que seña-
132 piña
larlo con todas sus letras, a esta perversión que ha venido gestando en
varios programas de Licenciatura y hasta de Maestría y Doctorado en
la UniSon (Ciencias Sociales o Psicología, de manera más acusada),
donde ser híbrido y ecléctico se ha convertido en la norma, no en la
excepción. Basta y sobra con revisar las publicaciones de los profeso-
res-investigadores que imparten clases en los Programas de Maestría y
Doctorado en Psicología, pues como se encontró en su portal (https://
posgradoenpsicologia.unison.mx/docs/h_dm_productividadacademica-
relevantedelprograma_2017-2020.pdf), de los 65 productos registrados
solamente dos tenían que ver directamente con problemas de salud
(Chávez-Valenzuela et al., 2018; Dilorio et al., 2017); los restantes se
centraron en problemas de educación, del ambiente y el eufemismo
llamado “positividad”, principalmente.
Por supuesto que toca a las generaciones de jóvenes y de cole-
gas ya instalados en alguna IES en los últimos 10 años, e inclusive de
quienes se encuentran cursando estudios doctorales en el Centro de
Estudios e Investigaciones en Comportamiento de la Universidad de
Guadalajara y en el Centro de Estudios e Investigaciones en Conoci-
miento y Aprendizaje Humano de la Universidad Veracruzana), abrir
brecha y recuperar lo mejor de lo mejor de la PC. Corresponde a ellos
también la tarea de ampliar el horizonte con colaboraciones de colegas
interesados en el campo que se ubican en otras IES, como la Universi-
dad Autónoma de Baja California, la UNAM en Ciudad Universitaria
o su campus en la FES Iztacala y en la Universidad de Guadalajara, por
mencionar unas cuantas.
Estamos claros que en los tiempos que corren hay que luchar en
contra de quienes han optado por esas prácticas híbridas y eclécticas,
donde dominan cosas extrañas como la psicología positiva, la resilien-
cia y el mindfullnes. Inventar “nuevas” y “supuestas” psicologías no sólo
constituye un despropósito para la psicología, sino un verdadero aten-
tado contra una disciplina que requiere transitar de un proyecto a una
ciencia de la conducta que se consolide y que siente las bases para el
abordaje interdisciplinario de los problemas sociales que más afectan a
las personas, donde sin duda destacan los de la salud y la enfermedad.
la psicología conductual en el ámbito de la salud en sonora 133
Las ocurrencias ciertamente son buenas para llenar currículos, re-
súmenes en extenso en congresos, artículos publicados por doquier y,
en particular, para ganar fama y prestigio como “presuntos” y “excel-
sos” investigadores; pero las ocurrencias, por donde se le quiera ver,
son contrarias al avance y a la necesaria consolidación de la psicología
como empresa científica. Y bien se señala en el Corolario de Weinberg:
Un experto es una persona que evita los pequeños errores, pero cae en
los grandes errores (Bloch, 1992; p. 77).
Y si hay algo en lo que no se puede perder el tiempo, es luchar
contra la ignorancia y el que llamaremos eufemísticamente como el
“populismo psicológico”; ese en el que los psicólogos, ávidos de su-
marse a las modas los convierte, más temprano que tarde, en presas
de la mayor perversión que hay en la historia reciente de la psicología
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