Ministerio Público Procuración General de La Nación

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A C A s/ recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en causa n° 29.

151 del Tribunal de Casa-


ción Penal —Sala I— seguida a C C A

CSJ 711/2019/RH1

Ministerio Público
Procuración General de la Nación

Suprema Corte:
–I–
El representante del Ministerio Público Fiscal de la provincia de Buenos
Aires acude en queja ante V.E. en virtud de la denegación de la apelación extraordinaria
que dirigió contra la sentencia de la Suprema Corte de Justicia bonaerense del 3 de oc-
tubre de 2018, que por mayoría rechazó el recurso de inaplicabilidad de ley con el que
la misma parte había impugnado la absolución dictada en favor de C A C
por una sala del Tribunal de Casación Penal, constituida como sala revisora, en
el proceso penal en el que —en las anteriores instancias de mérito— el acusado había
sido juzgado, absuelto y posteriormente condenado como coautor del homicidio de su
cónyuge, M M G B
El procedimiento de revisión que dio lugar a esa absolución final es re-
sultado del anterior pronunciamiento de V.E. en este mismo proceso, que ha quedado
registrado en Fallos: 337:1289, que ordenó a la Suprema Corte de Justicia de la provin-
cia de Buenos Aires que resolviera “acerca del deber de garantizar la revisión amplia de
la condena que asiste a toda persona inculpada de delito” en los términos del precedente
de Fallos: 329:2265 (cf. Fallos: 337:1289, considerando 10 del voto mayoritario, y con-
siderando 5° del voto concurrente del juez Fayt). Como consecuencia, la corte bonae-
rense dispuso que fuera el propio Tribunal de Casación Penal provincial, con una nueva
integración, el que garantizara a C el derecho a esa revisión amplia de la sen-
tencia que lo consideró responsable como coautor del delito de homicidio agravado por
el vínculo y le impuso la pena de prisión perpetua, que había dictado la Sala I de ese
mismo tribunal, el 18 de junio de 2009, al atender los recursos de casación que las par-
tes habían deducido contra el veredicto del tribunal de juicio del 11 de julio de 2007.
La sala revisora dictó sentencia finalmente el 20 de diciembre de 2016 y
resolvió absolver a C tanto respecto de la imputación de encubrimiento del

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homicidio que tuvo por víctima a M M G B —por la que el acusado
había sido condenado por el tribunal de juicio, que también lo había absuelto respecto
de la acusación alternativa de homicidio— como de la de homicidio, en favor de la cual
se había pronunciado, a su turno, la Sala I del tribunal de casación, en su decisión del 18
de junio de 2009.
Disconforme con esta decisión, el Ministerio Público Fiscal la impugnó
por ante la Suprema Corte de Justicia de la provincia. Ésta consideró extensamente el
recurso fiscal y, con la disidencia de una de sus miembros, lo rechazó mediante su sen-
tencia del 3 de octubre de 2018. A su vez, declaró extinguida por prescripción la acción
penal correspondiente al delito de encubrimiento agravado por el que C fue
alternativamente acusado (cf. copia de ese pronunciamiento, fs. 2/27).
En lo que respecta a la absolución relativa a la acusación por el delito de
homicidio —que es lo que motiva el planteo subsiguiente del acusador público, pues no
objetó la declaración de extinción de la acción penal por prescripción correspondiente al
delito de encubrimiento— la corte bonaerense fundó su resolución en una evaluación de
la sustancia del control llevado a cabo por la sala revisora. Ésta valoró uno a uno los
indicios en los que sus pares de la instancia anterior apoyaron su conclusión incrimina-
toria, y entendió que o bien no eran tales, o bien, en todo caso, eran insuficientes para
atribuir a C una participación, como coautor, en el homicidio cometido, con la
seguridad necesaria para justificar una sentencia penal condenatoria.
En palabras del a quo, además de descartar la veracidad de algunos de
ellos, “el revisor no compartió que los que fueron tenidos como indicios de autoría del
homicidio —los de oportunidad (y mendacidad) y actividad de ocultamiento— pudieran
conformar certeza, sin dejar lugar a dudas, de tal imputación” (fs. 17; el pasaje corres-
ponde al voto del juez preopinante, al que adhirieron los otros tres magistrados que con-
formaron la mayoría).

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ción Penal —Sala I— seguida a C ,C A

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Ministerio Público
Procuración General de la Nación

A su vez —sostuvo la corte bonaerense— las objeciones que el Ministe-


rio Público esgrimió en relación con el énfasis crítico que la sala revisora habría expre-
sado respecto de la actividad de la fiscalía, y con la consideración que habría hecho de
los dichos que Héctor Moreira —médico a cargo de la autopsia del cadáver de la vícti-
ma— prestó en un juicio posterior, realizado en 2011 a los otros coimputados por el
delito de encubrimiento, no tienen relación directa con la absolución decidida. Tal como
lo puso el vocal que abrió el acuerdo, en ese sentido “la pretensión es abstracta”, al
margen de que pueda criticarse “la técnica empleada” por la sala revisora, o “la poca
claridad de la decisión del a quo acerca de la agregación de probanzas a estos autos” (fs.
14 vta./15).
En otras palabras, según lo entendió, la conclusión liberatoria a la que
arribó la sala de casación es independiente de los aparentes defectos alegados, en tanto
deriva de la debilidad probatoria que los magistrados hallaron en la tesis de la participa-
ción del acusado en el homicidio, sin perjuicio de la evaluación negativa que hicieron de
la labor del Ministerio Público, y de la confirmación de sus dudas que habrían apoyado
en los dichos posteriores de Moreira.
En cuanto a este último punto, vinculado con la incorporación de elemen-
tos de prueba producida en el proceso posterior seguido a los otros imputados por el
delito de encubrimiento, la corte local entendió también que la objeción, además de in-
consecuente, constituía una reflexión tardía de la parte acusadora. En este sentido, la
vocal que se expidió en segundo término anotó que “[l]as constancias de declaraciones
testimoniales llevadas a cabo en el juicio realizado en el año 2011, como material a va-
lorar en la instancia recursiva, fueron objeto de sustanciación”, que más tarde “se dictó
la resolución por la cual se determinó —más allá de su acierto o error— que tales cons-
tancias debían ser ‘. . . agregadas como documental’” y finalmente que “[e]sta resolu-

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ción no fue objetada por la parte ahora recurrente, al no formular protesta alguna en
oportunidad de notificarse de esa decisión” (fs. 19/vta.).
Sobre esa base, la corte rechazó el recurso de la fiscalía. Ésa es la sen-
tencia contra la que se dirigió el recurso extraordinario cuya denegación motiva la pre-
sente queja (cf. copia del escrito de interposición, fs. 28/41, y del auto denegatorio del
13 de marzo de 2019, fs. 47/50 vta.).
–II–
En su apelación del artículo 14 de la ley 48, el representante del Ministe-
rio Público provincial atribuye arbitrariedad a la decisión de la corte local. En primer
lugar, alega que el a quo “no ha expuesto adecuadamente las razones por las cuales los
reclamos [de la fiscalía] debían desecharse, limitándose a exponer su parecer respaldado
en conceptos insuficientes, imprecisos y excesivamente latos” (fs. 35 vta.).
En particular, sostiene que al objetar “la técnica empleada” por la sala del
tribunal de casación y su “poca claridad” en el aspecto vinculado con la admisión de la
prueba relevante para el procedimiento de revisión, la corte habría reconocido “la exis-
tencia de los vicios en la motivación del decisorio atacado que denunciara el recurrente”
pero que, no obstante, “evita recurrir a la anulación del decisorio atacado pretendida,
intentando tenerlos por subsanados a partir de una serie de afirmaciones dogmáticas”
(fs. 38).
A ello agrega, por otra parte, que la divergencia entre la valoración de la
prueba que pretende la fiscalía y la desarrollada por la sala revisora no implicaría una
mera discrepancia de opiniones sino una concreta tacha de irrazonabilidad en la ponde-
ración de la evidencia producida. Por lo tanto, “la respuesta dada por el sentenciante” —
que la consideró, en cambio, un simple desacuerdo sobre el mérito de la prueba— “lejos
está de satisfacer el requisito de fundamentación suficiente que exige para todo acto

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judicial la garantía de defensa en juicio consagrada por la Constitución Nacional” (fs.


40).
En definitiva, solicita, sobre esa base, la revocación de la sentencia de la
corte bonaerense y el dictado de una nueva que, a su vez, deje sin efecto la absolución
dispuesta por la sala revisora.
–III–
En mi opinión, el recurso extraordinario intentado es inadmisible y la
queja, por lo tanto, debe ser desestimada.
Corresponde recordar aquí que, tal como lo ha sostenido reiteradamente
V.E., el recurso extraordinario por arbitrariedad de sentencia es de naturaleza excepcio-
nal, pues no le corresponde a la Corte sustituir a los jueces de la provincia en temas de
prueba y de derecho común y procesal local, que son propios de éstos, salvo que hubie-
ran incurrido en desaciertos u omisiones de tal gravedad extrema, que no pueda predi-
carse de sus fallos que son la sentencia fundada en ley que garantizan los artículos 17 y
18 de la Constitución (cf. Fallos: 315:449, 332:2815, entre muchos otros).
De acuerdo con esa jurisprudencia, la doctrina de la arbitrariedad no pue-
de ser invocada a fin de provocar un nuevo examen de cuestiones no federales cuya
solución es del resorte exclusivo de los tribunales provinciales, salvo que se demuestre
su notorio desvío de las leyes aplicables o una ausencia total de fundamento, pues esa
doctrina no pretende convertir a la Corte en una instancia ordinaria más, entre las ya
muchas que ha tenido este proceso. La doctrina de la arbitrariedad de sentencia —cabe
destacar una vez más— no tiene por objeto corregir fallos que las partes puedan reputar
equivocados, sino que sólo pretende suplir defectos realmente graves de razonamiento
que impidan considerar a la sentencia como el acto jurisdiccional al que toda parte en un
proceso tiene un derecho constitucionalmente asegurado (cf. Fallos: 304:106, 312:608,
334:541, entre muchísimos).

-5-
A la excepcionalidad propia del control de arbitrariedad por la vía del re-
curso extraordinario debe sumarse que cuando aquél pretende ser ejercido —como en
este caso— respecto de pronunciamientos de superiores tribunales de provincia, en rela-
ción con la interpretación del derecho procesal provincial y la admisibilidad de recursos
locales, la doctrina de arbitrariedad es de aplicación particularmente restringida (cf., por
ejemplo, Fallos: 302:418, 305:515, 306:501, 307:1100, 313:493).
Si bien tal criterio admite excepción, ello sólo es así cuando la sentencia
impugnada conduce sin fundamentos adecuados a una restricción sustancial de la vía
utilizada y afecta irremediablemente el derecho de defensa en juicio (Fallos: 320:2089,
considerando 3° y sus citas; 323:1449, 324:3612, 339:1453). Éste no es, a mi modo de
ver, uno de esos casos.
El recurrente invoca genéricamente una afectación a la garantía de la de-
fensa en juicio (cf. fs. 40), pero lo hace sin demostrar cuál sería la relación directa e
inmediata que la violación alegada guardaría con la resolución debatida, en los términos
exigidos por el artículo 15 de la ley 48 (cf., entre otros, Fallos: 314:1817). Si bien pre-
senta su cuestionamiento con el lenguaje de la arbitrariedad, lo cierto es que —según lo
aprecio— el apelante se agravia por la valoración de la prueba indiciaria e incluso por el
estilo argumental utilizado por la sala revisora, cuya conclusión coincidió en parte con
la que había realizado el tribunal de juicio en la primera absolución dictada en la causa y
que contrasta con la que promueve el Ministerio Público y que había acogido la sala de
casación en la condena del 18 de junio de 2009.
Entiende la fiscalía que esos indicios permiten postular “la presencia del
acusado en el lugar de los hechos”, la que junto a “su equívoca justificación y la activi-
dad de ocultamiento posterior que compartiera con los imputados de la causa que trami-
tara en paralelo”, llevan a concluir que C participó activamente, como coautor,
en el homicidio de su cónyuge (cf. 39/vta.). Mientras que el a quo, en cambio, juzgó que

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A C A s/ recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en causa n° 29.151 del Tribunal de Casa-
ción Penal —Sala I— seguida a C C A

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Ministerio Público
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la ponderación realizada por la sala revisora, en los términos del precedente de Fallos:
329:2265, es razonable en cuanto a la falta de certeza del horario de arribo de C
al lugar del crimen, y a lo que permiten inferir las explicaciones que éste ofreció y los
identificados como actos de ocultamiento posteriores, los que, por su parte, ni siquiera
se tuvieron por debidamente acreditados. El recurso fiscal —entendió la corte— no
ofrece una crítica idónea “frente a la sentencia que absolvió al acusado en el delito de
homicidio calificado, por aplicación del principio in dubio pro reo” (fs. 17).
En tales condiciones, estimo que no hay base sobre la que pueda soste-
nerse razonablemente que la decisión de la corte provincial haya importado una viola-
ción al derecho de defensa de la parte recurrente, ni que sea descalificable por aplica-
ción de la doctrina de V.E. sobre arbitrariedad de sentencias, máxime dado el estándar
especialmente restrictivo que corresponde en virtud de la naturaleza de la decisión cues-
tionada.
En efecto, la resolución del Tribunal de Fallos: 337:1289 ordenó a la cor-
te provincial pronunciarse acerca del deber de garantizar en el caso la revisión amplia de
la condena dictada respecto de C el 18 de junio de 2009, a la que tiene derecho
todo condenado, de conformidad con lo establecido por los artículos 8.2.h de la Con-
vención Americana sobre Derechos Humanos y 14.5 del Pacto Internacional del Dere-
cho Civiles y Políticos, y a la interpretación que de esas cláusulas ha brindado V.E. en
el citado precedente de Fallos: 329:2265.
El control que asegura el derecho federal entonces invocado fue llevado a
cabo finalmente por la sala revisora del tribunal provincial de casación cuya valoración
de la prueba no coincidió con el criterio condenatorio sostenido en la instancia de mérito
anterior. La tesis acusatoria, según los jueces de la causa, no satisfizo el estándar de
doble conformidad que establece la doctrina federal citada.

-7-
El a quo, a su turno, intervino una vez más y evaluó, a pedido del Minis-
terio Público, la sentencia definitiva dictada de ese modo. Y concluyó, como he referido
en este dictamen y en materia que le es propia, que entre ese pronunciamiento y el ante-
rior sólo hay diferencias razonables en la ponderación de la prueba y en la seguridad
con la que es posible apoyar la posición de la acusación.
En fin, no encuentro en ese trámite la violación al derecho de defensa que
alega el recurrente ni, por ello, razones para objetar la sentencia de la corte bonaerense
que permitan fundar la competencia por apelación del Tribunal según su doctrina de la
arbitrariedad.
–IV–
Por lo expuesto, entiendo que corresponde desestimar esta queja.
Buenos Aires, 1° de diciembre de 2020.

Firmado digitalmente
CASAL por CASAL Eduardo
Eduardo Ezequiel
Fecha: 2020.12.01
Ezequiel 18:52:55 -03'00'

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CSJ 711/2019/RH1
Altuve, Carlos Arturo s/ recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley en
causa n° 29.151 del Tribunal de Casación Penal
-Sala I- seguida a Carrascosa, Carlos Alberto.

Corte Suprema de Justicia de la Nación


Buenos Aires, 10 de Diciembre de 2020

Vistos los autos: “Recurso de hecho deducido por el Fiscal


ante el Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos
Aires en la causa Altuve, Carlos Arturo s/ recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley en causa n° 29.151 del
Tribunal de Casación Penal -Sala I- seguida a Carrascosa, Carlos
Alberto”, para decidir sobre su procedencia.

Considerando:

Que el recurso extraordinario, cuya denegación


originó esta queja, resulta inadmisible (art. 280 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación).

Por ello, y oído el señor Procurador General de la Nación


interino, se desestima la queja. Notifíquese y, previa de la
devolución de los autos principales, archívese.

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Recurso de queja interpuesto por Carlos Arturo Altuve, Fiscal ante el Tribunal
de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires.

Tribunal de origen: Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires.

Tribunal que intervino con anterioridad: Sala I del Tribunal de Casación


Penal.

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