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CATÁLOGO ADVOCACIONESlola

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Virgen del Rosario

El tipo iconográfico conocido como Virgen del Rosario, es decir, la figura sosteniendo al Niño, ofreciendo el rosario,
se define en el siglo XV. Es la advocación propia de la Orden de los Predicadores que la tiene por Patrona, cuya imagen
preside siempre sus iglesias. Los dominicos, por otra parte, han tenido una importante intervención en la práctica de
esta devoción mariana que siempre procuraron difundir las variaciones iconográficas de la Virgen del Rosario más
difundidas en América son las que a continuación se indican, reapareciendo en no pocos casos, ideas, símbolos y
elementos tardo medievales.
De pie, vestida con túnica rosada y manto azul. Sostiene al niño con su mano izquierda y con la otra ofrece el rosario.
Igual que la anterior, rodeada por una corona de rosas. Esta puede aparecer indistintamente en cualquiera de las
composiciones que se analizan.
Ambas formas incluyen, en la mayoría de los casos, las figuras o medias figuras de los santos Domingo y Francisco, con
menos frecuencia sólo el primero.).
Virgen de la Candelaria
Respecto de América, conviene advertir que la devoción a la Candelaria, tan extendida en el sur del Perú, y las muchas
imágenes de esta advocación, se derivan de la famosísima (Virgen) del lago El título es universal y está relacionado con
Jesucristo, la luz del mundo, en quien no hay variabilidad, ni sombra de cambio, y con María, que es la portadora de luz en
su Hijo. Por el hecho de ser la Virgen del Lago la más célebre, su santuario se convirtió en el centro de irradiación de un culto
extendido en un vastísimo territorio.
Virgen de Belén
La devoción a la [Virgen] se extendió y se hizo popular por la acción desplegada por la Orden de los Betlemitas,
fundada en Santiago de Guatemala , por Pedro José de Betancourt, en la segunda mitad del siglo XVII. Cuando el instituto
fue erigido canónicamente, los frailes llevaban sobre el hábito de paño una medalla con la escena del nacimiento de
Cristo, además, la estrella de Belén y las tres coronas de los Reyes conforman el escudo de la Orden. Muchos de los
numerosos hospitales que fundaron lo largo del continente hispanoamericano fueron dedicados a esta advocación.

Su patronazgo y la gran devoción del pueblo cusqueño han originado que las pinturas que la reproducen se hayan
multiplicado en obras de distinta calidad y tamaño, todas ellas iguales y diferentes a la vez.

Virgen del Milagro


En noviembre de 1630, la ciudad de Lima fue sacudida por un violento temblor y, como consecuencia de ello, una imagen
de La Inmaculada que estaba sobre la puerta de la iglesia de San Francisco giró volviéndose en dirección del altar mayor y
cuando la gente salía después del rezo de vísperas, se pudo comprobar que había vuelto a su posición primitiva.

Con tal motivo se le dedicó una capilla junto a la iglesia, que en enero de 1835 fue consumida por un incendio, pero sobres
sus ruinas se levantó el actual edificio. La imagen pudo ser salvada del fuego y hoy se la venera, como entonces, con el título
“Del Milagro”. Es pequeña de vestir, y no presenta características iconográficas destacables.
Nuestra Señora de Amancay
Retrato de la escultura de la Inmaculada Concepción patrona de la ciudad de Abancay, circunscrita en su camarín en el
retablo donde se venera. (Benavente,1984, FICHA N° 048/81- MHR-INC-RC). Su nombre probablemente esté relacionado
con la denominación inicial de Abancay que fue fundada en 1574 con el nombre de Villa de Santiago de los reyes de
Amancay.
Este hecho se desprende de las declaraciones de Juan Gómez y Juan Fernández de Escobar en la encuesta realizada por el
corregidor del llamado Partido de Chinchaysuyo don Nicolás de Forné, por orden del Virrey Conde del Villar el 14 de marzo de
1586.
La novena pregunta dice:
"Sobre el nombre o sobrenombre que hubiera tenido cada ciudad o pueblo y porqué se le llamó así y quién le puso el nombre
y quién fue su fundador y porqué orden y mandato se pobló y el año de su fundación?,
Respondieron:
"Que el pueblo de Santiago de Amancay quiere decir Azucena, por haber muchas de esas flores en aquel pueblo y que su
nombre es por el santo de la iglesia, la cual se edificó cuando se redujeron los dichos indios al referido pueblo por el
Licenciado Estrada, visitador por el mandato del Virrey D. Francisco de Toledo, hace dos años poco más o menos”.
Virgen de Aranzazu
A fines del siglo XV, en 1649, un pastor llamado Rodrigo Balzategui o Balzalegui se hallaba con sus ovejas en el monte
Aloña, cercano a Oñate y en la línea que separaba las provincias de Guipúzcoa y Álava. Sintió deseos de bajar al profundo
barrando aledaño y una vez que llegó a lo hondo, vio un espino y la figura de una persona en medio del él. Acercándose,
comprobó que se trataba de una escultura de Nuestra Señora con su hijo en brazos, a la que preguntó:
¿Aranzazú?, que quiere decir en vascuence: ¿Vos en el espino? En los talleres cusqueños se difundió una composición
tomada de una lámina no identificada, en la que la imagen, con rico atuendo y griñón que cubre su cabeza, se apoya en el
arbusto y está sobre un altar sembrado de rosas y en la hornacina de un retablo del que cuelgan lámparas. Delante del altar,
con gradas cubiertas por alfombras, hay dos grupos de rodillas: el de la izquierda, de franciscanos de cuyas bocas salen
filacterias con: SALVERGINA, MATHER CHRISTI, AVE GRATIA PLENA
Y TOTA PULCHRA ES MARIA; mientras que el opuesto está integrado por un hombre joven y tres mujeres, una de las
cuales se cubre con un manto oscuro. De las bocas de estas personas también salen filacterias con invocaciones a la Virgen
en vascuence: VIRGINA SS, ARANZAZUCOA, ZERUCO LOREA, CEUGAN DA DOCAGU y CERURACO
ESPERANCEA, Así aparece en el
lienzo que se exhibe en el Museo Histórico Regional de Cusco.la pintura anónima de la Virgen de Aránzazu en el Museo
Histórico Regional de Cuzco está basada en varios grabados impresos. Dos de estas imágenes fueron publicadas dentro de
la edición original de 1686 de Paranympho celeste, historia de la mystica zarza de hecho, la pintura localizada en el Museo
Histórico Regional no es una copia precisa de la estatua en el monasterio de Aránzazu sino una copia de estos tres grabados
europeos.

Virgen del Rosario de Pomata


Sobre una planicie, entre Juli y Zepita y frente al lago Titicaca, dominando uno de los paisajes más bellos de América, se
halla el edificio de la iglesia, importante ejemplo del barroco andino. Fue, en sus comienzos, doctrina de los dominicos a la
que debieron renunciar por una orden del virrey Toledo, para retornar en 1596.

Desde los primeros tiempos se venera una imagen de la Virgen del Rosario, escultura del siglo XVI aun inédita, con la
vestimenta totalmente dorada, pero con una cenefa azul cobalto, estofado, en los bordes. Siempre estuvo revestida como la
muestran las múltiples pinturas que, con variantes, la representan.

Los elementos que la definen iconográficamente son las altas plumas, quizás resabio incaico, que se elevan sobre las tres
coronas más altas de la Virgen, de distintos colores, por lo general blanco, verde y rojo, cuyo significado se enlazaría con
las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Al parecer, los diferentes colores pueden aludir también a las tres partes del
rosario, tal como se ven en algunas obras medievales .
Inmaculada Concepcion
Es un tema teológico muy controvertido entre los más entendidos y termina la polémica con aquella frase del franciscano
Duns Escotto: POTUIT, CEUIT, ERGO FECIT, o “Pudo, quiso, luego lo hizo” rotundo sobre el adversario dominico, a la
manera de Agustín “Conclusum est contra Maniqueos”. Actualmente este dogma es universal y se celebra por la iglesia el 8
de diciembre. Dun Escotto sostiene que la Virgen fue concebida sin pecado original y también sin mácula antes del parto, en
el parto y después del parto.

En las diversas escuelas americanas se ha pintado llena de simbolismos y sujetas a las Letanías Lauretanas. Su
representación general es vestida de la luna o sea “más blanca que la luna, más fúlgida que el sol” como cantan los poetas
religiosos. El manto del cielo tachonado de estrellas, enforrada de rojo carmín.
Rosa Mistica
La rosa, relacionada con la Virgen (pues es un símbolo muy complejo y de significados opuestos), alude al Paraíso por su
belleza y fragancia. La blanca a la inocencia, la pureza, castidad y la roja a la caridad y al martirio. Las rosas son,
asimismo, el símbolo de la maternidad divina, brotadas del árbol de los Patriarcas y de los Reyes. A ella también se le
aplica el pasaje del Eclesiastés (24,108); Quasi Plantatio rosa in Jericó (como una planta de rosas en Jericó), Pulchra velut
rosa (Bella como una rosa) o Rosa sin espina. También es la rosa mística de las Letanías Lauretanas .

Virgen de la Merced Peregrina de Quito


En el siglo XIII, la redención de cautivos, tomados tanto por los moros como por los cristianos, mantenía su vigencia e
importancia. Los musulmanes fueron los primeros en oficializar la manumisión del cautiverio como una actividad propia
del Estado, y el derecho establecía el modo de practicarla. En la península ibérica también se estableció como consecuencia
de la reconquista, pero la reglamentación no se efectuó, al parecer, hasta el siglo XII, y podía ser realizada privadamente
como por organizaciones estatales.
La antigua tradición mercedaria relataba que en dicha centuria el rey de Aragón, don Jaime I, el dominico Raimundo de
Peñafort y un comerciante francés muy devoto llamado Pedro Nolasco ejercían la caridad para librar mediante rescate a los
cristianos prisioneros de los moros, y que en la noche del 1° al 2° de agosto de 1218 se apareció la Virgen a Nolasco
recomendándole que fundara un Orden de merced y alivio de cristianos. Al principio esa corporación tuvo varios nombres,
pero poco después comenzó a llamarse “de la merced”, título que quedó definitivamente.
El siglo XVIII avanzado, está representado por un tipo de “madona” que alcanzó extraordinaria popularidad: el de la
“Virgen peregrina de la Merced”. La iconografía proviene de la Virgen de la Orden mercedaria en el convento de la Orden de
Quito, que viajó en los primeros años del siglo XVIII pidiendo limosna para la edificación de su capilla. Llegó por el sur hasta
Potosí…esta es quizás una de las más estéticas y bellas representaciones logradas por la pintura cuzqueña. La versión más
acabada que conocemos se halla en el Museo de Arte del Cuzco.
Virgen del Carmen
El título de Nuestra Señora del Monte Carmelo o del Carmen, como es conocido popularmente, está vinculado a la montaña
de Galilea donde se originó la orden del mismo nombre y una de las más difundidas devociones marianas.

En los primeros tiempos religiosos vestían túnica de lana de color castaño, ceñida por una correa, y se cubría con una capa,
también de lana, pero en su color natural, con fajas horizontales oscuras, por lo que eran conocidos popularmente con el
nombre de “barrados”. Posteriormente, la forma del hábito fue semejante al de otras órdenes, pero manteniendo los colores
antedichos; el marrón para la túnica y el escapulario, y el color blanquecino de la capa.

De esta manera aparece vestida la Virgen del Carmen – según la tradición – y es la manera habitual y distintiva como se la
figuró en España y Portugal, así como en Iberoamérica. No se concibe en dichos países una Virgen del Carmen trajeada de
otro modo, por lo menos desde el siglo XVII, que es cuando se codifica su iconografía en forma definitiva

Virgen del Buen Suceso


Es una de las devociones más populares en Madrid. Fue descubierta por lo religiosos Gabriel de Fontanner y Guillermo
Rigosa durante un viaje a Roma. Ambos pertenecían a la congregación conocida popularmente como de “los obregones”.
Los dos religiosos habían salido de Traiguera (Castellón de la Plana) cuando fueron sorprendidos por la noche y una fuerte
tormenta hasta que pudieron refugiarse en una cueva que vieron entre las peñas. Descubrieron luego un resplandor que no
podía proceder de los relámpagos y al llegar el día comprobaron que se relacionaba con una imagen de la Virgen ahí
depositada, junto a la cual había una campana.

Decidieron llevarla con ellos y la presentaron, ya llegados a Roma, al Papa Paulo V, quien le puso el nombre del “Buen
Suceso” y le regaló una cruz. De regreso a España, tocaron el puerto de Valencia en momento en que había una epidemia.
Colocaron la imagen en la capilla del hospital y el azote disminuyó rápidamente.

Es una imagen escultórica, pequeña, de María sosteniendo a su hijo, tradicionalmente vestida, pero sin características
iconográficas que permitan diferenciarla de otras imágenes hispanas. El título fue muy popular en Madrid y de él deben
proceder algunos de los nombres de efigies veneradas en América.
Inmaculada Concepción
En Europa, particularmente en España, la imagen de la Purísima fue representada infinitas veces y según todas las técnicas
conocidas, como consecuencia del intenso fervor inmaculista que caracterizó la religiosidad peninsular. Esa producción
ingente muestra, en el transcurso de los siglos
XVII y XVIII, la primacía de los elementos apocalípticos. También se debe recordar aquí que los distintos modelos
existentes a fines del siglo XV y buena parte del siglo XVI convivieron con elementos de la imagen de la Asunta.

Como se dijo, son variadísimas las figuraciones del tema en cuestión, pero, a pesar de ello, es posible establecer los rasgos
comunes que definen su iconografía. En la mayor parte de los casos, se la muestra de pie, dispuesta frontalmente, a veces de
tres cuartos de perfil, erguida sobre un soporte que puede ser de cabezas de ángeles niños, nubes, como es más común, o la
luna.

Menos frecuente es ver a la purísima de rodillas sobre nubes o sobre el orbe o sentada, modos más en consonancia con las
ideas de variedad y de movimiento propias del barroco. María está de hinojos, en inestable actitud y sobre el orbe, símbolo de
la esfera celeste o, en algunos casos, del mundo (en un sentido amplio del término), del pecado original. Parece aplastar la
serpiente, entre cendales, paños y ángeles niños que revolotean y sostienen algunos de los símbolos tradicionales: el espejo,
el lirio, la palma y las rosas.

Virgen del Carmen


Los dos tipos iconográficos básicos difundidos por américa son aquellos que muestran a la Virgen Sosteniendo al Niño Jesús o
sin él, entregando el escapulario. En el primer caso está de pie o sentada sobre nubes con el habitual complemento de
ángeles adoradores o difusores de la devoción al escapulario que parecen entregar a los fieles. En el segundo, es decir, sin su
pequeño hijo, es representada con los brazos abiertos siguiendo la fórmula medieval de las “Vírgenes de misericordia” de
las cuales deriva.
Ya que de composiciones se trata, no podemos obviar las tan difundidas por los territorios católicos de Europa y de
América que reúnen a la Virgen con diferentes Santos y las que podemos considerar un derivado de las “ santas
conversaciones” creadas por los pintores italianos del renacimiento.

www.culturacusco.gob.pe

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