Geopol Tica Globalizaci N y Armadas 1716342154
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GEOPOLÍTICA,
GLOBALIZACIÓN Y
ARMADAS: UNA RELACIÓN
INDISPENSABLE
Magíster Juan Battaleme
El portaaviones
HMS Queen Elizabeth
rumbo a Asia
IMAGEN: GARETH FULLER/PA
WIRE/DPA GARETH FULLER/PA WIRE/DPA
BCN 862 3
Ni la República Argentina, cercana al Reino Unido en ese entonces, quedó exenta de esta
situación cuando, patrullando el Atlántico Sur, la Armada británica capturó el buque mer-
cante Presidente Mitre, sospechado de transportar mercancías para Alemania, tal como lo
describe Archibaldo Lanús en su libro Aquel Apogeo.
Este accionar sería emulado más tarde, en la Segunda Guerra Mundial, por la Armada esta-
dounidense en el Océano Pacífico para destruir las capacidades logísticas navales japonesas
en ese océano y por la Kriegsmarine alemana, de forma fallida, en la batalla del Atlántico.
Dos conceptos resultan útiles para responder las preguntas presentadas al comienzo de este
artículo. El primero es el de «flota en potencia». La mejor forma de disuadir en un contexto Sir Julian Corbett (1854-1922)
4 GEOPOLÍTICA, GLOBALIZACIÓN Y ARMADAS: UNA RELACIÓN INDISPENSABLE
El segundo es el uso del bloqueo como elemento de estrangulamiento comercial que afecta
las extensas líneas de comunicación naval de las que depende el gigante asiático. Beijing
puede ejecutar una maniobra de bloqueo de cercanía sobre Taiwán e inclusive sobre Japón
en caso de una crisis mayor, pero la respuesta occidental no se haría esperar poniendo en
juego un bloqueo naval a distancia, posiblemente para obligar a la armada de China a buscar
romper el cercamiento si la estrategia de asfixia comienza a dar resultados.
La llamada Ruta de la Seda es más amistosa con China en su capítulo terrestre que en el
naval, donde es más vulnerable. La combinación de una flota dispersa pero capaz de concen-
trarse con la capacidad de «pegar en el bolsillo» permitiría una respuesta afirmativa a ambas
preguntas. Sin embargo, el statu quo favorable a Occidente no se encuentra garantizado.
La globalización La guerra de Ucrania, sumada a la habilidad diplomática y comercial china, le permite ac-
expande horizontes y ceder a recursos energéticos a precio de descuento; es el actor central en la Organización de
riqueza, mientras que Seguridad y Cooperación de Shanghái; comienza a desarrollar inversiones en Afganistán y
a tener una línea de diálogo fluida con los talibanes, y un rol claro en las negociaciones entre
la geopolítica posibilita Arabia Saudita e Irán, consolidando su posición continental.
o bloquea accesos. La
política internacional es En este contexto, MacKinder y su teoría del «corazón de la Tierra» (heartland) parecen
el resultado del equilibrio cobrar una vigencia inusitada al mostrar la relevancia del «creciente interno», donde China
tracciona al «área pivote» bajo sus propios intereses.
entre ambas fuerzas.
No hay comercio exterior Por esta situación, el «creciente externo», donde se encuentra nuestra región, cobra nueva-
sin geopolítica. mente importancia, en tanto presenta rutas de comunicación naval alternativas además de
poseer abundantes recursos energéticos, alimenticios y materias primas esenciales para las
industrias digitales.
Con el «creciente interno» que hoy conocemos como Indo-Pacífico en disputa, pensar la
integración funcional con el mundo supone tener una mirada concreta y efectiva hacia el
espacio marítimo alineando la política naval con la nacional hacia ese entorno, donde la
predominancia del espacio aero-espacial-naval determinará el destino de la competencia
geopolítica en la Tierra.
II
El entrelazamiento de globalización y geopolítica explica la competencia internacional en
el presente siglo. Mientras que la primera es acerca de flujos de comunicaciones, comercio,
finanzas, ideas y personas, la segunda está ligada al posicionamiento adecuado para asegurar
que dichos flujos contribuyan a la preponderancia de las naciones que lo controlan.
El primer portaaviones
de China, el Liaoning.
IMAGEN: AFP / GETTY IMAGES.
Innumerables reflexiones se realizan, localmente, sobre la conveniencia —o no— de sumarse Para muchos, sumarse al
al BRICS en tanto representan un orden internacional alternativo o «posestadounidense». BRICS representan una
Para muchos, representan una oportunidad comercial, ya que Brasil y China son socios
oportunidad comercial,
imprescindibles para la economía de la Argentina. Además, abriría las posibilidades de ex- ya que Brasil y China son
pansión comercial a los mercados de India y Rusia. Acceder a un mercado de 3268 millones socios imprescindibles
de personas y U$S 27 trillones resulta por demás seductor para un país cerrado y en busca para la economía de
de complementariedad, como la Argentina.
la Argentina. Además,
Este posicionamiento es defendido por quienes piensan una geopolítica de contraequilibrio abriría las posibilidades de
respecto del orden liberal occidental, ya que, para la Argentina, país mediano, pertenecer le expansión comercial a los
permitiría «recuperar» el estatus de potencia media. mercados de India y Rusia.
Sus miembros son capitalistas; tres democracias —con distintas intensidades de republi-
canismo— y dos autocracias. Militarmente, Rusia y China se encuentran cada vez más
comprometidas en ejercicios combinados en el Ártico y en el Indo-Pacífico; India y Brasil
lo hacen en Occidente, mientras que Sudáfrica pivotea entre ambos mundos.
Ahora bien, si se deseara darle sentido geopolítico, la prioridad debería asignársele a otro
foro: el IBSA (India, Brasil y Sudáfrica). Conocido como la «trinidad del sur», está com-
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puesto por democracias. Fue creado a los efectos de promover el diálogo entre los tres países
de mayor peso en el Océano Atlántico y el Índico por su conexión marítima, y forman
parte de un esfuerzo regional por proteger la globalización de manera funcional. Sumarnos
redundaría en dos beneficios concretos.
Primero, desarrollar una estrategia comercial y política para el África austral y otra para
el Océano Índico, e incentivar el ingreso a mercados asumiendo junto a nuestros socios la
protección del comercio marítimo en sus áreas de responsabilidad.
Segundo, es una oportunidad para desarrollar una sociedad más vigorosa y profunda con
India y Sudáfrica, además de profundizar la integración naval con Brasil. El IBSA tiene un
sentido de proyección naval a los efectos de mantener la ley y el orden en el mar, y proteger
los recursos marítimos verificando las rutas de los navíos pesqueros y los flujos del comercio
que pasan por ambos océanos que luego derivan en dos líneas de comunicación secundarias,
una hacia el norte y otra hacia el sur de Sudamérica.
Anualmente se lleva a cabo el ejercicio naval IBSAMAR en Sudáfrica, a fin de darles vitali-
dad geopolítica a los compromisos de la globalización siguiendo la premisa de la libertad de
navegación. Si la geografía es un destino y la geopolítica una guía, integrar el IBSA brinda-
ría el espacio político suficiente para poner en valor la llamada estrategia «pampa azul», que
integraría comercio, política exterior y defensa.
La presión naval existente Las Armadas forman parte de un entramado global que, además de proteger los recursos
sobre los principales que en sus mares se encuentran, tienen una función que usualmente se conoce como «defen-
estrechos por donde pasa sa adelantada» y en numerosas ocasiones operan más allá de sus mares e, incluso, de su área
natural de interacción, que suele ser la regional. En una economía interdependiente, el poder
el comercio internacional naval de un Estado se combina con otros a los efectos de proteger las llamadas líneas de
ha vuelto a poner en valor comunicación naval, que en los mapas se ven como los vasos comunicantes entre regiones, y
el peso relativo que tiene el que representan desde dónde y hacia dónde va la riqueza del mundo. Esas líneas fijas, si las
estrecho de Magallanes en miráramos con una lupa, son miles de barcos que necesitan que su tránsito sea protegido.
la política internacional. El mejor ejemplo de ello es la Fuerza Marítima Combinada que actualmente está confor-
mada por 41 naciones que se encargan de cooperar en el mantenimiento del orden liberal en
aguas internacionales mediante cuatro fuerzas de tareas combinadas que se ocupan de diver-
sas acciones, entre ellas, la de proteger el tráfico marítimo que hoy se encuentra bajo ataque
de lo hutíes, quienes están dispuestos a generar aún más daño en el comercio internacional
que el que han provocado el Covid-19, la guerra de Ucrania y, ahora, la guerra defensiva que
Israel lleva a cabo contra Hamás, esperando provocar un conflicto generalizado.
La presión naval existente sobre los principales estrechos por donde pasa el comercio inter-
nacional ha vuelto a poner en valor el peso relativo que tiene el estrecho de Magallanes en la
política internacional, el cual ya no puede considerarse un paso de comunicación marítimo
secundario, sino alternativo, frente a las perspectivas de que el canal de Panamá o el canal de
Suez se encuentren bajo presión por una crisis militar. Por ello, apostar por alianzas navales
estratégicas deberá ser mandatorio para aquellos países que poseen responsabilidades nava-
les comparables con las que tiene la Argentina, ya que su proceso de inserción dependerá de
que ponga en valor político su peso naval.
III
Existen tres tipos de países en su relación con los océanos: aquellos que lo integran en su
estrategia internacional y asignan un rol preciso a sus Armadas; aquellos que lo hacen par-
cialmente debido a la desconexión entre su estrategia internacional y aquel asignado a sus
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2) Las Armadas pueden quedar sujetas a tres posibles configuraciones: a) una de cer-
canía, que protege costas, el espacio contiguo, con una vinculación limitada con los
países cercanos, b) una que pueda conducir operaciones más allá del horizonte — Tener una estrategia
ofensivas y defensivas— desde el dominio submarino hasta alcanzar el aeroespacial escrita sobre el uso del
de forma cooperativa, interoperando con Armadas socias o aliadas, entrelazando ámbito oceánico es solo
intereses y c) una fuerza naval que lleve a cabo operaciones ofensivas y defensivas de
manera autónoma transoceánica. la mitad de la ecuación, la
otra mitad está compuesta
3) Definir el alcance operacional sirve para establecer las capacidades necesarias presentes por la modernización
y futuras. Por proximidad y medios disponibles, Alemania desea constituirse en el eje de las fuerzas navales
que articule el Mar Báltico protegiendo las líneas de comunicación naval junto con la
infraestructura crítica submarina existente, donde existen vulnerabilidades, como lo de- y su correspondiente
mostró el ataque a Nord Stream. No obstante, no desean quedarse confinados al espacio actualización doctrinaria.
territorial contiguo.
A ello se suma la demanda de contención a China, lo cual obliga a priorizar sus ámbitos de
operacionales, con los desafíos de personal y material que ello conlleva.
Una imagen noble pero que esconde una mirada de dependencia del componente naval
con el ámbito terrestre y que la Armada inteligentemente disputa, en tanto señalan que la
tortuga debe alimentarse y, por lo tanto, su función es proteger aquello que la conecta con su
fuente de alimentación. Tener una estrategia escrita sobre el uso del ámbito oceánico es solo
la mitad de la ecuación, la otra mitad está compuesta por la modernización de las fuerzas
navales y su correspondiente actualización doctrinaria, ya que en el mar se juegan, también,
la riqueza y la seguridad de los países que este conecta. n