UNIVERSIDAD NACIONAL

DE LANÚS
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Taller de producción de textos

CRISIS ECONÓMICA Y SOCIAL

EN ARGENTINA:

EL IMPACTO DEL 2001

profesora: Alejandra Ojeda

Alumnos: Micaela Clara Marinion Scali; Nicolas Mario Ramirez; Agustin Enrique Villalba;

Chiara Martina Mamone; Zoe Suarez; Milagros Aldana Vidal.

Características:
Una vez el país regresó a la democracia a finales de los años 80, se vio envuelto en la difícil

tarea de reconstruir la economía, proceso que no estuvo exento del malestar ciudadano, que

finalmente la crisis alcanzó su punto de quiebra en el año 2001.

¿Que fue la llamada crisis 2001 en Argentina?

Fueron los acontecimientos que tuvieron lugar en Argentina en diciembre de 2001, en los que

se desató una crisis política, económica, institucional y social debido a la restricción de la

libre disposición del dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorro.

Es decir, la población no podía sacar su dinero de los bancos, medida que fue tomada por el

gobierno con el objetivo de evitar la salida de dinero del sistema ante una ola de pánico

bancario.

¿Cuándo ocurrió la crisis argentina en 2001?

El desencadenante inicial de la crisis fue la imposición del corralito, el 2 de diciembre de

2001, una disposición del gobierno que restringía la extracción de dinero en efectivo de los

bancos, diseñada por el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo. Esto impactó

sobre todo en la clase baja, mayormente no bancarizada, y la clase media, muy restringida

para sus movimientos económicos.

Lo primero que hay que decir es que no se puede explicar la crisis del 2001 sin hablar del

Plan de Convertibilidad. Este programa se puso en marcha en Argentina en 1991, en la

presidencia de Menem y con Cavallo a la cabeza del Ministerio de Economía. Se buscaba dar

solución a los problemas económicos que Argentina venía acarreando hacía más de una

década, la recesión económica y la hiperinflación. Los principales puntos de este plan eran

los siguientes:

• El Banco Central no podía financiar al Tesoro, sólo podía emitir pesos para comprar;
• Independencia del Banco Central del Poder Ejecutivo;
• Reducción del déficit fiscal a través de profundas reformas del Estado y de las

privatizaciones.

• Liberalizacióndel mercado de capitales que facilitaba la llegada de la inversión

extranjera.

• Convertibilidad del tipo de cambio de un peso por dólar fijada por ley;

El abandono de la Convertibilidad marcó el fin de una etapa caracterizada, entre otras cosas,

por una significativa apreciación cambiaria y una excesiva vulnerabilidad externa. Los

cambios estructurales pro-mercado adoptados en los primeros años de la década del noventa

hicieron que la economía fuera dependiente de las fluctuaciones en los flujos de capital

internacional. En este contexto institucional, los cambios en las condiciones internacionales

de liquidez y la disponibilidad de créditos tuvieron un impacto inmediato en las tasas de

interés internas, en la creación de dinero, en el volumen de préstamos y, por ende, en el gasto

agregado. Como argumenta Bonnet, A. R (2002); “La convertibilidad implicó un férreo

mecanismo de disciplinamiento social, gozó de un amplio consenso pasivo entre amplios

sectores de la sociedad, y se constituyó así en la clave de bóveda de una hegemonía social y

política duradera”.

Con el malestar de la población acumulado y una precaria situación social, se implementó el

corralito, esta medida afectó principalmente a los trabajadores informales, es decir aquellos

que tenían un empleo precario que no contaba con la protección legal de las leyes laborales.

Su número casi se había duplicado en apenas unos años. Al solo poder retirarse 250 pesos o

dólares por semana, resultaba más complicado que recibieran sus emolumentos en efectivo.

Maristella, S (2005); “Frente al empobrecimiento, los individuos se vieron en la necesidad de

redefinir los marcos sociales y culturales de su experiencia. Esto conduciría a la emergencia

de un nuevo ethos que, en consonancia con la dinámica social, aparecería marcado por la

incertidumbre y una perspectiva cortoplacista, que tendía a obturar cualquier planificación

reflexiva del futuro. Los sujetos se vieron obligados a convertirse en cazadores, figura

mediante la cual se ilustra la lógica de acción individual y colectiva que orienta la vida

cotidiana en la ciudad, semejante a un bosque que esconde un diversificado repertorio de

posibilidades, pero que implica desde ya la aceptación del riesgo y la incertidumbre.

En medio de saqueos, crisis, cacerolazos y represión, miles de familias no tenían dinero para

salir adelante y darles de comer a sus hijos”.

Como solución al desempleo y a la pobreza, que iba en aumento, se crearon los Clubes de

Trueques.

Estos espacios estaban ubicados en diferentes puntos de la provincia y el país con el fin de

que las personas pudieran intercambiar bienes o servicios por lo que necesitaban. En lugar de

usar dinero se usaba una “moneda social” llamada Ticket de Trueque.

Simultáneamente con la huelga general comenzaron a producirse saqueos en varios

comercios de zonas empobrecidas del interior del país y del Gran Buenos Aires y en las

ciudades de las provincias piquetes. Mientras que los pequeños comercios fueron los más

afectados por los saqueos en los que la policía liberó la zona, según declararon, "para evitar

muertes", los grandes hipermercados fueron protegidos por esta y no sufrieron grandes daños.

En esos siete días de saqueos fueron asesinadas siete personas por las fuerzas de seguridad y

los propios comerciantes. Por la noche, salieron a las calles céntricas de la Capital sectores de

clase media. El 19 de diciembre el presidente anunció el estado de sitio, inmediatamente

después de terminado el anuncio del estado de sitio, millones de personas en todo el país

empezaron a sonar cacerolas desde sus casas y muchas salieron a las calles dando inicio a lo

que se concentró como “el cacerolazo”.

El abuso policial se transmitió en vivo por los distintos canales y, al final del día, unas 39

personas habían muerto en todo el país. El 13 de diciembre, la CGT, la CGT disidente y la

CTA declararon la séptima huelga general contra la política económica y social.

El presidente De la Rúa, cada vez más rechazado, se vio en la obligación de renunciar al

final del día, una escena simbólica en la que se retiró de la Casa Rosada en un helicóptero

para evitar a los manifestantes.

“El derrumbe de la convertibilidad en 2001 inauguró, en este sentido, nuevas reglas de juego

para el desenvolvimiento de la lucha de clases y profunda incertidumbre acerca de la

hegemonía” Bonnet, A. R (2002).

Antecedentes de la crisis:

En la crisis del 2001, también llamada como el cacerolazo, el argentinazo podemos

destacar que Argentina, como se mencionó anteriormente, enfrentó una de las crisis más

severas dejando una profunda huella en la economía de los argentinos. Por lo tanto a

continuación nos explayaremos en entender qué antecedentes tuvo esta crisis, que sucesos

fueron los más importantes para la economía y como intentaron mejorar la situación el

gobierno en ese entonces.

En 1991, bajo la presidencia de Carlos Menem y junto al ministro de economía

Domingo Cavallo, se implementó el plan de convertibilidad. Esta medida se trató de la

atadura del valor del peso argentino con el dólar estadounidense en una relación uno a uno. El

objetivo de esta fue detener la hiperinflación y darle una estabilidad al peso argentino, la

economía se encontraba estancada por la recesión que venía sufriendo, y la mayoría de la

deuda que poseía argentina era en dólares. Este sistema funcionó los primeros años en donde

la inflación había decrecido en grandes medidas, pero esto no duró por mucho ya que por la

rigidez de este sistema la relación de valor entre el dólar y el peso se convirtió en algo no

favorable para la industria nacional, ya que, las industrias tenían altos costos de producción y

no podían competir con las importaciones, por eso la economía interna del país se destruyó a

grandes escalas, generando grandes cantidades de cierres de empresas e industrias, y

consiguiendo un gran aumento de desempleados

Durante este periodo Menem llevó a cabo un programa de privatización masiva de

empresas estatales junto a la fusión y disolución de diversos entes públicos (YPF,

ferrocarriles, Aerolíneas Argentinas, junto a las empresas de agua, luz, y gas).

“Nada de lo que deba ser estatal, permanecerá en manos del estado ” fue el fallido

pensamiento del entonces ministro de Obras y Servicios Públicos, Dromi, R (1990).

A pesar de que estas medidas atrajeron el aumento de inversión extranjera y la

modernización de sectores importantes, también resultaron en una pérdida significativa de

empleos y aumentos de desigualdad. La venta de activos públicos generó ingresos a corto

plazo, pero también eliminó fuentes de ingresos constantes y el control estatal sobre sectores

estratégicos. Las privatizaciones son uno de los aspectos que más se le critica a la gestión de

Carlos Menem.

Esta crisis viene provocada por tres años de recesión y otros eventos ocurridos

durante ese lapso.

Después de varios años de recesión y la costumbre que habían adoptado en la década

del 90, el gobierno recurrió a la emisión bonos a cambio de dinero Fernando de la Rúa
propuso una negociación a sus acreedores que se lo conoció como el megacanje, para poder

sacar argentina de la crisis y poder hacerse cargo de las obligaciones internacionales y no

recaer en el default, es de decir que retrasaban el vencimiento de la deuda por títulos más

rentables y a menor plazo, pero esto no fue una buena decisión económica ya que paso todo

lo opuesto de lo tenía que pasar, aumentó un treinta por ciento la deuda pública y el de la rúa

lo presentó como si fuera la salida de la crisis.

Después de esta medida surgió el corralito.

En un intento desesperado por detener la fuga de capitales y los masivos retiros de

depósitos bancarios, el gobierno de la Rúa implementó el “corralito” en diciembre del 2001,

que se trató de una medida que, por la caída de las reservas del banco central de la república

argentina y corridas bancarias de ciernes, restringe a las personas las extracciones de sus

ahorros en los bancos, limitándose únicamente a retiros de 250 pesos o dólares a la semana,

así como también denegando el envío de dinero al exterior. Argentina estaba en graves

condiciones económicas ya que descendían cada vez más los precios de la materia prima,

había poca disponibilidad de capitales extranjeros a invertir en los mercados no desarrollados

y todo el país era un completo caos.

“Los ahorristas intensificaban la exigencia de devolución de sus ahorros atrapados

en el llamado “corralito” bancario; el país sobrellevaba un déficit enorme; la deuda

externa al 31 de diciembre de 2001 había trepado a 159 000 millones de dólares (140.000

millones solo de capital), y la población sufría los crueles efectos de la crisis económica,

en particular del desempleo.” Zeballos ,L. J. (2003)

 (manifestaciones en en el ministerio de economía (2001) )

Lo que no fue limitada fue la indignación pública, esta “medida” provocó protestas masivas y

creó un caos social y político. Fueron tan grandes las manifestaciones y cada vez más

intensas que concluyeron en la renuncia del presidente De la Rúa. reflejando así la

inestabilidad del país en ese entonces.

La crisis económica de 2001 en Argentina no fue un evento aislado, sino el resultado

de una serie de malas decisiones políticas, económicas y sociales que se iban acumulando

conforme pasaba el tiempo de la década del 1990. Esta crisis es un claro ejemplo de cómo

una combinación de factores tanto internos como externos puede llevar a un país al máximo

colapso económico.

La ley de convertibilidad que fijó el uno a uno fue un gran intento de controlar un

poco la situación y de intentar estabilizar la economía. Los primeros años tuvo éxito, pero no

el necesario para restaurar el orden completamente.

Las políticas de privatización también jugaron un papel importante por el aumento del

movimiento extranjero, pero de nuevo terminó de fracaso por la cantidad de desempleo que

generó, y la pérdida de control que hubo.

 El aumento de la deuda externa fue quizás el factor más devastador para financiar el

déficit fiscal y mantener la paridad fija. A pesar del intento de mejorar la situación con los

bonos, la perjudicada fue la deuda pública, volviendo de nuevo la misma, de nuevo Argentina

en una situación de vulnerabilidad frente a los problemas de endeudamiento.

Y para terminar, la gota que rebalsó el vaso de los argentinos fue la creación del

corralito, este maravilloso evento no solo tuvo impacto en la economía interna sino que

además afectó al mercado financiero internacional.

La crisis resultante fue una de las peores de la historia Argentina, marcada por una

profunda masa de desempleados, pobreza, y crisis política y social que dejó fuertes cicatrices

en el país.

A raíz de todo estos sucesos los peores golpes se los llevaron los Argentinos, que no

solo se quedaron sin los ahorros de quizás toda su vida, sino que esta crisis se llevó también

vidas completas a través de manifestaciones y represiones. Aprender de estos antecedentes

puede ayudar a evitar errores similares en el futuro.

(disturbios en el obelisco (2001))

 Consecuencias de la crisis

La crisis del 2001 en Argentina marcó un antes y un después en la historia del país. Sus

consecuencias fueron profundas y multifacéticas, afectando todos los aspectos de la vida

económica, social, política, institucional y cultural.

En términos económicos la crisis resultó en un colapso financiero sin precedentes. El país

experimentó una severa recesión, una fuerte devaluación de la moneda tras el abandono de la

paridad fija con el dólar, y una cesación de pagos (default) de la deuda soberana. Estas

medidas desataron una hiperinflación y una rápida caída del Producto Interno Bruto (PIB). La

pobreza y la indigencia se dispararon, afectando a más de la mitad de la población. Las tasas

de desempleo y subempleo alcanzaron niveles récord, y muchas empresas cerraron o

redujeron drásticamente su actividad.

Nielsen, G (2003). "El colapso de la convertibilidad y la consiguiente declaración de default

en diciembre de 2001 fueron el resultado inevitable de una década de políticas de

endeudamiento excesivo y rigidez cambiaria. Esta situación no solo desató una crisis

económica, sino que también generó un profundo impacto social, incrementando el

desempleo y la pobreza a niveles alarmantes".

La crisis de 2001 en Argentina estuvo estrechamente relacionada con la problemática de la

deuda externa, que fue uno de los principales detonantes del colapso económico y social que

vivió el país. A lo largo de la década de 1990, Argentina adoptó una serie de políticas

económicas orientadas hacia la liberalización y la convertibilidad, bajo el gobierno de Carlos

Saul Menem y su ministro de Economía, Domingo Cavallo.

Durante este período, el país fijó su moneda, el peso argentino, en paridad con el dólar

estadounidense, lo cual inicialmente ayudó a controlar la hiperinflación de finales de los años

80 y principios de los 90. Sin embargo, esta política también tuvo resultados negativos, como

la sobrevaluación de la moneda y una dependencia del endeudamiento externo para financiar

el déficit fiscal y mantener la estabilidad económica.

Para finales de los años 90, la situación económica de Argentina comenzó a deteriorarse, y el

país acumuló una deuda externa insostenible. En 2001, la deuda externa de Argentina

alcanzaba aproximadamente los 144 mil millones de dólares, una cifra que representaba

alrededor del 50% del Producto Interno Bruto (PIB). Esta carga de deuda se volvió imposible

de manejar debido a varios factores: el estancamiento económico; tasas de interés elevadas

ante la creciente desconfianza de los mercados internacionales; fuga de capitales: los

ahorristas retiraron sus depósitos de los bancos, y el gobierno implementó el "corralito";

default: en diciembre de 2001, el gobierno argentino, bajo la presidencia de Fernando de la

Rúa, declaró la cesación de pagos sobre la deuda externa.

Loser, C (2002). "El colapso de la convertibilidad y el subsiguiente default en diciembre de

2001 fueron la culminación de una serie de errores de política económica y una acumulación

insostenible de deuda. La abrupta devaluación y el congelamiento de los depósitos bancarios

('corralito') precipitaron una crisis social y política sin precedentes, que dejó a millones de

argentinos en la pobreza y erosionó profundamente la confianza en las instituciones". El autor

destaca la interacción entre las políticas económicas, la acumulación de deuda y las

consecuencias sociales y políticas del default en Argentina.

En términos sociales la crisis provocó un aumento significativo de la desigualdad y la

marginalidad. La pérdida de empleos y el deterioro de las condiciones de vida llevaron a un

incremento de la pobreza extrema. La clase media, tradicionalmente estable, se vio

gravemente afectada, cayendo en la pobreza muchos de sus integrantes. El desempleo

alcanzó cifras alarmantes, superando el 20%, y la pobreza afectó a más del 50% de la

población.

Zaiat, A (2003). "El desempleo alcanzó niveles alarmantes durante la crisis de 2001,

superando el 20% de la población activa. Las políticas de ajuste estructural y la apertura

indiscriminada de la economía no solo desmantelaron sectores productivos enteros, sino que

también dejaron a millones de trabajadores en la calle. Esta situación, combinada con la

precarización laboral, exacerbó la pobreza y la desigualdad, creando un ambiente de

desesperación y protesta social masiva".

La crisis desencadenó una serie de protestas masivas, y en muchos casos violentas, conocidas

como el "Argentinazo". Millones de personas se movilizaron en contra del gobierno y de las

políticas económicas. Las manifestaciones fueron acompañadas por los "cacerolazos", donde

la gente golpeaba cacerolas en señal de protesta.

Albarces, P (2003). "El 19 y 20 de diciembre de 2001, el pueblo argentino protagonizó una

revuelta popular que, más allá de su contenido y resultados inmediatos, marcó el fin de un

ciclo histórico y el comienzo de otro. El ‘Argentinazo’, como se lo conoció, fue una

explosión de rabia, hartazgo y desesperación que sacudió los cimientos del sistema político y

económico del país. Millones de personas tomaron las calles de Buenos Aires y otras

ciudades, expresando su indignación con la clase política y el modelo neoliberal que había

llevado al país al borde del colapso. Los cacerolazos, las marchas, los saqueos y la represión

policial se convirtieron en imágenes icónicas de aquellos días turbulentos, que dejaron una

profunda marca en la memoria colectiva de los argentinos".

Debido a la situación del país y al fuerte retroceso de la moneda de curso legal, comienzan a

aparecer los medios de pago alternativos y se hace popular el trueque solidario. El cual

consiste en el intercambio de bienes materiales y servicios en el que no interviene el dinero

como mediador, sino que el canje se realiza de manera directa y acordada entre los

interesados. También el trueque se realizaba en lugares llamados nodos donde tenían una

moneda llamada crédito, que tenía un valor semejante al dinero oficial en Argentina.

Teubal, M (2004). "En el contexto de la crisis de 2001, el trueque solidario emergió como una

respuesta comunitaria a la falta de acceso a bienes y servicios básicos. Miles de argentinos,

golpeados por el desempleo y la pobreza, se organizaron en clubes de trueque donde

intercambiaban productos y servicios sin utilizar dinero. Este sistema de economía alternativa

no solo permitió la subsistencia de muchas familias, sino que también reforzó los lazos

comunitarios y la solidaridad en un momento de extrema necesidad". El autor resalta la

importancia del trueque solidario como una estrategia de resiliencia y solidaridad en medio

de la crisis.

El objetivo del mismo era ser un complemento para aquellos que se encontraban parcial o

totalmente fuera del sistema económico, que a través de esta actividad obtenían insumos.

Otro medio de pago alternativo que aparece debido a la crisis es el patacón que formaba parte

de una serie de bonos de emergencia emitidos por el gobierno para liquidar las deudas del

Estado con las provincias debido a la escasez de recursos financieros, dando origen a 15

monedas alternativas. En la provincia de Buenos Aires circulaban los patacones que podían

ser utilizados como moneda de curso legal, un patacón era equivalente a un peso.
Estos medios fueron beneficiosos para los ciudadanos argentinos, especialmente para los

sectores populares ya que para ellos era una estrategia de sobrevivencia sumamente

importante, pues se encontraban sin empleo, sin ingresos fijos (debido al crecimiento de

desempleo y pobreza por la crisis) y les resultaba difícil satisfacer las necesidades

alimenticias de sus familia

bibliografia

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dosdias-q

ANEXO