WOYZECK, D'en Georg Büchner
WOYZECK, D'en Georg Büchner
WOYZECK, D'en Georg Büchner
Personajes:
FRANZ WOYZECK
MARIE
CAPITÁN
DOCTORA
TAMBOR MAYOR
EL SUBOFICIAL
ANDRÉS
MARGARETH una vecina de Marie
CHARLATAN DE FERIA
EL JUDIO
EL MESONERO
1° MENESTRAL
2° MENESTRAL
KARL, un idiota
KÄTHE
1ª PERSONA
2ª PERSONA
3ª PERSONA
4ª PERSONA
Empleado del juzgado
(Alguacil, médico, juez)
INTRODUCCIÓN
(Juego de luces y sombras, se ven figuras de soldados realizando instrucción
militar, sale un soldado a escena Woyzeck al lado el Suboficial. Todo con música
de introducción y transita...)
ESCENA I – En la barbería
El Capitán y Woyzeck
CAPITÁN: - Temo por el mundo, cuando pienso en la eternidad. Hay que estar
ocupado, Woyzeck, ocupado. Eterno, eso es eterno. Eso es eterno, eso lo
comprendes. Ahora no es eterno. Es un instante, sí, un instante. Me estremezco
cuando pienso... que el mundo da un giro en un día. Qué pérdida de tiempo.
¿Adónde nos lleva esto? No puedo ver una rueda de molino sin ponerme
melancólico.
Woyzeck, siempre con tantas prisas. Una buena persona con la conciencia
tranquila... no actúa así. Di algo.
-¿Qué tiempo hace?
CAPITÁN: Ya lo noto. Algo corre ahí fuera. ¿Parece que sopla un viento del
norte-sur?
CAPITÁN: ¡Ja, ja, ja! Norte-sur. ¡Ja, ja, ja! Eres tonto, tonto de remate. Woyzeck,
eres una buena persona. Pero no tienes moral. Moral es cuando uno actúa con
moral, ¿comprendes? Es una buena palabra. Tienes un hijo sin la bendición de
la Iglesia. Como dice nuestro capellán, "sin la bendición de la Iglesia". Dios no le
tendrá en cuenta a la criatura... que no recibiéramos el amén antes de concebirla.
WOYZECK: - Mi capitán, El Señor dijo: "Dejad que los niños vengan a mí".
CAPITÁN: - ¿Qué dices? Me confundes con esa respuesta. Cuando digo tú, me
refiero a ti, a ti.
CAPITÁN: - Bien, Woyzeck. Eres una buena persona. Pero piensas demasiado,
eso desgasta. Siempre con tantas prisas. Esta charla me ha dejado exhausto.
Vete ahora. Y no corras. Despacio, bien despacio calle abajo.
ESCENA II En el bosque
Woyzeck y Andrés
WOYZECK:- ¡Ssssh! Anda detrás de mí. Debajo de mí. Está hueco, ¿lo oyes?
Todo está hueco ahí debajo.
ANDRÉS: - ¿Qué?
ANDRÉS:- ¡Vámonos! ¿Oyes? Redoblan los tambores ahí dentro. Tenemos que
irnos.
ESCENA III
(Marie en la ventana con Margareth y Käthe)
(Pasa la retreta, el TAMBOR MAYOR a la cabeza)
MARGARETH: - Qué ojos tan risueños, vecina. Nunca la había visto así.
MARIE: - ¿Y qué? Lleve los suyos al judío y para que se los pula. Quizá les
saque brillo y pueda venderlos.
MARGARETH: - Señora, yo soy una persona decente. Pero usted les ha mirado
con el mayor descaro.
MARIE: - ¡Zorra! Ven mi niño. Qué digan lo que quieran. Cierto que eres sólo
un pobre hijo de puta, pero alegras a tu madre con tu carita de pícaro.
Canta: ¿Qué vas a haces niña ahora? Tú niño sin padre llora. Pues de nosotros
no cuida. Nada ni nadie en la vida. Cantaré de día y noche. Desoyendo el ruin
reproche. (Llaman a la puerta) ¿Quién va? ¿Eres tú Franz? ¡Entra!
WOYZECK: - Sí Marie
MARIE: - Franz
WOYZECK:- He de irme.
MARIE: -Enloquecerá de tanto pensar. ¿Por qué estás tan callado hijo? ¿Tienes
miedo? Está obscureciendo tanto que uno podría creerse ciego. Otras veces
entra la luz del farol. No lo soporto. Me dan escalofríos.
ESCENA IV
En el laboratorio de la Doctora
DOCTORA: -¡Pero mear en la pared, sí! ¡Lo tengo escrito, tengo el contrato en
la mano. Lo he visto con estos ojos! ¡He asomado la nariz por la ventana para
ver cómo estornudaba! No, Woyzeck. No me enfado. Enfadarse no es sano ni
científico. Estoy tranquila. Muy tranquila. Mi pulso sigue siendo de 60.Y te lo digo
con la mayor frialdad. Dios me libre de enfadarme a causa de una persona. Si
fuera por una cobaya que se le muere a uno... Pero, Woyzeck, no debiste orinar
en la pared.
WOYZECK: - ¿Ha visto alguna vez la naturaleza doble? Cuando el sol está en
lo alto, como si el mundo fuera a arder, me ha hablado una voz aterradora
WOYZECK: - Las hongos, doctora, las hongos. ¿Ha visto qué figuras forman en
el suelo? Ojalá pudieran leerse.
WOYZECK: - Sí señora.
ESCENA V
Plaza, barracas. Luces
Un viejo. Un niño (Bailando)
VIEJO: - Nada dura en esta vida. Al final todos moriremos, Eso es cosa bien
sabida.
WOYZECK: - Si ¡Así se baila! ¡Pobre hombre, que viejo! ¡Pobre niño, que joven!
Venga, Marie, ¿quieres que te lleve? Un hombre tiene que… para poder comer.
¡Mundo! ¡Hermoso es el mundo!
CHARLATAN DE FERIA: - Señoras y señores, acérquense. Damas y caballeros
vean mi espectáculo. La criatura y el arte. Vean la criatura y tal y como la creó
Dios. Nada, nada de nada. Vean ahora el arte. Camina erguido. Lleva casaca,
pantalones y sable. El mono es un soldado, el escalón más bajo del género
humano. Haz una reverencia. Compórtate. Cuidado… Señoras y señores,
compren su entrada para ver al caballo astronómico. En la carpa anímense.
WOYZECK: - ¿Quieres?
WOYZCECK: - Sí… un gato grande y negro con ojos de fuego. ¡Ay, qué noche!
MARIE: - ¡Ah! Eso tengo que verlo. (Se encarama en el primer asiento. El
Tambor Mayor le ayuda)
SUBOFICIAL: - Tal y como lleva la cabeza, se creería que la melena negra tira
de ella hacia abajo como una pesa, y esos ojos negros…
TAMBOR MAYOR: - Como quien mira en lo hondo de un pozo o al fondo de una
chimenea. ¡Venga a seguirla!
ESCENA VI
Cuarto de Marie
MARIE: - Camina un poco, que te vea el pecho, como uno toro; las garras de
un león. Nadie te iguala. Soy la más orgullosa entre todas las mujeres.
MARIE: - ¡Déjame!
ESCENA VII
El patio de la Doctora
DOCTORA: - ¡Ánimo! Woyzeck, unos días más y listo. Woyzeck mueve las
orejas para los señores; tenía ganas de enseñárselo. Dos músculos actúan en
él. ¡Allons, adelante!
DOCTORA: - Bestia. ¿Tendré que moverte yo las orejas?, ¿quieres hacer con
el gato? (Woyzeck mueve las orejas)
Lo ven señores, es la transición al asno, debida a la educación femenina y de la
lengua materna. ¿Cuántos pelos te arrancó tu madre cariñosamente, como
recuerdo? Has perdido mucho desde hace unos días; sí, son los guisantes,
señores.
ESCENA VIII
Alcoba
(MARIE canta y baila con un espejo en la mano se mira en él. En escena Karl y
Christian)
MARIE: - ¡Cómo brillan las piedras! ¿Qué piedras serán? ¿Cómo ha dicho?...
Duerme, niño. Cierra los ojos, quédate así, calladito o te llevara.
(Canta)
Niña cierra las ventanitas;
Sino, viene un gitanillo
Que te llave de la mano
Al país de los gitanos.
MARIE: - Seguro que es oro. Los pobres sólo tenemos un rinconcito en el
mundo y un trocito de espejo. Aun así, tengo los labios rojos como las señoras,
con sus grandes espejos y sus caballeros que le besan la mano. Solo soy una
pobre mujer. Duérmete mi niño, cierra los ojos. Mira como corre por la pared el
angelito del sueño, (refleja con el espejo la pared). Cierra los ojos o te mirará y
te quedarás ciego.
CAPITÁN: - Una buena persona no va con tantas prisas. Escúcheme por favor
doctora, permítame salvar una vida humana. Doctora me siento melancólico,
como exaltado. Me pongo a llorar cuando veo mi casaca colgada en la pared.
CAPITÁN: - ¡Ey Woyzeck!, ¿adónde vas con esas prisas? Ven un momento aquí
Woyzeck. Va por la vida como una navaja abierta. Uno podría cortarse. Corres
como si tuvieras que afeitar a un regimiento de casacos, y fueras a ser ahorcado
un cuarto de hora después de cortar el último pelo. A propósito de barbas largas.
(Dirigiéndose a la doctora) ¿Qué quería decir. Una barba larga bajo el mentón…
CAPITÁN: - Sí, las barbas largas… Woyzeck. ¿No has encontrado un pelo en la
sopa? ¿Me has comprendido?
(MARIE, WOYZECK)
WOYZECK: - Pasa mucha gente por la calle. Y tú hablas con quien quieres.
¿Se ha arrimado así? ¿Así? ¿Y te ha cogido así? Ojalá hubiera sido él ¿Cómo
puede el pecado mortal ser tan hermoso?
MARIE: - Desde el día que es día y el mundo, mundo, muchas personas pueden
estar en un sitio, una detrás de otra.
WOYZECK:- No dejas los labios en casa. Qué pena, son tan hermosos. A las
avispas les gusta posarse en ellos.
WOYZECK: -¡Zorra!
WOYZECK: - ¡Andrés!
ANDRÉS: - ¡Sí!
WOYZECK: - Debo ir, debo verlo. Tengo que salir al aire libre, que calor hace
aquí.
PRIMER MENESTRAL: - Llevo una camisa tan pestilente. Como mi alma que
apesta a aguardiente…
ANDRÉS: - (A coro):
Cazar es mi alegría.
En la verde campiña.
¡Cazar es mi alegría!
WOYZECK: - Él, ella. No pares, no pares. Dad vueltas, revolcaos. ¿Por qué Dios
no apaga las velas de un soplo para que todos se revuelquen en la lujuria? A
pleno día, delante de todos, como las moscas. No pares, no pares. Ese tipo,
cómo la soba.
(Viento)
WOYZECK: - ¡Sigue! ¡Sigue! Silencia. Música (Se aplasta contra el suelo) ¿Eh?,
¿qué decís? Más alto, más alto. Mata, mata, apuñala, a esa zorra ¿Debo? ¿He
de hacerlo? También lo oigo por ahí ¿Lo dice también el viento? No dejo de oírlo,
no pares, apuñálala, apuñálala
ESCENA XIV
Fonda
EL MESONERO: - ¡Separaos!
(LOS SEPARAN)
UNO: - Ese ya ha recibido lo suyo.
ESCENA XV
En el cuartel (Noche)
WOYZECK: - Luego dice: “Apuñálala, apuñálala”. Y siento entre los ojos como
un cuchillo.
KARL: (Tumbado, contándose cuentos con los dedos) Éste tiene una corona de
oro, es el rey. Mañana me llevaré al hijo de la reina. La morcilla dice: ven
salchichón. (Coge al niño y se calla).
(WOYZECK. EL JUDÍO)
ANDRÉS: - Gracias
MARIE: - No puedo
(Llega Woyzeck)
WOYZECK: - ¡Marie!
MARIE: - ¿Adónde?
MARIE Y WOYZECK
MARIE: - Bueno, por allí se vuelve a la ciudad. Esto está muy oscuro.
WOYZECK: - Nada.
MARIE: - ¿Qué vas a hacer Franz?, ¡estás pálido! ¡Detente Franz! ¡Por el amor
de Dios! ¡So-Socorro!
WOYZECK: - ¡Toma esto! ¡Y esto! ¿No sabes morirte? ¡Así! ¡Así! Ah, todavía se
estremece. ¿Aún no estás muerta?, ¿aún no?, ¿aún no? (Apuñalándola) ¿Estás
ya muerta? ¡Muerta! ¡Muerta!
ESCENA XXI
Llega gente
(BOSQUE)
WOYZECK: - Así el diablo se lleva a uno deja suelta a la otra. Tú también estás
ardiendo. ¿Por qué Käthe? Tú también te enfriarás. ¡Marie! Sé razonable. ¿Es
qué no sabes cantar?
(Woyzeck solo)
WOYZECK: - ¿El cuchillo? ¿Dónde está el cuchillo? Lo dejé aquí ¡Me delatará!
Más cerca, aún más cerca ¿Qué sitio es este? ¿Qué oigo? Algo se mueve.
Silencio. Ahí cerca. ¿Marie? ¡Ah, Marie! Silencio. Todo en silencio. ¡Ahí hay algo!
Frío, húmedo, silencioso. He de irme de aquí. El cuchillo, el cuchillo, ¿lo tengo?
¡Sí! Gente. Por allí (Se va corriendo)
ESCENA XIV
Woyzeck junto a la laguna
WOYZECK: - ¡Así al fondo! (Arroja el cuchillo al agua) Se hunde en el agua
oscura, como una piedra. ¡La luna es como una daga ensangrentada! ¿Pero es
que el mundo entero quiere delatarme? No, está demasiado cerca si se bañan
(Se mete en la laguna y lo arroja más adentro) Ahora sí. Pero en verano cuando
se metan a buscar conchas… ¡Bah!, estará roñoso. ¿Quién va a reconocerlo?
¡Tendría que haberlo roto! ¿Aún estoy manchado de sangre? He de lavarme.
Aquí tengo una mancha y aquí otra
ESCENA XV
Calle
TERCERA PERSONA: - ¡Vamos!
FIN
ESCENA I
ESCENA II
ESCENA III
La orquesta militar pasa por la calle marchando. Marie saluda con la mano al
Tambor Mayor, lo cual es advertido por su vecina. Woyzeck visita a Marie y al
niño. Habla de un modo enigmático y Marie no parece entenderlo.
ESCENA IV
ESCENA V
ESCENA VI
ESCENA VII
ESCENA VIII
ESCENA X
ESCENA XI
ESCENA XII
Los soldados se divierten, las mujeres bailan con los hombres. Entre ellos se
hallan también Marie y el Tambor Mayor. Woyzeck reconoce a la pareja y queda
perplejo.
ESCENA XIII
Woyzeck oye voces que le exhortan a que mate a Marie: "apuñala a la zorra
(Marie), mátala".
ESCENA XIV
ESCENA XV
Por la noche Woyzeck intenta contarle a Andrés que oye voces que le ordenan
matar, pero Andrés solo quiere dormir y no le hace caso.
ESCENA XVI
ESCENA XVII
ESCENA XVIII
Woyzeck le comunica a Andrés quién debe recibir sus pertenencias tras su muerte. Este
no repara en su estado mental y supone Woyzeck padece una simple fiebre que se
puede curar con medicamentos. "Franz, debes ir a la enfermería. Tienes que beber
aguardiente con polvos; eso matará la fiebre."
ESCENA XIX
Marie está sentada con Karl, el idiota, le pide que cante pero ésta decide contarle
un cuento alterándolo a modo de anti-cuento con un final desgraciado. Woyzeck
llega y le pide a Marie que le acompañe.
ESCENA XX
ESCENA XXI
ESCENA XXII
ESCENA XXIII
ESCENA XXIV
ESCENA XXV
ESCENA XXVI