Musica Argentina y Leyendas

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MUSICA ARGENTINA

La música de Argentina, por su gran extensión territorial y su amplia diversidad


demográfica, se caracteriza por una considerable variedad de su cultura musical, 1
destacándose el tango, la música de proyección folklórica, el rock «nacional»,
el bolero, la balada romántica, la cumbia, el cuarteto, la electrónica, así como
la música y ballet clásicos.

Tango
A partir de 1860, con la incorporación de corrientes de inmigrantes europeos
(principalmente de italianos y españoles), su música se enriquece. El tango es un
estilo musical y un baile nacido en los arrabales porteños y montevideanos, con
difusión internacional. En tiempos iniciales se interpretaba con violín, guitarra y
flauta, pero hacia 1900 ésta fue reemplazada por el bandoneón, traído por los
inmigrantes alemanes.13
Suelen distinguirse tres períodos en la historia del tango:14

 Guardia Vieja, desde sus orígenes hasta 1920.


 Guardia Nueva, desde 1920 a 1955.
 Nuevo Tango, desde 1955 en adelante, dirigido por Astor Piazzolla.
Se destacan en la Guardia Vieja: El Negro Casimiro o Casimiro Alcorta y Ángel
Villoldo.
En las primeras décadas del siglo XX surgieron nuevos artistas de tango o Guardia
Nueva, entre ellos: Guillermo Barbieri, Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, quienes el
19 de marzo de 1935 grabaron Por una cabeza en la ciudad de Nueva York. Otros
cantautores de tango de la época fueron José María Aguilar Porrás y Ángel
Domingo Riverol, los cinco cantautores y músicos fallecieron el 24 de junio de
1935 en el Accidente aéreo de Medellín.
La danza fue un elemento esencial para la difusión del género y se desarrolló
sobre dos vertientes: la de ritmo alegre, veloz y vivaz; y la triste, sentimental y
reconcentrada. En esta segunda etapa cobró importancia la letra, a la que daba su
impronta personal cada cantante. Entre los más destacados brilló Carlos Gardel,
"el zorzal criollo", incuestionable divulgador del tango.15
Entre los años 60 y 70, las preferencias populares se orientaron hacia otros
géneros. Sin embargo, el tango conoció un momento de especial fecundidad con
variantes modernas como las del Sexteto Mayor, el Cuarteto de Colángelo y
especialmente con Astor Piazzolla.
Carlos Gardel el máximo ícono del Tango nacional y mundial.

Rock nacional
El rock nacional argentino tiene un amplio desarrollo desde finales de los años
1960 y una fuerte influencia en el rock iberoamericano cantado en
español ampliamente conocido en todo el continente.
Iniciada la década del 60, la Argentina fue sacudida musicalmente por el
fenómeno "beatle" y algunos grupos locales procedieron a imitarlos. Sin embargo,
hubo talentos que encontraron su expresión propia. El éxito de ventas del primer
LP de rock nacional grabado por Los Gatos, dio cuenta de que ya había en el país
un público para el género y con Almendra (banda) y Manal, quedó configurada a
comienzos de los 70 la trilogía fundacional. A esta etapa pertenece también el
dúo Sui Géneris, que impuso sus temas acústicos, hoy verdaderos clásicos.

Cumbia
La cumbia se introdujo en el país a mediados de los 1980 y comienzos de
la década de los 90', también llamada «movida tropical» o «bailanta», con un ritmo
más simple que el modelo original colombiano. Sin embargo, en la década de los
70' ya se encontraba en Argentina un ritmo establecido con el estilo
del vallenato y guaracha que logró mezclar estas tres y formar la cumbia
Argentina. El grupo que se conoce como pionero de este género musical por
popularidad es Los Palmeras, fundado en 1969, a este le siguen agrupaciones
como Los Wawancó, establecido en 1955, también Los Bambacoa creado en
1962.18

Murga
La murga es otro género significativo de la cultura urbana, fuerte expresión de los
sectores populares en los carnavales. Su origen es incierto, aunque se inscribe en
la tradición carnestolendas del exceso y la liberación de los cuerpos, acrisolada
con el candombe (surgido en el Río de la Plata y patrimonio de los esclavos
traídos desde África).

Cuarteto
El cuarteto, como expresión de la cultura popular ha tenido una importante
expansión en los últimos tiempos, ya no solo entre los sectores de menos
recursos, sino también por los miembros de toda la sociedad en general en
ámbitos festivos. Una variedad del cuarteto, que es fusionado con
el merengue dominicano, es el merenteto, muy escuchado en la Provincia de
Córdoba.

Música de los pueblos originarios


Los pueblos originarios todavía conservan su música, 3 aunque con posibilidades
escasas de difusión masiva. La tradición oral de chiriguanos, chorotes, mapuches,
pilagás, tehuelches, tobas, wichíes –entre otras comunidades originarias– ha sido
recopilada con trabajos de campo desde el año 1931 por parte de investigadores
del Instituto Nacional de Musicología "Carlos Vega".

Música folklórica
inspirada en los géneros rurales tradicionales. La música folklórica argentina tiene
características regionales diferenciadas: en la música litoraleña predominan
géneros como el chamamé y la chamarrita; en el folklore surero-patagónico,
predominan géneros como la milonga, el triunfo y el malambo; en el
folklore cuyano predomina la cueca y la tonada; en el folklore norteño predominan
las chacareras y las zambas; y en el folklore del noroeste andino, predominan
los carnavalitos, sayas y taquiraris. Entre los intérpretes y compositores se
destacan Ariel Ramírez, Los Fronterizos, Los Chalchaleros, El Dúo
Salteño, Atahualpa Yupanqui, Suma Paz, Mercedes Sosa, Ramona
Galarza, Soledad Pastorutti y Los Nocheros se encuentran entre los exponentes
más importantes de estos géneros. Entre los varios encuentros de música
folklórica se destacan el Festival de Cosquín en Córdoba y el carnaval jujeño.

La cantante tucumana Mercedes Sosa, una de las máximas exponentes del


llamado «folklore argentino».
LEYENDAS ARGENTINAS

1. Leyenda del Gauchito Gil


Existe una imagen religiosa muy popular en Argentina, que cada año es
venerada por miles de devotos: Gauchito Gil. Sobre la figura de Antonio
Plutarco Cruz Mamerto Gil Núñez, alias Gauchito Gil, han tenido lugar
diferentes narraciones.

Cuenta la leyenda que, Antonio Mamerto Gil Nuñez, era un gaucho con un
inmejorable dominio del falcón. Su mirada imponía a sus adversarios.

Era un peón rural que participó en la Guerra de la Triple Alianza, y sufrió las
consecuencias de la lucha entre hermanos. Luego batalló contra los federales,
cuando fue alistado como integrante de las milicias.

Un buen día, el dios guaraní Ñandeyara se manifestó en sus sueños y le advirtió:

—No quieras derramar sangre de tus semejantes.

Desde ese momento, el Gauchito abandonó el ejército. Su deserción lo condujo


hacia su sentencia de muerte. También, fue perseguido por conquistar a una mujer
que había sido cotejada por un comisario local previamente.

Gauchito Gil fue capturado y colgado a un árbol de espino. Se cuenta que, antes de
su ejecución, Gauchito Gil le dijo a su ejecutor:

—Reza en mi nombre por la vida de tu hijo.

Cuando el verdugo regresó a su casa, descubrió que su hijo estaba muy enfermo.
Entonces, hizo caso a las palabras de Gil, y rezó en su nombre. De repente, su
retoño se curó.

Después de este suceso milagroso, el homicida de Gil rindió culto a su cuerpo.


Entonces, se construyó un santuario que es visitado por muchos de sus devotos.
2. Difunta Correa
En Vallecito, una localidad de la provincia de San Juan, existe un lugar de
culto llamado Santuario de la Difunta Correa, un sitio de devoción, donde
acuden cada año las personas para venerarlo.

Aunque se desconoce la existencia de Dalinda Antonia Correa, aun hoy, se


cuenta una historia legendaria sobre quién fue y cuál fue el origen de su
santuario.

Cuenta la leyenda que, en la provincia de San Juan (Argentina), al inicio del siglo
XIX, vivía una muchacha llamada Deolinda. La joven estaba casada con Clemente
Bustos, a quién reclutaron a la fuerza para participar en las guerras civiles
desatadas.

Entonces, Deolinda se quedó con su hijo lactante. Una madrugada, la mujer decidió
huir hacia La Rioja junto a su pequeño para buscar a su esposo.

La muchacha anduvo por valles y quebradas, atravesó arenales con escasas


provisiones de agua y comida. Tras la larga caminata, Deolinda quedó sin
suministros que tomar y acercó a su hijo al pecho para amamantarlo. La joven se
tendió en el suelo de un valle, donde falleció.

Al día siguiente, encontraron su cuerpo junto al bebé que, gracias a la leche


materna, seguía con vida. En aquel lugar, conocido como Vallecito, enterraron su
cuerpo que a día de hoy es un Santuario.

3. El Futre
En torno a las ruinas abandonadas por las que circulaba un antiguo tren que
unía Mendoza con la ciudad de Los Andes, ha pasado de generación en
generación una misteriosa historia.

Dice la leyenda que, en Mendoza, a principios del siglo XX, y durante la


construcción del Ferrocarril Trasandino, ocurrió un hecho insólito.

Allí se pudo ver durante días a un hombre muy elegante que vestía de negro, de
procedencia inglesa, encargado de hacer los pagos a los obreros. Una noche, fue
asaltado y asesinado por unos maleantes de la zona.
Cuenta la narración que, desde entonces, su espíritu transita por las montañas de
Mendoza y aparece en las noches preguntando por el dinero que le robaron.
Después, desaparece en la oscuridad.

4. Leyenda del Cerro de los Siete Colores


El aspecto del Cerro de los Siete Colores, en Purmamarca, tiene también su
justificación fantástica, una leyenda que ha permanecido a lo largo del tiempo
entre sus pobladores.

Dice la narración que en un pueblo llamado Purmamarca, de la provincia de Jujuy,


los paisajes siempre se veían apagados y tediosos.

Un día, unos niños del lugar le preguntaron a sus padres qué podrían hacer ellos
para alegrar el paisaje. Aunque ellos no supieron qué responder, los jóvenes
decidieron darle una solución al asunto. Para ello, reunieron toda la pintura de
color que iban encontrando y, durante las noches, subían al cerro y lo pintaban. Así
hicieron durante siete noches consecutivas.

La séptima noche, sus padres se despertaron y, al ver que sus hijos no estaban en la
casa, salieron en su búsqueda. Junto a ellos, iba un grupo de vecinos de la
localidad, quienes también buscaban a sus retoños. Pronto, miraron todos al cerro
y, para su sorpresa, vieron como el insulso cerro se había convertido en un hermoso
lugar pintado de siete alegres colores.

Desde entonces, el cerro da vida y alegra a todos los habitantes de Purmamarca.

5. Leyenda de la nativa Mariana


Esta narración pretende dar una explicación a cómo surgió el nombre de esta
villa. Mariana es un personaje que, incluso, tiene su propia escultura en una de
las plazas de Pocito.

Cuenta la leyenda que, en lo que hoy se conoce como Pocito, vivió hace mucho
tiempo una mujer llamada Mariana. Ella, siempre que iba a comprar, pagaba con
unas pequeñas piedras de oro, y los pobladores le preguntaban de dónde las había
sacado. Ella siempre respondía que las conseguía de un “pocito”.

Mariana siempre iba acompañada de su perro protector. Un día, unos malhechores


quisieron perseguirla para robarle las piedras y descubrir en dónde quedaba ese
“pocito”. Para la sorpresa de los ladrones, el perro de Mariana les mostró sus
colmillos y huyeron atemorizados. Cuentan que escucharon la carcajada de la
mujer, a la cual jamás volvieron a ver por allí. Tampoco descubrieron el origen de
esas misteriosas piedras.

6. Leyenda de las cataratas del Iguazú


En la provincia de Misiones se encuentra en maravilloso paraje de las
Cataratas del Iguazú. Sobre su origen se han formado historias como esta,
donde la trágica relación de amor entre dos jóvenes da lugar a un hermoso
salto de agua.

Dice la narración que hace mucho tiempo, los guaraníes habitaban en las orillas del
río Iguazú. Allí también moraba el dios Boi, quien se encargaba de proteger a la
tribu.

Un buen día, la deidad conoció a Naipí, la hija del señor de la aldea. Pronto, se
obsesionó con la joven y pidió su mano al padre de esta. El cacique aceptó sin
consultarlo con Naipí.

La muchacha estaba enamorada de Tarobá, un joven de relativo a otra tribu del sur.
Así, el día de la boda, planearon escapar juntos.

En la ceremonia, mientras los invitados estaban distraídos, la muchacha consiguió


escapar en busca de su amado, quien la esperaba en una canoa. En cambio, Boi la
persiguió y, furioso, alzó la tierra haciendo que una parte del río se elevara sobre la
otra. Así formó una gran catarata que separó a Naipí y a Tarobá. No conforme con
esto, Boi convirtió al muchacho en un árbol y a la joven en una piedra, situada en el
centro del río.

Después, el dios se guardó en una cueva para vigilarlos eternamente e impedir su


unión.

Cuentan que, desde entonces, en días de lluvia y sol intenso, sale el arcoíris que une
por un instante el árbol y la piedra. De esa forma, los jóvenes se unen.

7. Luz mala
El folclor argentino también tiene grandes historias de terror. Este mito es uno
de los más extendidos, especialmente por el noroeste del país, y cuenta con
diferentes versiones.

Narra la historia que existe una luz que puede aparecer en el campo en las noches
muy oscuras. Este intenso resplandor emerge desde el suelo y puede permanecer
en el mismo lugar o desplazarse. Cuentan que, incluso, puede perseguir a quien la
percibe.

En ocasiones, se identifica como un “alma en pena”, la de alguien que no fue


sepultado.

En otras versiones de la leyenda, se cuenta que esta luz tiene la misión de proteger
objetos metálicos y tesoros de oro y plata enterrados. En cualquier caso, nadie
nunca se atreve a excavar en el sitio de donde sale la luz.

8. El Lobisón
Esta narración tiene como protagonista a uno de los seres más conocidos de
la mitología guaraní. Es una historia muy extendida en Argentina y Paraguay,
y que recuerda, en parte, al ser legendario del hombre lobo, popular en
Europa.

Cuenta esta historia guaraní que Lobisón, el séptimo hijo de Tau y Karana, fue el
damnificado de una maldición caída sobre sus padres. Pues, en las noches de
viernes de luna llena, Lobisón se convierte en una criatura con aspecto mitad perro
y mitad hombre.

Durante su cambio, la criatura comienza sintiendo mucho dolor. Entonces, se


aparta a un lugar del monte donde no sea visto por nadie. Después, se levanta del
suelo transformado en un perro enorme, oscuro y de ojos rojos. Entonces, se pone a
caminar en la oscuridad hasta que amanece.

Su presencia atemoriza a los perros, quienes no paran de ladrar y aullar. Suele


dirigirse al campo santo, donde se alimenta de restos de difuntos. El hechizo del
Lobisón desaparece con su propia sangre, cuando sufre un corte.

9. La Telesita
Existen leyendas forjadas alrededor de misteriosas figuras, de incierta
existencia.

En este caso, esta narración, extendida en Santiago del Estero, se basa en el


personaje real de Telésfora Castillo, una muchacha dedicada a la danza que
pudo haber vivido hacia el siglo XIX. A día de hoy, su persona se ha convertido
en una especie de “alma milagrosa” que tiene el poder de “devolver” las cosas
extraviadas.
Dice la leyenda que Telésfora Castillo o Telésfora Santillán era una muchacha
originaria de Santiago del Estero. La joven adoraba la danza y tuvo una trágica
muerte, cuando murió abrasada por las llamas.

Una de las versiones, cuenta que la muchacha que, fascinada por el sonido de una
caja, se puso a bailar alrededor de una fogata. Tuvo la mala suerte de que su vestido
se prendió y ella quedó carbonizada.

Cuentan que su alma es milagrosa y, entre otros dones, tiene la capacidad de hacer
aparecer lo extraviado. Esto sucederá si el interesado hace una especie de ritual
denominado como telesiada, en el que predomina el baile.

10. Uritorco y Calabalumba


En la provincia de Córdoba existe un cerro llamado Uritorco. Al lado de este,
transcurre el río Calabalumba, dando lugar a un hermoso paraje.

Este mito argentino trata de dar una explicación a cómo se formaron ambos.
En él se esconde una historia de amor imposible que se funde con la
naturaleza.

Cuenta la narración que, hace muchos años, en un lugar situado en lo que hoy se
conoce como la provincia de Córdoba, vivió un joven indio que se enamoró de una
joven a primera vista. La muchacha le correspondía, pero prefirió huir, ya que su
padre era un hechicero que no aceptaría su relación.

El muchacho la buscó sin descanso hasta que, por fin, consiguió citarse con ella
para escapar juntos. Sin embargo, el padre de la joven se convirtió en una figura
demoníaca que los perseguía sin cesar.

Finalmente, los jóvenes enamorados no lograron esquivar la maldición. Ambos se


transformaron: él en el cerro Uritorco; ella en el río Calabalumba,

De esta forma, su amor perduró por siempre, dando lugar a un hermoso paisaje
natural.

11. El Nahuelito
En la Patagonia argentina se ubica el lago Nahuel Huapi. Desde tiempos
anteriores a la conquista de América se extiende un relato en torno a la
posible existencia de una figura que habita allí, como Nessie en el lago Ness.
Dice la narración que, en el lago Nauel Huapi (Bariloche), vive un misterioso ser
acuático. Esta figura se ha descrito por algunos pobladores como una enorme
criatura que sale del agua por las noches y cuyas pisadas son como las de un pato
grande.

El Nahuelito, así ha sido apodado, se alimenta de la carne de la vaca, ya que es


carnívoro.

12. Leyenda de la ciudad de Esteco


En la provincia de Salta existe una leyenda sobre una ciudad desaparecida
llamada Esteco. Una urbe rica y próspera, cuya existencia ha sido investigada
durante años por historiadores y arqueólogos.

Esta narración tiene un carácter aleccionador, puesto que pone de manifiesto


las consecuencias de la soberbia, la holgazanería y la mezquindad.

Cuenta la leyenda que, hace muchos años, existió una ciudad ubicada en la zona de
Salta. Los habitantes del lugar poseían muchas riquezas, hasta las herraduras de los
caballos eran de plata. En cambio, sus habitantes se pasaban los días vagueando y
faltando a los más desfavorecidos.

Un buen día, el Sacerdote de turno les advirtió que, de no cambiar sus rutinas, la
ciudad de Esteco sufriría las consecuencias de un terremoto. Así, como sus
pobladores seguían con sus hábitos, la ciudad terminó destruida por un brusco
seísmo.

13. Leyenda del volcán Lanín


Al sur de Argentina, en la provincia de Neuquén, se alza el imponente Volcán
Lanín. Durante años, ha sido considerado un lugar sagrado para los
mapuches. Por eso, en torno a él han surgido mitos como este, donde un dios
es el encargado de protegerlo. Esta narración pretende dar explicación a por
qué ha permanecido apagado durante años.

Dice la narración que, hace mucho tiempo, la cumbre del volcán Lanín estaba
protegida por un pillán, un espíritu encargado de defender la naturaleza de los
desastres provocados por el ser humano.

Un buen día, algunos integrantes de la tribu Huaiquimil fueron a cazar por la zona.
El pillán los estaba observando y, al ver que cazaban animales, enfureció tanto que
el volcán entró en erupción.
Los habitantes de lugar, atemorizados, acudieron al hechicero de la tribu, quien
averiguó cuál sería la solución para tranquilizar al pillán: ofrecer la vida de la hija
menor del cacique de la tribu. La joven se llamaba Huilefún, era una muchacha
muy querida por todos.

El joven Quechuán, el más valiente de la tribu, debía llevarla hasta la cima. La


muchacha, resignada, aceptó dar su vida para salvar a su pueblo.

Quechuán acercó a la joven al lugar cargándola sobre sus hombros. Pronto, un


cóndor agarró a la Huilefún con sus garras y la elevó hasta lanzarla al interior del
cráter. Finalmente, una nevada copiosa apagó el volcán.

Cuentan que, desde ese momento, Lanín permanece callado, ocultando a la bella
muchacha en su interior.

14. Leyenda de la Piedra movediza de Tandil


En la ciudad de Tandil, en la provincia de Buenos Aires, se situó durante años
una gran roca de granito. Esta se encontraba al borde de un cerro, logrando
permanecer en equilibrio hasta el 29 de febrero de 1912, cuando se precipitó
al vacío. Esta historia trata de dar una explicación a cómo llegó la piedra a
ubicarse allí.

Cuenta la narración que, en tiempos muy lejanos, los habitantes del Sistema de
Tandilia creían que el Sol y la Luna habían creado la Tierra y, más tarde, al hombre.

Desde entonces, el Sol y la Luna eran adorados como dioses.

Un día, los pobladores notaron que el Sol se iba apagando y apenas daba luz.
Pronto, se percataron que en el firmamento había un Puma que, celoso por la
adoración que los hombres mostraban a su dios, estaba apresando al Sol.

Al enterarse de esta situación, los pobladores se alertaron y prepararon flechas que


lanzaron sin cesar al cielo. Finalmente, una flecha alcanzó al Puma, que se
desplomó al suelo agonizando. La Luna quiso aminorar su dolor y le arrojó piedras
para cubrirlo. De esta manera, se formaron las Sierras del Tandil. También, el Sol
volvió a recuperar su brillo.

Dice la leyenda que, en la punta de la flecha que traspasó el cuerpo del Puma, cayó
una enorme piedra de granito que se posó por años en equilibrio en lo alto del
cerro. Desde entonces, cada vez que salía el Sol el Puma se enojaba tanto que la
piedra se movía.
15. La leyenda del Hornero
El Hornero es un ave que se extiende por diferentes hábitats de América del
Sur.
En Argentina se ha divulgado un conocido mito, de origen guaraní, en el que
el surgimiento de este reconocido pájaro se debe a una historia de amor.

Cuenta la historia que, un cazador llamado Yahé se acostó a dormir tras una dura
jornada. Reposó durante un rato a la orilla del río.

Al despertar, ya por la noche, se encontró con la hija del cacique de la tribu. Ambos
jóvenes se miraron y, al instante, se enamoraron.

Al ser la hija del cacique, había una antigua tradición para quienes desearan
obtener su mano: participar en una competencia durante las fiestas de la cosecha.

Yahé no dudó en participar, pero había muchos contrincantes.

Tras dos pruebas muy duras, Yahé y otro muchacho llamado Aguará competían en
la prueba final. En ella, el cacique y los ancianos del pueblo los enrollaron en cueros
de yaguareté mojados y los ataron a cuatro estacas. Los aspirantes tenían que
permanecer quietos durante nueve días, sin apenas alimento.

Aguará aguantó tres días y se rindió. Al llegar el noveno día, quitaron los cueros
que cubrían el cuerpo de Yahé, el ganador. En cambio, todos quedaron atónitos al
descubrir que su cuerpo estaba encogiendo hasta que se convirtió en un hornero.
De repente, el pájaro voló hasta posarse en un árbol, donde construyó un nido.

Al enterarse de la noticia, la joven le pidió al dios Tupa, que la convirtiera en


pájaro. Así fue como los amantes se encontraron, convertidos en una nueva especie
de ave: los horneros.

16. Leyenda del Ceibo


El ceibo está considerada la flor nacional argentina. Existe un hermoso mito
que da explicación al origen de este árbol autóctono de Sudamérica. Anahí es
la protagonista de esta narración, una muchacha que fue quemada y que dio
lugar a este árbol tan conocido.

Dice la leyenda que, la joven Anahí, la menor de sus hermanos, formaba parte de la
tribu de los guayaquí. Vivía a las orillas del río Paraná.
Anahí era una muchacha poco agraciada, pero tenía una voz preciosa con la que
alegraba a su gente cantando. Hasta los pájaros cesaban su canto para escucharla y
el río calmaba sus bravas aguas.

A la llegada de la primavera, una tribu peligrosa llegó al lugar para combatir con los
pobladores. En la disputa, Anahí vio morir a sus hermanos y a su padre. Entonces,
la muchacha peleó con valentía. Cuentan que los enemigos no podían apresarla con
facilidad y decidieron utilizar tiras de cuero para amarrarla.

Anahí pasó días y días llorando. Hasta que, una noche sin luna, la muchacha
aprovechó que un guardián dormía para escapar. Atravesó la selva, pero, pronto, el
vigilante despertó y la encontró.

La joven y el centinela lucharon hasta que Anahí le clavó un puñal. La muchacha no


logró escapar de otros guardias, que la ataron a un árbol y la sentenciaron a morir.
Prendieron una hoguera alrededor del árbol, y Anahí comenzó a cantar. Su dulce
melodía hacía que el fuego la protegiera.

Al amanecer, se encontraron con un nuevo árbol con flores de color rojo y con
ramas de espinas. Así es como surgió el Ceibo.

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