Ficha N 6 Enfrentemos La Discriminación en El Perú
Ficha N 6 Enfrentemos La Discriminación en El Perú
Ficha N 6 Enfrentemos La Discriminación en El Perú
¡ENFRENTAMOS LA DISCRIMINACIÓN!
Se suele decir que las y los adolescentes son el futuro del país, sin embargo, también son el
presente, ya que, en gran parte, de sus actitudes depende que nuestra sociedad cambie.
Es por eso que nuestro deber es involucrarnos en los asuntos públicos y, más aún, estando
celebrando el bicentenario de nuestra independencia. Una forma de involucrarnos es
poniendo nuestras ideas en acción, es decir, identificando un problema y proponiendo
soluciones. Así podremos contribuir para solucionar los asuntos públicos que afectan a
nuestro país.
¿QUÉ ES LA DISCRIMINACIÓN?
DISCRIMINACIÓN
“Es una conducta, culturalmente fundada, y sistemática y socialmente extendida, de desprecio
contra una persona o grupo de personas sobre la base de un prejuicio negativo o un estigma
relacionado con una desventaja inmerecida, y que tiene por efecto (intencional o no) dañar sus
derechos y libertades fundamentales”.
ESTEREOTIPO
Es un conjunto de creencias asumidas como reales por una sociedad acerca de las
características de grupos o tipos de personas. Implican muchas veces la exageración de
sus rasgos o características, para concluir luego que “todos son así”.
En el Perú discriminamos sutilmente y solo asumimos que una actitud es ofensiva si se
expresa de forma intencional o violenta. Sin embargo, el humor o hasta frases que
consideramos “halagadoras” pueden contener elementos discriminatorios.
Entonces… ¿qué es la discriminación? Es el acto de excluir, de limitar a alguien. Y, en contextos
como el que vimos en nuestra historia, también significa dar un trato desigual por motivos de
diverso orden: de género, religiosos, o como en nuestra historia, étnico-raciales. Esto expresa
una consecuencia atroz: considerar que alguien tiene una predisposición inherente a ser, vivir,
actuar, expresarse de una manera en particular y no necesariamente de otra. Ante esto hay
quien pudiera pensar: “¿Pero no es problema del otro que se limita quizá porque tiene baja
autoestima?”. La respuesta es no. No lo es cuando se vive en una sociedad que,
sistemáticamente, desde la vida cotidiana, en boca de políticos e incluso desde los medios de
comunicación, pretende hacernos creer que hay personas predispuestas a ser de un modo por
factores esenciales: “por su raza”, “por su gen”. Estas ideas, por lo tanto, vulneran el derecho de
las personas a desarrollarse plenamente.
En ese sentido, la discriminación, incluso a modo de “humor”, encierra estereotipos
bastante antiguos que generan daño. Se trata de creencias asumidas de antemano con
las que se “etiqueta” a las personas mediante la exageración de sus comportamientos,
por ejemplo. En algunos casos, esta simplificación llega a atribuir tipos de personalidad
a determinados grupos étnico-raciales. De esta forma, quien se burla se ubica en una
posición de superioridad, pues se pretende capaz de definir, sutilmente, formas de ser
que deberían asimilarse como naturales o incuestionables.
Esto es repudiable, incluso si es tolerado por la persona que está siendo discriminada.
DISCRIMINACIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL
Cuando una persona discrimina, a menudo piensa que está expresando su propio pensamiento, pero en realidad
está manifestando un prejuicio. Los prejuicios son opiniones previas, por lo general de carácter negativo, acerca
de cuestiones que no conocemos bien: cuando estos prejuicios estigmatizan al otro estamos frente a un
estereotipo. Sucede que es fácil juzgar con ligereza lo que vemos como “diferente”. Muchas veces lo diferente es
excluido socialmente: no se trata solo de la persona individual, sino de una forma de discriminación que enfatiza
el posible menosprecio o estigmatización de un grupo social o étnico-racial determinado.
EXCLUSIÓN.
Es la condición de marcada desigualdad social que impide a un sector o grupo social conseguir condiciones suficientes para alcanzar su
pleno desarrollo. En ese sentido, la exclusión expresa la vulneración de derechos a grupos sociales marginados o menospreciados. Es
una forma de discriminación que se focaliza en el menosprecio social. En el Perú, muchos pueblos originarios y afrodescendientes han
sido excluidos.
Nuestras características hablan de nosotras y nosotros, de quiénes somos, pero también de quiénes queremos
llegar a ser, es decir, del proceso de construcción de nuestra identidad. Este proceso se ve muchas veces
limitado o dañado, por la discriminación, pues esta desvaloriza lo que somos o nuestra forma de ser.
En cualquier caso, nuestras diferencias nunca deben servir para que una persona o un grupo se considere
superior a otros, y que con ello les reste posibilidades, o les quite lo que les corresponde o les prive de sus
derechos. Somos diferentes y tenemos derecho a serlo.
RACISMO
Por racismo se entiende un modo de pensamiento que aprueba o rechaza automáticamente a un individuo, sin darse a la tarea de
conocerlo o saber quién es, sólo según pertenezca a una o a otra raza.
Cuando hablamos de racismo estamos hablando de un tipo de discriminación, aquella que se produce cuando una persona o grupo de
personas siente odio hacia otras por tener características o cualidades distintas, como el color de piel, idioma o lugar de nacimiento.
Una de las causas más comunes de las actitudes racistas puede encontrarse en el miedo a lo diferente o a las personas que vienen de
otros países, por desconocimiento o falta de información al respecto.
TIPOS DE RACISMO
Existen muchas formas de expresar el racismo, como son:
Racismo cultural. Se denomina así cuando se rechaza o se denigra de las tradiciones provenientes de una
etnia considerada “inferior” o “mala”. La ironía es que ninguna cultura es realmente pura, sino que se trata
del resultado de procesos históricos de asimilación y mezcla que hoy en día resultan indetectables.
Racismo institucional. Se habla de racismo institucional cuando las instituciones del Estado operan en base
a la discriminación racial, es decir, cuando la justicia actúa distinto de acuerdo al color de piel del ciudadano,
o cuando las prácticas racistas se internalizan y normalizan dentro de la policía.
Racismo inverso. Ocurre cuando se discrimina a un individuo perteneciente a la etnia mayoritaria, es decir,
a quien normalmente no es discriminado, o también cuando se dan privilegios a un individuo que pertenece
a una etnia discriminada, como compensación por pertenecer a ella. Por ejemplo, cuando se otorgan bonos
para miembros de una etnia únicamente.
Racismo aversivo. Es un tipo de racismo sutil porque generalmente es empleado por personas que están
abiertamente en contra del racismo y de los comportamientos racistas. En el racismo aversivo se pretende la
igualdad de derechos y la libertad para que cada grupo viva su propia cultura abiertamente. En cambio, las
actitudes racistas se producen mediante la distancia con la otra persona, falta de empatía o mostrando frialdad.
Racismo oculto. El racismo oculto es una forma discriminatoria no explícita, que legitima y extiende el racismo
de manera indirecta, a menudo disfrazando sus argumentos de razones políticas o de juicios sociales que en
apariencia no son racistas sino “objetivos”, pero esconden una forma de pensamiento excluyente.
RACISMO Y DISCRIMINACIÓN
El racismo es quizá una de las más comunes formas de discriminación que existen en la sociedad
humana, incluso hoy en día. Pero no es la única. Otras formas de segregación (diferencias o
desigualdades sociales) de lo diferente incluyen:
1. Xenofobia. El odio, miedo o desprecio por los individuos provenientes del extranjero, por sus
tradiciones o su forma de hablar, en fin, el rechazo a la convivencia con los que vienen de otras
partes el planeta.
2. Homofobia. El rechazo o el odio a las personas homosexuales o a la existencia misma de
relaciones homosexuales, tildándolas de perversas, contranatura, etc., al punto tal de negarle
derechos o de violentar la integridad física o moral de personas con dicha orientación sexual.
3. Discriminación religiosa. Se basa en la adhesión de una persona a una u otra religión, como un
motivo para discriminar o avalar sus acciones, sus derechos o su existencia. Por ejemplo, a raíz
de los atentados terroristas por parte de grupos fanáticos islámicos en Occidente, se tilda a
menudo a toda la religión y sus practicantes de terroristas.