Formación y Comunicación
Formación y Comunicación
Formación y Comunicación
1.1. Introducción
Este enfoque preventivo necesita, por una parte, que todos estén capacitados para el
ejercicio de las funciones y las tareas que a cada uno le corresponden, y por otra parte, es
necesario que se abandone la cultura fatalista por la cultura preventiva, modificando toda una
escala de valores, de viejos conocimientos, de hábitos y actitudes, por un nuevo modo de
pensar y actuar en términos de seguridad y salud
Tal formación debe estar centrada en el puesto de trabajo y las funciones y tareas a
ejecutar, debiendo estar en relación con los riesgos a los que pueda permanecer expuesto el
trabajador y con las medidas de prevención y protección que se apliquen. Por supuesto, esta
formación deberá actualizarse siempre que sea necesario.
También constituye un deber empresarial la designación de trabajadores para
desarrollar actividades preventivas y de emergencia, los encargados de primeros auxilios, de la
lucha contra incendios y de la evacuación. Aquellos que designe deberán tener la capacidad
necesaria para ejercer las funciones que se le atribuyan.
Por otra parte, para que el pequeño empresario (con menos de seis trabajadores)
pueda asumir la actividad preventiva en los términos que se lo permite la legislación
correspondiente, deberá tener la capacidad suficiente para ello. Esto le obliga a tener un nivel
mínimo de formación que sea suficiente para las actividades preventivas que vaya a acometer.
Para el nivel básico únicamente se requiere una formación básica minima de treinta o
cincuenta horas, para acometer actividades preventivas sencillas, correspondiendo el mayor
número de horas al caso de actividades propias de la empresa calificadas de especial riesgo.
La formación correspondiente se imparte por entidades de reconocida solvencia y prestigio o
por servicios de prevención, sin necesidad de un reconocimiento expreso por parte de la
autoridad laboral competente.
Por otra parte, los auditores reconocidos como tales y los que formen parte de las
entidades auditoras reconocidas ambos por la Autoridad laboral, para llevar a cabo la
evaluación externa del sistema preventivo adoptado por la empresa, deberán tener junto a la
formación de tipo general en materia de auditoria, la especializada de nivel superior en materia
de prevención de riesgos laborales, en cualquiera de las especializaciones, con inclusión de la
Medicina del Trabajo.
Pero una cosa es "ser capaz" y otra bien distinta es "ser competente". Las
competencias implican a las capacidades, sin las cuales es imposible llegar a ser competente
Aún existe otro matiz diferenciador que distingue la capacidad de la competencia y que a
simple vista puede resultar irrelevante. El "saber-hacer" al que hacemos alusión no es un saber
imitar o aplicar rutinariamente los recursos de los saberes propios del individuo (esto estaría
más cerca de la capacidad), el saber al que se alude es el "saber-actuar".
La competencia exige saber encadenar unas instrucciones con otras y no sólo aplicarlas
aisladamente
• Posee competencia técnica aquel que domina como experto las tareas y contenidos
de su ámbito de trabajo, y los conocimientos y destrezas necesarios para ello
• Posee competencia social aquel que sabe colaborar con otras personas de forma
comunicativa y constructiva y muestra un comportamiento orientado al grupo y un
entendimiento interpersonal.
Hay que promover que vaya penetrando la cultura de la prevención en todos los ámbitos
de la empresa, especialmente y en primer lugar, en los niveles directivos, puesto que sin el
pleno convencimiento de éstos, en la aplicación de la nueva filosofía, la eficacia en la labor
formativa hacia los propios trabajadores y en la propia puesta en práctica de las actitudes y
actuaciones preventivas se verá dificultada para alcanzar la necesaria eficacia
Sin embargo, si se quiere encarar el futuro con garantías de que la sociedad evolucione
hacia una profunda actitud y modo de actuar esencialmente preventivo, y que los pensamientos
de indole fatalista queden completamente olvidados, hay que ser ambiciosos y, sobre todo, en
el ámbito de la Administración pública, promover la cultura de la prevención en todos los niveles
y ámbitos educativos y formativos. Se trata más que de crear disciplinas de seguridad y salud
en el Escribe aquí para buscar trabajo, que obviamente son necesarias, de integrar los
aspectos preventivos (y no sólo en el ámbito laboral, también en el de la educación sanitaria,
vial, medioambiental, etc.) en toda disciplina, sea cual sea el nivel.
Así, la Pedagogía Laboral se define como el campo de las ciencias de la educación que
se ocupa de los problemas que plantea al proceso educativo en el mundo económico-
empresarial.
Tal y como se puede ver, la formación en la empresa es uno de los campos de reflexión y
acción de la Pedagogía Laboral, y se integra en el ámbito de la formación profesional continua
Pero ¿qué entendemos por formación en la empresa? (acotamos el término, pero
consideramos la formación como profesional y continua).
Así, entre las múltiples definiciones que existen. la "formación en la empresa" puede
definirse como "el proceso que pretende eliminar las diferencias entre aquello que un empleado
puede ofrecer a partir de sus habilidades, experiencias y aptitudes acumuladas, y aquello que
es exigido por el lugar de trabajo que ocupa y por su entorno"
Otra definición es la que se refiere a la formación como "el proceso que amplifica el
aprendizaje y proporciona un contexto para el mismo en tres terrenos principales":
• el aprendizaje de habilidades; y.
• el plano de los valores y actitudes.
2.1. Introducción
c) ¿De qué tipo es dicha conducta? Se trata de una posibilidad puramente cognitiva,
debe realizar algo físico, debe modificar una actitud.
f) ¿Cuál debe ser "mi conducta" de comunicación (cuál debe ser la interrelación
alumnos/profesor) apropiada para llegar al objetivo propuesto?
i) ¿Qué estrategia debo elaborar para que se "mantenga" durante el máximo tiempo
posible el cambio conductual que la enseñanza ha provocado en el alumno?
Se podría esquematizar todo este proceso tal y como aparece en la figura 2.1.
Para ello, se debe hablar con el alumno, dejar que exponga sus problemas, sus temores,
sus miedos o sus esperanzas.
Este es uno de los momentos más delicados de la enseñanza del adulto y, tal vez, es el
que menos solemos practicar.
Las principales características y dificultades que presentan los alumnos adultos son:
• Inician su formación con ciertos temores, pues en general hace tiempo que dejaron
de estudiar, y por lo tanto, tienen menos facilidad para aprender; algunos guardan de su
aprendizaje anterior un mal recuerdo, y temen que harán el ridículo delante de sus
propios compañeros de trabajo.
• Desean constatar los contenidos del curso con su propia experiencia. El formador
puede considerar esto como una falta de participación, cuando en realidad lo que ocurre
es que el adulto quiere comprobar si la información que recibe concuerda con su propia
experiencia.
• Las motivaciones evolucionan durante la edad adulta, pues aunque las diferencias
individuales son muchas, el adulto joven parece estar más interesado en aprender cosas
que contribuyen al logro personal y profesional. En cambio, a partir de los cuarenta años,
se empieza a estar interesado por temas relacionados con la salud y los aspectos
culturales de la vida.
• Desean una enseñanza realmente útil, y asisten a los cursos de formación no porque
le atraiga el estudio, sino porque:
• Tienen conocimientos inexactos o parciales de las cosas, pues al tener sus propias
ideas aunque a veces sean equivocadas- resulta difícil, a diferencia de los niños,
conseguir que asimilen nuevamente el conocimiento correcto.
• Sin motivación:
• Sin implicación:
- los años de trabajo han de ser aprovechados en dos sentidos: uno para
completar la experiencia con conceptos teóricos y, el otro, para aportar esta
experiencia a los que no la tienen.
• Sin relación personal con el instructor:
• Ante sus dudas y temores, el formador debe esforzarse para que ellos sientan desde el
rincipio que se les trata como adultos, creándose así un clima de confianza que facilite el
intercambio sin tensiones, y procurando que se establezca un ambiente en el que los
participantes se sientan libres para admitir sus propias deficiencias.
• A diferencia del joven, el adulto llega al curso de formación con un mayor volumen de
experiencia, que puede ser un factor de enriquecimiento para el aprendizaje del grupo. El
formador debe tratar de complementar los conceptos que imparte con las experiencias
que se extraigan de los participantes. No debemos olvidar que el adulto asimila mejor los
nuevos conocimientos si los relaciona con experiencias suyas.
• El adulto trata de conciliar el contenido del programa con su experiencia, lo que puede
ser interpretado por el formador como falta de interés y falta de participación, cuando en
realidad lo que el adulto hace es constatar lo que se le imparte con las situaciones
vividas. El formador debe respetar estos momentos de reflexión.
• Es preciso que el formador motive según las propias necesidades de los participantes,
pues éstos se interesarán por el curso tanto más cuantas mayores necesidades se
satisfagan.
• Desean un aprendizaje útil, ya que lo que más les importa es la aplicación inmediata de
lo que aprenden. Participan en una actividad educativa dentro de un esquema centrado
en el problema inmediato. Cuando se trate de una materia no considerada útil por el
alumno, hay que transformar la necesidad no sentida en consciente.
• A los adultos les preocupa su propia promoción; el formador debe conseguir que
descubran la necesidad de la promoción colectiva, procurando que realicen trabajos en
equipo. El compartir final en sesión plenaria servirá para el enriquecimiento de todos.
• A diferencia del joven, el adulto ya tiene su propia idea de las cosas, aunque a veces
equivocada. El formador debe usar métodos que le hagan conocer la verdad de modo
claro.
• El formador debe tener en cuenta que llegan cansados del trabajo y que, por lo tanto,
no es aconsejable hacer exposiciones verbales largas; conviene introducir los temas, y a
continuación hacer participar al grupo; después se sigue con el tema, e inmediatamente
se pregunta al grupo algo sobre lo que se expone, con objeto de conseguir dinamizarlo.
• Al poseer una capacidad crítica muy desarrollada, el formador debe transmitir los
conocimientos sometiéndolos al estudio de los participantes, pues antes de que las
afirmaciones del formador sean aceptadas como válidas necesita el adulto contrastarlas
con su mundo, sus circunstancias, su experiencia, etc.*
• No disponen de tiempo para estudiar. Por lo tanto, debe evitarse que en casa tengan
que realizar ninguna tarea; en última instancia que hagan algún ejercicio práctico, pero
aún esto debe eludirse
• Como respuesta a sus preocupaciones familiares y laborales, se les debe permitir que
a través del método del caso o de las dramatizaciones los adultos puedan exponer sus
propios problemas y la manera en que los han resuelto, con objeto de que aprendan
otros métodos en la resolución de problemas.
• Su práctica de aprendizaje.
Tal vez uno de los apartados más importantes de la enseñanza de adultos se encierra en
este salto, que va desde la percepción de la necesidad hasta la evidenciación clara y objetiva
de la misma.
Este es el primer paso de la enseñanza de adultos, pero hay uno posterior sin el cual
nada podemos hacer. Se trata de una nueva evidenciación: la del esfuerzo que supone para el
alumno llegar al objetivo. Si no es entendido, poco podrá hacerse.
¿Qué aspecto posibilita esta evidenciación? La reflexión. Esta reflexión parte de los pros
y contras que le han llevado a estar donde está. La reflexión es un aspecto propio del adulto
producto de su experiencia.
• ¿Confío en conseguirlo?
• ¿Entiendo que ello va a suponer un esfuerzo notable?
Aparentemente se podrían contestar las cuestiones con respuestas fáciles, que el adulto
puede dar sin grandes problemas y a través de una mirada muy superficial.
• La entrevista personal.
Desde una óptica eminentemente práctica, nos interesa abordar los objetivos de
enseñanza por tres cuestiones fundamentales:
En principio un "objetivo" es el fin al que deseamos llegar; el fin al que desea llegar el
alumno y al que nosotros debemos ayudar para que así sea.
Tanto los objetivos parciales como el objetivo final pueden ser, básicamente, de tres
tipos, es decir, al adulto se le puede demandar tres posibilidades de "conducta"
En la figura 2.2 se ilustra la correlación que existe entre el tipo de objetivo y el método
de enseñanza.
a) Es muy difícil hallar una enseñanza que pueda resumirse en un objetivo final de un
solo tipo. Así, es muy difícil (no imposible, por supuesto) que el "punto de llegada" de un
adulto tras una enseñanza sea únicamente "recordar" algo o entenderlo. De la misma
manera es muy difícil que un alumno obtenga un objetivo de tipo psicomotor si,
previamente, no "recuerda" algún dato. Igualmente, el cambio de una actitud puede
suponer la adquisición de datos "intelectuales" previos.
b) No obstante, el profesor debe ser capaz de matizar lo más exactamente posible dentro
de qué "tipo" se enmarca el objetivo que pretende, porque ello facilitará la adecuación
metodológica.
Mientras más concreto sea el objetivo y mejor identificado esté con un tipo concreto de
objetivos, habrá mayor posibilidad de adecuar un método y seleccionar una técnica
capaz de obtenerlo.
Aquí nos interesan sólo aquellos aspectos de la teoría pedagógica sobre los objetivos
que son relevantes para la formación.
En este sentido, identificamos una serie de características propias de los objetivos con ánimo
de utilidad:
2.5.1. Definición
Se denominan "métodos de enseñanza" a la forma de llevar a la práctica, entendiendo
que no se habla de "técnicas" o de "útiles" (herramientas para abordar un método), sino de la
estructura formal que permite transmitir unos conocimientos o potenciar hábitos o actitudes.
Se parte de la base de que no hay un método mejor que otro. Ningún método conviene
a todos los objetivos y a todas las circunstancias. Existe, por lo tanto, una cierta correlación
entre el método que seleccionamos y el tipo de objetivo al que pretendemos llegar. De ahí la
importancia de que el profesor de adultos, en el momento de definir los objetivos de
enseñanza, sea capaz de determinar el "tipo" de los mismos.
¿Qué factores hay que tener en cuenta para la elección del método?
• El espacio físico: Amplitud y disposición del aula, movilidad de las mesas, material
disponible...
• Existen otros factores de tipo subjetivo que también hay que considerar en la elección
del método:
Ejemplos
Cuando se pretenden transmitir objetivos que no implican nada más que el recuerdo de
conceptos, el análisis de los mismos y su comprensión, el esquema sería el mostrado en la
figura 2.4
Cuando el profesor desea que sus alumnos hagan algo de tipo psicomotor, es evidente
que deberá usar otro método.
Uno que potencie la participación de los alumnos, y a través de cual pueda asegurar
que, una vez finalizado el proceso de enseñanza, el alumno haga lo enseñado por el profesor
(figura 2.5).
Métodos pasivos: oído (20% retenido); vista (30% retenido); oído + vista (50%
retenido)
Los métodos afirmativos se basan en lo que el alumno oye de lo que el profesor habla.
Parece un fenómeno simple, pero no lo es.
No debe olvidarse tampoco que estos métodos se insertan en todo lo que pueda
hablarse del fenómeno comunicativo, es decir, que todos los "fallos" de éste serán fallos de la
enseñanza.
c) Estructura lógica del mensaje. El mensaje debe estar ordenado lógicamente para
que la asimilación sea mayor. Un mensaje desordenado, caótico, hará imposible llegar
a una enseñanza eficaz.
Todo aquello que facilite la empatía con los alumnos mejorará la eficacia docente
Tal y como se observa, la habilidad del profesor radica en adecuar cada uno de los
puntos y sus sucesivas fases a la estructura del tema.
Los métodos demostrativos son aquellos en los que el profesor pretende del alumno un
objetivo psicomotor, un "hacer algo".
• Paciente (el alumno suele aburrirse de repetir varias veces la misma práctica).
El monitor debe ser capaz de mantener interesado a la totalidad del grupo: a quienes
realizan la acción/ a quienes observan.
Se puede pedir a los observadores que sean ellos quienes valoren, critiquen o corrijan
las actuaciones del alumno que está realizando la práctica.
• Resto del grupo (observan): valoran la realización del alumno individual. Critican y
corrigen al alumno según sus propias formas de entender la práctica, en otras palabras,
participan.
• Monitor: resume las críticas hechas por los observadores. Corrige a todo el colectivo
tanto en la forma de hacer como en las críticas que se han realizado.
No deja de ser un transmisor de conocimientos, pero entre las técnicas que debe
dominar aparecen las relacionadas con la animación del grupo, todas aquellas que posibilitan la
discusión grupal.
Su labor más importante es posibilitar la participación del grupo. El ambiente que, por lo
tanto, debe crear en este grupo es la confianza de una comunicación abierta, de empatía, para
llegar al objetivo común. No hay que olvidar que los métodos interrogativos son dirigidos por el
profesor; es éste quien planifica la enseñanza y diseña el proceso a través del cual obtendrá el
objetivo.
El profesor debe:
Para que el profesor pueda diseñar correctamente el conjunto de preguntas que lanzará
al grupo e, incluso, pueda Improvisarlas sobre la marcha, es necesario:
• Su propia experiencia.
El papel del profesor es la animación continua del proceso, la dinamización del grupo e,
incluso, su organización, incluyendo el control de información
2.6.1. La pizarra
Sin lugar a dudas constituye una ayuda inestimable para el profesor y facilita, asimismo,
el seguimiento de la clase a los - alumnos, siempre que se sigan ciertas normas didácticas en
su utilización.
Antes de la clase
• Limpieza de la pizarra.
• Lo ideal sería que la primera fila del auditorio estuviera a unos 3 m de la pizarra,
aunque la disposición de las mesas pueda no depender del profesor.
• Hacer un plan para ordenar las ideas en una secuencia lógica para su presentación.
Hay que tener bien claro de antemano qué y cómo se va a escribir en la pizarra, para
que dé una sensación de orden y facilitar su visibilidad.
Durante la clase
• Hay que escribir derecho y horizontal. De izquierda a derecha, sin desperdiciar espacio,
pero separando adecuadamente las palabras y las líneas, para que se lean sin dificultad
• Al hablar al auditorio, dando la espalda a la pizarra hay que hacerse a un lado para no
estorbar la visibilidad.
• Para llamar la atención sobre lo que se ha escrito se puede ir marcando con flechas,
según se habla, o señalar con un puntero. Esto puede resultar especialmente útil como
repaso o resumen final de la sesión.
• Evitar, también, la exposición de errores, pues pueden fijarse fácilmente en los alumnos
más distraídos como datos reales.
• Motivar o estimular.
• Atraer la atención.
• Puede usarse papel, cartulina u hojas de celuloide transparente ideal para mostrar
fases sucesivas con hojas superpuestas).
En los carteles que hayan de leerse a corta distancia, las letras serán de unos 2 cm.
Para mayor distancia, puede usarse letras de 3,5 cm; y si es muy grande el cartel y el texto lo
suficientemente breve, letras de 5 cm de altura.
La utilización del cartel exige una cuidadosa planificación y preparación. Cada cartel
debe responder a uno de los aspectos que, por su dificultad de comprensión o por el interés de
que sea retenido en la memoria por el auditorio, resulta esencial en la exposición del tema.
La mayor utilidad de los carteles es emplearlos para hacer el resumen de una charla que
ha sido explicada con el empleo de otras ayudas visuales.
Suele resultar conveniente mantener los carteles ocultos al auditorio hasta que nos sea
necesario irlos exponiendo; antemano su aparición
En tal caso, es mejor hacer su presentación a intervalos de tiempo irregulares, para que
el auditorio no espere de antemano su aparición.
La parte más baja del cartel debe quedar al nivel de los ojos del auditorio sentado.
2.6.3. El retroproyector-transparencias
Condiciones de proyección
- Colocación del profesor: puede estar sentado para su mayor comodidad, y así no
interferir su figura entre pantalla y alumnos. En tal caso, el retroproyector debe estar
incorporado a una mesa o sobre una mesa baja (a la derecha del profesor) de tal manera
que la superficie de trabajo se encuentre a la altura normal de 70-75 сm.
• Tamaño de la imagen en la pantalla: debe ser lo suficientemente amplia para ser vista
desde todos los ángulos de la clase. El tamaño de la imagen depende de dos factores:
• Los cambios de transparencias deben ejecutarse con rapidez, y resulta mejor que el
profesor no hable mientras efectúa el cambio.
• Hay que actuar con decisión, sin mover, girar o juguetear con una transparencia frente
a la pantalla.
• Resulta útil destacar una parte de la pantalla ocultando con una hoja de papel las zonas
de la ilustración que interesan, para irlas haciendo aparecer en el momento preciso.
• La lámpara es la que puede causar problemas. De ahí que podría ser útil tener siempre
algunas lámparas de repuesto.
• Hay que procurar no mover el aparato mientras no estén completamente frías las
lámparas, para soslayar el riesgo de rotura.
• Se deberá limpiar frecuentemente el conjunto de los sistemas ópticos con una bayeta
suave impregnada de alcohol o en un líquido especial para lentes.
• Claridad.
• Composición correcta.
• Adecuado uso del color.
• Estructura lógica.
• Atrae la atención.
• Realización.
• Comprobación.
Existen programas de ordenador muy aptos para elaborar todo tipo de transparencias.
Además, todo esto, realizado en pantalla de color, produce una calidad y nitidez
inmejorable en un acetato a través de una impresora en color
Entre la variedad de programas existentes parecen muy prácticos el Power Point, Paint
Brush, Harvard Graphics...para PC y entorno Windows. Para entornos Apple están Cricket,
McDraw, Power Point... y Free Hand para dibujo libre.
2.6.4. El papelógrafo o rotafolios
Existe un tema que se considera muy importante y que no suele tratarse en los manuales
de enseñanza: dónde impartir la enseñanza.
En este concepto está implicado el espacio físico y las condiciones que debe reunir para
que la enseñanza pueda convertirse en eficaz.
- Espacio alumno: 2 m2
- Iluminación: a ser posible, luz natural. Las ventanas deberían estar en los espacios
laterales, evitando que tanto el profesor como los alumnos tuvieran ventanas frente a sí.
La iluminación artificial debe ser clara, pero no estridente; debería mantener el cierto
tono de "intimidad" que siempre supone la enseñanza. Esta iluminación debería oscilar
alrededor de los 500 lux.
En este sentido, siempre es peor exceder esta graduación que no llegar a ella.
- Color predominante: son preferibles, tanto para paredes como para mesas y sillas, los
colores claros. No es bueno cargar las paredes de cuadros o pósters que inciten a variar
el centro de atención, que en este caso es el profesor.
• Absoluto silencio del entorno (anular ruidos externos/impedir ruidos provocados por los
propios alumnos).
En esta ocasión nos encontramos frente a la situación docente de práctica. Ello supone
que el alumno debe realizar una acción.
• Espacio movimiento profesor: entre 2 y 3 m2. Este debe "hacer" lo mismo que
después "harán" los alumnos.
• Iluminación: a ser posible luz natural. La iluminación en estos espacios debe ser más
elevada (ya no se da el necesario tono de recepción/reflexión), debiendo oscilar entre
700 y 1000 lux.
• Ruidos: es lógico que existan ruidos débiles, producto de la propia práctica, pero
deben anularse los generados gratuitamente por los alumnos.
Ello puede hacer aceptar como válidos espacios con menor iluminación que en los casos
precedentes, alrededor de los 300 lux. Se trata de establecer un marco físico proclive a
la discusión, pero no a la discusión acerada y competitiva.
• Ruidos: a pesar de que esta posibilidad de la enseñanza facilita una mayor ruidosidad
(pueden hablar varios alumnos, discusiones en grupos pequeños, "tandems", etc.), sigue
siendo absolutamente necesario que no se produzcan ruidos externos a la sala. En
cuanto al ruido interno (a pesar de los condicionantes que lo posibilitan), es bueno
"moderar" la actuación y favorecer un intercambio de opiniones organizado y claro,
evitando escenas tumultuosas o confusas.
• Temperatura: dado que la actividad física de los alumnos en este tipo de objetivos no
suele ser alta, ésta debería oscilar entre los 20 y 22°C.
En el mundo del trabajo, estas condiciones, necesarias sin duda, pueden verse
afectadas por la dificultad del propio espacio laboral. En todo caso, como ya se ha indicado, es
necesario hacer un esfuerzo de adecuación para obtener resultados positivos. Normalmente, el
espacio laboral no ofrece (de hecho no tiene por qué ofrecerlas) ventajas especiales para la
impartición de un curso.
Esta mínima adecuación, que debe hacerse, podría resumirse en cuatro grandes apartados:
• Evitar ruidos (alejar lo más posible el lugar de impartición de focos de ruido, por otro
lado, tan habituales en los lugares de trabajo).
• Evitar las interrupciones generadas por el mismo trabajo (es muy frecuente la
entrada y salida de algún alumno requerido por su puesto de trabajo. Es necesario
"planificar" de antemano que esto no vaya a ocurrir).
En general, el mundo laboral debe evitar todo aquello que genere nerviosismo o
improvisación; debe potenciar la participación del alumno, la necesaria empatía
profesor/alumno y todo aquello que favorezca la reflexión de los trabajadores.
El incumplimiento de esta ley es el origen del principal error causante de todas las
dificultades de comunicación.
Dicho de otra forma: el que comunica algo a otro tiene que investigar si el receptor le
ha comprendido correctamente. Si el emisor omite este feed-back, no puede responsabilizar al
receptor de un comportamiento falso.
En la relación del curso, ello significa que si un profesor no consigue crear una
atmósfera armónica, no merece la pena empezar con el proceso enseñanza-aprendizaje.
La relación entre el director del curso y los participantes ¿debería ser simétrica o
complementaria?
Cuando este intercambio de ideas se produce entre docente y alumnos o entre los
alumnos entre sí, tiene lugar lo que se denomina como comunicación didáctica (figura 3.2).
Existen una serie de factores que pueden dificultar cualquier comunicación: son los
denominados ruidos o barreras comunicativas. Éstas se pueden dar a lo largo de todo el
proceso y en cada uno de los elementos de la comunicación.
Ante un mensaje, es posible que cada uno de nosotros vea o escuche una cosa
diferente debido a que:
• Hayan defectos en los canales: una pizarra mal estructurada, una película de video
deteriorada, etc.
• Se produzca una falta de atención, tanto por parte del emisor como del receptor.
La motivación es la causa que tiene poder para iniciar el proceso y que está en el origen
del cambio conductual que implica la enseñanza, pero que no puede suponer, por sí sola, el
logro eficaz del objetivo. Para que este logro eficaz se dé, es necesario que, además de la
existencia de un motivo concreto (la necesidad), se dé una clara predisposición positiva hacia
el propio proceso de enseñanza.
La necesidad desencadena una motivación, pero ésta puede ser potenciada o negada
por la existencia de una actitud positiva o negativa frente al mismo hecho de penetrar en una
situación de enseñanza. Esta actitud (producto lógico de la experiencia), determinará el logro o
el fracaso del objetivo.
Por decirlo en términos simples, debe tenerse presente que un adulto con claras
experiencias negativas en sus anteriores situaciones docentes (frustraciones aburrimientos,
visiones negativas de pérdida de tiempo, ausencia de concreciones prácticas y de utilidad de lo
enseñado, etc.), es decir, con una predisposición negativa a inmiscuirse en un nuevo proceso
de enseñanza, será muy difícil que llegue al objetivo deseado aun sintiéndose motivado por
una necesidad que le lleve a intentar aprender nuevos datos.
Se debería hablar de motivaciones muy "fuertes", muy conscientes y muy duraderas para
que este mismo adulto, con experiencias anteriores negativas, superara con su esfuerzo la
lógica negativa, el rechazo que supone aceptar algo inicialmente desagradable. En la
enseñanza de adultos, el mundo actitudinal del mismo, tal y como se decía, y en especial la
predisposición o no a la situación real de sentirse enseñado, pesa mucho. En concreto, puede
pesar más que los propios motivos que lo llevan a ella; en consecuencia, puede negar la
eficacia de una acción que en principio se creía fácil en virtud de las necesidades que le
impulsaban.
Sería interesante, a pesar de todo, definir más claramente qué se entiende por
motivación hacia la enseñanza en el adulto.
Por supuesto, al hablar de este tipo de motivaciones no hallaríamos diferencia entre tales
necesidades y la predisposición positiva frente a llegar a un objetivo. En estos casos, incluso, la
necesidad podría ser más fuerte que la actitud producto de anteriores experiencias negativas
transferibles.
Por poner un ejemplo: si la necesidad básica del adulto es el alimento y para ello debe
aprender a manejar una máquina (y no hay alternativa posible) es seguro que permitirá ser
enseñado (aprenderá el manejo de la máquina), aunque el "miedo" (actitudes negativas) y las
anteriores experiencias negativas sean sumamente notables.
Puede darse que tal motivación sea fuerte (caso de necesarias readaptaciones rápidas a
un proceso industrial debido a la aparición de nuevas tecnologías necesidades básicas del
individuo, en la empresa), pero sería muy difícil que pudieran incluirse en el apartado de
necesidades básicas del individuo.
Por supuesto, aquí aparece un dato que debe ser analizado en profundidad y con cierto
cuidado, puesto que puede alterar el esquema que se acaba de presentar.
Se diría que entre el alumno A y el B hay una diferencia fundamental que determina que
para A el hecho de aprender a manejar la nueva máquina sea considerada una motivación
básica, mientras que para el adulto B, esta misma necesidad es interpretada únicamente como
un camino para obtener una MEJORA, sea ésta del tipo que sea. Entraríamos aquí en la
consideración que cada necesidad tiene para uno u otro sujeto.
Tal vez la realidad práctica y cotidiana nos demuestra que pocos adultos en situación de
enseñanza consideran a ésta como el medio de cubrir una necesidad básica; lo normal es que
se impliquen en dicha situación por consideraciones mucho más circunstanciales.
Dicho esto, es de suponer que para esta normalidad de adultos, el peso de su mundo de
experiencia, de sus actitudes consolidadas (a veces inconscientes), es tan importante que es
capaz de adulterar una aparente motivación.
Por mucho que la motivación del adulto sea fuerte y consciente, se puede suponer que si
las anteriores experiencias docentes han sido negativas, la eficacia de la enseñanza requerirá
de técnicas y métodos muy estudiados.
Resumiendo, se diría que en la práctica de la enseñanza de adultos no es difícil hablar
de dos grandes posibilidades:
Por supuesto, pese a las dificultades que toda enseñanza conlleva, este tipo de
formación no representa grandes problemas, porque parte de una coherencia básica
entre la necesidad/motivación del alumno y la normalidad social. Más problemas ofrecen
las enseñanzas que formarían el segundo gran grupo.
b) Aquellas que contradicen, totalmente o en parte, el sentir del grupo. En ocasiones, tal
tipo de enseñanzas (que a veces se convierten en verdaderas campañas de
concienciación) se presentan como la necesidad de modificar algún hábito de conducta o
alguna actitud hacia un objeto externo. Representan enseñanzas de dificil realización,
aún aceptando la aparente motivación de los alumnos a implicarse en el proceso de
enseñanza. En principio, no suelen ser consideradas por los adultos como necesidades
fundamentales.
El papel del profesor no es el mismo en cada una de las fases. La "ayuda" a la que se
refiere el esquema es especialmente importante para las fases 2 y 3, aunque también existe en
la fase 1 y siempre de manera diferente.
El profesor debe ser capaz de saber qué hacer en cada momento y de disponer de las
herramientas necesarias para que el proceso se dé operativamente, para que el alumno
resuelva sus problemas y llegue a donde deseaba una vez se ha hecho consciente de las
necesidades que tiene.
• Respecto al profesor:
4. Preguntas.
6. Mandatos y órdenes.
• Respecto al alumno:
Sea cual sea el tipo de profesor (o la función del profesor si así deseamos
entenderlo), según los objetivos que se definan, lo que parece claro es que la característica que
debe determinar la existencia de un "profesor" en el proceso de enseñanza es la acción. Esto
quiere decir que un profesor es, ante todo, una persona capaz de "poner en movimiento" al
alumno o a los alumnos.
En situación de enseñanza, el profesor lanza datos vivos para que sean interpretados
(criticados, asumidos, adaptados e incluso rechazados).
Carl R. Rogers, cuando habla de las "cualidades" del profesor en su relación con los
alumnos, enumera algunas de ellas:
Lo que determina el hecho de "desear actuar" por parte del alumno es lo que
denominamos credibilidad del profesor. Tal vez esta credibilidad es el resultado final de los
factores enumerados por Rogers. No se trata de que el alumno "ponga en duda" lo que dice el
profesor. La credibilidad es algo superior, de carácter íntimamente subjetivo: es la interpretación
que el alumno hace de la sinceridad del profesor, de su eficacia como profesional, de lo que
pudiéramos llamar "calidad" humana y, por supuesto, de su capacidad intelectual y del nivel de
conocimientos.
El curso tiene un principio, una parte media y un final. Es básico empezar con
puntualidad, a no ser que existan buenos motivos que aconsejen un retraso. Hacerlo asi forma
parte de la administración del tiempo y es una cortesía hacia el grupo.
Quizá sea conveniente comentar cualquier dificultad práctica que pueda existir.
b) El público reacio: es probable que las personas que mayores desafíos presentan para
trabajar con ellas sean las que acuden por obligación, las que han recibido la orden de
asistir. En estos casos, se podría empezar diciendo algo así como: "algunos de ustedes
están aquí porque quieren y algunos porque les han dicho que vengan. Yo también me
he visto en este caso y sé que no resulta agradable, y me fue bastante difícil sacar algo
de valor de la experiencia. Me gustaría que el tiempo que vamos a pasar juntos les
resulte tan útil como sea posible y les agradecería que me ayudaran a pensar en la mejor
manera de aprovechar al máximo este curso".
Tenemos el propósito de evitar los estereotipos que hablan de "el sabelotodo", "el
perturbador", etc. Aunque sólo se trata de una descripción convencional, resulta más útil dirigir
la atención a la conducta antes que a la persona.
Debemos respetar los puntos de vista de los alumnos y no hay que dejarse arrastrar a
una discusión. Si la gana el profesor, el alumno adversario, y probablemente el grupo, se
sentirá mal. Si no la gana, perderá credibilidad.
Es preciso cambiar el encuadre para crear una situación en la que ambos puedan ganar,
como: "Esa es una manera de verlo, y también hay esta otra...¿Cuáles son sus ventajas
respectivas?"
Cuando induzca resistencia, se les debe repetir lo que le dicen para asegurarse de que
lo ha captado bien. Se debe decir algo así como: "Entonces, la manera en que usted lo ve es..."
y utilizar sus mismas palabras. Esto crea sintonía y les hace saber que el profesor se toma en
serio sus preocupaciones. Tal vez, el profesor deba disculparse: "Tiene razón. Me he
equivocado. Vamos a ver, ¿de qué manera hubiese podido responder?"
Hay que tener preparado un plan para el peor de los casos. ¿Qué podríamos hacer, por
ejemplo, si alguien estuviera interrumpiendo constantemente y de un modo agresivo? No
podemos saberlo por adelantado. A lo largo del tiempo, habremos respondido de diferentes
maneras: atendiendo a la interrupción, identificando la intención positiva y reencuadrando,
pidiendo que permitan continuar, etc. Si todo esto no ha dado resultado, pasaremos a ocupar
una nueva posición que no utilicemos habitualmente y digamos algo así como: "Lo siento, pero
en esta situación no puedo seguir dando el curso. Mi trabajo consiste en presentar este
material. Sus interrupciones nos están impidiendo a mí y al grupo alcanzar el objetivo por el
que estamos aquí".
En este punto se debe preguntar a la persona qué consigue permaneciendo allí y qué se
propone hacer. Puede que haya un poco de negociación antes de que la persona decida
marcharse. Alternativamente, se le puede pedir sencillamente que se vaya. Si se va, podemos
regresar a nuestra posición normal y seguir adelante como si no hubiera ocurrido nada.
La situación inversa surge cuando una persona proyecta sus propios sentimientos en el
grupo. En este caso, la persona dice cosas como:
"La gente está molesta porque usted no piensa hacer esto...". Las personas que
proyectan no reconocen sus propias afirmaciones. Aunque la proyección sea cierta, no
debemos aceptarla. Si las personas no hablan por sí mismas, no podemos saber lo que
sienten. Quizá tengamos que responder algo como: "Vamos a comprobar si las demás
personas tienen realmente la experiencia que usted dice", o bien: "Entiendo que esto es lo que
usted siente. Los demás tendrán que hablar por ellos mismos"
Una conducta que resulta difícil manejar es la de la persona que insiste en perturbar la
formación de manera poco estridente, pero niega tener mala intención. Nuestro mejor curso de
acción es probablemente abordar a esa persona durante una pausa. Preguntémosle qué tal le
va el curso o, si eso no nos lleva a ninguna parte, expresémosle nuestra preocupación por
algún comportamiento específico y permitámosle responder. Eso suele sacar a la superficie
alguna cuestión. Una expresión directa de hostilidad constituye un paso hacia delante. Si no
estábamos en lo cierto, podemos disculparnos por el malentendido.
Si la persona tiene razón, démosle las gracias. Hemos aprendido algo. Se puede estar
equivocado; la única manera en que nos desacreditaremos a ojos del grupo es si insistimos en
tener razón contra toda evidencia.
Las preguntas o comentarios que distraen la atención del grupo pueden manejarse
preguntando qué relación tienen con el tema de que se trata.
Sean cuales fueren los cursos que impartamos, nos encontraremos con determinados
tipos de comportamiento "dificil".
4.1. Introducción
La primera cuestión que debe plantearse a la hora de elegir entre las diferentes técnicas
existentes para evaluar, es que exista una coherencia entre lo que nos propusimos conseguir y
la forma de evaluar si esto se ha conseguido o no.
Cada uno de estos tipos de objetivos se refiere al tipo de conducta exigible: una
conducta intelectual, afectiva o psicomotora. De esta consideración, se cree más apropiado:
Evaluar la enseñanza no es más que constatar que ésta ha sido eficaz. En la práctica,
resulta útil considerar que el término "evaluación" incluye los siguientes conceptos:
• Medir: constatar, con la mayor objetividad posible, los resultados del aprendizaje de los
alumnos, la actuación del formador, de la coordinación del curso y de todos aquellos
elementos que afectan la acción formativa a evaluar.
La primera evaluación (que, por otra parte, suele ser la única que se hace) no implica en
absoluto que el dato haya sido integrado eficazmente en la conducta del alumno, lo único que
indica es que se recuerda de forma puntual. Ello, evidentemente, no puede garantizar nada,
especialmente, no puede garantizar ningún cambio actitudinal.
c) Evaluación a corto plazo: debe realizarse en el marco de tiempo que ocupan los dos
meses siguientes a la finalización del proceso.
d) Evaluación a medio plazo: debe ser realizada a los 6 meses después de haber
finalizado el proceso. Puede servir para realizar cortas sesiones de perfeccionamiento.
Las técnicas de evaluación deben ser consecuentes con el objetivo que se pretende
evaluar. En este sentido, lo que representa una pérdida de tiempo y un error fundamental que
puede llevar a desvirtuar la evaluación es constatar que un alumno recuerda un dato y suponer
que ello implica, por ejemplo, que puede realizar una acción.
- Objetividad en la corrección.
Algunos inconvenientes importantes de las pruebas objetivas son, por un lado, el tiempo
que exige elaborarlas correctamente y, por otro, la imposibilidad de dejar una vía abierta a la
originalidad de los individuos.
Para evaluar los ejercicios prácticos, la ejecución de una tarea, función o trabajo, se
utilizan fundamentalmente tres tipos de instrumentos:
Las actitudes son las formas de conducta más difíciles de evaluar porque hay que
inferirlas de los comportamientos de los individuos y, en muchas ocasiones, los propios sujetos
las desconocen.
Medir es comparar algo con una unidad que se emplea como patrón. Sin embargo, la
medida por sí sola no quiere decir nada, para que tenga verdadero sentido hay que
interpretarla, y en esta interpretación es en lo que consiste la evaluación.
Hay que tener en cuenta que en todo instrumento de medida siempre cabe un error de
medición, bien por una falta de precisión del instrumento de medida, o bien por error humano al
realizar tal medida.
En las ciencias humanas los errores de medición encuentran un campo abonado, ya que
los comportamientos humanos que se pretenden medir tienen una gran variabilidad y mayor
posibilidad de ser distorsionados por la subjetividad del observador.
En efecto, la objetividad es siempre una de las características más necesarias para una
evaluación eficaz, pero el factor humano, que está directamente implicado en la esencia de la
evaluación, puede introducir también el error, la imprecisión humana, la subjetividad.
4. El ser "juez y parte". Cuando uno es parte interesada en lo que evalúa es difícil la
objetividad, ya que incluso inconscientemente puede existir una tendencia a
autofavorecerse. Sería el caso, por ejemplo, de un formador que considere que da
prestigio un alto número de suspensos. Es probable que en casos de duda la balanza se
incline a suspender al alumno implicado.
Es aquella que determina las dificultades que se presentan para la consecución de los
objetivos. Un ejemplo de ello son los controles de comprensión.
1.) Hacer preguntas colectivas o individuales sobre el tema que se esté desarrollando para:
- Comprobar el seguimiento del tema de forma genérica (Ej.: "¿Me explico? ¿Alguna
duda?").
- Verificar especificamente la comprensión del tema. Las preguntas han de ser relativas
al contenido expuesto (Ej.: "¿Puedes resumir este concepto con tus palabras?").
En la formulación de estas preguntas hay que tener en cuenta que los alumnos todavía
no han estudiado el tema, por tanto, las preguntas no deben exigir memorización de lo
anterior, sino una comprensión de los enlaces en el desarrollo del tema, las deducciones
y las aplicaciones.
El formador tendrá en cuenta el número de alumnos que responden a las preguntas del
control de comprensión. Si sólo participa parte de la clase, deberá indagar directamente
al resto de los alumnos y detener la explicación para retomarla desde el punto a partir del
cual el seguimiento es total.
Otra opción es que pida a algún alumno o grupo de alumnos (de los que afirman ir
comprendiendo) que explique de nuevo al resto de los compañeros los últimos puntos
del tema.
2.) Proponer una pequeña práctica para la aplicación del contenido. En este punto caben todo
tipo de problemas o ejercicios individuales y en grupos que el formador proponga de cara a que
los alumnos practiquen con el objeto de la formación. Las simulaciones y los estudios de casos
son prácticas muy atractivas para los alumnos y ricas de cara a la información que aportan al
formador.
3.) Pedir a los alumnos que elaboren ejemplos reales o imaginarios sobre la materia impartida.
En los casos de evaluación que nos atañen, las dos mejores técnicas relacionadas con el
campo de la salud son:
• Es importante que el observador no sea una única persona, ni tampoco siempre sean
las mismas.
• Entrevista personal con el alumno. Implica hablar con el alumno previa disposición de
un guión de preguntas.
Debe quedar claro que una evaluación nunca debe ser el mecanismo para anular a un
alumno, sino todo lo contrario.
Debe ser la manera de detectar en qué ha fallado el proceso y poder hallar soluciones
para corregirlo, los objetivos que se desean.
Ello quiere decir que la evaluación debe investigar dónde se ha dado el error de
planificación y corregirlo para conseguir
Una vez detectado el error, es necesario iniciar de nuevo el proceso para, una vez
corregida la deficiencia, obtener el resultado positivo que deseamos.
Nótese que la enseñanza será eficaz cuando se dé una correcta adecuación entre:
• cortas;
• Intensas.
5.1. Introducción
La comunicación es una función básica de los seres humanos, de vital importancia para
el desarrollo de la sociedad.
En sus inicios, el hombre, para subsistir, tenía que relacionarse, fue asi como las señas,
los gestos ante las necesidades que lo apremiaban - el hambre, protegerse del peligro- y las
emociones constituyeron gérmenes de la comunicación al ser trasmitidas de unos a otros.
El grupo son dos o más personas que interactúan entre sí. La comunicación es el
proceso que implica una acción donde interactúan los integrantes de un grupo. Las personas
no se comunican sencillamente como individuos, sino que son portadoras de determinados
roles sociales.
El concepto de grupo es fundamental como punto de partida para abordar dicho proceso.
• globalización,
• cambios políticos,
La información deben escoltar a la comunicación para cumplir los objetivos del proceso.
Las informaciones son las ideas, concepciones y datos que componen el mensaje. El
mismo está dirigido a aumentar la utilidad de la comunicación. Las informaciones son la materia
prima que se procesa en la comunicación.
Los datos son los signos y los símbolos que reflejan las propiedades de objetos y
fenómenos y eventos.
La información y los datos adquieren un valor cuando se cumplen los objetivos y metas
de la comunicación. La información y los datos pierden valor informativo en ausencia de una
decisión para resolver un problema.
Los datos aumentan su utilidad cuando forman parte de la información, así la información
aumenta su utilidad al ser parte de un proceso que busca cumplir con una serie de objetivos
que llamamos "comunicación".
5.2. Definiciones
Para Diaz Berenguer (2004), la comunicación puede ser definida como la transferencia
de información desde el emisor hasta el receptor, lográndose la compresión de esta
información. Su estructura es la de un proceso de intercambio de símbolos y significados,
interpretados de forma similar por el emisor y el receptor. Este conjunto de símbolos constituye
el mensaje que establece la comunicación.
identificarse como el acto de relación entre dos o más sujetos mediante el cual se evoca,
en común, un significado, necesitándose de una experiencia similar evocable en común y por
lógica de significantes comunes.
Comunicar y elegir para comunicar es un derecho, pero implica ante todo una
responsabilidad
Una de las alternativas que muestra la complejidad del proceso de comunicación y la
gran interrelación de sus elementos estructurales, considera la descripción de los aspectos y
funciones siguientes:
• Aspecto interactivo. Consiste en la organización de los nexos entre los individuos que
se comunican, o sea, no se limita al solo intercambio de conocimientos e ideas; sino
también de acciones.
- Emitir el mensaje.
• El canal: indica el medio por el que viaja el mensaje, es decir, es el vehículo formal e
informal entre las dos partes. Es seleccionado por la fuente y, al hacerlo, debe tener en
cuenta el tipo de información, quienes la recibirán y las condiciones para la mejora del
mismo. La organización establece los canales formales para transmitir mensajes
relacionados con las actividades laborales de sus miembros.
• El receptor: está referido al público objetivo al cual el emisor dirige el mensaje. Tiene
que tener una actitud previa de receptividad.
- Pregunte qué estamos pensando los dos o qué fue lo que entendió.
- emociones
- Valores.
- Prejuicios y estereotipos.
- Paredes.
- Obstáculos.
- Distancia.
- Condiciones adversas.
3. Semánticos:
- Decodificación de gestos.
La comunicación puede ser afectada por barreras que obstaculicen el proceso. Existen
diferentes tipos de barreras, enmarcadas en tantas clasificaciones como autores han tratado el
tema.
- Físicas
Las barreras físicas son condicionantes físicos: la falta de tiempo, condiciones adversas,
interferencias externas o distracciones, contenido, presión del tiempo, lugar. También puede
ser:
- que no se escuche el mensaje verbal
- un ruido repentino,
- las paredes.
Se pueden citar otras como: volumen y tono, claridad, timbre, velocidad, dicción y la
cantidad de información.
- Culturales
Las barreras semánticas surgen a partir de las limitaciones de los símbolos a través de
los cuales se comunican. Están asociadas a los significados y la interpretación de las palabras
utilizadas. Estas deben significar lo mismo para el emisor que para el receptor, y para quienes
deben compartir criterio del mismo.
- Psicológicas
Son condiciones psicológicas en que se encuentra las personas para obstaculizar y que
no se entienda lo que se quiere transmitir o sea que no sea captado para lograr el objetivo de la
comunicación.
Estas incluyen barreras con frecuencia que influyen interrelacionadamente, por ejemplo:
una distancia puede ser física pero también psicológica como la sensación de estar separado
emocionalmente entre dos personas.
Rodriguez Molina (2007) plantea que el 70% de las instrucciones se imparten de formal
oral, de ahí la importancia de este tipo de comunicación. El lenguaje está íntimamente ligado al
desarrollo del pensamiento, ya que es su herramienta material. El pensamiento no se expresa
simplemente en palabras, sino que existe a través de ellas. Por tanto, la relación entre
pensamiento y lenguaje no es un hecho, es un proceso interactivo.
Una palabra sin significado es un sonido vacío. Cuando el concepto ha madurado, casi
siempre hay una palabra disponible. Relacionado con la expresión oral están la receptividad al
escuchar, el tiempo de duración del mensaje, la lógica y coherencia del mismo, el tono de voz,
los gestos y ademanes que le acompañan.
Existe una estrecha relación entre la comunicación oral y la gestual, ya que la segunda
matiza la primera. De ahí la importancia de la credibilidad (coherencia entre palabra y acción)
para lograr una comunicación efectiva.
En este sentido, en la comunicación escrita deben quedar muy claras tres premisas:
Gran parte de los errores cometidos en el mundo del trabajo son producto de la falta de
concreción en algunos de estos tres puntos. En una nota de trabajo, por ejemplo, debe quedar
muy claro quién debe realizar la operación, cuál es la operación en concreto y sobre qué debe
recaer dicha acción.
Todo texto escrito debe planificarse de forma cuidadosa. Ha de tener una introducción en
la que se exponga aquello que se va a decir; un cuerpo principal en el que se desarrolle el tema
y. por último, una conclusión. Esta es decisiva: si es demasiado larga, poco precisa, o
demasiado oscura, se corre el riesgo de fatigar la atención del lector.
• Escribir: plasmar el pensamiento en un papel tal y como les viene a la mente de las
personas.
• Las palabras deben ser adecuadas a la población que debe leerlas, atendiendo a la
capacidad cultural de decodificación.
• Utilice frases cortas, ya que tienen una mayor probabilidad de ser comprendidas que
las frases largas. Hacen la lectura más clara y rápida.
• Respete el orden normal de la frase: sujeto, verbo y complemento. Cuando las frases
se desvían de este orden, resultan más difíciles de asimilar con rapidez.
• Evite los detalles excesivos. No incluya demasiadas ideas o detalles en una sola
oración Aunque se trate de ideas muy ligadas entre sí, no deben incluirse en una sola
frase, si con ello puede confundirse al receptor.
• Construya oraciones que tengan unidad. Una frase no debería contener más que una
idea principal. Una oración no tendrá unidad si incluye ideas que no están relacionadas
entre sí.
• Escriba para decir alguna cosa y no para causar una mera impresión.
• Prefiera lo simple a lo complejo. Se pueden decir las mismas cosas con frases simples
y palabras de uso común.
• En cuanto a la puntuación, hay que tener en cuenta que el punto indica una ruptura en
el pensamiento. La coma señala una pausa. El punto y coma una pausa intermedia entre
la coma y el punto. Los dos puntos son un intermedio entre el punto y coma y el punto y
seguido.
Las fotografías y el vídeo son los medios idóneos para representar imágenes
materiales (con referente en la realidad).
Las diapositivas presentan la imagen material de forma estática, pero con gran calidad.
Las imágenes formales (sin referente real, esquemas, dibujos etc.) también tienen un
medio idóneo de presentación en el vídeo, especialmente si hay movimiento.
Una maqueta o prototipo que funcione es la mejor prueba de la realidad del proyecto.
Los objetos reales en tres dimensiones también pueden ser presentados en pantallas para un
amplio auditorio mediante sistemas de vídeo en circuito cerrado o, también, en caso de objetos
pequeños, presentadores visuales de alta resolución, que aparte permiten presentar
transparencias y películas fotográficas (positivas y negativas).
Se deben controlar los gestos, pues es posible que la situación haga a la persona
sentirse perturbada y nerviosa. En una comunicación, es posible que se vaya de la mano el
control y que predominen las emociones y los sentimientos sobre el mensaje que se quiere
trasmitir. Además, debe lograrse la congruencia entre la comunicación verbal y no verbal.
Los gestos pueden denotar: alegría, tristeza, miedo, inseguridad, nerviosismo, apatía,
aburrimiento, desinterés, entre otros (figura 5.5).
5.6. Comunicación organizacional
primeras décadas del siglo pasado. Se desarrolló en una Europa que reestructuraba sus
instituciones después de dos guerras mundiales y en los Estados Unidos, país de procedencia
de los primeros teóricos de esta disciplina.
Para Putnam (2002), los estudios de comunicación organizacional surgen a partir de las
maneras en que la comunicación puede contribuir a la efectividad de la empresa. Éste punto de
vista dominó durante décadas.1
hasta nuestros días puede ser dividida tal y como se muestra en la tabla 5.5.
Década de 1950
Varona Madrid (1993), indica que es a principios de los años cincuenta cuando esta
disciplina inicia su real fundamentación teórica, no solamente con los textos de Redding &
Sanborn, sino además con estudios teóricos y de investigación efectuadas por universidades
estadounidenses como: Northwestern University (Illinois), Ohio State University, Purdue
University (Indiana), y la University of Southern California (Los Angeles).
Década de 1960
Década de 1970
Década de 1980
Para Putnam (2002), los ochenta marcaron un cambio radical en los lineamientos y leyes
de la comunicación organizacional, y es donde los académicos desafiaron las limitaciones de
los marcos teóricos y la naturaleza de la realidad organizacional. En esta etapa llegaron nuevos
retos al tratamiento de la comunicación como una variable".
Según Garrido et al. (2002), la década los ochenta fue de revisión de la concepción de
comunicación para la empresa, definiéndola como un proceso de convergencia en que los
participantes crean y comparten información en la búsqueda de los procesos de mutuo
conocimiento (cultura corporativa)".
Década de 1990
Los años noventa, plantean estos autores, pusieron acento en los procesos de
selectividad de los sujetos-auditorios, las culturas corporativas. Además significó el
reconocimiento total en los países del primer mundo.
Década de 2000
Van Riel (2003), define que la comunicación hoy en día adquiere muchas formas. En las
organizaciones, "relaciones públicas" y 'publicidad", son los términos más antiguos utilizados,
para denominar formas particulares de comunicación; aún se siguen utilizando con frecuencia.
Sin embargo, ya no son los únicos que aparecen en la denominación de trabajo de los
empleados de comunicación.
Valle Flores (2003), indica que la nueva visión de la comunicación organizacional debe
partir del supuesto de que las empresas son realidades en construcción, que permiten visiones
integrales y posibilidades de intervenciones deliberadas y sistemáticas para adecuarlas a lo
que pretenden ser. Se debe pensar en la comunicación organizacional como una estrategia
integral que posibilita proyectar identificadores para propiciar una imagen coherente de la
organización, relacionar sus necesidades e intereses con los de su personal, con los
consumidores, con el contexto en el que actúa y con las necesidades sociales.-
Según Varona Madrid (1998), se están formando nuevas perspectivas como alternativa a
las bases jerárquicas y burocráticas existentes. Entre las que cita a: La teoría de los equipos de
trabajo con autocontrol, la democratización de las empresas, y la perspectiva femenina.
Para él, estas teorías son las que pueden responder a preguntas tales como: ¿Cuál es la
mejor forma de organizarse para los empleados de hoy? ¿Cómo los colaboradores de una
organización pueden conciliar, e incluso unir, los objetivos personales con los de las
organizaciones?
Si bien la historia de la comunicación organizacional abarca un periodo de tiempo muy
limitado, es evidente que la comunicación organizacional se manifiesta en sistemas complejos
que son influidos e influyen por el medio ambiente. Y eso acontece desde que se formaron las
organizaciones en su concepción industrial. La historia de la comunicación organizacional
ofrece el marco donde esta actuará: en personas, actitudes, funciones, habilidades, mensajes,
flujos, redes comunicativas.
Todo esto dentro de esa primera subdivisión de los distintos tipos de comunicación que
se presentan dentro de cualquier institución. Comunicación externa e interna, y dentro de estas
el desarrollo de distintas tipologías y clasificaciones.
Para Katz & Khan (2002), la tipología en cuanto a las funciones de la comunicación
organizacional se enmarcan en dos contextos diferentes:
Trelles Rodriguez (2001), tal y como se muestra en la tabla 5.6, propone un modelo más
detallado de las funciones inherentes a la comunicación organizacional que incluye los
siguientes aspectos:
Otro autor como Goldhaber (2001) considera a la comunicación organizacional como un
proceso dinámico, y cree que su principal función es que las organizaciones se relacionen con
el entorno y por medio del cual las partes estructurales de la organización se conectan entre sí.
• Difundir entre el personal, en tiempo y forma, los planes y las acciones que la empresa
desea poner en marcha para alcanzar sus metas y objetivos.
• Unificar criterios entre el personal, sobre la forma en que se desea llevar a cabo lo
planeado.
• Establecer o reforzar las bases sobre las que se sustentan las formas de hacer en la
organización.
• Resaltar la importancia que tiene para el alcance de objetivos la labor cotidiana de cada
empleado.
• Impactar en los resultados finales y en la contribución que cada empleado realiza con
su trabajo diario.
Trelles Rodríguez (2001), remarca la importancia que tiene esta ciencia en permitir el
análisis, diagnóstico, organización y perfeccionamiento de las complejas variables que
conforman los procesos comunicativos en las instituciones, a fin de mejorar la interrelación
entre los miembros, y entre éstos y el público externo.
Plantea Rodriguez Caguana (2005), citando a Verona, que en este contexto, aparece la
Teoría Funcionalista, que estudia la comunicación como una variable más que influye en la
productividad o efectividad de una organización.
Su influencia aún hoy es grande, por tratarse del primer intento de desarrollar una
estructura formal y normativa de la comunicación organizacional.
Esta perspectiva responde a las características de la empresa industrial que, a inicios del
siglo XX, basaba su crecimiento en la producción de bienes y servicios en serie. Su dedicación
era absoluta hacia la producción.
Sus objetos de investigación eran los canales de comunicación, los mensajes (sus
variables y claridad), y el nivel de difusión e información.
Otro autor como Fisher (1997), define filtros conceptuales planteando que todos aquellos
estratos internos imposibles de definir, determinan no solo que información se selecciona y se
interpreta, sino como la información es procesada".
Desarrollado en la década del cincuenta en el siglo pasado. Por primera vez se incorpora
una estrategia dinámica, móvil y en armonia con el entorno externo más cercano. Sus pioneros
fueron las ya nacientes multinacionales con sede en EE.UU.
Sus objetos de investigación están dados por la cultura de la organización, las "reglas de
comunicación", la administración de significados, la misión, visión y humor, los poderes y
políticas, y las fortalezas de los constructos desarrollados.
Trelles Rodriguez (2001), define al individuo en esta perspectiva [...] "El ser es reflejado a
través de la interacción social, como un individuo que construye su accionar en interrelación
con el resto. Su respuesta no es solo únicamente el resultado de una selección determinada
por su filtro conceptual, sino se desarrolla en la interacción social y cambia en la medida que el
contexto social se transforma".
Esta perspectiva otorgó una mirada más amplia y abarcadora con carácter sistémico,
pertinente para organizaciones que permanentemente se encuentran en contacto con el
entorno.
Perspectiva de la representación
La definición del comunicador organizacional varía según las regiones geográficas en las
cuales desarrolle su actividad. • En países como EE.UU., y México tiene la denominación de
comunicador organizacional, en Argentina la de comunicador institucional, mientras que la
mayoría de países de Latinoamérica no lo identifican de ninguna manera, porque como
tendencia no existe claridad en su importancia.
La meta de lograr resumir en una "denominación" la labor del estratega y gestor de las
comunicaciones en las organizaciones, tuvo su más significativo logro en el año 1993, durante
el congreso de comunicadores, desarrollado en Paris, Francia, donde se acuerda agrupar a los
profesionales de la comunicación en equipos donde articular procesos en organizaciones. Se
los denominó Director de Comunicaciones (DIRCOM).
Costa (2001), valora el rol del DIRCOM como el encargado de definir la política de
comunicación de la organización alineada a la política general de la empresa. Conformar a
continuación las estrategias de comunicación coordinadas con las estrategias generales de la
organización. Aplicar dichas estrategias, resultados, lo cual supone realimentar los procesos
sobre la base de lo experimentado, supervisar sus aplicaciones, y controlar sus resultados, lo
cual supone realimentar los procesos sobre la base de lo experimentado.
Este autor define muy bien el primer eje programático de un DIRCOM, pues esa es la
diferencia entre un trabajo - especializado, integral y correspondiente a las necesidades de una
organización en particular, con las "recetas genéricas" en que se basan ciertos estudios de
marketing, cuando asumen investigaciones de este tipo sin dominar los presupuestos teóricos y
metodológicos que se requieren para el análisis y diagnóstico de las variables que inciden en
los sistemas de comunicación de una organización.
Autores como Costa (2001) y Molina Rodríguez (2006), identifican las funciones
principales de un DIRCOM en los siguientes aspectos:
• Autor del libro de estilo y mantenimiento en donde se vislumbren los ejes programáticos
de comunicación, identidad, cultura, protocolo, publicidad, etc.
• Director del programa personal de comunicación del director, suministrándole a éste los
indicadores necesarios para orientar su comunicación.
Trelles Rodriguez (2001), considera como las principales facultades del DIRCOM las
siguientes:
• Relación directa y permanente con la dirección general, único ente regulador a quien el
gabinete de comunicación responderá.
Para Bartoli (1992), organizar y comunicar desde una perspectiva de gestión supone
determinar un marco estratégico firme, y pilotear márgenes de maniobra interculturales o
interpersonales".
Otro autor como Sanz de la Tajada, citado por Garrido Francisco (2001), propone que la
gestión de comunicación - siempre desde una perspectiva integral- debe ser considerada como
un conjunto de reglas de decisiones y líneas de acción que ayudan a progresar de forma
ordenada y estructurada hacía el logro de objetivos preestablecidos":
Jaquinet Espinosa (2002), la concibe como un marco ordenador que integra los recursos
de comunicación corporativa en un diseño de largo plazo conforme a objetivos coherentes y
rentables para la empresa".
Estas dos últimas definiciones agregan los objetivos y el marco donde la gestión de
comunicación encuentra su razón de ser, la importancia de fundamentar su diseño, y la riqueza
de su aplicación.
Según Valle Flores (2003), la comunicación debe ser administrada, pues esta es objeto
de gestión con carácter estratégico, orientado a un fin práctico: las relaciones, el cumplimento
de metas reconocidas en común y la coordinación de comportamientos, aspecto importante
para la productividad en las organizaciones.
Remarca además la necesidad práctica debe llevar a cabo una línea directiva estratégica
de comunicación, logrando como fin último la optimización, y buen uso de recursos y
materiales.
5.9.1. Definiciones
Señala Vidal (2004) que la comunicación interna en una organización o grupo, no debe
transcurrir de manera espontánea. Los diversos flujos comunicativos y las acciones de ese
orden que se realicen deben ser reflexionados plenamente para que sean consecuentes con
los fines de la organización.
Sánchez Calero (2005) indica que la comunicación interna se ha impuesto desde los
años setenta del siglo XX, como una disciplina eficaz en la gestión empresarial, siendo
considerada al mismo nivel de otras gestiones como la de los recursos humanos. Esta autora al
trazar un eje comparativo de la eficacia de la comunicación interna con la gestión de los
recursos humanos incide a favor de quienes desean adscribirla como una disciplina de índole
puramente conductual y mecánico.
La definición anterior puede ser considerada como un repaso detallado de las fases que
debe cursar cualquier proceso de gerencia de comunicación interna en sus niveles
estructurales.
• Ausencia de identificación del trabajador con la empresa, dando lugar a una carencia
de motivación y de participación del empleado, lo que origina una disminución en la
productividad unitaria y una insatisfacción personal.
Se considera por parte de autores como Jaquinet Espinosa (2002) y Rodriguez Molina
(2006), que existe una red cuando hay una agrupación de miembros de la organización en
función de unas facilidades de comunicación. En las instituciones las comunicaciones suelen
fluir a través de dos tipos de redes: formales e informales.
El director de comunicaciones debe tener la capacidad para saber potenciar las redes
formales, y no entrar en un vano ataque (generalmente infructuoso) a las redes informales, sino
utilizar sus elementos de eficacia y velocidad para que tributen al plan estratégico de
comunicación de la organización.
Comunicación ascendente
Fluye desde el personal de base de la organización hacía los que la dirigen. Suele contar
con muchas dificultades para su fluidez, si la organización no cuenta con una política clara al
respecto. La apertura y solidez de este flujo esta basado en el posicionamiento que este tenga
en el plan estratégico de comunicación, y la existencia explícita de métodos y técnicas que
validen este flujo. Es vital también que los altos mandos otorguen verdadera importancia a este
tipo de comunicación, hecho que viene sucediendo con mayor frecuencia en las organizaciones
contemporáneas.
Comunicación descendente
Es la que tiene como origen los puestos de dirección y como receptores a los mandos
medios y de base. Tiende, en las organizaciones mecanizadas a ser la forma natural y
exclusiva de transmitir información. Uno de las principales dificultades que presenta este tipo
de comunicación es, en ciertos casos, el exceso de su formulación, lo que provoca una
saturacion de mensajes, disposiciones y directrices que incluso llegan a contraponerse. Para su
formulación deben ser analizados y seleccionados los receptores.
Los canales de comunicación interna se identifican como las estructuras formales con las
que cuenta toda organización, para que mediante ella transcurran las comunicaciones e
informaciones pertinentes al desarrollo de la organización.
• Reuniones de trabajo.
• Entrevistas individuales.
• Cartas individualizadas
• Tablón de anuncios.
• Cartel de seguridad.
• Etc.
Por ejemplo, el tablón de anuncios es la forma tradicional de hacer que un mensaje llegue
a un gran número de personas rápidamente y sin un gasto excesivo, pero sólo es efectivo si
sus destinatarios quieren recibirlo.
Unas normas útiles para el buen uso de los murales son las siguientes:
• La forma más común y más cómoda para la lectura es la rectangular. Una medida
adecuada es de alrededor de 90 cm de alto por 2,10 m de ancho. Si son muy
pequeños, se tiende a eliminar información o ponerla fuera del tablón.
• Es aconsejable que sea de color claro, de poca intensidad y que contraste con los
materiales que contenga. Los bordes deben tener un color distinto y puede ser cubierto
con cristal. La iluminación debe ser la adecuada.
• Deben ser colocados en lugares céntricos por donde pasen o se estacionen los
trabajadores. Un buen sitio son las entradas del personal al centro.
• Es aconsejable emplear colores intensos en textos y dibujos; los carteles deben ser
grandes, las frases subrayadas y los titulares deben realizarse en letras grandes.
• Las ventajas que tiene este tipo de canal es que puede dirigirse a todos los
empleados o grupos, su coste es económico y el destinatario puede volver a leer el
mensaje en un momento posterior. Sus limitaciones son las referidas a la constante
atención para mantenerlo actualizado y a la voluntariedad para leer del destinatario del
mensaje.
Otro ejemplo serían los carteles de seguridad. Se trata de un canal visual complementario,
muy formativo si está integrado en una campaña de información bien planificada.
• Hacer recordar las reglas o los comportamientos que han sido puestos de manifiesto
desde otra perspectiva o por otros medios.
• Estar colocado en lugares donde pueda ser visto fácilmente, es decir, sobre un tablón
que no esté sobrecargado (para no mezclarlo con otros mensajes) y en un lugar por
donde los trabajadores pasen frecuentemente.
Entre las funciones primordiales del mensaje de comunicación interna resaltan las de
informar, regular, persuadir, e integrar. Los mensajes pueden ser verbales y no verbales. En
este epígrafe se profundiza en la segunda categoría (mensajes no verbales), que son
difundidos como respuesta a los objetivos y políticas de la organización.
Redding (1997), propone tres categorías de mensajes, que son predominante asumidos
por los investigadores en comunicación organizacional: mensajes de tarea, mensaje de
mantenimiento y mensajes humanos.
Permiten expresar a todos los públicos que conforman la organización las directrices que
permitirán seguir mejorando su vida orgánica. En este ámbito se encuentran las órdenes,
dictados, procedimientos y controles necesarios que faciliten el movimiento y el control de los
recursos de la organización.
5.10.1.1. Entrevista
1. El entrevistador.
2. La guía de entrevista.
3. El entrevistado (elemento clave).
Esta forma de comunicación oral posee ventajas y desventajas, las cuales aparecen
resumidas en la tabla 5.11.
• Se usa no sólo para captación de información, sino también para seleccionar personal y
en solución de conflictos.
Etapas de la entrevista
1. Preparación
2. Ejecución
- Ajustar las preguntas al nivel del entrevistado, Anotando las respuestas y verificando su
comprensión.
- Al despedirse, muestre agradecimiento e informe sobre las acciones futuras en las que
utilizará esta información.
3. Recapitulación o evaluación
- Revisar las notas terminadas y ordenar las ideas de forma lógica (por temas o asuntos),
después deben simplificarse y pasarse en limpio para consolidar la información.
5.10.1.2. Reunión
• Los que por la posición que ocupan pueden apoyar o frenar las decisiones.
• Los expertos.
• Toma de decisiones.
• Reuniones combinadas.
Entre las técnicas de comunicación escrita con mayor difusión destacan la agenda y el
informe. Algunos de sus aspectos fundamentales se resumen a continuación:
5.10.2.1. Agenda
• Organizador de trabajo.
• Organizador personal.
• Planificador de trabajo.
• Planificador de tiempo.
Agenda de la reunión
1. Una agenda es un mapa del camino que el grupo puede cambiar conscientemente
según se desarrolle la reunión (documento vivo) flexible.
4. Las agendas efectivas deben contener pocos tópicos para ser tratados con
profundidad.
• Después. Su revisión permite la seguridad de que fueron abordados todos los puntos.
5.10.2.2. Informe
4. Extensión acorde a la importancia del asunto que se trate (no muy extenso).
Dentro de las actuales teorías de organización de trabajo y comunicación interna son dos
las que más difusión han alcanzado en los últimos años:
Los equipos autónomos de trabajo son conformadas por un grupo de entre diez a quince
personas que recogen y analizan la información que necesitan para hacer su labor, a la vez que
asumen la responsabilidad colectiva por su accionar. El papel de la dirección es recordar la
misión y visión organizacional, es decir los principales ejes estratégicos.
• Que el marco de normas y reglas sea el resultado del diálogo y la participación del
grupo en su totalidad.
Los equipos autónomos de trabajo son conformadas por un grupo de entre diez a quince
personas que recogen y analizan la información que necesitan para hacer su labor, a la vez que
asumen la responsabilidad colectiva por su accionar. El papel de la dirección es recordar la
misión y visión organizacional, es decir los principales ejes estratégicos
• Que el marco de normas y reglas sea el resultado del diálogo y la participación del
grupo en su totalidad.
• Participativa.
• Representativa
6.1. Introducción
La comunicación permite la relación de unas personas con otras y con el mundo que las
rodea, constituye un sello distintivo de la personalidad
Las habilidades y las competencias definen el desarrollo en la vida laboral y hacen que
sea más eficaz el éxito de la comunicación.
La oratoria es la retórica hablada. La retórica define las reglas que rigen toda composición
o discurso en prosa que se propone influir en la opinión o en los sentimientos de la gente y, en
tal sentido, es una forma de la propaganda. Se ocupa, pues, de todos los asuntos relacionados
con la belleza o vigor del estilo.
La retórica se ocupa de los principios fundamentales que tienen que ver con la
composición y enunciación del discurso oratorio:
• inventio (del verbo invenire, encontrar o definir el tema del que se va a hablar).
• memoria (memorización) y
Las tres primeras son las fundamentales desde el punto de vista de la obra escrita.
La oratoria pretende persuadir por medio de la palabra: discursar, incitar a los ánimos,
conferenciar, charlar.
Las habilidades sociales son acciones simples o complejas que han sido
aprendidas, hasta el grado de ejecutarlas con rapidez y son sociales porque es la forma
de influir en otras personas, se materializan en la interacción con el grupo, la comunidad
y la sociedad y expresan los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones que facilitan el
comportamiento.
En los discursos, las conversaciones, las entrevistas y los despachos está siempre
presente esta habilidad.
Una forma de apreciar la fluidez verbal es a través del significado de las palabras.
(Realizar Test incluido en los Casos practicos).
6.2.2. La explicación
La explicación es una habilidad comunicativa que hace que una persona exprese, de
forma comprensible a otra, cualquier hecho, acontecimiento o idea. Significa que en el proceso
de la explicación la acción se efectúa en el cerebro de las personas, el pensamiento, la
percepción y en otros procesos cognoscitivos, pero también toca las emociones, sentimientos,
vivencias, las experiencias y la voluntad de las personas.
La explicación son los medios para que haya comprensión acertada y más rápida de
aquello que se explica. La persona da explicación activa de su propio cerebro, sus sentidos,
sus emociones y su voluntad
El proceso de la explicación es una actividad que manifiesta no solo el que explica, sino
también aquel a quien se le explica.
Al aprendizaje gradual y sistemático de las personas a quienes se explica algo sigue otro
proceso. Es necesario comparar, contrastar, verificar, comprobar estos conocimientos con el
nuevo contenido. Hay que separar rasgos y características que sean necesarios para distinguir
el nuevo contenido con el viejo, determinando los rasgos esenciales y cualidades y unirlos en
un nuevo conocimiento total; esto exige un gran trabajo de pensamiento de las personas.
• cuando se está bajo una suposición, un rumor, un hecho, una deducción y una opinión,
• cuando se está bajo las emociones, los sentimientos y juicios de valor que afectan la
comprensión de las situaciones,
En la evaluación hay que definir los juicios de opinión de los juicios de valor para que
incidan en el resultado.
6.2.5. La persuasión
Existen factores individuales que contribuyen a explicar este fenómeno. También hay
personas que son más fácilmente persuadidas que otras.
• la calidad de la información,
• prestigio,
• credibilidad,
• auténtico,
• fluidez verbal,
• seguridad,
• control emocional,
• simpatía,
• paciencia,
• confianza,
• sociabilidad
• atractivo físico.
• el método usado,
Hay que tener presente observar a las personas emocionalmente equilibradas (con buen
humor), que son más fácilmente persuadidas que las que están irritadas, impacientes,
coléricas, malhumoradas, disgustadas y resentidas. También en el plano de la comunicación el
clima organizacional relajado es más favorable que el clima excesivamente rígido y
amenazador en el caso de la persuasión.
• cuando una persona recibe el mensaje persuasivo puede que le amenace su libertad
de acción,
• las expectativas,
• la atención,
• el déficit de información.
• la disposición del participante para aceptar las críticas, las valoraciones o los juicios
que se hagan.
Hay Group cita y define veinte competencias genéricas, que han sido organizadas en
seis grupos fundamentales, tomados como indicadores de análisis para este estudio y se
exponen las competencias de influencia, dentro de ellas:
"uno de los principales resultados está vinculado con la definición de las competencias
generales en el desarrollo de la actividad laboral y que destacan la capacidad técnico
profesional, capacidad de solución de problemas, capacidad de aprendizaje, capacidad de
proyección, flexibilidad, capacidad de organización, capacidad volitiva, integridad personal y la
capacidad comunicativa que tiene dentro de ella:
- saber escuchar,
Estas competencias constituyen síntesis integradoras de las exigencias del cargo bbjeto
de estudio y entre las mismas existe una estrecha interrelación, hasta el punto de que algunas
competencias no pueden configurarse sin la participación de otras que le sirven como base".
A-Saber escuchar
Hay quien dice que la verdadera comunicación no comienza hablando, sino escuchando,
también que las personas tienen dos oídos y una sola boca lo que indica que hay que escuchar
más que hablar. Simón L. Dolan e Irene Martín-plantean: "Además, puesto que escuchar
parece no requerir un gran esfuerzo -tenemos la capacidad de procesar información tres o
cuatro veces más rápidamente que el hablar de las personas-, muchas veces no se le presta
atención o se la da por supuesta". Más que escuchar, nos oiríamos a nosotros mismos, lo cual
se coloca como barrera de la comunicación.
Varias investigaciones dieron como resultado que nos gusta oír la información que más
se adapta a nuestro propio estilo de escucha.
Los directivos y empleados tienen que comprender los diferentes estilos de escucha y
que respondan de forma coherente con los mismos. Los estilos que no mantienen dicha
congruencia aparecen en las barreras comunicativas.
• escucha centrada: está pendiente de lo que dice el que habla pero está modificando lo
que escucha con sus percepciones, pensamientos, ideas, sentimientos, deseos, valores
y voluntad, de acuerdo a su personalidad, además de reflexionar en lo que, por su parte,
va a responder.
• la escucha proyectiva: es cuando el receptor escucha tratando de pensar
anticipadamente en lo que el otro va a decir, cree e intenta pensar lo que está pensando
el otro, es quien se pone en el lugar del que está hablando e intenta imaginar lo que este
piensa y siente mientras habla. Este tipo de escucha es necesaria y útil en entrevistas,
despachos, reuniones, convenios o cualquier clase de relaciones de negocio, y le son
favorables las palabras con carga emotiva, y que sugieren intenciones.
• supone la tolerancia,
• el reconocimiento al otro.
• la atención.
• la paciencia,
• la receptividad,
• capacidad de escuchar,
• elevarle la autoestima.
"La capacidad para escuchar está muy relacionada con la empatía, constituye su
condición, pues supone atender de modo activo y sensible, los sentimientos, ideas y conflictos
del otro sin anticipar ni evaluar, desprendiéndose de los propios referentes sin perder la propia
identidad".
Al escuchar, debe brindarle una especial atención a lo que piensan y dicen los demás, no
se trata de hablar y hablar, el saber escuchar es no sólo oir integramente las palabras del
interlocutor, sino también entender lo que se dice, captar tonos, gestos, mímicas, ritmos,
pausas e incluso silencios, pues son signos no verbales que complementan la comunicación.
• descuidar el contenido,
• perderse lo principal,
• permitir ensoñaciones.
Hay técnicas para saber escuchar:
Keith Davis- formula las conocidas 10 normas para mantener una buena escucha:
1. IDeje de hablar!
6. Sea paciente.
7. Domine su temperamento.
9. Haga preguntas.
El grado de actitud crítica puede ser distinta, desde el optimismo falso hasta el completo
negativismo. La persona negativista no reflexiona sobre las causas que provocan la negación.
La capacidad de convencer es persuadir a una persona a creer algo o a que haga algo,
que es el objetivo. Convencer es persuadir a una persona. El convencer es un medio, un
método de influencia para actuar sobre una persona.
Por medio del convencimiento pueden formarse ajustes y cambios en las opiniones,
puntos de vistas y convicciones.
Con la fuerza del convencimiento las opiniones y los puntos de vista cambian. Las
concepciones viejas dan paso a las nuevas y son ajustes del pensamiento y la personalidad.
Esta competencia permite que las personas se integren a un grupo, viendo los objetivos
como suyos, buscando oportunidades de trabajo conjunto que favorezcan la cohesión para
conseguir los fines propuestos.
Es la capacidad para compartir con el grupo los retos y desafíos a los que se enfrenta,
estimulando el análisis conjunto de la solución de los conflictos. Potencia la innovación y que
puedan emerger nuevas ideas desarrollando a su vez la comunicación.
• transparencia,
• ser empáticos,
• ser auténticos,
• ser congruentes.
• ser tolerantes.
• el costo,
• el tiempo,
• la precisión,
Al igual que todas las actividades del ser humano, la comunicación interpersonal
es dirigible y por tanto puede ser planeada, organizada, liderada y controlada.
• de trabajo,
• de relaciones sociales.
• familiares,
• entorno.
• Es un problema
- formal,
- informal.
Por tanto hay que planificar y organizar lógicamente la comunicación.
- debe utilizar signos y símbolos que se refieran a la experiencia común entre la fuente y
el destino,
- la precisión necesaria,
- ser comprensivo,
- debe estar ajustado a los patrones de comprensión, actitudes, metas y valores del
receptor,
También hay observar en las personas estados emocionales que se van generando en el
desarrollo y que influyen en los resultados de la comunicación
- atraiga la atención del receptor, que la persona sienta una necesidad de comunicación,
- debe sentir una tensión que se pueda satisfacer mediante la acción debe surgir una via
de satisfacer las necesidades que sea apropiada para la situación del grupo,
- provocar cambios o por lo menos, que comience con estos patrones de conducta o
sentimientos y trate de irlos modificando ligeramente.
- si se extiende demasiado, tener en cuenta que los otros pueden perder el interés que
ha ganado.
La conversación tiene un fin que le da el sentido a la misma, entonces hay que valorar
sus objetivos para saber cuando puede terminarse con los resultados previstos, hay que
determinar los límites hasta donde se ha obtenido lo que se quiere.
La comunicación eficaz trae ventajas para la organización y para las personas que
componen la misma:
• aumenta la información,
• establece el diálogo.
• difunde su imagen,
• facilita la integración,
• soslaya rumores,
• facilita la evaluación,
La buena comunicación significa integridad, confianza y respeto por y para todas las
personas: empleados, clientes, directivos y público del entorno.